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La Palabra viva y eficaz 2005-08-28 1 Villahermosa Tabasco MX 00:00:00 false

Muy buenos días, autoridades eclesiásticas y autoridades políticas, presentes; y a todos los presentes y los que están a través de internet o del satélite; y para usted: Licenciado Guillermo Ramírez León, secretario auxiliar de la Presidencia Municipal del Centro de Villahermosa, Tabasco, República Mexicana, un saludo de mi parte, y que Dios lo bendiga grandemente.

Aprecio las palabras de bienvenida que expresó para mí, y mis compañeros ministros que me acompañan en esta ocasión de otras naciones. Le pido que le dé saludo de nuestra parte al gobernador, Licenciado Manuel Andrade, y al alcalde, Florizel Medina Pereznieto. Y que Dios los bendiga grandemente y les use grandemente en la posición política en que han sido colocados.

Para esta ocasión leemos en la Biblia en la carta de San Pablo a los Hebreos, en el capítulo 4, verso 11 al 13, donde dice:

Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia.

Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.

Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.”

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

Nuestro tema es: “LA PALABRA VIVA Y EFICAZ.”

La Palabra viva y eficaz es la Palabra de Dios; por esa causa es que el mismo Jesucristo en San Lucas, capítulo *11, verso 28, dice:

Y él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan.”

Los seres humanos tienen su propia palabra y Dios tiene Su propia Palabra; y la bienaventuranza grande está en escuchar la Palabra de Dios, la cual es viva y eficaz. La Palabra de Dios es inédita, y ha sido revelada, abierta al pueblo, para que todos puedan escucharla y recibir las bendiciones contenidas en la Palabra de Dios.

En el principio creó Dios los cielos y la tierra.” [Génesis 1:1]

¿Y cómo los creó? Por medio de Su Palabra, hablando Su Palabra, porque la Palabra de Dios es viva y eficaz.

Por lo tanto, lo que la Palabra de Dios dice, eso acontece. Cuando el Profeta Moisés fue enviado para la liberación del pueblo hebreo en Egipto, Dios colocó en la boca de Moisés Su Palabra, y Moisés hablaba y las cosas sucedían.

Moisés decía: “Vengan ranas; vendrán ranas,” y venían ranas; “vengan piojos,” y venían piojos; y así por el estilo sucedía, ¿por qué? Esa no era la palabra de Moisés, era la Palabra de Dios en la boca del Profeta Moisés; la palabra de un hombre no es viva y eficaz, la palabra de un hombre no puede cumplirse en esa forma.

Un hombre no puede decir: “Vengan piojos,” y venir piojos. No puede decir: “Oscurézcase el sol,” y que se oscurezca. No puede decirle al Mar Rojo que se abra y el Mar Rojo abrirse. Solamente hay una Palabra que puede hacer eso, y esa es una Palabra creadora. Y la única Palabra creadora es la Palabra de Dios. Lo que Dios dice, eso acontece.

Por eso Cristo dijo: “Los Cielos y la Tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.” ¿Por qué? Porque era la Palabra de Dios en la boca de Jesucristo. La Escritura dice en Hebreos, capítulo 1, verso 1 en adelante:

Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas.”

¿Cómo Dios habló en el Antiguo Testamento? Por medio de los Profetas.

Por lo tanto, la Palabra que esos Profetas hablaron era la Palabra viva y eficaz de Dios. Por eso ellos podían decir: “Así dice Jehová.” Era la Palabra, no de un hombre sino la Palabra de Dios colocada en la boca de un hombre.

Ahora, dice:

...en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo.”

Y ahora, en los días de Jesús, Dios estaba hablando a través de Su Hijo, Jesucristo; y por consiguiente las palabras que Jesucristo hablaba no eran otra cosa sino la Palabra viva y eficaz de Dios. Por eso Jesucristo podía hablar tan claramente que en una ocasión dijo en San Juan, capítulo 5, verso 24:

De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.”

Las palabras que Jesucristo hablaba eran nada menos que la Palabra viva y eficaz de Dios. Por eso Él dice: “El que oye mi Palabra y cree al que me envió, tiene Vida eterna,” porque ha recibido una Palabra viva y eficaz que hace aquello que dice que hará.

Por lo tanto, esa Palabra viva y eficaz que escuchamos a través de los Profetas del Antiguo Testamento, por medio del Espíritu Santo, del Espíritu de Cristo que estaba en ellos, luego la encontramos también en Jesucristo. Y luego la encontramos en el Apóstol San Pedro, en los demás Apóstoles, en San Pablo y en cada Mensajero que Cristo ha enviado a Su Iglesia, de etapa en etapa, de edad en edad.

Para cada etapa de la Iglesia, para cada edad de la Iglesia Dios ha colocado Su Palabra viva y eficaz en la boca del Mensajero correspondiente a cada tiempo.

En los días del Profeta Samuel, cuando él solamente era un jovencito y ministraba delante de Dios, dice la Escritura en Primera de Samuel, capítulo 3, verso 1 en adelante, dice:

El joven Samuel ministraba a Jehová en presencia de Elí; y la palabra de Jehová escaseaba en aquellos días; no había visión con frecuencia.”

Y ahora, encontramos que en aquellos días hubo ministros, pero la Palabra de Dios, la Palabra viva y eficaz escaseaba en aquellos días, ¿por qué? Vamos a ver, también en Amós, capítulo 8, lo que nos dice de la Palabra de Dios, dice Amós, capítulo 8, verso 11 al 12, dice:

He aquí vienen días, dice Jehová el Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová.”

Como sucedía en los días de Samuel, cuando era un jovencito: que escaseaba la Palabra de Dios, ahora aquí está la profecía de que vendrán días en que habrá hambre; no hambre de pan ni sed de agua, sino de oír la Palabra de Dios, la Palabra de Jehová.

E irán errantes de mar a mar; desde el norte hasta el oriente discurrirán buscando palabra de Jehová, y no la hallarán.”

Y ahora, desde el Norte, Europa, hasta el Oriente, el territorio de Israel y los lugares cercanos, irán la gente buscando la Palabra de Dios, y no la hallarán. Pero todos necesitamos escuchar y recibir la Palabra de Dios, que es viva y eficaz, y que es por consiguiente el Alimento Espiritual para nuestra alma; porque no solamente de pan vivirá el hombre sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios. Eso está en San Mateo, capítulo 4, verso 4, palabras de Jesucristo que Él citó de Deuteronomio, capítulo 8.

Y ahora, encontramos que la Palabra de Dios es el Alimento Espiritual para nuestra alma. Así como el alimento para nuestro cuerpo es un alimento físico, nuestra alma también tiene necesidad de ser alimentada, de comer; pero no puede tomar un plato de arroz y frijoles y aguacate y carne, para comer y decir: “Ya alimenté mi alma.” Solamente usted alimentó su cuerpo físico.

Pero el alma necesita ser alimentada, porque si su alma no es alimentada, usted se enferma espiritualmente y muere espiritualmente, y entonces es una persona sin vida, sin vida de Dios, sin Vida espiritual.

Por lo tanto, necesitamos la Palabra viva y eficaz, que es la Palabra de Dios, para que nos imparta Vida.

Y ahora, podemos ver los problemas que tienen la raza humana; en medio de todas las naciones hay problemas, en medio de la juventud hay problemas, y algunos jóvenes por falta de alimentar su alma con la Palabra de Dios, han desfallecido y han entrado en drogas, en diferentes vicios, y se han afectado grandemente ellos y sus familiares; y también su comunidad, y toda la nación.

La solución al problema de la juventud y de toda persona que ha entrado en vicios, la solución es la Palabra viva y eficaz, recibirla, comerla acá en su alma, para que obtenga una sanidad espiritual acá en el alma, y venga a ser una persona útil para su familia y para su nación.

Por lo tanto, el problema tiene que ser resuelto en sus raíces; y ése es un problema de acá del alma, que luego es exteriorizado en el cuerpo físico. Tenemos que trabajar ¿dónde? Acá en el alma, ¿con qué? Con la Palabra viva y eficaz que es más cortante que toda espada de dos filos, para que corte todos esos problemas y vicios que algunos jóvenes y también ya adultos poseen.

Ahora, siendo que la profecía bíblica dice que hay escasez, que hay hambre y escasez de oír la Palabra de Dios, entonces necesitamos buscarla. ¿Y dónde la vamos a buscar y dónde la vamos a conseguir? En Deuteronomio, capítulo 18, nos dice de la siguiente manera. Capítulo 18 de Deuteronomio, dice verso 15 al 19:

Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis.”

¿Y por qué Dios ordena al pueblo que escuchen al Profeta que Él levanta de en medio del pueblo? Porque Dios coloca en la boca de ese Profeta Su Palabra viva y eficaz, y esa es la Palabra con la cual el alma del ser humano es alimentada. Sigue diciendo:

...conforme a todo lo que pediste a Jehová tu Dios en Horeb el día de la asamblea, diciendo: No vuelva yo a oír la voz de Jehová mi Dios, ni vea yo más este gran fuego, para que no muera.

Y Jehová me dijo: Han hablado bien en lo que han dicho.

Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca...”

¿Dónde Dios coloca Sus palabras? En la boca del Profeta que Él envía. Por lo tanto, ¿dónde hay que buscar la Palabra de Dios para el tiempo en que la persona vive? En el Profeta Mensajero que Dios envía para ese tiempo. Ahí es donde Dios coloca Su Palabra viva y eficaz, que es más cortante que toda espada de dos filos.

...y él les hablará todo lo que yo le mandare.”

Por lo tanto, lo que ese Profeta habla es lo que Dios le manda a hablar para ese tiempo, y ése es el Mensaje de Dios para ese tiempo, y esa es la Palabra viva y eficaz para ese tiempo para todo el pueblo; las demás cosas son palabras de hombres que usan la Biblia para explicar la Biblia; lo cual está muy bueno. Pero la Palabra viva y eficaz para cada tiempo, esa Palabra que es vivificada para ese tiempo, viene por el Espíritu Santo en el Profeta Mensajero correspondiente a cada tiempo; y esa es la Palabra que hace la Obra de Dios para ese tiempo.

Vean aquí en Isaías, capítulo 55, nos dice de la siguiente manera. Capítulo 55, verso 8 al 11, dice:

Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.

Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.

Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come,

así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.”

Y Dios cumple aquello para lo cual Él ha enviado Su Palabra viva y eficaz en el tiempo correspondiente, y lo que esa Palabra viva y eficaz dice a través de ese instrumento de Dios, es lo que va Dios cumpliendo en ese tiempo; y por consiguiente en ese Mensajero que Dios envía en cada tiempo, se hace carne la Palabra de Dios para ese tiempo; y ese Mensajero es la Palabra viva y eficaz hecha carne en ese tiempo; y por consiguiente a través de ese Mensajero viene para el pueblo la Palabra viva y eficaz correspondiente a ese tiempo, para traer el avivamiento correspondiente a ese tiempo, y hablar directamente al alma de los seres humanos, y traer las bendiciones del Cielo al pueblo de Dios; y llamar y juntar a todos los escogidos de Dios.

Por lo tanto, esa Palabra viva y eficaz que es manifestada en el Profeta Mensajero correspondiente a cada tiempo, es la Palabra prometida para ese tiempo, y por consiguiente viene en línea directa con toda la Escritura, con toda la Biblia. No viene contradiciendo las Escrituras, sino que viene en consonancia con toda la Escritura.

Por lo tanto, ya no será una Palabra histórica sino que será la Palabra viviente que está siendo manifestada para ese tiempo, en donde Dios está cumpliendo Su Programa correspondiente a ese tiempo.

Dios cumple Su Programa correspondiente a cada tiempo, cuando Él coloca Su Palabra correspondiente a ese tiempo en la boca del Mensajero de ese tiempo.

Así como Dios habló por los Profetas en el Antiguo Testamento, por medio de Su Espíritu Santo, el Espíritu de Cristo, luego habló a través de Jesucristo, y luego habló por Pedro, por San Pablo y demás Apóstoles y demás Mensajeros; para este tiempo final la humanidad tiene hambre y sed, no hambre y sed de pan y agua literal, sino de oír la Palabra de Dios.

Y ahora, todos los que quieren escuchar la Palabra de Dios en este tiempo final, necesitan saber dónde encontrar la Palabra de Dios prometida para este tiempo final; porque de otra forma la persona acá en su alma estará con hambre y sed espiritual de oír la Palabra de Dios.

Nos dice el mismo Dios en San Mateo, capítulo 17, Dios hablando a través de Jesús nos dice en el capítulo 17, verso *9 al 13, cuando descendió del Monte de la Transfiguración y le preguntaron a Él acerca de Elías, dice:

Cuando descendieron del monte, Jesús les mandó, diciendo: No digáis a nadie la visión, hasta que el Hijo del Hombre resucite de los muertos.

Entonces sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Por qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero?

Respondiendo Jesús, les dijo: A la verdad, Elías viene primero, y restaurará todas las cosas.”

Por lo tanto, la promesa de la Venida de Elías es para Dios realizar una restauración; restaurará la fe de los hijos a los padres, conforme está prometido.

Por lo tanto, la Iglesia del Señor Jesucristo recibirá una restauración a las doctrinas divinas predicadas, enseñadas y establecidas por los Apóstoles: San Pedro y San Pablo. Y la Iglesia volverá a ser como era en el tiempo de los Apóstoles: San Pedro y San Pablo; y así obtendrá la restauración a lo que era o a como era la Iglesia en aquellos tiempos; y por consiguiente la Iglesia creerá como creían en el tiempo de San Pedro y en el tiempo de San Pablo; y el Espíritu de Dios se moverá en medio de Su Iglesia, y la bendecirá y le dará la fe para ser transformada y llevada con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

También tenemos la promesa de la restauración del pueblo hebreo, y esa restauración también vendrá por la Palabra viva y eficaz siendo hablada por Elías en el tiempo final. Sigue diciendo Jesús, dice:

A la verdad, Elías viene primero, y restaurará todas las cosas.

Mas os digo que Elías ya vino, y no le conocieron, sino que hicieron con él todo lo que quisieron; así también el Hijo del Hombre padecerá de ellos.

Entonces los discípulos comprendieron que les había hablado de Juan el Bautista.”

Juan el Bautista era el Elías de aquel tiempo donde estaba la Palabra viva y eficaz siendo predicada, y preparándole el camino al Mesías en Su Venida.

Y ahora, en Malaquías, capítulo 4, dice de la siguiente manera (verso 5 al 6):

He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible (o sea, antes de la gran tribulación).”

Antes que los juicios caigan sobre esta Tierra, los juicios del Apocalipsis, los juicios de la gran tribulación, tenemos la promesa que Dios enviará a Elías.

El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición.”

O sea, antes de la Tierra ser herida con maldición, con el juicio divino, Dios ha prometido enviar a Elías, y Él viene con la Palabra viva y eficaz, para restaurar. La restauración es por medio de la Palabra creadora de Dios.

Por lo tanto, la promesa es que tendremos por consiguiente la Palabra viva y eficaz nuevamente en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo y luego en medio del pueblo hebreo, para llamar de en medio del pueblo hebreo ciento cuarenta y cuatro mil judíos o hebreos, doce mil de cada tribu, conforme a Apocalipsis, capítulo 7, versos 1 al 11; y para así sellarlos con el Sello del Dios vivo, o sea, con el Espíritu Santo.

Por eso es que en Apocalipsis, capítulo 7, para ser llevada esta labor del recogimiento, del llamado, el recogimiento de ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, doce mil de cada tribu, dice Apocalipsis, capítulo 7, verso 1 en adelante:

Después de esto vi a cuatro ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, que detenían los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento alguno sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol (o sea, para que no ocurriera una tercera guerra mundial).

Vi también a otro ángel que subía de donde sale el sol, y tenía el sello del Dios vivo...”

¿Cuál es el sello del Dios vivo? El Espíritu Santo.

Efesios 4:30

Pero la promesa es que habrá un grupo de creyentes en Cristo que no verán muerte, sino que estarán vivos, y serán transformados y serán a imagen y semejanza de Jesucristo nuestro Salvador, con cuerpos jóvenes, eternos, inmortales y glorificados, como el cuerpo glorificado que tiene nuestro amado Señor Jesucristo.

Jesucristo está tan joven como cuando se fue al Cielo, porque en el cuerpo glorificado la persona no se pone vieja. Tenemos tres clases de cuerpos: cuerpos angelicales, cuerpos de carne y cuerpo glorificado. Y el más importante es el cuerpo glorificado.

Por lo tanto, la promesa es que vamos recibir un cuerpo eterno, inmortal, incorruptible y glorificado, como el cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador, ¿para qué tiempo? Para el tiempo en que la Trompeta final o gran Voz de Trompeta esté sonando; y esa Trompeta final o gran Voz de Trompeta es el Mensaje de Dios por medio de Su Espíritu Santo a través del Profeta Elías. Y ese Mensaje es la gran Trompeta de Isaías, capítulo 27, verso 13*.

Por lo tanto, esa gran Trompeta que llamará, que juntará a los escogidos de Dios, no es otra cosa sino la Palabra viva y eficaz de Dios, es la Palabra inédita de Dios, la Palabra pura de Dios que no había sido develada, no había sido abierta, no había sido dada a conocer. Pero Dios la colocará en la boca de Elías, de este Profeta prometido para este tiempo final, antes que venga el día de Jehová grande y terrible.

Por lo tanto, Elías tendrá la Palabra inédita de Dios, la Palabra viva y eficaz, ¿para quién? Para mí. ¿Y para quién más? Para cada uno de ustedes también.

Por lo tanto, todos queremos esa Palabra viva y eficaz de Dios acá en nuestra alma, para que produzca aquello para lo cual Dios ha prometido enviarla a Su Iglesia, y por consiguiente a cada creyente en Cristo. Y luego la enviará al pueblo hebreo, y hará también con el pueblo hebreo aquello para lo cual Dios enviará esa Palabra viva y eficaz.

LA PALABRA VIVA Y EFICAZ.”

Es la Palabra pura de Dios, la Palabra original de Dios para cada etapa de Su pueblo, tanto para el pueblo hebreo como para la Iglesia del Señor Jesucristo. De etapa en etapa Dios ha dado cada día más y más Palabra. Y ha estado aumentando en medio de Su pueblo Su Palabra.

En Oseas nos dice Dios de la siguiente manera: en Oseas, capítulo 12, verso 10, dice:

Y he hablado a los profetas, y aumenté la profecía, y por medio de los profetas usé parábolas.”

Y ahora, ¿cómo es que la profecía es aumentada? Dios colocando Su Palabra viva y eficaz en la boca y el corazón de esos Profetas, y ellos hablando esa Palabra al pueblo; en muchas ocasiones usando parábolas, y así por el estilo. Vean, cuando hablan esa Palabra, ahí Dios está aumentando la profecía. No está quitando la profecía que ya está, sino que la está aumentando.

Vean, por ejemplo, cuando Dios en el Génesis nos habla acerca de la simiente de la mujer, ahí nos dice en el capítulo 3, verso 15, dice:

Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.”

Ahí está la Palabra, esa Palabra no puede ser quitada. La simiente de la mujer es el Mesías, el Cristo, y ahí fue dada esa Palabra.

Por lo tanto, es una promesa. Dios no puede venir ahora y decir de otra forma. Pero Dios sí va a aumentar la profecía.

¿Y cómo aumenta la profecía? Vamos a ver en Isaías, capítulo 7, para que veamos cómo es que Dios aumenta la profecía. Es como Dios aumenta la luz del día, ¿cómo? Nace el sol en la mañana, va amaneciendo, poquita luz, y va en aumento la luz, hasta que el día es perfecto. Y la profecía dada originalmente es como la luz cuando está rayando el alba, que se escucha la profecía pero de momento no se puede comprender porque todavía hay muchas tinieblas, y solamente está rayando el alba.

Y algunos pueden decir: “Esto es de esta forma, y esto es de esta otra forma.” Como las personas cuando está rayando el alba (lo cual todavía es oscuro, hay oscuridad); pueden decir: “Aquel árbol que está allá es de aguacate.” Pero después cuando ya amanece por completo, dice: “No, no era de aguacate, era de mango.” ¿Ve? Cuando el día ya es perfecto, entonces se puede ver, entender claramente lo que estaba ahí colocado.

Y lo que está aquí en la profecía colocado desde el comienzo, se puede ver claramente a medida que va Dios aumentando la profecía. Vean aquí en Génesis, capítulo 3, verso 15... nadie sabe qué mujer será la que va a tener esa simiente. Pero ya la promesa es que será la simiente de la mujer. Pero vean Isaías, capítulo 7, verso 14, dice:

Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.”

Ya aquí sabemos que va a ser a través de una joven virgen, y por cuanto aquí el Profeta Isaías le está hablando al pueblo hebreo, y la promesa mesiánica es para ser cumplida a través de un hombre, un niño que nacerá en la Tierra de Israel, vean aquí en Isaías, capítulo 9, verso 6 en adelante, dice:

Porque un niño nos es nacido (y ahora ya se sabe que la simiente de la mujer va a ser un niño que va a nacer a través de una joven virgen), hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz.”

Y eso será ¿qué? Emanuel, Dios con nosotros.

Y ahora, encontramos que va a ser un niño que va a nacer, ése va a ser la simiente de la mujer. Dice:

Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David...”

Y ahora nos dice: “Sobre el Trono de David,” por lo tanto, será un descendiente del Rey David. ¿Ven? Ahí Dios está aumentando la profecía.

...y sobre su reino...”

Y ahora, será un descendiente de David, heredero al Trono de David, y por consiguiente heredero al Reino de David.

...disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.”

¿Quién lo va a hacer? Dios.

Y ahora, ya tenemos la promesa de la simiente de la mujer, ya con más información. Ya esa profecía aumentada. También nos habla la Escritura en Miqueas acerca de esa promesa: en Miqueas nos dice capítulo 5, verso 2; hablando del nacimiento de Cristo aquí en San Mateo, verso 3 en adelante, dice [capítulo 2]:

Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él.

Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo.

Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta:

Y tú, Belén, de la tierra de Judá,

No eres la más pequeña entre los príncipes de Judá;

Porque de ti saldrá un guiador,

Que apacentará a mi pueblo Israel.”

Y ahí ya a través del Profeta Miqueas, capítulo 5, verso 2, la profecía fue aumentada; y ya ahí se sabe en qué ciudad y en qué aldea iba a nacer el Mesías, y se sabe que ya sería un descendiente del rey David.

Y ahora, hemos visto cómo Dios ha estado aumentando la profecía, o sea, dando más luz, trayendo más profecía acerca de la misma profecía que dio originalmente; porque Dios no le puede quitar a lo que ya Él profetizó. Pero Él sí puede dar más luz a través de otro Profeta, acerca de ese mismo tema. Por eso es que Cristo decía: “Escudriñad las Escrituras, porque ellas son las que dan testimonio de Mí.” [San Juan 5:39]

La Escritura, la profecía tiene que dar testimonio del enviado de Dios para el tiempo en que Dios lo envía, y en ese enviado viene la Palabra viva y eficaz, y ese enviado viene hablando de lo que Dios ha prometido para ese tiempo; y viene mostrándole al pueblo el cumplimiento de lo que Dios prometió para ese tiempo.

Por eso Cristo se identificó con la Palabra profética, con lo que Dios había prometido para ese tiempo. Lo que Dios prometió para esa semana número setenta, para esos primeros tres años y medio de la semana número setenta, Cristo en Su ministerio de tres años y medio se identificó con todo lo que Dios prometió con relación a la Primera Venida del Mesías. Y dijo más: “Si no creen que Yo Soy, en vuestros pecados moriréis.” [San Juan 8:24] O sea, que no es un asunto de decir: “Yo no entiendo eso y a mí no me interesa.”

Dios responsabiliza a toda persona si escucha, pues cumplió con la responsabilidad que tenía delante de Dios, y será bendecido. Si no quiere escuchar, Dios lo juzgará, Dios le pedirá cuenta y aparecerá como un incrédulo a Dios y Su Palabra.

Por lo tanto, su futuro no será bueno, irá a donde a él no le gustaría ir. Pero los que escuchan la Voz de Dios, la Palabra viva y eficaz recibirán las bendiciones de Dios, e irán con Cristo a la Casa de nuestro Padre Celestial, irán al Cielo y disfrutarán de la gran Cena de las Bodas del Cordero.

Para el Nuevo Testamento hay Palabra profética, profecías que han sido habladas, tanto en el Antiguo Testamento, pero que corresponden al Nuevo Testamento, y también profecías que fueron habladas en el Nuevo Testamento por Jesús, por San Pedro, por San Pablo; y esas profecías, vean ustedes, son las mismas profecías del Antiguo Testamento, ¿pero qué es eso? Dios aumentando la profecía, o sea, dando más luz acerca de la profecía.

Cuando Jesús, San Pedro y San Pablo hablan de la resurrección en el Nuevo Testamento, ya eso también está hablado en el Antiguo Testamento. Pero ahora en el Nuevo Testamento Dios trajo más luz a través de ellos. Y ha continuado dándonos más luz a través de esas profecías, y dando más luz acerca de esas profecías.

Por lo tanto, cuando Dios da más luz acerca de una o más profecías, esa luz que está dando es Palabra profética también, es profecía. Dios aumentando la profecía. “Y no hará nada el Señor Jehová, sin que antes revele Sus secretos a Sus Siervos Sus Profetas.” [Amós 3:7] Dios aumenta la profecía por medio de los Profetas, colocando Su Palabra viva y eficaz en el corazón y la boca de los Profetas que Él envía.

Por eso el pueblo hebreo lo que está esperando es un Profeta. Y ya tiene definido a qué Profeta está esperando: al Profeta Elías, como precursor de la Venida del Mesías.

Vean, aquí, este es un libro hebreo, titulado: “La religión de Israel,” en la página 92, dice:

La santa convocación...”

O sea, hablando de la Fiesta de las Trompetas del día primero del año (o sea, de Año Nuevo, del día de Año Nuevo). En esa Santa Convocación que se realiza. Ahora vean lo que dice aquí:

La santa convocación es el sonido del shofar, el eco del Sinaí, la voz del Mesías, la señal de la resurrección, el despertar de la humanidad — shofarot.”

Miren todo lo que está contenido en la gran Voz de Trompeta para este tiempo final, en la Voz de Dios para este tiempo, es la Palabra viva y eficaz para este tiempo. También nos dice hablándonos de ese Profeta Elías que ellos están esperando, vamos a ver lo que nos dice en otro lugar para que tengamos el cuadro claro de lo que el pueblo hebreo está esperando. Y antes que el pueblo hebreo lo reciba, eso que está esperando, primero tiene que estar en la Iglesia del Señor Jesucristo. Dice página 73 de este mismo libro: “La religión de Israel,” dice:

Cuando llegue el tiempo del reino de la fe israelita, Dios enviará a su profeta Elías que “unirá el corazón de los padres al de sus hijos, y el corazón de los hijos al de los padres,” y proclamará así la paz universal imperecedera. Ese es el verdadero precursor del Mesías judío, el ángel de la unión y de la concordia en el mundo.”

Miren todo lo que ellos saben qué será la Venida del Profeta Elías.

¿Y para la Iglesia qué hay con toda esta bendición que Dios tiene para el pueblo hebreo? Que primero toda esa bendición estará en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo. Por lo tanto, la Iglesia del Señor Jesucristo escuchando esa Voz, la Voz de Dios para el Día Postrero, la Palabra viva y eficaz será restaurada a como era en el tiempo de los Apóstoles. Y obtendrá también la restauración de todas las cosas, de la restauración a la Vida eterna física; por eso es que en el libro de los Hechos el Apóstol Pedro nos dice en el capítulo 3, verso 19 en adelante:

Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio,

y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado;

a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo.”

Y ahora, la Venida del Mesías, la Venida del Señor, es para el tiempo de la restauración de todas las cosas, es para el tiempo del ministerio del Espíritu Santo a través de Elías; el ministerio de Elías estará repitiéndose por quinta ocasión en este planeta Tierra en medio de la Iglesia de Jesucristo primeramente, y después en medio del pueblo hebreo.

Eso es lo que está esperando el pueblo hebreo. Pero antes viene esa bendición a la Iglesia del Señor Jesucristo, para la restauración de todas las cosas en la Iglesia, para la restauración a como era la Iglesia al comienzo en el tiempo de los Apóstoles, y para la restauración a la Vida eterna física, la cual perdió Adán y Eva cuando pecaron en el Huerto del Edén.

Por lo tanto, la Palabra viva y eficaz, que es la Voz de Dios, la Voz de Cristo hablándole a Su pueblo, a Su Iglesia, y también al pueblo hebreo, es la Palabra de Dios que todos los hijos e hijas de Dios estarán escuchando en este tiempo final.

Nos dice el Apóstol Pablo en su carta a los Hebreos, en el capítulo 12, versos 25 en adelante:

Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los cielos.

La voz del cual conmovió entonces la tierra, pero ahora ha prometido, diciendo: Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo.

Y esta frase: Aún una vez, indica la remoción de las cosas movibles, como cosas hechas, para que queden las inconmovibles.”

Y ahora, ¿qué será lo que conmoverá, no solamente la Tierra sino también los Cielos? La Voz de aquél que habló en el Sinaí, la Voz del Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, que estará en Elías hablando en este tiempo final. Por eso es que en el libro del Apocalipsis en el capítulo 11, versos 3 en adelante; y también en Zacarías, nos muestra dos árboles de olivo con dos ramas de olivo que vierten de sí aceite como oro en el vaso principal del candelero o candelabro. Y representa la Iglesia de Jesucristo ese candelabro o candelero, y a cada lado los dos olivos.

Y para este tiempo final estarán los dos Olivos y los dos Candeleros de oro en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo y después en medio del pueblo hebreo; y esos son los ministerios de los dos Ungidos que están delante de la presencia de Dios, los ministerios de Moisés y Elías repitiéndose en la Tierra en la Iglesia del Señor Jesucristo y después en medio del pueblo hebreo. Esos son los ministerios prometidos para este tiempo final en donde estará la Palabra viva y eficaz, la Palabra que conmoverá no solamente la Tierra sino también los Cielos.

Por eso es que en Apocalipsis, capítulo 11, verso 3 en adelante, los dos Olivos, los dos Ungidos que están delante de la presencia del Señor tienen poder, no solamente sobre la Tierra sino también sobre toda la naturaleza, pueden hacer que no llueva sobre la Tierra por el tiempo de sus ministerios; y pueden traer plaga a la Tierra cuantas veces quieran. Pero eso no lo puede hacer un hombre, ni la Palabra de un hombre puede hacer eso, es la Palabra viva y eficaz de Dios, es la Palabra Creadora de Dios en la boca de los dos Ungidos, en la boca de Moisés y Elías.

Esos son los ministerios prometidos para este tiempo final, en donde estará la Palabra viva y eficaz siendo hablada, y por consiguiente cumpliéndose lo que sea hablado por el Espíritu Santo a través de esa Palabra viva y eficaz, que es también la Palabra inédita de Dios, esa Palabra pura que no había sido abierta, revelada, la Palabra correspondiente a este tiempo final, la cual estará siendo abierta, revelada, develada al pueblo, para que el pueblo esté escuchando la Palabra viva y eficaz de Dios, la Palabra profética de este tiempo final, la Palabra Creadora de Dios.

Y por consiguiente esa Palabra creadora de Dios a medida que vaya hablando se irá cumpliendo todo lo que estará hablando. Así como sucedió cuando el Profeta Moisés hablaba: “Vendrán ranas,” y luego la gente miraba y no había nada, pero luego al rato, al tiempo, pasaban los minutos y luego aparecían una, dos, tres, cuatro, se multiplicaban de momento; y ahí estaba: el cumplimiento de lo que fue hablado.

Así es con la Palabra viva y eficaz de Dios de cada tiempo, hablada por el Espíritu Santo a través del instrumento que Dios tiene para ese tiempo. Así fue en dispensaciones pasadas. Vean, Noé dijo que vendría un diluvio, y en ese tiempo no llovía. Pero fue hablada esa Palabra, porque era la Palabra viva y eficaz de Dios, y luego vino el diluvio.

Y Jesucristo dijo que este tiempo será como en los días de Noé, que no conocieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos (San Mateo, capítulo 24, versos 34 al 39; y en San Lucas, capítulo 17). Y también dice que será como en los días de Lot.

Por lo tanto, nosotros estamos viviendo en un tiempo paralelo al tiempo de Noé y al tiempo de Lot. El tiempo de Lot es el tiempo de Abraham. Noé fue el profeta de la Tercera Dispensación, la Dispensación del Gobierno Humano; y Abraham fue el Profeta de la Cuarta Dispensación, la Dispensación de la Promesa; o sea, que aquellos eran tiempos de un ministerio de Profeta dispensacional.

Y este es un tiempo también profético para Cristo tener en medio de Su Iglesia y después en medio del pueblo hebreo un Profeta dispensacional en el cual Cristo colocará Su Palabra viva y eficaz, Su Palabra Creadora.

Y ahora, ¿cómo Dios va a colocar, cómo Cristo va a colocar en la boca de ese Profeta Su Palabra Creadora? Miren lo sencillo que es: en Ezequiel, capítulo 3 le dice Dios al Profeta Ezequiel [verso1]:

Me dijo: Hijo de hombre, come lo que hallas; come este rollo, y vé y habla a la casa de Israel.

Y abrí mi boca, y me hizo comer aquel rollo.”

Recuerden, la Biblia en el Antiguo Testamento no estaba en la forma en que nosotros conocemos los libros en la actualidad, sino que estaban en rollos, y eran esos pergaminos enrollados; y así era la Biblia en aquellos tiempos.

Y abrí mi boca, y me hizo comer aquel rollo.

Y me dijo: Hijo de hombre, alimenta tu vientre, y llena tus entrañas de este rollo que yo te doy.”

Y ahora, vean cómo se alimenta la persona espiritualmente: con la Palabra de Dios.

...y llena tus entrañas de este rollo que yo te doy. Y lo comí, y fue en mi boca dulce como miel.

Luego me dijo: Hijo de hombre, vé y entra a la casa de Israel, y habla a ellos con mis palabras.”

El rollo es la Escritura donde estaba escrita la Palabra de Dios que tenía que ser hablada en aquel momento para el pueblo hebreo; y el Profeta tenía que recibirla de parte de Dios esa revelación, tenía que comerse esa revelación, y luego hablarle esas mismas palabras que él se comió, hablarlas al pueblo.

Y ahora, para nuestro tiempo en Apocalipsis, capítulo 10, verso 1 al 11, dice:

Vi descender del cielo a otro ángel fuerte, envuelto en una nube, con el arco iris sobre su cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego.

Tenía en su mano un librito abierto; y puso su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra;

y clamó a gran voz, como ruge un león; y cuando hubo clamado, siete truenos emitieron sus voces.

Cuando los siete truenos hubieron emitido sus voces, yo iba a escribir; pero oí una voz del cielo que me decía: Sella las cosas que los siete truenos han dicho, y no las escribas.

Y el ángel que vi en pie sobre el mar y sobre la tierra, levantó su mano al cielo,

y juró por el que vive por los siglos de los siglos, que creó el cielo y las cosas que están en él, y la tierra y las cosas que están en ella, y el mar y las cosas que están en él, que el tiempo no sería más (o sea, que el tiempo de Redención termina),

sino que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta, el misterio de Dios se consumará, como él lo anunció a sus siervos los profetas.”

Y ahora, ¿cuándo es que el misterio de Dios será consumado? En los días de la Voz del Séptimo Ángel, en los días del Mensaje del Séptimo Ángel.

La voz que oí del cielo habló otra vez conmigo, y dijo: Vé y toma el librito que está abierto en la mano del ángel que está en pie sobre el mar y sobre la tierra.

Y fui al ángel, diciéndole que me diese el librito. Y él me dijo: Toma, y cómelo; y te amargará el vientre, pero en tu boca será dulce como la miel.

Entonces tomé el librito de la mano del ángel, y lo comí; y era dulce en mi boca como la miel, pero cuando lo hube comido, amargó mi vientre.

Y él me dijo: Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes.”

Lo mismo que sucedió con el Profeta Ezequiel: que se comió aquel libro, aquel rollo que contenía la Escritura Divina, la Palabra de Dios, para luego profetizar al pueblo hebreo el contenido que estaba en aquel rollo. Él habló con las palabras que estaban escritas en ese rollo, en ese pergamino, en la Escritura Sagrada.

Y ahora aquí, ¿con qué palabras va profetizar sobre muchos pueblos, naciones, y lenguas y reyes, el que se come el Libro en el Día Postrero? Con las Palabras contenidas en ese Libro de los Siete Sellos. Ese Libro es el Libro de la Vida del Cordero, es el Libro de la Vida eterna, es el Título de Propiedad de los Cielos y de la Tierra. Adán lo tuvo y cuando pecó, lo perdió, y Dios lo tomó y ha permanecido en la Diestra de Dios todo el tiempo. Pero Cristo ha estado llamando y juntando a todos los que tienen sus nombres escritos en ese Libro, porque ése es el Libro de la Vida del Cordero. Y Cristo conoce los nombres de todas las personas que están escritos ahí, y los ha estado llamando y juntando a través de estos dos mil años que han transcurrido.

Y los que faltan por ser llamados y juntados en la Iglesia de Jesucristo, son llamados y juntados en este tiempo final; y luego Cristo se levantará del Trono del Padre, tomará el Título de Propiedad, el Libro de los Siete Sellos, lo abrirá en el Cielo, lo traerá a la Tierra y se lo entregará a un hombre: al último Profeta dispensacional, al último Profeta en el cual estará el ministerio de Elías en este tiempo final, y el cual estará en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo.

Y él se come ese Título de Propiedad, y será la primera ocasión en que el Libro de la Vida del Cordero, el Título de Propiedad, el Libro de los Siete Sellos, un hombre lo toma y se lo come.

Cristo lo toma en el Cielo y no se lo come, lo trae a la Tierra y se lo entrega a un hombre, el cual fue representado en Juan el Apóstol tomando ese Libro.

Por lo tanto, para este tiempo final en la Iglesia de Jesucristo habrá un hombre, un Profeta, un hombre con las dos conciencias juntas, un Profeta dispensacional que recibirá ese Título de Propiedad, se lo comerá y entonces profetizará sobre muchos pueblos, naciones y lenguas; y esa será la Palabra viva y eficaz de Dios que hará aquello para lo cual Dios la envía en este tiempo final; y por consiguiente vendrá la restauración de todas las cosas.

Con la Venida de ese Título de Propiedad, de ese Libro, y siendo entregado a un hombre y comiéndoselo ese hombre, ese hombre es el que tiene el ministerio profético para profetizar sobre muchos pueblos, naciones y lenguas. Y todas las cosas que han de suceder pronto en el Día Postrero, las cosas que han de suceder en la gran tribulación, serán profetizadas por ese hombre que se comerá ese Libro, porque tendrá un ministerio profético para muchos pueblos, naciones y lenguas, y por consiguiente tendrá el Mensaje profético del Día Postrero, y eso será la Palabra viva y eficaz, que es más cortante que toda espada de dos filos, y que hace aquello para lo cual Dios la envía.

Esa es la Palabra que todos queremos conocer, esa es la Palabra que Él envía en el Día Postrero por medio de Su Ángel, para dar a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.

Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”

Ése es el Ángel que tiene, el Ángel Mensajero, el Profeta Mensajero que tiene la Palabra profética para el Día Postrero, para dar a conocer las cosas que deben suceder pronto en este tiempo final, para dar testimonio de estas cosas a pueblos, naciones, lenguas y reyes.

Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”

Dice Apocalipsis, capítulo 22, verso 16; y es Jesús el que lo dice. Y también dice Apocalipsis 22, verso 6 (vamos a leerlo completo aquí). Dice:

Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas (y si son palabras fieles y verdaderas es la Palabra viva y eficaz de Dios, la Palabra creadora)...

Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.”

El ministerio profético para dar a conocer las cosas que deben suceder pronto lo tiene el Ángel del Señor Jesucristo. Por eso el mismo capítulo 22, verso 14 de Apocalipsis, dice:

Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad.”

Y sigue diciendo en Apocalipsis, capítulo 22, verso 12:

He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.”

Y el verso 9, dice (de Apocalipsis 22):

Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios.”

El Ángel no aceptó la adoración que Juan quería ofrecerle, ¿por qué? Porque el Ángel no es Jesucristo. El Ángel de Jesucristo es el último Profeta dispensacional que Él enviará a Su Iglesia en el Día Postrero.

Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el tiempo está cerca.”

Y ahora, el verso 18, del capítulo 22 del Apocalipsis, dice:

Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro.

Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Dios quitará su parte del libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro.”

Y aquí hay una bendición y una maldición. El Apocalipsis termina con una bendición para los creyentes y con una maldición para los que le quitan o le añaden a la Palabra de Dios.

Y ahora, Apocalipsis, capítulo 1, verso 1 al 3, dice:

La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan,

que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto.

Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca.”

Son bienaventurados los que oyen las Palabras de la profecía de este libro; los que leen y los que oyen las Palabras de la profecía de este libro que trae el Ángel del Señor Jesucristo son bienaventurados, porque están escuchando la Palabra viva y eficaz de Dios, que es la Palabra Creadora de Dios, la Palabra prometida para este tiempo final, el Mensaje profético prometido para este tiempo final, con el cual son dadas a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, con el cual el Mensaje profético para todo pueblo, nación y lengua viene en el Día Postrero. Y eso es la Palabra viva y eficaz de Dios para este tiempo final.

Y ahora, San Juan, capítulo 13, verso 20, dice:

De cierto, de cierto os digo: El que recibe al que yo enviare, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.”

Y el más identificado en el Nuevo Testamento como el enviado de Jesucristo es el Ángel del Señor Jesucristo, del cual Jesucristo da un testimonio claro, y dice:

Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”

En ese Ángel Mensajero de Jesucristo es que Cristo coloca Su Palabra viva y eficaz para este tiempo final. Y esa es la Palabra Creadora de Dios y es el Alimento Espiritual para nuestra alma en este tiempo final, la cual estará siempre en concordancia con toda la Escritura, desde el Génesis hasta el Apocalipsis. No habrá contradicción en lo que estará hablando el Espíritu Santo a través del Ángel del Señor Jesucristo; o sea, del último Profeta dispensacional que Jesucristo enviará primero a Su Iglesia y después al pueblo hebreo.

Por lo tanto, toda persona que vive en la Tierra, ha tenido hambre y sed de oír la Palabra de Dios. Esa es la Palabra viva y eficaz de Dios que en el Día Postrero estará en la boca de un hombre, llamado: “El Mensajero del Señor Jesucristo,” el último Profeta de Jesucristo. Un Profeta es llamado también “un Ángel Mensajero,” porque Ángel es Mensajero.

Y ahora, yo digo: siendo que esa es la Palabra viva y eficaz de Dios para el Día Postrero, yo quiero esa Palabra viva y eficaz, quiero alimentar mi alma con esa Palabra viva y eficaz, y quiero ser lleno del conocimiento de la gloria de Dios, quiero ser lleno del conocimiento de todo el Programa Divino, quiero ser lleno del conocimiento de los misterios divinos correspondientes a este tiempo final con y a través de la Palabra viva y eficaz de Dios.

Es así como todos los misterios correspondientes a este tiempo final prometidos para ser revelados, serán revelados en este tiempo final. Y por medio de esa Palabra viva y eficaz que estará siendo hablada por el Espíritu Santo a través de Su último Profeta Mensajero dispensacional, será que Dios llamará y juntará a todos Sus escogidos, los juntará en Su Iglesia y luego al pueblo hebreo (ciento cuarenta y cuatro mil hebreos), los llamará. Será por medio de esa Palabra prometida vivificada, esa Palabra viva y eficaz que también Dios estremecerá los Cielos y la Tierra.

Es por medio de esa Palabra viva y eficaz que los escogidos de Dios alimentarán sus almas. Esa es la Palabra viva y eficaz contenida en el Libro de los Siete Sellos del Apocalipsis. Esa es la Palabra de Dios prometida para este tiempo final, y será la primera ocasión en que una persona se come ese Libro de los Siete Sellos; y por consiguiente tiene que venir entonces la restauración de todas las cosas, la restauración de la Iglesia a Su posición original, y la restauración de cada miembro de la Iglesia a la Vida eterna física, la cual el ser humano perdió en la caída allá en el Huerto del Edén.

Y el pueblo hebreo será restaurado por medio de esa Palabra viva y eficaz contenida en el Libro de los Siete Sellos del Apocalipsis; y esa es la Palabra de la cual tiene hambre y sed la humanidad, y ése es el Alimento Espiritual para mi alma. ¿Y para quién más? Para cada uno de ustedes también.

LA PALABRA VIVA Y EFICAZ.”

En cada edad ha estado la Palabra viva y eficaz, el Mensaje de Cristo correspondiente a cada edad por medio del Mensajero de cada edad; y ha sido el Espíritu Santo el que ha traído esa Palabra viva y eficaz. No ha sido una obra humana sino que ha sido la Obra del Espíritu Santo, la Obra del Maestro de los Maestros, la Obra del que Cristo dijo que enviaría y nos enseñaría todas las cosas, y nos recordaría todas las cosas que Él nos habló.

Por lo tanto, la Palabra viva y eficaz es la que recibirán los hijos e hijas de Dios de este tiempo final, la Iglesia del Señor Jesucristo y luego el pueblo hebreo. Bajo la predicación de esa Palabra viva y eficaz en este tiempo final, estarán siendo llamados y juntados los escogidos de Dios que faltan por ser colocados en la Iglesia del Señor Jesucristo.

Y Cristo completará Su Iglesia, llamándolos por medio de la Palabra viva y eficaz, que es Su Palabra, Su Evangelio.

Y ahora, siendo que ya miles de seres humanos en el tiempo que les ha tocado vivir han recibido la Palabra viva y eficaz, y por consiguiente han nacido del Agua. Nacer del Agua es nacer de la Palabra viva y eficaz, del Evangelio de Cristo.

Cristo dijo a Nicodemo: “De cierto, de cierto te digo, que el que no nazca del Agua y del Espíritu, no puede entrar al Reino de Dios.” Nacer del Agua es nacer de la Palabra, del Evangelio de Cristo; escuchar la predicación del Evangelio de Cristo, nace la fe de Cristo en el alma, en el corazón, la persona cree en Cristo y da testimonio público de su fe en Cristo, recibiéndole como su único y suficiente Salvador; y es bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, arrepentido de sus pecados, y Cristo lo perdona y con Su Sangre lo limpia de todo pecado. Ahí tenemos lo que es nacer del Agua, nacer del Evangelio de Cristo.

Y nacer del Espíritu es nacer del Espíritu Santo, recibir el Espíritu Santo, y por consiguiente la persona entra al Reino de Dios, nace a la Vida eterna y en la Vida eterna, y por consiguiente la persona ha obtenido la Vida eterna.

Yo escuché la Palabra viva y eficaz de Cristo, nació la fe de Cristo en mi alma, en mi corazón, creí y di testimonio público de mi fe en Cristo, recibiéndolo como mi único y suficiente Salvador, entregándole mi vida, mi alma, mi espíritu y mi cuerpo a Cristo, para que Él me diera la Vida eterna; y me dio la Vida eterna. ¿Y a quién más? A cada uno de ustedes también.

Si hay alguno que todavía no ha dado testimonio público de su fe en Cristo recibiéndole como su único y suficiente Salvador, pero que al escuchar la predicación del Evangelio de Cristo, nació la fe de Cristo en su corazón, en su alma, y está creyendo en Cristo, creyendo en que Jesucristo es el Hijo de Dios, y que vino a la Tierra y que murió en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de la Expiación por sus pecados: la fe vino a usted, la fe de Cristo vino a usted; porque la fe viene por el oír la Palabra, el Evangelio de Cristo. “Y con el corazón se cree para justicia,” usted está creyendo en Cristo, usted está creyendo en el Sacrifico de Cristo como el Sacrificio de la Expiación por sus pecados. “Y con la boca se confiesa para salvación.” [Romanos 10:10]

Ahora, para salvación, usted preguntará como preguntaron aquellas personas el Día de Pentecostés a San Pedro cuando Pedro estuvo allí predicando. Dice capítulo 2, verso 36 en adelante del libro de los Hechos, Pedro predicando dice:

Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.”

Llamamos a Jesús SEÑOR JESUCRISTO, porque Dios lo ha hecho Señor y Cristo.

Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?

Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.

Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.”

Por lo tanto, es para nosotros también la promesa del Espíritu Santo, para lo cual nace la fe de Cristo en nuestra alma, creemos en Cristo, lo recibimos como Salvador, somos bautizados en agua en Su Nombre y Él nos bautiza con Espíritu Santo y Fuego, y produce en nosotros el nuevo nacimiento.

Si hay alguno que todavía no lo ha recibido como su Salvador, pero nació la fe de Cristo en su alma, es porque el nombre suyo está escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida, y Cristo lo está llamando, lo trajo hasta aquí el Espíritu de Dios, para que usted escuche la Palabra, la Palabra vivificada, la Palabra viva y eficaz de Dios para crear la fe de Cristo en su alma, darle la fe de Cristo en su alma, y que usted crea en Cristo y lo reciba como su único y suficiente Salvador: para eso fue que Dios lo trajo aquí; porque la voluntad de Dios es que escuchemos la predicación del Evangelio de Cristo y obedezcamos al Evangelio, creamos a Cristo, lo recibamos como Salvador, y seamos rociados con la Sangre de Jesucristo, y limpiados de todo pecado con la Sangre de Jesucristo.

Por lo tanto, bien pueden venir a los Pies de Cristo en estos momentos todos los que no lo han hecho todavía, y nació la fe de Cristo en su alma. Ahora usted sabe el propósito por el cual Dios le trajo a este lugar: para darle la fe de Cristo acá en su alma para que crea y lo reciba como su único y suficiente Salvador, y sea limpiado con la Sangre de Cristo de todo pecado, sea bautizado en agua en Su Nombre, y Cristo le bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en usted el nuevo nacimiento; y así usted nazca en el Reino eterno de Cristo a la Vida eterna.

Pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo en estos momentos, todos los que han escuchado y nació la fe de Cristo en su alma, para que Cristo les reciba en Su Reino, les perdone y con Su Sangre les limpie de todo pecado.

Los que están a través de internet y del satélite en otras naciones escuchando, pueden también venir a los Pies de Cristo (si todavía no lo han hecho), para que Cristo les reciba en Su Reino, les perdone y con Su Sangre les limpie de todo pecado. Y yo oraré también por todos ustedes, quedarán incluidos en esta oración que estaré haciendo.

Por lo tanto, los que están en otras naciones también pueden pasar al frente en el lugar donde ustedes se encuentren, para recibir a Cristo como vuestro único y suficiente Salvador, para que Cristo les reciba en Su Reino, les perdone y con Su Sangre les limpie de todo pecado, sean bautizados en agua en Su Nombre, y Cristo lo bautice con Espíritu Santo y Fuego y le dé la Vida eterna.

Es para recibir la Vida eterna que venimos a los Pies de Cristo recibiéndolo como nuestro único y suficiente Salvador. Ninguna otra persona le puede dar a usted la Vida eterna, solamente nuestro amado Señor Jesucristo.

La Vida eterna tiene para usted el futuro más glorioso que usted se haya imaginado. Dios le ha dado a Jesucristo la exclusividad de la Vida eterna. Por lo tanto, toda persona que quiere vivir eternamente, pues quiere la Vida eterna; y si quiere la Vida eterna, ¿dónde la va a buscar? En Jesucristo. Él es el que tiene la Vida eterna para todos aquellos que quieren vivir eternamente y vienen a Él recibiéndolo como su único y suficiente Salvador.

Vamos a dar unos minutos en lo que llegan los que vienen de camino porque Dios tiene mucho pueblo en esta ciudad de Villahermosa, y los está llamando en este día.

También los que están a través de internet o del satélite pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo, pues Dios ya les habló a sus corazones con la Palabra viva y eficaz, la cual es más cortante que toda espada de dos filos, y la cual penetra hasta acá, hasta partir el alma. ¿Y qué hizo? Partió el alma, la abrió ahí, el corazón, para Cristo entrar, entrar a su corazón.

Dios tiene mucho pueblo, muchos hijos en esta ciudad y en todas las ciudades de la República Mexicana. Por lo tanto, los está llamando en este tiempo final por medio de la Palabra viva y eficaz, la Palabra de Cristo, el Evangelio de Cristo, para darles la salvación y Vida eterna. Todos queremos vivir eternamente, todos queremos entrar al Reino de Dios.

Cristo dijo: “Buscad primeramente el Reino de Dios y Su justicia.”

¿Y para qué buscamos el Reino de Dios? Para entrar a él y obtener la Vida eterna.

Algunas veces hay personas que son tímidas y cuando escuchan la predicación del Evangelio de Cristo, nace la fe de Cristo en su alma, en su corazón. Pero al ser tímidos les da timidez o vergüenza pasar al frente para recibir a Cristo, para dar su vida a Cristo, y están perdiendo una bendición grande. Cristo no se avergonzó de nosotros para morir por nosotros en la Cruz del Calvario, por lo tanto, tampoco nosotros nos podemos avergonzar de Cristo.

Dice en *San Mateo, capítulo 10, versos 32 al 33, Cristo mismo hablando dice:

A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos.”

Esa es la bendición para todo aquel que confiesa públicamente a Cristo, Cristo lo confiesa delante del Padre Celestial y le da la entrada al Reino de Dios, y por consiguiente a la Vida eterna.

Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos.”

Si lo negamos delante de los seres humanos, delante de los hombres, Él también nos negará delante de nuestro Padre Celestial. También Él dijo aún más en San Marcos y San Mateo también, nos dice aún más acerca de esto. Marcos, capítulo 8, verso 38, ahí Cristo dice (vamos a leerlo tal y como Cristo lo dijo ahí, para que tengamos el cuadro claro de la responsabilidad que tenemos ante Dios todos los seres humanos). Capítulo 8, verso 36 al 38 de San Marcos, dice:

Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?”

El alma es lo más importante del ser humano. El ser humano es alma viviente, eso es lo que usted y yo somos: alma viviente. Pero estamos dentro de un cuerpo espiritual llamado: “Espíritu,” y dentro de un cuerpo de carne, llamado este “cuerpo físico,” que poseemos, pero somos alma viviente. Por eso se habla de la salvación del alma. Dice:

¿Qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?

¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?

Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.”

Y ahora, el que se avergüence de Cristo, el que se avergüence de creer y recibir a Cristo como Salvador, y dar testimonio público de su fe en Cristo, Cristo se avergonzará de él delante de Su Padre Celestial y delante de los Ángeles; y por consiguiente la persona no podrá vivir eternamente. Pero el que confiesa públicamente a Cristo y no se avergüenza de dar testimonio público de Cristo y lo recibe como Salvador y le entrega la vida a Cristo, Cristo lo recibe en Su Reino y da testimonio público delante de Dios y de los Ángeles acerca de esa persona.

Una persona que creyó de todo corazón y dio testimonio público de su fe en Cristo recibiéndole como su único y suficiente Salvador, sin importar lo que pensaran sus amigos, sus familiares o sus vecinos, o demás personas. Es un asunto de vida o muerte recibir a Cristo como Salvador, es un asunto de vida o muerte; no recibirlo es muerte, recibirlo es Vida eterna.

Recibimos a Cristo como Salvador, no para ser un religioso más, recibimos a Cristo para recibir la Vida eterna a través de Cristo; porque nosotros queremos vivir eternamente. Si vivir en estos cuerpos físicos es tan bueno, ¿cómo será en un cuerpo eterno viviendo con Cristo en Su Reino por toda la eternidad? Por lo tanto, no nos vamos a perder esa bendición de vivir eternamente con Cristo en Su Reino eterno. Por lo cual lo recibimos como nuestro único y suficiente Salvador.

Todavía vienen más personas de camino, porque Dios tiene mucho pueblo aquí en Villahermosa, República Mexicana (en Villahermosa, Tabasco, República Mexicana), y los está llamando en estos momentos, los está llamando a Su Reino para que entren a Su Reino y reciban la Vida eterna, y aseguren así su futuro eterno con Cristo en Su Reino eterno.

Los seres humanos tienen compañías de seguros, aseguran las casas, los autos, y hasta aseguran los dedos (los pianistas), y también los artistas aseguran diferentes partes de su cuerpo; y los que juegan algún deporte, aseguran la parte más importante que necesitan para tener ese deporte. Pero algunas veces se les olvida asegurar su alma.

¿Pero qué compañía de seguro nos puede asegurar el alma? No la hay aquí en la Tierra. El único que tiene la compañía de seguro que asegura el alma, se llama SEÑOR JESUCRISTO. Ése es el que nos asegura el alma.

¿Y cuánto tengo que pagar? Si usted tuviera que pagar algo, no tendría cómo asegurar su alma. El precio del seguro de nuestra alma, el precio de la salvación de nuestra alma, ya Cristo lo pagó en la Cruz del Calvario. Por lo tanto, tenemos un seguro de Vida eterna gratuito de parte de Dios a través de Jesucristo.

Todavía vienen más personas a las cuales Cristo ya les habló a sus almas, directamente a sus almas, y ya han creído en Cristo, nació la fe de Cristo en sus almas, y ahora vienen para dar testimonio público de su fe en Cristo, recibiéndole como su único y suficiente Salvador. Vamos a dar unos minutos o segundos en lo que llegan. Y también los que están en otras naciones, pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo, para que queden incluidos en esta oración que estaré haciendo. Y los que eran tímidos ya la timidez se les fue.

Por lo tanto, vengan a los Pies de Cristo para que Cristo les reciba en Su Reino y les dé la salvación y Vida eterna; porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido, o sea, que vino a buscarme a mí y a salvarme a mí. ¿Y a quién más? A cada uno de ustedes también. Eso está en San Lucas, capítulo 19, verso 10.

Todavía vienen más personas que Cristo ha llamado directamente acá en el alma, en su alma, en su corazón, y están respondiendo al llamado de Cristo.

San Pablo dijo: “Si oyes hoy Su Voz, no endurezcáis vuestros corazones.” Hebreos, capítulo 3, verso 7; y Hebreos, capítulo 4, verso 7 también. Es la Voz de Cristo, la Palabra viva y eficaz hablándonos directamente a nuestra alma, llamándonos, llamándonos a Su Reino. “Mis ovejas oyen mi Voz y me siguen.” Eso es lo que Cristo dijo en San Juan.

Por lo tanto, el nombre de ustedes está escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, y por consiguiente ustedes son ovejas del Padre dadas a Cristo para que les dé Vida eterna.

Vean aquí, San Juan, capítulo 10, verso 27 en adelante, dice:

Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,

y yo les doy vida eterna...”

¿Qué es lo que Cristo le da a Sus ovejas que escuchan Su Voz y siguen a Cristo? Vida eterna. Es un asunto de Vida eterna escuchar la Voz de Cristo y seguir a Cristo, recibiéndolo como nuestro único y suficiente Salvador.

Todavía vienen más personas de camino, es que Dios tiene mucho pueblo aquí en la ciudad de Villahermosa y en todas las ciudades de la República Mexicana; y los está llamando en estos momentos.

También los que están en otras naciones pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo, para que queden incluidos en esta oración que estaré haciendo. Y los niños de diez años en adelante, por cuanto ya tienen conocimiento del bien y del mal, pueden venir a los Pies de Cristo para recibir a Cristo como Salvador, para que Cristo les perdone y con Su Sangre les limpie de todo pecado, y sean bautizados en agua en Su Nombre, y Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento.

Pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo también los niños. Cristo dijo: “Dejad a los niños venir a mí y no se lo impidáis porque de los tales es el Reino de los Cielos.” Por lo tanto, Cristo tiene lugar en Su Reino para nuestros niños también.

Todavía vienen más personas de camino. Es que Dios tiene mucho pueblo en esta ciudad. Y Dios tiene mucho pueblo en esta actividad que no habían recibido a Cristo como Salvador, pero sus nombres están escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, y los ha llamado en esta ocasión.

En los demás países pueden también continuar viniendo a los Pies de Cristo en la América Latina, el Caribe, Norteamérica, el Canadá, Japón, el África, Israel, y demás naciones. Cristo está llamando y juntando a Sus escogidos con la gran Voz de Trompeta, con la Palabra viva y eficaz de Dios.

Vamos a prepararnos para orar por las personas que han venido. Todavía vienen más personas de camino, es que Dios tiene mucho pueblo en esta ciudad.

Para la República Mexicana es una bendición muy grande que Dios tenga muchos hijos e hijas de Dios en la República Mexicana, porque donde están los hijos e hijas de Dios, Dios envía bendición a esa nación en abundancia.

Todavía veo que vienen más personas, muchas personas de camino. Vamos a esperar unos segundos en lo que llegan, porque así como ustedes desean vivir eternamente, ellos también desean vivir eternamente, y ellos tienen también la oportunidad de recibir la Vida eterna a través de Jesucristo nuestro Salvador.

Queremos tener asegurado nuestro futuro eterno, queremos tener asegurada nuestra vida, la Vida que será después de esta vida terrenal. Después de esta vida terrenal hay vida, porque la vida no termina con la muerte del cuerpo físico, la vida continúa. Y queremos que esa vida que continúa sea con Cristo en Su Reino eterno.

Cristo es el que nos asegura nuestro futuro eterno en Su Reino eterno. Él es el que nos asegura que viviremos eternamente con Él en Su Reino.

Todavía vienen más personas de camino, es que Dios tiene mucho pueblo en esta ciudad y también en toda la República Mexicana, y también en todas las naciones que están conectadas por internet o por el satélite. Dios tiene mucho pueblo en todas esas naciones, Dios tiene mucho pueblo en la América Latina y el Caribe, en Norteamérica, y también en las demás naciones; en Israel también, y en todas las naciones, y está llamándolos en este tiempo con la Palabra viva y eficaz, la Palabra del Evangelio de Cristo.

Pueden continuar viniendo los que faltan por venir, ya vamos a estar preparados para orar por todos ustedes, para que Cristo les reciba en Su Reino, les perdone y con Su Sangre les limpie de todo pecado.

Queremos tener seguro nuestro futuro, queremos estar asegurados de que vamos a vivir en el Reino de Dios con Jesucristo, después que termine esta vida terrenal. Veo más personas que vienen de camino. Vamos a dar unos segundos más en lo que llegan, para que queden incluidos en esta oración que estaré haciendo por ustedes delante de Dios.

La angustia existencial del ser humano es a causa que no conoce de dónde ha venido, dónde está y porqué está aquí en la Tierra, y hacia dónde va. Pero cuando recibe a Cristo se va la angustia existencial; ya sabe que vino del Cielo, de la Casa de nuestro Padre Celestial, y que es una oveja del Padre dada a Cristo para que le dé la salvación y Vida eterna, y sabe que está aquí con un propósito divino, para recibir a Cristo como su único y suficiente Salvador, y ser rociado con la Sangre de Cristo y limpiado de todo pecado, y ser bautizado en agua en Su Nombre y recibir Su Espíritu Santo y obtener el nuevo nacimiento.

Y en cuanto al futuro, pues sabe que vivirá eternamente con Cristo en Su Reino, y que es y que somos Reyes y Sacerdotes y Jueces y reinaremos con Cristo por el Milenio y por toda la eternidad.

Por lo tanto, nuestro futuro está asegurado por Cristo. Ya sabemos entonces de dónde hemos venido, dónde estamos y porqué estamos aquí, y para qué estamos aquí, y lo que será nuestro futuro eterno.

Por lo tanto, no hay motivo de tristeza ni de miedo, sino de gozo acá en nuestra alma. Así es como sale la angustia existencial del alma del ser humano. Así es como Cristo sana acá el ser humano de esa angustia, de ese miedo existencial.

Todavía veo que vienen más personas de camino. Si todavía falta alguna más de este lado y de este otro lado, o de los que están en la otra sección, pueden venir. Ya vamos a orar, vamos a estar puestos en pie. Los que están en otras naciones también puestos en pie, y vamos a orar ya por las personas que han venido a los Pies de nuestro amado Señor Jesucristo. Si todavía falta alguno, puede venir.

Veo que vienen caminando más personas, vamos ya a orar por los que han venido a los Pies de nuestro amado Señor Jesucristo, para entregar sus vidas a Cristo, para que Cristo les reciba, les perdone y con Su Sangre les limpie de todo pecado, y sean bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento.

Vamos ya a orar. Veo que vienen caminando personas. Dios tiene tanto pueblo en esta ciudad que podemos decir que el Reino de Cristo se está llenando de mexicanos, de tabasqueños, y de mexicanos de diferentes ciudades de toda la República Mexicana. Y eso está bueno, que se llene el Reino de Dios de mexicanos.

Cuando estemos en el Reino Milenial, entonces hablaremos de esta experiencia y ustedes dirán: “La decisión más importante que yo hice en mi vida me ha colocado en la Vida eterna, fue la decisión de recibir a Cristo como mi único y suficiente Salvador, cuando nació la fe de Cristo acá en mi alma.” Para eso es que Dios coloca la fe de Cristo en su alma: para que usted crea y reciba a Cristo como su único y suficiente Salvador y obtenga la Vida eterna.

Es para Vida eterna que nace la fe de Cristo acá en el alma, es para Vida eterna que se predica el Evangelio de Cristo.

Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.

El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.” Tan simple como eso [San Marcos 16:15-16]

Vamos ya a orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo, aunque veo todavía que vienen más personas. Dios tiene tanto pueblo aquí que todavía continúan viniendo a los Pies de Cristo más personas; así como ustedes han venido a los Pies de Cristo porque quieren vivir eternamente. Vamos ya a orar por los que han venido a los Pies de Cristo. Veo que niños también vienen por esta sección.

Cristo les da la bienvenida a todos los que lo reciben como su único y suficiente Salvador. Cristo les da la bienvenida en Su Reino. Eso es lo que Cristo hace con los que lo reciben como su único y suficiente Salvador.

Vamos a levantar nuestras manos al Cielo a Cristo (los que están también en otras naciones) y vamos a cerrar nuestros ojos; y los que han venido a los Pies de Cristo recibiéndole como su único y suficiente Salvador, repitan conmigo esta oración:

Señor Jesucristo, vengo a Ti creyendo en Ti de todo corazón, luego de haber escuchado la predicación de Tu Evangelio y haber nacido Tu fe en mi corazón; creo que Tú eres el Hijo de Dios, creo en Tu Nombre, creo en Tu Primera Venida, creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de la Expiación por mis pecados; reconozco que soy pecador.

Señor Jesucristo, reconozco que Tú eres el único y suficiente Salvador para mí. Doy testimonio público de mi fe en Ti y Te recibo como mi único y suficiente Salvador.

Señor Jesucristo, en Tus Manos me entrego, en alma, espíritu y cuerpo. Señor Jesucristo, Te ruego perdones mis pecados y con Tu Sangre me limpies de todo pecado, y me bautices con Espíritu Santo y Fuego, y produzcas en mí el nuevo nacimiento, luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre, en donde me identificaré con Tu muerte, sepultura y resurrección.

Señor Jesucristo, creo en Ti de todo corazón, salva mi alma. En Tus Manos encomiendo mi alma, salva mi alma, Señor Jesucristo, Te lo ruego. En Tu Nombre eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén y amén.

Y ahora todos con nuestras manos levantadas al Cielo a Cristo, decimos: ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! Amén y amén.

Cristo les ha recibido en Su Reino, ha perdonado vuestros pecados y con Su Sangre les ha limpiado de todo pecado, porque ustedes escucharon la predicación del Evangelio de Cristo y nació la fe de Cristo en vuestro corazón y creyeron en Cristo de todo corazón y lo recibieron como vuestro único y suficiente Salvador. Él dijo:

Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.

El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”

Ustedes escucharon la predicación del Evangelio de Cristo y creyeron de todo corazón y entregaron vuestras vidas en alma, espíritu y cuerpo a Jesucristo, para que Cristo les dé la salvación y Vida eterna. Él dijo:

El que creyere y fuere bautizado, será salvo.”

Ustedes me dirán: “Quiero ser bautizado en agua lo más pronto posible, porque Él dijo: El que creyere y fuere bautizado, será salvo. Quiero cumplir el mandato de Cristo completo lo más pronto posible. Quiero recibir Su Espíritu Santo, quiero obtener el nuevo nacimiento.” La pregunta de ustedes es: “¿Cuándo me pueden bautizar?” Por cuanto ustedes han creído en Cristo de todo corazón y lo han recibido como vuestro único y suficiente Salvador, bien pueden ser bautizados en agua en estos mismos momentos.

Y que Jesucristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento. En el Nombre del Señor Jesucristo.

Y a vuestros familiares Cristo los traiga a Sus Pies y les dé también la salvación y Vida eterna, para que estén con ustedes en el Reino de Cristo por toda la eternidad. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén y amén.

Y ahora, pregunto al Reverendo Andrés Cruz Gallego si hay agua: ¿Hay agua, hay bautisterios aquí? Hay dos bautisterios a este lado, y hay dos bautisterios a este otro lado; y hay bautisterio también allá en aquel lado; y en este lado también hay bautisterio. Así que hay unos seis bautisterios o más. ¿Y hay ropas bautismales? Hay ropas bautismales también. ¿Hay ministros que les bautizarán en agua? Hay ministros que les bautizarán en agua, los cuales son llamados también “bautistas, los bautistas,” porque bautista es uno que bautiza en agua por inmersión; y aquí están los bautistas también que les bautizarán, ministros que les bautizarán en agua en el Nombre del Señor Jesucristo.

¿Y hay lugar dónde cambiarse de ropa, vestidores? Hay vestidores también. Y personas que les ayudarán a llegar a los vestidores? También hay personas que les ayudarán a llegar a los vestidores, y personas que cuidarán de vuestras ropas también, en lo que ustedes son bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo.

Así que nuestro amado Señor Jesucristo sea con ustedes y les bautice con Espíritu Santo y Fuego, luego que ustedes sean bautizados en agua en Su Nombre.

En el bautismo en agua usted por cuanto ha recibido a Cristo como Salvador, murió al mundo y cuando el ministro lo sumerge en las aguas bautismales, eso representa la sepultura. Y cuando lo levanta de las aguas bautismales, eso representa, tipifica la resurrección, la resurrección a una nueva vida, a la Vida eterna con Cristo en Su Reino eterno.

Así que adelante, pueden ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo en estos mismos momentos, así como en el tiempo de los Apóstoles los que escuchaban la predicación del Evangelio de Cristo y creían, luego eran bautizados en esos mismos momentos en el Nombre del Señor Jesucristo. Así que adelante para ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo.

Dejo el Reverendo Andrés Cruz Gallego con nosotros, para que les indique hacia dónde caminar para colocarse las ropas bautismales y ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo.

Muchas gracias por vuestra amable atención y continúen pasando un día lleno de las bendiciones de Jesucristo nuestro Salvador.

Con nosotros el Reverendo Andrés Cruz Gallego para continuar.

LA PALABRA VIVA Y EFICAZ.”