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| El ministro aprobado por Dios | 2004-10-12 | 1 | Manaus | Amazonas | BR | 00:37:20 | false | true |
Muy buenas tardes, ministros, compañeros en el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo. Es para mí una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final.
Leemos en la escritura de Segunda de Timoteo, capítulo 2, verso 15, donde dice:
“Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad”.
Nuestro tema es: “EL MINISTRO APROBADO”.
¿Aprobado de quién? De Dios.
Que Dios bendiga Su Palabra y nos permita entenderla.
Nuestro tema es: “EL MINISTRO APROBADO DE DIOS”.
Todo ministro desea ser aprobado por Dios; y eso es lo que queremos: ser aprobados por Dios y que nuestra labor en la Obra de Cristo, en la Iglesia del Señor Jesucristo, sea una obra aprobada por Dios. Por lo tanto, el ministro tiene que trazar bien la Palabra de Verdad, y la obra que haga tiene que ser de acuerdo a la Palabra verdadera de Dios para la edad y dispensación que le ha tocado vivir.
A través de la Escritura encontramos el ejemplo de un pastor, de un ministro aprobado por Dios; y ese ejemplo es el ejemplo del Buen Pastor, el cual dijo: “Yo soy el Buen Pastor”. Por lo tanto, el ejemplo de un pastor, de un ministro aprobado por Dios es nuestro amado Señor Jesucristo, el cual llevó a cabo la Obra de Dios correspondiente para Su tiempo y fue aprobado por Dios. Murió pero fue resucitado y glorificado.
Y eso es lo que queremos, que cada ministro sea aprobado por Dios llevando a cabo la Obra de Dios conforme a la Palabra de Verdad. Y si muere, será resucitado en cuerpo glorificado cuando Cristo complete Su Iglesia y resucite a los muertos creyentes en Él y nos transforme a nosotros los que vivimos.
Por lo tanto, queremos ser ministros aprobados por Dios, queremos ser transformados y queremos ser llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
Nuestro amado Señor Jesucristo, siendo el Buen Pastor, a quien le fueron dadas las ovejas del Padre, hizo la Obra correspondiente a un buen pastor; hasta dio Su vida por las ovejas que el Padre le dio, ese mandamiento había recibido del Padre.
Y ahora, en la misma forma en que el Padre ha hecho con Jesús, que le ha dado Sus ovejas a Su Hijo Jesucristo; ahora Jesucristo, esas ovejas que el Padre le dio, las encontramos que son los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo; y el Redil es la Iglesia del Señor Jesucristo; y Jesucristo es el Pastor de esas ovejas.
Jesucristo en Espíritu Santo está en medio del Rebaño, de Sus ovejas, pastoreando Sus ovejas; y de edad en edad le ha dado esas ovejas al mensajero correspondiente a cada edad; pero el mensajero de sí mismo no tiene Alimento, y de sí mismo, por consiguiente, no tiene Palabra para esas ovejas; pero el Espíritu Santo coloca Su Palabra, Su alimento espiritual en la boca de ese pastor, de ese mensajero; y ese mensajero trae ese Mensaje y coloca ese alimento espiritual en el alma, en el corazón de esas ovejas; y esas ovejas son bien alimentadas; y esas ovejas comparten ese alimento espiritual con otras personas; y esas otras personas reciben ese Alimento y reciben a Cristo como su único y suficiente Salvador.
Esa es la forma establecida por Dios en el Rebaño del Señor Jesucristo.
Y ese mensajero que ha recibido el alimento espiritual para las ovejas, y ha recibido ese Rebaño de ovejas para esa edad, ese mensajero no puede estar en todos los lugares, pero Dios le ha dado maravillosos colaboradores que trabajan con él en la Obra del Señor Jesucristo y son llamados pastores también, ministros de nuestro amado Señor Jesucristo, para alimentar esas ovejas, para darle el alimento espiritual.
¿Y dónde estará el alimento espiritual que ellos van a darle a esas ovejas? Lo tiene el mensajero; y ese mensajero tiene que hablar ese Mensaje, y ese es el alimento espiritual para las ovejas del Señor en esa edad.
Y los ministros, los colaboradores maravillosos que Dios le ha dado a ese mensajero, tienen que tomar ese Mensaje y hacerlo llegar puro a esas ovejas, porque ese es el Alimento del Señor Jesucristo, el Buen Pastor, para las ovejas de ese tiempo.
Podemos ver que todo es sencillo. Si cada ministro se mantiene en simplicidad, reconociendo que el Alimento para las ovejas lo trae el Espíritu Santo y lo trae al mensajero…; y del mensajero pasa a todos los ministros para ser dado a las ovejas en cada congregación.
Cada congregación pertenece, entonces, al Redil del Señor Jesucristo, que ha sido dado en cada edad al mensajero de cada edad, a través del cual el Espíritu Santo pastorea esas ovejas.
Por lo tanto, nadie tiene Mensaje. El único que tiene Mensaje es el Espíritu Santo, y lo da al mensajero; y por consiguiente, se manifiesta a través del mensajero para darle ese Mensaje, ese alimento espiritual a todas ovejas; los demás ministros son portadores de ese Mensaje del Espíritu Santo dado al mensajero, y el mensajero lo ha dado al pueblo.
En cada tiempo encontramos que ha sido escrito el Mensaje del mensajero de cada tiempo. El Mensaje, por ejemplo, de San Pedro, por lo menos unas cuantas cartas tenemos de él; de San Pablo tenemos muchas más cartas, muchas más cartas, que tienen el Mensaje del Espíritu Santo dado al mensajero San Pablo, y de San Pablo dado al pueblo. Por eso San Pablo decía a Timoteo y a otras personas: “Lean esta carta a la congregación”.
No podían decir: “Voy a tomar esa carta y yo voy a hacer otra carta, a mi manera, para leérsela al pueblo; o yo voy a tomar esa carta, la voy a leer y luego yo voy a decir lo que yo entiendo de esa carta”.
San Pablo decía: “Lean esta carta a la Iglesia”.
Luego, encontramos que así ha sido a través de las edades.
Luego, cuando vino el séptimo ángel mensajero ya estaban las grabadoras; por lo tanto, a través de las grabadoras ha sido registrado, grabado el Mensaje del séptimo ángel mensajero; y luego ese Mensaje ha pasado a los ministros, y los ministros lo han colocado en sus congregaciones.
Y luego llega la Edad de la Piedra Angular entre los latinoamericanos y caribeños, y el Espíritu Santo vuelve a hablar a Su Iglesia en una nueva edad, la Edad de la Piedra Angular, donde ya hay cámaras para captar todo lo que el Espíritu Santo dice a Su Iglesia en este tiempo final.
Y por consiguiente tenemos el Mensaje grabado en videos, también grabado en cintas magnetofónicas, y también impreso en folletos, en libros; y por consiguiente, el alimento espiritual para las ovejas del Señor Jesucristo en la etapa de la Edad de la Piedra Angular, en el Redil del Señor, el Cuerpo Místico de Cristo, la Iglesia del Señor Jesucristo, está disponible para todas las ovejas.
Y los maravillosos colaboradores, ministros, que trabajarían brazo a brazo con el Señor Jesucristo en este tiempo final, a través del Ángel del Señor Jesucristo, ¿dónde están? Todos estamos aquí presentes.
Por lo tanto, somos portadores del Mensaje de Jesucristo dado por el Espíritu Santo a través del instrumento de este tiempo final para llevarlo a nuestras congregaciones en video, en cintas magnetofónicas y en folletos: para que lo coman puro, ese alimento espiritual, sin añadirle y sin quitarle.
Ese Mensaje ya está interpretado. Si una persona se pone a darle una interpretación, le va a estar añadiendo o le va a estar quitando, y tiene que atenerse a las plagas que vendrán sobre la persona; y si no es un escogido tendrá que atenerse a que su nombre será borrado de la sección del Libro de la Vida.
Esas con las consecuencias para el que le añada o le quite a la Palabra de Dios, la Palabra revelada de Dios. Por lo tanto, no podemos tomar riesgos: Tenemos que llevar el Mensaje como Dios lo da para nuestro tiempo; porque de ese Mensaje depende la preparación para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero; porque ese Mensaje es la Palabra creadora de Dios, es la Palabra-Simiente, y tiene que producir aquello para lo cual es enviada. Tiene que materializarse en las personas lo que es hablado en ese Mensaje; por eso no se le puede añadir, porque se estaría alterando la simiente. No se puede alterar.
Cualquier persona que altere el Mensaje, lo hará ineficaz para él mismo y para el pueblo; y entonces no tendrá la revelación pura, la fe pura, para ser transformado y llevado por Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
Recuerde que nadie sabe nada, el único que sabe es el Espíritu Santo. Y como el Espíritu Santo lo dé para Su Iglesia, lo hable para Su Iglesia, así estamos llamados a hacerlo llegar al pueblo: un Alimento puro para el pueblo, un Alimento sin ser alterado.
Por lo tanto, toda persona, todo ministro, debe entender que estamos luchando por ser aprobados por Dios; y mi consejo es que lleven el Mensaje tal y como está.
Quizás algunas personas en algunos países pueden decir: “Es que este Mensaje no hay quién lo entienda tal y como es dado”. Cristo dijo: “Mis ovejas oyen mi Voz y me siguen”. Por lo tanto, las ovejas van a escuchar y van a entender, porque Dios dijo al profeta Daniel que los entendidos entenderán.
Por lo tanto no se le puede añadir ni quitar. En la forma que es dado es la forma que viene de parte de Dios. El Mensaje está interpretado, por lo tanto no necesita ser interpretado.
Quizás la persona que diga: “Es que nadie puede entender este Mensaje tal y como llega”; pues mire, quien no lo está entendiendo es la persona que piensa así, porque si dice que nadie lo puede entender como está siendo dado o llega, es porque él no lo entiende; y quiere conseguir una explicación y luego dársela a otra persona; pero debe permanecer puro el Mensaje.
No le deben poner simiente humana, simiente intelectual, porque lo que va a producir es un híbrido. Y cualquiera que hibridice el Mensaje tendrá problemas con Dios, y le causará también problemas a otra persona.
El Mensaje es la Palabra creadora de Dios para crear lo que Él ha prometido para este tiempo final. Él ha prometido crear una nueva edad, porque habló de la Edad de la Piedra Angular en tiempos pasados; por lo tanto, con un Mensaje puro es que Él puede crear una nueva edad.
Y ya tenemos una nueva edad la cual es eterna: la Edad Eterna de la Piedra Angular. Y Él va a crear físicamente una nueva raza, y por consiguiente tiene que hablar a existencia esa nueva raza, tiene que hablarla; y tiene entonces que venir un Mensaje hablando a existencia esa nueva raza.
Así como con la predicación de la Palabra hablada del Evangelio de la Gracia, una nueva raza ha estado siendo hablada a existencia; y toda persona que escucha la predicación del Evangelio de Cristo, y reciba a Cristo como su único y suficiente Salvador, y es bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo: recibe el perdón de sus pecados, es limpio de todo pecado con la Sangre de Cristo, Cristo lo bautiza con Espíritu Santo, y produce el nuevo nacimiento en la persona; y obtiene así un cuerpo angelical de la sexta dimensión, y así la persona entra al Reino de Dios y tiene vida eterna; ya la persona tiene vida eterna, y tiene un cuerpo eterno y glorificado de la sexta dimensión, ¿ve?
Y ahora nos falta un cuerpo físico glorificado; así como con la predicación del Evangelio de la Gracia, que gira alrededor de la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario como el Cordero de Dios, se recibe el nuevo nacimiento, y se recibe por consiguiente la vida eterna, se recibe una transformación interior.
Y con la predicación del Evangelio de Cristo, del Evangelio del Reino, que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo y Su Obra de Reclamo como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo, recibimos la fe, la revelación para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero; recibimos la fe, la revelación para recibir la vida eterna física, el cuerpo físico glorificado. Por eso es tan importante no añadirle ni quitarle al Mensaje de Dios para este tiempo final para la Iglesia de Jesucristo en la Edad de la Piedra Angular.
Lo que no entiendan de momento, lo entenderán después en otro mensaje; en un solo mensaje no van a entender todo el Programa Divino. Como en la Biblia: con un solo libro de la Biblia no van a entender toda la Biblia. Tenemos toda la Biblia… vea, por ejemplo, con el libro de los Salmos nada más, no vamos a entender toda la Biblia y todo el Programa de Dios, o con el libro del Éxodo no vamos a entender toda la Biblia y todo el Programa de Dios y todas las dispensaciones y el misterio de todos los mensajeros de Dios.
Por lo tanto, necesitamos toda la Palabra de Dios, necesitamos el Mensaje puro de parte de Dios para la Iglesia del Señor Jesucristo por medio del Espíritu Santo a través del mensajero correspondiente a cada tiempo.
Y para nuestro tiempo Cristo dice: “Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”.
El testimonio del Ángel del Señor Jesucristo es su Mensaje que habla de Cristo y el Programa de Cristo para nuestro tiempo. Así como habló de Cristo y el Programa de Cristo para las edades pasadas, de esto habló a Juan cuando le mostró las cosas de aquel tiempo y las que iban a ser más adelante, durante las edades, y luego las que han de ser en este tiempo también. Todas estas cosas están en el libro del Apocalipsis.
Y para este tiempo Cristo tendrá en Su Iglesia a Su Ángel Mensajero dándonos testimonio de estas cosas a todas las iglesias, a todas las congregaciones, pero a una sola Iglesia: a la Iglesia del Señor Jesucristo.
Por eso es que el Mensaje, el Evangelio de Cristo, tanto de la Primera - el Evangelio de Cristo de la Primera Venida de Cristo irá de los gentiles al pueblo hebreo; y ahí estarán yendo las dos Lluvias: el Evangelio del Reino y el Evangelio de la Gracia.
El Evangelio del Reino gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo, así como el Mensaje del Evangelio de la Gracia gira alrededor de la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención como Cordero de Dios en la Cruz del Calvario.
Por lo tanto, tenemos que ser MINISTROS APROBADOS POR DIOS, trazando bien la Palabra de Verdad, y colocando la Palabra de Verdad en nuestras congregaciones, para que sean edificados los hermanos y reciban la fe, la revelación de todo el misterio del Séptimo Sello, de todo el misterio de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo.
Queremos todos ser ministros aprobados por Dios, ¡y lo vamos a conseguir! ¿Cómo? Manteniendo pura la Palabra de Dios, sin añadirle y sin quitarle; y entonces el avivamiento permanecerá con nosotros y con nuestras congregaciones, y Cristo continuará añadiendo más escogidos a Su Iglesia; y seremos ministros aprobados por Dios.
Recuerden: depende de la Palabra de Dios, que la demos a nuestras congregaciones pura, como buenos pastores que le damos Alimento de Cristo, la Palabra de Cristo pura a nuestras congregaciones, que son las ovejas del Señor Jesucristo.
Y cuando Cristo, el Príncipe de los Pastores, complete Su Obra de Intercesión en el Cielo, se levantará del Trono del Padre, tomará el Título de Propiedad, el Libro que tiene los nombres de todas las ovejas que el Padre le dio para que les dé vida eterna (ya le habrá dado vida eterna a todas esas ovejas), entonces hará Su Obra de Reclamo: resucitará a los muertos creyentes en Él en cuerpos glorificados y a nosotros nos transformará.
Ahora, recuerden, habrá un juicio para los mensajeros de cada tiempo; y por consiguiente, los ministros también van a enfrentarse a un momento en donde de seguro van a ser juzgados antes de la transformación.
Antes de la resurrección, dijo el reverendo William Branham que le fue dicho en el Paraíso que los mensajeros iban a ser juzgados allá en el Paraíso; y si eran aprobados, o sea, si salían bien en ese juicio, regresarían a la Tierra con su grupo, sería resucitados en cuerpos glorificados.
Recuerden que el mensajero es el líder del Espíritu Santo de cada edad. Por esa causa fue dicho al reverendo William Branham en el Paraíso: “Si tú eres aprobado, si tú entras cuando seas juzgados, si tú entras…, nosotros entraremos también contigo, regresaremos a la Tierra y seremos tus súbditos”.
El mensajero vendría a ser como el rey del grupo de su edad; pero sobre todos los reyes, los mensajeros de Cristo de cada edad, tenemos a Jesucristo, que es el Rey de reyes y Señor de señores, es el Rey de todos esos reyes, es el Rey sobre todos esos reyes; también los apóstoles van a ser colocados sobre doce tronos y van a juzgar a las doce tribus de Israel.
En esa forma también será para los mensajeros de cada edad con el pueblo gentil, con la Iglesia del Señor Jesucristo, y con todos los gentiles en el Reino Milenial.
Por lo tanto, queremos estar preparados y ser aprobados por Cristo; y luego en el Reino Milenial tendremos una posición importante, y ahí continuaremos trabajando en la Obra del Señor Jesucristo.
Los que no sean aprobados pues no van a tener una hermosa labor y una hermosa posición en el Reino de Jesucristo nuestro Salvador; pero todos queremos ser aprobados como ministros de Jesucristo nuestro Salvador.
Y Jesucristo es el que aprueba o desaprueba; por lo tanto, queremos dar la Palabra pura de Jesucristo para las ovejas de Jesucristo. Son las ovejas de Cristo, pero Él nos ha dado el privilegio de ser instrumentos de Cristo para llevarle el alimento espiritual al alma y para el alma de esas ovejas que Cristo ha colocado en nuestras congregaciones.
“EL MINISTRO APROBADO POR DIOS, DE DIOS”.
Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión dándoles testimonio de EL MINISTRO APROBADO POR DIOS, el ministro que vive para Cristo y las ovejas de Cristo, el ministro que no trata de sacar ganancias físicas para sí mismo, sino que trata de conseguir lo máximo para la Obra de Jesucristo nuestro Salvador.
La persona que trata de sacar provecho propio y esa es su meta: no está almacenando tesoros en el Cielo; su tesoro lo quiere hacer en la Tierra. Por lo tanto, no tiene nada que hacer en el Cielo; por lo tanto no va a ir para el Cielo, no va a ir para la Cena de las Bodas del Cordero, porque su tesoro lo ha estado haciendo en la Tierra y ha estado sacando del Reino de Dios para hacer tesoros acá en la Tierra, en vez de tomar de las cosas de la Tierra y acomodarlas en el Reino de Cristo para que las tenga en el Reino de Cristo para toda la eternidad.
Con las cosas de esta Tierra, lo que Dios nos provee, hacemos tesoros en el Cielo; pero no podemos tomar las cosas del Cielo, las cosas de Dios, para hacer tesoros en la Tierra, porque entonces no vamos a tener nada allá en el Cielo.
Por lo tanto, Cristo dirá: “Donde está tu corazón está tu tesoro; por lo tanto, tu corazón está en la Tierra. Quédate ahí con tu tesoro, que yo me voy a llevar estas ovejas que han hecho tesoro en el Cielo; por lo tanto, ellas tienen su parte en el Cielo, van para la Cena de las Bodas del Cordero”.
Y sería muy triste para un pastor que despierte, digamos a eso del mediodía, o en la noche, o luego en la noche esté en la reunión y diga: “¿Por qué no vienen los hermanos?”. Y al otro día pase lo mismo. Y pase una semana y no llegue nadie; y diga: “¿Será que ya se fueron y yo me he quedado? ¿Será que no fui aprobado por Dios, no fui sincero, no trabajé correctamente, no les di el Alimento completo?”. Pero ellas lo consiguieron en alguna forma.
Por lo tanto, tenemos que, con temor y temblor, trabajar en la Obra de Cristo como obreros fieles a Cristo, como obreros que vamos a ser aprobados por Cristo, por Dios.
Esa es la meta: ser un obrero, un ministro, aprobado por Dios.
Antes de ser aprobado tiene que haber trabajado, Dios no lo va a aprobar sin antes trabajar. Dios no da galardones sin antes la persona trabajar.
Por lo tanto, tenemos que ser ministros fieles a Cristo, que trazamos bien la Palabra de Dios, y que la hacemos llegar a las ovejas que Cristo el Príncipe de los Pastores ha colocado en nuestras congregaciones.
Recuerden que esas ovejas pertenecen a un Redil: al Redil del Señor Jesucristo, que es la Iglesia del Señor Jesucristo, todas pertenecen a Jesucristo, y nosotros también.
“El MINISTRO APROBADO POR DIOS”.
Que Dios les bendiga y les guarde a todos, y les use grandemente en Su Obra en este tiempo final.
Nos veremos Dios mediante en la actividad de esta noche.
¿A que hora? (…) A la hora que ya estén aquí, a esa hora pueden comenzar. Si están a las 6:00, pueden comenzar a las 6:00; si están a las 6:30, pueden comenzar a las 6:30; o si ya… y si no están a las 6:30 y están a las 7:00 (que les fue anunciada esa hora), pues a esa hora comenzarían.
Que Dios les bendiga y les guarde a todos; y les use grandemente Jesucristo en Su Obra. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén y amén.
Con nosotros nuevamente el misionero reverendo Miguel Bermúdez Marín.
“EL MINISTRO APROBADO DE DIOS”.
[Revisión febrero 2020]