60 KiB
| title | date | activity | place | city | state | country | duration | public | youtube | rm | translations | files |
|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
| Buscadores de Señales | 2004-11-20 | 1 | Lima | Lima | PE | 01:39:52 | false | true |
Muy buenas noches, ministros, compañeros en el Cuerpo Místico de nuestro amado Señor Jesucristo; es una bendición grande para mí estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final.
Para lo cual deseo leer en Primera de Corintios, capítulo 1, verso 18 en adelante, donde dice:
“Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.
Pues está escrito:
Destruiré la sabiduría de los sabios,
Y desecharé el entendimiento de los entendidos.
¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?
Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.
Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría;
pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura;
mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios.
Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres, s, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.”
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
Nuestro tema es: “BUSCADORES DE SEÑALES.”
En los tiempos del Señor Jesucristo y de Sus Apóstoles, encontramos que hubo un pueblo, el pueblo hebreo, que era un pueblo buscador de señales. Ellos buscaban señales, pero vean ustedes, Cristo les habló en San Mateo, capítulo 16... Recuerden que hay señales físicas y hay señales espirituales; y hay señales en la Tierra, y hay señales en el Cielo también.
Ahora, en aquellos días de Jesús, vean, capítulo 16 de San Mateo, verso 1 en adelante (verso 1 al 4), dice:
“Vinieron los fariseos y los saduceos para tentarle, y le pidieron que les mostrase señal del cielo.
Mas él respondiendo, les dijo: Cuando anochece, decís: Buen tiempo; porque el cielo tiene arreboles.
Y por la mañana: Hoy habrá tempestad; porque tiene arreboles el cielo nublado. ¡Hipócritas! que sabéis distinguir el aspecto del cielo, ¡mas las señales de los tiempos no podéis!
La generación mala y adúltera demanda señal; pero señal no le será dada, sino la señal del profeta Jonás. Y dejándolos, se fue.”
Aquí en este pasaje, por tentar a Jesús, vinieron los fariseos y los saduceos pidiéndole una señal del Cielo, pidiendo señal del Cielo. Pero Jesús les dijo que no les daría señal del Cielo, les dijo: “Ustedes pueden discernir el tiempo, saber si va a hacer buen tiempo o mal tiempo mañana; porque ustedes miran al cielo y ven que el cielo tiene arreboles, y dicen: ‘Mañana será un buen tiempo; o sea, el día va a ser un día bonito, hermoso.”
Pero, vean ustedes, cuando ustedes por la mañana miran el cielo y ven arreboles, y ven el cielo nublado, dicen: “Va a llover.” Lo mismo que en la actualidad: miramos y vemos el cielo lleno de nubes, vemos que está nublado el cielo, y decimos: “Viene un aguacero,”y así por el estilo.
Ahora, esas son señales que están ahí en el aire, y que ya hasta los niños las conocen. Y por lo tanto, si usted ve que el cielo está nublado con nubes de agua, y usted no presta atención a esas señales, y se va sin el paraguas o sin la capa, o sale para algún lugar, y no sale en un automóvil, para luego llegar a un lugar donde esté protegido, de seguro se va a mojar; porque no dio atención a la señal que indicaba que iba a llover.
Ahora, estas señales tienen que ver con las condiciones del tiempo.
Y ahora, en cuanto a las condiciones del tiempo espiritual, para el cual Dios va a cumplir las promesas, también hay señales establecidas por Dios. Y no tiene que ver... y no son señales de un milagro que se ha hecho o algo así, sino que cada tiempo y cada cosa tiene sus propias señales. La señal del tiempo si va a ser bueno o malo, uno la mira en el cielo, y sabe si va a venir lluvia o si va a ser un día de sol.
Ahora, tenemos que lo más importante no son las señales de milagros físicos, sino las señales del tiempo profético en el cual las personas están viviendo; para las personas saber que al ser manifestadas esas señales, el tiempo ha llegado para Dios cumplir las profecías correspondientes a ese tiempo.
Y por ejemplo, para el día de la aparición de Jesús en la escena, las señales que daban testimonio de la Venida del Mesías, de que aquel era el tiempo para la Venida del Mesías; y todas las señales apuntaban directamente a Jesucristo como el Mesías; comenzó Su ministerio en la semana número 70, y tuvo un ministerio en donde el Espíritu Santo fue el que obró a través de Él. Y ninguna otra persona durante esa semana número 70, ninguna otra persona calificó para ser el Mesías prometido, excepto una sola persona, y Su Nombre es SEÑOR JESUCRISTO.
Por ejemplo, si los grandes eruditos de la religión hebrea dicen que Jesús no es el Mesías, y no pueden presentar a otra persona como el Mesías prometido que haya aparecido en ese tiempo y haya cumplido todas las profecías mesiánicas, entonces las profecías mesiánicas del libro del Profeta Daniel están equivocadas; porque el Profeta Daniel dijo que a la mitad de la semana número setenta, la vida al Mesías le sería quitada.
Por lo tanto, hay que buscar entonces cuál fue la otra persona que le fue quitada la vida al Mesías a la mitad de la semana número 70; porque tiene que haberse cumplido esa profecía, y el único que está identificado con esa profecía y que murió a la mitad de esa semana setenta, es nuestro amado Señor Jesucristo. ¿Ven?
Pero el incrédulo no puede creer. Cristo dijo a los que no querían creer en Él: “Ustedes no pueden creer, porque no son de mis ovejas.” ¿Ven? Aunque Dios cumpla delante de sus ojos las profecías, no las pueden creer. Tienen ojos, pero no pueden ver; y oídos, pero no pueden oír, oír la Voz de Dios, y corazón, pero no pueden creer. No nace la fe ahí en su alma, porque la fe viene por el oír la Palabra; y si no la escuchan, sino que la combaten, ¿cómo va a nacer la fe en ellos?
Ahora, vean las señales que hubo en aquellos días, que daban testimonio que el Mesías estaba en la Tierra; aun años antes al ministerio de Jesús apareció la estrella, una estrella llamada actualmente: “La estrella de Belén,” la cual los magos vieron, los cuales estaban por allá por Babilonia; y miraron de Babilonia hacia Jerusalén; o sea, miraron del Este hacia el Oeste, y vieron la estrella de Belén; como los hebreos van a mirar del Este hacia el Oeste, para ver el cumplimiento de lo que ellos están esperando en este tiempo.
Dice el Reverendo William Branham: “Cuando ellos vean a Cristo venir por Su Iglesia, ellos dirán: ‘Este es el que nosotros estamos esperando.” Y ahora la Iglesia está en la etapa que corresponde al continente Americano, corresponde al Oeste. Ya la séptima edad de la Iglesia se cumplió en la parte Norte del continente Americano; y solamente queda la parte de la América Latina y el Caribe, para Cristo llamar y juntar Sus escogidos correspondientes a la Edad de la Piedra Angular, al Lugar Santísimo del Templo Espiritual de Cristo; y también para de ahí extenderse y llamar a todos los escogidos que estén en otras naciones.
Por lo tanto, así como los magos miraron de Este a Oeste, también los hebreos en este tiempo tendrán que mirar de Este, de la tierra de Israel, al Oeste, al continente Americano, para ver a Cristo cuando Cristo se levante del Trono del Padre, tome el Título de Propiedad, lo abra en el Cielo, y haga Su Obra de Reclamo, y se manifieste en medio de los escogidos del Día Postrero, resucite a los muertos creyentes en Él, y nos transforme a nosotros los que vivimos, van a estar con nosotros en este tiempo final.
Vean, ¿dónde dice la Escritura que aparecieron los santos que resucitaron cuando Jesús resucitó? En Jerusalén. Y Jesús apareció también en Jerusalén; y después en otros días pasó a otros lugares; porque la etapa, vean...
¿Y dónde fue la resurrección? En la tierra de Israel; porque aquella etapa del Programa de Dios se estaba cumpliendo, ¿dónde? Allá en Israel. Y la etapa de la crucifixión de Cristo, del Sacrificio de la Expiación, se estaba cumpliendo, ¿dónde? En Jerusalén. En Jerusalén era que el sumo sacerdote tenía que sacrificar el macho cabrío de la expiación. ¿Ven? Y en Jerusalén Cristo tuvo que ser sacrificado.
Ahora vean, allá mismo fue donde Él resucitó y resucitaron los santos del Antiguo Testamento. Pero ahora la Iglesia del Señor Jesucristo, que es la Jerusalén Celestial, y que es el Israel Celestial, se encuentra en la etapa correspondiente a la América Latina y el Caribe. Por lo tanto, hay grandes bendiciones para los creyentes en Cristo latinoamericanos y caribeños.
Ahora, eso es la bendición más grande que Cristo daría a Su Iglesia en una etapa de Su Iglesia, que es la etapa correspondiente a nuestro tiempo; en otras etapas dio grandes bendiciones. Pero la bendición más grande corresponde a este tiempo final.
Vean, para el tiempo en que Jesús vino, la religión hebrea bajo el Pacto del Antiguo Testamento o el Pacto Antiguo, se encontraba en su séptima etapa, la séptima edad y el Mensajero era Juan el Bautista; y luego apareció aquél del cual Juan dijo que un varón mayor que él y primero que él, vendría después de él, el cual los bautizaría con Espíritu Santo y Fuego.
Luego encontramos que la esencia de todas las profecías mesiánicas... ¿Saben cuál es la esencia de todas las profecías mesiánicas? Tiene un nombre la esencia, se llama SEÑOR JESUCRISTO, porque Él es la realidad alrededor del cual giran todas esas profecías mesiánicas.
Y ahora, encontramos que aparece Jesús, comienza Su ministerio, comienza, llega a donde Juan está, Juan no lo quiere bautizar, le dice: “Yo tengo necesidad de ser bautizado por Ti, ¿y Tú vienes a mí para que yo Te bautice?” Algo sabía Juan acerca de Jesús, por lo cual Juan dice: “Soy yo el que tengo necesidad de ser bautizado por Ti.” O sea, que ahí mismo Juan reconoce que Jesús es mayor que Juan.
¿Sería que Juan en los días en que Jesús era un niño, y Juan era un niño también, jugaron juntos, y Jesús haría o hablaría ciertas cosas, o haría ciertos milagros? ¿O sería que el padre de Juan: Zacarías; y la madre de Juan el Bautista: Elisabet, lo instruirían, y le dirían que su primo, el hijo de la virgen María, era el Mesías, al cual él le prepararía el camino? Porque Zacarías era un sacerdote, un hombre bien instruido; y Elisabet era familia de la virgen María.
Por lo tanto, Juan tenía un conocimiento mayor del que aparece ahí; o sea, él sabía algo. Y aun más: él lo presentaba y decía que el que vendría después de él era mayor que él, porque era primero que él. Y él dice: “Yo no lo conocía, pero el que me mandó a bautizar me dijo: ‘Sobre aquel que tú veas al Espíritu Santo descender sobre Él en forma de paloma, ése es Él.’ Y yo lo vi y he dado testimonio de que ése es el Hijo de Dios. Ése es aquel al cual yo le he estado preparando el camino, ése es aquél del cual yo dije que vendría después de *mí, ése es el que les va a bautizar con Espíritu Santo y Fuego. Yo solamente les bautizo con bautismo de arrepentimiento, les bautizo en agua. Pero ése que viene después de mí, el cual es Jesús, ése es el que les va a bautizar con Espíritu Santo y Fuego.”
Juan el Bautista fue el Mensajero de la séptima edad de la Iglesia hebrea bajo la Ley. Pero ahora, vean ustedes, estaba Jesús allí, el Mensajero para la edad y de la Edad de la Piedra Angular, porque Él mismo es la Piedra Angular. El Mensajero allí que vendría después de Juan el Bautista, al cual le estaba preparando el camino, era la Piedra Angular.
Por lo tanto, la edad de Jesús obligatoriamente tiene que ser la Edad de la Piedra Angular; porque la Piedra angular misma era el Mensajero: Jesús; y por consiguiente tenía un Mensaje de Piedra Angular.
Ahora, allí estaban dos señales: físicas y espirituales a la misma vez siendo manifestadas, en el cumplimiento de las profecías mesiánicas; allí estaba el precursor, la voz de uno clamando en el desierto, y preparándole el camino al Señor, conforme a Isaías, capítulo 40, verso 3 en adelante; y conforme a Malaquías, capítulo 3, verso 1 al 2. Allí estaba el Mensajero que fue enviado delante de Él, del Señor, para preparar al Señor un pueblo bien apercibido.
El Arcángel Gabriel cuando le habló al sacerdote Zacarías, le dijo que tendría (el sacerdote Zacarías) un hijo a través de su esposa Elisabet, el cual sería grande delante de Dios, y sería Profeta, sería un Profeta, el cual le prepararía al Señor un pueblo bien apercibido, y vendría en el espíritu y virtud de Elías. Eso está en el capítulo 1 de San Lucas.
Y ahora, Juan el Bautista era una señal grande, una señal viviente allí en medio del pueblo hebreo; y si estaba allí el precursor, en algún lugar tenía que estar el precursado.
¿Pero iba a venir el precursado cuando apareció Juan el Bautista predicando? No, ya había venido hacia veintinueve años y pico, ya estaba en la Tierra.
Cuando comenzó el cumplimiento de la promesa de la Venida del Mesías, nadie se dio cuenta, excepto muy pocas personas. Pero estaba allí, estaba en el vientre de la virgen María, luego estaba naciendo en Belén de Judea, luego fue llevado a Egipto; y luego de Egipto fue traído a Nazaret, y allí tuvo una etapa de niño, de adolecente, de joven. No sabemos a los cuántos años vino de Egipto Jesús, pero fue una edad de niño muy pequeña, porque el rey Herodes, luego que murió, el Ángel le dijo que viniera a la tierra de Israel, regresara a Israel.
Ahora, encontramos que la señal de todas esas profecías mesiánicas estaba allí, esa era la señal más grande.
Vean, en Isaías nos muestra en el capítulo 7, verso 14, que la presencia de Jesús en la Tierra naciendo en Belén de Judea era la señal más grande. Dice capítulo 7, verso 14 de Isaías:
“Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.”
Y ahora, una virgen embarazada, una virgen concibiendo y quedando embarazada, era una señal grande, era una señal de que el tiempo profético para la Venida del Mesías había llegado; y luego naciendo en Belén de Judea ese niño, era la señal inequívoca de que la profecía de la Venida del Mesías era una realidad en medio del pueblo hebreo, y transcurrieron veintinueve años y medio para Él manifestarse a Israel como el cumplimiento de las profecías mesiánicas; como la esencia de las profecías mesiánicas.
Ahora, estando presente Juan el Bautista predicando y Jesús predicando allí, allí tenían dos grandes señales: la señal del precursor y la señal del precursado allí siendo una realidad. La Venida del precursor y la Venida del precursado, eso era la señal más grande, esa señal, esas dos señales del Cielo las pasaron por alto. De Juan el Bautista decían: “Este es un hombre que tiene demonios porque no come ni bebe.” *Dijeron hablando de Juan.
Pero ahora cuando llega el Hijo del Hombre, Jesucristo, dicen de Jesús: “Este es un hombre comilón y bebedor de vino, y amigos de publicanos, de pecadores.” ¿Ven? A uno porque no comía decían que tenía demonios, y al otro porque comía le decían que era comilón, y amigo de publicanos.
Pero el incrédulo siempre va a buscar cosas y poner defectos, poner faltas, para decir: “Por eso es que yo no creo.” No creían porque comía mucho Jesús, o porque bebía y comía con los publicanos; no creían ¿por qué? Porque eran incrédulos. El incrédulo no puede creer. Podían decir: “No, no creemos por eso.” Pero miren, otros vieron que Jesús comía con publicanos y que le gustaba comer, y creyeron. ¿Ven?
Por lo tanto, el creyente cree, no importa que el enviado, no importa que no coma o que coma, no importa que sea chiquito o que sea alto, no importa que sea flaco o que sea barrigón. Eso no tiene nada que ver. Lo que tiene que ver es que sea el cumplimiento de lo que Dios prometió, que sea la esencia de lo que fue profetizado, de lo que fue prometido. Y por cuanto la esencia es el cumplimiento, pues es de olor grato, agradable, al creyente. Pero al incrédulo le da alergia, ese perfume no lo quiere; son alérgicos a la esencia de las profecías.
Ahora, les gusta lo artificial, no lo real; les gustan los tipos y figuras, pero no el cumplimiento de los tipos y figuras.
Vean, todos los sacrificios que Dios ordenó al pueblo hebreo realizar, son tipo y figura ¿de quién? De Jesucristo. En Cristo fueron cumplidos. Por lo tanto, Jesucristo es la esencia de todos los sacrificios que el pueblo hebreo realizó, los cuales fueron ordenados por Dios, comenzando desde el Sacrificio realizado allá, el cual Dios realizó para darle pieles a Adán y a Eva.
Vean, la esencia es un hombre: nuestro amado Señor Jesucristo. Cristo es la esencia de todos los tipos y figuras de la Venida del Mesías, y de Su Sacrificio en la Cruz del Calvario, tipificado allá en todos esos sacrificios.
La esencia de los sacrificios es el Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario; y la esencia de la religión hebrea es el cristianismo. ¿Ven? Que gira alrededor de Cristo, porque toda la religión hebrea gira alrededor de Cristo, el cual fue tipificado, y el cual es el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto. El Mesías, Cristo, el Ungido, es nada menos que el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto; y todo gira alrededor del Ángel de Jehová, del Ángel del Pacto, en quien estaba y está y estará eternamente Dios.
Por eso el Ángel de Jehová cuando le apareció a Moisés en el capítulo 3 del Éxodo, le dijo: “Yo Soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.” El Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. ¿Ven? Y ese es Cristo en Su cuerpo angelical. ¿Ven?
Por lo tanto, todo lo del Antiguo Testamento se convirtió en una realidad en el Nuevo Testamento. Por eso la esencia del Antiguo Testamento es el Nuevo Testamento. El Antiguo Pacto es el tipo y figura del Nuevo Pacto que sería establecido por Cristo, el Mesías; y la Sangre que era derramada bajo el Antiguo Pacto, es tipo y figura de la Sangre del Nuevo Pacto, que es la Sangre de Jesucristo, es la Sangre del Pacto eterno.
Por lo tanto, la esencia de la sangre de los animalitos que eran sacrificados es la Sangre de Cristo derramada en la Cruz del Calvario.
Y ahora, hemos visto cómo fallaron en ver las señales y entender lo que significaban esas señales; porque una señal tiene un significado. Si usted va por la carretera manejando, y ve un rótulo con una flecha que está doblada así, eso significa... la esencia de esa señal que usted está viendo es una curva cerrada que va a encontrar más adelante. Y si usted no presta atención a esa señal que ve, y sigue a una velocidad rápida, cuando llegue a esa curva, el auto no va a poder tomar esa curva rápida, y va a tener un accidente.
¿Ven? El accidente también lo tuvieron los hebreos cuando no vieron la señal y no reconocieron que el Mesías estaba allí, y después le vino la destrucción de la ciudad, del templo, y la persecución en diferentes tiempos, que por poco exterminan al pueblo hebreo. ¿Ven? Porque no prestaron atención a las señales que estaban ordenadas por Dios para ser vistas en el tiempo de la Venida del Mesías; ni siquiera vieron el calendario hebreo que decía que en la semana setenta y a la mitad de la semana número setenta, le sería quitada la vida al Mesías. ¿Ven?
Pero esa señal estaba allí en la Cruz del Calvario, a la mitad de la semana setenta estaba levantado el Hijo del Hombre en la Cruz del Calvario, para que todo aquel que en Él cree no se pierda, mas tenga Vida eterna, para que pueda vivir la persona eternamente. Así como los que eran mordidos por serpientes venenosas, miraban a la serpiente de bronce levantada en un asta, y no morían, sino que vivían.
Ahora, podemos ver que es muy importante saber cuáles son las señales que Dios ha establecido para el tiempo que a la persona le toca vivir. Ver las señales que ya se cumplieron y las cosas que Dios cumplió, eso está bueno, porque obtenemos un conocimiento histórico, y nuestra fe crece. Pero tenemos que obtener también el conocimiento del tiempo que nos ha tocado vivir, y ver las señales proféticas que tienen que estar manifestadas en la Tierra, en nuestro tiempo, y saber qué cosas Él ha prometido para el tiempo en que estemos viendo esas señales.
Ahora, así como cuando Juan el Bautista estaba ministrando, él estaba ministrando en la séptima edad de la Iglesia hebrea bajo la Ley. Iglesia, pues significa, ¿qué, Miguel? “Los sacados fuera,” ¿verdad? Por lo tanto, ellos eran los que habían salido fuera en el éxodo, salieron, y por consiguiente siendo los sacados fuera, los que salieron eran la Iglesia de Dios del Antiguo Testamento, el pueblo de Dios del Antiguo Testamento.
Y ahora, en el Nuevo Testamento los sacados fuera son los creyentes en Cristo, porque han sido sacados fuera del mundo y del reino de las tinieblas, en el Éxodo que Cristo ha realizado, un Éxodo espiritual.
Y Ahora, han transcurrido las diferentes etapas o edades de la Iglesia, y en la séptima edad de la Iglesia, la cual se cumplió en Norteamérica, Dios envió a Su Séptimo Ángel Mensajero, el cual vino con el espíritu y virtud de Elías en la séptima edad; así como Juan vino en la séptima edad con el espíritu y virtud de Elías; y vino Juan para precursar la Primera Venida de Cristo, vino para preparar un pueblo para que estuviera bien apercibido y recibiera al Mesías en Su Primera Venida, lo reconociera.
¿Para qué? Para que pudieran recibir el Espíritu Santo, porque el que vendría después de Juan sería el que los bautizaría con Espíritu Santo y Fuego, y produciría el nuevo nacimiento; nacerían a la Vida eterna en el Reino eterno de Cristo, o sea, obtendrían esa transformación interior, y obtendrían el cuerpo angelical eterno.
Para este tiempo final estamos viviendo en un tiempo paralelo al tiempo de Juan el Bautista, y de Jesús, y ya para la séptima edad envió al Reverendo William Branham con el espíritu y virtud de Elías, como precursor de la Segunda Venida de Cristo. Y él dice: “Quizás yo no esté aquí cuando él venga, pero este Mensaje introducirá a Cristo al mundo.”
Por eso también en alguna ocasiones, el Reverendo William Branham dice que el Ángel le dijo que así como Juan el Bautista fue enviado para precursar la Primera Venida de Cristo, dice: “Tu Mensaje precursará la Segunda Venida de Cristo.” Es que el Mensaje y el Mensajero es la misma cosa.
Ahora, encontramos que si estamos en un tiempo paralelo, y él fue el Mensajero de la séptima edad, así como Juan el Bautista fue el Mensajero de la séptima edad de la Iglesia hebrea bajo la Ley, y luego vino la Edad de la Piedra Angular, la Edad de Cristo; y los discípulos del Señor Jesucristo, ¿dónde estaban? En la Edad de la Piedra Angular; los de Juan estaban en la séptima edad.
Cuando Cristo murió, fue sepultado y resucitó, apareció, ¿a quién? No a los discípulos de Juan, sino a Sus discípulos.
¿Y con quién resucitaron los santos del Antiguo Testamento? Con Jesús, no con Juan sino con Jesús; porque el que traía la resurrección sería, no el precursor sino el precursado.
Y luego, el Día de Pentecostés, ¿quiénes fueron los que recibieron el Espíritu Santo? ¿Los discípulos de Juan o los discípulos de Jesús? Los discípulos de Jesús; los de Juan no recibieron nada, excepto aquellos que habían sido discípulos de Juan y luego siguieron a Jesús, esos sí; de los cuales hubo allí algunos que estaban el Día de Pentecostés. Porque los discípulos de Juan, como Andrés y Juan el Apóstol, habían seguido a Juan, pero después siguieron a Jesús, cuando Juan dijo: “He aquí el Cordero de Dios.” Cuando ellos oyeron eso: “Pues sí para eso es que hemos estado siguiendo a Juan: para que nos oriente, porque queremos recibir al Mesías en Su Venida.”
Para eso fue que Dios lo envió: para preparar un pueblo que estuviera bien apercibido y recibiera al que vendría después de Juan, para que pudiera recibir la transformación interior, la transformación espiritual. Y para tener un pueblo bien apercibido y recibir la transformación física es que Dios ha enviado al precursor de la Segunda Venida de Cristo: para tener un pueblo bien apercibido que esté atento, y pueda ver y comprender el tiempo en que estamos viviendo en este tiempo final, y pueda ver las señales espirituales, y pueda ver las señales en el Cielo, y darse cuenta que estamos en el tiempo correcto.
Ya Dios envió al precursor de la Segunda Venida de Cristo y con el precursor vino el Mensaje que alerta al pueblo para que estén atentos al próximo paso del Programa Divino, que es la Venida del precursado; y el Mensaje del precursor, dice el precursor: “Este Mensaje introducirá a Cristo al mundo.” Por lo tanto, en el Mensaje y con el Mensaje del precursor se podrá identificar todo lo relacionado a la Segunda Venida de Cristo.
Y no fallará, estará siendo cumplido todo lo que ha sido profetizado con relación a la Segunda Venida de Cristo, pero cada cosa en su debido momento; y así como con la Primera Venida de Cristo, el precursado, Jesús, bautizaría con Espíritu Santo y Fuego a todos los creyentes en Él. Pero vean, primero tenía que hacer la Obra de Redención en la Cruz del Calvario.
Para el Día Postrero en la Segunda Venida de Cristo en la Obra de Reclamo, Cristo traerá a los muertos en Cristo en cuerpos glorificados, y a nosotros nos transformará. Eso será para los que habrán visto al precursor y creerán todo lo que el precursor dijo; y de acuerdo a como el precursor dijo que vendría el que vendría después de él, verán al que vendría después del precursor, creerán en Él, estarán creyendo en el misterio del Séptimo Sello, estarán creyendo en el misterio de la Segunda Venida de Cristo, tendrán la Voz de Cristo, la Voz de los Siete Truenos, que revela el misterio del Séptimo Sello; y ellos estarán creyendo en la Segunda Venida de Cristo.
Así como los creyentes de Juan, que luego siguieron a Jesús, estaban creyendo en la Primera Venida de Cristo, y creían, y luego cuando Cristo hizo la Obra de Redención, luego ya el Día de Pentecostés estaban creyendo en esa Obra de Redención, porque cuando Pedro predicó, dijo: “Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el Nombre de Jesucristo, para perdón de los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo.”
Vean, tenían todo ese conocimiento, lo creían de todo corazón; pues Cristo les había enseñado también en San Lucas, capítulo 24, versos 41 al 48, que era necesario que el Cristo padeciese, padeciera y resucitara al tercer día, conforme a la Ley, a los Profetas y a los Salmos, conforme a lo que estaba ahí escrito; y que se predicara en Su Nombre - que resucitase al tercer día y que se predicase en Su Nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados. ¿Ven?
Y ahora, encontramos que estos creyentes en Cristo creían en la Primera Venida del Mesías, y en Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario. Esas personas fueron las que recibieron el Espíritu Santo y por consiguiente recibieron la transformación espiritual, obtuvieron el cuerpo angelical. Y para este tiempo final, habrá un grupo de personas en este planeta Tierra, que comparado con la población mundial, será un grupo pequeño.
Y ese grupo tendrá el conocimiento de la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario, y habrá recibido la transformación interior espiritual, tendrá el cuerpo angelical, eterno, y por consiguiente habrá nacido de nuevo cada creyente en Cristo; y luego tendrá también la revelación divina de la Segunda Venida de Cristo, la cual creerá de todo corazón, y estará esperando la transformación física: el cuerpo físico glorificado.
Así como recibimos el cuerpo espiritual angelical, recibiremos el cuerpo físico glorificado. Esto será para los creyentes en el Séptimo Sello, para los creyentes en la Segunda Venida de Cristo; porque conforme a las profecías bíblicas, vean... veamos aquí en Primera de Tesalonicenses, capítulo 4, dice (verso 14 en adelante), dice:
“Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él (¿ven? Los traerá con Él en Su Segunda Venida).
Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor (¿ven? Los que habremos quedado ¿hasta cuándo? Hasta la Venida del Señor), no precederemos a los que durmieron.
Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.
Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.”
Y ahora, veamos Filipenses, capítulo 3, verso 20 al 21. Vean que la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación nuestra es para el tiempo de la Segunda Venida de Cristo. Es Cristo el que producirá la resurrección de los muertos creyentes en Él, y la transformación de nosotros los que vivimos.
“Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;
el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra (¿ven? En Su Venida transformará ¿qué? El cuerpo de la humillación nuestra), para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya (para que sea un cuerpo glorificado como Su cuerpo glorificado), por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.”
Así que para los que estarán en esta Tierra en el Día Postrero y estarán viendo y recibiendo al Señor en Su Segunda Venida, será la transformación de sus cuerpos; y para los muertos en Cristo, los cuales van a ser resucitados, porque Cristo pasará por el Paraíso y los resucitará en cuerpos glorificados; y también juzgará a los diferentes Mensajeros que Él ha enviado.
Ahora, para poder recibir la transformación espiritual y obtener el nuevo nacimiento y obtener el cuerpo angelical, tuvimos que creer en la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención; para recibir la transformación física tenemos que creer en Su Segunda Venida y en Su Obra de Reclamo, que Él ha prometido hacer en este tiempo final.
Así como hemos creído en la Primera Venida de Cristo como el Cordero de Dios, los creyentes en Cristo para el Día Postrero, los cuales serán transformados, creerán también en la Segunda Venida de Cristo como el León de la Tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo.
Ese es el misterio del Séptimo Sello, el cual estarán creyendo todos los escogidos de Dios, y por consiguiente tendrán la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero; porque la fe para Rapto o de Rapto es la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. Así como para ser transformados interiormente tuvimos que creer en la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario.
Ahora, podemos ver que la fe de Rapto la dan los Truenos, porque los Truenos son los que hablan, es la Voz de Cristo como el León de la Tribu de Judá clamando como cuando ruge un león, y Siete Truenos emitiendo Sus voces, y abriendo el misterio de Su Venida, el misterio del Séptimo Sello. Ese misterio será para los escogidos que van a ser transformados.
Sin esa revelación no habrá ni resurrección de los muertos en Cristo, ni transformación para nosotros los que vivimos. Por lo tanto, las señales que buscamos no son señales y milagros y cosas así; buscamos la señal establecida por Dios. La señal de la Venida del Señor, así como hemos visto la señal de la Venida del precursor de la Segunda Venida de Cristo.
La presencia de Juan el Bautista era una señal grande de que el Mesías ya estaba por allí, y la señal del precursor de la Segunda Venida de Cristo en esta Tierra, mientras estuvo en Su ministerio terrenal, era una señal grande de que se había llegado al tiempo más importante de la Iglesia del Señor Jesucristo.
Por lo tanto, luego la señal de Jesús predicando con un grupo de creyentes, trabajando con Él en la Obra de Dios y llevando el Mensaje por todos los lugares, y Él enviándolos: primero envió a Sus doce Apóstoles de dos en dos, y después envió a los setenta que estaban con Él también.
Vean, ese movimiento era un movimiento divino, era un movimiento de Dios, era un movimiento espiritual de Dios; y eso era una señal grande de que ya el Mesías estaba en la Tierra y tenía un grupo que le seguía, el cual estaba siendo preparado para obtener el nuevo nacimiento. Mientras ellos estuvieron con Jesús no habían nacido de nuevo, hasta el Día de Pentecostés.
Por lo tanto, ellos estaban a la expectativa, sabían que ya el Mesías estaba con ellos. Pedro lo sabía, y los Apóstoles. Pero todavía el cumplimiento de la transformación espiritual no llegaba, hasta el Día de Pentecostés, hasta que murió, resucitó y ascendió al Cielo; y diez días después de eso obtuvieron el nuevo nacimiento. ¿Ven?
Algunas veces vemos una profecía y pensamos que se va a cumplir seguida que comience a verse el cumplimiento. No. Puede tener un lapso de tiempo desde que comienza a verse el cumplimiento, hasta que se cumple todo el Programa Divino correspondiente a esa profecía. Pero ellos, vean, no comprendían todo el Programa. Pero Jesús sí lo comprendía.
Vean, cuando Jesús les habla de enviar el Espíritu Santo, de Él irse para enviar el Espíritu Santo, se ponen tristes en vez de ponerse contentos; no comprendían que cuando Jesús se fuera enviaba el Espíritu Santo y producía en ellos el nuevo nacimiento, y entonces obtenían la Vida eterna, y obtenían el cuerpo angelical, y obtenían poder de lo alto.
Vean todas las bendiciones que estaban ahí, y ellos querían que Jesús se quedara con ellos y siguiera de un lugar a otro predicando. Pero no era así el Programa.
También para el Programa de la Segunda Venida de Cristo hay muchas cosas muy importantes que estarán llevándose a cabo, y que todo lo que está prometido para la Segunda Venida de Cristo se va a cumplir en forma progresiva, cada cosa en su debido momento.
Por lo tanto, tenemos siempre que tener ese conocimiento para ser pacientes, porque Dios ha sido más paciente con nosotros, que lo que nosotros hemos sido con Dios. Pero que Dios cumpla lo que Él tiene para nuestro tiempo, y nos abra el corazón y el entendimiento para entender y creer de todo corazón.
Vean, para nuestro tiempo, dice el Reverendo William Branham que es un asunto de la Palabra. Por lo tanto, lo que necesitamos es la Palabra. Dice el Reverendo William Branham que las señales tienen un propósito, los milagros tienen un propósito, pero que lo más importante es la Palabra.
Ahora, vamos a ver si encontramos rápidamente aquí en la página 164, párrafo 1463 del libro de “Citas,” dice:
“Apocalipsis 10, dijo que en la hora del Mensaje del Séptimo Ángel, cuando él comienza a proclamar su Mensaje, no en un servicio de Sanidad, sino el Mensaje que sigue el servicio de sanidad.”
Y ahora vamos a pasar a otra página: la 166, párrafo 1483, dice:
“Y entonces Él prometió, en la hora del Mensaje del séptimo ángel, los Siete Sellos serían revelados; y los misterios de Dios serían declarados (Apocalipsis 10) cuando el séptimo ángel comienza a sonar su Mensaje, no el servicio de sanidad, el Mensaje que sigue el servicio de sanidad.”
¿Ven? Por eso tuvo las etapas de la señal en la mano, que eso fue representado en la pesca que el Ángel le estaba enseñando a realizar; luego el leer o el conocer los pensamientos del corazón de las personas; y después la Tercera Etapa era la Palabra.
Vamos a ver otro lugar donde él habla acerca de las señales. Vamos a leer la 169, párrafo 1508, dice (párrafo 1508):
“Y mi Mensaje...Todo el tiempo sabiendo allí atrás debajo de sanidad, etcétera, que era sólo para captar la atención de la gente, sabiendo que el Mensaje vendría. Y aquí está.”
¿Ven? La sanidad divina es para captar la atención de la gente, para que la gente vean que Dios está en la escena obrando para que se sienten, de estén tranquilos y escuchen la Voz de Dios, el Mensaje de Dios para ese tiempo.
Y ahora, ya ninguna persona que ha escuchado y ha creído el Mensaje del precursor, ninguna persona debe estar esperando ver milagros, ver sanidad divina para escuchar la Voz de Dios, y creer lo que Dios nos habla en nuestro tiempo. Ya Dios nos ha colocado en una etapa en donde no necesitamos ver milagros, señales, sanidades y cosas así, para creer. Sino que creemos sin ver señales y milagros, creemos la Voz de Dios, la Palabra de Dios que Él nos da para nuestro tiempo, creemos toda la Palabra de Dios revelada para nuestro tiempo. Sin necesidad de ver milagros.
Por eso es que el Reverendo William Branham dice que los milagros van a ser para Israel. ¿Por qué? Porque los judíos buscan ¿qué? Señales.
Ahora, encontramos que para la Iglesia y en medio de la Iglesia no se van a ver los milagros, hasta que llegue la Tercera Etapa, cuando venga la apretura. Vamos a ver aquí... Pero va a venir una etapa y eso va a llamar la atención de los hebreos, pero esa etapa va a estar acompañada con la Palabra también; porque a la Palabra le van a seguir muchas señales. Pero será en esa Tercera Etapa.
Dice en la página 114, párrafo 1002, dice:
“Habrá un ministerio que mostrará grandes maravillas, Joel así lo dijo. Pero no habrá tiempo para la redención. Todo entonces es terminado, porque el Cordero ya habrá tomado Su Libro y la Redención habrá cesado. Jesús predicó y fue rechazado; luego prosiguió hacia aquellos que estaban encarcelados y no podían arrepentirse; ya no había tiempo para la salvación. ¡Ese mismo ministerio tendrá que repetirse! ¿Que tal si eso pudiese ser la Tercera Etapa, a los que están perdidos eternamente?”
Ahora vean, para el tiempo en que va a suceder todo esto de grandes maravillas y milagros. También acá la página 119, párrafo 1057, dice... vamos a ver la 555 también:
“Mi misión, y yo creo que Dios me ha llamado para... yo tengo que decir unas cosas personales hoy día porque eso es lo que les dije que iba a hacer. ¿Ven? Y decirle al mundo. Mi misión, yo creo, en la tierra ¿es qué? Es precursar la Palabra venidera. ¿Ven? La Palabra venidera, que es Cristo. Y Cristo en Él tiene el Milenio y tiene toda cosa allí directamente, porque Él es la Palabra.”
En la Palabra venidera estará ¿qué también? El Milenio; y estará todo lo que Él ha prometido para nuestro tiempo. La Palabra venidera, el Verbo, la Palabra, Cristo.
¿Y cómo está prometido que vendrá la Palabra? El Jinete del Caballo Blanco de Apocalipsis 19, es el Verbo, la Palabra viniendo. Y cuando nuestro Señor aparezca sobre la Tierra, cuando la Palabra aparezca sobre la Tierra...
Ahora, vamos a leer acá, en la página 119, párrafo 1057:
“La cosa que hemos estado mirando hacia adelante por tantos años, 4 ó 5 años (pueda ser que más) es la Tercer etapa que ha sido vindicada. Y yo estoy seguro que ustedes saben lo que es. Nunca habrá una personificación de esto, no puede haberla; ahora está en existencia y yo he sido amonestado de esto: que esto aquí ya ha acontecido, para que pueda identificar Su presencia entre nosotros; pero esto no será usado en grande manera, hasta que el concilio empiece con su apretura. Y cuando lo haga, los Pentecostales y etc. casi personificarán cualquier cosa que se pueda hacer. Pero cuando venga ese tiempo (la apretura), entonces ustedes verán lo que han visto temporalmente, manifestado en su poder absoluto.
Ahora, yo continuaré evangelizando, así como me fue comisionado al principio, así seguiré.”
Vean, y Jesucristo antes de ser crucificado, continuó también evangelizando. Y Juan evangelizó hasta que lo tomaron preso y lo mataron.
“Pero ustedes tienen la Palabra y ustedes sabrán adonde mirar y en qué están parados. Yo debo de continuar evangelizando. Y amigos míos, quédense firmes y continúen moviéndose (no se pueden quedar estancados, ¿verdad, Miguel? Dice: “Continúen ¿qué? Moviéndose.” Y moviéndose es llevando el Mensaje, trabajando en la Obra de Cristo) porque la hora se aproxima rápidamente cuando algo se va a hacer; ahora tú vas a ver algunas cositas raras que pasarán, nada pecaminoso. No quiero decir esto, pero quiero decir algo raro de lo que es una inclinación regular, porque a lo que he alcanzado ahora en el ministerio, estoy deteniéndome y mirando el lugar, y esperando para usarlo; pero se va a usar.”
Él miraba para ver, para usarlo en su tiempo, pero no era el tiempo para usarlo. ¿Ven?
“Y todo mundo sabe de cierto que así como el primero fue identificado (o sea, la primera etapa), también el segundo fue identificado. Y si tú piensas muy de cerca, tú que eres espiritual (como la Biblia dice: ‘Esto es para aquel que tiene sabiduría.’). El tercero es propiamente identificado. Nosotros sabemos dónde está. Así que la Tercera Etapa está aquí, es tan sagrado que no debo hablar mucho de ello, como Él me dijo en el principio.
Él me dijo: ‘De esto no hables nada.’ ¿Ustedes recuerdan años atrás? Ella habla por sí mismo (o sea, la Tercera Etapa habla por sí mismo)... Ella habla por sí mismo. Pero traté de explicar los otros (o sea, la primera etapa y la segunda) e hice un error en mi opinión (yo no digo que el Señor me dijo esto). Esto será lo que empezará la fe para el Rapto, para irse. Yo tendré que quedarme callado por un tiempecito.
Ahora recuerden (y tú que estás oyendo esta cinta): tú vas a ver un cambio en mi ministerio, luego decayendo; no levantándose.”
Ahora vean, dice que va a haber un cambio, decayendo; lo mismo que Juan el Bautista dijo: “A mí me conviene menguar, decaer.”
“...decayendo; no levantándose, decayendo. Ya estamos en la edad y no puede ir más allá.”
Y ahora, si no puede ir más allá ese ministerio, pues no va a tener nada más para hacer, porque ya está llegando a su final; y ahora, cuando se fue, es como Pablo: ya Pablo terminó su labor y no puede ir más allá en su trabajo aquí en la Tierra, no puede venir a trabajar, porque ya él terminó su tiempo. Pero cuando venga con su grupo, si le dan trabajo para hacer, lo va a hacer.
Pero no puede decir: “Voy a predicar para aumentar el grupo de mi edad.” Ya su edad pasó. Pero si los que están vigentes le dan a hacer algo, lo va a hacer con su grupo.
“Tenemos que esperarnos aquí un minuto hasta que esto acontezca acá, para alcanzarlo; y entonces viene el tiempo y la presión está en un lugar donde tú estás oprimido. Entonces, mira lo que estoy preparando para decirte en estos momentos: ‘Mire la Tercera Etapa, entonces será absoluta y totalmente para los perdidos, pero será para la Iglesia y la Novia.”
O sea, será para el mundo, para las vírgenes fatuas y para las vírgenes prudentes. Y esto es lo que los hebreos van a ver cuando llegue el momento.
“Tal vez sea que estoy construyendo una plataforma para que alguien más suba en ella, tal vez yo sea llevado antes de este tiempo. Pero yo creo que estamos tan cerca que yo no me moriré de edad avanzada. Y siendo de cincuenta y cuatro años, no me moriré viejo (o de viejo) hasta que Él esté aquí, o sólo que sea disparado, asesinado o alguna otra cosa, de algún modo muerto, pero no por la edad avanzada, hasta que Él venga. Tal vez yo no lo haré, pero este mensaje introducirá a Jesucristo al mundo. Así como Juan el Bautista fue enviado como precursor a la Primera Venida de Cristo, así este mensaje será precursor de la Segunda Venida de Cristo. Y Juan dijo: ‘He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.’ Así es que será paralelo en todo y yo sé que será.”
Será paralelo, ¿cómo? En todo. Así que si queremos ver lo que será en nuestro tiempo, veamos lo que fue en los días de Juan y de Jesús. Esos dos hombres en la Tierra fueron la señal más grande. Juan fue una señal grande, una antorcha que ardía, era la mecha encendida del séptimo vaso o de la séptima lámpara del candelero o candelabro.
Así como el Reverendo William Branham fue la séptima mecha, el séptimo Mensajero encendido por el Espíritu Santo en la séptima edad de la Iglesia del Señor Jesucristo, fue la mecha encendida del séptimo vaso del candelabro.
Y ahora, estamos viviendo en el tiempo más glorioso de todos los tiempos. La humanidad es una humanidad buscadora de señales; y la séptima edad así como le aparecieron allá los de la séptima edad de la Iglesia hebrea bajo la ley, diciéndole a Jesús: “Muéstranos una señal del Cielo para creer en Ti.” ¿Ven? La séptima edad de la Iglesia gentil es también una edad buscadora de señales.
Pero cuando el Ángel le habló al Reverendo William Branham, vean, él hace hincapié en lo que le dijo el Ángel. En el libro de “Los Sellos,” página 471, dice... esto fue cuando lo subió y lo colocó en una actividad de Carpa. Dice:
“Y en eso le arranqué duro y la carnada se salió del agua, y vi que tenía un pez, pero era tan pequeño que parecía la piel del pez adornando la carnada. Entonces oí la Voz que me dijo: ‘Te dije que no hicieras eso.’
Entonces comencé a llorar; y la cuerda la tenía toda enredada. Estaba llorando con la cabeza inclinada, y dije: ‘Dios, perdóname. Yo soy tan torpe. Perdóname.’ Tenía esta cuerda, y en la mano tenía el zapatito de niño muy pequeño. La cuerda que tenía en la mano era como del grueso de mi dedo, como de un centímetro, y el agujero en el zapatito, tenía como un milímetro y yo estaba tratando de meter esa cuerda en ese agujerito. En eso la Voz me dijo: ‘No puedes enseñarles las cosas sobrenaturales a los bebés pentecostales. ¡Déjalos!”
Le ordena el Ángel que deje a los bebés pentecostales; dejarlos, viene a dejar la séptima edad. ¿Ven?
“Entonces me alzó y me colocó en un lugar muy elevado donde había una reunión (vean, donde había una reunión; por lo tanto, no era una reunión de él, era de alguien), y parecía una carpa o una especie de catedral. Yo miré, y así a un lado parecía que había una cajita, un lugar pequeño. Y esa luz que ustedes ven sobre la fotografía estaba hablando con alguien más arriba de donde yo estaba. Se fue volando de donde yo estaba, y se fue a posar sobre la carpa, y dijo: ‘Te encontraré allí. Esto será la Tercera Etapa, y no se lo dirás a nadie.
Y allá en el Cañón Sabino, Él me dijo: ‘Esta es la Tercera Etapa.’ Hay tres cosas muy grandes que acompañan la Tercera Etapa. Una de ellas se abrió ayer, otra hoy, y queda una cosa que no puedo interpretar, porque está en un idioma desconocido (por lo tanto, no está en Inglés).
Pero estuve allí parado, y lo miré directamente; y esta es la Tercera Etapa, lo que viene. Y el Espíritu Santo de Dios.”
¿Ven? Es el Espíritu Santo de Dios en esa etapa, en esa Tercera Etapa, y está en un idioma desconocido. Así que él estuvo visitando, a través de la cortina del tiempo pasó para visitar una actividad de lo que será en la Tercera Etapa, cuando sea adoptado el que tiene que ser adoptado para esa manifestación de la Tercera Etapa.
Por lo tanto, las grandes señales y maravillas que están prometidas para ser realizadas, corresponde a esta Tercera Etapa cuando venga la apretura. Por lo tanto, para nosotros antes de venir la apretura y venir esa manifestación plena de la Tercera Etapa, ¿qué tendremos? La Palabra. No necesitamos milagros, maravillas ni nada, sino oír la Palabra de Dios correspondiente a nuestro tiempo.
Y con esa Palabra, que es la Palabra revelada para nuestro tiempo, es que obtenemos así la fe, la revelación del Séptimo Sello, para obtener, para esperar y obtener la transformación de nuestro cuerpo; y esperar también la llegada de los santos del Nuevo Testamento, que vendrán en este tiempo final en algún momento.
Por lo tanto, continuamos, no buscando señales sino buscando la Palabra de Dios, la cual ya no está en ninguna de las siete edades, ¿dónde está? En la Edad de la Piedra Angular. Ahí es donde está el Espíritu Santo dándonos, ¿qué? Su Palabra revelada para este tiempo final, con la cual nos revela todas las cosas que deben suceder en este tiempo final; y así es como Él nos alimenta con Su Palabra revelada, que es el Maná escondido, que es el Pan espiritual para nuestra alma.
Y tenemos una montaña de Pan. El Pan nuestro de nuestro Día, de la Edad de la Piedra Angular. Ese es el Pan que tenemos para nuestro tiempo.
Nuestro tema fue: “BUSCADORES DE SEÑALES.”
El mundo está buscando señales y también los de la séptima edad están buscando señales. Pero nosotros predicamos a Cristo, y a éste crucificado; y predicamos el misterio de la Primera Venida de Cristo y el misterio de la Segunda Venida de Cristo; a Cristo como Cordero de Dios muriendo en la Cruz del Calvario y a Cristo como el León de la Tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo.
Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta noche, dándoles testimonio en nuestro tema.
Que Dios les bendiga grandemente y les use grandemente en Su Obra, en Su Reino en este tiempo final. Y adelante llevando la Palabra revelada para nuestro tiempo, por todos los lugares; y esa Palabra hará aquello para lo cual ha sido enviada en este tiempo final.
Vean, la Palabra prometida para cada tiempo, cuando viene hace aquello para lo cual Dios la ha enviado. Y cuando viene encarnada, pues a través de ese velo de carne hace aquello para lo cual ha venido esa Palabra encarnada en ese tiempo.
Por ejemplo, en cada edad se preguntarían: “¿Y por qué puede hacer esas cosas ese Mensajero?” Y en los días de San Pedro: “¿Por qué puede hacer esas cosas San Pedro?” Y en los días de Jesús: “¿Por qué puede hacer esas cosas Jesús?” Porque es la Palabra, el Verbo, la Palabra hecha carne, encarnada en un hombre llamado Jesús. Y luego vino en los diferentes Mensajeros. Y la Palabra es la que hace la Obra, es Cristo en Espíritu Santo manifestado, el Verbo manifestado en cada Mensajero.
Algunos preguntan siempre: “Algún secreto tiene, para poder hacer todas esas cosas.” ¿Cuál es el secreto? La Palabra, la Palabra viniendo en carne y manifestándose a través de carne, y siendo una Palabra creadora, hace aquello para lo cual ha sido enviada la Palabra, el Verbo hecho carne.
Que Dios les continúe bendiciendo a todos, y dejo nuevamente al Reverendo Miguel Bermúdez Marín con nosotros para continuar. Ustedes buscan el resto, estudiando encontrarán el resto, para no hablar tan claro en esta noche. Pero busquen la página 256, 131 también, de “Los Sellos.” La 57 y 59, la 134, la 146, la 352, la 469 también, la 472, la 474 y 476, y todas esas páginas por ahí dan testimonio de las cosas que hemos hablado en esta noche.
Y la página 481, 482, 483 y 484. Todo eso en el libro de “Los Sellos,” en español. Todo eso da testimonio de lo que hemos estado hablando en esta noche. Y también del libro de “Las Edades,” la página 43, la página 53 y la página 265; y otros lugares más: la página 373 también, la página 376, la página 377. Todas esas páginas del libro de “Las Edades,” dan testimonio de lo que hemos hablado en esta noche.
Así que les he dado esas páginas, para que si quieren profundizar más en lo que hemos hablado, tengan dónde encontrar más información.
Esto también ustedes lo encuentran en diferentes mensajes, por ejemplo, en el tomo 77. Este tomo contiene mucha información de todo el Programa Divino correspondiente a nuestro tiempo. Los temas que tiene ahí, todos los temas que tiene son bien, pero que bien importantes, en donde hay mucha revelación de todo el Programa Divino correspondiente a nuestro tema. Y pienso que es uno de los tomos más completos, diríamos, con más revelación divina.
Bueno, que Dios les continúe bendiciendo. Miguel les leerá los temas. Ya ustedes quizás lo tienen todos, pues, Miguel se los leerá también de nuevo, si desea.
Que Dios me los bendiga y les guarde, y oren mucho por mí para la actividad de mañana, que Dios se manifieste grandemente y cumpla lo que Él tiene programado para mañana. Y que Dios les bendiga y les guarde a todos. Con nosotros el Reverendo Miguel Bermúdez Marín para continuar.
Oren mucho por nuestro hermano Bermúdez. Mientras él llega les voy a decir algunas cositas de él. Y cuando ustedes saben que él va a viajar para el África, vayan con él en ese viaje: orando por él, y también ayudando, colaborando económicamente cada uno de ustedes y vuestras congregaciones también; porque así la labor que él haga allá cuenta para cada uno de ustedes, y para la congregación de ustedes también; será una obra que será hecha en el África, pero que cada uno de ustedes con la congregación que Dios les ha dado, estará trabajando en esa Obra en el África, aunque no vayan personalmente al África.
Así que lo más que ustedes deseen y puedan hacer para esos viajes misioneros que Miguel da, en donde van otras personas también, y Miguel los ayuda también a ellos; ustedes también tengan parte en esa labor.
Así que ya a principios de año ya va a estar viajando también, y también otras personas; ministros de diferentes países van a estar viajando con él en esa labor misionera.
Bueno, que Dios les continúe bendiciendo a todos, y con nosotros nuestro amigo y hermano, el misionero, Reverendo Miguel Bermúdez Marín.
Que Dios les bendiga y les guarde a todos.
Para este viaje misionero que Miguel va a dar en el principio del año. ¿El segundo mes del año es? Posiblemente. Vamos a darle un empujón bien grande, porque va a estar más tiempo: el doble o el triple de tiempo. Por lo tanto, el gasto va a ser mayor, va a ser el triple o mucho más, y van quizás a ir más personas; porque el trabajo allá se ha multiplicado, tienen hambre de oír la Palabra de Dios; y las cantidades de personas y de ministros, es grande también.
La última reunión que tuviste o de las últimas que tuviste, ¿cómo cuántos ministros eran, Miguel? Como 32 pastores. Pero que hay en esos lugares congregaciones hasta, ¿de cuántas personas?.. 32 pastores que fueron. Pensemos que cada boleto le salga a 1000 dólares, por 32 pastores. Más de 1000 dólares cada boleto. Más de 2000 dólares. ¿Más los boletos de allá? Más los boletos que tienen que comprar cuando están en el África, para viajar por el África, que son carísimos. En el mismo África, de un sitio a otro, hasta 1600 dólares un boleto nada más.
Así que el gasto, estábamos hablando Miguel y yo. Con lo que él gasta en un solo viaje, ¿nos da para cuántos recorridos? De un año completo aquí. Lo que él gasta en un sólo viaje allá, nos daría para 4 ó 5 años para los boletos que pagamos nosotros o que paga Miguel, y nos sobra después, nos sobra para otros viajes más. Por lo menos entonces 5 años el dinero que se necesita para un viaje al África, de los que da Miguel con otros ministros y todo, daría ese dinero para nosotros viajar como 5 años.
Pero también el resultado es grande. Me estaba diciendo Miguel que le han dicho que hay congregaciones allá, ¿de cuántos miles? Hasta de trece mil miembros, que están interesados también en oír. Y entonces, pues, es como el clamor del varón macedonio, macedónico, que dijo en sueños a Pablo, o en visión: “Pasa a Macedonia y ayúdanos.”
Así que están clamando por la Palabra. Y si Dios llega a completar con africanos la Iglesia, pues gloria a Dios. Lo importante es que Dios complete Su Iglesia, y entonces resucite a los muertos en Cristo, nos transforme a nosotros, y nos vamos con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
Bueno, que Dios les continúe bendiciendo a todos.
Ya vieron que el gasto, pues, es grande. Así que tenemos que darle un buen empujón (como decimos nosotros) a Miguel, económicamente, para que así, pues no se vea apretado. ¿Cuánto te sobró del viaje cuando regresaste? Con 97 dólares para no quedarse sin dinero, por si acaso tenía en un aeropuerto que... un taxi o algo. Y otros regresaron, ¿con cuánto? Otros regresaron con menos; o sea, que a lo mejor ni para pagar un taxi.
Así que también es una inversión en el Reino de Cristo, lo que hacen todas las personas que trabajan en esta labor, y colaboran como ministros y también con las congregaciones que ustedes tienen.
Bueno, que Dios les continúe bendiciendo a todos. Y ya hemos oído que va a viajar ya pronto, y que el gasto, pues es grande. Pero Dios nos ha permitido tener las facilidades, y Dios nos ha dado las congregaciones para respaldar a nuestro hermano Bermúdez en esa labor misionera apostólica. Dios nos ha permitido tener un Apóstol grande acá entre nosotros en este tiempo final, y vamos a estar brazo a brazo con él.
Un Apóstol es un misionero, y nosotros creemos en esos ministerios. Por lo tanto, vamos a estar brazo a brazo con ese ministerio que Dios ha colocado en medio de Su Iglesia en este tiempo final. Yo estaré siempre también brazo a brazo con Miguel en esa labor.
Bueno, que Dios les bendiga y les guarde. Esto, no sé si Miguel les dijo acerca de internet: que hemos estado transmitiendo. Ya hasta en el África han estado viendo.
Que Dios les bendiga a los pastores de Colombia, y a todos los ministros que están en las diferentes naciones, si están los de África también que Dios les bendiga. Y los de Brasil también, Dios les bendiga a todos allá en Brasil, a todos los ministros allá en Brasil. Ya escucharon. Así que vamos a estar brazo a brazo con Miguel para darle un empujón grande económicamente en este viaje. Y también orando por nuestro hermano Miguel.
Hagan saber también a los hermanos en las diferentes congregaciones de este viaje misionero, en donde Miguel va a ir con un grupo también de ministros, para que así todos tengan la oportunidad de tener parte en este viaje misionero que va a ser de grande bendición para el África y para todos los que estarán trabajando en ese viaje misionero, aunque estén en sus diferentes países acá en la América Latina y el Caribe. Desde acá ayudando a Miguel, pues estaremos yendo con Miguel en ese viaje misionero.
Bueno, que Dios les continúe bendiciendo a todos los que están aquí presentes, y los que están a través de internet.
Que Dios les bendiga y les guarde a todos. Y hasta mañana, Dios mediante.
Aquí mismo es que va a ser todo. Si se vio bien allá, pues se ve bien mañana, mejor y más también. Siempre es bueno tener los viernes y los domingos actividades en un sitio donde se pueda hacer la transmisión, para que así, pues puedan escuchar hasta en el África también. Y así, pues, sea de bendición para todos los lugares, y también tengan los bautisterios.
Ya con un bautisterio o dos bautisterios no da, ¿verdad? [El hermano miguel dice: 102 se bautizaron ayer en el culto de Trujillo] De Trujillo. Y el grupo que pasó era grandísimo, lo otros se quedan para los otros días. [Dice el hermano Miguel: Y el día anterior en un culto de día, con el hermano Benigno, se bautizaron más: 40 personas]. Con un video. [Dice el hermano Miguel: Con un video, no estuvo el hermano William. Pero un video se puso y la Obra la hizo Dios, la Palabra; la misma Palabra hizo la Obra] Amén.
Así que ya para mañana, pues, deben de los ministros cercanos de traer bautisterios también, ¿verdad? Para tener suficiente, y así pues el tiempo de bautismos se hace más corto.
Bueno, que Dios les bendiga y les guarde, y adelante trabajando en la Obra del Señor Jesucristo. Amén.
“BUSCADORES DE SEÑALES.”