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El Arco del Pacto Divino 2001-02-11 1 Cayey PR 02:26:46 false

Muy buenos días, amados hermanos y amigos presentes; es para mí una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. Para lo cual quiero leer en Génesis, capítulo 9, versos 8 al 17 (esto fue cuando Noé salió del arca, luego del diluvio, y luego Dios le habló a Noé), dice:

Y habló Dios a Noé y a sus hijos con él, diciendo:

He aquí que yo establezco mi pacto con vosotros, y con vuestros descendientes después de vosotros; y con todo ser viviente que está con vosotros; aves, animales y toda bestia de la tierra que está con vosotros, desde todos los que salieron del arca hasta todo animal de la tierra.

Estableceré mi pacto con vosotros, y no exterminaré ya más toda carne con aguas de diluvio, ni habrá más diluvio para destruir la tierra.

Y dijo Dios: Esta es la señal del pacto que yo establezco entre mí y vosotros y todo ser viviente que está con vosotros, por siglos perpetuos:

Mi arco he puesto en las nubes, el cual será por señal del pacto entre mí y la tierra.

Y sucederá que cuando haga venir nubes sobre la tierra, se dejará ver entonces mi arco en las nubes.

Y me acordaré del pacto mío, que hay entre mí y vosotros y todo ser viviente de toda carne; y no habrá más diluvio de aguas para destruir toda carne.

Estará el arco en las nubes, y lo veré, y me acordaré del pacto perpetuo entre Dios y todo ser viviente, con toda carne que hay sobre la tierra.

Dijo, pues, Dios a Noé: Esta es la señal del pacto que he establecido entre mí y toda carne que está sobre la tierra.

Y los hijos de Noé que salieron del arca fueron Sem, Cam y Jafet; y Cam es el padre de Canaán.

Estos tres son los hijos de Noé, y de ellos fue llena toda la tierra.”

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla. Nuestro tema es: “EL ARCO DEL PACTO DIVINO.”

EL ARCO DEL PACTO DIVINO.”

Así como en el Trono de Dios está Dios, y alrededor del Trono está el Arco Iris, pero es alrededor; un arco, pues es medio círculo. Así que si es un Arco Iris alrededor del Trono, tendríamos que decir que es un “Circuiris,” en y alrededor del Trono de Dios. Eso se encuentra en Apocalipsis, capítulo 4, verso 3, dice, vamos a ver; vamos a comenzar en el verso 1 del capítulo 4 de Apocalipsis, donde dice:

Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas.

Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado.

Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina; y había alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto a la esmeralda (o sea, alrededor del Trono estaba un Arco Iris; o sea, sería un Circuiris, porque es un círculo completo con todos los colores del Arco Iris).”

Y ahora, vean ustedes porqué Dios dice: “Pondré mi Arco sobre las nubes.” Por eso estos colores que son vistos en el Arco Iris, están reflejando y mostrando que alrededor del Trono de Dios está un Arco Iris o Circuiris con todos esos colores.

Y siendo que ese Arco Iris representa un Pacto, encontramos que está el Pacto Divino desde el Trono de Dios, y ahora Dios coloca sobre las nubes el Arco Iris como un Pacto para la Tierra y los habitantes de la Tierra: de que Dios no destruirá con un diluvio la humanidad.

Por lo tanto, la destrucción tiene que venir por medio de fuego atómico; y no será destruida la humanidad completa, sino que quedarán algunas naciones y también quedarán muchísimas personas, los cuales entrarán al Reino Milenial de Jesucristo.

La destrucción de la cual habla la Biblia en el Apocalipsis y también en otros lugares del Nuevo Testamento y del Antiguo Testamento, es llamada la gran tribulación, donde los juicios divinos han de caer sobre la Tierra cuando se haya completado el Cuerpo Místico de Cristo, o sea, cuando Cristo haya llamado y juntado hasta el último de los escogidos de Dios, de Su Cuerpo Místico de creyentes. O sea, que cuando se complete el número de la Iglesia del Señor Jesucristo, entonces Cristo termina Su Obra de Intercesión en el Cielo, se levanta del Trono del Padre en el Cielo y toma el Libro de los Siete Sellos (ese Libro sellado con Siete Sellos), lo toma en Apocalipsis, capítulo 5, versos 1 en adelante, donde dice:

Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono (capítulo 5 de Apocalipsis) un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos.

Y vi a un ángel fuerte que pregonaba a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos?

Y ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro, ni aun mirarlo.

Y lloraba yo mucho, porque no se había hallado a ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo.”

Ahora, el que está sentado en el Trono, el cual es Dios, tiene el Título de Propiedad, el Libro de los Siete Sellos; ese es el Libro de la Redención, Título de Propiedad de toda la Creación, y está sellado, está cerrado y sellado con Siete Sellos.

Y cuando llega el tiempo para ser tomado por un hombre este Título de Propiedad, se requiere que se presente un hombre, un Pariente Redentor; no puede ser cualquier persona, sino un Pariente Redentor, un Pariente Redentor de la raza humana; y no se hallaba ni en el Cielo ni en la Tierra ni debajo de la Tierra, a un hombre digno de tomar ese Libro y abrir esos Sellos. Esto nos muestra que antes de Cristo terminar Su Obra de Intercesión en el Cielo, este llamado sale en el Cielo, o sea, que hay un lapso de tiempo ahí:

Y uno de los ancianos me dijo...”

Vean, Juan lloraba mucho, porque no se había hallado a ninguno digno de tomar el Libro y abrir los Sellos, eso significaba que todo estaba perdido, toda la Creación (eso es el universo completo con todo lo que contiene), y por consiguiente también todas esas dimensiones, todos los que están en el Paraíso. Todo estaba perdido; porque había llegado el tiempo para hacer el Reclamo.

Es como en una corte (y aquí es la Corte Divina) se establece un tiempo para llevar a cabo el reclamo de alguna propiedad; y si no se hace el reclamo en el tiempo determinado por la corte, ya la persona pierde el derecho a esa propiedad, y se queda con esa propiedad la otra persona que la había tomado en alguna otra forma, o el gobierno.

Y ahora, aquí se requiere que se presente un Pariente Redentor de la raza humana, para tomar ese Título de Propiedad, que es el Titulo que tiene que ser tomado y abierto, para entonces hacerse el Reclamo de todo lo que ha sido redimido por el Pariente Redentor. Ahí están los nombres de todos los hijos e hijas de Dios.

Y ahora, ¿dónde se encontraba Cristo? Pues haciendo Intercesión todavía, hasta que entrara hasta el último de los escogidos de Dios.

Este llamado pudo ya haber salido —quizás—, pudo haber salido en el final de la séptima edad, pero Cristo no se puede presentar y tomar el Título de Propiedad, hasta que llame y junte a los escogidos del Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular.

Ahora, podemos ver qué es lo que detiene el que se presente el Pariente Redentor: Cristo, y tome el Título de Propiedad de la diestra de Dios en el Cielo.

Ahora, Cristo está haciendo Intercesión por las personas que tienen sus nombres escritos ahí, en ese Título de Propiedad, en ese Libro de los Siete Sellos, que es el Libro de la Vida del Cordero; por lo tanto, todos tienen que ser redimidos por la Sangre de Cristo.

Por eso, luego que terminó su tiempo aquí en la Tierra el Rvdo. William Branham, encontramos que hemos tenido unos 45 años o para 46 años, porque él partió en el año 1965; o sea, que hemos tenido más bien unos... o casi —vamos a ver—, casi 40 años... ¿Son unos qué? 35 años, 35 años, y con el que llevamos 36 años.

Y después de la partida del Rvdo. William Branham, quizás muchas personas pensaron que todo había terminado; pero miren, faltaba el llamado de los escogidos de Dios, ya no de las siete edades, sino de la Edad de la Piedra Angular.

Y así como el llamado en cada edad y para cada edad se cumplió en el territorio señalado por Dios, territorio que solamente Dios conocía; y vino por medio de la manifestación de Cristo en Espíritu Santo en el Mensajero de cada edad, y de ahí se extendió para todos los lugares ese llamado.

Y ahora, en cada etapa de la Iglesia se ha reflejado, se ha manifestado un color del Arco Iris, del Pacto del Arco Iris de Dios. Por lo tanto, para cada edad encontramos un color correspondiente, lo cual muestra que esa edad ha estado bajo el Pacto de Dios. Y las personas que recibieron a Cristo en cada edad, quedaron bajo el Pacto de Dios, y quedaron cubiertas con la Sangre del Nuevo Pacto, que es la Sangre de nuestro amado Señor Jesucristo.

Y ahora, para una persona estar en la presencia de Dios, se requiere que esté bajo la Sangre del Nuevo Pacto, para poder estar en el Pacto de Dios, y poder estar ante la presencia de Dios; de otra forma la persona estaría bajo condenación.

Pero las personas que están dentro del Pacto de Dios, que es el Nuevo Pacto bajo la Sangre de Jesucristo, están bajo el Amor y Misericordia de Dios:

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” [Nota - San Juan 3:16].

Para eso fue que Cristo vino a la Tierra, y vino como Pariente Redentor del ser humano. Esa fue la forma en que Dios se emparentó con la raza humana, para ser el mismo Dios, en la forma de un hombre llamado Jesús, el Pariente Redentor de la raza humana, y colocar al ser humano bajo un Nuevo Pacto: el Pacto bajo la Sangre de Jesucristo.

Por eso Cristo en la última Cena dijo, tomando la copa y dando gracias: “Tomad, esta copa es la Sangre del Nuevo Pacto, mi Sangre, que por vosotros es derramada.” [Nota - San Marcos 14:24].

Y ahora, no hay otro Pacto; el pacto antiguo bajo la Ley y bajo la sangre de animalitos ya no funciona, ni siquiera al pueblo hebreo y mucho menos a los gentiles, porque ya Dios tiene un Nuevo Pacto, el cual El había prometido al pueblo hebreo, en el cual entrarían no solamente hebreos sino también gentiles; El dijo que establecería un Nuevo Pacto con la casa de Israel y la casa de Judá, y ya el Nuevo Pacto está vigente bajo la Sangre del Nuevo Pacto, que es la Sangre de Jesucristo nuestro Salvador.

Y toda persona que ha pasado por este planeta Tierra, ha sido llamado a entrar al Nuevo Pacto bajo la Sangre de Jesucristo que nos limpia de todo pecado.

Ninguna persona puede ir ante la presencia de Dios si no está limpia de todo pecado, con lo único que puede limpiar al ser humano de todo pecado, que es la Sangre de nuestro amado Señor Jesucristo.

Toda persona que no está cubierto con la Sangre de Cristo, no está dentro del Nuevo Pacto, y por consiguiente está bajo condenación: “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.” Romanos, capítulo 3, verso 23, y Romanos, capítulo 6, verso 23, nos dice que la paga del pecado es la muerte.

Y ahora, solamente entrando al Nuevo Pacto bajo la Sangre de Jesucristo (que es la Sangre del Nuevo Pacto), es que somos libres del juicio divino.

Y de edad en edad al entrar al Nuevo Pacto los que han recibido a Cristo como su Salvador, han quedado bajo uno de los colores del Arco Iris del Pacto Divino, cada uno en la edad que le ha tocado vivir; solamente un color en cada edad, por lo tanto todas las edades juntas tienen los siete colores, pero sigue siendo un Arco; pero alrededor del Trono estaba el Arco Iris completo (o sea, en forma de círculo, entonces viene a ser un Circuiris).

Y ahora, siendo que es en el Trono donde está el Arco Iris alrededor del Trono, en la Iglesia del Señor Jesucristo en el Día Postrero llega a la Edad de la Piedra Angular, que es la Edad del Trono del Señor Jesucristo en Su Templo Espiritual; y esa es la única edad que tendría los siete colores del Arco Iris y no en arco, sino en un círculo completo; o sea, que tendría un Circuiris la Iglesia de Jesucristo en la Edad de la Piedra Angular.

Y eso significa para la Iglesia del Señor Jesucristo, que aunque en las edades pasadas, dice el Rvdo. William Branham que ni la mitad fue revelado, fue dado a conocer, vean, en este libro “Revelación,” capítulo 4, parte II, página 38, dice el Rvdo. William Branham:

Dios, en Su Arco Iris de siete colores, Su Pacto que El hizo, un Pacto que probó las Siete Edades de la Iglesia, los siete colores con que El libraría a la Tierra.

¿Qué haría El? Recuerden. El lo hizo con la Tierra, Su color. Pero ahora vigile. Este Arco Iris solamente, horizontalmente, sólo cubre la mitad de la Tierra (porque es un arco, no es un círculo completo). Esos son todos los colores del Arco Iris de Noé, sólo cubrió la mitad de la Tierra. Eso era un arco, eso es todo lo que usted puede ver. (Pero cuando Juan lo vio en Su color de esmeralda, El rodeó el Trono entero de Dios) (lo que leímos en Apocalipsis, capítulo 4, ahora dice:) Ni la mitad ha sido contada (o sea, durante las siete edades ni la mitad fue contada, porque solamente tenían el Arco, no el círculo completo de los siete colores, sino un Arco, y un color en cada edad). Su color en la Tierra, sólo hizo un arco, eso es sólo la mitad de ello (esas son las Siete Edades de la Iglesia).

La misma cosa que Juan vio: Jesús, el Pacto aceptado de Dios alrededor de los Cielos. Y alrededor de El había un Arco Iris alrededor del Trono, a la semejanza de una esmeralda de ámbar, Luz verde alrededor del Trono.”

Ahí podemos ver que hay un misterio en el Arco Iris que vemos, porque ese Arco Iris que nosotros vemos es tipo y figura del Arco Iris que está alrededor del Trono de Dios, es un Pacto ese Arco Iris que vemos, que Dios estableció con la Tierra, con la raza humana.

Y ahora, el Arco Iris de Dios en Su Trono es el Pacto Divino, el Pacto de Dios, dice:

Un halo de color ámbar rodeó su ser. ¿Ven? Un color, un Dios sobre todos, a través de todos y en todos, pero hay Siete Edades de la Iglesia.”

Esto también uno lo puede ver cuando se consigue un cristal o un diamante, si tiene un cristal o diamante cortado en forma de pirámide y colocan luz en él, entonces refleja los diferentes colores del Arco Iris.

Y ahora, Dios en Su Trono, vean ustedes, por cuanto Dios es Luz, ahí está reflejándose el Arco Iris, los siete colores del Arco Iris mostrando ahí el Pacto de Dios.

Ahora, ese Pacto de Dios es manifestado de etapa en etapa, de edad en edad en la Iglesia del Señor Jesucristo; y por eso encontramos que estaban bajo el Pacto de Dios, el Nuevo Pacto, los que recibieron a Cristo como su Salvador, fueron bautizados en su Nombre, lavaron sus pecados en la Sangre de Cristo y recibieron el Espíritu Santo, y así obtuvieron el nuevo nacimiento y quedaron dentro del Nuevo Pacto, el Pacto de Dios; y por consiguiente también dentro de la persona encontramos el Pacto Divino y por consiguiente encontramos ahí el Arco Iris: dentro de la persona.

Ahora, en la Iglesia del Señor Jesucristo también encontramos el Arco Iris... vamos a ver, El Pacto de Dios, tenemos ahí que es ese Arco Iris que está alrededor del Trono. El Arco Iris es un Pacto.

Así que vamos a ver el Pacto de Dios en el Trono de Dios en el Cielo, o el Arco Iris en el Trono de Dios; por lo tanto ahí está el Pacto de Dios, el Pacto con el Arco Iris en el Hijo del Hombre. El Pacto con el Arco Iris en la Iglesia del Señor Jesucristo, que es el Templo Espiritual de Cristo.

Hemos visto ese Pacto Divino, y hemos visto los colores del Arco Iris en la Iglesia de Jesucristo, para cada edad un color; para este tiempo los siete colores y en un círculo completo. El Pacto de Dios con sus colores con el Arco Iris en Israel, en el Israel terrenal.

El Pacto con el Arco Iris en la Tierra, lo vimos en el Arco Iris cuando Dios le habló a Noé, y lo vemos en cada ocasión en que aparece en las nubes.

El Pacto en el Verbo, la Palabra, Cristo. El Pacto en el Angel del Pacto, el Angel de Jehová. El Pacto en el Nombre. El Pacto en el Señor Jesucristo.

Ahora hemos visto en los diferentes lugares en donde se halla el Pacto con sus colores, o el Arco Iris con sus diferentes colores, mostrándonos que ahí está el Pacto de Dios.

Y ahora, vean ustedes, en medio del pueblo hebreo, el Arco Iris con sus siete colores estaba dentro del tabernáculo que construyó Moisés y dentro del templo que construyó el rey Salomón. ¿Y dónde estaba? Estaba dentro del lugar santísimo sobre el propiciatorio, porque allí estaba la Columna de Fuego, el cual es el Angel de Jehová o Angel del Pacto manifestado en esa Luz, donde el sumo sacerdote al entrar con la sangre de la expiación, encontramos que veía la presencia de Dios allí en Luz con los colores del pacto, los colores del Arco Iris.

Por eso nadie podía entrar a ese lugar, excepto el sumo sacerdote; así como nadie podía entrar a la presencia de Dios en el Cielo, sino Jesucristo, el Sumo Sacerdote del Templo Celestial; y entró y se sentó en el Trono de Dios al ascender al Cielo con la Sangre del Nuevo Pacto. Y los siete colores del Arco Iris están en nuestro amado Señor Jesucristo.

Ahora, vean cómo Dios le habla al Profeta Moisés, en el capítulo 25 del Exodo, verso 21 en adelante, dice:

Y pondrás el propiciatorio encima del arca, y en el arca pondrás el testimonio que yo te daré.

Y de allí me declararé a ti, y hablaré contigo de sobre el propiciatorio, de entre los dos querubines que están sobre el arca del testimonio, todo lo que yo te mandare para los hijos de Israel.”

¿Desde dónde Dios le hablaría al Profeta Moisés? Desde el propiciatorio, de en medio de los dos querubines de oro.

En Levítico, capítulo 16, verso 1 en adelante, dice:

Habló Jehová a Moisés después de la muerte de los dos hijos de Aarón, cuando se acercaron delante de Jehová, y murieron.”

Vean, se acercaron delante de Jehová, o sea, entraron al lugar santísimo con incensarios; pero ellos no eran sumos sacerdotes y entraron con fuego extraño, con un fuego que no era el fuego con el cual se tenía que entrar al lugar santísimo.

Y Jehová dijo a Moisés: Dí a Aarón tu hermano, que no en todo tiempo entre en el santuario detrás del velo, delante del propiciatorio que está sobre el arca, para que no muera; porque yo apareceré en la nube sobre el propiciatorio.”

Y ahora, vean ustedes, Dios ha establecido que El aparecería en la nube sobre el propiciatorio (o sea, en medio de los dos querubines de oro), ahí es donde estaba el Pacto de Dios, ahí era el lugar donde llevaba el sumo sacerdote la sangre de la expiación, la sangre del macho cabrío de la expiación.

Y ahora, el Trono de Dios en el Cielo es el lugar que está representado ahí en el lugar santísimo del tabernáculo que construyó Moisés y del templo que construyó el rey Salomón.

Y ahora, Cristo ascendió al Cielo victorioso, siendo Cristo el mismo Melquisedec, el Sacerdote del Dios Altísimo, el Sumo Sacerdote del Templo Celestial.

Y como El tenía que presentar ante Dios la Sangre de la expiación, para el pecado ser quitado del ser humano, y ser limpiado de todo pecado. Melquisedec, vean ustedes, así como el sumo sacerdote para llevar al lugar santísimo la sangre de la expiación, para obtener el perdón de los pecados del pueblo hebreo y ser reconciliados con Dios cada año, así Cristo, Melquisedec, el Sumo Sacerdote del Templo Celestial, para llevar al Lugar Santísimo del Templo Celestial, llevar al Trono de Dios la Sangre de la Expiación, y limpiar al ser humano de todo pecado y reconciliar al ser humano con Dios, tuvo que hacer como hacía el sumo sacerdote.

¿Dónde consiguió el macho cabrío de la expiación, y dónde efectuó el sumo sacerdote el sacrificio de ese macho cabrio, y dónde obtuvo la sangre? En el atrio, en el atrio el sumo sacerdote sacrificó - sacrificaba el macho cabrío de la expiación cada año, tomaba esa sangre en una vasija, y luego la llevaba al lugar santísimo.

Vean, pasaba por el atrio, lugar santo y lugar santísimo, y allá llevaba él la sangre, y esparcía sobre el propiciatorio siete veces, lo hacía en esa forma con su dedo sobre el Este del propiciatorio (o sea, la parte del frente del propiciatorio), ahí era donde él esparcía la sangre.

Y la presencia de Dios en esa Luz estaba sobre el propiciatorio, y el sumo sacerdote al hacer todas las labores correspondientes de ese Día de la Expiación, Dios extendía Su Misericordia, perdonaba al pueblo, y quedaba reconciliado para ese nuevo año el pueblo hebreo; por cuanto la sangre no era perfecta ni el animalito era perfecto, tenía que ser año tras año.

Si hubiera tenido un animalito perfecto con una sangre perfecta, pues solamente lo haría una vez; pero por cuanto eso tipificaba ese Lugar Santísimo, el Lugar Santísimo Celestial, el Arca del Pacto y el Propiciatorio con los dos querubines, representa el Trono de Dios en el Cielo con los Arcángeles Gabriel y Miguel, uno a cada lado y Dios en el centro.

Encontramos que para Melquisedec, el cual es Cristo, el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, Cristo en Su cuerpo teofánico, el cual es el mismo Dios en Su cuerpo teofánico, para obtener ese animalito de sacrificio y obtener su sangre para colocarla en el Trono de Dios en el Cielo, y convertirse ese Trono de Dios en un Trono de Intercesión, de Misericordia, para salir de parte de Dios Misericordia para el ser humano, tuvo Melquisedec, que es el mismo Dios en Su cuerpo teofánico, tuvo que venir a esta Tierra, crear en el vientre de María una célula de vida, una célula de sangre, y multiplicarse esa célula de sangre, de vida, y así formarse el cuerpo de Jesús que nació a través de la virgen María en Belén de Judea; y en ese cuerpo habitó Dios en toda Su plenitud, la Divinidad en toda Su plenitud habitó en Jesús.

Melquisedec, el Sumo Sacerdote del Templo Celestial, estaba hecho carne, y ahora tenía un cuerpo de carne para colocarlo en Sacrificio por todos nosotros, para ser sacrificado ese cuerpo como Cordero de Dios y también como Macho cabrío de la Expiación, para luego resucitarlo y llevar la Sangre de ese Sacrificio, llevarla al Trono de Dios. Por eso vino a esta dimensión terrenal, que es el Atrio de la Casa de Dios, y luego pasó por el infierno y luego pasó al Paraíso, donde recogió a los santos que estaban en el Paraíso, los cuales ya con la Sangre de Cristo quedaron limpios de todo pecado; ellos antes de eso estaban sus pecados cubiertos con la sangre de los animalitos que ellos habían ofrecido en sacrificio, pero cuando Cristo murió, sus pecados fueron quitados. O sea, que el Sacrificio de Cristo y Su Sangre derramada obró para ellos y para nosotros.

Y ahora, pasa por el Paraíso Cristo, y resucita a los santos que están ahí en el Paraíso, y luego está unos 40 días en la Tierra, resucita y está unos 40 días en la Tierra, y los santos resucitados también, apareciéndole a sus familiares y Cristo a Sus discípulos, y luego asciende al Cielo y se sienta en el Trono de Dios.

Ahora, Cristo colocando la Sangre de la Expiación, Su propia Sangre allá en el Trono del Padre. Esto es el Sumo Sacerdote, Cristo, Melquisedec colocando allí Su Sangre para que así el ser humano pueda ser reconciliado con Dios, sus pecados ser perdonados y obtener el nuevo nacimiento, y así ser restaurado el ser humano a Dios, y ser restaurado por consiguiente a la Vida eterna y estar bajo el Pacto de Dios, y por consiguiente cubierto con los colores del Arco Iris; y así estar sellado con el Espíritu Santo de Dios, el Espíritu Santo que es las arras de nuestra salvación, las primicias es el bautismo del Espíritu Santo el Sello de Dios.

Por tanto, la persona al recibir el Espíritu Santo queda sellado como un hijo de Dios, obtiene el nuevo nacimiento y nace de nuevo, nace como un hijo o hija de Dios.

Y ahora, ese es el Sello del Espíritu Santo, de la promesa hasta y para el día de la Redención; hemos sido sellados para el día de la Redención, el día de la resurrección de los muertos en Cristo en cuerpos eternos, y de la transformación de nosotros los que vivimos; y eso es para el Día Postrero, que es el Séptimo Milenio, en donde los muertos en Cristo van a resucitar en cuerpos eternos como Cristo prometió, cuando dijo: “Y Yo le resucitaré en el Día Postrero.”

Y para nosotros los que vivimos, si permanecemos vivos hasta que Cristo termine de completar Su Iglesia y se levante del Trono del Padre, y tome el Título de Propiedad, y reclame a todos los que El ha redimido con Su Sangre, reclame a los que ya han partido y los resucite en cuerpos eternos, y entonces a nosotros nos reclamará y nos transformará, y entonces seremos inmortales físicamente.

Ya somos inmortales interiormente, nuestra alma es inmortal, y el espíritu o cuerpo teofánico que recibimos es inmortal también; y pronto recibiremos el cuerpo glorificado, que es inmortal también.

Hay tres clases de cuerpos: cuerpo teofánico (o sea, cuerpo angelical), hay cuerpo físico de carne (segundo cuerpo) y cuerpo glorificado; ese tercer cuerpo es el más importante, ese es el cuerpo que Cristo tiene en la actualidad, y ese es el cuerpo que cada uno de nosotros tendremos cuando seamos transformados, y esa es la clase de cuerpo que tendrán los muertos en Cristo cuando sean resucitados.

Ahora, hemos visto que hay un Arco Iris, el Arco Iris del Pacto Divino, el cual está en el Trono de Dios, está en la Iglesia del Señor Jesucristo, y está en cada creyente en Cristo, y está en el planeta Tierra también.

De edad en edad ha sido manifestado en el territorio donde se ha cumplido cada edad, ese territorio ha estado cubierto con ese color, un color del Arco Iris; pero ahora en este tiempo final, por cuanto son los siete colores completos, y la Edad de la Piedra Angular está siendo manifestada en la América Latina y el Caribe, la América Latina y el Caribe y sobre la América Latina y el Caribe está el Arco Iris con sus siete colores.

Por eso la Obra que Cristo está llevando en la América Latina y el Caribe, es la Obra más grande de todas las etapas de la Iglesia del Señor Jesucristo, es la etapa en donde los creyentes en Cristo en la Edad de la Piedra Angular —en su mayoría— no verán muerte y serán transformados, porque están los siete colores del Arco Iris manifestados, lo cual nos habla de un Pacto eterno.

Y ahora, estamos nosotros viviendo la mejor etapa de la Iglesia del Señor Jesucristo.

Y ahora, Dios está en esa labor: llamando y juntando a Sus escogidos de este tiempo final; eso es lo que hace Jesucristo en Espíritu Santo en medio del pueblo latinoamericano y caribeño, en la Edad de la Piedra Angular.

Hay muchos latinos que han ido a otras naciones, como Norteamérica, han ido también a Europa y otras naciones y continentes, pero si son escogidos, hasta allá también les llega el Mensaje, oyen la Voz de Cristo correspondiente a este tiempo final y entran al Pacto Divino, y quedan cubiertos con los colores del Arco Iris, los colores del Pacto de Dios.

Ahora, hemos visto que hay un misterio muy grande cumpliéndose en este tiempo final, todo ese misterio está en la Casa de Dios, en la etapa del Lugar Santísimo de la Casa de Dios; y el misterio de otras etapas, de otras edades correspondientes al Templo Espiritual de Cristo, ya se cumplió durante las siete edades donde se manifestó cada color del Arco Iris, pero que no les fue revelada ni la mitad.

Pero en este tiempo final la promesa es que todo será revelado a la Iglesia del Señor Jesucristo en la Edad de la Piedra Angular. Y aun cuando seamos transformados, si faltó algo de ser conocido, entonces lo conoceremos todos todo cuando estemos en el nuevo cuerpo.

Ahora, se requiere que toda persona que tiene su nombre escrito en el Libro de la Vida del Cordero, escuche la Voz de Cristo y entre al Nuevo Pacto y quede bajo la Sangre del Nuevo Pacto, la Sangre de Cristo, y así quede bajo los colores del Arco Iris, del Pacto de Dios.

Ahora, la Shekinah, la Columna de Fuego, el Logos, vean ustedes, para este tiempo final ya no se encuentra en las edades pasadas, sino en la Edad de la Piedra Angular. Ahí es donde están los colores del Arco Iris del Pacto de Dios en este tiempo final aquí en la Tierra, y ahí es donde se reflejan los colores del Arco Iris de Dios que rodea el Templo, que rodea el Trono de Dios en el Cielo.

Por lo tanto, todo lo que Dios habla desde el Trono en el Cielo, es reflejado y revelado en el Trono de la Iglesia del Señor Jesucristo, que es la Edad de la Piedra Angular. Ahí es donde El está llevando a cabo Su Obra correspondiente a este tiempo final.

Y ahora, así como hubo un color del Arco Iris en cada edad, también en cada Mensajero; y para el día final o tiempo final, para la Iglesia de Jesucristo en la Edad de la Piedra Angular, los siete colores del Arco Iris, y para el Angel Mensajero del Día Postrero los siete colores del Arco Iris también.

Esos son los colores del Logos, de la Shekinah, del Angel del Pacto, del Espíritu Santo.

Y ahora, nos encontramos viviendo en el tiempo final, donde los siete colores del Arco Iris están prometidos para ser manifestados en el alma de los escogidos de Dios, para que así, estando en ese Pacto eterno, podamos ser preparados para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. El nuevo cuerpo que tendremos, también estará rodeado de los siete colores del Arco Iris.

Encontramos en Ezequiel, capítulo 1, versos 26 al 28, que dice:

Y sobre la expansión que había sobre sus cabezas se veía la figura de un trono que parecía de piedra de zafiro; y sobre la figura del trono había una semejanza que parecía de hombre sentado sobre él.

Y vi apariencia como de bronce refulgente, como apariencia de fuego dentro de ella en derredor, desde el aspecto de sus lomos para arriba; y desde sus lomos para abajo, vi que parecía como fuego, y que tenía resplandor alrededor.

Como parece el arco iris que está en las nubes el día que llueve, así era el parecer del resplandor alrededor. Esta fue la visión de la semejanza de la gloria de Jehová. Y cuando yo la vi, me postré sobre mi rostro, y oí la voz de uno que hablaba.”

Aquí podemos ver que este Arco Iris alrededor del que está sentado en el Trono y este resplandor que le rodea, contiene los siete colores del Arco Iris, y así fue como Ezequiel vio la apariencia de la Gloria de Dios, la Gloria de Jehová; eso es lo mismo que Juan el Apóstol vio, cuando vio a uno sentado en el Trono en el Cielo, y alrededor del Trono un Arco Iris como esmeralda.

Y ahora, eso es lo mismo que era visto en el lugar santísimo sobre el propiciatorio, cuando Aarón o Moisés entraban. Aarón cuando entraba el día de la expiación, el día diez del mes séptimo de cada año; pero Moisés podía entrar en cualquier tiempo que Dios lo llamara o que Moisés tuviera necesidad de entrar.

Y ahora, al Cielo, vean ustedes, Cristo entró y colocó como Sumo Sacerdote Su Sangre sobre el Propiciatorio, y ha estado haciendo Intercesión por todos los que tienen sus nombres escritos en el Libro de la Vida del Cordero, que es el Libro sellado con Siete Sellos.

Y ahora, ya Cristo está muy cerca de terminar Su labor de Intercesión, este llamado a que se presente uno para tomar el Libro, probablemente ha estado desde hace algún tiempo; pero si no ha estado, pronto estará ese llamado, pero podría estar ya desde hace tiempo ya ese llamado, porque ahí se hace el llamado en Apocalipsis, capítulo 5, Juan lo escucha y nadie se presenta, no se halló ninguno digno ni en el Cielo ni en la Tierra ni debajo de la Tierra, tenía que ser un hombre, un Pariente Redentor del ser humano, que pudiera redimir al ser humano.

Y el único que murió por el ser humano fue nuestro amado Señor Jesucristo, por lo tanto ninguna otra persona puede reclamar ese Título de Propiedad en el Cielo.

Así que, hay un llamado en el Cielo para que se presente el Pariente Redentor de la raza humana, porque ningún otro hombre puede hacerlo en el Cielo.

Y ahora, ese Título de Propiedad tiene que ser tomado y abierto en el Cielo, antes que termine en el Cielo el ciclo en que tiene que ser tomado y abierto ese Libro.

Juan lloraba mucho porque todo estaba perdido, y si no aparecía alguien para tomar ese Libro y abrirlo y reclamar toda la Creación, todo lo que ha sido redimido con la Sangre de Cristo, entonces todo estaría perdido y aun la raza humana desaparecería y el planeta Tierra también, y todas las estrellas y todas las galaxias desaparecerían, toda la Creación desaparecería.

Pero si aparece el Pariente Redentor, toma el Libro y lo abre en el Cielo, entonces eso dará lugar a que toda la Creación viva eternamente, y todos los hijos e hijas de Dios vivan eternamente; dará lugar a una resurrección de los muertos en Cristo, y a una transformación de nosotros los que vivimos; de otra forma todo estaría perdido.

Ahora, Juan conoce el significado de eso, y Juan está muy preocupado y está llorando mucho. Juan allí representa a la Iglesia del Señor Jesucristo y a Sus Angeles Mensajeros pasando por sus diferentes etapas.

Juan en todo el libro del Apocalipsis está representando a la Iglesia de Jesucristo con Sus Angeles Mensajeros.

Y ahora, Juan ascendiendo al Cielo y viendo el Trono de Dios y todas estas cosas, está representando a la Iglesia del Señor Jesucristo de este tiempo final, con el Angel Mensajero del Señor Jesucristo de este tiempo final.

Y ahora, Juan ve que Cristo toma el Título de Propiedad en el Cielo, esto es cuando ha terminado Su Obra de Redención, cuando ha llamado y ha juntado hasta el último de los escogidos de Dios.

Todavía Cristo está haciendo Intercesión como Sumo Sacerdote y Cordero de Dios, todavía El no ha tomado el Libro, y no ha hecho el Reclamo todavía, todavía El está llamando y juntando a Sus escogidos en Su Cuerpo Místico de creyentes en la Edad de la Piedra Angular.

Pero cuando entre hasta el último, entonces Cristo se levanta del Trono del Padre, del Trono de Intercesión, y se presenta, y ahí se cumplirá lo que le dijo el anciano: “He aquí el León de la Tribu de Judá, no llores, he aquí el León de la Tribu de Judá, el cual ha vencido, ha prevalecido para tomar el Libro y abrir sus Sellos.”

El anciano hace una presentación de Cristo como León, no como Cordero; pero cuando Juan lo ve, vio un Cordero como inmolado, o sea, que vio que tenía Sangre, y vio que tenía siete cuernos con siete ojos, vio que tenía siete edades con siete Mensajeros; o sea, ese Cordero no es un animal, sino un hombre: Jesucristo, nuestro Salvador, el cual es el mismo León de la Tribu de Judá.

Y ahora, Juan ve que toma el Libro de la diestra del que está sentado en el Trono, lo abre en el Cielo; cuando tomó el Libro hubo un jubileo grande en el Cielo. Y Juan ya no estaba llorando de tristeza; si continuó llorando era de gozo, porque podía continuar llorando pero de gozo, y dice el libro del Apocalipsis, aquí cuando tomó el Libro, capítulo 5: “Y uno de los ancianos me dijo...” capítulo 5, verso 5 en adelante:

Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos.

Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra.

Y vino, y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono.

Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos.”

Porque los santos que habían partido, que estaban en el Paraíso, estaban orando por la Redención, o sea, por la resurrección de ellos en cuerpos eternos para regresar a la Tierra. Y nosotros también hemos estado orando por nuestra transformación, que es la Redención del cuerpo.

Cristo dijo hablando de las señales en el Cielo, dice: “Cuando ustedes vean suceder estas cosas...” En San Lucas está; San Lucas 21, verso 27 en adelante, dice:

Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria.

Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca.”

Ahí nuestra Redención es la Redención del cuerpo, o sea, nuestra transformación para nosotros los que vivimos, y para los que han partido la resurrección de ellos en cuerpos eternos. Continúo en el capítulo 5 de Apocalipsis, verso 9 en adelante, continúo, dice:

Y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación;

y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.

Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de millones,

que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza.”

O sea, que cuando Cristo toma el Título de Propiedad en el Cielo, hay un gran jubileo de las huestes celestiales y de los redimidos por la Sangre de Cristo, que están en el Paraíso:

Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos.

Los cuatro seres vivientes decían: Amén; y los veinticuatro ancianos se postraron sobre sus rostros y adoraron al que vive por los siglos de los siglos (los veinticuatro ancianos son los doce patriarcas y los doce Apóstoles).”

Ahora, podemos ver ahí el gran jubileo que se realiza en el Cielo, cuando Cristo termine Su Obra de Intercesión en el Cielo, y tome el Título de Propiedad.

En todo este lapso de tiempo de las diferentes etapas o edades de la Iglesia, Cristo ha estado llevando a cabo el Programa contenido en ese Libro de los Siete Sellos, y El conoce los que están escritos en ese Libro de los Siete Sellos; y El los llama por su nombre de edad en edad. El, Cristo, el Buen Pastor conoce a Sus ovejas y las llama por su nombre, y dice: “Mis ovejas oyen mi Voz y me siguen.” Y los que no querían escuchar la Voz de Cristo en los días que El estuvo en la Tierra, El les dijo: “Ustedes no pueden escuchar mi Voz, porque ustedes no son de mis ovejas; mis ovejas oyen mi Voz y me siguen.”

Ahora, de etapa en etapa Cristo ha estado llamando y juntando Sus ovejas como El prometió en San Juan, capítulo 10, versos 14 en adelante, donde dice:

Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen.”

Así que El nos conoció a todos nosotros desde antes de la fundación del mundo:

...y las mías me conocen,

así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.

También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.”

Oirán Su Voz, la Voz de Cristo, la Voz del Buen Pastor de etapa en etapa. Esto es por medio de la manifestación de Jesucristo en Espíritu Santo a través del Mensajero de cada edad, y de ahí se ha extendido la Voz de Cristo a otros predicadores, los cuales han llevado el Mensaje, y las ovejas de Cristo han escuchado la Voz de Cristo; eso ha sido así de etapa en etapa.

Para cada etapa ha surgido un despertamiento espiritual, un avivamiento espiritual, el cual ha sido producido por el Espíritu Santo en la manifestación que ha tenido a través del Mensajero de cada edad, y así ha llamado las ovejas de cada edad, y las ha colocado ¿dónde? En el Redil del Señor, que es Su Iglesia.

Es ahí donde en este tiempo final Cristo también llama y junta a Sus ovejas para completar Su Redil, para completar Su Iglesia, para completar Su Templo Espiritual, y así completar ese Templo Espiritual que fue representado también en el tabernáculo que construyó Moisés y el templo que construyó el rey Salomón, porque esos templos representaban el Templo que está en el Cielo; y la Iglesia del Señor Jesucristo representa el Templo que está en el Cielo.

La Iglesia del Señor Jesucristo es el Templo Espiritual de Cristo; por lo tanto, todo lo que estaba en el tabernáculo que construyó Moisés y el templo que construyó Salomón, es materializado en la Iglesia del Señor Jesucristo en seres humanos.

El candelero o candelabro, miren, son las siete edades de la Iglesia con sus siete Angeles Mensajeros, ese es el candelabro con sus siete lámparas encendidas en el lugar santo del tabernáculo que construyó Moisés y el templo que construyó el rey Salomón.

Y ahora, Cristo está materializando con seres humanos Su Templo, el templo que construyó Moisés y el templo que construyó Salomón; por lo tanto, la Iglesia del Señor Jesucristo es lo más grande que Cristo tiene en la Tierra. Por eso Cristo en Espíritu Santo ha estado en Su Iglesia, manifestando el Arco Iris, manifestando un color del Arco Iris en cada edad.

En edades pasadas no podía venir la resurrección de los muertos y la transformación de los que estaban viviendo, porque solamente tenían un color del Arco Iris.

Para que pueda venir la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de nosotros los que vivimos, tiene que estar el Pacto, el Arco Iris del Pacto manifestado con sus siete colores, y eso es lo que tiene la Iglesia de Jesucristo en la Edad de la Piedra Angular.

Y a medida que le da la Luz a esa Edad de la Piedra Angular, los colores del Arco Iris son manifestados; así como usted toma una piedrecita en forma de pirámide, una piedrecita de cristal o un diamante y le coloca luz, cuando le da la luz a esa piedrecita en forma de pirámide, ese cristal en forma de pirámide ¿qué sucede? Se ven los siete colores del Arco Iris.

Así como en cada edad, cuando fue predicado el Mensaje de cada edad, fue manifestado el color del Arco Iris correspondiente a cada edad.

Y a medida que se predica el Mensaje de la Edad de la Piedra Angular, se manifiestan los siete colores del Arco Iris en la Edad de la Piedra Angular, los siete colores del Arco Iris del Pacto de Dios con Su Iglesia.

Y ahora, en la Iglesia del Señor Jesucristo tiene que materializarse todo lo que está en el Cielo, para que sea completamente el Templo representante del Templo Celestial.

En la Tierra, el tabernáculo que construyó Moisés representaba el Templo Celestial, y el que construyó Salomón representaba el Templo Celestial; por eso los sacrificios eran hechos en ese templo, y la sangre era llevada al lugar santísimo, la sangre de la expiación; y Dios extendía Su Misericordia allí, la extendía desde el Cielo, desde el Trono Celestial, y era manifestada ¿dónde? Allí en ese tabernáculo terrenal.

Y ahora, la Misericordia de Dios desde el Cielo, ha estado siendo manifestada en el Templo Espiritual de Jesucristo.

Y ahora, cuando se complete la construcción de ese Templo Espiritual, encontramos que será dedicado a Dios, para morada de Dios en Espíritu Santo en toda Su plenitud en ese Templo. Y Cristo, el Angel del Pacto, el Angel Fuerte, el León y también Cordero, el cual tomó el Título de Propiedad, el Libro de los Sellos y lo abrió en el Cielo, ahora en Apocalipsis, capítulo 10 desciende del Cielo, dice capítulo 10 de Apocalipsis:

Vi descender del cielo a otro ángel fuerte, envuelto en una nube, con el arco iris sobre su cabeza.”

Ahora viene con el Pacto de Dios, ahora viene con los siete colores del Arco Iris.

En las siete edades solamente un color fue reflejado; pero aquí en Apocalipsis 10, Cristo viene con los siete colores del Arco Iris, con el Arco Iris sobre Su cabeza. Otras versiones dicen: “Alrededor de Su cabeza.” No hay problema ahí.

Y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego.

Tenía en su mano un librito abierto...”

Ese Librito abierto (con el cual El viene) en Su mano, es el Libro de los Siete Sellos que El tomó en el Cielo y lo abrió, y ahora lo trae a la Tierra; lo tomó del Templo de Dios en el Cielo, el cual - Libro que estaba en la diestra de Dios en el Cielo; o sea, ese Libro estaba en el Lugar Santísimo allá en el Trono en la diestra de Dios.

Y ahora, trae el Libro y viene con el Arco Iris sobre Su cabeza o alrededor de Su cabeza, porque dondequiera que esté ese Título de Propiedad, estará el Arco Iris de Dios, el Arco Iris del Pacto de Dios.

Por cuanto en cada edad estuvo manifestándose una parte de ese Libro de los Sellos, estuvo un color del Arco Iris en cada edad, porque una parte de ese Libro estaba siendo manifestado en cada edad.

Y ahora, para este tiempo final viene Cristo, el Angel Fuerte con el Librito de los Sellos abierto en Su mano, y viene con el Arco Iris del Pacto de Dios:

Y sus pies como columnas de fuego.

Tenía en su mano un librito abierto; y puso su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra;

y clamó a gran voz, como ruge un león; y cuando hubo clamado, siete truenos emitieron sus voces.”

En todo este tiempo se ha estado cumpliendo una parte muy importante de ese Libro de los Siete Sellos, así como en cada edad se cumplió la parte correspondiente a cada edad.

Y estando en ese Libro de los Sellos el nombre de cada escogido de Dios correspondiente a cada edad, en este tiempo final están los nombres de los escogidos de Dios en ese Libro de los Siete Sellos, y por consiguiente Cristo está llamando y juntando los escogidos del Día Postrero que tienen sus nombres en ese Libro de los Siete Sellos. O sea, que se está cumpliendo una parte muy importante de ese Libro de los Siete Sellos, se está cumpliendo todo bajo la Obra que Cristo está llevando a cabo en este tiempo final.

Bajo el Cuarto Sello, el Quinto Sello, Sexto Sello y Séptimo Sello hay cosas que tienen que ser cumplidas.

Bajo El Cuarto Sello, lo cual es un Sello que corresponde a este tiempo final, hay cosas que tienen que ser cumplidas y Cristo tiene que llevar a cabo una Obra; pero el enemigo de Dios tratará de impedir esa Obra.

Bajo El Quinto Sello aparecen los mártires hebreos de tiempos pasados, como los del tiempo de Hitler, Mussolini y Stallin, y de todos esos tiempos pasados, pidiendo venganza por la sangre de ellos que fue derramada por esas naciones y esos dictadores; pero les fue dicho que descansaran un poco de tiempo, hasta que se completara el número de ellos.

Y se completará el número de ellos con los ciento cuarenta y cuatro mil hebreos que serán perseguidos y serán martirizados, serán matados. Esto está aquí en el capítulo 6 de Apocalipsis, verso 9 en adelante, donde dice:

Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían (o sea, eran los hebreos).

Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra?”

Porque Dios vengará la sangre de Sus siervos. Sus siervos son los hebreos, y aquí están pidiendo venganza; todavía Cristo aquí no se ha levantado del Trono del Padre.

Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos.”

Se les dieron vestiduras blancas; o sea, se les dieron cuerpos espirituales, espíritus o cuerpos espirituales para esperar, y que esperaran por un tiempo. Primero, Juan ve almas, pero ahora se les dan vestiduras.

Como nuestro cuerpo es una vestidura de carne, el espíritu es una vestidura espiritual, otro cuerpo; y ahora, aquí se les dan vestiduras a estos que fueron martirizados en esos tiempos pasados, estos hebreos que fueron martirizados, muertos, asesinados, y se les ordena descansar; así como están descansando los santos de la Iglesia en el Paraíso, ahora estos reciben vestiduras blancas para descansar. Están en cuerpos teofánicos espirituales, ¿hasta cuándo?

Hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos (los ciento cuarenta y cuatro mil hebreos van a morir como mártires también).”

Ahora, tenemos también ahí, que esos ciento cuarenta y cuatro mil van a aparecer; falta cumplirse esa profecía de ese Quinto Sello, lo cual se cumplirá bajo el ministerio de los Dos Olivos, de Moisés y Elías llamando y juntando a los ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, con Gran Voz de Trompeta llamando y juntando a Sus escogidos los hebreos.

Lo mismo que hace con los escogidos de entre los gentiles, los escogidos del Cuerpo Místico de Cristo, lo hace también con los escogidos del pueblo hebreo, es Cristo, el Espíritu Santo en Su manifestación final, operando los ministerios de Moisés y Elías por medio de Su Angel Mensajero.

Luego tenemos El Sexto Sello que son Moisés y Elías ¿ven? El Sexto Sello, Moisés y Elías ministrando para el pueblo hebreo. Y por cuanto el Evangelio pasa de los gentiles a los hebreos, de la Iglesia gentil a los hebreos, tiene que estar el ministerio de Moisés y Elías entre los gentiles, en medio de la Iglesia de Jesucristo para poder pasar a los hebreos con el Mensaje del Evangelio del Reino.

Y luego tenemos El Séptimo Sello, el cual en Apocalipsis, capítulo 8, verso 1, dice:

Cuando abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora.”

El Séptimo Sello siendo abierto es el misterio del Séptimo Sello (o sea, la Segunda Venida de Cristo); ese misterio al ser abierto en el Cielo, causó silencio. Nadie sabía, nadie conocía el misterio de ese Séptimo Sello, pero luego cuando es abierto en el Cielo, allí fue conocido, y todos los que allí en el Cielo estaban, guardaron silencio para que no se interrumpiera el Programa de Dios.

Luego, ese misterio, encontramos que tiene que ser cumplido en esta Tierra en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo, y esa es la Venida del Angel Fuerte que desciende del Cielo, envuelto en una nube y con el Arco Iris alrededor de Su cabeza.

¿Cuál es el propósito de Cristo tomar el Título de Propiedad y abrirlo en el Cielo, y luego descender a la Tierra y traerlo? Es llevar a cabo Su Obra de Reclamo, reclamar todo lo que El ha redimido con Su Sangre preciosa, y colocar a Sus escogidos en eternidad física, dándonos un cuerpo glorificado, y reclamar también Su Trono: el Trono de David.

Ahora, con la Venida de Cristo, el Angel Fuerte que desciende del Cielo, es llevada a cabo la dedicación del Templo Espiritual de Cristo, El viene para Su Templo y viene con el Título de Propiedad.

Así como estaba en el Cielo, en el Trono de Dios en el Cielo en la diestra de Dios, ese Título de Propiedad el cual le fue dado a Adán, el cual Adán perdió porque pecó Adán y Eva, y entonces Dios tomó ese Título de Propiedad de regreso, y lo tuvo en Su mano hasta que aquí en Apocalipsis, capítulo 5, lo toma Cristo y lo abre en el Cielo, y luego lo trae de nuevo a la Tierra, para así comenzar un Edén con Su Iglesia, colocándonos en eternidad física, dándonos un cuerpo glorificado.

Tiene que estar el Arco o Arco Iris del Pacto con sus siete colores en Su Iglesia, y tiene que estar el Título de Propiedad en Su Iglesia, para poder ser restaurados a la Vida eterna física.

Y ahora, esa es la Obra de Cristo correspondiente a este tiempo final, por eso El llama y junta a Sus escogidos en este tiempo, en Su Cuerpo Místico de creyentes en la Edad de la Piedra Angular, y así El va materializando en Su Iglesia todo lo que está en el Cielo.

Esto quiere decir que lo que está en el Cielo, ha estado Cristo colocándolo en Su Iglesia, miren, miren que sencillo es: Apocalipsis, capítulo 4, verso 5, dice (4 y 5):

Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas.”

Esos veinticuatro ancianos que están delante del Trono de Dios en el Cielo, ¿quiénes son? Son los *doce patriarcas los cuales existieron aquí en la Tierra, y los doce apóstoles del Señor Jesucristo, los cuales existieron aquí en la Tierra; en la Iglesia de Jesucristo estaban esos doce Apóstoles (excluyendo a Judas Iscariote, su lugar fue otorgado a otra persona).

Miren cómo Cristo ha estado materializando estos veinticuatro ancianos, los ha estado materializando ¿dónde? En Su Templo Espiritual. Cualquiera dirá: “¿Pero los doce patriarcas dónde los encontramos en el Templo?” Están en el Atrio, corresponden al tiempo del Atrio del Templo Espiritual, de la Casa de Dios; y ahora, están ante la presencia de Dios, son representantes y reyes, tienen tronos y coronas; o sea, que sus posiciones en el Reino de Dios son posiciones muy importantes.

Por eso Cristo hizo la promesa a Sus Apóstoles, diciendo en San Mateo 19, versos 27 en adelante:

Entonces respondiendo Pedro, le dijo (al Señor): He aquí, nosotros lo hemos dejado todo, y te hemos seguido; ¿qué, pues, tendremos?

Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración (o sea, esto es para el Reino Milenial donde vendrá esa regeneración), cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.”

Ellos serán reyes y serán jueces allí también, y serán sacerdotes también. También en San Lucas, capítulo 22, verso 28 al 30, dice:

Pero vosotros sois los que habéis permanecido conmigo en mis pruebas.

Yo, pues, os asigno (o sea, les doy)...

Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo asignó a mí

para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis en tronos juzgando a las doce tribus de Israel.”

Ellos tienen una posición muy importante en medio del pueblo hebreo: son reyes, son jueces y son sacerdotes también, y todo esto es en el Reino de nuestro amado Señor Jesucristo. Cristo dice: “En mi Reino.”

Ahora, Dios le ha dado el Reino a Cristo. Cristo es el heredero al Reino de David y el Trono de David, y en ese Reino es donde estos Apóstoles tendrán esos doce tronos; es en ese Reino donde cada Angel Mensajero de Jesucristo estará también en un trono, y tendrán sus súbditos, que son los que pertenecen a la edad en que Dios lo envió.

Y cada Angel Mensajero será un rey, un juez y sacerdote también. Así como en la actualidad está —por ejemplo— el reino de tal o cual país; en el Reino Milenial podremos decir: “Yo voy a ir al reino tal del rey tal, de San Pablo, o de Ireneo, o de Martín, o de Colombo, o de Lutero, o de Wesley, o de William Marriom Branham;” cada uno de ellos estará establecido en este planeta Tierra.

Así como Dios formó, creó una nación: el pueblo hebreo, y colocó un Profeta sobre ese pueblo, el cual fue Profeta, fue también sacerdote, fue legislador, fue rey sobre el pueblo hebreo, le dio las leyes al pueblo hebreo; encontramos que luego también le dio jueces, le dio Profetas, y le dio también a un rey conforme a Su corazón, el rey David, el cual fue representante de Dios aquí en la Tierra como rey.

Los pensamientos del Rey de los Cielos y de la Tierra eran transmitidos al corazón de David, el cual fue un rey conforme al corazón de Dios.

Y ahora, la única nación sobre la Tierra creada por Dios es la nación hebrea, pero Dios ha dicho que va a crear, a formar más naciones, y esta bendición es la que está en el Génesis, capítulo 48, versos... vamos a ver verso 16:

El Angel que me liberta de todo mal, bendiga a estos jóvenes; y sea perpetuado en ellos mi nombre, y el nombre de mis padres Abraham e Isaac, y multiplíquense en gran manera en medio de la tierra.

Pero viendo José que su padre ponía la mano derecha sobre la cabeza de Efraín, le causó esto disgusto; y asió la mano (o sea, y tomó la mano)... y asió la mano de su padre, para cambiarla de la cabeza de Efraín a la cabeza de Manasés.

Y dijo José a su padre: No así, padre mío, porque éste es el primogénito; pon tu mano derecha sobre su cabeza.

Mas su padre no quiso, y dijo: Lo sé, hijo mío, lo sé; también él vendrá a ser un pueblo, y será también engrandecido; pero su hermano menor será más grande que él, y su descendencia formará multitud de naciones.”

Ahora, miren ustedes la bendición dada para Efraín es... miren aquí:

Pero su hermano menor (o sea, Efraín) será más grande que él, y su descendencia formará multitud de naciones.”

Manases representa al pueblo hebreo, un pueblo poderoso, un pueblo el cual en este tiempo final será bendecido por Dios; pero primero viene la bendición de Efraín, que es la Bendición de la Primogenitura, y Efraín representa la Iglesia del Señor Jesucristo.

De la Iglesia del Señor Jesucristo surgirán multitud de naciones; por eso es que en la Iglesia del Señor Jesucristo hay creyentes nacidos de nuevo en cada edad, en cada tiempo, y también hay creyentes que no han nacido de nuevo, que son creyentes profesantes que han contribuido mucho con los creyentes nacidos de nuevo. Y por consiguiente esas personas son representadas en las ovejas que son colocadas a la derecha del Rey, Cristo, el cual juzgará y los colocará en la Vida eterna a esas personas (eso será en el juicio final), porque han sido de ayuda a los escogidos de Dios, dice: “Por cuanto lo hiciste a uno de estos mis hermanos más pequeños.”

Los hermanos más pequeños de Jesús son los hijos e hijas de Dios del Cuerpo Místico del Señor Jesucristo, son hermanos de Jesús (Jesucristo es nuestro Hermano mayor), y también son hijos de Dios por medio de Jesucristo. Por eso dice también: “He aquí Yo, y los hijos que Dios me dio.” También dice: “Anunciaré a mis hermanos Tu Nombre.” Capítulo 2 de Hebreos.

Y ahora, por medio de la Bendición de la Primogenitura, para Efraín serán formadas naciones para el Reino Milenial y luego para la eternidad; por lo tanto, no habrá una sola nación, la nación del pueblo hebreo, sino que también de personas de entre los gentiles y de algunos de entre los hebreos, que han recibido a Cristo como su Salvador, y que han sido también algunos de grande ayuda para los escogidos de Dios, se formarán diferentes naciones, tanto en el Reino Milenial como en la eternidad.

Para el Reino Milenial, pues de los que sobrevivan en este tiempo final y hayan ayudado a la Iglesia de Jesucristo, de esas personas, vean ustedes, y con esas personas, se formarán naciones; y esperamos que el número grande sea de latinoamericanos y caribeños.

Y ahora, habrá naciones terrenales y también naciones celestiales que intervendrán en los asuntos terrenales. Esas naciones celestiales pero que se establecerán en la Tierra e intervendrán con los asuntos terrenales, son los miembros de la Iglesia de Jesucristo correspondiente a cada edad con el Angel Mensajero de cada edad.

O sea, que la persona principal será el Mensajero de cada edad, y luego, la persona principal de todos será nuestro amado Señor Jesucristo, que desde Su Trono: el Trono de David, gobernará sobre todas esas naciones y sobre los Angeles Mensajeros con sus grupos, y así el Reino de Jesucristo estará —diríamos— confederado, unidos, consolidado, y así todas estas naciones que estarán en el milenio serán gobernadas por la Iglesia del Señor Jesucristo.

Luego, en la eternidad la bendición será mayor, así que, estamos comenzando a recibir bendiciones de Dios; pero todavía hay más y más bendiciones de parte de nuestro amado Señor Jesucristo, y todo esto porque tenemos en nuestra edad y tenemos en nuestra alma y tenemos en el Mensaje, el Arco Iris del Pacto de Dios; por eso podemos hablar de todas estas bendiciones para cada uno de ustedes y para mí también: porque tenemos el Arco Iris del Pacto de Dios, donde están todas las bendiciones de Dios para cada uno de ustedes y para mí también.

Ahora, cuando termine todo este Programa Divino, vean ustedes, el Templo que se usará en el milenio y en la eternidad es la Iglesia del Señor Jesucristo.

Y no hay otro templo que las personas puedan hacer, que pueda tener una Sangre Perfecta, y que pueda tener el Arco Iris del Pacto, y que pueda tener el Espíritu de Dios en él. No hay otro; porque si construyen un templo terrenal para Dios, ¿qué animalito van a tomar que sea un animalito perfecto para sacrificarlo y poder tener una sangre perfecta, para que Dios extienda Su Misericordia sobre un pueblo? No lo hay, no lo hubo en el pasado y no lo hay en el presente.

Solamente hay un Sacrificio Perfecto, solamente hay un Cordero Perfecto, solamente hay un Macho Cabrío Perfecto y ese se llama nuestro amado Señor Jesucristo. Y ahora Su Sangre está en Su Templo Espiritual: Su Iglesia, y en cada miembro de Su Iglesia, en el corazón de cada miembro de Su Iglesia, está en el alma de cada miembro de Su Iglesia, está en el lugar santísimo de cada uno de nosotros como individuos, y está en el Lugar Santísimo de Su Templo Espiritual, está en la Edad de la Piedra Angular; fue pasando de edad en edad porque tenía que llegar a la Edad de la Piedra Angular.

Y ahora, en la Iglesia del Señor Jesucristo está la Sangre del Señor Jesucristo impregnada en el alma de cada escogido de Dios; por lo tanto, esta es la edad que tiene el Arco Iris del Pacto en la Iglesia como Edad de la Piedra Angular y en el alma, en el corazón de cada miembro de la Iglesia del Señor Jesucristo.

Y siendo la Iglesia del Señor Jesucristo el Templo Espiritual de Cristo, ese es el Templo en donde Dios estará en toda Su plenitud manifestado en el milenio y por toda la eternidad; por lo tanto ese será el Templo que aquí en la Tierra estará, ya no habrán templos humanos, templos terrenales de madera o de piedra, sino el Templo Espiritual de Cristo que está compuesto por piedras vivas, con seres humanos; como Jesucristo es la Piedra del Angulo, esa Piedra viva que murió por todos nosotros.

Y ahora, ese será el Templo al cual vendrán en el milenio y en la eternidad, y desde ahí será que saldrá la Misericordia de Dios o el juicio divino para los seres humanos; estará fusionado ese Templo Espiritual, y ese Trono de ese Templo Espiritual estará fusionado con el Trono Celestial de Dios; por lo tanto Dios desde ese Trono Celestial hablará, y todo será transferido al Trono del Templo Espiritual de Cristo, y desde ahí pasará a la humanidad todo lo que Dios tenga que decirle a los seres humanos.

Y así será durante el milenio y luego en la eternidad, será Cristo en Su Iglesia, Su Templo Espiritual, que es Su Reino Espiritual, en el Reino literal que El tendrá en ese Reino Milenial; y todo será gobernado aquí de acuerdo a la voluntad del que está sentado en el Trono Celestial, y así será como el Reino de Dios estará en la Tierra gobernando sobre la humanidad, y haciéndose aquí en la Tierra conforme a la voluntad de Dios, conforme a como se hace en el Cielo.

Ahora, les dije que Cristo ha estado materializando en la Tierra, en Su Iglesia, lo que está en el Templo Celestial. ¿Vieron cómo materializó los veinticuatro ancianos con los veinticuatro tronos? Y ahora, dice en ese mismo capítulo 4, que hay ahí siete lámparas [Nota - Apocalipsis 4:5]:

Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios.”

Y Cristo ha materializado en la Tierra esas siete lámparas, esos siete espíritus de Dios cuando envió a Sus siete Angeles Mensajeros en las siete edades.

“Lámpara de Jehová es el espíritu del hombre.” [Nota - Proverbios 20:27]. Por eso esas siete lámparas son los siete espíritus de Dios que recorren toda la Tierra, se materializó cuando fueron hechos en carne humana y fueron conocidos como los siete Angeles Mensajeros de las siete edades.

Y para el Día Postrero los Dos Ungidos, los Dos Candeleros y los Dos Olivos son los Dos Ungidos que están delante de la presencia de Dios, los cuales son los ministerios de Moisés y Elías siendo manifestados en la Tierra.

Con la materialización de los Dos Ungidos que están delante de la presencia de Dios, se manifiestan los ministerios de Moisés y Elías en la Tierra, y materializa Cristo en Su Iglesia los dos querubines de madera de olivo, cubiertos de oro, que construyó el rey Salomón; y cumple en Su Iglesia el misterio de los dos querubines de oro (uno a la derecha y el otro a la izquierda) que están sobre el propiciatorio, que son los ministerios de Gabriel y Miguel en el Cielo, siendo manifestados en la Iglesia del Señor Jesucristo en el Día Postrero.

Por eso es que para el Día Postrero en la Edad de la Piedra Angular, que es la Edad del Lugar Santísimo, todo lo que está allá en el Lugar Santísimo del Templo Celestial de Dios, será materializado en el Lugar Santísimo del Templo Espiritual de Cristo, y por eso en la Edad de la Piedra Angular estarán los ministerios de Moisés y Elías siendo operados en medio de la Iglesia de Jesucristo, y estarán manifestados también en medio de la Iglesia de Jesucristo los Arcángeles Gabriel y Miguel, para cuidar a la Iglesia de Jesucristo, y para así guiar a la Iglesia de Jesucristo para que pueda ser transformada y pueda ser llevada con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, y por consiguiente estarán el Hijo del Hombre con Sus Angeles, que son los ministerios de Moisés, de Elías y de Jesús.

Los ministerios de Moisés y Elías estarán con el ministerio de Jesús manifestados, ¿dónde? En la Iglesia de Jesucristo en la Edad de la Piedra Angular. Todo esto es lo que el Espíritu Santo, Jesucristo en Espíritu Santo estará haciendo en este tiempo final.

Y ahora, el Angel Fuerte que desciende del Cielo, que es Cristo con el Librito abierto en Su mano y el Arco Iris alrededor de Su cabeza; miren lo que hace cuando desciende a la Tierra, cuando se levante del Trono del Padre, dice: “Hay...” Página 84 y 85 del mensaje “Tratando de Hacer Servicio a Dios Fuera de Su Voluntad,” dice el Rvdo. William Branham:

Su Mensaje no puede ir en el carro de una nueva denominación cuando El (el Mensaje) está supuesto a estar contenido y venir en el corazón de un profeta.”

Eso fue en la página 84 de este Mensaje, y la página 85, dice:

Hay tan solo un Arca, ese es Jesucristo, y El es la Palabra.”

Recuerden que la Palabra, Cristo, es el Arca del Pacto. Noten bien, y la Palabra, el Mensaje, el Arca del Pacto está supuesta a venir ¿cómo? En el corazón de un Profeta.

Y ahora: “Noten, Dios le dijo al Profeta: Come el rollo (esto fue lo que habló con Ezequiel, y también allá con Jeremías) en el viejo Testamento (eso fue en el viejo Testamento). Ahora, al Profeta del Nuevo Testamento El le dijo: Come el Librito. ¿Por qué? Para que el Profeta y la Palabra fueran uno. ¿Ven? Esa es el Arca, la Palabra de Dios.”

Y ahora, Cristo, el Angel Fuerte que desciende del Cielo viene con el Librito abierto en Su mano, lo entrega a un hombre, entrega la Palabra, el Título de Propiedad, y le dice que se lo coma, que le va a amargar el vientre pero en su boca será dulce como la miel. Apocalipsis, capítulo 10, verso 8 en adelante:

La voz que oí del cielo habló otra vez conmigo, y dijo: Vé y toma el Librito que está abierto en la mano del ángel que está en pie sobre el mar y sobre la tierra.

Y fui al ángel, diciéndole que me diese el Librito. Y él me dijo: Toma, y cómelo; y te amargará el vientre, pero en tu boca será dulce como la miel.

Entonces tomé el Librito de la mano del ángel, y lo comí; y era dulce en mi boca como la miel, pero cuando lo hube comido, amargó mi vientre.

Y él me dijo: Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes.”

Y luego en Apocalipsis, capítulo 11 comienza a profetizar, dice, capítulo 11, verso 3:

Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio.

Estos testigos son los dos olivos, y los dos candeleros que están en pie delante del Dios de la tierra.”

Cristo cuando se levante del Trono del Padre y descienda a la Tierra con el Librito abierto en Su mano, lo cual es el Título de Propiedad, el Libro de la Redención, lo entregará a un hombre, el cual se lo comerá, y luego profetizará sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes.

Ese hombre está representado en Juan el Apóstol, representa a ese hombre y al grupo de escogidos de Dios que estarán con ese hombre, porque Juan representa a la Iglesia del Señor Jesucristo con Sus Angeles Mensajeros.

Y aquí Juan recibiendo ese Título de Propiedad, ese Libro de los Sellos, está representando al Angel de Jesucristo con el grupo de los escogidos de este tiempo final; por lo cual recibirán la bendición del Título de Propiedad y por consiguiente la bendición de la transformación de nuestros cuerpos, para ir con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

Esa es la forma en que es colocado ese Título de Propiedad que estaba en la diestra del que está sentado en el Trono, porque es un Libro para estar ¿dónde? En el Trono de Dios.

Y ahora, pasa del Trono de Dios a Cristo, y de Cristo pasa a Su Cuerpo Místico de creyentes, a través de entregarlo a un hombre que es el Angel del Señor Jesucristo en el Día Postrero, y así es colocado dentro del Lugar Santísimo del Templo Espiritual de Cristo.

Así como Moisés colocó las tablas de la Ley en el arca del pacto; este Título de Propiedad es colocado dentro del Arca del Pacto, es colocado en el Arca del Pacto en el Día Postrero, y el Arca del Pacto es colocado ¿dónde? En el Lugar Santísimo del Templo Espiritual de Cristo.

Cristo es el Arca del Pacto; Cristo en Su Primera Venida es el Arca del Pacto, y Cristo en Su Segunda Venida es el Arca del Pacto.

Y ahora, el Arca del Pacto, Cristo, es colocado ¿dónde? En el Lugar Santísimo de Su Templo Espiritual, y ahí está el Título de Propiedad.

Y ahora, todo esto cuando Cristo se levante del Trono del Padre, todo esto se materializará totalmente en la Iglesia de Jesucristo, en la Edad de la Piedra Angular; y desde ahí es que saldrá la Misericordia de Dios, desde el Trono de Dios al Trono de Jesucristo en Su Iglesia en el Lugar Santísimo, que es en la Edad de la Piedra Angular, y también va a ser hablado el juicio divino de las cosas que van a suceder; y será proclamado el día venganza del Dios nuestro.

Todo eso saldrá del Lugar Santísimo del Templo Espiritual de Cristo(o sea, de la Edad de la Piedra Angular); y ahí estará profetizando sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes.

Ahora, podemos ver el porqué Cristo entrega a un hombre el Título de Propiedad: para que se lo coma y se haga carne en él ese Título de Propiedad, para que pueda venir la restauración de todas las cosas, pueda venir la restauración de los muertos en Cristo, ser restaurados a la Vida física en cuerpos glorificados, y nosotros los que vivimos podamos ser restaurados a la Vida eterna en cuerpos glorificados también, y así todos ser restaurados a la Vida eterna; y luego ser restaurado el pueblo hebreo como nación, y ser restaurado el Trono de David, y ser restaurado el Reino de Dios en este planeta Tierra.

Ahora, podemos ver todo ese misterio del Arco del Pacto Divino (o sea, el Arco Iris del Pacto Divino). Todo esto es así porque es en el Lugar Santísimo de Su Templo Espiritual, que es la Edad de la Piedra Angular, que el Arco Iris del Pacto Divino estaría en este tiempo final.

Ninguna otra edad ya tiene promesas para los que están vivos, porque ya esas edades pasaron; para los que partieron, si tienen la promesa de una resurrección .

Ahora, la única etapa o edad de la Iglesia que tiene promesas es la Edad de la Piedra Angular, porque es la Edad del Arco Iris del Pacto Divino, con los siete colores del Arco Iris siendo manifestados a medida que la luz de la Palabra le da a la Edad de la Piedra Angular, y así son manifestados los siete colores del Arco Iris del Pacto Divino, en la Iglesia del Señor Jesucristo.

Hay promesas grandes para cada uno de ustedes y para mí también; y de esas promesas le damos testimonio a todos los seres humanos para que entren al Pacto Divino, al Nuevo Pacto bajo la Sangre de nuestro amado Señor Jesucristo, en el cual los siete colores del Arco Iris están dando su luz, para que así todos recibamos las bendiciones del Arco del Pacto Divino.

El Arco Iris que está alrededor del Trono, se está reflejando en la Iglesia de Jesucristo en este tiempo final, sus siete colores, y en el Mensaje de este tiempo final en cada uno de ustedes y en mí también.

Ha sido para mí una bendición grande estar con ustedes, dándoles testimonio de: EL ARCO IRIS DEL PACTO DIVINO.

En la tarde continuaremos viendo otros detalles de: “EL ARCO DEL PACTO DIVINO.”

Queremos que todos nuestros familiares entren bajo el Arco Iris del Pacto Divino, bajo la Sangre de Jesucristo, que es la Sangre del Nuevo Pacto; y necesitamos tener el conocimiento de este misterio del Arco del Pacto Divino, el cual está manifestado en Su Iglesia.

Que las bendiciones de Jesucristo, el Angel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también, y pronto todos seamos transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.

Estaré con ustedes ya en la próxima actividad a eso de las 3:00 de la tarde —más o menos—, para continuar; y luego estaré buscando todo lo que necesitemos.

Todos estos días estaré buscando todo lo que Dios quiera que yo le diga a ustedes, y yo espero pronto estemos todos listos para ser transformados, y que esté completo el número de los escogidos de Dios.

Ya a fines de mes tendré que estar viajando, pero estaré siempre pensando en ustedes, y estaré orando por ustedes para que Cristo les ayude a todos ustedes. El domingo, domingo como 25 ó 24 por ahí... vamos a ver, el domingo último, ¿cuál es? Domingo 25, estamos todavía aquí, ¿verdad?. El domingo 25 espero tenerles buenas noticias de parte de Cristo, y espero que ustedes oren mucho por mí. Luego de ese domingo, pues ya tendré que estar viajando, pero el Mensaje siempre estará aquí.

Ustedes lo que necesitan es tener el Mensaje; por lo tanto, no les va a faltar el Mensaje aquí; estén como hoy, estando yo en persona o no estando en persona, estén ustedes aquí recibiendo la Palabra, porque tenemos que ser preparados para ser transformados, y tenemos que estar perseverando y sirviendo a Cristo con toda nuestra alma.

Así que, oren mucho por mí, yo oraré por ustedes, para que Cristo nos ayude para estar listos para nuestra transformación.

Yo veo que como que el tiempo se nos está acabando, y de un momento a otro se va a acabar el tiempo nuestro aquí en la Tierra, y se va acabar el tiempo de Cristo como Intercesor en el Cielo.

Ahora, en la tarde veremos con un poquito más de detalles, lo que estará sucediendo cuando Cristo se levante del Trono y regrese a la Tierra, a Su Iglesia; y vamos a ver con más detalles algo ahí muy importante, si Dios me permite darle a conocer a ustedes esas cosas.

Oren mucho por mí para que El me dirija en lo que debo hablar en la próxima actividad.

Bueno, que Dios les bendiga y les guarde; y el cántico y luego Félix continuará. Que Dios les bendiga y les guarde a todos.

EL ARCO DEL PACTO DIVINO.”