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|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
| El Ángel con la Bendición | 2006-01-22 | 1 | Goiânia | Goiás | BR | 00:00:00 | false |
Muy buenas tardes, amados amigos presentes y los que están a través de internet en diferentes naciones de la América Latina, del Caribe, de Norteamérica, del Canadá, de Europa, de Japón, del África, y demás naciones.
Que las bendiciones de Jesucristo sean sobre todos ustedes y sobre mí también. En el Nombre del Señor Jesucristo.
A todos ustedes allá en Cayey, Puerto Rico, que Dios les bendiga grandemente y les use grandemente en Su Obra en este tiempo final, pues Dios tiene para ustedes grandes bendiciones para ser manifestadas entre ustedes y en cada uno de ustedes también.
Para esta ocasión leemos en Apocalipsis, capítulo 7, verso 1 en adelante, donde dice:
“Después de esto vi a cuatro ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, que detenían los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento alguno sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol.
Vi también a otro ángel que subía de donde sale el sol, y tenía el sello del Dios vivo; y clamó a gran voz a los cuatro ángeles, a quienes se les había dado el poder de hacer daño a la tierra y al mar,
diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios.
Y oí el número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas las tribus de los hijos de Israel.
De la tribu de Judá, doce mil sellados. De la tribu de Rubén, doce mil sellados. De la tribu de Gad, doce mil sellados.
De la tribu de Aser, doce mil sellados. De la tribu de Neftalí, doce mil sellados. De la tribu de Manasés, doce mil sellados.
De la tribu de Simeón, doce mil sellados. De la tribu de Leví, doce mil sellados. De la tribu de Isacar, doce mil sellados.
De la tribu de Zabulón, doce mil sellados. De la tribu de José, doce mil sellados. De la tribu de Benjamín, doce mil sellados.”
Aquí tenemos una bendición grande para el pueblo hebreo.
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
Nuestro tema es: “EL ÁNGEL CON LA BENDICIÓN.”
Este Ángel viene con el Sello del Dios vivo, por consiguiente siendo que el Sello del Dios vivo es el Espíritu Santo, conforme a lo que San Pablo dice en Efesios, capítulo 4, verso 30; y leemos ese verso para comprender lo que es el Sello del Dios vivo.
“Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la salvación.”
El Sello del Dios vivo es el Espíritu Santo que recibe cada persona creyente en Cristo que lo ha recibido como Salvador, ha sido bautizado en agua en Su Nombre, y Dios lo ha bautizado con Espíritu Santo y Fuego. Esa persona ha recibido el Sello del Dios vivo, ha sido sellado con el Espíritu Santo; y por consiguiente está sellado para el Día de la Redención, está sellado para el día en que Dios resucitará a los muertos creyentes en Cristo en cuerpos eternos y glorificados; y a los que queden vivos en la Tierra, creyentes en Cristo nacidos de nuevo y por consiguiente con el Sello del Dios vivo, con el Espíritu Santo, los transformará. Y entonces todos tendrán un cuerpo eterno, inmortal y glorificado, como el cuerpo glorificado de nuestro amado Señor Jesucristo.
Por consiguiente, toda persona nacida de nuevo es un miembro de la Iglesia del Señor Jesucristo; y por consiguiente ya tiene las primicias del Espíritu, que es el bautismo del Espíritu Santo, donde la persona ha obtenido el nuevo nacimiento; y por consiguiente ha obtenido un cuerpo angelical, llamado: “El Ángel del Señor.”
Cuando Pedro estuvo preso, y fue libertado por el Ángel que le apareció; él supo que era, luego, el Ángel del Señor, luego que lo sacó fuera a la calle, y luego se desapareció. Y Pedro comprendió que no era un sueño, sino que era una realidad, no era una visión, era una realidad: el Ángel de Dios lo libertó.
Y ahora, cuando Pedro va a la casa de Marcos, donde estaban orando por él, toca a la puerta, y una joven llamada Rode va a abrir la puerta, y cuando llega escucha que es la voz de Pedro, y sabe que es Pedro, y de gozo no abrió la puerta; y se regresa al grupo que está orando por Pedro, y les dice: “¡Es Pedro!” Ellos le dicen a ella: “Estás loca, Rode, no es Pedro. ¡Es su Ángel!”
Es que cada creyente tiene un Ángel también. Así como tiene Dios un Ángel, también cada creyente tiene un Ángel, porque Dios creó al ser humano a Su imagen y semejanza. Y si Dios tiene Su Ángel, entonces cada creyente en Cristo tiene su Ángel también; lo cual es un cuerpo angelical de la sexta dimensión.
Ahora, hablando del Ángel con la bendición, el Ángel que viene con el Sello del Dios vivo para llamar y juntar ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, doce mil de cada tribu, ese Ángel es tan poderoso que le habla a los cuatro Ángeles que están sobre los cuatro ángulos de la Tierra y que detienen los vientos. Este Ángel habla a ellos y les dice de la siguiente manera. Dice el verso 1 del capítulo 7 de Apocalipsis:
“Después de esto vi a cuatro ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, que detenían los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento alguno (o sea, para que no se llevara a cabo una guerra mundial) sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol.”
Mar y árboles. Mar tipifica pueblos, naciones y lenguas; y árboles significa naciones. Cuando Cristo habla en San Lucas y otros lugares acerca del pueblo hebreo, Él dice que miremos la higuera y los demás árboles. La higuera representa a Israel; y los demás árboles representan otras naciones.
Vean aquí San Lucas, capítulo 21, versos 29 al 31:
“También les dijo una parábola: Mirad la higuera y todos los árboles.
Cuando ya brotan, viéndolo, sabéis por vosotros mismos que el verano está ya cerca (y el verano es la Venida del Reino de Dios. Eso tipifica el verano; y la higuera: el pueblo hebreo; y los demás árboles: las demás naciones, las demás naciones que brotarán, reverdecerán y florecerán como Israel, conforme al Programa de Dios).
Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios.
De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca.”
Y ahora, muchas naciones más van a recibir la experiencia que Israel ha recibido, y entrarán al programa de restauración para entrar al Reino de Dios, que es el Reino de David que será restaurado.
Y ahora, este Ángel con el Sello del Dios vivo le habla a estos cuatro Ángeles lo siguiente [Apocalipsis 7:2]:
“Vi también a otro ángel que subía de donde sale el sol , y tenía el sello del Dios vivo; y clamó a gran voz a los cuatro ángeles (o sea, que este Ángel va a tener acceso a hablarle a estos otros cuatro Ángeles; tendrá acceso en el mundo espiritual y en el mundo físico).”
Recuerden que así como hay Ángeles en otra dimensión, hay Ángeles de otra dimensión que están a cargo de diferentes naciones, y que están a cargo también de diferentes cosas que tienen que ser cumplidas.
Por ejemplo, la Escritura nos habla del Ángel de las Aguas. Así como en la Tierra hay personas importantes en los diferentes gobiernos que están a cargo de diferentes ministerios o diferentes posiciones, algunos son personas a cargo de la agricultura, como Ministro de la Agricultura; o sea, que tienen una posición importante.
Otros están a cargo de lo que tienen que ver con las aguas de ese país. El ministro de las aguas es ese Ángel: el Ángel de las Aguas, es de otra dimensión; tiene que ver con las aguas; por consiguiente, si las aguas tienen que detenerse, ahí estará presente ese Ángel, y estará dirigido por Dios. Y si Dios estará manifestándose a través de un Profeta, y tiene que detener la lluvia, el Ángel de las aguas obedecerá lo que Dios hable a través de ese Profeta; como sucedió en los días del Profeta Elías.
El profeta Elías dijo que no llovería sobre la Tierra, ni caería rocío siquiera, sino por Su Palabra; o sea, que aun el Ángel de las aguas estaría sujeto a la Voz de Dios, a través del Profeta Elías. Y cuando el profeta Elías dijera que viniera lluvia, vendría lluvia.
El Ángel de las aguas obedecería la Voz de Dios a través del Profeta Elías. Todo está bien ordenado en el Programa de Dios. Hay una administración desde un mundo espiritual, desde otra dimensión, el cual obra en favor del planeta Tierra y sus habitantes.
Ahora, cuando vienen los juicios divinos a causa del pecado del pueblo de Dios y de la humanidad, entonces sucede como le sucede a los que no pagan la luz eléctrica y a los que no pagan el servicio de agua: le cortan la luz eléctrica y le cortan el agua, y entonces tiene grave problema esa familia. Así será y ha sido siempre cuando los juicios divinos han venido sobre la raza humana.
Ahora, este Ángel tiene autoridad sobre estos otros cuatro Ángeles, y les dice que no dejen venir y que no hagan ‘daño a la Tierra ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios.’ Esos cuatro Ángeles tienen poder para parar la guerra y tienen poder para traer la guerra; pero están sujetos a este otro Ángel que les ordena que no hagan daño a la Tierra hasta cierto tiempo, hasta que hayan sellado, hayan sido sellados ciento cuarenta y cuatro mil hebreos; y después de eso vendrá la gran tribulación.
Y esos cuatro Ángeles que detienen los vientos, las guerras, luego harán daño sobre la Tierra, trayendo la guerra sobre la Tierra.
En Apocalipsis, capítulo 14, verso 1 en adelante, dice:
“Después miré, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre el monte de Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de él y el de su Padre escrito en la frente.”
Y ahora, tenemos aquí la profecía de los ciento cuarenta y cuatro mil hebreos ya recogidos y sellados en sus frentes. Y luego de eso vean lo que sucede:
“Y oí una voz del cielo como estruendo de muchas aguas, y como sonido de un gran trueno; y la voz que oí era como de arpistas que tocaban sus arpas.
Y cantaban un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro seres vivientes, y de los ancianos; y nadie podía aprender el cántico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil que fueron redimidos de entre los de la tierra.
Estos son los que no se contaminaron con mujeres (o sea, con sistemas religiosos, judíos que no se han contaminado con sistemas religiosos paganos; mujeres representan sistemas religiosos). Estos son los que siguen al Cordero por dondequiera que va. Estos fueron redimidos de entre los hombres como primicias para Dios y para el Cordero;
y en sus bocas no fue hallada mentira, pues son sin mancha delante del trono de Dios.”
Este grupo de ciento cuarenta y cuatro mil hebreos serán llamados y juntados en este tiempo final, antes de comenzar la gran tribulación; serán llamados y juntados por el ministerio de Malaquías, capítulo 4, verso 1 al 6, que es el ministerio del profeta Elías que estará repitiéndose en este tiempo final; y por consiguiente Elías vendrá con el Espíritu de Dios, con el Espíritu Santo.
Elías vendrá con el Sello del Dios vivo, y bajo el ministerio de Moisés y Elías, que son los ministerios de los dos Olivos de Zacarías, capítulo 4, verso 1 al 14; y Apocalipsis, capítulo 11, verso 1 al 14.
Bajo los ministerios de los dos Olivos, de los dos Candeleros, de los dos Ungidos que están delante de la presencia de Dios, serán llamados ciento cuarenta y cuatro mil hebreos antes de comenzar la gran tribulación; porque antes que venga el Día grande y terrible de Jehová, Dios dice: “He aquí Yo os envío el Profeta Elías.”
Por lo tanto, algo grande estará pasando en este tiempo final, y estaremos viendo cómo aparecerá el Ángel con el Sello del Dios vivo, el Mensajero con el Sello del Dios vivo, llamando y juntando ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, doce mil de cada tribu. Ninguna otra persona podrá hacerlo. Será la manifestación del Ángel que viene con el Sello del Dios vivo bajo el ministerio de Moisés y de Elías, de los dos Olivos en el Día Postrero, ministerios que estará operando el Espíritu Santo.
Por eso en Malaquías aparece Elías; y en Zacarías, capítulo 4, verso 1 al 14 aparecen los dos Ungidos; y en Apocalipsis, capítulo 11, verso 1 al 14, aparecen los dos Olivos, que son los dos Ungidos que están delante de la presencia de Dios. Esos son los ministerios de Moisés y Elías repitiéndose en el Día Postrero, siendo operados por el Espíritu Santo en el Día Postrero.
Esos son los ministerios que estarán presentes para el llamado y recogimiento de ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, los cuales lucharán para que sean recogidos todos esos hebreos. Y esto será como fue en el tiempo de Jacob.
En el tiempo de Jacob, en el capítulo 32, versos 24 al 32, Jacob venía de Padan-aram para llegar a la tierra prometida, a la tierra de donde él había salido. Pero su hermano Esaú venía con un grupo de soldados, tenía un ejército y él había dicho que cuando muriera su padre Isaac, él mataría a su hermano *Jacob. [Génesis 27:41].
Y ahora, Jacob está muy temeroso de lo que pueda suceder, porque su hermano venía con un gran ejército para encontrarse con Jacob. Y Jacob había enviado a su familia adelante para encontrarse con Esaú, su hermano; y llevaban regalos, presentes, para apaciguar la ira de Esaú.
Pero ahora tenía que enfrentarse Jacob luego que su familia había ya llegado a Esaú. Pero Jacob tenía mucho temor, mucho miedo. Pero Jacob se encontró durante la noche con un Ángel, con un varón; porque un Ángel es un hombre de otra dimensión, que está en un cuerpo angelical.
Y ahora, cuando Jacob se encuentra con ese Ángel, por cuanto Jacob es Profeta y tiene las dos conciencias juntas, él puede ver en otras dimensiones.
Y ahora, Jacob temeroso porque su hermano viene con cuatrocientos hombres; ahora Jacob se encuentra con este Ángel y se ha encontrado con algo que es real, y con el único que lo puede bendecir, con el único que lo puede proteger. La única esperanza de Jacob era ese Ángel, y lo que ese Ángel hablara sobre él; y Jacob quería que hablara una bendición sobre él.
Veamos aquí este pasaje: Génesis, capítulo 32, verso 24 en adelante, dice (hasta el 31):
“Así se quedó Jacob solo; y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba.
Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba.
Y dijo: Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendices.”
Un hombre que lucha por la bendición de Dios y que está buscando la bendición de Dios, no puede soltar al Ángel de Dios, tiene que mantenerse agarrado del Ángel de Dios.
“Y el varón le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob.
Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido.
Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y el varón respondió: ¿Por qué me preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí.
Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel; porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma.
Y cuando había pasado Peniel, le salió el sol; y cojeaba de su cadera.”
Y ahora, Jacob tiene un cambio de nombre y en ese nombre nuevo viene una bendición. Por eso es tan importante escoger bien el nombre que le ponemos a nuestros hijos: porque cada nombre tiene un significado, y de acuerdo a ese significado va a ser la vida de ese niño; aun cuando ya sea grande.
Por lo tanto, tenemos que escoger correctamente la bendición que queremos de parte de Dios para nuestros hijos, y está en el nombre. Y luego tenemos que cuidar nuestros hijos, guiándolos en el camino del Señor. “Instruye al niño en su carrera, y aun cuando sea viejo, adulto, no se apartará de él.” [Proverbios 22:6]
Tenemos que trabajar el futuro de nuestros niños, de nuestros hijos, desde que están muy pequeños, y aun desde el vientre de la madre.
Vean aquí en Oseas, capítulo 12, lo que habla de Jacob, y dice verso 3 en adelante:
“En el seno materno tomó por el calcañar a su hermano, y con su poder venció al ángel.
Venció al ángel, y prevaleció; lloró y le rogó...”
O sea, que no era que estaba agarrado del Ángel nada más, sino que estaba agarrado del Ángel llorando y rogándole; como cuando se encuentra a un creyente en Cristo en dificultades grandes, y se arrodilla ante Dios en el Nombre del Señor Jesucristo y llorando ruega a Dios para que le ayude a solucionar su problema. Y para Jacob era un problema grande su hermano con cuatrocientas personas, cuatrocientos hombres armados, los cuales venían; y Jacob estaba muy temeroso. Pero Dios cambió la situación.
Y ahora, todo eso que sucedió allá es tipo y figura de lo que sucederá en este tiempo final: el pueblo hebreo, la descendencia de Jacob en este tiempo final se encontrará con el Ángel que viene con el Sello del Dios vivo para llamar y juntar ciento cuarenta y cuatro mil hebreos.
Y cuando el pueblo hebreo vea ese Ángel, se va agarrar de ese Ángel y no lo va a soltar, hasta que reciba la bendición de Dios, hasta que sean llamados y juntados ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, doce mil de cada tribu. Eso va a suceder en este tiempo final, antes que comience la gran tribulación.
Por lo tanto, la experiencia que pasó allá Jacob se repetirá en Jacob, el pueblo hebreo, que es Israel. Esta es la promesa para el pueblo hebreo, para este tiempo final, y será cumplida bajo el ministerio de Elías, precursando para el pueblo hebreo la Venida del Mesías, predicándole el Evangelio del Reino, dándole a conocer que ha llegado el tiempo para el Reino de Dios venir al pueblo hebreo, y ser establecido en medio del pueblo hebreo; y esto será la restauración del Reino de David, donde el Mesías Príncipe se sentará sobre el Trono de David y gobernará sobre el pueblo hebreo y sobre todas las naciones; y el pueblo hebreo será cabeza de todas las naciones.
Y toda nación que no le sirva al pueblo hebreo, tendrá grandes problemas, será quitada del planeta Tierra. Lo mismo que han querido hacer por muchos siglos con el pueblo hebreo: quitarlos, borrarlos, del mapa; pues eso es lo que Dios va a hacer con todas las naciones que se levanten en contra del pueblo hebreo, y de las que se han levantado en contra del pueblo hebreo: Dios las va a borrar del mapa, y por consiguiente dejarán de existir.
Toda nación tendrá que estar bajo el Reino del Mesías, del Hijo de David, en la restauración del Reino de David. Esto es así, porque así Dios lo ha establecido. Y si Dios así lo estableció, así lo cumplirá.
En Isaías, capítulo 60, verso 7 en adelante, dice:
“Todo el ganado de Cedar será juntado para ti; carneros de Nebaiot te serán servidos; serán ofrecidos con agrado sobre mi altar, y glorificaré la casa de mi gloria.
¿Quiénes son éstos que vuelan como nubes, y como palomas a sus ventanas?
Ciertamente a mí esperarán los de la costa, y las naves de Tarsis desde el principio, para traer tus hijos de lejos, su plata y su oro con ellos...”
Para no dejar nada fuera de Israel, no dejar nada en otras naciones, llevarlo todo a Israel, como Dios le ordenó al Profeta Moisés, para que el pueblo hebreo también hiciera: que no dejaran nada en Egipto, ni una uña; ni una uña de los animales, ni de las personas tampoco. Sigue diciendo:
“... para traer tus hijos de lejos, su plata y su oro con ellos (ahí será que Israel se va a convertir en la nación más rica de todas las naciones), al nombre de Jehová tu Dios (vean, van a traer para Dios el oro y la plata), y al Santo de Israel, que te ha glorificado.
Y extranjeros edificarán tus muros (o sea, que van a trabajar en favor de la restauración de Jerusalén)...
Y extranjeros edificarán tus muros, y sus reyes te servirán (naciones gentiles con sus reyes, sus gobernantes le van a servir al pueblo hebreo); porque en mi ira te castigué (todos los problemas del pueblo hebreo, las persecuciones por las cuales han pasado, en donde han sido perseguidos a muerte, y millones de hebreos han muerto en diferentes tiempos, por multitudes: ahora, todo eso fue en la ira de Dios siendo derramada sobre el pueblo hebreo; pero dice), mas en mi buena voluntad tendré de ti misericordia (para este tiempo Dios tendrá Misericordia del pueblo hebreo, de la nación hebrea).
Tus puertas estarán de continuo abiertas; no se cerrarán de día ni de noche (este es el Reino Milenial), para que a ti sean traídas las riquezas de las naciones, y conducidos a ti sus reyes.
Porque la nación o el reino que no te sirviere perecerá, y del todo será asolado.”
Ahí está la profecía, así se cumplirá.
Y entonces, ¿cuál es la posición correcta para todos los reyes, para todos los presidentes de todas las naciones, los gobernantes de todas las naciones? Pues estar bien con sus relaciones con Israel, para que así Dios los bendiga; porque de otra forma, si se levantan como enemigos de Israel, aquí dice que del todo perecerán esas naciones con sus gobernantes. Eso está en la profecía bíblica: Isaías, capítulo 60, verso 12.
Por lo tanto, lo correcto es que todas las naciones con sus gobernantes estén en paz con Israel, y que estén al servicio de lo que Israel necesita; porque Israel será cabeza de todas las naciones. Jerusalén será la capital del mundo, y todo el territorio de Israel será el Distrito Federal. Y ya todo eso lo sabemos a través de las profecías bíblicas.
Por lo tanto, todas las naciones con sus gobernantes tienen la oportunidad de tener un acercamiento con Israel para mantener esa amistad hermanable, como naciones hermanas que Dios ha formado para que estén brazo a brazo con Israel: su hermano mayor, que es la nación primogénita de Dios; y por consiguiente es la nación mayor.
Así como en la familia el primero que nace es el primogénito, y le llamamos el mayor de la familia. Por lo tanto, viendo que Israel es el hermano mayor de todas las naciones, es el hermano mayor de los demás árboles. La higuera es el árbol mayor de los demás árboles, conforme a la profecía. La higuera representa a Israel; y los demás árboles, las demás naciones que vendrán a estar unidas a Israel, y serán restauradas en el Reino de Dios, que será el Reino del Hijo de David, del Mesías Príncipe.
Ese Reino de David será restaurado y eso será la Monarquía fusionada con la Teocracia, para así la humanidad tener un Reino, un Imperio mundial: el Imperio del Mesías hebreo, el imperio del Mesías prometido. Para eso es que el pueblo hebreo está esperando al Mesías: para que restaure el Reino de Dios, el Reino de David, en la Tierra, para que tome el Reino de David y el Trono de David y gobierne sobre el pueblo hebreo y sobre todas las naciones.
En ese Reino van a estar todos los creyentes en Cristo nacidos de nuevo. En ese Reino yo voy a estar y voy a estar en una posición bien importante. ¿Y quién más? Cada uno de ustedes también.
El mismo libro del Apocalipsis nos dice en el capítulo 1, versos 5 al 6:
“Y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre,
y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre...” Y ahora, tenemos una posición bien importante en el Reino de Dios: de Reyes y Sacerdotes, pertenecemos a la realeza del Reino de Dios. Así como todo hijo de un rey y toda hija de un rey pertenece a la realeza del reino de su padre, y es por consiguiente un príncipe o una princesa de ese reino.
Y todos los redimidos con la Sangre de Cristo han sido limpios de todo pecado y han sido hechos Reyes y Sacerdotes, son Príncipes y Princesas que reinarán con Cristo en Su Reino Milenial y luego por toda la eternidad; son Reyes y Sacerdotes del Reino de Dios, y el Reino de Dios va a ser establecido en la Tierra, y por consiguiente ahí yo voy a estar como Rey, como Sacerdote y como Juez. ¿Y quién más? Cada uno de ustedes también.
Vean aquí en Apocalipsis, capítulo 5, también nos dice en el verso 9 al 10:
“Y cantaban un nuevo cántico, diciendo (estos son los redimidos por la Sangre de Cristo): Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación;
y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.”
No es que quizás vamos a reinar, ya está profetizado que va a ser así, y yo lo creo con toda mi alma, con todo mi corazón. ¿Y quién más? Cada uno de ustedes también. Por lo tanto, como Dios ha dicho, así va a hacer.
En Apocalipsis, capítulo 20, versos 4 al 6, también da testimonio de esta verdad divina, y dice:
“Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años (y vivieron y reinaron con Cristo mil años: así dice la profecía y así va a suceder).
Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección.
Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.”
Serán Sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con Él mil años. Serán Sacerdotes y Reyes y Jueces de un orden, no terrenal sino Celestial, del Orden de Melquisedec, que es el Orden del Reino Celestial de Dios, Reino que será establecido en esta Tierra. Por eso Jesucristo dijo en San Mateo, capítulo 6, verso 10, enseñando a orar a Sus discípulos, les dijo que orando pidieran la Venida del Reino, diciendo: “Venga Tu Reino, hágase Tu voluntad como en el Cielo también en la Tierra, aquí en la Tierra.”
Por lo tanto, así como se hace la voluntad de Dios en el Cielo, en el Reino Celestial de Dios, cuando sea establecido en la Tierra el Reino de Dios, que será la restauración del Reino de David, se hará la voluntad de Dios en la Tierra, y en ese Reino estaremos como Reyes, como Sacerdotes y como Jueces según el Orden de Melquisedec.
Por lo tanto, la bendición es grande para todos los creyentes en Cristo.
Y ahora, el Ángel con la bendición, el Ángel de Apocalipsis 7, traerá bendición para ciento cuarenta y cuatro mil hebreos. Ese Ángel estará manifestado bajo el ministerio de Elías, estará manifestado en la Tierra en carne humana, y a través de carne humana llamará y juntará ciento cuarenta y cuatro mil hebreos.
Detrás de ese velo de carne que tendrá, estará este Ángel con el Sello del Dios vivo, estará ese Ángel que le ordenará a los cuatro Ángeles para que no vengan vientos sobre la Tierra ni sobre el mar, ni sobre los árboles; o sea, no vengan guerras sobre pueblos, naciones y lenguas; no vengan guerras sobre el mar, que son pueblos, naciones y lenguas; no vengan guerras sobre los árboles, que son naciones, que como Israel han sido restauradas y son unidas al pueblo hebreo; no vengan guerras sobre el pueblo hebreo, no vengan guerras sobre cosa verde alguna.
Por lo tanto, este Ángel de Apocalipsis 7, también está ligado al ministerio que obrará en favor de las vírgenes insensatas, que es la multitud que nadie podía contar.
Por lo tanto, el ministerio de este Ángel no solamente hará impacto con el pueblo hebreo, sino que hará impacto también con el Cristianismo completo, tanto con las vírgenes prudentes como con las vírgenes insensatas, y con el pueblo hebreo; y hará un impacto grande en este planeta Tierra, hará un impacto grande sobre toda la humanidad y en medio de la humanidad.
Cuando veamos a un hombre, a un Profeta, teniendo que ver algo con el pueblo hebreo, y el pueblo hebreo escuchándolo, recuerden al Ángel con el Sello del Dios vivo, que bajo el ministerio de Elías manifestado por quinta ocasión, estará en medio del pueblo hebreo. Pero antes estará en medio del Cristianismo, en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo; y por consiguiente el ministerio del Ángel con la bendición tendrá que ver con el Cristianismo y tendrá que ver con el Judaísmo, y tendrá que ver por consiguiente con la nación hebrea y con todos los gentiles.
Y como Jacob se agarró del Ángel, y no lo soltó, hasta que recibió la bendición de Él, que fue la bendición de Dios a través de Su Ángel; el pueblo hebreo no soltará a este Ángel, hasta que reciba la bendición y sean llamados y juntados ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, doce mil de cada tribu. Pero el Cristianismo, la Iglesia del Señor Jesucristo también verá este Ángel y no lo soltará, hasta que reciba la bendición de la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de nosotros los que vivimos.
“El ÁNGEL CON LA BENDICIÓN.”
En ese Ángel con la bendición encontramos que viene toda la revelación divina de la Palabra de Dios correspondiente a este tiempo final. Este Ángel viene con el Sello del Dios vivo, con el Espíritu Santo. En este Ángel viene la manifestación del Ángel Fuerte que desciende del Cielo en Apocalipsis, capítulo 10, verso 1 al 11.
Por lo tanto, este es el Ángel con la bendición para el Cristianismo y con la bendición para el Judaísmo. Este es el Ángel con la bendición para los gentiles y con la bendición para los hebreos.
Y este Ángel debe aparecer en este tiempo final en medio del Cristianismo en la Edad de la Piedra Angular, luego que las siete edades de la Iglesia han transcurrido. Y debe aparecer también en medio del pueblo hebreo, y estará hablándole al pueblo hebreo y el pueblo hebreo estará escuchando y el pueblo hebreo verá que es real, y se agarrará de ese Ángel como se agarró Jacob del Ángel de Dios durante aquella noche, y no lo soltó, hasta que recibió la bendición de Dios a través del Ángel, lo cual ocurrió cuando rayaba el alba.
Y rayando el alba de un nuevo Milenio y de una nueva Dispensación para un nuevo Reino, el Reino del Mesías, que será el Reino de David siendo restaurado, rayando el alba, rayando un nuevo Día, una nueva Dispensación y un nuevo Milenio y un nuevo Tiempo para Israel y para la Iglesia de Jesucristo.
La Iglesia de Jesucristo recibirá la bendición de su transformación, y el pueblo hebreo recibirá la bendición del llamado de ciento cuarenta y cuatro mil hebreos; y luego la restauración del Reino de David, que es la restauración del Reino de Dios; y así será que el Reino de Dios será establecido en este planeta Tierra en medio del pueblo hebreo.
Por lo tanto, vigilemos al Ángel con la bendición. Y cuando lo veamos estemos bien agarrados de Él, agarrándonos bien de Su Mensaje, que será el Mensaje de bendición para el recogimiento de los escogidos de la Iglesia y para la transformación de todos los escogidos que estarán vivos de la Iglesia, y para la resurrección de los muertos en Cristo.
Su Mensaje será el Mensaje de la gran Voz de Trompeta, lo cual será el Mensaje de la Fiesta de las Trompetas.
Por lo tanto, vigilemos al Ángel con la bendición. Estemos bien agarrados de Cristo, estemos bien agarrados de Dios. Y cuando veamos ese Ángel, recordaremos que Dios a través de ese Ángel en Espíritu Santo estará manifestándose para hablarnos y revelarnos toda Su Palabra, todo Su Programa, y darnos así la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
Si hay alguna persona que todavía no ha recibido a Cristo como Salvador, puede hacerlo en estos momentos, para que así esté preparado para su transformación.
Vamos a dar unos minutos en lo que vienen a los Pies de Cristo las personas que faltan por venir. Dios tiene mucho pueblo en esta ciudad de Goiânia, Estado de Goías, República del Brasil, y en todo el Brasil, y en toda la América Latina y el Caribe; y allá en Puerto Rico también tiene muchos hijos y los está llamando, los que todavía no han venido a los Pies de Cristo; y también en toda la América Latina y el Caribe, en Norteamérica, en el Canadá, en Europa, en Japón, en África, y demás naciones.
Dios tiene mucho pueblo. Y en el Occidente tiene mucho pueblo, y los está llamando en este tiempo final. Si oyes hoy Su Voz no endurezcas tu corazón, Él te está llamando para bendecirte. Es un asunto de bendición, de la bendición de la salvación y Vida eterna, para entrar al Reino de Dios, y vivir eternamente con Cristo, con el Mesías en Su Reino eterno.
El Cristo, el Ungido, el Mesías hebreo, será el que se sentará sobre el Trono de David. Él es el heredero al Trono de David, y con Él son coherederos todos los que lo reciben como su único y suficiente Salvador.
Pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo las personas que están en otras naciones a través de internet en esta actividad que está siendo transmitida. Puede venir a los Pies de Cristo si se encuentra en otro país, en otra nación, para que quede incluido en esta oración. Puede pasar al frente para que quede incluido en esta oración que estaré haciendo dentro de algunos minutos.
Pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo los que están aquí presentes y los que están en otras naciones. Los niños de diez años en adelante, también pueden venir a los Pies de Cristo para que queden incluidos en esta oración que estaré haciendo. Vamos a estar puestos en pie para orar. Si falta alguno por venir, puede venir para que quede incluido en esta oración.
Recuerde que es un asunto de Vida eterna recibir a Cristo como su único y suficiente Salvador.
Algunas veces hay personas tímidas que les da vergüenza pasar al frente porque piensan que lo van a estar mirando y se avergüenza de recibir a Cristo como Salvador. Cristo no se avergonzó de usted, para morir por usted en la Cruz del Calvario. Por lo tanto, usted no se puede avergonzar de Cristo. Cristo dijo: “El que se avergonzare de mí, delante de los hombres, Yo me avergonzaré de él delante de mi Padre que está en los Cielos.” También dijo: “El que me confesare delante de los hombres, Yo le confesaré delante de mi Padre que está en los Cielos.” Eso está en San Mateo, capítulo 10, verso 32 al 33.
Por lo tanto, no nos podemos avergonzar de Cristo. Todos queremos que Cristo nos confiese delante del Padre Celestial, para que nos dé la entrada a Su Reino eterno, porque queremos vivir en el Reino eterno de Dios con Jesucristo por toda la eternidad.
Pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo los que faltan por venir y se encuentran aquí presentes o se encuentran en otras naciones, y están escuchando la invitación para venir a los Pies de Cristo.
Si oyes hoy Su Voz, no endurezcas tu corazón, Él te está llamando para bendecirte, para perdonar tus pecados y con Su Sangre limpiarte de todo pecado y que seas bautizado en agua en Su Nombre y Él te bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en Ti el nuevo nacimiento; y así obtengas la salvación y Vida eterna, así nazcas en el Reino eterno de Dios.
Cristo dijo a Nicodemo: “El que no nazca del Agua y del Espíritu, no puede entrar al Reino de Dios.” Para entrar al Reino de Dios y vivir eternamente, necesitamos nacer de nuevo, del Agua y del Espíritu. Nacer del Agua es nacer de la predicación del Evangelio de Cristo, en donde nace la fe de Cristo en nuestra alma, y creemos en Cristo de todo corazón, y lo recibimos como nuestro único y suficiente Salvador, dando testimonio público de nuestra fe en Cristo.
Y somos bautizados en agua en Su Nombre y Él nos bautiza con Espíritu Santo y Fuego. Al bautizarnos con Espíritu Santo y Fuego, eso es nacer del Espíritu Santo. Y nacer del Agua es nacer del Evangelio de Cristo. Somos fruto del Evangelio de Cristo y del Espíritu de Cristo.
Todavía pueden venir a los Pies de Cristo los que faltan por venir y se encuentran aquí presentes o en otras naciones. Y los niños de diez años en adelante también pueden venir a los Pies de Cristo.
Vamos ya a orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo. Los que se encuentran en Venezuela también pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo, los que se encuentran en República Dominicana también pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo, los que se encuentran en la República de Haití pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo, los que se encuentran en la República de Colombia pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo, los que se encuentran en la República del Perú pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo.
Los que se encuentran en la República del Ecuador pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo, los que se encuentran en la República de Bolivia pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo, los que se encuentran en la República de Paraguay pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo, los que se encuentran en la República del Uruguay pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo, los que se encuentran en la República de Chile pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo, los que se encuentran en la República de la Argentina pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo.
Los que se encuentran en las diferentes Islas del Caribe pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo, los que se encuentran en Norteamérica pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo, los que se encuentran en la República Mexicana pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo, los que se encuentran en la República de Panamá pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo, los que se encuentran en la República de Guatemala pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo, los que se encuentran en la República de El Salvador pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo, los que se encuentran en la República de Costa Rica pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo. Los que se encuentran en las diferentes Repúblicas de Centroamérica pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo.
Por lo tanto, pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo todos los que están en diferentes naciones de la América Latina y del Caribe. Y también en Norteamérica, y también en el África y demás naciones. Pueden continuar viniendo a los Pies de nuestro amado Señor Jesucristo.
Vamos a dar unos segundos más en lo que continúan viniendo a los Pies de Cristo. Vamos a prepararnos para orar para que Cristo les reciba en Su Reino.
Vamos a levantar nuestras manos al Cielo. Los que están en Nicaragua también, en Honduras también. Vamos a levantar nuestras manos al Cielo los que están en todas las naciones y los aquí presentes, y recibido a Cristo como Salvador. Con nuestras manos levantadas a Cristo al Cielo, repitan conmigo esta oración (con nuestros ojos cerrados):
Señor Jesucristo, he escuchado la predicación de Tu Evangelio, ha nacido Tu fe en mi alma, en mi corazón, creo en Ti, creo en Tu Primera Venida, creo en Tu Nombre como el único Nombre dado a los hombres en que podamos ser salvos. Creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de la Expiación por mis pecados; reconozco que soy pecador y necesito un Salvador, y reconozco que Tú eres mi único y suficiente Salvador. Doy testimonio público de mi fe en Ti y Te recibo como mi único y suficiente Salvador.
Salva mi alma, me entrego a Ti en alma, espíritu y cuerpo, salva mi alma, perdona mis pecados y con Tu Sangre límpiame de todo pecado, y bautízame con Espíritu Santo y Fuego, luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre, y sea producido en mí el nuevo nacimiento; nazca en Tu Reino eterno a la Vida eterna. Quiero vivir Contigo por toda la eternidad. Salva mi alma, Te lo ruego en Tu Nombre eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén y amen.
Y todos decimos con nuestras manos levantadas al Cielo a Cristo: ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! Amén y amén.
Cristo les ha recibido en Su Reino, ha perdonado vuestros pecados, y con Su Sangre les ha limpiado de todo pecado, porque ustedes escucharon la predicación del Evangelio de Cristo, y nació la fe de Jesucristo en vuestra alma, creyeron en Cristo de todo corazón y dieron testimonio público de vuestra fe en Cristo. “Porque con el corazón se cree para justicia, y la fe viene por el oír.”
Vino la fe al escuchar la predicación del Evangelio y nació la fe de Cristo en vuestra alma, creyeron en Cristo de todo corazón y dieron testimonio público de vuestra fe en Cristo, porque con la boca se confiesa para salvación, confesaron públicamente a Cristo como único y suficiente Salvador.
Y ahora, ustedes me dirán: “Jesucristo dijo: ‘Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura; el que creyere y fuere bautizado, será salvo, mas el que no creyere, será condenado (San Marcos, capítulo 16, versos 15 al 16).”
Usted me dirá: “Escuché la predicación del Evangelio de Cristo, nació la fe de Cristo en mi alma y creí en Cristo y lo he confesado públicamente como mi único y suficiente Salvador, recibiéndolo como mi Salvador. Pero me falta ser bautizado en agua en Su Nombre, quiero ser bautizado en agua lo más pronto posible (me dirán ustedes).” Y me preguntarán: “¿Cuándo me pueden bautizar?” Por cuanto ustedes han creído en Cristo de todo corazón, bien pueden ser bautizados en agua en estos momentos.
Y que Jesucristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento. En el Nombre del Señor Jesucristo.
Y a vuestros familiares Jesucristo los traiga a Sus Pies y les dé también la salvación y Vida eterna, para que estén con ustedes en el Reino de Cristo por toda la eternidad. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.
Y ahora, bien pueden ser bautizados en agua en estos momentos. Pregunto al reverendo Salomón Cunha si hay agua: hay agua, hay bautisterio. ¿Hay ropas bautismales también? Hay ropas bautismales también. ¿Hay lugar dónde ponerse las ropas bautismales, vestidores de ropas? Hay también vestuarios, vestidores de ropas y ropas bautismales y personas que les ayudarán y cuidarán de vuestras ropas también.
Por lo tanto, bien pueden ser bautizados en agua. Hay ministros también que les bautizarán. Por lo tanto, bien pueden ser bautizados en estos momentos como se hacía en el tiempo de los Apóstoles: que ellos predicaban y los que creían y recibían a Cristo como Salvador, eran bautizados en el mismo día en que habían creído. Porque la meta es que reciban el Espíritu Santo, y obtengan el nuevo nacimiento, nazcan de nuevo, nazcan en el Reino de Dios; porque el que no nazca de nuevo del Agua y del Espíritu, no puede entrar al Reino de Dios.
La meta es que entren al Reino de Dios y tengan por consiguiente la Vida eterna, y aseguren así su futuro eterno.
Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes, dándoles testimonio de nuestro tema: “EL ÁNGEL CON LA BENDICIÓN.”
¿Con la bendición de quién? La bendición de Dios. La bendición de Dios para el Cristianismo y para el Judaísmo; la bendición de Dios para los gentiles y para los judíos, para los hebreos.
EL ÁNGEL CON LA BENDICIÓN DE DIOS PARA TODOS LOS SERES HUMANOS, PARA PUEBLOS, NACIONES Y LENGUAS.
Ese fue nuestro tema: “EL ÁNGEL CON LA BENDICIÓN.” La bendición ¿de quién? De Dios.
Muchas gracias por vuestra amable atención. Y adelante los que recibieron a Cristo como Salvador para colocarse las ropas bautismales y ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. Muchas gracias por vuestra amable atención, y continúen pasando una tarde llena de las bendiciones de Jesucristo.
Los que están en otras naciones también pueden ser bautizados en estos momentos, les bautizarán en las naciones donde se encuentran.
Dejo en cada nación al ministro correspondiente para indicarles hacia dónde caminar para colocarse las ropas bautismales y ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo.
Y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego.
Y a los que están aquí presentes les dejo al reverendo Salomón Cunha para que les indique hacia dónde caminar para colocarse las ropas bautismales y ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo.
Y que Jesucristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.
Con nosotros el reverendo Salomón Cunha para continuar.
“EL ÁNGEL CON LA BENDICIÓN.”