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Las Señales de los tiempos 2006-06-25 1 São Paulo São Paulo BR 00:00:00 false

Muy buenos días, amables amigos y hermanos presentes en San Pablo, República del Brasil, y también a todos los que están a través del satélite Amazonas por el canal WSS: “El Mensajero de la paz,” y los que están a través de internet.

También a todos los que están allá en Villahermosa reunidos en esta ocasión, y también los líderes políticos que se encuentran allí reunidos: licenciado Federico Madrazo Rojas; licenciado Máximo Moscoso Pintado, Secretario de Gobierno; y el señor químico Andrés Granier Melo, y todos los demás políticos que se encuentran reunidos en el Auditorio La Voz de la Piedra Angular; y en los diferentes auditorios que están conectados con esta transmisión.

La Palabra de Dios es para todos los seres humanos: para el pobre y para el rico, para el no político y para el político también, no importa su afiliación política, la Palabra de Dios no tiene barreras, es para todos; y los políticos en este tiempo necesitan la Palabra de Dios para obtener la bendición de Dios para poder gobernar, porque la situación en que se encuentra la humanidad es muy difícil. Y toda persona en puestos políticos necesita la ayuda de Dios para llevar a cabo su función de gobierno que ha obtenido, que le ha sido otorgada en su país, por el pueblo y por su gobierno.

Que Dios bendiga a los gobernantes con todos sus gabinetes (que tienen) de trabajo, para que así tengan la bendición de Dios, y por consiguiente la paz y la prosperidad.

En los tiempos de Moisés, de Josué, de los jueces y de los reyes, le fue ordenado a los sacerdotes, y sobre todo al sumo sacerdote, que le entregaran una copia de la Ley al rey, para que todos los días leyera la Palabra, la Torah, para que temiera a Dios y le sirviera con temor; y fuera un rey, el cual reinara para Dios, no para sí mismo; porque cada rey o gobernante o persona que trabaja en el gobierno, está llamado a trabajar, no para sí mismo, sino para el pueblo; y por esa causa el rey tenía que tener una copia para todos los días leer la Torah, la Palabra de Dios.

Y todos los gobernantes están llamados a tener la Biblia para leer la Palabra de Dios, temer a Dios y buscar la guianza y bendición de Dios; porque sin la bendición de Dios no hay gobierno que pueda prosperar, y con los problemas que hay en la actualidad, mucho menos. Por eso el Apóstol Pablo decía que oraran por los gobernantes y por los que habían sido colocados en altas posiciones de gobierno.

Queremos que les vaya bien a los gobernantes, para que el pueblo tenga paz y prosperidad; también queremos que todas las personas que trabajan en los diferentes gobiernos, o sea, el gobierno de cada país, también les vaya bien. Queremos lo mejor para los políticos; así como los políticos han prometido al pueblo darle lo mejor de su administración, de su trabajo. Y el pueblo eligió lo mejor que él creyó que estaba disponible para el pueblo.

El pueblo tiene un poder, y lo tiene en un lápiz, con el cual marca por el candidato que desea que sea su gobernante; y también marca con el lápiz por los candidatos a diferentes posiciones importantes del gobierno: como senadores, diputados, gobernadores, alcaldes, y así por el estilo. El poder del pueblo está en su mano, en un lápiz; y en algunos países en una computadora, que con un dedo derrota o le da la victoria a un líder.

Queremos lo mejor para el pueblo, por lo tanto, cada persona colocada en una posición política debe saber que su pueblo lo halló como el mejor para esa posición. El pueblo confía en usted y usted confió en el pueblo: lo que necesitaba del pueblo era su confianza dándole su voto, y lo que el pueblo necesita de usted es que haga todo lo mejor para él.

Leemos ahora en estos momentos un pasaje muy importante en San Mateo, capítulo 16. Luego de saludar a todos los presentes y a los que están a través de internet o del satélite Amazonas, en el canal WSS: “El Mensajero de la paz,” ahora pasamos a lo más importante: a la Palabra de Dios. Queremos voz de Dios y no de hombre. Vamos a la Voz de Dios. Capítulo 16 de San Mateo, verso 1 al 3 donde dice:

Vinieron los fariseos y los saduceos para tentarle (o sea, para tentar a Jesús), y le pidieron que les mostrase señal del cielo.

Mas él respondiendo, les dijo: Cuando anochece, decís: Buen tiempo; porque el cielo tiene arreboles.

Y por la mañana: Hoy habrá tempestad; porque tiene arreboles el cielo nublado. ¡Hipócritas! que sabéis distinguir el aspecto del cielo, ¡mas las señales de los tiempos no podéis!

La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás. Y dejándolos, se fue.”

LAS SEÑALES DE LOS TIEMPOS.”

Así como en el Cielo los que estudian las condiciones del tiempo pueden decirle al pueblo si habrá buen tiempo, si será el próximo día un día soleado o de lluvia, porque ven esas señales en el cielo, en la atmósfera. Esos son los profetas del negociado del tiempo, aunque algunas veces fallan porque las condiciones del tiempo cambian de momento y ellos no tenían previsto eso.

Pero ahora las señales de los tiempos: las señales de los tiempos no pueden ser entendidas, (muestra aquí Jesús), por los grandes estudiosos:

...¡mas las señales de los tiempos no podéis!”

¿Y qué significan las señales de los tiempos? Dios, el creador de los Cielos y de la Tierra, la primera Biblia que dio al ser humano fue el Cielo con sus estrellas, con sus constelaciones, con el zodiaco; y ahí tenemos la primera Biblia. Por esa causa cuando Dios le habló a Abraham, le dijo: “Mira las estrellas y cuéntalas, si las puedes contar, así será tu descendencia, tu simiente.” O sea, que en algo del Cielo, Dios está representando la descendencia de Abraham.

Si Abraham miraba y solamente podía ver cien estrellas, su descendencia sería cien personas; pero Dios le dijo: “Míralas.” De seguro era una noche estrellada, porque no le va a decir: “Mira las estrellas,” si no es una noche estrellada, porque no vería ninguna. Y cuando él mira ve tantas estrellas, y Dios le dice: “Cuéntalas, si las puedes contar.” ¿Quién va a comenzar a contar estrellas si ve tantos millones de estrellas; solamente mire una constelación y no puede contarla, cuánto más si ve más constelaciones.

Abraham no sabía entonces que en la primera Biblia estaba la profecía divina de que su descendencia sería incontable, serían millones de descendientes de Abraham.

Y ahora, estamos viendo que en el Cielo, ahí estaba la señal de lo que sería la descendencia de Abraham. Por esa causa, para la descendencia de Abraham, tener muchos hijos era una bendición, porque esa es la forma de multiplicarse para que se cumpla la promesa de que la simiente de Abraham sería como las estrellas del Cielo.

Una hebrea que no tenía hijos vivía atormentada porque le faltaba esa bendición divina. Cuando, por ejemplo, Lea, tuvo el primer hijo y el segundo y el tercero, cada vez que tenía más hijos, se ponía más contenta. En nuestro tiempo algunas quizás dicen: “Un hijo más,” y se ponen tristes. Pero en aquel tiempo se ponían contentas; y también el padre de esos niños, porque es una bendición de Dios, para así cumplirse la señal que Abraham vio en el Cielo: muchas estrellas; y entre todas esas estrellas, unos cuantos luceros que representan grandes líderes políticos y religiosos en medio de la descendencia de Abraham.

Y entre ellos la estrella que saldría en el Cielo: “De Jacob saldrá estrella, saldrá una estrella.” [Números 24:17] Ése es el Mesías. Por eso el lucero de la mañana representa al Mesías. Abraham si vio el lucero de la mañana; podía decir: “Estoy viendo al Mesías representado en esa estrella.” Porque en el Cielo está la señal de lo que pasa en la Tierra, porque el Cielo con todas esas galaxias, y esas estrellas contenidas en ellas, es la primera Biblia.

Y por eso encontramos que en la Biblia escrita también se mencionan estrellas. Por ejemplo, en el libro del Apocalipsis el mismo Jesús dice en el capítulo 22, verso 16 de la siguiente manera, y ahí veremos más claro que el Mesías es la estrella de la mañana. Dice:

Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana.”

¿Y cómo Jesús puede ser la estrella resplandeciente de la mañana, si la estrella es un planeta y Jesús es un hombre? Porque la estrella es el tipo y figura de Jesús. Esa estrella saldría de Jacob, por eso nacería en medio del pueblo hebreo.

También encontramos en el capítulo 2, verso 28 del Apocalipsis, la promesa de darle la estrella a un hombre. Dice:

...y le daré la estrella de la mañana.”

Por lo tanto, él va a tener a Jesucristo, para recibir a Jesucristo en Su Segunda Venida.

Y ahora, podemos hablar acerca de las cosas de Dios, usando esta Biblia escrita o usando la Biblia celestial, usando la Biblia que está en el Cielo. Podemos ver en las estrellas a toda la descendencia de Abraham, a todos los hijos de Dios: los hijos de Abraham según la carne y los hijos de Abraham según la fe, por medio de la fe en Cristo; todos los que son de la fe en Cristo, son hijos de Abraham, porque Dios no socorrió a los Ángeles sino que socorrió a la simiente de Abraham, a la descendencia de Abraham, dice San Pablo en Hebreos, capítulo 2 (veamos aquí lo que dice), verso 16. Dice:

Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de Abraham.”

Esos son los muchos hijos que Él llevará a la gloria. Vean, aquí lo dice también en el mismo capítulo 2 de Hebreos, verso 10 al 11. Dice:

Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos.”

Va a llevar muchos hijos a la gloria, ¿quién? Jesucristo.

Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos.”

Jesucristo, el Hijo de Dios, no se avergüenza de llamarnos hermanos de Él; y nosotros no nos avergonzamos de llamarlo: “Nuestro hermano mayor,” y de llamarnos los unos a los otros: “Hermanos.”

...diciendo:

Anunciaré a mis hermanos tu nombre,

En medio de la congregación te alabaré.

Y otra vez:

Yo confiaré en él.

Y de nuevo:

He aquí, yo y los hijos que Dios me dio.”

Así como a Adán por medio de Eva, Dios le dio muchos hijos, pero mortales; ahora Dios al segundo Adán, que es Jesucristo, le ha dado muchos hijos: hijos para Vida eterna, que son todos los creyentes en Jesucristo nacidos de nuevo, nacidos a una nueva vida, a la Vida eterna, en el Reino eterno de Dios, que es el único reino que tiene Vida eterna.

Para vivir en esta Tierra tuvimos que nacer, y entramos a este reino terrenal en donde la vida es muy buena, es mejor que no tener vida; pero no es eterna esta vida, es temporal o temporera, pero nos da la oportunidad de hacer contacto con el segundo Adán: Jesucristo, para por medio de Él obtener el nuevo nacimiento y entrar a Su Reino eterno, y al entrar a Su Reino, recibimos la Vida de Su Reino, que es Vida eterna; por eso es tan importante recibir a Cristo como único y suficiente Salvador.

Solamente por medio de Jesucristo podemos obtener la Vida eterna. Dios nos ha dado Vida eterna, y esta vida está en Su Hijo, en Jesucristo. El que tiene al Hijo, tiene la Vida, la Vida eterna; el que no tiene al Hijo, a Jesucristo, no tiene la Vida eterna. De eso es que nos habla Primera de Juan, capítulo 5, versos 10 al 13. Y nos da la buena noticia, diciéndonos que tenemos Vida eterna. Y en San Juan, capítulo 3, versos 34 al 36 también nos dice que tenemos Vida eterna.

Vamos a leerlo aquí para que tengan el cuadro claro de la importancia de recibir a Cristo como Salvador.

Jesucristo es la persona más importante, Él es el eslabón entre Dios y los hombres. Dice en el capítulo 3, verso 36 de San Juan:

El que cree en el Hijo tiene vida eterna (el que cree en Jesucristo tiene Vida eterna, porque la ha obtenido de Jesucristo); pero el que rehúsa a creer en el Hijo no verá la vida...”

O sea, que no verá la Vida eterna, solamente tiene vida temporal; y cuando se le acabe, todo terminará para esa persona, porque no tiene Vida eterna para vivir con Cristo en Su Reino cuando Él establezca Su Reino en este planeta Tierra; por eso es tan importante recibir a Cristo como único y suficiente Salvador; y así la persona vendrá a ser una de esas estrellas que vio Abraham; o sea, que alguna de esas estrellas lo estará representando a usted.

Por eso es que nos habla de las estrellas como los hijos e hijas de Dios; por eso en el tiempo de Job, no tenían las escrituras como nosotros las tenemos en un libro. Pero él sabía leer la Biblia, en la Biblia del Cielo, en la Biblia que está escrita en el Cielo con esos planetas, sistemas solares y diferentes constelaciones y diferentes galaxias. Así como Abraham sabía leer esa Biblia del Cielo, también Job sabía leerla.

Vean, Dios le habla en los términos de esa Biblia celestial, como nos habla a nosotros en los términos de esta Biblia escrita; porque lo mismo que dice la Biblia celestial con esos planetas y galaxias, lo dice esta Biblia escrita. Dice en Job, capítulo 38, Dios hablándole a Job:

Entonces respondió Jehová a Job desde un torbellino, y dijo:

¿Quién es ése que oscurece el consejo

Con palabras sin sabiduría?

Ahora ciñe como varón tus lomos;

Yo te preguntaré, y tú me contestarás.”

Es más fácil preguntarle a Dios y que Él nos conteste a nosotros, que Dios preguntarle a uno y uno tener que contestarle a Dios; ¿como será en el juicio final para algunas personas? Cuando Dios le pregunte a las personas, ¿qué van a contestar? Pero los creyentes en Cristo han pasado de muerte a vida, y por consiguiente no van a ser juzgados en el juicio final; estarán allí como reyes, sacerdotes y jueces; y sobre todo como jueces, juntamente con el Juez Supremo, el Mesías Príncipe, Jesucristo, a quien le ha sido dado todo el juicio.

Ahora, le pregunta Dios a Job:

¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra?

Házmelo saber, si tienes inteligencia (y para eso la inteligencia tiene que ser muy grande).

¿Quién ordenó sus medidas, si lo sabes?

¿O quién extendió sobre ella cordel?

¿Sobre qué están fundadas sus bases?

¿O quién puso su piedra angular...”

Aquí nos muestra Dios que hubo una primera piedra, ya sea que esa piedra luego haya crecido y se haya formado el planeta Tierra o que luego haya colocado más piedras. La piedra angular representa al Mesías, a Cristo; y las demás piedras representan a todos los creyentes en Cristo.

¿O quién puso su piedra angular,

Cuando alababan todas las estrellas del alba (o sea, que esto muestra que fue en la mañana, en la madrugada, cuando las estrellas de la mañana alababan a Dios),

Y se regocijaban todos los hijos de Dios?”

¿Dónde estabas tú? Yo estaba ahí. ¿Y tú? Allí también. [La congregación responde con un aplauso]

Y ahora, todas las estrellas del Cielo se regocijaban cuando Dios estaba creando el planeta Tierra. ¿Y por qué se estaban regocijando? Porque el planeta Tierra fue diseñado por Dios para ser la capital del Universo. Por eso es que cuando Dios establezca Su Trono y Reino físico en un planeta, ése será nuestro planeta: el planeta Tierra. Ahí estará el Reino celestial con el Rey celestial; y todos los miembros de ese Reino y esa ciudad completa, estará en el planeta Tierra, y la ciudad celestial de Jerusalén va a estar en la eternidad en este planeta Tierra, en el territorio que hoy es llamado: “Jerusalén.”

Pero no va a ser un lugar pequeñito, será un lugar de alrededor de 1.500 millas de ancho por 1.500 millas de largo; y eso viajando en un automóvil a 100 millas por hora, ¿debe tomar cuántas horas? No menos de 15 horas. Pero eso vamos a dejarlo quietecito. Será muy grande esa ciudad, será como la mitad de los Estados Unidos para una sola ciudad: la Nueva Jerusalén.

Y como no será plana, sino que será en forma de pirámide, será un monte, ahí estarán todos los redimidos, todos los del Antiguo Testamento redimidos y todos los del Nuevo Testamento. Allí estará Abraham, Isaac, Jacob, los patriarcas, y así por el estilo; ellos estarán en la parte de abajo.

Cada mensajero con su grupo estará en la etapa que le tocó vivir, la cual estará representada en esa ciudad. Así como en una ciudad hay muchas cosas representativas, así también la Nueva Jerusalén será completamente representativa de la historia del pueblo de Dios, y de todo el Programa Divino que Él ha llevado a cabo.

En cada parte de esa ciudad y en cada cosa en esa ciudad, veremos una historia por la cual ha pasado el pueblo de Dios, los hijos e hijas de Dios a través del tiempo.

Y ahora, ¿dónde voy a estar yo en esa ciudad? Yo sé dónde yo voy a estar: yo voy a estar en la parte de arriba, más arriba de eso no habrá lugar. ¿Y ustedes dónde van a estar? Allí también. Estamos de antemano reconociendo la posición en que estaremos en esa Nueva Jerusalén. Pero antes de eso vendrá el Reino Milenial, y ahí estaremos muy cerca del Rey, porque esa es la etapa que nos toca a nosotros en el Cuerpo Místico del Señor en la Iglesia.

Nos ha tocado la edad del Trono, y por consiguiente estaremos alrededor del Trono del Señor; o sea, los más cercanos al Rey en el Reino Milenial y luego en la eternidad.

Hemos visto las señales en el Cielo, primero aparecen en el Cielo, porque esa es la primera Biblia; y luego han aparecido en la Biblia escrita: ahí estamos, por eso habla de los escogidos de Dios, de los hijos e hijas de Dios.

También dice Jesucristo que los sabios de aquél tiempo podían conocer en el Cielo las señales de lo que iba a suceder al otro día, en cuanto a buen tiempo o mal tiempo, un día soleado o un día de lluvia. Pero las señales de los tiempos, las señales en el Cielo de dispensaciones y edades, en donde la señal indicaría cuál es el tiempo en el Programa Divino, esas señales no las comprenderían.

Para el tiempo en que nació el Profeta Moisés, estaban matando a todos los niños que iban a nacer, o sea, esa fue la orden del faraón; pero las parteras temieron a Dios y no hicieron así. Y cuando le preguntaron porqué no obedecieron la orden del faraón, ellas dijeron: “Cuando nos llaman para atender un parto y llegamos, ya dieron a luz las hebreas, porque son más fuerte que las egipcias.” Estaban trabajando fuerte como esclavas. Y el trabajo fuerte, ¿qué hace? Hace fuerte a las personas.

Por eso para una persona tener buenos músculos, va a un gimnasio a levantar pesas, para aumentar su musculatura. Pero con los hebreos, ellos no tenían que ir a un gimnasio, el gimnasio lo tenían todo el tiempo: trabajo forzado, eso los hizo más fuertes a los hombres y a las mujeres. Todo obra para bien para el pueblo de Dios.

Y ahora, en ese tiempo, según los científicos, apareció una señal en el Cielo, una alineación planetaria: Saturno y Júpiter se alinearon. Eso pudo durar un año siendo visto en el Cielo, o hasta dos años; desde su comienzo a alinearse, el momento clave de la alineación total, y luego el proceso para desalinearse de nuevo.

Esa señal apareció en los días en que nació Moisés, en los días en que estaban matando a los niños por orden del gobierno, por orden del faraón y sus consejeros.

Vean la relación que hay en esa señal en el Cielo con el pueblo hebreo. Luego esa señal aparece cada 973 años. También hay otras alineaciones planetarias en diferentes tiempos, pero siempre se repiten en el mismo tiempo que aparecieron al principio. Pero esta de Saturno y Júpiter es cada 973 años.

Ahora, esas alineaciones planetarias son señales en el Cielo de los tiempos y de las sazones. En cada ocasión en que hay una alineación planetaria, cosas acontecen en el planeta Tierra: buenas o malas; y también nacen líderes grandes, buenos o malos.

Así como en la Biblia está escrito de eventos buenos o malos que sucederán en la Tierra y en el Cielo también, y también de personajes buenos o malos que nacerán en la Tierra. Lo mismo que está en el Cielo en las estrellas, está en esta Biblia escrita, porque todo ese sistema galáctico es la primera Biblia. También el zodiaco nos muestra lo mismo que está aquí en la Biblia. Por eso en el libro del Apocalipsis nos habla de estrellas y nos habla de una estrella caída que arrastró una tercera parte de las estrellas del Cielo. Esa estrella caída es el diablo o Satanás, un arcángel que se rebeló en contra de Dios y arrastró millones de ángeles con él.

Ahora, encontramos que en el Cielo aparecen esas señales, y luego la raza humana experimenta una etapa de cumplimiento de lo que fue visto en el Cielo, y eso viene a ser una realidad que luego se convierte en historia de la raza humana.

Para los días de Jesús como para los días de Moisés, apareció esa señal en el Cielo también.

Ahora vean, en el tiempo de Moisés cuando apareció esa señal, detrás del plan de matar a todos los niños varones, estaba matar al libertador que tenía que nacer en aquel tiempo, el cual fue Moisés. Y por eso esa matanza de niños del pueblo hebreo. Siempre contra el pueblo hebreo, porque es el pueblo primogénito de Dios y es el pueblo del cual vienen los profetas, vienen los libertadores.

Y ahora, para el tiempo de Jesús en Belén de Judea, Herodes mandó a matar a todos los niños de dos años hacia abajo, menores de dos años, ¿por qué? Porque quería matar al Mesías Príncipe que había nacido, ya había sido vista la señal en el Cielo. Y los magos dijeron: “Hemos visto su estrella en el Oriente, y hemos venido a adorarle. ¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido?”[San Mateo 2:2] Y ellos no sabían dónde estaba.

Pero le dijeron los escribas a Herodes, porque el más interesado que estaba en saber dónde estaba el Mesías, era Herodes, el rey Herodes, porque él no quería otro rey; y le tenía miedo a un bebé que había nacido. Eso muestra la valentía de ese rey. Tan valiente que le tenía miedo a un bebé que había nacido.

Es como algunas personas que ven un insecto y salen corriendo o salen gritando, y se suben en una silla o en una escalera. Y antes de eso podían estar muy bravos y parecían muy bravos y muy valientes; pero miren, una cosa pequeñita los hace gritar, los hace huir y pedir ayuda. Tanto es así para hombres y para mujeres; más para mujeres.

Y ahora, Herodes era de esos hombres que se creía muy valiente, pero le está teniendo miedo a un niño que nació, porque sabía que era el rey, el heredero al Reino de David, el libertador de Israel. Y él pensaba: “Ese niño hay que matarlo rápido, antes que crezca y lo coronen y vaya a establecer Su Reino.” Y entonces el pueblo hebreo sufrió la muerte de los niños de dos años hacia abajo en Belén de Judea, porque ya había localizado el lugar donde tenía que nacer el Mesías; y ya tenía que haber nacido, porque ya hacia dos años que la estrella había comenzado a aparecer; o sea, que ya llevaba dos años apareciendo esa señal en el Cielo: Una estrella. Los científicos dicen, algunos, que eso era Saturno y Júpiter alineados.

Y ahora, siendo que esa señal es la señal del nacimiento, venida, aparición de un libertador, del libertador para el pueblo hebreo, es importante seguir la trayectoria de esas alineaciones de Júpiter y Saturno.

Conforme a los estudiosos de los planetas y esos alineamientos, en el año 1940 hasta el 41, se alinearon Saturno y Júpiter, los mismos planetas que se alinearon para el nacimiento de Moisés y para el nacimiento de Jesús. Y para ese tiempo nuevamente el pueblo hebreo estuvo sufriendo el tiempo de la Shoah, que fue el tiempo llamado también: “El Holocausto,” en donde fueron asesinados por Hitler y su ejército, 6.000.000 de judíos o hebreos.

Fue inspirado por el maligno Hitler y su ejército para matar a todos los judíos, a todos los hebreos, ¿por qué? Algo estaban buscando. Ellos sabían que en la primera Biblia: el firmamento, y en la segunda Biblia, nos habla de una estrella que representa al Mesías Príncipe. Ellos sabían que el Mesías Príncipe va a establecer Su Reino en este planeta Tierra; y por consiguiente Hitler con su forma de gobierno no podría continuar si el Mesías aparecía en la Tierra y establecía Su Reino.

Aunque Hitler no estuviera consciente completamente, el que lo inspiraba, el maligno, sí estaba consciente. Y por cuanto será un descendiente de Abraham, un descendiente hebreo, entonces tenían que destruir a todos los hebreos, a todos los judíos. Eso era lo que estaba detrás de ese Holocausto del pueblo judío o hebreo, eso era lo que estaba en las intenciones del maligno.

Los judíos se preguntan, y aun los rabinos: “¿Por qué nos vino esa matanza?” Y todavía no lo han comprendido, pero lo van a comprender. Es que el reino de los gentiles va a ser quitado y va a ser establecido el Reino de Dios, que será la restauración del Reino de David, y por consiguiente el maligno no tendrá parte ni suerte en el Reino del Mesías, porque ése es el Reino de Dios. Por esa causa el maligno ha tratado de evitar que venga el Reino de Dios y que sea establecido por el Mesías Príncipe.

Pero lo que está escrito, cumplimiento tiene, está escrito en las estrellas y está escrito en la Biblia, en este libro que es llamado: La Biblia.

A ese Reino del Mesías entrarán millones de seres humanos creyentes en Cristo, y entrarán también muchas naciones, pero otras no podrán entrar; y también otras personas no podrán entrar. Pero habrá millones que entrarán, y multitud de naciones que entrarán también, que estarán brazo a brazo con Israel, para estar todos unidos.

Le pasan al Dr. William una nota

Es como cuando se cuenta y se dice: “Hay 12 personas aquí.” Y yo les digo: “Hay 13 personas.” ¿Por qué? Porque la persona que contó no se contó. Pero aquí, contando la Tierra, son 3 planetas, contando los dos planetas que se alinean con la Tierra, entonces son dos.

Es como cuando el reverendo William Branham fue arrebatado en las nubes y contó siete Ángeles que se encontraron con él, sin contarse él; contándose él, serían 8 ángeles.

Ahora, estamos en un tiempo muy importante, Jesucristo dijo en San Mateo, capítulo 24, versos 30 en adelante:

Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo...”

Una señal en el Cielo como apareció cuando nació Jesús y como apareció cuando nació Moisés una señal en el Cielo. Esa alineación planetaria de la Tierra, Júpiter y Saturno, es la misma señal que apareció en los días de Moisés para su nacimiento; y en los días de Jesús para su nacimiento; y apareció en el año 1940 al 41.

Esa señal en el Cielo es muy importante, pues Jesús dice: “Aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el Cielo.” Y luego hay punto y coma, y dice: “Y entonces...” Eso es: “Y luego...” O sea, que no es en el mismo tiempo o año, no es el mismo momento.

Es como cuando lee Isaías, capítulo 61, y finalizando dice: “Para predicar el día, el año de la buena voluntad del Señor.” Y se detuvo ahí, porque a continuación decía: “Y el día de venganza del Dios nuestro.” Esa coma o paréntesis marca dos mil años aproximadamente. Una coma de dos mil años, una pausa.

Siempre cuando hay una coma, hay una pausa, que para algunos es tan rápida que ni se nota, y para otros es más lenta y se nota, depende del que esté hablando.

Y ahora, aquí nos dice:

Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra (¿y después de eso qué pasará?), y verán al Hijo del Hombre (después de eso verán al Hijo del Hombre) viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.

Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.”

O sea, que después de aparecer la señal del Hijo del Hombre en el Cielo, hay una serie de eventos en el Programa Divino con relación a lo que estará sucediendo en las naciones, y también lo que estará sucediendo en el Programa de Dios con la Venida del Mesías y Sus Ángeles y los escogidos que van a ser recogidos, ¿con qué? Con gran Voz de Trompeta. La misma Trompeta de Isaías, capítulo 27, verso 13, donde dice que se tocará con gran Trompeta, ¿para qué? Para el recogimiento, para el llamado de los escogidos, para el llamado del pueblo de los ciento cuarenta y cuatro mil judíos, doce mil de cada tribu. Pero antes de eso tienen que ser recogidos los escogidos de la Iglesia que faltan para completar la Iglesia de Jesucristo.

Ahora, podemos ver que fue prometida una señal en el Cielo: la señal del Hijo del Hombre. Cuando nació Moisés fue vista esa señal. La alineación de Saturno, Júpiter y la Tierra. Para el nacimiento de Jesús la misma alineación, la misma señal en el Cielo. Y para el año 1940 al 41, la misma señal.

Por lo tanto, estamos viviendo en un tiempo muy importante, tenemos que saber, conocer las señales de los tiempos.

Desde que apareció la señal en el tiempo de Moisés, comenzó un ciclo divino muy importante, con el libertador ya en la Tierra, y nadie sabía que ése era el libertador. Cuando nació Jesús, se vio también esa señal, y nadie sabía que ese niño era el libertador para ese tiempo, era el Mesías, el Ungido, y luego para el año 1940 al 41, apareció de nuevo esa señal.

Tenemos que comprender que estamos viviendo en un ciclo divino muy importante. El pueblo hebreo está esperando la Venida de Elías y la Venida del Mesías. Si los está esperando uno como precursor y el otro como precursado, para tener Su ministerio con el pueblo hebreo, si lo están esperando en este tiempo, pues tiene que haber nacido y estar en la Tierra, y nadie saber dónde está y quién es.

La muerte de 6.000.000 de judíos es una señal grande en la Tierra, como fue una señal grande la muerte de todos los niños varones en Egipto y la muerte de todos los niños de dos años hacia abajo en Belén. Allí estaban buscando al libertador en cada una de esas ocasiones. Y desde el año 1939 ó 1940 en adelante, ¿a quién han estado buscando? A Elías y al Mesías. Porque la señal fue vista en el Cielo. En algún sitio tiene que estar.

Si el pueblo hebreo lo está esperando en este tiempo, no está esperando un bebé, está esperando un hombre y por consiguiente tiene que haber nacido en algún lugar. Elías tiene que estar en algún lugar. Y va a ser hallado por el pueblo hebreo. La Iglesia también lo verá.

Hubo un tiempo en que Elías se escondió, se escondió ¿dónde? En el Monte Sinaí, en el Monte de Dios.

Y ahora, el Monte de Dios en el Nuevo Testamento es la Iglesia del Señor Jesucristo, en el Monte Sinaí, Dios le dio las tablas de la Ley por medio del Profeta Moisés al pueblo hebreo. Y en el Nuevo Testamento, Dios le ha dado Su Palabra, Su Ley, escrita en el corazón de todos los creyentes, en el Monte de Dios, que es la Iglesia del Señor Jesucristo.

Vimos a Elías (Elías Tisbita), en quien estaba el Espíritu de Dios; luego cuando se fue, el Espíritu de Elías vino sobre Eliseo (el Espíritu Santo); y después, más adelante, vino sobre Juan el Bautista; y después, sobre el reverendo William Branham. O sea, que lo vemos en la Tierra de Israel y después lo vemos en Norteamérica, en la Iglesia del Señor Jesucristo.

Y luego que se fue el reverendo William Branham, ¿dónde estará el ministerio de Elías? ¿Dónde estará el Espíritu Santo operando ese ministerio? En algún lugar tiene que haber nacido el instrumento en el cual Dios operará por medio de Su Espíritu Santo el ministerio de Elías por quinta ocasión.

Y el pueblo hebreo está esperando a Elías, está esperando el precursor de la Venida del Mesías para el Día Postrero, y ya tiene señalado lo que estará haciendo Elías en este tiempo final, muestran que estará proclamando, predicando la paz imperecedera y estará preparando el pueblo y estará hablándoles del Reino de Dios que será establecido en medio del pueblo hebreo; y otras cosas más ellos han dicho que estará siendo manifestado.

Ellos no están esperando mucha gente, ellos están esperando a un hombre: Elías, y él será el que les mostrará al Mesías, lo cual ha sido un misterio por miles de años. Pero ese Elías conocerá el ministerio de Elías, de Moisés y del Mesías; y por consiguiente podrá hacer una introducción perfecta del Mesías para el tiempo final.

El pueblo hebreo está despertando, está abriendo sus ojos y está buscando un hombre.

La señal en el Cielo ha sido vista, la misma de los días de Moisés en su nacimiento y la misma de los días de Jesús en su nacimiento.

Estamos al final de la Dispensación de la Gracia, en donde se está entrelazando la Dispensación del Reino, por esa causa todavía hay Misericordia, porque Cristo está todavía en el Lugar Santísimo del Templo Celestial haciendo intercesión con Su propia Sangre por toda persona que lo recibe como único y suficiente Salvador.

El nombre de esas personas están escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, en el Libro sellado con siete sellos, de Apocalipsis, capítulo 5, versos 1 al 7.

Por lo tanto, si oyes hoy Su Voz, no endurezcas tu corazón, Él te está llamando porque tú eres un hijo de Dios, eres una oveja del Señor. No es del quiere ni del que corre, sino de Dios que tiene Misericordia. Para el llamado de esas personas se ha estado predicando el Evangelio de Cristo. Cristo dijo:

Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.

El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”

Tan simple como eso. Cuando se predica el Evangelio, nace la fe de Cristo en el alma de las personas, creen en Cristo de todo corazón y luego tienen la oportunidad de dar testimonio público de su fe en Cristo, recibiéndole como único y suficiente Salvador, y obtienen el perdón de sus pecados al confesar a Cristo sus pecados y Cristo con Su Sangre los limpia de todo pecado, y son bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, en donde se identifican con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección, pues estábamos en Cristo así como nuestro cuerpo físico estaba en nuestro padre.

Así como Leví, Jacob e Isaac, estaban en Abraham. Y cuando Abraham diezmó a Melquisedec, Leví estaba diezmando por consiguiente en ese momento, porque estaba en Abraham. Es como cuando Jesús dijo: “Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda solo; pero si cae en tierra y muere, mucho fruto lleva.” [San Juan 12:24] Ahí está una revelación muy grande.

Cuando usted ve una planta de trigo con muchos granos de trigo, ¿dónde estaba esa planta de trigo y esos granos de trigo antes de aparecer en la Tierra? Todo eso estaba en un grano de trigo, en una semilla de trigo; y el grano de trigo representa a Cristo, la planta de trigo representa la Iglesia del Señor Jesucristo; y los granos de trigo representan a todos los creyentes en Cristo nacidos de nuevo.

Estábamos en Cristo, como los granos de trigo estaban en la semilla de trigo. Cuando la persona es bautizada en agua, ha muerto al mundo, al recibir a Cristo como Salvador; y cuando el ministro lo sumerge en las aguas bautismales, tipológicamente está siendo sepultado; y cuando lo levanta de las aguas bautismales, la persona está resucitando a una nueva vida, a la Vida eterna con Cristo en su Reino eterno; y Cristo lo bautiza con Espíritu Santo y Fuego y produce en la persona el nuevo nacimiento, y la persona entra al Reino de Dios, y por consiguiente obtiene la Vida de ese Reino, que es la Vida eterna. Tan simple como eso.

Romanos 10:17

También Jesús le dijo a Nicodemo: “De cierto, de cierto te digo, que el que no nazca del Agua y del Espíritu, no puede entrar al Reino de Dios.” [San Juan 3:5] Nacer del agua es nacer de la predicación del Evangelio; y nacer del espíritu es nacer del Espíritu Santo, para entrar al Reino de Dios. Lo más importante es la Vida eterna, para lo cual tenemos que nacer del Agua del Evangelio, y del Espíritu, del Espíritu Santo, si no, no hay entrada al Reino de Dios.

Lo más importante es la Vida eterna, y se obtiene en el Reino de Dios, entrando a él. Todos queremos la Vida eterna. Si esta vida terrenal es tan buena, ¿cómo será la Vida eterna? La Vida eterna es lo más glorioso, primero se recibe en la esfera espiritual, y después la recibiremos en la esfera física, recibiendo un cuerpo físico, inmortal, incorruptible y glorificado, como el cuerpo glorificado de Jesucristo, para disfrutar eternamente en el Reino de Dios, de todas las bendiciones divinas, para disfrutar de la herencia divina, que es dada a los hijos de Dios.

Yo ya recibí a Cristo, como mi único y suficiente Salvador, y he sido sellado en Su Reino, con Su Espíritu Santo, por consiguiente tengo Vida eterna espiritual; por lo tanto tengo Vida eterna espiritual, mi alma tiene Vida eterna; y voy a recibir Vida eterna física cuando Él transforme mi cuerpo. Y los muertos en Cristo recibirán Vida eterna física cuando Cristo los resucite en cuerpos glorificados.

¿Y quiénes más recibirán Vida eterna física? Cada uno de ustedes cuando sean transformados.

Si hay alguna persona que no tiene esa esperanza, porque no ha recibido a Cristo todavía, lo puede recibir en estos momentos, porque ya la fe de Cristo nació en vuestra alma y usted está creyendo en Cristo de todo corazón, ahora tiene la oportunidad de dar testimonio público de su fe en Cristo, recibiéndole como único y suficiente Salvador, para lo cual puede pasar acá al frente. Y ustedes que están en otros países, pueden pasar al frente también en el auditorio o iglesia en donde ustedes se encuentren, para que queden incluidos en esta oración que estaré haciendo. Pueden ya continuar viniendo acá al frente, para dar testimonio público de su fe en Cristo, recibiéndole como único y suficiente Salvador.

Ya ustedes tienen claro que sin Jesucristo no hay esperanzas de vivir eternamente. En la vida todo ser humano hace grandes decisiones, hace decisiones para estudiar y hacerse un profesional, hace decisiones para conseguir un buen trabajo, hace también decisiones para enamorarse y luego casarse y tener hijos, decisiones que son importantes; pero ninguna de ellas le coloca en la Vida eterna, ninguna de ellas le coloca en el Reino de Dios.

Pero hay una decisión importante, la más importante de todas que le coloca con Vida eterna en el Reino de Dios. Esa es la decisión que todos desean hacer, porque todos desean tener Vida eterna, desean vivir eternamente; y la única decisión es recibir a Cristo como único y suficiente Salvador. Esa es la única decisión que lo coloca a usted en la Vida eterna. No hay otra decisión más importante que esa, y no hay otra persona más importante que Jesucristo, y que es el único que le da Vida eterna al ser humano que lo recibe como único y suficiente Salvador.

Dios le ha dado a Jesucristo la exclusividad de la Vida eterna. Ninguna otra persona puede darle Vida eterna a otra persona. Solamente hay un hombre entre Dios y los hombres, y es Jesucristo, Él es el eslabón entre Dios y el ser humano, para unir al ser humano con Dios y darle la inmortalidad, la Vida eterna a su alma.

¿De qué le vale al hombre si ganare todo el mundo y perdiere su alma? Esa fue la pregunta que hizo Jesucristo en San Mateo, capítulo 16, versos 26 al 28. No le vale de nada al ser humano convertirse en una persona multimillonaria en la Tierra y perder su alma, de nada le sirvió vivir en esta Tierra, porque el propósito por el cual estamos en la Tierra es divino, es para que nosotros tengamos la oportunidad de hacer contacto con la Vida eterna a través de Jesucristo, para ser rociados con la Sangre de Cristo y limpiados de todo pecado, ser bautizados en agua en Su Nombre, y recibir Su Espíritu Santo, y obtener así el nuevo nacimiento, y entrar a Su Reino eterno.

Ése es el propósito por el cual usted y yo hemos aparecido en este planeta Tierra, y no por casualidad, sino porque Dios nos envió a este planeta Tierra con ese propósito. Estamos viviendo en la Tierra por y para un propósito divino. Es con el propósito que obtengamos la Vida eterna, seamos confirmados en la Vida eterna para vivir con Cristo en Su Reino eterno. Y eso es lo que todos queremos. Y ya hemos visto que es a través de Jesucristo que podemos obtener la Vida eterna. No hay otra forma.

Pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo los que faltan por venir. Los niños de diez años en adelante también pueden venir a los Pies de Cristo; y también los que están en otras naciones pueden continuar viniendo a los Pies de Jesucristo para que queden incluidos en esta oración que estaré haciendo.

Pueden pasar al frente en las demás naciones, para que queden incluidos en esta oración que estaré haciendo. Los niños de diez años en adelante en todas las naciones también pueden venir a los Pies de Cristo.

Si oyes hoy Su Voz, no endurezcas tu corazón, Él te está llamando porque tú eres una oveja del Señor, que el Padre le dio a Jesucristo, para que la buscara y le diera Vida eterna. Por eso tú estás escuchando en estos momentos la predicación del Evangelio de Cristo, y nació la fe de Cristo en tu alma.

Y ahora, estás creyendo en Cristo de todo corazón y ahora tienes la oportunidad de dar testimonio público de tu fe en Cristo, recibiéndole públicamente como tu único y suficiente Salvador. Pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo, los aquí presentes que no lo habían hecho, y los que están en otras naciones también que no habían recibido a Cristo como Salvador. Pueden continuar viniendo para que queden incluidos en esta oración que estaré haciendo.

Vamos a estar puestos en pie, vamos a estar puestos en pie todos los presentes y los que están en otras naciones conectados con el canal Amazonas, con el satélite Amazonas, canal WSS: “El Mensajero de la paz.” Y también los que están a través de internet en diferentes naciones.

Vamos a orar por lo que han venido a los Pies de Cristo. Si falta alguna persona todavía puede venir. Es un asunto de Vida eterna recibir a Cristo como único y suficiente Salvador. No deje que se le escape la Vida eterna. San Pablo decía a Timoteo: “Echa mano de la Vida eterna.”[Primera de Timoteo 6:12] ¿Cómo echamos mano de la Vida eterna? Recibiendo a Cristo como nuestro único y suficiente Salvador.

Estamos dando unos segundos en lo que llegan las personas que vienen de camino. Vamos ya a orar los que están en otras naciones y los aquí presentes, vamos a levantar nuestras manos al Cielo a Cristo, y los que han venido a los Pies de Cristo en estos momentos, repitan conmigo esta oración. Con nuestros ojos cerrados repitan esta oración:

Señor Jesucristo, he escuchado la predicación de Tu Evangelio y nació Tu fe en mi corazón, creo en Ti de todo corazón, creo en Tu Primera Venida, creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de Expiación por mis pecados, creo en Tu Nombre como el único Nombre bajo el Cielo dado a los hombres en que podemos ser salvos. Doy testimonio público de mi fe en Ti, reconociendo que soy pecador y necesito un Salvador.

Señor Jesucristo, doy testimonio público de mi fe en Ti, doy testimonio público de que Tu fe ha venido a mi alma, a mi corazón, y Te recibo como mi único y suficiente Salvador. Te ruego perdones mis pecados y con Tu Sangre me limpies de todo pecado, y me bautices con Espíritu Santo y Fuego, luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre, y sea producido en mí el nuevo nacimiento. Quiero nacer en Tu Reino, quiero entrar a Tu Reino, quiero vivir eternamente Contigo en Tu Reino. Sálvame Señor, en Tus Manos encomiendo mi alma, mi espíritu y mi cuerpo. Sálvame, Señor. Te lo ruego en Tu Nombre eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén y amén.

Y con nuestras manos levantadas a Cristo al Cielo todos decimos: ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! Amén y amén.

Cristo les ha recibido en Su Reino, ha perdonado vuestros pecados y con Su Sangre les ha limpiado de todo pecado, porque ustedes le recibieron como único y suficiente Salvador, porque nació la fe de Cristo en vuestra alma cuando escucharon la predicación del Evangelio de Cristo. Él dijo:

El que creyere y fuere bautizado, será salvo.”

Ustedes creyeron de todo corazón y me dirán: “Quiero ser bautizado lo más pronto posible, porque Él dijo: El que creyere y fuere bautizado, será salvo. Quiero cumplir Su mandato completo.” Me dirán ustedes: “¿Cuándo me pueden bautizar?” Es la pregunta desde lo profundo de vuestro corazón. Por cuanto ustedes han creído en Cristo de todo corazón, bien pueden ser bautizados en estos momentos en agua.

Para lo cual pregunto al ministro aquí si hay agua: hay agua, hay bautisterio. ¿Hay ropas bautismales? Hay ropas bautismales también. ¿Hay vestidores de ropa? Hay vestidores de ropa también. ¿Hay personas que les ayudarán también? Hay personas que les ayudarán. ¿Hay ministros que les bautizaran? Hay ministros que les bautizarán, por consiguiente bien pueden ser bautizados en agua en estos momentos en el Nombre del Señor Jesucristo. Y que Jesucristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento.

Así también ustedes que están a través de internet o del satélite, pueden ser bautizados en agua en estos momentos. Y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento, y entren así al Reino de Dios.

Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes. Amén.

Y ahora, dejo al ministro Celso para que les indique hacia dónde caminar para colocarse las ropas bautismales y ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo.

Que Dios les continúe bendiciendo a todos los presentes y los que están a través del satélite Amazonas, en el canal WSS: “El Mensajero de la paz,” y los que están también a través de internet.

Que Dios les continúe bendiciendo a todos. Muchas gracias.

LAS SEÑALES DE LOS TIEMPOS.”