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| Minisitros competentes del nuevo pacto | 2010-03-25 | 3 | Valencia | Carabobo | VE | 00:00:00 | false | true |
Muy buenas tardes, ministros compañeros en el Cuerpo Místico de Cristo nuestro Salvador; es una bendición y privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. Para lo cual leemos en Segunda de Corintios, capítulo 3, versos 1 en adelante donde nos dice San Pablo:
“¿Comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O tenemos necesidad, como algunos, de cartas de recomendación para vosotros, o de recomendación de vosotros?
Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres;
siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón.
Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios;
no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios,
el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica.
Y si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su rostro, la cual había de perecer,
¿cómo no será más bien con gloria el ministerio del espíritu?
Porque si el ministerio de condenación fue con gloria, mucho más abundará en gloria el ministerio de justificación.
Porque aun lo que fue glorioso, no es glorioso en este respecto, en comparación con la gloria más eminente.
Porque si lo que perece tuvo gloria, mucho más glorioso será lo que permanece.
Así que, teniendo tal esperanza, usamos de mucha franqueza.”
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
Tomando el verso 6 de este capítulo 3, dice:
“El cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica.”
“MINISTROS COMPETENTES DEL NUEVO PACTO.”
Ministros competentes del nuevo Pacto, en estos momentos vamos a ver algunos detalles sobre el ministerio para el nuevo Pacto.
Bajo el pacto dado por Dios al pueblo hebreo a través del profeta Moisés, encontramos que fueron, fue establecido un ministerio, un ministerio sacerdotal para ministrar en el tabernáculo que Dios le ordenó al profeta Moisés construir para Dios morar en ese tabernáculo en el Lugar Santísimo de ese templo, y en ese templo o tabernáculo ministraban los sacerdotes ordenados por Dios.
El orden sacerdotal correspondía a Aarón y a sus hijos, y los ayudantes de ellos venían a ser los levitas que también descendían de Leví, pero no tenían esa posición de sacerdotes, pero eran los ayudantes de los sacerdotes a los cuales les correspondía una labor allá en ese templo, en el atrio, y también en las demás cosas que tenían que ser llevadas a cabo en las cuales Aarón y sus hijos les indicaban.
El sacerdocio aarónico o levítico o de Leví o del pueblo hebreo, es el tipo y figura del sacerdocio celestial, y el tabernáculo es tipo y figura del Templo celestial. Si el tabernáculo es tipo y figura del Templo celestial, pues el orden sacerdotal es tipo y figura del orden sacerdotal celestial, que es el orden sacerdotal de Melquisedec, del cual el Mesías, Cristo, que es el Ángel del Pacto, es el Sumo Sacerdote allá en el Cielo, en el Templo o tabernáculo en la Jerusalén celestial, en donde mora Dios.
Y ahora, encontramos que allá siempre ha estado en el Templo, Melquisedec, que es Cristo, el Ángel del Pacto en Su cuerpo angelical y que es llamado también el Espíritu Santo, porque un espíritu es un cuerpo de otra dimensión; pero cuando Cristo subió al Cielo glorificado, se sentó por primera vez en el Templo, en el Trono celestial, un cuerpo físico, pero glorificado en el Trono de Dios, donde el Espíritu Santo ha estado por millones de años sentado en ese Trono, o sea, el cuerpo angelical de Dios, en donde Dios en Su cuerpo angelical ha estado sentado.
Pero luego cuando el Ángel del Pacto en el cual está Dios, se hace carne y vive en medio del pueblo hebreo, y eso fue Dios con nosotros, Dios con los seres humanos vestido de carne humana, fue Dios en carne humana en Moisés, fue Dios en carne humana en los profetas, pero fue Dios en carne humana en Jesús en toda Su plenitud. La plenitud de la Divinidad moró por primera vez en un hombre llamado Jesús.
Y ahora, encontramos que Melquisedec tiene un cuerpo glorificado, y está haciendo intercesión en el Cielo por unos dos mil años como Sumo Sacerdote; en cuerpo angelical, pues Él es el Sumo Sacerdote del Templo celestial, Él es Melquisedec, el cual le apareció a Abraham y le dio pan y vino cuando regresaba de la victoria en contra de aquellos reyes que eran como unos cinco reyes, que se habían presos o cautivos a Lot y su familia y a muchas otras personas del área de Sodoma y Gomorra donde moraba Lot.
Y ahora, encontramos que en el Cielo hay un orden religioso, un orden de adoración, recuerde que los Ángeles adoran a Dios, y si no hay un orden de adoración, de servicio a Dios, entonces no pueden adorar a Dios, tiene que haber un orden.
Y ahora, encontramos que hay un orden sacerdotal también en el Cielo, el orden sacerdotal de Melquisedec, y encontramos que viene a la Tierra el Sumo Sacerdote de ese orden sacerdotal celestial y se hace carne, es el Ángel del Pacto; y a medida que va transcurriendo el tiempo, los miembros de ese orden sacerdotal los encontramos como sacerdotes limpiados con la Sangre de Cristo.
Recuerden que el sumo sacerdote ofrecía sacrificio por sí y por los demás sacerdotes, eso le tocaba hacer a Aarón; y Cristo realiza Sacrificio por los demás sacerdotes que vienen a ser reyes y sacerdotes, y son sus hermanos hijos e hijas de Dios que vendrían a este planeta Tierra y que son llamados también los elegidos de Dios, los escogidos de Dios, los predestinados de Dios, de los cuales Cristo dijo que ninguno se podía perder. Él dijo: “Mis ovejas oyen mi Voz y yo las conozco y me siguen, y yo les doy Vida eterna y nadie las arrebatará de mi mano, mi Padre que me las dio es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre,” esto está por San Juan, capítulo 10, versos 27 al 30, y después dice: “El Padre y yo una cosa somos.”
El Padre estaba en Él, era el Padre celestial vestido de cuerpo angelical y de cuerpo físico, cuerpo físico que sería más adelante glorificado, y por ese proceso también pasan los creyentes en Cristo, pasan por una transformación, reciben una transformación espiritual primero y después recibirán una transformación física y entonces estarán vestidos con la vestidura celestial, el cuerpo glorificado, y con la vestidura celestial del cuerpo angelical que es la primera vestidura que se recibe, el vestido de boda espiritual, y luego el vestido de boda físico que será el cuerpo físico glorificado.
Y ahora, esas personas pertenecen a un Templo; el Templo espiritual de Cristo, y por consiguiente pertenecen también al Templo celestial. Esas personas son (dice la Escritura) “Reyes y sacerdotes.” Primera de Pedro, capítulo 2, versos 4 al 10, dice... dice el verso 9:
“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio.”
Ahora, un real sacerdocio no del templo terrenal, ¿y entonces de qué templo? Del Templo celestial, y por consiguiente miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo tendrán el privilegio de ser ministros en la Casa de Dios, la Iglesia del Señor Jesucristo.
Recuerden que Cristo dijo en San Mateo, capítulo 21, verso 43, hablando a los judíos allá en Jerusalén les dice: “El Reino de Dios será quitado de vosotros...” vamos a ver:
“Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que produzca los frutos de él.
Y el que cayere sobre esta piedra será quebrantado; y sobre quien ella cayere, le desmenuzará.”
El que cayere sobre esta piedra, o sea, el que rendido a Cristo venga y lo reciba com Salvador, dice: “Será quebrantado,” quebrantado de corazón, afligido de corazón por haber pecado contra Dios, y pide perdón a Cristo recibiéndolo como su Salvador; le pide perdón a Cristo quebrantado de corazón, afligido de corazón.
Recuerden que en el día de expiación, el día diez del mes séptimo de cada año de Levítico, capítulo 23, versos 26 al 29, el día de la expiación que es el día del perdón, toda persona tenía que afligirse delante de Dios por haber pecado contra Dios, y pedir perdón a Dios y quedaba perdonado y quedaba cubierto con la Sangre de aquel sacrificio de expiación, cubierto, pero sus pecados no quedaban quitados, quedaban confesados por el sumo sacerdote sobre el macho cabrío que era enviado por el desierto, llevados lejos, y la persona quedaba reconciliada con Dios para vivir un año más. El próximo año tenía que también hacer en la misma forma para tener la continuidad de la vida.
Pero ahora por medio del Sacrificio de Expiación de Cristo, una sola vez hecho, ha quitado nuestros pecados, con Su Sangre nos ha limpiado de todo pecado y nos ha reconciliado con Dios para vivir por toda la eternidad.
Y ahora, Cristo, vean ustedes, no fue en el templo terrenal que presentó ese Sacrificio, Él cuando subió al Cielo se presentó con Su propia Sangre como lo hacía el sumo sacerdote cuando entraba al Lugar Santísimo del templo terrenal, del tabernáculo que construyó Moisés y del que construyó el rey Salomón.
Pero ahora Cristo entra al Lugar Santísimo del Templo celestial con Su propia Sangre para presentarla sobre el Trono de Intercesión, sobre el propiciatorio que es el Trono de Dios, presenta Su Sangre, Sangre del Sacrificio como la Sangre de la Expiación por todos los hijos e hijas de Dios.
Está presentando la Sangre del nuevo Pacto, que fue la Sangre que Él derramó en la Cruz del Calvario y la Sangre de la cual habla en San Mateo, capítulo 26, versos 26 al 29, cuando tomando la última cena con Sus discípulos, tomó pan, lo partió y dio a Sus discípulos, y dio a comer a ellos, y luego... y les dice: “Este es mi cuerpo, comed,” tipificó Su cuerpo en el pan. Recuerden que Él en una ocasión en San Juan, capítulo 6, dice: “El que no coma mi carne y beba mi Sangre, no tiene vida permaneciente en sí.”
Y ahora, encontramos... Él también dijo: “Yo soy el pan de vida, y el que come de este pan vivirá eternamente.” El pan, pues tipifica a Cristo.
Y ahora, Él toma también la copa de vino y dando gracias al Padre, da a Sus discípulos y dice: “Tomad de ella todos, porque esta es mi Sangre del nuevo Pacto que por muchos es derramada para remisión de los pecados.” La Sangre del nuevo Pacto que Dios establecería con la casa de Israel y con la casa de Judá.
Y ahora, la Sangre del nuevo Pacto que Dios había prometido por Jeremías, capítulo 31, versos 31 al 36, ese nuevo Pacto, vean, tiene un Orden divino, tiene un solo Sacrificio, porque los demás sacrificios que se efectuaban en el tabernáculo que construyó Moisés y en el templo que hizo el rey Salomón, solamente eran el tipo y figura del Sacrificio de Cristo, Cristo es nuestra paz, y Su Sacrificio, vean, nos ha traído la paz: el Sacrificio por la paz.
Y ahora, encontramos que hay un orden espiritual de adoración en el Cielo, en el Templo celestial, y todo el programa del nuevo Pacto vean cómo se desarrolla en el Templo celestial y se lleva a cabo en la Tierra una labor en donde son llamados y juntados todos los creyentes en Cristo en un redil llamado la Iglesia del Señor Jesucristo, la cual también es un Templo espiritual que está siendo construido.
Recuerden que el ser humano es templo de Dios, por eso tiene atrio que es el cuerpo, tiene espíritu que es el lugar santo, y tiene alma que es el Lugar Santísimo. Y ahora, vean, está el Templo celestial, está la Iglesia como Templo espiritual y está cada creyente en Cristo como templo espiritual también.
Recuerden que Cristo en una ocasión en San Juan, capítulo 2, verso 17 al 21, dice: “Destruyan este templo, y en tres días yo lo levantaré,” ellos pensaban que estaba hablando del templo físico de piedras, pero estaba hablando de Su cuerpo como un templo, porque el ser humano es un templo espiritual, un templo humano para Dios.
Y ahora, en el Templo celestial Jesucristo es el Sumo Sacerdote; en el tabernáculo que construyó Moisés y el templo que construyó el rey Salomón encontramos que Aarón y su descendencia eran los que tenían la posición de sacerdotes y también el sumo sacerdote tenía que ser descendiente de Aarón.
La descendencia de Aarón tenía el sacerdocio, y la descendencia de Cristo, que es Melquisedec, el Sumo Sacerdote del Templo celestial, la descendencia de Él que son los creyentes en Él son los que pertenecen al orden según Melquisedec, la orden del Templo celestial, y por consiguiente ministran en la Iglesia del Señor Jesucristo los ministros de acuerdo a ese orden celestial.
Por eso el ministerio es del Cielo, y fue instituido por el mismo Melquisedec: el Señor Jesucristo. Él fue el que colocó apóstoles, aún desde antes de Él subir al Cielo, y luego San Pablo dice en Efesios, capítulo 4, versos 11 en adelante y también en Corintios, que Dios ha colocado en Su Iglesia, apóstoles, ha colocado profetas, evangelistas, pastores y maestros. O sea, que hay un orden ministerial en la Iglesia del Señor Jesucristo, como el orden ministerial que hubo allá en Israel en el templo terrenal, y vean que era para la adoración a Dios y el servicio a Dios, y los sacrificios diferentes que se llevaban a cabo ofrecidos a Dios.
Y ahora, todo está funcionando en el Cielo, el Templo celestial que es eterno, y se refleja todo en la Iglesia del Señor Jesucristo. Ahora, en el antiguo pacto el Templo celestial también estaba funcionando, recuerdan a Gabriel que venía en diferentes ocasiones y en el templo terrenal aparecía en algunas ocasiones en el lugar santo al lado derecho del lugar del incienso, del altar del incienso.
Y cuando se encendía los carbones del altar del incienso y se echaba el incienso las oraciones de los santos subían al Cielo, ¿ven? Está ligado a las oraciones del pueblo. Y lo encontramos también siendo enviado de la presencia de Dios, del Templo celestial a llevar a cabo diferentes misiones, diferentes actividades; está ligado a los cambios de gobierno del reino de los gentiles y por consiguiente estará ligado al cambio de gobierno terrenal del reino de los gentiles al Reino del Mesías.
Es un Ángel que tiene mucha labor en el Programa Divino, y es un Ángel que tiene el respaldo también del Arcángel Miguel, y es un Ángel conocedor de los misterios divinos y que enseña también a diferentes mensajeros de Dios, diferentes profetas como Daniel; le enseñó también al padre de Sansón, a Manoa.
Ahora, encontramos que diferentes mensajeros divinos son enviados a la Tierra para llevar a cabo labores; hay algunos que tienen una posición muy alta como Gabriel y Miguel y que son los más sobresalientes de los cuales se habla más, también está el Ángel de las aguas que aparece en Apocalipsis, esos tienen que ver con asuntos de agua, como el primer ministro, el ministro de las aguas, o tiene otros nombres también, los que tienen que ver con las aguas de una nación; pues vean ustedes, esos Ángeles que están a cargo de diferentes cosas: del aire, de las aguas y de otras cosas.
Vean, hay un Orden divino en el Cielo y por consiguiente aquí en la Tierra todo se mueve de acuerdo a como primero se ordena en el Cielo. Por lo tanto, las cosas que van a pasar en la Tierra, primero ya las saben en el Cielo, ¿quieren una prueba de eso? El Ángel Gabriel le dice a Daniel: “Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad o la santa ciudad, Jerusalén.”
También le es dicho: “Yo te mostraré lo que ha de acontecer en lo porvenir, y le dice también en otra ocasión, después que le muestra las cosas, le dice: “Esto será para el fin del tiempo,” y también cuando fue el reverendo William Branham al Paraíso y estuvo en medio de su pueblo, o sea, de los que pertenecen a su edad, ellos le dijeron... él dijo: “Quiero ver a Jesucristo, a Jesús,” y le dicen: “Ahora no lo podrás ver,” “pero ¿a dónde está Él?” “Él está más arriba.” o sea, en una dimensión más alta, la séptima dimensión, y ellos estaban en la sexta dimensión.
Pero ellos le dicen: “Pero, Él va a venir aquí, lo estamos esperando,” o sea, que la Venida del Señor no solamente la están esperando aquí en la Tierra, en la sexta dimensión también, en el Paraíso, “Él vendrá aquí y vendrá primero a ti (de seguro se puso muy contento), y tú serás juzgado.”
¿Ven? Antes de él saber, ya ellos sabían allí en el Paraíso, “y serás juzgado por lo que tú has predicado, y si tú sales bien, entonces regresaremos contigo a la Tierra y tomaremos cuerpos y entonces comeremos.” ¿Ven todo lo que ellos sabían? Cosas que él, el reverendo William Branham no sabía hasta ese momento, podía tener una idea, pero ahora los que están allá, si saben ciertamente esas cosas que van a suceder.
Y ahora, encontramos que desde la séptima dimensión allá se sabe todo; en la sexta dimensión vemos que saben, y acá es donde se va creciendo en conocimiento cada día, pero recuerden que desde el Paraíso miran hacia acá, y escuchan y están en las actividades también.
Ahora, el orden ministerial en la Tierra opera en la Iglesia del Señor Jesucristo, y ese es un orden celestial, y es conforme al orden de Melquisedec, porque es un orden ministerial que Cristo ha colocado en Su Iglesia; y Él por medio de ese Espíritu es el que ha colocado en Su Iglesia diferentes ministerios como apóstoles (que son misioneros), profetas, evangelistas, pastores y maestros, los cuales pertenecen a un orden, al orden de Cristo y por consiguiente al orden de Melquisedec, porque Cristo, el Ángel del Pacto es Melquisedec.
Melquisedec es Su cuerpo angelical, y ahora, ya con un cuerpo de carne glorificado. Cuando conocemos estas cosas, sabemos lo grande que es Jesucristo nuestro Salvador, la persona más importante en el Cielo y en la Tierra, en quien está Dios; es Sumo Sacerdote del Templo celestial, es Rey de los Cielos y de la Tierra, y es Juez de los vivos y de los muertos. No hay otro personaje más grande que el Señor Jesucristo.
A todo lo que Él es heredero, son herederos también los creyentes en Él, todo lo que Cristo es, lo son también los creyentes en Él. Recuerden que Él dijo: “Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no andará en tinieblas, mas tendrá la luz de la vida.” (San Juan, capítulo 8, verso 12).
Y luego también encontramos por ahí por San Mateo, que dice a Sus discípulos, a los creyentes en Él: “Vosotros sois la luz del mundo.” Podemos ver que todo lo que Cristo es, lo son también los creyentes en Él.
Por lo tanto, conscientes de la bendición tan grande que tienen los creyentes en Cristo, a los cuales les fue prometido darles el Reino, y por eso es que el Reino en la esfera espiritual está en la Iglesia del Señor, y la Iglesia del Señor Jesucristo está en el Reino de Cristo en la esfera espiritual, el Reino compuesto por los creyentes en Cristo, para llevar el fruto que Cristo dijo: “El Reino será dado a otra gente que lleven el fruto,” el fruto del Reino, o sea, los hijos del Reino de Dios, representados en el trigo del cual Cristo dijo que el trigo son los hijos del Reino.
Y ahora, los creyentes en Cristo, la Iglesia del Señor Jesucristo tiene el trigo, los hijos del Reino, el fruto del Reino, los hijos e hijas de Dios. Cristo dijo: “No temáis manada pequeña, porque al Padre le ha placido daros el Reino.”
Por eso podía decir: “El Reino será quitado de vosotros (le dice a aquellas personas en aquel tiempo) y será dado a gente que lleven los frutos de él,” y a los creyentes en Él les dice: “A vosotros es dado el Reino, no temáis manada pequeña porque a vosotros es dado el Reino.”
Por eso son reyes, sacerdotes y también jueces en el Reino de Dios o Reino de los Cielos. Por lo tanto, la posición que tiene cada ministro en el Cuerpo Místico de Cristo y que tiene cada creyente en Cristo, es mayor que la que tenían los sacerdotes en el pacto antiguo.
Ahora, estos ministros o sacerdotes pertenecientes al Cuerpo Místico de Cristo, son sacerdotes, son ministros según el orden de Melquisedec bajo el nuevo Pacto. Así es bajo el nuevo Pacto al cual entran todos los creyentes en Cristo y quedan cubiertos con la Sangre del nuevo Pacto, la Sangre del Pacto eterno que dice San Pablo en Hebreos, capítulo 13, versos 20 al 21 donde dice... vamos a ver:
“Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno,
os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.”
Y ahora vean, la Sangre de Jesucristo es la Sangre del Pacto eterno, es la Sangre del nuevo Pacto, por eso no habrá otro sacrificios, no habrá más sacrificios porque con un solo Sacrificio y Su Sangre, Él ha hecho perfectos a los creyentes en Él; han tenido un cuerpo angelical al obtener el nuevo nacimiento y obtendrán un cuerpo físico perfecto también, un cuerpo glorificado que Él ha prometido para los creyentes en Él.
“MINISTROS COMPETENTES DEL NUEVO PACTO.”
Que las bendiciones de Jesucristo nuestro Salvador, sean sobre todos ustedes y les use grandemente en Su Obra, en Su Reino y les prospere espiritualmente y materialmente también, y pronto Cristo complete Su Iglesia y nos transforme a todos, y pronto se haga una realidad la Visión de la Carpa; para la cual y por lo cual trabajamos porque es una promesa divina, pues los ministros tienen que trabajar con el pueblo, las ovejas, la congregación que Dios les ha dado para trabajar, trabajar ¿en qué? Trabajar en lo que Dios dijo que Él va a llevar a cabo, porque para llevar a cabo las cosas, usa seres humanos.
Por eso el ser humano ha sido puesto por Dios como su socio en su labor, en la Obra de Dios. Así que, trabando en la Obra del Señor de acuerdo al Programa Divino para nuestro tiempo, estaremos como dijo Jesús: “¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me conviene estar?” ¿Y cómo estaba? Trabajando.
Por lo tanto, trabajando en los negocios del Padre celestial que le han sido encargados a Cristo para que los lleve a cabo y Cristo por medio de Su Iglesia los lleva a cabo, trabajemos en la Obra del Señor, en los negocios del Señor Jesucristo, que son los negocios del Padre celestial y que son, pues cumplir Dios usando seres humanos, cumplir Su Palabra, lo que Él ha prometido.
Él vigila, vela por Su Palabra ¿para qué? Para ponerla por obra, eso está en Jeremías, capítulo 1, versos 12 al 14, y ahora, Él vigiló por Su Palabra en tiempos pasados cuando envió un mensajero para cada tiempo, y puso por obra lo que Él tenía pensado, lo cual había hablado por medio de profetas para llevar a cabo, y lo llevó a cabo en cada tiempo para lo cual envió un mensajero y un pueblo.
Para nuestro tiempo tenemos que saber que así como obró en el antiguo pacto y luego en el nuevo Pacto en las diferentes edades de la Iglesia, así también estará obrando en nuestro tiempo, para cumplir Su Palabra, para poner por obra Su Palabra correspondiente a nuestro tiempo, hacerla una realidad.
Por lo tanto, trabajaremos en la Palabra prometida ¿para qué tiempo? Para nuestro tiempo, ¿qué Dios ha prometido para nuestro tiempo? Pues vamos a trabajar en eso para que Dios la haga una realidad, y eso es una obra de fe.
Recuerden que San Pablo dice en Hebreos que seamos imitadores de aquellos que por la fe ¿qué lograron? Conquistaron ¿qué? Promesas, y vamos a conquistar todas las promesas divinas que Dios ha hecho para Su Iglesia para este tiempo final.
Ya hemos conquistado por la fe, por la revelación muchas promesas, y continuaremos conquistando las otras promesas que faltan por ser cumplidas, todas las promesas que Cristo le ha hecho a Su Iglesia para este tiempo final, las vamos a conquistar.
Él ha prometido a Su Iglesia que la va a transformar, pues vamos conquistar esa promesa también, pero para eso hay que tener la fe para ser transformados, ¿y dónde la conseguiremos? En los truenos, ¿y qué son los truenos? La Voz de Cristo como León clamando, emitiendo siete Truenos, o sea, es la Voz de Cristo hablando a Su Iglesia lo que corresponde a este tiempo final.
Cristo habló a Su Iglesia como Cordero y Sumo Sacerdote a través de las edades por medio de cada mensajero de cada edad, ¿y cómo habló? Por medio del Evangelio de la Gracia, y estará hablando por medio del Evangelio del Reino todas estas cosas que deben suceder en el Día Postrero, estará hablando por medio del Evangelio del Reino todo esto que corresponde al Día Postrero y que en otros tiempos no fue hablado.
Por medio de los siete Truenos la Voz de Cristo hablándonos como león, estará revelándonos el misterio del séptimo Sello, que nos dará la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero; así como hablando por medio de los diferentes mensajeros, los apóstoles y demás mensajeros, hablándonos por medio del Evangelio de la Gracia, nos ha dado la fe para una transformación espiritual, y así nacer en el Reino de Cristo y obtener el cuerpo angelical.
Y para obtener el cuerpo físico, pues nos dará la fe para obtener el cuerpo físico glorificado bajo la predicación del Evangelio del Reino, ahí está el secreto, “y será predicado este Evangelio del Reino a todas las naciones, para testimonio a todas las naciones, y entonces vendrá el fin.” Ahí bajo la predicación del Evangelio del Reino es que el misterio del séptimo Sello será abierto a la Iglesia del Señor Jesucristo, el misterio de la segunda Venida de Cristo, el misterio de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, el misterio que en el Cielo no se conocía y que la Iglesia de Señor Jesucristo nunca lo conoció durante las siete etapas o edades de la Iglesia, porque es un misterio para ser abierto en este tiempo final, y ser revelado a la Iglesia del Señor Jesucristo, para darle la fe para ser transformada, la revelación para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
Ese es el misterio más grande del Cielo, y será revelado a la Iglesia del Señor Jesucristo en este tiempo final. Recuerden que el reverendo William Branham en la página 17 y 472 del libro de “Los Sellos” y hay otros lugares que dice que todo va a ser sencillo; será todo, será Dios en simplicidad obrando, y dice que cuando comience el séptimo Sello será un secreto por completo.
Y luego... eso está en la página 472 del libro de “Los Sellos,” y en la página 464 y 465 dice que bajo el séptimo Sello... vamos a leerlo directo, ya estamos entrando en un tema que... les dije primero que la página 472, dice en el párrafo 164:
“Noten bien el Mensaje del tiempo del fin (este Sello)...”
¿Cuál es el mensaje del tiempo del fin? ¿Y cuál es el mensaje de la Dispensación de la Gracia? Pues la primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario; y ahora, el mensaje del tiempo del fin es el séptimo Sello, este Sello, porque en el tiempo del fin se entrelaza la Dispensación del Reino con la Dispensación de la Gracia. El mensaje de la Dispensación de la Gracia que se tendrá en el Reino del Mesías, gira alrededor del séptimo Sello, gira alrededor de la Venida del Señor para el Día Postrero, que para el Cristianismo será la segunda Venida de Cristo, pero para los judíos será la Venida del Señor, porque ellos no comprendieron lo que fue la Venida del Señor dos mil años atrás.
¿Qué están esperando ellos? La Venida del Señor, la Venida del Mesías, ¿y qué están esperando para el cumplimiento de la Venida del Mesías? Un hombre, un hombre que ellos piensan que ni sabrá que es el Mesías hasta cierto tiempo. Quizás ellos piensan que ellos lo van a saber primero que él.
Ahora, sigue diciendo aquí:
“Noten bien el Mensaje del tiempo del fin (este Sello)... El nos ha revelado los seis Sellos, pero no dice nada del séptimo. El Sello del tiempo del fin, cuando empiece será algo completamente secreto, según la Biblia.”
Cuando comience, es como cuando Jesús: era un secreto la primera Venida del Señor hasta que comenzó abriéndose ese misterio cuando Juan el Bautista bautizó a Jesús, y Jesús luego de estar ayunando unos 40 días y 40 noches, luego comenzó Su ministerio, ya ahí se abre el misterio de la primera Venida de Cristo, pero se abre en una forma en la cual solamente algunas personas saben que la primera Venida del Señor está en medio del pueblo.
Y en el Día de Pentecostés es que se abre al público completamente el misterio de lo que fue la primera Venida del Señor, y se llena del conocimiento de la gloria del Señor en Su primera Venida, la Tierra, a medida que se predica el Evangelio de Cristo, “y se llenará de gloria la Tierra, la Tierra será llena de la gloria del Señor como las aguas cubren el mar,” dice Habacuc, capítulo 2, verso 14 y también Isaías, capítulo 11, verso 9.
En el Reino Milenial el mensaje será la predicación del Evangelio del Reino que gira alrededor de la segunda Venida de Cristo, o sea, se estará dando a conocer lo que sería la segunda Venida de Cristo para el Cristianismo o Venida del Señor o del Mesías para los judíos.
Ambos, los cristianos y los judíos y también los islámicos están esperando la Venida del Señor. La pregunta será: ¿cuál de los tres grupos lo verá primero? Hay un programa. Ahora, sigue diciendo... dice que “el Sello del tiempo del fin, o sea, el séptimo Sello cuando comience, será un misterio por completo,” o sea, que estará y no se darán cuenta que estará sobre la Tierra ese misterio siendo manifestado. Dice:
“Cuando empiece será algo completamente secreto, según la Biblia. Pero antes de conocer eso... Recuerden Apocalipsis 10:1-7: que al fin del mensaje del séptimo ángel, TODOS los misterios de Dios, serían conocidos. Estamos en el tiempo del fin - la apertura del séptimo Sello.”
También él dice en un lugar, por ahí por la página 119 del libro de “Citas:” “Yo no moriré de edad avanzada (o sea, nosotros decimos comúnmente: “No moriré de viejo,” lo correcto es de edad avanzada), sin que Él esté aquí.” Ahora, vamos a ver, dice:
“El domingo pasado, hace una semana hoy, cuando estaba predicando sobre: ‘Sed humildes, sed humildes, recuerden que Dios obra en cosas pequeñas,’ en verdad no me daba cuenta de lo que estaba hablando, pero ahora lo veo bien. Será de una manera tan humilde (vamos a decir bien humilde, sencilla). Uno pensaría que una cosa tan tremenda sería revelada allá en el Vaticano, pero mas bien viene como vino Juan el Bautista.”
¿Cómo vino Juan el Bautista? Como estaba profetizado en Malaquías, capítulo 3 y capítulo 4, porque él cumplió una parte del capítulo 4 también, ¿y cómo le dijo el Ángel Gabriel a Zacarías el sacerdote? “Él vendrá con el espíritu y virtud de Elías.”
Y Jesús dijo que el Hijo del Hombre vendrá con Sus Ángeles, que son los ministerios de los dos Olivos, los ministerios de Moisés y de Elías, dice: “A la verdad Elías vendrá primero y restaurará todas las cosas,” un ministerio para restaurar; eso está en el capítulo 17, versos 10 al 13 de San Mateo, y en el libro de los Hechos, capítulo 3, verso 18 al 23, dice que “es necesario que el Cielo retenga a Cristo, lo retenga hasta los tiempos (¿de qué?) de la restauración (¿de qué?) de todas las cosas, de la cual habló Dios por medio de los profetas,” y de eso habló Dios por medio de Jesús también: “A la verdad Elías vendrá primero y restaurará (¿qué?) todas las cosas.” está hablando de la misma restauración. Y ahora:
“Será de una manera tan humilde. Uno pensaría que una cosa tan tremenda sería revelada allá en el Vaticano, pero mas bien viene como vino Juan el Bautista (y vino Juan el Bautista ¿cómo?); viene como el nacimiento de nuestro Señor, ¡allá en un establo! ¡GLORIA A DIOS! ¡La hora está a la mano! ¡Aquí estamos!”
Y ahora, la página 464 dice, del párrafo 138... parte del 138 dice:
“Debemos recordar que este séptimo Sello es el fin del tiempo de todas las cosas. Correcto. Las cosas escritas en el Libro de la redención, sellado desde antes de la fundación del mundo con siete sellos, todo termina. Es el fin de este mundo agitado; el fin de la naturaleza agitada y es el fin de todo. En eso también encontramos el fin de las Trompetas, de las Copas, de la tierra; y aun es el fin del tiempo. El tiempo termina, así nos lo dice la Biblia en Apocalipsis 10:1-7, donde el Angel dijo: ‘El tiempo no será más.’ Y eso será en el día cuando este gran evento suceda. Allí todo termina.
Al final de este séptimo Sello...”
Y ahora vean, al fin de este séptimo Sello, en la página 472 dice: “Al comienzo o cuando comience o al comienzo de este séptimo Sello.” Vamos a ver cómo dice al comienzo, dice:
“Noten bien el Mensaje del tiempo del fin (este Sello)... El nos ha revelado los seis Sellos, pero no dice nada del séptimo. El Sello del tiempo del fin, cuando empiece será algo completamente secreto, según la Biblia.”
Cuando comience, pero ahora dice que cuando termine, dice: “Al final de este séptimo Sello es el fin; es el fin del séptimo Sello.” Es que lo que tiene comienzo, tiene fin. Y ahora vean, al comienzo será un secreto completamente, pero luego será revelado a la Iglesia. Y el fin del séptimo Sello:
“Al final de este séptimo Sello es el fin de la edad de la iglesia; es el fin del séptimo Sello; es el fin de las Trompetas; es el fin de las Copas y aun es el fin de la entrada al Milenio. Todo eso es contenido en el séptimo Sello.”
Y más abajo dice:
“Todo termina con el séptimo Sello. Ahora, ¿cómo lo va a hacer Dios? Eso es lo que no sabemos, no lo sabemos. En esto será el tiempo para todas estas cosas y la entrada del Milenio.
Ahora, noten que la apertura de este Sello fue tan tremenda que hasta los Cielos mismos fueron silenciados por este evento por el tiempo de media hora.”
Ahora podemos ver que ese es el misterio más grande de todos los misterios de Dios, y está prometido que será revelado a la Iglesia del Señor Jesucristo, y los truenos serán los que revelan el misterio del séptimo Sello, y eso es lo que le dará fe a la Iglesia para ser transformada y llevada con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
Es importante leer el libro de “Los Sellos” para cuando hablamos, ya se les haga más fácil y ustedes me ayuden también; cuando se me olviden las páginas y los versos, los versículos, podamos... alguien recordarlos y entonces para así que todos lo puedan saber.
“Ahora, aquí está, era el que tenía el Séptimo Sello.” ¿De quién está hablando ahí? Del Ángel que era diferente a los demás y tenía el séptimo Sello, página 469 del libro de “Los Sellos,” de esta versión; y ese Ángel está volando de Oeste a Este, el que tiene el séptimo Sello.
La primera Venida del Señor fue de Oeste a Este, y la segunda es de Oeste a Este, el mensaje del Evangelio de la Gracia fue o es de Este a Oeste, ¿ven? Viene del Este el mensaje del Evangelio de la Gracia hasta el Oeste, donde se cumple la edad de Laodicea, la séptima edad, y luego se abre la Edad de la Piedra Angular en el mismo continente americano; y el mensaje del Evangelio del Reino se abrirá en la Edad de la Piedra Angular, será la única etapa de la Iglesia que tendrá el mensaje del Evangelio de la Gracia y el mensaje del Evangelio del Reino, o sea, tendrá la Lluvia temprana, el Evangelio de la Gracia; y tendrá la Lluvia Tardía, el Evangelio del Reino.
Algún día vamos a saber lo que tenía escrito el reverendo William Branham aquí en la página 467, párrafo 148, donde dice:
“Tengo escrito aquí... Si cuando esto sucede, Uds. pudieran ver mi libreta: ‘¡PARATE, NO PROSIGAS!”
Y ahora, esto que él tenía ahí está hablando aquí del séptimo Sello, está hablando de la Tercera Etapa, y la Tercera Etapa dice que hay un secreto bajo eso, pero todo eso... y está hablando en todo esto aquí, él habla de la Tercera Etapa, la cual está ligada a La Gran Carpa-Catedral que él vio, a la espada en la mano; y también eso es lo que corresponde a la pesca de los peces grandes, y todas esas cosas corresponden a la etapa de la Edad de la Piedra Angular.
En la séptima edad, pues no se cumplió, y lo que no se cumplió allá, pues nos toca a nosotros acá; lo que no se cumplió allá bajo el ministerio del séptimo mensajero de la séptima edad, pues se cumplirá en nuestro tiempo.
Él para ver la Carpa y lo que estaba sucediendo allí, tuvo que ir. El para ver lo que estará pasando literalmente cuando ocurra, él va a llegar allí, no se preocupen. Así que, estamos muy cerca del cumplimiento de lo que Dios ha prometido para nuestro tiempo; ya muchas cosas se han cumplido, pero hay otras que faltan por ser cumplidas, como la transformación nuestra y como la parte de la Visión de la Carpa.
Bajo el cumplimiento de esa Visión de la Carpa y lo que Dios hará, comenzará el cumplimiento de la Visión de la Carpa, pero no quiere decir que desde el comienzo van a estar ocurriendo los milagros y maravillas; cada cosa tiene su tiempo.
Recuerden que es bajo el ministerio de Moisés y Elías que están prometidos los grandes milagros y maravillas; bajo el ministerio de la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles es que están prometidas esas maravillas, y las cosas van a ocurrir como una necesidad.
Así que, van a venir grandes dificultades y entonces ahí va a estar, van a estar los ministerios correspondientes a la labor que Dios va a llevar a cabo. Dice el reverendo William Branham que cuando vean al Señor viniendo por Su Iglesia, dirán: “Éste es el que nosotros estamos esperando.”
¿Quiénes van a decir eso? Así que, ¿quién lo verá primero? Así que vamos a verlo manifestado en este tiempo final y vamos a recibir grandes bendiciones de parte de Dios; vamos a ver lo que quisieron ver todos los profetas, todos los mensajeros de las diferentes edades, vamos a ver lo que quiso ver el reverendo William Branham y que lo vio, pero lo vio en visión, pero él lo vio; fue transportado, vio todo, quiso que se hiciera realidad en su tiempo, pero no le fue concedida esa bendición, porque es para la etapa de la Piedra Angular, de la Edad de la Piedra Angular.
Por eso dice que la Tercera Etapa, que los truenos emitieron sus voces en un idioma desconocido. Así que, ya podemos ver que no es inglés, porque si era en inglés, entonces él escuchaba y entendía. Así que está hablando de otro territorio, de otro idioma, y ya la Iglesia tiene que pasar a otra etapa donde haya otro idioma.
Bueno, yo creo que con todos esos detalles que fueron hablados, colocados en orden, ya se puede entender mucho mejor, y recuerden que el Ángel Fuerte, el Ángel que era diferente a los demás, dice que vuela de Oeste a Este.
Por lo tanto, para volar de Oeste a Este ¿dónde tiene que estar? En el Oeste, y lo correspondiente al Oeste, al continente americano es Norteamérica y la América Latina, y en la América Latina incluye todo el Caribe. Por lo tanto, luego de la séptima edad que corresponde a Norteamérica, lo que queda es la América Latina. Así que tenemos una bendición grande en la Escritura bajo un misterio divino que tiene que ser abierto, tiene que ser abierto ese programa y cumplirse todo lo que está en ese programa.
Ministros bajo el nuevo Pacto, que Dios les bendiga y les guarde, y les tengo buenas noticias: tenemos mucho trabajo. Que Dios les bendiga y les guarde a todos, y aprecio mucho y agradezco todo lo que están haciendo, el respaldo que le están dando al proyecto de La Gran Carpa-Catedral en Puerto Rico, y el respaldo que le están dando también a los programas de televisión en los diferentes países, aquí en Venezuela, en Colombia, en México y demás naciones que están trabajando con los programas de televisión, los cuales están dando un buen resultado.
Y también aprecio y agradezco mucho el respaldo que le están dando al misionero Miguel Bermúdez Marín en la obra misionera y evangelística junto a los ministros y congregaciones en Venezuela y en todos los países.
Y también el respaldo que le están dando a AMISRAEL. AMISRAEL está trabajando muy bien y está cumpliendo el propósito para el cual surgió en este tiempo final. Ya el sábado están invitados para estar... ¿el sábado es Miguel? La reunión de AMISRAEL, ya estarán llegando el doctor Salomón Cunha y la doctora Kélita Machado para estar en esa actividad.
Así que de seguro nos traen buenas noticias y nos hablarán de muchas cosas y nos estarán dando a conocer también de seguro de algunas de las relaciones o conversaciones con los judíos.
Bueno, que Dios les bendiga y les guarde, y adelante trabajando en la Obra del Señor, ministros del nuevo Pacto. Dejo nuevamente con ustedes al misionero Miguel Bermúdez Marín para finalizar nuestra parte, y si él tiene más tiempo para estar con ustedes, yo le pediría un permisito, dentro de algunos minutos para ya dejarlo a él con ustedes.
Bueno, que Dios les bendiga y les guarde, y con nosotros nuevamente el misionero Miguel Bermúdez Marín. Y bien unidos los ministros y las congregaciones bien unidas y en buen compañerismo los ministros unos con los otros, y las congregaciones unas con las otras, para que así no haya interrupción en el programa que Dios está llevando a cabo.
Bueno, Dios les bendiga y les guarde a todos.
“MINISTROS COMPETENTES DEL NUEVO PACTO.”