obsidian/es/conferencias/1978/09/spa-1978-09-24-1-por_que_un...

90 KiB
Raw Blame History

title date activity place city state country duration public youtube translations files
¿Por qué un monte? 1978-09-24 1 GT 00:00:00 false

Muy buenos días amados hermanos. Dios nos continúe bendiciendo a todos en esta hermosa mañana en que podemos congregarnos para adorar a Dios y oír Su gloriosa Palabra. Es para mí una gran bendición poder estar nuevamente aquí con ustedes ya que llegamos el jueves y hemos estado disfrutando de muchas bendiciones entre ustedes.

En esta mañana estamos aquí para recibir de parte de Dios la Palabra, el Mensaje que El nos tenga. Esperamos que Dios bendiga a cada hermano aquí presente en esta mañana y a los que puedan escuchar la grabación o la película que se está tomando; a todos los que puedan escuchar este mensaje, que Dios les bendiga y les ayude en este tiempo en que vivimos. Que Dios también bendiga a cada hermano que se reúne en esta mañana en los diferentes países para oír la Palabra correspondiente para este tiempo.

Esperamos que Dios bendiga a los hermanos que están reunidos en Puerto Rico escuchando la Palabra para este tiempo. Que Dios use poderosamente a nuestro hermano Mario Pérez trayendo la Palabra de Dios.

Bueno, vamos a buscar en nuestras Biblias en el Libro del Exodo, capítulo 19, - (Versículos 9-25 - Ed.) - ­y capítulo 20 - (Versículos 18-22 - Ed.). - Tendremos ahí la lectura para esta mañana.

Dice así la Palabra de Dios.

"Entonces Jehová dijo a Moisés: He aquí, yo vengo a ti en una nube espesa, para que el pueblo oiga mientras yo hablo contigo, y también para que te crean para siempre. Y moisés refirió las palabras del pueblo a Jehová.

Y Jehová dijo a Moisés: Ve al pueblo, y santifícalos hoy y mañana; y laven sus vestidos,

Y estén preparados para el día tercero, porque al tercer día Jehová descenderá a los ojos de todo el pueblo sobre el monte de Sinaí.

Y señalarás término al pueblo en derredor, diciendo: Guardáos, no subáis al monte, ni toquéis sus limites, cualquiera que tocare al monte, de seguro morirá.

No lo tocará mano, porque será apedreado o asaeteado; sea animal o sea hombre, no vivirá. Cuando suene largamente la bocina, subirán al monte.

Y descendió Moisés del monte al pueblo, y santificó al pueblo; y lavaron sus vestidos.

Y dijo al pueblo: Estad preparados para el tercer día; no toquéis mujer.

Aconteció que al tercer día, cuando vino la mañana, vinieron truenos y relámpagos, y espesa nube sobre el monte, y sonido de bocina muy fuerte; y se estremeció todo el pueblo que estaba en el campamento.

Y Moisés sacó del campamento al pueblo para recibir a Dios; y se detuvieron al pie del monte.

Todo el monte Sinaí humeaba, porque Jehová había descendido sobre él en fuego; y el humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía en gran manera.

El sonido de las bocinas iba aumentando en extremo; Moisés hablaba, y Dios le respondía con voz tronante.

Y descendió Jehová sobre el monte Sinaí, sobre la cumbre del monte; y llamó Jehová a Moisés sobre la cumbre del monte;y Moisés subió.

Y Jehová dijo a Moisés: Desciende, ordena al pueblo que no traspase los límites para ver a Jehová, porque caerá multitud de ellos.

Y también santifiquen los sacerdotes que se acercan a Jehová, para que Jehová no haga en ellos estragos.

Moisés dijo a Jehová: El pueblo no podrá subir al monte Sinaí, porque tú nos has mandado diciendo: Señala límites al monte, y santifícalo.

Y Jehová le dijo: Ve, desciende, y subirás tú, y Aarón contigo; mas los sacerdotes y el pueblo no traspasen el límite para subir a Jehová, no sea que haga en ellos estrago.

Entonces Moisés descendió y se lo dijo al pueblo"

Quiero seguir acá en el capítulo 20, versos 18 al 22. Después que Dios escribió Su Ley en las tablas de piedra... después que estaba todo escrito... dice:

"Todo el pueblo observaba el estruendo y los relámpagos, y el sonido de la bocina, y el monte que humeaba; y viéndolo el pueblo, temblaron y se pusieron de lejos.

Y dijeron a Moisés: Habla tú con nosotros, y nosotros oiremos; pero no hable Dios con nosotros, para que no muramos.

Y Moisés respondió al pueblo: No temáis; porque para probaros vino Dios, y para que su temor esté delante de vosotros, para que no pequéis.

Entonces el pueblo estuvo a lo lejos, y Moisés se acercó a la oscuridad en la cual estaba Dios.

Y Jehová dijo a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Vosotros habéis visto que ha hablado desde el cielo con vosotros."

Dios bendiga Su Palabra en nuestro corazones y nos edifique a todos con Su Palabra en esta mañana; que la haga tan clara para nosotros, que desde el más pequeño hasta el mayor la pueda creer y entender. (Pueden sentarse).

El tema para esta mañana será: ¿POR QUE UN MONTE?

¿Por que fue en un monte en que Dios apareció? ¿Por qué fue a un monte adonde Dios llamó a Su profeta Moisés? Fue en un monte en que Dios le apareció a su profeta Moisés. Luego le dijo a Su profeta Moisés: "A este mismo monte tú has de traer al pueblo cuando lo hayas sacado para que ellos sepan que yo te he hablado conforme a como tú le dijiste que yo te había aparecido, te había hablado y te había enviado para la liberación de Israel."

En esta ocasión Dios trajo al pueblo de Israel hasta el monte Sinaí, hasta esta montaña para allí Dios vindicar a Su profeta Moisés con esta gran vindicación de la Presencia de Dios siendo vista por todo el pueblo; la Presencia de Dios descendiendo sobre la cima del monte Sinaí. Es en la cima del Monte Sinaí donde Dios descendió y todo el pueblo vio la Presencia de Dios, vio el monte que humeaba; oyó los truenos, oyó el sonido de trompeta y estuvo muy atemorizado al ver la Presencia de Dios manifestada de esta manera en la cima de la montaña.

Ahí fue también el lugar donde los diez mandamientos fueron escritos en dos tablas de piedra y Moisés fue el que recibió la Palabra de Dios, porque la Palabra de Dios viene a los profetas. Moisés fue el instrumento de Dios el cual vino la Palabra. El recibió la ley; él recibió esa Palabra escrita en tablas de piedra para traerles al pueblo de Dios esa Palabra.

Encontramos que Dios le dijo a Moisés, sube acá. Dios invitó a Moisés a subir a la cima del monte para Dios darle el Mensaje para Dios darle la ley, para Dios escribir aquella Ley en tablas de piedra y Moisés tomar esa Palabra de Dios para traerla al pueblo de Israel. PORQUE SIEMPRE LA PALABRA DE DIOS VIENE AL PUEBLO DE DIOS A TRAVES DEL PROFETA QUE DIOS TENGA PARA ESE TIEMPO.

Por lo tanto, aquí tenemos en el estudio de esta mañana a Moisés parado en la cima del monte y a Dios hablando con él y a Moisés hablando con Dios. Así es que, podemos observar que fue en la cima de un monte donde Dios descendió y hasta donde subió Su profeta por invitación de Dios.

Ahora, ¿por que fue un monte? Es una buena pregunta que podemos hacernos, porque muchas personas podrían pensar: "Bueno, ¿y por qué Dios tuvo que descender sobre ese monte y no descendió sobre la llanura donde estaba todo el pueblo? ¿Por qué no descendió allá en la llanura donde no habían esos problemas para Moisés poder subir allá arriba?" Para Moisés subir allá arriba habrían algunos obstáculos, caminos muy estrechos, algunas veredas y algunos inconvenientes. Pero Dios había hecho la invitación para subir arriba. Dios le dijo a Moisés que subiera. En el verso 20, dice:

"Y descendió Jehová sobre el Monte Sinaí, sobre la cumbre del Monte; y llamó Jehová a Moisés a la cumbre del Monte y Moisés subió."

Bueno, en todo esto nosotros podemos notar que fue allá en la cima del monte donde Moisés subió, porque allá era que estaba Dios. Podemos ver que allá fue donde Dios se estaba manifestando; y Dios dice que habló desde los cielos. Así es que, ustedes pueden ver que todo lo que fue hablado allí por Dios; y todo lo que Moisés recibió allí lo recibió desde el cielo. Fue un MENSAJE CELESTIAL, fue un Mensaje desde el cielo; fue una manifestación celestial.

Por lo tanto, podemos ver que el cielo había descendido sobre la cima de la montaña. Ahora, ustedes pueden ver que en la cima de la montaña estaba manifestada otra dimensión, una dimensión celestial. A esa dimensión celestial entró Moisés, el cual fue invitado por Dios para subir allá arriba. Hacia algún tiempo que Moisés había estado allá arriba en la cima del monte en esa dimensión Celestial donde Dios lo llamó, lo comisionó y lo envió a sacar el pueblo. Pero ya en esta ocasión venía con el pueblo y lo invitó nuevamente a subir a la cima de la montaña donde estaba manifestada una dimensión celestial. Moisés cuando entró a esa dimensión celestial pudo ver un tabernáculo y recibió orden de Dios para hacer conforme a la visión que él había tenido.

Por eso Moisés preparó todo; preparó el tabernáculo de acuerdo a las medidas que él había visto que tenía, lo que él había visto allá arriba en aquella dimensión celestial. Por lo tanto, aquello que él había visto sobre la cima del monte no era algo terrenal, no era algo de aquella dimensión terrenal, sino que era algo celestial. Pero Moisés había entrado a esa dimensión celestial. Moisés mientras estaba allá arriba, estaba en otra dimensión.

Ustedes pueden notar que cuando Moisés descendió había tenido una transformación, había tenido un cambio. Su rostro y su cabello habían cambiado.

Ahora, usted puede ver que él tuvo que ponerse un velo por causa de la gloria que brillaba sobre su rostro. Ahora, ustedes pueden ver dónde fue que Moisés recibió un cambio. También pueden ver dónde Jesús recibió un cambio - una transformación - . Pueden ver dónde serán transformados los escogidos de Dios que tienen la promesa de que habrán de ser transformados.

Moisés por invitación de Dios subió a la cima del monte donde se estaba manifestando una dimensión celestial; donde el cielo se había unido con la tierra, pero en la cima de la montaña. Así es que, ustedes pueden ver hasta dónde llegan los límites terrenales y dónde se unen los límites celestiales. Pueden ver donde se encuentra lo terrenal con lo Celestial. Pueden ver donde un hombre terrenal se encontró con lo celestial. Fue en la cima de la montaña. Así también pasó en el Monte de la transfiguración donde Jesús subió.

¿Por qué un monte? Porque conforme a los planes de Dios tiene que ser en un monte para así ir mostrando lo que será en el futuro. Por lo tanto, vemos en el pasado los tipos y figuras de lo que será la venida del Reino de Dios en poder y gloria conforme al orden de Su venida. Podemos ver, entonces, a través de los tipos y figuras, a través de las cosas que acontecieron en el pasado, a través de aquellos momentos sublimes donde lo celestial descendió a esta tierra y hubo una transformación y la Voz de Dios desde el cielo fue escuchada, LO QUE ACONTECERA EN EL PRESENTE.

¿Por qué fue en un monte? Porque en un monte es el lugar donde Dios descenderá en este siglo 20 en Su segunda venida para El hablar. El estará hablando desde el cielo, porque será desde una dimensión celestial donde Dios se manifestará para hablar a aquellos invitados que son invitados para subir arriba a la cima de la montaña. Allí ellos subirán a la cima de la montaña del Monte de Sión. ¿Quién subirá al Monte de Dios? - como fue leído en esta mañana en el pasaje bíblico. Yo también lo tenía colocado aquí desde esta mañana cuando estaba aquí desde esta mañana cuando estaba allí en la otra oficina. En el Salmo 24:3 se hace esta pregunta: ¿Quien subirá al Monte del Señor? Aquí encontramos que en este tiempo son llamados a subir los que han sido limpiados, los que han sido lavados en la Sangre del Cordero.

Los escogidos que han sido predestinados para este tiempo en que vivimos, tienen la invitación para subir arriba donde la Presencia de Dios es manifiesta, donde Dios habla Su Palabra. Su Palabra no será escrita sobre tablas de piedra, sino sobre las tablas de nuestro corazón. Allí la Palabra de Dios será grabada para siempre. Allí es que Dios graba Su Pacto Eterno y ese pacto eterno permanecerá grabado ahí. Estando grabado ahí, dentro del corazón estará el deseo de servir y agradar a Dios.

Dentro del corazón de aquellas personas donde la Palabra de Dios es grabada, no estará el deseo de pecar, sino el deseo de servir a Dios. Porque el deseo de pecar ha sido quitado y solamente estará el deseo de servir a nuestro Dios, porque Su Palabra estará grabada en nuestros corazones; y desde nuestro corazón saldrá la voluntad de servir a Dios. Nuestro deseo siempre será servir a Dios conforme a Su Palabra que está grabada en nuestros corazones.

Encontramos en esta mañana, la contestación a la pregunta: ¿POR QUE UN MONTE? Fue en un monte en el tiempo de Moisés - en el Monte Sinaí - , y fue en un monte en el tiempo de Jesús - en el Monte de la Transfiguración - . En ambos estuvo Dios allí hablando. También hubo una transformación y el rostro de aquellos que subieron allí fueron transformados.

Encontramos, que en el primer monte, Moisés hablaba con Dios y Dios hablaba con Moisés. Luego Moisés tenía la comisión de hablarle al pueblo. El pueblo tenía la comisión de oír a Moisés. ¿A quién habría de oír en aquel primer monte? En aquel primer monte había que oír a Moisés. El pueblo estaba llamado a oír a Moisés, porque Moisés oraba a Dios y le hacía saber al pueblo las cosas que Dios le hablaba a él.

En el segundo monte, en el Monte de la Transfiguración, Dios habló. Allí estaba Moisés y Elías con Jesús. Moisés y Elías estaban hablando con Jesús con relación a la partida de Jesús hacia Jerusalén.

Encontramos que luego que los discípulos: Pedro, Jacobo y Juan quisieron hablar u opinar y quisieron ser escuchados, la Voz del Cielo, la Voz Celestial - Dios hablando - , dijo: "ESTE ES MI HIJO AMADO EN EL CUAL ME COMPLAZCO MORAR; A EL OID." Pedro, Jacobo y Juan querían ser oídos, pero siendo ellos los representantes del pueblo, representaban al pueblo de Dios. Ellos no podían ser oídos, porque el pueblo no es el que tiene que ser oído. El que tiene que ser oído es Dios.

Lo que el pueblo tiene que hacer o lo que está llamado a hacer no es lo que desea hacer, sino lo que Dios desea que el pueblo haga. La voluntad de Dios para el pueblo sólo puede ser conocida a través de aquél donde more Dios, a través de aquél donde esté Dios habitando. "En el principio era la Palabra, y la Palabra era con Dios, y la Palabra era Dios."

Por lo tanto, donde está Dios, la Palabra para ese tiempo, ahí estará la voluntad de Dios para ser expresada al pueblo para que el pueblo pueda hacer la voluntad de Dios. Entonces, ¿a quién hay que oír? Hay que oír a Dios; y Dios es la Palabra. Por lo tanto, esa Palabra será oída a través del instrumento que Dios tenga, a través del instrumento donde Dios se meta para hablar a través de ese instrumento.

El pueblo no estará escuchando a un hombre, sino que estará escuchando a Dios a través de un hombre; estará escuchando a Dios a través de un velo de carne. Esto es así, porque para Dios poderse dar a conocer, y poder darse a entender en palabras humanas, tiene que hacerlo a través de un ser humano.

El pueblo de Israel cuando estuvo frente al Monte Sinaí; escuchó a Dios, oyó truenos, vio relámpagos, y oyó una trompeta. Pero solamente Moisés supo lo que Dios estuvo hablando. Dice la Escritura que Moisés hablaba con Dios y Dios le respondía. Dios le respondía... ¿Cómo le respondía Dios a Moisés? Dice... quiero leerlo. Dice:

Y Moisés sacó del campamento al pueblo para recibir a Dios; y se detuvieron al pie de la montaña.

Todo el monte Sinaí humeaba, porque Jehová había descendido sobre él en fuego; y el humo subía como el humo de un horno, y todo el monte se estremecía en gran manera.

El sonido de la bocina iba aumentando en extremo; Moisés hablaba, y Dios le respondía con voz tronante.

Moisés le hablaba a Dios y Dios le respondía con voz tronante; se oían truenos y eso era la voz de Dios hablándole a Moisés. Pero el pueblo no podía entender lo que Dios le estaba diciendo a Moisés, porque el pueblo no era profeta, pero el pueblo tenía un profeta.

Por lo tanto, encontramos que el pueblo entendía lo que Dios hablaba en forma de truenos. ¿Cómo lo entendía el pueblo? El pueblo lo entendía a través de Su profeta Moisés. Su profeta Moisés podía decirle al pueblo: "Esos truenos que ustedes han estado escuchando... para ustedes han sido truenos; no han entendido nada, pero lo que esos truenos han dicho es esto que yo les estoy diciendo." ¿Ve usted?

Encontramos que cuando Dios habla directamente lo que se oyen son truenos. Pero es Dios hablando. Para poder entender los truenos de Dios, para poder entender la voz de Dios que es en esos truenos, se necesita un vidente; se necesita un profeta, el cual no tiene límites, el cual estando aquí en la tierra puede estar allá en el cielo y puede entender el idioma celestial. Puede ver y oír las cosas que están aconteciendo y las puede entender todas, porque tiene las dos conciencias juntas. El puede entender las cosas de la dimensión celestial tanto como las de la dimensión terrenal. Puede entender aquí entre seres humanos; y cuando pasa a la otra dimensión, a la dimensión celestial, a la dimensión de Dios, puede hablar con Dios y Dios puede hablar con él. Puede oír a Dios y entenderlo, porque ha sido diseñado de esa manera para Dios poder tener un instrumento a través del cual manifestarse a Su pueblo que El tiene aquí en la tierra.

Por lo tanto, encontramos, a través de toda la Palabra de Dios, a través de toda la Escritura, que Dios ha tenido representantes aquí en la tierra que han sido Sus profetas; que han sido Sus mensajeros los cuales han sido enviados con ambas conciencias juntas. Encontramos, que de no ser de esa manera, entonces el pueblo de Dios perecería y estaría confundido todo el tiempo.

Por esa razón es que encontramos que hay muchos pueblos, hay muchas religiones, y hay muchas civilizaciones que han pasado y otras que están en el presente, que al no tener como cabeza un verdadero profeta de Dios - el profeta verdadero que Dios tenga para el tiempo presente -, entonces estarán divagando en sus propios pensamientos, estarán divagando en sus propias ideas y obtendrán muchísimas religiones, porque nunca entenderán el plan de Dios; nunca podrán ver las cosas que Dios tiene para el tiempo en que estarán viviendo y estarán siempre errando. ¿Por qué? Porque sin visión, el pueblo perece. La visión solamente la tiene el profeta de Dios; porque toda visión de parte de Dios, toda visión para Dios dar a conocer alguna cosa a su pueblo, viene al profeta. Por lo tanto, los profetas de Dios son videntes; son aquellos hombres que por visión pasan a otra dimensión, pasan a la dimensión de Dios para ver el plan que Dios tiene para el tiempo en que ellos viven y ponerlo por obra aquí entre los seres humanos - los hijos de Dios - para Dios poder hacer aquellas cosas que El ha prometido hacer para beneficio de Su pueblo.

Ahora, vean ustedes cuántas generaciones han pasado y cuántas tribus han estado viviendo sobre la tierra y han tenido sus religiones, han tenido sus líderes. Pero no han tenido el Líder que Dios ha tenido para el tiempo en que ellos han vivido. Por lo tanto, ellos lo único que han obtenido con sus líderes terrenales que han tenido ha sido una religión más, la cual han captado en sus propias mentes, en su propia imaginación por una inspiración de la quinta dimensión; por una inspiración que ha venido del príncipe del aire, que es ese arcángel caído, el cual sólo ha hecho daño a la humanidad.

Así es que, ustedes pueden ver cómo es que la humanidad adquiere sus propias religiones. Las adquiere a través de una revelación de ese arcángel caído el cual lo que hace es destruir a la humanidad llevándolos a engaños, mentiras y falsedades para de esa manera fortalecer su reino. Porque él tiene ciertas ganancias y ciertas intenciones las cuales son malas, en contra de la humanidad. Pero él tiene sus propios planes y tiene un reino el cual ha querido establecer en esta tierra para gobernar en esta tierra y así también conquistar todas esas estrellas y todos esos planetas que ustedes pueden ver cuando miran en la noche. Hay muchos que están tan lejos que están en otras dimensiones que no se pueden ver.

Ese arcángel caído desea establecer su reino aquí en la tierra. Ha estado tratando de gobernar no solamente esta tierra, sino gobernar aun el universo entero. Pero Dios ha dicho en Su Palabra, para él, y para todos los que están al servicio de él, tanto religiones como gobiernos: "Aunque te encarames como el águila en las estrellas, e hicieres tu nido en las estrellas; aunque levantes vuelo en viajes espaciales hacia las estrellas, en esa conquista del espacio, y aunque hicieres tu nido en las estrellas, de allí te bajaré, ha dicho el Señor."

Por lo tanto, podemos ver que ese arcángel caído - Luzbel o Lucifer, o diablo o Satanás - como le quieran llamar, su plan es apoderarse del universo entero; pero ya tuvo una batalla con el arcángel Miguel y la perdió. En lo espiritual, él tiene una conquista del espacio, una - una conquista de las estrellas. En lo espiritual, las estrellas vienen a ser la iglesia completa que está compuesta muchos miembros.

Encontramos que los hijos de Dios son conocidos como estrellas. Las estrellas literales representan estrellas espirituales. Las estrellas literales representan seres humanos que están en órbita en el plan de Dios, y son estrellas también en el glorioso universo espiritual de Dios.

Encontramos que el Señor se presenta como el sol de justicia. También se presenta como la estrella del norte. También se presenta como la Estrella de la mañana en ese glorioso universo espiritual de Dios. Siendo el Universo Espiritual de Dios, el diablo también ha estado tratando de conquistar las estrellas.

Encontramos que él ha conquistado y ha hecho caer una cantidad grande de las estrellas espirituales. ¿En qué las ha hecho caer? LAS HA HECHO CAER EN DENOMINACIONALISMO.

Por lo tanto, encontramos que cada mensajero con su edad constituyó un sistema solar con su... un sistema donde hubo estrellas. Pero luego que terminó su tiempo, estas estrellas luego cayeron en denominación. Por lo tanto, vinieron a ser estrellas caídas, ángeles caídos. Aquellos ángeles que cayeron allá representan a estos ángeles que caen acá espiritualmente, y también son representados por estrellas.

Así es que, también sacó de órbita a esas estrellas; fueron estrellas caídas. En este tiempo hay una gran batalla. Pero es una batalla espiritual donde las huestes del enemigo de Dios están luchando, y las huestes de Dios también han estado luchando; y en ese tiempo final nos es dicho a través de la Palabra de Dios, a través del profeta Daniel, que en este tiempo se levanta el arcángel Miguel con su ejército contra el enemigo para esta gran batalla.

Ahora, vean ustedes que hay una batalla espiritual en la cual hay dos poderes que se enfrentan. Pero sabemos que así como la batalla que se llevó a cabo, donde aquellos ángeles que siguieron a Lucifer, aquellos ángeles fueron echados por tierra juntamente con su líder. También en lo espiritual, así como el arcángel Miguel ganó aquella batalla, esta batalla será también ganada en este tiempo.

Satanás con sus ángeles caídos es echado por tierra. La victoria, entonces, es del ejército de Miguel. Sabemos que Miguel y su ejército están representados aquí en esta tierra por el grupo de escogidos con su mensajero que estará llevando a cabo esa gran victoria junto al grupo de escogidos que estarán a su lado.

Lucifer quiere tener un reino más espléndido, más hermoso y más grande que el reino de Miguel. Pero el reino de Miguel siendo representado aquí en la tierra por el grupo de escogidos es el reino en el cual estamos y al cual pertenecemos. Será el reino que permanecerá por toda la Eternidad.

Ahora, vean ustedes, que esa piedra no cortada de mano, la cual... ¿de dónde es que sale? Sale de la montaña. Sale del monte; sale del monte de Dios que es el monte de Sión, que es la Iglesia Verdadera del Señor. De la cima de la montaña sale una piedra no cortada de mano.

Ahí en la cima de la montaña hay muchas piedras; y esas piedras son los escogidos, porque todos somos piedras vivas. Los escogidos a través de cada una de las Edades han sido piedras vivas, las cuales han sido cortadas por el Mensaje del mensajero que les tocó a ellos en la Edad en que vivieron. Fueron cortadas por ese mensaje y vinieron a formar parte del edificio de Dios; vinieron a formar parte del templo de Dios; vinieron a formar parte del monte de Dios; vinieron a formar parte de la Edad que les correspondió vivir. Fueron cortados de acuerdo a la Edad que les tocaba. Vean ustedes, que fueron cortados de acuerdo a la Edad que les tocaba formar. Cada grupo fue diseñado o preparado o cortado por Dios a través del mensajero y el mensaje que trajo el mensajero.

Los que fueron cortados por Dios a través del mensaje que Dios le dio a Lutero, vinieron a ser parte del la Edad Luterana. Después de Lutero vinieron otros predicando y queriendo cortar piedras para formar alguna otra Edad o para añadirle a esa Edad. ¿Qué fue lo que hicieron esa gente o esos predicadores trayendo el mensaje pervertido? Cortaron piedras a su manera, pero no sirvieron para formar parte del templo de Dios. Entonces formaron una denominación.

Esas piedras que fueron formadas y cortadas por esas denominaciones vienen a ser parte del templo denominacional que no es el templo de Dios, sino que es el templo de Lucifer o del diablo. Entonces viene a ser el Edén de Satanás, que vino a ser... estuvo siendo formado hasta que concluye la formación del templo de ese arcángel caído; donde ese arcángel caído a través del instrumento que tenga, se siente en el templo haciéndose parecer Dios, haciéndose vicario de Cristo, haciéndose Dios en carne humana, haciéndose el representante de Dios.

Encontramos que en el plan de Dios cada Edad fue preparada por el mensajero de cada Edad. Los escogidos de esa Edad fueron cortados de acuerdo a la Edad que les tocó vivir. Así fue por Siete Edades. Pero en este tiempo en que nosotros estamos es la EDAD DE LA PIEDRA ANGULAR, LA EDAD PERFECTA.

Por lo tanto, en este tiempo, Dios llama y recoge a todos aquellos que son escogidos como Piedras Vivas para formar parte de la EDAD DE LA PIEDRA ANGULAR. Dios corta esas Piedras, Dios corta a Su pueblo a través de Sus profetas. Dios comienza a recoger esas Piedras... las comienza a recoger de todos los lugares, de todos los grupos. Comienza a recogerlas y las coloca ahí en la cima del Monte para luego que esas Piedras están ahí, sean cortadas por Dios a través de Su Profeta de la Piedra Angular.

Por lo tanto, esas piedras cortadas de una manera... de acuerdo a la Edad en que viven. CADA ESCOGIDO REPRESENTA LA EDAD EN QUE VIVE. SI LA EDAD ES DE PIEDRA ANGULAR, ELLOS SON PIEDRAS ANGULARES. ¡Oh! ¡Bendito, el Dios nuestro! ¡Bendito el Señor!

Esa es la forma en que somos cortados. ¿Recuerdan ustedes la ocasión en que el hermano Branham estaba en la montaña y la Presencia de Dios se manifestó? Vino en forma de un torbellino, pasó sobre la cabeza del hermano Branham, llegó hasta la montaña y cortó la copa de los árboles. Hubo unas explosiones cuando la Presencia de Dios en forma de torbellino pasó, así como también el profeta Job experimento la Presencia de Dios en forma de torbellino.

Las personas que estaban allí presentes no supieron lo que Dios estaba hablándole a Su profeta. Pero el profeta, teniendo las dos conciencias juntas, sí sabía lo que Dios estaba hablando. Los demás escucharon los truenos.

Vea Ud. que cuando la presencia de Dios estuvo allí y Dios estuvo tronando, fue algo maravilloso lo que allí aconteció. Cuando la explosión de la presencia de Dios tronó, dice que la cúspide del monte también explotó. Dice que piedras cayeron y luego que los hermanos recogieron esas piedras se dieron cuenta que esas piedras, por la explosión de la presencia de Dios cuando tronó, cuando llegó en el torbellino... dice que las piedras fueron cortadas en forma de pirámide. Fueron cortadas en forma de piedra angular.

Esa es la manera en que son cortados los escogidos. Esa es la manera en que son cortadas estas piedras vivas de la parte de arriba de la montaña. Son cortadas en forma de pirámide, en forma de piedra angular cuando la presencia de Dios viene sobre la cima de la montaña y los truenos son escuchados. Cuando Dios truena y los Siete Truenos emiten sus voces, esas piedras de la cima de la montaña son cortadas en forma de pirámide.

Por lo tanto, CADA ESCOGIDO DE POR SI ES UNA PIRAMIDE. CADA ESCOGIDO ES UNA PIRAMIDE COMPLETA, ES UNA PIRAMIDE CORONADA. Porque ellos pertenecen a la EDAD PERFECTA; y por lo tanto vienen a ser cortados por la Palabra de Dios a la estatura de un varón perfecto. Ahí están incluidas las HERMANAS Y LOS HERMANOS.

Podemos ver estas cosas y podemos ver que es cuando los Truenos emiten sus voces, cuando la presencia de Dios viene y los truenos son escuchados, es que ocurre todo esto. Vean que cuando Dios descendió en el Monte Sinaí, el monte estaba... dice que Dios descendió y el monte estaba encendido en fuego. Dice que se oían truenos, se veían relámpagos y había una nube espesa sobre el monte.

Vean ustedes, que el Señor vino en aquella ocasión en una nube espesa. También había un fuego allí presente. También estaban allí los Truenos presentes; habían relámpagos y la trompeta - la bocina - se escuchaba. Todo esto mostrando aquí, lo que sería la venida del Señor sobre el monte de Sión, sobre la cima del Monte de Sión, cumpliendo la Segunda Venida del Señor.

Ahora, vean ustedes, que Moisés subió a esa Dimensión Celestial y oyó esa Voz desde el Cielo. Moisés subió al cielo. La Escritura nos dice que Moisés subió al cielo y vio todas aquellas cosas maravillosas y luego cuando descendió dijo que le fue dicho: Haz todo conforme al modelo que se te mostró acá en el cielo. Hazlo todo conforme a lo que te fue mostrado. Sin embargo, él se encontraba sobre la cima del Monte Sinaí.

Lo que sucede es que sobre la cima del Monte Sinaí estaba otra dimensión manifestada. Allí estaba la dimensión de Dios. Cuando Moisés subió arriba él entró a la dimensión de Dios, entró al cielo y allí estuvo viendo las cosas que habían en esa otra dimensión.

Vean ustedes que no hay que ir muy lejos para llegar al cielo. Vean ustedes que el mismo hermano Branham nos dijo que cuando nosotros fuésemos de aquí no íbamos a estar tan lejos, sino que íbamos a continuar aquí. Lo único es que estaremos en otra dimensión más rápida.

En esa dimensión Celestial que estaba allí presente y manifiesta, el único que pudo entender la presencia de Dios allí y lo que Dios estaba hablando fue Moisés; el único que pudo entender lo que aquellos Truenos estaban diciendo, lo cual era la Voz de Dios hablando, fue el que subió allá arriba.

Por lo tanto, para poder oír esos Truenos y entenderlos había que estar allá arriba. Los que estaban abajo y oían esos truenos y veían esos relámpagos no entendían nada. Estaban temblando del miedo. Estaban asustados.

Pero el que subió arriba pudo ver en aquella dimensión Celestial... pudo oír la Voz de Dios desde el cielo y entenderla. Luego pudo decir lo que aquella Voz estaba diciendo.

Luego encontramos lo del monte de la Transfiguración cuando Jesús ascendió al monte de la Transfiguración con aquellos tres discípulos. Los que estaban allá arriba podían oír y ver lo que allí estaba sucediendo. Los que se quedaron abajo no; ellos seguramente estuvieron viendo alguna luz resplandeciendo allá en la cima de la montaña. Podrían estar oyendo que estaba tronando. Algunos quizás pensarían: "Vamos a ver dónde nos metemos, porque está tronando; a lo mejor va a caer un aguacero que nos vamos a mojar toditos."

Estaban muy asustados. Algunos quizás decían: "Bueno, vamos a acomodarnos en algún sitio seguro, porque puede ser un rayo y matar a alguno de nosotros." Pero los que estaban arriba en la cima de la montaña estaban viendo y oyendo en otra dimensión. Ellos estaban allá arriba metidos en una dimensión celestial. Allí fueron metidos en el cielo, en esa dimensión celestial y allí había también la presencia de una nube.

Podemos ver todas estas cosas, y siendo ese el orden de Su Segunda Venida, entonces podemos ver cómo es que el Señor viene en Su Segunda Venida conforme a Apocalipsis 10. Podemos ver la misma cosa ahí. Entonces... ¿quién subirá a la cima del monte?

Los que suban allá arriba... para poder oír desde el cielo y entender lo que es hablado desde el cielo, hay que estar allá arriba en el cielo, hay que subir a la cima de la montaña donde estará esa dimensión celestial manifestada. Dios estará ahí presente y estará hablando, estará manifestándose y estará tronando en la cima de la montaña.

Pero el que es invitado para subir allá arriba como fue invitado Moisés y como fue invitado Jesús y Pedro, Jacob y Juan, podrán ver, oír y entender lo que Dios estará hablando. Ha sido una promesa de parte de Dios que en la cima de la montaña, Dios estará tronando, rugiendo como un león sobre el Monte de Sión. Cuando los Siete Truenos emiten Sus voces, entonces se entiende lo que Dios está hablando si se está en la cima del monte; *porque todo el pueblo ha sido escogido para estar allá arriba estará allá arriba. Estará viendo y entendiendo todo el plan de Dios; estará viendo y entendiendo la manera de Dios manifestarse; estará viendo y entendiendo lo que tiene y al que tiene que oír.

Por lo tanto, no escuchará ninguna otra cosa. No escuchará voces de abajo, de la falda de la montaña, sino que en la cima de la montaña habrá una voz que será la Voz de Dios manifestada para el pueblo de Dios, así como en cada una de las Edades de la Iglesia Dios tenía el instrumento que él usaba para que fuese oído por el pueblo de Dios y a ese mensajero era que el pueblo de Dios tenía que oír - en este tiempo final - , en la cima de la montaña, Dios también tendrá a quien el pueblo de Dios tendrá que oír.

Todos nos uniremos a la Voz de Dios para creerla, recibirla y ponerla por obra. Vivir esa Palabra de Dios, que es la Voz de Dios hablando desde el cielo. No hablando desde Edades Terrenales, no hablando a través de alguna Edad de las Siete Edades. La Voz de Dios ya no está en ninguna de las Siete Edades, porque Dios terminó de tratar en las Siete Edades de la Iglesia. Ya las Siete Edades de la Iglesia se denominaron. Los escogidos de cada una de las Edades ya están allá en la Sexta Dimensión. Los que partieron ya no tienen nada que ver con Edades de la Iglesia. Ya las Edades terminaron, y Dios Se encuentra en la cima de la Montaña, en la cima del Monte de Sión. Ahí está Dios manifestándose, hablando desde el cielo.

¿Por qué? Porque es una Edad que pertenece a una dimensión celestial. Nuestra Edad no pertenece a esta tierra.

Los escogidos de esta Edad Celestial son los vencedores. Ellos salen de la Edad de Laodicea. Al salir de la Edad de Laodicea son vencedores que se sientan con el Señor en Su Trono; son invitados para subir a la cima de la montaña, donde es el Trono del Señor, para sentarse ahí con El. Podemos ver estas cosas maravillosas que están aconteciendo en la cima de la montaña. Tenemos la respuesta a el ¿Por Qué un Monte? Porque sobre un monte ocurriría el cumplimiento de la Segunda Venida del Señor conforme al orden de Su Segunda Venida, con Moisés y Elías.

Luego de un rato, no vieron a nadie, sino sólo al Señor. Vean que después de ver el ministerio de Moisés y el ministerio de Elías, a nadie ven sino al Señor en Su Segunda Venida. Podemos ver que será uno solo.

Podemos ver que en esta hora en que vivimos es el tiempo del cumplimiento de todas estas Promesas. Fíjense, Moisés estando allí, sobre la cima del monte, estaba en la tierra y estaba en el cielo. Jesús estando en la tierra, también estaba en el cielo.

En una ocasión El dijo: "Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del Hombre que está en el cielo." Y estaba allí en la tierra. Pero aunque Su cuerpo estaba allí en la tierra, El estaba viviendo en esa Dimensión Celestial.

Por lo tanto, el grupo de escogidos de este tiempo, aunque sus cuerpos terrenales están en esta tierra, espiritualmente estamos en el cielo. Nuestra Edad está en el cielo. Nuestro Mensaje es un mensaje del cielo. Estamos oyendo el mensaje desde el cielo y en el cielo.

Espiritualmente, nosotros no estamos aquí en la tierra. Nuestro mensaje no es de esta tierra. Nuestro reino no es de esta tierra. Si nuestro mensaje fuera un mensaje terrenal, entonces sería una religión más. Nuestro mensaje, entonces pasaría. Nuestro mensaje estaría por un tiempo, pero llegaría el tiempo en que terminaría y se convertiría en una denominación. Luego ahí terminaría todo. Después del mensaje nuestro vendría otro mensaje. PERO NUESTRO MENSAJE ES PERFECTO, PORQUE ES DIRECTAMENTE DESDE EL CIELO. No es una porción de la Palabra de Dios, sino TODA LA PALABRA DE DIOS. Por lo tanto, con nuestro mensaje no pasará lo que pasó con el de Lutero, ni con el de Wesley, ni con el Pentecostal. Todos esos mensajes siendo terrenales, solamente tenían una porción de la Palabra. Pero junto con eso tenían otras cosas que no era la Palabra de Dios. Lutero vino con el mensaje: "El Justo Por la Fe Vivirá," pero siguió arrastrando dogmas y tradiciones que heredó del lugar de donde él había salido. Lo mismo le sucedió al mensaje de Wesley y al de la Edad Pentecostal. No siendo mensajes perfectos, sino sólo una porción de la Palabra de Dios, llegaron a cumplir el plan de Dios para su tiempo. Después dejaron de ser.

Ya esos mensajes pasaron. Por lo tanto, ninguno de nosotros tenemos ni pertenecemos a alguno de esos mensajes pasados. Esos fueron mensajes terrenales en Edades terrenales. Pero estamos en una Edad Celestial. Por eso es que nuestra Edad pertenece a otra dimensión es de otra dimensión.

Todas las cosas que pertenecen a esa otra dimensión de Dios, las tenemos que heredar, porque son para los que están en esa dimensión celestial. Para los - que están en esa dimensión celestial. Para esa dimensión celestial está prometido un cuerpo celestial, está prometido un cuerpo transformado. Fue en la cima de la montaña que hubo transformaciones señalando que en la cima de la montaña es que tiene que ocurrir la transformación de los escogidos.

Ahí es donde Dios les pide a aquellos que van a ser transformados que suban arriba a la presencia de Dios; les pide que suban a esa dimensión gloriosa donde... al entrar a esa dimensión, entonces lo temporero se une con lo Eterno y se funde con la Eternidad.

Así es que ahí es que estos cuerpos temporeros se fundirán con lo Eterno. Entonces... " ¿Dónde está oh muerte tu aguijón? ¿Dónde está oh muerte tu victoria?"

Por lo tanto, sabiendo nosotros donde estamos, sabiendo que hemos sido llamados a subir arriba... En el Libro de Apocalipsis también tenemos la invitación que nos dice: "Sube acá y yo te mostraré las cosas que han de ser después de estas." Después de las Siete Edades de la Iglesia. Yo te mostraré las cosas que han de ser después de las Siete Edades de la Iglesia.

Tenemos que estar conscientes del lugar donde estamos. Cuando Moisés subió allá arriba en la primera ocasión, le fue dicho: "Quita los zapatos de tus pies, porque el lugar en que estás tierra santa es." Así es que miren lo fácil que es ir a tierra santa.

Así es que, usted puede ver que en la cima de la montaña, en esa Edad Celestial, en esa Dimensión Celestial, esa dimensión de Dios es un terreno santo; es una Edad Santa. Por eso el santo santifíquese más. El santo sea santo todavía. El justo sea justo todavía. ¿Por qué? Porque está sobre tierra santa; está en una Edad Santa, está en una Dimensión Santa. Por lo tanto, cada uno viva de acuerdo al lugar donde está. SU VIDA DIRA DONDE USTED ESTA.

Si usted actúa incorrectamente allá arriba, sepa que la Presencia de Dios está ahí. ¿Quién subirá al monte de la santidad del Señor? El limpio de mano y puro de corazón. Por lo tanto, manténgase de esa manera. Dios es amor, pero también es fuego consumidor.

En esa Edad Celestial y en esa Dimensión Celestial a la cual hemos subido, tenemos que estar con temor y temblor. Porque la Presencia de Dios está ahí manifestada en toda su plenitud. Dios es santo, y por eso dice: "Sed santos, porque Yo soy santo."

Así es que, Dios nos ha subido a la cima de la montaña no para vivir una vida pecaminosa, sino para vivir una vida santa y agradable delante de Dios, y para oír todo lo que él tenga que decirnos. Fíjese, en los tres lugares han habido carpas. En una quisieron hacerla, pero no era... no se podía. En la primera, cuando Moisés subió, Moisés no hizo ninguna carpa allá arriba. Pero él vio un tabernáculo, vio una carpa allá arriba. Vio el templo de Dios. Conforme a eso que él vio allá arriba fue lo que hizo abajo.

Luego en la cima de la montaña, cuando Jesús ascendió a la cima de la montaña en el Monte de la Transfiguración con Pedro, Jacobo y Juan, allí ellos vieron a Moisés y a Elías. Ellos querían hacer allí tres carpas, tres enramadas: una para Jesús, una para Moisés y otra para Elías. ¿Para qué? Para que en cada una de esas carpas... en la de Jesús, se enseñara el mensaje de Jesús; en la de Elías se enseñara el mensaje de Elías; y en la de Moisés, pues, el mensaje de Moisés. Cada uno de ellos sería el ministro de ese sitio. Como también habían tres discípulos, de seguro que para cada grupo... quizás en una estaría Pedro. Quizás Pedro esperaba estar con Jesús; y Jacobo y Juan estarían uno con Moisés, y otro con Elías.

Ustedes saben que ellos siempre desearon... la mamá de Jacobo y Juan deseaba que uno se sentara a su diestra, y el otro a su siniestra, o sea, a su izquierda. Esa es la misma posición que tenían Moisés y Elías. Moisés y Elías estaban uno a cada lado de Jesús. Esa era la posición que deseaban Jacobo y Juan.

Así es que, seguramente, le tocaba a uno de ellos. A Juan quizás le tocaba ser el representante de Moisés, y a Jacobo ser el representante de Elías. Ustedes saben que ellos desearon eso. Me parece que fueron Jacobo y Juan los que en una ocasión cuando, en Samaria por poco apedrean a Jesús. Luego que salieron de Samaria, Juan y Jacobo le dijeron a Jesús: "Mira, ¿quiere que mandemos a descender fuego del cielo para destruirlos a todos?"

Jesús les dijo: "Ustedes no saben de qué espíritu son. El Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas, sino para salvarlas. Ahí hay muchas almas de salvación. Ahí hay muchos escogidos. Ustedes quieren tener el ministerio de Moisés y Elías para hacer descender fuego del cielo como podían hacer Moisés y Elías. Ustedes quieren ese ministerio para traer juicio, y todavía no es tiempo de traer juicio. Este es el tiempo para anunciar el tiempo agradable del Señor, el tiempo de salvación para todos. Así es que, este no es el tiempo para ustedes. Ustedes no pueden tener ese ministerio actualmente, porque ese ministerio será para el tiempo en que yo venga como el León de la Tribu de Judá como Juez. ¿Para qué? Para traer el mundo a juicio y entonces ese ministerio que ustedes quieren, ese ministerio de poder hacer descender fuego del cielo para destruir todo lo que haya que destruir, entonces podrá estar en operación. Pero ustedes no están viviendo en el tiempo para eso; ustedes están viviendo en un tiempo y quieren una cosa que es para otro tiempo."

Así es que, la mamá de Jacobo y Juan vino donde Jesús y le dijo: "Mira, tengo una petición." - "¿Cuál es la petición?"

"La petición es que cada uno de mis hijos se siente en Tu Reino: uno a tu derecha y el otro a tu izquierda. Que en ese tiempo ellos tengan el ministerio... de en Tu Reino... cuando venga Tu Reino... en la venida de Tu Reino, el ministerio allí lo tengan mis dos hijos: uno a cada lado Tuyo."

"Tú no sabes lo que pides. Cosa difícil estás pidiendo; es una cosa imposible, porque lo que has pedido no te puede ser concedido. Esto que has pedido no está en Mí darlo a cualquiera, sino que es para aquellos que el Padre ha puesto en Su sola potestad. Es para quien el Padre haya predestinado poder esa clase de ministerio: uno a la derecha y el otro a la izquierda."

Ahora, vean que la mano derecha del Señor es el Poder de Dios. Así es que, en la venida del Señor en Su Reino ellos querían estar uno a la derecha y el otro a la izquierda. ¡Oh, qué clase de ministerio querían! Por eso fue dicho de ellos... de ahí en adelante fueron conocidos como los hijos del Trueno. Pero ellos realmente desearon ser los hijos del Trueno. Fueron conocidos así porque ese fue el deseo de ellos.

Pero encontramos que los hijos del Trueno son: Moisés y Elías. El ministerio de Moisés y Elías es el ministerio de los hijos del Trueno. Vean ustedes que el ministerio de Moisés y Elías, Dios estuvo tronando y rugiendo. Fue bendición para unos, pero juicio para otros.

Así es que, ustedes pueden ver todas esas cosas y pueden ver que es el tiempo de los Truenos en que pueden haber los hijos del Trueno. No solamente el ministerio de Moisés y Elías será el ministerio de los hijos del Trueno, SINO TAMBIEN TODOS LOS ESCOGIDOS DE ESE TIEMPO QUE ESCUCHAN LA VOZ DE LOS TRUENOS, SON LOS HIJOS DEL TRUENO.

Así es que, somos una familia; somos la familia de la EDAD DE LOS TRUENOS. Somos la familia de la Edad Eterna. Somos la familia de la EDAD PERFECTA. Somos la familia de la EDAD DE ORO. SOMOS LA FAMILIA DE LA EDAD DE DIOS QUE HA VENIDO EN PODER Y GLORIA.

Ahora, mucha gente, quizás no puedan ver la Dimensión de Dios manifestada aquí en la tierra sobre la cima de la montaña del Monte de Sión. Pero los que están arriba sí la pueden ver. Ellos pueden ver el Reino de Dios que ha venido en poder y gloria; pueden ver el Milenio; pueden ver todas las promesas que Dios ha hecho para sus escogidos en este tiempo, porque todas las promesas están en la Palabra.

CUANDO LA PALABRA SE HACE CARNE, AHI ESTAN TODAS LAS PROMESAS DE DIOS. Cuando vemos la Palabra hecha carne, entonces vemos todas las promesas ahí para ser cumplidas.

Encontramos en este tiempo, que la hora en que nosotros vivimos es más grande y más gloriosa de lo que usted y yo nos podemos imaginar. Pero a medida que vamos escuchando la Voz de Dios en la cima de la Montaña, hablando a Su Pueblo, podemos ir oyendo, viendo y entendiendo la gran bendición que nos ha tocado. Cosas que no podían ser vistas, en este tiempo ya han sido vistas. Cosas que todavía no han sido vistas, las habremos de ver. ¿Por qué? Porque hemos subido al cielo. Nosotros hemos subido al cielo para ver y oír a Dios en este tiempo; y ver y entender todas las cosas que El prometió que habría de darnos a conocer en los Truenos.

Estamos escuchando a Dios tronando. Vemos relámpagos. El relámpago lo que hace es que ilumina. En la noche, usted puede ver que cuando un relámpago poderoso resplandece, todo queda claro. Así es que sucede. Cada vez que relampaguea y truena, ¿qué pasa? Dios tronando... la Voz de Dios tronando y la luz del relámpago iluminándonos y dejándonos ver las cosas que no veíamos antes.

El dijo que venía como relámpago que sale del oriente y se muestra en el occidente... así será la venida del Hijo del Hombre. Por lo tanto, en este repaso de esta mañana podemos ver estas bendiciones que nos han tocado. Podemos ver dónde nos encontramos. ¿Qué pueden opinar los que no están en la cima de la montaña viendo a Dios, viendo Su venida sobre la cima de la montaña viendo a Dios, viendo Su venida sobre la cima de la montaña, escuchando lo que El tiene para nosotros en este tiempo? Los que no están arriba podrán tener muchas opiniones sobre lo que está sucediendo en la cima de la montaña. Podrán decir lo que deseen, pero lo importante es lo que Dios está diciendo para nosotros en la cima de la montaña. Lo importante es que nosotros estamos viendo lo que está pasando ahí arriba.

Así es que, todos estamos teniendo una gran visión. Tenemos la Visión más grande de todos los tiempos, porque estamos en el cumplimiento de la visión que vieron todos los profetas de Dios con relación a la venida del Señor en este tiempo en que nosotros estamos viviendo. Estamos viendo el establecimiento del Reino de Dios. Estamos viendo la introducción al Milenio. Todo esto está en otra Dimensión, pero nosotros hemos entrado a esa otra Dimensión. Hemos entrado a la dimensión de Dios, donde podemos ver a Dios en Su venida; podemos ver a Dios en Su manifestación conforme al orden de Su venida.

Por lo tanto, ESTAMOS VIENDO LA COSA MAS GRANDE QUE SER HUMANO PUEDA VER EN ESTE SIGLO 20. Podemos ver todo el plan que Dios tiene para llevar a cabo en este tiempo en que estamos viviendo. Siendo tan grande la bendición, cuando le toca predicar a uno, uno no encuentra palabras en el alfabeto para poder expresar la bendición que nos ha tocado a nosotros. De no poderla explicar con todo lujo de detalle, usted por revelación tiene que ver todo lo que yo no pueda explicarles en palabras, porque es tan grande la bendición que nos ha tocado, que no hay palabras para expresarlo.

Realmente, podemos ver el motivo por qué Dios se manifestaba sobre la cima de la montaña para hablarle a Sus Instrumentos. Podemos ver el caso de Moisés en la cima del Monte Sinaí, podemos ver el caso de Jesús en la cima del Monte de la Transfiguración, y podemos ver el caso nuestro en la cima del monte de Sión, en la cima de la PIRAMIDE donde todos hemos subido para ver esta gran realidad que nos ha tocado vivir.

Tengo por aquí algunas citas bíblicas: Isaías, capítulo 40. En Isaías, capítulo 40 hay algo muy importante lo cual está en pleno cumplimiento. Dice así:

Consolaos, consolaos, pueblo mío, dice vuestro Dios.

Hablad al corazón de Jerusalén; decidle a voces que su tiempo es ya cumplido, que su pecado es perdonado; que doble ha recibido de la mano del Señor por todos sus pecados.

Voz que clama en el desierto: Preparad camino al Señor; enderezad calzada en la soledad a nuestro Dios.

Todo valle sea alzado, y bájese todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo áspero se allane.

Y se manifestará la gloria del Señor, y toda carne juntamente la verá; porque la boca del Señor ha hablado.

Voz que decía: Da voces. Y yo respondí: ¿Qué tengo que decir a voces? Que toda carne es hierba, y toda su gloria como flor del campo.

La hierba se seca, y la flor se marchita, porque el viento del Señor sopló en ella; ciertamente como la hierba es el pueblo.

Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la Palabra de Dios nuestro permanece para siempre.

Súbete sobre un monte alto, anunciadora de Sión; levanta fuertemente tu voz, anunciadora de Jerusalén; levántala, no temas; di a las ciudades de Judá: ¡Ved aquí al Dios vuestro!

He aquí que el Señor vendrá con poder, y su brazo señoreará; he aquí que su recompensa viene con él, y su paga delante de su rostro.

Como pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos, y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién paridas.

Encontramos aquí en este pasaje que hemos leído, que este pasaje se cumplió en el ministerio de Juan el Bautista. Encontramos que este pasaje tiene cumplimiento, nuevamente, en este siglo 20. Este pasaje se cumple nuevamente para el bien del pueblo de Dios.

La Escritura dice que Juan el Bautista no hizo señales manifiestas. Así dice la Palabra de Dios. Ahora, si ustedes examinaran con detenimiento, encontrarán que está anunciado que el precursor de la primera venida del Señor vendría con un poder muy grande, hablando la Palabra. Dice el versículo 4 de este mismo capítulo 40 de Isaías: "Todo valle sea alzado y bájese todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo áspero se allane. Y se manifestará la gloria del Señor, y toda carne juntamente la verá; porque la boca del Señor ha hablado."

Ahora, con esta descripción y otras descripciones más que da del ministerio del precursor de la primera venida, del ministerio de Elías, del tercer Elías, cualquier persona podría... La Escritura dice que todo valle se levantaría, y que todo monte y todo collado sería bajado en el ministerio de ese profeta.

Vemos que Juan no bajó ningún monte; vemos que Juan no bajó ningún collado; vemos que Juan no tomó ningún valle o ningún precipicio y lo subió hacia arriba. No vemos nada de eso en él. En el ministerio de él no vemos nada de eso; porque no hizo ninguna señal ni milagro manifiesto. Pero yo quiero decirles en esta mañana que Juan hizo los grandes milagros más grandes que profeta alguno hiciera. Los hizo en una dimensión celestial; los hizo en un campo espiritual.

Vemos a Juan haciendo estos milagros tan grandes: bajando los montes y los collados y subiendo los llanos. Lo vemos subiendo los valles, haciendo esos milagros tan poderosos, cuando trajo en su mensaje... cuando trajo esas palabras poderosas. Por la Palabra poderosa que tenía, tomó los montes y los collados y los bajó.

¿Quiere verlo haciendo esos milagros? Cuando tomó las organizaciones religiosas, las denominaciones de su día juntamente con sus líderes y les dijo: "Generación de víboras, ¿quién los enseñó a ustedes a huir del fuego del infierno? ¿Quién les ha enseñado eso?" Y cuando les decía: "El hacha está puesta sobre la raíz de los árboles y todo árbol que no lleve buen fruto será cortado y echado al fuego."

Cuando él vino predicando de esa manera, estaba tomando los montes y echándolos al suelo. ¿Por Qué un Monte?... monte representa reino. Juan estaba tomando los reinos religiosos, estaba tomando los reinos denominacionales y a sus reyes y los estaba destronando. Estaba echando sus reinos por el suelo. Esos reinos denominacionales, esos reinos eclesiásticos estaban siendo destruidos por la Palabra que salía de su boca.

Allí vemos los milagros más grandes que profeta alguno podía hacer. Estaba precursando, estaba preparando el camino para la venida del Señor. Luego, por otro lado, lo vemos haciendo unos milagros de bendición para el pueblo de Dios. Cuando llamaba al arrepentimiento a todas las personas que oían su mensaje y a los que creían su mensaje y los bautizaba, estaba tomando aquellos lugares bajos y levantándolos. Los estaba levantando hasta la Presencia del Señor. Los estaba levantando hasta la Presencia del Señor en Su primera venida; porque él preparó al pueblo, lo levantó, lo subió a una dimensión espiritual. Lo subió a una dimensión celestial. Lo subió tan alto - a la cima - para presentarles a Dios; PARA PRESENTARLES A DIOS EN CARNE HUMANA, EN LA CIMA DE LA MONTAÑA.

Porque Juan... El Cuarto Elías, el hermano Branham, nos dice que Israel tuvo siete Edades así como la Iglesia Gentil tuvo Siete Edades. Cuando concluya la Séptima Edad de la Iglesia Hebrea, allí está Juan el Bautista en la cima de la montaña preparándole el terreno a Dios que se tiene que manifestar en la cima de la montaña. Allí en la cima de la Iglesia Hebrea, tiene que manifestarse en carne humana. Entonces Juan tiene que empezar a llamar de en medio de todos los grupos religiosos. Juan con su mensaje sin pertenecer a ningún grupo religioso, sin pertenecer a ninguna denominación, tiene que comenzar a llamar esas personas que subirán a la cima para ver a Dios descendiendo sobre la cima del Monte en carne humana. Juan entonces les dice: "Ahí está el Mesías. Ahí está Aquel del cual yo les hablé que vendría detrás de mí."

Así es que, ninguno de los demás profetas tuvo el privilegio de decir: "Después de mí, viene el Mesías." Cualquiera otro de los profetas podía decir: "Bueno, después de mí vienen algunos profetas más, pero a lo último llegará el profeta Mesías que yo les digo que vendrá." Pero Juan podía decir con satisfacción: "Después de mí, el próximo profeta que aparezca será el Mesías. Después de mí, el próximo será el Mesías; será un profeta."

Juan sabía que él era el último profeta antes del Mesías - Profeta. Así es que, él estaba consciente del ministerio que estaba en él. También estaba consciente de la clase de milagro que tenía que hacer. El sabía que los milagros físicos tenía que dejárselos al Mesías cuando viniera. El sabía que a él le tocaba hacer esos milagros espirituales, que eran grandes. Por eso, siendo el precursor, y preparando al pueblo de la manera en que lo preparó, haciendo esos milagros espirituales que hizo, abriéndole los ojos a las personas que estaban predestinadas para recibir esos milagros para luego poder ver al Mesías... primero tenían que ver al precursor.

El precursor les dijo: "Después de mí viene el Mesías. Así es que le abrió los ojos para que vieran al precursor, para que reconocieran que él era la voz de aquel que clamaba en el desierto: "Aparejad el camino del Señor."

Vean ustedes que Juan hizo milagros más grandes que cualquier milagro físico que algún profeta haya hecho. Le abrió los ojos a aquellos que recibieron su mensaje y se bautizaron. Estaba haciendo milagros, porque los milagros espirituales son más grandes que los milagros físicos. Juan no se interesaba por hacer milagros físicos, porque él estaba haciendo milagros espirituales que eran más grandes. El trabajo de Juan y los milagros que tenía que hacer eran tan grandes que no tenía tiempo para hacer milagros físicos. No tenía tiempo. Dios no había colocado el plan... para el ministerio de Juan, Dios no había colocado milagros físicos. Por lo tanto, Juan no se preocupaba de que... "Bueno, yo con este mensaje tan duro y hablando estas cosas tan grandes y no tengo ningún milagro físico como vindicación." A Juan no le interesaba eso. El sabía que el que lo había mandado a predicar y a bautizar, El lo vindicaba. Lo estaba vindicando trayendo las personas que creían su mensaje y siendo bautizadas.

Así es que, esa era la vindicación. La vindicación final de que Juan era el profeta Elías para aquel tiempo fue cuando presentó al Mesías, cuando el Mesías apareció y lo presentó y lo bautizó y dijo: "Este es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo." Ahí el ministerio de Juan estaba recibiendo una gran vindicación, porque él estaba anunciando que el Mesías venía. Después dijo: "Entre vosotros está." Después dijo... si nunca hubiera venido el Mesías, el ministerio de Juan nunca hubiera sido completamente vindicado:

Luego el propio Mesías dijo: "Este es el Elías que está anunciado que habría de venir. Elías ya vino y no lo conocieron." El Señor dijo de él: "De los nacidos de mujer no ha habido ninguno mayor que Juan."

Ahora, vean ustedes que los milagros físicos no son los que hacen que un profeta sea mayor o menor. Es el plan que Dios tenga a través de él. Si el plan de Dios es un plan menor, pues, ese será un profeta menor. Pero si el plan de Dios es un plan mayor a través de ese profeta, ese será un profeta mayor. Pero si el plan de Dios es el plan mayor, pues, ese es el profeta mayor.

Así es que, vean ustedes que todo depende de cuál sea el plan que Dios tenga para desarrollar a través de esa persona. Vean ustedes que Juan no hizo milagros físicos, pero los hizo espirituales. Sin embargo, cuando vino Jesús, El fue el que hizo los milagros físicos que Juan no había hecho.

Ahora, encontramos que el Cuarto Elías - el Precursor - , vino haciendo milagros físicos; vino haciendo milagros maravillosos, grandes milagros. El dijo: "Para la Iglesia Gentil ya no habrá milagros físicos. Estos grandes milagros que los Pentecostales están esperando que acontezcan, estos no serán más. La próxima vez que sean hechos, será para los judíos."

Así es que, el precursor vino haciéndolos, porque EL PRECURSADO NO LOS HABRIA DE ESTAR HACIENDO HASTA QUE SEA NECESARIO PARA LOS JUDIOS. El dice: "La próxima vez será para la Edad Judía, para los judíos." Eso tendrá que ser para llamar la atención de los judíos.

Así es que, ustedes pueden ver el porqué los milagros tenían que venir en el precursor de la segunda venida. Aunque en el precursor de la primera no vinieron... es que allá, el precursado los habría de hacer. Pero si el precursado no los va a hacer en la segunda, para la Iglesia gentil, entonces los tiene que hacer el precursor. Pero el precursado estará haciendo los milagros más grandes que alguien haya podido hacer; LOS ESTARA HACIENDO EN EL CAMPO ESPIRITUAL EN UNA DIMENSION CELESTIAL. Eso es más importante que un milagro físico.

¿Qué usted preferiría si no tuviese la vista y no pudiera ver? ¿Qué usted preferiría?: ¿Que Dios le abriera los ojos espirituales para ver la Palabra, el mensajes para el tiempo en que usted vive, o que Dios le abriera los ojos físicos para ver las cosas de esta tierra? Sus ojos pueden ser abiertos en lo físico, pero cuando se muere vuelven a ser cerrados. Pero cuando los ojos espirituales son abiertos a alguna persona para ver el plan de Dios para el tiempo en que vive, y puede verlo, creerlo y recibirlo... ¡Oh! ¿Quién le podrá cerrar los ojos a esa persona? ¿Quién podrá venir con un espíritu de enfermedad espiritual para tratar de introducirlo en sus ojos espirituales y hacerle cerrar los ojos a la realidad - a la Verdad de Dios - para el tiempo en que vive para que no crea lo que ha visto con sus ojos espirituales? Nadie podrá entonces cerrarle sus ojos. Ninguna enfermedad espiritual podrá tomar autoridad sobre usted para cegarlo espiritualmente, porque usted ve. Si ve, entonces podría decir: "Bueno, antes no veía, pero algún milagro Espiritual ha acontecido por la Palabra hablada. ¿Ve? Para los gentiles, la Palabra hablada. Por la Palabra hablada han estado aconteciendo milagros espirituales.

Ahora, muchas personas que no han entendido podrán decir: "No hemos visto milagros. Ningún milagro ha sido hecho." Tienen que saber especificar. No ha sido hecho ningún milagro físico, ningún milagro manifiesto; pero en cuanto a milagros, podríamos preguntar en cada congregación: ¿Cuántos estaban enfermos de la vista, espiritualmente; que no veían, y que actualmente ven la Palabra de Dios?

Si eso no es un milagro espiritual... si abrirle los ojos a personas que no veían no es un milagro... Lo que pasa es que no se están haciendo uno aquí y otro allá, sino por cantidades. Están siendo hechos sin siquiera poner las manos físicas sobre la gente; pero es puesta la mano poderosa de Dios. Han estado ocurriendo milagros muy grandes en lo espiritual. Ojos espirituales están siendo abiertos para ver la segunda venida del Señor, para ver el Nombre Nuevo del Señor, para ver y oír lo que los TRUENOS han dicho. Si eso no es un milagro más grande que abrirle los ojos físicos a un ciego, si eso no es un milagro más grande que abrirle los ojos a un ciego en lo natural ¡entonces yo no sé qué es un milagro!

Jesús habló de Juan, y dijo: "Es el más grande de todos." Los milagros que hizo fue en el campo espiritual.

Bueno, milagros han sido hechos. La fe de las personas... por la fe de las personas es que han sido hechos en ellas. Las personas han creído y ha ocurrido por la Palabra hablada.

Juan el Bautista tenía la fe para mover montañas. Juan el Bautista tenía la fe para mover árboles, y aun para cortar árboles; tenía la fe para desarraigar árboles. Juan el Bautista tenía la fe que se necesitaba para hacer lo que él quisiera hacer. ¿Quieren verlo usando la fe de mover montañas? El usó la fe para mover las montañas. El usó la fe para mover las montañas cuando tomó aquellas montañas, aquellos reinos eclesiásticos denominacionales y los bajó con la Palabra que habló. ¡Oh! Allí estaba traspasando; allí estaba moviendo aquellas montañas.

Juan el Bautista también desarraigaba árboles con la fe que él tenía, por la Palabra que hablaba. Así que, él tenía esta clase de fe. Jesús dijo: "Si tuviereis fe como un grano de mostaza diréis a este monte: Pásate de aquí a allá y se pasará; pásate de aquí al fondo del mar y se pasará."

Ahora, ¿qué es más fácil? ¿Qué es más grande? ¿Pasar un monte literal de un sitio a otro, o bajarlo, o quitarlo del lugar donde está, o echarlo al mar? ¿Qué es más fácil, tomar un monte espiritual - una montaña o muchas montañas o montes - lo cual representa reinos eclesiásticos, reinos religiosos, reinos políticos, toda clase de reino terrenal establecido aquí en esta tierra - y echarlos al fondo del mar? ¿Qué es más fácil, echarlos al lago de fuego o donde sea? ¿Qué es más fácil, hacerlo en lo espiritual o en lo literal?

Nos dice la Escritura que esa fe perfecta, esa fe de mover montañas, estará manifestada en esta tierra. Esa fe estará en operación. Vean ustedes que Juan la tenía. El tomó aquellos montes y los movió de lugar y los bajó - con esa fe perfecta, la cual está en los TRUENOS. Recuerden que la fe perfecta - esa fe de rapto - está en los Truenos. ESOS TRUENOS ESTAN EN LA SEGUNDA VENIDA DEL SEÑOR; están en el Señor en Su segunda venida, conforme al orden de Su segunda venida.

Vean ustedes que esa fe perfecta la tendrá el que tenga los Truenos; porque en los Truenos está la fe perfecta. En los Truenos está la fe de rapto. Con esa fe perfecta se pueden traspasar... se pueden mover montañas, por la Palabra hablada.

La Escritura nos dice que esa Piedra no cortada de mano, que sale de la montaña, hiere a la imagen en los pies. Ese reino gentil, esa estatua, esa montaña gentil, esa montaña de los reinos gentiles caerá; esa piedrecita la va a desmenuzar y esos reinos gentiles van a caer, van a ser desmenuzados y su lugar no será hallado más.

Por lo tanto, el reino gentil, ese monte gentil o esas montañas o montes gentiles; esos reinos gentiles, serán movidos de lugar. Ese reino gentil en lo político, en lo religioso, en lo económico, en lo social y en todos los sentidos van a ser movidos de lugar. El viento se llevará todo ese reino que ha de ser destruido.

Ahora, vean que es con la fe perfecta, con la fe de rapto, con la fe que está en los Truenos, que el monte del reino gentil será movido. El monte gentil, el reino gentil va a ser movido. ¿Por qué? Porque habrá la fe para mover montes.

Sabemos que es la Piedra no cortada de manos la que va a mover ese monte gentil. ¿Por qué? Porque esa Piedra, de por sí, es un monte; esa Piedra de por sí es un Reino. Formará un gran monte. Formará un gran Reino, el cual será un Reino Eterno que no tendrá fin.

Vean ustedes que el monte del reino gentil será movido para ser establecido, será movido para ser levantado. ¿Ven? Poder para mover montes y poder para levantar lugares llanos y formar un gran monte, el cual será el Monte de Dios. Será el Reino de Dios.

Vemos que todos los reinos gentiles, todos los gobiernos gentiles son esos montes que están establecidos en esta tierra. Son montes que tienen que ser movidos. Pero el pueblo de Dios, el Reino de Dios, ha estado en esta tierra, no como un monte establecido, gobernando sobre esta tierra, sino que ha estado como un lugar llano sin tomar autoridad ni dominio sobre los reinos de esta tierra. Pero ese lugar que ha estado bajo, será levantado, y será un gran monte. Será formado el monte de Dios. Será formado el reino de Dios que estará establecido por toda la Eternidad.

No habrá otro reino como el Reino de Dios. No habrá otro reino como ese Reino que es levantado. Los demás reinos serán movidos con esa fe de mover montes o montañas. Montes o montañas representan reinos. Esos son milagros más grandes que tomar una montaña literal y bajarla. Bajar o quitar una montaña literal, ya hasta los hombres lo hacen con máquinas que tienen para hacerlo; pero quitar el reino de manos de los gentiles, eso solamente lo puede hacer Dios en este tiempo cuando la fe perfecta, la fe de rapto se manifiesta para quitar ese monte gentil, para quitar esos reinos gentiles, para echarlos a un lado y levantar el Monte de Dios; para levantar el Reino de Dios.

Bueno, esos son milagros más grandes que los milagros literales. Son hechos en una escala superior. Son hechos en una dimensión más alta. Son hechos en una dimensión celestial. Hay tantas cosas que podríamos hablar en esta mañana; y luego, ¿quién podrá decir que no ha habido milagros? ESTAN ACONTECIENDO LOS MILAGROS MAS GRANDES DE TODA LA HISTORIA; PERO COMO EN TIEMPOS PASADOS, PODRAN LEVANTARSE PERSONAS Y DECIR: "QUEREMOS UN MILAGRO." Nosotros hemos visto muchísimos. Nosotros podemos hablar de milagros grandes ocurridos en este tiempo.

¿POR QUE UN MONTE? Ustedes pueden ver que en esta mañana hemos estado hablando sobre el tema de un Monte. Hemos estado examinando todas estas cosas a través de la Escritura. La promesa es que al Monte de Sión es que viene el Señor; porque "a Sión vendrá el Libertador." De Sión será que llegará la salvación a Israel.

Es maravilloso poder repasar todas estas cosas. Es algo grande para todos nosotros. Si estamos donde estamos, es porque Dios ha hecho grandes milagros en nosotros; es porque Dios ha hecho grandes maravillas en nosotros. Le damos gracias a Dios por todo lo que El ha hecho para nosotros.

El dijo: "He aquí pongo en Sión... (Un monte). la principal piedra del ángulo." Por lo tanto, estamos en esa hora donde Dios ha estado cumpliendo esas Escrituras de una forma muy sencilla, pero maravillosa delante de Dios. Cualquiera que desee ver y que sus ojos sean abiertos, que suba arriba, que suba a la cima de la montaña y verá cosas que ojos no han visto; que oídos no habían oído; y cosas que no habían subido al corazón de seres humanos.

Bueno... uno no sabe dónde terminar cuando está hablando estas cosas tan maravillosas de la Palabra de Dios. De todos modos, hay que hacer una pausa, porque el tiempo avanza.

Aunque aquí no tenemos el problema que tenemos en Puerto Rico, que nos hace un poco de calor. Aquí ustedes tienen aire acondicionado de día, y de noche lo único que se puede bajar son las cortinas. Eso es lo que ustedes hacen, y aún así tienen que ponerse algún abriguito. Yo lo sentí en los días que estuve aquí con ustedes. Así es que, ustedes, por ese aire acondicionado que tienen, no tienen que pagar. Son bendiciones que Dios ha dado. Es algo que uno disfruta, porque cuando no hace calor, uno puede disfrutar del culto; uno no se cansa.

Ya llevo algún ratito hablando aquí, y ni siquiera he sudado. Así es que, ni se suda. Si todas estas cosas son así estando nosotros todavía en estos cuerpos terrenales, ¿cómo será el Milenio?

Aunque el Milenio en lo literal aún no ha comenzado, podemos ver el Milenio venir. Podemos ver el Milenio; podemos ver la introducción al Milenio. Podemos ver todas estas cosas y sabemos que vamos a estar allí. Todo va a ser muy familiar para nosotros. Va a ser algo tan familiar que usted no va a tener que decir: "¿Y usted está aquí?" Si estabamos acá, vamos a estar allá.

Bueno, yo sé que hay algo que a ustedes les preocupa mucho. Quizás en algún mensaje que ha de salir, no sé si ya ha salido... a ustedes les va a preocupar mucho algo que el Cuarto Elías dijo. Pero algún día yo voy a tener buenas noticias para ustedes, que les van a llenar de regocijo y alegría. No quiero decirles todavía, pero yo sé que hasta que no les diga, habrá un poquito de preocupación en el corazón de algunos . Pero no se preocupe. Usted no está en el lugar que está - en la cima de la montaña - , porque usted quiso, sino, porque Dios lo llamó por causa de que su nombre está en el Libro de la Vida, en la Palabra. Cuando usted oyó la Palabra, usted respondió a ella y subió.

Al subir, usted encontró que todo lo que está viendo arriba es lo que usted estaba esperando. Nada de eso lo vio en ninguna de las Edades pasadas, pero lo está viendo arriba. Eso es lo que usted deseaba. Por eso usted está contento y feliz de estar arriba en la cima de la montaña donde estamos viviendo una nueva dispensación y una nueva dimensión celestial que está manifestada ahí arriba, la cual debemos disfrutar.

Todo lo que vio Moisés, todo lo que vio San Pablo, todo lo que vio el hermano Branham y todas esas cosas, nosotros las estamos disfrutando ahora. Ahí podríamos decir muchas cosas. Entre las cosas que podríamos decir está lo que estamos palpando, lo que nuestros ojos están viendo, lo que estamos experimentando, lo que estamos viviendo. Eso es lo que todos ellos vieron que habría de acontecer. Por lo tanto, nosotros somos los herederos de todas esas bendiciones.

Hay tanto que hablar o repasar, que no sabemos cómo detenernos; y más cuando hay un ambiente espiritual dentro de usted. Hay un ambiente en que la fe espiritual suya está en acción, está moviéndose para creer la Palabra. Uno no encuentra cómo separarse de ustedes. Uno no encuentra cómo dejar de hablar con ustedes, porque lo que tenemos es una conversación. Estamos hablando entre ustedes. Es una conversación en las cosas de Dios. Estamos hablando de las cosas que Dios prometió para nosotros y mostrando a través de la Escritura cómo Dios ha estado cumpliendo todas estas cosas y cómo un grupo de personas, que si lo fuéramos a llevar a un censo, serían los menos calificados para recibir estas bendiciones.

El noventa y nueve por ciento de los que han subido a la cima de la montaña y han estado viendo las cosas que estamos viendo y escuchándolas y creyéndolas; son personas ignorantes, casi sin letras; son personas de lugares o áreas que para los países bien avanzados y bien civilizados, como: Estados Unidos, Alemania, Francia, Inglaterra, Rusia y otros países así, podrían clasificar como indios al grupo de creyentes de este tiempo, que han visto las cosas que han estado viendo. Pero si la bendición que Dios tenía era para indios, queremos... Le damos gracias a Dios que el noventa y nueve por ciento está por la línea de los indios. El otro por ciento está ligado con ellos.

Así es que, no nos importa el color de nuestra piel o el color de nuestro cabello. No nos importa la forma que tenga. Lo importante es haber sido predestinado para subir arriba para ver lo que El prometió que nos habría de mostrar después de las Edades de la Iglesia. Estamos viendo lo que El dijo que nos habría de mostrar.

Si el grupo que ha sido llamado arriba y ha sido invitado para subir... de ese grupo solamente podemos decir una cosa; y es que son bienaventurados todos los que han sido invitados para subir a la cena del Cordero. Así es que, no tenga usted ningún complejo por su estatura, por su color, por el color de sus ojos, por la educación que tenga aunque no sea ni el primer grado de secundaria. No se preocupe por eso.

En el plan de Dios somos lo que El dijo que seríamos en este tiempo. El principio de la sabiduría es el temor a Dios. Es el principio. Si tenemos más que eso - si tenemos el temor a Dios y además tenemos el mensaje de Dios para este tiempo y la Revelación de los Truenos y todas estas cosas, entonces tenemos - no solamente el principio, sino que estamos bastante adelantados en la sabiduría de Dios.

La sabiduría de los hombres es insensatez, es necedad para con Dios. Así es que, si usted no alcanzó mucha educación académica, no se preocupe por eso. - No se preocupe por eso. Si la alcanzó, déle gracias a Dios que alcanzó un poquito, y úsela bien. No la use para el mal suyo. Usela bien para servirle a Dios lo mejor que usted pueda. No vaya a engrandecerse y a decir: "No, no; como yo estudié, pues yo sé de ésto." Nadie sabe nada. El único que sabe es Dios, y El nos ha estado enseñando Su Palabra para hacernos sabios en este tiempo en que vivimos; porque Dios dijo para este tiempo, que habrían sabios. Esos sabios no serían sabios en la sabiduría humana, sino en la sabiduría de Dios. Serían entendidos en la sabiduría de Dios; porque los entendidos, los sabios de Dios, entenderían. ¿Qué es lo que hay que entender en este tiempo? Lo que hay que entender es el mensaje para este tiempo; lo que hay que entender es la hora en que vivimos en este tiempo y las cosas correspondientes para este tiempo. Entender estas cosas, es ser entendido; no entenderlas es ser insensato, es ser fatuo; y para los fatuos no hay otra cosa, sino aquello que Dios dijo que acontecería para los fatuos. Pero para los prudentes están todas las bendiciones prometidas de Dios.

Bueno, en esta hora, YO ME ALEGRO Y DOY GRACIAS A DIOS, PORQUE EL MENSAJE QUE EL ME HA DADO PARA PREDICAR ESTE EN MEDIO DE PERSONAS SENCILLAS, PERO LLENOS DE AMOR Y DE FE GENUINA, PARA CREER TODA PROMESA DE DIOS PARA ESTE TIEMPO. Para mí es un privilegio que el mensaje que Dios me ha dado para predicar esté entre ustedes y en el corazón de ustedes. No me llenaría tanto de regocijo que estuviera entre gente altamente educada. Ellos se gloriarían y dirían: "Bueno, nosotros podemos captar el mensaje que tú tienes, porque tuvimos que estudiar mucho. Tenemos universidad. La clase de mensaje que tú predicas es un mensaje que no puede ser entendido a menos que no se sepa mucho de ESTO y de lo OTRO." No, damos gracias a Dios... YO LE DOY GRACIAS A DIOS QUE EL MENSAJE QUE ME HA DADO ES UN MENSAJE QUE NO PUEDE SER ENTENDIDO A MENOS QUE NO SEA POR REVELACION DE DIOS.

Con los sentidos humanos o con conocimiento intelectual, universitario o teológico es imposible comprenderlo. Está fuera del alcance de los sentidos humanos, ya que pertenece a una dimensión celestial. Por lo tanto, solamente la mente de Dios operando en usted, trayéndole esa Revelación, es lo que le ha permitido a usted captar el Mensaje para este tiempo.

Así es que, yo puedo estar entre ustedes y puedo ser uno de ustedes. Mi esposa también. Podemos comer con ustedes; podemos disfrutar de las cosas materiales entre ustedes. Podemos comemos tanto una gallina como un cabrito, un BECERRO, o cualquier otra cosa. Podemos comer maíz. Podemos comer de todo; y todos somos iguales. Pero sabemos dónde estamos parados.

Ninguno de ustedes podrá decir: "Yo me tuve que romper la cabeza para poder entender su mensaje." No, solamente, cada uno de ustedes podrá decir: "Si no hubiera sido porque Dios se me revela, yo nunca hubiera creído su mensaje. Pero gracias a Dios que envió el mensaje y que de parte de Dios me vino la Revelación para entenderlo."

YO TENGO QUE DECIRLE A USTEDES QUE SON BIENAVENTURADOS, PORQUE NO SE LO REVELO CARNE NI SANGRE, SINO MI PADRE CELESTIAL QUE ESTA EN EL CIELO. Ustedes fueron transportados al cielo, a un nivel celestial para poder recibir esa Revelación; porque eso es una revelación del cielo. Así es que, ustedes no tienen de qué gloriarse, ni yo tampoco; porque yo no he recibido ésto de una Universidad, ni de un seminario, ni de alguna otra persona, sino que LO HE RECIBIDO DE PARTE DE DIOS; POR REVELACION DE DIOS YO HE RECIBIDO ESTAS COSAS, ASI COMO LA ORDEN DE PARTE DE DIOS PARA PREDICARSELAS. EL, POR REVELACION, ME HA DICHO LO QUE SIGNIFICA CADA COSA QUE YO LES HE DICHO A USTEDES.

Cada cosa que los profetas desde el Antiguo Testamento, desde d Génesis hasta el Apocalipsis han hablado y que yo en este tiempo les he dicho: "Esto que fue hablado aquí significa ESTO y ESTO es ESTO." Yo no he recibido el significado de ESTO por conocimiento intelectual, no lo he recibido porque me haya roto la cabeza pensando. Tampoco lo he recibido porque haya ido a alguna universidad o algún seminario o instituto para estudiarlo. Yo no he ido a ninguna de esas cosas. LO HE RECIBIDO POR REVELACION DE DIOS.

Todas estas cosas las he recibido por Revelación de Dios cuando El me dijo que subiera a la cima del Monte. Al subir, El me dio a conocer todas estas cosas, me dejó conocer todas estas cosas que son las que he estado predicando. Eso es el Mensaje que Dios me ha dado para todos aquellos cuyos nombres están escritos en el Libro de la Vida del Cordero. Consciente de ésto y consciente de que los que tienen que escuchar, han de escuchar, porque han sido predestinados para eso; con confianza, con seguridad, con libertad; he estado predicando este Mensaje desde el 1974. Sin importarme la... - (Espacio en blanco en la cinta. - ED.) - ... de los diferentes lugares. Sin aún importarme la opinión de la propia congregación donde Dios me ha colocado, sino que he predicado el Mensaje aunque se vayan todos. Porque la responsabilidad que Dios ha puesto sobre mis hombros es predicar a tiempo y fuera de tiempo. Esa es la carga que hay sobre mis hombros y a esa responsabilidad es que yo me enfrento. Soy realista y predico entiendan o no; crean o no crean, rechacen o acepten, se queden o se vayan.

Aún así predico, sabiendo que el que me llamó y me escogió para este trabajo respaldará Su obra. El se encargará de revelársele a los que tienen que escuchar. El se encargará de dejarles ver por revelación todas las cosas. Entonces, si la obra es de Dios, que Dios la haga. Yo lo único que haré es dejarme usar en lo que El quiera usarme. Pero la responsabilidad que hay sobre mis hombros es predicar lo correspondiente para esta Tercera Dispensación. Dios se encargará de respaldar el resto y de obrar con los hijos que El tiene para que cuadre con toda la Palabra de Dios y puedan estar en tal condición que en el momento que Dios decida pueda transformar a cada uno de los escogidos.

Así es que, yo con libertad y confianza estoy predicando entre ustedes como si estuviera en Puerto Rico, predicando la Palabra. YO SE QUIENES SON USTEDES ASI COMO USTEDES SABEN QUIEN SOY YO.

Así es que, si Dios me ha enviado a ustedes con el Mensaje, entonces yo me alegro que todos aquellos a quienes Dios me ha enviado hablen el mismo idioma que yo hablo y que nos podamos entender unos a otros.

Si entre los hermanos hay personas que no saben el idioma a causa de que hablan algún dialecto, hacemos todo lo que esté a nuestro alcance para pasarlo al idioma o al dialecto de ellos para que así reciban el beneficio de la Palabra de Dios.

Así es que, en esta tarde para mí es una gran bendición y un privilegio que Dios me haya enviado en medio de ustedes para traerles esta Palabra y disfrutar con ustedes todas las bendiciones que hayan de parte de Dios para este tiempo. Ya estamos casi despidiéndonos.

Cuando se recibe a alguien hay mucha alegría y mucho regocijo, pero nunca quisiéramos que llegaran las despedidas, porque nos sentimos tristes. Nos gustaría seguir fiestando, y que se queden los invitados con nosotros. Pero tenemos que entender que para yo venir hasta ustedes, para tener la bienvenida de ustedes, primero tuve que tener la despedida de otros.

Así es que, al despedirme de ustedes, entonces seguiré caminando para la bienvenida entre los otros hermanos. Con esto les quiero decir que seamos maduros, y sepamos y entendamos que esto es solamente un recorrido y que... Bueno, no me voy a despedir de ustedes, sino que les voy a decir: "Hasta luego," porque estamos en una dimensión Eterna, en una Edad Eterna. Así es que esto es "hasta luego." Esto es un "hasta luego" para seguir adelante en la obra de Dios, porque la obra de Dios tiene que seguir caminando hacia ante hasta que todo sea cumplido.

Algún día ustedes entenderán plenamente todo lo que ustedes han hecho en la llegada de nosotros aquí entre ustedes. Pero algunas veces es mejor que solamente se sepa lo necesario para hacer lo que hay que hacer; y después el resto se sepa después que esté hecho.

Yo estoy consciente de que algo grande en el plan de Dios ha estado aconteciendo y que tenía y tiene que estar aconteciendo todo esto para Dios poder hacer otras cosas que El tiene que hacer. Pero todo esto está en el plan de Dios. Esto identifica el Reino de Dios; identifica la venida del Reino de Dios en Poder y gloria en una Edad Celestial y en una Dimensión Celestial.

Si me pongo a profundizar un poquito en esto nos tardaría tiempo y yo mismo estoy comenzando a entender esto que está aconteciendo. Estoy comenzando a entenderlo ya que Dios ha comenzado a decirme algunas cositas más para que permita que las cosas acontezcan automáticamente sin yo decir que se haga, pero tampoco que no se haga. ¿Entienden? Para permitir que cada cosa se sincronice lo uno con lo otro hasta que todo lo que Dios desee que acontezca, acontezca; y luego como Dios es el que está obrando en la escena, El se encargará de vindicar aunque nos llamen locos. Aunque nos llamen locos, no importa, porque lo loco de Dios es más sabio que los sabios; y conforme al camino que llaman herejía servimos al Dios de nuestros padres.

Así es que, no nos preocupamos por eso; sabemos que los que no entiendan, algo habrán de decir. Por supuesto que nosotros siempre recomendamos que se queden callados; y que oren a Dios para que Dios en Su misericordia pueda por lo menos abrirle los ojos; que haga un milagro espiritual y les abra los ojos un poquito y entonces puedan ver un poquito y escapar por sus vidas.

Ahora, a nosotros Dios nos ha abierto los ojos completamente, de tal manera que vemos todo el plan de Dios. Para que el reino gentil pueda caer, todas estas cosas que están aconteciendo, tienen que estar aconteciendo en el plan de Dios, porque todo esto da testimonio de la venida de la Piedra que hiere a la imagen en los pies. Eso es lo que le pone punto final al reino gentil.

Bueno, estoy muy agradecido de ustedes por todo lo que puedan hacer por mí, por mi familia, por mi esposa y por mis hermanos que me acompañan en este viaje. Así es que, damos gracias a Dios por el corazón noble y por la fe genuina que hay en cada corazón de ustedes para hacer las cosas de la manera que las hacen.

Todo ha sido llevado a cabo de una manera maravillosa, de una manera perfecta. Nosotros no miramos cualquier problemita o error o falta que algún hermano, sin querer, haya cometido. Ya eso para nosotros no cuenta, porque no ha estado en el corazón de la persona hacerlo. Así es que, no ha sido la intención hacerlo. Así es que, si alguno se pudiera sentir un poco triste porque no ha hecho todo lo que deseaba hacer, o porque en alguna cosa piensa que cometió algún errorcito, siéntese tranquilo, siéntese libre.

De parte de nosotros y de parte de Dios vemos algo maravilloso y perfecto que ha sido hecho y llevado a cabo por ustedes en la obra de Dios. Que Dios nos continúe bendiciendo. De nuestra parte, haremos todo lo que Dios nos dé para hacer para beneficio de todos ustedes. Ustedes están en nuestro corazón, así como nosotros estamos en el corazón de ustedes.

Es que somos una familia. Lo que sucede es que los padres de familia, cuando ésta crece y los hijos llegan a ser mayores, ¿qué pasa en la familia? Pues unos viven en un pueblo, otros viven en otro, otros viven en otro barrio; pero todos son una familia. Así pasa con la familia de Dios. Unos están en Guatemala, otros están en Méjico, Venezuela, Colombia, Bolivia, Argentina, Chile, Paraguay, Puerto Rico y así por el estilo. Pero somos hermanos, somos la misma familia. No se preocupen por la distancia en lo físico, sino miren que en lo espiritual no hay distancia para nosotros. No hay distancia. Al no haber distancia, podemos ver que les he estado anunciando el Nombre de mi Dios; no importa el lugar, pueblo o país donde ustedes estén viviendo.

Ustedes son mis hermanos y les he estado anunciando las cosas que tengo que estarles anunciado. Así es que, estamos muy contentos de poder visitar a la familia de esta hora y la Edad Eterna, a la familia de esta Edad Celestial. Siempre en la familia hay ancianos, hay personas mayores, hay adultos, hay jóvenes, hay niños.

La familia está compuesta por diferentes personas de diferentes edades. Pero todos somos uno en la Palabra conforme a como ha sido dicho, que al final todos seríamos reunidos en la persona del Señor Jesucristo. Seríamos reunidos en la persona del Señor Jesucristo. Seríamos reunidos en la venida del Señor.

Por lo tanto, todos estamos unidos en una sola cosa, en un solo mensaje y tenemos el mismo sentir. Es algo maravilloso para todos nosotros poder conocemos aun en lo natural y expresar ese sentir amoroso que hay en cada uno de nosotros; expresar ese Amor Divino que hay en cada uno, porque eso es lo que hay en cada uno; porque eso es lo que hay también en la EDAD DE LA PIEDRA ANGULAR.

En esta tarde, yo no sé qué vamos a hacer. Me imagino que después de aquí, vamos a almorzar como dicen ustedes. Trataremos de ser entendidos. Todas estas cosas que hemos hecho y hacemos, no es fanatismo. En esto no cabe el fanatismo, sino el realismo.

Esperamos que mantengamos siempre un orden correcto y nunca lleguemos al fanatismo, sino solamente mantenernos haciendo cada cosa de acuerdo a la Palabra de Dios. Cosas que hemos hecho que aun parecen fanatismo para personas de afuera, buscamos en la Palabra, y está prometido que así haríamos. Por lo tanto, eso no es fanatismo.

Ahora, ir más allá de lo que la Palabra de Dios dice, ya eso sí es fanatismo. No queremos ir más allá, pero tampoco queremos quedarnos atrás sin hacer aquello que la Palabra de Dios dice que haríamos en este tiempo. Todo lo que hemos hecho, lo hemos estado haciendo conforme a la Palabra.

Para mí ha sido un privilegio estar en medio de ustedes, en medio de los escogidos de Dios y compartir y disfrutar con ustedes en el Amor Divino todos estos momentos felices; y ustedes son felices viéndome a mí feliz.

¡Que Dios nos bendiga! ¡Dios nos guarde! No sé qué más decir en esta tarde.

Algunas veces después que me voy es que pienso que debí de haber dicho ESTO o ESTO otro. Pero es que casi ni sé decir "hasta luego." No sé casi ni decir "hasta luego," sino más bien sabemos que nuestro día es maravilloso. Algo que nos une en el Amor Divino; nos une la Palabra y estamos muy cerca el uno del otro, porque estamos todos en la misma Edad, en la misma Dispensación. Así es que, no estamos lejos. Todos estamos en el mismo lugar. Lo único que nos separa un poco es el cuerpo en que estamos. Pero pronto eso va a ser resuelto y entonces sí que vamos a tener una gran reunión todos juntos, porque ya no vamos a tener las limitaciones del cuerpo terrenal, sino que tenemos el celestial, el glorificado; entonces nos iremos toditos a algún solo lugar. Entonces podremos estar allí todos juntos y ya la cosa va a ser mucho mejor. Las cosas están buenas, pero en el plan de Dios para nosotros, cada día las cosas se ponen mejor. Es de bendición en bendición. Todo lo que hay para los hijos de Dios son bendiciones en este tiempo en que estamos viviendo.

Bueno, déjenme hacer la pausa que hago siempre para retirarme y decirles: "hasta luego." No adiós, sino "hasta luego." Si en algún otro tiempo Dios me trajese por aquí, me enviase, pues vendría. Si no sucede así, entonces nos veremos cuando estemos todos juntos. Así es que, yo no les prometo nada. ¡Que todo sea conforme al plan de Dios! Ese es el plan bueno. Así es que, que sea de esa manera.

Dios nos bendiga. Vamos a dejar por aquí al hermano Miguel. ¿POR QUE UN MONTE? ¿POR QUE FUE EN UN MONTE? Bueno, ya ustedes saben por qué.