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|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
| La consumación del Séptimo Sello | 1999-05-30 | 2 | Ciudad de Guatemala | Guatemala | GT | 00:00:00 | false |
Muy buenas tardes, amados amigos y hermanos presentes. Es para mí una bendición grande estar con ustedes nuevamente aquí en la República de Guatemala, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor del Programa Divino correspondiente a este tiempo final.
Para lo cual quiero leer en el libro del Apocalipsis, capítulo 8, verso 1 al 5, donde nos dice Dios de la siguiente manera:
“Cuando abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora.
Y vi a los siete ángeles que estaban en pie ante Dios; y se les dieron siete trompetas.
Otro ángel vino entonces y se paró ante el altar, con un incensario de oro; y se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que estaba delante del trono.
Y de la mano del ángel subió a la presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos.
Y el ángel tomó el incensario, y lo llenó del fuego del altar, y lo arrojó a la tierra; y hubo truenos, y voces, y relámpagos, y un terremoto”.
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla. Nuestro tema para esta ocasión es “LA CONSUMACIÓN DEL SÉPTIMO SELLO”.
El Séptimo Sello, cuando fue abierto en el Cielo, dice que hubo silencio en el Cielo como por media hora.
El Séptimo Sello es la Segunda Venida de Cristo; el misterio contenido en el Séptimo Sello es el misterio de la Segunda Venida de Cristo, el cual para el Día Postrero sería abierto a la Iglesia de Jesucristo y al conocer ese misterio obtendría la fe, la revelación para ser transformada la Iglesia de Jesucristo, cada miembro del Cuerpo Místico de Cristo recibiría la fe para ser transformado y para ser llevado con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
Ahora, este misterio del Séptimo Sello, el misterio de la Segunda Venida de Cristo es el misterio más grande de los Cielos de y la Tierra; ya el misterio de la Primera Venida de Cristo fue abierto al público y por dos mil años están recibiendo los beneficios de la Primera Venida de Cristo los seres humanos que han estado recibiendo a Cristo como su Salvador.
Han estado recibiendo por medio de la predicación del Evangelio, la revelación de la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario y al recibir esa revelación y recibir a Cristo como su Salvador han obtenido ¿qué? Vida eterna.
Ahora, vean ustedes, las personas que no tienen la revelación, la fe para obtener salvación, son las que no tienen el conocimiento de la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario.
Ahora, vean ustedes, para poder obtener la salvación, se requiere tener el conocimiento de la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario; para así obtener el nuevo nacimiento y obtener el cuerpo teofánico de la sexta dimensión; y para obtener el cuerpo físico y eterno, los escogidos de Dios tendrán el conocimiento de la Segunda Venida de Cristo y Su Obra de Reclamo, conforme a como está prometida en la Palabra profética; tendrán el conocimiento de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo.
Ahora, podemos ver que en Su Segunda Venida Él viene por Su Iglesia para resucitar a los muertos en Cristo y transformarnos a nosotros los que vivimos y llevarnos con Él a la Cena de las Bodas del Cordero.
Cuando seamos transformados entonces lo veremos a Él, a Jesucristo en Su cuerpo glorificado, porque también nosotros tendremos un cuerpo glorificado.
Ahora, siendo que el Séptimo Sello, el libro de Los Siete Sellos es la Segunda Venida de Cristo; el contenido de ese Séptimo Sello es la Segunda Venida de Cristo y ese misterio contenido en el Séptimo Sello es revelado por medio de los siete truenos de Apocalipsis 10, que es la Voz de Cristo, el Ángel Fuerte que desciende del Cielo.
Y ahora, el Ángel Fuerte que desciende del Cielo es el mensajero a Israel, el que libertó al pueblo hebreo, allá en Egipto, de la esclavitud; el cual luego se hizo carne y vivió en medio del pueblo hebreo por 33 años en un cuerpo de carne llamado Jesús, por medio del cual llevó a cabo la redención en la Cruz del Calvario y se cumplieron en Él todos los tipos y figuras de los sacrificios que el pueblo hebreo realizaba; por eso de ahí en adelante no se requiere que el ser humano ofrezca a Dios sacrificios con animalitos, porque ya tenemos un sacrificio perfecto que fue hecho por Jesucristo, el Cordero de Dios; en Él se cumplieron todos los sacrificios que el pueblo hebreo efectuaba.
Y ahora, Dios no acepta otro sacrificio por el ser humano para quitar los pecados del ser humano y para el ser humano ser reconciliado con Dios; solamente un sacrificio, el sacrificio de Jesucristo nuestro Salvador y los que reciben ese sacrificio y se presentan a Dios con ese sacrificio, son reconciliados con Dios, porque es el sacrificio para nuestra reconciliación; es el sacrificio de la expiación con el cual somos todos reconciliados con Dios, para ser restaurados a la vida eterna.
Ahora, Cristo cuando murió, resucitó y ascendió al Cielo, se sentó a la diestra de Dios y ha estado haciendo intercesión en el Cielo con Su sacrificio, con Su Sangre, como lo hacía el sumo sacerdote en el tabernáculo que construyó Moisés y el templo que construyó Salomón.
Vean, Aarón, cada año ofrecía a Dios el sacrificio y llevaba la sangre de ese sacrificio del macho cabrío, la llevaba al Lugar Santísimo y allí esparcía con su dedo siete veces sobre el altar, hacia el este y luego que terminaba las labores en ese día, en el cual entraba unas cuantas veces al lugar santísimo, luego encontramos que al final, lo último que hacía, veamos lo que era; lo cual es muy importante, ya que estamos hablando de la consumación del Séptimo Sello. Levítico, capítulo 16, ahí contiene todo lo que Cristo haría en el Cielo, en el Templo celestial; y todo eso fue representado en el templo terrenal que construyó Moisés y el que construyó Salomón; vean, capítulo 16 de Levítico, dice:
“Habló Jehová a Moisés después de la muerte de los dos hijos de Aarón, cuando se acercaron delante de Jehová, y murieron”.
¿Por qué se acercaron delante de Dios y murieron? Se acercaron al lugar santísimo, entraron al lugar santísimo y entraron en un tiempo que no era el correcto, entraron no con la sangre de la expiación y tampoco con el incensario y el perfume correcto, o sea, el incienso correcto; entraron con fuego extraño y murieron; vamos a ver dónde encontramos este caso de Moisés, Aarón y los hijos de Aarón; en Levíticos, capítulo 10, vamos a ver qué nos dice ahí para tener el cuadro claro, capítulo 10, verso 1 en adelante:
“Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego, sobre el cual pusieron incienso, y ofrecieron delante de Jehová fuego extraño, que él nunca les mandó.
Y salió fuego de delante de Jehová y los quemó, y murieron delante de Jehová (o sea, murieron en el lugar santísimo).
Entonces dijo Moisés a Aarón: Esto es lo que habló Jehová, diciendo: En los que a mí se acercan me santificaré, y en presencia de todo el pueblo seré glorificado. Y Aarón calló”.
Estaba calladito el padre de los muchachos y de seguro temblando; aunque era el sumo sacerdote, pero Moisés era el profeta de esa dispensación que está sobre todo ministerio que esté en esa dispensación, porque ese es el padre de la familia, el siervo fiel y prudente que Dios coloca en esa dispensación y todos están sujetos a él; hasta Aarón estaba sujeto a él; y Aarón tenía el ministerio del sumo sacerdocio porque Moisés pidió un ayudante, pero el sumo sacerdocio le correspondía a Moisés; por eso fue que Dios se enojó con Moisés.
Ahora continuamos viendo dice, ahora miren, cuando fue dedicado el tabernáculo ¿quién lo dedicó? Lo dedicó Moisés; y llevó a cabo todos los sacrificios; y luego en las otras ocasiones después lo hacía Aarón.
“Y llamó Moisés a Misael y a Elzafán, hijos de Uziel tío de Aarón, y les dijo: Acercaos y sacad a vuestros hermanos de delante del santuario, fuera del campamento.
Y ellos se acercaron y los sacaron con sus túnicas fuera del campamento, como dijo Moisés.
Entonces Moisés dijo a Aarón, y a Eleazar e Itamar sus hijos: No descubráis vuestras cabezas, ni rasguéis vuestros vestidos en señal de duelo, para que no muráis, ni se levante la ira sobre toda la congregación; pero vuestros hermanos, toda la casa de Israel, sí lamentarán por el incendio que Jehová ha hecho”.
O sea que fuego lo que salió de delante de la presencia de Dios, pues Él estaba allí en la Columna de Fuego sobre el propiciatorio y fuego salió de delante de Dios y los quemó, porque fueron con fuego extraño al lugar santísimo y ni era el tiempo ni les correspondía a ellos ofrecer el incienso; ellos estaban haciendo algo que Dios no les mandó hacer.
Y ahora, Dios le dice Aarón y a los hijos de Aarón: “Ahora ustedes no se van a lamentar por la muerte de ellos”; les prohibió lamentarse para que no viniera sobre ellos y sobre todo el pueblo hebreo el juicio divino; pero dijo: “Pero la congregación del pueblo hebreo sí se lamentará, pero ustedes no van a estar de duelo”.
Ahora miren, una persona que ha perdido sus dos hijos y ahora no puede estar de duelo ni sus hermanos tampoco, los hermanos de los que murieron; ellos se rebelaron en contra de Dios al ofrecer a Dios algo que Dios no demandó. Estaban haciendo un servicio a Dios fuera de la voluntad de Dios; dice:
“Ni saldréis de la puerta del tabernáculo de reunión, porque moriréis…”.
Ahora miren cómo era la cosa: si salían de la puerta del tabernáculo de reunión, iban a morir también; y vean cómo Moisés habla, pero era que Dios colocaba Su palabra en su boca porque Dios estaba en Moisés, era ungido de Dios, era un profeta dispensacional y Moisés hablando, cualquiera dice: “Eso son cosas ahí de Moisés que está hablando, vamos a Salir”. Pero ellos no se atrevieron a salir, sabían que aunque eran, Aarón era hermano de Moisés y estos dos hijos de Aarón eran sobrinos de Moisés aun con todo y ser familia, iban a morir si salían de la puerta, fuera de la puerta.
“Ni saldréis de la puerta del tabernáculo de reunión, porque moriréis; por cuanto el aceite de la unción de Jehová está sobre vosotros. Y ellos hicieron conforme al dicho de Moisés.
Y Jehová habló a Aarón, diciendo:
Tú, y tus hijos contigo, no beberéis vino ni sidra cuando entréis en el tabernáculo de reunión, para que no muráis; estatuto perpetuo será para vuestras generaciones,
para poder discernir entre lo santo y lo profano, y entre lo inmundo y lo limpio,
y para enseñar a los hijos de Israel todos los estatutos que Jehová les ha dicho por medio de Moisés.
Y Moisés dijo a Aarón, y a Eleazar y a Itamar sus hijos que habían quedado: Tomad la ofrenda que queda de las ofrendas encendidas a Jehová, y comedla sin levadura junto al altar, porque es cosa muy santa”.
Y sigue ahí hablándoles a ellos, sigue hablando ahí; y ahora vamos a pasar al capítulo 16 de Levítico:
“Habló Jehová a Moisés después de la muerte de los dos hijos de Aarón, cuando se acercaron delante de Jehová, y murieron.
Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón tu hermano, que no en todo tiempo entre en el santuario detrás del velo, delante del propiciatorio que está sobre el arca, para que no muera; porque yo apareceré en la nube sobre el propiciatorio”.
O sea dentro del Lugar Santísimo sobre el propiciatorio que estaba sobre el arca del pacto.
El propiciatorio es la tapa del arca del pacto, así como ustedes ven esta tapa que está sobre el púlpito aquí, algo así; y aquí encima estaba un querubín a un lado, y otro querubín al otro lado y en el centro la presencia de Dios, Dios en la Columna de fuego, el Ángel del Pacto estaba allí y por consiguiente el Nombre de Dios estaba allí porque allí estaba el Ángel del Pacto; vean dónde estaba el Nombre de Dios en el templo. Y ahora, veamos, dice:
“Con esto entrará Aarón en el santuario: con un becerro para expiación, y un carnero para holocausto.
Se vestirá la túnica santa de lino, y sobre su cuerpo tendrá calzoncillos de lino, y se ceñirá el cinto de lino, y con la mitra de lino se cubrirá”.
La mitra es lo que lleva en la cabeza, y frente ahí, en la misma mitra, en la parte del frente, lleva en una lámina de oro el Nombre de Dios escrito; dice: “Santidad a Jehová”, o sea, Santidad a YHWH; o sea que el Nombre de Dios iba… estaba en un hombre y ese hombre era el único que podía entrar al lugar santísimo. Cuando iba a ministrar llevaba el Nombre de Dios y era el que podía ministrar en el atrio, en el lugar santo y en el lugar santísimo; los otros no podían entrar al lugar santísimo para ministrar. Sigue diciendo:
“Son las santas vestiduras; con ellas se ha de vestir después de lavar su cuerpo con agua.
Y de la congregación de los hijos de Israel tomará dos machos cabríos para expiación, y un carnero para holocausto.
Y hará traer Aarón el becerro de la expiación que es suyo, y hará la reconciliación por sí y por su casa”.
Y así sigue hablando y luego dice:
“Después tomará los dos machos cabríos y los presentará delante de Jehová, a la puerta del tabernáculo de reunión.
Y echará suertes Aarón sobre los dos machos cabríos; una suerte por Jehová, y otra suerte por Azazel.
Y hará traer Aarón el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Jehová, y lo ofrecerá en expiación.
Mas el macho cabrío sobre el cual cayere la suerte por Azazel, lo presentará vivo delante de Jehová para hacer la reconciliación sobre él, para enviarlo a Azazel al desierto.
Y hará traer Aarón el becerro que era para expiación suya, y hará la reconciliación por sí y por su casa, y degollará en expiación el becerro que es suyo.
Después tomará un incensario lleno de brasas de fuego del altar de delante de Jehová, y sus puños llenos del perfume aromático molido, y lo llevará detrás del velo” (o sea, entrará al lugar santísimo con ese incensario de oro).
Y pondrá el perfume sobre el fuego delante de Jehová, y la nube del perfume cubrirá el propiciatorio que está sobre el testimonio, para que no muera.
Tomará luego de la sangre del becerro, y la rociará con su dedo hacia el propiciatorio al lado oriental (o sea, hacia el este); hacia el propiciatorio esparcirá con su dedo siete veces de aquella sangre.
Después degollará el macho cabrío en expiación por el pecado del pueblo, y llevará la sangre detrás del velo adentro, y hará de la sangre como hizo con la sangre del becerro, y la esparcirá sobre el propiciatorio y delante del propiciatorio.
Así purificará el santuario, a causa de las impurezas de los hijos de Israel, de sus rebeliones y de todos sus pecados; de la misma manera hará también al tabernáculo de reunión, el cual reside entre ellos en medio de sus impurezas.
Ningún hombre estará en el tabernáculo de reunión cuando él entre a hacer la expiación en el santuario, hasta que él salga, y haya hecho la expiación por sí, por su casa y por toda la congregación”.
O sea que nadie estará en el lugar Santo mientras el sumo sacerdote estará allá en el lugar santísimo.
“Y saldrá al altar que está delante de Jehová, y lo expiará, y tomará de la sangre del becerro y de la sangre del macho cabrío, y la pondrá sobre los cuernos del altar alrededor.
Y esparcirá sobre él de la sangre con su dedo siete veces, y lo limpiará, y lo santificará de las inmundicias de los hijos de Israel.
Cuando hubiere acabado de expiar el santuario y el tabernáculo de reunión y el altar, hará traer el macho cabrío vivo;
y pondrá Aarón sus dos manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo, y confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel, todas sus rebeliones y todos sus pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío, y lo enviará al desierto por mano de un hombre destinado para esto.
Y aquel macho cabrío llevará sobre sí todas las iniquidades de ellos a tierra inhabitada; y dejará ir el macho cabrío por el desierto.
Después vendrá Aarón al tabernáculo de reunión, y se quitará las vestiduras de lino que había vestido para entrar en el santuario, y las pondrá allí.
Lavará luego su cuerpo con agua en el lugar del santuario, y después de ponerse sus vestidos saldrá, y hará su holocausto, y el holocausto del pueblo, y hará la expiación por sí y por el pueblo”.
Aquí podemos ver todo lo que el sumo sacerdote tenía que hacer, o sea que le tomaba muchas horas llevar a cabo todas esas labores, y por eso antes de llegar el día 10 del mes séptimo, el sumo sacerdote tenía que estar toda la semana llevando a cabo también los demás sacrificios para que estuviera adiestrado y no fuera a cometer un error, porque un error costaría la vida de muchos hebreos y Dios no aceptaría la expiación, si cometía algún error.
El sumo sacerdote antes de entrar a ministrar este día, lo tomaban y diríamos, lo juramentaban de que él haría las cosas correctamente, porque un error del sumo sacerdote echaría a perder todo lo que en ese día se llevaba a cabo para la reconciliación del pueblo hebreo con Dios.
Y si cometía un error, Dios no aceptaba toda esa labor que el sumo sacerdote hacía y el pueblo hebreo no quedaba reconciliado con Dios, por lo tanto, todo ese año iba a ser de juicio divino sobre el pueblo hebreo. Hasta llegar al otro año, si quedaba el templo y quedaba pueblo, entonces el otro año el sumo sacerdote, ese, o ese ya no, porque ese moría; si lo hacía mal, allí mismo queda muerto.
Él llevaba unas campanillas en su ropa y mientras sonaban, estaba vivo, porque estaba en movimiento llevando a cabo todas sus labores, pero si dejaban de sonar esas campanillas, era que Dios no había recibido la labor, la labor de reconciliación; no había recibido, no había aceptado la sangre del sacrificio, por lo tanto, el sumo sacerdote moría ¡Y pobre del pueblo! Porque no quedaba reconciliado con Dios, por lo tanto, los pecados del pueblo iban a tener su recompensa.
Porque la forma que Dios había establecido para el pueblo para que no viniera la ira de Dios sobre el pueblo, era cubrir los pecados con la sangre de aquellos animalitos, de aquellos sacrificios, en lo que llegaba un sacrificio perfecto que fue el sacrificio de nuestro amado Señor Jesucristo.
Y por eso Él es, tanto el Cordero Pascual, porque Cristo es nuestra Pascua, dice San Pablo en Primera de Corintios; y también Él es nuestra expiación, Él es el macho cabrío de la expiación que fue sacrificado y también Él es el macho cabrío sobre el cual colocaba el sumo sacerdote sus manos y confesaba las faltas del pueblo, el cual era llevado al desierto, soltado; Cristo es esos dos machos cabríos.
Esta mañana vimos cómo Cristo muriendo, es el macho cabrío que fue sacrificado; y Cristo yendo al infierno en Su cuerpo teofánico, es el macho cabrío que llevó nuestros pecados bien lejos, los llevo allá al infierno y los dejó allá; y por eso cuando resucitó, resucitó justificado, sin pecados, porque ya los pecados nuestros los había dejado allá. Ahora podemos ver este misterio de Cristo.
Y ahora, en el Cielo, Cristo ha estado efectuando nuestra reconciliación, o sea que Él ha estado haciendo la Obra de Intercesión en el Cielo como lo hacía el sumo sacerdote en la Tierra y lo ha estado haciendo con Su propia Sangre, con la cual nuestros pecados son quitados y cuando Él termine esa obra en el Templo de Dios en el Cielo, como terminaba el sumo sacerdote. El sumo sacerdote, pues pasaba muchas horas trabajando ese día 10, el día de la expiación, era el día que más trabajo el sumo sacerdote tenía; por eso lo tenían en el templo toda la semana hasta llegar el día 10 y el día 10 era el día de más trabajo, o sea que tenía que estar fuerte porque tenía que tener mucho trabajo el día 10.
Así que tenía una semana completa trabajando, llevando a cabo los sacrificios para que después cuando llegara el sacrificio de la expiación lo hiciera correctamente.
Ahora, Cristo todo eso que el sumo sacerdote hacía en el templo el día 10 del mes séptimo, es lo que Cristo ha estado haciendo en el Cielo. Él ha estado intercediendo con Su propia Sangre para la reconciliación del Israel celestial de toda persona que tiene su nombre escrito en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero.
Y cuando entre hasta el último, cuando haya hecho intercesión hasta por el último del Israel celestial, entonces Cristo saldrá, tomará el Título de Propiedad, el libro de los Siete Sellos, lo abrirá en el Cielo y reclamará todo lo que Él ha redimido con Su Sangre preciosa, resucitará los muertos en Cristo y a nosotros nos transformará; los que permanezcan vivos hasta la resurrección serán transformados.
Y miren ustedes, el Señor aquí en Apocalipsis, capítulo 8, se encuentra este misterio del Séptimo Sello siendo abierto en el Cielo; y vean ustedes que cuando es abierto este misterio en el Cielo, entonces en el Templo que está en el Cielo se ministra con el incensario; y esto es muy importante porque eso significará que ya Cristo ha terminado Su Obra allá intercediendo, ya habrá entrado hasta el último de los escogidos de Dios.
Y ahora, lo que hace es lo que el sumo sacerdote hacía, que tomaba el incensario, entrada con él al lugar santísimo, echaba el incienso que lo llevaba molido en su mano y lo echaba dentro del incensario y al quemarse, porque el incensario estaba con fuego del altar, brasas del altar encendidas, cuando echaba ahí en el fuego del incensario, echaba el incienso molido, se quemaba y se levantaba esa nube de humo que cubría todo el propiciatorio donde estaba la presencia de Dios; ahí las oraciones de los santos llegaban hasta la presencia de Dios.
Y ahora, miren lo que nos dice aquí:
“Y vi a los siete ángeles que estaban en pie ante Dios; y se les dieron siete trompetas.
Otro ángel vino entonces y se paró ante el altar, con un incensario de oro; y se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que estaba delante del trono.
Y de la mano del ángel subió a la presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos”.
Aquí tenemos a Cristo llevando a cabo esa labor en el Templo de Dios en el Cielo, porque esa labor le corresponde al Sumo Sacerdote; y ahora el Sumo Sacerdote del Templo que está en el Cielo está haciendo aquí esa labor.
“Y el ángel tomó el incensario, y lo llenó del fuego del altar, y lo arrojó a la tierra; y hubo truenos, y voces, y relámpagos, y un terremoto”.
Después que Él hace toda esa labor, vean ustedes, del Cielo ya vienen truenos, relámpagos y un terremoto, voces y un terremoto; eso es el juicio divino viniendo del Trono de Dios, del Cielo, del Templo de Dios a la raza humana.
Ahora, este misterio del Séptimo Sello es el misterio más grande de todos los tiempos; el reverendo William Branham hablando de este misterio del Séptimo Sello, mire lo que nos dice… Ahora vean que estas plagas que vienen bajo esas trompetas, lo cual ocurre después que es abierto el Séptimo Sello; recuerden, también las copas y las plagas, todo eso, para el tiempo final viene en el tiempo de la apertura del Séptimo Sello.
Ahora vamos a ver sobre este Séptimo Sello lo que nos dice el reverendo William Branham en la página 472, dice (en el libro de Los Sellos estoy leyendo):
“164. Noten bien el Mensaje del tiempo del fin (este Sello)... (o sea, el séptimo) Él nos ha revelado los seis Sellos, pero no dice nada del séptimo. El Sello del tiempo del fin, cuando empiece (o sea, cuando comience) será algo completamente secreto, según la Biblia”.
O sea, el comienzo de este Séptimo Sello será algo secreto, porque el Séptimo Sello es la Venida del Señor en el tipo final; así como la Primera Venida de Cristo fue cumplida en medio del pueblo hebreo y el comienzo de Su Venida fue un secreto para el 99% de la gente del pueblo hebreo.
El comienzo del Séptimo Sello lo tenemos naciendo en Belén de Judea, luego creciendo, siendo un bebé, luego siendo un joven; todo eso era un secreto, porque tenían a un joven en medio del pueblo hebreo y no sabían que ese era el Mesías; era un secreto para el pueblo hebreo, era un secreto para la gente de aquel tiempo, excepto para dos o tres personas como María, José y algunas otras personas.
Aun la juventud de Jesús era un secreto; nadie sabía que aquel joven era el Mesías prometido para el pueblo hebreo; y fue un secreto la vida de Jesús, la Primera Venida de Cristo, hasta que tuvo casi 30 años; casi a los 30 años comenzó Su ministerio cuando Juan el Bautista lo bautizó y luego fue al desierto y estuvo 40 días ayunando y luego comenzó Su ministerio; y ahí comenzó a darse a conocer el misterio de la Primera Venida de Cristo, siendo dado a conocer ese misterio públicamente. Juan el Bautista había dicho: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” [San Juan 1:29]. Porque Juan el Bautista fue el enviado para preparar el camino a Cristo en Su Primera Venida.
Por lo tanto, Juan el Bautista comenzó a anunciar que después de él vendría uno y el cual sería, pues el Mesías, al cual él le estaba preparando el camino; y dijo que estaba en medio de ellos; pero todo era un secreto, nadie sabía quién era el hombre. Y aun Juan decía: “Yo no lo conocía pero el que me mandó a bautizar me dijo: Sobre aquel que tú veas el Espíritu Santo descender en forma de paloma, ese es él” [San Juan 1:33].
Y él dice que lo vio descender sobre Jesús, vio al Espíritu Santo descender en forma de paloma sobre Jesús; y por eso Juan dijo que Jesús era el Mesías; y era un discípulo de Juan el Bautista, el Mesías al cual él le estaba preparando el camino; y aún era también de su familia, porque María y Elisabet, la madre de Juan el Bautista, eran parientas. Así que, miren ustedes, todo estaba entre familia.
Ahora, el precursado era familia del precursor; el precursado y el precursor eran del pueblo hebreo, del Israel terrenal; para el Día Postrero Dios enviará el precursor de la Segunda Venida de Cristo ¿dónde? Del Israel celestial. Por lo tanto en y del Israel celestial vendrá aquel al cual el precursor le estará preparando el camino; serán de la misma familia, del Israel celestial.
Y ahora, dice que cuando comience será un misterio por completo; cuando comience ¿qué? El Séptimo Sello.
“[164]. Pero antes de conocer eso... Recuerden Apocalipsis 10:1-7: que al fin del Mensaje del séptimo ángel TODOS los misterios de Dios serían conocidos. Estamos en el tiempo del fin —la apertura del Séptimo Sello”.
Ahora, la apertura de Séptimo Sello, vean ustedes, en los días de Jesús siendo allá la Venida del Señor el misterio correspondiente a aquel tiempo, estuvo en medio del pueblo hebreo por 30 años aproximadamente y nadie sabía nada hasta que apareció Juan el Bautista predicando y bautizando y diciendo que después de él vendría uno, el cual él le estaba preparando el camino y sería el Mesías; el que los bautizará con Espíritu Santo y fuego y de entre los discípulos de Juan el Bautista, surgió la persona al cual él le estaba preparando el camino.
Miren la forma tan sencilla, tan sencilla que vino el Mesías, el ungido con el Espíritu de Dios, el Ángel del Pacto; vino como un discípulo de Juan el Bautista; por eso cuando Juan el Bautista estaba bautizando y Jesús viene a él para que lo bautice, Juan no quería utilizar y le dice: “Yo tengo necesidad de ser bautizado de ti; ¿y tú vienes a mí para que yo te bautice?” [San Mateo 3:14]. Y no quería; Jesús luego de luchar un poco con Juan y Juan con Jesús, dice: “Nos conviene cumplir toda justicia”; y entonces Juan accedió a bautizar a Jesús”.
No sabemos todo el conocimiento que Juan podía tener acerca de Jesús, por lo cual le decía: “No, yo tengo necesidad de ser bautizado por ti y tú vienes a mí para que yo te bautice”. O sea que Juan había visto algo, una de las cosas, vean, sabía que Él era el Mesías y no sabemos qué otras cosas sabía Juan, las cuales no fueron escritas.
Ahora, este misterio de la Primera Venida de Cristo nos muestra que si la Primera Venida de Cristo que no fue anunciada o profetizada como un misterio por completo, porque fue dado lugar donde nacería el Mesías, fue dada también la tribu por la cual vendría el Mesías y también la familia por la cual vendría el Mesías, la familia de Isaí y de los hijos de Isaí por medio de David y sería un descendiente del rey David.
O sea que hubo mucha información profética para la Primera Venida del Mesías y con todo y eso no pudieron conocer el misterio de la Primera Venida de Cristo, la religión hebrea con su Concilio del Sanedrín y con su sumo sacerdote, que era la cabeza de la religión hebrea; porque no es asunto de sabiduría terrenal sino de revelación del Cielo. Cristo dijo: “Gracias Padre, porque escondiste estas cosas, o te alabo Señor del Cielo y de la Tierra porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos y las revelaste a los niños porque así te agradó” [San Mateo 11:25].
Y vean, personas sencillas, pescadores, agricultores y personas sencillas eran las que conocían el cumplimiento de la Primera Venida de Cristo; y la Primera Venida de Cristo era algo que no era aceptada por la religión hebrea, que era la que estaba esperando la Primera Venida de Cristo; la religión hebrea con sus 70 sabios en asuntos religiosos y el sumo sacerdote, no aceptaron a Jesús como el cumplimiento de la Primera Venida del Mesías; el Israel terrenal lo rechazó, por lo cual perdió una bendición muy grande. Pero todo obró para bien.
Pero en Su Segunda Venida lo verán viniendo al Israel celestial a Su Iglesia y dirán: “Ese es el que nosotros estamos esperando”; y eso será para la Iglesia del Señor Jesucristo, el Séptimo Sello siendo cumplido; y para el pueblo hebreo eso será la Séptima Trompeta sonando; en el libro de Citas, página 128, nos dice el reverendo William Branham, en el verso 1143:
1143 -“Bajo de la Séptima Trompeta es para Israel lo mismo que el Séptimo Sello fue para la Iglesia”.
Lo que es el Séptimo Sello para la Iglesia del Señor Jesucristo es la séptima trompeta para el pueblo hebreo ¿y qué es el Séptimo Sello para la Iglesia y la Séptima Trompeta para el pueblo hebreo? Vamos a ver, en la página 129, verso 1150, dice:
1150 - “Ahora, tan pronto como esta Iglesia… El misterio del Séptimo sello es conocido… Y los judíos son llamados por el misterio de la Séptima Trompeta que son dos profetas, Elías y Moisés”.
Ahora, vamos a ver lo que es esa séptima trompeta, página 130, dice, verso 1164 del libro de Citas:
1164 -“Recuerden que ‘los que están vivos y queden, no impedirán a los que están durmiendo; porque la Trompeta de Dios, esa última Trompeta...’ La sexta acaba de tocar. Y esa última Trompeta, como el último Sello, será la Venida del Señor. ‘Tocará, y los muertos en Cristo se levantarán primero”.
Vean, la séptima trompeta, la cual encontramos en Apocalipsis, capítulo 11, versos 15 en adelante y el Séptimo Sello, son la Venida del Señor; sonará la Séptima Trompeta y los muertos en Cristo serán resucitados en cuerpos eternos y nosotros los que vivimos seremos transformados; pero primero suena esa Séptima Trompeta; y la Séptima Trompeta es lo mismo que el Séptimo Sello, es la Venida del Señor. Este es el misterio contenido bajo el Séptimo Sello y Séptima Trompeta, la Venida del Señor.
Y Ahora, ¿cómo vendrá el Señor velado y revelado, manifestado en el Día Postrero para cumplir este misterio el Séptimo Sello? Recuerden que la Primera Venida de Cristo fue cumplida en medio del pueblo hebreo en un joven carpintero, un obrero de la construcción, que fue un discípulo de Juan el Bautista y era familia de Juan el Bautista también.
Y ahora, vamos a ver el misterio del Séptimo Sello; en la página 469 del libro de Los Sellos, habla el reverendo William Branham acerca de esta nube que apareció en febrero 28 de 1963, en donde le aparecieron a él siete ángeles y él siendo el séptimo ángel mensajero de la séptima edad de la Iglesia gentil, entonces hubo ocho ángeles aquí, contando al reverendo William Branham; todos estos ángeles están en sus cuerpos teofánicos.
Y ahora, vamos a ver lo que dice acerca de estos ángeles que están aquí en sus cuerpos teofánicos y que forman el rostro del Señor, si tornamos la foto hacia la derecha; dice página 469:
“153. ¿Y notaron que dije que uno de esos ángeles era muy raro? (¿De cuál está hablando? De este que está aquí arriba). Me pareció muy distinto a los demás. Estaban en una constelación con tres a cada lado y uno arriba; y el que estaba a mi lado, contando desde la izquierda hacia la derecha, ese sería el séptimo Ángel. Él era más brillante y significaba más para mí que los demás. Les dije que tenía el pecho así robusto y estaba volando hacia el Oriente. Les dije también que: “Me levantó, me alzó.” ¿Se acuerdan?
154. Ahora, ¡aquí está! Era el que tenía el Séptimo Sello…”.
¿Cuál de estos ángeles es el que tiene el Séptimo Sello? Este Ángel que está aquí que forma la cabellera blanca del Señor; estos ángeles que están aquí que son los siete ángeles de las siete edades de la Iglesia gentil y un Ángel que es diferente a los demás, los siete ángeles de las siete edades que están aquí en sus cuerpos teofánicos, para tener sus ministerios tuvieron que venir manifestados en carne humana, cada uno en el tiempo que le tocó vivir; y por medio de ellos Jesucristo obró, Dios obró y llamó y juntó a Sus escogidos de edad en edad.
Pero fue un espíritu ministerial, un espíritu teofánico ministerial el que estuvo en cada uno de los siete ángeles mensajeros; fue un espíritu teofánico de la sexta dimensión, el que ministró en cada edad y esos son los cuerpos teofánicos de los siete ángeles mensajeros de las siete edades y ahí hay otro Ángel en su cuerpo teofánico y ese es el que tiene el Séptimo Sello; por eso era el más sobresaliente de todos los ángeles y ese es el que para el Día Postrero, para cumplir el Séptimo Sello, para cumplir Su ministerio y en el cumplimiento de Su ministerio estará cumpliendo el Séptimo Sello, tiene que venir manifestado ¿cómo? En carne humana; y para eso Él tendrá que tener un velo de carne aquí en la Tierra.
Y vamos a ver cómo será el cumplimiento de este misterio; vean en la página 482 [Los Sellos] nos dice:
“199. Está hablando de Israel en su propia patria. Pero, ¿notaron que Él no habla nada de la revelación de este Séptimo Sello; y también acá en Apocalipsis, en la apertura de los Sellos, también lo omitió? Vemos, pues, que es un misterio por completo, y la hora todavía no ha llegado para que se diera a conocer este misterio”.
Y si no había llegado la hora para que se diera a conocer ese misterio, entonces ese misterio del Séptimo Sello todavía estaba oculto; era un misterio por completo todavía.
Así como fue un misterio la Primera Venida de Cristo por 30 años aproximadamente, hasta que Juan el Bautista lo identificó como el Mesías y luego Él mismo dio testimonio de que en Él se estaban cumpliendo las Escrituras; y dijo: “Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros”; San Lucas, capítulo 4, verso 12 al 20 y ahí estaba leyendo la profecía de Isaías, capítulo 61, donde hablaba acerca del enviado de Dios, del ungido con el Espíritu de Dios.
Y ahora, hasta el tiempo del reverendo William Branham, este misterio no estaba abierto al público, era un misterio pero dice, dice que su comienzo sería un misterio por completo; y sería un misterio hasta que fuera abierto ese misterio. Y ahora vamos a ver hasta cuándo sería un misterio el Séptimo Sello:
“Vemos, pues, que es un misterio por completo, y la hora todavía no ha llegado para que se diera a conocer este misterio. Hemos llegado hasta aquí, y lo demás nos será dado allí: en el tiempo cuando aparezca Jesús nuevamente sobre la Tierra para llamar a Su Novia”.
O sea que el misterio del Séptimo Sello será dado a conocer cuando aparezca Jesús nuevamente sobre la Tierra para llevar Su Novia; y vamos a ver entonces cómo está prometido que Él aparecerá para llevar Su novia; libro de Los Sellos, página 57, dice:
“Y vi otro ángel fuerte descender del cielo, cercado de una nube, y el arco celeste sobre su cabeza…
17. Ahora, si usted se fija bien, notará que esta persona es Cristo, porque aun en el Antiguo Testamento Él fue llamado el Ángel del Pacto; y Él ahora viene directamente a los judíos porque la Iglesia ha llegado a su fin”.
Ahora vean el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, el Yo Soy, viene directamente a los judíos, Él viene para completar la semana 70, porque le faltan tres años y medio para completar esa semana número 70 de la profecía de Daniel.
“Él viene directamente a los judíos porque la Iglesia ha llegado a su fin”.
Porque ya han terminado las siete edades de la Iglesia gentil, por lo tanto Él viene para revelarse al pueblo hebreo.
“… y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego.
18. ¿Recuerdan el Ángel de Apocalipsis capítulo 1? Este es el mismo. Un ángel es un mensajero, y él es un mensajero a Israel. ¿Ve usted? La Iglesia está a punto de ser raptada, Él viene por Su Iglesia”.
Ahora el mensajero a Israel viene por Su Iglesia, porque la Iglesia ha llegado a la etapa en donde tiene que ser raptada; y para ser raptada tienen los muertos en Cristo que ser resucitados en cuerpos eternos y nosotros los que vivimos tenemos que ser transformados para podernos ir con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero; y para poderlo ver en Su cuerpo glorificado, nosotros tenemos que obtener un cuerpo eterno, inmortal y glorificado igual al cuerpo de nuestro amado Señor Jesucristo.
Ahora vean, el Séptimo Sello, el Ángel del Pacto, el Ángel Fuerte que desciende el Cielo, el Ángel que era diferente a los demás, el Ángel que tiene el Séptimo Sello, viene para el pueblo hebreo, pero por cuanto la Iglesia de Jesucristo está aquí en la Tierra, entonces tiene que venir a la Iglesia de Jesucristo y en la Iglesia de Jesucristo y tiene que llevar a cabo el ministerio del Día Postrero a través de carne humana, para así cumplir el Séptimo Sello en medio de la Iglesia de Jesucristo y revelarle a Su Iglesia ese misterio, el misterio de Su Venida, de la Venida del Ángel que era diferente a los demás; y ahora, veamos con más detalles; veamos en la página 483 [Los Sellos], al final y la 484, dicen:
“203. Quiero que noten otra cosa que sucedió. Y si ustedes llegan a escuchar la cinta (o sea, el mensaje): “Señores, ¿qué hora es?” Allí escucharán que un Ángel me era muy sobresaliente; los demás eran comunes (los demás eran los siete ángeles de las siete edades), pero este cierto Ángel era muy notable. Él estaba a mi izquierda en la constelación en forma de pirámide. ¿Recordarán también que fue en la pirámide donde estaba la piedra blanca misteriosa que no tenía nada escrito? Los ángeles me elevaron de donde estaba, adentro de esa pirámide formada por ellos mismos. Los misterios de Dios eran solamente conocidos por ellos…”.
Y si ninguno de los siete ángeles de las siete edades de la Iglesia gentil conoció el misterio del Séptimo Sello, solamente el Ángel que era diferente a los demás es el que lo conoce y el que lo puede revelar a la Iglesia del Señor Jesucristo en el Día Postrero.
“Los misterios de Dios eran solamente conocidos por ellos, y ellos fueron los mensajeros que vinieron para interpretar esa pirámide, el mensaje del secreto de estos Siete Sellos que están dentro de la pirámide. Este ángel estaba a mi izquierda, Él era el último o séptimo ángel, contando de izquierda a derecha, porque Él estaba a mi izquierda, viéndolo yo así de frente hacia el Occidente…”.
O sea que el reverendo William Branham estaba de espalda al este mirando de frente al occidente y mirando al occidente, él veía ese Ángel que venía del occidente hacia el oeste volando.
“… y él viniendo (vean)
“… viéndolo yo así de frente hacia el Occidente, y él viniendo hacia el Oriente. Estaba a la izquierda y él sería el mensaje del último Ángel, uno muy extraordinario. Recuerden cómo dije que tenía su cabeza alzada y sus alas tan poderosas y agudas; y cómo dije que voló directamente a mí. Ahora, eso es este Séptimo Sello. Es una cosa muy extraordinaria y todavía no sabemos lo que es, porque no ha sido permitida su apertura”.
Y ahora vean, el Séptimo Sello es ese Ángel, ese es el que tiene el misterio del Séptimo Sello; y para cumplir el misterio del Séptimo Sello en la Tierra, tiene que venir ese Ángel manifestado en carne humana en el Día Postrero y tener el ministerio del Día Postrero y ese es el ministerio del Séptimo Sello.
Ahora, vamos a ver cómo Él viene; Vimos que viene como el Ángel Fuerte que desciende del Cielo en Apocalipsis, capítulo 10; y también viene como el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19; nos dice, vamos a ver en la página 131 del libro de Los Sellos, dice el reverendo William Branham:
“131. Y ahora Jesús: Su Nombre sobre la Tierra fue Jesús el Redentor, porque fue el Redentor cuando estuvo sobre la Tierra; pero cuando conquistó el infierno y la muerte, los venció y ascendió, entonces recibió un nuevo Nombre. Por esa razón es que gritan y hacen tanto ruido y no reciben nada. Será revelado en los Truenos.
132. Fíjense en el misterio. Él viene cabalgando. Tiene que haber algo para cambiar esta iglesia. Ustedes saben eso. ¡Tiene que venir algo! Ahora noten: Nadie entendía ese nombre, sino Él mismo.
Y estaba vestido de una ropa teñida en sangre: y su nombre es llamado EL VERBO DE DIOS.
Y los ejércitos que están en el cielo le seguían en caballos blancos, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio.
Y de su boca sale una espada aguda, para herir con ella las gentes; y él los regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor, y de la ira del Dios Todopoderoso.
Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. Apocalipsis 19:13-16
133. Allí viene el Mesías, allí es donde está…”.
Ahora miren, la Venida del Mesías: Apocalipsis 19, la Venida del Ángel del Pacto, la Venida del Ángel que era diferente a los demás: y ahora, vamos a ver un poquito más; página 277 del libro de Los Sellos, dice:
“[240]… pedimos que el Espíritu Santo venga ahora mismo, el Jinete del verdadero caballo blanco, mientras Su Espíritu, el Espíritu de Cristo, entre en confrontación con el anticristo, y Él llame los Suyos”.
¿Quién es el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19? El Espíritu Santo, el Ángel del Pacto; y ahora la página 134, dice:
“142. Y noten ustedes: Cuando este Espíritu Santo que tenemos llegue a encarnarse, el que está en nuestro medio ahora mismo en la forma del Espíritu Santo, cuando Él llegue a ser encarnado en la Persona de Jesucristo, entonces nosotros le coronaremos como “Rey de Reyes y Señor de Señores”.
Recuerden que el Ángel Fuerte que desciende del Cielo, es el ángel del Pacto, es el Espíritu Santo; cuando decimos “el Espíritu Santo”, estamos hablando del Ángel del Pacto, estamos hablando de Jesucristo en Su cuerpo teofánico.
Y ahora, veamos lo que será ese misterio siendo cumplido; en Apocalipsis, capítulo 2, nos dice que habrá una batalla en el Cielo, Miguel y Sus ángeles pelearán en contra del dragón, de la serpiente antigua que es el diablo y Satanás y los vencerá; Miguel y Sus ángeles vencerán al diablo y a los ángeles del diablo y los echarán por tierra.
Y esto significa que son echados del Cielo y caen a la Tierra, son echados por tierra; por eso Apocalipsis, capítulo 12, vean lo que dice, para que tengan el cuadro claro, capítulo 12, verso 7 en adelante, dice:
“Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles;
pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo.
Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él”.
Así que para los habitantes del planeta Tierra, habrá graves problemas porque el diablo y sus ángeles van a ser arrojados a la Tierra.
“Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche”.
Nos acusaba delante de Dios día y noche; por cualquier faltita así pequeñita, ya estaba, ya estaba acusándonos delante de Dios.
Ahora vean, el diablo y sus ángeles son los que también hacen que muchas personas cometan errores y después van y acusan a esas personas delante de Dios.
“Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero…”.
¿Por qué? Porque cuando cometemos algún error, falta o pecado, lo confesamos a Jesucristo, vamos con nuestro sacrificio, el sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario y vamos con Su Sangre y lo confesamos a Cristo, Él nos perdona, nos limpia con Su Sangre, “porque la Sangre de Cristo nos limpia de todo pecado” [1 Juan 1:7]; y vencemos con la Sangre de Cristo. Hemos vencido al diablo con la Sangre de Cristo.
Y ahora, nunca se quede con errores, faltas o pecados sin confesar a Cristo; confiéselos a Cristo, vaya con el sacrificio que Él ofreció, presentando a Dios ese sacrificio, usted basado en ese sacrificio obtendrá el perdón de sus pecados y será limpio de todo pecado, porque la Sangre de Cristo nos limpia de todo pecado; y Él todavía está como intercesor en el Cielo.
“Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte”.
O sea que muchos de los cristianos han muerto como mártires por ser cristianos, porque han sido perseguidos en diferentes tiempos; el enemigo usando diferentes personas ha perseguido a los creyentes en Jesucristo nuestro Salvador y ha matado millones de cristianos. Pero el creyente en Cristo… dice:
“… y menospreciaron su vida hasta la muerte”.
O sea que estuvieron dispuestos a morir, menospreciaron sus vidas, dieron sus vidas porque encontraron realmente el valor de la vida que es Cristo, y por consiguiente “el morir”, San Pablo decía: “Para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia” [Filipenses 1:21].
Así que al menospreciar las vidas, estar dispuestos a morir por Cristo, es un privilegio grande; Él murió por nosotros y ahora nosotros morir por Cristo es un privilegio para nosotros.
Ahora, no todos dormiremos, “no todos moriremos” dice San Pablo, pero todos vamos a ser transformados, todos vamos a tener un cuerpo eterno, inmortal e incorruptible y glorificado como el cuerpo de Jesucristo.
Ahora, continuemos leyendo:
“… y menospreciaron sus vidas hasta la muerte.
Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo”.
Porque cuando esto ocurra, ya el diablo sabe que tiene el tiempo contadito, poquito tiempo; y ahora vamos a ver lo que dice el reverendo William Branham de cómo será que se cumplirá esto ¿pero qué hará Cristo por nosotros? No se preocupe, que vamos a ver lo que Cristo estará haciendo por nosotros, dice página 146 del libro de Los Sellos:
“Y al mismo tiempo que el diablo cae del Cielo…”.
¿Ven? Porque es echado del Cielo a la Tierra por el Arcángel Miguel y Sus ángeles que pelean contra el diablo y contra los ángeles del diablo y los vencen y los echan por tierra.
“Y al mismo tiempo que el diablo cae del Cielo y se encarna en un hombre…”.
¿Qué va a hacer el diablo? Se encarnará en un hombre, o sea en el anticristo, en el hombre de pecado, en la bestia; y cuando eso ocurre, de parte de Dios, ¿qué estará Dios haciendo por Sus hijos, por Su Iglesia? Dice:
“Y al mismo tiempo que el diablo cae del Cielo y se encarna en un hombre, el Espíritu Santo sube y viene encarnado en un hombre”.
Así que habrá en la Tierra dos hombres, uno: el anticristo, el hombre de pecado, en donde el diablo se encarnará; y otro: un Hijo de Dios, un elegido de Dios, en el cual Jesucristo, el Ángel del Pacto, el Ángel que era diferente a los demás, vendrá manifestado en él en carne humana; Cristo el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo, vendrá en un hombre de este tiempo manifestado. ¿Ve? El Espíritu Santo sube porque el Espíritu Santo ha estado de edad en edad subiendo, subiendo y manifestándose por medio de cada ángel mensajero en cada edad y luego sube a la Edad de la Piedra Angular y ahí viene encarnado en un hombre; tiene que ser en el mensajero de la Edad de la Piedra Angular que es el Ángel del Señor Jesucristo.
Y ahora miren lo que nos dice en la página 256 del libro de Los Sellos:
“121. Pero cuando nuestro Señor aparezca sobre la Tierra, Él vendrá sobre un caballo blanco como la nieve, y será completamente Emmanuel —la Palabra de Dios encarnada en un hombre”.
Es la venida del Verbo, la Palabra encarnada en un hombre, en un mensajero; es en la Edad de la Piedra Angular en el mensajero de la Edad de la Piedra Angular que es el Ángel del Señor Jesucristo, en donde se cumplirá esa promesa y en Él vendrá el Espíritu Santo, el Ángel del Pacto manifestado a través de Su Ángel Mensajero dándonos a conocer todas estas cosas que sucederán pronto.
Y así tendremos la manifestación de Cristo, el Ángel del Pacto, el Yo Soy en medio de la Iglesia de Jesucristo, dándonos a conocer todos estos misterios correspondientes a este tiempo final; dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final; por eso en Apocalipsis, capítulo 4, donde nos dice [verso1]: “Sube acá y yo te mostraré las cosas que han de suceder después de estas”, sube acá (¿dónde vamos a subir? Vamos a subir a la Edad de la Piedra Angular) y yo te mostraré las cosas que han de suceder después de estas”; después de estas que han sucedido hay cosas que tienen que suceder acá en la Edad de la Piedra Angular, las cuales van a ser mostradas por Cristo el Ángel el Pacto.
Y ahora, ¿cómo le va mostrar? Pues dice Apocalipsis 22, verso 6:
“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel (¿quién es el enviado de Dios? Su Ángel), para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto”.
¿Para qué es enviado? Para mostrar a Sus siervos las cosas que deben suceder pronto; es por medio de Su Ángel Mensajero que Cristo, el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo, estará manifestado dando a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto; Él pondrá en el corazón, en la mente y en la boca de Su Ángel Mensajero todas estas cosas que deben suceder pronto; las revelará y Él las hablará a la Iglesia del Señor Jesucristo.
Él hablará ungido por el Espíritu Santo todas estas cosas y así es como Cristo estará en medio de Su Iglesia en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular, como estuvo en Su Iglesia en cada una de las edades velado y revelado a través del mensajero de cada edad; la revelación de Jesucristo en cada edad fue la revelación a través del mensajero de cada edad.
Y la revelación de Jesucristo para el Día Postrero es la revelación de Jesucristo a través de Su Ángel Mensajero en la Edad de la Piedra Angular; Él es el que viene con la revelación de Jesucristo. [Apocalipsis 1:1]:
“La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan…”.
Es por medio de Su Ángel Mensajero que viene la revelación de Jesucristo, es por medio de Su Ángel Mensajero que son dadas a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, es por medio de Su Ángel Mensajero que el Ángel que era diferente a los demás se manifiesta en el Día Postrero; y así se manifiesta el Séptimo Sello por medio de Su Ángel Mensajero, porque el Ángel que tiene el Séptimo Sello es el Ángel que era diferente a los demás.
Y en el Día Postrero en la Edad de la Piedra Angular se manifestará a través de Su Ángel Mensajero, a través del último profeta mensajero que Dios tendrá en la Tierra; y siendo el último, pues es el profeta mensajero de la última dispensación, de la Dispensación del Reino y es también el mensajero de la Edad de la Piedra Angular.
Es el séptimo mensajero dispensacional, es el séptimo ángel mensajero dispensacional, pero también Él es el octavo mensajero, porque es el mensajero de la Edad de la Piedra Angular, la edad octava, y el ocho representa eternidad; y Él no tendrá más profetas mensajeros, porque ese es el último profeta mensajero. Él podrá decir como dijo el primer Elías: “Yo sólo he quedado”. Así decía el profeta Elías, “han matado a todos los profetas de Jehová y yo solo he quedado” [1 Reyes 19:10].
Y ahora, en realidad, este Ángel Mensajero diciendo esas palabras, estará diciéndolas en forma verdadera, porque él será el último de todos los profetas de Dios; por eso todo lo que Dios hará, lo hará por medio de él en este tiempo final. Ese es un misterio grande que está bajo el Séptimo Sello.
Ahora, cuando ese misterio, cuando ese Séptimo Sello comienza, es cuando comienza aquí en la Tierra, el Ángel del Señor Jesucristo aparece, nace, va creciendo, viene a ser un bebé, un niño, un joven y así por el estilo hasta que llega a cierto tiempo en donde comienza el ministerio y luego comienza Dios a revelarle el misterio del Séptimo Sello y él comienza a darlo a conocer; ya ahí comienza a ser abierto el misterio del Séptimo Sello, pero estaba cumpliéndose desde que nació. Ve, cómo la Primera Venida de Cristo se estaba cumpliendo desde que Jesús nació en Belén de Judea.
Ahora vean, el misterio del Séptimo Sello es la cosa más sencilla; dijo el precursor que sería todo tan sencillo que si no vigilamos nos pasaría por encima, por la cabeza, por encima de la cabeza.
Ahora, siempre recordemos que el Ángel del Señor Jesucristo no es el Señor Jesucristo, él solamente es un mensajero enviado por Jesucristo, el cual desde antes de la fundación del mundo fue escogido por Dios para ese propósito.
Ahora, este Ángel Mensajero es el mismo que le dio a Juan el apóstol la revelación del libro del Apocalipsis, era un espíritu de profeta; y un espíritu de profeta ¿saben lo qué es? Un hombre de otra dimensión, un cuerpo teofánico de otra dimensión; eso es un espíritu de profeta, como el espíritu teofánico suyo, que es un cuerpo parecido a su cuerpo, pero de la sexta dimensión.
Ahora, este Ángel del Señor Jesucristo, vean ustedes, ministró antes de venir en carne humana; como Jesús ministró antes de venir en carne humana; estando en Su cuerpo teofánico Jesús, ministró en el Antiguo Testamento y fue el que libertó al pueblo hebreo, porque Él es el Yo Soy del Antiguo Testamento; por eso el Yo Soy del Antiguo Testamento es el Jesús del Nuevo Testamento, es el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová.
Y ahora, el misterio del Séptimo Sello, vean ustedes, es algo sencillo; ahora, el comienzo sería un misterio por completo, hasta que el mismo cumplimiento del Séptimo Sello fuera revelado por medio del Ángel del Señor Jesucristo, en el cual el misterio del Séptimo Sello estaría manifestándose, estaría siendo manifestado por el Ángel que era diferente a los demás y llegará el tiempo en que el Séptimo Sello llegue a su final.
Como la Primera Venida de Cristo tuvo su comienzo aquí en la Tierra, naciendo en Belén de Judea, pero también tuvo Su ministerio, en el cual fue revelado ese misterio de la Primera Venida de Cristo, aunque no lo comprendieron pero Él estuvo dándolo a conocer y luego llegó a su final la Primera Venida de Cristo muriendo en la Cruz del Calvario. Antes de eso tuvo que ser adoptado en el Monte de transfiguración, para poder llevar a cabo la Obra de Redención en la Cruz del Calvario y llegar así al final.
Ahora, el final de la Primera Venida de Cristo, podemos ver que tiene unas cuantas partes: el final de la Primera Venida de Cristo, si colocamos el final de la Primera Venida de Cristo como los tres años y medio, esos tres años y medio los podemos dividir, los primeros tres años el ministerio de Jesús sin estar adoptado; y los últimos seis meses el ministerio de Jesús ya estando adoptado. Y luego, Su muerte en la Cruz del Calvario al final de esos tres años y medio que corresponden a los tres años y medio primeros de la semana número 70 de la profecía de Daniel; y restan tres años y medio de esa semana número 70 de la profecía de Daniel para ser cumplidos con el pueblo hebreo.
Ahora, al final del Séptimo Sello, será el final de la Iglesia, será el final de todas las cosas; página 464 y 465, dice:
“139. Al final de este Séptimo Sello es el fin de la edad de la Iglesia; es el fin del Séptimo Sello, es el fin de las Trompetas, es el fin de las Copas y aun es el fin de la entrada al Milenio. Todo eso es contenido en el Séptimo Sello”.
Al final del ministerio de Jesús, vean ustedes, fue adoptado en el Monte de la Transfiguración, después tuvo unos seis meses más de ministerio, pero ya adoptado.
Cuando Él maldijo la higuera, ya estaba adoptado; cuando lloró sobre Jerusalén ya estaba adoptado; cuando dijo [San Juan 12:28]: “Glorifica tu Nombre, Padre glorifica tu Nombre”; y Dios dijo: “Lo he glorificado y lo glorificaré otra vez”, ya estaba adoptado; por lo tanto podía llevar a cabo la Obra de Redención; Su entrada triunfal a Jerusalén fue cuando ya estaba adoptado.
Ese fue el final de la Primera Venida de Cristo; en seis meses ahí cumplió el resto de las cosas que tenía que cumplir en Su Primera Venida y luego murió en la Cruz del Calvario.
Y ahora al final del Séptimo Sello, cuando Cristo adopte a Su Ángel Mensajero, de ahí en adelante, solamente restará un corto tiempo, puede ser de 30 a 60 días, durante ese tiempo que el Ángel de Jesucristo es adoptado, son adoptados también los escogidos que partieron siendo resucitados y todos nosotros los que vivimos siendo transformados; y así se cumplirá la adopción de todos los hijos e hijas de Dios, de la Iglesia del Señor Jesucristo.
Eso es al final del Séptimo Sello y luego estaremos aquí en la Tierra ese lapso de tiempo corto, donde habrá una manifestación plena del poder de Dios en Su Iglesia, porque Su Iglesia ya estará transformada y no tendrá limitaciones.
Y eso marcará el fin de la Iglesia, marcará el fin de la intercesión en el Cielo, marcará también el final para todas las cosas; y luego entrará el mundo, después que se cumpla ese lapso de tiempo corto, ya adoptado el Ángel y siendo adoptados los muertos en Cristo y los que vivimos, ya será un lapso de tiempo muy corto y de ahí en adelante, después cuando termine ese lapso de tiempo, seremos llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero y luego comenzarán los tres años y medio de la gran tribulación.
Y ese es el fin del tiempo para el reino de los gentiles; esos son los días finales del reino de los gentiles, tres años y medio; y por eso el diablo sabrá que le quedará poco tiempo, porque le quedarán solamente después que los muertos en Cristo resuciten y nosotros seamos transformados y seamos llevados con Cristo a la Cena en la Bodas del Cordero, solamente le quedarán al diablo, tres años y medio en la Tierra.
Y después será atado, al final de la gran tribulación será atado y no podrá hacer nada; estará bien atadito en la quinta dimensión, el infierno, el cual fue creado para el diablo y sus ángeles. Y no podrá molestar en esta dimensión terrenal y habrá paz sobre la Tierra; y Cristo y Su Iglesia, Cristo y Sus redimidos serán los que gobernarán en este planeta Tierra.
Así que vean la bendición tan grande que viene para todos los hijos e hijas de Dios; y todo esto está ¿dónde? En el Séptimo Sello. En la palabra de la promesa o la Palabra de la promesa trae lo que está prometido para ese tiempo.
La Palabra de la promesa para cada edad manifestada en el mensajero de cada edad, trajo lo que estaba prometido para cada edad; Dios cumplió lo que estaba prometido para cada edad.
Fueron llamados los escogidos de cada edad, fue realizada la obra de Dios para cada edad, porque se oyó la Voz de Cristo llamando a Sus ovejas en cada edad, porque en la Palabra prometida para cada edad siendo manifestada en el mensajero de cada edad, estaba contenido todo lo que Dios haría en ese tiempo; y así también para hoy.
En la Palabra prometida para este tiempo final, manifestada en Su Ángel Mensajero en el Día Postrero, estará todo lo que Dios hará en el Día Postrero; y por medio de esa manifestación, Cristo cumplirá lo que Él ha prometido a Su Iglesia para este tiempo final; y nos dará a conocer todas las cosas que deben suceder pronto; nos revelará todo ese misterio, nos revelará el misterio del Séptimo Sello, el misterio de Su Venida, nos revelará todo lo que nosotros necesitamos conocer para tener la revelación, la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
Y Cristo viniendo por Su Iglesia como el mensajero a Israel, pero viene a Su Iglesia primero, Cristo el Ángel del Pacto, el Yo Soy, viniendo a Su Iglesia manifestado a través de Su Ángel Mensajero, vean ustedes, estará llamando a Su Iglesia y estará juntándola en la Edad de la Piedra Angular en el Cuerpo Místico de Cristo, en Su Redil y estará enseñándonos todas las cosas que deben suceder pronto; por lo tanto, cada escogido de Dios, como Marta cuando recibió a Cristo, que vino en el cuarto día ¿y para qué vino? Para resucitar a Lázaro; y ella no lo sabía, pero Cristo sí lo sabía.
Y Ahora, la Venida de Cristo en el Día Postrero, del Ángel del Pacto y del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, en el cuarto día, cuarto día de edad, tenemos de todos estos días de edades, los últimos que son la edad luterana, un día; la edad wesleyana, otro día; la edad pentecostal, otro día; y la Edad de la Piedra Angular, el cuarto día; son estas las etapas de la restauración para ser restaurados a la vida eterna.
Y ahora, es en el cuarto día donde el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, el Ángel que era diferente a los demás viene manifestado en carne humana ¿para qué? Para darnos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto y para Cristo, el Ángel del Pacto darnos la fe para ser transformados y para los muertos en Cristo ser resucitados en cuerpos eternos; ese es el propósito de Su Venida.
Y ahora, Marta le dijo a María cuando fue a la casa [Juan 11:28]: “El maestro está aquí y te llama”. Y Cristo nos llama: “Sube acá y yo te mostraré las cosas que han de suceder después de estas”.
Es Cristo, el maestro el que viene en la Edad de la Piedra Angular en el cuarto día para la resurrección de los muertos en Cristo y para la transformación de nosotros los que vivimos; para la manifestación de la gloria de Dios en Su Iglesia en este Día Postrero.
Y ahora, Él está aquí en la Edad de la Piedra Angular y nos llama; ese es el llamado de la Gran Voz de Trompeta o Trompeta final; es el llamado de Cristo en el Día Postrero que escuchó Juan en Apocalipsis, capítulo 1, verso 10 al 11, donde dice:
“Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta,
que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último”.
El Alfa y Omega, el primero y el último el Yo Soy, hablando con esa Gran Voz de Trompeta en el Día Postrero, en el Día del Señor, en el séptimo milenio; y si le añadimos al calendario los años de atraso que tiene, ya estamos dentro del séptimo milenio.
Y Él en el Día Postrero viene y nos llama y nos junta en la Edad de la Piedra Angular y nos revela todas estas cosas que deben suceder pronto; vean, con… Y al final del Séptimo Sello es también…
“… y aun es el fin de la entrada al Milenio”.
Y ahora, una cosa es entrar al milenio, al séptimo milenio; y otra cosa es entrar al Reino Milenial. Al milenio entramos desde que comienza el milenio, ya estamos en el séptimo milenio, si los añadimos al calendario los años de atraso que tiene; y si no, pues miren, falta menos de un año para muchas naciones y pueblos para entrar al séptimo milenio, de Adán hacia acá; o tercer milenio de Cristo hacia acá.
Para otras naciones y otras personas, falta un año con algunos meses; es que algunos cuentan desde que nació Cristo, colocan el primer año y otros desde que Cristo, cuando Cristo cumplió un año, entonces es que comienzan a contar un año en el calendario; por eso hay una diferencia de un año para diferentes naciones. O sea que en diciembre 31 de 1999, en la despedida del año, cuando despidan el año 1999 y le den la bienvenida al año 2000, para muchos, estará comenzando el séptimo milenio, o sea el próximo milenio y estará comenzando el siglo XXI; y para otros, no será así.
Para otros, esperarán a diciembre 31 del año 2000, para despedir el año 2000 y comenzar el año 2001 y así para esas personas, comenzar el siglo XXI y comenzar el próximo milenio.
Pero si le aplicamos el calendario profético que fue usado en la profecía de Daniel, del libro de Daniel y también en el libro de Apocalipsis, los años proféticos que están mencionados en Apocalipsis, capítulo 11 y Daniel, capítulo 12, encontramos que tienen cada año 360 días y cada mes tiene 30 días.
Si le aplicamos a todo este lapso de tiempo de Cristo hacia acá, le aplicamos el calendario profético de 360 días, ya estaríamos por el año 2020 al 2030, más o menos, y estaríamos en un tiempo paralelo al tiempo de nuestro Señor Jesucristo, dos mil años atrás.
Ahora, ¿se le habrá atrasado a Dios el calendario? Yo pienso que no; y si Él usa el calendario profético para contar de Jesús hacia acá, ya estamos desde hace tiempo en el siglo XXI y estamos en el milenio tercero de Cristo así acá y milenio séptimo de Adán hacia acá, o sea, en el Día Postrero delante de Dios.
Y es el Séptimo Sello el que introduce el milenio, el Séptimo Sello, el Ángel que era diferente a los demás, Cristo el Ángel el Pacto, es el que introduce el Séptimo Sello y el que introduce al pueblo y el que produce el séptimo milenio y el que introduce al pueblo al séptimo milenio; o sea, el que lleva al pueblo al séptimo milenio; ya no lo llevan ninguno de los siete ángeles mensajeros sino el Séptimo Sello, Cristo, el Ángel del Pacto en Su manifestación final en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino a través de Su Ángel Mensajero.
El Séptimo Sello es el que introduce el Milenio y nos introduce al Milenio, el que da comienzo al Milenio; pero vean ustedes, en el séptimo milenio es donde ocurrirá la resurrección de los muertos en Cristo; porque ese es el Día Postrero donde Cristo dijo: “Yo le resucitaré en el Día Postrero” [San Juan 6:40].
Y luego de la resurrección y de la transformación de nosotros los que vivimos, estaremos de 30 a 40 días aquí en la Tierra con el cuerpo nuevo y después nos iremos de aquí a la Cena de las Bodas del Cordero y luego faltarán solamente tres años y medio para finalizar el reino los gentiles, que terminará en la gran tribulación, en ese lapso de tiempo de tres años y medio.
O sea que desde el momento en que seamos transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, podemos contar tres años y medio y estaremos de regreso en la Tierra; o sea que podemos decir: “Nos vamos, pero dentro de tres años y medio regresaremos a la Tierra, para comenzar el glorioso Reino Milenial con nuestro amado Señor Jesucristo”.
Hemos visto este misterio de “LA CONSUMACIÓN DEL SÉPTIMO SELLO”; vean cómo será que finalizará el Séptimo Sello, cómo será el final del Séptimo Sello; o sea el final del Séptimo Sello, vean cómo será; y será el fin también para todas las cosas y la introducción al Milenio. Y con el final del Séptimo Sello Dios finalizará todas las cosas y dará lugar al glorioso Reino de Cristo.
Ahora, con la Venida del Séptimo Sello, que es la Venida del Ángel que era diferente a los demás, manifestado por medio de Su Ángel Mensajero, Cristo, el Ángel Fuerte que desciende del Cielo, el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, el Ángel que era diferente a los demás, “el maestro está aquí y te llama”; “y si oyes hoy Su Voz, no endurezcas tu corazón” [Hebreos 3:15]; es la Voz de Cristo, el maestro llamando a Sus escogidos, para darles a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.
Recuerden que María era la que se sentaba a los pies de Jesús para escuchar Su mensaje; y Cristo en este tiempo final estaría aquí y nos llamaría ¿para qué? Para que estuviéramos sentados escuchando Su Voz, la Voz del Maestro enseñándonos todas estas cosas que deben suceder pronto.
Y esa es la Venida del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19 y la Venida del Ángel Fuerte que desciende del Cielo, en Apocalipsis, capítulo 10. ¿Vieron lo sencillo que es el misterio del Séptimo Sello?
Ahora, hemos visto la consumación, lo que es la consumación del Séptimo Sello; y hemos visto que esa parte se lleva a cabo al final del ministerio del Ángel que era diferente a los demás, obrando, ministrando a través de Su Ángel Mensajero.
Cuando sea adoptado el Ángel de Jesucristo, ahí comienza esa parte final, o sea, se llega al final del Séptimo Sello; y al final del Séptimo Sello, entonces será el final también para todas las cosas; pero ya seremos adoptados y llegará al final también, llegará al final también nuestra vida terrenal, porque luego será una vida celestial con cuerpo celestial, con cuerpo glorificado y eterno; y ya habremos salido de este desierto espiritual y entrado a la tierra prometida del nuevo cuerpo y luego iremos a la Cena de las Bodas del Cordero y después regresaremos para la Tierra Prometida del glorioso Reino de Cristo aquí en la Tierra.
Y no importa en la forma que dejen este planeta Tierra, porque lo dejarán bastante afectado con las guerras y bombas atómicas y todo; pero no tendremos problemas, porque estaremos con cuerpos eternos, y por consiguiente con la Palabra hablada se arreglará todo lo que tiene que ser arreglado.
Y este planeta Tierra volverá a ser un Edén, un Edén para el segundo Adán con la segunda Eva, un Edén para Cristo y Su Iglesia; y con el diablo atado para que no moleste; porque el diablo es como los perros bravos, que hay que tenerlos bien amarrados para que no muerdan a ninguna persona; así que va a estar bien amarradito, bien atado; dice que un Ángel descendía del Cielo con el Sello, vamos a ver, Apocalipsis, capítulo 20, verso 1 en adelante:
“Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano.
Y prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años…”.
Así que va a estar bien atadito con una cadena; una cadena de circunstancias para que no moleste más; y Cristo, vean ustedes, es el que dijo que tiene las llaves del infierno y del abismo [Apocalipsis 1:18]; así que abrirá, lo meterá y lo cerrará allá, en esa quinta dimensión para que no moleste acá en esta dimensión, donde vamos a estar disfrutando con Cristo del glorioso Reino Milenial.
Es cómo meter un perro bravo en una jaula: “Quédate ahí porque estamos de fiesta aquí y no vas a morder a ninguna de las personas que estarán acá”.
Recuerden que el diablo va a estar con mucha rabia; rabia es ira y cuando es echado por tierra, es sacado del Cielo y echado por tierra, dice Apocalipsis, capítulo 12, verso 12:
“Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo.
¿Ve? Ha descendido rabioso, con rabia, con ira; y un perro rabioso hay que tenerlo encerrado y tenerlo listo para llevarlo a donde los duermen, porque un perro rabioso es muy peligroso en la casa; y va a estar encerrado por mil años, después será soltado por una cantidad corta de tiempo y volverá a estar bravo, porque no se le quitará su bravura, pero después va a ser echado al lago de fuego y ya ahí va a desaparecer totalmente; ¿ve? Va a ser dormido, va a ser desaparecido y también muchas personas; pero los redimidos por la Sangre de Cristo vivirán en cuerpos eternos por toda la eternidad.
Estamos viviendo en un tiempo muy glorioso en donde llegaremos pronto a la consumación del Séptimo Sello; y yo estoy deseoso de llegar con todos ustedes a esa etapa, donde seremos transformados y luego las luchas del camino parecerán como un granito de arena en el planeta más lejano de la constelación más lejana y siendo visto, mirado a simple vista desde la Tierra, que ni se verá.
O sea lo mismo que dice San Pablo, en Romanos, capítulo 8, por ahí verso 18, que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con las glorias venideras que en nosotros han de manifestarse. Cuando estemos en el nuevo cuerpo, esas glorias venideras que estarán manifestadas en nosotros en el nuevo cuerpo, serán tan grandes, que las aflicciones por las cuales hemos pasado estando en este cuerpo, no tienen, no se pueden comparar con la gloria venidera que en nosotros va a estar manifestada.
Así que los sufrimientos, las pruebas, es algo temporal mientras estamos en estos cuerpos mortales, pero después tendremos gozo, felicidad y paz para toda la eternidad; o sea que el sufrimiento es temporal; y dice la Escritura que nosotros si sufrimos con Cristo, reinaremos con Cristo [2 Timoteo 2:12].
Así que con Cristo y por Cristo sufrimos en las diferentes etapas difíciles de la vida, pero Él está con nosotros, sufrimos con Él; Él sufrió por nosotros también. Dice San Pablo que los sufrimientos que faltaron a Cristo, dice que él los pasaba también, y nosotros también; porque es que Dios ha dado, ha dejado una porción de sufrimiento para nosotros también.
Así que en la consumación del Séptimo Sello, nosotros vamos a disfrutar las glorias venideras que en nosotros han de ser manifestadas; de ahí en adelante en la consumación del Séptimo Sello, los muertos en Cristo serán resucitados en cuerpos eternos y nosotros los que vivimos seremos transformados; y ahí comenzarán las glorias venideras a ser manifestadas en todos nosotros.
“LA CONSUMACIÓN DEL SÉPTIMO SELLO”.
Y en la consumación del Séptimo Sello, como dijo Marta a María: “El Señor, el maestro está aquí y te llama; vieron cómo todo aquello que sucedió allá, es tipo y figura de lo que estaría sucediendo acá la consumación del Séptimo Sello y en las diferentes etapas del Séptimo Sello.
“LA CONSUMACIÓN DEL SÉPTIMO SELLO”.
Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión dándoles testimonio de la consumación del Séptimo Sello.
Que las bendiciones de Jesucristo, el Ángel del Pacto sean sobre todos ustedes y sobre mí también y pronto se complete el número de los escogidos de Dios y pronto todos seamos transformados y los muertos en Cristo resucitados y todos luego llevados, luego llevados a la Cena de las Bodas del cordero en el cielo. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.
Muchas gracias por vuestra amable atención, amados amigos y hermanos presentes y será hasta una próxima ocasión en que estaré nuevamente con ustedes en este mismo año, vamos a ver a Tirso por aquí, al reverendo Tirso Ramiro Girón, cuándo volvemos para estar acá, vamos a estar este mismo año con ustedes de nuevo, en la fecha que Tirso les va a decir, pero si somos transformados antes, vamos a estar antes de esa fecha.
Es que cuando los muertos en Cristo resuciten y nosotros seamos transformados, no vamos a dejar de vernos sino que nos vamos a ver más todavía; y yo pienso que nos podemos ver todos los días, porque no tendremos limitaciones en el nuevo cuerpo.
Así que vean ustedes, las bendiciones tan grandes que Cristo tiene para todos nosotros en y para la consumación del Séptimo Sello.
Vamos a pedirle al reverendo Tirso Ramiro Girón por aquí pase, para finalizar nuestra parte en esta noche o en esta tarde; ya cayó el sol, por lo tanto, ya, ya estamos en la noche y él siempre tiene algún himno que está en acorde con lo que se estuvo hablando; vamos a ver cuál es ese himno.
Corte en audio
… es el anhelo de nuestro corazón; ¿y cuál es el anhelo de nuestro corazón? Ser como Cristo. Ser como Cristo, ser como Cristo, ser como Cristo, yo sólo anhelo ser como Él.
Y vamos a ser como nuestro amado Señor Jesucristo, como nuestro hermano mayor; como nuestro hermano mayor, vamos a ser todos nosotros; vamos ser personas con cuerpos teofánicos inmortales; ya ese lo hemos recibido y con cuerpos físicos inmortales, incorruptibles y glorificados, cuerpos que nunca se pondrán viejos; lo recibiremos nuevecito y así permanecerán para toda la eternidad.
Ser como Cristo. Ese es el anhelo de mi alma ¿y el de quién más? El de cada uno de ustedes también; y vamos a ser cómo Cristo, porque Él lo prometió y lo prometió para cumplirlo ¿cuándo? En el Día Postrero; en el Día Postrero en la consumación del Séptimo Sello. Ser como Cristo.
Cántico: [“Ser como Cristo”].
Y pedir por nuestra transformación, pedir por ser como Cristo, es pedir en la perfecta voluntad de Dios, porque Él lo ha prometido y lo ha prometido para este tiempo final, para este tiempo final ser cumplido, para cumplirlo en este tiempo final.
Por lo tanto, como dice San Pablo en Romanos, capítulo 8, que la creación completa está de parto y está clamando, gimiendo por la manifestación de los hijos de Dios; y nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos por esa adopción, por la redención de nuestro cuerpo, o sea por la transformación de nuestro cuerpo, para ser a imagen y semejanza de Cristo, para ser como Él.
Y ahora, nosotros seguimos a Cristo todos los días de nuestra vida y lo seguimos con gozo, agradecidos a Cristo y lo seguimos, hablando de Cristo y hablando de la esperanza que hay en nuestras almas, la esperanza de ser como Él a Su imagen y a Su semejanza, lo cual Él ha prometido y lo cual Él cumplirá para cada uno de ustedes y para mí también y para los muertos en Cristo también; por lo tanto hablemos de Cristo. Hablamos de Cristo.
Cántico: [“Hablemos de Cristo”].
Y eso es lo que hacemos, hablando de Cristo y dando a conocer todas las bendiciones que Él tiene para todos Sus hijos en este tiempo final, para que así seamos preparados para ser transformados en este tiempo final.
Solamente Dios tiene en este tiempo final dos lugares donde Él se manifestaría; el primero es la América Latina y el Caribe con los latinoamericanos y caribeños; y el segundo, y el segundo es el pueblo hebreo; son los dos pueblos que tienen la promesa de una manifestación del Yo Soy, del Ángel del Pacto, del Séptimo Sello; esos dos territorios son los que tienen esa promesa, los latinoamericanos y los hebreos.
Así que miren cómo se va a entrelazar también todo este Programa Divino correspondiente a este tiempo final, el Séptimo Sello y la Séptima Trompeta; el Séptimo Sello para la Iglesia y la Séptima Trompeta para el pueblo hebreo; y las dos cosas son la Venida del Señor.
Vean cómo pasará de la Iglesia gentil al pueblo hebreo esta bendición de parte de Cristo nuestro Salvador.
Bueno, vamos a dejarlo ahí quietecito; continuaremos hablando en otra ocasión acerca de todas estas bendiciones que Cristo tiene para todos nosotros; mientras tanto, continúen escuchando la Voz, la Voz de Cristo. Continúen escuchando los mensajes, leyendo los folletos y preparándose para ser transformados y raptados.
Tenemos ese tiempo para prepararnos, estamos preparándonos hace tiempo y pronto vamos a estar listos y vamos a ser transformados; así que aprovechen hay mucho alimento espiritual almacenado.
En cada viaje que damos, por ejemplo en la República Mexicana ¿cuántos mensajes fueron almacenados? 110. Así que necesitan 110 días para poder escuchar 110 mensajes; o sea que en un solo viaje a la República Mexicana, se almacena tanto alimento espiritual, que algunas veces para escucharlo en la congregación, para escuchar 110 mensajes ¿cuánto tiempo se necesita? Varias vigilias; o necesitan un año o más de un año, para poder escuchar lo que en un solo viaje a la República Mexicana se predica y queda almacenado.
Pero también después queda en folletos impreso para que ustedes puedan leerlo en sus hogares; en cada mensaje hay alimento espiritual para cada hijo e hija de Dios; y a medida que uno va escuchando, vean ustedes, va entendiendo más y más el Mensaje y por eso es que ahí, sin nadie planificarlo así, se cumple la ley de la repetición.
En todos los mensajes siempre se toca algo de cosas que ya se hablaron en otros tiempos y cuando son habladas de nuevo, usted dice: “Ahora yo entiendo esto que no entendía; ahora veo esto mejor”. ¿Ve? Si solamente se habla una sola vez y usted lo escuchó y pasa un año y no vuelve a oír de eso, se le olvidó y no adelantó nada en conocimiento de aquello que había escuchado; pero si lo escucha cada vez en diferentes mensajes, va aumentando el conocimiento suyo, como los niños; la ley de la repetición es la que se usa en la escuela y por eso ellos van aprendiendo porque se le va grabando en sus mentes.
Siempre después que uno escucha una cosa, después de escucharlas siete veces, es que se le ha quedado a uno grabada; hay otros que pueden grabarlo en la primera ocasión, pero siempre lo correcto es y lo normal es después de la séptima ocasión.
Ahora, vean ustedes, por qué, miren usted busca en el Nuevo Testamento, el Éxodo, Deuteronomio, Levítico y Números y busca todos estos libros del Antiguo Testamento y usted encuentra que de lo que habla en el Éxodo, luego habla en Levítico, habla en Deuteronomio, habla en Números, hablan en todos estos libros y algunas veces en el mismo libro habla dos o tres veces de lo mismo ¿qué está haciendo Dios ahí? La ley de la repetición; y después le dice [Deuteronomio 6:7-9]: “Y ustedes lo van a repetir a sus hijos y a los hijos de sus hijos; y lo van a tener escrito en las manos, en la frente (eso es en la cinta esas de cuero, de piel, que escribían las cosas) y lo van a tener escrito también en sus casas por donde quieran”. Ahí la ley de la repetición.
Y ahí lo van a estar repitiendo y van a estar leyendo ¿para qué? Para que no se les olvide; porque el ser humano es bien olvidadizo y después dice: “Fue que se me olvidó”. Pues mire, para que no se les olvide, Dios le dice que lo repitan y Él mismo se lo repite a través del profeta Moisés, y después le dice: “Lo escribirán por acá y por allá y lo pondrán acá y allá y en la frente y en las manos, donde quiera”.
Así que vean ustedes, y ahora en el Nuevo Testamento, Cristo lo escribe acá en nuestro corazón; y ahí nunca se olvidará y lo escribe en nuestra mente también, para que así siempre estemos pensando en las leyes divinas, en la Palabra de Dios y siempre amando con todo nuestro corazón a Dios y sirviéndole con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma.
Bueno, que Dios les continúe bendiciendo a todos, que Dios les guarde. La vigilia, todavía no tenemos la fecha, así que no es hoy.
Así que Dios les bendiga, Dios les guarde y con nosotros nuevamente Tirso Ramiro Girón para finalizar nuestra parte en esta ocasión.
Que Dios les bendiga y les guarde y muchas gracias por vuestra amable atención.
“LA CONSUMACIÓN DEL SÉPTIMO SELLO”.