obsidian/es/conferencias/2005/04/spa-2005-04-17-2-actividad_especial-GOIBR.md

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title: 'Actividad Especial'
date: 2005-04-17
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place: 
city: Goiânia
state: Goiás
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**Palabras de Apertura:**

Muy buenas noches, a todos los presentes, los representantes de las diferentes entidades de la Sociedad Brasileira aquí en Goiânia, y de diferentes estados de la República del Brasil.

Inclinemos nuestros rostros para orar:

***Padre nuestro que estás en el Cielo, Santificado sea Tu Nombre, venga Tu Reino y hágase Tu voluntad como en el Cielo también en la Tierra.***

***Dios Eterno, Te rogamos estés entre nosotros y nos bendigas en esta ocasión, y nos permitas tener este compañerismo con comprensión y amor los unos por los otros.***

***Dios Eterno, en Tus manos nos encomendamos. En el Nombre del Señor Jesucristo, por quien Te lo pedimos todo. Amén y amén.***

**Palabras de Saludo:**

Muy buenas noches nuevamente a todos los presentes, representantes religiosos y políticos y de diferentes entidades de la sociedad del Brasil.

En esta noche leemos un pasaje bíblico en San Lucas, capítulo 19, versos 37 al 44 (esto fue cuando Jesús tuvo Su entrada triunfal a Jerusalén):

“*Cuando llegaban ya cerca de la bajada del monte de los Olivos, toda la multitud de los discípulos, gozándose, comenzó a alabar a Dios a grandes voces por todas las maravillas que habían visto,*

*diciendo: ¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor; paz en el cielo, y gloria en las alturas!*

*Entonces algunos de los fariseos de entre la multitud le dijeron: Maestro, reprende a tus discípulos.*

*El, respondiendo, les dijo: Os digo que si éstos callaran, las piedras clamarían.*

*Y cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella,*

*diciendo: ¡Oh, si también tú conocieses, a lo menos en este tu día, lo que es para tu paz! Mas ahora está encubierto de tus ojos.*

*Porque vendrán días sobre ti, cuando tus enemigos te rodearán con vallado, y te sitiarán, y por todas partes te estrecharán,*

*y te derribarán a tierra, y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación.”*

Por no conocer el tiempo de la visitación de Dios a través de Jesús, todos los problemas que Cristo profetizó contra Jerusalén, le vinieron a Jerusalén.

Por eso tenemos que estar viviendo en este tiempo, conociendo el tiempo en que vivimos; no conforme a las estadísticas políticas o de alguna otra entidad, sino conforme a las profecías bíblicas.

Tenemos que conocer qué tiempo es este en el cual vivimos conforme a las profecías bíblicas, para poder conocer qué Dios está haciendo en este tiempo, y no estar ciegos y no rechazar el Programa que Dios está llevando a cabo en este tiempo final, porque Dios en cada tiempo ha estado haciendo algo. Y algunas personas se preguntan: “¿Qué ha estado haciendo Dios?” Ha estado cumpliendo Su Programa correspondiente a cada tiempo.

Algunos preguntan: “Y antes de Dios crear los Cielos y la Tierra, ¿qué estaba haciendo Dios? porque Dios es eterno.” La contestación es lo más sencillo de todo: programando lo que Él iba a crear, todo lo programó antes de la Creación.

Es como preguntarle a un arquitecto y a un ingeniero que están construyendo un edificio: “Bueno, ¿y qué ustedes estaban haciendo antes de estar construyendo el edificio?”

“Estábamos preparando los planos, estábamos realizando todos los planos de lo que íbamos a hacer.”

Y eso mismo era lo que Dios estaba haciendo; Dios es el Creador, Él es el Arquitecto y Creador de los Cielos y de la Tierra; y todo eso Él lo diseñó antes de la Creación; porque Dios no hace, nada a menos que lo haya planificado antes de la Creación.

Usted me preguntará: “¿Usted me quiere decir que lo que Dios esté haciendo hoy ya Él lo planificó antes de la Creación?” Exactamente. Dios no hace nada sin primero planificarlo. No es como algunas cosas que hacen cosas o hablan cosas, y dicen: “Yo no pensé lo que iba a decir.” Dios sí pensó todo lo que iba a hablar y todo lo que iba a hacer.

¿Y saben ustedes una cosa? Que todo lo que Dios ha hecho en el pasado, lo que está haciendo en el presente y lo que hará en el futuro, lo ha estado haciendo, lo hizo en el pasado, lo hizo en el presente y lo hará en el futuro a través de nuestro amado Señor Jesucristo.

Jesucristo es el heredero de toda la Creación. Nosotros somos coherederos con Cristo, y por medio de Jesucristo Dios creó todas las cosas, eso es lo que dice San Pablo en Hebreos, capítulo 1, verso 1 al 2: “Por quien asimismo hizo todas las cosas.”

Y entonces, ¿quién es Jesucristo que antes de la Creación existía? Es nada menos que el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto, es la persona más importante que ha pisado este planeta Tierra.

Algunas personas piensan que recibir a Cristo como su único y suficiente Salvador es una humillación para ellos; pero no, es el privilegio y prestigio y honor más grande que una persona puede tener: recibir al Rey de los Cielos y de la Tierra, para que Él nos permita su entrada a Su Reino eterno.

Por lo tanto, Cristo ordenó que se predicara el Evangelio a toda criatura, para que todo aquel que en Él crea, no se pierda, mas tenga Vida eterna. Cristo dijo en San Marcos, capítulo 16, versos 15 al 16:

“*Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.*

*El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”*

¿Quién es el que pierde? El que no cree en Cristo. ¿Quién es el que gana? El que cree en Cristo, obtiene la Vida eterna gratuitamente. Ninguna persona la puede comprar, ya el precio de nuestra salvación lo pagó Jesucristo en la Cruz del Calvario.

De todas las cosas grandes que el pueblo hebreo hizo, la más grande fue crucificar a Cristo, ¿por qué? Muchas personas hablan en contra del pueblo hebreo, pero Dios dijo en Éxodo, capítulo 19, versos 1 al 6, que Dios los escogió para ser un pueblo de sacerdotes y gente santa, para ser el pueblo como nación elegido por Dios, el pueblo Primogénito de Dios. Si es el primogénito, luego Dios va a crear otros pueblos.

Y ahora, siendo un pueblo de sacerdotes, tenía que ser el pueblo que trajera la crucifixión del Mesías; la muerte de Cristo en la Cruz del Calvario es el Sacrificio de la Expiación por los pecados del pueblo hebreo y de todo ser humano que vive en esta Tierra.

Dios ha provisto el Sacrificio de la Expiación para todos los seres humanos; por eso, ¿de dónde viene la salvación? De los judíos, y el mismo Mesías era un descendiente de Abraham según la carne.

Y ahora, todo ser humano tiene acceso al Sacrificio de la Expiación por nuestros pecados, recibiendo a Cristo como su único y suficiente Salvador, y siendo bautizado en agua en Su Nombre; y Cristo lo bautiza con Espíritu Santo y Fuego y produce en la persona el nuevo nacimiento, la persona nace del Agua y del Espíritu y entra al Reino de Dios, y así queda asegurado el futuro eterno de la persona con Jesucristo en Su Reino eterno.

Ninguna otra persona le puede asegurar al ser humano su futuro eterno, solamente Jesucristo en Su Reino eterno.

Y ahora, tenemos que reconocer el tiempo que nos toca vivir en este planeta Tierra, saber para qué hemos llegado a este planeta Tierra.

Algunos piensan que vinieron a la Tierra para comer, dormir, trabajar, regresar del trabajo, comer y dormir. Pero ése no es el propósito, eso es una añadidura. El propósito es que seamos rociados con la Sangre de Jesucristo y limpiados de todo pecado, y obtengamos la salvación y Vida eterna, y aseguremos nuestro futuro eterno con Cristo en Su Reino eterno. Ese es el propósito de nuestra existencia en esta Tierra.

Y cuando la persona comprende ese propósito y recibe a Cristo como Salvador, termina la angustia existencial de la persona. El ser humano tiene esa angustia existencial porque no sabe de dónde ha venido, no sabe porqué está aquí y no sabe hacia dónde va cuando muere.

Pero cuando la persona ha recibido a Cristo, ya sabe que ha venido de Dios, de la eternidad, y está en esta Tierra, en esta dimensión de luz, tiempo y materia, que son las primeras tres dimensiones: Luz, tiempo y materia, para hacer contacto con Cristo y obtener la Vida eterna, para así confirmar nuestro lugar en la Vida eterna y saber el porqué estamos aquí, y saber luego lo que será nuestra vida después de esta vida terrenal.

Cuando el creyente en Cristo muere, va al Cielo, al Paraíso; por lo tanto, no se preocupa la persona si ha de morir dentro de un año o dentro de cincuenta años, sabe que va a ir al Paraíso.

Ya la angustia existencial desapareció de la persona, es la única forma en que el ser humano puede libertarse de la angustia existencial. No hay otra forma.

Y ahora, sabiendo que Cristo es la persona más importante y está tan joven como cuando se fue al Cielo; si Él está tan joven y existe todavía, Él tiene el secreto de la Vida eterna.

La Vida eterna Dios la colocó en Jesucristo, y solamente a través de Jesucristo es otorgada al ser humano, por eso es que recibimos a Cristo como nuestro único y suficiente Salvador.

Millones de seres humanos, de hebreos y gentiles han recibido a Cristo como su Salvador, y todavía están recibiendo a Cristo como su Salvador millones de seres humanos.

Y ahora, nos encontramos en el tiempo final, donde Cristo va a completar Su Iglesia con Sus últimos escogidos, o sea, las últimas personas escritas en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero.

Tenemos que conocer el tiempo en que estamos viviendo, este es el tiempo del llamado final de nuestro amado Señor Jesucristo.

Nuestro amado Señor Jesucristo con Su cuerpo físico glorificado está en el Cielo en el Templo Celestial de Dios, a la diestra de Dios, como Sumo Sacerdote. Pero Jesucristo dijo que estaría con nosotros todos los días hasta el fin del mundo. Él está con nosotros en Espíritu Santo desde el Día de Pentecostés hacia acá; y por consiguiente Él ha estado obrando en cada tiempo y llamando Sus ovejas de etapa en etapa, de edad en edad.

Y las ovejas han escuchado la Voz de Cristo, esos son los escogidos de Dios escritos en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero.

Y ahora, estamos en el tiempo que tenemos que reconocer en qué tiempo estamos viviendo: estamos viviendo en el tiempo profético en donde Cristo está llamando Sus últimos escogidos.

Y cuando complete Su Redil, Su Iglesia, con los últimos escogidos, se levantará del Trono del Padre, resucitará a los muertos en Cristo en cuerpos glorificados, y a nosotros nos transformará, y nos dará la inmortalidad física en cuerpos eternos, inmortales y glorificados como Su cuerpo glorificado. Ese es el Programa de Dios, que Dios está llevando a cabo por medio de Jesucristo en medio de Su pueblo.

Tenemos que reconocer el tiempo que estamos viviendo, este es el tiempo más glorioso de todos los tiempos. Este es el tiempo en que líderes religiosos y líderes políticos y líderes de diferentes entidades estarán brazo a brazo creyendo en Cristo y sirviendo a Cristo y trabajando en favor del Programa de Dios para beneficio de todo el país.

Porque, vean ustedes, cuando Dios descendió con Sus Arcángeles Gabriel y Miguel en Génesis 18, visitó a Abraham, estaba materializado Dios y Sus Arcángeles Gabriel y Miguel, y comieron con Abraham.

Y luego le habló Elohim a Abraham de que había descendido, porque había escuchado el clamor de Sodoma y Gomorra; y el sobrino de Abraham estaba en Sodoma, y Abraham comenzó a interceder por Lot y la familia de Lot, y le pregunta: “Si hay allí cincuenta justos, ¿destruirás la Ciudad?”

Dios le dice: “No la destruiré por amor a esos cincuenta justos.”

Por amor a un grupo de personas justas ante Dios, personas que han sido lavadas con la Sangre de Cristo, Dios no destruye una Ciudad. Eso fue lo que dijo allá a Abraham. No destruiría a Sodoma y a Gomorra si encontraba cincuenta justos allá.

Y Abraham le dice: “Pero, ¿y si hay solamente cuarenta?” Dios le dice: “No la destruiré por amor a esos cuarenta justos.

Dios ama tanto a los creyentes en Él, que hasta detiene la ira contra el mundo por amor a esos escogidos.

Abraham continúa preguntándole: “¿Y si solamente hay treinta?”

Dios le dice: “No la destruiré por amor a esos treinta.”

“Y si solamente hay veinte?”

“No la destruiré por amor a esos veinte.”

“Ahora, hablaré por última vez: Si hay solamente diez?”

“No la destruiré por amor a esos diez.”

Miren todo lo que Dios puede hacer por amor a Sus hijos; y miren la bendición tan grande que hay para una ciudad y para una nación que hayan personas justas creyentes en Dios, son la seguridad de esa nación. Por esos justos Dios bendice a la nación completa.

Miren dónde está la bendición para una nación: en que haya personas creyentes en Dios, en el Nuevo Testamento creyentes en Cristo.

Por lo tanto, el mundo político al saber esto se asegura de que el Evangelio no tenga limitaciones para ser llevado por todos los lugares. ¿No es eso lo que hacían los reyes y faraones, que cuando sabían de un hombre de Dios, seguida lo buscaban, lo colocaban junto a ellos? ¿Para qué? Para asegurar el futuro y bienestar de su reino.

Así hizo el rey Nabucodonosor con Daniel; así hizo también el faraón de Egipto con José, y cuando vino la hambruna de siete años, hubo alimento en Egipto, porque José estaba frente a los negocios del rey.

Cuando un hijo de Dios es colocado en una posición política alta, eso muestra que hay una bendición grande para toda la nación. ¿Ven?

Por lo tanto, es importante estar trabajando brazo a brazo todos para el bienestar de la nación, los líderes religiosos y los líderes políticos juntos, buscando el bienestar de la nación. Solos, separados, no pueden hacer nada; pero unidos sí pueden hacer.

En el caso de Jonás que no quería ir allá a Nínive, y Dios iba a destruir a Nínive, pero ya fue en un submarino, en un pez muy grande; y cuando les predicó el juicio divino que iba a venir, el rey se arrepintió y todos los que trabajaban con el rey, su gabinete, y se humillaron ante Dios en cenizas, y pidieron perdón a Dios y Misericordia de Dios, y Dios tuvo Misericordia de ellos.

Y la destrucción que iba a suceder dentro de cuarenta días, según lo que Dios le dijo al Profeta Jonás, ahora, Dios pospuso esa destrucción. O sea, que fue diferida la destrucción, la pospuso; Dios no la quitó sino que la atrasó un poco.

Dios puede atrasar un juicio divino si el pueblo busca a Dios.

El mundo político representado en el rey de Nínive, vean ustedes, buscó a Dios con su pueblo, declaró ayuno para los seres humanos y los animales también para pedir la Misericordia de Dios, y obtuvo la Misericordia de Dios.

¿Ven? Por lo tanto, allí el Profeta de Dios representando a Dios con el rey, representando al pueblo, allí unidos, obtuvieron la Misericordia de Dios; aunque el Profeta no estaba muy de acuerdo con que Dios tuviera Misericordia del pueblo, porque el Profeta pensó: “Ahora, yo he profetizado que Dios va a destruir a Nínive en cuarenta días, y ahora Dios no los va a destruir, voy a quedar mal como Profeta.”

En vez de decir: “Gloria a Dios que el pueblo se arrepintió, y Dios que es Misericordioso tuvo Misericordia del pueblo, y ahora les puedo decir: ustedes han obtenido la Misericordia de Dios, Dios les ha dado más tiempo de vida.”

Dios puede posponer su juicio si el Mensajero de Dios y el pueblo, el mundo político y los líderes religiosos se unen para pedir Misericordia a Dios; y a lo menos pueden obtener la bendición de que Dios no destruya ese lugar, ese territorio, aunque destruya el resto del mundo.

Ahora, podemos ver la importancia de reconocer el tiempo que nos ha tocado vivir. Jerusalén no reconoció el tiempo de la visitación de Dios en Jesús, y entonces no pudieron obtener la Misericordia de Dios, y vino el juicio de Dios y fue destruida Jerusalén, fue destruido el templo y fueron crucificados tantos hebreos, que ya las cruces no cabían alrededor de las murallas de Jerusalén. ¿Por qué? Porque no conocieron el tiempo de la visitación de Dios.

Pero en este tiempo yo creo que hemos aprendido a través de la historia bíblica. Debemos reconocer el tiempo que nos ha tocado vivir, para poder obtener las bendiciones de Dios para nosotros como individuos y para nuestra familia y para nuestra comunidad y para nuestra nación.

Para este tiempo Dios tiene grandes bendiciones para Su pueblo y para las naciones también, para todos aquellos que reconocerán su tiempo como individuos y como naciones también.

Esperamos grandes bendiciones para la República del Brasil y para todos los ciudadanos del Brasil.

Que Dios les bendiga y les guarde a todos, y les permita comprender el tiempo que estamos viviendo, para que obtengan las bendiciones de Dios prometidas para este tiempo final.

Ha sido para mí un privilegio grande dirigirme a cada uno de ustedes en esta noche.

Que Dios les continúe bendiciendo a todos, y pasen todos muy buenas noches.

Dejo al Reverendo Salomón Cunha para continuar el programa de esta noche.

Dios les bendiga.

“**ACTIVIDAD ESPECIAL.”**