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|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
| Despertando a tiempo | 2006-02-05 | 1 | Bogotá D.C. | Cundinamarca | CO | 00:00:00 | false |
Muy buenos días, amables amigos y hermanos presentes aquí en Bogotá, Colombia, y también los que están a través de internet en diferentes ciudades de Colombia, y también en diferentes países de la América Latina, del Caribe, de Norteamérica, del Canadá, de Europa, del África y demás naciones.
Es una bendición y privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final.
Para lo cual leemos en Efesios, capítulo 5, versos 13 al 14, donde dice:
“Mas todas las cosas, cuando son puestas en evidencia por la luz, son hechas manifiestas; porque la luz es lo que manifiesta todo.
Por lo cual dice:
Despiértate, tú que duermes,
Y levántate de los muertos,
Y te alumbrará Cristo.”
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
Nuestro tema es: “DESPERTANDO A TIEMPO.”
Es muy importante estar despierto a tiempo al Programa de Dios, para ver el Programa correspondiente al tiempo en que a la persona le toca vivir y disfrutar ese Programa, caminar en ese Programa.
A través de las diferentes edades y dispensaciones, Dios ha llamado al pueblo a estar despierto.
En el tiempo de Moisés, las personas tenían que despertar a la realidad de lo que Dios había prometido para aquel tiempo, lo cual le había sido dado, hablado, a Abraham en el capítulo 15 del Génesis, versos 12 en adelante, donde dice:
“Mas a la caída del sol sobrecogió el sueño a Abram, y he aquí que el temor de una grande oscuridad cayó sobre él.
Entonces Jehová dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años.
Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza.
Y tú vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez.
Y en la cuarta generación volverán acá; porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí.”
Esta Palabra profética que Dios le habló a Abraham, se cumpliría en la descendencia de Abraham; y todavía Abraham no tenía hijos a través de su esposa Sara, ni aún a través de Agar, y ya Dios le está hablando a Abraham lo que va a ser de su descendencia: va a estar en una tierra ajena en la cual va a ser esclava, pero a los cuatrocientos años Dios los va a libertar; van a estar esclavos por cuatrocientos años, pero luego van a salir libres.
Y ahora, tenía que transcurrir el tiempo hasta que estuviera el pueblo, la descendencia de Abraham, en esa nación extraña como esclavos, para luego Dios cumplir esta promesa de liberación.
Por lo tanto, la llegada del pueblo hebreo a Egipto era el cumplimiento también de esta profecía. Tenían que llegar para, luego de cierto tiempo, ser esclavos en esa nación.
Por lo tanto, las Escrituras se estaban cumpliendo en el pueblo hebreo, aunque ellos no comprendían lo que estaba sucediendo; como ha estado sucediendo todos estos años, y las situaciones difíciles a través de las cuales ha estado pasando el pueblo hebreo. Todo ha sido el cumplimiento de las Escrituras.
Dios ha prometido para el pueblo hebreo una resurrección; y si tiene que suceder una resurrección, antes tiene que suceder una muerte.
Ahora, tiene que venir una etapa de muerte, de sepultura, y luego la resurrección.
Ahora, cuando llegó el tiempo para la liberación del pueblo hebreo, Dios tenía Su instrumento, el cual fue Moisés; porque Dios siempre obra a través de seres humanos: en ellos se vela y a través de ellos se revela y le habla al pueblo; y el pueblo tenía que despertar a la realidad de la promesa divina correspondiente a aquel tiempo para la liberación de ellos.
El pueblo hebreo tenía que despertar a la realidad de que había llegado el tiempo para la liberación de ellos, y que allí estaba el instrumento de Dios en el cual estaba Dios: Moisés.
Ahora, a través de las diferentes edades y dispensaciones Dios ha llamado a Su pueblo a despertar; y esto lo ha hecho cuando se ha manifestado Dios a través del Mensajero correspondiente a ese tiempo; para eso es que Dios envía Sus Mensajeros, Sus Profetas, que también son llamados ángeles; porque ángel significa: “Mensajero.”
Y ahora, encontramos que a través de hombres es que Dios le ha hablado a Su pueblo, porque Dios coloca Su Palabra en la boca de un Profeta siempre.
“Porque no hará nada el Señor, sin que antes revele Sus secretos a Sus siervos, Sus Profetas,” dice Amós, capítulo 3, verso 7. Y en Deuteronomio, capítulo 18, versos 15 al 19, Dios dice que colocará Su Palabra en la boca del Profeta que Él envía. Por eso Él dice que escuchen al Profeta que Él envía.
Por eso el Profeta Moisés también dijo: “Profeta como yo os levantará el Señor, vuestro Dios, a él oiréis,” es porque Dios coloca Su Palabra en la boca del Profeta que Él envía.
Y toda persona que quiera escuchar la Voz de Dios, la escucha a través de un hombre, de un Profeta enviado por Dios; y el pueblo tiene que despertar en ese tiempo a la realidad del Programa Divino correspondiente a ese tiempo.
Han transcurrido, de Adán hacia acá, ya seis mil años, y hemos entrado al año siete mil, el séptimo milenio de Adán hacia acá, conforme al calendario que se usa entre los gentiles, llamado el calendario común o el calendario gregoriano.
Ahora, de acuerdo a las profecías correspondientes al tiempo final, todas estas cosas que estamos viendo suceder en las naciones, ya estaban profetizadas. Por lo tanto, cuando vemos la condición de todas las naciones, estamos viendo las profecías bíblicas materializadas, y por consiguiente estamos leyendo la Biblia en las naciones, hecha realidad en las naciones.
Actualmente estamos en una etapa en la historia de la raza humana muy importante y también difícil. Conforme a las profecías bíblicas correspondientes a este tiempo final, la raza humana llegará a un momento en que se verá a punto de una Tercera Guerra Mundial.
En Apocalipsis, capítulo 7, versos 1 en adelante, dice:
“Después de esto vi a cuatro ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, que detenían los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento alguno sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol.”
Estos vientos son guerras.
“Vi también a otro ángel que subía de donde sale el sol, y tenía el sello del Dios vivo...”
El Sello del Dios Vivo es el Espíritu Santo. Este Ángel viene, este Mensajero viene con el Espíritu Santo; o sea, que el Espíritu Santo viene en él manifestado. Y vamos a ver para qué viene y qué cosas va a estar haciendo.
Recuerden que el Sello del Dios Vivo es el Espíritu Santo. En Efesios, capítulo 4, verso 30, dice: “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.”
Vamos a ver cómo lo dice aquí en Efesios, para que lo tengan claro aquí. Capítulo 4, verso 30 de Efesios, dice: “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.”
O sea, para el día en que todos los creyentes en Cristo nacidos de nuevo, obtendrán la redención del cuerpo, que será para los muertos en Cristo la resurrección en cuerpos eternos y glorificados, y para los que permanezcamos vivos: nuestra transformación, en donde obtendremos el cuerpo inmortal, incorruptible y glorificado.
Ahora, continuamos leyendo, dice: “...y clamó...”
Ahora, recuerden, si viene con el Sello del Dios Vivo, si tiene el Sello del Dios Vivo: recibió el Espíritu Santo, y por consiguiente es un Mensajero nacido de nuevo. ¿Y nacido dónde? En el Reino de Dios, la Iglesia del Señor Jesucristo.
“...y clamó a gran voz a los cuatro ángeles (o sea, que él tendrá una misión especial); a quienes se les había dado el poder de hacer daño a la tierra y al mar...”
O sea, que va a clamar a esos ángeles que tienen poder para hacer daño a la Tierra y al mar, o sea, que tienen poder para traer una Tercera Guerra Mundial, la cual será atómica. Este Ángel tendrá una intervención con la cual se detendrá o se aguantará esa Tercera Guerra Mundial hasta cierto tiempo. Dice:
“...diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios.”
O sea, que esta intervención va a ser efectuada un poco antes del llamado, recogimiento y sellamiento de ciento cuarenta y cuatro mil hebreos.
“No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios.
Y oí el número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas las tribus de los hijos de Israel.”
O sea, que el Mensajero a Israel será el que tendrá esta intervención en favor de ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, porque si se efectúa una Tercera Guerra Mundial (la cual será atómica), esos ciento cuarenta y cuatro mil hebreos morirían sin recibir el Mensaje de este Ángel y sin recibir el Sello del Dios Vivo, y por consiguiente, se perderían. Dice:
“De la tribu de Judá, doce mil sellados. De la tribu de Rubén, doce mil sellados. De la tribu de Gad, doce mil sellados.
De la tribu de Aser, doce mil sellados. De la tribu de Neftalí, doce mil sellados. De la tribu de Manasés, doce mil sellados.
De la tribu de Simeón, doce mil sellados. De la tribu de Leví, doce mil sellados. De la tribu de Isacar, doce mil sellados.
De la tribu de Zabulón, doce mil sellados. De la tribu de José, doce mil sellados. De la tribu de Benjamín, doce mil sellados.”
Y ahí enumera doce mil sellados de cada tribu. Luego de eso aparece una multitud grande, la cual es la multitud que saldrá de la gran tribulación, la cual estará compuesta por cristianos profesantes del cristianismo, pero que no habían nacido de nuevo. Esas son las vírgenes insensatas, que no tenían aceite en sus lámparas y tendrán que pasar por la gran tribulación.
Pero las vírgenes prudentes, que tipifica a los creyentes en Cristo nacidos de nuevo, los creyentes en Cristo que recibieron el Espíritu Santo (y por consiguiente obtuvieron el nuevo nacimiento), ellos serán transformados, los que estarán vivos en la Tierra en ese tiempo, y tendrán una manifestación grande de parte de Dios, que durará de 30 a 40 días; y esa será la Tercera Etapa, en donde la plenitud del Poder de Dios será manifestado en la Tierra, y estremecerá este mundo Dios en esa manifestación.
Y en esa manifestación el pueblo hebreo verá a Dios manifestado, como se manifestó en el tiempo de Moisés, en el tiempo del Profeta Elías y en el tiempo de otros grandes Profetas. Será un tiempo muy corto, pero estará la manifestación plena de Dios en la Tierra.
Ahora, este Mensajero que vendrá con el Sello del Dios Vivo, estará haciendo una labor muy importante, y será conocido a nivel mundial.
Ahora miren, la aparición de ese Mensajero será la señal de que estaremos viviendo en el tiempo final, en el tiempo en que el pueblo hebreo va a recibir el llamado de la Trompeta, de la Fiesta de las Trompetas, que será la Gran Trompeta con la cual serán llamados ciento cuarenta y cuatro mil hebreos; y esa es la misma Gran Voz de Trompeta o Trompeta Final con la cual son llamados y juntados todos los escogidos de Dios del Cristianismo, y será esa la misma Gran Voz de Trompeta de San Mateo 24, verso 31, donde Jesús dijo:
“Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.”
O sea, que esa Gran Voz de Trompeta, que es la Trompeta de la Fiesta de las Trompetas de Levítico, capítulo 23, versos 24 al 25, será un Mensaje a nivel mundial para llamar y juntar todos los escogidos de Dios; y llamará y juntará los escogidos de la Iglesia, del Cristianismo, y también llamará y juntará los escogidos del pueblo hebreo.
El gran Profeta de Dios del Cristianismo, el Reverendo William Branham, dijo en una ocasión, por el año 1954, dijo:
“Y el poder del Evangelio volverá a los judíos en ese tiempo. Entonces allí habrá un avivamiento entre aquellos judíos que llevarán miles y decenas de miles... ciento cuarenta y cuatro mil al Reino de Dios, serán sellados por el Ángel...
Y allí mismo tan pronto como el Ángel comience a sellar a esos ciento cuarenta y cuatro mil, la puerta de la Iglesia gentil es cerrada, y los judíos llevan el Espíritu Santo a los judíos !Y ellos tendrán un avivamiento que barrerá al mundo entero.!... Y el poder de Dios será manifestado entre los judíos.” [Libro de Citas, Pag. 2A, Párrafo 15]
Y ahora, la aparición de ese Mensajero para llamar y juntar ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, será la señal de que la Dispensación de la Gracia habrá llegado a su final; cuando él comience a llamar y juntar y sellar ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, se cerrará la puerta de los gentiles, se cerrará la puerta de la Dispensación de la Gracia.
Ahora, recuerden que todas estas cosas tienen un entrelace; y si hay un entrelace, antes de verse el cumplimiento pleno se verán todos los preparativos para ese gran evento; por lo cual tenemos que despertar a tiempo para estar viendo todo lo que Dios estará preparando para el gran evento del llamamiento y recogimiento de ciento cuarenta y cuatro mil hebreos.
Solamente una persona podrá ser el instrumento para esa labor, y es llamado el Ángel que viene con el Sello del Dios Vivo, o sea, el Mensajero que viene con el Sello del Dios Vivo.
Ángel significa: “Mensajero.” Será un hombre en el cual estará Dios en Espíritu Santo manifestado, llevando a cabo esa Obra. Tendrá el Sello del Dios Vivo, o sea, el Espíritu Santo obrando a través de él.
Y ahora, estamos viviendo en la antesala al llamado y recogimiento de ciento cuarenta y cuatro mil hebreos; por lo tanto, en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo tiene que estar sucediendo algo en este tiempo final, para lo cual tenemos que despertar a tiempo para ver lo que Dios está haciendo en medio de Su Iglesia, porque luego todo el Programa Divino pasará al pueblo hebreo.
Por lo tanto, tenemos que estar ¿cómo? Despiertos, despiertos para ver el tiempo que nos toca vivir.
Ahora, ¿qué es lo que despertará al pueblo? Algo tiene que despertar al pueblo, y lo que está prometido es la Gran Voz de Trompeta o Trompeta Final.
Cuando el pueblo hebreo era llamado, una trompeta sonaba; cuando era para recoger el pueblo, reunir al pueblo, dos trompetas sonaban, las dos trompetas de plata.
Y ahora, en la Fiesta de las Trompetas de Levítico, capítulo 23, versos 23 al 25, esa Fiesta al son de trompetas es para congregar al pueblo.
Y ahora, vamos a ver algunos lugares. Dice, hablando de esa Fiesta de las Trompetas, dice este libro hebreo: “La Religión de Israel,” página 92, dice:
“La santa convocación es el sonido del Shofar, el eco del Sinaí, la voz del Mesías, la señal de la resurrección, el despertar de la humanidad.”
Y ahora, esta Santa Convocación que se lleva a cabo en la Fiesta de las Trompetas, vean aquí, vean todo lo que significa... Vean aquí en Levítico, capítulo 23, para que tengamos el cuadro claro de lo que todo esto significa para nuestro tiempo. Capítulo 23, versos 23 en adelante, de Levítico:
“Y habló Jehová a Moisés, diciendo:
Habla a los hijos de Israel y diles: En el mes séptimo, al primero del mes tendréis día de reposo, una conmemoración al son de trompetas, y una santa convocación.”
Esa conmemoración al son de trompeta para una santa convocación, para convocar al pueblo; esta fiesta se materializa en este tiempo final. Y esa gran fiesta al son de trompetas es la Gran Voz de Trompeta que despierta del letargo a la humanidad, despierta del letargo a la Iglesia de Jesucristo y al pueblo hebreo.
Así es como se materializará esta Fiesta de las Trompetas, pues con esta Fiesta de las Trompetas siendo cumplida, serán llamados y juntados ciento cuarenta y cuatro mil judíos.
Vean aquí, en Isaías, para que tengamos el cuadro claro de lo que producirá el recogimiento de los hebreos. Capítulo 27, verso 13, de Isaías, dice:
“Acontecerá también en aquel día, que se tocará con gran trompeta, y vendrán los que habían sido esparcidos en la tierra de Asiria, y los que habían sido desterrados a Egipto, y adorarán a Jehová en el monte santo, en Jerusalén.”
Y ahora, ¿con qué será que serán llamados y recogidos los que estarán esparcidos? Con esa Gran Trompeta. También nos dice la Escritura en diferentes lugares, la forma en que Dios estará llamando a todos los escogidos del tiempo final.
Vamos a ver algunos lugares para que tengamos el cuadro claro del tiempo en que estamos viviendo, y qué cosas tienen que suceder en este tiempo. Dice Joel, capítulo 3, verso 16:
“Y Jehová rugirá desde Sion, y dará su voz desde Jerusalén, y temblarán los cielos y la tierra; pero Jehová será la esperanza de su pueblo, y la fortaleza de los hijos de Israel.”
O sea, Dios rugiendo, Dios hablando; ruge, cuando Dios ruge es como León; o sea, que es una manifestación del León de la tribu de Judá.
Ahora, nos habla la Escritura en Primera de Corintios, capítulo 15, versos 51 en adelante, dice:
“He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados,
en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.
Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.”
Aquí tenemos la Final Trompeta, la Trompeta Final, que es la Séptima Trompeta de Apocalipsis, capítulo 11, verso 15 en adelante.
También nos habla la Escritura en Primera de Tesalonicenses, capítulo 4, versos 15 en adelante, y nos dice:
“Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron.
Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.
Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.”
Aquí tenemos de nuevo la Trompeta, esa Trompeta de Dios, que es la Voz de Dios, la cual es la misma Séptima Trompeta de Apocalipsis, capítulo 11, verso 15 en adelante, la cual es la Trompeta que suena en este tiempo final y que corresponde a la Fiesta de las Trompetas.
Para el pueblo hebreo han estado sonando las trompetas para reunirlos en su tierra, y en este tiempo final corresponde el sonido de la Séptima Trompeta.
Ahora, nosotros estamos viviendo en ese tiempo; y por consiguiente, en la Iglesia del Señor Jesucristo está, y para la Iglesia está, la promesa de la Final Trompeta, de esa Gran Voz de Trompeta prometida para el pueblo de Dios.
En Apocalipsis, capítulo 1, verso 10 al 11, nos dice:
“Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta...”
Esta Gran Voz de Trompeta la escuchó Juan, ¿en qué tiempo? En el Día del Señor, que es el séptimo milenio, así como de los días de la semana en medio del pueblo hebreo el día del Señor es el séptimo día.
Y ahora, para la raza humana el séptimo milenio es el Día del Señor, es el Día en que el Hijo del Hombre, el Mesías, tomará el Reino y se sentará sobre el Trono de David y reinará sobre el pueblo hebreo y sobre todas las naciones.
Por lo tanto, el séptimo milenio de Adán hacia acá, siendo el Día del Señor, el Día del Hijo del Hombre, es el Día del cual el Hijo del Hombre es Señor, porque el Señor es Señor del Día Séptimo, del día séptimo de la semana y del Día Séptimo milenial.
Por lo tanto, este gran Día en que Juan y al cual Juan fue transportado, es el tiempo en el cual nosotros vivimos, en donde la Voz del Mesías se estaría escuchando como una Gran Voz de Trompeta:
“Que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último.”
¿Quién es el Alfa? El Mesías. ¿Quién es el Omega? El Mesías, el Cristo. Es la Voz de Cristo hablándole a Su Iglesia y dándole a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto; y luego le hablará al pueblo hebreo.
Es la misma Trompeta de Apocalipsis, capítulo 4, que fue escuchada por Juan, de la cual él dijo:
“Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas.”
Es la Voz del Mesías, la Voz de Cristo, dando a conocer las cosas que deben suceder después de las que ya han sucedido durante estos dos mil años que han transcurrido.
Esta Voz que estará dando a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, estará hablando conforme a como está prometido. Dice Apocalipsis, capítulo 22, verso 6:
“Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.”
Y en Apocalipsis, capítulo 22, verso 16, dice:
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”
Por lo tanto, es a través del Mensajero del Señor Jesucristo... “Ángel,” recuerden que es Mensajero, un hombre, un Mensajero. A través de un Mensajero, Cristo en Espíritu Santo estará manifestado dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.
Si encontramos a ese Mensajero escucharemos la Voz de Cristo a través de él, dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto; y por consiguiente estaremos escuchando la Gran Voz de Trompeta o Trompeta Final, estaremos escuchando la Trompeta de la Fiesta de las Trompetas; y por consiguiente, estaremos escuchando el Mensaje final de Dios para Su Iglesia y luego para el pueblo hebreo; estaremos escuchando la Voz de la resurrección, la Voz que despierta del letargo a todas las personas que estarán viviendo en este tiempo final; la misma Voz que habló en el Sinaí, la misma Voz que fue escuchada a través de los diferentes Mensajeros que Dios ha enviado.
Vean aquí en la página 92 de este mismo libro: “La Religión de Israel,” un libro hebreo. Dice:
“La santa convocación es el sonido del Shofar, el eco del Sinaí, la voz del Mesías, la señal de la resurrección, el despertar de la humanidad.”
Es necesario que el ser humano despierte a tiempo, a la realidad del Programa Divino que se está llevando a cabo en este tiempo final.
En la página 90 de este mismo libro: “La Religión de Israel”, dice:
“DÍA DE LA TROMPETA. Rosh Ha-shaná, despierta al hombre de su sueño, y le dice: ‘¡Despierta! ¡Sal de tu letargo!”
Eso es el Mensaje de este tiempo final, eso es el Mensaje que despierta al ser humano del sueño y lo coloca en la realidad de lo que Dios ha prometido para nuestro tiempo, y le muestra el Programa correspondiente a nuestro tiempo.
“DESPERTANDO A TIEMPO.”
Miles de personas estarán despertando a tiempo, por medio del llamado de la Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta, la Trompeta de la Fiesta de las Trompetas; y por consiguiente, estarán viendo lo que Dios ha prometido en Su Palabra para este tiempo, siendo cumplido.
Estamos en el tiempo más glorioso de todos los tiempos. Esta Escritura que leímos al comienzo, en Efesios, capítulo 5, versos 13 al 14, es una referencia a Isaías, capítulo 60; para lo cual leemos Isaías, capítulo 60 para tener un cuadro claro de esta profecía. Dice:
“Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti.
Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria.
Y andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento.
Alza tus ojos alrededor y mira, todos éstos se han juntado, vinieron a ti; tus hijos vendrán de lejos, y tus hijas serán llevadas en brazos.
Entonces verás, y resplandecerás; se maravillará y ensanchará tu corazón, porque se haya vuelto a ti la multitud del mar, y las riquezas de las naciones hayan venido a ti.”
Aquí tenemos una profecía muy importante, correspondiente a este tiempo final. Por lo tanto, este es el tiempo de estar despertando, despertando a tiempo para ver el Programa Divino correspondiente a nuestro tiempo y cómo va Dios llevando a cabo ese Programa, para que entremos a ese Programa Divino y obtengamos la bendición de Dios.
Estamos en el tiempo más glorioso para la Iglesia del Señor Jesucristo, estamos en el tiempo, en la Edad de Oro, que es la Edad de la Piedra Angular.
Y para el pueblo hebreo este es el tiempo más importante, este es el tiempo en que Israel tendrá una experiencia como la tuvo Jacob cuando se encontró con el Ángel y se agarró de él y no lo soltó hasta que recibió la bendición de ese Ángel; lo cual viene a ser tipo y figura para este tiempo final, en donde el pueblo hebreo se encontrará con el Ángel que lo libertó de la esclavitud en Egipto; el mismo Ángel que le apareció a Jacob, se encontrará con ese Ángel manifestado en este tiempo final, manifestado a través de un Profeta; y reconocerá esa manifestación del Ángel que libertó al pueblo hebreo de la esclavitud en Egipto.
No tropezará el pueblo hebreo con el velo de carne a través del cual estará obrando el Ángel de Dios. Así como obró a través de un velo de carne llamado Moisés, obrará en este tiempo final; y por eso este tiempo final será un tiempo como el tiempo de Moisés, y como el tiempo del Profeta Elías también, y como el tiempo del Profeta Noé también.
Por lo tanto, este es el tiempo más importante de todos los tiempos, en el cual tenemos que estar despiertos, tenemos que despertar a tiempo, antes que todo suceda y luego sea demasiado de tarde para las personas.
Estamos en un tiempo en que Dios está llamando y juntando sus últimos escogidos de Su Cuerpo Místico de creyentes, o sea, de Su Iglesia, para luego tornarse al pueblo hebreo y llamar y juntar ciento cuarenta y cuatro mil hebreos (doce mil de cada tribu).
De un momento a otro se completará la Iglesia del Señor Jesucristo. Ya los que están dentro del Reino de Cristo, de la Iglesia de Jesucristo, están seguros. ¿Y quiénes son esas personas que ya están seguras? Todos los que han recibido a Cristo como único y suficiente Salvador.
Si hay todavía alguna persona que no ha recibido a Cristo, no ha entrado todavía al Reino de Dios y por consiguiente no está segura, por consiguiente no ha asegurado su futuro eterno con Cristo en Su Reino Eterno, no ha despertado todavía a la realidad del tiempo en que estamos viviendo.
Pero en esta ocasión usted ha escuchado la Voz de Cristo, Su Palabra, la Gran Trompeta o Trompeta Final para despertarlo; y usted ha sido llamado y ha sido despertado acá en su alma, y la fe de Cristo ha nacido en su alma y está creyendo en Cristo; porque “la fe viene por el oír la Palabra de Dios,” y usted ha escuchado la Palabra de Dios en estos momentos; y “con el corazón se cree para justicia,” y usted está creyendo; pero “con la boca se confiesa para salvación.”
Y ahora usted tiene la oportunidad de dar testimonio público de su fe en Cristo, recibiéndolo como vuestro único y suficiente Salvador; para lo cual usted tiene la oportunidad de pasar acá al frente y dar testimonio público de su fe en Cristo, recibiéndolo como su único y suficiente Salvador.
Y ustedes que están en otras naciones, también, y en otros grupos o auditorios, pueden también venir a los Pies de Cristo, para recibir a Cristo como vuestro único y suficiente Salvador.
Vamos a dar unos minutos en lo que llegan a los Pies de Cristo las personas que todavía no habían despertado, que todavía no habían recibido a Cristo, para que así puedan venir a los Pies de Cristo, y Cristo recibirlos en Su Reino en estos momentos.
Vamos a dar unos minutos. Pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo en las diferentes naciones, y los que están aquí presentes también. Pueden continuar viniendo.
Dios tiene mucho pueblo aquí en Bogotá y en toda la República de Colombia, y los está llamando porque el nombre de ustedes está escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida.
“No es del que quiere ni del que corre, sino de Dios que tiene Misericordia.” Dios lo está llamando porque el nombre suyo está escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida.
Usted está aquí presente porque Dios le trajo para hablarle directamente a vuestra alma, y llamarlo y colocarlo en Su Reino.
Y ustedes que están a través de internet o del satélite, ustedes están escuchando la predicación del Evangelio de Cristo porque el nombre de ustedes está escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida.
Por lo tanto, si oyes hoy Su Voz, no endurezcas tu corazón: Él te está llamando para darte vida eterna, porque tu nombre está escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida; tú eres una de las ovejas que el Padre le dio a Jesucristo para que la buscara y le diera vida eterna.
Es para obtener la vida eterna y vivir eternamente con Cristo, que Él murió en la Cruz del Calvario por ti y por mí; y ahora, nosotros le recibimos como nuestro único y suficiente Salvador para obtener esa vida eterna y vivir eternamente con Él en Su Reino, y así tener asegurado nuestro futuro eterno:
“Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?
Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras.” San Mateo, capítulo 16, versos 26 al 28.
Es un asunto de vida eterna recibir a Cristo como nuestro único y suficiente Salvador. Jesucristo hablándonos de todos los creyentes en Él, dice en San Juan, capítulo 11, de la siguiente manera; y así nos muestra Él el privilegio tan grande que es ser un creyente en Jesucristo. Dice hablando a Marta la hermana de Lázaro, cuando fue a resucitar a Lázaro, le dice... capítulo 11, verso 25 en adelante:
“Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?”
El que vive y cree en Cristo no morirá eternamente; si muere su cuerpo físico, la persona en alma y espíritu continúa viviendo en otra dimensión, en otro mundo; y cuando Cristo resucite a todos los creyentes en Él que han muerto, los resucitará en un cuerpo nuevo, eterno, inmortal, incorruptible y glorificado y joven para toda la eternidad; y entonces estaremos en la flor de la juventud para vivir eternamente.
Mientras tenemos este cuerpo mortal, corruptible y temporal trabajamos en la Obra de Cristo, le servimos a Cristo y aseguramos nuestro futuro eterno con Cristo en Su Reino Eterno; porque Dios nos ha permitido vivir en estos cuerpos mortales para que hagamos contacto con Cristo y obtengamos la vida eterna. Ese es el propósito de nuestra existencia en estos cuerpos mortales; y no podemos dejar pasar por alto el propósito de nuestra existencia aquí en la Tierra.
Mientras estamos en esta vida terrenal tenemos la oportunidad de obtener la vida eterna a través de Jesucristo. Cuando se nos terminan nuestros días aquí en la Tierra, ya se acabó la oportunidad, y el que no recibió a Cristo como Salvador se le acabó la oportunidad de obtener la vida eterna.
Pero el que recibe a Cristo, aunque muera obtuvo la vida eterna y volverá a vivir en un cuerpo pero eterno, inmortal, incorruptible y glorificado, como el cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador, el cual está tan joven como cuando subió al Cielo.
Pueden continuar viniendo las personas que faltan por venir. Todavía veo que vienen más personas. También en las demás naciones pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo para que queden incluidos en esta oración que estaré haciendo.
Vamos a estar puestos en pie para orar. También los niños de diez años en adelante pueden venir a los Pies de Cristo, pues Cristo tiene lugar en Su Reino para los niños también.
En las demás naciones que están conectadas a través de internet con esta actividad, pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo para entregar vuestra alma, espíritu y cuerpo a Jesucristo, para que Cristo le dé la salvación y vida eterna.
Vamos a levantar nuestras manos al Cielo. Si falta alguna persona por venir, puede venir. No sea tímida. Cristo no fue tímido para morir por usted en la Cruz del Calvario; no se avergüence de Cristo tampoco, pues Cristo no se avergonzó de usted para morir en la Cruz del Calvario por usted.
Vamos a cerrar nuestros ojos y vamos a orar, los aquí presentes y los que están también en otras naciones:
Señor Jesucristo (repitan conmigo). Señor Jesucristo, vengo a Ti habiendo escuchado la predicación de Tu Evangelio, nació Tu fe en mi corazón: creo en Ti, creo en Tu Primera Venida, creo en Tu Nombre como el único Nombre dado a los hombres, en que podemos ser salvos, creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de la Expiación por mis pecados; reconozco que soy pecador y necesito un Salvador.
Señor Jesucristo, doy testimonio público de mi fe en Ti, y Te recibo como mi único y suficiente Salvador. Me entrego a Ti en alma, espíritu y cuerpo. Sálvame, Señor Jesucristo.
En Tus Manos me encomiendo, perdona mis pecados y con Tu Sangre límpiame de todo pecado, y bautízame con Espíritu Santo y Fuego luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre. Te ruego produzcas en mí el nuevo nacimiento. Quiero nacer en Tu Reino Eterno, quiero nacer a la vida eterna, quiero vivir eternamente Contigo en Tu Reino. Salva mi alma, Te lo ruego. En Tu Nombre Eterno y Glorioso, Señor Jesucristo. Amén y amén.
Y con nuestras manos levantadas al Cielo a Cristo, todos decimos: ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! Amén y amén.
Cristo les ha recibido en Su Reino, ha perdonado vuestros pecados y con Su Sangre les ha limpiado de todo pecado, porque Él dijo:
“Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura.
El que creyere y fuere bautizado, será salvo.”
Ustedes han escuchado la predicación del Evangelio de Cristo, nació la fe de Cristo en vuestra alma, creyeron y lo recibieron como vuestro único y suficiente Salvador; y ustedes me dirán: “Quiero ser bautizado en agua lo más pronto posible, porque Él dijo: ‘El que creyere y fuere bautizado, será salvo.’ Quiero cumplir el mandato de Cristo completo,” me dirán ustedes. Y me preguntarán: “¿Cuándo me pueden bautizar?”
Por cuanto ustedes han creído en Cristo de todo corazón, bien pueden ser bautizados en agua en Su Nombre, en estos momentos.
Y que Jesucristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.
Y a vuestros familiares Cristo los traiga a Sus Pies, y les dé la salvación y vida eterna para que estén con ustedes viviendo eternamente en el Reino de Jesucristo nuestro Salvador. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.
También ustedes que están en otras naciones, pueden ser bautizados en estos momentos en agua, en el Nombre del Señor Jesucristo.
Y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento.
En los diferentes países donde ustedes están hay bautisterios y hay agua, hay ministros también que les bautizarán, hay ropas bautismales y personas que les ayudarán también y cuidarán de vuestras ropas.
Y así también es aquí: Hay agua aquí, hay bautisterios, hay ministros que les bautizarán, hay ropas bautismales, hay vestidores de ropa donde se colocarán las ropas bautismales, y ministros que les bautizarán en agua.
Por lo tanto, bien pueden ser bautizados en estos momentos en agua en el Nombre del Señor Jesucristo.
Y que Jesucristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.
Muchas gracias por vuestra amable atención, y dejo nuevamente al ministro aquí presente, para que él les indique hacia dónde caminar para colocarse las ropas bautismales y ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo.
Con nosotros aquí el Reverendo para continuar; y en cada nación dejo al ministro correspondiente para que les indique a cada uno de ustedes en otras naciones, hacia dónde caminar para colocarse las ropas bautismales.
Que Dios les bendiga y les guarde a todos.
“DESPERTANDO A TIEMPO.”