obsidian/es/2014/02/spa-2014-02-15-1-el_buen_so...

15 KiB

title date activity place city state country duration rm public
El buen soldado de Jesucristo 2014-02-15 1 Bogotá D.C. Cundinamarca CO 00:00:00 true false

Muy buenas tardes, ministros, compañeros en el Cuerpo Místico de Cristo nuestro Salvador. Es una bendición y privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final.

Ayer estuvimos platicando allá en Cali con los ministros, y luego con todos los hermanos que estuvieron en la reunión de la noche; y de parte de Dios hubo una bendición muy grande de almas para Cristo; lo cual, cuando continúen viendo el video que estaban viendo ustedes, podrán ver todas las almas que vinieron a los Pies de Cristo.

También en la reunión de ministros estuvimos platicando sobre los trabajos en la Obra con congregaciones, iglesias, en diferentes países; lo cual es una Obra de parte de Cristo.

También estuvimos viendo los trabajos con la Embajada de Activistas por la Paz, lo cual también es una Obra de Cristo para nuestro tiempo.

Todo lo que está dentro de ese Programa, lo vamos a ver a medida que se va cumpliendo. Para que no se interrumpa trataré siempre de no decirles, sino señalarles los éxitos a medida que se van obteniendo; esto es para que no vayan a imitar otras personas la labor que se lleva a cabo.

Somos todos bienvenidos también a trabajar en los proyectos de la Embajada de Activistas por la Paz. Los resultados los vamos viendo. Ya en tan poquito tiempo ustedes pueden ver todo el resultado que se ha obtenido, y ha sido todo positivo; y lo que falta. Así que todo va marchando muy bien.

Y yo puedo decir: En esas labores, en la Embajada y sus labores, yo tengo una partecita. ¿Y quién más puede decir así? [¡Amén!] Pues me alegro que sean también voluntarios de la Embajada de Activistas por la Paz, y estén activos trabajando ustedes con vuestras congregaciones en todas las formas de trabajo que se llevan a cabo: las donaciones de sangre y en los proyectos de las universidades, los Foros Universitarios, en los cuales en todos los países que se han estado llevando a cabo ha sido un éxito, están teniendo éxito y se continúan llevando a cabo. Y también los trabajos en los Congresos de las diferentes naciones, en donde también se han estado llevando a cabo y se ha estado obteniendo un éxito rotundo. Y todos los demás que ustedes saben; y los que faltan.

Así que siempre, en cada tiempo, en cada etapa de la Iglesia, son convocados a trabajar en el Programa Divino que Dios tiene para ese tiempo; y siempre basando todo proyecto, todo trabajo, en las promesas que hay para ese tiempo.

También tenemos las promesas de la construcción de la Gran Carpa-Catedral en Puerto Rico, en donde yo puedo decir: Ahí tengo yo una partecita también. ¿Y quién más? Cada uno de ustedes junto a vuestras congregaciones.

O sea, que hay mucho trabajo, muchos proyectos; porque hay muchas promesas para la Iglesia del Señor Jesucristo y Sus ministros para este tiempo final.

Hay un corito que dice: “Todas las promesas del Señor…” [mías son] Y mías también; son nuestras. Las que hay para este tiempo final no fueron para los del tiempo de San Pablo ni para los demás mensajeros; son nuestras. Y las estamos conquistando por la fe.

O sea, si… un ejemplo, si dice la Escritura que Dios va a tener valientes trabajando en el Programa de Dios correspondiente a nuestro tiempo, como fue en tiempos pasados, entonces trabajamos en esas promesas. Si dice que se va a construir una Casa para Dios, para conquistar esa promesa ¿cómo se conquista? Creyéndola y comenzando a trabajar en la construcción. Tan sencillo como eso.

Por la fe, creyendo en esas promesas, se trabaja en ese proyecto, en esa promesa, todo el trabajo basado en esa promesa; y se logra el éxito.

Es como Dios le dijo a Josué luego de la muerte de Moisés: que fuera valiente, que se esforzara, y que Dios estaría con él, y que nadie le podría hacer frente. “Como estuve con Moisés estaré contigo,” le dice Dios a Josué.

Y lo mismo es para la Iglesia del Señor Jesucristo y Sus ministros del Día Postrero: Así como Cristo estuvo con Su Iglesia allá entre los apóstoles…, porque Él dijo: “Yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.” San Mateo, capítulo 28, verso 20. Y capítulo 18, verso 20: “Donde estén dos o tres reunidos en mi Nombre, allí yo estaré.”

Y la Iglesia como Cuerpo Místico de creyentes ha estado reuniéndose de edad en edad, en una edad, en una etapa, reuniéndose en el Nombre del Señor; y ahí Cristo ha estado velado y revelado a través del mensajero de cada edad, hablándole la Palabra prometida correspondiente para ese tiempo; y alrededor de esa Palabra, Cristo llevando cabo la Obra correspondiente a ese tiempo en unión a Su ayuda idónea, que es Su Iglesia, la segunda Eva, así como Cristo es el segundo Adán.

Y como es una familia, yo pertenezco a esa familia, yo soy uno de los hijos de Cristo y Su Iglesia. ¿Y quién más? Cada uno de ustedes también.

Y vamos a salir de ahí de esa línea, porque por ahí está el secreto del Séptimo Sello; pero vamos a dejarlo quietecito porque le prometí a Puerto Rico que hablaríamos acerca de… ¿de qué? (Estuvieron escuchando entonces). Y no sé hasta dónde pueda dar a conocer; porque no quiero que se interrumpa el Programa Divino; y por eso tengo que guardar muchas cosas sin darlas a conocer, solamente lo que sea necesario dar a conocer.

Pero recuerden que todo estará girando alrededor de lo que Dios ha prometido para nuestro tiempo. Esa será y es la Obra de Cristo con Su Iglesia y en Su Iglesia en este tiempo final.

Como Cristo decía cuando Satanás lo tentaba para que hiciera algo: “Tírate, lánzate de acá arriba, que a Sus ángeles mandará acerca de ti para que tu pie no tropiece en tierra.” Y siempre Cristo le contestaba con: “Escrito está: No tentarás al Señor tu Dios,” y así por el estilo, o “escrito está: No solamente de pan vivirá el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios.”

Siempre la victoria se obtiene agarrado de la Palabra; porque la Palabra es la espada de dos filos, es con lo que nos defendemos de los ataques del enemigo, es donde estamos seguros: detrás de la Palabra del Señor.

Como buenos soldados en Cristo, como dice San Pablo en Segunda de Timoteo, capítulo 2:

“Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo.”

Como buen soldado de Jesucristo estemos firmes en la Palabra de Dios para nuestro tiempo, conscientes de cuál o cuáles son las batallas que tendremos como miembros del Cuerpo Místico de Cristo en este tiempo final. Y recuerden que las batallas más fuertes son en la mente.

Por lo tanto, firmes en y con Cristo, obtendremos la victoria; porque Él nos dará siempre la victoria.

Estemos trabajando en la Obra de Cristo. Todo lo que hagamos, “ya sea de palabras o de hechos, hacedlo todo en el Nombre del Señor Jesucristo”; conscientes de que Él nos dará siempre la victoria.

En Apocalipsis, capítulo 12, versos 1 al 17, hay una batalla muy grande; pero en Apocalipsis, capítulo 19, tenemos a Cristo como un militar montado sobre un caballo blanco, con un Nombre que nadie entiende sino Él mismo; y con un Ejército, que son los creyentes en Cristo, los cuales resucitarán en cuerpos eternos; y ese será el Ejercito de Cristo, para enfrentar al anticristo y su ejército.

Recuerden que habrá un enfrentamiento de acuerdo a Apocalipsis 19, donde nos dice… capítulo 19, verso 11 en adelante:

“Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea (juzga y pelea; es una guerra una batalla. Es el enfrentamiento de Cristo contra el anticristo).

Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo (si nadie lo conocía, es Su Nombre Nuevo).

Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: El Verbo de Dios.

Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos.

De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones (eso es para traer juicio sobre las naciones; y eso da con el Salmo 2, versos 1 al 11), y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso (nos habla de la ira de Dios, del juicio divino que caerá sobre todas las naciones durante la gran tribulación).

Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: Rey de reyes y Señor de señores.”

Lo cual muestra que ya habrá terminado Su Obra de Sumo Sacerdote y ahora estará como Rey y Juez.

(Como) Rey de reyes y Señor de señores.

Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Dios,

para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, carnes de caballos y de sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes.

Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército.”

¿Ven? ¿A quién vio? Vio “a la bestia, a los reyes de la tierra”; porque los reyes de la Tierra son controlados por la bestia. Y los ejércitos con los cuales guerrea la bestia contra Cristo y Su Ejército son los ejércitos de las diferentes naciones del reino de la bestia.

Por eso en Apocalipsis, capítulo 12, verso 1 al 17, envía ríos, aguas, ríos, ejércitos, de las diferentes naciones, en contra de los ciento cuarenta y cuatro mil, de los judíos; y también de las vírgenes insensatas, las cuales pasarán por la gran tribulación también.

“Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre.

Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos.”

Habrá una batalla entre Cristo con Su Ejército, en contra de la bestia, del anticristo, y el ejército del anticristo; sobre todo durante la gran tribulación. Desde antes de la gran tribulación comenzará una apretura, pero Cristo tendrá la victoria con Su Ejército, los cuales resucitarán si murieron, resucitarán en cuerpos glorificados; y esos soldados glorificados, transformados, no tendrán rivales que no puedan vencer.

Por lo tanto, como buen soldado de Cristo nuestro Salvador, permanezcamos fieles a Cristo, sabiendo que con Cristo hemos de obtener la gran victoria en contra del anticristo y su ejército; ya está profetizada la victoria.

Por lo tanto, adelante sirviendo a Cristo, trabajando en el Programa Divino, y conscientes de que habrá una batalla. Mientras tanto, cada uno tiene sus luchas y hay una batalla siempre en la mente de las personas, donde el poder del enemigo y el poder de Cristo están en guerra.

Y luego se va a materializar una literal, una guerra o batalla literal, que comenzará con una apretura, como pasó en los tiempos de Cristo y Sus apóstoles. Y luego que Cristo se fue, continuó esa guerra, esa batalla, en contra de la Iglesia del Señor de aquellos días, y en contra de los apóstoles; y luego en cada edad hubo una batalla también.

Pero hubo un Ejército de Cristo: Su Iglesia con cada mensajero en cada edad, a través del cual Cristo como el Comandante en Jefe dirigía Su tropa de cada edad, a través del mensajero de cada edad. Así siempre ha sido, como dirigía Sus tropas a través de Moisés y luego a través de Josué.

Por lo tanto, podemos ver cómo ha sido también en el campo espiritual, de edad en edad; y falta la batalla final. Y en esa lucha, en el comienzo: seremos transformados, revestidos; ¿y luego qué? Invencibles.

Estemos conscientes de que somos soldados de Cristo en todas las batallas, guerras espirituales; y seremos transformados por Cristo. Y ese será el Ejército grande que viene con Él en Apocalipsis, capítulo 19, con Cristo como el Comandante en Jefe. Y ahí no podemos seguir porque no podemos dejar que se abra el Séptimo Sello todavía.

Que Dios les bendiga y les guarde; y adelante trabajando en la Obra del Señor basados en las promesas para nuestro tiempo. Y obtendremos siempre la victoria.

Trabajemos en lo espiritual y también en lo material. Y cada uno luchando y ayudando a los hermanos de cada congregación, cada ministro, ayudándolos para que reciban las bendiciones de Cristo, y también para que puedan participar más ampliamente en el Programa de Dios para nuestro tiempo. Y ayudándoles si no tienen trabajo, a conseguir trabajo o a prepararse mejor; ayudándoles en todo lo que puedan. Recuerden que esas son las ovejas ¿de quién? De Cristo, del Buen Pastor; y que Él les pedirá cuenta por esas ovejas que Él ha colocado al cuidado de cada uno de ustedes.

Estemos como buenos soldados creyentes en Cristo, unidos bien con el pueblo, con las ovejas que Dios les ha dado para pastorearlas, para tenerles el alimento espiritual a su debido tiempo; o sea, el alimento que corresponde a nuestro tiempo. Y así, todos como Cuerpo Místico de Cristo obtendremos la gran victoria en el amor divino, de la cual habló el reverendo William Branham, y dijo que se iba a obtener esa gran victoria en el amor divino. Y si es en el amor divino, hay que trabajar con amor divino.

Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes y les use grandemente en Su Obra en este tiempo final.

Y éxito en vuestros trabajos en la Obra del Señor, con vuestras congregaciones, y en los trabajos de negocios que ustedes tengan llevando a cabo con todas las personas, incluyendo hermanos creyentes en Cristo o no creyentes en Cristo también.

Ustedes vieron que he mejorado muchísimo de salud, y ya ustedes saben por… que Dios ha provisto. Así que hay buenos negocios en este tiempo final para ganar mucho dinero y tener más dinero para vivir mejor, y también para respaldar la Obra del Señor de este tiempo final. Y eso es haciendo tesoros ¿dónde? En el Cielo. Donde no se devalúa lo que almacenamos ahí.

Acá en la Tierra se devalúa; uno puede tener mucho y de momento se devalúa y perdió la mitad, o perdió mucho; o si se va a la quiebra el banco o el negocio, se pierde todo; aunque algunas veces les queda algo: las deudas, que esas se las van a cobrar siempre.

Bueno, que Dios me los bendiga y les guarde, y los use grandemente en Su Obra en este tiempo final. Y nos vemos mañana, Dios mediante, en el tema correspondiente a mañana: “SANTIFICAOS, PORQUE JEHOVÁ HARÁ MAÑANA MARAVILLAS ENTRE VOSOTROS.”

Me detuve un poquito para darles el tema, para que oren por ese tema, por todo lo que debemos escuchar mañana. Y también oren que no se me escape lo que no deba hablar, que no vaya a hablar más de lo que debo, del Séptimo Sello.

Bueno, que Dios me los bendiga y les guarde, y ya dejo con nosotros nuevamente al reverendo, ingeniero Iván Sarmiento. Dios te bendiga.

“EL BUEN SOLDADO DE JESUCRISTO.”