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Jesús andando sobre el mar 2003-06-29 1 Cayey PR 00:00:00 false

Muy buenos días, amados amigos y hermanos presentes; es para mí una bendición y privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final.

Sean bienvenidos todos los hermanos y también las visitas que tenemos en esta mañana: Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto sean sobre todos ustedes y sobre mí también, y nos abra las Escrituras y nos hable directamente a nuestra alma. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén y amén.

Leemos en el Evangelio según San Mateo, capítulo 14, verso 22 al 33, donde dice de la siguiente manera. Esto fue luego del milagro de la multiplicación de los panes y los peces, donde Cristo alimentó cinco mil personas sin contar los niños y las mujeres. Dice:

En seguida Jesús hizo a sus discípulos entrar en la barca e ir delante de él a la otra ribera, entre tanto que él despedía a la multitud.

Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo.

Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario.

Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar.

Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo.

Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis!

Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas.

Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús.

Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame!

Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?

Y cuando ellos subieron en la barca, se calmó el viento.

Entonces los que estaban en la barca vinieron y le adoraron, diciendo: Verdaderamente eres Hijo de Dios.”

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

Nuestro tema es: “JESÚS ANDANDO SOBRE EL MAR.”

Por cuanto Jesús es Emanuel, que traducido es “Dios con nosotros,” conforme a Isaías, capítulo 7, verso 14, donde dice:

Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.”

Emanuel significa: “Dios con nosotros.” Si era Dios con nosotros en la persona de Jesucristo, vean, Él podía caminar sobre el mar, sobre las aguas, pues en Job, capítulo 9, verso 8, dice:

El solo extendió los cielos,

Y anda sobre las olas del mar.”

Y ahora, por cuanto Dios creó todas las cosas por medio de Jesucristo, vean, ahora aparece Cristo en carne humana y puede caminar sobre las aguas embravecidas porque en él está Dios visitando la raza humana. En Jesucristo está la plenitud de la divinidad, esto es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Todo estaba en la persona de Jesucristo.

Así como en usted y en mí está el alma, el espíritu y el cuerpo, y estas tres partes forman una persona en esta dimensión terrenal. Si perdemos el cuerpo físico seguimos existiendo porque somos almas vivientes, y continuamos viviendo en el cuerpo espiritual, que es el espíritu de la persona que tiene, el cual es un cuerpo parecido a nuestro cuerpo.

Ahora, en Jesucristo está Dios en toda Su plenitud, por lo tanto, allí está Dios con Su imagen, que es el cuerpo angelical de Dios, el cuerpo angelical de Cristo, y está Dios con Su semejanza física, que es el cuerpo físico de carne de Jesucristo. En Jesucristo Dios se hizo hombre y habitó en medio de la raza humana, y así Dios se hizo parte de la raza humana para poder redimir al ser humano.

Y ahora, podemos ver la forma en que Dios descendió a la raza humana y se hizo el Pariente Redentor de la raza humana, para poder redimir la raza que había caído.

Ahora, en el ministerio terrenal de Jesucristo, encontramos a Dios manifestado en Él en toda Su plenitud. Por eso Jesús decía que Él no hacía nada de Sí mismo, Él dijo que era otro el que hacía esas Obras que ellos veían en Él siendo manifestadas. En el capítulo 14, de San Juan (capítulo 14 dice Cristo), verso 7 en adelante:

Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.”

Pues en Jesús estaban viendo el velo de carne en el cual Dios estaba habitando. Ése es el Velo de carne, el cuerpo físico de Dios: se llama Jesús.

Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta.

Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?

¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.”

¿Quién hacía las obras que eran vistas siendo realizadas por Jesucristo? Era el Padre que moraba en Jesucristo, Él era el que hacía esas obras maravillosas.

También en San Juan, capítulo 10, verso 37 en adelante, dice:

Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis.

Mas si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que conozcáis y creáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre.”

Así como el alma suya y el alma mía ¿están dónde? Están en el cuerpo físico que nosotros tenemos; y a través del cuerpo físico que tenemos es que nosotros como almas vivientes nos manifestamos en la Tierra, trabajamos en la Tierra y llevamos a cabo las actividades terrenales; con el cuerpo físico es que nosotros tomamos herramientas de trabajo; con el cuerpo físico es que también nosotros comemos, tomamos la comida y comemos; y es con el cuerpo físico que nosotros hablamos. Pero no es el cuerpo físico de sí mismo el que hace todas esas cosas, es usted, que es alma viviente y está en ese cuerpo físico que tiene, el que hace todas esas cosas.

Y en Jesús estaba el Padre Celestial (Dios) haciendo todos aquellos milagros y maravillas; no era el cuerpo de carne el que hacía aquellas maravillas sino el que estaba dentro de aquel cuerpo de carne. ¿Y quién era? Era Dios obrando a través del cuerpo de carne llamado Jesús.

Cuando una persona se monta en un automóvil, la persona se montó en un automóvil con su cuerpo de carne, si el alma que mora en la persona no decide montarse, montar el cuerpo de carne en ese automóvil, pues el cuerpo de carne no va a caminar para el automóvil para montarse en el automóvil; porque el cuerpo de carne es solamente un instrumento del alma que mora dentro de ese cuerpo de carne.

Y Jesucristo es el instrumento del Dios Creador de los Cielos y de la Tierra, y a través de Jesucristo, Dios visitó la raza humana y llevó a cabo las Obras que Él prometió realizar en aquel tiempo; y por medio de ese cuerpo de carne llevó a cabo la Redención del ser humano.

El Verbo que era con Dios y era Dios, el cual es el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, el cuerpo angelical de Dios, el cual es Cristo en Su cuerpo angelical, en el cual estaba Dios en toda Su plenitud antes de tener el cuerpo de carne; y antes de tener el cuerpo de carne obró y usó diferentes hombres llamados Profetas en el Antiguo Testamento y por medio de ellos llevó a cabo grandes maravillas.

Vean, la liberación del pueblo hebreo la llevó a cabo Dios por medio de Su cuerpo angelical, el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto a través del Profeta Moisés, o sea, que el Velo de carne (Moisés) no hizo ningún milagro, fue Dios a través de Su Ángel, el Ángel de Jehová manifestado en y a través del Profeta Moisés.

Por eso cuando le apareció el Ángel de Jehová a Moisés, le dijo: “He visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto y he descendido para librarlos, libertarlos.” Para eso fue que descendió el Ángel de Jehová en el cual estaba Dios, o sea, que Dios descendió con Su cuerpo angelical para libertar al pueblo hebreo conforme a como le había prometido al patriarca y Profeta Abraham, y usó un velo de carne llamado Moisés, el cual es un Profeta dispensacional.

Y ahora, encontramos que cuando vinieron las plagas sobre Egipto (esas diez plagas), no fue Moisés, fue Dios el que las trajo a existencia, pero Dios habló por medio del Profeta Moisés (donde colocó Sus pensamientos), y cuando Moisés los habló, eso fue la Palabra de Dios. Esa Palabra tenía que materializarse en lo que fue hablada. Y por esa causa encontramos estas plagas viniendo al imperio egipcio, y luego la muerte de los primogénitos de los egipcios, y luego la liberación del pueblo hebreo; y luego más adelante cuando ya estaban camino al Monte Sinaí, tenían que cruzar el Mar Rojo.

¿Y cómo iban a cruzar el Mar Rojo alrededor de dos millones de hebreos, y el ejército del faraón detrás de ellos, porque querían matarlos? Pero Dios abrió el Mar Rojo. Pero vean, Dios le dijo a Moisés: “¿Por qué clamas a mí? Dí a los hijos de Israel que marchen y tú extiende tu vara y abre el mar.”

Moisés hizo como Dios le dijo y Dios hizo como Él tenía en Su Programa. Era Dios por medio de Moisés. O sea, que cuando Moisés extendía su vara (su mano con la vara en su mano) era Dios en Moisés velado y revelado manifestándose. Por lo tanto, por cierta cantidad de tiempo, hasta que Moisés murió físicamente, Dios estaba manifestado en un cuerpo de carne, obrando a través de ese cuerpo de carne.

Pero no llegó a ser adoptado; pero en un tiempo Dios se creó un cuerpo para Sí mismo en el vientre de la virgen María; y entonces lo que había sido en forma temporal en los Profetas del Antiguo Testamento, ahora cuando Dios se crea un cuerpo de carne llamado Jesús, ahora ese cuerpo será el cuerpo físico de Dios para toda la eternidad.

Por lo tanto, a través de ese cuerpo obró en la Obra de Redención y a través de ese cuerpo Él ha estado obrando, ha estado llevando a cabo la Obra de Intercesión en el Cielo.

Es Cristo en Su cuerpo glorificado, el Sumo Sacerdote del Templo Celestial, es el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto, Melquisedec, Sacerdote del Dios Altísimo y Rey de Salem, o sea, de Jerusalén, Rey de justicia y Rey de paz, y Sacerdote del Dios Altísimo.

Ahora, podemos ver quién es nuestro amado Señor Jesucristo; por eso Él podía caminar sobre las aguas, aunque estaban bajo una tempestad las aguas del mar de Galilea.

Aguas, mares, representa pueblos, naciones y lenguas, las cosas que sucedieron bajo el ministerio terrenal de Cristo, luego señalan cosas que estarían ocurriendo en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo, bajo la Dispensación de la Gracia y luego bajo la Dispensación del Reino.

Encontramos que cuando Jesús aparece caminando sobre las aguas del Mar de Galilea, los discípulos que estaban en la embarcación azotados por un viento contrario en donde las olas eran gigantes y estaban a punto de perecer, ellos cuando ven (en la cuarta vigilia) a un hombre caminando sobre las aguas, dicen: “Es un fantasma.” Porque ningún hombre puede caminar sobre las aguas. Por lo tanto, ellos piensan que es un fantasma, un espíritu, y no saben qué espíritu es el que está caminando sobre las aguas, pero Jesús les dice: “Yo Soy, no temáis.” Porque ellos estaban temblando de miedo.

Y ahora, Pedro dice a Jesús: “Si eres Tú, dí que yo vaya a ti caminando sobre las aguas.” Y Jesús le dice: “Ven.” Y Pedro salió de la embarcación y estuvo caminando sobre las aguas rumbo a Jesús; y cuando Pedro coloca su mirada en las olas tan grandes y el viento tan fuerte, tuvo miedo y dudó, y ahí comenzó a hundirse. Pero vean, Jesús no se hundía aunque las olas eran gigantes y el viento era recio, pero Jesús no se hundía.

Cuando Pedro se da cuenta que se está hundiendo, clama a Jesús y le dice: “¡Señor, sálvame!” Pues bajo esa tempestad ningún buen nadador podía salvarse. Y Jesús extiende su mano y toma a Pedro, lo saca del agua y le dice: “¿Por qué dudaste?” Y luego van caminando, Cristo lo lleva de la mano, porque la fe de Pedro no era suficiente para él sólo caminar sobre las aguas. Y luego van caminando juntos hasta la barca y entran a la barca y todos en la barca dicen: “Verdaderamente eres Hijo de Dios.”

Y ahora, vean ustedes cómo un hombre que conocía a Cristo y vio los milagros de los panes y de los peces que había hecho Jesucristo nuestro Salvador, en esta ocasión dudó y comenzó a hundirse; comenzó a hundirse por causa de haber dudado.

Ahora, eso es lo que sucede en algunas ocasiones en la vida de muchas personas.

Ahora vean, el ser humano ha venido a vivir a este planeta Tierra, el cual está en una condición terrible, porque los vientos que soplan sobre esta Tierra (vientos espirituales) son contrarios al Programa Divino, son contrarios al Reino de Dios.

Y por consiguiente el príncipe de las tinieblas y el príncipe del aire (que es el diablo) trae vientos contrarios (contrarios a la Palabra de Dios) sobre la raza humana; y la raza humana en las naciones, pueblos y lenguas, son las aguas, como dice la Escritura en Apocalipsis, donde nos habla acerca... Apocalipsis, capítulo 17, verso 15 - acerca de los pueblos, naciones y lenguas donde la ramera se sienta, dice:

Me dijo también: Las aguas que has visto donde la ramera se sienta, son pueblos, muchedumbres, naciones y lenguas.”

Y ahora, los pueblos, naciones y lenguas y muchedumbres, están representadas en aguas, están representadas en las aguas del mar y de los ríos.

Y ahora, Cristo caminando sobre las aguas está señalando que Él va a caminar sobre naciones, pueblos y lenguas, para dar la mano salvadora a toda persona que está necesitado de salvación y Vida eterna. Y Cristo en Espíritu Santo ha estado caminando sobre las aguas de pueblos, naciones y lenguas de edad en edad; comenzó en la Tierra de Israel, pasó a Asia Menor, pasó a Europa donde se cumplieron cinco etapas, cinco edades, y luego pasó a Norteamérica.

A través de cada Ángel Mensajero Cristo ha estado extendiendo Su mano y ha estado llamando y juntando millones de personas que tienen sus nombres escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, los cuales al ver a través de la predicación del Evangelio que el que murió en la Cruz del Calvario fue Jesucristo, el Hijo de Dios, para salvar nuestra alma; cada persona al escuchar esa Palabra revelada del Evangelio de la Gracia que gira alrededor de la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario, viviendo cada persona en estos pueblos, naciones y lenguas, o sea, aguas, mares embravecidos por los vientos contrarios que el enemigo de Dios, el príncipe de las tinieblas y príncipe del aire ha traído sobre la raza humana, cada persona que tiene su nombre escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, ha clamado: “¡Señor, sálvame!” Y Cristo ha extendido Su mano sobre y hacia la persona, y lo ha tomado de la mano y lo ha salvado, lo ha sacado del mundo, del reino de las tinieblas, lo ha sacado de las aguas tempestuosas en donde perecería si permanecía sin Cristo en su alma. Y Cristo lo ha tomado de la mano y lo ha hecho caminar con Él, lo ha puesto caminando sobre las aguas y lo ha colocado dentro de la barca, como hizo con Pedro.

La barca representa la Iglesia del Señor Jesucristo. Y es ahí, en la Iglesia del Señor Jesucristo, donde Cristo está en Espíritu Santo; así como entró a la barca con Pedro y permaneció allí y la tempestad se calmó.

Por lo tanto, para toda persona que ha clamado a Cristo para que lo salve, Cristo lo ha salvado y lo ha colocado en la Barca segura, que es la Iglesia del Señor Jesucristo, donde Cristo está en Espíritu Santo llevando a cabo Su Obra de recoger todos los escogidos de Dios.

Ahora, hemos visto el milagro que Cristo ha hecho con todos nosotros.

Y ahora, eso ha estado haciéndolo de edad en edad: Cristo caminando sobre las aguas de pueblos, naciones y lenguas, y salvando a toda persona que extiende su mano hacia Cristo y lo recibe como su Salvador, toda persona que clama a Cristo: “¡Señor, sálvame que perezco!” Y la persona ha obtenido la salvación de su alma.

Los que no han clamado a Cristo para que los salve, han perecido en las aguas tempestuosas de pueblos, naciones y lenguas, y han perdido la oportunidad de la salvación del alma, lo cual es lo más importante, porque lo más importante que usted y yo tenemos es nuestra alma, porque eso es lo que en realidad usted y yo somos: almas vivientes.

El alma es lo que en realidad es la persona, ésa es la simiente de Dios, esas personas que están escritas en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, son almas de Dios, simientes de Dios, hijos e hijas de Dios que en el tiempo que les toca vivir en este planeta Tierra claman a Cristo y Cristo los salva, salva esas almas de Dios para que vivan eternamente con Él en Su Reino.

Y ahora, encontramos que luego del milagro de los panes y los peces, en donde Él alimentó cinco mil personas, sin contar los niños y las mujeres, y luego sobraron doce cestas, doce canastas llenas de lo que sobró (de los panes y los peces), luego fue que vino ese momento difícil para Pedro y los demás discípulos de Jesucristo, los cuales se encontraban en la barca y estaban en medio de esa tempestad.

Y ahora, luego de Cristo alimentar a todos los hijos e hijas de Dios durante las siete edades de la Iglesia, en donde ha dado el Alimento Espiritual del Pan de la Palabra de Dios y el Agua del Espíritu Santo; ahora, para este tiempo, la Iglesia del Señor Jesucristo, representada en la barca donde iban los discípulos, se encontrará en una situación difícil, porque vendrá una apretura para la Iglesia del Señor Jesucristo y luego una persecución seguirá a esa apretura, pero ya para ese tiempo estaremos transformados; pero las vírgenes insensatas pasarán por esa persecución y serán masacradas y morirán durante la gran tribulación, y también los ciento cuarenta y cuatro mil hebreos que recibirán a Cristo en este tiempo final.

Ahora, para este tiempo final, así como Cristo ha caminado sobre las aguas de pueblos, naciones y lenguas en los diferentes tiempos, diferentes edades en cada ocasión en que se ha manifestado a través del Mensajero de cada edad, para este tiempo final en Apocalipsis, capítulo 10, verso 1 en adelante, dice:

Vi descender del cielo a otro ángel fuerte, envuelto en una nube, con el arco iris sobre su cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego.

Tenía en su mano un librito abierto; y puso su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra;

y clamó a gran voz, como ruge un león; y cuando hubo clamado, siete truenos emitieron sus voces.”

Este Ángel Fuerte que desciende del Cielo es Cristo, Cristo viniendo con el Librito abierto en Su mano, o sea, con el Libro de los Siete Sellos ya abierto en Su mano, por lo cual para ese tiempo ya habrá entrado hasta el último escogido de Dios a la Iglesia del Señor Jesucristo, y ya Él habrá terminado Su Obra de Intercesión en el Cielo y habrá tomado el Título de Propiedad, el Libro de los Siete Sellos, lo habrá abierto en el Cielo y Él hará Su Obra de Reclamo, donde reclamará todo lo que Él ha redimido con Su Sangre preciosa. Él reclamará a todos los muertos en Cristo y los resucitará en cuerpos glorificados, cuerpos eternos, y a nosotros nos transformará.

Ahora, Él viene con el Librito abierto en Su mano, con el Libro de los Siete Sellos abierto en Su mano. Este Título de Propiedad es el Título de Propiedad de toda la creación de los Cielos y de la Tierra, este Título de Propiedad ha estado cumpliéndose de etapa en etapa, de edad en edad.

En el cumplimiento de cada uno de esos Sellos, encontramos que se estaría llevando a cabo una Obra divina en cada una de las edades de la Iglesia.

Y todo esto está sellado en este libro, pero Cristo conoce el contenido de ese libro y conoce los nombres de todas las personas que están escritas en ese libro, que es el Libro de la Vida del Cordero, el libro de los Siete Sellos, y por consiguiente Él llama de etapa en etapa, de edad en edad, a cada persona que tiene su nombre escrito en ese Libro de la Vida del Cordero. Él dijo: “Mis ovejas oyen mi Voz y me siguen.” Y también Él dijo: “El que es de Dios la Voz de Dios oye.” Eso está en San Juan, capítulo 8. San Juan, capítulo 8... les voy a dar el verso también para que lo tengan, San Juan, capítulo 8, verso 47, dice:

El que es de Dios, las palabras de Dios oye.”

Y aquellos que no querían oír la Palabra de Dios a través de Jesús, Él les dijo: “Por esto no las oís vosotros, porque no sois de Dios.”

Y ahora, podemos ver que unos escuchan la Voz de Dios ¿quiénes? Los que son de Dios, los que tienen sus nombres escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, los que no tienen sus nombres escritos ahí en el Libro de la Vida del Cordero, en el Libro de los Siete Sellos, no pueden escuchar la Voz de Cristo en la edad que les toca vivir, el cual habla a través del Mensajero de cada edad. En San Juan, capítulo 10, verso 25 en adelante ó 24 en adelante, dice:

Y le rodearon los judíos y le dijeron: ¿Hasta cuándo nos turbarás el alma? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente.

Jesús les respondió: Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en nombre de mi Padre, ellas dan testimonio de mí;

pero vosotros no creéis, porque no sois de mis ovejas, como os he dicho.

Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen,

y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.

Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.

Yo y el Padre uno somos.”

Ahora, podemos ver que las ovejas del Padre que fueron dadas a Cristo para que les dé Vida eterna, nadie las puede arrebatar de la mano de Cristo, las ovejas de Dios oyen la Voz de Dios a través de Cristo en cada edad en la manifestación de Cristo a través del Mensajero de cada edad.

Y ahora, Cristo con el Librito abierto en Su mano desciende del Cielo y clama como cuando ruge un león, es la Voz de Cristo y siete truenos emiten sus voces.

Tenía en su mano un librito abierto; y puso su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra;

y clamó a gran voz, como ruge un león; y cuando hubo clamado, siete truenos emitieron sus voces.

Cuando los siete truenos hubieron emitido sus voces, yo iba a escribir; pero oí una voz del cielo que me decía: Sella las cosas que los siete truenos han dicho, y no las escribas.

Y el ángel que vi en pie sobre el mar y sobre la tierra, levantó su mano al cielo,

y juró por el que vive por los siglos de los siglos, que creó el cielo y las cosas que están en él, y la tierra y las cosas que están en ella, y el mar y las cosas que están en él, que el tiempo no sería más,

sino que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta, el misterio de Dios se consumará, como él lo anunció a sus siervos los profetas.”

Aquí a Juan le fue prohibido escribir lo que los Truenos hablaron, porque el contenido de esos Truenos es la revelación divina del Séptimo Sello, el contenido de esos Truenos es la revelación divina del Séptimo Sello. Los Siete Truenos es la Voz de Cristo hablando luego que las siete edades de la Iglesia han terminado, y luego que Cristo termina Su Obra de Intercesión en el Cielo.

Y ahora, veamos lo que sucede luego aquí en el mismo capítulo 10, verso 8 en adelante, veamos lo que le es hablado a Juan:

La voz que oí del cielo habló otra vez conmigo, y dijo: Vé y toma el librito que está abierto en la mano del ángel que está en pie sobre el mar y sobre la tierra.”

Y ahora, el Librito o Libro que en el capítulo 5 del Apocalipsis, nadie era digno de abrir ni siquiera de mirar; ahora, luego que Cristo lo tomó en el capítulo 5 del Apocalipsis y lo abrió en el Cielo en el capítulo 6 y en el capítulo 8, verso 1, luego en el capítulo 10 desciende del Cielo con el Librito abierto en Su mano, y ahora le es ordenado a un hombre que vaya al Ángel Fuerte que desciende del Cielo y le pida el Librito abierto, para que así lo reciba un hombre en la Tierra.

Dios le había dado a Adán el Título de Propiedad, el Libro de los Siete Sellos que contiene los nombres de todos los hijos de Dios que serían manifestados en esta Tierra, para que Adán trajera esos hijos e hijas de Dios; pero a causa del pecado allá en el Huerto del Edén, le fue quitado el Título de Propiedad, regresó a la diestra de Dios, y ahora Adán lo que trae a existencia son hijos mortales.

Pero hijos con Vida eterna no los puede traer Adán, porque le fue quitado el Título de Propiedad, pero ese Título de Propiedad es el que contiene los nombres de todos los hijos de Dios, los cuales el Segundo Adán traería a existencia.

Por lo tanto, es el Segundo Adán con la segunda Eva, y la segunda Eva es la Iglesia del Señor Jesucristo y el Segundo Adán es nuestro amado Señor Jesucristo. Así como de Adán Dios sacó una compañera para Adán (a Eva), de Cristo, el Segundo Adán, Dios sacó una compañera para Cristo, la cual es la Iglesia del Señor Jesucristo, para Cristo reproducirse en muchos hijos e hijas de Dios a través de Su Iglesia, y traer a existencia con Vida eterna a todos esos hijos e hijas de Dios escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero. Todas esas personas que tienen sus nombres ahí escritos tienen que ser manifestados en la Tierra de edad en edad.

De edad en edad en el tiempo de los Apóstoles, en el tiempo de los siete Ángeles Mensajeros fueron manifestados los correspondientes a esos tiempos, y el último grupo que es manifestado en este tiempo final es el grupo correspondiente a la Edad de la Piedra Angular, y esas personas están escritas en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero y son los últimos en ser manifestados en el Reino de Cristo como hijos e hijas de Dios, son los últimos que confirman sus nombres en el Cielo, en la Vida eterna, son los últimos que obtienen la Redención del alma.

Por eso es que cuando fue llamado - hubo un llamado en el Cielo en el capítulo 5 del Apocalipsis para que una persona se presentara y tomara el Libro de los Siete Sellos, no hubo en el Cielo ninguna persona digna de tomar ese libro, y Juan lloraba mucho porque todo estaba perdido si no se presentaba una persona para tomar ese Título de Propiedad, ese Libro de la Vida del Cordero, que es el Libro de los Siete Sellos.

Si alguien no se presentaba y lo tomaba, alguien que fuera digno, al cual Dios le entregara ese Libro, todo estaría perdido; o sea, que la vida física de toda la creación dejaría de existir, porque no podía venir la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de nosotros lo que vivimos, si no se presentaba el Pariente redentor de la raza humana para tomar el Título de Propiedad y así llevar a cabo la Obra de Reclamo, en donde Él resucitará a los muertos creyentes en Él en cuerpos físicos glorificados y transformará a los vivos creyentes en Él en el Cuerpo Místico de Cristo, porque ésa es la segunda parte del Plan de Redención, ésa es la Redención del cuerpo.

Y la Redención del cuerpo no puede venir, hasta que venga y hasta que se cumpla y hasta que entre hasta el último escogido en la Redención Espiritual. La Adopción Espiritual es cuando la persona recibe a Cristo como su Salvador, arrepentido de sus pecados y lava sus pecados en la Sangre de Cristo, Cristo lo perdona, lo limpia con Su Sangre preciosa, y la persona es bautizada en agua en el Nombre del Señor Jesucristo y Cristo lo bautiza con Espíritu Santo y Fuego, y así la persona obtiene el nuevo nacimiento, la persona ha nacido del Agua y del Espíritu, como le dijo Cristo a Nicodemo: “De cierto, de cierto te digo, que el que no nazca del Agua y del Espíritu, no puede entrar al Reino de Dios.” Y ahora, el que nazca del Agua y del Espíritu entra al Reino de Dios.

Y ahora, han estado entrando al Reino de Dios millones de personas que han recibido a Cristo como su Salvador, han lavado sus pecados en la Sangre de Cristo, han sido bautizados en agua en Su Nombre y han recibido el Espíritu Santo y han obtenido el nuevo nacimiento, han obtenido la Redención Espiritual, han obtenido la Redención del alma y por consiguiente han obtenido un cuerpo angelical teofánico de la sexta dimensión, y se encuentran como se encontraba Adán antes de tener su cuerpo de carne.

Adán antes de tener su cuerpo de carne, Dios le dio un cuerpo angelical, un cuerpo espiritual en el cual moró, y en ese cuerpo angelical Adán estaba allí en el Huerto del Edén, como Cristo en Espíritu en Su cuerpo angelical estaba en el Antiguo Testamento y está en medio de Su Iglesia en Espíritu Santo.

Pues Adán tenía su cuerpo angelical, pero todavía no tenía el cuerpo de carne para poder trabajar, labrar, el Huerto del Edén, pero luego Dios le creó el cuerpo de carne y luego sacó de ese cuerpo de carne una compañera para Adán, en la cual puso el espíritu femenino de Adán (que estaba en Adán), porque Adán era varón y hembra.

Y ahora, eso está en la Escritura en el libro de Génesis, capítulo 1, dice (verso 26 al 27):

Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.

Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.”

El ser humano en su cuerpo angelical era varón y hembra, como Cristo en Su cuerpo angelical también. En Adán estaba el espíritu masculino y el espíritu femenino, pero luego cuando Dios le dio el cuerpo de carne, en el capítulo 2, verso 7 del Génesis:

Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente (o sea, un alma viviente en un cuerpo físico, en un cuerpo de carne, y todavía era varón y hembra).”

Luego más adelante dice, verso 18 del capítulo 2 del Génesis:

Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.”

Y el verso 20 dice:

Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; mas para Adán no se halló ayuda idónea para él.

Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar.

Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre.

Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada.

Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.”

Ahora, podemos ver que la compañera para Adán estaba en Adán, la compañera para el primer Adán.

Y ahora, la compañera para el segundo Adán, que es Jesucristo, ¿dónde estaba? En Jesucristo. La compañera del Segundo Adán es Su Iglesia. Y a través de Su Iglesia, Jesucristo ha estado trayendo a existencia con Vida eterna hijos e hijas de Dios; primeramente así como sucedió con Adán: le dio el cuerpo angelical primero.

Ahora, encontramos que Dios da el cuerpo angelical primero a todos los hijos e hijas de Dios, así como también Cristo tenía Su cuerpo angelical primero antes de tener el cuerpo de carne.

Y ahora, todos los hijos e hijas de Dios que nacen por medio del Espíritu Santo en la Iglesia del Señor Jesucristo, son los hijos de Dios que vienen a través del Segundo Adán, Jesucristo nuestro Salvador, nacen en el Reino de Cristo, nacen en la sexta dimensión, así como Adán nació en Su cuerpo angelical en la sexta dimensión, y así como Cristo tiene Su cuerpo angelical de la sexta dimensión; y así como luego Dios le dio un cuerpo de carne al primer Adán, vean Dios le dio un cuerpo de carne al Segundo Adán.

Y luego, así como Dios dio una compañera a Adán, encontramos que Dios le ha dado una compañera a Cristo y a través de esa compañera, la Iglesia de Jesucristo, Dios ha estado trayendo hijos e hijas y han estado naciendo en el Reino de Cristo, el Reino de Dios de edad en edad.

Y esas personas han sido libradas del reino de las tinieblas, porque al nacer en esta tierra, nacemos en una dimensión en la cual el diablo tiene el dominio, porque el diablo es el príncipe de este mundo (dice Cristo), él es el príncipe de las tinieblas y él es el príncipe de los aires o del aire.

Por lo tanto, toda persona que nace en este planeta Tierra, nace en el reino de las tinieblas. Así como toda persona, todo hebreo, que nacía en Egipto, en el tiempo en que los descendientes de Jacob fueron a Egipto, cuando ya fueron convertidos en esclavos, todo hebreo que nacía en ese imperio egipcio, nacía como un esclavo. Y así también toda persona que nace en este planeta Tierra, nace como un esclavo del reino de las tinieblas y por consiguiente del maligno.

Pero así como Cristo libertó al pueblo hebreo a través del Profeta Moisés, Cristo ha libertado a todos los escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero por medio de Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario, y hemos sido sacados del reino de las tinieblas y trasladados al Reino de Jesucristo nuestro Salvador, conforme a Colosenses, capítulo 1, verso 12 en adelante, donde dice:

Con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz;

el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo.”

¿Ven? Nos ha libertado de la potestad, del dominio y gobierno de las tinieblas, y nos ha trasladado al Reino de Su amado Hijo, del Hijo de Dios:

...en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.

El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.”

Y ahora, Él nos ha libertado del reino de las tinieblas y colocado en Su Reino, el Reino de Cristo; nos ha sacado del reino de las tinieblas que pertenece a la quinta dimensión, y nos ha trasladado al Reino de Cristo que pertenece a la sexta dimensión, y nos ha dado un cuerpo angelical teofánico de la sexta dimensión, y ya tenemos la primera parte de la Adopción, tenemos la Adopción Espiritual, hemos sido adoptados como hijos e hijas de Dios espiritualmente; pero nos falta la Adopción física, que es nuestra transformación, donde recibiremos el cuerpo físico glorificado.

Por lo tanto, esa segunda parte corresponde a la Segunda Venida de Cristo. Aquí en Filipenses, capítulo 3, versos 20 al 21 lo dice, dice:

Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;

el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya (o sea, para que sea un cuerpo glorificado, como el cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador)

por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.”

Por lo tanto, la Segunda Venida de Cristo tiene un propósito definido: la Redención del cuerpo, o sea, la resurrección de los muertos en Cristo en cuerpos glorificados y la transformación nuestra, para todos ser a semejanza física de Jesucristo nuestro Salvador, porque ya Él nos ha dado Su imagen, que es el cuerpo angelical, y nos dará Su semejanza física, que es el cuerpo físico glorificado, para que todos seamos a Su imagen (cuerpo angelical) y a Su semejanza (cuerpo físico glorificado). Y así todos seremos iguales a Jesucristo nuestro Hermano mayor.

Y ahora, así como hemos recibido la fe para recibir esa transformación espiritual y obtener el cuerpo angelical, como hemos recibido esa fe a través de la predicación del Evangelio de la Gracia, que gira alrededor de la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario, y hemos creído en Su Primera Venida y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario, y lo hemos recibido como nuestro Salvador.

Cristo dijo en San Marcos, capítulo 16, versos 15 al 16:

Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.

El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”

Hemos visto que hay que creer en la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario y recibirlo como nuestro Salvador, para poder obtener la salvación de nuestra alma, y poder ser bautizados en agua en Su Nombre y recibir Su Espíritu Santo, y así obtener el nuevo nacimiento y obtener el cuerpo angelical.

Sin la predicación del Evangelio, ninguna persona creería en la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario, sin la predicación del Evangelio de la Gracia no habría Iglesia del Señor Jesucristo, porque la Iglesia del Señor Jesucristo es formada por todos los creyentes en Cristo.

Por lo tanto, la predicación del Evangelio de la Gracia es muy importante, para que Cristo produzca el nuevo nacimiento de millones de personas que tienen sus nombres escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero. Y eso es lo que Cristo ha estado haciendo de etapa en etapa en medio de Su Iglesia, y ha estado caminando sobre las aguas de pueblos, naciones y lenguas, dando la mano, extendiendo la mano, Su Diestra de Salvación, a toda persona que clama a Él y pide que lo salve, para no perecer sino para vivir eternamente con Cristo en Su Reino, y Cristo lo ha salvado y lo ha colocado luego en la Barca: Su Iglesia, Su Reino.

Ahora, la fe para el Rapto, la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, la fe para obtener la redención del cuerpo, gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo, como leímos en Filipenses, capítulo 3, versos 20 al 21. Y también en Primera de Tesalonicenses, capítulo 4, versos 12 al 17, y capítulo 5, versos 1 al 10 de Tesalonicenses (Primera de Tesalonicenses), y también en Primera de Corintios, capítulo 15, versos 49 al 58, lo cual corresponde al tiempo de la Gran Voz de Trompeta. Y esa Gran Voz de Trompeta es la Séptima Trompeta, la trompeta de Apocalipsis, capítulo 11, verso 15 en adelante, la cual suena, toca Moisés y Elías.

Y ahora, para la transformación de nuestro cuerpo se requiere la revelación de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo.

¿Y cómo podemos obtener esa revelación? Así como hemos obtenido la revelación de la Primera Venida de Cristo para obtener el perdón de nuestros pecados, ser bautizados en agua en Su Nombre, y recibir Su Espíritu Santo y obtener el nuevo nacimiento, y obtener el cuerpo angelical. ¿Cómo hemos recibido esa revelación? Por medio de la predicación del Evangelio de la Gracia. El Evangelio de la Gracia contiene la revelación del misterio de la Primera Venida de Cristo como el Cordero de Dios, muriendo en la Cruz del Calvario y quitando el pecado del mundo.

Y ahora, la predicación del Evangelio del Reino, que es la predicación del Mensaje del Evangelio del Reino para la Dispensación del Reino, que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo, recibimos la fe, la revelación del Séptimo Sello, la revelación de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo, para obtener la transformación de nuestro cuerpo, y así obtener la Redención del cuerpo y ser a semejanza física de Jesucristo nuestro Salvador.

Por eso es que el Rvdo. William Branham dijo que los truenos darían la fe para el rapto a la Iglesia del Señor Jesucristo, él dijo que los truenos contienen el misterio por cuya razón hubo silencio en el Cielo.

Vean, en la página 128 del libro de “Los Siete Sellos,” dice el Rvdo. William Branham:

Ahora, los Siete Truenos de Apocalipsis permitirán que Él muestre a la Novia cómo prepararse para obtener esa gran fe de traslación (o sea, la fe de Rapto).”

Por eso es que cuando Cristo, el Ángel Fuerte que desciende del Cielo en Apocalipsis, capítulo 10, clamó como cuando ruge un león y siete truenos emitieron sus voces, Juan iba a escribir lo que los truenos hablaron, pero le fue prohibido escribirlo. Lo que los truenos hablaron es el misterio del Séptimo Sello, el misterio de la Segunda Venida de Cristo.

El mismo Cristo que en Espíritu Santo había estado en medio de la Iglesia de Jesucristo, en medio de Su Iglesia hablando por medio de cada Mensajero, ahora desciende del Cielo con el Librito abierto en Su mano, y clama como cuando ruge un león y siete truenos emiten sus voces.

Ésa es la Voz de Cristo para este tiempo final, Cristo hablando en medio de Su Iglesia en forma consecutiva, en cada edad habló a través de un Mensajero, de cada Mensajero, habló a través de uno, hubo un lapso de tiempo de silencio, y luego envió otro Mensajero y habló a través de ese otro Mensajero.

No habló en forma consecutiva a través de ninguno de los Mensajeros, sólo dio el Mensaje para cada edad. Esos Mensajeros y el Mensaje que ellos hablaron, es un reflejo de lo que estará sucediendo en este tiempo final en medio de la Iglesia de Jesucristo, en la Edad de la Piedra Angular, donde Cristo, el Ángel Fuerte que desciende del Cielo estará hablando en forma consecutiva a Su Iglesia, y estará revelándole el misterio del Séptimo Sello, y estará por consiguiente dándonos el Mensaje del Evangelio del Reino, el Mensaje correspondiente a la Dispensación del Reino, y eso es la Lluvia Tardía también la Enseñanza Tardía, la Enseñanza de la Segunda Venida de Cristo.

Y por medio de esa Enseñanza es que recibimos la fe, la revelación para nuestra transformación. Por eso es tan importante escuchar la Voz de Cristo en este tiempo final.

El Rvdo. William Branham hablándonos de este tiempo, vean, en el Mensaje de “Las Siete Edades de la Iglesia,” en la página 131 del libro de “Las Edades,” dice:

Por medio de la lluvia de la enseñanza o temprana, enseguida vendrá la lluvia de la cosecha o fe para el Rapto.”

O sea, que después de la Lluvia Temprana - la Lluvia Temprana es la Lluvia Temprana de la predicación del Evangelio de la Gracia, que nos da la fe para recibir a Cristo como nuestro Salvador y obtener la transformación interior espiritual, y obtener el Espíritu Santo y obtener el nuevo nacimiento y obtener el cuerpo angelical. Y luego la Lluvia Tardía nos da la fe para recibir nuestra transformación física y obtener el cuerpo físico glorificado.

Ambas lluvias giran alrededor de la Venida del Señor. La Lluvia Temprana gira alrededor de la Primera Venida de Cristo, y la Lluvia Tardía gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo. Por lo tanto, ¿quiénes serán los que recibirán la Lluvia Tardía? Los que habrán recibido la Lluvia Temprana.

Y del grupo que recibirá la Lluvia Tardía habló Dios por medio del Rvdo. William Branham en una ocasión, cuando nos dijo en el mensaje: “¿Cuál es la Atracción en el Monte?” Vean, en ese mensaje él nos habló en la página 22 y 23 del Mensaje: “¿Cuál es la Atracción en el Monte?” en español dice:

OH, EN LOS ÚLTIMOS DÍAS HABRÁ UNA REAL LLUVIA TEMPRANA Y TARDÍA SOBRE ESE PEQUEÑO GRUPO QUE VIENE CON ÉL, EN ESE PEQUEÑO BURRITO, MANSO Y HUMILDE, SIN DUDA NI DENOMINACIÓN, CLAMANDO: ¡HOSANNA AL REY QUE VIENE EN EL NOMBRE DEL SEÑOR! ¿CUÁL ES LA CUESTIÓN HOY? ¿CUÁL ES LA ATRACCIÓN EN EL MONTE?”

Y recuerden que el monte es la Iglesia del Señor Jesucristo. Todo esto corresponde a la Iglesia del Señor Jesucristo. Y vean ustedes, viene con Él un grupo pequeño, Su Segunda Venida es como León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo.

Y para este tiempo final por cuanto todavía faltarían hijos e hijas de Dios de venir al Cuerpo Místico de Cristo, Cristo no puede salir del Trono de Intercesión, y por consiguiente Él tiene que completar Su Iglesia, y por consiguiente miren lo que estará sucediendo en este tiempo final, capítulo 2 del libro del Profeta Joel, verso 23 en adelante.

Vosotros también, hijos de Sion, alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio.”

“Hará descender Lluvia Temprana y Tardía como al principio,” y en lo que leímos del Rvdo. William Branham dice que habrá una real Lluvia Temprana y Tardía sobre ese pequeño grupo que viene con Él; o sea, que habrá un grupo de creyentes en Cristo que tendrán ambas lluvias: la Temprana y la Tardía, tendrán la predicación del Evangelio de la Gracia que revela el misterio de la Primera Venida de Cristo, y tendrán la predicación del Evangelio del Reino que revela el misterio de la Segunda Venida de Cristo.

Y ese grupo no lo hubo en ninguna de las edades pasadas. Por lo tanto, ese grupo es el que recibe primero la transformación espiritual, y después recibirá la transformación física que ha sido prometida para todos los hijos e hijas de Dios; ése es el grupo más importante, porque cuando se complete ese grupo en la Iglesia de Jesucristo, entonces vendrá la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de nosotros los que vivimos.

En Oseas, capítulo 6, versos 1 al 3, dice.

Venid y volvamos a Jehová; porque él arrebató, y nos curará; hirió, y nos vendará.

Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos resucitará, y viviremos delante de él.

Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehová; como el alba está dispuesta su salida, y vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana a la tierra.”

Así es la Venida del Señor para el pueblo hebreo: con la Lluvia Tardía y Temprana, con la predicación del Evangelio del Reino y la predicación del Evangelio de la Gracia, con la revelación divina de la Primera Venida de Cristo y la revelación divina de la Segunda Venida de Cristo.

Con esa Enseñanza es que Dios llamará y juntará ciento cuarenta y cuatro mil hebreos; y con esa misma Enseñanza es que Él llamará y juntará a los escogidos de Dios de este tiempo final, será con la Lluvia Temprana y Tardía.

Tienen que estar ambas lluvias en este tiempo para que sean llamados y juntados los escogidos de Dios de este tiempo final:

Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos.”

Esa Gran Voz de Trompeta, la predicación del Evangelio del Reino, esa Gran Voz de Trompeta, la Voz de Cristo a través del instrumento correspondiente a este tiempo final en el Cuerpo Místico de Jesucristo nuestro Salvador.

Cristo estará en medio de Su Iglesia en este tiempo final hablándonos y dándonos a conocer el misterio del Séptimo Sello, el misterio de Su Segunda Venida como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo. Y con la predicación de ese misterio, se estará derramando sobre el pueblo de Dios la Lluvia Tardía de la predicación del Evangelio del Reino.

Ahora vean, en cada edad del pasado cada Mensajero tuvo la Lluvia Temprana, o sea, tuvo la predicación del Evangelio de la Gracia, dando ese Mensaje del Evangelio de la Gracia al pueblo.

Para este tiempo final el Mensajero del Señor Jesucristo, el Ángel del Señor Jesucristo, el cual es un Profeta dispensacional, tendrá ambas lluvias, tendrá ambos Mensajes: tendrá el Mensaje del Evangelio del Reino y el Mensaje del Evangelio de la Gracia, y así se estará entrelazando un Mensaje, el Evangelio del Reino con el Evangelio de la Gracia; así como se entrelazó el Evangelio de la Gracia con el Mensaje de la Ley.

Hemos visto que todo esto es Jesús andando sobre el mar de aguas, sobre naciones, pueblos y lenguas, que son las aguas sobre las cuales Cristo estaría caminando en este tiempo final, como ha caminado en edades pasadas sobre las aguas de pueblos, naciones y lenguas.

Y ahora, para este tiempo final es la parte culminante del Programa de Cristo, en donde los millones de creyentes en Cristo que han partido serán resucitados en cuerpos eternos, y nosotros los que vivimos seremos transformados, porque la predicación del Evangelio del Reino, que es la Lluvia Tardía que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo, es la Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta, y es la Séptima Trompeta lo cual también es el Séptimo Sello; porque el Séptimo Sello y la Séptima Trompeta son una misma cosa: la Venida del Señor: y ésa es la revelación que tendrá la Iglesia del Señor Jesucristo en este tiempo final, no solamente tendrá la revelación de la Primera Venida de Cristo, sino también la revelación de la Segunda Venida de Cristo.

Por lo tanto, en este tiempo final así como Él ha caminado sobre las aguas de pueblos, naciones y lenguas extendiendo Su diestra a todos aquellos que le piden que los salve, y ha salvado millones de seres humanos y los ha colocado en la Barca, que es la Iglesia de Jesucristo, también Él en este tiempo final estará trayendo la parte física, la salvación física, la Redención física que será nuestra transformación, y la resurrección de los muertos en Cristo.

Eso es lo que está prometido para este tiempo final, en donde veremos a Jesús: Cristo en Espíritu Santo caminando sobre las aguas de pueblos, naciones y lenguas, y estará llamando y juntando Sus escogidos que estarán en todas las naciones, pueblos y lenguas en este tiempo final, y después llamará y juntará ciento cuarenta y cuatro mil hebreos.

Ahora, hemos visto nuestro tema: “JESÚS ANDANDO SOBRE EL MAR.”

Y luego en el Apocalipsis, capítulo 10 vimos que el Librito abierto en Su mano Él lo entrega a un hombre. Entregar ese Librito a un hombre, eso es adoptar a ese hombre y darle Su poder y Su autoridad. En Apocalipsis, capítulo 2, verso 7, dice que:

Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida.”

Y si come del Árbol de la Vida entonces vivirá eternamente. Se come del Árbol de la Vida para obtener el nuevo nacimiento, para obtener el perdón de los pecados, ser bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y recibir el Espíritu Santo y obtener el nuevo nacimiento y obtener el cuerpo angelical.

Y se come del Árbol de la Vida, de la revelación divina de la Segunda Venida de Cristo, para obtener el cuerpo físico glorificado, o sea, que los que van a ser transformados tendrán la revelación divina de la Segunda Venida de Cristo y la creerán con toda su alma; y eso será tener la fe, la revelación para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, eso es tener la fe de Rapto.

Ahora, Cristo ha prometido dar ese Título de Propiedad a un hombre para que se lo coma. Vean, esto es muy importante aquí, es muy importante este pasaje porque ese hombre que recibirá y que comerá ese Libro, vean lo que tendrá. Capítulo 10, verso 8 en adelante, dice:

La voz que oí del cielo habló otra vez conmigo, y dijo: Vé y toma el librito que está abierto en la mano del ángel que está en pie sobre el mar y sobre la tierra.

Y fui al ángel, diciéndole que me diese el librito. Y él me dijo: Toma, y cómelo; y te amargará el vientre, pero en tu boca será dulce como la miel.

Entonces tomé el librito de la mano del ángel, y lo comí; y era dulce en mi boca como la miel, pero cuando lo hube comido, amargó mi vientre.

Y él me dijo: Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes.”

Y ahora, el que se come el Librito recibe la orden de profetizar sobre muchos pueblos, naciones y lenguas.

Juan representa, tipifica, a la Iglesia de Jesucristo y a cada Mensajero en cada edad, y por consiguiente representa a la Iglesia de Jesucristo para el Día Postrero, para el tiempo final, y representa al Mensajero que Cristo tendrá en Su Iglesia en este tiempo final.

Y a ése será que Cristo le dará, le entregará el Título de Propiedad, se lo comerá, y entonces profetizará sobre muchos pueblos, naciones y lenguas. Por eso en Apocalipsis, capítulo 11 (que es el capítulo que le sigue), viene ahí el ministerio que profetiza sobre muchos pueblos, naciones y lenguas, que es el ministerio de Moisés y Elías. Apocalipsis, capítulo 11, verso 3, dice:

Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio.

Estos testigos son los dos olivos, y los dos candeleros que están en pie delante del Dios de la tierra.”

Y ahora, podemos ver que el Mensajero que Cristo tendrá en Su Iglesia en este tiempo final, será el que recibirá a Cristo en Su Segunda Venida, el que recibirá a Cristo con el Librito abierto en Su mano, y el que escuchará la Voz de Cristo clamando como cuando ruge un león, y el que recibirá el Título de Propiedad, el Librito de los Siete Sellos, y se lo comerá. ¿Para qué? Para que profetice sobre muchos pueblos, naciones y lenguas; va a profetizar conforme a lo que está escrito en ese Librito abierto; o sea, que estará hablando conforme a la revelación del Libro de los Siete Sellos; estará profetizando sobre muchos pueblos, naciones y lenguas las cosas que han de suceder a pueblos, naciones y lenguas; tendrá el Mensaje profético del Día Postrero, tendrá el Mensaje del Evangelio del Reino donde estará toda profecía correspondiente a este tiempo final.

Y el Librito que le fue quitado a Adán y que fue - y que regresó a la diestra de Dios y permanece en la diestra de Dios hasta que Cristo lo toma en Apocalipsis, capítulo 5, Libro que nadie podía tomar, excepto Jesucristo, Libro que nadie podía ni siquiera mirar.

Ahora Cristo lo toma, lo abre en el Cielo y luego lo trae a la Tierra y lo entrega a un hombre para que se lo coma, porque ése era el propósito de Dios: que Adán comiera del Árbol de la Vida, y entonces así el Título de Propiedad se lo habría comido y podía traer hijos e hijas de Dios.

Ahora, para que pueda venir la parte física de la manifestación de los hijos e hijas de Dios en cuerpos físicos glorificados, tiene que venir el Ángel Fuerte que desciende del Cielo con el Librito abierto en Su mano, entregárselo a un hombre, ese hombre se lo tiene que comer, y entonces se lleva a cabo el Programa correspondiente a la Obra de Reclamo, y Cristo resucitará los muertos creyentes en Él y a nosotros nos transformará.

Todo eso está contenido en el misterio del Séptimo Sello, todo eso está contenido en el misterio que los truenos hablaron y que le fue prohibido a Juan escribir, todo eso está contenido en el Título de Propiedad, el Libro de los Siete Sellos.

Por lo tanto, todo el contenido de ese Libro ha estado cumpliéndose de edad en edad, porque es el Programa original de Dios, en el cual todos los que son manifestados en ese Programa tienen Vida eterna. Ése es el Programa de la Vida eterna, porque es el Libro de la Vida eterna, el Libro de la Vida del Cordero.

Por lo tanto, Cristo caminando sobre el mar, para el tiempo final en Apocalipsis, capítulo 10 trae el Título de Propiedad a Su Iglesia, y se lo entrega al Mensajero de Su Iglesia del Día Postrero, para que se lo coma y hable, profetice de acuerdo al contenido de ese Libro.

Por lo tanto, estará siempre hablando de acuerdo al contenido del Título de Propiedad, del Libro de la Vida del Cordero, para que así nosotros recibamos también el Título de Propiedad en la forma de Mensaje, de Palabra hablada, recibamos el contenido de ese Título de Propiedad, y podamos ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

Pero si alguno se va antes no hay ningún problema, tendrá que regresar, será resucitado y entonces estará de nuevo con nosotros, aunque no con el mismo cuerpo que tenía, sino con uno nuevo, que será joven para toda la eternidad. En ese Programa es que nosotros obtendremos el cuerpo nuevo, eterno, inmortal, incorruptible y glorificado.

¿Y quiénes escucharán la Voz de Cristo? “El que es de Dios, oye la Voz de Dios.” No hay que obligarle a escuchar, él más bien tiene hambre de oír la Voz de Dios, y cuando la escucha dice: “Esto era lo que yo estaba esperando, esto era lo que yo deseaba escuchar.” Y eso es lo que llena su alma, y eso es lo que llena todo su ser, y lo llena de fe y de esperanza, sabiendo que Cristo tiene un nuevo cuerpo eterno, inmortal, incorruptible para usted y uno para mí también, el cual yo estoy esperando.

¿Y quién más está esperando un cuerpo nuevo? Todos ustedes también, es para ustedes y para mí esa promesa, y todo gira alrededor del Séptimo Sello, todo gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo.

JESÚS ANDANDO SOBRE EL MAR.”

Pensaron que era un fantasma; así pensarán para este tiempo final, como también pensaron en cada edad: que era un fantasma, y era Cristo caminando sobre pueblos, naciones y lenguas a través del Mensajero en cada edad o de cada edad, así pensarán algunos para este tiempo.

Pero los que son de Dios luego despertarán y dirán: “No, no es un fantasma, es Cristo caminando sobre las aguas de pueblos, naciones y lenguas, en un Mensajero de este tiempo final: en el Mensajero del Señor Jesucristo para el Día Postrero.”

Y luego, cuando ya estemos transformados, ya entonces veremos a Cristo en Su cuerpo angelical y en Su cuerpo físico glorificado, porque también nosotros tendremos cuerpos físicos glorificados.

JESÚS ANDANDO SOBRE EL MAR.”

Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio de nuestro tema: “JESÚS ANDANDO SOBRE EL MAR.”

Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también; y pronto Cristo complete Su Iglesia y resucite los muertos creyentes en Él en cuerpos glorificados y nos transforme a nosotros los que vivimos. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén, y amén.

El viernes próximo estaré nuevamente con ustedes en el otro auditorio (aquí al lado), y también el domingo próximo estaré con ustedes.

El tema del viernes próximo será: “LA MENTE QUE TENGA SABIDURÍA.” Y el domingo próximo (día 6) será el tema: “EL HOMBRE ANIMAL Y EL HOMBRE ESPIRITUAL.”

Ésos son los dos temas que tendremos para viernes y domingo. Oren mucho por mí, para que Él me dé todo lo que debo hablar en esas dos actividades.

Y los que deseen viajar en estos viajes misioneros, oren mucho por mí, oren por esos viajes misioneros para que Cristo complete Su Iglesia, siga añadiendo a Su Iglesia los que faltan; y los que quieran ir también en otra forma: ayudando, cooperando para los pasajes, también lo pueden hacer en la forma que ya ustedes saben hacerlo: de todo corazón.

Si no lo pueden hacer de todo corazón, no lo hagan porque no les va a contar en el Reino de Cristo. Pero si lo hacen de todo corazón les va a contar. Y recordando siempre: Si colaboran yo viajaré, y si no colaboran, también yo voy a viajar. O sea, que el beneficio para... ¿para quién será el beneficio entonces? Para todos ustedes, porque les contará a ustedes, en toda la labor que se haga les contará a ustedes que han tenido una parte en esa labor.

Así que eso es dándole oportunidad a ustedes para que tengan parte en todas esas actividades, en todos esos viajes misioneros.

Bueno, que Dios les continúe bendiciendo a todos, les guarde y les use también grandemente en Su Obra en este tiempo final; y dejo nuevamente con nosotros a nuestro hermano y amigo, el Rvdo. José Benjamín Pérez para finalizar ya nuestra parte en esta ocasión.

Que Dios les bendiga y les guarde a todos.

JESÚS ANDANDO SOBRE EL MAR.”