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| AMSR - Reunión de delegados | 2010-01-04 | 1 | Cayey | PR | 00:00:00 | false |
Distinguidos directores de AMISRAEL, ejecutivo y administrativa, doctor Salomón Cunha y doctora Kélita Machado de Cunha; delegado de AMISRAEL en Puerto Rico, doctor Luis Jorge Rodríguez Sáenz y licenciada Jerusa Cruz de Sáenz; delegados de diferentes países presentes y también en diferentes países en estos momentos, Agentes de la Paz, familia AMISRAEL.
Comúnmente los cambios de años son ocasiones donde además de celebrar y compartir con nuestra familia y seres queridos, pasamos balance o analizamos los logros o eventos ocurridos durante el año que termina y realizamos nuestras metas y planes para el año que comienza.
En el año 2009 cierra con el fracaso de Copenhague de la cumbre mundial sobre el calentamiento global, donde vimos que los líderes mundiales no pudieron llegar a un consenso sobre cómo reducir las emisiones de gases y otros asuntos para poder preservar el planeta Tierra. Algunos medios de prensa reseñaron el cierre de esta cumbre como el día en que el mundo no pudo ser salvado.
A nivel del Medio Oriente todavía no se ha podido hallar consenso para un plan de paz, y detener la proliferación nuclear en esta región tan sensitiva y de tanto interés e importancia para todos.
Los problemas fundamentales de salud, seguridad alimentaria (y de las necesidades básicas), educación, conflictos regionales, intolerancia, prejuicios basados en creencias, razas o costumbres, continúan creciendo sin solución aparente a lo largo y ancho de nuestro planeta.
A nivel familiar y personal vemos una crisis de valores que se manifiesta en problemas de salud mental, fraude, criminalidad, dependencia y abuso de sustancias, suicidios, debilitamiento de la institución familiar y muchos más.
Ante este panorama donde vemos que los gobiernos e instituciones no han podido frenar el avance hacia lo que parece el precipicio del decaimiento de la familia humana, como Agentes de Paz tenemos que preguntarnos qué podemos hacer.
Al dedicar unos momentos para fijar nuestras metas y objetivos en este nuevo año que comienza, año 2010, uno de los muchos objetivos que describen la paz es el balance o armonía al que todos aspiramos. Para encontrar un balance o armonía tenemos que fijar nuestra meta hacia una dirección y tener un objetivo o descripción de lo que buscamos para saber que hemos llegado o lo que hemos encontrado.
En su libro titulado: “Enough” (“Suficiente”), uno de los líderes del sistema bancario estadounidense y de la bolsa de valores, John Bogle, nos cuenta la respuesta que dio un famoso escritor cuando, estando en una fiesta de un millonario del mundo de las finanzas, le dicen que este millonario hacía más dinero en un día que lo que habían producido en toda su vida las regalías de este famoso escritor, autor de la novela: “Twenty-two” (“Veintidós”). El escritor le contestó: “Es cierto, pero yo tengo algo que él nunca tendrá: Suficiente.”
El doctor Russell Herman Conwel, fundador de la Universidad de Temple en Filadelfia en el 1884, dictó en miles de ocasiones una conferencia titulada: “Minas de Diamantes,” donde declaraba que sus diamantes no están en montañas o mares lejanos, sino en su propio patio, si escaba y lo busca. En ella presentaba una historia de la antigua Persia donde un hacendado rico deja su hogar y propiedades para buscar mayor riquezas en una legendaria mina de diamantes. Años después, postrado y empobrecido se lanza al mar y muere como un triste pordiosero lejos de su tierra. Sin embargo el nuevo dueño de lo que fueron sus tierras, al explorar su nueva posesión, ve un destello en un riachuelo que lo guía a la fabulosa mina de diamantes Golconda.
No todas las historias son tan cortas y fáciles como ésta. La realidad es que la mayor parte de los líderes, caudillos, titanes y visionarios que han creado grandes imperios, avances o industrias, nos cuentan una historia mucho más larga, llena de luchas, derrotas, frustraciones, desvíos y obstáculos.
La diferencia en la historia de estos que lograron triunfar, de aquellos que no lo hicieron, fue la perseverancia y trabajo arduo para alcanzar un objetivo claro que se trasaron y el cual no abandonaron a pesar de los problemas.
En el 2009 vimos cómo a pesar de los avances de la tecnología, los pilotos de un vuelo comercial en Estados Unidos pasaron por alto la ciudad a la que se dirigían, al estar envueltos en una conversación; y no fue hasta media hora después que vinieron a caer en cuenta de que habían pasado de su destino.
De igual forma, cuando manejamos un vehículo, bote o avión, encontramos que la mayor parte del tiempo no estamos en la dirección precisa hacia donde nos dirigimos, ya que usualmente no hay una ruta completamente recta entre el lugar donde estamos y hacia el que nos dirigimos.
Por lo tanto, son las correcciones continuas basadas en la meta u objetivo que queremos alcanzar, las que nos permiten irnos aproximando sucesivamente hacia el lugar que queremos alcanzar.
En su llamado a la conciencia John Bogle apunta a que nos enfocamos demasiado en las cosas o bienes, y no los intangibles que hacen que los productos o bienes valgan la pena; demasiado en el éxito y no suficiente en el carácter, sin el cual el éxito no tiene significado.
En medio de la presión y urgencia del siglo XXI para satisfacción inmediata, se han perdido los valores dejando que las falsas nociones de satisfacción personal nos cieguen al verdadero llamado que da significado e importancia al trabajo para nosotros, para nuestra comunidad y nuestra sociedad.
Hace 2500 años en la antigua Grecia, Sócrates retó a los ciudadanos de Atenas preguntándoles: “¿Por qué se preocupan tanto en adquirir dinero, honor, reputación, y tan poco sobre la sabiduría, la verdad, y aún más importantemente, sobre el mejoramiento o crecimiento del alma? ¿No les avergüenza esto? Les digo que la virtud no viene del dinero, sino que de la virtud viene el dinero y todos los bienes del hombre.”
Para estas fechas el filósofo griego Pitágoras, declaraba que el hombre es la medida de, o contra lo que se rinden todas cosas.
La pregunta de nuestros tiempos es: Si los bienes o cosas materiales no se han convertido en la medida de lo que es un ser humano y no viceversa. ¿Cuáles son las cosas con las que medimos nuestra vida?
Debemos preguntarnos si estamos dedicando el tiempo y esfuerzo a buscar el balance y armonía en nuestras vidas, reconociendo que muchas veces no está todo bajo nuestro control, sino que tenemos que reconocer y actuar conforme a la realidad del tiempo en que vivimos, tal como nos dice Eclesiastés 9:11:
“Me volví y vi debajo del sol, que ni es de los ligeros la carrera, ni la guerra de los fuertes, ni aun de los sabios el pan, ni de los prudentes las riquezas, ni de los elocuentes el favor; sino que tiempo y ocasión acontecen a todos.”
Al establecer nuestras metas debemos afianzarlas con valores y principios que aseguren que tendremos el verdadero éxito, en paz, balance y armonía para toda la familia humana y el planeta Tierra. Es necesario amarrar o balancear los balances en el conocimiento y tecnología, con los principios y valores que permitan que existamos en balance y armonía.
Hablando de estos valores y principios, Mey Hofmann nos dice que muy pronto sabremos todo lo que el siglo XVIII no sabía, y nada de lo que sí entendían, por lo que será muy difícil vivir con nosotros.
Para poder alcanzar lo que es suficiente a donde está el balance o armonía que tenemos que alcanzar, debemos alinear nuestras metas personales, familiares y de trabajo con aquellos que busquen la verdadera paz, balance y armonía para todos los habitantes del planeta.
Por lo tanto, tenemos que, continuamente, corregir nuestra dirección en el camino o viaje para mantenernos en la ruta correcta siguiendo enseñanzas milenarias tales como la que dio el Rabí Jesús de Nazaret, enseñándonos que “amarás al Señor Tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas.” Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” No hay otro mandamiento mayor que estos.
Si todos en la familia humana nos alineamos hacia principios y valores que busquen la verdadera paz, armonía y balance entre los seres humanos y su medio ambiente, pensando y amando a nuestro prójimo como a nosotros mismos, podremos lograr grandes avances en este año.
Pero más que un anhelo o deseo, tenemos que trazarnos pasos y objetivos específicos y concretos que nos vayan acercando sucesivamente a ese objetivo; tal como viajar a otro país: tenemos que planificar comprar boletos, hacer nuestro equipaje, viajar al aeropuerto o medio de transporte que utilicemos, etc.
Solamente con un objetivo claro y la determinación y persistencia necesaria para conseguirlos, es que alcanzaremos estas metas.
Unamos en este nuevo año a nuestras metas, la persistencia, perseverancia necesaria para obtener la victoria, resumidas en la frase: “Adelante, a pesar de todo, adelante.”
El presidente norteamericano Calvin Coolidge dijo: “Nada en el mundo puede tomar el lugar de la persistencia. El talento no lo es; nada es más común que hombres talentosos fracasados. La genialidad o inteligencia no lo es; la inteligencia o genialidad no remunerada, es casi un proverbio. La educación no lo es; el mundo está lleno de educados abandonados o perdidos.”
La persistencia y determinación son omnipotentes. La frase: “Adelante,” ha resuelto y siempre solucionará los problemas de la raza humana. Le invitamos en este nuevo año a pensar como ciudadanos de una nueva raza, de una nueva comunidad; a pensar, actuar y perseverar en creer o crear un nuevo mundo donde reine la paz, el verdadero balance y armonía entre la familia humana y su medio ambiente.
Cada día preguntémonos: Qué podemos hacer como individuos, familia, ciudadanos, sociedad y nación, para acercarnos más a ese objetivo usando como brújula o instrumentos aquellos principios o valores que nos guíen hacia la verdadera paz que todos necesitamos.
Y que este nuevo año 2010 sea de trabajos que concreten las metas de AMISRAEL, y nos llene de felicidad a todos el alcanzar esas metas.
Muchas gracias, y que tengan un nuevo año feliz; y pasen todos muy buenas noches.
“AMISRAEL, EL MENSAJERO DE LA PAZ.”