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|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
| Consolaos en estas palabras | 1977-05-08 | 1 | Cayey | PR | 00:00:00 | false |
… hermanos, el Señor nos continúe bendiciendo a todos en esta hermosa mañana en que podemos congregarnos para adorar al Señor y oír Su gloriosa Palabra para esta hora.
Vamos inmediatamente a la Palabra del Señor. I de Tesalonicenses, capítulo 4, leeremos ahí; dice la Palabra del Señor comenzando en el verso 13:
“Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.
Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.
Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron.
Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.
Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.
Por tanto, alentaos (o consolaos) los unos a los otros con estas palabras”.
Oremos en esta mañana por unos momentitos.
Dios eterno, he aquí ante Tu Presencia estamos en esta mañana. Te damos gracias por Tus bendiciones. Gracias Señor porque podemos estar aquí para adorar Tu Nombre y oír Tu gloriosa Palabra. Y ahora Señor, Te rogamos Te manifiestes poderosamente en la revelación de Tu Palabra, y nos enseñes lo que debemos aprender, y Señor, nos des a conocer lo que Tú deseas que nosotros conozcamos.
Ahora, Señor, en Tus manos estoy. Obra Tú en esta mañana conforme a como desees obrar. Te lo ruego todo, oh Dios, en el Nombre del Hijo de David: William Marrion Branham. Amén, amén.
En esta mañana vamos a continuar el mensaje del viernes, continuaremos el mensaje del viernes; y para esta mañana vamos a tener un tema sencillo; esperemos a ver cuál el Señor nos dará en esta mañana… Para esta mañana… Ya tenemos uno aquí:
“CONSOLAOS EN ESTAS PALABRAS”.
Lo sacamos aquí mismo de este… Consolaos o Alentaos. Podríamos entonces también tener este mismo tema, si le ponemos un signo de pregunta y lo invertimos, podríamos también decir… o sea, no signo de pregunta, sino “PALABRAS QUE CONSUELAN”. O “LA PALABRA QUE CONSUELA”.
Y si preguntamos en este tiempo: ¿Qué nos puede consolar a nosotros en esta hora en que vivimos, en que podemos ver la condición del mundo, en que podemos ver la condición de las religiones, en que podemos ver la condición de la política de todos los países, en que podemos ver la condición de todos los ejércitos de todas las naciones, en que podemos ver la condición tan triste en que todos se encuentran?
Cuando vemos esa condición, entonces tenemos nosotros que mirar, para ver en dónde podemos hallar un consuelo, un aliento.
Miramos la condición política, y al ver la condición en que está, eso no nos alienta, sino que nos desalienta. Miramos la condición mundial de las naciones, preparándose las unas y las otras para una guerra nuclear, como se están preparando; porque lo que están preparando ellos no son juguetes para exhibírselo a la gente de esas naciones, sino que son armas poderosas que están preparando para la una usarlo contra la otra; y eso, pues, ya usted sabe que cuando hay dos personas muy fuertes, y que saben que se van a destruir el uno al otro, pues el otro lo que está velando es que uno se descuide para aprovecharse. Y cuando digan: “Paz y Seguridad”, entonces, conforme a la Biblia, destrucción repentina vendrá.
Así que están tan bien preparados, que solamente la Biblia nos dice que cuando digan: “Paz y Seguridad”, entonces destrucción repentina ha de venir.
Así que el peligro no está cuando están diciendo: “Te voy a caer encima”. Sino cuando entonces, conforme a la Biblia, digan: “Paz y Seguridad. Estamos en paz”. Cuando el otro se descuida, repentinamente… “¿Y esto? ¿Pero no estábamos en paz?” Imagínese. Eso es lo que dice la Biblia: Destrucción repentina.
Así que de dos personas que están locos por pelear, y de dos naciones que están locas por pelear, imagínese… No se puede confiar en los Tratados de Paz. Ellos mismos no pueden confiar. Por eso ellos hacen Tratados, pero vigilan, se pasan vigilando que uno no vaya a romper el Tratado que hizo. Y usted sabe, la condición actual es una condición en que no nos da motivo para estar alentados por esa parte que podemos nosotros ver.
Entonces vemos que es una hora bien difícil para la humanidad, por causa de que no hay nada en esta Tierra, en cuanto a cosas terrenales, cosas humanas, acá de los hombres, no hay nada que nos pueda consolar; porque mientras más adelantos han habido en cuanto a lo científico, pues la cosa entonces se ha puesto mucho peor.
Fíjese, ha habido más adelanto científicamente; pero ha sido el tiempo en que todos esos adelantos científicos que han habido, lo que han hecho con esos adelantos es alterar la Obra que Dios hizo. Han alterado el átomo, ¿y qué han conseguido? Bombas atómicas y de hidrógeno. O sea, han conseguido ¿qué? destrucción enlatada; cuando le saquen la tapa, pues lo que van a comer ya lo tienen enlatado.
Entonces han descubierto muchísimas cosas para la alimentación. Vean ustedes, descubrieron tal y tal cosa, tal y tal cosa, tal y tal cosa, y lo tiraron al mercado; y después que esos científicos - ese científico, ha descubierto todo eso, y ha hecho un anuncio tan grande de que ha descubierto tal y tal cosa, y el mundo se ha maravillado, y vieron la solución de tal problema, después más adelante viene otro científico, otro doctor, y dice: “Esto produce esto, produce esto, produce esto”. Lo que tal científico descubrió, ¿qué fue? Momentáneamente era una gran cosa; a la larga produce un problema más grande.
O sea que lo que la humanidad ha estado descubriendo como la solución a sus problemas, a la larga se le ha convertido en un problema más grande. Porque fíjese, toda la solución humana es una solución momentánea y aparente; pero usted sabe cómo todas las medicinas en lo humano… también la medicina en lo político; usted sabe, las soluciones políticas, las soluciones económicas y todo eso, es la medicina que descubren políticamente para aplicarla en ese momento.
Pero así como todas las medicinas en lo natural tienen efectos secundarios, hay algunos efectos secundarios que son peores que la misma enfermedad que tenía el paciente, ¿ve? Y estoy hablando en el sentido acá humano, en la medicina humana en que el ser humano en lo político y en lo económico ha querido aplicarle para la solución a sus problemas.
Y cuando nos vemos en el siglo xx, como nos vemos hoy en día, vemos que toda esa medicina humana… Y cuando hablo de medicina, de esta medicina que estoy hablando, no me refiero a la que viene acá a través de los doctores humanos, acá, y que la recetan a los pacientes, sino que me estoy refiriendo a la condición del mundo como el ‘paciente’ que necesita realmente una atendencia médica; pero que los que han estado a cargo, acá humanamente, de atender a ese ‘paciente’, pues, cada uno ha tenido bastantes doctores, usted sabe, uno por acá, otro por allá, y así los diferentes líderes de los diferentes países han estado aplicándole diferentes medicinas.
Aún al mismo planeta Tierra le han estado aplicando ciertas cosas, que lo que han hecho es afectarle. Y le han sacado, fíjese, le han sacado el petróleo. ¿Y qué han producido? Huecos debajo de la tierra, ¿ve? lugares en donde, cuando hace algún terremoto, pues ahí se caen pedazos de tierra y se hunden pedazos de terreno; y un sinnúmero de cosas más han estado haciendo, pensando que es la medicina la solución a los problemas que posee la humanidad.
Pero realmente, la medicina, más bien la tiene Dios. Él dijo: “Enviole su palabra y curolos (o sanolos)”.
Ahora, Él envió Su Palabra en carne humana hace dos mil años aproximadamente, la Única Medicina que hay. ¿Y qué han hecho las naciones? Más bien lo que tienen… Aparentemente dicen que tienen a Dios, pero lo que tienen son religiones; lo que han hecho es más bien afiliarse a las religiones que más se parecen a la política de su gobierno.
Entonces más bien por conveniencia ellos se han hecho de ciertas religiones y respaldan ciertas religiones, pero realmente ellos no tienen a Dios. Y cuando dicen que tienen a Dios, al dios que tienen es al dios de este mundo. Por eso la política, todas las organizaciones políticas y religiosas, son del dios de este mundo.
Por lo tanto entonces, al rechazar la Medicina genuina, que es la Palabra que vino y se hizo carne y trajo la solución al problema de esta humanidad; al ser rechazada esa Medicina, pues imagínese, cualquier otra medicina que le aplican, los efectos secundarios que traen son peores que la misma enfermedad que tenía.
Miren los efectos secundarios del descubrimiento de la radioactividad, que el mismo Einstein decía: “Yo no quiero vivir para ver la destrucción de la humanidad con lo mismo que yo he descubierto”. ¿Ve? O sea que cosas buenas, mal usadas, producen efectos secundarios peores que los mismos problemas que tratan de resolver con ellos.
Dios cuando hizo las cosas las hizo bien hechas. Alterar la forma en que Dios colocó cada cosa, eso produce unos efectos secundarios muy terribles; los cuales, después que ya los tienen encima la gente, dicen: “Mejor no hubiera hecho lo que hice para solucionar el problema que tenía”. Bueno, eso es lo que pasa.
Fíjese, las naciones tienen problemas las unas con las otras, y dicen: “Bueno, vamos a arreglarlo con una guerra”. Se meten a una guerra, y después les pesa haberse metido en esa guerra. ¿Por qué? Por los efectos secundarios que traen esas guerras. Por lo tanto entonces la medicina le produce un problema mayor que el mismo que tenían.
Bueno, lo que pasa es que, imagínese, el que está dirigiéndolos a ellos, el que está como cabeza de ellos, ¿es quién? el Molestoso más grande que hay, el que formó la primera guerra allá en el cielo. Entonces todo, la solución, es una guerra, ¿ve? Bueno, entonces ya usted puede ver que entonces esa es la causa por la cual hay tanto problema.
Dice el apóstol Santiago: “¿De dónde vienen los pleitos y las guerras? ¿De dónde?”. Entonces, ya usted sabe que está entonces todo eso metido en el corazón de la gente, de la humanidad. ¿Por qué? Porque el diablo está gobernando la humanidad y el corazón de la gente; porque se ha apoderado de ello.
Ahora, de los escogidos, el Señor, la Palabra, se ha apoderado del corazón de los escogidos; porque se ha estado encarnando en el corazón de cada escogido; por eso es que actúan diferente.
Por eso entonces es que la solución a cada problema del pueblo de Dios, conforme a la Palabra, la solución, cuando se le aplica la Palabra para la solución a ese problema, si algún efecto secundario trae, es un efecto secundario que mata otros problemas más, los cuales no estaban en lista para uno resolver, y que automáticamente tiene resueltos cuando es aplicada la Palabra para resolver cierto problema; se resuelven gradualmente otros problemas que no estaban, que uno no estaba pensando, ¿ve?
Bueno, o sea que los efectos secundarios que trae, son efectos secundarios saludables, buenos para los hijos de Dios.
Bueno, eso usted lo puede examinar a través de la Palabra, y a través de la vida suya, y a través de lo que Dios ha estado haciendo; y usted puede ver los efectos secundarios buenos que al aplicarse la Palabra han estado siendo resueltos con la Medicina de la Palabra del Señor.
Ahora, nosotros estando viviendo en este tiempo en el cual nosotros estamos, siendo un tiempo tan grande y tan glorioso… Nunca antes había habido un tiempo como este, nunca antes lo había habido. Y usted sabiendo estas cosas en esta hora en que vive, si a usted le hubieran dado a escoger en qué tiempo deseaba vivir, sabiendo lo que sabe ahora, bueno, sabiendo lo que usted sabe ahora, realmente usted hubiera escogido vivir en este tiempo.
¿Por qué? ¿Por qué no habría problemas? Sí, sabría que habría problemas; pero sabría que era el tiempo más grande y más glorioso; porque en ese tiempo Dios estaría dando toda Su revelación de Su Palabra, y los que estuvieran vivos en este tiempo y fueran predestinados, fueran escogidos, en este tiempo, para no ver muerte, pues no tendrían que pasar por esa etapa de ver muerte; sino que pasarían el proceso, pero lo pasarían en cierta forma que no se notaría el lapso de tiempo que le tomaría morir y volverse a levantar (yo no sé si me entendieron ahí).
Mire, por ejemplo, los que vivieron en la primera edad de la Iglesia, allá atrás, pues a ellos les tomó o a ellos les toma casi dos mil años desde que se acuestan a dormir – porque los santos no mueren, Dios no es Dios de muertos – Entonces el tiempo que les toma ese sueño, de acostarse a dormir hasta levantarse, son casi dos mil años; pero a los que vinieron en la segunda edad, les toma menos tiempo; a los que vinieron en la tercera, menos; y así por el estilo, los de la séptima menos. Pero los de la Edad de la Piedra Angular, es tan corto el tiempo que en un abrir y cerrar de ojos pasan de una etapa a otra, ¿ve? Y el tipo está allá en Elías.
El profeta Elías allá, cuando se fue a ir, encontramos que él… encontramos que el profeta Elías (déjeme ver por aquí)… el profeta Elías pasó ese proceso, pero lo pasó tan rápido, lo pasó tan rápido el proceso, que se desvistió y se volvió a vestir en una forma tan rápida que ni la vestidura vieja nadie la encontró; la mandaron a buscar: “vayan por ahí. Vamos a mandar 50 por allá y 50 por acá, a ver si la encuentran por ahí”. Ni la encontraron. ¿Qué pasó? Se desvistió y se vistió tan rápido… Solamente al pasar al otro lado del río; allá estaba su vestidura esperándole; y nadie pudo encontrar su vieja vestidura.
Entonces fue tan rápido que… pasó el proceso tan rápido, que después, ochocientos años después, fue encontrado allá en el Monte de la Transfiguración, fue encontrado allá en el otro cuerpo.
Déjeme ver si yo puedo conseguir aquí en el mensaje: ¿Quién es este Melquisedec?… En este mensaje: ¿Quién es este Melquisedec?. Aquí vamos a ver algo que no se nos debe pasar. Vamos a ver si está aquí en la página 21… Página 21 vamos a leer aquí, dice… Habla primero de Moisés, aquí al final de la 20, dice:
“Había un hombre llamado Moisés. Todos saben que a un profeta se le llama águila en la Biblia. Había un profeta llamado Moisés. Y un día Dios lo llamó – y no lo dejó pasar a la tierra – y él murió sobre la roca. Los ángeles se lo llevaron y lo enterraron. Había otro hombre, un águila, ni siquiera tuvo que morir. Sólo anduvo a través del Jordán, y Dios hizo bajar una carroza y: ‘Este manto de carne él lo dejó caer y se levantó y cogió el premio Eterno”.
Ahora, fíjese: “Ochocientos años más tarde sobre el Monte de la Transfiguración aquí estaban ambos hombres. Hacía cientos de años que el cuerpo de Moisés estaba podrido, pero aquí estaba en tal forma hasta que aún Pedro, Jacobo y Juan lo reconocieron. ¡Amén! ‘Si este tabernáculo terrestre se deshace…’. Si usted es un atributo de Dios expresado aquí en el mundo, Ud. tiene un cuerpo esperándole después de que salga de este mundo. Allá estaban parados sobre el Monte de la Transfiguración en sus teofanías, porque ellos eran profetas a quienes venía la Palabra”.
Ahora vea, encontramos que Elías estando vivo no tuvo ni que morir. Ahora vea que el proceso fue tan rápido, que buscaron el cuerpo y ni lo encontraron.
Ahora, encontramos también que, hablando de los escogidos del Señor y hablando de la transformación de los escogidos del Señor, nos dice que a la final trompeta; que la Trompeta será tocada, la Final Trompeta, y nosotros - los muertos en Cristo resucitarán, y nosotros los que estamos vivos seremos ¿qué? transformados.
Ahora, vea usted que ellos pasaron por la etapa de muerte; pero los que están vivos, los escogidos, en ese tiempo, ellos, los cuales han sido predestinados para no ver muerte, para no tener que llevarlos en un ataúd y enterrarlos en un cementerio y luego esperar la resurrección; por cuanto ellos viven en el tiempo de la resurrección y están predestinados para no morir, entonces el proceso de muerte y resurrección, ellos lo pasan tan rápido, que ¿qué es lo que pasa? dice que vendrá como una precipitación sobre ellos, como un viento recio, y seremos transformados.
¿Cuándo? A la Final Trompeta. Cuando la Trompeta de Dios sea sonada. La Trompeta de Dios. Y que ya ustedes saben a qué se refiere todo esto cuando nos habla la Biblia de estas cosas. Entonces ¿qué pasará? Seremos transformados. Este cuerpo será absorbido por la vida.
Ahora, encontramos entonces que este cuerpo no será entonces absorbido por la tierra que se lo tendrá que comer, los gusanos, para entonces levantarse uno en un nuevo cuerpo; porque el cuerpo que van a tener los que resucitan no será el mismo cuerpo que tenían cuando vivieron aquí, será un nuevo cuerpo; porque si llega a resucitar el mismo que tenían, vuelven a morir, porque aquel vino por el sexo, ¿ve? Entonces tienen que tener un nuevo cuerpo; entonces es ¿qué? entonces ellos tendrán un cambio de cuerpo. Tuvieron el primero, murió, y ahora tendrán otro, ¿ve? tienen un cambio de cuerpo.
Pero los que estén vivos… Imagínese que tengamos que decirle: “Esperen un momento de resurrección, porque vamos a morir para entonces poder resucitar”. Entonces, no, sino que todo el proceso se efectúa tan rápido que, estando vivos, entonces la vida absorbe el cuerpo mortal, el cuerpo celestial absorbe este cuerpo terrenal, y ahí entonces muere.
Vamos a decirlo en estas palabras: es producido el mismo proceso: desaparece este terrenal, o sea, muere, y aparece el otro cuerpo, o sea, el cuerpo celestial, el cuerpo glorificado.
O sea que al ser transformado ya usted no será el mismo, en cuanto al cuerpo; será otro. Lo que pasó fue que pasó por ese proceso tan rápido que no se notó el cambio; pero usted notará el cambio.
Imagínese que dice que los que tienen canas ahora y están con su piel un poquito ya, usted sabe, avanzada en edad, no se tendrán que preocupar. ¿Por qué? Porque serán como Abraham y Sara, que luego que les fue cambiado el nombre, luego entonces… y luego que les fue cambiado el nombre y vieron a Elohim; luego de haber visto a Dios, entonces encontramos les fue cambiado el nombre, luego vieron a Dios en carne humana, y luego ¿qué? luego les vino el cambio. Tuvieron cambio de nombre primero, vieron a Dios en carne humana, y luego ellos fueron cambiados, ¿ve? Primero vieron el cambio de Dios, se cambió, se hizo carne, ¿ve? Entonces luego vieron también ¿qué? vieron ellos también, ellos habían visto también el cambio de nombre de ellos.
¿Por qué? Porque ellos con el nombre que tenían… fíjese, Sara se llamaba Sarai, y Abraham se llamaba Abram, ¿ve? Así era. Entonces fíjese cómo son cosas sencillas, pero que todo tiene, delante de Dios todo lo de esto tiene un sentido y una importancia muy grande.
Aún el hermano Branham dice que los nombres de las personas tienen un efecto sobre la misma persona. Por eso el hermano Branham dice a los padres que tienen niños, que les tienen estos nombres de “Ricky” y nombres así, esos nombres, “Elvys”, y cosas así, el hermano Branham dice: “Ricky’ quiere decir rata. El otro nombre, ‘Elvys’ (o algo así), quiere decir gato”. Entonces él dice: “Y de acuerdo al nombre, la persona, tiene cierta influencia sobre la persona, que la persona actúa de esa manera”.
Entonces en una ocasión en que al hermano Branham le dijeron unos padres, los papás de un niño, le dijeron: “hermano Branham, nuestro niño es insoportable. Es algo tan tremendo que no lo podemos soportar”. Entonces el hermano Branham pues, usted sabe, chequeó el nombre y todo esto, y les dijo: “Cámbienle el nombre, y usted verá cómo la cosa va a cambiar”. Le cambiaron el nombre y después vinieron donde el hermano Branham: “El muchacho ha cambiado hermano Branham”.
Por supuesto, estas cosas, pues, no las entenderán las personas terrenales; pero las personas celestiales, que están aquí en la Tierra, pueden entender todas estas cosas.
Entonces por eso es que cada padre, cuando le va a nacer algún niño o niña, debe entonces saber qué nombre le va a poner a su niño y qué espera de parte de Dios para ese niño.
Fíjese, en los tiempos bíblicos… Estamos en los tiempos bíblicos, por eso volvimos a lo mismo, a creer como se enseña en la Biblia; encontramos que las personas no le ponían cualquier nombre a sus hijos, ellos entonces sabían el nombre que le ponían y porqué le ponían esos nombres.
Encontramos aún, fíjese, a Nohemí. Nohemí tenía un nombre que quería decir “placentera”. Pero se salió de la Palabra, se salieron de allá de Judá, de la tierra prometida, y entonces todo le fue mal. Cuando regresó, le decían Nohemí, y ella dijo: “No, no, no, cámbienme el nombre. Díganme Mara”. ¿Ve? Un nombre de acuerdo a la condición de ella, a sus efectos.
Entonces, fíjese, encontramos que los nombres tienen que ver con la vida de las personas. Siempre que en la escena Dios tiene para hacer algo, Dios tendrá un nombre, el cual Él hará de una forma o de otra que ese nombre le sea puesto a la persona que Él va a usar en ese tiempo.
Encontramos que, fíjese, a través de la Biblia usted encuentra las personas que Dios ha usado poderosamente, miren los nombres que tenían; miren cuando Dios quería obrar, o tenía para obrar con alguna persona, y o alguna persona quería una bendición de Dios y no la podía recibir.
Vemos el caso de Jacob: Luchó por la Primogenitura, hizo un negocio y la consiguió; pero todavía su nombre no le ayudaba para participar y para tener libertad, para recibir todo lo que la primogenitura contenía. Y allá se encontró con un ángel que bajó del Cielo, que tipifica el Ángel que baja del Cielo para los judíos, ¿ve? El Ángel de Apocalipsis 10.
Entonces encontramos que Jacob tenía la primogenitura, porque la había logrado, la había conseguido; pero con todo y eso, tenía ciertos problemas que él no quería tener. Entonces cuando ese ángel baja del cielo, él lo agarró, se agarró de ese ángel, y no lo dejaba ir. Y el ángel decía: “Mira, que ya amanece. ¡Suéltame! Está por rayar ya el alba, está rayando”. Y él decía, Jacob decía: “No, no, no. No te voy a dejar ir, hasta que no me bendigas. Aquí le gané el negocio a mi hermano Esaú, le gané la Primogenitura; pero ahora hay algo que yo necesito, y eso ningún mensajero terrenal me lo puede conceder; eso ninguno de los mensajeros terrenales me lo puede conceder. Tiene que ser uno que venga de arriba. Y ya tú bajaste. Si has bajado no te voy a dejar subir otra vez hasta que no me bendigas”.
Ahora fíjese. Cuántas cosas podría estar esperando cualquier persona como una bendición de un ángel que baje del cielo. Cualquier persona ignorante podría pensar o podrá pensar en este tiempo: “Yo tengo que oír que él diga: ¡Yo te bendigo en el nombre de Jehová!” O “¡Yo te bendigo fulano de tal y fulano de tal! ¡Y yo te bendigo!”. Y le pasa la mano por aquí y por acá, y ora por él. Pero realmente eso en sí no es una bendición, estar… tener que poner las manos así y así. No, no. Jacob sabía que su nombre significaba ‘engañador’, y por eso cuanta cosa hacía y en cuanta cosa hacía, había un engaño.
“Señor, yo no quiero… no quería conseguir la primogenitura haciendo lo que hice; pero, Señor, la quería, y fue la única forma que pude ver que la podía conseguir. Yo no quise quedarme con las ovejas de mi suegro; pero, Señor, me quedé con ellas, y tuve que hacer ciertas cosas pero no quería”. O sea que fíjese la bendición que tenía por causa de la primogenitura; todas las cosas… Él tenía una bendición; pero como su nombre todavía no estaba cambiado, entonces la bendición venía, aunque él usaba de artimañas que no debía de usar. Pero era porque el nombre que tenía, o a causa del nombre que tenía, pues imagínese, con ese nombre qué inspiración… ¿ve? Entonces, siempre veía una puerta abierta, y hacía alguna trampa, y entonces lograba lo que él quería.
Bueno, allá fue a la casa de Labán, usted sabe, su suegro; allá fue y se enamoró de una de las muchachas, se enamoró de la menor, de Raquel. Y se enamoró de Raquel, y él quería a una muchacha, a Raquel. El papá de la muchacha le vino con trampa, y entonces tuvo dos. O sea que por todos lados que él hacía los negocios que hiciera, y le salía bien. Cualquiera venía a hacer negocio con él y a hacerle trampa a él: la misma trampa se le convertía en bendición para Jacob, y se le convertía en pérdida para la otra persona.
Por eso el hermano Branham dice: “Tenga cuidado con ponerse a hacer negocio con los judíos”. (Je Je) Ellos son tan listos que como quiera que se le haga un negocio, los que ganan son ellos. Por supuesto, no quiere decir que no tratemos con ellos ni nada, sino que usted sepa que hasta que su nombre no sea cambiado, que hasta que su nombre no sea cambiado, pues se van a salir con la de ellos, como quiera van a ganar; donde único van a salir perdiendo es con Roma.
Pero ya usted sabe, ya por ese tiempo, pues, ya usted sabe, es que cuando Jacob se encontró con Esaú, allá le envió ovejas y de todo lo que tenía, e hizo un trato con Esaú. Y ya cuando hizo el trato, ¿ya qué? ya tenía su nombre cambiado, ¿se da cuenta? Bueno, ahí es donde único va a perder: en esos tratos, acá material; pero es porque tiene un trato espiritual con Dios en donde lo está ganando todo, y lo va a perder todo acá. Jacob deseaba perderlo todo acá, pero tener la bendición de parte de Dios.
Bueno, entonces encontramos que Jacob, con ese nombre de Jacob, pues con eso lo que él hacía era actuar de una manera lista, astuto; y logró todo lo que quería. Su suegro se quedó sin las hijas y sin las ovejas; o sea que se quedó sin la (como dice la gente) sin la cabra y sin la soga, ¿ve?
Así que él había salido, pero salió con una bendición; pero en lo espiritual, en lo espiritual, la cosa para Jacob estaba mal, por eso regresó a su tierra.
Ahora, encontramos que cuando Jacob regresa a su tierra, por allá está ¿quién? Esaú. Ahora, encontramos que cuando Jacob ha estado regresando a su tierra en lo natural, pero que su nombre todavía no está cambiado; políticamente, pues, póngale que lo esté, pero delante de… [Corte de audio]… cosa, allí le tiene otro.
Bueno, Dios va a obrar de tal manera que, con todo y eso, Jacob será Israel.
Deje que ellos vean el Ángel cuando baje del Cielo, deje que lo vean cuando baje del Cielo; mientras tanto, pues está arriba, con los santos. Cuando baje, pues ya usted sabe… cuando baje de la cima del Monte.
Recuerde que arriba se lleva a cabo adopción; pero cuando se baja, ya están adoptados los que están ahí arriba.
Así que una cosa es la adopción, otra cosa es la transformación. Entiendan ustedes bien eso. Primero seremos adoptados. ¿Dónde? En la cima del Monte. Luego seremos, ¿qué?, transformados.
Ahora, vea usted cómo el viernes hablábamos la trayectoria que toma todo eso.
Seremos adoptados arriba, en la cima del Monte.
Y de ahí el Señor bajó ¿hacia dónde? Bajó por la cima, bajó por la montaña. Y la montaña, bajar por la montaña, eso no es otra cosa sino… La montaña es la Iglesia, ¿ve? La Iglesia está ahí. Entonces, bajar por la montaña para ir a Jerusalén, pues… Fíjese, antes de llegar a Jerusalén, tuvo que bajar por la montaña. Esa montaña representa la Iglesia gentil.
Así que entonces ustedes podrán ver que aquel hombre que vino con su hijo lunático, había tratado de que echaran fuera aquel espíritu lunático que había en aquel joven, pero no pudieron echarlo. Vean ustedes, no pudieron echarlo.
Pero luego, bajando de la montaña venía Uno acompañado con tres más; y venían dos más con Él, pero que nadie los veía. Veían cuatro personas que venían, pero venían dos que nadie veía; venían con el Señor.
Entonces encontramos que venía bajando de la montaña, de la cima de la montaña venía bajando; y abajo había problemas. Y cuando abajo está ese problema, y el hombre que tiene el problema con su hijo ve a Aquel que viene bajando, se da cuenta que Aquel es diferente a los que estaban abajo. Y cuando llega el Señor, le dice:
“Mira Señor. Mi hijo tiene cierto problema, padece de ataques epilépticos, ataques lunáticos; y cada vez que lo toma esos ataques, unas veces ese espíritu lo echa en el fuego y otras veces lo echa en el agua; lo quiere ahogar algunas veces, otras veces lo quiere quemar. Y lo he traído a Tus discípulos y ellos no han podido hacer nada. Así que, mira Señor, Ten piedad de mí, Ten misericordia de mí y de mi hijo”.
El Señor le dice: “Tráiganmelo acá. Tráemelo acá”. Ahí Él les hace una censura muy tremenda. Les dice: “Generación incrédula”. Les da un Mensaje ahí, en el cual Él los señala como gente incrédulas, como personas que no han creído.
Ahora, vea usted, al final de las edades de la Iglesia, luego lo último que queda ¿es qué? Después de la séptima edad lo único que hay es que subir arriba, al lugar donde hay que subir para ser adoptado. Luego los que se quedan abajo, se quedan abajo por incrédulos; porque no pueden creer el Mensaje de allá arriba.
Y dice Dios a través del cuarto Elías, que mientras ocurría aquello que ocurría abajo con aquel joven que no le podían echar fuera ese espíritu malo que había en él, el hermano Branham dice: “Y el diablo se sentó en una piedra a reírse de ellos”. ¿Ve?
Eso nos muestra que mientras arriba está el Señor con Sus discípulos escogidos y con Moisés y Elías, abajo no está el Señor; está el diablo, y está mofándose y riéndose, porque las cosas que ellos debían de hacer no las podían hacer en esos momentos, ¿ve?; las cosas que ellos debían de producir, no las podían producir; las cosas que ellos necesitaban, no las podían obtener. ¿Y cuál era la causa? De que el diablo estaba por allí, y el Señor estaba más arriba.
Y cuando el Señor baja y liberta aquel muchacho, ellos le dicen al Señor: “Oye Señor. Pero, una cosa, nosotros tenemos poder porque Tú nos diste poder, poder contra todo; pero ahora cuando Tú estabas allá arriba, pues nosotros tratamos de usar ese poder, y no nos funcionó. ¿Cuál es la causa, Señor? ¿Por qué nosotros no lo pudimos echar fuera y Tú sí?” El Señor les dice: “Por vuestra incredulidad”. ¿Por qué? “Por vuestra incredulidad. Porque si dijeres a este monte, si tuvieres fe como un grano de mostaza y dijereis a este monte: Pásate de aquí allá, y no dudaras en vuestro corazón, se pasará, y nada os será imposible”.
Ahora llegaba el momento en que la fe (y fe es revelación), la que ellos tenían, no les funcionó para usar el poder que tenían. Ahora se necesitaba fe como un grano de mostaza, una fe de la cual el Señor dice que podía trasladar una montaña de un sitio a otro. Y esa fe no es una fe que había a la parte abajo, sino que esa fe estaba a la parte arriba; por eso es que el que bajó de arriba, la tenía.
Entonces esa es la fe perfecta, esa es la fe que no puede fallar. La que ellos tenían les llegó hasta ahí, ¿ve? Pero la que tenía el que estaba arriba, en la parte de arriba de la montaña, esa no tenía límites. Por eso cuando bajó, como la tenía, pues entonces pudo echar fuera aquel espíritu.
Ahora entonces vemos que el Señor les había dado autoridad, pero les llegó hasta allí. Luego después, cuando se fue a ir, Él les volvió a dar autoridad, Él entonces les dijo: “Todo poder, toda autoridad, toda potestad, me es dada en los Cielos y en la Tierra; por tanto, id”. Y entonces ahí los comisionó, y ahí entonces ellos tenían una fe también, una fe de arriba. Por lo tanto entonces, para la Obra que estaba por delante para ellos, ellos necesitaban esa nueva fe, esa nueva revelación.
Así también vemos que cuando el Señor baje de la cima de la Montaña, en la Montaña (pero no en la cima; en la parte de abajo, por ahí), va a haber ciertos casos que va a haber que atender –como les dije de parte del Señor allá en Caguas el año pasado – y va a haber una necesidad que va a ser atendida; y los que están abajo no van a saber porqué no podía funcionar primero y porqué ahora es resuelto lo que ellos querían resolver.
Es que ellos no se habían dado cuenta que todo estaba en la cima de la Montaña y ellos estaban abajo, ¿ve?
Estar en la cima es estar en la Edad de la Piedra Angular, arriba. Estar en la Montaña, por el lado de la Montaña, eso es estar en las edades de la Iglesia, ¿ve?, y con una revelación, con una fe, de las edades de la Iglesia; y eso entonces funciona hasta cierto lugar, tiene un límite.
Bueno, entonces vemos que la cosa era que resolvió aquellos problemas que habían allí y siguió hacia Jerusalén para llevar a cabo lo que tenía que llevar a cabo allá; luego morir, resucitar, y en su resurrección resucitar a los del Antiguo Testamento, como resucitará a los del Nuevo Testamento. Pero tuvo que ir a Jerusalén. O sea que usted puede ver, que los santos del Antiguo Testamento no resucitaron hasta que el Señor no bajó de la montaña y se fue a Jerusalén e hizo lo que tenía que hacer en Jerusalén.
Después que hizo lo que tenía que hacer en Jerusalén, dijo: “Consumado es. La Obra ya está consumada, todo está completado”. Y entonces después de eso resucitaron los santos del Antiguo Testamento.
Ahora, vea usted que lo que pasó allá se repite acá nuevamente. No porque yo lo diga, sino porque ya Dios lo dijo a través del cuarto Elías. Página 373 de los Sellos, dice:
“215. Reconocemos que nos queda poco tiempo, y la Novia puede subir en cualquier momento. En cualquier momento es posible que el Cordero salga del trono de Dios donde se encuentra el sacrificio. Luego allí será el fin”.
¿Cuándo? Cuando el Cordero sale del trono del sacrificio y se convierte en león, pues allí es el fin. ¿Allí es qué? El sexto sello, porque el fin es el sexto sello. El sexto sello es el tiempo del fin y es el fin del tiempo.
“[215]. Ya no habrá esperanzas para el mundo (cuando eso ocurre, entonces ya no hay esperanzas para el mundo); allí será su final. En ese tiempo la tierra comenzará con sus contracciones violentas que serán los terremotos (en ese tiempo)”.
Así que si usted ha visto terremotos grandes y ha pasado sustos por lo que ha oído que ha pasado en otros lugares, ¡cómo será cuando llegue exactamente el minuto exacto donde plenamente se cumpla esto! Porque nosotros estamos viendo todo lo que va a pasar abajo, pero nosotros estamos arriba todavía. Cuando bajemos, entonces se cumple lo que dice: “He aquí el Señor viene con sus santos millares”. Viene con los de la sexta dimensión y con los que están en esta dimensión también; viene con ellos para luego ellos tomar el cuerpo, y viene con los vivos para ser transformados. Ahora, seguimos adelante, dice:
“[215]. En ese tiempo la tierra comenzará con sus contracciones violentas que serán los terremotos y las tremendas sacudidas, como sucedió en el día de la resurrección de nuestro Señor. La misma cosa sucederá ahora cuando los santos aparezcan (la misma cosa)”.
El tipo está allá. Resurrección de los santos del Antiguo Testamento: Resurrección de los santos del Nuevo Testamento. Ahora, déjeme seguir aquí. Dice:
“[215]. La misma cosa sucederá ahora cuando los santos aparezcan. Señor, sabemos que puede ser en cualquier momento. Estamos esperando que llegue ese gran día de alegría”.
¿Qué día fue que resucitó el Señor? Domingo. Día octavo. Pero apareció por la mañana con los santos, o los santos aparecieron también. ¿Ve? Por la mañana. Por lo tanto, en el tiempo de la mañana es el tiempo de la resurrección. Estamos en un tiempo muy grande.
Ahora, vea usted una cosa, entienda usted bien esto: Para nosotros, estando en la Edad de la Piedra Angular, ya amaneció; y no habrá noche. Porque estando ahí arriba, ahí arriba no hay noche, ¿ve?, ahí arriba todo el tiempo es luz; pero cuando bajemos, entonces para esta Tierra será entonces la hora de la mañana, para este mundo, para esta Tierra; pero ellos al estar ciegos, el mundo, no verá. Pero los que tienen que ver, ellos van a ver la luz de un nuevo amanecer, e Israel verá la luz de un nuevo amanecer.
Encontramos más adelante, aquí en la página… Fíjese, habla de la resurrección; está hablando y dice que será como fue allá en la resurrección del Señor. También nos habla, página 61 del Mensaje: “Preguntas y Respuestas”, libro número 3. Página 61 nos dice:
“Y entonces enviará sus ángeles, y juntará sus escogidos de los cuatro vientos, desde el cabo de la tierra hasta el cabo del cielo’.
Eso habla de la resurrección, la traslación, subiendo. Él enviará Sus Ángeles para juntar. ¿Alguna vez pensaron qué son los ángeles? ¡Ajá! Mensajeros. Él les juntará, les congregará (¿ven?) trayéndoles, atándoles desde el extremo de la tierra al extremo del cielo, la Palabra que fue y ha sido manifestada en la tierra. ¿Ven? ¿Lo captan? (la Palabra que ¿qué? La Palabra que fue. ¿Cuál es la Palabra que fue? Dios hecho carne en Su Primera Venida en Jesús) …la Palabra que fue y ha sido manifestada en la tierra. ¿Ven? ¿Lo captan? La Palabra ha sido Palabra, aquí está Ella manifestada. Muy bien”.
Bueno, aquí cuando aparecen los mensajeros, para traer, para congregar a los escogidos, ahí entonces está la Palabra, aparece la Palabra nuevamente sobre la Tierra. ¿Por qué? Porque será la Palabra en carne humana nuevamente, como fue allá en Su Primera Venida.
Ahora, encontramos que esos mensajeros son enviados ¿para qué? Son enviados para llevar a cabo ese trabajo, para congregar a los escogidos. Los que están vivos, serán recogidos; los que están ya que durmieron en las edades, serán resucitados. Todo tiene un orden, todo tiene un proceso, todo llevan ciertos pasos, unos van primero, otros pasos van después; todo tiene un orden.
Por lo tanto, entonces esos mensajeros serán de bendición, de beneficio, ¿para quién? para los vivos y para los que hayan partido en las edades. Por lo tanto entonces tenemos que ver siempre ese orden, tenemos que ver entonces que al bajar de la montaña, entonces vamos a ir todos hacia Jerusalén.
Ahora, eso en ningún momento, en ninguna manera, querrá decir literalmente, que tengamos que ir literalmente todos, ¿ve? Eso… Fíjese, podemos decir de todo corazón, y conscientes de lo que decimos: Estamos llevando el Mensaje por la América Latina. Podemos decir: Estamos llevando el Mensaje en grabaciones y lo estamos llevando en letra también por la América Latina. Y alguien preguntarle a usted: “Oye, ¿y tú has ido a tal país? ¿tú has ido a la América Latina?” –“No. Nunca he ido”. Pero la Obra suya, la que usted está haciendo, está allá, ¿ve?
Por lo tanto entonces, podemos ir a todas las partes del mundo y estar todavía aquí. Usted dice: “¿Pero cómo puede ser eso?”. Eso puede ser de la misma manera como dijo el Señor que era con Él. Él dijo: “Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del Hombre que está en el cielo”. Y estaba ahí en la Tierra, ¿ve?
Nosotros estamos aquí en la Tierra, pero también estamos en el cielo. Usted dice: “¿Cómo puede ser eso?”. Bueno, estamos en la Tierra aquí, porque nacimos a través del matrimonio aquí de una pareja, de su papá y de su mamá, así usted vino a esta Tierra y usted está aquí en la Tierra; pero cuando usted nació de nuevo, pues nació en el cielo, nació y tiene otro cuerpo allá; por lo tanto, usted está aquí y está allá. Es verdad que son muy pocas las veces que usted puede usar ese cuerpo estando consciente, ¿ve? Pero por ejemplo, cuando nosotros nos reunimos aquí, realmente lo que usted capta no lo capta a través de este cuerpo terrenal, es a través del otro. Así que ya usted puede ver… Y en el otro se saben todas las cosas. Si usted pudiera estar en el otro todo el tiempo…
Ahora, venimos aquí, y ustedes han leído donde el hermano Branham en algunas ocasiones dice que cuando estamos reunidos, con nosotros y entre nosotros está también el otro cuerpo, está todo esto lleno de ángeles. Bueno, si aquí hay 800 o 900 personas que han nacido de nuevo, pues hay 800 o 900 ángeles aquí, como poco; porque el Ángel del Señor es el otro cuerpo de la sexta dimensión que usted tiene, y ese ángel no lo deja a usted, ‘no le pierde pie ni pisada’. Él acampa en derredor de los que le temen y los defiende.
Bueno, algún día usted va a saber muchos momentos difíciles que hubieron para este cuerpo terrenal suyo, cómo el otro cuerpo intervino, y cómo –usted dice– un milagro ocurrió. Bueno, y bien que sí. No se puede explicar, pero la única explicación que hay es que el Ángel del Señor acampa en derredor de los que le temen y los defiende.
Y también dice que Él enviará Sus Ángeles para que tu pie no tropiece en piedra. Bueno, sépase que en lo literal y en lo espiritual también hay una aplicación para eso. Por lo tanto, usted no vaya a tropezar en ninguna piedra. Recuerde que también hay piedras de tropiezo; pero Él envía Su Ángel para que usted no tropiece, para que su pie no tropiece en piedra y usted siga caminando en la Palabra del Señor.
Bueno, han habido muchas cosas en su vida que pudieron haber sido motivo para usted tropezar; también tenga cuidado que no vaya a tropezar con la piedra de ángulo, que ahí, si tropieza con ella, se lleva el pie con todas las uñas. ¿Sabe lo que les dije? Que si tropieza con ella, entonces deja de caminar en la Palabra del Señor.
Así que recuerde que ni con la de tropiezo, ni con la angular tampoco. Así que recuerde también que todos somos piedra, no tropiece el uno con el otro, no tropiecen los unos con los otros, sino que sabemos que el ángel del Señor que cada uno tiene, es el que obra de tal manera, que usted de momento quizás no capta las cosas y se siente de cierta manera, pero de momento después viene, como que se le ilumina todo el cuadro, y entonces pues ya salió de ese problema, salió de ese momento difícil en que por poco tropieza.
Tropezar, fíjese, estamos en la cima de la Montaña; mientras se va subiendo es peligroso tropezar y caerse. Después que se está allá arriba, es difícil caerse de allá arriba, porque se está ¿dónde? en la cima. Ahora, si usted se va para la orilla y tropieza por la orilla, imagínese, lo que hay por ahí para abajo pues va a caer a alguna de las edades.
Así que mejor nos quedamos arriba hasta que nos llegue el momento de bajar, porque hay un camino por dónde bajar. El Señor tomó un camino para subir, y después para bajar Él bajó por el camino que tenía que bajar. Por lo tanto entonces no nos vamos a tirar por un risco, hay un camino para bajar, para enfrentarnos al problema del grupo de las vírgenes fatuas, que tienen que creer la Palabra, ¿ve? Y también para llevarle el Mensaje a los judíos.
Recuerde que después que el Señor bajó del monte, fue que el Señor dijo: “Búsquenme aquel burrito. Tráiganmelo, para ir a Jerusalén”.
¿Sabe lo que dice el hermano Branham? Él dice que ese burrito estaba atado allá entre dos caminos; pero Él dijo que lo fueran a desatar para entonces ir hasta Jerusalén.
Por lo tanto entonces vemos que era un burrito en donde ninguna denominación se había montado; era un burrito en el cual Él dijo: “Vayan a buscármelo. No se le vayan a montar, que soy Yo el que me le voy a montar”. Así que vemos que lo fueron a buscar; lo consiguieron, y se lo trajeron al Señor. Estaba entre dos caminos, pero lo trajeron, y entonces Él fue a Jerusalén. Fue luego de bajar del Monte de la Transfiguración, no fue antes, fue después.
Entonces, no sé dónde es que estaba esto escrito… En estos días fue que lo estaba leyendo, y pensé en dárselo a conocer a ustedes, pero de momento no recuerdo, no lo tenían marcado para esta mañana, pero ya sabemos más que eso. Estaba detrás de una montaña pero Él lo podía ver.
Ahora, estamos hablando de la resurrección, estamos en la continuación de la historia de Rut. Lo que pasa es que allá, pues estábamos el viernes narrando la historia, y estábamos metidos allá; y ahora estamos viendo en esta mañana cierto aspecto de la historia de Rut, pero cumplida o por cumplirse acá entre nosotros. Por lo tanto entonces no mencionamos mucho a Rut literalmente, sino que mencionamos a los escogidos, a la Novia, que es Rut. Estamos en la historia de Rut, en lo último ya, y entonces… ¿Quiere ver cuando Booz le dijo a Rut: descansa? ¿Quiere verlo acá? Página 149 del libro de citas, dice párrafo 1333:
1333 - “Recuerden que los que viven y quedan no impedirán a los que duermen; porque la trompeta de Dios (la Trompeta de Dios), esa última trompeta (la sexta acaba de sonar)… y esa última trompeta, con el último sello (la última trompeta con el último sello), será la Venida del Señor”.
La última trompeta con el último sello, será la Venida del Señor. ¿Y qué pasará? La última trompeta con el último sello, que será la Venida del Señor, tocará.
En palabras más claras. Tocará: será conocida, será anunciada, la Venida del Señor; será anunciada la séptima trompeta para Israel, lo cual es el Séptimo Sello para nosotros. Lo que es el Séptimo Sello para nosotros es la séptima trompeta para Israel: la Venida del Señor.
1333 - “Y esa última trompeta, con el último sello, será la Venida del Señor. Tocará, y los muertos en Cristo se levantarán primero…”.
Entonces, y mientras eso no sea efectuado, ¿qué? Pues sólo descansando hasta ese tiempo. Eso es lo que dice aquí:
“Sólo descansando hasta ese tiempo”.
¿Qué fue lo que Booz le dijo a Rut? “Hija, descansa; descansa hasta la mañana, que en la mañana yo resolveré eso”.
Bueno, entonces así están los de las edades de la Iglesia, solo descansando, solo durmiendo; eso era lo que hizo Rut, y eso es lo que los de las edades han hecho a través de las edades: han terminado cierto tiempo y han descansado; y están descansando ¿hasta cuándo? hasta que suene la última trompeta, y el último sello; o sea, hasta la Venida del Señor cuando sea dada a conocer públicamente.
Ahora nosotros la estamos conociendo, estamos conociendo la séptima trompeta y el Séptimo Sello, pero es arriba, en la Edad de la Piedra Angular. El mundo no conoce nada de esto. Israel no sabe nada de esto, ¿ve? Porque la cosa está arriba.
Ahora, cuando todo eso que está arriba, toda esa revelación que estamos obteniendo allá arriba, cuando sea bajada para abajo, cuando sea bajada y dada a conocer a este mundo, y sea bajada y dada a conocer en Israel, ese entonces es el tiempo ¿de qué? es el tiempo en que tocará la Final Trompeta y el Séptimo Sello es abierto para el público de afuera, para el mundo exterior, y para Israel.
Mientras tanto todo eso ha sido abierto y ha sido tocado para nosotros, pero arriba; porque siempre, cada vez que Dios va a hacer algo aquí en la Tierra, primero lo hace en los cielos, ¿ve? Primero lo hace arriba.
Así que toda cosa que Dios vaya a hacer aquí en la Tierra, primero lo hace aquí arriba, en la Edad de la Piedra Angular. Por eso es que todo lo que Él va a hacer, lo hace aquí arriba primero, ¿ve? Él va a tener un Milenio y va Su Nombre Eterno a ser conocido y a ser usado aquí en la Tierra en un Reino literal terrenal, entonces primero lo tenemos acá arriba, ¿ve? Y entonces disfrutamos arriba, nosotros disfrutamos del Reino.
Estamos en el Reino acá arriba, aunque todavía en la Tierra no ha llegado el Milenio, ¿ve? Pero nosotros estando allá arriba, y estando en ese Reino, tenemos todas las cosas que estarán aquí sobre la Tierra en el Milenio y en la eternidad.
Ahora, luego, cuando bajemos de ahí, bajamos a establecer el Milenio, a establecer el Reino aquí en la Tierra. Ya está establecido en nosotros, está siendo establecida la Palabra, entonces estableceremos aquí en la Tierra la Palabra, el Mensaje de esta hora; lo conocerá, lo escuchará el mundo entero; y toda persona que se levante en contra de ese Mensaje, entonces ya usted sabrá lo que le va a pasar.
¿Cómo dijo Moisés? Recuerde que la Escritura tiene múltiple cumplimiento. Entonces Moisés dijo: “Profeta como a mí, como yo, os levantará el Señor”. Eso se cumplió en Jesús, en el hermano Branham, y se cumple en Moisés y Elías, y cualquiera que no oyere a ese profeta, será desarraigado del pueblo, ¿ve usted?
Así que los gobiernos mundiales no escucharán, serán desarraigados, nunca más aparecerán. Las gentes que no escuchen, serán desarraigados; los que escuchen, entonces después ellos han de aparecer para vivir eternamente.
O sea que automáticamente, cuando la piedra desciende de la cima de la Montaña, y la piedra es Cristo descendiendo a este mundo… Primero nosotros subimos con Él. Aunque estamos aquí en la Tierra en lo literal, estamos arriba, ¿ve? El mundo está aquí, la humanidad está aquí en la Tierra en lo literal, y espiritualmente están también aquí; se ha materializado.
Ahora, nosotros bajaremos aquí con los de acá arriba. Y entonces automáticamente… Es como los científicos dicen, que hay este mundo que nosotros vemos con nuestros ojos, este mundo material, o la materia; los científicos dicen que hay una anti-materia. Y ellos dicen: “Si llega la antimateria a unirse o a tocar la materia, la materia desaparece, hay una explosión”. Y entonces ellos dicen, los científicos dicen, que así como hay un mundo material tangible, hay un mundo invisible. Entonces ellos le llaman a este mundo visible, este mundo de materia; entonces ellos señalan que hay un mundo invisible, el cual es antimateria.
Bueno, si ellos supieran… Ellos en términos científicos, usted sabe, hablan de eso. Pero fíjese, conforme a la Biblia, ¿qué dice? Dice que el Señor viniendo con los Suyos, con Sus santos, destruirá a los que destruyen la Tierra, ¿ve?
Ahora, vea usted entonces que la antimateria vendrá y destruirá ¿qué? la materia; y aun nuestros cuerpos materiales van a ser cambiados. Esto que usted ve, esta carne y esta sangre literal que usted ve, esto será ¿qué? destruido, y tendremos un nuevo cuerpo; porque la carne y la sangre no pueden heredar el Reino de Dios. Por lo tanto entonces esto tiene que ser destruido, cambiado.
¿Y qué es lo que lo hará? Lo que los científicos le llaman la antimateria, ¿ve? Porque nuestro cuerpo de la otra dimensión no es materia de esta, es de otro sitio; y viniendo y llevando a cabo lo que va a llevar a cabo, ese encuentro que va a haber, ¿quién va a salir victorioso? ¿Ve usted? Este va a desaparecer. Por supuesto que usted seguirá siendo una persona, pero con un cuerpo superior al que tiene.
Así que nosotros entonces vemos cómo entonces va a moverse todo esto. Quizás muchas personas están esperando la resurrección o la transformación así porque sí, sin estar vigilando el orden que tiene, los que pasos que tienen que darse, para entonces que venga todo esto.
Entonces, fíjese, tiene que ver la transformación nuestra y la resurrección de los santos de las edades, tiene que ver con Israel, tiene que ver con el Mensaje que Israel tiene que recibir; porque a la final trompeta es que Israel recibe el Mensaje y es que los muertos en Cristo resucitan, y es entonces que nosotros recibimos esa transformación.
Hay un orden que nadie lo puede violar, porque fue establecido por Dios. Si fue establecido por Dios, entonces, esperar las cosas de otra manera, eso es una pérdida de tiempo.
Déjeme ver por aquí, página 14 del Mensaje: Reconociendo el día y su Mensaje. Dice:
“La Séptima Trompeta es aquella grandiosa Trompeta que vimos el domingo pasado (no es cualquier trompeta, es ‘aquella grandiosa trompeta que vimos el domingo pasado). Las Seis Trompetas sonaron bajo aquel Sexto Sello de la misma manera que nuestro Sexto Sello fue abierto - todo al mismo tiempo, sólo que para los Judíos, todo sonó de una vez, mientras que nosotros hemos estado dos mil años en la Fiesta Pentecostal”.
Ahora, usted puede ver entonces que esa Gloriosa Trompeta, es la trompeta que suena para Israel; y esa Gloriosa Trompeta que suena para Israel, es la Gloriosa Trompeta del Señor…
…Gran Trompeta, en donde los escogidos han de recibir la bendición que les ha sido prometido aquí en la Tierra; o sea, mientras tanto estamos recibiendo bendiciones espirituales y teniendo cambios espirituales; pero cuando se trata del cambio físico, de las cosas literales para nosotros, entonces hay que esperar ¿qué? hay que esperar que esa trompeta que estamos escuchando arriba, baje y sea tocada allá en Israel; y ese Séptimo Sello sea dado a conocer públicamente a los gentiles, los cuales están esperando el Séptimo Sello.
¿No lo están esperando ellos? ¿No están esperando ellos la Venida del Señor? Claro que lo están esperando. Lo que pasa es que ellos no saben de qué se trata todo eso, y va a llegar el día en que ellos públicamente van a saber sobre eso; mientras tanto ellos no saben de qué se trata todo esto. Por lo tanto, si no saben de qué se trata todo lo que está pasando allá arriba, aunque lo escuchen, no lo pueden captar. ¿Por qué? Porque todavía no hemos bajado de ahí arriba. ¿Por qué no hemos bajado? No hemos bajado porque hay todavía cosas que estamos escuchando que están siendo dichas.
Ahora, después que todo sea dicho (je je) Después que todo sea dicho, no podemos decir como Pedro, Jacobo y Juan, o como Pedro dijo: “No, no. Vamos a quedarnos allá arriba”. No. Cuando sea el tiempo de bajar, bajamos; porque hay una Obra para ser llevada a cabo. Y si hay una Obra para ser llevada a cabo, entonces será llevada a cabo, pero ya en una etapa de adopción.
Cuando el Mensaje vaya a Israel estamos ya adoptados. Cuando el Mensaje vaya a Israel, Moisés y Elías está adoptado; por eso es que podrá hacer todas las cosas que tenga que hacer, por eso es que no va a haber problema para él, por eso es que todos los obstáculos que se le presenten, él los enfrentará conforme a como tengan que ser enfrentados, y no va a haber ningún problema; o sea que no va a haber cosa que él no pueda hacer cuando vaya a Israel.
¿Por qué? Porque ya estaremos todos adoptados, ya estaremos en esa etapa de adopción. Y estando en esa etapa de adopción, entonces el Señor tendrá un pueblo, un grupo de escogidos de acá, un grupo de escogidos acá entre los gentiles, a través de los cuales Dios podrá obrar para llevarle el Mensaje a los judíos; porque son los gentiles quienes le llevan el Mensaje a los judíos.
¿Pero cómo un grupo de gentiles, o una Novia gentil, le va a llevar el Mensaje a los judíos sin Ella estar adoptada, sin ese grupo de escogidos estar adoptado? ¿A dónde van a ir? Pero estando adoptados entonces no va a haber ningún problema. Y si no va a haber ningún problema, entonces sabemos que tendremos una completa victoria.
Ahora, qué bueno es entonces hacer las cosas, trabajar, con la seguridad de que uno va a tener la victoria. Es el único grupo de escogidos que va a llevar a cabo una Obra en donde tendrá una completa seguridad de que tendrá una victoria total; porque está ahí en la Escritura.
Por lo tanto entonces, todas las denominaciones, todas las religiones, que están en la parte abajo de la montaña, pueden tratar de hacer lo que quieran, pueden tratar de llevarle el Mensaje a los judíos; pero el cuarto Elías dijo: “Aunque manden Tratado, aunque hagan tal o cual cosa, ellos no creerán. Ellos creerán a un profeta”.
Por lo tanto entonces, ese grupo de escogidos que será adoptado, tendrá entre ellos un profeta; por lo tanto tendrá ASÍ DICE EL SEÑOR. Un grupo que tiene ASÍ DICE EL SEÑOR es un grupo que tiene un profeta; porque el ASÍ DICE EL SEÑOR viene siempre a través de un profeta.
O sea que ningún grupo que no tenga un profeta puede decir que tiene ASÍ DICE EL SEÑOR; porque el ASÍ DICE EL SEÑOR viene a través ¿de qué? de profeta.
Por lo tanto Israel va a escuchar ASÍ DICE EL SEÑOR. Y si lo va a escuchar, y con la promesa que tenemos, entonces yo creo que ya tenemos que irnos preparando para la bajada, ¿verdad? Yo creo que ya tenemos que ir ya mirando hacia dónde vamos a enfocar los cañones –como decimos nosotros;– tenemos que estar mirando hacia dónde es que vamos a dirigir este Mensaje que tenemos, y a disparar ese Mensaje con todo lo que tenemos, en lo espiritual y en lo material.
Con todo lo que tenemos en lo espiritual, eso pues ya usted sabe que no va a haber límite; con todo lo que tengamos en lo material, ya eso es un asunto individual de cada uno, ¿ve? Pero haremos todo lo que haya que hacer para que este Mensaje arribe a Palestina.
Por su puesto ya pronto, con estos Mensajes ya saliendo al español… ya hay dos, tres, en español, escritos, y dos en inglés escritos. ¡Oiga! Como que la traducción va a ahí, al compás con la letra que está siendo sacada al español. O sea que lo que lleva adelantado es uno nada más, en cuanto a letra: ya tenemos tres, ¿verdad? en español, y dos en inglés.
Bueno, el español tiene que ir más adelante, porque del español es que se pasa a los demás idiomas. Entonces… bueno… usted sabe… eh… Es que cuando uno quiere decir algo y no sabe cómo decirlo, pues… Le pasa eso… De seguro ustedes tienen la preocupación: “Bueno, ¿y quién será el que nos va a traducir al hebreo?”. Bueno, no sabemos si ellos deseen que se les traduzca al hebreo o si quieren leerlo en español o en inglés; porque ellos han salido de diferentes naciones y hay muchísimos que hablan inglés, o la mayoría, y hay muchísimos que hablan español.
Me estaba diciendo el hermano Bermejo de Ponce, que estaba leyendo en una enciclopedia y que encontró que de España y de estos lugares así, pues han viajado para Palestina estos judíos que habían por ahí por España, y que hay unos (¿cuántos?) 200.000 hebreos que hablan español. Así que… que hablan español hay más del grupo que la Biblia dice que va a sacar que son escogidos; así que no va a haber ningún problema.
Por supuesto que todos no serán los que hablan español, pero ¿por dónde entrará? ¿entrará por los que hablan español, o por los que hablan inglés? ¿o por dónde entrará el Mensaje allá? No sabemos. De alguna forma Dios obrará para que ellos sepan algo y se pongan a averiguar, y entonces encuentren ese Mensaje, y encuentren lo que ellos están buscando, lo encuentren acá entre los gentiles. Porque eso es lo que dice Dios a través del cuarto Elías; y conforme a los tipos de la Biblia, ellos encuentran a José entre los gentiles. Por lo tanto, entonces Él se da a conocer entre los gentiles a los judíos.
Así que, mire, el comienzo no sabemos si estando toditos nosotros acá en estos cultos, la puerta se abre allá, y después la cosa sea que haya que ir obligado para allá.
“No, no, no”. Ellos, de seguro ellos son los que van a decir: “¡¿Qué van a esperar al 78?! Si el año 70 del jubileo nuestro es este año. ¡Qué van a esperar…! ¡Y que se van a ir sin bendecirnos!”.
Bueno, entonces pues, si para algún sitio se va con alegría, sabiendo lo que va a pasar allá, es para allá. Ahora, yo no les digo que vamos a irnos para allá todos.
Ahora, una cosa yo sé, y es que para eso, cuando ya se llegue allá, se llegue allá y salgan los 144.000, estamos adoptados. Eso no es un problema para nosotros ahora estar tratando de querer ir: “No, yo quiero ir allá cuando esté pasando eso allá”. No, mejor es querer estar donde estamos ahora para ver lo que está pasando en la cima de la montaña; oír. Y no hacer como Pedro, estar dando opiniones. Allí solamente lo que había era que estar escuchando lo que Moisés y Elías estaban hablando con el Señor y lo que el Señor estaba hablando con Moisés y Elías. No había lugar para opiniones. Todo lo que estaba siendo hablado tenía que ver, ¿con qué? con la ida del Señor para Jerusalén. Todo lo que se habla allá arriba, tiene que ver con la ida hacia Palestina para llevar el Mensaje, para la Obra que tiene que ser hecha allá, que nadie la ha podido hacer.
Y mientras no baje allá quien tiene que hacerla y sacar a los 144.000, bueno, que vaya quien quiera ir, Dios no lo va a respaldar; que vaya quien quiera ir, que haga lo que quiera hacer, Dios no lo va a respaldar.
Así que lo más que podrían hacer es prepararnos el terreno, prepararnos el camino; por supuesto que cualquiera que trate de ir para allá antes de tiempo, no tratará de hacerlo por prepararnos el camino, sino por robarnos la salida. Pero no es del que quiere ni del que corre. Muchas veces el que sale primero en las competencias, lo ven cuando sale; pero no lo ven cuando llega, se queda a mitad de camino.
Así que no es del que quiere ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia; y donde Dios haya colocado ese ministerio, pues así es que va a llegar allá.
¿Cuántos burritos habían allá en Palestina en aquellos tiempos? Pero el Señor escogió uno nada más. ¿Cuántos burros grandes habían allá, que podían cargar más que aquel burrito chiquito? Pero el Señor escogió uno que no… nadie se había montado en él. Y el Señor lo dijo: “Vayan, que en aquel nadie se ha montado. No se ha montado ni…”. Usted sabe que a los muchachos les gusta montarse en los burritos y los caballitos chiquitos. “No se ha montado nadie; ni denominación grande, ni denominación chiquita, ni conceptos intelectuales grandes ni pequeños; sino que el que se va a montar ahí, predestinado desde antes de la fundación del mundo…”. Hasta ese burrito fue predestinado desde antes de la fundación del mundo.
Isaías lo vio, y otros lo vieron, y dijeron: “He aquí viene un burrito por ahí, y el que viene es el Rey de reyes y Señor de señores. He aquí tu Rey viene, manso y humilde, montado sobre un burrito hijo de asna”. ¿Ve? Hasta el burrito estaba predestinado para cargar al Señor.
Así que el Señor en Su Venida tiene que ser cargado, tiene que ser… Él irá a todos los sitios que tenga que ir, pero irá… e irá a Palestina, cargado en ese burrito (que estaba amarrado entre dos caminos, pero fue soltado, fue llevado donde el Señor, y entonces el Señor le dijo el camino que tenía que coger: a Jerusalén).
Así que entre dos caminos, y después cogió otro, ¿ve? Hay tres dispensaciones. Las dos primeras - entre las dos primeras; pero después es mostrado el camino hacia Jerusalén.
Bueno, sabemos porqué entonces el Señor nos permite oír tanto con relación a Palestina, a Jerusalén, a los 144.000; es que la conversación allá arriba en el Monte de la Transfiguración, de lo que se trataba ¿era de qué? De Jerusalén, de la Obra que iba a ser hecha por el Señor en Jerusalén en Su Primera Venida. Y entonces para Su Segunda Venida, entonces lo que escucharemos es lo que Él hará en Su Segunda Venida cuando baje del Monte hacia Jerusalén. Pero bajó adoptado, un ministerio adoptado.
Por lo tanto, de Sion vendrá el libertador, dicen los judíos. Por lo tanto estamos contentos de ser Sion. ¿Por qué? Porque si de Sion les llega el libertador, entonces ¿a dónde estará primero? Pues en Sion. Por eso fue que entonces en el Mensaje titulado “¿Cuál es la atracción en el Monte?” es dicho: “Gózate mucho, hija de Sion (Sion primero. ¿Quién? Los escogidos). Y tú Jerusalén, da voces de júbilo”.
¿Y por qué? ¿Por qué se va a gozar mucho Sion, la hija de Sion? ¿Y por qué se va a gozar mucho Jerusalén? “Porque he aquí viene manso y humilde tu Rey, el León de la tribu de Judá, viene manso y humilde, viene como un corderito, viene como Cordero”. ¿Ve? Viene manso y humilde. “He aquí tu Rey viene manso y humilde, montado sobre un pollino hijo de asna”.
Ese es el motivo grande para el regocijo y el gozo de la hija de Sion, y para el regocijo y el gozo de Jerusalén. Ese es el motivo de aliento, ese es el motivo de regocijo, ese es el motivo de consuelo. “Consolaos, consolaos”, dice el Señor.
Ahora, ¿no fue eso de lo que leímos al principio? Por lo tanto consolaos, alentaos, en estas palabras. ¿En cuáles? En esa Palabra que habla de la Venida del Señor con Aclamación, Voz de Arcángel y Trompeta de Dios; y los muertos en Cristo resucitarán primero, y luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado hasta la Venida del Señor, hasta ver la Venida del Señor, no seremos delanteros a los que durmieron, sino que ¿qué? que seremos transformados.
Por lo tanto entonces –ahora escuche bien– en el momento que plenamente se cumpla aquí en la Tierra… porque estamos arriba, y estamos viendo todo el cuadro, arriba en la Edad de la Piedra Angular; pero cuando todo eso baje acá a la Tierra, y que el mundo terrenal oiga sobre estas cosas y le sean predicadas estas cosas mundialmente, y vayan hasta Jerusalén también, hasta Palestina, este Mensaje plenamente, y todo esto sea anunciado a ellos; ese es exactamente el momento en que de ahí para adelante no habrá ni un escogido que morirá; ese es el momento exacto en que de ahí para adelante ya la persona puede decir: “Si llegué hasta aquí, ya no hay lugar para morir”.
Ahora, recuerde que mientras la Palabra en toda Su plenitud no esté encarnada, pues entonces hay un lugar, hay un hueco, por donde el diablo se puede meter. Pero cuando ya esté completamente encarnada en cada uno de los escogidos, toda la Palabra que tiene que ser encarnada… Ya hay una porción muy grande encarnada, pero falta.
La Señal para nosotros, de que ya se haya encarnado, o cuando se haya encarnado toda la que se vaya a encarnar; la Señal de que ya todo ha sido revelado ¿es qué? es cuando salgamos, cuando bajemos, y entonces este Mensaje lo proclamemos a este mundo, y lo pasemos a Israel; pero cuando lo hagamos en términos de plenitud –yo espero que usted entienda esto.– O sea, que no quiere decir: cuando mandemos un librito para allá para Palestina, o para algún sitio, pues ya… No. Pero cuando la cosa tome la forma que tiene que tomar, e Israel se levante y reconozca lo que está pasando o lo que ha estado pasando en medio nuestro, cuando lo reconozca y diga:
“Queremos eso también. Queremos que nos traigan eso. Creemos ese Mensaje. Pasen por acá para que nos pongan en la posición que tenemos que estar”.
Y se agarren de ese Mensaje. Entonces ya la cosa toma un aspecto ya nacional, para Israel. Entonces ya la cosa, entonces ya ahí, cuando en carácter de mensajero para Israel, cuando salga hacia allá en carácter de mensajero para Israel, cuando salga hacia allá el que tiene que salir - No si… Puede ir cuantas veces quiera o Dios le permita ir como turista, a pasear o a lo que… o a merodear (como decimos nosotros), a merodear el área donde Dios ha prometido que va a hacer algo, puede dar las vueltas que quiera; pero eso todavía no quiere decir que llegó el momento.
Cuando llegue el momento, entonces Dios se mueve a la escena, y entonces –como decimos nosotros– “no hay pa’ nadie”. Entonces se acabó todo y el tiempo ya no es más. Es publicado, es proclamado a Israel.
El tiempo se acabó, los sistemas mundiales ya han llegado a su fin, las religiones han llegado a su fin, y el Milenio está a la mano. Por lo tanto entonces: el llamado a los que están predestinados de los judíos; ellos salen; y entonces después tienen que sellar su vida con su sangre. Después se levantan.
De los que duermen son los menos que tienen que dormir; exceptuando nosotros, que dormiremos un espacio de tiempo tan corto que con un reloj no se puede tomar ese tiempo, es tan corto que no se puede tomar ese tiempo.
Ahora, Israel, ellos, como individuos, unos duermen ahora, unos más adelante; el más que pueda dormir, dormirá tres años y medio, lo más; eso es el primero que caiga, si cae comenzando. Ahora, aunque sabemos que hay uno que va a dormir nada más que tres días y medio; por supuesto, sabemos eso. Conforme a la Biblia ese es el lapso de tiempo que va a dormir.
Pero, fíjese, los santos del Antiguo Testamento, los de las edades también, durmieron con la promesa de que iban a despertar al final de las edades. Ellos murieron en fe, creyendo lo que les fue prometido. El Señor no podía morir, pero Él dijo: “Yo pongo mi vida para volverla a tomar. Está conforme a la Palabra que yo debo dormir tres días. Pero después me despertaré”.
Luego encontramos que también Apocalipsis 11 dice que hay alguien más que debe dormir tres días y medio; pero lo importante es que está la promesa de que va a despertar. Así que eso no es ningún problema. Morir sabiendo que se va a levantar, eso no es ningún problema ni es motivo para estar llorando o lamentando; eso es motivo para estar a la expectativa. ¿Por qué? Porque conforme a la Palabra cuando eso ocurra pues ya usted sabe lo que falta, y ya usted sabe lo que ha pasado.
Ahora, recuerde que cuando… Fíjese, cuando murió el Señor allá, todo el mundo se confundió. Los que le siguieron se confundieron toditos. Aún cuando murió el hermano Branham, muchos se confundieron: “¿Pero y él no dijo que iba a hacer tal cosa y tal cosa? ¿Pero y no dijo que iba a morir de esta forma y de esta forma?” ¿Ve? Realmente nosotros no debemos ni estaremos confundidos en ese momento. ¿Por qué? Porque ya entonces estaremos en adopción, ya sabremos entonces - conoceremos bien el plan; no se nos van a olvidar las Escrituras como se le olvidó a los caminantes de Emaús y el Señor tuvo que venírselas a recordar; no pasará esto, sino que sabremos lo que pasará, y estaremos realmente a la expectativa de todas estas cosas, ya que son cosas que tienen que pasar conforme a la Palabra del Señor.
Pero tenemos algo en lo cual nosotros tomamos aliento, tomamos confort, en lo cual nosotros nos consolamos; y es que hay un tiempo de resurrección. Y nosotros estamos viviendo en esa edad, en ese Día Octavo, que es el día de resurrección; y cuando sea llevado a cabo todo lo que debe ser llevado a cabo, entonces vendrá todas estas cosas que estamos esperando.
Estamos esperando ver a nuestros amados hermanos de los tiempos pasados; los vamos a ver. Los que no vieron al hermano Branham cuando estuvo aquí ministrando en la Tierra, en su ministerio del cuarto Elías, podrán ver literalmente al mismo, a aquel mismo que estuvo aquí, lo podrán ver; lo único, que no lo van a poder ver como estaba aquí, lo tendremos que ver más jovencito; y estaremos también nosotros en una condición mejor. Así que no lo estamos esperando ver viejito, estamos esperando verlo jovencito, porque será en el tiempo en que se levantará conforme a la Palabra del Señor.
En estos días, pues, yo creo que el Señor nos va a permitir algunas cosas muy importantes que nosotros debemos de ver.
Recuerde, estamos en el libro, en la historia de Rut. En esta mañana hemos tenido una partecita aquí muy importante sobre la historia de Rut, y se ha titulado: “CONSOLADOS EN ESTAS PALABRAS”. Y esto es de la historia de Rut pero para nosotros, aplicada a nosotros; y yo creo que tenemos bastante Palabra de Dios para esta hora, para este Día; en la cual, pues, el Señor nos permite para que seamos consolados.
El viento está un poquito recio, y es una hora muy gloriosa. Esto nos recuerda las palabras del hermano Branham, que nos dice que para la transformación nuestra va a haber algo recio.
Bueno, ya que hemos estado viendo esto, no tenemos miedo, ¿verdad? Sabemos que si morimos no vamos a dormir mucho. Así que esto no nos preocupa, no nos preocupa estas cosas. Una de las cosas que ustedes deben de saber es que esta es un área, este solar de aquí, es una área donde siempre el suegro mío, que vivía en una casita que hay, crema, con terminaciones en color caoba allí, ellos vivían allí, y mi esposa allí fue que nació, y mi suegro me dice que en esta área aquí, es un área que siempre, desde que él vivía allí, siempre se levantaban estos remolinos o torbellinos.
Bueno, usted recuerde a Job, recuerde al hermano Branham. Dios le hablaba en torbellinos, ¿ve? Así que no sabemos qué significado tenga hasta esta área. Y si el viento sopla un poquito y se mueven algunos palitos, sepa que es un área así, es un área de esa naturaleza.
¿Recuerdan ustedes que cuando le apareció el Señor al hermano Branham en un torbellino, el hermano Branham le dijo a los demás: “Métanse debajo de los carros, métanse donde puedan esconderse”? Y el hermano Branham vino, soltó una pala que tenía, se quitó el sombrero, y caminó hacia adelante; y allí ese torbellino, ese remolino, le pasó por encima, dice, bajitito; y dice que siguió y se llevó todas las copas de los árboles; y explotó y volvió otra vez, subió al cielo y regresó e hizo lo mismo; y el hermano Branham lo más tranquilito. El resto tenía que esconderse, usted sabe, estar protegido.
Y después que pasó todo eso, le dicen: “hermano Branham, ¿qué fue?” Lo que escucharon fue… vieron el remolino ese, el torbellino, el tornado, vieron lo que hizo; para cualquiera eso fue ¿qué? algo peligroso.
¿Qué era? Dios estaba hablando con Su profeta. Porque Dios habla en torbellinos, Dios habla en diferentes formas. A Job le hablaba en esa forma, en torbellinos, a Elías, al cuarto Elías; y todas estas cosas, pues, ya usted sabe que son cosas bíblicas.
Así que no todo lo que rompe las rocas o rompe las copas de los árboles, vamos a decir, es del diablo. Allí estaba Dios hablándole al cuarto Elías. Nadie supo lo que Dios le habló. Y cuando él vino, le preguntaron: “¿Qué era, hermano Branham?” –“No fue tal y tal cosa”. Dios le estaba hablando allí, y él dijo lo que estaba pasando.
Job, cuando Dios le habló, los demás no sabían lo que era, Job dijo: “Dios me dijo tal y tal cosa. Tenía una conversación allá con Dios yo”. Cuando Dios le habló… Cuando Dios estaba hablando allá, cuando Lázaro iba a ser resucitado, la gente dijeron: “Un trueno”. Otros decían: “Un ángel habló”. Y entonces el Señor dijo: “Gracias Padre, porque siempre me oyes”. ¿Ve? Y entonces aparece lo que fue hablado.
Así que lo que pasa es que son diferentes idiomas. Usted oye a un ruso o un chino hablando: usted no sabe ni lo que está hablando. ¿Ve? Usted puede pensar que es cualquier cosa; pero si oye, si le traducen, al idioma suyo, pues la cosa cambia.
Bueno, entonces consolémonos nosotros, estemos consolados, en estas palabras.
Ahora, vea usted, allá el apóstol Pablo da la Palabra, dice lo que va a estar pasando en el tiempo final, y dice: “Consuélense en esto que yo les doy, en esto que yo les digo de lo que Dios estará haciendo al final”. Bueno, y si al apóstol Pablo hablar lo que habló, de lo que Dios haría en este tiempo final, y saber en aquel tiempo, saber esas cosas que Dios haría en este tiempo, si el apóstol Pablo dice que se consuelen en eso, ¿cuánto más será cuando Dios lo esté haciendo?
¿Consolará eso a los escogidos cuando Dios esté llevando a cabo eso que Él prometió ahí, cuando nosotros podamos ya no oírlo como lo oyeron los de aquel tiempo, como algo que Dios haría en el futuro (y era motivo para consuelo), sino poder ver el plan de Dios desarrollado en eso que Dios ha prometido que va a hacer? Poder ver cómo se va moviendo todo, cómo se va desarrollando, cómo va encajando cada pieza en su lugar, cómo va engranando todo eso que Él ha prometido, cómo va engranando cada parte, ¿será eso motivo para consuelo para nosotros?
Si quiere consolarse en la política, trate y verá que no puede. Si quiere consolarse en los sistemas económicos, traté, y verá que cuando oye por la radio que le dicen: “Tal país está en quiebra”, o “tal ciudad se ha declarado en quiebra”. ¿Qué consuelo? No hay ningún consuelo. Como decimos nosotros, se le caen las alas a uno. Cuando la persona está confiando que “mi país esto”, que “mi país está a la cabeza de la prosperidad”; eso es lo que anuncian para que la gente estén contentas. Pero los que llevan los números y saben lo que hay, eso solamente son palabras para aparentemente consolar a la gente. Si hubiera realmente prosperidad, ¿por qué la condición económica? ¿por qué la situación comercial? No habría motivo entonces. Pero es que todas las naciones están en la bancarrota; y si lo están, pues entonces ya usted puede ver que no hay consuelo en ninguna nación, no hay consuelo en ningún hombre, sino que el único consuelo que tenemos es en la Palabra de Dios.
Y cuando Dios esté cumpliendo eso que el apóstol Pablo les dijo que: “Consuélense en esto que Dios va a hacer. Ustedes están viviendo en un tiempo en que tienen morir, pero consuélense en lo que va a venir al final de los tiempos”. Ellos se consolaron mirando lo que nosotros vemos. Ellos lo vieron y lo saludaron de lejos; nosotros lo vemos y lo saludamos de mano, ¿ve? O sea que la cosa no es de lejos, sino que para nosotros lo que estaba lejos ha sido hecho cerca.
Por lo tanto entonces, ¿cree usted que tiene algo en qué consolarse? Que si vive bien ahora económicamente, con lo que dice la Palabra de Dios que todo va a caerse por el piso… Con los anuncios que usted oye de las diferentes naciones, que están en la bancarrota… Imagínese, eso no es ningún consuelo.
¿Qué es lo que le está pasando a la gente que se están volviendo loca, que se están poniendo todas nerviosas? Que con lo que están escuchando, los informes de las diferentes naciones, pues ¿qué pasa? Pues están en un estado de desesperación. Saben que la cosa va para atrás y para atrás, que la cosa está en bancarrota, y que de un momento a otro los sueños dorados de la gente se le van a ir por el piso, y ya están sintiendo los efectos de todo esto. Y después, teniendo las naciones esas bombas atómicas que tienen, y que saben que de un momento a otro estalla una tercera guerra mundial…
¿Qué dice la Biblia que pasaría en este tiempo? Dice que las gentes, por el sonido de la mar, y de las cosas que vendrán, desfallecerían. Por lo tanto, el corazón de la gente está desfallecido; sus esperanzas terrenales, desfallecidas; sus ilusiones, desfallecidas; por el temor de todas las cosas que sobrevendrán. Porque ya con la muestra, ya ven entonces lo que se avecina.
Entonces ya entonces podemos ver… Fíjese, el sonido de la mar y de las olas. Ya han visto también los terremotos y los maremotos que han habido. ¿Y qué de estos que están anunciando? Porque ya no solamente la Palabra los está anunciando, ya la Palabra los anunció hace tiempo; ahora los científicos están reconociendo lo que la Palabra ya dijo.
Por lo tanto, ellos no están haciendo ningún descubrimiento, ellos no están trayendo nada nuevo. Ellos lo que están haciendo es dándole a conocer a la gente que Dios estaba correcto; ellos más bien lo que están haciendo es permitiéndole a la gente conocer una sola parte, un poquitito, de lo que ya ellos saben que está ocurriendo, y que va a ocurrir; porque ya lo que va a ocurrir está en proceso, y ellos están viendo el proceso.
Conforme al proceso, ellos ya saben lo que viene; conforme al proceso nosotros sabemos lo que viene también. Conforme al proceso de lo que Dios está haciendo, ya nosotros vemos por la Palabra lo que está prometido que Dios hará.
Así que ellos predicen de acuerdo al proceso que se van desarrollando las cosas; ellos saben la cosa grande que vendrá, la destrucción grande que viene. Nosotros, de acuerdo al proceso del plan de Dios a través de lo que va moviendo, sabemos la cosa grande que Dios va a hacer, ¿ve?
Así que los sabios de este tiempo son ¿quiénes? los escogidos del Señor; porque son los entendidos que entenderán.
Así que consolaos los unos a los otros en esta Palabra de esta hora en que vivimos, la cual está cumpliéndose, está siendo efectuada por el Señor.
Si saber estas cosas que Dios haría en este tiempo era consuelo para ellos, es más consuelo para nosotros estas cosas que estaban predichas, las cuales están aconteciendo en esta hora en que vivimos nosotros.
Realmente hay motivo para nosotros estar contentos en esta hora, hay motivos para estar alegres, hay motivo para tener seguridad. Porque nosotros no estamos confiando en la seguridad que nos ofrezcan los gobiernos; nosotros estamos confiando en la seguridad que tenemos en Dios; estamos confiando en la seguridad que Él nos ha dado, diciéndonos que hemos sido predestinados desde antes de la fundación del mundo, para ser adoptados hijos de Dios. Y en eso es que estamos arriba, en ese proceso de adopción; ahí es que estamos, en el proceso de adopción, en el proceso en que estamos en este asunto de recibir la recompensa; y luego ya usted sabe lo que nos espera a nosotros.
Que se caigan los gobiernos, que se caigan los imperios, que se caigan todas las cosas que hay sobre la Tierra: “Los cielos y la tierra pasarán, pero mi Palabra no pasará”, dice el Señor. Y si la Palabra se ha hecho carne en usted, ¿qué pasa? Usted no puede pasar. Por lo tanto, usted entonces está siendo metido a eternidad, usted está siendo introducido a la eternidad.
Así que sabiendo nosotros todas estas cosas, imagínese, más que contentos debemos de estar.
¿Por qué usted se siente triste algunas veces y se desilusiona, y desearía morirse? Algunas veces algunos de ustedes desean morirse por las luchas, por las pruebas. No piense así.
Pablo y todos los apóstoles, si hubieran vivido en este tiempo, ellos no hubieran deseado morirse. Si usted se hubiera muerto…
…¿Y cómo sabemos lo que debemos hacer? A través del Mensaje, a través de la Palabra, Dios nos da a conocer qué debemos estar haciendo en esta hora, y en eso trabajar.
Bueno, me imagino que usted está deseoso de oír noticias de allá de Palestina, ¿verdad? Bueno, yo también. Y de seguro, pues, si podemos enviarle para allá algunos libritos en inglés y en español, se los enviamos. Si les gusta, que los traduzcan a otro idioma, a los idiomas que ellos quieran, si tienen equipo; si no, que nos manden las traducciones para acá, y… Aunque habrá que comprar máquinas, usted sabe, máquinas de esas, con esas letras que uno ni las entiende. ¿Quién escribirá en esa máquina? Ya ahí pues tendrán que hacerlo personas que entiendan de eso. Pero realmente nuestro corazón está con ellos, nuestro corazón casi no puede aguantar, casi no puede aguantar; pero tenemos que hacer las cosas de la manera correcta para no fallar en esta hora. De nada nos valdría hacer las cosas fuera de la forma predestinada de Dios; sería tiempo perdido, gastos innecesarios; y todo eso lo podemos aprovechar entre nosotros, ¿verdad?
Así que si nosotros aprovechamos bien la hora en que vivimos, y llegamos a la adopción, entonces está resuelto el problema de ellos. Lo importante es que lleguemos nosotros a la adopción completa, y entonces ellos vendrán y reconocerán, sabrán, lo que Dios ha estado haciendo; y luego entonces seremos transformados nosotros.
Como quien dice, eso es dando y dando; recibimos nosotros primero, luego ellos, y luego nosotros. O sea, ellos dependen de nosotros, y aún las edades pasadas; y nosotros dependemos de ellos, en que Dios haga lo que tiene que hacer con ellos para podernos ir. Porque Jacob le dijo: “No te dejaré. No te dejaré ir en el Rapto. Tú te vas de la Tierra para la otra dimensión, pero yo no te voy a dejar ir hasta que no me bendigas”.
Recuerde que aquel Ángel tenía un Ejército; era un arcángel, era un Ángel Fuerte. Así que Él no se podía ir. Ese Ángel es el representante del Ejército que Él comanda. Así que ese Ángel no se podía ir con los de Él, con Su grupo, hasta que no bendijese a Israel, no bendijese a Jacob. Cuando lo bendijo, vino entonces a ser Israel, vino a ser entonces delante de Dios Príncipe con Dios, vino a ser entonces una nación delante de Dios.
Israel es una nación ahora en lo político delante de las demás naciones; pero delante de Dios viene a serlo cuando recibe la Palabra, el Mensaje. Cuando recibe la bendición de parte de Dios, nace una nación en lo espiritual, un poderoso ejército.
Bueno, déjeme ver el reloj por aquí… Estamos bien. Vamos ya a concluir.
Realmente hay motivos para estar contentos, motivos para estar alegres. Por lo tanto, consolémonos en esta Palabra de esta hora, consolémonos en el cumplimiento de lo que Dios había prometido para esta hora. Es lo único que nos da consuelo, es lo único en donde hay promesa para vivir por toda la eternidad, es lo único donde hay promesa para pasar a la otra dimensión, es lo único donde hay promesa para vivir en el Milenio aquí en la Tierra. ¿O usted encuentra promesa en algún otro sitio? Si no lo hay entonces consolémonos en esta Palabra para esta hora, manifiesta, cumpliéndose conforme a la promesa del Señor.
“CONSOLAOS EN ESTAS PALABRAS”.