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| Ministros del Nuevo Pacto | 2009-11-19 | 1 | Valencia | Carabobo | VE | 00:00:00 | false | true |
Muy buenas tardes, ministros compañeros en el Cuerpo Místico de Cristo nuestro Salvador; es un privilegio y bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final.
Les reitero que aprecio y agradezco mucho el respaldo que les están dando al proyecto de La gran Carpa-Catedral en Puerto Rico y también el respaldo que le están dando a AMISRAEL y también el que le darán al proyecto: “Los Pueblos del Mundo escriben la Biblia,” que es un proyecto que está siendo impulsado por AMISRAEL, está siendo implantado en la América Latina en conjunto con el dueño del proyecto, el cual está llevando a cabo ese importante proyecto junto a AMISRAEL en la América Latina. Ya en la tarde hablaremos con más detalles de ese proyecto.
Para esta ocasión leemos en Segunda de Corintios, capítulo 3, verso 1 en adelante, donde dice San Pablo:
“¿Comenzamos otra vez a recomendarnos a nosotros mismos? ¿O tenemos necesidad, como algunos, de cartas de recomendación para vosotros, o de recomendación de vosotros?
Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todos los hombres;
siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón.
Y tal confianza tenemos mediante Cristo para con Dios;
no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios,
el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica.
Y si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su rostro, la cual había de perecer,
¿cómo no será más bien con gloria el ministerio del espíritu?
Porque si el ministerio de condenación fue con gloria, mucho más abundará en gloria el ministerio de justificación.
Porque aun lo que fue glorioso, no es glorioso en este respecto, en comparación con la gloria más eminente.
Porque si lo que perece tuvo gloria, mucho más glorioso será lo que permanece.
Así que, teniendo tal esperanza, usamos de mucha franqueza;
y no como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro, para que los hijos de Israel no fijaran la vista en el fin de aquello que había de ser abolido.
Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto el cual por Cristo es quitado.
Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés el velo está puesto sobre el corazón de ellos.
Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará.
Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.
Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.”
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
“MINISTROS DEL NUEVO PACTO.”
Ese es nuestro tema para esta ocasión: “MINISTROS DEL NUEVO PACTO,” basado en el verso 6, donde dice:
“...el cual asimismo nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del espíritu; porque la letra mata, mas el espíritu vivifica.”
Siendo que está establecido, prometido, que habrá un nuevo Pacto, conforme a Jeremías, capítulo 31, versos 31 en adelante:
“He aquí viene días, dice Jehová en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Isarael y con la casa de Judá.
No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová.
Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová; Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.”
Aquí tenemos la promesa de un nuevo Pacto de Dios para con la casa de Israel y con la casa de Judá, o sea, con el reino del Norte que es la casa de Israel compuesta por las diez tribus, que le llaman las tribus perdidas pero a Dios no se le pierde nada. Ese es un tesoro, recuerden que Dios dijo en Éxodo, capítulo 19, dice verso 4 en adelante:
“Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y como os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mí.
Ahora, pues, si diereis oído a mi voz y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi especial tesoro sobre todos los pueblos; porque mía es toda la tierra.
Y vosotros me sereis un reino de sacerdotes, y gente santa. Estas son las palabras que dirás a los hijos de Israel.”
Vean, dice:
“...vosotros seréis mi especial tesoro.”
Y del tesoro de Dios, de ese tesoro especial tenemos doce tribus, y la tribu de Leví que es la tribu que sirve a las demás tribus.
Ahora, son doce tribus, lo que pasa es que la tribu de José tiene una doble porción tribal; pero si nombramos la tribu de Leví como una de las doce tribus, entonces nombramos la tribu de Manasés y la tribu de Efraín como una tribu: la tribu de José, y siguen siendo doce tribus.
Ahora, encontramos que de ese especial tesoro de Dios, diez tribus las encontramos que han desaparecido, pero no delante de la vista de Dios, delante de la vista de los seres humanos. Pero Cristo dijo: “Yo no he venido sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel, y envió a Sus discípulos a las ovejas perdidas de la casa de Israel, eso está en San Mateo, capítulo 10 y San Mateo, capítulo 15.
En el capítulo 10 lo encontramos... en el capítulo 10, verso 6, y en el capítulo 15, verso 24. ¿Y las diez tribus dónde las encontramos? Pues está hablando de las diez tribus, la casa de Israel, pero en San Mateo, capítulo 13 también encontramos esas diez tribus. En el capítulo 13, verso 44, dice:
“Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo.”
Cristo en la Cruz del Calvario compró el campo, compró el mundo completo, pues están dispersos por el mundo los miembros de esas diez tribus.
Ahora, está dicho que hará un nuevo Pacto, siendo que ese Pacto que fue hecho en el monte Sinaí es un Pacto de unión del pueblo hebreo con Dios; y una unión de dos personas que se aman es un matrimonio, es un pacto matrimonial a la espera o en la espera de Dios y el pueblo; de Dios tratando con un pueblo.
Por eso es que Israel como también la Iglesia, Israel es la Iglesia del Antiguo Testamento y está tipificada también en una mujer, o sea, el pueblo hebreo, está tipificada también cuando, al estar separados, también en dos mujeres, y se le llama a Israel en la tipología como una mujer, y a Judá, el reino de Judá también como una mujer. Mírenlo, aquí está en Jeremías, capítulo 3, y aquí están los motivos por los cuales fueron esparcidos por el mundo; capítulo 3, verso 6 en adelante, dice:
“Me dijo Jehová en días del rey Josías: ¿Has visto lo que ha hecho la rebelde Israel? (¿Ven? “La,” no dice “el rebelde,” sino “la”) Ella se va sobre todo monte alto y debajo de todo árbol frondoso, y allí fornica (fornicación o adulterio de un pueblo ante Dios, es la idolatría).
Y dije: Después de hacer todo esto, se volverá a mí; pero no se volvió, y lo vio su hermana la rebelde Judá (¿ven? Aquí nuevamente habla de una mujer que representa a Judá, o sea, al reino de Judá, al reino del Sur).
Ella vio que por haber fornicado la rebelde Israel, yo la había despedido y dado carta de repudio (o sea, carta de divorcio).”
¿Es lo mismo Miguel: carta de repudio y carta de divorcio? Es lo mismo, o sea, que Dios se divorció, un hombre, un Dios divorciado de la rebelde Israel:
“Pero no tuvo temor la rebelde Judá su hermana, sino que también fue ella y fornicó.
Y sucedió que por juzgar ella cosa liviana su fornicación, la tierra fue contaminada, y adulteró con la piedra y con el leño (o sea, con los ídolos hechos de piedra y madera).
Con todo esto, su hermana la rebelde Judá no se volvió a mí de todo corazón, sino fingidamente, dice Jehová.
Y me dijo Jehová: Ha resultado justa la rebelde Israel en comparación con la desleal Judá.
Vé y clama estas palabras hacia el norte, y dí (hacia el Norte, al reino del Norte): Vuélvete, oh rebelde Israel, dice Jehová; no haré caer mi ira sobre ti, porque misericordioso soy yo, dice Jehová, no guardaré para siempre el enojo.
Reconoce, pues, tu maldad, porque contra Jehová tu Dios has prevaricado, y fornicaste con los extraños debajo de todo árbol frondoso, y no oíste mi voz, dice Jehová.
Convertíos, hijos rebeldes, dice Jehová, porque yo soy vuestro esposo (y aquí Dios se representa en un hombre como el Esposo); y os tomaré uno de cada ciudad, y dos de cada familia, y os introduciré en Sion (y Sión en el tipo y figura es la Iglesia del Señor);
y os daré pastores según mi corazón, que os apacienten con ciencia y con inteligencia.”
Y ahora, si le dio carta de divorcio, de repudio, ahora tiene que hacer un nuevo Pacto, y bajo ese nuevo Pacto va a colocar pastores para que apacienten a las personas que estarán bajo ese nuevo Pacto. Por eso probablemente la mayoría del Cristianismo a través de la historia del Cristianismo, los elegidos probablemente la mayoría sean de las tribus de Israel; y de la mayoría, de la mayoría, pues serán de las diez tribus, porque la mayoría de doce tribus, cuando está divido, la mayoría son diez tribus, y las otras dos tribus tienen menos gente. Ahora, sigue diciendo:
“Y acontecerá que cuando os multipliquéis y crezcáis en la tierra, en esos días, dice Jehová, no se dirá más: Arca del pacto de Jehová; ni vendrá al pensamiento, ni se acordarán de ella, ni la echarán de menos, ni se hará otra.
En aquel tiempo llamarán a Jerusalén: Trono de Jehová, y todas las naciones vendrán a ella en el nombre de Jehová en Jerusalén; ni andarán más tras la dureza de su malvado corazón.”
Y ya aquí como que se está entrando al Reino del Mesías, aunque durante la Dispensación de la Gracia se ha estado yendo a Jerusalén, el Cristianismo, que es realmente el que hace turismo en Israel. Si el Cristianismo no va a Israel, se cae el turismo de Israel. Lo que mantiene el turismo y la economía, la parte de la economía que produce el turismo es el Cristianismo.
Ahora, todas las naciones ir a Israel para adorar a Dios llamándole Trono de Jehová en el Reino del Mesías, conforme a Zacarías, capítulo 14, irán de año en año, ya eso es cuando entra el Reino del Mesías; pero durante estos dos mil años han estado yendo a Jerusalén en esos viajes turísticos, más bien peregrinaciones de cristianos por la tierra de Israel, visitando la tierra de Jesús, del Rabí y judío que impactó al mundo a tal grado, que hizo un hito en la historia y la vida de la raza humana; y por eso se dice: “Antes de Cristo” y “después de Cristo,” aunque otros dicen: “Antes de la era común” o “después de la era común,” pero es lo mismo. O sea, que el judaísmo dice: “Antes de la era común” y “después de la era común.”
“En aquellos tiempos irán de la casa de Judá a la casa de Israel, y vendrán juntamente de la tierra del norte a la tierra que hice heredar a vuestros padres.
Yo preguntaba: ¿Cómo os pondré por hijos, y os daré la tierra deseable, la rica heredad de las naciones? Y dije: Me llamaréis: Padre mío, y no os apartaréis de en pos de mí.
Pero como la esposa infiel abandona a su compañero, así prevaricasteis contra mí, oh casa de Israel, dice Jehová.
Voz fue oída sobre las alturas, llanto de los ruegos de los hijos de Israel; porque han torcido su camino, de Jehová su Dios se han olvidado.
Convertíos, hijos rebeldes, y sanaré vuestras rebeliones. He aquí nosotros venimos a ti, porque tú eres Jehová nuestro Dios.”
Aquí está lo que sería la historia de la casa del Norte o reino del Norte, de las diez tribus, y también de la casa de Judá, y vean cómo Dios promete un nuevo Pacto con Su pueblo, ¿por qué? Porque le había dado carta de divorcio y ahora se va a casar de nuevo con la casa de Judá y la casa de Israel. O sea, va haber una unión entre la casa de Israel: el reino del Norte, y la casa de Judá: el reino del Sur, y va a unificar esos dos reinos en un solo Reino: palo de Judá y palo de Israel en la mano de Efraín, y ahí va a estar como la esposa de Dios en el Reino del Mesías, la esposa terrenal, la celestial es la Iglesia del Señor Jesucristo.
En la esposa de Oseas está representada la casa de Israel, el reino del Norte (en Oseas, capítulo 1, versos 1 al 11), y luego dice ahí todo lo relacionado a la casa de Israel y a la casa de Judá, ahí encontramos que Dios le habla al profeta Oseas en el verso 2 en adelante, dice:
“El principio de la palabra de Jehová por medio de Oseas. Dijo Jehová a Oseas: Vé, tómate una mujer fornicaria, e hijos de fornicación; porque la tierra fornica apartándose de Jehová.
Fue, pues, y tomó a Gomer hija de Diblaim, la cual concibió y le dio a luz un hijo.
Y le dijo Jehová: Ponle por nombre Jezreel; porque de aquí a poco yo castigaré a la casa de Jehú por causa de la sangre de Jezreel, y haré cesar el reino de la casa de Israel.
Y en aquel día quebraré yo el arco de Israel en el valle de Jezreel.
Concibió ella otra vez, y dio a luz una hija. Y le dijo Dios: Ponle por nombre Lo-ruhama, porque no me compadeceré más de la casa de Israel, sino que los quitaré del todo.
Mas de la casa de Judá tendré misericordia, y los salvaré por Jehová su Dios; y no los salvaré con arco, ni con espada, ni con batalla, ni con caballos ni jinetes.
Después de haber destetado a Lo-ruhama, concibió y dio a luz un hijo.
Y dijo Dios: Ponle por nombre Lo-ammi, porque vosotros no sois mi pueblo, ni yo seré vuestro Dios.
Con todo, será el número de los hijos de Israel como la arena del mar, que no se puede medir ni contar. Y en el lugar en donde les fue dicho: Vosotros no sois pueblo mío, les será dicho: Sois hijos del Dios viviente.
Y se congregarán los hijos de Judá y de Israel, y nombrarán un solo jefe, y subirán de la tierra; porque el día de Jezreel será grande.”
Ahí tenemos esa profecía; y para tener un cuadro claro de esa profecía, nos vamos a Romanos, capítulo 9, verso 25 al 27:
“Como también en Oseas dice:
Llamaré pueblo mío al que no era mi pueblo,
Y a la no amada, amada.
Y en el lugar donde se les dijo: Vosotros no sois pueblo mío,
Allí serán llamados hijos del Dios viviente.
También Isaías clama tocante a Israel: Si fuere el número de los hijos de Israel como la arena del mar, tan sólo el remanente será salvo.”
Y ahora, en Oseas, capítulo 2, verso 19, dice hablando de Israel, del reino del Norte, dice:
“Y te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo en justicia, juicio, benignidad y misericordia.
Y te desposaré conmigo en fidelidad, y conocerás a Jehová.
En aquel tiempo responderé, dice Jehová, yo responderé a los cielos, y ellos responderán a la tierra;
Y la tierra responderá al trigo, al vino y al aceite, y ellos responderán a Jezreel.
Y la sembraré para mí en la tierra, y tendré misericordia de Lo-ruhama; y diré a Lo-ammi: Tú eres pueblo mío, y él dirá: Dios mío.”
Y ahora, dice: “Me desposaré,” se va a casar otra vez, eso es un matrimonio. Ahora, está el pueblo terrenal y el pueblo celestial.
Ahora, por cuanto estamos hablando del nuevo Pacto y de un pueblo celestial que ha entrado al nuevo Pacto del Día de Pentecostés hacia acá, y han sido cubiertos con la Sangre del nuevo Pacto, han sido limpiados de todo pecado con la Sangre de Cristo, la Sangre del nuevo Pacto de la cual Cristo al estar en la última cena con Sus discípulos, dice a ellos tomando el pan y dando gracias al Padre, y partiendo les dice: “Comed, este es mi cuerpo.”
Y luego toma la copa de vino y dando gracias al Padre y bendiciendo, dice: “Tomad de ella todos, porque esta es mi Sangre del nuevo Pacto que por muchos es derramada,” y mandó a predicar el Evangelio a toda criatura, y todo el que creyere y fuere bautizado, será salvo, conforme a San Marcos, capítulo 16, versos 15 al 16. Y cuando había tomado la copa y dicho: “Esta es mi Sangre del nuevo Pacto,” fue en San Mateo, capítulo 26, versos 26 al 29.
Y ahora, en Hebreos, capítulo 13, verso 20 al 21, dice:
“Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno,
os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.”
Y ahora, la Sangre del Pacto eterno, o sea, que no habrá otro Pacto después de este Pacto, y no habrá otra Sangre, esta es la Sangre del Pacto eterno; y cuando el apóstol Pablo nos habla del primer Pacto, nos enseña que era temporero ese primer Pacto.
Y ahora, vean ustedes, Dios nuevamente con Israel encontramos que hará un nuevo Pacto, por esa causa es que millones de creyentes en Cristo a través de la historia de la Iglesia del Señor Jesucristo desde el Día de Pentecostés en adelante, millones son descendientes de las diez tribus del reino del Norte, y también han entrado miles o millones también de las dos tribus del Sur, la tribu o reino de Judá: los elegidos.
Encontramos que esos son los miembros del Reino de los Cielos, esos son los miembros del Orden celestial de Melquisedec, por eso son Reyes y Sacerdotes del Orden celestial, y esos son los elegidos de Dios de los cuales habla San Pablo en Hebreos, capítulo 12, versos 22 en adelante, dice:
“Sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial (¿ven? Jerusalén la celestial), a la compañía de muchos millares de ángeles,
a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios...”
Vean, los primogénitos y la congregación de los primogénitos que están escritos en el Cielo son estos hijos e hijas de Dios que desde antes de la fundación del mundo están escritos en los Cielos en el Libro de la Vida del Cordero, o sea, en el Libro sellado con siete Sellos de Apocalipsis, capítulo 5, verso 1 en adelante y Apocalipsis, capítulo 10, verso 1 en adelante:
“A la compañía de muchos millares de ángeles, a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos,
a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel.”
Y ahora, encontramos que estas son las personas que su ciudadanía como hijos e hijas de Dios nacidos de nuevo, su ciudadanía está en el Cielo, aunque su ciudadanía terrenal, pues es del país en que nació físicamente; pero el nuevo nacimiento por cuanto es del Cielo, la ciudadanía del nuevo nacimiento es celestial, es de la Jerusalén celestial, de donde está Cristo sentado a la diestra de Dios y de donde también dice Pablo: “Esperamos al Señor,” cuando dice:
“Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;
el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.”
Y ahora, estas son personas celestiales, estas personas son las que Adán y Eva tenían que traer comenzando con el primogénito de esa familia celestial, que es Cristo, el primer hijo que tenía que nacer a Adán y Eva era Cristo por medio de la Palabra creadora.
¿Y cómo sería posible que naciera por medio de la Palabra creadora? Pues así fue que nació cuando nació a través de la virgen María; María vino a tener la bendición que Eva despreció, por la Palabra de Dios que fue hablada por medio del Ángel Gabriel y que ella la creyó, la recibió y dijo: “Hágase conmigo conforme a Tu Palabra.”
Eso mismo era lo que tenía que suceder para venir Cristo en el tiempo de Adán y Eva: tenía que esperar hasta que ocurriera algo en el Programa Divino; pero Adán y Eva se adelantaron y por consiguiente trajeron una familia terrenal que vino mezclada, y no vamos a explicar mucho esa mezcla.
Y ahora, encontramos que en el Programa Divino estaba que viniéramos con Vida eterna, pero ahora por cuanto Adán y Eva perdieron la Vida eterna, ahora, nos tocó venir de todos modos a la Tierra; y en la Tierra por medio del Sacrificio de Cristo, el primogénito, nuestro hermano mayor, el cual tomó nuestros pecados y dio Su vida por nosotros, obtener la redención, obtener la Vida eterna, ser restaurados a la Vida eterna en la esfera espiritual primero, tener la redención en alma y espíritu, y después la redención física que será el cuerpo nuevo que vamos a recibir con la transformación de los vivos en Cristo a la final Trompeta y con la resurrección de los muertos en Cristo en cuerpos glorificados, esa es la familia de Dios, los hijos e hijas de Dios.
El pueblo hebreo como nación son los siervos de Dios, pero los hijos e hijas de Dios nacidos de nuevo con sus nombres escritos en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero, son los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo nacidos de nuevo, o sea, no todo lo que le llaman el Cristianismo, sino los elegidos, los primogénitos.
Esos son los que tienen la promesa de ser a imagen y semejanza de Dios y por consiguiente comienzan con la imagen, que es el cuerpo angelical, como Cristo: primero tuvo la imagen: el cuerpo angelical, que es el Ángel del Pacto, y luego el cuerpo físico, que luego de Su muerte, sepultura y resurrección, resucitó glorificado.
Y ahora, hemos... el Cristianismo, los elegidos han estado obteniendo primero la primera parte de la redención y obtenido por consiguiente Vida eterna en sus almas, mientras la humanidad que no ha recibido a Cristo, ¿qué recibe? La muerte espiritual, pero los creyentes en Cristo reciben la vida espiritual, la Vida eterna.
Es como la liberación del pueblo hebreo en Egipto, eso es lo que Cristo hizo, pues el apóstol Pablo dice... no les había dado la cita de Filipenses 3: 20 al 21 ¿verdad? Se las debía, ahí ya no les debo nada.
Y ahora, Cristo y de Cristo el Apóstol Pablo en Primera de Corintios, capítulo 5, verso 7, ¿dice cómo Miguel? Capítulo 5 de Primera de Corintios, verso 7, dice:
“Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.”
Juan el Bautista cuando vio a Jesús dijo: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.” En aquel cordero pascual que cada familia sacrificaba allá en Egipto, cada familia hebrea, y colocaba la sangre sobre el dintel y los postres de las puertas de sus hogares, era tipo de Cristo para quitar el pecado del mundo, y cada creyente en Él tener aplicada la Sangre de Cristo en su corazón, en su alma.
¿Y cómo podemos tener la vida? Recuerden que la vida está en la Sangre, ¿y cómo podemos tener la Sangre de Cristo aplicada en nuestro corazón? Por cuanto la vida está en la Sangre, la vida de la Sangre es el Espíritu Santo, la vida de la Sangre de Cristo.
Teniendo la vida de la Sangre, pues tienen la Sangre de Cristo aplicada por el Espíritu en su corazón, y han sido limpiados así de todo pecado, y han sido hechos para nuestro Dios Reyes y Sacerdotes según el Orden de Melquisedec, del Orden celestial. Es un pueblo celestial, aunque su nacimiento físico es terrenal y tienen ciudadanía terrenal, pero por el nuevo nacimiento su ciudadanía es celestial, es un pueblo celestial.
Y ahora, cuando Cristo estuvo en la Tierra, Él dijo hablando acerca de la cena, Él dice: “Haced esto en memoria de mí,” lo mismo que Dios le dijo a Moisés que el pueblo hiciera en memoria, como un memorial de lo que había sucedido allá en Egipto; o sea, que en el memorial cada vez que lo efectuaban una vez al año, ellos estaban recordando un hecho histórico, pero también era una profecía de la Venida del Mesías y Su muerte en la Cruz del Calvario, porque aquello era el tipo y figura de lo que el Mesías haría para la liberación de Su pueblo celestial: libertarlos del reino de las tinieblas.
Y también redimiría al pueblo hebreo y redimiría al planeta Tierra también. O sea, que el mismo Sacrificio de Cristo cubre todo, todo lo que es redención; y no solamente lo terrenal, vean, vamos a ver lo que nos dice Hebreos, capítulo 9, verso 11 en adelante, dice:
“Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación,
y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.
Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne,
¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?
Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna.
Porque donde hay testamento, es necesario que intervenga muerte del testador.
Porque el testamento con la muerte se confirma; pues no es válido entre tanto que el testador vive.
De donde ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre.
Porque habiendo anunciado Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el mismo libro y también a todo el pueblo,
diciendo: Esta es la sangre del pacto que Dios os ha mandado.
Y además de esto, roció también con la sangre el tabernáculo y todos los vasos del ministerio.
Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.
Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos.
Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios.”
Y ahora, las cosas celestiales mismas son purificadas con un Sacrificio mejor: con el Sacrificio de Cristo, ese pueblo celestial no es purificado con sacrificios de animalitos, sino con el Sacrificio del Cordero de Dios, Jesucristo, efectuado en la Cruz del Calvario. Luego el verso...
“Y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena.
De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado.
Bien dijo Juan: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio,
así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.”
Y el capítulo 10 que le sigue ahí, verso 1 en adelante dice:
“Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas...”
O sea, que aquello era el tipo y figura, la ley lo que tenía era el tipo y figura, por eso Pablo dice que... en Hebreos, capítulo 7, verso 11 en adelante, dice:
“Si, pues, la perfección fuera por el sacerdocio levítico (porque bajo él recibió el pueblo la ley), ¿qué necesidad habría aún de que se levantase otro sacerdote, según el orden de Melquisedec, y que no fuese llamado según el orden de Aarón?
Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley.”
Por lo tanto, hay un cambio de pacto; el primer pacto fue dado por Dios a través del profeta Moisés; y ahora el nuevo Pacto por medio de un Profeta como Moisés llamado Jesucristo, el cual con Su propia Sangre establece el nuevo Pacto diciendo que Su Sangre es la Sangre del nuevo Pacto que por muchos sería derramada para remisión de los pecados.
Y ahora, siendo que Él es el Sumo Sacerdote según el Orden de Melquisedec, todos los creyentes en Cristo, encontramos que dice San Pedro, en Primera de Pedro, capítulo 2, verso 9:
“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.”
Y ahora, dice que somos linaje escogido, real sacerdocio, pero conforme a la ley se tenía que nacer de la tribu de Leví, y para ser un sacerdote tenía que ser descendiente de Aarón, esos eran los que tenían el sacerdocio.
Y ahora, ¿cómo somos Sacerdotes? Porque hemos sido lavados con la Sangre de Cristo y nuestra ciudadanía está en el Cielo, hemos sido colocados en lugares celestiales en Cristo Jesús Señor nuestro, y pertenecemos al Cielo, a la Jerusalén celestial, nuestros nombres están escritos en el Libro de la Vida del Cordero y pertenecemos a esa familia celestial: la familia del Orden celestial del Templo celestial, pertenecemos al Orden de Melquisedec. O sea, que somos hijos por medio del nuevo nacimiento del Sumo Sacerdote del Templo celestial, de Jesucristo, de Melquisedec, somos real sacerdocio, ¿ven? De la realeza sacerdotal que pertenece al Sumo Sacerdote del Templo celestial, que es Cristo, el Mesías, y ese es Melquisedec.
Y ahora, somos de una familia sacerdotal celestial, y también dice, vamos a ver, capítulo 1 de Apocalipsis, versos 5 al 6:
“Y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre,
y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén.”
Y el capítulo 5, versos 9 en adelante, dice:
“Y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación;
y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.”
Y ahora, encontramos que esta es una familia celestial, es la familia de Melquisedec, es la familia de Dios, es la casa de Dios, la familia de Dios. Por eso nos dice en Hebreos, capítulo 3 (y les debo una de Apocalipsis)... capítulo 3 de Hebreos, verso 5 en adelante, dice:
“Y Moisés a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir;
pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza.”
Y ahora, Cristo ha sido puesto no como siervo, sino como Hijo sobre Su casa, la cual casa somos nosotros, Dios colocó a Moisés como siervo sobre Su casa, sobre el pueblo hebreo. Pero ahora Dios ha colocado a un Profeta como Moisés, a Cristo, el Mesías, como hijo sobre Su casa. Por eso Él dice que somos Sus hermanos menores.
Ahora, de donde vino nuestro hermano *mayor, hemos venido también nosotros. Ahora, las cosas celestiales, la familia celestial, vean ustedes, son los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo, los creyentes en Cristo nacidos de nuevo, y de esa casa el Sumo Sacerdote es Jesucristo, de esa familia, y Él intercede en el Templo celestial en el Cielo por toda Su familia.
Recuerden que el sumo sacerdote entraba al tabernáculo y ofrecía el sacrificio por sí y por los sacerdotes, por ese orden sacerdotal hebreo, levítico. Lo mismo que Cristo iba a hacer en el Cielo.
Y ahora, esa es la clase más alta del Cielo, ¿por qué? Porque en un reino, ¿cuál es la clase más alta? El rey y la reina y sus hijos, son los príncipes y princesas, esa es la realeza.
Y ahora, por cuanto Cristo es Sumo Sacerdote y también Rey de reyes y Señor de señores, pues todos los descendientes de Dios por medio de Cristo son del orden sacerdotal de Melquisedec, celestial del Templo celestial, del Reino celestial y también son Reyes, son los príncipes y princesas, Reyes y Sacerdotes y también Jueces, de lo cual nos habla San Pablo en Primera de Corintios, capítulo 6, ahí nos habla de que somos... dice verso 2 en adelante, dice:
“¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas?
¿O no sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? ¿Cuánto más las cosas de esta vida?”
O sea, ese es el orden judicial celestial que es para el juicio antes... o para el juicio que el Mesías sentándose en Su Trono va a llevar a cabo con las naciones, ahí va a estar Su gabinete del poder judicial, y para la parte de la administración del Reino del Mesías, allá van a estar los príncipes y princesas que ahí en ese Reino van a tener la posición de Reyes, y también la parte religiosa, el Orden sacerdotal celestial va a estar también en la Tierra. Así que, vean todo lo que va a pasar en el Reino del Mesías y después en toda la eternidad.
Ahora, siendo que hemos sido libertados como el pueblo hebreo fue libertado de Egipto, y después celebraba anualmente la pascua, en cada ocasión en que celebramos la Santa Cena, estamos celebrando la pascua porque Cristo es nuestra pascua, y cada vez que comemos el pan y tomamos el vino, la muerte del Señor estamos recordando y conmemorando, la obra de nuestra liberación por medio de Cristo, estamos conmemorando un hecho histórico en ese simbolismo de la Santa Cena. O sea, que estamos recordando un hecho histórico, estamos haciendo una conmemoración, tiempo pasado, recordando algo de tiempo pasado, pero haciendo algo en tiempo presente, una conmemoración, y señalando la segunda Venida de Cristo, porque dice Pablo: “Todas las veces que comieres este pan y tomares esta copa, la muerte del Señor recordáis hasta que Él venga.” Un acto del momento recordando algo del pasado y señalando algo que va a suceder: la Venida del Señor, hasta que Él venga.
Y ahora, Apocalipsis, capítulo 20, verso 4 en adelante, nos dice:
“Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años (ahí está el milenio, reinaron).
Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección (porque la primera resurrección es para Vida eterna).
Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.”
Encontramos en el verso 5 y en el verso 6 y verso 7, mencionado el milenio: mil años, tres veces está mencionado ahí corrido: verso 5 y verso 6, y si ustedes lo encuentran en otro sitio también, me lo hacen saber.
El 4, el 5, y el 7, les había mencionado, parece mal la... el 6 también, o sea, que tenemos cuatro o cinco veces ahí mencionado: 2, 3, 4, ahí tenemos cuatro veces mencionado el milenio. Hay gente que dice que el milenio no se menciona en la Biblia, pero ahí lo tenemos cuatro veces en un solo capítulo y en versos muy cerca el uno del otro; en el 2 también está. O sea, que son como siete veces más o menos. Bueno, ahí después los cuentan, dice que... y lo más importante no es que lo mencione, es que estemos allí.
Ahora, encontramos que los que no tenían el sacrificio del cordero pascual en Egipto y la sangre aplicada en sus hogares, los primogénitos murieron, el primogénito del faraón, el primogénito de todos los del gobierno del faraón; dice que no hubo casa donde no se encontrara un muerto, y los hijos de los esclavos, los hijos de los presos de los animalitos también, todo, y sin embargo los hijos primogénitos de los hebreos no murieron.
Durante la Dispensación de la Gracia los primogénitos han tenido la Sangre de Cristo aplicada en el dintel y los postes de la puerta de su corazón, y la Iglesia como Cuerpo Místico de creyentes ha tenido en ella la Sangre aplicada en la puerta que es Cristo; en la puerta que es Cristo, está la Sangre en medio de la Iglesia, la puerta de la Iglesia es Cristo, es la puerta del Cielo.
Y ahora, todos los que no aprovechan durante estos dos mil años que han transcurrido y lo que nos falta para completarse la Iglesia, los que no aprovechan la oportunidad de tener la Sangre de Cristo aplicada por el Espíritu en el corazón, ¿qué pasa? Muerte espiritual, pero los que aprovechan esa oportunidad de Vida eterna tienen ¿qué? Vida eterna, la muerte espiritual no puede hacerles daño.
Y ahora, es un privilegio grande ser ministros del nuevo Pacto establecido por Cristo nuestro Salvador, ministros del nuevo Pacto, sepan que ser ministro allá en el antiguo Pacto era un privilegio muy grande, era por elección divina, un sacerdote en el antiguo Pacto tenía un privilegio, tenía que haber nacido como un descendiente de Aarón, porque los levitas no todos era sacerdotes, solo los descendientes de Aarón, los demás eran los ayudantes, los que trabajaban con los sacerdotes, pero no eran sacerdotes.
Y ahora, en el Templo espiritual de Cristo, ministros del nuevo Pacto, sacerdotes, recuerden que es un privilegio grande esa posición, se tiene que haber nacido del Sumo Sacerdote descendiente del Sumo Sacerdote del Templo celestial: esos son los ministros, los sacerdotes del nuevo Pacto según el Orden de Melquisedec en la Iglesia del Señor Jesucristo, en el pueblo celestial.
Por lo tanto, no hay ningún problema en cuanto el pueblo celestial y el pueblo terrenal; el pueblo celestial ama al pueblo terrenal, y es el pueblo celestial el que ha ayudado y ayudará siempre al pueblo terrenal, y esa es la bendición para el pueblo terrenal: el pueblo celestial. Y ser ministro del nuevo Pacto es ser un ministro del pueblo celestial, un descendiente de Melquisedec.
Ahora, encontramos que del orden sacerdotal terrenal estaba Aarón y los hijos de Aarón, pero también estaban los nietos de Aarón y los bisnietos, pero el sumo sacerdote era el único que entraba al lugar santísimo y también estaban los principales sacerdotes además del sumo sacerdote, ellos trabajaban en el lugar santo también, y ellos tenían la posición más alta en el templo.
Y ahora, en el Templo espiritual de Cristo, Cristo es el Sumo Sacerdote, es el Hijo sobre Su casa, sobre Su familia, “la cual casa (dice San Pablo) somos nosotros,” Hebreos, capítulo 3, verso 1 al 6; y miren ustedes, Aarón tenía esa posición de sumo sacerdote, pero iba teniendo hijos, y esos venían a ser sacerdotes, y luego cuando terminaba Aarón su tiempo, su vida, uno de sus hijos heredaba el sumo sacerdocio.
Cristo dijo... recuerden que Él es Sumo Sacerdote según el Orden de Melquisedec en el Cielo, y por medio de Su Espíritu, Él dijo: “Yo estaré con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo,” y ha estado en Su casa, Su familia, compuesta por Sus hijos nacidos de nuevo; y en Su casa, Su Iglesia, Su Templo espiritual, Él se ha estado manifestando por medio de cada uno de los mensajeros que Él ha enviado.
Para a decir: San Pedro, San Pablo, Ireneo, Martín, Colombo, Lutero, Wesley y el reverendo William Branham, pero ninguno de ellos pudo entrar a la etapa del Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo, pero Cristo a través de ellos manifestó el ministerio correspondiente a cada edad para el Lugar Santo.
Para el Día Postrero solamente podrá entrar al Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo que es la Edad de la Piedra Angular, un mensajero dispensacional, a través del cual Cristo va a operar el ministerio de Sumo Sacerdote. Por eso es que hay tantas promesas para el vencedor.
¿Quién se sentó en el Trono celestial de Dios? El Sumo Sacerdote según el Orden de Melquisedec, el Rey, y viene a ser ¿quién? El heredero al Reino de David y viene a conquistar el Reino celestial, el Trono celestial, y está en Él el Nombre del Padre: “Yo he venido en Nombre de mi Padre.” Y Él decía: “Las obras que yo hago, las hago en Nombre de mi Padre,” y lo que hablaba, así también.
Y ahora, tiene que aparecer en medio del Cuerpo Místico de Cristo en el tiempo final, un mensajero a través del cual Cristo opere el ministerio que corresponde al Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo; y por cuanto ese es el ministerio más grande en el Orden sacerdotal, tiene que ser para una etapa que corresponda al Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo, después de las siete edades de la Iglesia, después de esas siete edades que corresponden al Lugar Santo.
Vean, el tiempo importante que nos ha tocado vivir, y es en ese tiempo donde va a llevarse a cabo la Obra de Reclamo para la redención del cuerpo, que será nuestra transformación. Por lo tanto, ese en el cual Cristo operará el ministerio de Sumo Sacerdote en Su Templo espiritual, será el siervo fiel y prudente al cual el Señor podrá sobre Su casa en el Día Postrero, así como puso sobre Su casa cada uno de esos mensajeros de las edades pasadas y también al apóstol Pedro.
Para el Día Postrero tendrá un siervo fiel y prudente, porque Él dice: “¿Quién es el siervo fiel y prudente al cual su Señor pone sobre su casa o ha puesto sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? De cierto os digo que cuando su Señor venga y le halle haciendo así (por lo tanto habrá uno el cual estará haciendo así, porque los otros ya habrán partido), de cierto os digo que sobre todos Sus bienes le pondrá.”
Y ahora, Él dice en Apocalipsis, eso está en San Mateo, capítulo 24, versos 41 al 47. Si le pondrá sobre todos Sus bienes, ¿qué estará haciendo? Pues lo mismo que Dios hizo, Dios el Padre hizo con Jesús: lo puso sobre todos Sus bienes cuando subió al Cielo victorioso y se sentó o lo sentó a Su diestra, pues eso es lo que dice Apocalipsis también, capítulo 3, verso 20 al 21, dice:
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.
Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.”
Es el Espíritu Santo hablando, Cristo, el cual dijo: “Estaré con vosotros todos los días,” y ahora, la promesa es: “Le daré que se siente conmigo en mi Trono,” el Trono de Cristo terrenal, el Trono de Cristo es el Trono de David, el Trono del Padre es el Trono celestial.
En el Trono celestial Dios sentó a Jesús, a Jesucristo ya glorificado, y en Él estaba el Nombre de Dios, dice el reverendo William Branham que cuando Cristo subió al Cielo victorioso, recibió un Nombre nuevo.
Y ahora, ¿qué tiene que ver el Nombre nuevo con Cristo sentarse en el Trono? Cuando obtuvo la victoria y se sentó con el Padre en Su Trono, recibió un Nombre nuevo. Vamos a ver qué tiene que ver esto. Dice Apocalipsis, capítulo...
Recuerden que Cristo está haciendo en Su Trono y Reino terrenal, lo mismo que el Padre hizo con Cristo en Su Trono celestial, lo mismo. Por eso usted va a ver el paralelo o paralelismo que hay entre lo que hizo el Padre con Jesús, el primogénito, con lo que hará Jesucristo en Su Reino, el Reino de David. Capítulo 3, verso 12, dice:
“He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona (si somos Reyes, pues son los reyes los que tienen corona).
Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo.
El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.”
Y ahora, así como Dios le dio a Cristo o Cristo vino en Nombre de Su Padre, y ahora, se sienta en el Trono celestial y recibe un Nombre nuevo, porque Él dice que tiene un Nombre nuevo, Él es el que lo dice; y el que no lo crea, pues no está creyendo lo que Él dice, Él por medio de Su Espíritu está diciendo que Él tiene un Nombre nuevo y que lo va a escribir sobre el vencedor.
El vencedor será el siervo fiel y prudente el cual su Señor haya puesto el Día Postrero para que le dé el alimento a tiempo a su casa, a su familia, y su casa es Su Iglesia, y su familia, pues es Su Iglesia; los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo son los hijos e hijas de Dios, la familia de Dios, los hermanos de nuestro amado Señor Jesucristo.
Y ahora, Él va a escribir para sentarse con Cristo en Su Trono y que Cristo le dé todo lo que Él ha prometido, dice:
“¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente , al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo?
Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así.
De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá.”
Será el administrador, administrador, virrey (en otras palabras), primer ministro, como usted lo quiera llamar. Por lo tanto, al que le toca esa bendición podrá hablar como Cristo hablaba, porque Cristo decía: “Y veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra de Dios, y verán al siervo fiel y prudente sentado a la diestra del Señor Jesucristo en Su Trono terrenal, el Trono de David en el Reino de David.
Es lo mismo que pasó en el Cielo en Reino celestial y en el Trono celestial, es lo mismo que va a pasar en Reino terrenal de Dios que es el Reino de David y Trono terrenal de Dios que es el Trono de David, y Cristo es el heredero a ese Trono y Él puede hacer como Él quiera porque es el dueño, y Él es el que dice: “Se sentará conmigo en mi Trono,” y si se va a sentar con Cristo en Su Trono, “así como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en Su Trono.” Vean, en la misma forma está diciendo.
Y también va a escribir el Nombre de nuestro Dios y el Nombre de la Ciudad de nuestro Dios que es la nueva Jerusalén y Su Nombre nuevo. “¿Que Cristo tiene un Nombre nuevo? ¿Entonces el Cristianismo no va a conocer a Cristo como Jesús cuando venga y establezca Su Reino?” Bueno, Él dice que tiene un Nombre nuevo que ninguno entiende sino Él mismo.
No se preocupen que en el Día Postrero, en el tiempo final Él lo va a dar a conocer, ese es un misterio que está dentro del séptimo Sello. También dice Apocalipsis, dice también:
“Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia : Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre.”
Por lo tanto, si Él tiene la llave de David, Él va abrir la puerta del Reino de David, y Él es el que tiene la herencia del Reino de David y Él sabe cómo va administrar ese Reino, va a sentar con Él en Su Reino al vencedor, y ya ustedes van a ver que en el tiempo final así como Cristo obró por medio de cada mensajero en cada edad, estará obrando en el Día Postrero por medio de ese mensajero que se va a sentar con Cristo en Su Trono; ese será el instrumento que Cristo tendrá en la Tierra, y eso ya está destinado desde antes de la fundación del mundo, no va a ser alguien que va a luchar para alcanzar ese lugar, no.
Muchos tratarán de alcanzar ese lugar y Dios le podrá decir: “Ni es el tiempo, no es la hora, ni eres la persona, tiene que ser conforme a la Escritura.” Solamente a esa persona es que Cristo va a confirmar en Su Reino como el mensajero que se va a sentar con Él en Su Trono, y así como Dios por medio de Cristo obra en el Cielo, lo que pase en el Cielo, así mismo va Dios a obrar en la Tierra, Cristo va a obrar en la Tierra.
El Trono de Dios es el Trono celestial, el Trono de Cristo es el Trono terrenal: Trono de David. Así que, Cristo va a fusionar el Trono celestial con el Trono terrenal, el Reino celestial con el Reino terrenal. O sea, el Reino celestial de Melquisedec, con el Reino de David, que es el Reino de Dios en la Tierra y Trono celestial de Melquisedec, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios con el Trono de David. Todo va a ser sencillo. Es que lo celestial se va a materializar en el Reino de David, Reino de Dios terrenal.
“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido.”
¿Y dónde estaba el maná escondido? En el Lugar Santísimo, por lo tanto tiene que estar en el Lugar Santísimo del Templo espiritual y ninguno de los siete mensajeros estuvo en el Lugar Santísimo. Por eso el reverendo William Branham dice que vigiláramos la edad que viene, la Edad de la Piedra Angular, la edad de la adopción, la edad de oro, y dice que los que estarán en esa edad perfecta; página 4 del mensaje en español: “La estatura de un hombre perfecto.”
Ahora, sigue diciendo:
“Al que venciere, daré a comer del maná escondido...”
Por lo tanto, va a entrar donde está el maná escondido: en el Lugar Santísimo, dentro del arca, se tendrá que ver con el Arca para lo cual tiene que ser Sumo Sacerdote de ese Orden de Melquisedec, de los miembros de ese sacerdocio del Orden de Melquisedec, de los cuales los que han sido lavados con la Sangre de Cristo han sido hechos Reyes y Sacerdotes; uno de esos Reyes y Sacerdotes y Jueces, uno de ellos va a lograr entrar al Lugar Santísimo, ahí es donde la Iglesia reconocerá Su posición, reconocerá la posición que le corresponde en el Día Postrero, entrará la edad perfecta, la edad del amor divino.
Por eso ustedes pueden ver que en el mensaje predicado por el reverendo William Branham: “La estatura de un hombre perfecto,” nos habla de las diferentes edades y cuando coloca la parte de arriba de la Iglesia, coloca una piedrita angular, y dentro dice: “Amor.” En la brecha que hay: “Espíritu Santo,” y en la séptima edad: “Amor fraternal.” O sea, amor hermanable. Pero el amor divino corresponde a la edad del amor divino, la edad del amor donde se obtendrá la gran victoria ¿en qué? En el amor divino, de eso fue que le fue profetizado y dice el reverendo William Branham: “Quizás eso ocurra en el cuartito pequeño.” Está ligado a la Visión de la Carpa, ven que no era para la séptima edad ni para la brecha, el cumplimiento de la Visión de la Carpa es para la edad del amor divino, la Edad de la Piedra Angular.
Y ahora, ustedes busquen en sus libros de “Citas,” y ahí ustedes encontrarán acerca de esas cosas que les he estado hablando. Dejenme ver si les puedo dar alguna: 54:464 dice, para que tengan algo de... cuando le fue profetizado, voy a leer la parte de abajo. Dice:
“Una porción enorme del cielo te espera,’ - él nunca había oído acerca de la visión (o sea, el que interpretó), (¿ven ustedes?) ustedes recuerdan la visión... ‘una porción enorme del cielo te espera. Qué decisión tan gloriosa has hecho tú.’ (¿Ven?) esto en sí mismo - ahora aquí está, de aquí en adelante yo no entiendo - ‘Esto en sí mismo es eso.’ - paréntesis grandes alrededor de ello (un paréntesis grande alrededor de ello) - ‘lo cual dará y hará venir a pasar la victoria tremenda en el Amor Divino.’ Yo no sé qué quiere decir eso. Esto vendrá a suceder... tal vez en la carpa pequeña uno de estos días puesta allá atrás, El lo hará notorio.”
¿Ven que todo está ligado a la Visión de la Carpa? Por eso es tan importante para el Día Postrero que aparezca en el Programa Divino el cumplimiento de la Visión de la Carpa, que se haga realidad, y no se podía hacer realidad ni en la primera, segunda, tercera, cuarta, quita, sexta o séptima edad, ni siquiera en la brecha entre la Edad de Laodicea y la Edad de la Piedra Angular, pero tiene que hacerse realidad en la Edad de la Piedra Angular, que es una edad eterna, en donde solamente puede suceder la gran victoria del amor divino, porque la Edad de la Piedra Angular es la edad del amor divino.
Y ahora... y recuerden que cuando él tuvo la visión de la carpa, después el Ángel le dice: “¿Recuerdas el nombre que estaban buscando cuando tuviste la visión?” Todo eso está ligado: Nombre nuevo, la victoria del amor divino. Recuerden que la victoria del amor divino dos mil años atrás fue la victoria de Cristo, la primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario:
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito , para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”
Eso está en San Juan, capítulo 3, verso 16; y en *Romanos, capítulo 5, verso 6 al 10, dice Pablo:
“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.”
¿Ven? Por lo tanto, aquella fue la gran victoria del amor divino correspondiente a la primera Venida de Cristo, y en la gran victoria en el amor divino para el Día Postrero, será la gran victoria del amor en la Venida del Señor en el Día Postrero, en donde harán Su Obra de Reclamo, resucitará los muertos creyentes en Él y a los vivos los transformará.
Es un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio de nuestro tema: “MINISTROS DEL NUEVO PACTO.” Y para hacerlo más claro: Sacerdotes del nuevo Pacto, del cual yo también soy Sacerdote del nuevo Pacto según el Orden de Melquisedec.
Y ahora, si quieren el postre, esperemos al domingo, ahí el domingo continuaremos hablando... ¿A dónde? Ah, es que no he recibido nada por ahí todavía.
Bueno, los hijos del segundo Adán son los que tienen el Orden sacerdotal, el Orden del Reino también, la herencia del Reino y todas estas grandes bendiciones divinas, el orden de la realeza de ese Reino, el Orden de la realeza del sacerdocio y del Orden del poder judicial.
Así que, es una bendición muy grande la que Dios tiene con Sus elegidos, los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo, los hijos e hijas de Dios por medio del segundo Adán y la segunda Eva, que es la Iglesia.
Bueno, ya eso es tema para otra ocasión: “Hijos del segundo Adán y de la segunda Eva.” que Dios les bendiga y les guarde, y voy a dejar por aquí a Miguel, porque el postre es más grande que la comida quizás, así que necesitaremos bastantes horas con ese tema podría darse a conocer el séptimo Sello, pero nos aguantaremos, porque el séptimo Sello tiene que venir de la familia.
Bueno, que Dios les bendiga y les guarde, y les use grandemente en Su obra Sacerdotes, ministros del nuevo Pacto.
Dios les bendiga y les guarde a todos.
El reverendo William Soto Santiago recibe una primera plaqueta
Aprecio y agradezco mucho tan alta honra con la cual he sido, en esta ocasión... este reconocimiento el cual me han otorgado en esta ocasión, el cuerpo ministerial de Venezuela. Y que Dios les bendiga y les guarde y les use grandemente en Su Obra en este tiempo final.
El reverendo William Soto Santiago recibe una segunda plaqueta
Aprecio y agradezco mucho tan alta distinción que me han otorgado y que me han hecho, la República Bolivariana de Venezuela: “Asociación Misionera: ‘El Ángel Mensajero.”
Que Dios les bendiga y les guarde y les use siempre en Su Obra en este tiempo final.
“MINISTROS DEL NUEVO PACTO.”