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Los Ángeles Cosechadores 2001-12-18 1 Santiago de Cali Valle del Cauca CO 00:00:00 false

Muy buenos días, amados amigos y hermanos presentes aquí en Santiago de Calí, Colombia; es para mí un privilegio y bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. Reciban también todos saludos de mi esposa Erica y de mis niñas: América y Yahannah Gabriela.

Para esta ocasión, leeremos en San Mateo, capítulo 13, versos 34 en adelante, donde dice:

Todo esto habló Jesús por parábolas a la gente, y sin parábolas no les hablaba;

para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo:

Abriré en parábolas mi boca;

Declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo.

Entonces, despedida la gente, entró Jesús en la casa; y acercándose a él sus discípulos, le dijeron: Explícanos la parábola de la cizaña del campo.

Respondiendo él, les dijo: El que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre.

El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo.

El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles.

De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será en el fin de este siglo.

Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad,

y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.

Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos para oír, oiga.”

Luego pasamos al capítulo 24, versos 30 al 31 de San Mateo, donde dice:

Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.

Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.”

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

Nuestro tema es: “LOS ANGELES COSECHADORES.”

Los Angeles cosechadores son los que Cristo ha prometido para este tiempo final, donde tienen que ser llamados, juntados, recogidos todos los hijos e hijas de Dios tipificados, representados en el trigo antes de que la cizaña, los hijos del malo, sean quemados por el fuego atómico, volcánico y todo fuego que sea encendido durante el tiempo de la gran tribulación; porque aún el fuego del sol quemará muchas personas y muchas naciones también. La capa de ozono ha estado siendo afectada y hay un agujero muy grande en la capa de ozono que está afectando ciertas zonas del planeta Tierra.

¿Y cómo será con una tercera guerra mundial? Se afectará mucho más la condición de la capa de ozono. En el libro del Apocalipsis dice que el sol va a quemar a los hombres; así que será un tiempo muy difícil para la raza humana. Ya eso está profetizado en Malaquías, capítulo 4, verso 1 en adelante, donde dice:

Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama.”

Aquí tenemos la profecía del día ardiente como un horno, que es el tiempo del juicio divino cayendo sobre la raza humana, lo cual sucederá en un lapso de tiempo de tres años y medio lo cual está muy cerca por comenzar; pero antes de ese tiempo terrible que viene, dice:

Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada.

Hollaréis a los malos, los cuales serán ceniza bajo las plantas de vuestros pies, en el día en que yo actúe, ha dicho Jehová de los ejércitos.”

Aquí tenemos la promesa también para los que temen el Nombre del Señor, o sea, los que han recibido a Cristo como su Salvador, han lavado sus pecados en la Sangre de Cristo, han sido bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo y han recibido el Espíritu de Dios, para estas personas el Sol de Justicia nacerá; esto es la Segunda Venida de Cristo, será efectuada para salvación de todas esas personas, porque la salvación nuestra es Jesucristo nuestro Salvador; por lo tanto El nos salvará de ese día ardiente como un horno, ¿cómo? El resucitará a los muertos creyentes en El y a nosotros nos transformará, y nos llevará con El a la Cena de las Bodas del Cordero, a la Casa de nuestro Padre Celestial, que es la séptima dimensión.

Ahora, hemos visto cómo y porqué va a escapar de ese día ardiente como un horno y de venganza un grupo de seres humanos: serán las personas que han recibido a Cristo como su Salvador.

Ahora, todas las cosas que han de suceder en este tiempo en el cual vivimos, todas están representadas, simbolizadas, en las fiestas del pueblo hebreo y también en todas las cosas correspondientes al Antiguo Testamento; y encontramos en el libro del Profeta Zacarías, capítulo 4, el o la profecía de la Iglesia del Señor Jesucristo, la cual ha estado siendo creada por Cristo de etapa en etapa. Nació el Día de Pentecostés, y a esa Iglesia Cristo ha estado añadiendo todas las personas que Lo reciben como su Salvador, y vienen a ser los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo.

Todo lo que sucedería durante estos dos mil años que han transcurrido en el Programa de Dios, todo está codificado, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento. Está por ejemplo en el libro del Profeta Zacarías, en el capítulo 4, verso 1 al 14, y también está en el libro del Profeta Daniel. Ahí está todo lo que sucederá tanto con el reino de los gentiles que iría pasando por diferentes etapas desde el tiempo de Nabucodonosor, que fue la cabeza de oro en la estatua que él vio, y los pechos o el pecho y los brazos de plata, que fue el imperio Medo-persa, y luego el vientre y los muslos de bronce que fue el imperio de Grecia, y luego las piernas de hierro y los pies de hierro y de barro cocido: eso corresponde al imperio Romano.

Para este tiempo final el reino de los gentiles se encuentra en los pies de hierro y de barro cocido, por lo tanto ese es el tiempo más importante del Programa de Dios, porque en el tiempo de los pies de hierro y de barro cocido es que viene la Piedra no cortada de manos y al venir hiere a la imagen, a esa estatua la hiere en los pies de hierro y de barro cocido.

El reino de hierro y de barro cocido es el reino o imperio del anticristo, de la bestia; y la Piedra no cortada de manos que viene y en este tiempo final herirá al reino del anticristo, esa Piedra es Cristo en Su Segunda Venida, El es la Piedra que los edificadores desecharon en Su Primera Venida.

Los edificadores eran los sacerdotes, los líderes religiosos de aquel entonces, encabezados por el sumo sacerdote. Ellos rechazaron a Cristo, rechazaron la Piedra del Angulo; y en Su Segunda Venida Cristo establecerá Su Reino en la Tierra. Por lo tanto tendrá que ser quitado el reino del anticristo o de la bestia y ser establecido el Reino de Cristo nuestro Salvador, que será un Reino de paz, de amor, de prosperidad y felicidad para todos los seres humanos que vivirán en ese Reino.

Ahora, siendo que estas cosas corresponden a este tiempo final, necesitamos conocer el misterio de los Angeles cosechadores que Cristo envía para realizar la gran cosecha del tiempo final.

Estos Angeles son enviados con la Gran Voz de Trompeta para llamar y juntar Sus escogidos, o sea, juntar el trigo que representa los escogidos de Dios, que representa las personas que están escritas en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero.

Ahora, los Angeles cosechadores a través de las profecías de Cristo están señalados para aparecer en el tiempo final.

Y ahora, en el libro del Apocalipsis están ahí también colocados los Angeles cosechadores, pues encontramos en Apocalipsis, capítulo 14, capítulo 14, verso 16... 14 al 20, veamos lo que dice:

Miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del Hombre, que tenía en la cabeza una corona de oro, y en la mano una hoz aguda.

Y del templo salió otro ángel, clamando a gran voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz, y siega; porque la hora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra está madura (aquí tenemos a ese Angel metiendo la hoz para segar, segar en la Tierra la mies que ya está madura).

Y el que estaba sentado sobre la nube metió su hoz en la tierra, y la tierra fue segada.

Salió otro ángel del templo que está en el cielo, teniendo también una hoz aguda.

Y salió del altar otro ángel, que tenía poder sobre el fuego, y llamó a gran voz al que tenía la hoz aguda, diciendo: Mete tu hoz aguda, y vendimia los racimos de la tierra, porque sus uvas están maduras.

Y el ángel arrojó su hoz en la tierra, y vendimió la viña de la tierra, y echó las uvas en el gran lagar de la ira de Dios.

Y fue pisado el lagar fuera de la ciudad, y del lagar salió sangre hasta los frenos de los caballos, por mil seiscientos estadios.”

Así como los Angeles de la parábola del trigo y de la cizaña toman la cizaña y la echan al fuego, así este Angel toma las uvas, los racimos de uvas y los echa en el lagar de la ira de Dios; esto nos habla del día de venganza del Dios nuestro en donde el juicio divino caerá sobre la raza humana.

Ahora, los Angeles cosechadores en la Escritura están señalados para llevar a cabo una labor muy importante en el Programa de Dios; aparecen también en las profecías dadas por Cristo en San Mateo, capítulo 16, versos 26 al 28, donde dice:

Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?

Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras.”

Aquí nuevamente aparecen los Angeles del Hijo del Hombre, aparecen los Angeles que Cristo envía para el tiempo de la cosecha.

De cierto os digo que hay algunos de los que están aquí, que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en su reino.”

Luego en el capítulo 17, Cristo va a mostrarles a ellos: a Pedro, Jacobo y Juan la venida del Reino, pero se le va a mostrar la venida del Reino en una visión:

Seis días después, Jesús tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan su hermano, y los llevó aparte a un monte alto;

y se transfiguró delante de ellos, y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos se hicieron blancos como la luz.

Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él.

Entonces Pedro dijo a Jesús: Señor, bueno es para nosotros que estemos aquí; si quieres, hagamos aquí tres enramadas: una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías.

Mientras él aún hablaba, una nube de luz los cubrió; y he aquí una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia; a él oíd.”

Aquí Cristo ha mostrado a Sus discípulos Pedro, Jacobo y Juan en esta visión, le ha mostrado la Venida del Hijo del Hombre con Sus Angeles. Aquí los Angeles del Hijo del Hombre, el cual fue glorificado allí, el cual resplandeció Su rostro como el sol y Sus vestidos se hicieron como la luz, resplandecientes como la luz, los que estaban a cada lado de Jesús eran Moisés y Elías, porque esos son los Angeles del Hijo del Hombre. Un Angel es un Mensajero de Dios enviado a la raza humana.

Y ahora, todos sabemos que Moisés es un Profeta Mensajero de Dios dispensacional, el cual fue enviado al pueblo hebreo miles de años atrás para por medio de ese Profeta Dios libertar al pueblo hebreo de la esclavitud en Egipto y llevarlos a la tierra prometida.

Y todos también sabemos que el Profeta Elías fue un Mensajero de Dios. Angel Mensajero de Dios es un Profeta Mensajero de Dios; y estos Angeles en la Venida del Hijo del Hombre enviados para con Gran Voz de Trompeta llamar y juntar a Sus escogidos, son los ministerios de Moisés y de Elías repitiéndose en el Día Postrero.

Ahora, el ministerio del ministerio de Moisés repitiéndose en el Día Postrero y el de Elías, es como fue cuando el ministerio de Elías se repitió por segunda vez en Eliseo, luego que Elías hubo cruzado el Jordán en seco (pues hirió el Jordán con su manto y se abrió el Jordán), y pasó Elías con Eliseo al otro lado, y le dijo a Eliseo:

—“Pide lo que tú quieras y será concedido.”

— Eliseo dijo:“Yo lo único que deseo es que una doble porción del espíritu que está en ti venga sobre mí.” Esa es una petición tan grande que no a cualquier persona le es concedida.

— Elías dijo: “Cosa difícil tú has pedido.” Pero ya Elías sabía que Eliseo sería su sucesor, porque Dios ya se lo había dicho; por lo tanto la petición de Eliseo era correcta, era conforme a la voluntad de Dios.

— Y Elías dijo a Eliseo: “Si tú me ves cuando yo sea quitado de en medio de ti, te será concedida tu petición, pero si no me ves, no te será concedida.” Por lo tanto, Eliseo estaba siempre atento a Elías mientras caminaban. Y mientras iban caminando e iban hablando, un carro de fuego (lo que hoy en día llamamos un platillo volador) arrebató al Profeta Elías y Eliseo lo vio; el manto de Elías cayó y Eliseo lo tomó, aunque llorando porque su padre espiritual había sido llevado al Cielo por carros de fuego, carros de Dios, o sea, platillos voladores.

Ahora, Eliseo queda muy triste y llorando, y diciendo: “Carros de Israel, carros de Israel (o sea, carros de Israel se han llevado a su padre espiritual, Elías).” Pero tomó el manto de Elías y fue frente al Jordán que ya se había cerrado, e hirió con el manto de Elías el Jordán, diciendo: “¿Dónde está el Dios de Elías?” Y el Jordán se abrió. ¿Dónde estaba el Dios de Elías el cual estaba en Elías? Ahora estaba en Eliseo en una doble porción.

Los hijos de los Profetas que estaban mirando todo este gran evento dijeron: “El espíritu de Elías ha reposado sobre Eliseo.” Y había reposado sobre Eliseo en una doble porción.

Ahora, vean ustedes, esto también tipifica a Cristo y a Su Iglesia. El espíritu de Elías que estaba en Elías reposó sobre Eliseo, y el espíritu de Cristo que estaba en Jesucristo reposó sobre Su Iglesia, el Día de Pentecostés vino sobre Su Iglesia; y para el Día Postrero estará en una doble porción en Su Iglesia.

Ahora, el Profeta Eliseo viene a ser Elías, Elías en cuanto al ministerio; el ministerio de Elías estaba en la Tierra en otro hombre llamado Eliseo. Siempre que Dios promete la venida y ministerio de un Profeta que ya terminó su ministerio y se fue, cuando Dios promete que volverá ese ministerio, lo señala con el nombre de aquel donde estuvo ese ministerio.

Por eso el ministerio de Elías estaba luego en Eliseo, y Eliseo fue el segundo Elías; luego en la Escritura habla que Elías vendrá primero y restaurará todas las cosas, dice: “Elías vendrá y convertirá el corazón de los padres a los hijos y el corazón de los hijos a los padres.” Y cuando convirtió el corazón de los padres a los hijos, fue en Juan el Bautista.

El pueblo hebreo en aquellos días estaba esperando la Venida del Mesías y por consiguiente estaban esperando la venida de Elías para preparar el camino al Mesías; y cuando apareció Juan el Bautista, ese era Elías en su tercera manifestación. Ya el Arcángel Gabriel había anunciado la venida de Elías a través de la familia de Zacarías y por consiguiente a través de Zacarías y Elisabet.

Zacarías y Elisabet eran ya avanzados en edad, Zacarías era un sacerdote y estando en el templo ofreciendo el incienso, porque según el orden de la clase sacerdotal a la cual él pertenecía, le tocó en ese tiempo estar ministrando en el templo y estar ofreciendo el incienso; y ahora leamos aquí el pasaje de San Lucas, capítulo 1, versos 8 en adelante, donde dice, vamos a ver, verso 5 en adelante para que tengan el cuadro claro aquí:

Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Abías; su mujer era de las hijas de Aarón, y se llamaba Elisabet

Ambos eran justos delante de Dios, y andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas del Señor.

Pero no tenían hijo, porque Elisabet era estéril, y ambos eran ya de edad avanzada.

Aconteció que ejerciendo Zacarías el sacerdocio delante de Dios según el orden de su clase,

conforme a la costumbre del sacerdocio, le tocó en suerte ofrecer el incienso, entrando en el santuario del Señor.

Y toda la multitud del pueblo estaba fuera orando a la hora del incienso.

Y se le apareció un ángel del Señor puesto en pie a la derecha del altar del incienso.

Y se turbó Zacarías al verle, y le sobrecogió temor.

Pero el ángel le dijo: Zacarías, no temas; porque tu oración ha sido oída, y tu mujer Elisabet te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Juan.”

Zacarías había orado por muchos años a Dios para que Dios le diera un hijo, y ahora por cuanto la oración de Zacarías había sido escuchada, ahora Dios le envía un Angel el cual es el Arcángel Gabriel, para darle la noticia que va a tener el hijo que él ha pedido, y le va a poner por nombre Juan; o sea, que el nombre de ese hijo que Zacarías iba a tener, ya el nombre también Dios se lo dio, le dio el hijo y le dio el nombre para ese hijo también, y también el ministerio que iba a tener ese hijo. Vean,

Y tendrás gozo y alegría, y muchos se regocijarán de su nacimiento;

porque será grande delante de Dios...”

Ahora, lo más importante es lo que la persona es delante de Dios; una persona puede ser grande aquí en la Tierra y delante de Dios ser nada, pero una persona puede ser sencilla aquí en la Tierra y ser grande delante de Dios. Lo importante es qué sea usted delante de Dios:

...porque será grande delante de Dios. No beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el vientre de su madre.

Y hará que muchos de los hijos de Israel se conviertan al Señor Dios de ellos.

E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.

Dijo Zacarías al ángel: ¿En qué conoceré esto? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada.”

Ahora vean, este hijo que está prometiéndole el Arcángel Gabriel a Zacarías, dice que vendrá con el espíritu y virtud de Elías, dice: “E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías (para llevar a cabo pues una obra) para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.”

Pero Zacarías por cuanto ya estaba según él dice: “Porque yo soy viejo” o sea, “¿en qué conoceré esto?”, o sea, “dame una señal, una evidencia que esto que tu estás diciendo es verdad”:

¿En qué conoceré esto? Porque yo soy viejo, y mi mujer es de edad avanzada.

Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel...”

El Angel no se había identificado, no le había dado su nombre todavía, Zacarías no sabía qué Angel era ese, pero ahora cuando le dice: “Yo soy Gabriel.” Gabriel es el Arcángel Profeta de Dios, un poderoso Arcángel, el cual es el Arcángel de las revelaciones de divinas, el Arcángel que tiene acceso al Libro de la Verdad, el Arcángel que le dio al Profeta Daniel las revelaciones, las cuales son revelaciones Apocalípticas del Antiguo Testamento. Es uno de los Arcángeles mayores juntamente con el Arcángel Miguel.

Cuando Gabriel en el tiempo de Daniel necesitó ayuda, estuvo el Arcángel Miguel ayudándole en todo lo que necesitó el Arcángel Gabriel; tanto el Arcángel Gabriel como el Arcángel Miguel tienen que ver con los cambios de gobierno del reino de los gentiles de etapa en etapa, ellos han estado presentes siempre y estarán presentes en este tiempo final para el cambio del reino de los gentiles al Reino de Jesucristo nuestro Salvador.

Estos Arcángeles son los dos Angeles que estuvieron con Elohim cuando Elohim visitó a Su Profeta Abraham el día antes de la destrucción de Sodoma y de Gomorra.

Estos Angeles son los que fueron a Sodoma y Gomorra, y fueron los que destruyeron a Sodoma y a Gomorra; estos Arcángeles tienen los ejércitos celestiales bajo su mandato, son los Arcángeles de la diestra de Dios, del poder de Dios. El poder de Dios se manifiesta a través de ellos.

Encontramos que el Arcángel Miguel conforme al libro del Profeta Daniel, en el capítulo 12, verso 1, es el Arcángel que está por el pueblo hebreo, dice, capítulo 12, verso 1 de Daniel, del libro de Daniel, dice:

En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro.”

O sea, todos los que se hallen escritos en el Libro de la Vida del Cordero serán libertados y Dios va a libertar ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, doce mil de cada tribu.

Ahora, vean ustedes que el Arcángel Gabriel está de parte del pueblo hebreo, es el Arcángel del pueblo hebreo.

Y ahora, encontramos que estos dos Arcángeles trabajan en mutuo acuerdo. Encontramos que este Arcángel Gabriel tiene acceso al Libro de la Verdad, por eso le reveló al Profeta Daniel por medio de visiones todas las cosas que sucederían desde aquellos tiempos hasta este tiempo final; encontramos los símbolos del Antiguo Testamento ahí en las profecías de Daniel.

Esas bestias que él vio y así por el estilo, diferentes cosas que él vio, son tipo y figura de cosas, y de reinos, y de reyes, y de pueblos y naciones que vendrían a ser manifestados y los cuales estarían cumpliendo las profecías bíblicas.

Luego en el libro del Apocalipsis, encontramos que el Angel del Señor Jesucristo enviado por Jesucristo a Juan el Apóstol le trajo las revelaciones Apocalípticas con símbolos. Símbolos del Antiguo Testamento fueron usados en el libro del Apocalipsis para mostrar Cristo por medio de Su Angel todas las cosas que iban a suceder; por lo tanto la historia de la raza humana y la historia de la Iglesia del Señor Jesucristo están contenidas en el libro del Apocalipsis, como también en el libro del Profeta Daniel.

Y todo está codificado bajo esos símbolos de animales, bestias y así por el estilo, pero el que le dio a Juan el Apóstol la revelación del Apocalipsis en símbolos de las cosas que iban a suceder, para el Día Postrero estará siendo enviado a la Iglesia del Señor Jesucristo en Apocalipsis, capítulo 4, verso 1, dice: “Sube acá...” Es Cristo con esa Voz de Trompeta diciendo:

Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas.”

Y ahora, las cosas que han de suceder después de las que ya han sucedido durante las siete etapas o edades de la Iglesia, durante esos dos mil años que han transcurrido; ahora, las que han de suceder para este tiempo van a ser reveladas, Apocalipsis, capítulo 4, verso 1, dice:

Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas.”

Y ahora, ¿cómo es que Cristo va a revelar a Su Iglesia todas estas cosas que han de suceder después de las que ya han sucedido en el pasado? Cristo con esa Voz de Trompeta o Gran Voz de Trompeta estará hablando en este tiempo final. Vean en Apocalipsis también, capítulo 1, verso 10 al 11 (dice Juan el Apóstol), dice:

Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta,

que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último.”

¿Quién es el Alfa y Omega, quién es el primero y el último? Nuestro amado Señor Jesucristo. Es Jesucristo hablando en esta ocasión a Juan el Apóstol en el Día del Señor. O sea, que Juan fue transportado al Día del Señor, Juan fue transportado a este tiempo final, fue transportado en espíritu, o sea, en Su cuerpo espiritual, Su cuerpo angelical.

Y ahora, ¿cómo es que vamos a escuchar la Voz de Cristo en este tiempo final dándonos a conocer todas estas cosas? En Apocalipsis, capítulo 22, verso 6, dice cómo es que vamos a obtener el conocimiento de todas estas cosas. Ahí dice quién es el que nos va a dar a conocer estas cosas. Dice:

Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.”

¿A quién dice que ha enviado? A Su Angel, ¿para qué? Para mostrar a Sus siervos las cosas que han de suceder pronto. A Juan le envió (Jesucristo) Su Angel para mostrarle con esos símbolos Apocalípticos todas las cosas que iban a suceder, pero todas esas cosas que sucederían estarían codificadas bajo esos símbolos.

Para este tiempo final las cosas que han de suceder serán reveladas, abiertas a la Iglesia de Jesucristo por Jesucristo hablándole a Su Iglesia por medio de este Angel del Señor Jesucristo.

Este Angel del Señor Jesucristo es un Angel Mensajero, un Profeta Mensajero que El en este tiempo final enviará a Su Iglesia para darle a conocer todas estas cosas que deben suceder, las cuales están codificadas en estos símbolos del Apocalipsis.

Y ahora, este Angel que le dio a Juan el Apóstol la revelación del Apocalipsis, el cual estaba en cuerpo angelical, o sea, cuerpo teofánico, para este tiempo final Cristo lo enviará en carne humana a Su Iglesia, y ése será el Angel Mensajero del Señor Jesucristo a Su Iglesia dándole testimonio de todas estas cosas que deben suceder pronto. En Apocalipsis, capítulo 22, verso 16 también Cristo nos habla de este Angel, y dice:

Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”

Este Angel Mensajero viene con un Mensaje para todas las iglesias; es el Angel Mensajero de Jesucristo con la revelación de Jesucristo, el Angel Mensajero que trae la revelación de Cristo para que todos podamos entender estos símbolos del Apocalipsis, y de todas estas cosas que deben suceder en este tiempo final, y así estemos conscientes de las cosas que estarán sucediendo y podamos ver que son estas mismas cosas que están en el libro de Apocalipsis profetizadas.

Por ejemplo, vean ustedes, el Angel del Señor Jesucristo es un misterio Apocalíptico, y ese misterio del Apocalipsis es abierto al saber que este Angel del Señor Jesucristo, el cual le dio a Juan el Apóstol la revelación del Apocalipsis estando en cuerpo angelical, para el Día Postrero viene en carne humana, y es el Profeta Mensajero del Señor Jesucristo para la Dispensación del Reino y para la Edad de la Piedra Angular en la Iglesia del Señor Jesucristo; y ese mismo Angel, el cual viene con el Sello del Dios Vivo, viene con el Espíritu Santo y el Espíritu Santo a través del él hablándole a Su Iglesia, es el Angel Mensajero de Apocalipsis, capítulo 7, verso 2 en adelante, el Angel que sube de donde nace el sol y viene con el Sello de Dios Vivo para llamar y juntar ciento cuarenta y cuatro mil hebreos.

Ahora, en Apocalipsis, capítulo 11, aparecen los Dos Olivos que son los dos ungidos que están delante de la presencia de Dios, y vienen en este tiempo final para llamar y juntar ciento cuarenta y cuatro mil hebreos; esos Dos Olivos son Moisés y Elías, los cuales aparecieron en el Monte de la Transfiguración, pero en Apocalipsis 7 aparece solamente un Angel para llamar y juntar ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, y en Apocalipsis 11 aparecen dos Angeles, dos Profetas: son los ministerios de Moisés y de Elías.

En Apocalipsis 11 y en Apocalipsis 7, están ahí los ministerios de Moisés y Elías en el Angel que viene con el Sello del Dios Vivo, el Angel que viene con el Espíritu Santo; por lo tanto estarán manifestándose esos ministerios en el Angel que viene con el Sello de Dios Vivo, que es el Angel del Señor Jesucristo.

Ahora, el ministerio de Elías para este tiempo final estará en su quinta manifestación. Juan el Bautista fue la tercera manifestación del ministerio de Elías porque estuvo en él el ministerio de Elías siendo manifestado para llamar a los hebreos y prepararlos para la Primera Venida de Cristo, fue el precursor de la Primera Venida de Cristo y luego vino el Mesías, Cristo, el ungido.

Para el Día Postrero la manifestación del ministerio de Elías por cuarta ocasión ya se cumplió, fue el Espíritu Santo operando el ministerio de Elías en el Rvdo. William Branham y precursando la Segunda Venida de Cristo. Para los que lo quieran recibir, el Rvdo. William Branham fue el Elías precursor de la Segunda Venida de Cristo; y ya se fue, pero su Mensaje quedó en medio del pueblo de Dios.

Por lo tanto, el Mensaje que Dios, que el Espíritu Santo, habló por medio del Rvdo. William Branham, estará en este tiempo final precursando la Segunda Venida de Cristo, introduciendo la Segunda Venida de Cristo. Tiene que ser conforme a como ya Dios habló por medio del precursor de la Segunda Venida de Cristo.

Y ahora, la quinta manifestación del ministerio de Elías será en el Angel del Señor Jesucristo, el Angel que viene con el Sello del Dios Vivo. En él estará manifestado el ministerio de Elías por quinta ocasión, estará manifestado el ministerio del Olivo: Elías y estará manifestado el ministerio de Moisés, el Olivo Moisés, los Dos Olivos son Moisés y Elías, los ministerios de Moisés y Elías que estarán siendo manifestados, operados por el Espíritu Santo en el Angel del Señor Jesucristo.

Ese es el misterio de los Angeles cosechadores para el tiempo final: el Espíritu Santo operando el ministerio de Moisés por segunda ocasión, el ministerio de Elías por quinta ocasión, en el Angel del Señor Jesucristo.

Y el Angel del Señor Jesucristo es un Profeta dispensacional enviado a la Iglesia de Jesucristo para darle testimonio de todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final.

Vean, estos Dos Olivos, que son los Angeles del Hijo del Hombre, están representados en el tabernáculo y en el templo que construyó el rey Salomón.

En el templo que construyó el rey Salomón están representados en aquellos dos querubines de madera de olivo cubiertos de oro, los cuales fueron colocados en el lugar santísimo cada uno, uno a un lado y el otro al otro lado, y el arca en el centro; extendían sus alas, una hacia la mano derecha y llegaba hasta la pared y la otra hasta el centro del arca y el otro querubín hacía lo mismo: una de las alas hasta la pared y la otra hasta el centro del arca y ahí se encontraban las alas de los querubines y bajo las alas de los querubines estaba el arca del pacto. Allí están los Dos Olivos, los dos querubines de olivo cubiertos de oro, la madera representa la humanidad y el oro la divinidad.

Así está señalado en el simbolismo del templo que construyó el rey Salomón, y el Lugar Santísimo donde están esos querubines está ¿dónde? En el Oeste, el Occidente; por lo tanto en el Templo Espiritual de Jesucristo, que es Su Iglesia, Cristo ha estado construyendo Su Iglesia, creando Su Iglesia del Este hacia el Oeste.

En la actualidad se encuentra en el Oeste, el continente americano, el cual pertenece a la América Latina y el Caribe. La séptima edad de la Iglesia ya se cumplió en Norteamérica y la Edad de la Piedra Angular se está cumpliendo en la América Latina y el Caribe. La Edad de la Piedra Angular es la Edad del Lugar Santísimo del Templo Espiritual de Jesucristo, de la Iglesia del Señor Jesucristo donde Cristo tiene que manifestar los Dos Olivos, que son Moisés y Elías, los ministerios de Moisés y Elías siendo operados por el Espíritu Santo en el Angel del Señor Jesucristo.

Y de ahí es que viene el Mensaje para la Iglesia del Señor Jesucristo para este tiempo final, para llamar y juntar los escogidos del Día Postrero con Gran Voz de Trompeta. “Y enviará Sus Angeles con Gran Voz de Trompeta, y juntarán a Sus escogidos, desde un extremo del cielo hasta el otro.” [Nota - San Mateo 24:31]

¿Y para el pueblo hebreo de dónde irá el Mensaje? Pues del Lugar Santísimo del Templo Espiritual de Cristo, porque el Mensaje para el pueblo hebreo viene por medio de los Dos Olivos, por medio de Moisés y Elías, conforme a Apocalipsis, capítulo 7 y Apocalipsis, capítulo 11, y ¿dónde tienen que estar? Pues en el Templo de Dios que es la Iglesia del Señor Jesucristo en el Lugar Santísimo del Templo de Dios; ya no está el tabernáculo que construyó Moisés, ni tampoco está el templo que construyó el rey Salomón, pero está el Templo que Cristo está construyendo que es Su Iglesia.

Y en ese Templo tiene que estar todo lo que estaba en el templo que construyó Salomón y el tabernáculo que construyó Moisés, porque todo lo que fue construido en ambos templos, representa lo que está en el Templo celestial. Y el Templo que Cristo está construyendo es de acuerdo al modelo del Templo Celestial; por lo tanto tiene que ser materializado todo lo que está en el Cielo, materializado en ese Templo Espiritual de Cristo en carne humana, en seres humanos que son enviados a la Tierra para vivir en la Tierra y venir a formar parte del Templo Espiritual de Jesucristo.

Ahora miren, en el capítulo 25 del Exodo hay algo aquí muy importante que tiene que ver con el pueblo hebreo y con el Templo. Dice en el capítulo 25, verso 16 en adelante, dice:

Y pondrás en el arca el testimonio que yo te daré.

Y harás un propiciatorio de oro fino, cuya longitud será de dos codos y medio, y su anchura de codo y medio.

Harás también dos querubines de oro; labrados a martillo los harás en los dos extremos del propiciatorio.

Harás, pues, un querubín en un extremo, y un querubín en el otro extremo; de una pieza con el propiciatorio harás los querubines en sus dos extremos.

Y los querubines extenderán por encima las alas, cubriendo con sus alas el propiciatorio; sus rostros el uno enfrente del otro, mirando al propiciatorio los rostros de los querubines.

Y pondrás el propiciatorio encima del arca, y en el arca pondrás el testimonio que yo te daré.

Y de allí me declararé a ti, y hablaré contigo de sobre el propiciatorio, de entre los dos querubines que están sobre el arca del testimonio, todo lo que yo te mandare para los hijos de Israel.”

¿De dónde venía el Mensaje para el pueblo hebreo? Del lugar santísimo, del propiciatorio, de en medio de los dos querubines de oro de donde Dios le hablaba a Moisés.

Así fue en el tabernáculo que construyó Moisés y así es en el Templo que Cristo está construyendo. Y hemos llegado a la edad del Lugar Santísimo que es la Edad de la Piedra Angular donde Cristo tendrá todas estas cosas que estaban en cosas de metales allá y de madera en el lugar santísimo.

Pero en el Templo que Cristo está construyendo ya no serán piedras literales o materiales de metales como oro, y así por el estilo, o madera, sino que serán seres humanos en los cuales se estará materializando lo que estaba en el tabernáculo que construyó Moisés y el templo que construyó el rey Salomón.

De eso habló el Apóstol San Pedro en Primera de Pedro, capítulo 2, verso 4 en adelante, cuando dice:

Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa (Cristo es esa Piedra viva, la Piedra del Angulo).

vosotros también, como piedras vivas...”

Y ahora, Cristo es la Piedra del Angulo, la Piedra Viva, y ahora los creyentes en Cristo son piedras vivas también, o sea, están representados en Piedras vivas y preciosas delante de Dios.

...vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo.”

Y ahora, Cristo está construyendo una Casa, un Templo con piedras vivas, con seres humanos; por lo tanto todo lo que estaba en el tabernáculo que construyó Moisés y el templo que construyó el rey Salomón, se estará materializando en seres humanos creyentes en Cristo.

Por lo cual también contiene la Escritura:

He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa;

Y el que creyere en él, no será avergonzado.

Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen,

La piedra que los edificadores desecharon,

Ha venido a ser la cabeza del ángulo;

y:

Piedra de tropiezo, y roca que hace caer,

porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados.

Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios,

para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.”

Y ahora, los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo, los creyentes en Cristo son un linaje escogido, son un linaje celestial escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, por los cuales Jesucristo murió en la Cruz del Calvario, son también real sacerdocio, pertenecen al Orden Sacerdotal de Melquisedec, el Orden Sacerdotal del Cielo, del Templo Celestial. Y Cristo es nuestro Hermano Mayor, El es el Sumo Sacerdote del Templo Celestial y nosotros somos Sacerdotes del orden de Melquisedec con Jesucristo nuestro Salvador.

El Sumo Sacerdote Melquisedec que le apareció a Abraham, Sacerdote del Templo Celestial de Dios, es Jesucristo nuestro Salvador en cuerpo angelical teofánico, el cual le apareció a Abraham el día antes, días antes o tiempo antes de la destrucción de Sodoma y Gomorra cuando venía Abraham de haber obtenido la victoria en contra de unos reyes que se habían llevado a Lot y a su familia.

Ahora, este Melquisedec le dio pan y vino a Abraham, tipo y figura de Cristo dándonos Su Sangre y dándonos Su carne para comer y beber. Cristo dijo: “El que no come mi carne y bebe mi sangre no tiene vida permaneciente en sí mismo.”

Y ahora, Melquisedec dice la Escritura que es Sacerdote del Dios Altísimo, y es Rey, Rey de Salem, Rey de paz y Rey de justicia.

Y ahora, este Melquisedec es nuestro amado Señor Jesucristo en Su cuerpo angelical, porque El es el Sumo Sacerdote del Templo Celestial; por eso cuando murió resucitó y ascendió al Cielo, entró al Lugar Santísimo del Templo Celestial, entró con Su propio Sacrificio, entró con Su propia Sangre y la ofreció a Dios allá por todos nosotros, como hacía el sumo sacerdote en el templo el día diez del mes séptimo de cada año, el día de la expiación.

Y ahora, Cristo ha estado en el Cielo, en el Lugar Santísimo haciendo intercesión con Su propia Sangre por toda persona que tiene escrito su nombre en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero.

Por eso es que ha salido el llamado a través de todas las naciones desde el Día de Pentecostés en adelante, para que las personas se arrepientan de sus pecados, laven sus pecados en la Sangre de Cristo, sean bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo y reciban el Espíritu Santo, porque desde que Cristo murió en la Cruz del Calvario, entró en el Cielo el día de la expiación.

En medio del pueblo hebreo fue establecido por Dios el día de la expiación, en donde toda persona tenía que afligirse delante de Dios en ese día, para alcanzar el perdón de sus pecados, y el que no lo hiciera así no tenía otra oportunidad. Y así es para todo ser humano que vive en la Tierra: tiene su oportunidad de obtener el perdón de sus pecados, si no la aprovecha, después no habrá otra oportunidad.

Vean, Levítico, capítulo 23, verso 26 en adelante, dice:

También habló Jehová a Moisés, diciendo:

A los diez días de este mes séptimo será el día de expiación; tendréis santa convocación, y afligiréis vuestras almas, y ofreceréis ofrenda encendida a Jehová.

Ningún trabajo haréis en este día; porque es día de expiación, para reconciliaros delante de Jehová vuestro Dios (es para ser reconciliados delante de Dios).

Porque toda persona que no se afligiere en este mismo día, será cortada de su pueblo.”

Y ahora, vean ustedes, ese es el día en medio del pueblo hebreo en donde tenían que afligirse en sus almas por haber pecado contra Dios, y arrepentidos pedir perdón a Dios, y el sumo sacerdote sacrificaba el macho cabrío de la expiación que era por Jehová y llevaba la sangre del macho cabrío, la llevaba al lugar santísimo y esparcía con su dedo siete veces sobre el propiciatorio, sobre la parte este del propiciatorio, y mientras el sumo sacerdote realizaba todas las labores de ese día de la expiación, el pueblo estaba afligido por haber pecado ante Dios; y cuando terminaban las labores del sumo sacerdote el día de la expiación, el pueblo quedaba perdonado y reconciliado por Dios por un nuevo año.

Esto tenían que hacerlo cada año ¿por qué? Porque la sangre que era ofrecida era de un animalito; por lo tanto no era un sacrificio perfecto con una sangre perfecta; pero eso estaba señalando al Sacrificio perfecto que haría Cristo, el Mesías, el cual hizo en la Cruz del Calvario; por esa causa ya no se tienen que estar llevando a cabo sacrificios por el pecado, porque ya Cristo lo realizó en la Cruz del Calvario una sola vez, no se requiere más veces el Sacrificio, sino que ya fue hecho. Y ahora la Sangre de ese Sacrificio está ¿dónde? En el Cielo, en el Templo Celestial en y sobre el propiciatorio.

Y Cristo está como Sumo Sacerdote intercediendo por cada persona que tiene su nombre escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero. Por eso el llamado de Dios a través del Evangelio de edad en edad llamando a los seres humanos al arrepentimiento, para que puedan obtener la Misericordia de Dios y el perdón de sus pecados.

Y el que no se afligiere en aquel tiempo (del día de la expiación) sería cortado del pueblo; y el que no se aflija por haber pecado ante Dios y no se arrepienta de sus pecados, y no reciba a Cristo como su Salvador, y lave sus pecados en la Sangre de Cristo y reciba Su Espíritu Santo será cortado del pueblo; pero los que Lo reciban como su Salvador, laven sus pecados en la Sangre de Cristo, sean bautizados en agua en Su Nombre y reciban el Espíritu Santo, vivirán eternamente con nuestro amado Señor Jesucristo, han sido reconciliados con Dios, por consiguiente son restaurados a la Vida eterna, y a la relación continua y eterna con Dios.

Ahora, vean ustedes en el libro de los Hechos, capítulo 2, dice... capítulo 2, verso 34 en adelante, dice:

Porque David no subió a los cielos; pero él mismo dice:

Dijo el Señor a mi Señor:

Siéntate a mi diestra,

Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.

Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.

Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?

Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.

Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.

Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación.

Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.”

Luego el verso 46 y 47, dice:

Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón,

alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.”

Los que han de ser salvos y han de vivir eternamente son añadidos cada día a la Iglesia del Señor Jesucristo, son llamados por el Mensaje de su tiempo y reciben a Cristo como su Salvador, lavan sus pecados en la Sangre de Cristo, son bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo y reciben el Espíritu Santo y son nacidos de nuevo, obtienen el nuevo nacimiento y obtienen el cuerpo angelical teofánico de la sexta dimensión, y vienen a formar parte de la Iglesia del Señor Jesucristo.

Ahora, vean porqué se requiere recibir a Cristo como nuestro Salvador. Cristo dijo a Nicodemo: “De cierto, de cierto te digo que el que no nazca de nuevo no puede ver el Reino de Dios.” Nicodemo le dice: “¿Y cómo puede hacerse esto? ¿Puede acaso el hombre ya siendo viejo entrar en el vientre de su madre, y nacer de nuevo?” Cristo le dice: “De cierto, de cierto te digo, que el que no nazca del agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios.” [Nota - Juan 3:3-5]

Ahora, ¿por qué se requiere nacer de nuevo? Porque desde que el ser humano pecó en el Huerto del Edén, el ser humano de ahí en adelante ha estado viniendo a la Tierra con un cuerpo mortal, corruptible y temporal y con un espíritu del mundo, por lo tanto tiene un espíritu del mundo que no es eterno y tiene un cuerpo físico que no es eterno, por lo tanto no puede vivir eternamente la persona.

Pero por medio del nuevo nacimiento Cristo nos da Su Espíritu Santo y produce en nosotros una transformación interior, y recibimos el Espíritu Santo, recibimos un cuerpo angelical eterno, un cuerpo teofánico eterno, y luego en el Día Postrero recibiremos un cuerpo físico eterno, inmortal, incorruptible y glorificado, igual al cuerpo glorificado de nuestro amado Señor Jesucristo; y entonces todos seremos a imagen y semejanza de nuestro amado Señor Jesucristo. De esto habló San Pablo en Filipenses, capítulo 3, verso 20 al 21, cuando dijo:

Mas nuestra ciudadanía está en los cielos...”

Ahora, todos nosotros somos ciudadanos de algún país, porque hemos nacido en algún país; esa es nuestra ciudadanía terrenal, conforme a nuestro nacimiento terrenal que hemos tenido; pero los que han nacido de nuevo tienen una ciudadanía celestial, porque el nuevo nacimiento es del Cielo, celestial, aunque tengan una ciudadanía terrenal por causa de su nacimiento terrenal en algún país, ahora por medio del nuevo nacimiento obtienen la ciudadanía celestial.

Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;

el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.”

Cristo va a transformar nuestros cuerpos físicos para que nuestro cuerpo sea como Su cuerpo físico glorificado, o sea, nos va a dar un nuevo cuerpo eterno, inmortal y glorificado, un cuerpo que no se pondrá viejo, que no se enfermará y que nunca morirá, porque será un cuerpo glorificado igual al cuerpo glorificado de nuestro amado Señor Jesucristo.

Esa es la segunda parte que El realiza y que realizará en este tiempo final, pero antes de obtener el cuerpo físico glorificado, tenemos que obtener el cuerpo teofánico, cuerpo angelical, y ese cuerpo angelical lo recibimos al recibir Su Espíritu Santo, obtenemos el nuevo nacimiento y obtenemos un cuerpo angelical teofánico.

Siempre que hay un nacimiento un cuerpo tiene que haber nacido. Si alguien le dice a usted: “Tuvimos un hijo en mi casa.” Y usted va y no le pueden mostrar un cuerpo, entonces no han tenido ningún hijo. Y en el Reino de Dios cuando nace un hijo de Dios ha obtenido un cuerpo angelical, teofánico; Cristo dijo que los creyentes en El son como los Angeles.

Ahora, vean ustedes, obtenemos un cuerpo angelical que es eterno, eso es un espíritu teofánico angelical igual al cuerpo angelical de nuestro amado Señor Jesucristo, llamado el Angel de Jehová o Angel del Pacto.

Y ahora, para el Día Postrero en adición del cuerpo angelical, vamos a recibir un cuerpo físico glorificado igual al cuerpo glorificado de nuestro amado Señor Jesucristo; y eso es en el tiempo de la Trompeta final, de la Gran Voz de Trompeta.

¿Y quién suena la Trompeta final o Gran Voz de Trompeta? En algunos sitios en la Escritura dice que los Angeles y en otros lugares dice que el Señor, porque es nuestro amado Señor Jesucristo en Espíritu Santo a través de esos Angeles: Moisés y Elías, operando esos ministerios en el Angel del Señor Jesucristo.

Y así la Trompeta final o Gran Voz de Trompeta que dice: “Sube acá,” es la Voz de Cristo en Su Angel Mensajero llamándonos a subir a la Edad de la Piedra Angular, y preparándonos para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

Ahora, podemos ver: “El misterio de los Angeles cosechadores.”

El misterio de los Angeles cosechadores es el misterio de Cristo en Espíritu Santo operando en el Angel del Señor Jesucristo los ministerios de Moisés y de Elías. En un solo hombre estarán siendo operados los ministerios de Moisés, de Elías y de Jesús, pero ese Hombre no será Jesús y ese hombre tampoco será Moisés y ese hombre tampoco será Elías, pero en él estarán los ministerios de Moisés, de Elías y de Jesús operados por el Espíritu Santo, pero ese hombre será un miembro de la Iglesia del Señor Jesucristo redimido por la Sangre de nuestro amado Señor Jesucristo.

Y ése será el Profeta de la Dispensación del Reino, el último Profeta de Dios. Y decir: El último Profeta de Dios, es decir algo grande, porque es que Dios solamente tiene siete Profetas dispensacionales.

Y el primero fue Adán para la Dispensación de la Inocencia, el segundo fue Set para la Dispensación de la Conciencia, el tercero fue Noé para la Dispensación del Gobierno Humano, el cuarto fue Abraham para la Dispensación de la Promesa, el quinto fue Moisés para la Dispensación de la Ley, el sexto fue Jesús para la Dispensación de la Gracia, y el séptimo es el Angel del Señor Jesucristo para la Dispensación del Reino. Y en todos esos siete Profetas dispensacionales ha estado el Espíritu de Dios llevando a cabo la Obra correspondiente a cada dispensación.

¿Ven? El hombre solamente es el instrumento de Dios, Dios en espíritu obra a través de esos siete Profetas dispensacionales; y para este tiempo final tiene que estar en medio de la Iglesia de Jesucristo el séptimo Profeta dispensacional, que es el Angel del Señor Jesucristo, donde estarán siendo operados los ministerios de los Angeles cosechadores, los ministerios de Moisés y Elías. El Espíritu Santo en ese Angel Mensajero estará operando el ministerio de Moisés, de Elías y de Jesús; pero recuerden, ni será Elías, ni será Jesús, ni será Moisés tampoco, sino que será un redimido por la Sangre de Jesucristo nuestro Salvador.

Así como cuando envió a Elías para precursar la Primera Venida de Cristo se llamaba Juan el Bautista, pero el Espíritu Santo estaba operando el ministerio de Elías en Juan el Bautista. Cuando envió a Elías para precursar la Segunda Venida de Cristo el velo de carne se llamaba William Marrion Branham, pero en él estaba el ministerio de Elías siendo operado por el Espíritu Santo.

Y para el Día Postrero cuando El envía a Su Iglesia a Su Angel Mensajero, estará operando el ministerio de Elías por quinta ocasión, de Moisés por segunda ocasión y de Jesús por segunda ocasión; pero no será ni en Jesús, ni Elías, ni Moisés como individuo, pero en él estarán esos ministerios siendo operados por el Espíritu Santo.

Hemos visto: “El misterio de los Angeles cosechadores para el tiempo final.” Y esa es la señal del fin del tiempo. En San Mateo, capítulo 24 los discípulos del Señor Jesucristo le hicieron una pregunta muy importante a nuestro amado Salvador Jesucristo, capítulo 24, verso 3, dice:

Y estando él sentado en el monte de los Olivos, los discípulos se le acercaron aparte, diciendo: Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?”

“¿Cuándo serán estas cosas, o sea, cuándo será la destrucción de Jerusalén, y del templo y de los edificios allí (de los cuales Cristo había hablado allí)? ¿Y qué señal habrá de Tu Venida y del fin del siglo?”

Hay señales establecidas para la Venida del Señor y para el fin del siglo, señales en el Cielo, señales en la Tierra y señales en la Iglesia del Señor Jesucristo. Y la señal más contundente en la Iglesia del Señor Jesucristo será que El enviará a Sus Angeles con Gran Voz de Trompeta para juntar a Sus escogidos en este tiempo final, para así recoger el trigo, los hijos e hijas de Dios escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero.

Con los ministerios de los Angeles del Hijo del Hombre son llamados, juntados y preparados para ser transformados todos los escogidos de Dios, y para ser llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

Por eso es tan importante conocer el misterio de los Angeles cosechadores: los Angeles del Hijo del Hombre, que son los ministerios de Moisés y Elías en el Angel del Señor Jesucristo siendo operados por el Espíritu Santo en el Día Postrero .

LOS ANGELES COSECHADORES.”

Hemos visto: “El misterio de los Angeles cosechadores.”

Por eso en este tiempo final están siendo llamados todos los escogidos de Dios por medio del Mensaje de la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino. Este llamado ha salido en la América Latina y el Caribe, porque es el territorio donde Cristo está construyendo el Lugar Santísimo de Su Templo Espiritual con piedras vivas, seres humanos. Cristo está construyendo un Templo, que es Su Iglesia.

Y ahora, nosotros pertenecemos al Templo del Señor Jesucristo y a la parte más importante del Templo de Jesucristo, que es la parte del Lugar Santísimo. Esa parte del Lugar Santísimo es la Edad de la Piedra Angular donde hemos sido llamados y hemos subido para estar escuchando todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final.

Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio de “LOS ANGELES COSECHADORES.”

Que las bendiciones de nuestro amado Señor Jesucristo, el Angel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también; y pronto se complete el Cuerpo Místico de nuestro amado Señor Jesucristo, pronto Cristo llame hasta la última piedra viva, hasta la última persona escrita en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, y que al escuchar Su llamado no endurezca el corazón la persona que escuche Su llamado, que abra su corazón y reciba a Cristo como su Salvador, y entre así al Cuerpo Místico de nuestro amado Señor Jesucristo. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén y amén.

Muchas gracias por vuestra amable atención amados amigos y hermanos presentes, y será hasta una próxima oportunidad en que estaré nuevamente con ustedes. Dejo al Rvdo. Mauricio Vivas para tener esta próxima parte que es muy importante para todos ustedes que están aquí presentes.

Recordando que estamos todos en el Día de la Expiación en el Cielo, en el Templo Celestial, en donde todo ser humano puede obtener el perdón de sus pecados, puede la Misericordia de Dios ser extendida a toda persona que arrepentido de sus pecados y afligido en su alma por haber pecado confiesa a Cristo como su Salvador, y Cristo perdona sus pecados; porque estamos en el Cielo, en el Cielo está Cristo en el Día de la expiación intercediendo por toda persona que afligido por sus pecados Lo recibe como su Salvador.

Estamos en un tiempo muy glorioso para obtener la Misericordia y perdón de Dios, y el que arrepentido recibe a Cristo como su Salvador obtiene el perdón de sus pecados y obtiene el derecho a vivir por toda la eternidad en el Reino de nuestro amado Señor Jesucristo.

Todos aprovechemos esta única oportunidad que tenemos en este planeta Tierra.

Que Dios les bendiga y les guarde, y con nosotros el Rvdo. Mauricio Vivas para continuar.

LOS ANGELES COSECHADORES.”