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title: 'La Luz resplandeciendo'
date: 2006-12-10
activity: 1
place:
city: Goiânia
state: Goiás
country: BR
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Muy buenas tardes, amados amigos y hermanos presentes y los que están a través del satélite amazonas o por internet en diferentes naciones.
***Que las bendiciones de Jesucristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.***
Para esta ocasión leemos en San Mateo, capítulo 4, versos 12 en adelante, donde dice:
“*Cuando Jesús oyó que Juan estaba preso, volvió a Galilea;*
*y dejando a Nazaret, vino y habitó en Capernaum, ciudad marítima, en la región de Zabulón y de Neftalí,*
*para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo:*
*Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí,*
*Camino del mar, al otro lado del Jordán,*
*Galilea de los gentiles;*
*El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz;*
*Y a los asentados en región de sombra de muerte,*
*Luz les resplandeció.*
*Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.”*
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
Nuestro tema es: **“LA LUZ RESPLANDECIENDO.”**
El profeta Isaías había dicho que la tierra de Zabulón y la tierra de Neftalí, verían una gran luz. Ese territorio estaba en tinieblas, el pueblo estaba asentado en tinieblas, pero vería una gran luz, estaba en una región de sombra de muerte, pero la luz resplandecería sobre ellos. Eso lo dijo el profeta Isaías, en el capítulo 9, versos 1 al 2; y ahora en el Nuevo Testamento encontramos que se cumplió cuando Jesús fue a Zabulón y Neftalí, a ese territorio de galilea.
Y ahora, esta gran luz, es la Luz eterna que resplandecería en medio de los que vivirían en ese territorio en el tiempo de la Venida del Mesías; por eso es que Jesucristo en el libro del Evangelio según San Juan, es señalado como el Verbo que era con Dios y era Dios, dice San Juan, capítulo 1, verso 1 en adelante:
“*En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.*
*Este era en el principio con Dios.*
*Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.*
*En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.”*
Y ahora, el Verbo que era con Dios, era la Vida, y la Vida era la Luz de los hombres; por eso es que Jesucristo podía hablar acerca de lo que era la Luz, y decir: “Yo Soy la luz del mundo, el que me sigue no andará en tinieblas, mas tendrá la Luz de la Vida.” O sea, tendrá el Espíritu Santo y por consiguiente tendrá la Vida eterna, porque tiene la Luz de la Vida eterna, que es el Espíritu Santo.
Y ahora, Jesucristo, el Verbo que era con Dios y era Dios, se hizo carne, aquella Luz verdadera que alumbra a todo hombre se hizo carne y habitó en medio de la raza humana y por esa causa Él podía decir que era la Luz del mundo, porque el Verbo que era con Dios y era Dios y que es la Vida, era la Luz de los hombres. Dice el verso 9:
“*Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo.”*
Y ahora, esa Luz verdadera que le había aparecido a Moisés y le dijo: “Yo Soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob,” esa Columna de Fuego que libertó al pueblo hebreo y los guió por el desierto rumbo a la tierra prometida, ahora vendría en carne humana, estaría dentro de un velo de carne, el cual sería el Mesías; y hablaría a través de él, y por consiguiente podía decir: “Yo Soy la Luz.”
Él dijo en San Juan, capítulo 9, verso 5 de la siguiente manera:
“*Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del mundo.”*
Y ahora, **¿cómo un hombre puede ser la luz del mundo?** Porque Él es el Verbo, la Palabra; y cuando la Palabra se hace carne, cuando la Palabra se cumple, cuando se cumple lo que está prometido por Dios para ese tiempo, esa es la Luz para la gente que vive en ese tiempo, para que caminen en esa Luz.
También en el capítulo 12, verso 46 de San Juan también dice:
“*Yo, la luz, he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mí no permanezca en tinieblas.”*
Y por consiguiente no permanezca en las tinieblas del reino del maligno, que es el reino de las tinieblas; por lo tanto, la persona caminará en la Luz del Reino de Dios, la Luz del Reino de Luz, por consiguiente es el Reino de los hijos de Luz.
Los que caminan en la Luz de Dios para el tiempo en que les toca vivir, están viviendo en el Reino de Luz que se encuentra en la esfera espiritual. Y por consiguiente son llamados los hijos de Luz, hijos e hijas de Dios.
Y ahora, la Luz resplandeciendo en el tiempo de Jesús, era el Verbo, la Palabra, el Ángel del Pacto, hecho carne en Jesucristo, teniendo Su ministerio mesiánico, predicando el Evangelio, y así estaba resplandeciendo la Luz, Dios que es Luz, manifestado a través del velo de carne llamado Jesús.
Cuando la Luz se hace carne, alumbra a las personas, los llena del conocimiento del Programa Divino correspondiente a ese tiempo, para que todos caminen en esa Luz, que es lo que fue prometido para ese tiempo siendo cumplido. Esa es la Palabra prometida para esa edad, siendo vindicada.
Y así es como Cristo, la Luz del mundo resplandece en este planeta Tierra y alumbra el entendimiento de cada ser humano, para que caminen a la Luz de Cristo todas las personas. Así fue en el tiempo de los Apóstoles luego que Jesús subió al Cielo y se sentó a la Diestra de Dios.
También así fue en el tiempo de los diferentes Mensajeros de las diferentes edades de la Iglesia entre los gentiles. La Luz para cada edad fue Cristo velado y revelado en el Mensajero de cada edad, cumpliendo la porción de la Palabra prometida para esa edad, y eso fue la Luz de Dios para el pueblo resplandeciendo, para caminar en esa Luz los hijos e hijas de Dios.
Por lo tanto, la Palabra prometida siendo vindicada, siendo cumplida en cada edad, fue la Luz de cada edad para los hijos e hijas de Dios en la Iglesia del Señor Jesucristo, eso fue la Luz resplandeciendo en cada edad, Cristo resplandeciendo en cada edad en el cumplimiento de lo que Él prometió para cada edad, lo cual fue cumplido en la manifestación de Jesucristo en Espíritu Santo en el Mensajero correspondiente a cada edad.
Así también será para este tiempo final, en la manifestación de Cristo en Espíritu Santo en el Mensajero del Día Postrero, cumpliendo lo que Él prometió para este tiempo final, y eso será la Luz resplandeciendo para la Iglesia de Jesucristo, para caminar en esa Luz, la Luz de Cristo para todos los hijos e hijas de Dios.
Todos los que escucharán la Voz de Dios, la Voz del Espíritu Santo, hablándonos en este tiempo final, caminarán en esa Luz: la Luz de la Palabra prometida para el tiempo final siendo vindicada, siendo cumplida, ahí estará Dios obrando en favor de Su Iglesia, en favor de cada miembro de Su Iglesia, cumpliendo así Su programa correspondiente a este tiempo final.
Así es como veremos a Cristo manifestado en el tiempo final, como fue visto manifestado en edades pasadas a través de diferentes Mensajeros, a través de los cuales Cristo, la Luz del mundo, resplandeció y alumbró el entendimiento y el alma de cada persona escrita en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero, y ellos caminaron en esa Luz que estuvo resplandeciendo en la edad que les tocó vivir.
Para este tiempo final ¿quiénes son los que estarán caminando a la Luz de Dios que estará resplandeciendo en este tiempo final? Yo soy uno, ¿y quién más? Cada uno de ustedes. Por lo tanto, caminemos en la Luz resplandeciendo en este tiempo final.
Dios ha estado visitando a los gentiles y ha estado tomando un pueblo de entre los gentiles para Su Nombre, Dios se tornó a los gentiles en el tiempo de los Apóstoles cuando San Pedro visitó allá la casa de Cornelio, ahí comenzó a tornarse a los gentiles, se abrió la Puerta para los gentiles, la Puerta del Reino de los Cielos, y comenzaron a entrar al Reino de los Cielos los gentiles.
Después con San Pablo entró de lleno Dios a los gentiles para tomar de entre los gentiles un pueblo para Su Nombre, el cual es la Iglesia del Señor Jesucristo, eso es un pueblo tomado de entre los gentiles para Su Nombre, pero que también hay hebreos que han entrado al Reino de los Cielos y forman parte de la Iglesia del Señor Jesucristo.
Y ahora, el pueblo asentado en tinieblas representado en Zabulón y Neftalí, ahora es el pueblo de los gentiles en donde la Luz ha estado resplandeciendo de etapa en etapa, de edad en edad, y eso ha sido Cristo resplandeciendo por medio de Su Palabra prometida manifestada a través del Mensajero de cada edad; y los escogidos, los que tienen ojos para ver y oídos para oír, han visto y han escuchado esa Palabra revelada y han caminado en la Luz de su edad, que es la Palabra prometida cumplida en su edad.
Para este tiempo final toda Palabra prometida para nuestro tiempo, estará siendo cumplida y los escogidos estarán caminando a la luz de esa Palabra prometida siendo cumplida en este tiempo final, y ahí estarán caminando a la Luz divina resplandeciendo en este tiempo final, en donde obtendrán todo el conocimiento divino de todo el Programa de Dios correspondiente a este tiempo final, y recibirán la revelación divina del misterio del Séptimo Sello, y obtendrán así por consiguiente la revelación divina de los Siete Truenos de Apocalipsis, capítulo 10, que es la Voz de Cristo, el Ángel Fuerte que desciende del Cielo, clamando como cuando ruge un león y Siete Truenos emitiendo sus voces, esa es la Voz de Cristo hablando en forma consecutiva y revelándonos el misterio del Séptimo Sello y todo el programa que está dentro de ese misterio del Séptimo Sello, y dándonos por consiguiente la fe, la revelación para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
Así como al obtener el conocimiento divino de la Primera Venida de Cristo y Su muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de Expiación por nuestros pecados, obtuvimos la fe, la revelación para ser transformados espiritualmente, para obtener el perdón de nuestros pecados y recibir el Espíritu de Cristo y obtener ese nuevo nacimiento, esa transformación espiritual, y obtener por consiguiente un cuerpo espiritual o angelical de la sexta dimensión y así haber nacido en el Reino de Dios.
Y ahora, para obtener la transformación física, la Iglesia del Señor Jesucristo obtendrá la revelación de la Segunda Venida de Cristo y Su Obra de Reclamo, obtendrá el conocimiento de todo ese Programa Divino para obtener así la fe para ser transformados los escogidos de Dios, y ser llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, para así entrar literalmente al Reino de Dios con un cuerpo eterno, inmortal e incorruptible y glorificado.
A la luz de la Palabra prometida para este tiempo final, caminaremos para obtener nuestra transformación e ir con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
Todo esto está contenido en la gran Voz de Trompeta o Trompeta Final, que es la Voz de Dios, la Voz de Cristo por medio del Ángel del Pacto, del Espíritu Santo, de Cristo en Espíritu Santo en medio de Su Iglesia, es la Voz de Cristo abriéndonos el misterio o misterios correspondientes a este tiempo final, y dándonos a conocer el misterio de la Palabra prometida para este tiempo final siendo cumplida, siendo vindicada.
Con esa Palabra prometida para este tiempo final siendo vindicada, es que tendremos la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, por lo tanto, la Iglesia del Señor Jesucristo estará caminando en este tiempo final en la Luz del Día Postrero, que estará resplandeciendo para alumbrar el entendimiento y el alma de cada creyente en Cristo.
Primero la persona necesita recibir a Cristo como único y suficiente Salvador arrepentido de sus pecados, ser bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y Jesucristo lo bautizará con Espíritu Santo y Fuego y producirá en usted el nuevo nacimiento, usted nacerá en el Reino de Dios, el Reino de Cristo a la Vida eterna, y así usted habrá asegurado su futuro eterno con Cristo en Su Reino eterno, para tener así la esperanza de vivir eternamente con Cristo en Su Reino eterno.
Yo escuché Su Palabra, Su Luz resplandeció y yo vi Su Luz resplandeciendo, a Cristo resplandeciendo y lo recibí como mi único y suficiente Salvador, ¿y quién más? Cada uno de ustedes también.
Si hay alguna persona que todavía no lo ha recibido como Salvador, lo puede hacer en estos momentos, pues ya la fe de Cristo nació en vuestro corazón porque la fe viene por el oír la Palabra del Señor; y con el corazón se cree para justicia, por lo tanto, ya usted está creyendo.
Y ahora, con la boca se confiesa para salvación, ahora usted tiene la oportunidad de confesar públicamente a Cristo como único y suficiente Salvador, para lo cual puede venir al frente para dar testimonio público de vuestra fe en Cristo recibiéndole como único y suficiente Salvador.
En las demás naciones también pueden venir a los Pies de Cristo en estos momentos, para que Cristo les reciba en Su Reino, les perdone y con Su Sangre les limpie de todo pecado. Los niños de diez años en adelante también pueden venir a los Pies de Cristo, pues Cristo tiene lugar en Su Reino para los niños también.
La Luz de Cristo está resplandeciendo para que ustedes puedan recibir a Cristo y obtener la Vida eterna, Él dijo: “Yo soy la luz de mundo, el que me sigue no andará en tinieblas, mas tendrá la luz de la vida.”
Cristo está resplandeciendo en este tiempo final, Él es la Luz del mundo para alumbrar el entendimiento y el alma de todo ser humano. Cristo, la Luz del mundo resplandeciendo en este tiempo final.
“**LA LUZ RESPLANDECIENDO.”**
Así como resplandeció de edad en edad y así como resplandeció cuando fue a Zabulón y Neftalí, y así como resplandeció en el Monte de la Transfiguración, está resplandeciendo en este tiempo final para darnos Vida eterna.
Cristo dijo: “Yo Soy la luz del mundo, el que me sigue no andará en tinieblas, mas tendrá la luz de la vida.” ¿Para qué resplandece la Luz divina, Cristo? Para que lo sigamos.
En las demás naciones también pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo, para que queden incluidos en esta oración que estaré haciendo dentro de algunos minutos, y de los aquí presentes pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo los que no lo han hecho todavía, para que Cristo les reciba en Su Reino.
Vamos a estar puestos en pie para orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo, sobre los cuales la Luz resplandeció, Cristo resplandeció para darles Vida eterna. Si queda alguna persona todavía por venir, si falta alguna persona puede venir; los que se encuentran en otras naciones que no han recibido a Cristo todavía como Salvador, pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo.
Cristo tiene mucho pueblo en la República del Brasil, en toda la América Latina y el Caribe, en Norteamérica, en el Canadá, en el Japón, en el África y en todas las naciones, y los está llamando en este tiempo final por medio de Él.
Cristo, la Luz del mundo está resplandeciendo en este tiempo final, la Luz está resplandeciendo en este tiempo final, por medio de la predicación del Evangelio de Cristo en la promesa correspondiente a este tiempo final.
Vamos ya a orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo, vamos a levantar nuestras manos al Cielo a Cristo, los que están aquí presentes y los que están en otras naciones, y los que han venido a los Pies de Cristo en estos momentos para recibirlo como Salvador, repitan conmigo esta oración, todos con nuestros ojos cerrados:
***Señor Jesucristo, escuché la predicación de Tu Evangelio y nació Tu fe en mi corazón, creo en Tu Primera Venida, creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de Expiación por mis pecados.***
***Señor Jesucristo, creo en Tu Nombre, como el único Nombre bajo el Cielo, dado a los hombres en que podemos ser salvos.***
***Señor Jesucristo, doy testimonio de mi fe en Ti, y Te recibo como mi único y suficiente Salvador, salva mi alma Señor Jesucristo, Te lo ruego, Te ruego perdones mis pecados y con Tu Sangre me limpies de todo pecado y me bautices con Espíritu Santo y Fuego luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre.***
***Señor Jesucristo, quiero vivir eternamente contigo, quiero entrar a Tu Reino eterno. En Tus manos me encomiendo, me rindo a Ti, me entrego a Ti en alma, espíritu y cuerpo, sálvame Señor, Te lo ruego en Tu Nombre eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén y amén.***
Y ahora, con nuestras manos levantadas a Cristo al Cielo, todos decimos: **¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre de Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre de Jesucristo me limpió de todo pecado! Amén y amén.**
Y ahora, ustedes me dirán: “He escuchado la predicación del Evangelio de Cristo, creí de todo corazón, lo he recibido como mi único y suficiente Salvador, pues Él dijo:
*Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.*
*El que creyere y fuere bautizado, será salvo.*
Ya escuché la predicación del Evangelio de Cristo, creí y lo recibí como mi Salvador, y ahora quiero ser bautizado en agua lo más pronto posible. ¿Cuándo me pueden bautizar? Pues Él dijo: El que creyere y fuere bautizado, será salvo. Quiero cumplir Su mandato completo.”
Por cuanto ustedes han creído en Cristo de todo corazón, bien pueden ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo en estos momentos. **Y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento.**
Pregunto al reverendo Salomón Cunha si hay agua: hay agua, hay bautisterio. ¿Hay ropas bautismales también? Hay ropas bautismales también. ¿Hay vestidores de ropa donde están las ropas bautismales, para colocarse las ropas bautismales? También hay. ¿Hay personas que les ayudarán a llegar a los vestidores de ropa? También. ¿Hay ministros que les bautizarán también? Hay ministros que les bautizarán. Por lo tanto, bien pueden ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo.
Vean, cuando Pedro predicó el Evangelio de Cristo dos mil años atrás el Día de Pentecostés, le preguntaron a él, vean, cuando él dijo en el capítulo 2, verso 36 en adelante del libro de los Hechos:
“*Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.*
*Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?*
*Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.*
*Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.”*
Y ahora, Dios los ha llamado a ustedes, por lo tanto, para ustedes es la promesa del bautismo del Espíritu Santo, para lo cual antes tienen que ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y luego Cristo los bautizará con Espíritu Santo y Fuego y producirá en ustedes el nuevo nacimiento.
Bien pueden ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, como eran bautizados los creyentes o las personas que creían bajo el ministerio de los Apóstoles, y luego Cristo los bautizaba con Espíritu Santo y Fuego y producía en esas personas el nuevo nacimiento.
**Que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego luego que ustedes sean bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y nos continuaremos viendo por toda la eternidad en el glorioso Reino de nuestro amado Señor Jesucristo.**
Que Dios les continúe bendiciendo a todos, y dejo al reverendo Salomón Cunha con ustedes.
Los que están en otras naciones también pueden ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, para lo cual dejo al ministro a cargo en cada país, para que a continuación les indique a todos hacia dónde caminar para colocarse las ropas bautismales y ser bautizados en agua en el Nombre Señor Jesucristo.
**Y que Cristo también a ustedes les bautice con Espíritu Santo y Fuego luego que sean bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. Y nos continuaremos viendo por toda la eternidad en el Reino de nuestro amado Señor Jesucristo.**
“**LA LUZ RESPLANDECIENDO.”**