32 KiB
| title | date | activity | place | city | state | country | duration | public | youtube | rm | translations | files |
|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
| La palabra que no falla | 2010-11-18 | 2 | Asunción | Asunción | PY | 00:00:00 | false | true |
Muy buenas tardes, ministros, hermanas y hermanos presentes y todos los que están a través de internet o el satélite Amazonas en diferentes lugares. Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes.
Para esta ocasión leemos un pasaje de Isaías, capítulo 55, versos 8 al 11, que dice:
“Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.
Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.
Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come,
así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.”
Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
La Palabra de Dios nunca falla, no falló en el pasado, no falla en el presente y no fallará en el futuro tampoco. Por consiguiente veamos: “LA PALABRA QUE NO FALLA,” que es la Palabra de Dios.
Las personas se preguntan cuál es la Palabra de Dios: la Biblia es la Palabra de Dios, la Palabra que Dios habló por medio de diferentes hombres, diferentes Profetas; pero Dios no quedó mudo después que habló por los que ya habló aquí en la Biblia, porque pensar o decir que ya no hablará más, sería decir que Dios quedó mudo. Por lo tanto, Dios continúa hablando siempre, para lo cual tiene que tener nuevos instrumentos de etapa en etapa, de edad en edad.
Ahora, conforme a Deuteronomio, capítulo 18, podemos ver cómo y dónde estará la Palabra de Dios. Capítulo 18, versos 15 en adelante de Deuteronomio, dice:
“Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis;
conforme a todo lo que pediste a Jehová tu Dios en Horeb el día de la asamblea, diciendo: No vuelva yo a oír la voz de Jehová mi Dios, ni vea yo más este gran fuego, para que no muera.
Y Jehová me dijo: Han hablado bien en lo que han dicho.
Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare.”
¿Dónde Dios dice que pondrá Su Palabra? En la boca del Profeta que Él levante, Profeta como Moisés en el cual Dios colocó Su Palabra, así levantaría Profetas como Moisés para poner Su Palabra en la boca de esos Profetas, y luego llegaría el tiempo en que se cumpliría plenamente: “un Profeta como Moisés;” en los demás Profetas sería parcialmente, pero en toda Su plenitud en el Mesías. Sigue diciendo:
“Y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare.
Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta.”
Y ahora, ¿para qué Dios coloca Su Palabra en la boca de un Profeta como Moisés? Para que la hable al pueblo, y cualquiera que no escuche esa Palabra, será cortado de en medio del pueblo, pierde el derecho a la vida y por consiguiente a la bendición de Dios.
Veamos en Isaías 51, verso 16 dice... dice Dios, vamos a leer desde el verso 15 en adelante del capítulo 51 de Isaías, dice:
“Porque yo Jehová, que agito el mar y hago rugir sus ondas, soy tu Dios, cuyo nombre es Jehová de los ejércitos.
Y en tu boca he puesto mis palabras, y con la sombra de mi mano te cubrí, extendiendo los cielos y echando los cimientos de la tierra, y diciendo a Sion: Pueblo mío eres tú.”
Y ahora, aquí podemos ver que Dios ha colocado Su Palabra en la boca del Profeta Isaías, y por consiguiente sobre el pueblo hebreo, sobre el cual Isaías habló esa Palabra de parte de Dios.
Y ahora, en Ezequiel también nos habla acerca de la Palabra de Dios, y Dios le dice a Ezequiel, veamos el capítulo 2 de Ezequiel, capítulo 2:
“Me dijo: Hijo de hombre (o sea, Profeta, porque Hijo de Hombre es un Profeta)...
Me dijo: Hijo de hombre, ponte sobre tus pies, y hablaré contigo.
Y luego que me habló, entró el Espíritu en mí y me afirmó sobre mis pies, y oí al que me hablaba.
Y me dijo: Hijo de hombre, yo te envío a los hijos de Israel, a gentes rebeldes que se rebelaron contra mí; ellos y sus padres se han rebelado contra mí hasta este mismo día.
Yo, pues, te envío a hijos de duro rostro y de empedernido corazón; y les dirás: Así ha dicho Jehová el Señor.
Acaso ellos escuchen; pero si no escucharen, porque son una casa rebelde, siempre conocerán que hubo profeta entre ellos.
Y tú, hijo de hombre, no les temas, ni tengas miedo de sus palabras, aunque te hallas entre zarzas y espinos, y moras con escorpiones; no tengas miedo de sus palabras, ni temas delante de ellos, porque son casa rebelde.
Les hablarás, pues, mis palabras, escuchen o dejen de escuchar; porque son muy rebeldes.
Mas tú, hijo de hombre, oye lo que yo te hablo; no seas rebelde como la casa rebelde; abre tu boca, y come lo que yo te doy.
Y miré, y he aquí una mano extendida hacia mí, y en ella había un rollo de libro.
Y lo extendió delante de mí, y estaba escrito por delante y por detrás; y había escritas en él endechas y lamentaciones y ayes.”
Sigo, continúo en capítulo 3, verso 1, ahí continúo:
“Me dijo: Hijo de hombre, come lo que hallas; come este rollo, y vé y habla a la casa de Israel.
Y abrí mi boca, y me hizo comer aquel rollo.
Y me dijo: Hijo de hombre, alimenta tu vientre, y llena tus entrañas de este rollo que yo te doy. Y lo comí, y fue en mi boca dulce como miel.
Luego me dijo: Hijo de hombre, vé y entra a la casa de Israel, y habla a ellos con mis palabras.
Porque no eres enviado a pueblo de habla profunda ni de lengua difícil, sino a la casa de Israel.”
Y aquí podemos ver cómo Dios coloca Su Palabra en la boca del Profeta Ezequiel, este rollo está en otra dimensión, no en la dimensión terrenal, y por eso él puede tomarlo, comerlo.
Y ahora, el contenido es la Palabra de Dios en donde están los ayes, los juicios divinos para el pueblo en aquel tiempo, y lo cual es tipo y figura de los juicios divinos que vendrán en este tiempo final.
Y ahora, estamos viendo la forma en que Dios coloca Su Palabra en Sus diferentes Profetas, Sus diferentes Mensajeros, y lo que ellos vienen hablar ¿qué es? La Palabra de Dios, la Palabra que nunca falla. Así es como viene la Palabra de Dios al pueblo:
“Y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare.
Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta.”
O sea, que el ser humano está responsabilizado de oír y en oír la Palabra de Dios, la Palabra que sale de la boca de Dios. Los Profetas son la boca de Dios, cada Profeta es el portavoz de Dios. Así como Moisés ponía la Palabra que Dios le daba, la ponía en la boca de Aarón, Dios coloca Su Palabra en la boca de cada Profeta, así como colocaba también Su Palabra en la boca de Moisés, y Moisés la colocaba en la boca de Aarón, y Aarón la hablaba y la colocaba en el corazón del pueblo.
Era la Palabra que nunca falla; por eso ustedes pueden ver que cuando habló Dios a Moisés cada plaga que iba a venir sobre el pueblo egipcio, y Moisés la recibió y la puso en la boca de Aarón, y Aarón la habló, no falló, vino cada plaga, cada juicio que fue hablado, esos eran los juicios que le había dicho Dios a Abraham, que con mano fuerte Él libertaría al pueblo, la descendencia de Abraham, y castigaría a la nación que les tendrían cautivos (Génesis, capítulo 15, versos 12 al 19).
Ahora, vean cómo es que Dios da a cumplir Su Palabra de la liberación del pueblo hebreo de la esclavitud en Egipto, es Dios, pero usará un instrumento, un velo de carne donde Él colocará Su Palabra, ese hombre la hablará. Moisés no quiso hablar esa Palabra porque era tartamudo, no podía hablar muy bien, pero era el hombre, aunque hablara en esa forma, se iba a cumplir porque era la Palabra de Dios puesta en la boca de ese hombre, pero su hermano Aarón lo entendía bien aunque fuera tartamudo.
Recuerden que en la familia que hay una persona con ese tipo de problema, la familia lo entiende bien, quizás las demás personas no lo entienden bien, pero su familia sí lo entiende bien; y Moisés quería una persona que hablara en su lugar, y se enojó Dios con Moisés porque el programa es que sea el Profeta el que hable esa Palabra que Dios coloca en su boca.
Por lo tanto, no tiene que saber hablar bien la persona, lo que tiene es que ser la persona elegida para ese tiempo como el Profeta de Dios para ese tiempo, donde Dios colocaría Su Palabra para que la hable al pueblo.
Y ahora, viendo que siempre Dios ha estado hablándole al pueblo a través de un hombre, allí mismo en el Monte Sinaí el pueblo decía: “No hable Dios más con nosotros porque hemos de morir, que hable Moisés con Dios, y Dios con Moisés, y que Moisés nos hable a nosotros.”
Y Dios dijo: “Han dicho bien, han hablado bien en lo que han dicho, Profeta les levantaré de entre vuestros hermanos como tú, y pondré mis palabras en su boca y él les hablará todo lo que yo le mandare.” Y también Dios le dijo: “A él oiréis.” ¿Por qué? Porque ese es el que tiene la Palabra de Dios que nunca falla, la tiene para el pueblo porque Dios la ha colocado en esa persona (eso es lo que está en el capítulo 18, versos 10 al 19 de Deuteronomio).
En Amós, capítulo 8, verso 11 nos dice que vendrá un tiempo en que habrá hambre y sed, no hambre de pan ni sed de agua, sino de oír la Palabra de Dios, la Palabra del Señor, la Palabra de Jehová, será un tiempo entonces en que escaseará la Palabra; pero para que pueda ser saciada esa sed y hambre entonces Dios tiene que dar Palabra para lo cual tendrá que tener un hombre, un Profeta en la Tierra al cual hablarle, colocar Su Palabra en la boca de ese hombre, y ese hombre hablar esa Palabra. Esa será la Palabra que nunca falla nuevamente en medio del pueblo de Dios.
A través de los Profetas del antiguo Testamento vino la Palabra que nunca falla y por eso tenemos las profecías que nunca han fallado, han estado cumpliéndose gradualmente cada una en el tiempo correspondiente.
Luego aparece Jesús y la Palabra estaba en la boca de Jesús, por eso Jesús decía: “Yo no hablo nada de mí mismo, sino que como yo escucho al Padre hablar, así yo hablo,” y así por el estilo encontramos que la Palabra que Él hablaba no era de sí mismo, era la Palabra de Dios puesta en la boca de Jesús, y los milagros que Él llevaba a cabo, Él mismo decía: “Yo no hago nada de mí mismo, el Padre que mora en mí, Él hace las obras.” Era una obra divina tanto en el hablar la Palabra como en el hacer los milagros.
Luego llega el tiempo en que Jesús está profetizando de la destrucción de Jerusalén y del templo; y en el año 70 de la era cristiana se cumple esa profecía cuando el general romano Tito Vespaciano entra a Jerusalén en el año 70 y destruye la ciudad, destruyó los muros de la ciudad y destruye el templo, se cumplió lo que Jesús dijo, no por mera casualidad, sino porque era la Palabra creadora, la Palabra de Dios en la boca de Jesús, siendo hablada esa Palabra por labios humanos.
Por eso Jesús decía: “Los cielos y la tierra pasarán (pero ¿qué?) pero mis palabras no pasarán,” ¿por qué? Porque era la Palabra de Dios, la cual no puede pasar, tiene que cumplirse, no es una Palabra que quizás se va a cumplir, no, es una Palabra profética, es una Palabra que se cumplirá en el tiempo para la cual ha sido hablada para ser cumplida.
Puede tardar un día, puede tardar un mes, un año, diez años, cien años o mil años, pero se va a cumplir, por ejemplo las promesas del milenio y las cosas que estarán en el milenio, eso fue hablado hace miles de años y no se ha cumplido, ¿por qué? Porque no estamos todavía en el Reino Milenial; pero en el Reino Milenial vamos a ver esas palabras proféticas se van hacer una realidad; y las que han sido habladas, no importa cuánto tiempo o siglos atrás correspondientes a este tiempo se van a estar cumpliendo, son las que van a estar cumpliéndose.
Y a medida que ha estado pasando el tiempo Dios ha enviado diferentes Mensajeros, Cristo envió de edad en edad en el tiempo de los apóstoles envió los apóstoles, a través de los cuales el Espíritu Santo profetizó, habló esa Palabra que nunca falla, encontramos las profecías de San Pedro, de San Juan, no son las profecías humanas, sino divinas, las profecías del Espíritu Santo que es el único que profetiza pero a través de seres humanos.
Luego encontramos entre los gentiles al apóstol San Pablo profetizando también, tenemos las profecías de la trompeta final o gran Voz de trompeta, tenemos las profecías del recogimiento de los escogidos, tenemos las profecías de la transformación de los vivos en Cristo y la resurrección de los muertos en Cristo en cuerpos glorificados y eternos, y el arrebatamiento de la Iglesia del Señor Jesucristo para ir a la Cena de las Bodas del Cordero. Toda esa revelación divina, toda esa Palabra profética es la Palabra de Dios que nunca falla.
Luego de Dios hablar por medio de los diferentes Mensajeros hasta el reverendo William Branham a través del cual habló muchas cosas que concuerdan con las cosas que habló a través de los Profetas del antiguo pacto o antiguo Testamento y también a través de los apóstoles, habló acerca de este tiempo final de las cosas que sucederían, y trajo la historia también de las cosas que sucedieron a través de las siete etapas o edades de la Iglesia.
Para este tiempo final hay muchas profecías grandes que tienen que hacerse una realidad, por lo cual así como se requirió para la liberación del pueblo hebreo de la esclavitud en Egipto, un Profeta, esa liberación es tipo y figura, ese Éxodo es tipo y figura de dos Éxodos que vendrían más adelante, un Éxodo literal físico es tipo y figura de un Éxodo espiritual en donde Dios sacaría del reino de las tinieblas, reino de las tinieblas está representado en el imperio del faraón, y el faraón es tipo y figura del rey del reino de las tinieblas, del maligno.
Y Cristo ha sacado del reino de las tinieblas de etapa en etapa, de edad en edad a Sus hijos, al escuchar la predicación del Evangelio de Cristo el mensaje de la paz, el mensaje de nuestra reconciliación, y han recibido a Cristo como Salvador y han entrado a ese segundo Éxodo y han sido colocados en el Reino del Señor a la tierra prometida en el campo espiritual.
Y viene un tercer Éxodo en donde ese tercer Éxodo tendrá dos esferas muy importantes, una: Dios sacando por medio de Su Espíritu las personas del mundo denominacional y colocándolas en el Reino del Señor en la etapa correspondiente a nuestro tiempo, y otra: sacándonos de esta tierra y llevándonos a la Cena de las Bodas del Cordero. Tan sencillo como eso.
Para todos los Éxodos anteriores encontramos que ha tenido seres humanos, para el primer a Moisés, para el segundo Éxodo a Jesús y ellos han tenido colaboradores, ministros trabajando para que se haga una realidad ese programa; o sea, que aunque tiene un solo Mensajero, con ese Mensajero tiene un grupo de ministros siempre trabajando en ese programa, bajo la dirección del Espíritu Santo a través de ese Mensajero.
Y ahora, podemos ver que a ese Mensajero es que viene la Palabra de Dios para esa dispensación; si es para una edad, pues viene al Mensajero de esa edad, y así es como Dios obra y llama a Sus hijos en cada tiempo, en cada edad.
Para nuestro tiempo luego del ministerio de todos estos grandes Profetas de Dios y Mensajeros también y los Mensajeros de cada edad de la Iglesia, hay promesas muy grandes para obtener las promesas del Día Postrero, hay promesas grandes para nuestro tiempo, y Dios no cambia su patrón, siempre Él va a obrar en la misma forma.
Por eso es tan fácil, tan sencillo, seguir la trayectoria del programa de Dios, como obró en una dispensación, obra en otra dispensación, como obró en una edad, obra en otra edad; el socio de Dios siempre ha sido el hombre, el ser humano, porque fue hecho a imagen y semejanza de Dios.
Y ahora, para nuestro tiempo tenemos la promesa de que va haber una gran Voz de trompeta o trompeta final que va a ser escuchada y luego va a venir una resurrección de los muertos en Cristo y una transformación de los vivos. Con esa gran Voz de trompeta o trompeta final va a ser llamados y juntados todos los escogidos de Dios en la etapa o edad que corresponde para el recogimiento de esos escogidos.
Así como ha sido siempre en una edad o en una dispensación, habrá una edad y una dispensación, la edad será la Edad de la Piedra Angular, y la dispensación será la Dispensación del Reino que tiene las promesas para la bendición más grande que la Iglesia está esperando, en donde se entrelazan la Dispensación del Reino con la Dispensación de la Gracia.
Habrá una gran Voz de trompeta, esto es, habrá un mensaje mayor, eso será el mensaje del Evangelio del Reino del cual el mismo Jesucristo dijo: “Y será predicado este Evangelio del Reino para testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin.”
Y entonces vendrá el lapso de tiempo de la segunda parte de la semana número setenta que es el tiempo del fin, esos tres años y medio de la gran tribulación que corresponden a la segunda parte de la semana número setenta de la profecía de Daniel, capítulo 9, para lo cual Dios tiene que colocar en la boca de un hombre esa Palabra que nunca fallará, esa Palabra profética, ese mensaje del Evangelio del Reino, ese mensaje del Evangelio eterno, y aquí en Apocalipsis, capítulo 10 encontramos el secreto. Capítulo 10, verso 1 en adelante, dice:
“Vi descender del cielo a otro ángel fuerte, envuelto en una nube, con el arco iris sobre su cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego.”
Es el mismo Ángel que le apareció a Moisés allá en la zarza que ardía y no se consumía en el capítulo 3 del Éxodo, el cual siendo el Ángel del Pacto, es Cristo en Su cuerpo angelical:
“Tenía en su mano un librito abierto; y puso su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra;
y clamó a gran voz, como ruge un león; y cuando hubo clamado, siete truenos emitieron sus voces.
Cuando los siete truenos hubieron emitido sus voces, yo iba a escribir; pero oí una voz del cielo que me decía: Sella las cosas que los siete truenos han dicho, y no las escribas.
Y el ángel que vi en pie sobre el mar y sobre la tierra, levantó su mano al cielo,
y juró por el que vive por los siglos de los siglos, que creó el cielo y las cosas que están en él, y la tierra y las cosas que están en ella, y el mar y las cosas que están en él, que el tiempo no sería más,
sino que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta, el misterio de Dios se consumará, como él lo anunció a sus siervos los profetas.
La voz que oí del cielo habló otra vez conmigo, y dijo: Vé y toma el librito que está abierto en la mano del ángel que está en pie sobre el mar y sobre la tierra.
Y fui al ángel, diciéndole que me diese el librito. Y él me dijo: Toma, y cómelo; y te amargará el vientre, pero en tu boca será dulce como la miel.
Entonces tomé el librito de la mano del ángel, y lo comí; y era dulce en mi boca como la miel, pero cuando lo hube comido, amargó mi vientre.
Y él me dijo: Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes.”
Aquí podemos ver que el Ángel Fuerte, Cristo, el Ángel del Pacto, viene con el Librito abierto en su mano, el Título de Propiedad de los cielos y de la tierra, el Título de Propiedad de la Vida eterna, y Él no se lo come, ese es el Título de Propiedad que Adán tuvo en su mano en una ocasión y tampoco se lo comió.
Y ahora, viene con ese Título de Propiedad que luego permaneció en la diestra de Dios por miles de años, digamos, seis mil años, y ahora viene el Ángel del Pacto y se lo entrega a un hombre y le dice que se lo coma; y luego le dice, luego que se lo ha comido, le dice: “Es necesario que profetices otra vez, sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes.”
¿De qué va a profetizar? Del contenido de ese Libro, así como sucedió con Ezequiel, y ahora en Apocalipsis, capítulo 11 ya se entra a la parte de la profecía del contenido de ese Libro. Dice verso 3 en adelante, dice:
“Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio.”
Y ahora, fue ordenado al que se coma el Libro, que profetice sobre muchos pueblos, naciones y lenguas, y ahora los ministerios de los dos Olivos tienen la comisión de profetizar, es que en el que se coma el Librito estarán los ministerios de los dos Olivos para profetizar, no van a estar unos por un lado profetizando, y otros por otro lado profetizando, es el ministerio del Día Postrero donde el Espíritu Santo estará operando los ministerios de los dos Olivos, los ministerios de Moisés y Elías y trayendo la profecía del Día Postrero, la profecía, la Palabra de Dios que no puede fallar.
“Estos testigos son los dos olivos, y los dos candeleros que están en pie delante del Dios de la tierra.”
O sea, eso es de acuerdo a Zacarías, capítulo 4, versos 1 al 14, donde aparecen los dos Olivos que son los dos testigos que están en pie delante del Dios de toda la Tierra:
“Si alguno quiere dañarlos, sale fuego de la boca de ellos, y devora a sus enemigos (o sea, sale la Palabra); y si alguno quiere hacerles daño, debe morir él de la misma manera.
Estos tienen poder para cerrar el cielo, a fin de que no llueva en los días de su profecía; y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda plaga, cuantas veces quieran.”
¿Quiénes hirieron la tierra con plagas? Moisés.
¿Quién cerró el cielo para que no lloviera por tres años y medio? Elías. Son los ministerios de Moisés y Elías repitiéndolos el Espíritu Santo, operándolos nuevamente en un hombre. Y dice:
“Y para herir la tierra con toda plaga, cuantas veces quieran.”
¿Y cuántas veces van a querer? Cuantas veces Dios les diga que lo hagan.
Y ahora, pasamos al capítulo 14, verso 6 al 7, que dice:
“Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo.”
Este Ángel con el Evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, es el Mensajero del Día Postrero que viene con el Evangelio eterno, el Evangelio del Reino predicándolo y dando a conocer todas estas cosas que han de suceder:
“Diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado (o sea, que viene hablándoles del juicio divino que ha de venir sobre la raza humana); y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.”
Y viene enseñándole a las personas que adoren a Dios, al que creó los cielos y la tierra, ahí podemos ver dónde estará la Palabra que no falla, la Palabra que no falla será hablada esa Palabra trayendo bendiciones, hablando bendiciones en esa Palabra o hablando los juicios divinos que han de venir. Eso no fallará.
Cuando Cristo habló los juicios que iban a caer sobre Jerusalén diciendo: “No quedará piedra sobre piedra que no sea derribada, por cuanto no conociste el día de tu visitación,” esa Palabra de juicio, vean cayó, se cumplió cuando Tito Vespaciano destruyó a Jerusalén y destruyó el templo. LA PALABRA QUE NO FALLA SEA HABLANDO JUICIOS O SEA HABLANDO BENDICIÓN, NO FALLARÁ, SE VA A CUMPLIR LO QUE HA SIDO DICHO.
Ahora, tenemos grandes bendiciones habladas para los creyentes en Cristo en la Palabra que no falla, en la Palabra profética por medio del reverendo William Branham, el cual dio más luz acerca de las palabras de San Pablo y demás apóstoles, palabras de Jesús y demás Profetas con relación al recogimiento de los escogidos.
Cristo dijo: “Y enviará Sus Ángeles con gran Voz de trompeta y juntarán a Sus escogidos,” los escogidos de entre los hebreos, son ciento cuarenta y cuatro mil, doce mil de cada tribu; por lo tanto, siendo que son los ministerios de Moisés y Elías, de los dos Olivos, los que llevarán a cabo esa labor de llamar y juntar los escogidos del pueblo hebreo, en la tierra estará el Ángel que sube de donde nace el sol, que viene con el Sello del Dios vivo, o sea, con el Espíritu Santo para llamar y juntar ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, doce mil de cada tribu.
Pero tiene que aparecer en este tiempo final el Ángel, el Mensajero con el Sello del Dios vivo, o sea, con Espíritu Santo en él operando esos ministerios de Moisés y Elías y llamando y juntando ciento cuarenta y cuatro mil, dice mil de cada tribu de los hijos de Israel. Tan sencillo como eso.
También tenemos la promesa en la Palabra profética de una gran Carpa-Catedral en medio del Cristianismo y por lo tanto, eso se va a cumplir, eso no va a fallar, es una profecía de bendición para la Iglesia del Señor Jesucristo, está mencionada la manifestación de Dios como la Tercera Etapa en donde lo que fue visto en parte manifestando en el séptimo Mensajero de la séptima edad, todo ese poder que Dios manifestó en él, va a ser visto manifestado en toda Su plenitud en el tiempo del cumplimiento de La Visión de la Carpa.
Ahora, sabemos que puede ser establecida, levantada esa gran Carpa-Catedral, comenzarse las labores en ella, comenzarse a predicar, a dar oportunidad a las personas que vengan a Cristo, y eso seguirá aumentando, aumentando hasta que se llegue al tope, se llegue a la manifestación plena de Dios.
Recuerden que siempre Dios obra en una forma progresiva, no es que desde el primer día ya se va a estar viendo todo, será de seguro en una forma progresiva. Una de las cosas que se predicarán, será las trompetas y las plagas, los juicios divinos que han de venir sobre la tierra, porque se estará predicando el día de venganza del Dios nuestro, conforme a Isaías, capítulo 61, cosa que Jesucristo no predicó cuando leyó San Lucas, capítulo 4, versos 10 al 17, Él dice: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres,” y sigue hablando y dice: “Para predicar el año de la buena voluntad del Señor;” y a lo que a continuación decía era: “Y el día de venganza del Dios nuestro.”
¿Por qué no leyó eso? Porque el día de venganza del Dios nuestro es para ser proclamado, predicado en este tiempo final. Por eso Él no continuó leyendo, porque Él leyó hasta donde iba a ser cumplido bajo el ministerio que estaba el Espíritu Santo operando en Él.
Para este tiempo final es que se estará predicando el día de venganza del Dios nuestro, o sea, se estará predicando el tiempo en que Dios va a traer los juicios divinos sobre la raza humana que será durante la gran tribulación que caerán esos juicios divinos, pero antes tienen que ser hablados.
Por lo tanto, podemos ver que Dios no hace nada ni trae el mundo a juicio sin que antes le avise; como fue en los días de Noé: antes de venir el diluvio tuvo que Noé estar predicando, anunciando que vendría el diluvio sobre la humanidad, sobre el mundo antediluviano, y trabajando para escapar de ese juicio divino, trabajando con su gente, y así también se estará en este tiempo trabajando en medio del pueblo de Dios para tener la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero; y trabajando para conquistar todas las promesas de Dios hechas para este tiempo final, para la Iglesia del Señor, conquistar esas grandes promesas por la fe, por la fe y con la fe ¿cómo? En acción; porque la fe sin obras es muerta, por lo tanto, la fe viva es la fe que tiene obras, que tiene acción.
Cuando se está trabajando en un programa divino, ahí está la fe en acción, es una fe viva, ese trabajo es o son las obras de la fe, por eso tomando las Escrituras y tomando las promesas que hay y diciendo: “Yo voy a heredar estas promesas.” Una persona puede decir: “Yo las voy a heredar” y no hacer nada, no va a recibir nada. Otra persona puede decir: “Yo las creo y estoy trabajando para que se hagan una realidad.” Por lo tanto ese las va a obtener. Tan sencillo como eso.
Así que, podemos ver que hay un trabajo en cada tiempo para llevar a cabo para que se cumpla cada promesa de Dios. Tenemos la promesa de La gran Carpa-Catedral y de esa bendición prometida vamos a recibir grandes bendiciones, no importa el país donde se encuentren las personas, porque hay satélites, hay medios de comunicación que llegan a todos los países y no tendrán todos que estar en un mismo sitio porque a través de las comunicaciones, de la comunicación satelital llega todo lo que está pasando en un lugar, llega a otros lugares, y algunas veces se ve hasta mejor.
¿Cómo que se ve mejor? Bueno, si el que está con la cámara está ahí cerca y está tomando todo, el ojo de la cámara ve mejor que uno que esté en lo último sentado, y por consiguiente al estar transmitiendo a través del satélite y de internet, las personas estarán viendo como si estuvieran sentados al frente.
Así que, va a ser una bendición en todas formas para los que estén cerca y para los que estén lejos.
Así que no va a haber problemas cuando esté en pleno cumplimiento La Visión de la Carpa; y eso es lo último que está prometido para la Iglesia, antes de la resurrección y de la transformación de los vivos.
Y va haber un gran avivamiento, un gran despertamiento en el cumplimiento de La Visión de la Carpa, y lo que esté siendo hablado allí va a subir nuestra fe a un nivel que vamos a tener así la fe para ser transformaros y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
Por lo tanto, estaremos trabajando para que se haga una realidad la promesa de La Visión de la Carpa, trabajando todos unidos, unánimes en el mismo sentir, en el mismo conocimiento, la misma revelación obtendremos la victoria, obtendremos la promesa que ha sido hecha para la Iglesia del Señor Jesucristo, porque esa promesa está dada en la Palabra que nunca falla, la Palabra profética fue hablada por el Espíritu de Dios a través de un Profeta, y eso se tiene que cumplir, y se cumplirá en medio de un pueblo que tendrá percepción ¿qué? Profética, y trabajará para el cumplimiento de esa promesa profética y tendrá la bendición de ser participante de todo el trabajo que se haga para que sea una realidad La Visión de la Carpa y también recibiremos todos los beneficios, todas las bendiciones que Dios estará dando en esa etapa.
Aprecio y agradezco mucho el respaldo que le están dando al proyecto de La gran Carpa-Catedral en Puerto Rico; y también el respaldo que le están dando a la obra misionera y evangelística, por cuanto se tiene que completar la Iglesia para que Cristo pueda salir del Trono de Intercesión en el cielo y hacer Su Obra de Reclamo, resucitar a los muertos creyentes en Él y transformarnos a nosotros los que vivimos. Y también aprecio y agradezco mucho el respaldo que le están dando a AMISRAEL, ustedes han visto las labores de AMISRAEL y el éxito que ha estado teniendo.
Que Dios les bendiga y les guarde, y dejo con ustedes nuevamente el misionero, el doctor Miguel Bermúdez Marín para continuar con ustedes en esta reunión de ministros, y a los que están en otras naciones, que Dios también los bendiga grandemente.
Bueno, con nosotros el misionero Miguel Bermúdez Marín.
“LA PALABRA QUE NO FALLA.”