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|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
| El Enviado de Jesucristo | 2006-03-14 | 2 | Boa Vista | Roraima | BR | 00:00:00 | false |
Leemos en el libro del Apocalipsis y también en el evangelio según San Juan; en el evangelio según San Juan, capítulo 13, verso 20 dice:
“De cierto, de cierto os digo: El que recibe al que yo enviare, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.”
Nuestro tema es: “EL ENVIADO DE JESUCRISTO.”
A través de la historia bíblica en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento, encontramos personas que fueron enviadas por Dios: como Noé, como Abraham, como Moisés, como Josué, como los demás Profetas y aun los jueces también, y también encontramos al rey David enviado por Dios para ser rey sobre el pueblo hebreo.
En el Antiguo Testamento todos los que recibieron a esos hombres de Dios, fueron bienaventurados, fueron bendecidos, porque estaban recibiendo en esos hombres de Dios al que los envió: a Dios en Espíritu Santo manifestado en esos hombres.
Esto lo muestra claro Zacarías en el capítulo 7, versos 11 al 12, donde dice... y vean, aquí nos muestra también los que no quisieron escuchar y por consiguiente no quisieron recibir a esos hombres de Dios. Dice así:
“Pero no quisieron escuchar, antes volvieron la espalda, y taparon sus oídos para no oír;
y pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu, por medio de los profetas primeros; vino, por tanto, gran enojo de parte de Jehová de los ejércitos.”
Lo que esos Profetas hablaban era la Palabra de Dios, porque esos Profetas eran enviados por Dios, y en ellos estaba Dios en Espíritu Santo hablándole al pueblo hebreo; y al no recibir a esos Profetas y no querer escuchar su mensaje, no estaban recibiendo a Dios ni estaban escuchando la Voz de Dios a través de esos Mensajeros que Dios envió. Esto está de acuerdo a Deuteronomio, capítulo 18.
Hay personas que dicen: “Yo quiero oír la Voz de Dios, la Voz de Dios para el tiempo en que estoy viviendo, quiero oír la Palabra de Dios para el tiempo en que estoy viviendo.”
Vean ustedes, dónde estará la Palabra de Dios; hay hambre y sed de oír la Palabra de Dios (Amós, capítulo 8, verso 11), hambre y sed, no de pan y agua, sino de oír la Palabra de Dios. ¿Y dónde la vamos a encontrar? Porque el alma del ser humano tiene hambre; no hambre de pan literal, ni sed de agua literal.
Porque así como el cuerpo físico necesita pan literal, alimento físico, y agua literal, nuestra alma come y bebe, pero no agua literal y pan literal. “Porque no solamente de pan vivirá el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios.” Es hambre de la Palabra de Dios, porque ése es el alimento para el alma del ser humano. “No solamente de pan vivirá el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios.”
Y ahora, veamos dónde estará la Palabra, el alimento espiritual para el alma de las personas en el tiempo que les toca vivir. En Deuteronomio, capítulo 18, verso 15 al 19, dice:
“Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis.”
¿A quién dice Dios que el pueblo tiene que escuchar? Al Profeta que Dios envía. Vamos a ver porqué... Cualquier persona puede decir que Dios está mandando a que el pueblo escuche un hombre, vamos a ver, no es a cualquier hombre, dice el verso 18 y 19 de este mismo capítulo 18 de Deuteronomio:
“Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare.”
Y ahora, podemos ver porqué Dios ordena que escuchemos al Profeta que Él envía: porque Dios coloca en la boca de ese Profeta Su Palabra, y cuando ese Profeta habla, su mensaje, eso es la Voz de Dios para el pueblo en ese tiempo.
No escuchar a ese Profeta es no escuchar a Dios, porque Dios está hablando a través de ese Profeta; esa es la forma que Dios por medio de Su Espíritu Santo habló en el Antiguo Testamento a Su pueblo Israel: a través de los Profetas.
Vean también en Jeremías, capítulo 1 lo que dice. Jeremías, capítulo 1, verso 4 en adelante, dice:
“Vino, pues, palabra de Jehová a mí, diciendo:
Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones.”
Esto muestra que un Profeta nace Profeta, no se hace Profeta.
¿Y cuál es el misterio de los Profetas entonces? Porque para ser un abogado usted va a la universidad y se hace abogado, para ser médico usted estudia en la universidad y se hace médico, y así por el estilo. Pero para ser Profeta no hay lugar donde la persona pueda ir a estudiar para hacerse Profeta, tiene que nacer Profeta.
Y ahora, miren lo que es un Profeta: es el hombre en donde Dios coloca Su Palabra para el tiempo en que Él envía a ese hombre; ese hombre ha sido diseñado por Dios, viene con las dos consciencias juntas.
El resto de los seres humanos tiene las dos consciencias separadas, pero un Profeta nace con las dos consciencias juntas, y por esa causa usted encuentra a través de la historia bíblica que los Profetas miraban en otras dimensiones;veían a los Ángeles, los Ángeles hablaban con ellos, como sucedió con el Profeta Moisés, como sucedió también con Abraham el padre de la fe, como sucedió también con Jacob, como sucedió también con Moisés, como sucedió también con Isaías, con Jeremías, con Ezequiel y así por el estilo.
Es que tenían las dos consciencias juntas, miren el Profeta Elías también y al Profeta Eliseo; cuando el siervo de Eliseo le dice que estaban rodeados por el ejército enemigo, Eliseo le dice que no tuviera temor: “Son más los que están con nosotros que los que están en contra.”
Pero el siervo de Eliseo no veía nada, y luego volvió el siervo a decirle a Eliseo, que los enemigos con sus ejércitos habían rodeado la cabaña de Eliseo, y Eliseo dice orando: “Señor, ábrele los ojos a éste para que vea.” Y cuando le fueron abiertos los ojos vio en otra dimensión en la cual normalmente las personas no pueden ver, pero un Profeta viene con las dos consciencias juntas, por lo tanto, puede ver.
Eliseo veía y por eso decía: “Son más los que están con nosotros que los que están en contra.” Eliseo estaba viendo, pero el siervo no veía, hasta que Dios le abrió los ojos.
Cuando los creyentes en Cristo que han muerto físicamente sean resucitados en cuerpos glorificados, y los que están vivos y permanezcan vivos hasta ese momento sean transformados, entonces todos serán personas con las dos consciencias juntas, y serán personas con cuerpos glorificados, igual al cuerpo glorificado de nuestro amado Señor Jesucristo, seremos como Él, le veremos como Él es.
Por lo tanto, las personas creyentes en Cristo son descendientes de Dios por medio del Segundo Adán que es Jesucristo, y por consiguiente todos serán iguales a Jesucristo, y será una raza superior a la raza que existe en la actualidad, y tendrán todo el poder.
Esa descendencia de Dios por medio del Segundo Adán, viene a ser por consiguiente la casa, la familia de David, porque Jesucristo es el Hijo de David, descendiente del rey David, heredero al Trono y por consiguiente al Reino de David.
Y por cuanto hemos sido lavados con la Sangre de Cristo y Él nos ha hecho Reyes y Sacerdotes, pertenecemos a esa Dinastía de David, y por esa causa es que vamos a reinar con Cristo en este planeta Tierra.
Y ahora, todos vamos a ser personas con las dos consciencias juntas. Un Profeta no tiene que dormirse para él tener sus sueños. La persona común tiene que dormirse y entonces sueña, pero los Profetas pueden ver sus sueños, pueden ver en otra dimensión estando despiertos.
Ellos han sido enviados por Dios, Dios ha colocado en la boca de ellos Su Palabra correspondiente a cada tiempo, un enviado, un Mensajero, lo cual también es mencionado como un Ángel, porque Ángel o un Ángel es un Mensajero.
Hay Ángeles celestiales, Mensajeros celestiales, pero hay Ángeles Mensajeros terrenales, seres humanos; por ejemplo, tenemos los siete Ángeles de las siete iglesias en Asia Menor, y esos son hombres que vivieron en aquel tiempo.
También para cada Iglesia que estaba en Asia Menor, también de otra dimensión Dios tenía un Ángel; así como encontramos en el libro del Profeta Daniel que las naciones también tienen Ángeles, Ángeles Mensajeros del Cielo. Por ejemplo, en el capítulo 12 del libro del Profeta Daniel, nos dice que el Arcángel Miguel es el Príncipe que está por el pueblo hebreo. El Ángel guardián del pueblo hebreo, es el Arcángel Miguel con todo su ejército celestial.
También tenemos al Arcángel o Ángel Gabriel, el cual tuvo que luchar contra un príncipe de otra dimensión, pero que estaba manifestado en un rey, era el tiempo de ese imperio ser cambiado para el Imperio de Grecia.
Cuando tiene que surgir un cambio de un impero a otro, el reino de los gentiles que está representado en la estatua o imagen que vio el rey Nabucodonosor, en el libro del Profeta Daniel, capítulo 2, versos 34 al 45, hay una intervención de los Arcángeles Gabriel y Miguel con sus ejércitos.
Para el cambio que habrá del reino de los gentiles al Reino de Dios, para ser establecido el Reino de Dios físicamente en la Tierra, estos Arcángeles estarán en acción con sus ejércitos en favor del Reino de Dios que será establecido por Cristo, el Mesías Judío en este planeta Tierra, para ser establecido el Reino en Israel, Jerusalén ser la Capital del mundo entero, y todo el territorio de Israel ser el Distrito Federal. Todo eso está en el Programa de Dios.
Y por cuanto hay huestes celestiales comandadas por Arcángeles, que son príncipes, también hay Profetas Mensajeros enviados de tiempo en tiempo.
Y ahora, miren aquí este Profeta Jeremías, lo que le dice Dios a él; estamos leyendo en el verso 5, hubo una brecha ahí en la lectura, ahora continuamos, vamos a leerlo para que nos refresquemos la memoria:
“Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones.
Y yo dije: ¡Ah! ¡ah, Señor Jehová! He aquí, no sé hablar, porque soy niño.
Y me dijo Jehová: No digas: Soy un niño; porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande.
No temas delante de ellos, porque contigo estoy para librarte, dice Jehová.
Y extendió Jehová su mano y tocó mi boca, y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabras en tu boca.”
¿Dónde Dios coloca Su Palabra? En la boca del Mensajero que Él envía, en la boca del Profeta que Él envía. “Porque no hará nada el Señor Jehová, sin que antes revele sus secretos a sus siervos sus Profetas.” Amós, capítulo 3, verso 7. Y ahora, continuamos leyendo:
“Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos.”
Un hombre colocado sobre naciones y sobre reinos, por lo tanto, ese hombres es más grande que todos los reyes de esas naciones. El que tiene el control no es el rey, sino ese Profeta. Dice:
“Para arrancar y para destruir, para arruinar y para derribar, para edificar y para plantar.”
Para todo eso Dios levantó al Profeta Jeremías.
Y ahora, miren todo el poder que Dios había colocado en ese Profeta, porque había colocado Su Palabra en la boca de ese Profeta, y la Palabra de Dios es creadora; y cuando un Profeta habla esa Palabra creadora, se tiene que materializar, se tiene que cumplir.
Por eso las profecías bíblicas tienen que cumplirse, por eso Jesús también decía: “Los Cielos y la Tierra pasarán, mas mi Palabra no pasará.” No era una palabra de hombre, era la Palabra de Dios que es creadora y por consiguiente se tiene que cumplir.
El Profeta Ezequiel recibió la visita de Dios, y Dios le dijo que comiera lo que Él encontrase o encontrara. Capítulo 3, verso 1 en adelante de Ezequiel:
“Me dijo: Hijo de hombre, come lo que hallas; come este rollo, y vé y habla a la casa de Israel.
Y abrí mi boca, y me hizo comer aquel rollo.
Y me dijo: Hijo de hombre, alimenta tu vientre, y llena tus entrañas de este rollo que yo te doy. Y lo comí, y fue en mi boca dulce como miel.
Luego me dijo: Hijo de hombre, ve y entra a la casa de Israel, y habla a ellos con mis palabras (las palabras estaban en el rollo que él comió).”
Ahora, en el libro del Apocalipsis, también encontramos que el Ángel Fuerte que desciende del Cielo en Apocalipsis, capítulo 10 viene con un Librito abierto en Su mano; ese es el Libro de los Siete Sellos de Apocalipsis, capítulo 5 que estaba en la mano de Dios, en la diestra de Dios, y lo tomó el Cordero, Cristo. Lo abrió en el Cielo en el capítulo 6 y el capítulo 8, y luego en el capítulo 10 desciende a la Tierra con el Librito abierto en su mano y se lo entrega a un hombre y le es dicho: “Cómelo, será dulce en tu boca, pero será amargo en tu vientre, te amargará el vientre.” Lo mismo que sucedió con el Profeta Ezequiel.
Y luego recibe la orden para profetizar, va a profetizar el contenido de ese Libro, dice el verso del capítulo 10 del Apocalipsis (para que tengan la lectura correcta), verso 5 en adelante dice:
“Y el ángel que vi en pie sobre el mar y sobre la tierra, levantó su mano al cielo (ese Ángel es Cristo),
y juró por el que vive por los siglos de los siglos, que creó el cielo y las cosas que están en él, y la tierra y las cosas que están en ella, y el mar y las cosas que están en él, que el tiempo no sería más.”
Pero encontramos que después, más adelante está el ministerio de Apocalipsis 11, que es el ministerio de los dos Olivos: de Moisés y Elías (y eso corresponde al tiempo en que Dios va a tratar con el pueblo hebreo), y luego, más adelante tenemos el Reino Milenial.
¿Pero el tiempo no iba a terminar? El tiempo que termina es el tiempo de Redención, es el tiempo de la Gracia, la Dispensación de la Gracia termina, pero el tiempo literal continúa. Luego de la Dispensación de la Gracia viene la Dispensación del Reino, la séptima dispensación.
Y ahora, hemos visto este misterio del tiempo que no será más, el tiempo de Redención, el tiempo de Misericordia, el tiempo de la Dispensación de la Gracia, en donde todo ser humano puede obtener la salvación y Vida eterna a través de Jesucristo.
Pero vendrá un momento en que ya no habrá oportunidad para el ser humano, lo cual está representado en la parábola de las diez vírgenes en donde la puerta será cerrada; pero estarán dentro las vírgenes prudentes que tienen aceite en sus lámparas, que tienen el Espíritu Santo, que han obtenido el nuevo nacimiento.
Y las vírgenes insensatas, las cuales no tenían el Espíritu Santo, porque el aceite representa el Espíritu Santo, quedaron fuera, y luego vienen a tocar la puerta, pero la puerta ya estará cerrada, ya será tarde, la Dispensación de la Gracia habrá terminado y la Puerta, que es Cristo, ya no estará abierta para las personas recibir a Cristo y obtener el perdón de sus pecados y obtener la salvación y Vida eterna.
También en San Lucas, capítulo 13, versos 25 al 27 dice que cuando el Padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, entonces vendrán diciendo... Vamos a ver San Lucas, capítulo 13. No podemos esperar que la Puerta se cierre, por eso evangelizamos para que las personas vengan a tiempo y entren por la Puerta abierta. Dice capítulo 13, verso 25 en adelante:
“Después que el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, y estando fuera empecéis a llamar a la puerta, diciendo: Señor, Señor, ábrenos, él respondiendo os dirá: No sé de dónde sois.”
Y ahora, podemos ver que algún día la Puerta estrecha que es Cristo, será cerrada esa Puerta, y ya nadie más podrá entrar al Reino de Dios: eso será cuando se complete la Iglesia del Señor Jesucristo.
Y ahora, viendo que para cada tiempo Dios envía Sus Mensajeros, nos preguntamos: “¿Y cuál será el último Mensajero?” Recuerden que Cristo envió a Sus discípulos como Mensajeros para llevar las buenas nuevas del Evangelio de la Gracia.
Veamos cuál es la promesa; el pueblo hebreo también está esperando a un Mensajero, un Mensajero enviado por Dios.
En este libro hebreo, titulado: “La Religión de Israel,” en la página 73, dice:
“Cuando llegue el tiempo del reino de la fe israelita, Dios enviará a su profeta Elías que ‘unirá el corazón de los padres al de sus hijos, y el corazón de los hijos al de los padres,’ y proclamará así paz universal imperecedera. Ese es el verdadero precursor del Mesías judío, el ángel de la unión y de la concordia en el mundo.”
¿Qué está esperando Israel? A Elías, y estará correcto en esperarlo. En la Fiesta de la Pascua, miren lo que sucede, en la página 77 de este mismo libro dice:
“Una de las costumbres más interesantes del Pésaj es la colocación de una copa de vino ‘para el Profeta Elías,’ que ascendió al cielo en un carro de fuego, y regresará para anunciar al Mesías.”
El pueblo hebreo está esperando al Profeta Elías. ¿Y qué base hay para el pueblo hebreo estar esperando el Profeta Elías? En Malaquías, capítulo 4 está la base, verso 5 al 6, dice:
“He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible.”
O sea, antes que venga ese día en que Dios derramará Su juicio sobre la raza humana, lo cual será en la gran tribulación; pero antes que venga ese tiempo, la promesa es: “Yo os envío el Profeta Elías.”
Por eso Israel está esperando al Profeta Elías antes que venga la apretura de Jacob, y eso está de acuerdo a Apocalipsis, capítulo 11, porque los dos Olivos son Moisés y Elías, son los ministerios de Moisés y Elías repitiéndose, ellos están esperando un hombre de este tiempo, en el cual esté el Espíritu Santo operando el ministerio de Elías.
Bajo ese ministerio el Espíritu Santo llamará ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, doce mil de cada tribu, conforme a Apocalipsis, capítulo 7, versos 1 en adelante; y Apocalipsis, capítulo 14, aparecen ya sellados y colocados en el Monte de Sión, porque ese es el Mensajero que antecede a la Venida del Mesías para el pueblo hebreo.
Ése es el que llamará ciento cuarenta y cuatro mil hebreos; o en palabras más claras: a través de ese Profeta Mensajero es que el Espíritu Santo estará hablando y llamando ciento cuarenta y cuatro mil hebreos. Ese Mensajero es Apocalipsis capítulo 7, el Ángel Mensajero que viene con el Sello del Dios Vivo, o sea, que viene con el Espíritu Santo que es el Sello del Dios Vivo, para llamar y juntar ciento cuarenta y cuatro mil hebreos.
Recuerden que Ángel significa: “Mensajero.” Hay Ángeles celestiales, pero hay Ángeles Mensajeros, Ángeles terrenales que son hombres.
Y ahora, encontramos que solamente ese Mensajero conocerá el mensaje que debe ser predicado al pueblo hebreo, para que sean llamados, juntados y sellados ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, su mensaje será la gran trompeta de Isaías, capítulo 27, verso 13, con la cual serán llamados todos los escogidos.
Esa es la gran Trompeta o Trompeta Final o gran Trompeta o Trompeta de Dios, de Primera de Corintios, capítulo 15, versos 49 al 58, porque es a la Final Trompeta, o sea, al final mensaje, que los muertos en Cristo van a resucitar y los que estamos vivos vamos a ser transformados.
Y esa Final Trompeta es la Trompeta de Apocalipsis 11, verso 15 en adelante, es la Trompeta de los dos Olivos, de los dos Ungidos que están delante de la presencia de Dios. Cristo dijo: “Y enviará Sus Ángeles con gran Voz de Trompeta, y juntarán a sus escogidos.” San Mateo, capítulo 24, verso 31.
Por lo tanto, para este tiempo final tendremos la visita de Cristo en Espíritu Santo operando el ministerio de Elías antes que venga la gran tribulación, antes que venga el día grande y terrible de Jehová; y el pueblo hebreo lo está esperando y lo va a recibir, lo va a reconocer, porque le estará predicando el Evangelio del Reino.
Recuerden que hay una diferencia entre el Evangelio del Reino y el Evangelio de la Gracia: el Evangelio del Reino es para la Dispensación del Reino, y el Evangelio de la Gracia es para la Dispensación de la Gracia, para la sexta dispensación. Ese Profeta predicará el Evangelio de la Gracia y el Evangelio del Reino, y sabrá hacer la diferencia entre el Evangelio de la Gracia y el Evangelio del Reino, y entre la Dispensación de la Gracia y la Dispensación del Reino.
El Evangelio de la Gracia es la Lluvia Temprana, el Evangelio del Reino es la Lluvia Tardía, y tenemos la promesa en Joel de las dos lluvias viniendo a la misma vez, y también en Oseas, capítulo 6, verso 1 al 3.
El pueblo hebreo está esperando a un hombre que venga con la Lluvia de Enseñanza del Evangelio del Reino y con la Lluvia de la Enseñanza del Evangelio de la Gracia. Por esa causa el pueblo hebreo por dos mil años aproximadamente no ha querido recibir a los diferentes Mensajeros de la Iglesia de Jesucristo, diferentes predicadores; aún los mismos Apóstoles no fueron recibidos por el pueblo hebreo como nación.
Pero por miles de personas como individuos fueron recibidos y vinieron a formar parte de la Iglesia del Señor Jesucristo; pero el Evangelio de la Gracia no ha sido recibido por Israel como nación, pero con el ministerio de los dos Olivos Israel va a ser despertado, y va a suceder un fenómeno sociológico que va a estremecer a la humanidad, será un milagro divino, prometido en las Escrituras.
Israel está en una etapa de restauración, como lo vio el Profeta Ezequiel en el capítulo 37, como el campo de huesos secos que luego se juntó hueso, cada hueso con su hueso, y también echó nervios, echó también carne y piel, pero no tenía espíritu.
El espíritu vendrá al pueblo hebreo en su manifestación a través del Mensajero del Día Postrero, en quien el Espíritu Santo estará operando el ministerio de Elías, y por esa causa Israel está esperando a Elías, que precursará la Venida del Mesías. No recibirá a ningún otro predicador.
Israel está a la expectativa, ellos saben lo que están esperando. Por dos mil años han estado esperando que se levante esa persona y que les lleve el mensaje de Dios, la Palabra de Dios para obtener la completa restauración, que será la restauración del Reino de Dios, lo cual será la restauración del Reino de David al pueblo hebreo, y entonces tendrá el tipo de gobierno correspondiente que Dios le ha prometido para el Reino Milenial, lo cual será la Monarquía bajo la dinastía de David, de la cual Jesucristo es el Hijo de David y por consiguiente el heredero a ese Reino.
Estamos en el tiempo más importante de todos los tiempos, este es el tiempo más glorioso de todos los tiempos. Cristo dijo:
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”
Ese Ángel es un hombre, un Mensajero para la Iglesia del Señor Jesucristo, para darle testimonio de todas las cosas que deben suceder; por eso está mencionado en el libro del Apocalipsis desde el primer capítulo hasta el último capítulo, capítulo 22 de Apocalipsis, aparece en el capítulo 1 claramente, aparece en el capítulo 19, verso 9 al 10 claramente, aparece en el capítulo 22, verso 6 y capítulo 22, verso 16 claramente.
Ese es el enviado de Jesucristo para el Día Postrero, para la Iglesia del Señor Jesucristo y después para el pueblo hebreo, ese será el Elías que el pueblo hebreo está esperando, será un hombre, un Mensajero.
Recuerden que Ángel significa “Mensajero,” y un Mensajero es un enviado; y si es un Mensajero de Dios, es un enviado de Dios, si es un Mensajero de Jesucristo, es un enviado de Jesucristo; y el que ha recibido a un Mensajero de Jesucristo en edades pasadas, ha recibido a Cristo manifestado en Espíritu Santo en ese Mensajero, y ha estado escuchando a Jesucristo a través de ese Mensajero.
Así es para este tiempo final, lo conoceremos porque él estará hablando la Palabra que Dios estará colocando en su boca, que será todo lo que Él ha prometido para este tiempo final, y así es como el misterio de Dios será consumado, y entonces todos conocerán el misterio de Dios, y conocerán todas las cosas que deben suceder pronto, y conocerán las cosas que estarán sucediendo en este tiempo.
Podrán comprender qué está sucediendo en el Programa Divino, y podrán ser preparados para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, porque estarán escuchando la Trompeta Final, la gran Voz de Trompeta, la cual fue representada en la Fiesta de las Trompetas de Levítico, capítulo 23, versos 24 al 25.
Por lo tanto, tenemos que estar alertas para ver y recibir al enviado de Jesucristo correspondiente a este tiempo final.
Si estuviéramos viviendo en el tiempo de los Apóstoles, quisiéramos recibir a San Pedro y a San Pablo para que nos predicaran el Evangelio de Cristo.
Pero nos ha tocado vivir en un tiempo mejor que aquel, este es el tiempo para recibir la fe, la revelación para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. Este es el tiempo para escuchar las palabras contenidas en el Libro de los Siete Sellos, el Libro que Cristo estará entregando a un hombre para que se lo coma y luego haga algo muy importante; y esa será la única forma para poder saber, conocer, lo que está escrito en ese Libro, y obtener el entendimiento. O sea, conocer el significado de lo que está escrito en el Libro de los Siete Sellos. Y luego que se come el Libro, dice el capítulo 10, verso 11:
“Y él me dijo: Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes.”
Y luego el capítulo 11 está el ministerio de los dos Olivos profetizando sobre muchos pueblos, naciones y lenguas. Tan simple como eso. Todo es sencillo en el Programa Divino.
El pueblo hebreo está a la expectativa, por eso ustedes encontrarán un acercamiento entre el pueblo hebreo y el Cristianismo. Ellos saben lo que están buscando, y el Cristianismo debe saber lo que está buscando Israel y debe saber lo que Cristo tiene para el cristianismo.
Cristo en el capítulo 17 de San Mateo, verso 10 al 13, cuando le preguntaron los discípulos a Jesús luego de bajar del Monte de la Transfiguración... ellos habían visto a Cristo glorificado, glorificado con Moisés a un lado y Elías a otro lado.
Y luego cuando bajaron del Monte le preguntan a Jesucristo: “¿No dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero?” O sea: “¿Por qué dicen los escribas, porqué ellos dicen, todos esos doctores de la ley porqué dicen que es necesario que Elías venga?”
Vamos a leerlo tal y como está aquí escrito, capítulo 17 de San Mateo, verso 10 al 13, dice:
“Entonces sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Por qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero?
Respondiendo Jesús, les dijo: A la verdad, Elías viene primero, y restaurará todas las cosas.”
Ese es el Elías prometido en Malaquías, capítulo 4, para venir antes del día grande y terrible de Jehová, del Señor. Pero para aquellos días estaba Juan el Bautista, que era el Elías precursor de la Primera Venida de Cristo:
“Mas os digo que Elías ya vino, y no le conocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron; así también el Hijo del Hombre padecerá de ellos.
Entonces los discípulos comprendieron que les había hablado de Juan el Bautista.”
Cuando Dios dice que enviará un Profeta que ya había enviado en el pasado, es el ministerio de aquel Profeta siendo operando por el Espíritu Santo en otro Profeta, por eso Israel está esperando a un hombre en el cual esté ese ministerio del Profeta Elías, y también está esperando la Venida del Mesías, está esperando a un hombre que aparezca en la Tierra y que le dé la paz que tanto Israel desea.
Por lo tanto, es necesario que comprendamos lo que es un Mensajero enviado de Dios para una edad o para una dispensación, porque para este tiempo tenemos la promesa de parte de Dios, que Jesucristo enviará a Su Ángel, que será el enviado de Jesucristo, para Su Iglesia y después para el pueblo hebreo.
Ese será el único que conocerá completamente estos misterios del Evangelio de la Gracia y del Evangelio del Reino, de la Dispensación de la Gracia y de la Dispensación del Reino, y sabrá cómo tratar con el pueblo hebreo, porque será el Espíritu Santo en él haciendo esa Obra.
Él no hará nada de sí mismo, será el Espíritu Santo en ese hombre, será el Sello del Dios Vivo, el Espíritu Santo manifestado en el Día Postrero en el Mensajero, en el Enviado de Jesucristo para este tiempo final.
“EL ENVIADO DE JESUCRISTO.”
Ya hemos visto que así como tuvo muchos enviados Apóstoles, Él dijo que enviaría Apóstoles y que enviaría Profetas, para este tiempo final Él tendrá el último enviado, hemos visto que será el Elías prometido para el pueblo hebreo.
Pero vendrá antes de la gran tribulación, con la gran Voz de Trompeta para llamar y juntar a todos los escogidos de Dios, ciento cuarenta y cuatro mil hebreos; pero antes estará en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo.
Y no queremos que se nos vaya a escapar, que se nos vaya a pasar por alto ese Mensajero, y que luego lo vayamos a ver con el pueblo hebreo y con el grupo de los ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, y vayamos a decir: “¿Cómo no lo pudimos ver? ¿Cómo no lo pudimos comprender y ya se nos fue de entre nosotros?” No queremos que eso nos vaya a pasar.
Por lo tanto, tenemos que estar con nuestros ojos espirituales bien abiertos, y con la Biblia abierta, escudriñándola en todo tiempo para que no se nos vaya a escapar el Enviado de Jesucristo para el Día Postrero, para este tiempo final.
“EL ENVIADO DE JESUCRISTO.” Ese ha sido nuestro tema para esta ocasión.
Si hay alguna persona que ha recibido a Cristo como Salvador, y ha sido bautizada en agua en Su Nombre y ha recibido Su Espíritu Santo, tiene Vida eterna, ha nacido en el Reino de Dios, ha asegurado su futuro eterno con Cristo en Su Reino eterno. Yo lo aseguré con Cristo en Su Reino eterno. ¿Y quién más? Cada uno de ustedes también.
Si hay alguna persona que todavía no ha asegurado su futuro eterno con Cristo en Su Reino eterno, lo puede hacer en estos momentos y yo oraré por usted. Si hay alguno, puede pasar acá al frente y yo oraré por usted.
Vamos a dar unos minutos para que pueda venir toda persona que quiera asegurar su futuro eterno con Cristo en Su Reino eterno, si no lo ha hecho todavía.
Vamos a estar puestos en pie. Si hay alguna persona puede venir para que quede incluido en esta oración que estaré haciendo.
Recuerden que lo más importante es la Vida eterna; esta vida terrenal es temporal, pero tenemos el privilegio y oportunidad de obtener la Vida eterna a través de Jesucristo, que es el único Salvador. “Porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos,” dice San Pedro en el libro de los Hechos, capítulo 4, verso 12. Y si no hay otro nombre para salvación, entonces venimos a los Pies de Cristo para que Él nos dé la salvación y Vida eterna.
Pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo los que están aquí presentes y no han recibido a Cristo todavía como Salvador, y los que están a través de internet o del satélite en otras naciones y no habían recibido a Cristo, lo pueden hacer en estos momentos.
A través de la predicación del Evangelio de Cristo, ha nacido la fe de Cristo en vuestro corazón, porque la fe viene por el oír la Palabra de Dios. “Y con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.” [Romanos 10:10]
Y ahora, tiene la oportunidad de confesar públicamente a Cristo como su único y suficiente Salvador. Es un asunto de Vida eterna recibir a Cristo como único y suficiente Salvador.
Usted puede hacer muchas decisiones en su vida, pero ninguna de ellas lo coloca en la Vida eterna; excepto una, que es recibir a Cristo como único y suficiente Salvador.
Todavía vienen más personas que quieren asegurar su futuro eterno con Cristo en Su Reino eterno; pueden continuar viniendo las personas que faltan por venir para que queden incluidas en esta oración que estaré haciendo dentro de algunos segundos.
Vamos a prepararnos para orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo. Los niños de diez años en adelante también pueden venir a los Pies de Cristo, ya tienen conocimiento del bien y del mal, y pueden venir a Cristo.
Algunas veces hay personas que son tímidas, y les da timidez o vergüenza que lo vean recibiendo a Cristo como Salvador; pero Cristo dijo: “El que se avergonzare de mi delante de los hombres, Yo me avergonzaré de él delante de mi Padre que está en los Cielos.” También dijo: “El que me confesare delante de los hombres, Yo le confesaré delante de mi Padre que está en los Cielos.” Eso está en San Mateo, capítulo 10, verso 32 al 33.
Todos queremos que Cristo nos confiese delante del Padre Celestial para que nos dé la entrada a Su Reino eterno, todos queremos entrar al Reino de Dios. Todos queremos vivir eternamente, y todos tienen derecho y oportunidad de entrar a la Vida eterna. Es un derecho que Dios le ha dado al ser humano.
Vamos a prepararnos ya para orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo; vamos a levantar nuestras manos al Cielo a Cristo para orar. Repitan conmigo esta oración las personas que han venido a los Pies de Cristo. Con nuestros ojos cerrados, también los que están en otras naciones repitan conmigo esta oración:
Señor Jesucristo, ha nacido Tu fe en mi corazón al escuchar la predicación de Tu Evangelio, creo en Ti de todo corazón, creo en Tu Primera Venida, creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de la Expiación por mis pecados, creo en Tu Nombre como el único Nombre bajo el Cielo dado a los hombres, en que podemos ser salvos.
Doy testimonio público de mi fe en Ti reconociendo que soy pecador y necesito un Salvador, por lo cual Te recibo como mi único y suficiente Salvador, salva mi alma. Te ruego perdones mis pecados y con Tu Sangre me limpies de todo pecado, y me bautices con Espíritu Santo y Fuego y produzcas en mí el nuevo nacimiento, luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre, en donde me identificaré Contigo en Tu muerte, sepultura y resurrección. Salva mi alma, Te lo ruego. En Tu Nombre eterno y glorioso Señor Jesucristo. Amén y amén.
Y con nuestras manos levantadas al Cielo a Cristo, decimos todos: ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! Amén y amén.
Y ahora, ustedes me dirán: “Quiero ser bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo lo más pronto posible, pues Cristo dijo: ‘El que creyere (y ya creí y lo recibí como mi Salvador) y fuere bautizado, será salvo.’ Quiero ser bautizado lo más pronto posible, donde me identificaré con Su muerte, sepultura y resurrección. ¿Cuándo me pueden bautizar?” Es la pregunta de ustedes desde lo profundo de vuestros corazones.
Por cuanto ustedes han creído en Cristo de todo corazón, bien pueden ser bautizados en agua en estos momentos, para lo cual pregunto al reverendo aquí si hay agua: ¿Reverendo Israel Souza, hay agua? Hay agua, hay bautisterios. ¿Hay ropas bautismales? Hay ropas bautismales también. ¿Hay ministros que les bautizarán? Hay ministros que les bautizarán. ¿Hay personas que les ayudarán? ¿Hay vestidores de ropa también? Hay vestidores de ropa, hay personas que les ayudarán, hay ropas bautismales también. Por lo tanto, bien pueden ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo.
Y que Jesucristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento, y así nazcan en el Reino de Cristo y tengan así la Vida eterna. En el Nombre del Señor Jesucristo.
Y a vuestros familiares Cristo los traiga a Sus Pies y les dé también la salvación y Vida eterna, para que estén viviendo con ustedes eternamente en el Reino de Jesucristo. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.
Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio de nuestro tema: “EL MENSAJERO DE JESUCRISTO.”
Muchas gracias por vuestra amable atención, y con ustedes dejo al reverendo Israel Souza para indicarles hacia dónde caminar para colocarse las ropas bautismales y ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. Vamos a tenerlo ya aquí para continuar. Y lo que están en otras naciones también pueden ser bautizados en agua en estos momentos.
Que Dios les bendiga, y pasen todos muy buenas noches.
“EL ENVIADO DE JESUCRISTO.”