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| La Palabra profética más segura | 2013-05-31 | 1 | Santiago de Cali | Valle del Cauca | CO | 00:00:00 | false | true |
Muy buenas tardes, ministros, compañeros en el Cuerpo Místico de Cristo nuestro Salvador; es una bendición y privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios, la Palabra profética, que es más segura que cualquier cosa que podamos pensar.
Para lo cual leemos en San Pedro, Segunda de Pedro, capítulo 1, versos 16 al 21, que dice:
“Porque no os hemos dado a conocer el poder y la venida de nuestro Señor Jesucristo siguiendo fábulas artificiosas, sino como habiendo visto con nuestros propios ojos su majestad.
Pues cuando él recibió de Dios Padre honra y gloria, le fue enviada desde la magnífica gloria una voz que decía: Este es mi Hijo amado, en el cual tengo complacencia.
Y nosotros oímos esta voz enviada del cielo, cuando estábamos con él en el monte santo.
Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones;
entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada,
porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.”
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
“LA PALABRA PROFÉTICA MÁS SEGURA.” Esa es la Palabra de Dios dada por Dios a través de Su Espíritu Santo, Su cuerpo angelical, el Ángel del Pacto, Cristo, el cual es la imagen del Dios viviente; y luego, cuando se hizo carne, el cuerpo de carne —el cual ya está glorificado— es la semejanza física de Dios, el cuerpo físico de Dios.
El apóstol Pablo nos dice cómo es que funciona, cómo es que viene la revelación de Dios a Su pueblo. Zacarías nos dijo también en el capítulo 7, verso 11 al 12:
“Pero no quisieron escuchar…”
¿Qué no quisieron escuchar? La Voz de Dios por medio de Moisés, y luego por medio de Josué y luego por medio de los diferentes profetas; no quisieron escuchar esa Palabra profética que estaba en la boca de los profetas de Dios, en los cuales estaba el Espíritu Santo, el Ángel del Pacto.
“Pero no quisieron escuchar antes volvieron la espalda, y taparon sus oídos para no oír;
y pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu, por medio de los profetas primeros.”
Dios enviaba Su Palabra por medio de Su Espíritu, que es el Ángel del Pacto, el cuerpo angelical de Dios, el cual es Cristo en Su cuerpo angelical.
Recuerden que Él dijo: “Antes que Abraham fuera, antes que Abraham fuese, yo soy.” También había dicho: “Abraham vuestro padre deseó ver mi día, lo vio y se gozó.” Le dicen los judíos: “Aún no tienes cincuenta años, ¿y dices que has visto a Abraham?” Jesús les dice: “Antes que Abraham fuese, yo soy.”
¿Cómo era Cristo antes de Abraham, y en el tiempo de Abraham cuando lo vio? Era el Ángel del Pacto, el Ángel de Dios, el cuerpo angelical de Dios, ese cuerpo teofánico de Dios en el cual aparecía a los profetas del Antiguo Testamento desde el Génesis hasta Malaquías.
Y los que veían al Ángel de Dios, al Ángel del Pacto, decían: “Hemos visto a Dios.” ¿Por qué? Porque estaban viendo el cuerpo angelical de Dios, que es el Ángel del Pacto, que es Cristo en Su cuerpo angelical.
“A Dios nadie jamás le vio,” dice San Juan, capítulo 1, verso 18, “el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le declaró, le ha dado a conocer.” O sea, que Dios por medio de Cristo, el Ángel del Pacto, el cuerpo angelical de Dios, el cuerpo teofánico de Dios, es que ha sido dado a conocer Dios, desde Adán hasta el tiempo de Jesús; y del tiempo de Jesús, a través de Jesús en Su cuerpo de carne; pero era el mismo Espíritu, el Ángel del Pacto, y Jesús, dando a conocer a Dios con Su pueblo Israel, Emanuel: Dios con nosotros.
Y Dios por medio de Su Espíritu, así como habló a través de los diferentes profetas, ha estado hablando a Su pueblo a través de Cristo en aquellos días, después a través de los apóstoles, después a través también de los diferentes mensajeros, hasta nuestro tiempo.
Por eso es importante conocer la trayectoria del Ángel del Pacto, del Espíritu Santo, en el Programa Divino que está llevando a cabo desde el Génesis hasta el Apocalipsis; y así es como ha venido a llevarse a cabo la Obra de Dios, lo cual se convierte en la historia del Programa de Dios.
Cada edad y cada dispensación hace su propia historia, y viene a ser también la historia de Dios para cada tiempo. Eso quiere decir que estamos haciendo historia en nuestro tiempo también, y que a medida que leemos la historia del pasado y encontramos personas que obraron mal y otras que obraron bien y otras que se quedaron neutrales, usted puede entender que en nuestro tiempo también cada persona es identificado con alguien de la historia del pasado; de acuerdo a lo que esté haciendo en nuestro tiempo es lo que usted hubiera hecho en el pasado.
Si es un creyente ahora, usted sería un creyente en el tiempo de Noé, en el tiempo de Adán y Eva y sus hijos, en el tiempo de Moisés también; y hubiera estado brazo a brazo con Moisés en aquel tiempo, en el tiempo de Josué hubiera estado brazo a brazo con Josué, en el tiempo de los jueces hubiera estado brazo a brazo con el correspondiente al tiempo que usted estuviera viviendo.
En el tiempo de los profetas y de los reyes, usted hubiera estado brazo a brazo con el profeta correspondiente al tiempo en que usted estuviera viviendo; y en el tiempo de Juan el Bautista, usted hubiera estado brazo a brazo con Juan el Bautista; y en la etapa de Jesús, usted hubiera estado brazo a brazo con Jesús; en el tiempo luego de los apóstoles, los que se reunieron para recibir el Espíritu, usted hubiera sido uno de los ciento veinte allí presentes, allí estábamos representados.
Recuerden que el ministerio de San Pedro es tipo y figura de uno de los Dos Olivos, y el ministerio de Pablo entre los gentiles es tipo y figura de uno de los Dos Olivos; y recuerden que Moisés fue profeta a los judíos, y trajo los juicios, las plagas, para los gentiles: el faraón y su reino; pero Elías fue profeta para judíos y gentiles.
Y San Pablo fue mensajero para los gentiles, aunque también le hablaba a los judíos; o sea, que el ministerio de San Pablo aunque era para los gentiles, también en algunos momentos trataba con judíos.
Los ministerios de los Dos Olivos están representados en San Pedro y San Pablo; por eso el reverendo William Branham nos habla acerca de San Pedro y San Pablo, y por eso también nos habla, cuando pregunta por ahí por la página 30 del libro de “Las Edades”:“¿Cuándo volverá el Evangelio a los judíos? Cuando se haya terminado la dispensación gentil.” Algo así dice.
“Así como los judíos trajeron el Evangelio a los gentiles (lo cual fue hecho por el Espíritu Santo a través de San Pedro en la casa de Cornelio, y por San Pablo a los gentiles)…
Así como los judíos trajeron el Evangelio a los gentiles (eso fue por medio de San Pedro y San Pablo; pero en palabras más claras: por medio del Espíritu Santo usando a esos instrumentos)…
Así como los judíos trajeron el Evangelio a los gentiles, los gentiles lo llevarán de regreso a los judíos (¿y entonces qué?, ¿qué más dice?), y el rapto ocurrirá.”
¿Y cómo lo van a llevar los gentiles a los judíos? Los ministerios de Moisés y Elías, los cuales son ministerios que opera el Espíritu Santo; por lo tanto, el Espíritu Santo tiene que estar entre los gentiles para poder llevar de los gentiles a los judíos el Evangelio; y el Espíritu Santo es el que tiene y opera esos ministerios.
Es como en el Monte de la Transfiguración: vieron a Jesús glorificado, transformado, y luego vieron a Moisés y Elías, uno a cada lado; y después se desaparecieron Moisés y Elías, y solamente vieron a Jesús.
El reverendo William Branham dice que esa es la visión de la Venida del Señor, ese es el orden: Primero verán a Elías (algo así dice) y después a Moisés. ¿Qué vieron ellos? A Moisés y a Elías, o a Elías y a Moisés; ya habían visto primero a Jesús solo siendo glorificado, siendo transformado, vestido de inmortalidad (eso es adopción), y luego vieron al lado de Jesús a Moisés y a Elías hablando con Él con relación a la partida de Jesús hacia Jerusalén, para llevar a cabo esa Obra de Redención en la Cruz del Calvario; y después desaparecieron Moisés y Elías, y solamente vieron a Jesús.
Ese es el misterio del Séptimo Sello. ¿Y cuántos quieren conocer el misterio del Séptimo Sello? Ahí está la fe para ser transformados y raptados; por lo tanto, esperen un poquito, porque la Tercera Etapa... en la Tercera Etapa va a ser abierto el misterio del Séptimo Sello; y todo eso está ligado al cumplimiento de la Visión de la Gran Carpa-Catedral.
Por eso es que todos deseamos llegar hasta ese momento glorioso, en donde le va a ser dada la fe para ser transformados y raptados a todos los creyentes en Cristo nacidos de nuevo; y entonces tendrán la revelación divina de la Primera Venida de Cristo, y la revelación divina de la Segunda Venida de Cristo; ese es el misterio que causó silencio en el Cielo como por media hora.
Por lo tanto, esperamos con paciencia, pero trabajando; y trabajando en pro de que pronto surja en la escena profética del cumplimiento profético de la Palabra profética, la visión convertida en una realidad.
Tiene que ocurrir, porque ya fue vista: fue mostrada por el Espíritu Santo al reverendo William Branham; y por lo tanto, eso vino de la mente de Dios por medio del Espíritu Santo; eso tiene que concretarse, materializarse en esta Tierra, en medio de la Iglesia de Señor Jesucristo, en la etapa que corresponde al tiempo final, en la etapa que corresponde a este tiempo en el cual nosotros estamos viviendo.
Si fuera para ser cumplida en el tiempo de San Pablo, San Pablo no tenía problema: él fabricaba carpas, estaba ligado; pero no fue para ese tiempo, por lo tanto no le fue mostrada la visión a él. Él hubiera construido una Carpa-Catedral al estilo de aquel tiempo.
Y si hubiera sido para aquel tiempo, a San Pablo le tocaba encabezar con su grupo, con los ministros de su tiempo y con el pueblo creyente, el proyecto de la construcción de esa Gran Carpa-Catedral; pero todavía estaba en la mente de Dios y no había sido salida de la mente de Dios por el Espíritu Santo y dada a algún profeta para que lo hablara.
La Visión de la Carpa es Palabra profética, es la Palabra profética hablada para este tiempo final, y por lo tanto tiene que cumplirse, tiene que hacerse una realidad.
No quiere decir que no habrá luchas, no quiere decir que no habrá personas que se opondrán, pues en todos los tiempos los creyentes manufacturados y los incrédulos se han levantado en contra de los verdaderos creyentes; los verdaderos creyentes han estado siempre trabajando en el Programa Divino de acuerdo a la Palabra profética para el tiempo en que ellos están viviendo.
Para cada tiempo hay Palabra profética, hay Palabra de Dios hablada para Dios cumplirla; y eso será el Programa Divino que Dios estará llevando a cabo.
Si la Visión de la Carpa fuera para ser cumplida en el tiempo de Ireneo, de Martín, de Colombo, de Lutero, de Wesley o el reverendo William Branham, tenía que cumplirse en el tiempo vigente de esa edad, o de la edad de alguno de esos mensajeros.
Pero vean, ha transcurrido el tiempo y en ninguna de esas edades se cumplió, y ninguno de esos siete mensajeros llevó a cabo el proyecto. Digamos, como dice en Hebreos, lo vieron de lejos y hablaron de él. Cuando San Pablo habla de la adopción de los hijos e hijas de Dios, está hablando del tiempo en que va a ser hecha una realidad la Visión de la Carpa, está hablando de ese aspecto que Dios va a llevar a cabo.
Pero en el tiempo del reverendo William Branham Dios sacó de Su mente por medio del Espíritu Santo esa Palabra profética, y le fue dada al reverendo William Branham para que él la hablara. Es una Palabra profética que es más segura que cualquier opinión humana, religiosa o política.
No importa lo que digan las demás personas, hay una Palabra profética que Dios va a cumplir; y por lo tanto, tiene que revelarlo al pueblo del tiempo en que Él va a cumplir esa Palabra, revelarlo para que trabajen en ese proyecto. Fue revelado como profecía, dada como profecía, pero tiene que ser vivificada esa Palabra, traída a vida, traída a cumplimiento.
Por lo cual habrá personas y ministros, Iglesias y hermanos, que obtendrán esa revelación y trabajarán con amor divino, y con alegría, gozo en sus almas, en ese proyecto divino; porque la Palabra profética es más segura que cualquier cosa que usted pueda pensar.
La Palabra profética es el pensamiento divino que nadie conoce, y que solamente puede ser conocido cuando Dios lo pasa a Su Espíritu, Su cuerpo angelical, el Ángel del Pacto, Cristo, el Espíritu Santo; y de ahí el Espíritu Santo comienza a hablar esa Palabra, ese pensamiento divino creador, comienza a hablar y comienza a crearse ese programa.
Es dado por el Espíritu Santo, revelado como Palabra profética, porque el único que trae la profecía es el Espíritu Santo, es el Espíritu de la profecía; y lo da siempre a un hombre. “Porque no hará nada el Señor sin que revele Sus secretos a Sus siervos, Sus profetas.” Amós, capítulo 3, verso 7.
Es por medio de esa Palabra creadora siendo hablada, que luego se va materializando y se va llevando a cabo el Programa Divino, se va haciendo una realidad en la Tierra.
Así siempre ha sido. Dios por medio del Verbo que era con Dios y era Dios, que es el Ángel del Pacto, Cristo, dijo: “Sea la luz,” y fue la luz; y así creó los Cielos y la Tierra, hablando siempre; y fueron creados por medio de Él y para Él. Él es el dueño de toda la Creación, porque Él mismo la hizo para Sí mismo.
Podemos ver que hay un Programa Divino y tiene un orden divino; y no se puede trabajar en la Obra de Dios fuera del Programa de Dios que corresponde al tiempo en que uno está viviendo. Por eso es tan importante obtener la revelación del tiempo en que uno está viviendo: qué dispensación y qué edad de esa dispensación la persona está viviendo, y saber qué es lo que Dios ha prometido llevar a cabo en esa edad y en esa dispensación. O sea, que la persona tiene que ubicarse correctamente.
Si cualquier persona pensara en nuestro tiempo, que estamos viviendo en el tiempo de Noé, diría: “Pues vamos hacer un arca”; pero estamos viviendo en un tiempo como el de Noé: paralelo, un tiempo paralelo al de Noé. Por lo tanto, si hubo algo para hacer allá: hay algo para hacer acá.
Tenemos que saber cuál es nuestro tiempo, tenemos que saber por qué vivimos en este territorio del continente americano y tenemos que saber la trayectoria del Espíritu Santo desde el Génesis hasta el Apocalipsis, la trayectoria del Espíritu Santo a través de cada dispensación, y saber esa trayectoria del Espíritu Santo de la tierra de Israel, Asia Menor, Europa, Norteamérica.
Y saber hasta ahí, conocer hasta ahí, es un buen conocedor de la historia de la Iglesia, pero si falla en saber hacia dónde se fue el Espíritu Santo después de la etapa que corresponde a Norteamérica, pues lo perdió de vista. Tiene que saber para dónde se movió después de Norteamérica; y para dónde se haya movido, Él cumplirá lo que falta del Programa Divino con Su Iglesia. Y lo que se esperaba, que se hiciera una realidad la Visión de la Carpa en el tiempo del reverendo William Branham, se hará una realidad para el territorio donde se haya movido el Espíritu Santo.
Recuerden que es como la trayectoria del pueblo hebreo por el desierto: para donde se movía la Columna de Fuego, el Espíritu Santo, era que se llevaba a cabo la labor para esa etapa de la trayectoria.
Por lo tanto, es importante saber en qué territorio estamos, qué Programa Divino Dios tiene para llevar a cabo en el territorio donde nos encontramos, y cómo trabajar en ese Programa Divino; y en armonía, sin pelearse los unos con los otros, porque afectarían el Programa Divino y serían tenidos delante de Dios como personas que —se dieran cuenta o no se dieran cuenta— estarían estorbando al Programa Divino.
Por lo tanto, tenemos que estar en Amor Divino, unidos, y siendo tolerantes también en algunas ocasiones, y siendo comprensivos, y ayudándonos los unos a los otros, para que no se interrumpa el Programa Divino.
No pensar ni decir: “No ayudes a tal persona para que no tenga éxito en lo que está haciendo.” No. Decirle: “Ayúdalo, para que tenga éxito.” Porque el éxito de él es el éxito suyo y de toda la Iglesia del Señor Jesucristo, es el éxito del Señor Jesucristo.
Por lo tanto, nunca vaya, como decimos nosotros: a bloquear a otra persona; más bien ayúdelo para que así él pueda trabajar en la Obra de Dios; y le va a contar a usted que usted lo ayudó, y él va a decir: “Tal persona me ayudó.”
Así que es un asunto de ayuda los unos con los otros, trabajando en el Programa Divino en armonía y Amor Divino, unánimes, todos unánimes y juntos; juntos en el aposento alto, que representa o tipifica la Edad de la Piedra Angular; esa es la parte más alta del Cuerpo Místico de Cristo, del Templo espiritual, es la Edad de Corona, la Edad de Oro; y unánimes.
Por lo tanto, tenemos que estar pensando en la misma forma en cuanto a la Palabra profética que ha sido hablada para nuestro tiempo. Hay una Palabra profética ya establecida por Dios para nuestro tiempo, y en ella es que tenemos y con ella es que tenemos que estar trabajando en el Programa Divino.
Y el que no pueda ayudar, que no desayude, que no interrumpa a los que están trabajando, para que no tenga un problema doble; porque el no ayudar ya es un problema para la persona; es el mismo problema del que recibió un talento y no hizo nada con él, ese es el que no ayuda; y si desayuda, se pone como el de la parábola de los siervos, en el cual uno de ellos, unos se pusieron a pelear con los demás, pues ya eso es un doble problema para esa persona.
Lo que señala es que van para donde será el lloro y el crujir de dientes, que es la gran tribulación; no hay otro lugar para los desanimadores, los que están siempre siendo problema con los demás consiervos; y no hay lugar, no hay otro lugar para los vagos, los que no hacen nada en el Programa Divino.
Pero para los que trabajan en el Programa Divino y aman a sus compañeros de trabajo, sus compañeros ministros, hay lugar preparado por Dios: la gran Cena de las Bodas del Cordero, a la cual iremos con Cristo en Su Venida.
“He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.”
Con vida eterna. Esa es la recompensa más grande: la vida eterna; la transformación para los vivos creyentes en Cristo, y para los que murieron la resurrección en cuerpos glorificados. Y con esa bendición vienen las otras bendiciones de los demás galardones, de acuerdo a lo que haya trabajado en la Obra del Señor.
Dice que hagamos tesoros ¿dónde? En el Cielo. Ese es el lugar seguro para hacer nuestros tesoros: en el Reino del Señor Jesucristo; y en el Milenio disfrutaremos todo lo que heredaremos en el Reino del Señor; porque “somos herederos de Dios y coherederos con Cristo Jesús Señor nuestro,” Romanos, capítulo 8, versos 14 en adelante.
Por lo tanto, adelante con la Palabra profética que es más segura: más segura que cualquier opinión, que cualquier interpretación humana, más segura que cualquier gobierno terrenal. Las promesas ahí, la Palabra profética, son firmes: todo lo que ha sido prometido es seguro que lo hemos de recibir.
Y que Dios les use grandemente en Su Obra en este tiempo final, y que todos estemos brazo a brazo trabajando en los proyectos divinos correspondientes a este tiempo final.
Toda la Palabra profética correspondiente a este tiempo, al materializarse, será la historia de nuestro tiempo; y en esa historia de nuestro tiempo, usted y yo apareceremos cumpliendo, Dios por medio de nosotros, diferentes profecías correspondientes a nuestro tiempo. O sea, que estamos haciendo historia en este tiempo.
La historia de nuestro tiempo, del Programa Divino de la Iglesia del Señor Jesucristo, será realizada por el Espíritu Santo por medio de creyentes, de personas; y por consiguiente ¿dónde están esas personas?, ¿quiénes son? Somos todos nosotros.
Que Dios les bendiga a todos, y continúen pasando una tarde feliz; y nos vemos, Dios mediante, a las 6:00, ya a las 6:00 estaremos por aquí; así que nos vemos ya en la tardecita o en la noche para continuar platicando la Palabra del Señor, en el tema: “EL TIEMPO SE HA CUMPLIDO Y EL REINO DE LOS CIELOS SE HA ACERCADO.”
Que Dios les bendiga y les guarde, y con nosotros nuevamente el reverendo Miguel Bermúdez Marín.
Mientras llega Miguel, ¿cuántos ya han visto los trabajos de la Embajada de Activistas por la Paz? Está funcionando muy bien la Embajada de Activistas por la Paz, con la cual también muchos de ustedes ya están trabajando, y es un éxito todo el trabajo que se ha llevado a cabo.
También están invitados los que así también desean trabajar en la Embajada de Activistas por la Paz. ¿Quién es el Coordinador Internacional? Por aquí lo tenemos, así que hablen con él, y con el Coordinador Nacional: Iván Sarmiento, de aquí de Colombia.
Bueno, ya, con esa información ya ustedes saben cómo se está trabajando en Colombia, todos los proyectos de la Embajada de Activistas por la Paz.
Que Dios les bendiga y les guarde, y continúen pasando una tarde feliz, llena de las bendiciones de Cristo nuestro Salvador.
Les felicito también, por estar trabajando también en este negocio de 4Life, para bendición, beneficio de los hogares, para que tengan un mejor ingreso económico y puedan vivir más cómodamente en lo económico, ellos: los padres y sus hijos, y también puedan trabajar como desean trabajar en la Obra del Señor.
“LA PALABRA PROFÉTICA MÁS SEGURA.”