obsidian/es/conferencias/2001/07/spa-2001-07-11-1-el_israel_...

38 KiB
Raw Blame History

title date activity place city state country duration public youtube translations files
El Israel del Nuevo Pacto 2001-07-11 1 Ciudad Juárez Chihuahua MX 00:00:00 false

Muy buenas tardes, amados hermanos y amigos presentes aquí en Ciudad Juárez; es para mí una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, reciban un saludo también de mi esposa Erica y los niños reciban un saludo de América, quien espera en alguna ocasión verles, estar aquí con ustedes.

Para esta ocasión, leemos en Jeremías, capítulo 31, versos 31 al 34, donde dice Dios por medio del Profeta Jeremías...

Recuerden que cuando Dios hablaba al pueblo hebreo, le hablaba al Profeta y el Profeta ungido con el Espíritu Santo le hablaba eso mismo que Dios le hablaba al Profeta, el Profeta se lo hablaba al pueblo, ése es el orden de Dios para hablarle al pueblo, ése es el orden establecido en Deuteronomio, capítulo 18, versos 15 al 19.

Dios coloca Su Palabra en la boca del Profeta, el hombre que viene con las dos conciencias juntas, para poder escuchar la Voz de Dios y comunicarle al pueblo lo que Dios ha dicho.

Y ahora, esto es así, porque “no hará nada el Señor Jehová sin que antes revele Sus secretos (¿a quiénes?) A Sus Profetas.” ¿Dónde está eso escrito? En Amós, capítulo 3, verso 7.

Pues ahora, vamos a ver lo que Dios dice por medio de Su Profeta Jeremías, lo cual le reveló a Jeremías y Jeremías lo reveló al pueblo, dice, capítulo 31, versos 31 al 34 de Jeremías:

He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá.

No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová.

Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.

Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.”

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

Nuestro tema es: “EL ISRAEL DEL NUEVO PACTO.”

EL ISRAEL DEL NUEVO PACTO.” Ese es nuestro tema para esta ocasión.

Dios estableció con el pueblo hebreo el pacto de la Ley, y bajo el pacto establecido bajo la Ley, todo varón tenía que ser circuncidado.

Ahora, para el Nuevo Pacto también hay una circuncisión, pero es bajo un Nuevo Pacto, y nosotros necesitamos entender ese misterio de esa circuncisión; ya que Dios es el que establece esa circuncisión. Vamos a pedirle a Miguel por aquí (Miguel si me hace el favor, pasarme la concordancia).

Vean, en este Nuevo Pacto habrá una circuncisión. Muchas gracias Miguel.

Ahora, Dios en el Antiguo Testamento, encontramos que allá en Deuteronomio, capítulo 6, nos habla de una circuncisión, vamos a ver sobre esa circuncisión, dice Deuteronomio, vamos a ver, capítulo 10, verso 16 de Deuteronomio, ya que para el pueblo hebreo hubo una circuncisión literal, cuando el pueblo hebreo viajó por el desierto, todos los que habían salido de Egipto estaban circuncidados.

Ahora, en Deuteronomio, capítulo 10, nos habla de una circuncisión, verso 16, donde dice... 15 en adelante, vamos a leer:

Solamente de tus padres se agradó Jehová para amarlos, y escogió su descendencia después de ellos, a vosotros, de entre todos los pueblos, como en este día.

Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra cerviz.

Porque Jehová vuestro Dios es Dios de dioses, y Señor de señores, Dios grande, poderoso y temible, que no hace acepción de personas, ni toma cohecho.”

Y aquí Moisés le habla de una circuncisión del corazón; esta circuncisión del corazón, de circuncidar el prepucio del corazón, el pueblo hebreo bajo la Ley no pudo obtener esa circuncisión del corazón, solamente tenía la circuncisión en la carne.

Y ahora, encontramos que se requiere una circuncisión, pero esta circuncisión solamente puede venir bajo un Nuevo Pacto, en donde es circuncidado el corazón de la persona; y Cristo es el que hace esa circuncisión.

Todas las personas en medio del pueblo hebreo para estar dentro del Pacto de Dios del Antiguo Testamento bajo la Ley, encontramos que tenían que estar circuncidados los varones; en el varón pues estaba circuncidada la mujer, ella literalmente no tenía que ser circuncidada. Como en cuanto a circuncisión física Cristo fue circuncidado físicamente al octavo día, pero Su Iglesia, los miembros de Su Iglesia, fueron circuncidados en Cristo. Eso es lo que nos dice San Pablo cuando nos habla de que hemos sido circuncidados en Cristo.

Y ahora, en Cristo hemos sido nosotros circuncidados, por consiguiente literalmente no tenemos que ser circuncidados. Por eso San Pablo dice en Gálatas, capítulo 6, verso 15, que la circuncisión no vale nada, ni la incircuncisión, sino la nueva creación; osea, la persona que ha nacido de nuevo y es una nueva creación.

Ahora, bajo un Nuevo Pacto es que viene esta nueva circuncisión para el ser humano en su interior, una circuncisión del alma o en el alma, en el corazón. En Jeremías, capítulo 4, verso 4, también nos dice Dios:

Circuncidaos a Jehová, y quitad el prepucio de vuestro corazón.”

¿Ven? Está Dios por medio del Profeta Jeremías, citando de nuevo lo que había dicho en Deuteronomio, capítulo 10.

Y ahora, capítulo 10, verso 16 de Deuteronomio ya Dios lo había dicho y ahora lo repite al pueblo. También dice la Escritura que el pueblo era un pueblo incircunciso ¿de qué? De corazón, aunque eran circuncisos en la carne, no estaban circuncidados en el corazón; por lo tanto se requería una circuncisión interior.

Y ahora, Dios prometió un Nuevo Pacto en el cual Dios escribirá en la mente y en el corazón. Dice:

Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.”

Y ahora, Dios va a escribir en el corazón, en el alma, de cada persona Su Ley, Su Palabra, y va Dios a llevar a cabo una circuncisión por Su Espíritu Santo en el alma, en el corazón, de las personas, y esas personas serán las que estarán bajo el Nuevo Pacto de Dios.

Y ahora, bajo el Nuevo Pacto encontramos que hay una circuncisión nueva acá en el alma; y eso es lo que sucede cuando la persona recibe a Cristo como su Salvador, lava sus pecados en la Sangre de Cristo, es bautizado en el Nombre del Señor Jesucristo en agua y recibe el Espíritu Santo, se realiza una circuncisión en el alma de la persona, y la persona obtiene un cuerpo teofánico angelical de la sexta dimensión, la persona obtiene un nuevo nacimiento, nace de nuevo y está dentro del Nuevo Pacto cubierto con la Sangre del Nuevo Pacto, que es la Sangre de Jesucristo, nuestro Salvador.

Cristo dijo, cuando en la última cena tomó el pan y lo dio a Sus discípulos a comer, dijo: “Comed, esto es mi Cuerpo que por vosotros es partido.” Luego tomó la copa de vino y dio a Sus discípulos diciendo (después de bendecirla), dio a Sus discípulos diciendo: “Tomad, esta es la Sangre del Nuevo Pacto que por vosotros es derramada.”

Y ahora, bajo el Nuevo Pacto estamos nosotros colocados bajo la Sangre del Nuevo Pacto, que es la Sangre de Jesucristo, y estamos circuncidados en el alma, en el corazón, y ése es el Israel del Nuevo Pacto, donde entran hebreos y entran gentiles también, y donde no hay diferencia entre hebreos y gentiles, porque es el Israel del Nuevo Pacto que tiene su nombre escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero desde antes de la fundación del mundo, es el Israel Celestial, que sus almas vienen a la Tierra para ser manifestados en carne humana y hacer contacto con Cristo, el que ha establecido el Nuevo Pacto, para entrar al Nuevo Pacto y estar cubiertos con la Sangre del Nuevo Pacto.

Ahora, el pueblo hebreo se ha mantenido o ha tratado de mantenerse bajo el pacto antiguo, aunque no ha podido, aunque diga que sí ha podido, Dios dice que como Adán, traspasaron el pacto; por lo tanto han violado el pacto como lo hizo Adán.

Así que, no han podido mantenerse en el Pacto de Dios, del Antiguo Testamento. Oseas, capítulo 6, verso 7, nos da testimonio de esto, cuando dice:

Mas ellos, cual Adán, traspasaron el pacto; allí prevaricaron contra mí.”

Ahora vean, encontramos que el pueblo hebreo traspasó el pacto de Dios. Pero ahora Dios ha establecido un Nuevo Pacto, y por consiguiente todo lo que estaba en el pacto del Antiguo Testamento, es traído a materialización en el Nuevo Testamento bajo un Nuevo Pacto. Y ahora la Sangre del Nuevo Pacto ya no es sangre de animalitos, y la circuncisión en el Nuevo Pacto ya no es una circuncisión en el cuerpo, no es una circuncisión física, sino que es una circuncisión en el alma, y la Sangre del Nuevo Pacto es la Sangre de Jesucristo, nuestro Salvador.

Y toda persona que ha recibido a Cristo como su Salvador, ha lavado sus pecados en la Sangre de Cristo, ha sido bautizado en Su Nombre y ha recibido el Espíritu Santo, ha obtenido el nuevo nacimiento y ha obtenido un cuerpo angelical teofánico, y por consiguiente ha obtenido la circuncisión del corazón, del alma, y está dentro del Nuevo Pacto circuncidado en su alma, cubierto con la Sangre del Nuevo Pacto, que es la Sangre de Jesucristo, nuestro Salvador.

Ahora, el pueblo hebreo como nación no ha entrado todavía al Nuevo Pacto, pero va a entrar al Nuevo Pacto, pues Cristo va a llamar y a juntar ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, doce mil de cada tribu, los cuales serán colocados dentro del Nuevo Pacto.

Ahora, hay un misterio ahí grande, el cual va a ser abierto cuando Cristo se revele al pueblo hebreo, y los coloque dentro del Nuevo Pacto, porque el pueblo hebreo no ha entrado como nación al Nuevo Pacto, aunque han entrado muchos hebreos como individuos al Nuevo Pacto, y han entrado por consiguiente al Cuerpo Místico de Cristo, que es el Israel del Nuevo Pacto.

Ahora, vean ustedes cómo el Apóstol San Pablo toma la Escritura en Gálatas, capítulo 4, versos 19 en adelante, donde dice:

Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros,

quisiera estar con vosotros ahora mismo y cambiar de tono, pues estoy perplejo en cuanto a vosotros.

Decidme, los que queréis estar bajo la ley: ¿no habéis oído la ley?

Porque está escrito...”

Ahora, en la iglesia de la ciudad de Gálatas, encontramos que Pablo les había llevado el Mensaje y había establecido allí la Iglesia; pero luego llegaron unos hebreos judaizantes del cristianismo, pero que eran de la tierra de Israel, de allá de Jerusalén y vinieron enseñándole a los gentiles y hebreos que estaban en la iglesia de Gálatas, que tenían que ser circuncidados, Pablo no los había circuncidado, y les enseñaban que tenían que ser circuncidados para estar dentro del pacto.

Pero vean, no comprendían esas personas que un Nuevo Pacto había sido establecido, y que la circuncisión Cristo en Espíritu Santo la hacía en el alma de las personas, en el corazón de las personas.

Y con esa circuncisión es que se produce el nuevo nacimiento, es el bautismo del Espíritu Santo la circuncisión del alma, en donde Cristo opera el nuevo nacimiento en la persona y la persona nace de nuevo, y obtiene así un cuerpo teofánico angelical de la sexta dimensión.

Y el espíritu del mundo es quitado, anulado, circuncidado es el individuo; y así como el prepucio era cortado y quitado, el espíritu del mundo es quitado y es colocado el Espíritu Santo, y la persona obtiene un cuerpo angelical teofánico de la sexta dimensión, y ha sido circuncidado para Dios, y está dentro del Nuevo Pacto con la circuncisión en su alma, su corazón.

Y ahora, hemos visto que San Pablo conocía muy bien el misterio del Nuevo Pacto y la circuncisión en el Nuevo Pacto que era en el alma, que es en el alma, en el corazón, o que es el bautismo del Espíritu Santo.

Y San Pablo sabía que ya no tenían que estar guardando los ritos establecidos en la Ley, no tenían que estar circuncidando literalmente a las personas ni guardando el día sábado, porque Cristo es nuestro Sábado, porque el sábado lo que significa es descanso, día de descanso. Y Cristo es nuestro descanso para nuestra alma; como tampoco tenían que estar guardando y sacrificando la pascua, no tenían que estar sacrificando un cordero pascual, porque dice San Pablo en Primera de Corintios, capítulo 5, verso 7, que nuestra Pascua, la cual es Cristo, ya fue sacrificada; por lo tanto no tenían ya que estar sacrificando corderitos pascuales, porque ya Cristo, el Cordero de Dios, el Cordero Pascual, fue sacrificado.

Tener a Cristo es tener el Cordero Pascual y tener también el Macho Cabrío de la Expiación; y tener todos lo sacrificios que eran llevados a cabo, los tenemos en una sola persona: en Jesucristo, nuestro Salvador, y entramos al Nuevo Pacto por medio de una persona: Jesucristo, nuestro Salvador. Cristo es el Mediador del Nuevo Pacto, Cristo es el Sumo Sacerdote del Nuevo Pacto, el intermediario entre Dios y el ser humano.

Por lo tanto, bajo el Nuevo Pacto, así como hubo ministros bajo el Pacto del Antiguo Testamento, hay ministros bajo el Nuevo Pacto, y San Pablo dice que él es un ministro hecho ministro por Cristo, ministro del Nuevo Pacto.

Y ahora, hay ministros del Nuevo Pacto: los Mensajeros de Cristo y todos los colaboradores que Cristo le da al Mensajero para trabajar en Su Obra; o sea, los ministros del Nuevo Testamento, de la Iglesia del Señor Jesucristo son ministros del Nuevo Pacto.

Y ahora, estos dos pactos, vean cuando habla de un Nuevo Pacto, entonces es que hay dos pacto; y si Dios establece un Nuevo Pacto, el pacto anterior queda anulado, ya Dios no trata con ninguna persona bajo el antiguo pacto, sino bajo el Nuevo Pacto.

Y así como hubo un pueblo bajo el pacto antiguo (Israel), hay un nuevo Israel, el Israel del Nuevo Pacto, que es la Iglesia del Señor Jesucristo; ese es el Israel Celestial.

San Pablo, vamos a seguir leyendo aquí, dice: “Mirad...” Gálatas, capítulo 4, estamos leyendo:

Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros,

quisiera estar con vosotros ahora mismo y cambiar de tono, pues estoy perplejo en cuanto a vosotros.

Decidme, los que queréis estar bajo la ley: ¿no habéis oído la ley?

Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la esclava, el otro de la libre.

Pero el de la esclava nació según la carne; mas el de la libre, por la promesa.

Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; éste es Agar.”

Y ahora, del Monte Sinaí viene el pacto para el pueblo hebreo, y el pueblo hebreo está representado aquí en Agar.

Y ahora: “...el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; éste es Agar (y el hijo de Agar fue ¿quién? Ismael).

Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual...”

Vean, el Monte Sinaí de Arabia, donde Dios le dio los mandamientos al pueblo hebreo corresponde a Jerusalén, a Jerusalén del pueblo hebreo, y por consiguiente al pueblo hebreo representado allí en Jerusalén terrenal.

...y corresponde a la Jerusalén actual, pues ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud.

Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre (y la Jerusalén de arriba es la Iglesia del Señor Jesucristo).

Porque está escrito:

Regocíjate, oh estéril, tú que no das a luz;

Prorrumpe en júbilo y clama, tú que no tienes dolores de parto; Porque más son los hijos de la desolada, que de la que tiene marido.

Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa.

Pero como entonces el que había nacido según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora.

Mas ¿qué dice la Escritura? Echa fuera a la esclava y a su hijo, porque no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre.

De manera, hermanos, que no somos hijos de la esclava, sino de la libre.”

Y ahora, el pueblo hebreo está representado aquí en el Monte Sinaí y por consiguiente en Agar, y da hijos para esclavitud; el pueblo hebreo es el pueblo de los siervos, así como Agar y su hijo eran siervos de Abraham. Agar era sierva de Abraham y Sara, y tuvo un hijo por la sierva.

Y ahora, Sara siendo la esposa de Abraham, Abraham por medio de ella tuvo un hijo según la promesa, según lo que Dios le había prometido y él había creído, y ese hijo de la promesa representa a la Iglesia del Señor Jesucristo, a los hijos del Cuerpo Místico de Cristo. Sara representa la Iglesia del Señor Jesucristo, y los miembros de la Iglesia de Jesucristo son representados en Isaac, son los hijos de la promesa que vienen por medio de Cristo, el Hijo de la promesa, Cristo representado también en Isaac.

Y ahora, así como por medio de Isaac vinieron los hebreos, por medio de Cristo viene el Israel Celestial.

Y ahora, vean ustedes que el Israel Celestial es el pueblo celestial, son ciudadanos celestiales, y vienen a la Tierra sus almas, para vivir en estos cuerpos mortales, y hacer contacto con Cristo, la Vida eterna y entrar al Nuevo Pacto, y quedar cubiertos con la Sangre del Nuevo Pacto, ser circuncidados en sus corazones, sus almas, y así tener un nuevo nacimiento y tener un cuerpo angelical teofánico, igual al cuerpo angelical de nuestro amado Señor Jesucristo.

Y para el Día Postrero, en adición recibirán un cuerpo inmortal, incorruptible, y eterno, y glorificado, como el cuerpo glorificado de nuestro amado Señor Jesucristo, y esto será cuando haya entrado al Nuevo Pacto hasta el último escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero.

Entonces Cristo se levantará del Trono del Padre y resucitará a los muertos creyentes en El y nos transformará a nosotros los que vivimos, porque la resurrección de los muertos en Cristo es para los que están dentro del Nuevo Pacto, es para el Israel del Nuevo Pacto, y la transformación de los vivos es para el Israel del Nuevo Pacto que estará viviendo en esta planeta Tierra en este tiempo final. Por lo tanto, el Israel del Nuevo Pacto es la Iglesia del Señor Jesucristo, es el Israel Celestial.

Y ahora, veamos lo que nos dice San Pablo en Filipenses, capítulo 3, verso 20 al 21:

Mas nuestra ciudadanía está en los cielos (¿dónde está nuestra ciudadanía? En los Cielos. Esa es la ciudadanía más importante que una persona puede tener, la ciudadanía celestial, de la Jerusalén celestial, de la Ciudad de nuestro Dios, donde El es Rey de reyes y Señor de señores), de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;

el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.”

Y ahora, ¿de dónde esperamos a nuestro Señor? De la Jerusalén Celestial, de donde es nuestra ciudadanía, el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra. En este cuerpo nosotros hemos venido en humillación, pero seremos transformados y entonces estaremos en gloria; primero hay que pasar por esta etapa, para luego ir a la etapa de gloria.

Ahora, continuemos viendo aquí, dice San Pablo: ¿más qué dice la Escritura? Dice:

Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa.

Pero como entonces el que había nacido según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora.” [Nota - Gálatas 4:28]

Y ahora, el pueblo hebreo ha nacido según la carne hijos de Abraham por medio del nacimiento natural, por medio de la unión de un hombre y de una mujer; pero el Israel Celestial, los miembros del Israel Celestial han nacido por el Espíritu de Dios, por medio del nuevo nacimiento y por consiguiente han nacido como hijos de la promesa, son los hijos de la promesa, son los hijos que Dios tendría por medio del bautismo del Espíritu Santo, para producir el nuevo nacimiento en ellos y tener hijos nacidos de nuevo, nacidos en el Reino de Dios, en el Reino de Cristo:

Pero como entonces el que había nacido según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora.”

Vean, por eso los hebreos, los judíos, el sumo sacerdote y los miembros del sanedrín en su mayoría, y los fariseos y saduceos, la religión hebrea, persiguió a los cristianos allá en la tierra de Israel, ¿qué era eso? Ismael persiguiendo a Isaac, en la tipología mostrada aquí por San Pablo; los que habían nacido según la carne, persiguiendo a los que habían nacido por el Espíritu Santo, por el nuevo nacimiento.

Mas ¿qué dice la Escritura? Echa fuera a la esclava y a su hijo, porque no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre.”

Israel como nación quedó fuera del Nuevo Pacto, quedó fuera de la Iglesia del Señor Jesucristo.

Y ahora, esto fue de lo que le habló Cristo en San Mateo, capítulo 21, verso 43, en aquella parábola donde Cristo le habla acerca de la piedra que los edificadores desecharon, dice: “La cual ha venido a ser cabeza del ángulo.” Vamos a leerlo, capítulo 21 de San Mateo, verso 42 en adelante, dice:

Jesús les dijo: ¿Nunca leísteis en las Escrituras:

La piedra que desecharon los edificadores,

Ha venido a ser cabeza del ángulo.

El Señor ha hecho esto,

Y es cosa maravillosa a nuestros ojos?

Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que produzca los frutos de él.

Y el que cayere sobre esta piedra será quebrantado; y sobre quien ella cayere, le desmenuzará.”

Los que caen sobre esta piedra son los que caen rendidos a los pies de Cristo, arrepentidos de sus pecados, clamando a Cristo por perdón de sus pecados, y quedan quebrantados de corazón como se requería en la fiesta de la expiación de Levíticos, capítulo 23; el que no se afligiera el día de la expiación sería cortado del pueblo, porque ése era un día para ser reconciliados con Dios.

Y ahora, la Fiesta de la Expiación Cristo la cumple, y ahora, toda persona que no sea quebrantada de corazón y rendido a los pies de Cristo, toda persona que no caiga sobre esta Roca, sobre Cristo, quebrantado de corazón y arrepentido de sus pecados será cortado del pueblo. Pero toda persona que caiga quebrantado de corazón a los pies de Cristo, a los pies de esta Roca, será salvo, sus pecados serán perdonados y será la persona llena del Espíritu de Dios, y por consiguiente obtendrá el nuevo nacimiento, y por consiguiente obtendrá Vida eterna.

Para la Iglesia del Señor Jesucristo esta Piedra es la Piedra o Roca de salvación, para el pueblo hebreo esta Roca, que es Cristo, es Piedra de tropiezo, para el reino de los gentiles esta Piedra en Su Segunda Venida es Piedra de destrucción, porque herirá a la imagen en los pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzará, es piedra de juicio y destrucción para el imperio del anticristo, de la bestia, para el Día Postrero.

Y ahora, hemos visto que Cristo es nuestra Roca de salvación, es Cristo el que establece el Nuevo Pacto, Dios lo ha colocado por Pacto para el pueblo. Por lo tanto, para estar en el Nuevo Pacto, hay que estar ¿dónde? En Cristo; en Cristo está el Israel del Nuevo Pacto, que es el Israel Celestial, la Iglesia del Señor Jesucristo con todos sus miembros, los cuales han sido circuncidados de edad en edad, en el corazón, en el alma, y han quedado bajo la Sangre del Nuevo Pacto, con un Intercesor, un Sumo Sacerdote del Nuevo Pacto, el cual es nuestro amado Señor Jesucristo, haciendo Intercesión en el Cielo, para todos los que lo reciben como su Salvador, y Cristo los coloca dentro del Nuevo Pacto.

Por lo tanto, el Israel del Nuevo Pacto no es el Israel, el pueblo hebreo en la actualidad, porque el Israel terrenal todavía no ha entrado al Nuevo Pacto.

Pero cuando haya entrado hasta el último de los escogidos de Dios escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, hasta que haya entrado hasta el último Primogénito del Cielo, del Israel Celestial, luego le tocará al pueblo hebreo, cuando haya entrado hasta el último escogido Primogénito en el Cielo, del Israel Celestial, luego le tocará al Israel terrenal, en donde Cristo llamará y juntará ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, y los colocará dentro del Nuevo Pacto.

De esto es que nos habla San Pablo en Romanos, capítulo 11, versos 25 en adelante, donde dice:

Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles;”

O sea, hasta que haya entrado hasta el último miembro del Cuerpo Místico de Cristo escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, hasta que haya entrado hasta el último miembro del Israel Celestial, hasta que haya entrado ¿a dónde? Al Nuevo Pacto, y esté cubierto con la Sangre del Nuevo Pacto, y esté circuncidado con el Espíritu Santo en su alma.

Y luego todo Israel será salvo, como está escrito:

Vendrá de Sion el Libertador,

Que apartará de Jacob la impiedad.

Y este será mi pacto con ellos,

Cuando yo quite sus pecados.”

Y ahora, ciento cuarenta y cuatro mil hebreos entrarán al Nuevo Pacto, en donde Dios quitará sus pecados.

Y ahora, podemos ver que el Israel del Nuevo Pacto es la Iglesia del Señor Jesucristo, es el Israel Celestial con los Primogénitos de Dios escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero desde antes de la fundación del mundo, nuestros nombres están allí escritos desde antes de la fundación del mundo.

Por lo tanto, no es una sorpresa para Dios, de que usted esté aquí en esta ocasión, no es una sorpresa para Dios de que usted haya recibido a Cristo como su Salvador, porque su nombre está escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, desde antes de la fundación del mundo, y Cristo lo tenía que llamar a usted en este tiempo final, como llamó a los de edades pasadas que estaban escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero desde antes de la fundación del mundo.

Cristo está llamando al Nuevo Pacto a todos los que están escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, y luego llamará ciento cuarenta y cuatro mil hebreos cuando se haya completado la Iglesia del Señor Jesucristo.

Y ahora, la bendición grande bajo el Nuevo Pacto es para el Israel del Nuevo Pacto, o sea, para la Iglesia del Señor Jesucristo. El reino le fue quitado al pueblo hebreo, dice Cristo en la lectura que estábamos teniendo, pero nos detuvimos unos momentos ahí, para mostrar lo que es la Piedra, la Roca, que los edificadores desecharon, lo cual fue la Primera Venida de Cristo.

Y ahora, Cristo dice:

Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que produzca los frutos de él.”

Y ahora, el Reino de Dios o Reino de los Cielos, que es la Iglesia del Señor Jesucristo, ahora ha pasado para estar entre los gentiles de edad en edad, y entre los gentiles ha estado Dios produciendo el nuevo nacimiento de cada persona que tiene su nombre escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero. O sea, ha estado el Reino de Dios o Reino de los Cielos materializándose en carne humana, en las personas que han estado recibiendo a Cristo como su Salvador.

El Reino de los Cielos se ha estado materializando en la Iglesia del Señor Jesucristo, por lo tanto, la Iglesia del Señor Jesucristo es el Reino de los Cielos.

Y ahora, lo que pudo haber tenido el pueblo hebreo, los Primogénitos de Dios escritos en el Cielo desde antes de la fundación del mundo, o sea, pudo haber tenido el Israel terrenal el Israel Celestial también. En palabras más claras, pudo haber sido el Israel celestial cada uno hebreos nacidos en medio del pueblo hebreo; pudo haber sido el Israel Celestial, la Iglesia del Señor Jesucristo, pudo haber sido totalmente hebreos, compuesta por hebreos; pero por cuanto rechazaron a Cristo, esa bendición pasó para ser manifestada entre los gentiles, y también de en medio del pueblo hebreo Cristo llamaría para Su Iglesia personas.

O sea, que ya como nación Dios no estaría tratando con el pueblo hebreo, sino con individuos, para materializar en la Tierra el Israel Celestial por medio del nuevo nacimiento.

Y ahora, el Israel terrenal, por cuanto rechazó a Cristo, la Piedra del Angulo, perdió la bendición de tener a todos los Primogénitos de Dios naciendo en medio del pueblo hebreo y ser así la Iglesia del Señor Jesucristo personas hebreas totalmente.

Pero ahora, por cuanto lo que vale es el alma, ahora Dios estaría enviando el alma de las personas, del Israel Celestial, estaría enviando esas almas en personas gentiles y también algunos hebreos, los cuales llamaría y los colocaría dentro del Nuevo Pacto, y los cubriría con la Sangre del Nuevo Pacto, y los circuncidaría en sus almas, sus corazones con el Espíritu Santo.

Y ahora, el Israel del Nuevo Pacto, vean ustedes, no necesariamente tienen que ser hebreos literalmente hablando, sino que la mayoría han sido de entre los gentiles, aunque puede ser que de entre los gentiles haya hebreos en la Iglesia del Señor Jesucristo que no sabían que eran hebreos, a causa de que por las persecuciones por las cuales ha pasado el pueblo hebreo por miles de años, han sido esparcidos por todas las naciones.

Pero no están constituídos como hebreos esas personas que aunque son hebreos no sabían que eran hebreos; porque las diez tribus del Norte fueron esparcidas por la Tierra, y a esas diez tribus es que le llaman: las tribus perdidas de Israel, de entre las cuales el Señor Jesucristo puede haber estado llamando y colocando en el Nuevo Pacto de etapa en etapa.

No sabemos qué cantidad de hebreos, de las tribus perdidas de Israel, y de las otras dos tribus: de la tribu de Benjamín y de la tribu de Judá han entrado al Nuevo Pacto, pero no hay ningún problema, cuando estemos transformados, entonces hemos de saber todo ese misterio.

Ahora, lo importante es ser del Israel del Nuevo Pacto, y eso significa ser miembro de la Iglesia del Señor Jesucristo, haber nacido del agua y del Espíritu en la Iglesia del Señor Jesucristo, haber recibido a Cristo como su Salvador, haber lavado sus pecados en la Sangre de Cristo, haber sido bautizado en el Nombre del Señor Jesucristo y haber recibido el Espíritu Santo, y por consiguiente haber obtenido el nuevo nacimiento y por consiguiente haber obtenido el cuerpo angelical teofánico, que Cristo da a todos los que entran al Nuevo Pacto.

Y en el Día Postrero, en el cual vivimos, de un momento a otro nos dará el cuerpo físico, eterno, inmortal, incorruptible y glorificado igual al cuerpo glorificado de nuestro amado Señor Jesucristo.

Estas son bendiciones ¿para quiénes, para quién? Para el Israel del Nuevo Pacto, que es el Israel Celestial que tiene su nombre escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero.

Cada miembro del Israel Celestial fue escrito en el Libro de la Vida del Cordero, que es el Libro de los Siete Sellos, ¿cuándo? Desde antes de la fundación del mundo.

Por lo tanto, nosotros ibamos a estar aquí en la Tierra en este tiempo final, como estuvo cada escogido de edades pasadas del Israel del Nuevo Pacto de las edades pasadas, estuvo en la Tierra, en la edad que le tocó vivir, conforme a como Dios lo determinó desde antes de la fundación del mundo.

Así que, aquí no estamos por mera casualidad, sino por un propósito divino, para hacer contacto con la Vida eterna y ser colocados dentro del Nuevo Pacto, y ser así parte del Israel del Nuevo Pacto. El Israel del Nuevo Pacto es el Israel Celestial, es la Iglesia del Señor Jesucristo con todos los nacido de nuevo.

Hemos visto: “EL ISRAEL DEL NUEVO PACTO.”

Y ahora, hemos visto ahora lo que dijo San Pablo: “No todo el que es de Israel es israelita, sino el que lo es de corazón,” o sea, el que ha nacido de nuevo, ése es el verdadero israelita, el verdadero Israel Celestial. Esos son los hijos e hijas de Dios.

En cuanto a Israel terrenal, pues esos son los siervos de Dios; pero en cuanto al Israel Celestial, pues son los nacidos de nuevo, los que están dentro del Nuevo Pacto, ese es el Israel Celestial al cual pertenecemos todos nosotros en este tiempo final.

Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes, dándoles testimonio del Israel del Nuevo Pacto.

EL ISRAEL DEL NUEVO PACTO.”

Vean ustedes, en el Israel del antiguo pacto nacieron los hijos de Israel, todos menos uno, todos nacieron en Padan-aram, o sea, en tierra gentil, menos Benjamín, que nació en la tierra de Israel.

Ahora, encontramos que luego se criaron en la tierra de Israel cuando Jacob vino con su familia para vivir en la tierra de Israel; ahora Jacob sí había nacido en la tierra de Israel y también Isaac.

Pero miren, luego los descendientes de los patriarcas, encontramos que algunos nacieron en la tierra de Israel, pero luego el pueblo que fue libertado por Dios a través de Moisés, ¿dónde había nacido? En la tierra de Egipto, entre los gentiles; y fueron llevados a la tierra de Israel.

Y ahora, el Israel del Nuevo Pacto, vean ustedes, la mayoría nacido entre los gentiles y algunos entre los hebreos.

No hay ningún problema, pero por medio del nuevo nacimiento todos hemos nacido en Cristo, todos hemos nacido en Belén de Judea, porque Cristo es nuestro Belén.

Y ahora, hemos visto cómo sucedió con el Israel terrenal y el nacimiento de ellos, y ahora hemos visto cómo está sucediendo de etapa en etapa con el Israel Celestial y el nuevo nacimiento de cada miembro del Israel Celestial, del Israel del Nuevo Pacto, el cual está cubierto por la Sangre del Nuevo Pacto, que es la Sangre de nuestro amado Señor Jesucristo.

Por eso es que Cristo está tratando, ¿con quién? No con el Israel terrenal, sino con el Israel Celestial, que es el que está dentro del Nuevo Pacto. Y el antiguo pacto ya cesó, ya terminó, y hay un Nuevo Pacto, y el pueblo hebreo, el Israel terrenal, no lo sabe, no lo ha comprendido; pero por medio del llamado que Cristo hará a ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, Israel despertará al Nuevo Pacto para entrar al Nuevo Pacto. Todo Israel será salvo, son los ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, doce mil de cada tribu.

Y ahora, eso va a ser un evento muy importante para el pueblo hebreo: que ciento cuarenta y cuatro mil hebreos del Israel terrenal entren al Nuevo Pacto recibiendo a Cristo. Y eso lo vamos a dejar quietecito para que nadie vaya a estorbar el Plan que Dios tiene con esos ciento cuarenta y cuatro mil hebreos.

Lo más que nos conviene a nosotros es entender lo que Dios está haciendo con Su Iglesia, con el Israel del Nuevo Pacto, y dejar pendiente lo de los ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, lo cual tiene su tiempo, y lo cual será cuando haya entrado hasta el último del Israel Celestial, del Israel del Nuevo Pacto.

Así que, adelante sirviendo a Cristo, conscientes de que pertenecemos como miembros a Israel del Nuevo Pacto, el Israel Celestial, conscientes que estamos cubiertos con la Sangre del Nuevo Pacto, la cual nos limpia de todo pecado, y está 24 horas al día disponible para limpiarnos de todo pecado que cometamos en esta Tierra.

A medida que caminamos en nuestra vida cristiana, cometemos algunas veces errores, faltas y hasta pecamos, pero la Sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado, cuando usted confiesa a Cristo su pecado de todo corazón, arrepentido de sus pecados, y los coloca en la Sangre de Cristo, la Sangre de Cristo los desaparece.

Como el blanqueador desaparece las manchas de la ropa, de las camisas y de las blusas de las damas, cuando se manchan con alguna tinta o alguna cosa; así la Sangre de Cristo desaparece el pecado, y lo retorna al dueño original, que es el diablo.

Ahora, podemos ver la bendición tan grande que tiene el Israel bajo el Nuevo Pacto. Israel bajo el Nuevo Pacto tiene todas las bendiciones del Nuevo Pacto, y las bendiciones del Nuevo Pacto son todas las bendiciones celestiales que Dios ha prometido para el Israel del Nuevo Pacto, el Nuevo Pacto que Dios establecería con la casa de Israel y con la casa de Judá.

Ha sido para mí una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio de: “EL ISRAEL DEL NUEVO PACTO.” Pues Dios habló Palabra a Jacob y cayó ¿dónde? En Israel; cayó la Palabra que habló para Jacob, de que establecería un Nuevo Pacto, cayó en Israel, la Iglesia del Señor Jesucristo, el Israel Celestial. ¿Ven?

Tenemos que detenernos porque no hay dónde uno detenerse. Vamos a hacer entonces una pausa y continuaremos en la noche hablando sobre todas las bendiciones de Dios para nosotros, y estaremos hablando en esta noche: “UNIDOS POR EL MISMO ESPIRITU.”

Todos esto tiene que ver con el Nuevo Pacto, la Sangre del Nuevo Pacto, el Espíritu Santo produciendo la circuncisión en nuestra alma, y todo esto está dentro del Israel del Nuevo Pacto; por lo tanto en la noche continuaremos con el tema correspondiente para continuar viendo todo el Programa Divino que Cristo está llevando a cabo en Su Iglesia, en el Israel del Nuevo Pacto.

Ha sido para mí una bendición grande estar con ustedes, dándoles testimonio de: “EL ISRAEL DEL NUEVO PACTO.”

Que las bendiciones de Jesucristo bajo el Nuevo Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también; y pronto se complete el Israel del Nuevo Pacto, la Iglesia del Señor Jesucristo, y pronto Cristo se levante del Trono del Padre, tome el Título de Propiedad, el Libro de los Sellos, lo abra en el Cielo, y resucite los muertos en Cristo en Su Obra de Reclamo, y nos transforme a nosotros los que vivimos, y nos lleve con El a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.

Muchas gracias por vuestra amable atención, y dejo nuevamente con ustedes a nuestro amigo y hermano, el Rvdo. Miguel Bermúdez Marín, para finalizar nuestra parte en esta ocasión, mientras escuchamos y cantamos el cántico que nos habla del Hombre que nos transformó, es el mismo Hombre que nos ha colocado dentro del Nuevo Pacto: es nuestro amado Señor Jesucristo.

Que Dios les bendiga y les guarde a todos.

EL ISRAEL DEL NUEVO PACTO.”