obsidian/es/conferencias/2002/09/spa-2002-09-13-2-los_proxim...

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title: 'Los próximos acontecimientos'
date: 2002-09-13
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Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes aquí en Ciudad México, República Mexicana, en la congregación del Rvdo. Juan Zamorano.
Es para mí una bendición y privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final.
Reciban todos también saludos de mi esposa Erica, y también de mis niñas América y Yahannah Gabriela.
Para esta noche leemos en el libro del Apocalipsis, en el capítulo 5, verso 1 en adelante, donde nos dice:
“*Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos.*
*Y vi a un ángel fuerte que pregonaba a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos?*
*Y ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro, ni aun mirarlo.*
*Y lloraba yo mucho, porque no se había hallado a ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo.*
*Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos.*
*Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra.*
*Y vino, y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono.*
*Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos;*
*y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación;*
*y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.*
*Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de millones,*
*que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza.*
*Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos.*
*Los cuatro seres vivientes decían: Amén; y los veinticuatro ancianos se postraron sobre sus rostros y adoraron al que vive por los siglos de los siglos.”*
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
Nuestro tema es: **“LOS PRÓXIMOS ACONTECIMIENTOS.”**
A través de la historia bíblica encontramos que en el Programa Divino hay edades y hay dispensaciones; esto es: tiempos y sazones. Y encontramos que, siempre que se está viviendo en la Tierra en una edad y en una dispensación, hay cosas que tienen que acontecer en ese tiempo, y luego hay cosas que acontecerán más adelante: son acontecimientos que corresponden a una nueva edad y a una nueva dispensación.
Por lo tanto, en el Programa Divino encontramos que todo lo que va a suceder en el planeta Tierra ya está registrado en el Programa Divino, y está ahí escrito lo que los seres humanos van a hacer, todo está escrito en el Libro de la Verdad.
Por eso, el Arcángel Gabriel, cuando le apareció al Profeta Daniel para traer una revelación de parte del Cielo, de parte de Dios para el Profeta Daniel, en el capítulo 10 le dice al profeta Daniel, del libro de Daniel, capítulo 10... Vamos a ver, capítulo 10, verso 16 en adelante, dice:
“*Pero he aquí uno con semejanza de hijo de hombre tocó mis labios...”*
Aún un poquito antes... Esto es aquí el Arcángel Gabriel con Daniel. Vean, Daniel estaba muy debilitado: Verso 12 en adelante, dice:
“*Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido.*
*Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme* (o sea, el Arcángel Miguel)*, y quedé allí con los reyes de Persia.*
*He venido para hacerte saber lo que ha de venir a tu pueblo en los postreros días; porque la visión es para esos días.”*
Este Arcángel, vean ustedes, tiene la revelación de las cosas que van a suceder, porque él tiene acceso al Libro de la Verdad, y él es enviado a Daniel para hacerle saber las cosas que han de suceder.
Y como vino el Arcángel Gabriel al Profeta Daniel para darle a conocer esas cosas, Jesucristo ha enviado Su Espíritu Santo a Su Iglesia como El lo prometió en San Juan, capítulo 14, verso 26, donde dice:
“*Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.”*
¿Quién es el que enseñará todas las cosas? El Espíritu Santo. Así como vino Gabriel a Daniel, viene el Espíritu Santo a la Iglesia del Señor Jesucristo, de edad en edad, dándole a conocer lo que debe conocer; y para este tiempo final estará en la Iglesia de Jesucristo dándole a conocer lo que la Iglesia debe conocer; por lo tanto, estará ungiendo a un instrumento, como hizo en cada edad, ungiendo a cada instrumento para por medio de cada instrumento, cada Mensajero, hablarle a Su Iglesia.
Para este tiempo final, vean ustedes, vemos la historia del pasado y vemos cómo Dios habló por medio de los profetas del Antiguo Testamento, vemos cómo habló Dios por medio de Jesús, vemos cómo habló Dios por medio de los apóstoles, vemos cómo Dios habló por medio de los siete ángeles mensajeros, cómo habló por San Pablo, cómo habló por cada Mensajero, cómo habló por el Rvdo. William Branham. Y para este tiempo final Cristo estará hablándole a Su Iglesia, Cristo en Espíritu Santo en medio de Su Iglesia, estará hablándole y estará revelándole todas estas cosas que deben suceder pronto, por medio del instrumento que El ha prometido enviar para este tiempo final, cuando dice: *“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”* \[Apocalipsis 22:16\]
Por lo tanto, es por medio del Ángel del Señor Jesucristo que viene toda la revelación divina de parte de Jesucristo. Cristo en Espíritu Santo estará en medio de Su Iglesia velado y revelado en Su Ángel Mensajero dándole a conocer a Su Iglesia todas estas cosas que deben suceder pronto, o sea, los próximos acontecimientos luego de los que ya se han realizado en edades pasadas.
Y ahora, continuamos aquí leyendo, sigue diciendo \[Daniel 10:14\]:
“*He venido para hacerte saber lo que ha de venir a tu pueblo en los postreros días; porque la visión es para esos días.”*
Los Postreros Días ya sabemos que son los tres milenios postreros: quinto, sexto y séptimo milenio. Y durante el quinto, sexto y séptimo milenio, vean ustedes todas las cosas que estaba sucediendo con el pueblo hebreo: fueron perseguidos, vino gran tribulación sobre el pueblo hebreo, su templo fue destruido, el General romano Tito destruyó el templo y crucificó miles de hebreos, y colocó esas cruces en las murallas de Jerusalén; y dice que no había más espacio para colocar más cruces alrededor de las murallas.
Lo que le hicieron a Cristo: que pidieron la crucifixión de Cristo, ahora, vean, también son crucificados miles de hebreos en el año 70 cuando el General romano Tito entró a Jerusalén y la conquistó y destruyó el templo.
Y ahora, en donde estaba el templo allá en Jerusalén lo que está ahora es la Mezquita de Omar; por eso el pueblo hebreo no ha podido tener templo ni sacrificio, y por consiguiente no ha podido tener el sacrificio de la expiación por el pecado para obtener el perdón y la misericordia, y obtener la bendición de Dios.
Y eso es lo que se hacía en el Antiguo Testamento bajo la Ley, pero ya por cuanto el tiempo de la Dispensación de la Ley terminó, también terminaron los sacrificios por el pecado de - sacrificios de animalitos por el pecado; porque ya en la Dispensación de la Gracia hay un Sacrificio Perfecto, que es el Sacrificio de Cristo realizado en favor de todos nosotros para alcanzar el perdón de nuestros pecados y ser reconciliados con Dios, como fue tipificado en el sacrificio por el pecado del día diez del mes séptimo, el sacrificio del macho cabrío, y la sangre del sacrificio del macho cabrío siendo llevada al lugar santísimo y esparcida sobre el propiciatorio para el pueblo hebreo ser reconciliado por un año; el otro año el mismo día, el sumo sacerdote tenía que hacer lo mismo para reconciliar al pueblo hebreo, para el pueblo hebreo recibir el perdón y ser reconciliados con Dios.
Pero ahora, con un sólo Sacrificio Perfecto, hemos sido perdonados y reconciliados con Dios, no por un año, sino para toda la eternidad.
Ya Dios no acepta sacrificios de animalitos por el pecado porque hay un Sacrificio Perfecto y no se tiene que hacer otro sacrificio. Un sólo sacrificio y el ser humano es perdonado y es reconciliado con Dios para toda la eternidad.
Ahora, encontramos que el pueblo hebreo no ha comprendido lo que le ha sucedido y no ha comprendido el porqué de tantos problemas que ha tenido. Miren: no tiene templo, no tiene sacrificio por el pecado, y aun si lo tuviera, Dios no lo aceptaría, porque hay un sólo sacrificio por el pecado y es el Sacrificio de Jesucristo nuestro Salvador, realizado en la Cruz del Calvario, y El entró al Lugar Santísimo con Su cuerpo glorificado y con Su propia Sangre, la cual presentó a Dios por nuestros pecados, y ha estado en el Lugar Santísimo en el Cielo haciendo Intercesión por cada persona que tiene su nombre escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, y que por consiguiente es un miembro del Israel Celestial.
Y como el sumo sacerdote hacía intercesión ese día diez del mes séptimo, Cristo ha estado haciendo Intercesión por cerca de dos mil años, porque todo este tiempo que ha estado transcurriendo es el Día de la Expiación, y por consiguiente es el Día de la Reconciliación del ser humano con Dios, por medio del Sacrificio de Cristo realizado en la Cruz del Calvario, y por medio de la Sangre de Cristo ser limpiados de todo pecado para así ser reconciliados con Dios; por lo tanto Jesucristo es nuestro Reconciliador. Y no hay otra forma para ser reconciliados con Dios, sino por medio de Jesucristo nuestro Salvador.
Y ahora, una nueva dispensación comenzó de Cristo hacia acá: la Dispensación de la Gracia, donde ya no se requieren sacrificios de animalitos por el pecado. Fue difícil la introducción de esa nueva dispensación, porque los miembros de la Dispensación de la Ley se le tiraron en contra a Cristo y a los apóstoles y trataron de destruirlos, porque, vean, proclamaban que ya no se necesitaban más sacrificios por el pecado, y ellos seguían allá haciendo sacrificios en el templo, cuando ya eso no se necesitaba porque ya el Sacrificio de Cristo estaba realizado.
Ahora, podemos ver que todo aquel orden levítico había sido quitado, y ahora un nuevo orden estaba establecido: un Orden Celestial, el Orden Celestial de Melquisedec, el cual es el Sumo Sacerdote del Templo Celestial, y el cual es Jesucristo nuestro Salvador. El es nuestro Sumo Sacerdote, y nosotros somos Sacerdotes con El, de ese Orden Celestial. Por eso la lectura que tuvimos dice:
“*...Y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación;*
*y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes.”*
Y ahora, el orden levítico perdió su efectividad, porque entró el Orden de Melquisedec. Y ahora todos nosotros somos Sacerdotes de ese Orden Celestial, un Pueblo de Sacerdotes; y tenemos un Sumo Sacerdote: la cabeza del Orden Sacerdotal al cual pertenecemos, ¿la cabeza es quién? Jesucristo, el Sumo Sacerdote, haciendo Intercesión en el Cielo, en el Templo Celestial, para reconciliar con Dios a cada persona que tiene su nombre escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, y por consiguiente es una persona celestial, pertenece al Israel Celestial, al Pueblo Celestial; por lo tanto es un ciudadano celestial que ha venido a esta Tierra y se ha encontrado dentro de una raza caída; por lo tanto tiene que conseguir el camino de regreso a la vida eterna.
Y Cristo dijo: “Yo soy el Camino, yo soy la Verdad y la Vida; y nadie viene al Padre sino por mí.” Por lo tanto, ese es el Camino para regresar a la vida eterna, y por consiguiente a la Casa de nuestro Padre Celestial.
No hay otro camino, y no hay otra verdad, y no hay otra vida eterna; todo eso es Jesucristo nuestro Salvador para cada uno de nosotros.
Ahora, el Arcángel Gabriel conocía todo ese Programa que sería llevado a cabo en la Venida del Mesías, porque el Arcángel Gabriel tiene acceso al Libro de la Verdad, y todo eso está registrado en el Libro de la Verdad; y por consiguiente, el contenido del Libro de la Verdad es la Profecía de todas las cosas que han de suceder en el planeta Tierra, y contiene la Profecía hasta entrar a la eternidad; contiene todo lo que va a suceder en la Dispensación de la Gracia, la Dispensación del Reino, que corresponde al Reino Milenial, y la entrada a la eternidad también, las cosas que van a suceder en la eternidad.
Ahora, después de las siete edades de la Iglesia los próximos acontecimientos son los que se llevan a cabo en la etapa de la Edad de la Piedra Angular. Y la etapa de la Edad de la Piedra Angular ya comenzó hace años.
Por lo tanto, los acontecimientos que se han estado realizando están dentro de la etapa de la Edad de la Piedra Angular; y todo eso está escrito en el Libro de la Verdad.
Por lo tanto, los acontecimientos con la Iglesia de Jesucristo, y los acontecimientos con el pueblo hebreo y con el reino de los gentiles, todo eso está registrado en el Libro de la Verdad; por lo tanto, el Arcángel Gabriel es enviado al Profeta Daniel para darle la revelación de esas cosas, de esos acontecimientos que se han de llevar a cabo en medio de la raza humana, y las cosas que van a suceder con el pueblo hebreo.
El Arcángel Guardián del pueblo hebreo, ¿saben cuál es? El Arcángel Miguel; él es el Príncipe que está de parte del pueblo de Dios, del pueblo hebreo.
Y ahora, encontramos que cuando Gabriel fue enviado a Daniel tuvo que retrasarse; porque cuando Daniel oró, la oración llegó a Dios, y Dios ordenó al Arcángel Gabriel ir con la respuesta al Profeta Daniel, pero por cuanto él estaba allá en Persia y estaba él luchando allí con el príncipe invisible del reino de las tinieblas que gobernaba ese imperio...
Recuerden que siempre hay un mundo invisible que gobierna sobre el mundo visible. Y por cuanto el diablo es el príncipe de este mundo, el diablo tiene muchos príncipes, y él coloca cada uno de esos príncipes en diferentes posiciones del reino terrenal. Pero el reino terrenal va a ser quitado de las manos del maligno, y va a ser luego entregado a Cristo todo el Reino del planeta Tierra, y los reinos de este mundo vendrán a ser de nuestro amado Señor Jesucristo; y entonces Cristo colocará Sus Príncipes en Su Reino en las diferentes posiciones.
¿Que Cristo tiene Príncipes? ¿No dice la Escritura aquí:
“*...Y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación;*
*y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.”*?
Si vamos a reinar... Si somos Reyes vamos a reinar, y si vamos a reinar pues tiene que haber gente sobre las cuales vamos a reinar, ¿ve? Por lo tanto, Cristo colocará a Sus apóstoles, vean, como Príncipes en doce tronos, que estarán allá en la tierra de Israel y juzgarán a las doce tribus de Israel.
Eso es el Reino Teocrático: Dios obrando y gobernando por medio de Jueces, por eso están como Jueces para juzgar a las doce tribus de Israel. Tienen que ver los doces apóstoles del Señor, excluyendo a Judas, pero el lugar de Judas lo tomó otro apóstol, otra persona.
Ahora, ellos tienen que ver con el pueblo hebreo, con el Reino de Dios sobre el pueblo hebreo. Pero ahora los ángeles mensajeros de las edades y el Ángel Mensajero del Señor Jesucristo, tendrán que ver con el Reino entre los gentiles y con el Reino hebreo el Ángel del Señor Jesucristo; o sea, el Ángel del Señor Jesucristo tendrá que ver con gentiles y con hebreos.
Ahora, esto es así porque ese es el Ángel que se sentará con Cristo en Su Trono, ese es el Ángel sobre el cual Cristo escribe el Nombre de nuestro Dios, Nombre de la Ciudad de nuestro Dios y Su Nombre Nuevo, conforme a Apocalipsis, capítulo 3, verso 12, y conforme a Apocalipsis, capítulo 2, verso 17... \[CORTE EN EL AUDIO ORIGINAL\]
“...le dará una piedrecita blanca, y en la piedrecita blanca un nombre nuevo escrito que ninguno conoce sino aquel que lo recibe.”
Y el que lo recibirá en el Día Postrero será el Ángel del Señor Jesucristo; ése es el que recibirá ese Nombre Nuevo escrito sobre él, ése es el que se sentará con Cristo en Su Trono, ése es el que vencerá, y se cumplirá en él las palabras de Apocalipsis, capítulo 2, verso 7: “Al que venciere yo le daré a comer del árbol de la vida el cual está en medio del Paraíso de Dios.”
Y en Apocalipsis, capítulo 10, encontramos a Cristo el Ángel Fuerte descendiendo del Cielo con el Librito abierto en su mano, y entregándolo a un hombre para que se lo coma.
Juan el apóstol representó a ese hombre que estará en el Día Postrero, que será un Ángel Mensajero dispensacional, el cual recibirá a Cristo, el Ángel Fuerte que desciende del Cielo, y recibirá de parte de Cristo el Libro de los Siete Sellos abierto, y se lo comerá.
Siendo ese el Título de Propiedad de toda la Creación, vean ustedes, ese Título de Propiedad pasa de Dios a Jesús, que lo toma y lo abre en el Cielo, y de Jesús pasa a ese hombre que lo recibe en la Tierra y se lo come, que para el Día Postrero es el Ángel del Señor Jesucristo.
Cuando Cristo se levante del Trono del Padre, El tomará ese Título, lo abrirá en el Cielo y lo traerá a la Tierra abierto, y se lo entregará. Y eso representa y significa que con el Título de Propiedad en medio de la raza humana, en medio de la Iglesia de Jesucristo, vendrá la restauración de todos los hijos e hijas de Dios a todo lo que perdió Adán y Eva en la caída; seremos restaurados físicamente a la vida eterna, seremos restaurados a todo el Poder de Dios; todo el Poder de Dios estará en ustedes y en mí, porque seremos adoptados como hijos e hijas de Dios; eso es - la Adopción es nuestra transformación, y entonces seremos jóvenes para toda la eternidad, representando de 18 a 21 años de edad; y el Poder de Dios estará en ustedes y en mí: Lo que ustedes hablen se materializará, y lo que yo hable se materializará también.
Por lo tanto, eso será la Palabra Creadora en nuestra alma, nuestra mente o nuestro espíritu y nuestra boca; y será, la Iglesia de Jesucristo adoptada, transformada, será un Ejército invencible. No ha habido en la Tierra un ejército así, pero fue tipificado en el pueblo hebreo como los escuadrones del Ejército de Jehová; tipo y figura de la Iglesia de Jesucristo, el Ejército Celestial de Jesucristo nuestro Salvador.
Por eso en Apocalipsis, capítulo 19, Cristo viene en un Caballo Blanco, y con El vienen en Caballos Blancos los escogidos de Dios, los miembros de la Iglesia de Jesucristo nuestro Salvador; ahí vienen transformados, con cuerpos eternos, y vienen en este tiempo final cuando Cristo haya completado Su Iglesia y se haya levantado del Trono del Padre, y haya tomado el Título de Propiedad y lo haya abierto en el Cielo.
Ahora, encontramos que esos son acontecimientos próximos prometidos para este tiempo final... \[CORTE EN EL AUDIO ORIGINAL\]
Este Arcángel pues tiene acceso a este Título, a este Libro, y al contenido de ese Libro, y tiene acceso al conocimiento de lo que está ahí; o sea, que él entiende lo que significa, lo que está escrito en el Libro de la Verdad. Por eso, vean, vamos a continuar leyendo, dice:
“*Mientras me decía estas palabras, estaba yo con los ojos puestos en tierra, y enmudecido.*
*Pero he aquí, uno con semejanza de hijo de hombre tocó mis labios. Entonces abrí mi boca y hablé, y dije al que estaba delante de mí: Señor mío, con la visión me han sobrevenido dolores, y no me queda fuerza.*
*¿Cómo, pues, podrá el siervo de mi señor hablar con mi señor? Porque al instante me faltó la fuerza, y no me quedó aliento.*
*Y aquel que tenía semejanza de hombre* (o sea, el Arcángel Gabriel. Gabriel significa: Varón de Dios, o sea, hombre de Dios)*...*
*Y aquel que tenía semejanza de hombre me tocó otra vez, y me fortaleció,*
*y me dijo: Muy amado, no temas; la paz sea contigo; esfuérzate y aliéntate. Y mientras él me hablaba, recobré las fuerzas, y dije: Hable mi señor, porque me has fortalecido.*
*El me dijo: ¿Sabes por qué he venido a ti? Pues ahora tengo que volver para pelear contra el príncipe de Persia; y al terminar con él, el príncipe de Grecia vendrá* (o sea, habrá el cambio de reino, del reino o imperio de Persia al imperio o reino de Grecia)*.”*
O sea, que este Arcángel Gabriel y el Arcángel Miguel, intervienen en estos cambios, no solamente del Reino de Dios sino también del reino de los gentiles, y pelean con los príncipes del reino de las tinieblas para que surjan esos cambios y se cumpla lo que está escrito ¿dónde? En el Libro de la Verdad. Porque “lo que está escrito, cumplimiento tiene.”
“*Pero yo te declararé lo que está escrito en el libro de la verdad; y ninguno me ayuda contra ellos, sino Miguel vuestro príncipe.”*
O sea, que Gabriel le está hablando a Daniel, que es un hebreo, y le está diciendo: “Ninguno me ayudó sino Miguel vuestro Príncipe.” El Príncipe, el Arcángel Guardián del pueblo hebreo es el Arcángel Miguel. El Arcángel de la revelación divina es el Arcángel Gabriel, que tiene acceso al Libro de la Verdad, y en todo momento que necesita ayuda lo ayuda el Arcángel Miguel.
También encontramos en el capítulo 9, verso 21 en adelante, dice:
“*...Aún estaba hablando en oración, cuando el varón Gabriel, a quien había visto en la visión al principio, volando con presteza, vino a mí como a la hora del sacrificio de la tarde.*
*Y me hizo entender, y habló conmigo, diciendo: Daniel, ahora he salido para darte sabiduría y entendimiento.”*
Es el Arcángel que viene al Profeta Daniel para darle sabiduría y entendimiento; por lo tanto es un Arcángel con Sabiduría y entendimiento celestial, conocedor de los misterios celestiales contenidos en el Libro de la Verdad.
“*Al principio de tus ruegos fue dada la orden, y yo he venido para enseñártela, porque tú eres muy amado.”*
Vean, un Arcángel diciéndole a Daniel que Daniel era muy amado en el Cielo. Y también todos nosotros somos muy amados en el Cielo por Dios, por Jesucristo y por todos los ángeles y arcángeles celestiales.
“*Entiende, pues, la orden, y entiende la visión* (y ahí comienza a hablarle de las Setenta Semanas que están determinadas para el pueblo hebreo)*.”*
Y ahora, la Semana número Setenta se cumplió en los días de Jesucristo, la mitad de la Semana; porque la mitad de la Semana, la primera mitad de la Semana fue el tiempo del Ministerio de nuestro amado Señor Jesucristo, y a la mitad de esa Semana Setenta... Cada una de esas Semanas contiene siete años, consta de siete años. A la mitad de esa Semana Setenta sería quitada la vida al Mesías, por lo tanto, cuando Cristo murió, murió a la mitad de la Semana Setenta; por lo tanto le faltan al pueblo hebreo tres años y medio, los últimos tres años y medio de esa Semana número Setenta, en donde Cristo tratará con el pueblo hebreo, y le confirmará el Pacto al pueblo hebreo, pero no el Pacto Antiguo sino el Nuevo Pacto, el Nuevo Pacto del cual la Sangre de Cristo es la Sangre del Nuevo Pacto.
Y ahora, esos tres años y medio es también el tiempo de la gran tribulación donde el juicio divino será derramado sobre el reino de los gentiles; y el reino de los gentiles llegará a su final para dar paso al Reino de Cristo, al Reino Milenial de Cristo nuestro Salvador. Pero no se preocupen por los juicios que han de venir sobre la Tierra porque Cristo nos llevará de esta Tierra al Cielo, a la Casa de nuestro Padre Celestial.
En Isaías, capítulo 26, versos 20 en adelante, nos habla acerca de esto y nos dice: 20 al 21 dice:
“*Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación* (o sea, en tanto que pasa la indignación, la ira que será derramada sobre la humanidad durante la gran tribulación)*.*
*Porque he aquí que Jehová sale de su lugar para castigar al morador de la tierra por su maldad contra él; y la tierra descubrirá la sangre derramada sobre ella, y no encubrirá ya más a sus muertos.”*
Eso está por acontecer, pues es uno de los próximos acontecimientos. Pero antes de que eso suceda, hay otros acontecimientos que anteceden a ese:
“*Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos.”*
Ese acontecimiento es muy importante para los escogidos de Dios del pueblo hebreo y también de la Iglesia de Jesucristo, porque los Angeles del Hijo del Hombre son los Ministerios de Moisés y Elías que estarán manifestados en el Ángel que sube de donde sale el sol, de donde sube el sol, en Apocalipsis, capítulo 7, el Ángel que viene con el Sello del Dios vivo, que viene con el Espíritu Santo en el Día Postrero.
Y ese es el Ángel en el cual el Sello del Dios vivo, el Espíritu Santo, estará operando los Ministerios de los Dos Olivos, los Ministerios de Moisés y Elías, para llamar y juntar ciento cuarenta y cuatro mil hebreos y sellarlos en sus frentes, para que así, conforme a Apocalipsis, capítulo 14, verso 1, tengan el Nombre de su Padre escrito en sus frentes y el Nombre del Cordero escrito en sus frentes, o sea, tengan la revelación del Nombre de nuestro Padre Celestial y revelación del Nombre de Jesucristo el Cordero de Dios.
Y ahora, este Ángel de Apocalipsis, capítulo 7, que viene con el Sello del Dios vivo, es el mismo Ángel enviado a la Iglesia de Jesucristo para llamar y juntar no ciento cuarenta y cuatro mil gentiles... es enviado a los hebreos para llamar y juntar ciento cuarenta y cuatro mil hebreos (doce mil de cada tribu); pero es enviado a la Iglesia de Jesucristo antes de eso para llamar a los escogidos de la Iglesia de Jesucristo del Día Postrero. Y ojalá que sean millones. ¡Son muchos! ¡Ahí cabe toda nuestra familia! Hasta nuestros nietos y hasta nuestros bisnietos también.
Dios no ha dado el número de los escogidos de la Iglesia-Novia que El tiene, y no ha dado el número de los escogidos del Día Postrero de Su Iglesia; pero sí ha dado el número de los escogidos del pueblo hebreo. Pero ojalá y sea mayor el número de los escogidos de la Iglesia de Jesucristo de este Día Final que el número de los escogidos del pueblo hebreo. Ahora, lo más importante es ser uno de ese número, no importa sea grande o pequeño ese número.
¿Y cómo vamos a saber si somos de ese número? “Mis ovejas oyen mi voz y me siguen.” La Gran Voz de Trompeta o Trompeta final, que es la Voz de Cristo, la misma Voz que llamó a Lázaro que saliera del sepulcro, la misma Voz que le dijo a Juan el Apóstol en Apocalipsis, capítulo 1, verso 10 al 11, con esa Voz de Trompeta, esa Voz de Trompeta que él escuchó, que dijo... Vamos a leerlo: Apocalipsis, capítulo 1, verso 10 al 11:
“*Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta* (Recuerden que la Voz como de trompeta siempre es la Voz de Cristo)
*que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último.”*
¿Quién es el Alfa y Omega? ¿Quién es el primero y el último? Nuestro amado Señor Jesucristo.
Y ahora, en el capítulo 4, también verso 1, encontramos nuevamente esa Voz de Trompeta. Dice: *“Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas.”*
Y ahora, esta es la Voz de Cristo, la Voz del Espíritu Santo, y “el que tiene oídos para oír, oiga lo que el Espíritu Santo dice a las Iglesias:” *“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”*
En el Ángel de Jesucristo es que estará el Espíritu Santo en el Día Postrero dándonos a conocer, hablándonos, estos acontecimientos correspondientes a este tiempo final.
“*Sube acá.”* ¿A dónde vamos a subir? No vamos a subir a la primera edad, no vamos a subir a la segunda, ni a la tercera, ni a la cuarta, ni a la quinta, ni a la sexta, ni a la séptima tampoco; vamos a subir a la Edad de la Piedra Angular, porque ya el Espíritu Santo no está en esas otras edades hablando por medio de esos Mensajeros, porque ya ellos vinieron; Cristo habló por medio de ellos en Espíritu Santo, pero ya no está hablando por ellos porque ya ellos se fueron.
Y ahora, ¿por medio de quién va a estar hablando en este tiempo final todas estas cosas que deben suceder pronto? Cristo dijo: *“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”* \[Apocalipsis 22:16\]
Y también dijo: *“Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas.”*
Y Apocalipsis, capítulo 22, verso 6, nos dice por medio de quién es que serán reveladas, dadas a conocer todas estas cosas. Dice:
“*Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.”*
¿A quién dice que ha enviado? A Su Ángel. ¿Para qué? Para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto, para mostrar los próximos acontecimientos, los próximos acontecimientos que se llevarán a cabo después de las siete edades de la Iglesia.
Y toda persona que quiera conocer los próximos acontecimientos después de los que ya han sucedido en las siete edades, estarán escuchando la Voz de Cristo en Espíritu Santo, la Voz del Espíritu Santo, a través del instrumento que El ha prometido, que es el Ángel del Señor Jesucristo, el cual es enviado para dar testimonio de estas cosas. ¿De cuáles cosas? De estas cosas que deben suceder pronto; para dar testimonio de los próximos acontecimientos, hablar todas las cosas que están en el Programa de Dios, en el Libro de la Verdad, para suceder en este tiempo final; y abrir así esos misterios correspondientes a los grandes acontecimientos del Día Postrero, para que hasta los niños lo puedan entender.
Y así como vino el Arcángel Gabriel, fue enviado para darle a Daniel la revelación de todas esas cosas que iban a suceder, contenidas en el Libro de la Verdad, Dios ha enviado el Espíritu Santo para dar a conocer las cosas que han de suceder.
Y en el Día Postrero, así como vino en cada ángel mensajero, en el Día Postrero estará en medio de Su Iglesia en el Ángel del Señor Jesucristo; será el Espíritu Santo hablando por medio de Su Ángel Mensajero todas estas cosas que deben suceder pronto, y así nos dará a conocer los próximos acontecimientos:
El llamado de los escogidos de Dios del Día Postrero por medio de la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino, que es la Lluvia Tardía de la Enseñanza del Séptimo Sello; o sea, la Lluvia Tardía de la Enseñanza del Misterio de la Segunda Venida de Cristo.
El también traerá la Enseñanza de la Primera Venida de Cristo, por lo tanto también traerá la Enseñanza de la Lluvia Temprana, para que sean llamados los escogidos de Dios de este Día Postrero, reciban a Cristo como su Salvador, laven sus pecados en la Sangre de Cristo, sean bautizados en agua en Su Nombre y reciban el Espíritu Santo y obtengan el nuevo nacimiento.
Porque cada alma que ha sido enviada del Cielo, está escrita en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, y viene a la Tierra para recibir a Cristo como su Salvador y ser restaurado a la vida eterna, ser redimido; y así ser reconciliado con Dios y obtener el nuevo nacimiento, nacer en el Reino de Jesucristo nuestro Salvador; así es como entramos al Reino de Dios.
Y ahora, también está la revelación divina del misterio, no solamente del llamado de los escogidos con la Gran Voz de Trompeta, sino el misterio de la resurrección de los muertos en Cristo y transformación de nosotros los que vivimos, y arrebatamiento de los escogidos de Dios, y también la revelación divina de ese lapso de tiempo de 30 a 40 días donde el Poder de Dios estará manifestado en toda su plenitud en esa etapa llamada la **Tercera Etapa**, y también el cumplimiento de la **Visión de la Carpa**.
Todas esas cosas corresponden a los próximos acontecimientos después de los acontecimientos de las siete edades de la Iglesia.
Y ahora, nosotros aquí en la Tierra, en el Cuerpo Místico de Cristo, y en esta noche escuchando Su Palabra aquí, somos un acontecimiento contenido en el Libro de la Verdad y manifestado aquí en la Tierra en la Iglesia del Señor Jesucristo; o sea, que nosotros aquí en la Tierra somos un acontecimiento bíblico siendo cumplido: somos los escogidos de Dios que hemos sido llamados y juntados en el Cuerpo Místico de Cristo; y todavía faltan más de ser llamados y juntados en el Cuerpo Místico de nuestro amado Señor Jesucristo, los cuales estarán escuchando la Voz del Espíritu Santo.
“El que tiene oídos oiga lo que el Espíritu Santo dice a las iglesias.” Por lo tanto, el Mensaje del Espíritu Santo por medio de Su Ángel Mensajero en el Día Postrero, será un Mensaje para la Iglesia de Jesucristo y para cada persona como individuo, por lo tanto, el llamado es:
“*Despiértate tú que duermes,*
*Y levántate de los muertos,*
*Y te alumbrará Cristo* (porque Cristo es la Luz del mundo)*.”* \[Efesios 5:14\]
Cristo dijo: “Yo soy la luz del mundo, el que me sigue no andará en tinieblas, mas tendrá la luz de la vida.” Porque Cristo es la Luz de la Vida, la Luz que alumbra a todo hombre.
Sin Cristo el ser humano está en tinieblas y camina en tinieblas y no sabe a dónde va, pero con Cristo el ser humano está en luz y sabe a dónde va, sabe que va a la Casa de nuestro Padre Celestial, para vivir eternamente con Jesucristo en Su Reino; o sea, que sabe porqué está en la Tierra y sabe cuál es su futuro, y conoce los próximos acontecimientos profetizados en la Biblia, los cuales están contenidos en el Cielo, en el Libro de la Verdad.
Así que conscientes de cuáles son los próximos acontecimientos después de las siete edades, nos regocijamos y le damos gracias a Cristo porque estamos viviendo en esos acontecimientos.
Ya algunos se han cumplido y son historia, otros están en pleno cumplimiento y otros están para ser cumplidos más adelante, como la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de nosotros los que vivimos.
Ahora, Cristo está llamando y juntando todos Sus escogidos en Su Cuerpo Místico de creyentes, y sellándolos con Su Espíritu Santo, y produciendo así el nuevo nacimiento; por lo tanto, toda oveja del Señor, toda alma de Dios en este tiempo estará escuchando la Voz de Cristo, la Voz del Espíritu Santo a través del Ángel Mensajero de Jesucristo, a través del Mensaje que El estará trayendo a la Iglesia de Jesucristo.
En esta noche toda persona que ha recibido a Cristo como su Salvador, ha lavado sus pecados en la Sangre de Cristo, y ha sido bautizado en agua en Su Nombre, y ha recibido Su Espíritu Santo: ha nacido de nuevo y tiene un cuerpo angelical teofánico; y ha sido colocado en el Reino de Cristo, fue sacado del reino de las tinieblas y colocado en el Reino de Cristo nuestro Salvador, por lo cual tiene vida eterna.
Pero toda persona que todavía no ha recibido a Cristo como su Salvador, está en el reino de las tinieblas y no tiene vida eterna; por lo tanto, no puede vivir eternamente en el Reino de Cristo.
Pero todos queremos vivir eternamente en el Reino de Cristo con un cuerpo nuevo glorificado. Por lo tanto, los que todavía no han recibido a Cristo como su Salvador pueden hacerlo en esta noche, arrepentidos de sus pecados, y ser bautizados en agua en Su Nombre, para así Cristo darle Su Espíritu Santo; y así la persona estar justificada, estar perdonada y lavada con la Sangre de Jesucristo nuestro Salvador, y así tener vida eterna, y estar esperando vivir en un cuerpo nuevo, eterno y glorificado, y joven, igual al cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador.
Por lo tanto, los que todavía no han recibido a Cristo como su Salvador, lo pueden hacer en esta noche levantando su mano en alto para recibir a Cristo como su Salvador, y estaré orando por ustedes para que Cristo perdone sus pecados, le lave con Su Sangre preciosa y ustedes sean bautizados en agua, en el Nombre del Señor Jesucristo, y Cristo les dé Su Espíritu Santo, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento, y sean colocados en el Reino de Cristo con vida eterna, y puedan vivir eternamente con Jesucristo en Su Reino Eterno. Con Cristo es que todos queremos vivir por toda la eternidad.
Por lo tanto, vamos a orar por ustedes, los que estarán levantando sus manos para recibir a Cristo como su Salvador; y también oraremos por los que una vez estuvieron sirviendo a Cristo y se apartaron, los cuales, al levantar sus manos están diciendo que quieren ser reconciliados con Cristo; oraremos por ustedes también, para que Cristo les reciba, les perdone y les coloque en Su Reino.
En el Cielo hay más gozo por un pecador que se arrepiente que por noventa y nueve justos que ya están en el Reino de Dios. Cada vez que una persona levanta su mano para recibir a Cristo y Lo recibe, hay gozo en el Cielo: los ángeles se gozan, y también todos los santos del Antiguo Testamento que están en el Cielo, y también los santos que han partido, del Nuevo Testamento, que están en el Paraíso; y entienden que se va completando el grupo de los escogidos de Dios. Y también hay gozo ¿dónde? Entre nosotros.
Por lo tanto, levanten sus manos los que quieren recibir a Cristo como su Salvador y también los que quieren reconciliarse con Cristo porque en alguna ocasión estuvieron en el Camino de Cristo; y también los hijos de los creyentes, que no han recibido nunca a Cristo como su Salvador, lo pueden hacer en esta noche.
Ya de 12 a 13 años de edad ya obtienen conocimiento del bien y del mal, y tienen que arrepentirse de sus pecados para que Cristo les perdone; por lo tanto, tienen también la oportunidad de hacerlo los hijos de los creyentes en Cristo.
Ya de los 12 ó 13 años (algunos a los 12 otros a los 13) ya tienen ese conocimiento del bien y del mal, y entonces se requiere que, arrepentido de sus pecados, vengan a los pies de Jesucristo. No tienen que arrepentirse del pecado o pecados de Adán y Eva, sino de sus propios pecados. Cuando están jovencitos, niños, tienen poquitos; cuando ya vienen teniendo 30, 40, 50 ó 60 años, ya tienen más pecados por los cuales arrepentirse.
Así que... todavía siguen pasando personas. Cuando terminen de pasar todos los que van a pasar, oraremos por todos ustedes, para que la Misericordia de Jesucristo sea extendida a ustedes y ustedes reciban el perdón de Jesucristo, El los limpie con Su Sangre preciosa y ustedes puedan ser bautizados en agua en Su Nombre, y puedan recibir el don del Espíritu Santo, y obtener así el nuevo nacimiento, y así ser colocados en el Reino de Jesucristo nuestro Salvador.
Todavía estamos esperando porque están viniendo más personas que quieren recibir a Cristo como su Salvador, y otros que quieren ser reconciliados con Cristo porque en alguna ocasión habían estado en el Camino de Cristo y luego se habían apartado, pero Cristo los está llamando también porque los ama y son hijos e hijas de Dios también.
La Sangre de Jesucristo nos limpia... ¿de cuántos pecados? ¿Dice: “de algunos”?No. Dice: “¡De todo pecado!” Por lo tanto, la única esperanza de ser limpios de todo pecado está en Jesucristo con Su Sangre preciosa. No hay otra forma para ser limpios de todo pecado.
Si alguno más va a pasar acá, pase para recibir a Cristo o para ser reconciliado con Cristo, para orar por ustedes también. Ya vamos a orar, yo voy a orar por ustedes, y luego les diré cuándo ustedes van a repetir la oración que voy a hacer.
Ahora voy a orar por todos ustedes a Cristo: Inclinemos nuestros rostros con nuestros ojos cerrados:
***Padre Celestial, he aquí vengo a Ti en el Nombre del Señor Jesucristo, y glorifico Tu Nombre y Te doy gracias por Tus bendiciones. Te doy gracias, Padre, por haber llamado todas estas personas para que reciban a Cristo como Salvador.***
***Señor, en el Nombre del Señor Jesucristo los encomiendo en Tus manos, Te pido que perdones sus pecados y los limpies con Tu Sangre preciosa de todo pecado, y que sean bautizados en agua, y Tú les des Tu Espíritu Santo, y obtengan así el nuevo nacimiento, que produzcas en ellos el nuevo nacimiento; y sean colocados en el Reino glorioso de Jesucristo nuestro Salvador.***
***Te lo ruego con acciones de gracias, en el Nombre del Señor Jesucristo, oh, Padre Celestial.***
Y ahora todos repitan la oración que haré y que todos juntos extenderemos a Dios:
***Padre nuestro que estás en el Cielo, santificado sea Tu Nombre. Venga Tu Reino. Hágase Tu Voluntad como en el Cielo aquí en la Tierra. El pan nuestro de cada día dánoslo hoy y perdona nuestras deudas así como nosotros perdonamos a nuestros deudores.***
***Perdona nuestras faltas, nuestros errores y nuestros pecados, los cuales confesamos a Ti en esta noche; y límpianos, Señor Jesucristo, con Tu Sangre preciosa; y recíbenos y sálvanos, Señor.***
***Te recibimos a Ti como mi único, exclusivo y suficiente Salvador. Así te he recibido en esta noche. No hay otro Nombre en quien podamos ser salvos, solamente en el Nombre del Señor Jesucristo; y eso lo he reconocido, Señor, por eso vengo a Ti para que salves mi alma y me des vida eterna.***
***Señor, he creído en Ti y en Tu Sacrificio en la Cruz del Calvario, para perdonar mis pecados y darme vida eterna, y así reconciliarme con nuestro Padre Celestial.***
***Me bautizaré o seré bautizado en Tu Nombre por los ministros que estarán efectuando estos bautismos.***
***Señor... Y te ruego me llenes con Tu Espíritu Santo y produzcas en mí el nuevo nacimiento. Y me ayudes todos los días de mi vida a vivir una vida nueva, la vida de una nueva criatura en Tu Reino; que seas Tú viviendo en mí y a través de mí, y que obres en toda mi vida y me guíes todos los días de mi vida terrenal. En el Nombre del Señor Jesucristo te lo ruego, oh Padre Celestial. Amén y amén.***
Y ahora, sé que al ver ustedes agua en estos dos bautisterios, ustedes piensan y creen como el eunuco, al cual Felipe le predicó cuando el Espíritu Santo le envió para hablarle a ese eunuco que iba de regreso a Etiopía, a su territorio, iba en su carro; y el Espíritu Santo lo envió para que le hablara.
Y cuando se acercó a él, escuchó que estaba leyendo el libro del profeta Isaías, el capítulo 53, y él al ver que estaba leyendo esa Escritura, se acerca y le dice al eunuco: “¿Entiendes lo que lees?”
Y el Eunuco mira así a Felipe desde su carro y le dice: “¿Y cómo entenderé si no hay quién me explique?” Y le dice: “¡Sube!”
Felipe subió al carro del eunuco, y comenzó a explicarle. El eunuco le pregunta: “Esto que está diciendo el profeta, ¿lo está diciendo de sí mismo o de otra persona?”
Y comenzando desde esa Escritura Felipe comenzó a explicarle el misterio de la Primera Venida de Cristo como Cordero y Su Obra de Expiación en la Cruz del Calvario; y comenzó también a explicarle el bautismo en agua.
Y Cuando está hablándole acerca de todas estas cosas, el eunuco, como van en el carro, ve de momento un lugar con agua, y dice: “He aquí agua, ¿qué impide que yo sea bautizado?”
Porque toda persona que recibe a Cristo como su Salvador, que cree en Cristo como su Salvador, lo próximo que quiere es que lo bauticen en agua, que lo bauticen en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. ¿Por qué? Porque es un mandamiento de nuestro amado Señor Jesucristo.
En San Marcos, capítulo 16, verso 15 al 16, dice Cristo:
“*Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.*
*El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”*
El que creyere ¿y qué? Y fuere bautizado. Por lo tanto, cuando la persona cree y recibe a Cristo como su Salvador, quiere ser bautizado en ese mismo momento. Eso lo mostró el eunuco; y dijo: “He aquí agua, ¿qué impide que yo sea bautizado?” Felipe le dice: “Si crees, sí puedes, sí puedes ser bautizado.” Y el eunuco le dijo: “Sí, yo creo.” Bajaron del carro y Felipe lo bautizó.
Y ahora, ustedes han visto que hay dos bautisterios aquí, y... tres bautisterios, y ya el alma de ustedes está clamando por ser bautizados en agua.
“Si crees, sí puedes ser bautizado en agua.” Porque “el que creyere y fuere bautizado será salvo.” O sea, que el bautismo en agua es para los que han creído, es para los que han creído en Cristo y Lo han recibido como su Salvador personal y suficiente.
Por lo tanto, paso al Rvdo. Juan Zamorano para que les dé a conocer cómo y cuando pueden ser todos ustedes bautizados. Pero ya ustedes quieren que sea ya, que sea ahora, o sea, que sea ahorita, como dicen ustedes. Por lo tanto, nuestro amigo y hermano, el Rvdo. Juan Zamorano, les dirá cuándo pueden ser bautizados.
“Si crees, puedes ser bautizado.” El les va a decir cuándo es que pueden ser bautizados, para que así cumplan todo lo que Cristo dijo: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo,” mas el que no creyere pues no va a ser bautizado, y por consiguiente no va a ser salvo, su alma se perderá; pero el alma del que cree y es bautizado se salvará: “El que creyere y fuere bautizado será salvo.”
Por aquí tenemos ya al Rvdo. Juan Zamorano para darles a conocer cuándo, los que han creído, pueden ser bautizados. Que Dios les bendiga, que Dios les guarde, les fortalezca y les ayude a vivir la vida cristiana que está establecida en la Palabra de Dios: una vida nueva, la vida de una nueva criatura.
Muchas gracias por vuestra amable atención y pasen todos muy buenas noches.
“**LOS PRÓXIMOS ACONTECIMIENTOS.”**