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Tiempo de gozo en Jerusalén 2002-03-24 1 Cayey PR 02:00:35 false

Muy buenos días, amados amigos y hermanos presentes, y los que están a través de Internet y demás medios de comunicación en diferentes países; que las bendiciones de Cristo, el Angel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también.

En esta ocasión leemos en Zacarías, capítulo 9, verso 9, y luego San Mateo, capítulo 21, versos... versos 1 en adelante. Leemos primero Zacarías, capítulo 9, verso 9, donde dice:

Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna.”

Luego en San Mateo, capítulo 21, verso 1 en adelante, dice:

Cuando se acercaron a Jerusalén, y vinieron a Betfagé, al monte de los Olivos, Jesús envió dos discípulos,

diciéndoles: Id a la aldea que está enfrente de vosotros, y luego hallaréis una asna atada, y un pollino con ella; desatadla, y traédmelos.

Y si alguien os dijere algo, decid: El Señor los necesita; y luego los enviará.

Todo esto aconteció para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo:

Decid a la hija de Sion:

He aquí, tu Rey viene a ti,

Manso, y sentado sobre una asna,

Sobre un pollino, hijo de animal de carga.

Y los discípulos fueron, e hicieron como Jesús les mandó;

y trajeron el asna y el pollino, y pusieron sobre ellos sus mantos; y él se sentó encima.

Y la multitud, que era muy numerosa, tendía sus mantos en el camino; y otros cortaban ramas de los árboles, y las tendían en el camino.

Y la gente que iba delante y la que iba detrás aclamaba, diciendo: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!

Cuando entró él en Jerusalén, toda la ciudad se conmovió, diciendo: ¿Quién es éste?

Y la gente decía: Este es Jesús el profeta, de Nazaret de Galilea.”

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

Para esta ocasión nuestro tema es: “TIEMPO DE GOZO EN JERUSALEN.”

Conforme a la profecía de Zacarías, el tiempo de la entrada del Mesías a Jerusalén sería tiempo para estar regocijados y glorificar a Dios por la entrada del Hijo de David, el Mesías, a Jerusalén, el cual es el heredero al Trono de David.

El pueblo hebreo conforme a la profecía de Zacarías, capítulo 9, verso 9, sabía que el Mesías entraría a Jerusalén, y tenía la profecía que decía que vendría sobre un pollino hijo de asna, o sea, hijo de un animal de carga; y ese era tiempo de gozo para Jerusalén, y todos esperaban ese momento glorioso y con gozo esperaban ese momento.

Y ahora, cuando se cumple ese momento, el pueblo, la gente del pueblo estaban gozosos, pero como dicen algunos: siempre hay un aguafiestas, y aquí los aguafiestas fueron los líderes religiosos, saduceos y fariseos que se opusieron a Jesucristo, el Mesías, y decían que era un falso Profeta, que era Beelzebú y que El no reinaría sobre ellos.

Pero el pueblo estaba gozoso a tal grado que decían, clamaban diciendo: “¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!” Y toda Jerusalén se conmovió con la entrada de Jesús a Jerusalén.

El había entrado en otras ocasiones pero en esta ocasión entró como Rey, pero fue rechazado como Rey, y esto le costó a Jerusalén la pérdida del templo y de los edificios del templo.

Vean en San Lucas, capítulo 19 también tenemos la narración de este gran evento. Dice, capítulo 19, verso 35 en adelante, dice:

Y lo trajeron (o sea, a la asna con el burrito)...

Y lo trajeron a Jesús; y habiendo echado sus mantos sobre el pollino, subieron a Jesús encima.

Y a su paso tendían sus mantos por el camino.

Cuando llegaban ya cerca de la bajada del monte de los Olivos, toda la multitud de los discípulos, gozándose, comenzó a alabar a Dios a grandes voces por todas las maravillas que habían visto,

diciendo: ¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor; paz en el cielo, y gloria en las alturas!

Entonces algunos de los fariseos de entre la multitud le dijeron: Maestro, reprende a tus discípulos.

El, respondiendo, les dijo: Os digo que si éstos callaran, las piedras clamarían.

Y cuando llegó cerca de la ciudad, al verla, lloró sobre ella,

diciendo: ¡Oh, si también tú conocieses, a lo menos en este tu día, lo que es para tu paz! Mas ahora está encubierto de tus ojos.

Porque vendrán días sobre ti, cuando tus enemigos te rodearán con vallado, y te sitiarán, y por todas partes te estrecharán,

y te derribarán a tierra, y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación.”

La visitación de Dios manifestado en toda Su plenitud en Jesús de Nazaret, la plenitud de la Divinidad en carne humana en Jesús de Nazaret estuvo allí visitando a Su pueblo Israel; y entrando a la ciudad del Rey, y el Rey de los Cielos y de la Tierra manifestado en carne humana, rechazó la entrada del Rey de Israel en carne humana.

Era nada menos que Emanuel, que significa: Dios con nosotros. Dios, el Rey de Israel velado y revelado en un cuerpo de carne (en Jesús de Nazaret), entró a Jerusalén y lo rechazaron como Rey.

Ahora, el juicio sobre Jerusalén fue que no dejaría piedra sobre piedra, por cuanto no conocieron el día de Su visitación; es el día que Dios prometió visitar al pueblo hebreo, visitar a Jerusalén como Rey y allí fue manifestado y lo rechazaron.

Ahora, tenemos al Israel terrenal, el cual rechazó a Su Mesías en Su Primera Venida, rechazó a Su propio Rey.

Tenemos también al Israel Celestial, que es la Iglesia del Señor Jesucristo. Y tenemos en la Escritura en el libro o carta de San Pablo a los Hebreos, en el capítulo 12, verso 22 en adelante, donde dice:

Sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial...”

Así como hay una Jerusalén terrenal hay una Jerusalén Celestial, y así como hay ciudadanos de la ciudad de Jerusalén nacidos en Jerusalén, hay ciudadanos de la Jerusalén Celestial nacidos en la Jerusalén Celestial por medio del nuevo nacimiento:

Sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles,

a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos.”

La congregación de los Primogénitos es la congregación de los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo; o sea, que la Iglesia de Jesucristo tiene los Primogénitos celestiales escritos en el Libro de la Vida del Cordero. Esta fue la bendición que perdió el pueblo hebreo al rechazar a Cristo en Su Primera Venida. El Reino de Dios fue quitado del pueblo hebreo porque ellos rechazaron a Jesucristo.

En el capítulo 21 de San Mateo, verso 42 en adelante, dice:

Jesús les dijo: ¿Nunca leísteis en las Escrituras:

La piedra que desecharon los edificadores,

Ha venido a ser cabeza del ángulo.

El Señor ha hecho esto,

Y es cosa maravillosa a nuestros ojos?

Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que produzca los frutos de él.

Y el que cayere sobre esta piedra será quebrantado; y sobre quien ella cayere, le desmenuzará.”

Y ahora, el Reino de Dios es quitado del pueblo hebreo; por lo tanto, todos los hijos e hijas de Dios, hijos del Reino de Dios que nacerían de nuevo, no nacerían como miembros del pueblo hebreo o por ser del pueblo hebreo o por haber nacido en medio del pueblo hebreo, sino que nacerían en el Reino de Dios (los hijos del Reino) por medio del nuevo nacimiento en la Iglesia del Señor Jesucristo.

Si el pueblo hebreo no rechazaba a Cristo, vean, todos los hijos del Reino, todos los miembros de la Iglesia de Jesucristo tenían entonces que nacer en la tierra de Israel y serían literalmente por nacimiento natural serían hebreos también.

Pero ahora, por cuanto el pueblo hebreo rechazó a Cristo, ahora de entre todas las naciones vendrían, nacerían físicamente los hijos del Reino y luego espiritualmente nacerían en la Iglesia del Señor Jesucristo, que es el Cuerpo Místico de Jesucristo, y así nacerían en el Reino de Dios, entrarían al Reino de Dios por medio de nacer del agua y del Espíritu, como dijo Cristo a Nicodemo: “De cierto, de cierto te digo, que el que no nazca del agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios.”

Y ahora, entre todas las naciones del mundo Dios colocaría los hijos del Reino, unos en una nación y otros en otra nación.

Y por medio de la predicación del Evangelio, dando a conocer el misterio de la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario, los hijos del Reino escucharían la Voz de Cristo, la Voz de Dios y recibirían a Cristo como Su Salvador, serían bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo y recibirían el Espíritu Santo, y así nacerían de nuevo, nacerían en el Reino de Dios y tendrían el Sello del Dios Vivo, el Espíritu Santo con el cual Cristo sella a todos los creyentes en El para el Día de la Redención, para el día en que El resucitará a los muertos creyentes en El y transformará a los creyentes vivos en El nacidos de nuevo. Todas estas bendiciones las perdió el pueblo hebreo.

Y ahora, el pueblo hebreo como nación no está dentro del Pacto de Dios, aunque piensan que están dentro del Pacto de Dios, pero el pueblo hebreo violó el Pacto de Dios y Dios hizo un Nuevo Pacto por medio de Jesucristo nuestro Salvador.

Y ahora, los hijos del Reino entran al Nuevo Pacto, y son cubiertos con la Sangre del Nuevo Pacto y lavados de todo pecado con la Sangre del Nuevo Pacto.

El pueblo hebreo como nación no ha entrado al Nuevo Pacto y el antiguo pacto ya cesó, aunque ellos no lo han comprendido todavía.

Pero ahora, encontramos que Dios había prometido por medio del Profeta Isaías, por medio del Profeta Jeremías y por medio del Profeta Ezequiel, que Dios establecería con Israel un Nuevo Pacto; eso es un pacto de paz. Por eso Cristo dijo: “Mi paz os dejo, mi paz os doy; no como el mundo la da yo os la doy.”

Para tener esa paz hay que estar dentro del Nuevo Pacto establecido por Jesucristo nuestro Salvador; fuera del Nuevo Pacto no hay paz para ninguna persona, es una paz interior, la cual Cristo coloca en el alma de la persona, y la persona está consciente que sus pecados han sido perdonados y que esa persona ha entrado dentro del Nuevo Pacto y está cubierto con la Sangre del Nuevo Pacto, la Sangre de Jesucristo nuestro Salvador.

Por eso Cristo dijo cuando tomó la última cena, El tomó el pan y dando gracias a Dios lo partió y dio a Sus discípulos y dijo: “Comed, esto es mi Cuerpo que por vosotros es partido.” Y luego tomó la copa de vino y dando gracias a Dios bendiciéndola dijo: “Tomad, esta es mi Sangre (la Sangre del Nuevo Pacto) que por nosotros es derramada. Tomad, haced esto en memoria de mí.”

Un memorial estableció Cristo allí; o sea, de algo que sucedió realmente allí, Cristo estableció un memorial, porque aquel pan representa el Cuerpo de Cristo y aquel vino representa la Sangre de Cristo.

Y siempre que se toma la Santa Cena está siendo representado el Cuerpo de Cristo en el pan y la Sangre de Cristo, la Sangre del Nuevo Pacto en el vino.

Y en el Lavatorio de pies se está representando que nosotros en cada momento que pecamos ante Dios, cometemos algún error o falta, lo confesamos a Cristo y Cristo con Su Sangre nos limpia de todo pecado.

“Si alguno ha pecado, Abogado tenemos para con el Padre: a Jesucristo Su Hijo.” Y también dice: “Si andamos en luz como El está en luz, comunión tenemos los unos con los otros, y la Sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado.” La Sangre de Jesucristo el Hijo de Dios, pues nos limpia de todo pecado (Primera de Juan, capítulo 1, verso 7).

Y ahora, vean ustedes lo que significa el Lavatorio de pies, así como, vean, Cristo decía: “El que está limpio solamente necesita que le sean lavados los pies.”

Y ahora hemos sido limpios por la Sangre de Jesucristo nuestro Salvador cuando El nos limpió de todo pecado, pero en nuestra trayectoria cristiana se nos ensucian los pies. O sea, cuando cometemos algún error, falta o pecado, eso es como se le ensucian los pies a los que se han bañado y van caminando en sandalias (como era en aquellos tiempos), y por los caminos polvorientos se les ensucian los pies. Por eso a la Santa Cena le acompaña también el Lavatorio de pies.

En la Santa Cena damos testimonio que hemos creído en Cristo como nuestro Salvador, hemos lavado nuestros pecados en Su Sangre y hemos sido bautizados en agua en Su Nombre y hemos recibido Su Espíritu Santo, y estamos dentro del Nuevo Pacto, cubiertos con la Sangre del Nuevo Pacto: la Sangre de Jesucristo nuestro Salvador.

Y ahora, encontramos que para Cristo poder llevar a cabo Su Obra de Redención y derramar la Sangre del Nuevo Pacto para establecer el Nuevo Pacto, El tenía que hacer todo esto ¿dónde? En Jerusalén. El tenía que entrar a Jerusalén y ser rechazado, y ser tomado preso, ser juzgado y ser condenado, y ser crucificado y ser sepultado, bajar al infierno en Su cuerpo angelical teofánico, que es llamado el Angel de Jehová, y llevar allá nuestros pecados, y luego de obtener la victoria en contra del diablo allá en la quinta dimensión, en el infierno, en donde El le quitó las llaves del infierno y de la muerte, entonces al tener la llave del infierno y de la muerte resucitar con los santos del Antiguo Testamento.

Resucitó al tercer día, lo cual El había prometido, El dijo: “Destruyan este templo y en tres días lo levantaré.” Eso está en San Juan, capítulo 2, por el verso 19. Muchas personas pensaban que estaba hablando del templo físico allí en Jerusalén, pero sin embargo estaba hablando de Su cuerpo que es el Templo humano de Dios. Y en San Juan, capítulo 2, verso 19:

Respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré.”

Recuerden que ellos le decían: “¿Qué señal nos muestras ya que haces esto?” Y ahora, El les dice que destruyeran ese Templo (el cuerpo físico) y en tres días El lo levantaría.

Vean, por eso es que Jesús también podía decir: “He aquí uno mayor que el templo.” Porque, ¿qué es mayor: un templo de piedra que no puede hablar o un templo humano a través del cual Dios puede hablar?

Y ahora, ese Templo humano podía ir de un lugar a otro y Dios estar en El manifestado en toda Su plenitud y hablar por medio de El y obrar por medio de El.

También Jesús decía: “He aquí uno mayor que Salomón.” Porque Salomón siendo el hijo de David se sentó sobre el Trono de David, pero luego murió y ya luego de su muerte ya no estaba sentado sobre el Trono de David; pero Jesucristo siendo el Hijo de David, se sentará en el Trono de David por el Milenio y para toda la eternidad.

Y ahora, Cristo por cuanto es el heredero al Trono de David, tenía que nacer por medio de una mujer virgen descendiente del Rey David.

Y ahora, encontramos que el Trono de David es el Trono más importante que hubo, hay y habrá en la Tierra, aunque en la actualidad no hay nadie sentado en el Trono de David como rey, pero ese sigue siendo el Trono más importante de todos los tronos que han habido en la Tierra.

Y ahora, vamos a ver porqué es tan importante ese Trono de David. En Primera de Crónicas, capítulo 29, versos 22 al 23, dice:

Y comieron y bebieron delante de Jehová aquel día con gran gozo; y dieron por segunda vez la investidura del reino a Salomón hijo de David, y ante Jehová le ungieron por príncipe, y a Sadoc por sacerdote.

Y se sentó Salomón por rey en el trono de Jehová en lugar de David su padre, y fue prosperado; y le obedeció todo Israel.”

En este pasaje podemos ver porqué el Trono de David es el Trono más importante de este planeta Tierra, y por consiguiente ese Reino es el más importante de todos los reinos de este planeta Tierra: es porque el Trono de David es el Trono terrenal de Dios.

En el capítulo 28, verso 5, también nos habla acerca de este Trono, dice... dice el rey David en el capítulo 28, verso 3 en adelante, dice:

Mas Dios me dijo: Tú no edificarás casa a mi nombre, porque eres hombre de guerra, y has derramado mucha sangre.

Pero Jehová el Dios de Israel me eligió de toda la casa de mi padre, para que perpetuamente fuese rey sobre Israel; porque a Judá escogió por caudillo, y de la casa de Judá a la familia de mi padre; y de entre los hijos de mi padre se agradó de mí para ponerme por rey sobre todo Israel.

Y de entre todos mis hijos (porque Jehová me ha dado muchos hijos), eligió a mi hijo Salomón para que se siente en el trono del reino de Jehová sobre Israel.”

El Reino de Dios, de Jehová sobre Israel, vean, es administrado desde el Trono de David, porque el Trono de David es el Trono de Dios en la Tierra, donde Dios sentó a David y luego fue sentado el rey Salomón. Ese es el Trono al cual Jesucristo es heredero.

Conforme a las palabras del Arcángel Gabriel (y el Arcángel Gabriel es el Arcángel Profeta de la sexta dimensión), vean aquí en el capítulo 1, versos 31 en adelante de San Lucas, capítulo 1, verso 31 en adelante de San Lucas, dice el Arcángel Gabriel a la virgen María:

Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús.

Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre;

y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.”

Aquí el Arcángel Gabriel da a conocer quién es el que se sentará sobre el Trono de David y reinará para siempre sobre ese Trono. Ese es el Trono del cual Cristo habla en Apocalipsis, capítulo 3, verso 21 cuando dice el mismo Cristo, y es una promesa de Jesucristo, capítulo 3, verso 21:

Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.”

En la misma forma en que Jesucristo se sentó con el Padre Celestial en el Trono Celestial, ahora Cristo promete al Vencedor sentarlo con El en Su Trono terrenal, que es el Trono de David.

En Su Primera Venida en algunas ocasiones trataron de tomar a Cristo y proclamarlo Rey y coronarlo para que se sentara sobre el Trono de David, pero Cristo evadió esos momentos; eso fue cuando El multiplicó los panes y los peces.

Pero ahora, cuando entra victorioso a Jerusalén, vean, todo el pueblo pensó que había llegado el momento en que Jesucristo se sentaría sobre el Trono de David, por eso proclaman: “¡Hosanna al Hijo de David!” Y proclaman a Jesús como el Hijo de David y como el que se sentará en el Trono de David, lo proclaman como Rey de Israel (el pueblo). Vean:

¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!” (San Mateo, capítulo 21, verso 9).

Y en San Marcos también lo proclaman el Hijo de David, y dicen en el capítulo 11, verso 9:

Y los que iban delante y los que venían detrás daban voces, diciendo: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!

¡Bendito el reino de nuestro padre David que viene! ¡Hosanna en las alturas!”

Y ahora, todos esperaban que el Reino de David fuese restaurado en medio del pueblo hebreo. Ellos esperaban la restauración del Reino de David en medio de Israel, y ellos esperaban que Jesucristo se sentara como Rey en el Trono de David. También en el capítulo 19, verso 37 en adelante, dice:

Cuando llegaban ya cerca de la bajada del monte de los Olivos, toda la multitud de los discípulos, gozándose, comenzó a alabar a Dios a grandes voces por todas las maravillas que habían visto,

diciendo: ¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor; paz en el cielo, y gloria en las alturas!”

Y allí estaba el Mesías entrando a Jerusalén y siendo identificado como el Rey de Israel, y como - por consiguiente y como el Hijo de David; y todo el pueblo estaba gozándose, todos los que iban con el estaban gozándose, pero cuando ven todo esto los fariseos y saduceos se enojaron, esos no se gozaron.

Vean, no toda persona se goza cuando Dios cumple lo que El ha prometido, y en cuanto a la Primera Venida del Mesías no todo el mundo estuvo contento con la Primera Venida del Mesías.

Para los fariseos y los saduceos, la Primera Venida del Mesías no fue reconocida como la Primera Venida del Mesías, y fue rechazada Su Venida, y fue tildado de un hombre que formaba sediciones, formaba problemas y fue tildado de un hombre que tenía demonios, un hombre loco, y así por el estilo, y que echaba fuera los demonios por el dedo de Beelzebú y todas esas cosas.

Vean, para los fariseos y saduceos, para la religión hebrea, la cual era dirigida por el concilio del sanedrín, el concilio de la religión hebrea, la cual o el cual estaba compuesto por setenta hombres sabios y encabezada por el sumo sacerdote que era el número 71, para ellos la aparición de Jesús en la escena en medio del pueblo hebreo, fue una interrupción para la religión hebrea, pero sin embargo era lo que Dios había prometido para ese tiempo.

Y no importa cuanto interrumpa, lo que Dios ha prometido El lo cumple, y con el cumplimiento de lo que El prometió Dios lleva a cabo la Obra correspondiente a ese tiempo.

Siempre habrá algunos que no entenderán y que se levantarán en contra de lo que Dios está cumpliendo de acuerdo a como El había prometido, pero también están los que tendrán sus ojos espirituales abiertos y glorificarán a Dios como lo hicieron todos estos que iban con Jesús y que estaban proclamando: “¡Hosanna al rey que viene en el nombre del Señor! ¡Bendito el Reino de David que viene! ¡Hosanna al Hijo de David!”

Todas estas cosas proclamaban los creyentes en Cristo, los cuales eran tildados de fanáticos seguidores de un hombre, pero ese hombre era el cumplimiento de lo que Dios había prometido para ese tiempo, era la Palabra prometida siendo vindicada, siendo cumplida en carne humana en la persona de Jesús de Nazaret.

Ahora, para Jesucristo tomar el Reino (el Reino de David) y sentarse en el Trono de David y reinar, El tenía que llevar a cabo la Obra de Redención, El tenía que quitar el pecado del mundo, y para eso tenía que morir como Cordero de Dios.

Por lo tanto, aunque El tenía que cumplir Zacarías, capítulo 9, verso 9, entrar a Jerusalén en un asnillo o un burrito hijo de asna, un pollino hijo de asna, El sabía que iba a ser rechazado, que iba a ser tomado preso luego, que iba a ser juzgado, iba a ser condenado a la muerte e iba a ser crucificado, pero también El sabía que iba a resucitar al tercer día; o sea, que El conocía todo el Programa de Dios.

Sus discípulos no comprendían todo el Programa de Dios, las Escrituras para ellos estaban cerradas, selladas y su entendimiento también estaba cerrado, no podían comprender ellos todas las cosas por las cuales tenía que pasar el Mesías, y mucho menos los saduceos y los fariseos, y mucho menos el concilio del sanedrín y el sumo sacerdote. Todo lo que estaba sucediendo para ellos era algo inconcebible, pero sin embargo era el cumplimiento de la Escritura, de la profecía Mesiánica para aquel tiempo.

Ahora, siendo que hay una Jerusalén Celestial y una terrenal: la terrenal lo rechazó en Su Primera Venida, la Celestial, que es la Iglesia del Señor Jesucristo lo ha recibido como su Salvador.

Y para el Día Postrero en la Segunda Venida de Cristo, la Jerusalén Celestial es la primera que lo recibe, y luego el Israel terrenal se dará cuenta de la Venida del Señor en el tiempo final. O sea, que el pueblo hebreo perdió la Primera Venida de Cristo, pero va a ver la Segunda Venida de Cristo.

Ahora, la Primera Venida de Cristo fue en medio del Israel terrenal, la Segunda Venida de Cristo está prometida para el Israel Celestial, y luego el Israel terrenal la verá siendo cumplida en medio del Israel Celestial.

Y ahora, para comprender este misterio vamos a ver algunos lugares importantes donde Dios nos da luz acerca de este misterio tan grande correspondiente a este tiempo final.

Dice el Rvdo. William Branham, hablándonos acerca de lo que estaba sucediendo en este tiempo final, algo muy importante.

Recuerden que la Primera Venida de Cristo fue cuando la Iglesia hebrea bajo la Ley, o sea, el pueblo hebreo bajo la ley, la Iglesia de los siervos bajo la Ley estaba en su séptima etapa y tenía como Mensajero a Juan el Bautista, el cual fue el que le preparó el camino al Señor, fue el precursor de la Primera Venida de Cristo, el cual estuvo anunciando que después de él vendría uno del cual él no era digno de desatar la correa de su calzado, y dijo: “El les bautizará con Espíritu Santo y Fuego.”

Y cuando bautizó a Jesús, vio al Espíritu Santo descender en forma de paloma sobre Jesús y permanecer sobre El, y luego Juan decía: “Este es aquél del cual yo dije que vendría después de mí, El es primero que yo.” Pero vean, vino después de Juan y nació también después de Juan el Bautista.

Juan el Bautista era como seis meses mayor que Jesús, y también Juan decía: “El cual es más poderoso que yo, yo les bautizo con bautismo de arrepentimiento en agua, pero el que viene después de mí les bautizará con Espíritu Santo y Fuego.”

Ahora, ¿para quiénes era la promesa del bautismo del Espíritu Santo y fuego? Para los creyentes en el que vendría después de Juan el Bautista. Por eso Jesús podía decir: “Si alguno tiene sed venga a mí y beba.” También decía: “El que cree en mí como dice la Escritura, ríos de agua viva correrán de su vientre (o por su vientre).” Y esto decía hablando acerca del Espíritu que habían de recibir los creyentes en El.

De eso es que nos habla San Juan, capítulo 7, versos 37 al 39. El agua que Cristo está ofreciendo aquí es el bautismo del Espíritu Santo, pero por cuanto todavía El estaba en la Tierra en carne humana, todavía El no podía dar el Espíritu Santo a los creyentes en El. Por lo tanto los creyentes en Cristo que estuvieron con El en Su ministerio terrenal no habían recibido el Espíritu Santo y por consiguiente no habían nacido de nuevo.

Ahora, vean este bautismo del Espíritu Santo es el agua que Cristo promete para los creyentes en El, es el agua que salta para Vida eterna; porque el que recibe el Espíritu Santo ha quedado sellado con el Espíritu de Dios y por consiguiente ha quedado sellado para el día de la Redención, tiene las arras del espíritu, las arras de nuestra herencia, y ha obtenido el nuevo nacimiento y tiene un cuerpo angelical de la sexta dimensión; y para el Día Postrero, para este tiempo final, recibirán la plenitud, lo cual es el nuevo cuerpo eterno, inmortal, incorruptible y glorificado, y los que han partido serán resucitados en cuerpos eternos y tendrán también un cuerpo glorificado, y así todos tendremos la doble porción: la primera porción es el cuerpo angelical teofánico y la segunda porción es el cuerpo físico glorificado.

Y ahora, la primera porción Cristo hace posible que pueda ser recibida por los creyentes en El viniendo Cristo en Su Primera Venida y llevando a cabo Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario, y en Su Segunda Venida hará posible que todos los creyentes en El reciban el cuerpo físico, eterno, inmortal y glorificado.

Ahora, cuando Cristo entró a Jerusalén como Rey y Sus discípulos con El proclamándolo el Hijo de David, el Rey que venía en el Nombre del Señor, todo esto está sucediendo bajo la lluvia temprana, la lluvia temprana de la enseñanza de la Primera Venida de Cristo.

Y luego durante la Dispensación de la Gracia toda esa lluvia temprana de la enseñanza de la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención, estaría cayendo sobre la humanidad, para que así pudiera recibir a Cristo como su Salvador, lavar sus pecados en la Sangre de Cristo (los creyentes en Cristo que lo recibirían), ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo y recibir el Espíritu Santo, y así obtener el nuevo nacimiento y obtener el cuerpo angelical.

Todo esto es bajo la lluvia temprana de la enseñanza de la Primera Venida de Cristo, de la enseñanza del Evangelio de la Gracia.

La predicación del Evangelio de la Gracia es la lluvia temprana cayendo sobre los seres humanos; y esta lluvia temprana comenzó a caer ¿dónde? En medio del pueblo hebreo, allá en Jerusalén comenzó a caer el Día de Pentecostés.

Pero vean, ya en los días de Jesús se estaba viviendo en el tiempo de la lluvia temprana, y todo estaba allí preparado para luego ser proclamado, ser dado a conocer en Jerusalén, en toda Judea, en todo el territorio de Israel y en todas las naciones, para obtener la primera parte del Programa de Redención, para obtener la primera parte que es el nuevo nacimiento, en donde obtenemos el Espíritu Santo y obtenemos el cuerpo angelical. Y luego la segunda parte que es el cuerpo glorificado, lo obtendremos con la Segunda Venida de Cristo.

Por eso es que nos dice San Pablo en Filipenses, capítulo 3, verso 20:

Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;

el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.”

Vean, la Iglesia del Señor Jesucristo ha estado esperando la Venida del Señor para ser transformados en este tiempo final.

Así como la Primera Venida de Cristo fue cumplida en medio del Israel terrenal y tuvo Su entrada triunfal a la Jerusalén terrenal, la Segunda Venida de Cristo está prometida para ser cumplida en medio del Israel Celestial, que es la Iglesia del Señor Jesucristo, para tener Su entrada triunfal en la edad más importante, que es la Edad de la Piedra Angular.

Es ahí donde la Segunda Venida de Cristo tiene que ser cumplida, como fue cumplida la Primera Venida de Cristo en la Edad de la Piedra Angular allá del tiempo de Jesús.

Siendo que Cristo es la Piedra Angular, pues tiene que venir ¿en dónde? En una edad de Piedra Angular, y en donde habrá un Mensaje de Piedra Angular, porque un Mensaje de Piedra Angular gira alrededor de la Piedra Angular, que es Jesucristo nuestro Salvador.

Ahora, se ha estado llevando a cabo en el Programa Divino, en la Dispensación de la Gracia la recolección o recogimiento de todos los hijos e hijas de Dios.

Conforme a San Juan, capítulo 11, verso 51 al 53, vean, Caifás profetizó, habló acerca de que convenía que un hombre muriera por todos y que no toda la nación se perdiera. Ahora, “esto no lo dijo de sí mismo,” dice la Escritura, sino que porque era el sumo sacerdote de aquel año profetizó, sin darse cuenta que estaba profetizando.

Dice, verso 49 en adelante, para que tengan el cuadro claro, aún antes tenemos que leer, dice, 47, verso 47 del capítulo 11 de San Juan:

Entonces los principales sacerdotes y los fariseos reunieron el concilio, y dijeron: ¿Qué haremos? Porque este hombre hace muchas señales.

Si le dejamos así, todos creerán en él; y vendrán los romanos, y destruirán nuestro lugar santo y nuestra nación.

Entonces Caifás, uno de ellos, sumo sacerdote aquel año, les dijo: Vosotros no sabéis nada;

ni pensáis que nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca.

Esto no lo dijo por sí mismo, sino que como era el sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación;

y no solamente por la nación, sino también para congregar en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos.”

Vean, no solamente murió por la nación hebrea, sino por todos los hijos de Dios que estaban dispersos para congregarlos en uno.

Y ahora, todos los hijos de Dios, los cuales físicamente nacen en cuerpos de carne en diferentes naciones, por medio de la predicación del Evangelio que gira alrededor de la Primera Venida de Cristo, son llamados y juntados en uno: en el Cuerpo Místico de Cristo, porque al ser juntados en el Cuerpo Místico de Cristo, al nacer de nuevo, nacen en la Iglesia de Jesucristo el Cuerpo Místico de Cristo, y el Cuerpo Místico de Cristo es Cristo en forma de Su Iglesia.

Es la Iglesia como la esposa para el esposo; por eso la Iglesia de Jesucristo es la Iglesia Novia de Jesucristo, en lo espiritual es Su esposa y está teniendo hijos e hijas por medio de Su Iglesia en la parte física, para tener hijos físicamente eternos, con cuerpos eternos por creación divina. Eso está para ser cumplido en este tiempo final.

Ahora, está teniendo hijos e hijas en el campo espiritual, los cuales nacen de nuevo y obtienen un cuerpo angelical de la sexta dimensión. La sexta dimensión es la dimensión llamada: “El Paraíso.” Y ya cuando la persona nace de nuevo ya tiene Vida eterna, ya fue restaurado a la Vida eterna.

Jesucristo nuestro Salvador, vean, ha estado restaurando a la Vida eterna todos los hijos e hijas de Dios que estaban dispersos por todos los lugares.

Ahora, todos estos problemas que han surgido en medio de la raza humana, fue por causa de la caída del ser humano en el Huerto del Edén.

El primer hijo que Adán y Eva tenían que tener era a Jesucristo, y luego por medio de Jesucristo vendrían todos los hijos e hijas de Dios a existencia en cuerpos eternos, inmortales y glorificados; pero por cuanto el ser humano pecó en el Huerto del Edén, encontramos que no pudieron venir los hijos e hijas de Dios como descendientes de Adán con Vida eterna, sino que ha habido un lapso de tiempo desde Adán hasta Jesús.

Pero ahora, por cuanto Jesucristo es el Segundo Adán, ahora han estado viniendo los hijos e hijas de Dios a Vida eterna.

Ahora, los hijos e hijas de Dios han estado dispersos viniendo en cuerpos mortales, corruptibles y temporales en diferentes naciones; pero al recibir a Cristo como nuestro Salvador por medio de la enseñanza del Evangelio, que es la lluvia temprana, encontramos que nacen en el Reino de Dios, en el Reino de Cristo con Vida eterna; y todo esto va ocurriendo en el campo espiritual, que es invisible para la vista humana; pero vean, obtenemos un cuerpo angelical de la sexta dimensión. Por eso era necesario nacer de nuevo, dijo Cristo a Nicodemo.

Y ahora, en el Programa de Cristo, encontramos que el que fuera rechazado en Jerusalén obró para bien, porque todas las cosas obran para bien.

Ahora, no vamos a criticar al pueblo hebreo, aunque estaban realmente ciegos, y sus líderes religiosos fueron los que más ciegos estaban y trataron de desanimar al pueblo; y el mismo pueblo que decía: “¡Hosanna al Hijo de David,” luego fueron también los que fueron incitados por los líderes religiosos para que dijeran: “¡Crucifícale!” cuando pidieron los líderes religiosos que Jesús fuera crucificado.

Luego de ser rechazado Jesucristo por el pueblo hebreo como Rey, ha surgido un intervalo de alrededor de dos mil años, que es una fecha donde el pueblo hebreo se encuentra sin templo, sin sacrificio; y durante esos dos mil años aproximadamente ha estado sufriendo grandes calamidades, grandes persecuciones hasta la muerte, a tal grado que durante el tiempo de la inquisición y también de Hitler, el pueblo hebreo por poco perece totalmente.

Pero por cuanto Dios ha hecho promesa para el pueblo hebreo, El tenía que proteger al pueblo hebreo en cierta forma, para que quedara simiente del pueblo hebreo para este tiempo final.

En esta brecha o intervalo de alrededor de dos mil años, cerca de dos mil años de la crucifixión de Cristo hacia acá, donde se detuvo la semana número setenta en la mitad, encontramos que entre los primeros tres años y medio y los segundos tres años y medio de la semana número setenta, Dios ha estado tratando con Su Iglesia y ha estado entre los gentiles llamando un pueblo para Su Nombre.

Ahora, no ha estado tratando con los gentiles como nación, ha estado tratando con individuos de entre los gentiles y también del pueblo hebreo. Dios no ha estado tratando con ninguna nación como nación durante esta brecha o intervalo de cerca de dos mil años bajo la Dispensación de la Gracia.

El trato de Dios con el pueblo hebreo se detuvo cuando ellos pidieron la muerte de Cristo y Cristo fue crucificado, ahí se detuvo la semana número setenta; y los otros tres años y medio de esa semana número setenta corresponden al tiempo de la gran tribulación, donde Dios volverá a tratar con el pueblo hebreo y le va a confirmar el pacto al pueblo hebreo.

No le va a confirmar el pacto antiguo sino el Nuevo Pacto, y los va a colocar dentro del Nuevo Pacto, ciento cuarenta y cuatro mil hebreos van a ser llamados, juntados y sellados con el Sello del Dios Vivo por el Angel que viene con el Sello del Dios Vivo, y van a ser colocados dentro del Nuevo Pacto y sus pecados van a ser perdonados.

Eso es de lo cual nos habla San Pablo en Romanos, capítulo 11, versos 25 al 28. Pero tiene Dios que completar Su Iglesia primero, y luego es que Cristo se levantará del Trono del Padre y llevará a cabo Su Obra de Reclamo, como Rey de reyes y Señor de señores y Juez de toda la Tierra.

En esa Obra de Reclamo es que El reclamará todos los que El ha redimido con Su Sangre preciosa, y todo lo que El ha redimido con Su Sangre preciosa está escrito en el Libro de los Siete Sellos, que es el Libro de la Vida del Cordero.

El Libro de la Vida del Cordero, que es el Libro de los Siete Sellos, encontramos que corresponde al Nuevo Testamento, ahí están escritos los nombres de todos los escogidos de Dios, de todos los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo. Por eso cuando Adán pecó le fue quitado ese Título de Propiedad, el Libro de los Sellos, que contiene los nombres de todos los hijos e hijas de Dios.

Por lo tanto Adán ya no podría traer a existencia los hijos e hijas de Dios, le fue quitado el Título de Propiedad y por consiguiente el privilegio de traer a esta Tierra los hijos e hijas de Dios.

Ese privilegio es el que tiene el Segundo Adán: Jesucristo nuestro Salvador. Por eso es que El está creando una Nueva Raza, y esa Nueva Raza está compuesta por todos los que tienen sus nombres escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, que es el Libro de los Siete Sellos de Apocalipsis, capítulo 5 y capítulo 6, y capítulo 8 y capítulo 10. Ahí están los nombres de todas las personas que estarían dentro del Nuevo Pacto, del Pacto Eterno, cubiertos con la Sangre del Pacto Eterno, la Sangre de Jesucristo nuestro Salvador.

Siendo que es un Pacto en donde los que entran tienen Vida eterna, es el pacto donde vivirán todos los hijos de Dios con Vida eterna. Bajo ese pacto viviremos con Vida eterna, bajo ese pacto recibimos el nuevo nacimiento y recibimos el cuerpo angelical, y bajo ese pacto recibimos el cuerpo físico y glorificado en el Día Postrero.

Cuando Cristo complete Su Iglesia, entonces se tornará a llevar a cabo la Obra de Reclamo, para darnos el cuerpo físico glorificado.

¿Y quiénes serán los que recibirán ese cuerpo físico y glorificado? Pues todos nosotros, todas las personas escritas en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, que es el Libro de los Siete Sellos.

Y ahora, vean ustedes porqué luego del ser humano pecar entonces no vinieron los hijos de Dios a existencia sino los siervos de Dios, en quienes fue tipificado el pueblo de los hijos de Dios, en donde fueron tipificados los que están escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, los que están escritos en el Libro de los Siete Sellos.

El Libro de los Siete Sellos corresponde al Nuevo Pacto, al Pacto que Cristo establece, y quedan cubiertos con la Sangre del Nuevo Pacto, la Sangre de Jesucristo nuestro Salvador. Por eso cuando Cristo toma ese Libro en el capítulo 5, está Cristo como un Cordero como ensangrentado; está ensangrentado ¿por qué? Porque estaba terminando de llevar a cabo Su Obra de Intercesión por los últimos escogidos de Dios.

Y ahora, en el capítulo 5 encontramos que se pide que una persona se presente y tome el Libro de la diestra del que está sentado en el Trono, y no aparece ningún hombre para tomar ese Libro, y Juan estaba llorando mucho porque había llegado el tiempo para que ese Libro fuera tomado, fuera abierto y fuera restaurado a la raza humana, para que pudieran entrar a Vida eterna todos los escritos en ese Libro de los Siete Sellos, que es el Libro de la Vida del Cordero.

Ahora, ¿dónde estaba Jesucristo que no se aparecía para tomar el Libro? Estaba todavía haciendo intercesión con Su Sangre como Sumo Sacerdote, estaba haciendo intercesión con Su propia Sangre por los últimos escogidos de Dios.

Ese clamor o llamado puede haber ya surgido en el Cielo o puede estar cerca de surgir, pero es posible que haya surgido desde hace muchos años, puede haber surgido ese clamor o esa Voz pidiendo que alguien se presente, puede haber surgido en el 63 o en el 74 o algún año de esos, o puede estar por surgir.

Ahora, ¿por qué no se presentaba? Porque tenían que entrar los últimos escogidos de Dios, y donde entran los últimos escogidos de Dios, vean, de edad en edad han entrado los escogidos de Dios de cada edad cuando Dios ha enviado al Mensajero de cada edad, y se ha identificado con ese Mensajero y le ha dado la revelación divina correspondiente a esa edad.

Ese Mensajero ha captado esa revelación divina porque ese Mensajero es una de las lámparas que están delante de Dios en el capítulo 4 de Apocalipsis, capítulo 4, verso 5 al 6, y en el capítulo 5, verso 6.

Las siete lámparas son los siete Angeles Mensajeros en las siete edades de la Iglesia y son también los siete espíritus de Dios que recorren toda la Tierra, los cuales son los siete ojos en los siete cuernos del Cordero. Los siete cuernos son las siete edades y los siete ojos son los siete Angeles Mensajeros.

Y ahora, cuando envía Dios cada Mensajero con el Mensaje de cada edad, ese Mensajero proclama ese Mensaje, y son llamados y juntados los escogidos de Dios en esa etapa o edad de la Iglesia. Pero luego de la séptima edad y del séptimo Angel Mensajero tenían que ser llamados y juntados los escogidos del Día Postrero en la Edad de la Piedra Angular, para lo cual Cristo tiene que enviar un Mensajero del cual dice:

Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”

Y con ese Mensaje con el cual él viene dando testimonio y dando a conocer todas las cosas que han de suceder pronto, son llamados y juntados los escogidos de Dios; y bajo el ministerio de ese Mensajero cae sobre la Iglesia de Jesucristo en la Edad de la Piedra Angular la lluvia temprana y tardía, la lluvia de la enseñanza temprana de la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario, y la lluvia tardía de la Segunda Venida de Cristo y Su Obra de Reclamo, en donde es mostrado el misterio de la Segunda Venida de Cristo.

O sea, que la Iglesia del Señor Jesucristo en la única etapa en donde tendrían las dos lluvias de enseñanzas, sería en la Edad de la Piedra Angular: la enseñanza de la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario, y la enseñanza de la Segunda Venida de Cristo y Su Obra de Reclamo.

Y ahora, encontramos que por causa de cada uno de ustedes y también por mi causa, es que Cristo tenía que detenerse en el lugar de intercesión hasta completar Su Iglesia en la etapa de la Edad de la Piedra Angular; El no está completando ninguna edad pasada, ya esas edades fueron completadas. El esta completando Su Iglesia en la etapa de la Edad de la Piedra Angular.

Ninguna persona podrá ser transformada en el Día Postrero, excepto los que estarán en la etapa de la Edad de la Piedra Angular; y aunque esto parezca algo muy dogmático para algunas personas, esto es así y no se le puede ni quitar ni añadir; al igual que ninguna persona que no entrara a la Dispensación de la Gracia podía recibir el bautismo del Espíritu Santo, ninguna persona que no recibiera a Cristo como su Salvador y creyera en Jesucristo al escuchar el Evangelio, que es la lluvia temprana, no podía recibir el Espíritu Santo.

Vean, la muestra está en los discípulos de Juan el Bautista, aunque Juan el Bautista era el Profeta Mensajero precursor de la Primera Venida de Cristo, los discípulos de Juan el Bautista no pudieron recibir el bautismo del Espíritu Santo, excepto los que siguieron a Jesucristo.

Los que luego de seguir a Juan siguieron a Cristo y creyeron en Cristo, fueron los que pudieron recibir el bautismo del Espíritu Santo. Juan el Bautista lo dijo claro: “Yo les bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene después de mí les bautizará con Espíritu Santo y Fuego.”

Y para este tiempo final solamente los que tendrán la revelación de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo, serán los que serán transformados, porque esos serán los que tendrán la fe, la revelación para ser transformados en el Día Postrero y obtener el cuerpo glorificado, el cuerpo glorificado y eterno, e ir con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero en el arrebatamiento de la Iglesia del Señor Jesucristo.

Y ahora, podemos ver que la Segunda Venida de Cristo será la solución para la Iglesia de Jesucristo, para poder obtener la inmortalidad física y poder ir con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

Y ahora, para este tiempo final en la Iglesia de Jesucristo, Cristo va a cambiar de Sumo Sacerdote, de Intercesor y de Cordero a Rey y Juez de toda la Tierra, va a cambiar de Cordero a León, va a cambiar de Sumo Sacerdote a Rey y a Juez de toda la Tierra.

Y eso va a ser ¿dónde? En Su Iglesia en la Edad de la Piedra Angular, lo va a manifestar ahí; aunque en el Cielo es que se realiza, pero luego lo reflejará, lo manifestará en Su Iglesia en este tiempo final en el cumplimiento de Su Segunda Venida.

En el cumplimiento de Su Segunda Venida El vendrá como Rey de reyes y Señor de señores, y viene con un Nombre que nadie entiende sino El mismo, y viene con un Nombre escrito en Su muslo y en Su vestidura, que es: “Rey de reyes y Señor de señores.” Por lo tanto viene con el Nombre para sentarse en el Trono de David, viene con un Nombre Nuevo que nadie entiende; pero lo va a escribir sobre el vencedor.

Ahora, encontramos que para la entrada de Cristo en Su Iglesia en el Día Postrero en una edad importante, que es la Edad de la Piedra Angular, la más importante de todas, vean lo que dice el Rvdo. William Branham en el mensaje: “¿Cuál es la atracción en el Monte?” página 22 y página 23 en español, en el mensaje: “¿Cuál es la atracción en el Monte?” en español, página 22 y 23, dice:

¡Oh, solo miren a las Escrituras! El Hijo del Hombre, Jesucristo el mismo ayer, hoy y por siempre, brotó de las denominaciones pasadas, brotó en la cúspide del árbol (la cúspide del Arbol Novia es la Edad de la Piedra Angular). ¿Qué dijo El en San Juan, capítulo 15? Todo pámpano que en mí no lleva fruto, será cortado y echado al fuego y quemado. Pero todo pámpano que lleve fruto será limpiado para que lleve más fruto.

OH, EN LOS ÚLTIMOS DÍAS HABRÁ UNA REAL LLUVIA TEMPRANA Y TARDÍA SOBRE ESE PEQUEÑO GRUPO QUE VIENE CON EL.”

Así como hubo un grupo pequeño que vino con El en Su entrada triunfal a Jerusalén, en este tiempo final habrá un grupo pequeño que viene con El en Su entrada triunfal.

Ahora, todo eso sucedió en la etapa de la Edad de la Piedra Angular allá en Su Primera Venida, por lo tanto tiene que ser en la etapa de la Edad de la Piedra Angular en este tiempo final.

Ellos allá tenían la lluvia temprana, tenían la enseñanza de la Primera Venida de Cristo, Cristo se estaba identificando como el cumplimiento de la Venida del Mesías, y Sus discípulos también daban a conocer que Jesucristo era el Mesías.

Ahora, el grupo del Día Postrero vendrá con una real lluvia temprana y tardía, con algo real: con el Evangelio de la Gracia verdadero y con el Evangelio del Reino verdadero.

El Evangelio de la Gracia gira alrededor de la Primera Venida de Cristo como el Cordero de Dios, quitando el pecado del mundo en la Cruz del Calvario, muriendo, siendo sepultado, descendiendo al infierno y llevando allá nuestros pecados y dejándolos allá, y quitando las llaves del infierno y de la muerte al diablo y resucitando al tercer día, y luego ascendiendo al Cielo, presentándose ante Dios, siendo aceptado y después descendió y estuvo con Sus discípulos 40 días apareciendo en diferentes ocasiones, y luego ascendió después de 40 días al Cielo y permanece en el Cielo, se sentó a la diestra de Dios en el Cielo.

Y ahora, para este tiempo final así como hubo un grupo que era pequeño comparado con el resto del pueblo hebreo, comparado con el resto del cristianismo y comparado con el resto de las edades pasadas, habrá un grupo en este tiempo final en la etapa correspondiente a la Edad de la Piedra Angular, que es la cúspide del Arbol Novia, este es el grupo que viene con El en este tiempo final, ese grupo es el que tiene la lluvia temprana de la predicación del Evangelio de la Gracia, y tiene la lluvia tardía, la predicación de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo.

Este es el grupo que viene con ambas lluvias en este tiempo final, este es el grupo que en este tiempo final estará viendo y recibiendo a Cristo en Su Segunda Venida, este es el grupo por el cual Cristo ha permanecido en el lugar de intercesión.

Aunque el llamado de una persona levantarse y tomar el Libro de los Siete Sellos que está en la diestra de Dios, aunque ese llamado haya surgido Cristo ha permanecido en el lugar de intercesión haciendo intercesión por todos los escritos en el Libro de la Vida del Cordero, en ese Libro de los Sellos, hasta que entre hasta el último escrito en ese Libro de los Sellos.

Así que hasta que haya entrado el último al Cuerpo Místico de Cristo, ya sea que todavía no haya escuchado la predicación del Mensaje del Día Postrero, no haya escuchado la predicación de ambas lluvias: la lluvia temprana y la lluvia tardía, o que esté ya con el grupo pero que todavía no haya nacido de nuevo.

Ahora, no se puede perder ni uno de los que están escritos ahí en este Libro de los Siete Sellos, que es el Libro de la Vida del Cordero, ninguno puede ser borrado de ese Libro, ninguno se puede perder; por lo tanto, El tiene que permanecer hasta que entre al Cuerpo Místico de Cristo hasta el último escogido de Dios, hasta que nazca en el Cuerpo Místico de Cristo, hasta que obtenga el nuevo nacimiento.

Y ahora, podemos ver porqué es que aunque en diferentes edades se ha predicado que la Segunda Venida de Cristo está cerca, vean, en las diferentes edades no se ha cumplido porque esa es una promesa para ser cumplida en la Edad de la Piedra Angular, cuando Cristo termine de llamar y juntar Sus escogidos en Su Cuerpo Místico de creyentes.

Y ahora, Cristo en Espíritu Santo ha estado en Su Iglesia de edad en edad manifestándose y llamando y juntando a Sus escogidos, y durante las siete edades ya lo hizo y continúa haciéndolo en este tiempo final; y Cristo en Espíritu Santo en este tiempo final está llamando y juntando a Sus escogidos con Gran Voz de Trompeta, con un Mensaje dispensacional. Por lo tanto ambas lluvias caen a la misma vez sobre el grupo de la Edad de la Piedra Angular, sobre el grupo que viene con El en el Día Postrero.

Y ahora, ¿cuál es y dónde está ese grupo? Aquí estamos en este Día Postrero en la etapa de la Edad de la Piedra Angular. Y nosotros hemos recibido a Cristo, nuestro Salvador, como nuestro Rey, El es nuestro gobernante, El rige, gobierna nuestras vidas, y El está sentado en el Trono de nuestra alma, de nuestro corazón, gobernando nuestras vidas, y El está sentado en el Trono del Padre gobernando el Universo completo.

Y ahora, Cristo fue recibido en el Cielo cuando ascendió al Cielo, y con El ascendieron los santos del Antiguo Testamento, y ascendió al Cielo el Rey de gloria: nuestro amado Señor Jesucristo se sentó en el Trono de Dios. Pero todavía falta que el pueblo hebreo lo reciba como Rey, para sentarse en el Trono de David, lo cual va a suceder muy pronto.

En este mismo siglo XXI se cumplirá todo ese Programa. Ahora, no sabemos en qué año, pero es para el Día Postrero y para el primer siglo, y ya el primer siglo comenzó y estamos en el segundo año del primer siglo del Séptimo Milenio de Adán hacia acá o Tercer Milenio de Cristo hacia acá.

Ahora, Cristo tenía que redimir, por lo tanto para redimir tenía que morir, porque solamente se puede redimir con sangre, y si El es el Redentor tenía derramar Su Sangre para poder redimir al ser humano, redimir a todos los hijos e hijas de Dios.

Juan dijo: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.” Y si es el Cordero de Dios, pues tenía que morir como Cordero de Dios para quitar nuestros pecados; por eso fue rechazado por el pueblo hebreo, y gracias a Dios que lo rechazaron.

Si lo llegan a recibir hubieran tenido un reino de mortales, pero por cuanto lo rechazaron ahora en Su Segunda Venida El va a tener un Reino de inmortales: hijos e hijas de Dios en cuerpos eternos y glorificados, inmortales para con Cristo todos reinar por el milenio y por toda la eternidad.

Ahora, hemos visto que hubo gran gozo cuando Jesús entró a Jerusalén como Rey en Su entrada triunfal, hubo gozo en los que le seguían, en los creyentes en El.

Y para este tiempo final en la Iglesia de Jesucristo habrá gozo con la Venida de Jesucristo, el Rey de los Cielos y de la Tierra, el Rey de Israel, y el Rey de todo ser humano que vive en el planeta Tierra.

Y este grupo que viene con El en el Día Postrero estará clamando como clamó aquel grupo que vino con El en Su Primera Venida. Ellos tenían la lluvia temprana, pero el grupo del Día Postrero tendrá la lluvia temprana y también la lluvia tardía: la lluvia de la enseñanza de la Primera Venida de Cristo y la lluvia de la enseñanza de la Segunda Venida de Cristo; la lluvia temprana cayó en el Este, la tierra de Israel y de ahí fue cubriendo el planeta Tierra, la lluvia tardía cae en el Oeste, en la América Latina y el Caribe, y de ahí cubrirá el planeta Tierra completo.

Y ahora, en la Iglesia de Jesucristo para el Día Postrero habrá gozo por la Venida del Rey de Israel, del Israel Celestial, y por consiguiente del Israel terrenal también, porque El es también el Rey de los Cielos y de la Tierra que se ha sentado en el Trono del Padre Celestial.

Y ahora, hemos visto el misterio de los escogidos de Dios también, y porqué Cristo tenía que ser rechazado en Su entrada triunfal a Jerusalén, rechazado por los edificadores que eran los líderes religiosos del concilio del sanedrín y fariseos y saduceos; fue rechazado por el Israel compuesto por los siervos, pero es recibido por el Israel compuesto por los hijos e hijas de Dios.

Y ahora, hemos visto el porqué tenía que ser rechazado nuestro amado Señor Jesucristo: El tenía que morir para redimir a todos los escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero y redimir también al pueblo hebreo como nación.

Y ahora, encontramos que en todo ese Programa Divino la entrada de Jesús a Jerusalén tenía que ser rechazada como fue: por los edificadores. Todo obró para bien.

Y ahora, el pueblo de los hijos e hijas de Dios ha estado recibiendo el beneficio más grande de los Cielos y de la Tierra, y hemos estado siendo restaurados a la Vida eterna.

Y ahora, continuamos perseverando hasta que complete Su Iglesia, complete Su Cuerpo Místico de creyentes en la Edad de la Piedra Angular, que puede ser un familiar suyo o mío, o un hijo que nos nazca o una hija que nos nazca en la familia, o alguno que esté en alguna otra nación y que le llegue el Mensaje y lo reciba, o alguno que esté aquí mismo en nuestra comunidad en Cayey o en Ponce, o en algún sitio de Puerto Rico o en algún sitio de algún otro país. Así que no sabemos dónde esté el último, pero antes del último pues hay otros que tienen que venir primero.

Ahora, ¿dónde ustedes les gustaría que estén los últimos de los que serían colocados en el Cuerpo Místico de Cristo? Pues por supuesto si preguntamos a los hermanos de México, pues dirían: “Pues nosotros queremos que sean mexicanos, que estén acá en México, en la República mexicana.” Los de Colombia dirían: “Pues nosotros queremos que estén aquí en Colombia y que sean entonces colombianos.” Los de Venezuela dirían: “Nosotros queremos que sean, que estén en Venezuela y sean venezolanos los últimos escogidos que sean colocados en el Cuerpo Místico de Cristo.” Y los de Brasil dirían lo mismo, y los del Perú dirían lo mismo.

¿Y nosotros qué diríamos? Pues diríamos lo mismo también, porque cada persona desea la bendición para los de su país. Pero nosotros deseamos la bendición para Puerto Rico y para todos los de Puerto Rico y también para toda la América Latina y el Caribe.

Por eso el Mensaje es para todos, y llegará hasta el último de los escogidos de Dios, y entonces Cristo se manifestará como Juez de toda la Tierra y como León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo, y resucitará los muertos en Cristo en cuerpos glorificados y a nosotros nos transformará, y eso es lo que estamos esperando, y entonces habrá una manifestación grande, plena del poder de Dios en la Iglesia del Señor Jesucristo, en donde estará adoptado el Mensajero del Día Postrero, que es el Angel del cual Cristo dice:

Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”

Por eso es que no habrá ninguna cosa imposible de ahí en adelante cuando sea adoptado ese Mensajero; y cuando sean adoptados todos los escogidos de Dios no habrá nada imposible para ellos.

Así que los que no hemos viajado podremos viajar sin dinero, a tal grado que hasta viajaremos a la Casa de nuestro Padre Celestial, a la séptima dimensión, eso será luego de terminada la labor aquí, nuestro viaje de vacaciones para la gran fiesta de la Cena de las Bodas del Cordero.

Ahora, la entrada triunfal de Cristo a Jerusalén siendo rechazada, obró para bendición de ustedes y para bendición mía también. Cristo llevó a cabo la Obra de Redención en Jerusalén en la Cruz del Calvario, de lo cual estaremos hablando el próximo viernes Dios mediante a las 3:00 de la tarde, y luego el domingo hablaremos de la resurrección de nuestro Señor Jesucristo.

Los temas serán para el viernes santo a las 3:00 de la tarde: “LA SANGRE DEL SEÑOR JESUCRISTO EN EL LUGAR SANTISIMO DEL TEMPLO CELESTIAL.” Y habrá bautismo también luego de la conferencia del viernes santo.

Y luego el domingo en la mañana, a las 10: 00 de la mañana será el tema: “EL DOMINGO DE LA RESURRECCION DEL SEÑOR JESUCRISTO.” Y veremos ahí porqué tenía que ser domingo.

Y luego vamos a tener también Santa Cena el domingo en la segunda actividad. Ya ustedes escucharon lo que significa la Santa Cena y lo que significa el Lavatorio de pies también; por eso se acompaña la Santa Cena con el Lavatorio de pies también; y estaré también la otra semana con ustedes también.

Esperamos grandes bendiciones de parte de Jesucristo nuestro Salvador, y esperamos que pronto se complete el número de los escogidos de Dios, y que pronto todos estemos listos, estemos preparados para ser transformados.

Vamos a ser transformados porque Cristo lo prometió, y el Espíritu Santo por medio de los Apóstoles también lo ha dicho, y ha sido confirmado de edad en edad y en este tiempo está siendo reconfirmado que vamos a ser transformados, y estamos en la edad en donde vamos a ser transformados, que es la Edad de la Piedra Angular.

Así como fue en el tiempo de Jesús: El estaba en la Edad de la Piedra Angular, por lo tanto vino la resurrección de Cristo y de los santos del Antiguo Testamento y también el Rapto o arrebatamiento al Cielo de Cristo y los santos del Antiguo Testamento. Así también será en la Edad de la Piedra Angular en este tiempo final.

Así que oren mucho por mí para las actividades del viernes santo y también del domingo de resurrección, y para el otro domingo de más arriba también.

También el viernes santo a las 7:00 de la mañana habrá una transmisión, un programa de viernes santo, en donde estaré hablando acerca de la crucifixión de nuestro amado Señor Jesucristo; ya el programa está en la estación de televisión del canal dos, ése es a las 7:00 de la mañana y el canal siete y el once.

A las 5:00 de la mañana hay otro, ¿el canal cuál? El once es a las 5:00 de la mañana para los madrugadores, y a las 7:00 en el del canal dos, y el del canal siete no sé a qué hora es, todavía no tienen la hora... el del... bueno, después de las 7:00, pues después que tenemos el de las 7:00, pues no nos preocupamos por el de las 5:00 de la mañana, y el otro pues... no sabemos o no sé a qué hora sea el del canal siete.

Benjie todavía no sabe la hora del canal siete, pero ya el del canal dos pues sabemos que es a las 7:00 de la mañana y el del canal once a las 5:00 de la mañana. Así que ya pues con esos dos tenemos, es suficiente, será el mismo mensaje por los tres canales pero en diferentes horarios.

Esperamos, pues que Dios bendiga a todos los que estarán escuchando esa transmisión. Oren mucho por los que van a escuchar esta transmisión del viernes santo en la mañana.

Luego para los que quieran obtenerla, pues luego ya tendrán que hablar con las personas que ustedes están acostumbrados a hablar, para obtener alguna grabación que deseen. Será de 28 minutos nada más, es algo rapidito, y ahí pues se explica el porqué Cristo murió en la Cruz del Calvario.

Bueno, ya hemos visto que todo ha obrado para bien al rechazar a Cristo como Rey en Su entrada triunfal, y llevó a cabo la Obra para congregar en uno a todos los hijos de Dios que estaban dispersos; tenían que venir a la Tierra en cuerpos mortales, porque ya tenían que venir por causa de que aquí tenían ya que ser, pero tenían que ser congregados en uno: en el Cuerpo Místico de Cristo para ser restaurados a la Vida eterna.

Bueno: gracias a Dios por la entrada triunfal de Jesucristo a Jerusalén, y gracias a Dios por el cumplimiento de esa entrada triunfal en todas las ocasiones que se vuelva a cumplir en la Segunda Venida de Cristo.

Y que las bendiciones de Cristo, el Angel del Pacto, nuestro Salvador, sean sobre todos ustedes y sobre mí también, y se derrame el gozo del Cielo en vuestros corazones y en el mío en este tiempo, porque es tiempo de gozo en y para la Jerusalén Celestial, para la Iglesia del Señor Jesucristo, tiempo de gozo en y para la Jerusalén Celestial.

Que el gozo del Cielo sea en nuestros corazones en este tiempo final, y Cristo derrame todas Sus bendiciones sobre nuestras almas y nos llene del conocimiento de todo Su Programa correspondiente a este tiempo final. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.

En la próxima actividad que será dentro de una hora u hora y media, continuaremos en esta misma línea de pensamiento.

Y las cosas que no hayamos entendido espero que Dios pues nos dé más, más Escrituras y más explicación acerca de todo Su Programa para nuestro para que podamos entender, pues yo sé que hay cosas que todavía no pueden ser comprendidas para que no se interrumpa el Programa que El tiene para nuestro tiempo; por eso ustedes me ven a mí que en algunas ocasiones no hablo muy claro, pero es para que así ciertas cosas que corresponden a nuestro tiempo puedan ser cumplidas como están en el Programa de Dios sin que ninguna persona las interrumpa.

Pero llegará el momento en que podré hablarles más claramente de muchas cosas que por el momento no puedo, pero de las que puedo hablarles claramente siempre les estoy hablando claramente.

Bueno, es una bendición grande estar viviendo en este día y estar en el Cuerpo Místico de Cristo, en la edad que está vigente delante de Dios, que es la Edad de la Piedra Angular, la edad con la lluvia temprana y tardía cayendo a la vez: la enseñanza de la Primera Venida de Cristo y la enseñanza de la Segunda Venida de Cristo, que es la predicación del Evangelio de la Gracia y la predicación del Evangelio del Reino.

Y a menos que usted esté ahí en esa edad y entienda bien, puede diferenciar cuando se habla algo que pertenece al Evangelio de la Gracia y cuando se habla algo que pertenece al Evangelio del Reino; pero en alguna ocasión vamos a hacer una separación para mostrar qué cosas les he hablado que son del Evangelio de la Gracia y qué cosas son del Evangelio del Reino.

Pero vamos a esperar ese momento en donde tendremos un tema, y ahí pues vendrá la explicación de las dos lluvias, y qué es de una lluvia y qué cosas son de la otra lluvia, qué cosas pertenecen a la lluvia temprana y qué cosas pertenecen a la lluvia tardía.

Todo lo relacionado a la Primera Venida de Cristo pertenece a la lluvia temprana, lo relacionado a la Segunda Venida de Cristo pertenece a la lluvia tardía.

El Séptimo Sello pertenece ¿a qué? A la lluvia tardía. ¿Ven? Ya vamos viendo todo lo que es de la lluvia temprana y lo que es de la lluvia tardía; pero ya en un mensaje donde tengamos más detalles, veremos con más claridad ambas lluvias y las bendiciones que hay en ambas lluvias para ustedes y para mí también.

Bueno, que Dios les continúe bendiciendo a todos, que Dios les guarde, y hasta la próxima actividad dentro de una hora u hora y media.

Que Dios les bendiga y les guarde a todos.

TIEMPO DE GOZO EN JERUSALEN.”