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Lecciones de la Naturaleza 2003-07-11 1 Santiago de Cali Valle del Cauca CO 00:00:00 false

Muy buenos días, amados amigos y hermanos presentes; es para mí un privilegio y bendición grande estar con ustedes hoy viernes 11 de julio del año 2003 aquí en Cali, Colombia, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. Reciban todos saludos de mi esposa Erica y los niños reciban saludos de América y de Yahannah Gabriela.

Para esta ocasión, leemos en San Juan, capítulo 12, verso 23 en adelante (palabras de nuestro amado Señor Jesucristo):

Jesús les respondió diciendo: Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado.

De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.

El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará.

Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.

Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora.

Padre, glorifica tu nombre. Entonces vino una voz del cielo: Lo he glorificado, y lo glorificaré otra vez.

Y la multitud que estaba allí, y había oído la voz, decía que había sido un trueno. Otros decían: Un ángel le ha hablado.

Respondió Jesús y dijo: No ha venido esta voz por causa mía, sino por causa de vosotros.

Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera.

Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a mí mismo.”

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

Nuestro tema es: “LECCIONES DE LA NATURALEZA.”

Nuestro amado Señor Jesucristo en Su ministerio terrenal, usó la naturaleza en Sus prédicas y utilizó muchas parábolas, para representar en esas parábolas cosas celestiales. Y el mismo Cristo en la naturaleza y las cosas de la naturaleza, Él está tipificado como el Árbol de la Vida, está tipificado como el Pan de Vida que ha descendido del Cielo, está tipificado también como el Sol de Justicia, está tipificado por consiguiente en el sol. Él dijo: “Yo Soy la Luz del mundo, el que me sigue no andará en tinieblas, más tendrá la Luz de la vida (tendrá la luz de la Vida eterna).” Por lo tanto, la persona tendrá el bautismo del Espíritu Santo, para así la persona tener el nuevo nacimiento y tener Vida eterna.

Ahora, en las lecciones de la naturaleza, encontramos en las parábolas de Cristo; por ejemplo, a la raza humana representada en dos grupos, y esa parábola nos muestra estrictamente la raza humana dividida en dos grupos; esto es en la parábola del trigo y de la cizaña, donde Cristo muestra que la cizaña representa los hijos del malo, los hijos del diablo, y el trigo representa los hijos del Reino, o sea, los hijos de Dios.

Tenemos que ser realistas y comprender que en las lecciones de la naturaleza, la hierba mala representa a los hijos del maligno y la hierba buena y provechosa representa a los hijos e hijas de Dios.

Ahora, encontramos que en estas parábolas en donde Cristo utiliza la naturaleza para enseñar con cosas naturales, que los seres humanos ya conocen, enseñar las cosas celestiales que los seres humanos no conocen. Ahí en esas lecciones de la naturaleza estamos nosotros representados. Estamos representados como el trigo de Dios: los hijos del Reino, estamos representados en esta parábola o en estas parábolas, tanto del Nuevo como del Antiguo Testamento; en árboles también. Por ejemplo, en el Salmo 1, dice:

Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos,

Ni estuvo en camino de pecadores,

Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;

Sino que en la ley de Jehová está su delicia,

Y en su ley medita de día y de noche.

Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas,

Que da su fruto en su tiempo,

Y su hoja no cae;

Y todo lo que hace, prosperará.”

Así están representados los justos, los que sirven a Dios.

Y ahora, “son como el árbol, como árbol plantado junto a corrientes de aguas.” Esas corrientes de aguas son nada menos que el Espíritu Santo en donde está plantada la persona.

Cristo en una ocasión dijo: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.” Eso está en el capítulo 7 de San Juan, capítulo 7, versos 37 al 39, donde dice:

En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.

El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.

Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.”

Y ahora, estos ríos de agua viva es el Espíritu Santo viniendo a la persona y manifestándose en la persona, y así el Espíritu Santo está dentro de la persona y corre dentro de la persona como un río de agua viva. Ése es el río de agua viva, el agua viva también que Cristo le ofreció a la mujer samaritana, es una fuente que salta para Vida eterna.

Y ahora, siendo que estamos representados en árboles, como también en la planta de trigo, también encontramos que el olivo representa a los Dos Ungidos y representa también a los hijos e hijas de Dios, en donde el Espíritu Santo es manifestado; porque el olivo es el que produce las aceitunas, de donde se saca el aceite. Por lo tanto, el olivo tiene dentro el aceite y el aceite representa el Espíritu Santo, y cada hijo e hija de Dios está representado en una plantación de olivos, porque el Espíritu Santo está en esos hijos e hijas de Dios, o sea, en la Iglesia del Señor Jesucristo.

Ahora, encontramos que en la Escritura nos habla de los Dos Olivos allá en el libro del Profeta Zacarías, capítulo 4, versos 1 al 14, y dice que esos Dos Olivos son los Dos Ungidos que están delante de la presencia de Dios, porque estos Dos Olivos, que son los ministerios de Moisés y Elías que estarán manifestados en el Día Postrero en la Tierra en medio de la Iglesia de Jesucristo y después en medio del pueblo hebreo.

Vean, estos dos ministerios mayores para el Día Postrero están representados en dos árboles de olivos y dos ramas de olivo, porque Dios, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento (Apocalipsis, capítulo 11, verso 3 en adelante) nos da esa lección de la naturaleza y con la naturaleza; por lo tanto, en la naturaleza todas las cosas celestiales están tipificadas, están reflejadas.

Por lo tanto, necesitamos comprender estos misterios de la naturaleza para ahí ver, comprender, el Programa Divino Celestial que Dios estará cumpliendo en este tiempo final, como ha cumplido Su Programa correspondiente a cada etapa de las edades pasadas.

Ahora, hemos visto que en las lecciones de la naturaleza nosotros estamos incluidos, y todo ser humano está incluido ahí; por esa causa es que Cristo hablaba usando palabras y usando por consiguiente la naturaleza, las cosas de la naturaleza, las cosas que ya los seres humanos conocía.

Vean, en el capítulo 13, versos 9 en adelante, dice (de San Mateo):

El que tiene oídos para oír, oiga.

Entonces, acercándose los discípulos, le dijeron: ¿Por qué les hablas por parábolas?

El respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado.”

A unas personas les es concedido por Dios conocer los misterios del Reino de los Cielos, y a otras personas no es concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos.

¿A quiénes dijo Cristo que era concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos? A los creyentes en Él que le estaban siguiendo. Y a todo creyente en Cristo, seguidor de Cristo le es concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos, por lo tanto, conocerán estos misterios contenidos en estas parábolas y en todas las profecías de la Biblia, porque a ellos es concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos.

Pero a los que no siguen a Cristo, no les es concedido conocer estos misterios, ¿porque de qué le sirve a ellos conocer estos misterios si no siguen a Cristo nuestro Salvador?

Para los que no siguen a Cristo, vean ustedes, encontramos que están tipificados en la cizaña; los que siguen a Cristo están tipificados en el trigo. Y es concedido a los creyentes en Cristo conocer las lecciones de la naturaleza dadas por Cristo en el Nuevo Testamento y también dadas por el Espíritu Santo en el Antiguo Testamento, a través de los Profetas pasados.

Ahora, veamos en las lecciones de la naturaleza el Árbol de la Vida, tipifica, es Cristo, Cristo se representa en un Árbol, pero ese Árbol es Jesucristo nuestro Salvador; el árbol de ciencia del bien y del mal es el diablo, trajo el mal, trajo el pecado para la raza humana. También dice: “Al que venciere, le daré a comer del Árbol de la Vida.”

Así que, vean ustedes, no es que va a comer de un árbol literal para vivir eternamente, sino que es Cristo, el Árbol de la Vida, Él dijo: “Yo Soy el Pan de Vida, Yo Soy el Pan vivo que descendí del Cielo, si alguno come de este Pan, vivirá eternamente.” ¿Ven? Es comer de Cristo. Él dijo también: “El que no coma mi Carne y beba mi Sangre, no tiene vida permaneciente en sí.”

Por lo tanto, hay que comer a Cristo como - así como comemos alimento *espiritual para alimentar nuestro cuerpo físico, nos comemos la revelación de Jesucristo, y eso es comernos a Cristo para alimentar nuestra alma. “Porque no solamente de pan vivirá el hombre sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios.”

Por lo tanto, la persona que recibe a Cristo como su Salvador personal arrepentido de sus pecados y es lavado por Cristo con Su Sangre, es limpiado con la Sangre de Cristo de todo pecado, y es bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y Cristo lo bautiza con Espíritu Santo y Fuego, esa persona ha obtenido el nuevo nacimiento y ha entrado al Reino de Dios, y esa persona ha comido del Árbol de la Vida, ha comido de Cristo, se ha comido a Cristo, ha creído por la fe creyendo que está comiendo a Cristo, está recibiendo la Palabra de Cristo, el Evangelio, está creyendo lo que dice el Evangelio: que Cristo vino para salvar, buscar y salvar lo que se había perdido, y que Cristo vino para morir por nosotros en la Cruz del Calvario.

Por lo tanto, todas estas verdades bíblicas, al creerlas nos estamos comiendo esa Palabra, y Cristo es la Palabra, por lo tanto, estamos creyendo en Cristo y eso es comernos a Cristo.

Por lo tanto, toda persona creyente en Cristo nacido de nuevo, se ha comido a Cristo creyendo en Él. Ésa es la forma en que tenemos que comernos a Cristo, como se comían el cordero pascual en medio del pueblo hebreo desde la noche de la pascua en adelante allá en Egipto, y cada año luego realizaban la pascua y comían el cordero pascual.

Y nuestra Pascua en el Nuevo Testamento es Jesucristo, el cual fue crucificado, para que nosotros comamos la Pascua creyendo en Jesucristo como nuestro Salvador, lavemos nuestros pecados en Su Sangre, seamos bautizados en agua en Su Nombre, y recibamos Su Espíritu Santo, y obtengamos así Vida eterna. Ésa es la única forma en que el ser humano puede obtener la Vida eterna.

Encontramos en San Marcos y en San Lucas palabras hermosas que nos hablan de cómo es que el ser humano obtendría el conocimiento de la Redención o salvación del alma. Dice en San Lucas, capítulo 24, versos 45 en adelante:

Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras;

y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día;

y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.”

Y ahora, en el Nuevo Testamento se predica el arrepentimiento y el perdón de los pecados en el Nombre del Señor Jesucristo, porque no hay otro Nombre dado a los hombres en que nosotros podamos ser salvos, solamente hay un Nombre y ese Nombre es SEÑOR JESUCRISTO. No busque la salvación en otro nombre. La salvación para el alma de todo ser humano está en el Nombre del Señor Jesucristo.

En el libro de los Hechos, capítulo 4, verso 12, dice:

Porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.”

No hay otro Nombre, el Nombre de salvación es Señor Jesucristo, Él es el único que puede perdonar tus pecados y mis pecados, cuando arrepentidos los confesamos a Él, y Él nos perdona y con Su Sangre nos limpia de todo pecado. También dice Cristo en San Marcos, capítulo 16, versos 15 al 16:

Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.

El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”

Aquí podemos ver que obtener la salvación del alma es algo sencillo para el ser humano: es creer en Jesucristo como nuestro Salvador personal, y Cristo nos perdona, nos limpia con Su Sangre preciosa y somos bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo y Cristo nos bautiza con Espíritu Santo y Fuego, y así obtenemos el nuevo nacimiento y así entramos al Reino de Dios; pues el que no nazca del Agua y del Espíritu, no puede entrar al Reino de Dios, pero el que nace del Agua y del Espíritu ha entrado al Reino de Dios. De eso fue que habló Cristo a Nicodemo en el capítulo 3 de San Juan, versos 1 al 6.

Y ahora, toda persona desea entrar al Reino de Dios, y por consiguiente toda persona desea nacer de nuevo; y para eso toda persona necesita creer en nuestro amado Señor Jesucristo. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquél que en Él cree, no se pierda, mas tenga Vida eterna.” Tan sencillo como eso: Todo aquél que en Él cree, no se perderá, sino que tendrá Vida eterna, vivirá eternamente con Cristo en Su Reino.

¿Qué otra persona le promete al ser humano darle Vida eterna? Solamente hay uno y ése es Jesucristo nuestro Salvador.

Y el alma de todo ser humano anhela vivir eternamente, por lo tanto, el alma de todo ser humano desea a Jesucristo, el alma de todo ser humano desea la salvación, por lo tanto, el alma de todo ser humano desea a Jesucristo. Y por eso es que se le da la oportunidad a todo ser humano para recibir a Cristo como su Salvador personal, para que obtenga el perdón de sus pecados, sea limpiado con la Sangre de Cristo, sea bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo y Cristo lo bautice con Espíritu Santo y Fuego, y así reciba el nuevo nacimiento y entre al Reino de Dios, y tenga Vida eterna.

Toda persona para vivir eternamente con Cristo en Su Reino, tiene que recibir al Rey de ese Reino, tiene que recibir a Jesucristo, que es el Rey de ese glorioso Reino de Dios. Por lo tanto, toda persona necesita a Jesucristo como su Salvador.

Por eso fue que a través del Evangelio se ha estado anunciando desde los Apóstoles, a Cristo, dando a conocer el misterio de la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario.

Ya Dios no requiere que los seres humanos estén sacrificando animalitos por el pecado, porque ya todos esos tipos y figuras de sacrificios de animalitos, ya llegaron a su final cuando Jesucristo murió en la Cruz del Calvario.

Antes de Cristo morir en la Cruz del Calvario, se requería que los seres humanos sacrificaran animalitos por el pecado, en donde los pecados del ser humano eran colocados en esos animalitos, y por el pecado del ser humano era que esos animalitos morían, y la sangre de esos animalitos cubría el pecado de las personas delante de Dios.

Pero ahora, ya por nosotros y por nuestros pecados Cristo murió en la Cruz del Calvario como el Cordero de Dios que quitó el pecado del mundo. Juan el Bautista cuando presentó a Cristo dijo: “He aquí el cordero de Dios que quita el pecado del mundo.”

Y ahora, vean, en las cosas naturales de los seres humanos, Cristo fue representado, tipificado en un cordero, el cordero pascual y también el macho cabrío de la expiación.

Por lo tanto, cuando Juan el Bautista dijo: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.” Cuando la gente miraban, no vieron un corderito, vieron a un hombre llamado Jesús, porque las cosas celestiales son tipificadas, representadas, en las cosas de la naturaleza terrenal, son representadas en árboles, en plantas, en animales y también en las estrellas.

Cristo también es representado en la estrella resplandeciente de la mañana y también en el sol.

Ahora, podemos ver también que Cristo es representado en el león, en un león, y es mencionado en Apocalipsis, capítulo 5, verso 5 (capítulo 5, verso 5) del Apocalipsis, dice:

Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos (ese León es nada menos que Cristo).

Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra.

Y vino, y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono.”

Ahora, este león es Cristo y este Cordero es Cristo, y los siete cuernos del Cordero son las siete etapas o edades de la Iglesia de Jesucristo entre los gentiles, y los siete ojos del Cordero en los siete cuernos, son los siete Ángeles Mensajero que Cristo envió a Su Iglesia en las diferentes edades, son también los siete espíritus de Dios que recorren toda la Tierra, y son también las siete lámparas de fuego que están delante del Trono en Apocalipsis, capítulo 4, verso 5, donde dice:

Y del trono salían relámpagos y truenos;

y voces; y delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios.”

Y ahora, los siete espíritus de Dios en el Cielo aparecen como siete lámparas delante, allá delante del Trono; y luego y el Cordero aparecen los siete espíritus de Dios como siete ojos en los siete cuernos del Cordero. En Apocalipsis, capítulo 1, verso 4 también aparecen ahí, dice:

Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia y paz a vosotros, del que es y que era y que ha de venir, y de los siete espíritus que están delante de su trono.”

Esos siete espíritus son las siete lámparas de fuego y son los siete ojos que están en los siete cuernos del cordero y son los siete Ángeles Mensajeros de las siete edades, los siete Ángeles Mensajeros de Jesucristo enviados a la Iglesia de Jesucristo de edad en edad.

Pero vean, con las cosas naturales que nosotros conocemos aquí en la Tierra, fueron representados estos misterios del Reino de Dios.

También nosotros como creyentes en Cristo, como cristianos, estamos representados en peces; y los Apóstoles y los diferentes Mensajeros y ministros están representados en pescadores. Cristo dijo a Sus discípulos: “Venid en pos de mí, y Yo os haré pescadores de hombres.”

El cristianismo está bajo la era de piscis, o sea, bajo la era de peces, y por eso los cristianos - los creyentes en Cristo fueron tipificados en peces; y en el tiempo de las persecuciones en donde los cristianos se metían en las catacumbas, dibujaban peces, porque el cristianismo está tipificado en los peces. Por eso también encontramos en una parábola de Cristo, en San Mateo, capítulo 13, verso 47 en adelante, dice:

Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar, recoge de toda clase de peces;

y una vez llena, la sacan a la orilla; y sentados, recogen lo bueno en cestas, y lo malo echan fuera.

Así será al fin del siglo: saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos,

y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.”

Y ahora, para el final de la Dispensación de la Gracia, para el final de esa dispensación representada en la era de piscis, en donde los creyentes en Cristo están representados en peces, encontramos que la Red del Evangelio será sacada y todos los peces buenos serán colocados en cestas, dice esta parábola: “Y los peces malos y las cosas malas (como cangrejos y cosas así), serán echadas al horno de fuego.”

Los peces buenos representan a los cristianos nacidos de nuevo, los peces malos representan a la cizaña, los hijos del maligno, y serán echados en el horno de fuego, o sea, en la gran tribulación, en donde será un tiempo en los cuales los juicios divinos han de caer sobre este planeta Tierra; y ese día que vendrá será tan terrible para todos los peces malos, que dice Malaquías, capítulo 4, verso 1 en adelante:

Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama.”

Aquí podemos ver que este día que vendrá es la gran tribulación que durará tres años y medio, donde serán echados todos los que están representados en la cizaña y también representados en los peces malos, y los peces buenos (que son también el trigo) serán recogidos en este tiempo final, porque para esa labor, dice Cristo en ambas parábolas, que enviará Sus Ángeles, será el misterio de los Ángeles del Hijo del Hombre, los ministerios de los Dos Olivos, los ministerios de Moisés y Elías en el Día Postrero bajo el Espíritu Santo llamando y juntando los escogidos de Dios con la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino, y los juntarán ¿dónde? En el Cuerpo Místico de Cristo para recibir así la fe, la revelación para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero antes que comience la gran tribulación.

Antes que comience el día ardiente como un horno, Cristo habrá reunido a todos Sus escogidos y los habrá transformado y se los llevará a la Casa de nuestro Padre Celestial, a la Cena de las Bodas del Cordero, esa gran fiesta en el Cielo, que es la fiesta más grande del Universo, durará tres años y medio; mientras en la Tierra las personas estarán sufriendo los juicios divinos de la gran tribulación, porque para la raza humana aquí en la Tierra se está acercando el día del juicio divino, el día en que Dios juzgará y castigará la raza humana por sus pecados.

Pero los que han recibido a Cristo como su Salvador, han lavado sus pecados en la Sangre de Cristo y han sido bautizados en agua en Su Nombre y han recibido el Espíritu Santo han nacido de nuevo, y están en el Reino de Cristo, por lo tanto no tendrán que permanecer aquí en la Tierra porque ya Cristo los limpió con Su Sangre de todo pecado, por lo tanto Cristo los transformará y se los llevará a la Cena de las Bodas del Cordero, a la Casa de nuestro Padre Celestial.

Por lo tanto, éste es un tiempo muy importante para todos los seres humanos. Dios está llamando y juntando Sus últimos escogidos que están viviendo en este Planeta Tierra, y luego la Puerta de la Misericordia se cerrará, se cerrará la Puerta de la Dispensación de la Gracia y entonces vendrá el juicio divino.

Quizás las personas dirán: “Hace cientos de años que se ha estado predicando que va a venir el juicio divino sobre la raza humana,” pues Noé estuvo predicando también por no menos de cien años, que vendría el juicio divino sobre la raza humana a causa de los pecados del ser humano, y las personas pensaban: “Ya Noé lleva diez años predicando que va a venir un diluvio de agua y ni siquiera hay nubes ni llueve, ¿cómo va venir ese juicio que él dice?” Y no creyeron a Noé, y Noé continuó predicando que vendría un diluvio de agua que destruiría la raza humana.

Dios le dijo a Noé cómo escapar de ese juicio divino: construyendo un arca, y Dios le dio el modelo, le dio el diseño de esa arca, la cual Noé estuvo construyendo.

¿Y por qué cuando Noé llevaba un año de predicación, predicando que vendría el juicio divino, que vendría un diluvio, ¿por qué no vino en ese año? Porque Noé estaba comenzando la construcción del arca, el diluvio vendría cuando ya Noé tuviera el arca construida y entraran al arca todos los que se iban a salvar.

Y ahora, encontramos que pasaron diez años, luego veinte años y no venía el diluvio, luego treinta años y no venía el diluvio. Y las personas podían decir: “Eso nunca va a suceder, vean, ya llevamos treinta años escuchando esa misma predicación de Noé y nada ocurre.”

Pero vean, lo que dice la Escritura con relación a ese diluvio y las personas que vivieron antes del diluvio. En Primera de Pedro, capítulo 3, verso 18 en adelante, dice:

Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu.”

O sea, que el cuerpo físico de Jesucristo fue el que murió, pero Su espíritu y su alma no murieron. Él fue en espíritu (que es el cuerpo espiritual) al infierno, dice:

En el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados,

los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua.”

Y ahora, la paciencia de Dios en los días de Noé esperaba, esperaba mientras Noé construía el arca; la paciencia de Dios era con Noé, Dios tuvo paciencia con Noé mientras él construía el arca, y probablemente muy pocas personas le ayudaron a construir el arca, y le tomó unos cien años a construir el arca; así que no tuvo mucha cooperación. Y solamente creyeron ocho personas (incluyendo a Noé), las cuales entraron al arca cuando ya estuvo terminada y entraron también los animales y aves (la cantidad que Dios le dijo a Noé), y luego Dios cerró la puerta del arca.

Así que podemos ver que la paciencia de Dios era a causa de Noé, porque Noé no había terminado el arca y Dios tuvo paciencia con Noé hasta que terminara el arca.

Y ahora, Cristo es nuestra Arca de salvación, y por cuanto la Iglesia de Jesucristo es el Cuerpo Místico de creyentes, Cristo nos coloca en Él en la forma de Su Iglesia, y ahí estamos nosotros seguros, y Cristo está construyendo Su Iglesia; y Él no puede enviar el juicio del diluvio de fuego que vendrá sobre la raza humana, en donde fuego atómico se va a desatar sobre la Tierra y fuego volcánico, y maremotos y terremotos van a manifestarse en una forma mayor de lo que lo están haciendo en la actualidad, y va a venir el juicio divino sobre la raza humana.

Pero vean, mientras falte alguno por llegar al Cuerpo Místico de Cristo, de los escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, Cristo no puede salir del Trono de Intercesión en el Cielo, porque Él tiene que hacer intercesión hasta por el último escogido de Dios escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero.

Pero cuando haya hecho intercesión hasta por el último escogido de Dios que lo recibirá como su Salvador personal, como han hecho los demás escogidos de Dios en los diferentes tiempos, cuando entre hasta el último, cuando hasta el último escogido de Dios haya recibido a Cristo como su Salvador, se habrá entonces completado la Iglesia del Señor Jesucristo, y entonces Cristo saldrá del Trono de Intercesión en el Cielo, tomará del Título de Propiedad, que es el libro de los Siete Sellos de Apocalipsis, capítulo 5, lo abrirá en el Cielo y hará Su Obra de Reclamo, y resucitará a los muertos creyentes en Él en cuerpos glorificados, y a nosotros los que vivimos nos transformará, y entonces todos seremos a Su imagen y a Su semejanza, todos seremos iguales a Jesucristo con un cuerpo físico glorificado, y nos llevará con Él a la Cena de las Bodas del Cordero, y luego vendrá el juicio divino sobre la raza humana.

Ese juicio que ha sido anunciado a través de la Biblia, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento, no ha venido todavía ese juicio, porque todavía no se ha completado la Iglesia del Señor Jesucristo, y por consiguiente Dios ha tenido paciencia con Su Iglesia, y con cada Ángel Mensajero en cada edad, y con cada miembro de la Iglesia de Jesucristo, ha sido la paciencia de Dios para con nosotros, la causa por la cual no ha venido ya el juicio divino, el cual ya está señalado por Dios para venir sobre la raza humana.

Es como en el tiempo también de Jonás, cuando Dios envió a Jonás a predicar a Nínive, y decirle que dentro de cuarenta días Nínive sería destruida. Pero el rey cuando escuchó esa predicación, se arrepintió él y todo el pueblo, y ayunaron delante de Dios y aun hasta los animales fueron colocados en ayuno; y pidieron perdón a Dios por sus pecados, y Dios escuchó y los perdonó; y el juicio divino que tenía que caer sobre Nínive fue aplazado. La sentencia no fue anulada, sino que fue diferida para otra etapa, para otro tiempo; pero en ese tiempo de ese rey, Dios aguantó el juicio divino.

Dios puede diferir un juicio que Él tenga para derramar en un momento, puede atrasarlo por un tiempo, si el pueblo se arrepiente delante de Dios y busca el perdón y Misericordia de Dios.

Y por cuanto hay personas escritas en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, que buscarán a Dios y arrepentidos de sus pecados pedirán perdón a Dios por sus pecados y Dios los perdonará, y serán limpios con la Sangre de Cristo, por esa causa Dios tiene paciencia con todos nosotros y no ha derramado Su juicio divino sobre la raza humana.

Ese juicio divino es el juicio divino del día de venganza del Dios nuestro, pero va a ser derramado cuando haya entrado a la Iglesia de Jesucristo hasta el último escogido de Dios, y seamos transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

Todo esto está tipificado en la misma naturaleza. El juicio divino está tipificado en el invierno, donde muere la vegetación, las hojas se ponen amarillas y se secan y mueren.

Ahora, encontramos que ya en el otoño comienzan a ponerse amarillas y ya en el invierno, ya los árboles no tienen hojas, en los sitios donde el frío es fuerte y cae nieve, eso representa el juicio divino, el juicio divino que caerá sobre la raza humana.

Ven, en Job, Dios hablándole a Job, le hace ciertas preguntas y entre las cuales está la siguiente: en el capítulo 38, verso 22 en adelante, dice:

¿Has entrado tú en los tesoros de la nieve,

O has visto los tesoros del granizo

Que tengo reservados para el tiempo de angustia,

Para el día de la guerra y de la batalla?”

Y ahora, vean ustedes, aquí nos habla de los tesoros de la nieve y nos habla de los tesoros del granizo, que están reservados para el tiempo de angustia, para el tiempo de la gran tribulación. Si el sol calienta fuertemente el planeta Tierra, como va la situación, vean ustedes, va aumentándose la temperatura del planeta Tierra, y esos Polos: el Polo Norte y el Polo Sur, que están congelados, se van descongelando.

¿Y qué sucede con ese hielo descongelado? Aumenta el nivel de los mares. Y si aumenta el nivel de los mares, los mares se salen, entonces de ese lugar vienen maremotos sobre las diferentes naciones, las costas son barridas con esos maremotos, o sea, que “Él dará el pago a los de las costas,” dice la Escritura.

Por lo tanto, vean ustedes los tesoros de la nieve y del granizo; todo eso tiene un propósito, esos polos: Polo Norte y Polo Sur congelados, todo eso tiene un propósito para el día de la angustia, el día de la gran tribulación. O sea, por un lado, calor, el día ardiente como un horno, y por otro lado la nieve y el granizo, la nieve derritiéndose y aumentando el nivel de los mares, y trayendo maremotos y ocasionando también terremotos en el planeta Tierra. También los volcanes estarán en erupción; y hay muchos, pero que muchos, volcanes, y todos en la gran tribulación estarán en erupción, y la ceniza y la arena que saldrá de esos volcanes, caerá sobre la Tierra.

Y para el Reino Milenial tendremos un planeta Tierra con un terreno bien fértil para la siembra que se va a llevar a cabo en el Reino Milenial. Pero bajo esa ceniza y arena de los volcanes, quedarán ciudades, pueblos, lenguas, personas, porque serán ceniza bajo la planta de nuestros pies. Cuando estemos caminando en el Reino Milenial sobre la Tierra, bajo nuestros pies estarán convertidos en ceniza todos los que habían rechazado la salvación de Cristo. Dice:

Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama.”

O sea, no va a quedar ni el abuelo ni el nieto, o sea, que no queda nada. También dice:

Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia.”

El Sol de Justicia es Jesucristo. Eso es la Segunda Venida de Cristo naciendo, siendo manifestada para nosotros para salvación, para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

Y ahora, vean cómo con las cosas de la naturaleza de la Tierra y la naturaleza de los Cielos, Dios muestra los misterios de Su Reino. Dice:

... y en sus alas traerá salvación...”

Las alas del Sol de Justicia son los Ángeles del Hijo del Hombre con los cuales viene el Hijo del Hombre para este tiempo final, viene para recoger el trigo y colocarlos en el Alfolí de Dios y para echar la cizaña en el fuego.

... y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada.

Hollaréis a los malos, los cuales serán ceniza bajo las plantas de vuestros pies.”

Y ahora vean, coloca a todos los creyentes en Cristo como becerros de la manada. ¿Ven? En las cosas naturales de esta Tierra Dios tipifica las cosas Celestiales.

Todo hijo e hija de Dios que es un ser celestial que vive en esta Tierra y tiene que regresar al Cielo, a la Casa de nuestro Padre Celestial. Cristo dijo: “Salí de Dios y vuelvo a Dios, salí del Padre y vuelvo al Padre.” Y las ovejas que el Padre le dio a Cristo para que les de Vida eterna, ¿de dónde salieron? De Dios, y volveremos a Dios con Vida eterna.

También Cristo dijo: “No son del mundo como tampoco Yo Soy del mundo.” Por lo tanto, nosotros no somos del mundo, somos del Cielo, de donde también vino nuestro amado Señor Jesucristo.

LECCIONES DE LA NATURALEZA.”

En estas lecciones de la naturaleza que Cristo ha dado, nos habla de la glorificación del Hijo del Hombre, cuando dice, hablándonos de la glorificación del Hijo del Hombre, dice:

Jesús les respondió diciendo: Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado.” (Nota - Juan 12:23)

Cristo mientras estuvo en la Tierra en Su ministerio terrenal no estaba glorificado, como Adán tampoco estaba glorificado, pero luego encontramos que Adán pecó y no pudo ser glorificado, no pudo ser transformado para tener un cuerpo inmortal, incorruptible y glorificado, pero Cristo no pecó, Él tomó nuestros pecados, murió por ellos y luego resucitó glorificado, y ya está glorificado.

Ahora, mientras Él estaba en Su ministerio terrenal, Él dijo: “Todo el que tenga sed, venga a mí. Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.”

Ahora, Él está hablando ahí del bautismo del Espíritu Santo. Esta Escritura es muy importante para poder comprender muchas cosas del Programa Divino, dice:

Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.

El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.

Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.” (Nota - Juan 7:38)

Vean, Jesús luego que llevó a cabo la Obra de Redención en la Cruz del Calvario, que fue lo más grande que Cristo hizo: morir por nosotros y luego ser resucitado, luego fue glorificado y ya no puede morir más, ya Él no puede morir por ninguna persona, porque ya Él murió en la Cruz del Calvario.

Por lo tanto, ése es el único Sacrificio por el pecado para ustedes y para mí también. No hay otro Sacrificio por el pecado. Y usted si quiere vivir eternamente, necesita creer en Jesucristo, creer en Su Sacrificio en la Cruz del Calvario, recibirlo como su Salvador personal, para así asegurar su futuro eterno.

Toda persona que vive en la Tierra, si no tiene a Cristo como su Salvador, si no lo ha recibido como su Salvador, está perdido, no tiene Vida eterna, y por consiguiente no tiene futuro, no tiene futuro en el Reino de Dios, está sin futuro, el único futuro seguro es con Cristo.

Sin Cristo el único futuro que las personas tienen es el lago de fuego y ese futuro nadie lo quiere, y el que no quiere ese futuro, entonces busque a Cristo, lo recibe como su Salvador para tener el futuro bueno que desea la persona: vivir eternamente con Cristo en Su Reino y vivir en un nuevo cuerpo, eterno, inmortal, incorruptible y glorificado, y así es como la persona se hace del mejor futuro que pueda tener un ser humano.

Por lo tanto, toda persona creyente en Cristo tiene su futuro asegurado, tiene el futuro de la Vida eterna en el Reino de Dios con Jesucristo como el Rey de reyes y Señor de señores.

Todas estas cosas han sido representadas en las lecciones naturales que Jesucristo nuestro Salvador nos dio en Sus predicaciones en Su ministerio terrenal. También de estas lecciones de la naturaleza encontramos en el Antiguo Testamento.

Por lo tanto, toda persona encontrará en la Biblia enseñanzas con cosas naturales que representan cosas celestiales.

Esto es así porque Dios desea que todo ser humano comprenda las cosas celestiales; y para que las pueda comprender, tiene que tipificarlas, representarlas con las cosas naturales que ya nosotros conocemos.

Así que viendo y conociendo las lecciones de la naturaleza que Cristo nos ha dado y también los Profetas del Antiguo Testamento, porque la naturaleza es la Segunda Biblia, y la Primera Biblia es el Zodiaco con todas las estrellas, y la Tercera Biblia es la Biblia escrita, la Escritura.

Lo mismo que está en esta Biblia escrita, está en la Segunda Biblia: la naturaleza, y está en la Primera Biblia: el zodiaco.

Por lo tanto, las lecciones de la naturaleza son lecciones de la Biblia, de la Segunda Biblia, las cuales encontramos en la Tercera Biblia: la Biblia escrita.

Usted y yo nos podemos encontrar en las lecciones de la Segunda Biblia: la naturaleza; y nos podemos encontrar en las lecciones de la Primera Biblia: del zodiaco y de todas las estrellas, de todo el firmamento; y nos podemos encontrar en la Biblia escrita.

Los hijos e hijas de Dios se encuentran en la Biblia escrita, donde dice de los escogidos de Dios y donde nos habla del trigo, y nos habla de las ovejas que el Padre le dio a Cristo para que les de Vida eterna. Ahí nos encontramos en la Escritura tipificados en cosas de la naturaleza, y nos encontramos como miembros del Cuerpo Místico de Cristo. Aquí estamos en la Biblia escrita señalados.

Todos los creyentes en Cristo nacidos de nuevo, son miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo. La Iglesia del Señor Jesucristo es la esposa de Cristo, del Cordero, a través de la cual Cristo tendría hijos e hijas de Dios, porque Cristo se reproduciría como el grano de trigo se reproduce al nacer, morir y nacer en la forma de una planta de trigo y reproducirse en muchos granos de trigo. Y Cristo se ha estado reproduciendo en muchos granos de trigo, que son muchos hijos e hijas de Dios, ¿dónde? En la planta de trigo, que es la Iglesia del Señor Jesucristo.

¿Ven lo sencillo que es toda la enseñanza de la naturaleza conforme a las Escrituras?

Y ahora, nosotros nos encontramos aquí en la Biblia escrita como los granos de trigo de la planta de trigo, de la Iglesia del Señor Jesucristo producto de Cristo nuestro Salvador.

Nos encontramos también como las ovejas del Padre que hemos escuchado la Voz de Cristo, el Buen pastor, y hemos sido colocados en el Redil del Señor, que es la Iglesia del Señor Jesucristo. Lo mismo que está en esta Biblia escrita, está en la naturaleza, y está en el zodiaco, en el Cielo.

Así que usted y yo estamos en esta Biblia escrita, estamos también representados en la naturaleza y estamos también representados en las cosas celestiales, o sea, en las estrellas.

Vean, Cristo también está representado en la estrella resplandeciente de la mañana, y está representado en el sol; y nosotros estamos representados en estrellas.

Cuando Dios le dijo a Abraham: “Mira hacia el Cielo, y cuenta las estrellas si tú las puedes contar.” Ahí está representada la simiente celestial de Abraham, que son los creyentes en Cristo nacidos de nuevo.

También encontramos que los Ángeles Mensajeros están representados en estrellas mayores, en luceros; y encontramos que todo ese firmamento nos representa a todos nosotros, porque ése es nada menos que la Primera Biblia. Antes de tener la Biblia escrita no tenían sino el Cielo para mirar.

Ahora, podemos comprender las lecciones de la naturaleza. También en el Cielo hay estrellas erráticas, y en la Biblia habla de estrellas erráticas también, que son los incrédulos y también los que tuercen la Escritura y desvían al pueblo de Dios.

Ahora, podemos ver que lo que hay en el Cielo, está también aquí en la Biblia Escrita.

Encontramos en la diestra del Hijo del Hombre de Apocalipsis, capítulo 1, siete estrellas, que son los siete Mensajeros, los siete espíritus de Dios que recorren la Tierra, las siete lámparas de fuego, que son también los siete ojos que están en los siete cuernos del cordero, ésas son las siete estrellas, los siete Ángeles Mensajeros de las siete edades de la Iglesia del Señor Jesucristo entre los gentiles.

Ahora, podemos ver que todo lo que está en el Cielo, está también aquí en la Biblia escrita, y las estrellas representan a todos los hijos e hijas de Dios.

Todavía el ser humano no ha podido conquistar y poblar otros planetas, Dios no le ha permitido eso, aunque han enviado satélites y han enviado cohetes a otros planetas, pero todavía no han podido conquistar el Universo y poblar el Universo. Eso Dios lo tiene señalado para otro tiempo más adelante. Por ejemplo, ya cuando estemos transformados, tendremos ya un cuerpo con el cual podremos viajar, no solamente a la luna sino más allá de la luna.

Con ese cuerpo eterno es que nosotros iremos a la séptima dimensión, que es la dimensión de Dios, a la Cena de las Bodas del Cordero; a la dimensión a la cual cuando Cristo ascendió al Cielo, llegó, y no necesitó un cohete sino que en el cuerpo glorificado Él pasó de esta dimensión terrenal a otra dimensión.

Ésa es la clase de cuerpo que hemos nosotros de tener; y cuando tengamos ese cuerpo, podremos viajar más allá de la luna y más allá del sol, podremos viajar no solamente en la dimensión física a otros planetas sino que podremos viajar también a través de otras dimensiones.

Recuerdan a Cristo, el cual apareció a Sus discípulos, estando los discípulos con las puertas cerradas por miedo a los judíos, Cristo entró donde ellos estaban sin nadie abrirle la puerta, y luego desapareció también, porque pasó de una dimensión a otra; pasó de la dimensión invisible a la dimensión visible y habló con ellos; y luego salió de la dimensión visible y pasó a la dimensión invisible y ya no lo veían.

Así es para con el cuerpo glorificado: no tiene limitaciones, puede viajar sin necesidad de medios de transportación humanos.

Por eso es que para ir con Cristo en el Rapto o arrebatamiento de la Iglesia a la Cena de las Bodas del Cordero, necesitamos ser transformados y los muertos en Cristo necesitan ser resucitados en cuerpos eternos, para poder ir con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

Y todo eso Cristo lo tiene prometido ¿para quiénes? Para cada uno de ustedes y para mí también, para todo creyente en Cristo que lo ha recibido como su Salvador personal, que ha lavado sus pecados en la Sangre de Cristo, que ha sido bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo y ha recibido Su Espíritu Santo, y por consiguiente ha recibido el nuevo nacimiento.

Por eso es que recibimos a Cristo como nuestro Salvador y somos bautizados en agua en Su Nombre, ¿para qué? Para que Cristo perdone nuestros pecados, nos limpie con Su Sangre preciosa y nos bautice con Espíritu Santo y Fuego, y así nos de salvación y Vida eterna, y así nos coloque en Su Reino con Vida eterna, y así tengamos el nuevo nacimiento, seamos una nueva criatura. “Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”

LECCIONES DE LA NATURALEZA.”

Ése es nuestro tema para esta ocasión, y ahora:

El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”

Nadie quiere ser condenado y echado al lago de fuego donde serán quemados en alma, espíritu y cuerpo, todos los que serán echados allí, en donde también estará el diablo para ser destruido, quemado. Y todos los que sean echados allí, dejarán de existir. Pero ninguna persona quiere dejar de existir, todos queremos seguir existiendo, todos queremos vivir eternamente y vivir en una condición mejor de la que vivimos en la actualidad.

Por lo tanto, todos necesitamos a Jesucristo, todos necesitamos recibir a Cristo como nuestro Salvador, el cual nos asegura la salvación de nuestra alma y nos da Vida eterna para vivir con Él en Su Reino por toda la eternidad, y no ser echado en el lago de fuego, que es la segunda muerte. Nadie quiere ser echado en el lago de fuego, que es la segunda muerte, todos queremos vivir eternamente con Cristo en Su Reino.

Por eso es que recibimos a Jesucristo como nuestro Salvador, Él es el Rey de ese Reino eterno de Dios. Por lo tanto “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.” Tan simple como eso. Dios hace las cosas simples para que todos puedan entender y todos puedan recibir a Cristo para obtener la salvación y Vida eterna.

Toda persona que ha recibido a Cristo como su Salvador, ha lavado sus pecados en la Sangre de Cristo y ha sido bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo y ha recibido el Espíritu Santo, tiene Vida eterna, y no vendrá a condenación, no será juzgado y condenado en el juicio final y echado al lago de fuego, sino que vivirá con Cristo por toda la eternidad. Pero el que no ha recibido a Cristo como su Salvador, no tiene Vida eterna, por lo tanto, será juzgado en el juicio final, será condenado y echado al lago de fuego.

¿Y qué puede hacer la persona antes que llegue ese momento terrible para él? Lo único que puede hacer para evitar eso tan terrible es recibir a Cristo como su Salvador personal, y Cristo entonces cambia el futuro de la persona y convierte su futuro en una bendición grande de Dios para la persona. Su futuro entonces será vivir en el Reino de Dios con Jesucristo por toda la eternidad.

Por lo tanto, toda persona que aun no ha recibido a Cristo como su Salvador, puede recibirlo en esta ocasión, Cristo lo perdonará, Cristo lo limpiará con Su Sangre preciosa, será bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y Cristo lo bautizará con Espíritu Santo y Fuego, y Cristo lo colocará en Su Reino con Vida eterna, y así estará asegurado el futuro suyo con Cristo en Su Reino para vivir por toda la eternidad.

LECCIONES DE LA NATURALEZA.”

Ése es nuestro tema en esta ocasión. Aprendamos estas lecciones de la naturaleza para así tener a Cristo en nuestra alma y tener la esperanza y seguridad de vivir eternamente con Cristo en Su Reino.

En esta ocasión tenemos presente todas las personas que sintieron la necesidad de escuchar la Palabra de Dios en este día. ¿Y cuántos ya de ustedes han recibido a Cristo como su Salvador personal? Pues la buena noticia para ustedes es que ya ustedes tienen Vida eterna, y Cristo les dará un cuerpo nuevo y eterno para ir con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

Y los que todavía no han recibido a Cristo, lo pueden hacer en esta ocasión, para que tengan esa misma esperanza de una Vida eterna con Cristo en Su Reino, y el Rvdo. Mauricio Vivas estará orando por ustedes en esta ocasión, para que Cristo les reciba, les perdone, les limpie con Su Sangre preciosa, sean bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo y Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego, y así obtengan salvación y Vida eterna, y así sean colocados en el Reino de Cristo nuestro Salvador.

Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio de nuestro tema: “LECCIONES DE LA NATURALEZA.”

Dejo al Rvdo. Mauricio Vivas, para orar por todas las personas que levantarán sus manos para recibir a Cristo como su Salvador personal. También pueden pasar acá al frente para que así el Rvdo. Mauricio Vivas ore por ustedes.

Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio de nuestro tema: “LECCIONES DE LA NATURALEZA.”

Muchas gracias por vuestra amable atención y continúen pasando un día lleno de las bendiciones de Jesucristo nuestro Salvador.

LECCIONES DE LA NATURALEZA.”