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Palabras en Universidad Regiomontana 2006-08-04 1 Monterrey Nuevo León MX 00:00:00 false

Ingeniero Rubén Lozano Montemayor, Director de la Facultad de Ciencias Económico Administrativas de la Universidad Regiomontana de Monterrey; Doctor Eduardo Macías Santos, Director de Asuntos Religiosos del Gobierno del Estado de Nuevo León y Consejero de esta Universidad; Doctora Salvadora Peña Guarde, Directora de la Carrera de Negocios Internacionales; Licenciado Jorge García Murillo, Director del Forum Universal de las Culturas, cuerpo docente de esta casa, alumnos de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas, alumnos de la carrera de Negocios Internacionales.

Señoras y Señores, buenas noches.

Puede parecer una paradoja hablar de paz para Israel justo en el momento en que solo se escucha acerca de la guerra en el Medio Oriente. Pero es en momentos de crisis en donde hay una mayor concentración de energía creativa y analítica y mayores posibilidades de encontrar soluciones. En eso estamos en este día.

Podría alguien preguntar: ¿Hay alguna posibilidad de paz para Israel? La respuesta a esta pregunta se encuentra en un texto sagrado escrito hace más de tres mil años cuando el Eterno habla Sus bendiciones por medio del profeta Moisés sobre los hijos de Israel.

Él dice que no hiciesen ídolos y que siguiesen sus preceptos y sus estatutos. Una de las bendiciones habladas fue la paz, tanto en la bendición sacerdotal de Números, capítulo 6, versos 21 al 26 como en Levítico, capítulo 26, versos 6 que dice:

Y yo daré paz en la tierra, y dormiréis, y no habrá quien os espante; y haré quitar de vuestra tierra las malas bestias, y la espada no pasará por vuestro país.”

En esas palabras podemos ver que hay una promesa de paz para Israel. Dios hace un pacto con Su pueblo. La diferencia entre Dios y los hombres es que Él no deshace lo que pactó. Pueden los hombres olvidarse de su pacto, pero Dios no.

Cuando dice Dios que daría paz en la tierra de Israel y que ella no pasaría (y que por ella no pasaría la espada), o sea, no habría más guerras, eso tiene que convertirse en una realidad aunque momentáneamente no se vean evidencias de eso.

Ese texto habla de una paz imperecedera. Por esa paz debemos trabajar todos. Pero mientras no venga esa paz trabajamos porque haya paz entre los hombres y entre los pueblos aunque sea una paz temporal.

El pueblo quiere paz. La paz en el Medio Oriente significa mucho más que el estado de ausencia de guerra entre Israelíes y Palestinos o entre Israelíes y Libaneses. Se necesita una acción proactiva de sus líderes por la paz y por el respeto mutuo. Tiene que haber una predisposición para la convivencia duradera. No se pueden poner condiciones para la vida. Preservar la vida debe ser la meta principal de los gobernantes.

Otro punto importante para la promoción de la paz es que no podemos olvidar que la guerra en Medio Oriente es una guerra religiosa. Siendo así, es conveniente comprender la base de la fe de los pueblos en conflicto y rechazar el fanatismo religioso.

Si vamos a la Torá, vamos a encontrar entre las leyes y ordenanzas dadas por Dios al profeta Moisés, que habla en contra de la venganza y de guardar la ira y exhorta amar al prójimo como a uno mismo. Levítico, capítulo 19, verso 18.

El Nuevo Testamento, que es la parte visional de la fe cristiana, al texto básico del judaísmo, y también el Talmud, que es el libro de las enseñanzas rabínicas, dice que el principal mandamiento es amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo.

Su autor, el profeta Jesús de Nazaret, no dice que es el amor al prójimo que piensa como uno o que cree como uno. Él no impone condiciones al amor. Al contrario, dijo: “Ama a tus enemigos.” Eso es amor incondicional.

El Corán, que es la revelación dada por los ángeles de Alá al profeta Mahoma, también reitera todo lo dicho por los profetas incluyendo a Moisés y a Jesús, Surah 2, verso 87.

En el verso 177 de esa misma Surah número 2 explica cómo es manifiesta la piedad, amando a los parientes, a los huérfanos, al necesitado, al viajero, al mendigo y a esclavos, en hacer la oración y sigue enumerando otros puntos de la fe Islámica.

Si todas esas religiones predican lo mismo en cuanto al amor al prójimo, ¿por qué entonces hay guerra entre ellos por motivos religiosos? Es a causa del fanatismo.

Las interpretaciones privadas de los textos sagrados han producido el extremismo y el fundamentalismo, que son el combustible del terrorismo.

El fanatismo religioso, en nombre del cristianismo, personificado en la inquisición católica romana, mató cerca de 68 millones de personas, judíos y musulmanes están incluidos en esa cuenta.

En nombre del judaísmo, los miembros del Sanedrín pidieron la muerte de Jesús creyendo estar defendiendo la fe.

El fundamentalismo islámico a dejado huellas profundas en la vida de los Estados Unidos de América y por qué no decir del mundo entero, por el atentado a las Torres Gemelas en New York. Eso sin mencionar los otros tantos atentados terroristas que a menudo rellenan los periódicos y noticieros. Siendo Israel un territorio sagrado para esas tres religiones monoteístas, es la mecha de la guerra o la mecha de la paz.

Trabajo por la paz, por la unión y por la concordia en el mundo.

¿Qué está haciendo usted por la paz?

Muchas gracias.