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Dios visita a Su pueblo 2001-05-03 2 El Jardín Acapulco Guerrero MX 00:00:00 false

Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes, y también los que están a través de Internet en los diferentes lugares, diferentes congregaciones y diferentes países y ciudades.

Que las bendiciones de Cristo, el Angel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también, y nos abra en esta ocasión las Escrituras, y nos enseñe Su Palabra y nos llene del conocimiento divino, y así crezcamos en Cristo Jesús, nuestro Salvador, para llegar a la estatura de un varón perfecto, la estatura de Jesucristo, ser a imagen y semejanza de nuestro amado Señor Jesucristo. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.

Y ahora, leemos en San Lucas, capítulo 7, verso 11 al 17, donde dice:

Aconteció después, que él iba a la ciudad que se llama Naín (o sea, Jesús iba a esa ciudad), e iban con él muchos de sus discípulos, y una gran multitud.

Cuando llegó cerca de la puerta de la ciudad, he aquí que llevaban a enterrar a un difunto, hijo único de su madre, la cual era viuda; y había con ella mucha gente de la ciudad.

Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella, y le dijo: No llores.

Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y dijo: Joven, a ti te digo, levántate.

Entonces se incorporó el que había muerto, y comenzó a hablar. Y lo dio a su madre.

Y todos tuvieron miedo, y glorificaban a Dios, diciendo: Un gran profeta se ha levantado entre nosotros; y: Dios ha visitado a su pueblo.

Y se extendió la fama de él por toda Judea, y por toda la región de alrededor.”

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

Nuestro tema para esta ocasión es: “DIOS VISITA A SU PUEBLO.”

Dios, Creador de los Cielos y de la Tierra, tiene un orden para visitar siempre a Su pueblo; y conforme a ese orden divino, encontramos que El ha visitado a Su pueblo Israel, el cual estaba cautivo en la tierra de Egipto. Y el faraón egipcio lo tenía oprimido (al pueblo hebreo), lo tenía trabajando como esclavos, y había ordenado la muerte de todos los niños varones que iban a nacer; cuando las parteras vieran que era un varoncito, tenían que evitar que naciera vivo ese bebé.

Ahora, encontramos que Dios no permitió que las parteras hicieran eso, puso en el corazón de ellas no hacer eso, puso temor de Dios en el corazón de ellas, y entonces ellas no mataban a los niños varones que iban a nacer; y cuando les preguntaban, ellas decían: “Es que las mujeres hebreas no son como las mujeres egipcias; son más fuertes, trabajan fuerte, como esclavas, y son tan fuertes que cuando van a dar a luz y envían a buscar la partera, cuando ella llega (cuando la partera llega) ya han dado a luz.” Y así ellas dijeron la causa porqué no mataban a los niños varones.

Ahora, encontramos que Dios estaba allí en todo esto, para que pudiera nacer, pudiera nacer allí el hombre, el Profeta, que sería el instrumento de Dios, para Dios visitar a Su pueblo Israel, y libertar al pueblo hebreo.

Ahora, conforme a lo que Dios le había prometido a Abraham, encontramos que Dios visitó al pueblo hebreo, ¿cómo? Velándose en un Profeta, en Moisés, y revelándose a través de Moisés. Por eso fue que Dios llamó a Moisés y lo envió a Egipto para llevar a cabo esa visitación divina a Su pueblo Israel.

Y ahora, encontramos que Dios así visitó al pueblo hebreo.

Vean, nos dice en el libro de los Hechos, hablando Esteban su Mensaje, dice en el verso 34... vamos a ver, aun hay que ir un poquito antes, dice verso 29 en adelante, dice:

Al oír esta palabra (Moisés, o sea, al oír que uno de los hebreos le dijo a Moisés: ¿quieres tú matarme como mataste al egipcio? Al cual había enterrado, pues, en la arena. Entonces Moisés, dice:)...

Al oír esta palabra huyó, y vivió como extranjero en tierra de Madián, donde engendró dos hijos.

Pasados cuarenta años, un ángel se le apareció en el desierto del monte Sinaí, en la llama de fuego de una zarza.

Entonces Moisés, mirando, se maravilló de la visión; y acercándose para observar, vino a él la voz del Señor:

Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob. Y Moisés, temblando, no se atrevía a mirar.

Y le dijo el Señor: Quita el calzado de tus pies, porque el lugar en que estás es tierra santa.

Ciertamente he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su gemido, y he descendido para librarlos. Ahora, pues, ven, te enviaré a Egipto.

A este Moisés , a quien habían rechazado, diciendo: ¿Quién te ha puesto por gobernante y juez?, a éste lo envió Dios como gobernante y libertador por mano del ángel que se le apareció en la zarza.

Este los sacó, habiendo hecho prodigios y señales en tierra de Egipto, y en el Mar Rojo, y en el desierto por cuarenta años.

Este Moisés es el que dijo a los hijos de Israel: Profeta os levantará el Señor vuestro Dios de entre vuestros hermanos, como a mí; a él oiréis.

Este es aquel Moisés que estuvo en la congregación en el desierto con el ángel que le hablaba en el monte Sinaí, y con nuestros padres, y que recibió palabras de vida que darnos.”

Ahora, vean cómo aquí nos dice que Dios había visto la aflicción de Su pueblo y había descendido para librar al pueblo hebreo, para libertarlos de la esclavitud. También encontramos en el libro del Exodo, capítulo 3, y el capítulo 4; capítulo 3, verso 9 en adelante, dice:

El clamor, pues, de los hijos de Israel...”

Aun un poquito antes tenemos que leer aquí. Vamos a leer solamente del verso 6 en adelante del capítulo 3 del Exodo:

Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios.

Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias,

y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo.

El clamor, pues, de los hijos de Israel ha venido delante de mí, y también he visto la opresión con que los egipcios los oprimen.

Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel.

Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel?

Y él respondió: Vé, porque yo estaré contigo; y esto te será por señal de que yo te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios sobre este monte.

Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé?

Y respondió Dios a Moisés: Yo Soy el que Soy. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: Yo Soy me envió a vosotros.

Además dijo Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre; éste es mi memorial por todos los siglos.

Vé, y reúne a los ancianos de Israel, y diles: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, me apareció diciendo: En verdad os he visitado, y he visto lo que se os hace en Egipto;

y he dicho: Yo os sacaré de la aflicción de Egipto a la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo, a una tierra que fluye leche y miel.

Y oirán tu voz; e irás tú, y los ancianos de Israel, al rey de Egipto, y le diréis: Jehová el Dios de los hebreos nos ha encontrado; por tanto, nosotros iremos ahora camino de tres días por el desierto, para que ofrezcamos sacrificios a Jehová nuestro Dios.”

Aquí podemos ver que el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, visitó al pueblo hebreo, le apareció primerio a Moisés, se le reveló a Moisés, le habló a Moisés y envió a Moisés, que es un Profeta dispensacional con las dos consciencias juntas, y con esas dos consciencias juntas ya diseñado para tener una visión, una revelación dispensacional. O sea, que la revelación de Moisés es amplia porque es una revelación dispensacional.

Un Mensajero de una edad tiene una visión para una edad, pero cuando mira para una edad futura, solamente puede ver y profetizar, pero no puede revelar el misterio o misterios que estarán en una edad venidera, no puede identificarlos, solamente puede profetizar, pero no puede identificar abiertamente lo que va a suceder.

Ahora, hemos visto que la forma en que Dios visitó al pueblo hebreo para libertarlos, fue por medio de un Profeta, al cual se reveló y en el cual se veló en carne humana, y a través del cual se reveló al pueblo hebreo; era Dios en Moisés, ése era ungido de Dios, para Dios por medio de ese Profeta libertar al pueblo hebreo. “Porque no hará nada el Señor Jehová, sin que antes revele Sus secretos a Sus Siervos Sus Profetas.” (Amos 3:7).

Y ahora, encontramos que es en la boca de un Profeta que siempre Dios coloca Su Palabra. Por eso es que en Deuteronomio, capítulo 18, dice el Profeta Moisés por Palabra de Dios. Capítulo 18, verso 15 en adelante:

Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis.”

Moisés dice a quién hay que escuchar: al Profeta que Dios envía.

Y ahora, ¿por qué? Esa es una buena pregunta: es porque cuando Dios va a visitar a Su pueblo y va a llevar a cabo una Obra en medio de Su pueblo, El envía a la Tierra, a nacer en el planeta Tierra un hombre con las dos consciencias juntas, y nace ya con las dos consciencias juntas, por lo cual nace ya Profeta; pero su llamado viene en el tiempo determinado por Dios.

Así que, un Espíritu de Profeta es manifestado en la Tierra en el nacimiento de ese niño, y nace así; él no se hace Profeta, sino que ya nació Profeta para el propósito divino para ese tiempo. Dice:

Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis.”

Y ahora, vamos a ver porqué hay que oír al Profeta que Dios envía. Dice:

Conforme a todo lo que pediste a Jehová tu Dios en Horeb el día de la asamblea, diciendo: No vuelva yo a oír la voz de Jehová mi Dios, ni vea yo más este gran fuego, para que no muera.

Y Jehová me dijo: Han hablado bien en lo que han dicho.

Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca...”

¿Dónde Dios coloca Sus palabras? En la boca del Profeta que El envía. Muchas personas quieren oír la Voz de Dios, y es sencillo: escuchar al Profeta que Dios envía para ese tiempo, trayendo el Mensaje de ese tiempo, es estar escuchando a Dios, ¿por qué? Porque en ese Profeta Dios está velado y revelado, hablándole a Su pueblo, visitando a Su pueblo y llevando a cabo la Obra correspondiente a ese tiempo en medio de Su pueblo. Esa es la forma en que Dios habla a los seres humanos: por medio siempre de un hombre; esa es la forma en que habla el Espíritu Santo de etapa en etapa por medio del Mensajero de cada edad.

Ahora, hemos visto dónde es que hallamos la Palabra de Dios en cada tiempo, en medio tanto del Israel terrenal como en medio del Israel Celestial, que es la Iglesia del Señor Jesucristo: siempre es en el Profeta Mensajero que Dios envía. Y cuando es un Mensaje dispensacional, ¿dónde encontramos esa Palabra revelada? En un Profeta dispensacional. Y esa es la forma de Dios visitar a Su pueblo y hablarle a Su pueblo para traer Sus bendiciones para ese tiempo. Dice:

...y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare.”

Por lo tanto, ese Profeta hablando no está hablando de sí mismo, no está hablando conforme a su conocimiento o sabiduría humana, sino que está hablando lo que Dios le está revelando y está colocando en su alma y en su boca para hablar al pueblo; y esa es la Palabra de Dios para esa edad o para esa dispensación, depende el Profeta que El envía, si es para una edad o para una dispensación.

Y ahora, por cuanto Moisés es un Profeta dispensacional, cuando Dios envía un Profeta dispensacional, ese es un Profeta como Moisés; y un Profeta como Moisés lo es Jesucristo, y un Profeta como Moisés lo es el Angel del Señor Jesucristo.

Y ahora, un Profeta como Moisés viene con la Palabra de Dios en su corazón y en su boca, para proclamar un Mensaje dispensacional para el pueblo de Dios.

...y él les hablará todo lo que yo le mandare.

Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta.”

Porque toda persona está llamada a escuchar la Voz de Dios a través de ese Profeta dispensacional. Así como estaban llamados a escuchar la Voz de Dios a través de los diferentes Profetas que Dios envió en el Antiguo Testamento, y los Mensajeros que El envió en el Nuevo Testamento.

Y ahora, para el Día Postrero encontramos que la misma forma de Dios visitar a Su pueblo en el Antiguo Testamento: por medio de cada Profeta de edad y de dispensación, y luego a través de Jesucristo visitando a Su pueblo, el mismo Dios velado y revelado en carne humana en Jesús en toda Su plenitud. O sea, que Cristo, el Angel del Pacto, el cual en el Antiguo Testamento le había aparecido a los Profetas, y se había velado y revelado temporalmente a través de cada uno de esos Profetas, en el cumplimiento de Su promesa correspondiente a cada tiempo, luego se crea un cuerpo de carne, creando una célula de vida, de sangre en el vientre de María, la cual se multiplicó célula sobre célula, y así se formó, fue creado el cuerpo de Jesús, el cual nació en Belén de Judea a través de la virgen María. Ese cuerpo es el cuerpo de carne del Angel de Jehová, del Angel del Pacto, el cual habitó en ese cuerpo, que es un misterio grande, pero es la verdad divina.

Ahora, ¿cómo sabemos que ése es el Angel de Jehová, el Angel del Pacto, que se hizo carne?

En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.”

Dice: “Todas las cosas por él...” Vamos a leerlo para que lo tengan claro, porque aquí hay un misterio grande que no queremos dejar pasar por alto. “Este era en el principio con Dios...” Dice:

En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.

Este era en el principio con Dios.”

El Verbo es el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, el cuerpo angelical, cuerpo teofánico de Dios.

Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho (o sea, que todas las cosas fueron creadas por el Verbo que era con Dios y era Dios).”

Y en Génesis, capítulo 1, verso 1, dice:

En el principio creó Dios los cielos y la tierra.”

Dios en Su cuerpo teofánico, que es llamado el Verbo de Dios, que era con Dios y era Dios, el cual es el cuerpo angelical teofánico de Dios, encontramos que fue Dios en Su cuerpo teofánico que creó todas las cosas: los Cielos y la Tierra.

Luego en el verso 14, del capítulo 1 también de San Juan, dice:

Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros.”

El verbo que era con Dios, el cual es el Angel del Pacto, se hizo carne y habitó en medio del pueblo hebreo. Por eso Cristo es el Angel del Pacto, y por eso Cristo, el Angel del Pacto, estableció el Nuevo Pacto bajo la Sangre Suya que fue derramada en la Cruz del Calvario. Por eso en la última cena, Cristo dijo, tomando el pan dijo, representó con el pan Su cuerpo y dijo: “Comed, éste es mi Cuerpo que por vosotros es partido.” Y luego tomando la copa dijo: “Esta copa es la Sangre del Nuevo Pacto que por vosotros es derramada.” Tipificó Su Sangre en el vino contenido en esa copa; y señala que es la Sangre del Nuevo Pacto, la Sangre que sería derramada por Cristo en la Cruz del Calvario.

Es Cristo, el Angel del Pacto, el que establece un Nuevo Pacto. No podía establecerlo otra persona, sino el Angel del Pacto, que es Cristo, el Angel de Jehová.

Y ahora, veamos si es el Angel del Pacto verdaderamente el que vendría en carne humana, y al cual Juan el Bautista le estaría preparando el camino. Capítulo 3, de Malaquías, verso 1, dice:

He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí.”

Vean, el que lo envía es Dios, y este Mensajero le va a preparar el camino, ¿a quién? Al que lo envía, a Dios, a Cristo, al Angel del Pacto.

...y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis.”

¿A quién buscaba el pueblo hebreo en el templo? A Dios, al Señor. Y le estaría enviando un Profeta precursor para prepararle el camino, y luego vendría el Señor. ¿Cómo vendría? En carne humana.

...y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros.”

¿Ven? Y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros.

Cuando vino Jesucristo y fue presentado por Juan el Bautista como el varón que vendría después de Juan el Bautista y el que bautizaría con Espíritu Santo a los creyentes en El, estaba presentándole al pueblo al Angel del Pacto, al Angel de Jehová, al Señor, Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, al cual el pueblo hebreo buscaba en el templo.

Y ahora, se hizo hombre, se hizo carne, se vistió de un cuerpo de carne, el cual fue creado por el mismo Angel del Pacto, por el mismo Dios, por el Espíritu Santo. Y ahora viene dentro de ese cuerpo de carne, vestido de carne humana, vestido de hombre, viene como un Profeta en medio del pueblo hebreo.

Y ahora, Dios está visitando a Su pueblo, vistiéndose Dios de un cuerpo de carne, y ése es el cuerpo físico de Dios, el cual al resucitar Cristo fue resucitado en forma glorificada.

Ahora, con ese cuerpo siendo crucificado en la Cruz del Calvario, siendo colocado como Sacrificio vivo por nosotros, El quitó nuestros pecados, borró nuestros pecados con Su Sangre y nos reconcilió consigo mismo por medio del Sacrificio de Su propio cuerpo físico.

Y ahora, ese cuerpo físico como cuerpo físico, es llamado: Hijo de Dios; como también el cuerpo teofánico de Dios, que es el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, es llamado también: Hijo de Dios. Hijo de Dios en la sexta dimensión e Hijo de Dios en la dimensión terrenal, el cuerpo físico.

Ahora, encontramos que por eso Cristo, el Hijo de Dios, podía decir en el capítulo 8, verso 56 al 58 de San Juan: “Abraham, vuestro padre deseó ver mi día, lo vio y se gozó.” Le dicen: “No tienes aun cincuenta años, ¿y dices que has visto a Abraham?” Les dice Jesús a ellos: “Antes que Abraham fuese, Yo Soy.”

¿Cómo era Jesucristo antes de Abraham? Era el Angel del Pacto, el Angel de Jehová que había libertado al pueblo hebreo, pero que antes de Abraham le había aparecido también a los demás Profetas, como Noé, y también le había aparecido a Adán, era el que le hablaba a Adán, era Jesucristo en Su cuerpo teofánico, y Jesucristo en Su cuerpo teofánico es Dios en Su cuerpo teofánico, en Su cuerpo angelical. Por eso Jesucristo podía decir: “El Padre y Yo una cosa somos.” Eso está en San Juan, capítulo 10. Y en San Juan, capítulo 14, en el verso 6 en adelante, vean lo que Cristo dice ahí... la primera cita que les di es el capítulo 10, verso 30; y la segunda cita: capítulo 14, verso 6 en adelante, dice:

Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.”

Conocer a Jesucristo y ver a Jesucristo era conocer al Padre y ver al Padre, ver al Padre y conocer al Padre en la forma de hombre, vestido de carne humana.

Felipe le dijo: Señor, muéstranos el Padre, y nos basta.

Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre?

¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí? Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras.”

¿Dónde moraba el Padre? En Su templo humano, Su cuerpo de carne, llamado Jesús.

Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí; de otra manera, creedme por las mismas obras.”

Y ahora, podemos ver que en Jesús estaban siendo vistas las obras del Padre celestial siendo realizadas, Dios resucitando los muertos, porque Dios es el que resucita los muertos, y eso lo estaba haciendo Jesús. Pero, ¿por qué? Porque Dios estaba en El, era Dios en Jesús y por medio de Jesús, resucitando los muertos, sanando los enfermos, echando fuera demonios, y predicando el Evangelio, y así cumpliendo todo lo prometido para ese tiempo que Dios haría.

Jesús es el Ungido de Dios, el Espíritu de Dios estaba en El, Cristo, el Angel del Pacto, estaba en Su velo de carne llamado Jesús, cumpliendo la profecía de la Primera Venida de Cristo, como Cordero de Dios en Su Obra de Redención, la cual llevó a cabo en la Cruz del Calvario. Esa fue la forma en que Dios visitó a Su pueblo en toda Su plenitud: en la manifestación de la divinidad en carne humana en toda Su plenitud. Y esto es un misterio muy grande para los seres humanos. Pero San Pablo hablándonos de ese misterio, dice en el capítulo 3 de Primera de Timoteo, verso 16:

E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad:

Dios fue manifestado en carne.”

Así como usted y yo hemos venido a esta Tierra, nuestra alma ha venido a esta Tierra y hemos sido manifestados en carne.

Y ahora, Dios vino a esta Tierra manifestado en carne, en un cuerpo de carne llamado Jesús. Ese es el cuerpo visible de carne de Dios, el cual cuando murió y resucitó, resucitó en condición glorificada, y luego ascendió al Cielo y se sentó en el Trono de Dios.

En el Trono de Dios encontramos el cuerpo glorificado de Dios siendo colocado. Ningún otro cuerpo podía ser sentado en ese Trono, solamente el cuerpo físico de Dios, que es el cuerpo glorificado de Jesucristo. Y por eso recibió todo poder y autoridad en los Cielos y la Tierra, y por eso Cristo gobierna, desde el Trono de Dios, el Universo completo.

Ahora, encontramos que esa fue la forma que Dios usó para visitar la raza humana en toda Su plenitud y redimir al ser humano. Luego encontramos que comenzaron las diferentes etapas de la Iglesia, la cual nació el Día de Pentecostés, y Jesucristo en Espíritu Santo, que es el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, ha estado visitando a Su Iglesia de etapa en etapa, de edad en edad, y eso lo ha hecho por medio de Sus Mensajeros en medio de los gentiles. Para la primera edad de la Iglesia entre los gentiles envió a San Pablo, y se veló y se reveló por medio de San Pablo, y vino a ser Luz para los gentiles, porque Cristo, la Luz del mundo, el Angel del Pacto, estaba ¿dónde? En San Pablo, velado y revelado para resplandecer Cristo a través de San Pablo entre los gentiles, y traer bendición a los gentiles y llamar de entre los gentiles un pueblo para Su Nombre.

Ahora, ¿cómo comenzó Dios a visitar a los gentiles? Por medio de San Pedro en la casa de Cornelio, y visitó a los gentiles, porque Cornelio y los que estaban allí eran gentiles, y así se abrió la Puerta para los gentiles, para Dios visitar a los gentiles, y llamar de entre los gentiles un pueblo para Su Nombre; y de edad en edad ha estado visitando a los gentiles a través de cada Angel Mensajero, en el cual ha estado velado y revelado, y ha colocado en el corazón y en la boca de ese Mensajero Su Palabra correspondiente a cada etapa, a cada edad, para llamar y juntar a Sus escogidos de entre los gentiles en cada edad, y también entran algunos hebreos de tiempo en tiempo.

Y ahora, encontramos que en esa forma Cristo, el cual realizó la Obra de Redención en la Cruz del Calvario, y llevó a cabo la liberación allí, la selló allí; ahora ha estado llamando y juntando de entre los gentiles un pueblo para Su Nombre, sacándolos del Egipto espiritual, que es el mundo, y colocándolos en el Reino de Jesucristo, que es la Iglesia del Señor Jesucristo.

En Colosenses, capítulo 1, verso 12 en adelante, dice San Pablo:

Con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz;

el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo.”

¿Ven? Nos ha librado ¿de qué? De la potestad de las tinieblas, del poder del faraón, del imperio o reino de las tinieblas. El reino del diablo es el reino de las tinieblas, y el rey o faraón de ese reino es el diablo. De ese reino y de ese faraón es que nos ha librado Jesucristo nuestro Salvador; así como libró al pueblo hebreo por medio del Profeta Moisés, del Egipto literal y del faraón literal. El faraón literal allá representa al diablo, y el imperio del faraón representa al imperio del diablo.

Y ahora, Jesucristo, Profeta como Moisés, ha llevado a cabo la liberación de Su pueblo, por eso nos saca de la esclavitud, del imperio del diablo, y nos lleva a la tierra prometida del bautismo del Espíritu Santo, y nos coloca en el glorioso Reino de Jesucristo, nos coloca dentro de Su Cuerpo Místico de creyentes.

Y ahora, de edad en edad ha estado haciendo ese llamado y ha estado produciendo el nuevo nacimiento de cada alma que tiene su nombre escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, la cual viene a esta Tierra en un cuerpo de carne, para hacer contacto con la Vida eterna y obtener su liberación, la cual Cristo allá ganó; pero para que se materialice en la persona, tiene que aceptar a Cristo como su Salvador, lavar sus pecados en la Sangre de Cristo, y ser bautizado en Su Nombre para recibir el Espíritu Santo, y así obtener su liberación plena, materializarse en la persona esa liberación, y ser colocado en el Reino de Jesucristo, ser sacado del reino de las tinieblas, del mundo, y ser colocado en el Reino de Jesucristo.

Esto es lo que Cristo ha estado haciendo de edad en edad: llevando a cabo ese llamado, ese recogimiento a través de esa manifestación que ha tenido a través de cada Angel Mensajero, y el territorio donde ha enviado El cada Angel Mensajero y de ahí se ha extendido el Mensaje para las demás naciones, en donde también ha llamado y ha juntado Sus escogidos de edad en edad.

Y para este tiempo final, ¿qué tiene Cristo para nosotros que vivimos en esta Tierra? Jesucristo dice en Apocalipsis 22, verso 16, lo que El tiene para nosotros. Así como tuvo un Mensajero para cada edad, para visitar a Su pueblo en cada edad, a Su Iglesia en cada edad, tiene algo muy importante para Su pueblo, para esa visitación de Cristo en este tiempo final. Apocalipsis 22, verso 16, dice:

Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”

Es ése el Enviado de Jesucristo que viene ungido con el Espíritu Santo para Cristo en Espíritu Santo visitar a Su iglesia, a Su pueblo en este tiempo final, y llamar y juntar a Sus escogidos en este tiempo final, y colocarlos en Su Cuerpo Místico de creyentes, que es Su Iglesia, y que es Su Reino, el Reino de los Cielos. Esa es la forma en que Cristo en este tiempo final estará visitando a Su Iglesia: es Cristo, el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, velándose, revelándose en Su Angel Mensajero en este tiempo final. Y siempre ha sido uno del pueblo que Dios va a visitar, el instrumento en el cual se vela y se revela Cristo, el Angel del Pacto, de edad en edad.

Para este tiempo final Cristo ha prometido enviar Su Angel Mensajero, para dar testimonio de estas cosas en las Iglesias. Por lo tanto, tiene que ser uno del Cuerpo Místico de Cristo. El Rvdo. William Branham hablando de este Angel del Señor Jesucristo, dice que este Angel es un Profeta, dice: “Puede ser Elías o alguno de los Profetas.”

Ese Angel que le dio a Juan la revelación del Apocalipsis es un Espíritu de Profeta, dice el Rvdo. William Branham, por lo tanto tiene que ser manifestado en la Tierra en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo en carne humana, para dar testimonio de estas cosas que tienen que suceder en este tiempo final, las cuales están contenidas en estas revelaciones Apocalípticas que le dio a Juan el Apóstol. Por lo tanto, tiene que estar en carne humana en la Tierra en este tiempo final, para abrir esas revelaciones contenidas en esos símbolos que corresponden a este tiempo final, porque de otra forma ninguna persona podrá comprender todas estas cosas que deben suceder en este tiempo final.

En Apocalipsis, capítulo 4, verso 1, Cristo con esa Voz de trompeta, dice:

Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas.”

Y ahora, ¿dónde vamos a subir? Tenemos que subir dentro del Cuerpo Místico de Cristo, a la edad que corresponde a este tiempo final, a la Edad de Oro, que es la Edad de la Piedra Angular. Así como cada escogido de cada edad pasada subió a la edad que le tocaba vivir, escuchando la Voz de Cristo, la Voz del Espíritu Santo a través del Mensajero de esa edad.

Y ahora, escuchando la Voz de Cristo llamándonos a subir, la Voz de Cristo por medio del Angel Mensajero, es que subimos a la Edad de la Piedra Angular, y escuchamos la revelación de todas estas cosas que deben suceder pronto. Cristo dice:

Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas.”

Es Cristo con esa Voz de Trompeta. Cuando El habla a Su Iglesia, es una Trompeta, la Voz de Cristo está representada en una Trompeta, viene hablando con un Mensaje urgente.

Y ahora, ¿cómo nos va a dar a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final? Subiendo a la Edad donde El está en este tiempo final, que es la Edad de la Piedra Angular, estaremos escuchando a Cristo, el Espíritu Santo, hablándonos todas estas cosas, ¿cómo? Vamos a ver. Apocalipsis 22, verso 6, dice:

Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas (¿de quién son los Espíritus de los Profetas? De Dios), ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.”

Es por medio de este Angel Mensajero que Cristo da a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, luego de las siete etapas o edades de la Iglesia del Señor Jesucristo. Y ésta es una promesa para este tiempo final; para la Iglesia del Señor Jesucristo tenemos la promesa que Cristo nos dará a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, y para eso envía a Su Angel: para por medio de Su Angel velarse y revelarse, y darle la revelación de todas estas cosas a Su Angel, y Su Angel hablar ungido con el Espíritu Santo todas estas cosas que deben suceder pronto, y así estar Cristo en Espíritu Santo hablándonos a través de Su Angel todas estas cosas que deben suceder pronto, y así estar Jesucristo, el Angel del Pacto, visitando a Su Iglesia en este tiempo final.

Y esta es la visitación de Cristo en Espíritu Santo a Su Iglesia, más grande que El haría y que El realizaría en y a Su Iglesia a través de todo el tiempo de Su Iglesia. ¿Por qué? Porque los Angeles Mensajeros de edades pasadas y aun los Apóstoles, ninguno de ellos fue Profeta Mensajero dispensacional.

Hubo muchos Profetas, entre ellos como San Pedro, San Pablo, Ireneo, Martín, y el Rvdo. William Branham. Pero ninguno de ellos fue Profeta dispensacional, fueron Profetas de edades. Pero Profeta dispensacional solamente Cristo tiene uno para Su Iglesia, y es Su Angel Mensajero. Y después de ése no tiene más Profetas. Ese es el último Profeta de Dios. Con ése Dios completará Su Programa, cumplirá la visión y la profecía, con ese Profeta será que Cristo visitará a Su Iglesia en este tiempo final y luego al pueblo hebreo, se velará y se revelará en Su Angel Mensajero, y nos estará hablando todas estas cosas que deben suceder pronto, y así estaremos viendo la visitación de Jesucristo del Día Postrero, en Su Iglesia, en la Edad de la Piedra Angular, y estaremos escuchando a Jesucristo en Su visita final a Su Iglesia, hablándonos a través de carne humana, a través de Su Angel Mensajero.

Y eso es Dios, el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, Jesucristo, visitando a Su pueblo, Su pueblo Celestial, que es Su Iglesia, y después a Su pueblo terrenal, que es el pueblo hebreo.

¿Vieron lo sencillo que es la visita de Dios a Su pueblo? Así fue de etapa en etapa en el Antiguo Testamento, y así es también en el Nuevo Testamento, así ha sido de etapa en etapa. Encontramos que así fue en el Antiguo Testamento de etapa en etapa y luego en Jesús en toda Su plenitud. Así ha sido de etapa en etapa: Jesucristo en Espíritu Santo visitando a Su Iglesia a través de Sus Mensajeros.

Y en el Día Postrero a través de Su Angel Mensajero, comenzará en una forma progresiva y luego en toda Su plenitud. Y así estará Cristo en toda Su plenitud en Su Iglesia, velado y revelado en Su Angel Mensajero, visitándonos y hablándonos todas estas cosas que deben suceder pronto. Esa es la forma en que la Iglesia del Señor Jesucristo estará escuchando a Jesucristo, al Espíritu Santo, hablándonos todas estas cosas que deben suceder pronto, porque así es como Jesucristo estará velado y revelado, visitando a Su Iglesia en este tiempo final. Y así es para el Israel terrenal también.

Y ahora, podemos ver que esto es más sencillo que lo que nosotros nos podíamos imaginar, bien dijo el Rvdo. William Branham que todo sería sencillo, todo sería en simplicidad.

Así que, podemos ver que todo el Programa de Cristo para este tiempo final, para Su visita a Su Iglesia y luego al pueblo hebreo, es en simplicidad. Cristo en Espíritu Santo velado en carne humana en Su Angel Mensajero, y revelado a través de carne humana, a través de Su Angel Mensajero, dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.

Y esa Palabra que estará siendo hablada por el Espíritu Santo a través de Su Angel, es la Palabra de Dios para este tiempo final, es la Voz de Dios, la Voz de Cristo, el Angel del Pacto hablándole a Su Iglesia, y revelándole todas estas cosas que deben suceder pronto, es una Palabra creadora para cumplir todo lo que Dios prometió para Su Iglesia y para el pueblo hebreo en la visita de Dios a Su Iglesia, y luego al pueblo hebreo.

Y ahora, este es el tiempo para la visita de Dios a Su pueblo, a Su Iglesia, a Su pueblo Celestial, y luego al pueblo hebreo. Este es el tiempo para la visitación de Cristo, el Angel del Pacto, nuestro Salvador en Espíritu Santo, a través de Su Angel Mensajero, velado y revelado, dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.

¿Cómo conoceremos el velo de carne a través del cual estará Cristo en Espíritu Santo velado y revelado, dándonos todas estas cosas que El ha prometido? Visitándonos por medio del Mensaje que nos estará trayendo, que será el Mensaje del Evangelio del Reino, que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo, y con el cual revela todos estos misterios de todas estas cosas que deben suceder pronto.

Esa es la identificación más clara, para conocer el instrumento a través del cual estará Cristo velado y revelado visitando a Su Iglesia, al Israel Celestial, y luego visitando al pueblo hebreo; será la forma de conocer ese Mensajero a través del cual estará Cristo velado y revelado, ¿cuál será la forma? A través del Mensaje que Cristo nos estará hablando por medio de ese Mensajero; porque más nadie podrá hablar, dar ese Mensaje dispensacional, revelando el misterio de la Segunda Venida de Cristo, como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo.

Nadie podrá revelar todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final, solamente Cristo, el Angel del Pacto, visitando a Su Iglesia, en Su Angel Mensajero.

Esa es la visita de Dios, de Cristo, el Angel del Pacto, a Su pueblo en este tiempo final, en la Edad de la Piedra Angular, y también es en el Angel del Señor Jesucristo la visita para el pueblo hebreo.

Pero ahora nos toca entre los gentiles, a los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo, recibir en la Edad de la Piedra Angular, a Cristo, el Angel del Pacto, velado y revelado en Su Angel Mensajero visitando a Su Iglesia, a Su pueblo, al Israel Celestial, y luego le toca al pueblo hebreo ver a Cristo, al Angel del Pacto, velado en carne humana visitando a Su pueblo Israel; porque esta es la forma de Dios visitar a Su pueblo.

Y ahora, Dios visitó a Su pueblo en diferentes edades y dispensaciones en esta misma forma; y ahora para este tiempo final es la misma forma, ésta es la misma forma para la visita de Dios a Su pueblo. Por lo cual, el pueblo Celestial, el Israel Celestial, que es la Iglesia del Señor Jesucristo, cuando esté viendo a Cristo, el Angel del Pacto, velado y revelado en Su Angel Mensajero, dándonos a conocer todas estas cosas que Dios prometió que nos daría a conocer, entonces el pueblo podrá comprender que Dios, Cristo, está visitando a Su pueblo, porque un gran Profeta se habrá levantado en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo, que es el Angel del Señor Jesucristo. Y después el pueblo hebreo verá lo mismo.

Y ahora, la Iglesia del Señor Jesucristo podrá decir: “Dios ha visitado a Su pueblo, porque un gran Profeta, el Angel del Señor Jesucristo, se ha levantado entre Su pueblo, entre Su Iglesia, y Dios ha visitado a Su pueblo.” Esa es la visita de Dios, de Jesucristo, a Su Iglesia para este tiempo final. Y luego esa misma será la visita para el pueblo hebreo.

Cristo, el Angel del Pacto, Dios, velado y revelado en Su Angel Mensajero, luego hablándole también al pueblo hebreo. Y el pueblo hebreo dirá: “¡Este es el que nosotros estábamos esperando!” Y la Iglesia del Señor Jesucristo podrá decir lo mismo: “¡Este es el que nosotros estábamos esperando! De éste nos habló nuestro amado Señor Jesucristo, cuando dijo: Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesia.” Y de éste nos habló San Pablo, San Pedro y el séptimo Angel Mensajero de la séptima edad de la Iglesia gentil, y dijo que este Angel era un Profeta.

Y si es un profeta, pues tiene que aparecer en la Tierra en medio de la Iglesia de Jesucristo, en carne humana, para traer Su Mensaje profético para el Día Postrero, y su Mensaje profético es el Mensaje profético del Evangelio del Reino, que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo. Y en ese Mensaje profético toma todas las profecías que hablan de la Segunda Venida de Cristo y las abre a la Iglesia del Señor Jesucristo, porque es un Mensaje profético el que él tiene.

Por lo tanto, con su Mensaje profético abre las profecías correspondientes a este tiempo final, y nos muestra todas estas cosas que deben suceder pronto, nos muestra las que ya han sucedido y nos muestra las que están sucediendo y nos muestra las que van a suceder.

Por eso, éste es el Angel que se come el Título de Propiedad, el Librito, para luego profetizar sobre muchos pueblos, naciones y lenguas, profetizar las cosas que han de venir sobre pueblos, naciones y lenguas, de juicios divinos que han de caer sobre pueblos, naciones y lenguas; pero también profetizar las bendiciones que han de venir sobre pueblos, naciones y lenguas, y sobre el pueblo hebreo, y sobre todo sobre la Iglesia del Señor Jesucristo, que es el pueblo Celestial.

Todas estas cosas serán abiertas, reveladas en el Mensaje profético del Angel del Señor Jesucristo, en el cual estará Cristo en Espíritu Santo velado y revelado, dándonos a conocer por medio de Su Angel todas estas cosas que deben suceder pronto, y así estará Cristo en Espíritu Santo con nosotros, velado en Su Angel Mensajero, visitándonos en este tiempo final.

DIOS VISITA A SU PUEBLO.”

Cristo, el Angel del Pacto, visita a Su pueblo, visita a Su Iglesia.

Hemos visto cómo El estaría visitando a Su pueblo: por medio de Su Angel Mensajero, velándose y revelándose por medio de Su Angel Mensajero y dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, y así llamando y juntando; con ese Mensaje revelado a todos los escogidos del Día Postrero, y colocándolos, ¿dónde? En el Cuerpo Místico de Cristo, en la Edad de la Piedra Angular, y preparándonos para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo.

Este es el propósito de la visita de Dios, de Cristo a Su Iglesia, a través de carne humana, a través de Su Angel Mensajero: es con la meta de que seamos transformados y obtengamos el cuerpo incorruptible, inmortal y glorificado, igual al cuerpo glorificado de nuestro amado Señor Jesucristo, para así poder ir con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero al Cielo, a la Casa de nuestro Padre Celestial.

Sin esta visita de Cristo a Su Iglesia no podrá efectuarse el recogimiento de los escogidos del Día Postrero, no podrá efectuarse la resurrección de los muertos en Cristo, y no podrá efectuarse la transformación nuestra, y por consiguiente tampoco podrá efectuarse el arrebatamiento o Rapto de la Iglesia, para ir a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo.

Pero con la visita de Dios, de Jesucristo a Su Iglesia, entonces todo esto que no era posible sin la visita de Cristo a Su Iglesia, entonces será posible: será posible que se complete el Cuerpo Místico de Cristo en la Edad de la Piedra Angular, será posible que la Gran Voz de Trompeta o Trompeta final, suene y llame a los escogidos de Dios; el Mensaje de la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino, llama y junta a los escogidos de Dios en el Cuerpo Místico de Cristo, y nos prepara para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero; y prepare a los muertos en Cristo para ser resucitados en cuerpos eternos, porque ellos están escuchando el Mensaje de este tiempo final, allá en el Paraíso, en la sexta dimensión.

Y ahora, ¿hay alguna cosa imposible para Dios? No la hay. El dijo que El nos revelaría todas estas cosas que deben suceder pronto, nos dice: “Sube acá, y yo te mostraré las cosas que han de suceder después de estas.” Y El lo hace posible en este tiempo en Su visita, dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto por medio de Su Angel Mensajero, y hará posible también el recogimiento de los escogidos, hasta el último de los escogidos en el Cuerpo Místico de Cristo, y hará posible la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de nosotros los que vivimos. Cristo lo hará posible, porque El para este tiempo estaría visitando a Su pueblo, con Su visita se hará posible todo lo que El ha prometido hacer en favor de Su Iglesia y luego del pueblo hebreo.

Por lo tanto, estamos viviendo en un tiempo, en una edad y en un entrelace dispensacional, en donde todas las promesas que Dios ha hecho para Su Iglesia, para este tiempo final, son posibles, ¿por qué? Porque Dios, Jesucristo, está visitando a Su pueblo, a Su pueblo Celestial, Su Iglesia, el Israel Celestial; y también estará visitando a Su pueblo, al Israel terrenal, para hacer posible el cumplimiento de todo lo que El prometió para el pueblo hebreo también.

Por lo tanto, le damos gracias a Dios, a Jesucristo, por todas las visitas que El ha hecho a Su pueblo, y sobre todo por Su visita a Su Iglesia en este tiempo final, en la Edad de la Piedra Angular, a través de Su enviado, de Su Angel Mensajero, en donde El estaría visitando a Su Iglesia, y estaría dándonos a conocer por medio de Su Angel todas estas cosas que deben suceder pronto.

Ha sido para mí una bendición grande estar con ustedes dándoles testimonio de: DIOS, JESUCRISTO, EL ANGEL DEL PACTO, VISITANDO A SU PUEBLO.

Estamos en el tiempo en que Dios está visitando a Su Iglesia, a Su pueblo, estamos en el tiempo de la visita de Dios a Su pueblo. Y hemos visto en la forma en que El visitaría a Su pueblo, a Su Iglesia, y luego al pueblo hebreo; esto es nada menos que Dios visitando a Su pueblo.

DIOS VISITA A SU PUEBLO.”

Esta promesa es una realidad para la Iglesia de Jesucristo en la Edad de la Piedra Angular, como fue una realidad en cada edad la visita de Dios a Su Iglesia a través del Mensajero de cada edad. La visita que Dios hizo a Su Iglesia en cada edad por el Mensajero de cada edad, luego viene a ser tipo y figura de la visita que Cristo hará a Su Iglesia a través de Su Angel Mensajero.

Y ahora, estamos en el tiempo de la visita de Dios a Su pueblo, ya no por medio de un Angel Mensajero de las siete edades de la Iglesia, sino por medio de Su Angel Mensajero enviado para dar testimonio de estas cosas en las Iglesias.

DIOS VISITA A SU PUEBLO.”

Esto es una realidad para todos nosotros en este tiempo final, como fue en los días de Jesús y como había sido en los días de los Profetas del Antiguo Testamento, y como había sido en los días de Moisés cuando Dios visitó al pueblo hebreo a través de Moisés y los libertó; y como fue una realidad cuando Cristo visitó a Su Iglesia de edad en edad por medio de cada Angel Mensajero.

Y ahora, nosotros estamos viviendo la realidad de la visita de Dios, de Cristo a Su Iglesia en este tiempo final. Y podemos decir: DIOS VISITA A SU PUEBLO EN ESTE TIEMPO FINAL, EN LA EDAD DE LA PIEDRA ANGULAR, EN LA AMERICA LATINA Y EL CARIBE, que es el territorio donde está cumpliendo la Edad de la Piedra Angular; y de ahí se extiende el Mensaje de las buenas noticias de la visita de Dios, de Cristo a Su pueblo, a Su Iglesia, se extiende para otras naciones y continentes y para otras personas.

Ha sido para mí una bendición grande darles testimonio de: DIOS VISITANDO A SU PUEBLO.

DIOS VISITA A SU IGLESIA. Esa es la buena noticia, la buena nueva que nosotros tenemos y que le damos a todas las personas y a todas las naciones: Dios visita a Su pueblo, a Su Iglesia en este tiempo final. Y hemos visto la forma en que El lo prometió, por lo tanto, esa es la forma en que El lo hace en este tiempo final. Por lo tanto, estaríamos viendo a Dios, a Cristo cara a cara visitando a Su Iglesia a través de carne humana, a través de Su Angel Mensajero.

Ha sido para mí una bendición grande estar con ustedes, dándoles testimonio de: Dios visita a Su Iglesia, visitando a Su Iglesia, a Su pueblo.

La noticia es que Dios visita a Su Iglesia, a Su pueblo en este tiempo final.

Que las bendiciones de Jesucristo, el Angel del Pacto, visitando a Su Iglesia, sean sobre todos ustedes y sobre mí también, y nos llene del conocimiento de todas estas cosas que deben suceder pronto, y nos prepare y complete el número de Sus escogidos en Su Cuerpo Místico de creyentes, y resucite pronto a los muertos creyentes en El, y nos transforme a nosotros los que vivimos, y nos lleve con El a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo. En El Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.

Muchas gracias por vuestra amable atención amados amigos y hermanos presentes, y continúen pasando una noche llena de las bendiciones de Dios en Su visita a Su pueblo.

Dejo nuevamente con ustedes a nuestro amigo y hermano, el Rvdo. Miguel Bermúdez Marín, para finalizar nuestra parte en esta noche. Que Dios los bendiga a todos, y pasen todos muy buenas noches. Con nosotros nuevamente el misionero, el Rvdo. Miguel Bermúdez Marín para finalizar nuestra parte en esta ocasión.

DIOS VISITA A SU PUEBLO.”