obsidian/es/conferencias/2008/10/spa-2008-10-11-1-palabras_de_saludo-QUIEC.md

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title: 'Palabras de saludo'
date: 2008-10-11
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Muy buenas noches, ministros, compañeros en el Reino de Cristo, en el Cuerpo Místico de Cristo; es una bendición y privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final.

Habíamos estado hablando Miguel y yo, que ibamos a tener solamente un saludito, ya que mañana tenemos también actividad y todavía no han llegado aquí el doctor Salomón Cunha y su esposa... ya están en el aeropuerto, ¿les dará tiempo a llegar acá? Pueden venir entonces y los escuchamos también.

Están sucediendo muchas cosas importantes en el Programa Divino, y yo creo que los mejores que nos pueden contar es el doctor Salomón Cunha y su esposa, y todo se está moviendo de acuerdo al Programa que Dios tiene; y son cosas que están dentro del séptimo Sello y que no son dadas a conocer para que no se interrumpan, o sea, no son abiertas diciendo: “Esto está aquí y esto está acá,” sino que se dejan que sucedan, y nos damos cuenta que Dios está detrás de todo eso pues son cosas que no son comunes y que no son posibles humanamente; y es que todo eso está escondido dentro del misterio del séptimo Sello.

Estaba platicando con el doctor Miguel Bermúdez Marín cuando llegué, acerca de la primogenitura de José, la tribu de José que está compuesta por dos tribus, es raro que una tribu sea gemela... ¿eran gemelos? No, no eran gemelos ellos.

Las tribus, digamos: “tribus gemelas,” porque son la tribu de José compuesta por la tribu de Efraín y la tribu de Manasés; todo eso está dentro de la Bendición de la Primogenitura, porque el primogénito siempre heredaba una doble porción.

Entonces ahí tiene José, José una tribu, una tribu doble, representado José en sus dos hijos; por eso es que cuando Jacob echó la bendición sobre José para venir a formar, para tener la bendición para la tribu de José, la echó sobre los hijos que vendrían a formar (los dos) la tribu de José.

Estamos solamente platicando en lo que llegan el doctor Salomón Cunha; es bueno saber si ya salieron hacia acá; esas dos tribus son muy importantes, porque dice Primera de Crónicas, capítulo 5, verso 1 al 3, que Rubén era el primogénito, el mayor, pero por cuanto cometió cierta falta, el derecho de la primogenitura o los derechos de la primogenitura le fueron dados a José, y nos habla de los hijos de José: Efraín y Manasés.

Sabemos que el mayor es Manasés, pero estamos haciendo como hizo Jacob: colocando a Efraín primero y después a Manasés; a José no le gustó que Jacob lo hiciera así; pero miren, en la Bendición de la Primogenitura las cosas suceden no porque son planificadas humanamente, sino porque está en el Programa Divino ligado a la Bendición de la Primogenitura.

Primera de Crónicas, capítulo 5, verso 1 en adelante, dice:

“*Los hijos de Rubén primogénito de Israel (porque él era el primogénito, mas como violó el lecho de su padre, sus derechos de primogenitura fueron dados a los hijos de José, hijo de Israel, y no fue contado por primogénito;*

*bien que Judá llegó a ser el mayor sobre sus hermanos, y el príncipe de ellos; mas el derecho de primogenitura fue de José).”*

Por más grande que sea la bendición de Judá, la bendición mayor la tiene José, porque tiene el derecho o los derechos de la primogenitura; y aunque Judá fue príncipe entre sus hermanos, José fue el amado y fue profeta y fue el tipo y figura de Cristo más perfecto, y la esposa de José, una gentil, tipifica la Iglesia Novia del Señor.

¿Y dónde vamos a encontrar la tribu de José o la tribu de Efraín? Estaba o nació o surgió de la unión de José con una gentil, la cual representa la Iglesia Novia del Señor; por lo tanto, la Bendición de la Primogenitura la vamos a encontrar en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo. Manasés representa al pueblo hebreo, a los judíos, a Israel, y Efraín representa la Iglesia del Señor Jesucristo; o sea, que la bendición grande la tiene la Iglesia del Señor Jesucristo y por consiguiente cada creyente en Cristo.

Por eso son Reyes y Sacerdotes y también Jueces, porque los santos juzgarán al mundo, o sea, que el poder judicial lo tiene Cristo y Su Iglesia, Su gabinete del poder judicial, y el poder religioso lo tiene Cristo, el Sumo Sacerdote, y Su Iglesia, que son Sacerdotes con Él, real sacerdocio; o sea, la realeza del sacerdocio que es la del orden de Melquisedec, la tiene Cristo, Sumo Sacerdote según el orden no de Aarón, sino de Melquisedec, porque ese es el orden del real sacerdocio, del Cielo, y sacerdocio eterno; y a ese orden sacerdotal pertenezco yo, ¿y quién más? Cada uno de ustedes también, que es superior al de Aarón; el de Aarón solamente fue la sombra, el tipo y figura del orden celestial de Melquisedec.

Y la realeza que tiene que ver con el Reino, la simiente real de Abraham, vean, es la Iglesia con todos los creyentes en Cristo: por eso es la Reina y Cristo es el Rey.

Y ahí encontramos que esas personas creyentes en Cristo nacidas de nuevo, estarán en el Reino terrenal también de Cristo como Reyes, dice que Cristo nos ha limpiado con Su Sangre de todo pecado, o sea, nos ha lavado de nuestros pecados con Su Sangre y nos ha hecho para nuestro Dios Reyes y Sacerdotes, y reinaremos con Cristo.

Dice: “Reinaremos por mil años,” ese es el Reino milenial del Mesías, de Cristo; si vamos a reinar, tiene que haber, tiene que haber pueblos, personas sobre los cuales reinar, se va a reinar sobre el pueblo hebreo y sobre todas las naciones.

En la parábola de las minas, dice que el que ganó, le fueron dadas cinco minas y ganó cinco más; no le fueron quitadas, más bien le fue dicho: “Tú, reina sobre (cinco o diez ciudades, ¿cuánto es?) diez ciudades,” porque ganó cinco minas más.

Y ahora miren, lo que le fue dado para trabajar en la obra del Señor lo multiplicó, y ahora le es dada una bendición de reinar sobre diez ciudades; o sea, que el trabajo que hizo, no con lo suyo propio sino con lo de otro, con lo de Cristo, porque Él es el que dio los talentos, ahora, se da cuenta que estaba trabajando para sí mismo en el programa del que le dio los talentos.

Y todo el trabajo y luego todo lo que va a heredar estará dentro del glorioso Reino del Mesías, pero la persona seguirá trabajando en la obra de Dios como administrador, fue un administrador de lo que le fue dado de parte de Dios; y si en lo poco fue buen administrador, fue fiel en lo poco, en lo mucho va a ser fiel también y Dios lo va a poner en lo mucho: “En lo poco has sido fiel, en lo mucho te pondré, entra en el gozo de tu Señor.” Y ahí entra al Reino milenial de Cristo. O sea, que en la Bendición de la Primogenitura están todas las bendiciones del Cielo y de la Tierra, no solamente de la Tierra sino del Cielo también; por eso ustedes encuentran que cuando Jacob le echó la bendición a José, en el capítulo 49 del Génesis, le habla de bendiciones del Cielo y de la Tierra.

Y si usted examina bien las bendiciones que echó sobre todos sus hijos Jacob, la bendición más importante fue la que echó sobre José; y José, miren aquí, tanto en el capítulo 49 del Génesis, como en Deuteronomio también (más adelante les digo dónde está lo de Deuteronomio). En Génesis 49, verso 22, dice:

“*Rama fructífera es José,*

*Rama fructífera junto a una fuente...”*

Y Cristo es la fuente: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.” Y dice que ríos de agua viva correrán por su vientre: “Esto dijo del Espíritu Santo que habían de recibir los que creyesen en Él.”

Y ahora, también en lo literal tiene que ver con fuentes, los mares, islas, territorios así donde hay muchas aguas; o sea, que siempre como es una rama fructífera, tiene que estar donde hay agua, para dar fruto, tanto en lo espiritual como en lo físico.

Vamos a detenernos un poquito aquí, después continuamos, no pasen la página. Tengan esa página marcada y pasemos también al capítulo 41, verso 51 de Génesis, dice:

“*Y llamó José el nombre del primogénito, Manasés; porque dijo: Dios me hizo olvidar todo mi trabajo, y toda la casa de mi padre.”*

Manasés según la referencia aquí significa: “El que hace olvidar,” o sea, tiene que ver con olvido, con olvidar todo el trabajo que había pasado allá en la casa de su padre y toda la casa de su padre. Luego dice:

“*Y llamó el nombre del segundo* (o sea, de su segundo hijo, verso 52)*, Efraín; porque dijo: Dios me hizo fructificar en la tierra de mi aflicción.”*

Y ahora, en la tierra de Egipto ahí Dios lo hizo fructificar, y le pone por nombre Efraín, lo cual tiene que ver aún, miren, con lo que le fue dicho más adelante:

“*Rama fructífera es José.”*

Con lo que es José, ahora se lo pasa a su hijo Efraín; ahora, Efraín o a través de Efraín es que va a ser fructífero José, vean aquí el capítulo 48, verso 19 en adelante, cuando está bendiciendo a los nietos, Jacob dice: “Mas su padre no quiso...” Esto fue cuando José quiso quitar la mano de la cabeza, la mano de Jacob de la cabeza de Efraín para ponerla en la cabeza de Manasés. Dice:

“*Mas su padre no quiso, y dijo: Lo sé, hijo mío, lo sé; también él vendrá a ser un pueblo* (o sea, Manasés va a ser un pueblo, y Manasés representa a Israel, al pueblo hebreo)*... pero su hermano menor será más grande que él, y su descendencia formará multitud de naciones.”*

La multitud de naciones viene por la bendición que fue echada a Efraín; por eso miren, cuando fue dividido el Reino de David a causa del pecado de idolatría de Salomón, fue dividido no en el tiempo de Salomón por amor a David, Dios dijo: “No voy a romper el reino en tus días (pero ya la sentencia fue dictada), sino que lo romperé en los días de tu hijo.” O sea, en los días de Roboam, hijo de Salomón.

Y cuando rompió el reino lo partió en dos, diez tribus, o sea, la cantidad grande, la bendición grande se la pasó a Jeroboam. ¿Y quién era Jeroboam? Un descendiente de Efraín, perteneciente a la tribu de Efraín; y por supuesto Jeroboam cometió el mismo error de Salomón, por miedo a que la gente de las diez tribus se fueran a adorar a Jerusalén y se tornaran nuevamente a Roboam.

Pero las diez tribus, vean, quedaron separadas de las dos tribus, pero la promesa es que va a ser restaurado ese Reino, las diez tribus van a ser unidas nuevamente a las dos tribus, y entonces eso será la restauración del Reino de David, porque ahí es donde el Mesías Príncipe restaurará el Reino, se sentará sobre el Trono de David, y con Él, así como Cristo dice que se sentó en el Trono del Padre, Él lo anunció estando en la Tierra; antes de suceder, lo anunció. Y cuando murió, resucitó y subió al Cielo, se sentó como Él lo había dicho: en el Trono del Reino de Dios celestial que cubre los Cielos y la Tierra.

Toda la creación está sujeta a ese Reino y por consiguiente a ese Trono y al que está sentado en ese Trono.

En ese Trono ha estado Dios con Su cuerpo angelical todo el tiempo, pero luego cuando Jesús sube al Cielo, sube el cuerpo físico de Dios, que es el cuerpo glorificado de Jesús; y allí está Dios, porque Dios no perdió Su Trono al sentarse en el Trono celestial Cristo, sino que Dios está dentro de ese cuerpo glorificado; y todo poder lo está manifestando a través de Cristo, siempre lo ha hecho así; lo hizo así a través del cuerpo angelical, y ahora con Su cuerpo angelical dentro del cuerpo glorificado continúa haciéndolo en la misma forma.

“Todo poder me es dado en el Cielo y en la Tierra,” dice Cristo. Pero Él también dijo: “El Padre que mora en mí, Él hace las obras.” ¿Ven? Es a través de Jesucristo que Dios se ha manifestado siempre y que Dios creó los Cielos y la Tierra por medio de Cristo en Su cuerpo angelical; y luego teniendo Su cuerpo físico glorificado está gobernando toda la creación por medio del cuerpo glorificado de Cristo, pero es Dios el que ha estado obrando siempre.

Y ahora, para el tiempo final estamos esperando grandes bendiciones de parte de Dios. Cristo está como Sumo Sacerdote en el Templo celestial, en el Trono de Intercesión, que es el Trono de Dios en el Cielo, pero que al estar Cristo como Sumo Sacerdote con Su Sangre, es convertido ese Trono o esa silla, en silla o Trono de misericordia y de intercesión, mientras está Cristo como Sumo Sacerdote, bajo la Dispensación de la Gracia.

Cuando termine Su Obra de Intercesión, lo cual será cuando haya completado Su Iglesia, haya entrado hasta el último escogido a Su Iglesia, Él habrá hecho intercesión hasta por el último escrito en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero, lo habrá redimido, se levantará del Trono del Padre y hará Su Obra de Reclamo; ya no como Sumo Sacerdote sino como el León de la Tribu de Judá, como dijo el anciano a Juan en el capítulo 5 del Apocalipsis; ya será león y por consiguiente Juez, ya no estará como Sumo Sacerdote, ya no habrá Sangre en el propiciatorio en el Cielo, ya el tiempo habrá terminado, tiempo de redención.

Al tomar el Título de la Vida, el Título de Propiedad de la Vida eterna, el Título de Propiedad de toda la creación, el Título de Redención, ya ahí las cosas cambiarán en el Cielo y por consiguiente en la Tierra; y para los escogidos será el momento más glorioso de todos, porque luego de recibir el título en el Cielo, lo traerá a la Tierra, lo entregará a un hombre que se lo coma para que predique a todo pueblo, nación y lengua; o sea, un mensaje para toda la humanidad vendrá, pero ya no habrá tiempo de redención, ya no habrá Sangre en el Cielo; ahí es donde los ministerios de los dos Olivos estarán haciendo grandes señales, grandes maravillas y ahí se estará cumpliendo plenamente la Visión de la Carpa, porque los milagros y maravillas son para Moisés y Elías.

Recuerdan en la página 166 del libro de *“Citas,”* en donde el reverendo William Branham dice: “¿Habrá otro avivamiento? ¿Veré otro tiempo?” O sea: “¿Veré otro tiempo de avivamiento?” Como el que hubo en cada una de las edades, en donde Dios envió un mensajero con un mensaje, él lo proclamaba y llegaba, surgía el avivamiento de esa edad.

“¿Habrá otro tiempo? ¿Otro avivamiento? (dice) Del Occidente (ahí está hablando Elías en su cuarta manifestación)... del Occidente vendrá un Jinete.”

Así que, la vista hay que tenerla ¿dónde? En el Occidente, y el Occidente es el continente americano; y ya en la parte Norte del continente americano vino Elías en su cuarta manifestación y hubo el avivamiento de la séptima edad, otro avivamiento en el continente americano, otro avivamiento en el Occidente, solamente puede llevarse a cabo en la América Latina y el Caribe.

“Del Occidente,” o sea, que el próximo avivamiento después del avivamiento del tiempo del reverendo William Branham, y el próximo mensajero o jinete será del Occidente, un occidental, y por consiguiente con vestiduras del Occidente y con costumbres del Occidente, comiendo arroz y frijoles. Esa es la comida más típica del Occidente: arroz, frijoles, un pedacito de carne por el lado y en algunos países: *chile* o *ají*, *pique* también, y cosas así.

“Del Occidente vendrá un jinete en un caballo blanco.” El caballo blanco de la Palabra, dice: “Recorreremos.” Y ahora, no dice: “Recorrerá...” “Recorreremos.”

Y ahora, Elías no se va a quedar fuera. “Pero ya Elías en su cuarta manifestación se fue y no recorrió ese camino juntamente con el jinete que vendría,” porque Elías en su cuarta manifestación es para la séptima edad y recorrería esa senda solo, él dice: “La próxima ocasión (él dice) en que veo a Elías viniendo, lo veo a Elías viniendo con Moisés, con el jinete del Occidente que viene en un caballo blanco.”

Y dice: “Recorreremos,” por lo tanto, si va a recorrer de nuevo, es por quinta ocasión, y se queda en el Occidente, pero no en la parte de Laodicea ni el territorio de laodicea, sino en el territorio que corresponde a una nueva etapa, a una nueva edad: la Edad de la Piedra Angular.

Y por cuanto Dios está construyendo un Templo espiritual, ese Templo está reflejado, representado, simbolizado en el tabernáculo que hizo Moisés y el templo que hizo el rey Salomón; por lo tanto, hay Atrio, hay Lugar Santo y Lugar Santísimo.

De Adán hasta Jesús: Atrio; de Jesús en adelante, tiempo de los apóstoles hasta el séptimo ángel mensajero: Lugar Santo; por eso está el candelabro o candelero con siete lámparas, las siete edades con sus siete luces, el Espíritu Santo en cada mensajero alumbrando cada edad.

La luz para el Lugar Santo, fue la Luz del Espíritu Santo a través de cada uno de los siete mensajeros; y luego que terminan las siete edades, quizás muchos pensaron: “Todo se acabó, se fue el séptimo mensajero de la séptima edad y ya todo terminó.” Para el Lugar Santo sí, pero para el Lugar Santísimo sería la bendición grande.

Por lo tanto, tenía que surgir una edad representada en el Lugar Santísimo, para que sea el Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo, el Lugar Santísimo de la Iglesia del Señor Jesucristo para el Día Postrero, en donde obligatoriamente estarán los dos Olivos, estará el Arca del Pacto que es Cristo, la Palabra, estarán los querubines de oro, estarán los querubines de madera de olivo también como en el templo de Salomón, cubiertos de oro; o sea, nos habla de esos ministerios siendo manifestados a través de carne humana; y el oro: la Divinidad, Dios ahí manifestándose.

Todo eso corresponde al tiempo final, por eso en Apocalipsis 11 lo encontramos fuera de las siete edades, y está ligado al Templo, porque vean, Juan cuando habla de los dos Olivos y estas cosas, primero está hablando del Templo ahí, el cual él estaba viendo. Dice \[verso 1\]:

“*Entonces me fue dada una caña semejante a una vara de medir, y se me dijo: Levántate, y mide el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en él.”*

Y luego más adelante por el verso 3 es que aparecen los dos Olivos, y en Zacarías, capítulo 4, vean, ve también el Templo, ve también el candelero o candelabro con un depósito de aceite y con siete lámparas y unas ramas de olivo, ve los dos árboles de olivo y dos ramas de olivo que vierten de sí aceite como oro. Y después cuando le es explicado porque él no sabía qué significan estos dos Olivos y qué son estas dos ramas de olivo, le dicen: “¿No lo sabes? Son los dos ungidos que están delante de la presencia de Dios,” y delante de la presencia de Dios, eso es el Lugar Santísimo.

Por lo tanto, son los ministerios con una representación en el Cielo, en el Trono de Dios, ahí en la parte del Lugar Santísimo, y están delante de la presencia de Dios; y cuando son enviados, son enviados de delante de la presencia de Dios, como fue enviado Gabriel de delante de la presencia de Dios a la virgen María, como también había sido enviado seis meses antes a Zacarías el sacerdote.

Y cuando viene algo directo de la presencia de Dios, del Trono de Dios, del Lugar Santísimo del Templo celestial, algo muy grande tiene que ocurrir en la Tierra y tiene entonces por consiguiente que tener una representación aquí en la Tierra, una etapa, una edad que represente el Lugar Santísimo del Templo celestial. Allá en el Cielo los dos ungidos son Miguel y Gabriel, o sea, son los que están allá en la presencia de Dios.

Y ahora, en el Templo del Señor, la Iglesia, estos ministerios corresponden a la Edad de la Piedra Angular, y por eso en la Visión de la Carpa aparecen grandes maravillas, grandes señales, milagros, predicación y todas estas cosas, y no solamente eso, el reverendo William Branham decía: “Quiero tener una carpa grande,” o sea, estaba buscando hacer realidad la Visión de la Carpa, y tener ese cuartito pequeño y también dijo: “Y quiero predicar las plagas, las copas, las trompetas.”

Observe bien eso, porque eso está ligado al ministerio de Moisés y Elías, porque a ellos es que les corresponde esa parte conforme a Apocalipsis, capítulo 11; y todo eso corresponde a la Edad de la Piedra Angular, la edad más importante de todas las etapas de la Iglesia del Señor, esa es la edad de adopción, es la edad en donde los muertos en Cristo van a ser resucitados en cuerpos glorificados, y los que estarán vivos creyentes en Cristo nacidos de nuevo, van a ser transformados.

Por eso en otras edades no podía ocurrir la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de los vivos, porque eso es para este tiempo final, para la Edad de la Piedra Angular; y aún más, recuerden la petición de Jacobo y Juan junto a su madre, que la llevaron para reforzar la petición y le dicen a Cristo... Cristo les pregunta: “¿Qué desean?” Y la madre de ellos juntamente con ellos, dieron a conocer qué era lo que ellos querían: “Quiero que en Tu Reino (dice la madre de ellos), que mis dos hijos, que Tú ordenes en Tu Reino que mis dos hijos, uno se siente a Tu derecha y otro a la izquierda.”

¿Ven? Ya le habían dado, le había dicho Cristo a ellos en el capítulo 19 de San Mateo, que se sentarían cada uno de ellos en un trono: los doce apóstoles, doce tronos. Y ahora, quieren más. Y eso está bueno: querer más de las bendiciones de Dios.

Pero ahora Cristo les dice... si ellos lograban que Cristo les dijera que sí iban a tener esa posición, serían el cumplimiento del “siervo fiel y prudente al cual cuando su Señor venga le halle haciendo así, dándole el alimento a tiempo,” a los hijos de Dios en la casa de Dios, en la Iglesia, o sea, dándole el mensaje, la Palabra del Día Postrero. Y dice: “De cierto os digo que sobre todos Sus bienes le pondrá.”

Eso es el primer ministro, virrey, el administrador de todos los bienes del Señor, como lo fue José de todos los bienes del faraón, esa era la posición que ellos querían, que Cristo pudiera decir, vamos a decir: “Juan es mi mano derecha, y mi otra mano es Jacobo.”

Pero Cristo les dice: “¿Ustedes podrán, pueden tomar de la copa que yo he de beber, tomar?” Y el que está buscando la bendición de Dios nunca piensa negativamente, siempre dice que sí puede: “Sí podemos.” Y Cristo les dice: “Y con el bautismo que voy a ser bautizado, ¿podrán ustedes ser bautizados?”

–“Si podemos.”

Cristo les dice que sí, que podrán, que va a ser así. “Pero el sentaros, el sentarse ustedes el uno a mi derecha y el otro a mi izquierda no es mío darlo, sino a quienes o a quién está ordenado por mi Padre.” O sea, que lo que ellos querían estaba disponible, pero no para ellos (San Mateo, capítulo 20), estuvo bien que ellos quisieran más, porque eso dio lugar a que Cristo explicara acerca de esta bendición tan grande que hay en el Reino de Dios. Verso 23, dice:

“*El les dijo: A la verdad, de mi vaso beberéis, y con el bautismo con que yo soy bautizado, seréis bautizados; pero el sentaros a mi derecha y a mi izquierda, no es mío darlo, sino a aquellos para quienes está preparado por mi Padre.”*

Es algo que ya está preparado, es un proyecto divino en donde esa es la posición más importante que Cristo tiene para otorgarla, dice: “No es mío darlo, sino a aquellos para quienes está preparado por mi Padre.”

Y eso es para los dos Olivos, para Moisés y Elías, en palabras más claras: para el quinto Elías y para el segundo Moisés, o podríamos decir, el tercero, si es que señalamos a Cristo como el segundo Moisés, entonces sería el tercer Moisés, ya que San Pedro y otros apóstoles y el mismo San Pablo señalan, y también otro de los apóstoles, creo que es Felipe, habla citando: “Profeta como yo os levantará vuestro Dios de entre vuestros hermanos,” y señalan a Cristo.

Y ahora, esa posición es la más importante en el Cielo y tiene que ser, está ya predestinada para alguien; y por la fe la va a conquistar aquel para quien está preparada esa bendición.

El mismo Cristo dice, miren esa posición, Cristo habla de ella en Apocalipsis, capítulo 3, verso 20 al 21 cuando dice:

“*Al que venciere...”*

Así que tiene que luchar, no será un vago, porque no encontramos en la Biblia a algún vago recibiendo una bendición, y mucho menos bendición o bendiciones de la primogenitura:

“*Al que venciere* (va a vencer al anticristo y a todo el sistema del anticristo)*... Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.”*

O sea, en la misma forma y por consiguiente para ver lo que eso significa, tenemos que entender lo que significa Cristo haberse sentado en el Trono del Padre; el Trono del Padre es el que está en el Cielo, el Trono de Cristo es el Trono de David, el Trono terrenal; y en la misma forma en que Dios obró con Jesucristo sentándolo en el Trono celestial, Cristo va a obrar con el vencedor, al cual va a sentar con Él en Su Trono, va a ser en la misma forma.

Cristo dijo: “Todo poder me es dado en el Cielo y en la Tierra.” ¿Le irá a dar todo poder también así? Vamos a ver aquí si va a tener poder o no, si lo va a tener en el cumplimiento de la Visión de la Carpa lo vamos a ver, ese va a ser el poder que vamos a comenzar a ver.

Y como estarán operando los ministerios de Moisés y Elías, ese poder que vimos en Moisés y Elías, en Moisés trayendo las plagas, y en Elías también hablando a la lluvia, diciendo que no habrá lluvia ni aún rocío, dice: “Sino por mi Palabra.” Eso está por el capítulo 17, por ahí ¿verdad, Miguel? De Primera de Reyes. Y ese poder lo vamos a ver manifestado.

Ahora, ¿habrá alguna promesa de que va a haber una manifestación del poder de Dios, que Cristo va a dar ese poder a alguien? Vamos a ver, capítulo 2, verso 26 en adelante, dice:

“*Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin* (o sea, por lo tanto, va a vivir en el tiempo del fin)*, yo le daré autoridad sobre las naciones* (o sea, que va a ser un poder que va a operar en cualquier nación, en todas las naciones)*,*

*y las regirá con vara de hierro...”*

Las gobernará con vara de hierro, y eso pasa al Reino milenial de Cristo también, eso tiene que ver con sentarse a la derecha y a la izquierda, eso tiene que ver con el siervo fiel y prudente al cual su señor puso sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo (Su casa es la Iglesia), para que les dé el alimento a tiempo ¿a quién? A los hijos e hijas de Dios, a los creyentes en Cristo, “de cierto os digo que cuando su Señor venga y le halle haciendo así (o sea, que estará trabajando, dándole el alimento, la Palabra para ese tiempo), de cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá (o sea, será el administrador):”

“*Y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre.”*

¿Ven? Él dijo: “Todo poder me es dado en el Cielo y en la Tierra.” ¿Ven? Lo recibió del Padre todo el poder y ahora, Él está aquí prometiendo al vencedor lo mismo que ha recibido a nivel de toda la creación, ahora lo va a otorgar a nivel del planeta Tierra: al vencedor, y dice:

“*Y le daré la estrella de la mañana.”*

¿Qué es la estrella de la mañana? La Columna de Fuego, el Ángel del Pacto, Cristo en Su cuerpo angelical, Él es la estrella de la mañana, les alumbraba el camino, les alumbraba todo el campamento mientras iban por el desierto; y cuando se detenían, también les alumbraba allí, Él es la estrella de la mañana, Cristo, el Espíritu Santo, el Ángel del Pacto.

Recuerden que el Ángel del Pacto es el Espíritu Santo, porque un espíritu es un cuerpo de otra dimensión, “hace a Sus ángeles espíritus, y a Sus ministros llama de fuego.” En Apocalipsis, capítulo 22, verso 16, dice:

“*Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana.”*

Jesucristo es la estrella resplandeciente de la mañana. Y ahora, aquí Cristo está en medio de Su Iglesia en Espíritu Santo, por eso dice el verso que le sigue:

“*Y el Espíritu y la Esposa* (o sea, Cristo en Espíritu Santo, el Ángel del Pacto que es el Espíritu Santo, y la Esposa: la Iglesia del Señor Jesucristo)*, dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven.”*

Lo encontramos a Cristo y Su Iglesia a través de las edades dando ese mensaje, esa invitación a través de la predicación del Evangelio de la Gracia:

“*Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera* (porque toda persona tiene libre albedrío)*, tome del agua de la vida gratuitamente.”*

Y para tomar del agua de la vida Cristo dijo: “Si alguno tiene sed.” ¿Ven? Y aquí dice: “El que tenga sed. Si alguno tiene sed, venga a mí y beba, esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en Él, pues aún no había venido el Espíritu Santo porque Jesús todavía no había sido glorificado.” Eso está ¿dónde? San Juan, capítulo 7, versos 37 al 39.

El único que tiene el agua de Vida eterna es Cristo, y cuando dice: “Le dará del agua, venga y tome del agua de la vida,” está hablando del Espíritu Santo. Y Cristo es el único que da el Espíritu Santo a todos los que creen en Él.

Y ahora, miren aquí Cristo hablando, ahora miren aquí cómo dice, vamos a ver lo que dice aquí en el capítulo 3, verso 20 al 22, dice:

“*He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.”*

Si va a cenar, ¿qué tiempo será? ¿Será en la mañana? Si fuera en la mañana tenía que ser: “Desayunaré con él,” es el tiempo de la tarde para el Cristianismo y por consiguiente es el tiempo en que se pone el sol, y es el tiempo en donde dice la Escritura: “Al tiempo de la tarde, habrá luz.” Cristo es la luz, y resplandece a través del mensaje correspondiente a ese tiempo, ¿y dónde se pone el sol? El sol sale, surge en el Oriente, o sea, en el Este.

La primera Venida de Cristo surgió ¿dónde? En el Medio Oriente, en Israel, y comenzó su recorrido por Asia Menor, Europa y luego pasó a Norteamérica, y de Norteamérica, América Latina y el Caribe, ha permanecido en el Occidente, en el continente americano.

Los latinoamericanos son tan americanos como los norteamericanos, la única diferencia es que ya la edad de ellos pasó y la de los latinoamericanos y caribeños está en vigencia en nuestro tiempo, y que la edad correspondiente a la parte Norte del continente americano fue la séptima edad, representada en la Iglesia de Laodicea; y la etapa para la América Latina y el Caribe corresponde al Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo, la de Norteamérica corresponde a una parte del Lugar Santo. O sea, que la bendición grande está para este tiempo final.

Por lo tanto, el sueño latinoamericano y caribeño es el sueño más grande, donde hay grande bendición, porque es el sueño que está encerrado en el misterio del Lugar Santísimo al cual está ligado el séptimo Sello.

La Lluvia Temprana fue en el Oriente, y la Tardía en el Occidente, ahí es donde surge la Lluvia Tardía del Evangelio del Reino, en donde también la Lluvia Temprana estaría cayendo la predicación del Evangelio de Cristo, la predicación del Evangelio de la Gracia, donde se juntan las dos lluvias.

Estamos dando un poquito de tiempo en lo que llega el doctor Salomón Cunha y Kélita. Es bueno llamar a ver si ya... y cerca para ustedes es... ¿a mitad de camino o comenzando? 12 minutos, ya lo dividió por la mitad, entonces serían 24 minutos o media hora del aeropuerto acá. Vamos a dar un poquito más de tiempo, seguiremos conversando un poquito o dejamos por aquí a Miguel que...

“Del Occidente vendrá un jinete en un caballo blanco, recorreremos esta senda, este camino una vez más (o nuevamente).” Nuevamente: quinta manifestación de Elías. El reverendo William Branham siempre decía: “Yo sé que yo tengo algo que ver con el pueblo hebreo, con los judíos,” y llegó hasta Egipto y quiso ir a Israel para predicarles, pero le fue prohibido, le fue dicho: “No es el tiempo todavía, será más adelante, todavía no es el tiempo.”

Él sabía que Elías tenía que ir, y le fue dicho: “Todavía la maldad del amorreo no ha llegado a su colmo.” Y él sabía que bajo el ministerio de Elías Israel va a reaccionar, pero le faltaba también algo, Elías no va solo, y Elías en su \*cuarta manifestación no tenía nada que ver con Israel, sino con la Iglesia del Señor Jesucristo como mensajero de la séptima etapa o edad de la Iglesia.

La única edad que tiene que ver con gentiles y con judíos, es la Edad de la Piedra Angular, y eso es porque tiene que ver con el mensaje del Evangelio de la Gracia y con el mensaje del Evangelio del Reino, con la Lluvia Temprana y con la Lluvia Tardía.

Ahora, nosotros amamos mucho al hermano Branham, lo amamos y lo seguiremos amando mucho, fue el hombre más grande que Norteamérica ha tenido; más grande que ese hombre no ha nacido ninguno en Norteamérica; y el hombre que teniendo un ministerio tan grande y hablando con el Ángel de Dios cara a cara, fue un hombre tan sencillo y tan humilde, que es un ejemplo para todos los ministros: fue fiel a Dios y al ministerio que Dios colocó en él, y fue fiel a la Iglesia del Señor Jesucristo.

Lo encontraré muy pronto en la resurrección, y vamos a tener tiempo para platicar con él. Todos los que han partido de todas las edades, dependen de la edad y grupo de la edad de este tiempo final, dependen de la Edad de la Piedra Angular y de todo el programa que Dios tiene para la Edad de la Piedra Angular.

Sin los escogidos del Día Postrero los de las edades pasadas no pueden ser perfeccionados, no pueden obtener la perfección, que será la resurrección en cuerpos glorificados, y los vivos, su transformación o adopción o redención del cuerpo. Cuando lleguemos a esa etapa con cuerpos eternos, hemos llegado a la perfección total, espiritual y física también.

En nuestro tiempo ya hemos visto en qué parte del Cuerpo Místico de Cristo está el Programa de Dios para nuestro tiempo, y en qué territorio esa parte se ha estado cumpliendo, y continuará cumpliéndose. Esa etapa es la más importante de todas las etapas.

Hay grandes bendiciones para todos los siervos fieles y prudentes, así como hubo un siervo fiel y prudente en cada edad, con ese siervo fiel y prudente hubo muchos siervos fieles y prudentes que estuvieron a cargo de sus congregaciones, estuvieron a cargo del trabajo misionero, de la evangelización y de todos los trabajos de la obra.

Cristo es el siervo fiel y prudente mayor, y lo puso Dios sobre todos Sus bienes, y Cristo hace lo mismo que el Padre hizo con Él, y cada mensajero de cada edad pondrá en posiciones importantes a todos los ministros fieles y prudentes que han trabajado con él, con el mensajero en cada edad, y así será para nuestro tiempo también, y Cristo nos pondrá a todos en Su Reino en las posiciones más gloriosas.

¿Y saben ustedes una cosa? Que las posiciones más importantes son para los del tiempo final. Cualquiera puede decir: “Pero la posición de los apóstoles es muy grande.” Sí, cada uno de ellos es un trono para juzgar a las doce tribus de Israel, tiene que ver con aquel territorio; pero los de nuestro tiempo tienen que ver con todas las naciones.

Así que, la bendición de nuestro tiempo y para todos los creyentes en Cristo y para todos los ministros es muy grande, pero todo se mueve en simplicidad, y no podemos estar dormidos, ignorando que hay esas bendiciones para todos los que trabajan en la obra del Señor, son trabajos que se llevan a cabo, pero que hay grandes promesas, las cuales las vamos a ver cuando seamos recompensados en el Reino de Cristo, porque Cristo dice que pagará a cada uno según sea ¿qué? Su obra.

La salvación no es por obras, pero los galardones dice que va a recompensar a cada uno según sea su obra; o sea, que los galardones no los van a recibir personas que no hayan hecho nada, un galardón se le da a alguien que ha hecho algo, un premio se le da alguien que haya hecho algo.

Así que eso va a ser muy glorioso en el Reino de Cristo cuando se estén repartiendo los galardones, y yo deseo que los galardones mayores sean para los ministros de nuestro tiempo, de nuestra edad.

Hay grandes bendiciones y por consiguiente hay mucho trabajo, sabemos que habrá grandes recompensas para lo cual, pues hay que trabajar, por lo tanto, no desmayemos “porque nuestro trabajo en el Señor (dice San Pablo) no es en vano,” eso está por ahí por Primera de Corintios, capítulo 15, el último verso, como el 58 (por ahí).

Así que nuestro trabajo en el Señor, no es en vano, el trabajo que tiene asegurado el beneficio, la recompensa más grande y más segura, es el trabajo que hacemos en la obra del Señor y que será la recompensa para siempre, no se va acabar, y nadie la podrá quitar a aquellos a quienes les sea dada esa recompensa.

Por lo tanto, tiene que haber trabajo. En Norteamérica, en toda la América Latina y en Europa y muchos otros países dicen que ahora el porciento de desempleo es mayor, pero en el Reino de Cristo hay mucho trabajo, ahí no hay desempleo.

Si alguien está sin hacer nada es porque es vago, y el vago, dice la parábola de los talentos y de las minas, que al vago lo que le fue dado, le fue quitado, porque no hizo nada.

Darle dinero a los vagos o hacer negocios con los vagos y darle para que monten un negocio, es perder dinero, aunque uno recupere lo que le dio, pierde porque no tuvo ganancia; y el mismo Cristo dice: “Lo correcto entonces era si no ibas a trabajar, colocarlo en el banco para que yo lo recibiera, lo que es mío, con los intereses.”

Cristo es el mejor economista que ha existido, es el administrador del Reino del universo completo, no solamente del Reino de la parte física, sino de la parte invisible también: ambos mundos.

Así que, con Él es que nosotros trabajamos y siempre podemos decir: “Cada día tenemos más trabajo,” no ha menguado el trabajo, no ha menguado la predicación del Evangelio, la obra misionera; y los llamamientos al altar, vean ustedes, cada día vienen más personas a los Pies de Cristo, antes que se cierre la puerta de misericordia, antes que se cierre el tiempo o ciclo de redención.

Es algo que hemos estado viendo. No sé si vieron en estos días en Colombia, donde estuvimos, cómo las personas venían a los Pies de Cristo; ahí en Cali, ¿como cuántas personas vinieron a los Pies de Cristo, Miguel? Como mil personas, ya eso es una congregación grande, y también ¿dónde más? En Santa Marta también, y ahí en Bogotá también que estuvimos.

El mismo video de Santa Marta lo pasó en Pasto, Nariño, y hubo tanta gente como en Santa Marta, o sea, que sigue trabajando la misma predicación que fue grabada y sigue produciendo lo mismo: almas para Cristo.

Cuando usted, vamos a decir, descubre algo y puede eso usarlo y producir cierta cosa, y lo vuelve a usar y logra lo mismo, y cada vez que lo usa logra lo mismo, ya eso es algo que científicamente está probado.

Es como el grano de trigo, nace, produce una planta de trigo, se siembra, produce una planta de trigo, nace una planta de trigo ¿y qué va a producir la planta? Granos de trigo, científicamente está probado que funciona, que un grano de trigo, el cual se reproduce en muchos granos de trigo.

Lo que no han podido probar científicamente es la teoría de que el ser humano desciende del mono, porque los monos no han continuado produciendo seres humanos. La evolución: esa teoría de la evolución no ha podido ser probada científicamente porque no han podido colocar algunos monos en jaulas para ver si al mes o al año se convierten en seres humanos. ¿Ven? Son solamente teorías.

Pero vean, en el Programa de Cristo todo lo que es hecho de acuerdo a la ciencia de Dios, queda probado; y aún si le aplica la ciencia terrenal, tiene que ser probado que es algo científico aunque no sea de la ciencia terrenal, es de la ciencia de Dios.

Ya estamos presentando desde hace rato, anunciando que vienen y ya llegaron. Dios nos ha dado maravillosos obreros para trabajar en Su obra de este tiempo final. Tenemos al doctor, misionero Miguel Bermúdez Marín trabajando por años en la obra del Señor, y a cada uno de ustedes; y tenemos al doctor Salomón Cunha y a su esposa trabajando en la obra del Señor, trabajan en la Iglesia y también están trabajando en todas estas labores de AMISRAEL, en donde el éxito es muy grande, y en donde se han estado llevando a cabo actividades muy importantes en la esfera política, o sea, gubernamental, en la esfera académica.

Estamos llegando de Panamá, donde estábamos ayer en la Universidad de Panamá, la principal allá, y también tuvimos actividad con los hermanos; allá fue una experiencia maravillosa. Hemos estado teniendo actividades en universidades y también en la esfera política en diferentes naciones y en todas las demás esferas de la sociedad, y el éxito ha sido grande, y con el pueblo hebreo también, que es el más difícil.

Ya para estos días, este mismo mes, a los últimos tres días del mes, en Río de Janeiro se va a tener una actividad muy importante, inter-religiosa, en donde habrá oradores de diferentes denominaciones, diferentes grupos religiosos, y ahí no se van a pelear los unos con los otros, van a estar en armonía, en Amor Divino, en compañerismo y cada cual exponiendo su conferencia, su mensaje; dando su mensaje y respetando la forma de pensar de los demás, respetando las diferencias que hay entre unos y otros.

Ahora tenemos dos campamentos, y lo importante es que no se están peleando los dos campamentos, sino que están en armonía; ahí tenemos a Miguel con un campamento, con todos los ministros y las Iglesias; y tenemos al doctor Salomón Cunha con su esposa en todo este trabajo de AMISRAEL.

Yo aprecio mucho que todos ustedes ministros han estado respaldando a AMISRAEL en todas las labores, y todo el trabajo que ha sido hecho ustedes lo han visto, cosas que en otras edades eran imposibles, cosas que al hermano Branham le hubiera gustado tenerlas en su tiempo; pero ahora miren en la forma tan sencilla que llegaron, y las agarramos.

Hemos dejado esta parte de los diálogos inter-religiosos y del trabajo con Israel, lo hemos dejado para llevarlo a cabo con AMISRAEL; y todo lo que tiene que ver con las Iglesias, el trabajo misionero y todas estas cosas, las estamos llevando a cabo con el doctor Miguel Bermúdez Marín, un misionero de una experiencia muy amplia: unos cincuenta años o más.

Él comenzó primero que yo a predicar, como cinco o diez años antes que yo; yo comencé por ahí por el ‘62; y en el ‘63 ya comencé en el ministerio de lleno, y Miguel comenzó antes, por el ‘57. O sea, que son seis años antes que yo, comenzó; y él comenzó, no sabía hablar en público bien y comenzó hablando en los montes, hablando, predicándole a los árboles, y yo por ahí por el ‘61 al ‘62 me iba frente al mar y comenzaba a hablar, a predicar, hasta que ya la voz no me daba más; y ya, terminé la lección de ese día, y ya iba otro día; así llegué a estar a cien.

Y cuando platicamos él y yo de cómo él hacía y yo le escuché también hablando, era algo muy parecido: él hablándole a árboles, y Dios representa en los árboles a los seres humanos y también representa en los peces a los cristianos, a los seres humanos también. Dijo: “Venid a mí y yo os haré pescadores de hombres. Venid en pos de mí,” dice Cristo. ¿Ven? O sea, que Miguel y yo estábamos practicando en los tipos y figuras: los árboles, tipo y figura de los seres humanos; y los peces, tipo y figura de los seres humanos también; y el mar, las aguas, que son ¿qué? Pueblos naciones y lenguas.

Así comenzó él y así comencé yo también, y después nos encontramos y descubrimos que habíamos comenzado en una forma igual, aunque uno con árboles y otro con peces y agua, y así por el estilo.

También, vean, agua ¿son qué? Pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas, y el campo ¿qué es? El mundo. ¿Ven? El cosmos, el mundo, y por eso uno va por el mundo en Su obra misionera, ya no con los tipos y figuras, sino hablándole a lo que aquellos tipos y figuras representaban.

Yo les felicito a todos ustedes y a ti Miguel por toda esa labor que han estado haciendo por muchos años, y espero que Dios les recompense grandemente en Su Reino. Y a ti Salomón y Kélita les felicito también por la labor que están haciendo, y que Dios les use cada día más y más. Y estén ustedes respaldando al doctor Miguel Bermúdez Marín y también al doctor Salomón Cunha y Kélita en esas labores que ellos están llevando a cabo.

Y yo estoy como ayudante de Miguel y como ayudante de Kélita y Salomón, también respaldándolos en esos trabajos que están llevando a cabo, y Dios está dándonos la victoria.

Continuaremos trabajando brazo a brazo, y siempre hablando bien de ambos campamentos; son campamentos que trabajan en pro del Programa Divino, por lo tanto, estén brazo a brazo con ellos: con el doctor Salomón Cunha y Kélita en las labores de AMISRAEL, y con el doctor Miguel Bermúdez Marín en la labor misionera, la labor evangelística, el establecimiento de congregaciones y así por el estilo.

Y la alimentación de las congregaciones, manteniéndoles siempre el alimento y a tiempo y teniéndoles siempre la pantalla mayor a ellos y la pantalla más pequeña... el pastor si tiene alguna pantalla para ver las noticias o ver las transmisiones, que sea la más pequeña, y la más grande para la congregación; y preparándonos para cuando esté en pleno cumplimiento la Visión de la Carpa, que todas esas transmisiones que se lleven a cabo desde ese lugar, puedan tenerlas todas las congregaciones, viéndolas en las pantallas que tengan y con buen audio, para que así estén viendo y escuchando como si estuvieran en el lugar donde se esté llevando a cabo las actividades.

Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, en esta plática de amigos y compañeros en el ministerio, en el Cuerpo Místico de Cristo. Voy a dejar al reverendo Miguel Bermúdez Marín porque ya le toca introducir al doctor Salomón Cunha y a su esposa Kélita de Cunha, para el saludo y todas las palabras que tengan ellos.

De seguro nos cuentan de cómo fue todo. Yo no sé si ya les contó en Venezuela cómo fue todo, el doctor Miguel Bermúdez Marín; allá estuvimos en la Universidad de Valencia, y después ya estuvimos en otra universidad en Panamá, además de las actividades con Iglesias.

Y la conversación que Salomón oyó, porque estaba en el aeropuerto y uno escucha; no fue a escuchar sino que le llegó allá; pero fue algo interesante que escuchó, y si él siente deseo de darles a conocer lo que escuchó, también está libre para hacerlo.

Bueno, que Dios les bendiga y les guarde, y dejo por aquí a Miguel con nosotros.

“**PALABRAS DE SALUDO A LOS MINISTROS.”**