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El Día de la Redención 2006-08-27 1 Goiânia Goiás BR 00:00:00 false

Muy buenas tardes, amados amigos y hermanos presentes; y los que están a través del satélite Amazonas en el canal WSS: “El Mensajero de la paz,” y los que están también a través de internet en diferentes países. Un saludo muy especial también a todos los hermanos en Cayey, Puerto Rico: Dios les bendiga grandemente y les use cada día más y más en Su Obra; y también a todos los hermanos en todas las congregaciones en los diferentes países.

Para esta ocasión se están teniendo las firmas por la paz, las cuales serán llevadas a la ONU (La Organización de las Naciones Unidas), ya muy pronto; por lo tanto, nos queda solamente esta semana para completar la labor de las firmas (o parte de esta semana). Por lo tanto, adelante obteniendo las firmas de todas las personas que desean la paz para el Medio Oriente y para toda la humanidad, en universidades, en escuelas, en iglesias, en plazas públicas, en parques, en centros comerciales (siempre pidiendo permiso, por supuesto).

Obtengan todas las firmas de todas las personas que desean la paz para el Medio Oriente y para todas las naciones. También en las agencias de gobierno, también las firmas de los gobernadores, de los presidentes, de los senadores, de los diputados, de los representantes, de los alcaldes, y de todos los que trabajan en el gobierno, y también en la empresa privada; o sea, que todos tienen la oportunidad y el derecho para hacer algo por la paz, comenzando con una firma por la paz.

Y que Dios les bendiga a todos grandemente. Queremos la paz para todas las naciones. Lo que una persona desea para Israel y para el Medio Oriente, como también lo que una nación desea para Israel y para el Medio Oriente, le regresa a la persona o a la nación en forma multiplicada; porque el que bendiga a Israel, será bendito; pero el que lo maldiga, será maldito. Dios dijo que oremos por la paz de Jerusalén, y esa paz regresará a la persona y a las naciones que oren por la paz de Jerusalén.

Por lo tanto, todos los que desean la paz para la humanidad, tienen la oportunidad de hacer algo, comenzar haciendo algo con una firma por la paz. Y que Dios les bendiga grandemente a las personas y a las naciones que así lo están haciendo.

Para esta ocasión leemos en la carta de San Pablo a los Efesios, capítulo 4, verso 30, las siguientes palabras:

Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.”

EL DÍA DE LA REDENCIÓN.” Ése es nuestro tema para esta ocasión.

Lo mismo que es para los individuos, es para las naciones; lo mismo que es para la Iglesia del Señor Jesucristo, es para el pueblo hebreo.

Ahora, veamos sobre este misterio del Día de la Redención. A través de la Escritura encontramos la promesa del Día de la Redención; y si tenemos la promesa del Día de la Redención, tiene que haber un Redentor, que cumpla esa promesa. Es la promesa de Redención, de volver al lugar de origen, de volver a como era antes.

Y ahora, el Día de la Redención para individuos está señalado como Día de Salvación, porque Redención y Salvación es lo mismo. Por eso el Redentor, el Salvador, está señalado como el Mesías Príncipe prometido para ser manifestado en la Tierra y traer la Redención del ser humano (ahora, esto para individuos). Encontramos que el Mesías Príncipe tenía que aparecer en la Tierra, y tener Su ministerio y morir para poder redimir, para poder realizar la Redención del ser humano.

En Isaías, capítulo 53, nos dice en el verso 10, lo cual está de acuerdo a Levítico, capítulo 23, verso 26 al 29, en donde fue establecido que en el Día de la Expiación, que es el día diez del mes séptimo de cada año, conforme al calendario religioso de Israel, se efectuaba la expiación por el pecado, en donde se sacrificaba un macho cabrío por Dios, por el Señor; conforme a las traducciones en español, o algunas traducciones, se usa el nombre: “Jehová,” aunque no es la forma correcta.

Ahora, ese día diez del mes séptimo de cada año, dos machos cabríos eran presentados ante Dios, uno por el Eterno, y otro por Azazel. El que era presentado, o los que eran presentados, el sacerdote echaba la suerte sobre ellos, y uno era para el Señor: uno era para ser sacrificado en expiación y su sangre sería llevada al lugar santísimo, y se esparcía con su dedo siete veces sobre el propiciatorio; luego el otro que quedaba vivo y quedaba a la parte afuera (no dentro del lugar santísimo, sino en el atrio), luego el sumo sacerdote colocaba sus manos sobre la cabeza de ese macho cabrío, y confesaba los pecados del pueblo sobre él, sobre ese macho cabrío; y luego era enviado lejos, al desierto, llevando los pecados del pueblo.

Ambos machos cabríos representan al Mesías: Uno, el que era sacrificado, al Mesías muriendo en expiación por el pecado del pueblo. Por eso Isaías, capítulo 53, verso 10, dice, siendo esto un pasaje mesiánico, tiene que ser cumplido por el Mesías Príncipe. Dice:

Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo , sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.”

Aquí nos muestra que el Mesías Príncipe, pondrá Su vida en expiación por el pecado; cuando es puesta la vida en expiación por el pecado, tiene que morir como el Sacrificio de Expiación por el pecado, lo cual fue tipificado en el Día de la Expiación o del Perdón, de Levítico, capítulo 23, versos 26 al 29, lo cual algún día sería cumplido por el Mesías Príncipe; y de ahí en adelante ya Dios no aceptaría sacrificios de animalitos por el pecado, porque ya el ser humano tendría el Sacrificio perfecto de Expiación, por el pecado del ser humano, y esto es para judíos y para gentiles también.

¿Para qué tiempo tenía que aparecer el Mesías en la Tierra y morir? Es muy importante, porque esto no puede ser efectuado fuera de tiempo.

Como el Sacrificio de Expiación por el pecado, tenía que ser el día diez del mes séptimo de cada año, la Venida del Mesías y Su muerte tenía que ser en cierto tiempo específico, en específico. Y eso lo encontramos en el libro del Profeta Daniel, en el cual encontramos que al recibir la revelación divina de ese tiempo, por medio del Arcángel Gabriel, enviado por Dios, siendo este Ángel uno de los Ángeles de Dios, que están ante la presencia de Dios, y por consiguiente que habla con Dios, que es enviado por Dios a misiones importantes en la Tierra.

Un Ángel que tiene acceso al Libro de la Verdad, o sea, que no es un Ángel común. Un Ángel que tiene que ver con los cambios de imperios en el reino de los gentiles, el cual le había aparecido al profeta Daniel en una ocasión anterior, y le había dicho que había peleado contra el príncipe de Persia, o sea, que es un Ángel guerrero también; y dijo también que le había ayudado el Arcángel Miguel, que es el Ángel o Arcángel que está de parte de los hijos de Israel.

Cada nación tiene un ángel de otra dimensión, sea bueno o sea malo. El Ángel guardián del pueblo hebreo es llamado: “El Arcángel Miguel,” el más importante de los Arcángeles de Dios, bajo el cual está un ejército celestial, bajo su mando. Por lo tanto, Israel es la nación más protegida de Dios. Y toda nación quisiera tener al Arcángel Gabriel como su protector. Por eso es tan importante que todas las naciones mantengan buena relación con Israel; y así tendrán la ayuda de Dios.

Y cuando Dios necesite proteger esa nación, tendrá la ayuda del Ángel que está por el pueblo hebreo, y del ejército que está bajo su comando; y ahí se cumplirá también: “El que te bendiga, será bendito.” Pero el que se levante en contra del pueblo hebreo, tendrá graves consecuencias, lo crea o no lo crea; porque la sentencia es: “El que te maldiga, será maldito.” Nadie quiere la maldición, por lo tanto, las naciones deben comprender esto, ¿para qué? Para evitar las maldiciones señaladas en la Escritura.

Y ahora, miren este Ángel en el capítulo 8, verso 15 al 16, y luego pasamos más adelante:

Y aconteció que mientras yo Daniel consideraba la visión y procuraba comprenderla, he aquí se puso delante de mí uno con apariencia de hombre.”

¿Quién es ése que tiene apariencia de hombre? El Ángel Gabriel. Por eso su nombre es: “Gabriel,” varón, hombre de Dios, el varón de Dios, el hombre de Dios; pero de otra dimensión.

Y oí una voz de hombre entre las riberas del Ulai, que gritó y dijo: Gabriel, enseña a éste la visión.”

Y ahora, Gabriel le muestra a Daniel lo que le fue ordenado. Luego el verso 19, dice:

Y dijo: He aquí yo te enseñaré lo que ha de venir al fin de la ira; porque eso es para el tiempo del fin.”

Y ahí le muestra el imperio medopersa, le muestra también el imperio de Grecia o el reino de Grecia, y así por el estilo; y las cosas que iban a suceder; luego en el capítulo 10 (estamos dejando para lo último el capítulo 9)... vean aquí en el capítulo 10, verso 11 en adelante, dice:

Y me dijo: Daniel, varón muy amado (es muy hermoso que un Ángel como Gabriel le diga a una persona su nombre y le diga: Muy amado. Es muy amado por Dios y por todas las huestes celestiales), está atento a las palabras que te hablaré, y ponte en pie; porque a ti he sido enviado ahora. Mientras hablaba esto conmigo, me puse en pie temblando.

Entonces me dijo: Daniel, no temas (o sea, que estaba temeroso y temblando, ante la presencia de esta visita celestial, como lo estuvo también en el Nuevo Testamento el sacerdote Zacarías y también la virgen María)...

Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido.”

Ahora miren la forma de hacer venir al Ángel Gabriel: humillándose ante Dios y orando a Dios, y pidiendo a Dios entendimiento. Así Dios envió a Su Ángel Gabriel para que le diera entendimiento, para que le trajera la Revelación del Cielo. Ningún hombre por sí mismo puede obtener la Revelación, tiene que ser por intervención divina.

...y a causa de tus palabras yo he venido.

Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días (el príncipe espiritual que gobernaba a través del príncipe físico; y ahora hubo una batalla en el mundo espiritual; y miren esto, y recuerden que el mundo espiritual se estaba manifestando a través del príncipe físico de Persia y su ejército)...

Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme (y ése es el príncipe que está por los hijos de Israel; ese príncipe ha estado manifestado en toda la historia del pueblo hebreo: Miguel. El Ángel Gabriel también ha estado manifestado todo el tiempo. Él también es un guerrero, pero es también el Ángel de la Revelación divina. Vamos a verlo más adelante), y quedé allí con los reyes de Persia.

He venido para hacerte saber lo que ha de venir a tu pueblo en los postreros días (este Ángel tiene conocimiento a todo lo que sería la historia del pueblo hebreo, desde el comienzo hasta el final)...

He venido para hacerte saber lo que ha de venir a tu pueblo en los postreros días (todas las cosas que han de suceder al pueblo hebreo en los postreros días, han sido traídas a los profetas de Dios por medio del Espíritu de Dios, a través de esta manifestación del Ángel Gabriel)... porque la visión es para esos días.

Mientras me decía estas palabras, estaba yo con los ojos puestos en tierra, y enmudecido.

Pero he aquí, uno con semejanza de hijo de hombre tocó mis labios. Entonces abrí mi boca y hablé, y dije al que estaba delante de mí: Señor mío, con la visión me han sobrevenido dolores, y no me queda fuerza.

¿Cómo, pues, podrá el siervo de mi señor hablar con mi señor? Porque al instante me faltó la fuerza, y no me quedó aliento.

Y aquel que tenía semejanza de hombre me tocó otra vez, y me fortaleció,

y me dijo: Muy amado, no temas; la paz sea contigo; esfuérzate y aliéntate. Y mientras él me hablaba, recobré las fuerzas, y dije: Hable mi señor, porque me has fortalecido.

El me dijo: ¿Sabes por qué he venido a ti? Pues ahora tengo que volver para pelear contra el príncipe de Persia; y al terminar con él, el príncipe de Grecia vendrá.”

Vean ustedes cómo este Ángel, tiene una comisión especial para hacer que estos cambios en el impero de los gentiles, se lleven a cabo; o sea, que Dios envió al Ángel Gabriel a revelarle a Daniel todo este misterio del Reino de los gentiles, sus diferentes etapas, bajo diferentes imperios, pero que es un solo imperio dividido en cuatro imperios; y este Ángel tiene la comisión para hacer que se cumpla todo eso que Dios le dio para darlo a conocer a Daniel.

Este Ángel es muy trabajador en todo el Programa Divino; por cuanto es un Ángel, es un hombre de otra dimensión, es un cuerpo espiritual de otra dimensión, parecido a nuestros cuerpos, pero de otra dimensión. Es un Ángel administrador. Sigue diciendo:

Pero yo te declararé lo que está escrito en el libro de la verdad...”

Ahora, podemos ver que es el Ángel que tiene acceso al Libro de la Verdad, el Libro donde está todo lo que va a suceder, o sea, el Libro que es el plano de todo lo que va a ser realizado; o sea, que es un Ángel muy importante. Yo siempre le he llamado: “El Ángel de la Revelación divina.” Este Ángel trabaja con y entre los judíos y también entre los gentiles. Sigue diciendo, o vamos a leer este verso 21 de nuevo:

Pero yo te declararé lo que está escrito en el libro de la verdad; y ninguno me ayuda contra ellos, sino Miguel vuestro príncipe.”

O sea, que aquí Miguel está ayudando a Gabriel, o sea, que lo tiene como a su ayudante. Un buen ayudante, un príncipe con un ejército es un buen ayudante para un embajador de Dios como el Ángel o Arcángel Gabriel.

Los principales Arcángeles son Gabriel y Miguel, son Ángeles de la Diestra de Dios, a través de los cuales el poder de Dios es manifestado. Por eso cuando va a suceder algo grande en la Tierra, usted encontrará en la historia que estos Ángeles han aparecido. Para el tiempo de Abraham, allí estaban presentes el Señor con Sus Ángeles: Elohim con Sus Ángeles, estaban presentes allí ellos, los Arcángeles Gabriel y Miguel, comiendo con Abraham aquel becerro tierno que Abraham preparó y lo acompañó con pan y con leche, con queso, con todas estas cosas.

Para esos días todavía no había sido dada la Ley, y por consiguiente aunque lo de no comer carne y tomar leche o comer queso, es la interpretación sacerdotal que ha sido dada. Lo que dice ese pasaje es que “no cocerás el cabrito en la leche de su madre.” Pero luego le han dado la interpretación de que no se puede comer carne y leche, y tomar leche o comer queso, porque es de leche.

Pero miren ustedes, Abraham no lo entendía así, y le preparó carne, una ternera, y también le ofreció a Dios pan en la forma que lo hacían allá; y por consiguiente, vean ustedes, ahí parece que en ese tiempo no tenían la interpretación sacerdotal, que luego de la Ley fue dada.

Vamos a ver lo que dice aquí, capítulo 18, verso 1 en adelante, dice (de Génesis):

Después le apareció Jehová en el encinar de Mamre, estando él sentado a la puerta de su tienda en el calor del día (ya Abraham estaba anciano).

Y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban junto a él (ya Abraham tenía 99 años. Tres varones, tres hombres, se habían materializado. Vean, cualquier tiempo que estos Ángeles quieran materializarse, lo pueden hacer; pero siempre que lo hacen es conforme al Programa Divino); y cuando los vio, salió corriendo de la puerta de su tienda a recibirlos, y se postró en tierra,

y dijo: Señor, si ahora he hallado gracia en tus ojos, te ruego que no pases de tu siervo.

Que se traiga ahora un poco de agua, y lavad vuestros pies; y recostaos debajo de un árbol.”

Abraham está ofreciéndole el mejor lugar, pues en tiempo de calor - pues aquí dice que estaba en “la puerta de su tienda en el calor del día;” porque en la puerta corre el aire y uno se siente mejor; bajo una tienda hace bastante calor; y ahora Abraham le ofrece la sombra de un árbol. Ese tenía que ser el árbol donde él se sentaba, reposaba allí; y bajo un árbol la temperatura baja muchos grados. No tenían un acondicionador de aire, pero tenían uno natural: un árbol.

...y traeré un bocado de pan (¿ve? Aquí le está ofreciendo pan), y sustentad vuestro corazón, y después pasaréis; pues por eso habéis pasado cerca de vuestro siervo. Y ellos dijeron: Haz así como has dicho.”

Aceptaron la invitación. ¿Y por qué tenían que pasar por la casa de Abraham? Hay dos cosas muy importantes: Elohim, el Señor, venía con Sus Ángeles para la destrucción de Sodoma y Gomorra; y también traían una buena noticia para Abraham: la confirmación del hijo que Él le había prometido; y ahora le va a poner fecha: “El próximo año, por este tiempo, vas a tener el hijo.”

Siempre que hay una reunión entre los hebreos, hay comida; y ahora, una reunión más importante, con seres celestiales, mucho más. Abraham no preguntó: “¿Ustedes pueden comer o no?” Cuando uno hace la invitación para una comida, no se le pregunta a la otra persona si puede comer o no, se hace la invitación, y la otra persona dice: “Si,” o “no.”

Y ahora, la invitación más importante que Abraham hizo en toda su vida para un almuerzo, fue ésta. Y no hay un ser humano que pueda hacer una invitación más importante para un almuerzo o cena, que para Dios y Sus Ángeles Miguel y Gabriel. En el Nuevo Testamento, pues una invitación a Jesús, para ir a su casa a comer; y recuerden que Él aceptó invitaciones, fue y comió.

Ahora, vean aquí, cuando le fue dicho:

...Haz así como has dicho.

Entonces Abraham fue de prisa a la tienda a Sara, y le dijo: Toma pronto tres medidas de flor de harina, y amasa y haz panes cocidos debajo del rescoldo.

Y corrió Abraham a las vacas, y tomó un becerro tierno y bueno (o sea, lo mejor; porque para Dios siempre tiene que ser lo mejor; y esas visitas no son muy comunes), y lo dio al criado, y éste se dio prisa a prepararlo (para Dios las cosas no pueden ser con tardanza, hay que hacer las cosas de Dios lo más rápido posible. Dios no quiere lentos, y las cosas de Dios no son lentas; y la dimensión de Dios es más rápida que la nuestra, y la dimensión de los Ángeles es más rápida que la nuestra).

Tomó también mantequilla y leche (¿y la mantequilla de dónde sale, en aquellos tiempos? (porque no había lo que ahora tienen, una mantequilla de margarina o cosas así), era de la leche)...

Tomó también mantequilla y leche, y el becerro que había preparado, y lo puso delante de ellos; y él se estuvo con ellos debajo del árbol, y comieron.”

Se habían materializado, podían comer; Abraham también, aunque tenía 99 años. Ésa fue la comida más importante para Abraham, donde él comió junto a tres personajes de otra dimensión, entre los cuales uno era Dios, el que siempre le hablaba; pero ahora tuvo la oportunidad de comer con Él. Y luego le dan la noticia de que Abraham por medio de Sara va a tener un hijo, Sara se rió acá en el corazón, en el alma, y le fue dicho a ella: “¿Por qué se ha reído Sara?” O sea, el mismo Dios le dijo a Abraham: “¿Por qué se ha reído Sara?”

Sara estaba detrás del Señor. Pero como sucede muchas veces cuando hay una visita (y más de personas importantes), algunas veces desde la cocina, las que están cocinando, si escuchan que la conversación está buena entre los que están de visita, algunas veces paran un poquito la oreja, y escuchan; y esta buena noticia que escuchó Sara, no la podía creer.

Es como si a un matrimonio de la actualidad que tenga el esposo 99 años, y la esposa 89 años, y que venga una persona y le diga: “Vas a tener un hijo a través de tu esposa.” La esposa se ríe. “Eso es una broma, eso es una brincadeira.”

Sara pensó que siendo estéril y ya anciana, no podía tener relaciones íntimas con su esposo para concebir. Pero Dios le había prometido a Abraham desde hacia años, que iba a tener un hijo a través de ella. Y aunque el cumplimiento de una promesa divina aparentemente se tarde en el momento para el cual Dios pensó cumplirla, se cumplirá. Es que algunas veces nosotros le queremos poner la fecha a lo que Dios promete, pero cuando Dios promete algo, ya también está la fecha para Él cumplirla.

Así es también la promesa de la Venida del Mesías y Su muerte como Expiación por el pecado; ya eso tuvo una fecha establecida por Dios, y ningún hombre se la puede cambiar.

Ahora veamos, más abajo dice el verso 9 en adelante, dice:

Y le dijeron: ¿Dónde está Sara tu mujer? Y él respondió: Aquí en la tienda (recuerden que ellos están bajo el árbol comiendo; y ahora el Señor pregunta a Abraham: ¿Dónde está Sara tu esposa? Él le dice: Aquí en la tienda.).

Entonces dijo (o sea, Dios): De cierto volveré a ti; y según el tiempo de la vida, he aquí que Sara tu mujer tendrá un hijo. Y Sara escuchaba a la puerta de la tienda, que estaba detrás de él (y Sara escuchaba. ¿Y a quién no le va a gustar escuchar una conversación de unos visitantes de otra dimensión? Ustedes hubieran hecho lo mismo; y si los dejaban, se hubieran sentado allí junto a ellos también. Pero Sara era muy respetuosa y si Abraham no le decía, que fuera y se sentara con ellos, ella no se atrevía).

Y Abraham y Sara eran viejos, de edad avanzada (Abraham de 99 años y Sara de 89 años); y a Sara le había cesado ya la costumbre de las mujeres (o sea, ya había entrado a la etapa de la menopausia, y ya no podía tener niños).

Se rió, pues, Sara entre sí, diciendo (o sea, que no es una risa o sonrisa exterior, se rió en su corazón, en su pensamiento; pensó; pero Dios discierne los pensamientos del corazón del ser humano, y Dios juzga de acuerdo al corazón)... Se rió, pues, Sara entre sí, diciendo: ¿Después que he envejecido tendré deleite, siendo también mi señor ya viejo?”

Ella nunca había creído 100% esa promesa, la prueba fue que años anteriores le había dado a su sierva Agar, para que Abraham a través de su sierva Agar, tuviera un niño, porque Agar era joven; o sea, que ella pensaba en una forma diferente a Abraham, ella pensaba que ya no podía ser a través de ella, que esa bendición de tener un hijo de Abraham, no sería a través de ella.

Algunas veces hay personas que ven una promesa divina, y no la creen de todo corazón, piensan que esa promesa va a ser para otra persona. Pero hay un corito que dice: “Las promesas del Señor, mías son.” ¿Y de quién más? De cada uno de ustedes también. Créalas, para que se cumplan en usted.

Entonces Jehová dijo a Abraham: ¿Por qué se ha reído Sara diciendo: ¿Será cierto que he de dar a luz siendo ya vieja?”

“¿Será cierto? ¿Será eso verdad?” Eso es Dios hablándole a Abraham los pensamientos de Sara, revelándole a Abraham lo que Sara está pensando. Y le dice Dios a Abraham: “¿Hay alguna cosa imposible para Dios? ¿Hay para Dios alguna cosa imposible?”

¿Hay para Dios alguna cosa difícil? Al tiempo señalado volveré a ti, y según el tiempo de la vida, Sara tendrá un hijo.

Entonces Sara negó, diciendo: No me reí; porque tuvo miedo...”

Las dos cosas estaban mal: Pensar negativamente, lo cual fue un pensamiento de incredulidad, y después mentir ante la presencia de Dios. Pero Dios por amor a Abraham le permitió seguir viviendo, para cumplir lo que le prometió a Abraham: que a través de Sara, Abraham tendría un hijo.

Sara, pensando humanamente, sabiendo que era estéril y que nunca había podido tener un hijo, y ahora cuando está anciana ¡que va tener un hijo! Tras de anciana estéril, y tras de estéril, ya anciana. ¿Pero hay alguna cosa imposible para Dios? No la hay. Dios lo que promete lo cumple; para lo cual, tenía que ser rejuvenecido Abraham y también Sara, y la prueba de que fueron rejuvenecidos está aquí en la Escritura.

Ahora, vamos a terminar este pasaje… vamos a ver, vamos a pasar al capítulo 20, verso 1 en adelante. Recuerden que ellos después de la destrucción de Sodoma y Gomorra, Abraham y Sara, y los siervos de Abraham, se mudaron para Gerar, en donde el rey Abimelec era el gobernante de ese territorio. Dice:

De allí partió Abraham a la tierra de Neguev, y acampó entre Cades y Shur, y habitó como forastero en Gerar.

Y dijo Abraham de Sara su mujer: Es mi hermana (y eran hermanos de padre, pero también era su esposa; en ese tiempo y en aquel territorio era permitido, ya no es permitido). Y Abimelec rey de Gerar envió y tomó a Sara.

Pero Dios vino a Abimelec en sueños de noche, y le dijo: He aquí, muerto eres, a causa de la mujer q has tomado, la cual es casada con marido.

Mas Abimelec no se había llegado a ella, y dijo: Señor, ¿matarás también al inocente?”

Recuerden que en aquellos tiempos, el rey separaba la mujer con la cual se iba a casar, y la tenían un tiempo enseñándole cómo tenía que comportarse en el reino.

Ahora, sigue diciendo Abimelec, el rey:

¿No me dijo él: Mi hermana es, y ella también dijo: Es mi hermano?...”

Es que Abraham siempre le decía a ella: “Cuando vayamos a alguna nación, tú dirás que eres mi hermana.” Es que Sara era muy hermosa, muy bonita, y él pensaba: “Si saben que es mi esposa, me van a matar para quedarse con ella.” Sigue diciendo Abimelec:

Con sencillez en mi corazón y con limpieza de mis manos he hecho esto (o sea, que tenía buenas intenciones).

Y le dijo Dios en sueños: Yo también sé que con integridad de tu corazón has hecho esto (o sea, Dios reconoció la integridad del corazón de Abimelec); y yo también te detuve de pecar contra mí, y así no te permití que la tocases.

Ahora, pues, devuelve la mujer a su marido; por que es profeta, y orara por ti y vivirás. Y si no la devolvieres, sabe que de cierto morirás tú y los tuyos.

Entonces Abimelec se levantó de mañana y llamó a todos sus siervos, y dijo todas estas palabras en los oídos de ellos; y temieron los hombres en gran manera.

Después llamó Abimelec a Abraham, y le dijo: ¿Qué nos has hecho? ¿En qué pequé yo contra ti, que has atraído sobre mí y sobre mi reino tan grande pecado? Lo que no debiste hacer has hecho conmigo.

Dijo también Abimelec a Abraham: ¿Qué pensabas, para que hicieses esto?

Y Abraham respondió: Porque dije para mí: Ciertamente no hay temor de Dios en este lugar, y me matarán por causa de mi mujer.

Y a la verdad también es mi hermana, hija de mi padre, mas no hija de mi madre, y la tomé por mujer.

Y cuando Dios me hizo salir errante de la casa de mi padre, yo le dije: Esta es la merced que tú harás conmigo, que en todos los lugares adonde lleguemos, digas de mí: Mi hermano es.

Entonces Abimelec tomó ovejas y vacas, y siervos y siervas, y se los dio a Abraham, y le devolvió a Sara su mujer (tremendo susto que pasó el rey y todo el pueblo).

Y dijo Abimelec: He aquí mi tierra está delante de ti; habita donde bien te parezca.

Y a Sara dijo: He aquí he dado mil monedas de plata a tu hermano; mira que él te es como un velo para los ojos de todos los que están contigo, y para con todos; así fue vindicada.

Entonces Abraham oró a Dios; y Dios sanó a Abimelec y a su mujer, y a sus siervas, y tuvieron hijos.

Porque Jehová había cerrado completamente toda matriz de la casa de Abimelec, a causa de Sara mujer de Abraham.”

O sea, que Abimelec tuvo a Sara separada por 1 año ó 2 años ó 3 años, el tiempo que acostumbraban hacer en esos casos.

Ahora, la pregunta es: “¿Qué rey teniendo oportunidad de casarse con una joven hermosa, va interesarse en una anciana de 89 años?” La pregunta a los varones, si estuvieran solteros: ¿Lo haría usted? ¿Se enamoraría de una anciana de 89 años, y luego pensando que va tener hijos, para que venga a ser el rey después de usted? Si usted sin ser un rey de una nación no se enamoraría y se casaría con una anciana de 89 años, menos un rey como Abimelec.

Pero es que Sara estaba rejuvenecida al igual que Abraham, para poder tener el hijo prometido. Y estaba tan rejuvenecido, que Sara después vivió (después que tuvo a Isaac), vivió hasta 127 años; o sea, que le fueron añadidos unos 37 años más, ó 38 años más. Y a cualquiera le gustaría que le añadan aunque sea 20 años; y Abraham con 99 años, después llegó a vivir más adelante muchísimos años más, hasta 175 años; o sea, que le fueron añadidos 75 años más ó 76 años más; aun cuando Sara murió estaba tan fuerte y joven, que se casó de nuevo con Cétura y tuvo 6 hijos más; o sea, que estaba bien para continuar reproduciéndose; y eso era él, que primero tenía 99 años, estaba avanzado en edad y no podía tener hijos a través de Sara, porque era estéril, pero ahora está jovencito de nuevo.

Ahora, podemos ver la bendición tan grande que recibió con la visita de aquellos tres personajes de otra dimensión. Estos Ángeles tienen que ver con la resurrección de los muertos, tienen que ver con la Iglesia del Señor Jesucristo (que es el Israel espiritual), y tienen que ver con el Israel físico. Y toda Resurrección está ligada a Dios y Sus Ángeles: Gabriel y Miguel.

Por eso nos habla en el Nuevo Testamento, en Primera de Tesalonicenses, capítulo 4, versos 12 al 17, acerca de la resurrección y de la transformación y el rapto de los miembros de la Iglesia de Jesucristo. Y es dicho que será con aclamación, Voz de Arcángel y Trompeta de Dios.

El Arcángel Gabriel sonó la Trompeta para la Primera Venida de Cristo, él suena la Trompeta para la Segunda Venida de Cristo; él anunció la Primera Venida de Cristo al sacerdote Zacarías en el capítulo 1 de San Lucas, y en ese mismo capítulo 1, a la virgen María. Él está a cargo de anunciar las dos partes de la Venida del Señor: la Primera y la Segunda Venida de Cristo; Él es el que toca la gran Trompeta o gran Voz de Trompeta de Primera de Corintios, capítulo 15, versos 49 al 58.

Y ahora, cuando Gabriel es visto en la Tierra en medio de los seres humanos, algo grande está para suceder; está prometido para aparecer y traer la revelación del misterio de la Segunda Venida de Cristo. Siempre él cuando aparece, le aparece a alguien y le da la revelación.

Y ahora, vamos a ir a donde les prometí. Daniel, capítulo 9. Hicimos una pausa, o sea, una brecha, para hablar de todo esto que hemos hablado.

Y ahora, recuerden que Miguel y Gabriel aparecen siempre cuando algo grande va suceder. Para almorzar con Abraham aparecieron, eso fue algo grande; para la destrucción de Sodoma y Gomorra, allí estaban también, y le fue dicho a Lot: “Hemos venido para destruir la ciudad.” O sea, que son enviados para bendición o para maldición de una ciudad, de una nación o de una persona.

Y ahora, Daniel, capítulo 9, versos 20 en adelante:

Aún estaba hablando y orando, y confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y derramaba mi ruego delante de Jehová mi Dios por el monte santo de mi Dios;

aún estaba hablando en oración, cuando el varón Gabriel, a quien había visto en la visión al principio, volando con presteza, vino a mí como a la hora del sacrificio de la tarde.

Y me hizo entender (este es un Ángel que hace entender a las personas; o sea, que trae entendimiento, conocimiento, para las personas que no comprenden el Programa de Dios), y habló conmigo, diciendo: Daniel, ahora he salido para darte sabiduría y entendimiento.”

Este Ángel para el Islam, ¿saben quién es? El Espíritu Santo, el Ángel que le reveló a Mahoma el Corán, le reveló a Mahoma todo lo que Mahoma dijo que recibió de Dios a través de este Ángel; por eso para el Islam es tan importante este Ángel Gabriel, y para el pueblo hebreo también y para el Cristianismo también.

El Judaísmo, el Islamismo y el Cristianismo les gustaría tener una visita de Dios con estos dos Ángeles: Gabriel y Miguel, como la tuvo Abraham. La simiente de Abraham le gustaría también. Y eso lo vamos a dejar quieto, solamente vamos a dar una pregunta: “¿Habrá la posibilidad que eso se repita, para la simiente de Abraham en el fin del tiempo?”

Este Ángel trae sabiduría y entendimiento, le trae sabiduría y entendimiento al hombre más sabio que hubo en el reino de Babilonia, y después en el medopersa; fue colocado como el jefe de todos los sabios, de los astrólogos, de los magos, de todas esas personas llamadas: “sabias;” el sabio de los sabios era Daniel: Beltsasar. Y ahora, este sabio necesitaba sabiduría; ya ese Ángel era el que le había estado dando sabiduría para que fuera el más sabio de todos los sabios, y ahora le va dar más sabiduría. Si algo nosotros debemos desear, luego de la salvación, es entendimiento y sabiduría para comprender las cosas de Dios.

Al principio de tus ruegos fue dada la orden...”

Cuando uno ora, recuerde que Dios escucha. Recuerden la historia de la visita de este Ángel al sacerdote Zacarías, el cual había orado por mucho tiempo por un hijo, pero su esposa era estéril, o sea, Elisabet; pero Dios había escuchado.

Y la tardanza, recuerde, no significa que Dios no escuchó; mientras más tarde, más grande es la bendición.

Y ahora, no le va dar cualquier hijo, le va dar un hijo que será el precursor de la Venida del Mesías, el cual fue Juan el Bautista. Él le dijo a Zacarías que su oración había sido escuchada, y había venido para darle esa buena noticia: que iba a tener el hijo; pero ya su esposa estaba anciana o avanzada en edad, y él también anciano; y se le olvidó la historia de Abraham y Sara, los cuales ya estaban más avanzados en edad que él (que Zacarías).

Ahora, este Ángel Gabriel, vean ustedes, aparece en el altar, ¿por qué? Porque tiene que ver con las oraciones de los santos; y con las contestaciones también (las respuestas).

Al principio de tus ruegos fue dada la orden, y yo he venido para enseñártela (o sea, fue enviado por Dios para enseñarle lo que él deseaba saber), porque tú eres muy amado. Entiende, pues, la orden, y entiende la visión.

Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad (si la iniquidad va a ser expiada, tiene que efectuarse un sacrificio de expiación; si va ser quitado el pecado, tiene que haber una sangre que quite el pecado; por lo tanto, ya no será la sangre de un animalito que solamente cubría el pecado; tiene que ser la Sangre de un Sacrificio perfecto; y solamente la Sangre del Mesías Príncipe es la Sangre perfecta en Su Sacrificio Perfecto), para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos.

Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas (siete semanas y sesenta y dos semanas son sesenta y nueve semanas.); se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos.”

Ahora, siete semanas y sesenta y dos semanas, ¿hasta cuándo? Hasta el Mesías Príncipe. A las sesenta y nueve semanas cumplidas, el Mesías tenía que estar en la Tierra en Su ministerio mesiánico; pero para tener un ministerio mesiánico, no podía nacer en ese día o en esa semana número setenta, tenía que haber nacido en la Tierra mucho tiempo antes, tener su etapa de infante (de niño), de bebé, de niño, de adolescente, de un joven ya bien formado, y luego de un adulto; y ya siendo adulto comenzaría Su ministerio. Pasadas las sesenta y nueve semanas, el Mesías tenía que estar en la Tierra en Su ministerio; y después de las sesenta y dos semanas... recuerden que primero son siete y después sesenta y dos, después de transcurridas las sesenta y dos semanas, más las siete semanas, miren lo que pasaría:

Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí (o sea, no se va suicidar); y el pueblo de un príncipe que ha de venir (esto pasaría después)... y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones.”

Luego de ser quitada la Vida al Mesías, más adelante sería destruida Jerusalén y el templo; fue destruida la ciudad de Jerusalén por el general romano Tito Vespasiano con su ejército romano, y antes de eso le sería quitada la vida al Mesías. En el año setenta fue destruida Jerusalén y el templo; pero en la semana número setenta le sería quitada la vida al Mesías, a la mitad de esa semana; y luego le quedarían tres años y medio a Israel, de la semana número setenta para Dios tratar con él, en el lapso de tiempo llamado: “la gran tribulación,” o “apretura de Jacob.”

Cuando se llegó a la mitad de la semana, una persona tenía que morir como el Sacrificio de Expiación por el pecado de Israel y de todos los seres humanos.

Examinando todas las personas que murieron en ese tiempo, encontramos que no puede ser presentada ninguna persona que haya muerto como el Sacrificio de Expiación por el pecado del ser humano, excepto una sola persona: el Señor Jesucristo, Yeshua. Ése es el único que califica para ser proclamado, como el Mesías Príncipe que estaba prometido para morir después de las sesenta y nueve semanas.

Y si alguien puede pensar que Yeshua, o sea, Jesús, no fue el Mesías que murió en expiación por el pecado del ser humano, entonces tiene que presentar otra persona que haya cumplido esa profecía; porque esa es una profecía dada por Dios a través del Arcángel Gabriel al profeta Daniel. El Mesías tenía que morir como expiación por el pecado, conforme a Isaías, capítulo 53, verso 10; y Daniel, capítulo 9, versos 24 al 25.

Israel, dirigido por sus líderes religiosos, el sumo sacerdote y el concilio del sanedrín, fueron cegados por Dios, para que no comprendieran que Jesús era el Mesías. Si ellos llegaban a reconocer que ése era el Mesías, no lo iban a matar, y si no pedían Su muerte, si no lo juzgaban y lo condenaban a muerte, y pedían al imperio romano, a Pilato, que era el gobernador, que lo crucificara, ¿qué pasaría entonces? No estaríamos nosotros aquí en estos momentos.

Aquel tiempo, era el tiempo del juicio divino para la raza humana, en donde todo ser humano tenía que morir a causa de sus pecados; pero el pecado de Israel y de todo ser humano fue colocado sobre Jesús; Él llevó nuestros pecados, se hizo pecado por nosotros, y por consiguiente se hizo mortal; porque la paga del pecado es muerte.

Si algo tenemos que agradecer a Israel, a los judíos, es que no se hayan dado cuenta que Jesucristo, que Jesús era el Mesías, y que lo hayan juzgado, condenado y pedido Su muerte a Pilato y que se haya efectuado esa muerte en la Cruz. Eso trajo la redención para el alma de todo ser humano. Porque si la paga del pecado es muerte, y en Jesús todo el pecado del ser humano fue colocado, Él llevó nuestros pecados, entonces nosotros quedamos libres de pecado, y por lo tanto, tenemos derecho a la Vida eterna. De todas las cosas grandes que han sucedido en Israel, esa fue la más grande: la crucifixión de Jesús en la Cruz.

Y ahora, cuando murió Jesús en la Cruz del Calvario, se efectuó el Sacrificio de Expiación por el pecado del ser humano, y de ahí en adelante se abrió el ciclo divino del Día de Redención, del Día de la Reconciliación del ser humano con Dios, se abrió el ciclo divino del Día del Perdón; y eso corresponde a la Dispensación de la Gracia.

La Dispensación de la Gracia, es el Día en el cual el ser humano puede obtener la Misericordia de Dios, el perdón de sus pecados, es llamado: “el Día de Salvación.” Eso es la Dispensación de la Gracia, el Día de la Gracia, el Día de Salvación para el ser humano.

Cuando termine ese ciclo divino, ya no habrá oportunidad de perdón y salvación para los seres humanos que no aprovecharon el tiempo, el Día de Salvación, que es también representado en el año de la buena voluntad del Señor, de Isaías, capítulo 61, verso 1; y de San Lucas, capítulo 4. Este es el Tiempo aceptable delante del Señor, el Día de Salvación. Eso está en Isaías, capítulo 49, verso 8; y Segunda de Corintios, capítulo 6, verso 2.

Por eso San Pablo decía: “Este es el Tiempo aceptable delante del Señor, este es el Día del Salvación.” Esto es la Dispensación de la Gracia, en donde el ser humano obtiene la salvación de su alma, y en donde el ser humano al recibir a Cristo como su Salvador, como su único Redentor, obtiene el perdón de sus pecados, es limpio de todo pecado con la Sangre de Cristo, es bautizado en agua en Su Nombre; y Cristo lo bautiza con Espíritu Santo y Fuego y produce en la persona el nuevo nacimiento, la persona nace a una nueva vida, a la Vida eterna, la cual el ser humano en el Huerto del Edén perdió cuando pecó contra Dios, y así murió el ser humano a la Vida eterna, y solamente le quedó vida temporal.

Pero ahora con la muerte de Cristo en la Cruz del Calvario, todo ser humano tiene derecho y oportunidad a ser restaurado a la Vida eterna. El ser humano obtiene la redención de su alma, la salvación y Vida eterna de su alma. Y con el nuevo nacimiento el ser humano obtiene un cuerpo angelical de la dimensión de los ángeles; y luego cuando se complete la Iglesia de Jesucristo, comenzará el ciclo divino de la redención física, donde los muertos en Cristo resucitarán en cuerpos glorificados, jóvenes y eternos, y los que estemos vivos hasta ese momento (creyentes en Cristo nacidos de nuevo), seremos transformados.

Esa es la Redención del cuerpo o Adopción, de la cual San Pablo habla en Romanos, capítulo 8, verso 23. Vamos a ver capítulo 8, verso 19 en adelante, dice:

Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios (aguardar la manifestación de los hijos de Dios, la manifestación en cuerpos eternos, inmortales y glorificados y jóvenes de los hijos de Dios; o sea, ver a todos los hijos de Dios en cuerpos inmortales, y por consiguiente restaurados físicamente a la Vida eterna).

Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza;

porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios.”

O sea, que la creación va ser restaurada a la Vida eterna, juntamente con los hijos e hijas de Dios, que van a ser restaurados a la Vida eterna física en el Reino de Dios, que va ser establecido en este planeta Tierra, y eso corresponde al Día de la Redención, de la cual San Pablo dice:

Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.” (Efesios, capítulo 4, verso 30).

Eso será la redención física, en donde volveremos a tener Vida eterna física, eso es para mí, ¿y para quién más? Para cada uno de ustedes también.

Y ahora, continuando aquí en Romanos:

Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora (o sea, con dolores de parto para nacer a una nueva vida, a Vida eterna);

y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo.”

Eso es la Adopción física, la Redención del cuerpo, cuando seamos transformados tendremos esa redención física, seremos restaurados a la Vida eterna física, como era antes de la caída del ser humano en el Huerto del Edén; y por eso volveremos al Edén, que será el reino milenial del Mesías.

Y ahora, podemos ver que el Día de Redención para los creyentes en Cristo, y por consiguiente para la Iglesia de Jesucristo, es el tiempo en donde los muertos en Cristo resucitarán en cuerpos glorificados, y los que vivimos seamos transformados. Eso será la redención del cuerpo, la adopción como hijos e hijas de Dios.

Pero ya tenemos la adopción espiritual, tenemos la redención espiritual; estamos adoptados espiritualmente, porque hemos recibido el Espíritu de Dios, y por consiguiente el cuerpo angelical. Pero nos falta el cuerpo físico glorificado, para tener la redención física, la adopción física. Lo mismo que es para seres humanos, será para Israel como nación, y para las demás naciones que van a entrar al reino del Mesías.

Israel está esperando como nación, su redención, y por consiguiente va a obtenerla y por consiguiente va a ser restaurada al Reino de David, que es el Reino de Dios en este planeta Tierra; y uno de la descendencia de David va sentarse en el Trono de David, y va a restaurar el Trono de David, que es el Trono de Dios en la Tierra y el Reino de Dios en la Tierra; y eso será para Israel su redención, y muchas naciones van a entrar a ese Programa de Redención, al creer en la redención que el Mesías Príncipe en Su Segunda Venida efectuará para Israel, el hijo primogénito de Dios como nación, conforme al Éxodo, capítulo 4, versos 22 al 24.

Y ahora, el Día de Redención lo hemos comprendido; eso corresponde a esa etapa de la Dispensación del Reino en su comienzo, lo cual se entrelaza con la Dispensación de la Gracia.

Hemos sido bautizados con el Espíritu Santo para el Día de la Redención, hemos sido sellados para en el tiempo final, recibir la redención física, que será nuestra transformación, lo cual será nuestra adopción en el Reino de Dios, donde estaremos como Reyes, como Sacerdotes y como Jueces.

EL DÍA DE LA REDENCIÓN.”

Hemos visto el Día de la Redención para individuos y también para naciones, hemos visto el Día de la Redención para la Iglesia del Señor Jesucristo, que es el Israel espiritual, y hemos visto el Día de la Redención para Israel como nación: el Israel terrenal. Ese momento, ese día, está muy cerca. Por eso estoy esperando mi redención física, que será mi transformación, ¿y quién más? Cada uno de ustedes también, e Israel como nación está esperando su redención, para el cual la Venida del Mesías será cumplida.

EL DÍA DE LA REDENCIÓN.”

Para los individuos, obtener la transformación de sus cuerpos si están vivos, o ser resucitados en cuerpos eternos si murieron físicamente, primero tienen que haber obtenido la redención espiritual, para lo cual tienen que haber recibido a Cristo como único y suficiente Salvador.

Yo escuché la predicación de Su Evangelio, nació la fe de Cristo en mi alma y lo recibí como mi único y suficiente Salvador; para eso fue que Cristo dijo: “Id por todo el mundo, y predicad el Evangelio a toda criatura; el que creyere y fuere bautizado, será salvo, mas el que no creyere, será condenado.” San Marcos, capítulo 16, versos 15 al 16.

Yo escuché el Evangelio de Cristo, nació la fe de Cristo en mi alma, creí y lo recibí como mi Salvador, fui bautizado en agua en Su Nombre, Él me bautizó con Espíritu Santo y fuego, y produjo en mí el nuevo nacimiento, ¿y quién más? Cada uno de ustedes también.

Si hay alguna persona que todavía no ha recibido a Cristo como Salvador, y nació la fe de Cristo en su alma, mientras escuchaba la predicación del Evangelio de Cristo; porque la fe viene por el oír la Palabra, el Evangelio de Cristo. “Y con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación.” [Romanos 10:10] Puede venir al frente para orar por usted, para que usted dé testimonio público de su fe en Cristo, recibiéndolo como único y suficiente Salvador.

Los que están en otras naciones, también pueden venir a los Pies de Cristo, para que Cristo los reciba en Su Reino y les dé la salvación y Vida eterna.

En todos los países que están conectados con el satélite Amazonas, en el canal WSS: “El Mensajero de la Paz,” pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo, y los que están a través de internet también, pueden venir a los Pies de Cristo, para que queden incluidos en esta oración que estaré haciendo por ustedes dentro de algunos minutos.

Es un asunto de salvación y Vida eterna ,recibir a Cristo como único y suficiente Salvador, es un asunto de redención para Dios colocarle a usted en Su Reino eterno con Vida eterna. No hay otra persona que pueda darle a usted Vida eterna; la Vida eterna tiene una exclusividad, la cual le fue dada a un hombre, y el nombre de ese hombre es SEÑOR JESUCRISTO. Él tiene la exclusividad de la Vida eterna, Dios le dio esa exclusividad. Y si usted quiere la Vida eterna, tiene que venir al que tiene la Vida eterna, el que tiene la exclusividad.

Por lo tanto, todos necesitamos venir a los Pies de Jesucristo nuestro Salvador. Jesucristo dijo en San Juan, capítulo 14, verso 6: “Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida, y nadie viene al Padre sino por Mí.” No hay otro camino que lleve al ser humano a Dios, solamente hay uno, y ése es Jesucristo.

Vean, en San Juan también nos dice que Jesucristo es el que tiene la exclusividad de la Vida eterna. En el capítulo 5, verso 19 en adelante, dice:

Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente.

Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que estas le mostrará, de modo que vosotros os maravilléis.

Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida (Jesucristo a los que quiere les da Vida eterna).

Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo,

para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió.

De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.

De cierto, de cierto os digo: viene la hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren vivirán.”

Y ahora, podemos ver que todos los seres humanos necesitan a Jesucristo. Jesucristo hablando acerca de las personas, dice que el Padre le dio un grupo de personas llamadas “las ovejas del Padre,” para que las busque y les dé Vida eterna. Dice: “Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.” Eso está en San Lucas, capítulo 19, verso 10.

Y si vino a buscar y a salvar lo que se había perdido, vino a buscarme a mí y a salvarme a mí, ¿y a quién más? A cada uno de ustedes también, Él vino por nosotros. Por eso Él dice, hablando de esas personas: “Mis ovejas oyen mi Voz, y Yo las conozco y me siguen, y Yo les doy Vida eterna.”

¿Para qué Él vino a buscarnos? Para salvarnos y darnos Vida eterna, redimirnos, realizar la redención nuestra; esto es regresarnos a la Vida eterna. Todos entonces necesitamos a Jesucristo. Es importante que todos comprendamos esto, para que así todos estemos conscientes, del porqué recibimos a Cristo como único y suficiente Salvador.

Vean, en el capítulo 17 de San Juan, verso 1 en adelante, dice:

Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti;

como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste.”

Todas esas ovejas que Él dice que el Padre le dio, Jesucristo dice que el Padre le dio potestad a Él para que les dé Vida eterna. La Vida eterna de Dios es otorgada al ser humano a través de Jesucristo; sin Cristo el ser humano no puede obtener la Vida eterna. Yo necesito a Cristo, ¿y quién más? Cada uno de ustedes también, Él es nuestro redentor, Él es nuestro Salvador.

Si falta alguna persona por venir a los Pies de Cristo, puede venir. Los niños de 10 años en adelante también pueden venir a los Pies de Cristo. Todos los que están aquí presentes y los que están en otras naciones, también pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo.

Vamos a estar puestos en pie para orar por todos los que han venido a los Pies de Cristo en esta ocasión. Vamos ya a levantar nuestras manos al Cielo a Cristo, y repitan conmigo esta oración los que han venido a los Pies de Cristo, con nuestros ojos cerrados, los que están aquí presentes y los que están en otras naciones, y los que han venido a los Pies de Cristo, repitan conmigo esta oración:

Señor Jesucristo, vengo a Ti, habiendo escuchado la predicación de Tu Evangelio, nació Tu fe en mi corazón, creo en Ti, creo en Tu Primera Venida, creo en Tu Nombre, como el único Nombre bajo el Cielo dado a los hombres en que podemos ser salvos. Creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario, como el único Sacrificio de Expiación por mis pecados y por los de todo ser humano. Reconozco que soy pecador y necesito un Salvador; doy testimonio público de mi fe en Ti, y Te recibo como mi único y suficiente Salvador. Salva mi alma, Te lo ruego; perdona mis pecados y con Tu Sangre límpiame de todo pecado, y bautízame con Espíritu Santo y fuego, luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre y sea producido en mí el nuevo nacimiento. Quiero nacer en Tu Reino eterno, quiero nacer a la Vida eterna, quiero vivir Contigo por toda la eternidad. Me rindo a Ti, me entrego a Ti en alma, espíritu y cuerpo; sálvame Señor, Te lo ruego en Tu Nombre eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén y Amén.

Y con nuestras manos levantadas a Cristo al Cielo, todos decimos: ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! Amén y amén.

Y ahora, ustedes que han escuchado la predicación del Evangelio de Cristo, como dijo Cristo: “Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura.” Ustedes han escuchado la predicación del Evangelio de Cristo y nació la fe de Cristo en su alma, y creyeron y lo han recibido como Salvador. Ustedes me dirán: “Ahora quiero ser bautizado en agua lo más pronto posible, porque Él dijo: el que creyere y fuere bautizado, será salvo.”

Por cuanto ustedes han creído de todo corazón, me dirán: “Quiero ser bautizado en agua lo más pronto posible. ¿Cuándo me pueden bautizar?” Por cuanto ustedes han creído en Cristo de todo corazón, me dirán: “Quiero ser bautizado en agua lo más pronto posible, ¿cuándo me pueden bautizar?” Por cuanto ustedes han creído en Cristo de todo corazón: Bien pueden ser bautizados en agua en estos momentos. Y que Jesucristo les bautice con Espíritu Santo y fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.

Y ustedes que están en otras naciones, también pueden ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. Y que Jesucristo les bautice con Espíritu Santo y fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento.

Y ahora, pregunto al reverendo Salomón Cunha si hay agua, ¿hay bautisterios? ¿Hay ropas bautismales? Hay ropas bautismales también. ¿Hay ministros que les bautizarán? Hay ministros que les bautizarán, y personas también que les ayudarán a llegar a los vestidores de ropas, para colocarse las ropas bautismales. Por lo tanto, bien pueden ser bautizados en estos momentos; y también ustedes en las demás naciones en que se encuentran en estos momentos.

Para lo cual dejo aquí al Reverendo Salomón Cunha, para que les indique hacia dónde caminar para ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. Y también en las demás naciones dejo al ministro correspondiente, para que les indique hacia dónde caminar para ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. Y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento.

Y nos continuaremos viendo por toda la eternidad en el Reino de Dios, en el Reino del Mesías Príncipe, que ha de establecerlo en este planeta Tierra.

Muchas gracias por vuestra amable atención. Y que Jesucristo les continúe bendiciendo a todos.

Con nosotros nuevamente el reverendo Salomón Cunha para continuar. Dios les bendiga.

EL DÍA DE LA REDENCIÓN.”