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title: 'El Heredero Universal'
date: 2002-04-19
activity: 1
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city: Lima
state: Lima
country: PE
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Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes. Reciban todos saludos de mi esposa Erica y también de mis niñas América y Yahannah Gabriela. Esta noche para mí es de grande bendición al estar con ustedes, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final.
Leemos en Apocalipsis, capítulo 21, versos 5 en adelante, donde dice:
“*Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.*
*Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida.*
*El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.”*
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
Nuestro tema es: **“EL HEREDERO UNIVERSAL.”**
En el Salmo 2 nos habla de un heredero que heredará todas las naciones. Salmo número 2, vean, dice:
“*¿Por qué se amotinan las gentes,*
*Y los pueblos piensan cosas vanas?*
*Se levantarán los reyes de la tierra,*
*Y príncipes consultarán unidos*
*Contra Jehová y contra su ungido,*
*diciendo:*
*Rompamos sus ligaduras,*
*Y echemos de nosotros sus cuerdas.*
*El que mora en los cielos se reirá;*
*El Señor se burlará de ellos.*
*Luego hablará a ellos en su furor,*
*Y los turbará con su ira.*
*Pero yo he puesto mi rey*
*Sobre Sion, mi santo monte.*
*Yo publicaré el decreto;*
*Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú;*
*Yo te engendré hoy.*
*Pídeme, y te daré por herencia las naciones,*
*Y como posesión tuya los confines de la tierra.*
*Los quebrantarás con vara de hierro;*
*Como vasija de alfarero los desmenuzarás.*
*Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes;*
*Admitid amonestación, jueces de la tierra.*
*Servid a Jehová con temor,*
*Y alegraos con temblor.*
*Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino;*
*Pues se inflama de pronto su ira.*
*Bienaventurados todos los que en él confían.”*
Esta es una promesa mesiánica, es una profecía mesiánica que conforme al Programa Divino tiene que ser cumplida en la Venida del Señor; y la Venida del Señor tiene dos partes. Por lo tanto ya una parte se cumplió en la Primera Venida de Cristo, y Cristo ascendió al Cielo victorioso y se sentó en el Trono Celestial de Dios; por eso podía decir a Sus discípulos luego de haber resucitado: “Todo poder me es dado en el Cielo y en la Tierra.” Porque todo poder en el Cielo y en la Tierra está ¿dónde? En el Trono de Dios donde está Dios.
Y si una persona se sienta en el Trono de Dios entonces tiene todo el poder de los Cielos y de la Tierra; por lo tanto Cristo al vencer y ascender al Cielo victorioso en Su cuerpo glorificado, se sentó en el Trono de Dios y por consiguiente heredó todo poder en el Cielo y en la Tierra.
Cristo sabía que El iba a obtener la victoria e iba a sentarse en el Trono de Dios. Vean, en San Mateo, capítulo 26, versos 63 al 67, cuando estaba siendo juzgado por el concilio del sanedrín encabezado por el sumo sacerdote, vean lo que sucedió, le estaban acusando y él callaba, dice:
“*Mas Jesús callaba. Entonces el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios.*
*Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo.*
*Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: ¡Ha blasfemado! ¿Qué más necesidad tenemos de testigos? He aquí, ahora mismo habéis oído su blasfemia.*
*¿Qué os parece? Y respondiendo ellos, dijeron: ¡Es reo de muerte!*
*Entonces le escupieron en el rostro, y le dieron de puñetazos, y otros le abofeteaban.*
*diciendo: Profetízanos, Cristo, quién es el que te golpeó.”*
Ahora vean, por decir la verdad de lo que El era: el Hijo de Dios, y decir que El se iba a sentar a la diestra de Dios allá en el Trono de Dios en el Cielo y que lo verían. Dice: “Desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del Cielo.” Le habló de esa ascensión al Cielo y de que se sentaría en el Cielo a la diestra de Dios, y también le habló de Su Segunda Venida.
Y ahora, por esa verdad que les habló allí, dijeron que había blasfemado, era un blasfemo para el concilio de la religión hebrea y el sumo sacerdote, sin embargo era la verdad divina lo que El estaba hablando allí, y El sabía que eso sería cumplido en El porque El es el Hijo de Dios, y El sabía que El era el Hijo de Dios, el cual heredaría el Trono Celestial de Dios.
Ahora, dice que le dieron de puñetazos y de bofetadas y lo escupieron en el rostro y todas estas cosas, o sea, lo desfiguraron a golpes allí, y después todos los demás golpes que le dieron y también los que le dieron los soldados romanos (o sea, fue desfigurado).
Ahora, cuando resucitó no estaba desfigurado, había sido glorificado.
Ahora, veamos lo que nos dice San Pedro acerca de Cristo en el libro de los Hechos, capítulo 2, verso 32 en adelante, dice:
“*A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos.*
*Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís.*
*Porque David no subió a los cielos; pero él mismo dice:*
*Dijo el Señor a mi Señor:*
*Siéntate a mi diestra,*
*Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.*
*Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.”*
Y ahora, Jesús ha sido hecho por Dios Señor y Cristo, por lo tanto Jesús es: Señor JESUCRISTO.
Y ahora, encontramos que en el Nombre: Señor Jesucristo, está todo: está Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo; por lo tanto en Jesucristo está todo, Dios en toda Su plenitud.
Encontramos en otras Escrituras como en Hebreos, capítulo 1, verso 1 en adelante, donde nos dice:
“*Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,*
*en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo;*
*el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.”*
Y ahora, Cristo sentado a la diestra de Dios, sentado en el Trono de Dios, tiene todo el poder de los Cielos y de la Tierra. Estar sentado en el Trono de Dios - siendo que la diestra de Dios es el poder de Dios, y estar sentado a la diestra de Dios es tener todo el poder de Dios de los Cielos y de la Tierra.
Y ahora, Jesucristo es la diestra de Dios, el poder de Dios manifestado; por medio de Jesucristo creó Dios los Cielos y la Tierra, habló por medio de Jesucristo, el cual estaba en ese tiempo en Su cuerpo angelical, Su cuerpo teofánico, y en Su cuerpo teofánico es llamado el Verbo que era con Dios y era Dios en San Juan, capítulo 1, verso 1 en adelante.
San Juan, capítulo 1, verso 1 en adelante, vean cómo nos dice aquí:
“*En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.*
*Este era en el principio con Dios.*
*Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.”*
¿Todas las cosas por quién fueron hechas? Por el Verbo que era con Dios y era Dios; el Verbo que era con Dios y era Dios es Jesucristo en Su cuerpo angelical, es el Angel de Jehová.
Por medio del Angel de Jehová, el cuerpo angelical de Dios, Jesucristo en Su cuerpo angelical creó Dios los Cielos y la Tierra hablando a través de ese cuerpo angelical, y comenzaron a venir a existencia todas las cosas.
El mundo espiritual vino a existencia primero, y después el mundo físico vino a existencia. Vean, de esto nos habla Hebreos, capítulo 11, después continuamos con el capítulo 1 aquí. Hebreos, capítulo 11, verso 1 en adelante, dice:
“*Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.*
*Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos.*
*Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.”*
De lo que no se veía fue hecho lo que se ve, y por medio de la Palabra de Dios vino a existencia el mundo invisible y después el mundo visible.
Y por medio de Cristo, el Verbo, la Palabra, el Verbo el cual es el Angel de Jehová, el cuerpo angelical de Dios vino a existencia todas las cosas, porque Dios estaba en toda Su plenitud en Su cuerpo angelical llamado el Verbo que era con Dios y era Dios. También nos dice San Juan: “En él estaba la vida y la vida era la luz de los hombres.”
La ciencia está buscando el origen de la vida y miren donde está el origen de la vida: en el Verbo que era con Dios y era Dios, y ahí y de ahí comenzó la existencia de toda la Creación; por eso Jesucristo es el principio de la Creación de Dios, es el principio de la Creación de Dios, que es la Iglesia del Señor Jesucristo, esa Nueva Creación de una Nueva Raza con Vida eterna.
Y ahora, por medio de Jesucristo en Su cuerpo angelical, que es la imagen del Dios Viviente, porque la imagen es el cuerpo angelical, cuerpo teofánico; y por medio de Su imagen Dios creó todas las cosas.
Y vean ustedes para qué las creó y para quién las creó: Colosenses, capítulo 1, verso 12 en adelante, dice:
“*Con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz...”*
Vean hay una herencia: es la herencia de los santos en luz.
Por eso nuestro tema es: **“EL HEREDERO UNIVERSAL.”**
“*...el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas.”*
O sea, nos ha librado del poder del diablo y reino del diablo, que es el reino de las tinieblas, porque cuando todo ser humano nace en la Tierra, nace en una dimensión terrenal que está gobernada por el maligno, porque cayó en las manos del diablo cuando Adán y Eva pecaron ante Dios.
Y por consiguiente todo ser humano aparece como descendiente de Adán y Eva, por lo tanto quedaron bajo el reino de las tinieblas, el reino del diablo, quien los venció y los hizo esclavos. Hizo a la raza humana esclava.
Por lo tanto al nacer el ser humano en la Tierra, recibe un cuerpo físico, mortal, corruptible y temporal, y recibe un espíritu del mundo dentro de ese cuerpo, un espíritu de la quinta dimensión.
Por eso Cristo dijo a Nicodemo: “De cierto, de cierto te digo, que el que no nazca de nuevo no puede ver el Reino de Dios; si no nacieres de nuevo no puedes ver el Reino de Dios,” le está diciendo.
Nicodemo pues estaba interesado en el Reino de Dios, por eso era un hombre religioso, y le pregunta: “¿Cómo puede hacerse esto? ¿Puede acaso el hombre ya siendo viejo entrar en el vientre de su madre y nacer?” Pues esto muestra que Nicodemo ya estaba viejo ¿y cómo estaría la mamá entonces? Así que si estaba viva, estaba muy ancianita; y si no, pues ya había partido, ¿y cómo era posible nacer de nuevo?
Lo que Cristo le estaba pidiendo para entrar en el Reino de Dios era imposible aparentemente para Nicodemo, pero Nicodemo estaba interesado y le pregunta: “¿Cómo puede hacerse esto? Yo quiero entrar al Reino, ¿cómo lo puedo hacer?” Cristo le dice: “De cierto, de cierto te digo, que el que no nazca del agua y del Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios.”
Y ahí establece la forma de entrar al Reino de Dios, y muestra que es por medio de nacer del agua y del Espíritu; y esto se hace posible para aquellos que reciben a Cristo como su Salvador, lavan sus pecados en la Sangre de Cristo arrepentidos de sus pecados, y son bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo y Cristo les da Su Espíritu Santo, y entonces obtienen el nuevo nacimiento y así nacen en el Reino de Dios y vienen a ser miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo, porque han nacido en la Iglesia del Señor Jesucristo.
Y ahora, la Iglesia del Señor Jesucristo, sus miembros son los miembros del Reino de Dios y del Reino de los Cielos.
Ahora, Cristo nos ha libertado de la potestad de las tinieblas, del poder de las tinieblas, del poder del diablo y su reino; nos ha libertado como libertó al pueblo hebreo de Egipto del poder del faraón y del reino del faraón, los libertó y los llevó a la tierra prometida.
Y ése que los libertó fue el Angel de Jehová en quien estaba Dios, y el Angel de Jehová es Jesucristo en Su cuerpo angelical, fue Jesucristo ungido por Dios en Su cuerpo angelical que libertó al pueblo hebreo; por eso la Escritura dice que la Ley fue dada por comisión de Angeles. Fue el Angel de Jehová, Cristo en Su cuerpo angelical el cual le dio la Ley al pueblo hebreo a través el Profeta Moisés. Sigue diciendo:
“*...y trasladado al reino de su amado Hijo.”*
Y nos ha trasladado, vean, nos sacó del reino de las tinieblas y nos trasladó al Reino de Su amado Hijo, o sea, al Reino de Jesucristo.
Y ahora, estando en el Reino de Jesucristo somos miembros de ese poderoso Reino y de ese poderoso ejército de Jesucristo. Por eso en Apocalipsis, capítulo 17 encontramos, del verso 14 al verso 15, a Cristo y Su Iglesia como un ejército. Dice:
“*Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles.”*
El diablo a través del anticristo en el Día Postrero, en este tiempo final peleará contra Cristo, pero Cristo vencerá al anticristo en el cual estará el diablo, Cristo lo vencerá porque El es Señor de señores y Rey de reyes, ese es nuestro amado Señor Jesucristo.
Y en Apocalipsis, capítulo 19, lo encontramos de nuevo a Cristo y a Su Iglesia como un gran ejército. Dice:
“*Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea.*
*Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo.*
*Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE DIOS.*
*Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en caballos blancos.”*
Vean, los ejércitos celestiales - y estos ejércitos celestiales son la Iglesia del Señor Jesucristo de todas las edades.
“*De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro.”*
Vean, en el Salmo 2 nos decía: “Pídeme, y yo te daré por heredad todas las naciones.” Salmo \*2, verso 7 en adelante, dice:
“*Yo publicaré el decreto;*
*Jehová me ha dicho:*
*Mi hijo eres tú;*
*Yo te engendré hoy.*
*Pídeme, y te daré por herencia las naciones,*
*Y como posesión tuya los confines de la tierra.*
*Los quebrantarás con vara de hierro;*
*Como vasija de alfarero los desmenuzarás.”*
Y ahora, en Apocalipsis, capítulo 19 es que se va a cumplir esa profecía.
Y ahora, por eso les dije que este Salmo 2, verso 1 al 12, nos habla de la Primera Venida de Cristo y de la Segunda Venida de Cristo.
Por eso en la imagen o estatua que vio el rey Nabucodonosor y se lo interpretó el Profeta Daniel, encontramos que esa imagen representa el reino de los gentiles que comenzó con el rey Nabucodonosor y su reino en Babilonia.
Por lo tanto el imperio babilónico es la cabeza de oro con el rey Nabucodonosor, luego el pecho y los brazos de plata es el reino medo-persa, luego el vientre y los muslos de bronce es el imperio de Grecia, y las piernas de hierro y los pies de hierro y de barro cocido, vean, es el imperio Romano.
Ahora, el imperio romano tiene dos partes: las piernas de hierro, lo cual es el imperio romano político, el cual estaba en los días en que apareció Jesús. Y en la etapa de las piernas de hierro encontramos que Cristo no hirió el reino de los gentiles, pero Cristo hirió al diablo cuando Cristo murió y descendió al infierno y venció al diablo en el infierno, y le quitó las llaves del infierno y de la muerte, pero en lo físico es en la Segunda Venida de Cristo que Cristo herirá al diablo.
Ahora, herirá el reino de los gentiles, el reino del diablo que ha estado esclavizando a la raza humana; pero Cristo cuando murió hirió al diablo en la cabeza.
Ahora, encontramos que todo sucedió y nadie vio cómo y cuando Cristo hirió al diablo en la cabeza, pues eso era una promesa de Génesis, capítulo 3, verso 15; por lo tanto esa promesa tiene también un doble cumplimiento. Dice, dice Dios a la serpiente:
“*Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.”*
Cristo, la simiente de la mujer, heriría al diablo, el cual estaba en la serpiente, lo heriría en la cabeza y la serpiente lo heriría en el calcañar. Por eso Cristo fue crucificado y fue herido en los talones y en las manos con los clavos, ahí está la herida de la cual habló Dios en Génesis, capítulo 3, verso 15.
Pero Cristo hirió al diablo en la cabeza, Cristo llevó nuestros pecados y murió por nosotros y venció al diablo, derrotó al diablo. De eso es de lo cual nos habla el Apóstol San Pablo cuando nos enseña que Cristo llevó a cabo la Obra en la cual nos libertó.
Vean, Hebreos, capítulo 2, verso 14 al 15, dice:
“*Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también* (o sea, Cristo) *participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo,*
*y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.”*
Y ahora, Cristo venció al diablo cuando murió en la Cruz del Calvario, fue sepultado y Cristo en cuerpo angelical descendió al infierno, allí tuvo una lucha con el diablo y le quitó las llaves del infierno y de la muerte y luego resucitó y luego pasó al Paraíso, y del Paraíso sacó a todos los santos que estaban allí, los pecados de los santos que estaban en el Paraíso fueron quitados cuando Cristo derramó Su Sangre en la Cruz del Calvario. Antes de eso estaban cubiertos con la sangre de los animalitos que ellos habían sacrificado delante de Dios por sus pecados.
Y luego Cristo resucitó del Paraíso, salió del Paraíso con los santos del Antiguo Testamento; por eso en San Mateo, capítulo 27, verso 51 en adelante, dice que después de la resurrección de Cristo aparecieron a muchos en la ciudad, ¿quiénes? Los santos del Antiguo Testamento que se levantaron de la tumba, resucitaron.
Ahora, encontramos que siendo que la profecía del Salmo 2, se cumple en la Primera y Segunda Venida de Cristo, porque es ese Salmo un Salmo mesiánico.
Y ahora, vean ustedes, la Venida del Señor tiene dos partes: Primera y Segunda Venida, como también el reino de los gentiles en la etapa última, la cuarta etapa tiene dos partes: tiene la parte de las piernas de hierro que se cumplió en el imperio de los Césares, ese reino romano, imperio romano; pero luego tiene la parte de los pies de hierro y de barro cocido, esa parte corresponde al imperio del anticristo, el cual en este tiempo final estará establecido en la Tierra, y en la Segunda Venida de Cristo conforme a Segunda de Tesalonicenses, capítulo 2, verso 1 en adelante, Cristo con el espíritu de Su boca y el resplandor de Su Venida matará al hombre del pecado, al anticristo.
Y ahora, en este tiempo final, vean ustedes, conforme a la revelación de Daniel, capítulo 2, versos 34 al 45, la piedra no cortada de manos herirá a la imagen o estatua que vio el rey Nabucodonosor que representa al reino de los gentiles, la piedra no cortada de manos que es la Segunda Venida de Cristo, herirá a la imagen en los pies de hierro y de barro cocido.
Ahora vean, herirá en los pies de hierro y de barro cocido a la estatua y herirá al diablo en la cabeza, porque en la cabeza del reino de los gentiles, en la etapa de los pies de hierro y de barro cocido es el anticristo.
El anticristo es la cabeza de ese imperio que en este tiempo final estará sobre la Tierra, y que es la parte de los pies de hierro y de barro cocido de la estatua que vio el rey Nabucodonosor.
Ahora, para este tiempo final Cristo estará dándole a conocer todas estas cosas a todos los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo; o sea, a toda la Iglesia de Jesucristo El estará dándonos a conocer todas estas cosas que han de suceder en este tiempo final.
Ahora, la Iglesia del Señor Jesucristo está compuesta por los hijos e hijas de Dios, y Cristo es el Primogénito de Dios, El es el Hijo de Dios, y El también es el Unigénito.
Por lo tanto, todos los hijos de Dios ¿de dónde salen? De Jesucristo nuestro Salvador, porque Dios no creó hijos fuera de Jesucristo, todos vienen de Dios a través de Jesucristo nuestro Salvador, así como toda la Creación también viene de Dios a través de Jesucristo nuestro Salvador: “Por El fueron hechas todas las cosas; y sin El nada de lo que ha sido hecho fue hecho.”
Y ahora, podemos ver quién es nuestro amado Señor Jesucristo y la grande bendición que hay para nosotros en Jesucristo nuestro Salvador. Sigo leyendo en Colosenses, capítulo \*1:
“*En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados...”*
No hay redención en otra forma sino por medio de Jesucristo, y no hay perdón de pecados excepto por medio de la Sangre de Jesucristo nuestro Salvador.
“*El es la imagen del Dios invisible.”*
¿Ven? El es la imagen del Dios invisible, la imagen de Dios es el cuerpo angelical de Dios que es el Angel de Jehová, el cual es Jesucristo en Su cuerpo angelical.
“*El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.*
*Porque en él fueron creadas todas las cosas.”*
En ese cuerpo angelical de Dios están todas las cosas que Dios iba a crear, así como todos los hermanos según la carne de ustedes estaban ¿dónde? En su padre (según la carne), ahí estaban y por eso surgieron a existencia. Ahora, vean ustedes:
“*Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles* (o sea, que por medio de Jesucristo fue que Dios creó todas las cosas: las cosas invisibles y luego las cosas visibles, porque las visibles son hechas de las invisibles)*,*
*sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.”*
Hay tronos en otras dimensiones, hay potestades en otras dimensiones, hay príncipes en otras dimensiones también, y todo fue creado ¿por quién? Por El, Jesucristo el Hijo de Dios, el Primogénito de toda la Creación. Todo fue creado por El ¿y para quién? Para El.
“*Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten.”*
El es el que les da vida a todas las cosas, les da sustento a todas las cosas para que sigan existiendo.
“*Y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia;*
*por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud,*
*y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.*
*Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado*
*en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él.”*
Y ahora vean, la única esperanza del ser humano es Jesucristo, fuera de El no hay esperanza para ninguna persona; para ser reconciliados con Dios necesitamos a una persona y es Jesucristo nuestro Salvador. Sin Jesucristo no hay reconciliación para ninguna persona.
El ser humano pecó y fue destituido de la gloria de Dios, dice Romanos, capítulo 3, verso 23. Y en Romanos, capítulo 6, verso 23, dice:
“*Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”*
¿Ven? Y ahora, el capítulo 5, verso 9 al 10 de Romanos, dice... Romanos, capítulo 5, verso 8 al 10 vamos a leer, dice:
“*Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.*
*Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.*
*Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.*
*Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.”*
Hemos recibido la reconciliación con Dios por medio de Jesucristo nuestro Salvador, y por eso es que Cristo ya estando sentado en el Trono del Padre cuando ascendió victorioso al Cielo, heredó todo poder en el Cielo y en la Tierra y heredó todas las cosas del Cielo y de la Tierra. El es el heredero de todas las cosas y ya se ha sentado en el Trono del Padre, está sentado a la diestra de Dios, por lo tanto tiene el poder sobre los Cielos y sobre la Tierra.
Y ahora, El siendo el Segundo Adán, todos los hijos e hijas de Dios escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero que tenían que venir por medio de Adán y Eva - pero cuando Adán y Eva pecaron entonces les fue quitado el privilegio de traer a existencia los hijos e hijas de Dios, y les fue quitado el Título de Propiedad que es el Libro de los Siete Sellos, que es el Libro de la Vida del Cordero donde están escritos todos los nombres de todos los hijos e hijas de Dios.
Y ahora, por medio de Jesucristo el Hijo de Dios, que es el Segundo Adán, vienen a existencia los hijos e hijas de Dios; primero vienen a existencia en cuerpos angelicales teofánicos en la sexta dimensión.
Ahora, Dios ha estado enviando las almas de los hijos e hijas de Dios que están escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, en el libro de los Siete Sellos, los ha estado enviando de edad en edad, han aparecido en cuerpos mortales, corruptibles y temporales; pero cuando han escuchado la Palabra del Evangelio, la predicación del Evangelio, han estado escuchando la Voz de Cristo el Buen Pastor, y han recibido a Cristo como su Salvador, han lavado sus pecados en la Sangre de Cristo arrepentidos de sus pecados, y han sido bautizados en agua en Su Nombre, y han recibido el Espíritu Santo y han obtenido el nuevo nacimiento, y han nacido de nuevo, han nacido del agua y del Espíritu, y por consiguiente han nacido en el Reino de Cristo nuestro Salvador, han obtenido un cuerpo angelical, son hijos e hijas de Dios nacidos en el Reino de Cristo, han nacido en la sexta dimensión, tienen un cuerpo angelical.
Esa es la forma para venir con Vida eterna todos los hijos e hijas de Dios, porque por medio del nacimiento natural venimos a la Tierra, pero ya venimos condenados a muerte, ya la muerte viene en nuestro cuerpo; y por eso ustedes encuentran que las células del cuerpo aunque las tengamos se mueren y luego nacen otras y se mueren, y nacen otras y ya llega un tiempo en que ya la muerte de las células es mayor que las que van naciendo y se va envejeciendo el cuerpo, hasta que llega el momento en que muere el cuerpo físico.
El cuerpo físico tiene cuatro rayos de luz cuando nace, y después de cierto tiempo —digamos— de los 20 a 25 años de edad en adelante se va el primer rayo de luz y ya la persona comienza a envejecer y comienza a morir, luego de unos 35 años en adelante se le va el segundo rayo de luz.
Y así por el estilo cada diez años o 15 años se le van yendo esos rayos de luz, y cuando ya está en los 60 ó 70 años, ya está con el último rayito de luz; por eso el cuerpo se siente un poquito más débil que cuando tenía 18 ó 21 años de edad, y cuando siguen pasando los años, ese rayo de luz se va agotando.
Como en los automóviles cuando se le agota la batería, o cuando una linterna tiene las pilas, cuando usted se las coloca nuevas alumbra clarito, pero ya cuando ya tiene bastante uso ya alumbra con menos luz, y cuando ya está con poquita energía esas pilas, ya alumbra tan poquito que usted dice: “Ya casi no alumbra.”
Así es la vida del ser humano en este cuerpo terrenal, porque es un cuerpo en la permisiva voluntad de Dios que no tiene Vida eterna, porque viene por medio de Adán y Eva en una raza caída, pero Cristo está llevando a cabo la creación de una Nueva Raza con Vida eterna, y lo primero que nos da es el cuerpo angelical.
Antes de Cristo tener Su cuerpo físico de carne tuvo Su cuerpo angelical, llamado el Angel de Jehová o Angel del Pacto, y aparece en el Antiguo Testamento como un Angel, pero es el cuerpo angelical de Cristo llamado el Angel de Jehová, por medio del cual Dios hizo todas las cosas en el Antiguo Testamento: la Creación y todas las cosas.
Y ahora, está viniendo a existencia una Nueva Raza, una Nueva Creación desde el Día de Pentecostés en adelante, y Cristo es la cabeza, el primero de esa Nueva Raza, por lo tanto, los miembros de esta Nueva Raza son los creyentes en Cristo nuestro Salvador.
Primero nos da el nuevo nacimiento y nos da un cuerpo angelical, y así nacemos en el Reino de Cristo como hijos del Segundo Adán; y pronto nos dará el cuerpo físico glorificado, como Dios le dio un cuerpo físico glorificado al Angel de Jehová, que es Jesucristo, y así nos dará un cuerpo físico glorificado, y entonces seremos iguales a nuestro amado Señor Jesucristo.
Ahora, así como Dios ha tenido Su Angel, llamado el Angel de Jehová en todo el Antiguo Testamento y a través de El fue que creó todas las cosas, y cuando vino en carne humana y obtuvo la victoria en contra del diablo, recibió toda autoridad y poder en los Cielos y en la Tierra, se sentó en el Trono de Dios en el Cielo.
Y ahora, en el Nuevo Testamento encontramos que Jesucristo dice que El tiene Su Angel. Dice en Apocalipsis 22, verso 16:
“*Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”*
Este Angel del Señor Jesucristo que le dio a Juan el Apóstol la revelación del Apocalipsis es un espíritu de Profeta, estando en su cuerpo angelical le dio a Juan el Apóstol la revelación del Apocalipsis.
Así como Jehová, Dios tuvo Su Angel en todo el Antiguo Testamento, ahora Jesucristo tiene Su Angel en el Nuevo Testamento, y así como dio por medio de Su Angel, Dios por medio del Angel de Jehová dio al pueblo hebreo la Ley, dándole las tablas de la Ley a Moisés y luego dándole ordenanzas y leyes para todo Israel, y luego hablando también no solamente a través de Moisés sino que más adelante habló por Josué y habló por los jueces, como por Samuel que fue el último de los jueces, y Josué había sido el primero de los jueces, y luego también habló a través de los Profetas.
Luego, habló a través de Jesucristo nuestro Salvador, porque en Jesús estaba el Angel de Jehová hecho hombre en medio de la raza humana, y en Jesús estaba Dios en toda Su plenitud, la divinidad de Dios en Jesús.
Por eso en Jesús estaba el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, si no estaba el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo allí en ese velo de carne, pues entonces no estaba la plenitud de la Deidad corporalmente manifestándose en Jesús.
Por eso cuando le dicen a Jesús, Felipe le dice: “Muéstranos al Padre y nos basta,” Jesús dice: “¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros Felipe y no me has conocido? El que me ha visto a mí ha visto al Padre, ¿cómo dices tú: muéstranos al Padre y nos basta? ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre en mí?, y las palabras que yo hablo no las hablo de mí mismo, sino que el Padre que mora (¿dónde?) en mí, sino que el Padre que mora en mí El hace las obras.” San Juan, capítulo 14, verso 6 en adelante; pues en el verso 6, dice:
“*Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.”*
De ahí en adelante es que encontramos toda esa revelación de Cristo mostrando que el Padre está en El y el que lo ha visto a El ha visto al Padre, ¿por qué? Porque el velo de carne del Padre es Jesucristo nuestro Salvador.
Así como Jesucristo en Su cuerpo angelical es la imagen del Dios Viviente, Jesucristo en Su cuerpo de carne es la semejanza física de Dios, es el cuerpo de carne de Dios, donde Dios moró en toda Su plenitud, el cual murió como el Sacrificio por el pecado, resucitó victorioso y glorificado, y ascendió al Cielo y se sentó en el Trono de Dios.
Ahora, en el Nuevo Testamento por cuanto Jesús recibió autoridad en el Cielo y en la Tierra, y todo poder le fue dado en el Cielo y en la Tierra, Jesús es el que está dirigiendo todas las cosas; primero era Jesucristo pero en Su cuerpo angelical, y ahora, es Jesucristo tanto con Su cuerpo angelical como con Su cuerpo físico glorificado, y está haciendo intercesión como Sumo Sacerdote por todos los que tienen sus nombres escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero.
Y ahora, Jesús dice: *“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de todas estas cosas en las iglesias.”* (Apocalipsis, capítulo 22, verso 16).
Y ahora, San Juan, capítulo 13, verso 20, dice: “El que recibe al que yo enviare, me recibe a mí...” Vamos a leerlo tal y como está aquí. San Juan, capítulo 13, verso 20:
“*De cierto, de cierto os digo: El que recibe al que yo enviare, me recibe a mí; y el que me recibe a mí, recibe al que me envió.”*
Porque el que envió a Cristo, vean ustedes, está en Cristo, y el que recibe al que Cristo envía está recibiendo a Jesucristo, porque Cristo viene manifestado en Su enviado; así como el Angel del Pacto vino manifestado en cada Profeta enviado en el Antiguo Testamento, y por consiguiente vino Dios con Su cuerpo angelical manifestado en cada Profeta del Antiguo Testamento, pero luego se manifestó en toda Su plenitud en Jesús.
Y ahora, Cristo ha enviado Su Angel, el cual le dio a Juan la revelación del Apocalipsis, este Angel ha estado en todo el Nuevo Testamento y ha estado en medio de la Iglesia de Jesucristo todo el tiempo, él es el Angel de la revelación con la revelación de Jesucristo; por lo tanto él fue el que dio a Juan el Apóstol la revelación del Apocalipsis de todas las cosas que iban a suceder en la Iglesia del Señor Jesucristo y todas las cosas que Jesucristo iba a hacer en Su Iglesia e iba a hacer en este mundo. O sea, ahí dio a conocer toda la Obra que Jesucristo llevaría a cabo.
Luego para el Día Postrero Cristo es el que envía Su Angel a Su Iglesia en carne humana, ¿para qué? Para darle a conocer todas estas cosas que han de suceder luego de las que ya sucedieron en edades pasadas.
Y ahora, el Segundo Adán, Jesucristo, ha tenido muchos hijos, ha tenido Mensajeros también, los Apóstoles y los siete Angeles Mensajeros que son personas muy importantes, son líderes principales de la Iglesia de Jesucristo, son columnas en la Iglesia de Jesucristo nuestro Salvador.
Por eso los doce Apóstoles se sentarán sobre doce tronos, como fue visto en Apocalipsis, capítulo 4, versos 5 en adelante (5 al 6), donde aparecen los 24 tronos, y en los 24 tronos 24 ancianos.
Los 24 ancianos son los doce patriarcas y los doce Apóstoles, ya todo eso está predestinado desde antes de la fundación del mundo, porque las cosas que se ven son hechas de las que no se veían.
Por eso las cosas celestiales mismas serían lavadas con la Sangre de un Sacrificio mejor que los sacrificios del Antiguo Testamento de los animalitos que sacrificaban; por lo tanto las cosas celestiales son todos los hijos e hijas de Dios son celestiales; por eso Pablo dice en Filipenses, capítulo 3, verso 20 al 21 que nuestra ciudadanía ¿está dónde? En el Cielo.
Y ahora, encontramos que las cosas celestiales vienen a la Tierra en carne humana para ser redimidas con la Sangre de Cristo nuestro Salvador, ser purificadas con la Sangre de nuestro amado Salvador, lo cual fue tipificado en aquellos sacrificios que se efectuaban, y la sangre fue rociada sobre el tabernáculo, sobre todos los utensilios del tabernáculo y sobre todo lo que estaba allí en el tabernáculo, y Moisés dijo cuando dedicó el tabernáculo a Dios: “Esta es la Sangre del Pacto que Dios nos ha dado.”
Y ahora vean, San Pablo hablando de esto en el capítulo 9 de Hebreos, dice... capítulo 9 de Hebreos, verso 18 en adelante, dice:
“*De donde ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre.*
*Porque habiendo anunciado Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el mismo libro y también a todo el pueblo,*
*diciendo: Esta es la sangre del pacto que Dios os ha mandado.*
*Y además de esto, roció también con la sangre el tabernáculo y todos los vasos del ministerio.*
*Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.*
*Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así.”*
¿Ven? Todo lo que estaba en el tabernáculo era figura de las cosas celestiales, era el tipo y figura de las cosas que existen en el mundo celestial.
“*Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos.”*
Las cosas celestiales mismas, los hijos celestiales de Dios con la Sangre ¿de quién? De Jesucristo nuestro Salvador:
“*Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios.”*
Nosotros somos del Cielo, ¿que somos nosotros del Cielo? Claro que sí. En Primera de Corintios, capítulo 15, versos 45 en adelante, dice:
“*Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante.*
*Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual.*
*El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo* (¿de dónde es Cristo? Del Cielo)*.*
*Cual el terrenal* (o sea, cual Adán)*, tales también los terrenales* (nuestro cuerpo físico es terrenal, cual Adán que es terrenal)*; y cual el celestial, tales también los celestiales.”*
Y ahora, los hijos e hijas de Dios son celestiales, por lo tanto somos como Jesucristo nuestro Salvador, y ya hemos recibido el cuerpo espiritual celestial, el cuerpo angelical, y recibiremos el cuerpo físico que también es celestial, porque es un cuerpo glorificado, igual al cuerpo glorificado de nuestro amado Señor Jesucristo y el cual es interdimensional, con el cual podremos venir a la Tierra pero también podremos ir a la sexta dimensión o podremos ir ala séptima dimensión que es la dimensión de Dios, porque Cristo ascendió al Cielo que es la séptima dimensión, y se sentó en el Trono de Dios en el Cielo con ese cuerpo glorificado.
Por eso es que cuando tengamos el cuerpo nuevo glorificado, nos iremos con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, al Cielo, que es la séptima dimensión. Sin ese cuerpo físico glorificado no podemos ir a la séptima dimensión, al Cielo, a la Casa de nuestro Padre Celestial.
Ahora, Cristo ha tenido muchos hijos, y entre ellos hijos líderes de tiempos importantes, como los doce Apóstoles fueron los líderes de ese tiempo de los Apóstoles, y luego vinieron los líderes de las siete edades de la Iglesia, que fueron los siete Angeles Mensajeros, de los cuales el primero fue San Pablo, y el último de ellos, el séptimo fue el Rvdo. William Branham, y después para el Día Postrero, Jesucristo dice:
“*Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”*
Luego que Cristo ha tenido Su Angel en ese cuerpo angelical, dándole la revelación del Apocalipsis a Juan, y por consiguiente lo ha tenido en Su Iglesia en todo el tiempo ahí, porque es el Angel Mensajero de la revelación, aunque esté en cuerpo angelical ahí dándole la revelación a Juan el Apóstol, y él ha estado trabajando en la Iglesia en todas las edades.
Pero para el Día Postrero estará en carne humana en medio de la Iglesia de Jesucristo en la Edad de la Piedra Angular, que es el tiempo más glorioso de todas las edades.
Y todas las promesas hechas al Vencedor, así como Cristo obtuvo todas las promesas hechas al Vencedor dadas en el Antiguo Testamento, las obtuvo Cristo y se sentó en el Trono del Padre, ahora el Vencedor para el Día Postrero será el Angel del Señor Jesucristo.
Cada Angel Mensajero venció en su tiempo, pero dejó de vivir en el cuerpo de carne, fue al Paraíso a descansar; pero el único Mensajero que estará vivo en el tiempo final será el Angel del Señor Jesucristo que obtendrá la gran victoria en el Amor Divino, y será transformado y entonces ése será el que recibirá autoridad sobre todas las naciones, porque es Cristo el que dice en Apocalipsis, capítulo 2, versos 26 en adelante:
“*Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones,*
*y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre.”*
En la misma forma que Jesucristo la recibió del Padre ahora la otorgará al Vencedor en el Día Postrero, le otorgará autoridad sobre todas las naciones.
Por eso dice también Apocalipsis, capítulo 3, verso 21:
“*Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.”*
¿Ven que es algo paralelo? En la misma forma en que el Padre hace con Su hijo Jesucristo, ahora Jesucristo hace con Su Angel que será el Vencedor del Día Postrero, que será un hijo de Jesucristo, de Su Iglesia.
Viene por medio de Su Iglesia ese hijo a manifestación en el Cuerpo Místico de Cristo y por consiguiente en el Reino de Jesucristo, y el gobierno y autoridad sobre todas las naciones, no solamente sobre Israel sino sobre todas las naciones, ¿dónde está? En el Trono de David que será restaurado.
En la misma forma en que el Padre le dio a Jesús que se sentara con El en Su Trono Celestial teniendo Cristo ya un cuerpo glorificado, Cristo le dará al Vencedor que se siente con El en Su Trono terrenal que es el Trono de David, para lo cual Cristo le dará un cuerpo glorificado también.
Y será la primera ocasión en que se sentará en el Trono de David una persona con un cuerpo glorificado; así como fue la primera ocasión en que se sentó un hombre en el Trono de Dios en el Cielo con un cuerpo glorificado.
Nadie más se había sentado en ese Trono, sino Jesucristo, el primer hombre y único hombre que se sentaría en ese Trono, pero con un cuerpo glorificado, y así es para el Trono de Cristo terrenal, el Trono de David. En ese Trono con Cristo se sentará el Vencedor del Día Postrero, y recibirá autoridad sobre todas las naciones.
Y ahora, el Angel de Jesucristo no es el Señor Jesucristo, pero Cristo lo sentará con El en Su Trono, es una promesa, y encontramos que será cumplida al Angel del Señor Jesucristo.
El Arcángel Gabriel hablando en el capítulo 1 de San Lucas, versos 30 en adelante, dice... hablándole a María dice:
“*Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios.*
*Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESUS.*
*Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre;*
*y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.”*
Ese es el Trono de Cristo terrenal, el Trono donde Cristo se sentó cuando ascendió al Cielo es el Trono del Padre, pero el Trono de Jesucristo terrenal es el Trono de David.
Ahora, Cristo no promete al Vencedor sentarlo en el Trono de Dios en el Cielo, sino que promete sentarlo en Su Trono que es el Trono de David.
Como Dios sentó, le dio que se sentara en Su Trono Celestial a Jesús, ahora Jesús le dará al Vencedor que se siente con El en Su Trono: el Trono de David, y le dará autoridad sobre las naciones, porque la autoridad sobre todas las naciones que estarán el Reino Milenial, esa autoridad ¿está dónde? En el Trono de David y por consiguiente el que estará sentado en el Trono de David.
Por lo tanto con Cristo estará el Vencedor sentado en el Trono de David y recibirá autoridad sobre todas las naciones.
Y vean, ahí lo que está en el capítulo 2 o el Salmo 2 tendrá cumplimiento también, porque ese será el ungido de Cristo, ese será en el Reino Milenial de Cristo el Virrey —diríamos— Virrey, ese es el Siervo fiel y prudente, al cual cuando su Señor venga y le halle haciendo así: dándole el Alimento espiritual a la Iglesia, dice Cristo: “De cierto os digo que sobre todos Sus bienes le pondrá.”
Si le pondrá sobre todos Sus bienes tiene que colocarlo con El en Su Trono: el Trono de David, y por consiguiente estará en una posición de Administrador en ese Reino de Jesucristo Milenial que tendrá en este planeta Tierra.
Y por consiguiente así como Cristo es el heredero de los Cielos y de la Tierra porque se ha sentado con Su Padre en Su Trono, ahora tenemos a Cristo el heredero universal, y tenemos a Su Angel coheredero con Cristo nuestro Salvador. Por lo tanto él es heredero universal con Cristo nuestro Salvador, él es heredero aquí en la Tierra en ese Reino Milenial de Cristo nuestro Salvador.
Ahora, nosotros somos herederos de Dios y coherederos con Cristo Jesús Señor nuestro, a todo lo que Cristo es heredero somos nosotros coherederos con El.
Por lo tanto, el Reino de Cristo terrenal estará fusionado con el Reino Celestial, y por consiguiente estaremos con Cristo en la administración, no solamente del Reino Milenial terrenal, sino en la administración del Reino a nivel del Universo completo.
Así que hemos visto quién es el heredero universal: Cristo. Y el heredero de Cristo: Su Angel, y todos los miembros de la Iglesia coherederos con Jesucristo nuestro Salvador.
Hemos sido hechos por Cristo, al lavarnos con Su Sangre de nuestros pecados, nos ha lavado con Su Sangre nuestros pecados y nos ha hecho para nuestro Dios Reyes y Sacerdotes, y reinaremos con Cristo por el milenio y por toda la eternidad en ese Reino universal que cubrirá el planeta Tierra y todo el Universo y todas las dimensiones. A ese Reino es al cual pertenecemos todos nosotros
“**EL HEREDERO UNIVERSAL.”**
Cristo, Su Angel y toda Su Iglesia.
***Que las bendiciones de Cristo, nuestro Salvador, sean con todos ustedes y también conmigo, y se materialicen en ustedes y en mí todas esas bendiciones celestiales; y pronto seamos transformados, pronto se complete el número de los escogidos de Dios, pronto Cristo se levante del Trono del Padre, resucite a los muertos creyentes en El y nos transforme a nosotros los que vivimos, y nos lleve con El a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.***
Muchas gracias por vuestra amable atención amados amigos y hermanos presentes, y adelante sirviendo a Cristo nuestro Salvador, porque somos coherederos con Cristo, el heredero universal, y con el coheredero con Cristo: el Angel de Jesucristo, y nosotros también somos coherederos con Cristo de todas las cosas, y somos coherederos con Cristo de ese Reino terrenal.
Y el Angel es el que heredará autoridad sobre todas las naciones, porque Cristo se la dará; y cuando lo transforme, porque lo tiene que adoptar primero, cuando lo transforme eso es la Adopción, y entonces ya habrá completado Su Programa de preparación para sentarse con Cristo en Su Trono.
Bueno, en otra ocasión hablaremos de toda la etapa de preparación para una persona ser adoptada, lo cual no es solamente para mí, eso fue también para Cristo y es para cada uno de ustedes también.
Para Cristo sentarse en el Trono del Padre tuvo una etapa de preparación, y luego fue adoptado, fue glorificado y se sentó en el Trono de Dios.
Y nosotros somos Reyes y Sacerdotes, por lo tanto para sentarnos con Cristo como Reyes y gobernar con Cristo, pasamos por la etapa de preparación, y luego la Adopción, que es nuestra transformación.
Bueno, vamos a dejarlo ahí, que Dios me los bendiga a todos, me los guarde; y adelante sirviendo a Cristo y trabajando en Su Obra y glorificando Su Nombre.
Muchas gracias a todos por vuestra amable atención, y pasen todos muy buenas noches. Con nosotros nuevamente nuestro amigo y hermano Miguel Bermúdez Marín para finalizar nuestra parte en esta ocasión, y les veré el próximo domingo Dios mediante, ¿dónde? En el Hotel “Crillón,” en donde estaremos todos reunidos, y en donde estaremos teniendo el tema, el tema que corresponde al domingo es: **“LOS GRANDES HOMBRES DE DIOS.”**
Ese es el tema para el domingo, en donde vamos a ver los grandes hombres de Dios del Antiguo Testamento y los grandes hombres de Dios del Nuevo Testamento, y con los grandes hombres de Dios, los hijos e hijas de Dios, el pueblo de Dios que estuvo brazo a brazo con esos grandes hombres de Dios.
Bueno, que Dios me los bendiga a todos, que Dios me los guarde; y oren mucho por la actividad del domingo, para que Dios nos dé mucha Palabra revelada.
Y oren también por la actividad de mañana con los ministros, para que Dios nos dé también mucha Palabra revelada y nos bendiga grandemente a todos, y continúe así preparándonos para nuestra adopción, para nuestra transformación.
Bueno, con nosotros nuestro amigo y hermano Miguel Bermúdez Marín.
Dios les bendiga y les guarde a todos.
“**EL HEREDERO UNIVERSAL.”**