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El establecimiento del Reino 1976-11-05 2 Servicio de Carpa Cayey PR 00:00:00 false

Muy buenas noches, amados hermanos, el Señor nos continúe bendiciendo a todos en esta hermosa noche en que podemos congregarnos para adorar a nuestro Dios y oir Su gloriosa Palabra.

Es de grande bendición poder estar nuevamente todos juntos en el número cuarenta y uno de los cultos en que todos juntos como un solo grupo, sin mirar que somos de un lado o de otro, sino que somos de la parte de arriba de la montaña. Así pues; hemos estado reuniéndonos en todos esos cultos y esta noche es la noche número 41 en que todos juntos estamos congregados; y yo creo que es una gran noche. No nos podíamos quedar en la 40, porque el pueblo de Israel, aquéllos que vinieron al Señor en aquella ocasión; Le dijeron: "Nuestros padres comieron el maná en el desierto por cuarenta años;” y el Señor les dijo, ¿cuarenta? ¿Cuarenta años, verdad? “Y son muertos.” Bueno, pero los que pasaron al año 41 fueron los que entraron a la tierra prometida. Los que se quedaron hasta cuarenta años, esos nunca entraron a la tierra prometida; porque del año 41, 42, 43 hasta el 45, fueron años para entrar a la tierra prometida.

Bueno, yo espero que no tengamos nosotros necesidad de tanto tiempo; sino que ya desde el 74 para adelante, yo creo que las puertas se abrieron y hemos estado entrando y también hemos estado tomando posesión de la nueva tierra, de la herencia que nos pertenece, o sea, de la herencia que viene; como hijos de Abraham, porque somos hijos de Abraham por la fe.

Bueno, en esta noche; pues, realmente estamos muy contentos todos juntitos aquí; y yo creo que esta noche se está cumpliendo algo que el Señor nos permitió ver y oir hace muchos años atrás; en donde el Señor en todos estos mensajes que nos dio en el pasado, mostrándonos las cosas que estaban ahí en la Palabra, mostrándonos el Nombre Nuevo, el uso del Nombre y todas estas cosas importantes; también nos habló algo de que un día estaríamos aquí.

Bueno, yo creo más bien que fue profecía por la Palabra, hoy cumplida; pues no lo dije de mí mismo; sino que El me lo mostró; y por eso les dije que yo iba a estar aquí; y por supuesto, sabemos entonces que los escogidos estarían para oir la Palabra, y encarnarse el resto de Palabra que faltara de encarnarse. Yo creo que desde el 74 para acá; ha habido bastante encarnándose en nosotros, yo creo que falta ya poquito, pero lo que falta, pues; esperamos que el Señor en poco tiempo nos lo dé en estos días que estamos aquí; entonces en esta noche vamos a orar primeramente delante del Señor y a dedicarnos juntamente con esta carpa en este lugar para la obra del Señor, para lo que El tenga para nosotros y para lo que El quiera hacer a través de todos nosotros. Inclinemos nuestros rostros.

Padre Eterno, he aquí ante Tu Presencia en esta noche estamos, nuestras almas Te adoran y Te glorifican. Dios Eterno, Te damos gracias por Tus inmensas bendiciones, en esta noche, Señor, un solo grupo he aquí Señor, nos dedicamos a Ti en esta noche, juntamente, Señor con todo lo que aquí Tú nos has provisto, y Señor, Te rogamos nos recibas y hagas aquello que Tú deseas hacer con nosotros y dentro de nosotros, Señor.

Señor, Te rogamos continúes encarnándote en nuestros corazones hasta que lleguemos a ser la Palabra hecha carne en toda la plenitud y que Tú llegues a ser carne, y nosotros lleguemos a ser Palabra. Señor, sabemos que ese es el plan Tuyo, Tú hacerte carne y hacernos a nosotros la Palabra. Por lo tanto; Te rogamos que continúes hacia adelante Tu plan, y en estos días que estemos aquí; no sabemos cuántos, Tú, Señor, lleves a cabo aún lo que falta para ser llevado a cabo, Señor.

En tus manos estamos rendidos a Ti, y en esta noche, oh, Dios Eterno; bajo Tu gloria y Tu honra aquí ha sido levantada esta Carpa y ha sido colocado el pueblo que Tú has predestinado para estar colocado bajo esta Carpa, Señor. Dios Eterno, ayúdanos a todos para ser, Señor, pacientes, para ser comprensivos y entender la hora en que estamos viviendo y el plan que Tú tienes para cada uno de nosotros, Señor.

Como ministros aquí, también nosotros en Tus manos nos encomendamos, y Te rogamos que Tú nos prepares conforme a Tu Plan y que nos uses conforme a Tu Voluntad en el tiempo que Tú has predestinado para usar a cada uno, Señor. Dios Eterno, ninguno queremos hacer nada de nosotros mismos, sino que Tú seas el que lo hagas a través de quienes Tú desees hacerlo. Señor, ya vemos los otros dos grupos que están ya por oir Tu Palabra, vemos a los 144,000 ya por allá por su tierra, y vemos también al otro grupo que sale de las denominaciones. Ya podemos mirar hacia allá y ver que de un momento a otro las puertas serán abiertas, los barrotes serán tumbados y ellos saldrán libertados en este año de liberación, en este Año del Jubileo, el año 50. Ahora, Señor sabemos que esa es una promesa, y Tú la cumplirás, Señor.

Estamos agradecidos porque, Señor, hemos oído la Trompeta del Año del Jubileo, y sabemos que otros más la han de oir, y serán libres; serán completamente libres como nunca antes lo han sido en donde están metidos, Señor.

Ahora, Señor, queremos disfrutar, queremos gozar de éste Año del Jubileo, queremos gozar, Señor de la libertad que hay en Ti en este Año del Jubileo en que todo lo que era en parte fue quitado, y ahora lo que es perfecto está siendo establecido, porque ha venido lo que es perfecto, y vemos, Señor, el proceso de establecimiento de lo que es perfecto.

Ya desde el 74 en adelante, Señor, ha estado siendo establecido lo que es perfecto en cada escogido, en cada corazón en medio de Tu pueblo ha estado siendo establecido en esta tierra, que somos nosotros. Ahora, Señor, sigue Tú adelante obrando para que todo lo que es perfecto, Tu Palabra que eres Tú, sea totalmente establecido, para luego, Señor, poder partir de aquí y regresar para comenzar el milenio. Oh, Señor, sigue Tú introduciendo el Milenio como lo has estado haciendo por unos cuantos años, Señor, continúa adelante, Señor; pues sabemos que Tú eres el que introduces el Milenio con Elías y Moisés, porque eso es el Séptimo Sello, y el Séptimo Sello termina el tiempo, termina las Edades, termina las Trompetas, termina las Copas, es el fin de todo y la introducción al Milenio.

Ahora, Señor, sigue estableciendo Tu Reino en nuestros corazones. En Tus manos estamos, oh Dios Eterno, en esta noche te lo pido, oh Dios Eterno, en el Nombre del Hijo de David, William Marrion Branham, Amén, Amén.

Bueno, quiero leer algo por aquí, para así inmediatamente seguir adelante en esta noche. Vamos a buscar en el Evangelio según San Mateo, capítulo 24, comenzaremos en el verso 30.

Y dice así la Palabra del Señor.

Entonces aparecerá la señal del Hijo del hombre en el cielo, y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al hijo del hombre viniendo sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria y enviará a Sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntará a sus escogidos de los cuatro vientos desde un extremo del cielo hasta el otro.

Oremos al Señor. Padre, en esta noche Te rogamos hables a nuestros corazones y nos edifiques a todos y encarnes una porción esta noche de Tú Palabra en nuestros corazones. Dios Eterno, te lo pido en el Nombre del Hijo de David, William Marrion Branham, Amén. Pueden sentarse.

En esta noche vamos a hablar un ratito sobre: La Restauración del Reino o El Establecimiento del Reino. El Señor en una ocasión cuando los discípulos dijeron: “Señor, enséñanos a orar, porque Juan enseñó a sus discípulos a orar,” el Señor les dijo: “Oraréis así; Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre.” y por ahí siguió, y le dice en la oración, dice: “Venga Tu Reino, sea hecha Tu voluntad así como en el cielo, también en la tierra.” Ahora, vean ustedes que la voluntad de Dios que sea hecha como en el cielo aquí en la tierra tiene que ver con la Venida del Reino. El Reino tiene que venir y entonces ser establecido para que entonces la voluntad de Dios, como es llevada a cabo en el cielo, también sea llevada a cabo aquí en la tierra, y todos vivan conforme a la voluntad de Dios. Entonces fíjese, leímos aquí en la Escritura donde nos dice que cuando las señales que estaban escritas que habrían de acontecer, ocurriesen, dice: “Y entonces aparecerá la señal del Hijo del hombre en el Cielo; y verán al Hijo del hombre viniendo sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria.” Viene con poder y gran gloria, ahora, mire lo que hace cuando viene: “Y verán al Hijo del hombre viniendo sobre las nubes del Cielo con poder y gran gloria, y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta y juntará sus escogidos desde un extremo del Cielo hasta el otro.”

Ahora vean, cuando sea vista la señal del Hijo del hombre en el Cielo, entonces es el tiempo en que el Hijo del hombre envía Sus mensajeros para recoger a sus escogidos desde un extremo del cielo hasta el otro, pero, ¿y no los iba a recoger de la tierra? Ellos están aquí en la tierra, la señal del Hijo del hombre vista en el cielo. ¿Y qué es eso? Es que los hijos de Dios; aunque nacieron aquí en la tierra y a través de las vías del sexo, porque vinieron a través del matrimonio de una pareja, o sea, de la unión de un hombre y una mujer, ese nacimiento fue un nacimiento terrenal, nacieron de la tierra, pero el Señor dijo en una ocasión: “Nicodemo, de cierto te digo que el que no nazca de nuevo del agua y del Espíritu, no puede ver el Reino de Dios.” Ver el Reino de Dios, y recuerde que el Reino de Dios está prometido que ha de venir. Bueno, para los que estén vivos en ese tiempo cuando venga, lo van a ver aquellos que han nacido del agua y del Espíritu. Entonces, vea usted que luego de la persona del Hijo de Dios nacer a través de una pareja de un hombre y una mujer, luego necesita nacer de nuevo, entonces ese nuevo nacimiento no es un nacimiento terrenal, sino que es un nacimiento celestial, un nacimiento Espiritual, es un nacimiento del cielo. Por lo tanto; así como al nacer de la tierra es un terrenal; al nacer de nuevo; de ese nuevo nacimiento, que es un nacimiento del cielo, entonces es una persona de arriba, ¿ve? Entonces es un individuo celestial -hablando en términos espirituales-, porque su nacimiento es de allá, por eso es que tiene un cuerpo allá, en la otra dimensión. Bueno, entonces los ángeles, los mensajeros que son enviados para recoger a los escogidos desde un extremo del cielo hasta el otro, son dos profetas que como sabemos son: Elías y Moisés. Eso es lo que nos dice la Escritura con relación a estos mensajeros que el Hijo del hombre envía. ¿Quién los envía? El Hijo del Hombre. Por lo tanto ellos son los mensajeros del Hijo del Hombre. Por eso usted encuentra que el hermano Branham es el Séptimo Mensajero, decía, el ángel, “él Séptimo Mensajero, el Séptimo Angel no es el Hijo del Hombre, sino que él es un mensajero del Hijo del hombre, él revela al Hijo del Hombre y lo da a conocer” ¿Ve? Entonces podemos ver que el velo de carne en donde viene y se manifiesta el Hijo del Hombre, que Cristo es el velo de carne de esos Mensajeros; en palabras más sencillas. Por eso usted encuentra, déjeme ver por aquí, vamos a buscarlo, en la página 151, ahí nos habla de la señal del Hijo del Hombre en el Cielo. Vamos a ver lo que dice allí de la señal del Hijo del Hombre en el Cielo. Comenzaremos en la página 150, párrafo 1343, ahí finalizando nos dice: -(Libro de Citas - Editor)

Estos misterios serán revelados en los postreros días cuando los siete ángeles, el mensaje del séptimo sello cuando él, no cuando él comienza a hacer esto, sino cuando él empieza a sonar su mensaje, ¿ven? No los años en preparación, sino cuando él comienza a sonar el mensaje, estos misterios entonces serán revelados. Aquí están, no conociéndolos y ustedes gente son testigos de eso, y entonces ese gran observatorio para que el mundo esté en dudas, ellos todavía están preguntándose qué pasó, ¿qué?, (o sea, cuando aparecieron los siete ángeles allá, todavía están ellos preguntándose y todavía estarán preguntándose qué fue eso, qué fue esa nube) dicen qué es, ellos todavía toman el periódico, ¿sabe cualquier persona sobre cualquier cosa? (¿Sabe cualquier persona sobre cualquier cosa con relación a esa nube misteriosa que apareció allá? Ve, y quieren que usted sabe, vayan por allá y le expliquen, y ustedes saben que cuando el hermano Branham vio sobre esto en el periódico, él quiso ir para explicar de lo que había pasado, y entonces el Señor le dijo: “No vayas a explicarles nada.” Dicen:) “¿Sabe cualquiera persona sobre cualquier cosa? ¿Qué? ¿Cómo habrá pasado? No hay niebla allá arriba, no hay aire, no hay humedad, treinta millas de alto en el aire, oh, vaya. Habrá señales en el cielo arriba. Y cuando estas cosas tienen lugar, terremotos en varios lugares, entonces aparecerá la señal en los cielos del Hijo del Hombre. Ese día el Hijo del Hombre se revelará otra vez y será revelado a Sí Mismo, los que tienen el Espíritu de Dios esperan esas cosas.”

Ahora, vea usted lo que pasó cuando esos ángeles aparecieron allá, ¿qué fue eso? La Señal del Hijo del Hombre fue vista en el Cielo, y entonces en ese tiempo es el tiempo de El enviar a Sus ángeles con gran voz de trompeta para recoger a todos los escogidos. Entonces ese es el tiempo en que según Lucas 17:30, ese es el tiempo en que el Hijo del Hombre se revelará como fue en los días de Lot. Y recuerde que como fue en los días de Lot, Dios encarnado le apareció a Abraham, y después a lo último fue que le apareció a Lot, a lo último ya Sodoma iba a ser destruida.

Bueno, ya usted sabe quienes últimos ven a Elohim antes de la destrucción son las vírgenes fatuas que son tipos de Lot, y la mujer de Lot que representa a la iglesia -pereció, se volvió una estatua de sal, y eso es lo que le pasa a la iglesia, ¿ve? Pero Lot con sus hijas salen entonces. Eso es tipo de que de allá han de salir los que tienen que salir que son familia de Abraham, o sea, que son de la línea de Abraham. Por eso dice el hermano Branham: “Yo tengo dentro de las Asambleas un cuarto de millón,” me parece que tiene, y él dice: “de mis hijos que yo he engendrado.” ¿Ve? Usted sabe que Abraham tuvo hijos por Agar y tuvo hijos por Sarah también, hijos de la sierva e hijos de la libre.

Bueno, ahora ya vimos la señal del hijo del hombre en el cielo mostrada, fotografiada en el 1963. Bueno, y ese es el tiempo en que El envía a Sus ángeles con gran voz de trompeta para recoger a los escogidos, ¿ve? De ahí para adelante tienen que aparecer los mensajeros en los cuales estará la trompeta de Dios, la trompeta con la cual es recogido el grupo de escogidos, que es la trompeta del Año Del Jubileo. Si es una trompeta para sonar, para tocar, y si la va a tocar, va a tocar una pieza musical, algún mensaje, y el mensaje es el Mensaje correspondiente al tiempo del recogimiento de los escogidos; el Mensaje del tiempo de la Liberación de los Escogidos; que es el Mensaje del Año del Jubileo.

Ahora, fíjese cómo es que el Hijo del hombre envía a Sus ángeles con gran voz de trompeta. ¿Cómo los envía? Vamos a ver, porque ese es el orden de la venida de la Segunda Venida del Señor, ese es el orden de la Venida del Reino, y El viene para establecer Su Reino aquí en la tierra. Página 42, párrafo 345 del Mensaje de Citas dice:

Seis días después Jesús toma a Pedro a Santiago y a Juan en una alta montaña aparte, y transfigurado ante ellos y su rostro brilló como el sol, y sus vestiduras eran blancas como la luz, El fue transfigurado, ¿qué hizo? Se pasó dentro de la transformación hacia el día de Su Venida. El los había llevado y El fue transfigurado ante ellos, transformado, sus vestiduras brillaron como el sol en medio de su fuerza y aparecieron con El Moisés y Elías. ¿En qué forma viene el Hijo del Hombre ahora? (Ahí está la pregunta. ¿En qué forma viene e] Hijo del Hombre ahora? Y recuerde que dice la Escritura: “Y cuando el Hijo del Hombre venga, ¿hallará fe en la tierra?” ¿Para dónde viene? Para la tierra. Si no la hay, tiene que traerla. ¿Ve? ¿Y qué fe es esa? Fe de Rapto. Revelación de Rapto.) ¿En qué forma viene el Hijo del Hombre ahora? (Es la pregunta. Entonces aquí va a explicar cómo es que viene.) “Y primero aparecerá, será Moisés y Elías, ahora fíjese, antes que Jesús vuelva a la tierra, es poco antes del tiempo, pero el Espíritu de Elías volverá a la tierra y tornará a los corazones de los hijos a los padres, la Biblia lo dice, Jesús lo vio aquí en el Monte de la Transfiguración aquí. Jesús lo vio aquí, los apóstoles lo vieron aquí, el orden de la Venida del Hijo del Hombre glorificado, El será glorificado y volverá, la primera cosa, antes que lo vieron era Elías, (después que se fue es que hemos visto que era el Hijo del Hombre en Elías.) ¿Qué era? Elías, luego Moisés, Israel volviendo hacia allá, los guardadores de la Ley y luego el Hijo del Hombre glorificado, ¡Aleluya! ¿Ven el orden de Su Venida?

Entonces ya vemos cómo es que el Hijo del Hombre envía a Sus mensajeros, a Sus dos ángeles los envía con gran voz de trompeta; entonces al enviarlos; el Hijo del Hombre que es Cristo, viene manifestado en cada uno de ellos para recoger a los escogidos. Entonces es el Hijo del Hombre glorificado.

Ahora atiendan esa partecita ahí, ya que vamos a decir algo sobre el Hijo del Hombre glorificado; porque eso es lo que todos queremos ver -a Jesucristo glorificado entre nosotros, tenemos que entonces saber cómo El sería visto glorificado en medio del pueblo, del orden de la Venida del Hijo del Hombre glorificado. ¿Y cómo aparece cuando el Hijo del Hombre viene glorificado? Con Elías primero y con Moisés después. Muchos quieren ver el cuerpo literal de carne que tuvo cuando vino en la primera, pero no es así como El prometió que habría de venir en Su Segunda Venida. En Su Segunda Venida el Hijo del Hombre vendría utilizando otros cuerpos los cuales El no utilizó en la primera venida. En la Primera Venida El utilizó el cuerpo que nació de la Virgen María, en la Segunda Venida El utiliza otros dos cuerpos, el de Elías y el de Moisés. ¿Por qué El puede utilizar otros dos cuerpos que nazcan por las vías del sexo? Porque ya la Sangre del primer cuerpo que usó nos limpió a todos de todo pecado. Entonces ya El puede venir en toda Su plenitud en cualquiera de los escogidos. ¿No es esa la promesa que El hace para usted y para mí? Que El ha de estar en toda Su plenitud en usted y en mí? Y este es el tiempo en que El se está encarnando en cada uno de nosotros, y entonces si eso es lo que El ha prometido, no se extrañe de que El además de haber venido en Jesús que no vino por el sexo, pueda venir con Elías primero y después con Moisés. Porque también El ha prometido que va a venir y a manifestarse en usted en toda su plenitud, ve, por lo tanto, entonces no vamos a buscarle faltas ni a Elías ni a Moisés, ni a nosotros mismos, porque en lo natural todos cometemos nuestras faltas, pero la Sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado. Entonces si no hay pecado, entonces El puede venir y sin necesidad de crear otro cuerpo literal, venir y tomar cuerpos de este tiempo y en ellos manifestarse en toda su plenitud y para comenzar Su obra que El ha de llevar a cabo en cada uno de los escogidos, pues primero usted entiende que comienza con Elías, continúa con Moisés y luego todos juntos seremos entonces la manifestación de la Palabra hecha carne.

Ahora, fíjese, aquí dice, páginas 46 y 47 del mensaje titulado: “Ya Salido El Sol,” dice:

Nosotros somos igual como aquellos en el Monte de la Transfiguración, (Nosotros los de este tiempo somos igual a aquellos en el Monte de la Transfiguración. ¿Ven?) Ciertamente no reclamamos poder, pero nosotros, como ellos estaban en el Monte de la Transfiguración, ellos no estaban diciendo: “Moisés dice,” ¿Ven quién soy? Y los discípulos dicen: “Ven quién soy”, ¿saben qué sucedió? Noten, vieron a Jesús, eso es todo lo que querían ver representado, a Jesús glorificado, y así lo es hoy, no trataremos de ser una persona grande, no nos importa lo que la gente diga acerca de nosotros, nuestro nombre no es nada, es Su Nombre, nuestra vida; nada es, es Su Vida. Es Su Poder, no el poder nuestro, y solamente hay una cosa que amamos hacer, es verle a El glorificado. Y ¿cómo puede ser? Cuando El está glorificado en nosotros. Hoy día le vemos a El representado nuevamente como El era, ¿captaron eso? ¿Ven? Nuestro deseo no es ser glorificados, nuestro deseo no es algún nombre grande,” (Y más abajo sigue diciendo:) “Nuestro deseo es verle a El glorificado, no con orgullo propio sino en nosotros, nuestras vidas para probar que El vive y viviendo en nosotros. Si puedo quitarme de en medio, para así cuando no se piense ni aun de mí, ni aun de William Branham, y ustedes ni aun lo piensen hasta que podamos ver a Jesús glorificado entre nosotros, verlo a El, ese es nuestro deseo. Ese es el... nos da el poder vivificador, (¿Cómo? Verlo a El glorificado nos da qué? Poder vivificador.) Y nos da gozo al saber que estamos con El, ambos carne, hueso de El, siendo la Novia de El y viendo Su mismo método vindicado probando en nosotros que El ahora se ha levantado de entre los muertos. Con razón El dijo: No temas.

Bueno, yo no sé si ustedes captaron. Acá un poquito arriba dice: “Y solamente hay una sola cosa que amamos hacer es verle a El glorificado, y cómo puede ser? ¿Cómo podemos verle a El glorificado? ¿Y cómo El pude dejarse ver glorificado? ¿Cómo puede ser? Cuando El está glorificado en nosotros.

Hoy día Le vemos a El representado nuevamente como El era. ¿Y cómo es que Le podemos ver a El representado en este día? ¿Cómo era El en aquel día? El es representado en este día con Elías primero y con Moisés después. Página 152, párrafo 1352 dice: “En Malaquías 4 El dijo que Jesucristo descendería y se personificaría a Sí Mismo en carne humana.” Ahora, ¿cómo Le podemos ver a El glorificado? Cuando El se halla personificado en carne humana como está ahí, entonces eso fue lo que les leí aquí cuando El -es verle a El glorificado, y ¿cómo puede ser? Cuando El está glorificado en nosotros. Hoy día Le vemos representado nuevamente como El era, y ¿cómo El se representaría en este tiempo? El se representaría personificándose en carne humana conforme a Malaquías 4, y en Malaquías 4 ahí tiene usted a Elías primero viniendo y luego a Moisés, aunque aparece Moisés primero en Malaquías 4:4, luego en Malaquías 4:5 aparece Elías, pero aparece Moisés ahí primero en el orden de la letra, pero en el orden de cumplimiento dice: “Pero he aquí yo os envío a Elías antes que venga el día grande y terrible de Jehová,” antes que venga ¿qué? Antes que venga con Moisés, pues viene con Elías. Bueno, ese es el orden de Su Segunda Venida.

Ahora vemos que en este tiempo todo es un orden, orden de la Segunda Venida, orden de la Venida del Hijo del Hombre, Orden de la Resurrección, Orden del Rapto, Orden de todo porque es tiempo en que el Reino es establecido y para ser establecido el Reino tiene que ser conforme al orden del Reino. Al Señor Le preguntaron en una ocasión: “¿Restaurarás Tú el Reino de Israel?” El les dijo: “No toca a vosotros saber el tiempo o las sazones que el Padre puso en Su sola potestad.” ¿Ve? Entonces encontramos; déjeme ver por aquí en la página 65 del mensaje titulado: “El Futuro Hogar de la Novia Terrenal y el Novio Celestial,” nos dice en el párrafo 340 o 338; vamos a comenzar ahí:

Noten nuevamente, El levantó a Moisés de los muertos. ¿Adónde está su sepultura? ¿Alguien puede hallarla? Lean el Libro de Judas, ven, Satanás, el arcángel disputando con Satanás, (el arcángel, usted sabe) Miguel, dijo: “El Señor te reprenda, disputando sobre el cuerpo de Moisés, y aquí Pedro, Santiago y Juan se hallan parados aquí mirándole en el Monte de la Transfiguración allí mismo en la tierra donde el Monte ha de ser levantado para habitarlo. ¿Ven? El viene a redimir.

Vean, allí estaba la Iglesia raptada entonces, representada, (¿cómo?, ¿no les leí hace un ratito en el mensaje: “Ya Salido el Sol” que en el Monte de la Transfiguración cuando estaba el Señor con Elías y Moisés y los tres discípulos allí estaban los escogidos representados? Aquí lo dice nuevamente, dice:) “Allí estaba la iglesia raptada entonces representada, representados allí estaban aquellos que están dormidos. El paradero en la ciudad sobre la cima del Monte. ¿Ven? Allí estaba Pedro, Santiago y Juan observando, tres, un testigo, allí estaba Moisés, Elías y Jesús, como un testigo Celestial. ¿Ve? (Pedro, Jacobo y Juan, un testigo terrenal; Jesús, Elías y Moisés, un testigo Celestial, ¿ven?) Y allí estaba Moisés, los muertos que habían sido resucitados, allí estaba Elías, los raptados, aún estaban vivos y ambos representados en este Santo Monte, y Jesús el Redentor con Dios arriba sobre El, de este modo le hacia sombra, dijo: “Este es Mi Hijo Amado.” Recuerden, Jesús dijo como un día antes de eso, El dijo: “De cierto os digo que algunos que están parados ahora, no verán muerte hasta que vean el reino de Dios establecido en poder. ¿Qué es? Los muertos resucitados y los santos raptados, arrebatados juntamente para recibirle a El en el aire con Dios haciendo sombra sobre El y Jesús parado allí en esta sombra, dijo: “Este es Mi Hijo Amado en Quien tomo complacencia,” El Orden del Nuevo Reino. ¿Ve usted?

Entonces sabemos sobre el Reino de Dios, sabemos que el Reino de Dios tiene que ser establecido y cuando aparece la señal del Hijo del Hombre en el Cielo es el tiempo cuando El viene para establecer Su Reino aquí en la tierra, y para establecerlo; entonces aquí están Elías primero y Moisés después. Elías representando a los santos que serán raptados sin ver muerte, y Moisés representando a los santos resucitados.

Ahora, ¿ve usted el orden del Nuevo Reino? El Nuevo Reino tiene un orden cuando vemos que estos reinos terrenales se están desintegrando, están cayendo. ¿Qué es lo que está pasando? Lo que está pasando es que a medida que usted ve estos reinos terrenales cayendo, destruyéndose, eso lo que hace es que está señalando que un Nuevo Reino está siendo establecido en la tierra aunque ellos no lo vean. Ese Nuevo Reino que está siendo establecido en la tierra, es establecido conforme al orden del Nuevo Reino.

Fíjese, encontramos la forma en que el Nuevo Reino es establecido en la tierra. Dice Daniel que una Piedra no cortada de mano; fue cortada de la Montaña, del monte, una Piedra no cortada de mano y hiere a la imagen en los pies, y entonces la imagen cae. ¿Ve? Entonces sabemos que esa Piedra no es una Piedra literal, entienda usted bien eso, esa Piedra es la Piedra que los edificadores desecharon, y sobre quien esa Piedra caiga, lo desmenuza; pero el que caiga sobre esa Piedra, el que se rinde sobre esa Piedra, es como cuando el hermano Branham cuenta que en una ocasión él estaba por allá por las montañas cazando y estaba sudando; bueno, no recuerdo si era cazando, yo sé que él se pasaba por las montañas, pero tenía mucho calor, y se había quitado la camisa, la camiseta, estaba de aquí para arriba sin nada y estaba con mucho calor por allá por Arizona, que la temperatura es más fuerte que en Puerto Rico en el tiempo de calor, y estaba tan cansado, y entonces se recostó sobre una roca, sobre una piedra; al recostarse, usted sabe, que cuando uno está por esos sitios hay piedras que uno se recuesta sobre ellas, que están en ciertas áreas y uno las encuentra fresquecitas, se recostó ahí, y cuando se recostó ahí el Señor le dijo: “Mira sobre qué estás recostado, mira sobre lo cual tú te has tirado.” Cuando miró; decía: “AGUILA BLANCA.”

Bueno, realmente esa es la Piedra que los edificadores, desecharon, ¿ve? Esa es la Piedra de Esquina que fue cortada de la parte de arriba de la Montaña, la cual hiere los sistemas mundiales, entonces los sistemas mundiales -dice conforme a la Escritura, conforme a la promesa de Dios, dice, que el Séptimo Sello - déjeme ver por aquí. Aquí en el Mensaje de Las Edades de la Iglesia, principalmente aquí en la edad de la Iglesia de Laodicea, quiero leerlo de la Palabra, página 365 dice:

En la séptima y última visión oí una explosión terrible cuando di la media vuelta para ver; lo único que vi fue ruinas, cráteres y humo sobre la tierra de América.” (Bueno, ya usted sabe que eso tiene que ver con el terremoto.) “Basándome en estas Siete Visiones juntamente con los cambios tan rápidos que han transcurrido en el mundo en los últimos cincuenta años, doy esta predicción, no es profecía; que estas Siete Visiones habrán llegado a cumplirse todas para el año 77. (Así es que ya usted sabe que si Estados Unidos pasa el 76, pues lo que le espera, le espera el 77, pero recuerde que también hay otros lugares que dice: “En o antes del 77.” ¿Para dónde pone eso? En o antes, todo depende de nosotros. Usted sabe, si no estamos preparados, pues la cosa se aguanta, pero del 77 vemos que no pasa).

Bueno, y sigue diciendo: “Y aunque muchas personas juzgan que esto es un pronóstico irresponsable en vista de que Jesús dijo: Que empero el día y la hora nadie sabe, (Marcos 13:32), y todavía me mantengo firme en mi creencia después de treinta años. (Que digan lo que quieran decir.) “Porque Jesús no dijo que nadie podía conocer el año, mes, o semana en que Su Venida habría de ser completada. (¿Cómo? ¿Su Venida ser completada? Ah, pues, hay que buscar la primera parte y la Segunda Parte, porque Si Su Venida es completada, cuando sea completada pues ya otra parte se había cumplido, y conforme al Orden de Su Venida El viene con Elías primero y con Moisés después, ¿Ve? La primera parte se cumple con Elías, y después la Segunda Parte se cumple con Moisés. Con Moisés, ¿completa qué? Es completada la Segunda Venida del Señor, y El no dijo cuándo, el día cuando sea completada, ¿ve?) “Así que repito, yo sinceramente creo y mantengo como un estudiante particular de la Palabra, juntamente con la inspiración divina, juntamente con la inspiración Divina, que el año 77 debe poner fin a los sistemas mundiales e introducir el Milenio.”

Bueno, eso lo dijo Elías, eso lo dijo Elías, y 77 es introducir el Milenio. Bueno, muchos pensaban que era que el Milenio comenzaba en el 77. Bueno, mire lo que es la introducción al Milenio, página 26 del Mensaje titulado: “Revelación, Capítulo 4, Parte I” Página 26, párrafo 126, dice: “El tomó a Pedro, Jacobo y Juan a un Monte aparte para ser testigos: Pedro, Jacobo y Juan. Y ellos viendo el Reino de Dios viniendo en poder, y ellos viendo la Venida del Reino de Dios mostrada. Amén. Oh, ellos fueron traídos a ver el Reino de Dios en ensayo mientras venia la introducción del Milenio, ellos vieron el ensayo. “

Bueno, ya usted puede ver entonces lo que es la introducción al Milenio. La introducción al Milenio es una cosa y el Milenio allá es otra. ¿Ve? Es igual que cuando Juan introdujo al Señor, él estaba introduciendo al Señor, pero después fue otra cosa cuando estaba ya el Señor. Entonces vemos lo que es la introducción al Milenio, vemos que el 77 debe poner fin a los sistemas mundiales e introducir el Milenio, mundialmente, públicamente, el mundo entero verá la introducción al Milenio, y, ¿qué es lo que va a haber? Ellos oirán y sabrán, aunque algunos no lo puedan creer, oirán que el Señor ha venido por Segunda vez con Elías y Moisés, ellos estarán viendo esa cosa y ellos estarán viendo la introducción al Milenio, y viendo también el fin de los sistemas mundiales. Entonces eso debe pasar el próximo año.

Entonces vemos también que el 77 conforme al Mensaje titulado: “Las Setenta Semanas de Daniel,” dice aquí página 135, dice: “La manera cómo estas cosas están progresando, yo predigo que el tiempo, yo no sé por qué estoy prediciéndolo, pero yo predigo que todo eso sucederá ahora mismo, 1933 y 1977, y no sabiéndolo, (o sea; entre el 33 y el 77) y no sabiéndolo, Dios conoce mi corazón, yo no lo supe hasta ayer que el 1977 es el Jubileo, exactamente la misma cantidad de tiempo consumida que El le dio a Israel, y toda cosa en el fin, así que estamos y aquí estamos en el fin de la Edad, a la entrada de la septuagésima (70) semana.” (Déjeme ver, me pasé un poquito del sitio, el Jubileo, ¿qué será ese Jubileo?) Bueno, ¿captó eso? Dios ha lidiado con nosotros justamente la misma cantidad de tiempo que lidió con los judíos, desde el tiempo que dio a Abraham la promesa hasta el rechazamiento del Mesías, el año 33 después de Cristo fueron 1954 años, y ahora 17 años. Tuvimos algo acerca de 1930 años, nos quedan 17 años hasta el 77, que será el septuagésimo (70) Jubileo. desde el principio de los jubileos; Y, ¿qué será eso? Oh hermano vigilen de cerca ahora, no lo pase por alto, eso será el Jubileo de la subida de la Novia Gentil y el regreso de Cristo a los judíos, cuando ellos salen de la esclavitud, (Amén, ¿lo ve?) Desde todo el mundo ellos se reúnen allí para ese día ¿Para qué día? Para el 77. ¿Para qué año? Para el Año del Jubileo y recuerde que para ellos, el año comenzó hace unos cuantos meses, ¿verdad? Recuerden, cuando estábamos allá en Sabana Seca, no sé, como tres meses hace que comenzó. Bueno, pero recuerden que la Trompeta del Año del Jubileo, fue tocada en el mes séptimo. Así es que no les dije nada y se los dije todo, pero no les puedo explicar mucho, ya el año para ellos comenzó por lo que parece, o por lo que se ve, por lo que se ve parece que comenzó, si no es que va a comenzar en el próximo cumpleaños, pero parece que es en este año del jubileo de ellos comenzó parece que hace algunos meses atrás, pero la trompeta del año del jubileo era tocada en el mes séptimo. Bueno, tiene que esperar un poquito hasta que llegue el tiempo para ellos oir la trompeta que se la van a tocar Elías y Moisés que son enviados por el Hijo del Hombre glorificado.

Bueno, entonces mire la hora en que estamos viviendo, mire el tiempo en que estamos, vemos que el Reino de Dios ha venido y está siendo establecido en la tierra, fíjese, usted piensa cuando se habla del Reino de Dios, usted piensa o muchas personas piensan de una manera, pero fíjese que cuando Juan el Bautista estuvo aquí en la tierra, él estaba diciendo, “El Reino de los Cielos se ha acercado,” “Se ha acercado,” ¿Ve? Y cuando vino el Señor, el Señor dijo: “El Reino de los Cielos entre nosotros está,” ¿por qué? porque El era el Reino de los Cielos. ¿Qué era el Reino de los Cielos entonces? La Palabra hecha carne, Dios hecho carne. ¿Ve? Entonces vemos que el Señor después, enseñando a los discípulos a orar les dice que oren así: “Venga Tu Reino, y sea hecha Tu voluntad, así como en el Cielo, así también en la tierra,” ¿Qué les está hablando El? Está hablándoles de la Segunda Venida, que oren por la Segunda Venida, que oren para que El venga por Segunda vez en carne humana conforme al orden de Su Venida, con Elías primero y con Moisés después para establecer el Reino de Dios aquí en la tierra, para que así como en el cielo sea hecha la voluntad de Dios en la tierra, ¿Ve? Entonces, ¿qué pasa? Todos los que no están de acuerdo a la Palabra de Dios para hacer la voluntad de Dios, ¿qué pasa con ellos? Bueno, ahí es el problema de ellos, “Porque a los que temen mi Nombre nacerá el Sol de justicia y en sus alas traerá salud,” Pero también dice, hablando de los pecadores, dice, que no les dejará ni raíz ni rama.” ¿Ve? Ni raíz ni rama, no va a quedar ni pueblos para ser gobernados, ni gobernantes para gobernar, va a desaparecer todo gobierno, todo sistema y los que están bajo esos sistemas. Ni raíz ni rama quedará de nada, por lo tanto entonces este es el tiempo más grande de todos los tiempos, este es el tiempo de la Venida del Hijo del Hombre con Elías y Moisés para establecer el Reino, y a medida que el Reino está siendo establecido, los demás Reinos van cayendo, porque a medida que los Reinos de este mundo comienzan a caer, van dando paso a un nuevo Reino que está levantándose, porque eso es lo que hace la Piedra no cortada de mano que viene de la montaña de Dios, del monte de Sión, porque de Sión vendrá el Libertador, esa Piedra es el Señor, es Cristo viniendo con Elías primero y con Moisés después. Esa es la Piedra que los edificadores rechazan, la Segunda Venida de Cristo con Elías primero y con Moisés después, pero es la misma piedra que destruye los sistemas mundiales, destruye todo a medida que va siendo establecido el Reino de Dios aquí en la tierra. y es establecido en los corazones de cada uno de nosotros, porque somos tierra. Y luego después el Milenio comenzará, entonces vemos que durante el Milenio y durante la Eternidad habrá un orden de adoración, habrá un Nombre Eterno, habrá una forma de servir a Dios, y todas las cosas serán nuevas porque El dice: “He aquí yo hago nuevas todas las cosas.” Por lo tanto las cosas no serán como eran en las Edades pasadas, ni serán como eran en la Ley, ni serán como eran en la dispensación de la Gracia, sino que serán de acuerdo al orden del Nuevo Reino. Por lo tanto entonces, cuando el Nuevo Reino es establecido aquí en la tierra con la llegada del Hijo del Hombre en Elías primero y en Moisés después, entonces es establecido todo lo que va a ser en el Milenio y lo que va a hacerse en la Eternidad. Por eso en la Eternidad el Nombre que se usará es el Nombre de Dios, el Nombre Eterno, pues antes tiene que ser establecido aquí, y así por el estilo, por eso es que en el Mensaje “Dios en Simplicidad” allá por la página 14, de los Sellos, él dice: “Pero propongamos en nuestros corazones hoy, que en conmemoración y en espera de aquél Tabernáculo, nosotros nos caractericemos por Su Espíritu hasta tal grado que podamos adorar en este lugar como si estuviéramos en aquel lugar, pero esperando la Venida de ese Tabernáculo.” ¿Ve usted?

Entonces, bueno, ya ese Tabernáculo espiritual que es la Novia está aquí entonces hay un nuevo orden de Adoración, y será de la manera que se adorará en el Milenio y en la Eternidad. Entonces todas las cosas aquí son Eternas, por eso es que todo lo que es establecido aquí en este tiempo por Elías y Moisés, entonces así se quedará por toda la Eternidad. Por eso es el cuidado que se tiene en este tiempo de cuando se establece algo, que sea lo que será por la Eternidad, por eso es que cuando no se está seguro en algo para que sea lo que será por toda la Eternidad entonces se deja pendiente, hasta que el Señor muestre cómo hacer eso que va a ser hecho.

Bueno, entonces el Reino de Dios es establecido gradualmente a medida que El se va revelando a través de carne humana y se va dando a conocer, y entonces El es la Palabra a medida que la Palabra se da a conocer, entonces va siendo establecida en nuestro corazón. Bueno, vemos que eso toma tiempo, la introducción al Milenio, eso toma cierto tiempo porque la introducción al Milenio comienza con Elías y continúa con Moisés, eso fue lo que leímos ahí, ¿ve? Página 464 y 465 dice, al final de la 464 de los Sellos dice: “Al final de este Séptimo Sello, (oh, el séptimo Sello tiene un final, si tiene un final, tiene un comienzo, ¿verdad? Bueno, yo le digo al comienzo del séptimo Sello y usted me dice al final, digo, usted se lo dice a usted mismo, bueno yo le voy a leer el comienzo del Séptimo Sello) “Noten bien, el mensaje del fin, este Sello, El nos ha revelado los seis Sellos, pero no dice nada del Séptimo, el Séptimo, el Sello del tiempo del fin cuando empiece será completamente secreto según la Biblia, pero antes de conocer eso, recuerden Apocalipsis 10 al 7 que en el fin del mensaje del Séptimo Angel todos los misterios serían conocidos. Estamos en el tiempo del fin, la apertura del Séptimo Sello. El domingo pasado hace una semana hoy, cuando estaba predicando sobre “Sed Humildes, Sed Humildes.” Recuerden que Dios obra en cosas pequeñas, en verdad no me daba cuenta de lo que estaba hablando, pero ahora lo veo bien, será de una manera tan humilde. (¿De qué está hablando? Del Séptimo Sello, y de la apertura del Séptimo Sello) Será de una manera tan humilde -uno pensaría que una cosa tan tremenda sería revelada allá en el Vaticano, pero más bien viene (Estoy leyendo y mostrándoles el principio, el principio del Séptimo Sello) pero más bien viene como vino Juan el Bautista, viene con el nacimiento de nuestro Señor allá en un establo, Gloria a Dios. La hora está a la mano, aquí estamos, oh, hermanos. ¿Lo pueden ver? ¿Pueden ver el principio del Séptimo Sello, como Juan el Bautista y como el nacimiento del Señor Jesucristo, lo pueden ver como precursor y luego como precursado? Ahí tienen el principio del Séptimo Sello, porque el Séptimo Sello es la Segunda Venida del Señor que viene con Elías, y con Elías viene como precursor y como precursado, ahí tiene dos partes.

Entonces al final de este Séptimo Sello, aquello fue el comienzo, pero al final de este Séptimo Sello, es el fin de la Edad de la Iglesia, es el fin del Séptimo Sello, es el fin de las trompetas, es el fin de las Copas, y aún es el fin de la entrada al Milenio. ¿Qué les parece? Todo es contenido en el Séptimo Sello, todo eso es contenido en Elías y Moisés, las Trompetas, el fin de las Trompetas, todas esas cosas, ¿Ve?

Bueno, entonces cuando venga la parte final del Séptimo Sello, la parte final de la Venida del Señor, que es Moisés, ahí le pone fin a todo, entonces pone fin a todo e introduce el Milenio. Bueno, estamos viendo el orden del nuevo orden del nuevo Reino, y como hemos nosotros visto por la Palabra de Dios en el Mensaje “El Futuro Hogar de la Novia,” así como hay una Nueva Jerusalén literal que estará aquí en la tierra en el área de Palestina, y eso estará ahí después del Milenio, después del Juicio Final, estará ahí y será levantada por los volcanes, ¿ve? Así como habrá una Ciudad literal, la Nueva Jerusalén, hay una Jerusalén espiritual, una Nueva Jerusalén espiritual que es la Novia del Señor, la Novia del Señor a través de todas las Edades de la Iglesia. Esa es la Nueva Jerusalén, la Celestial, la que desciende de Dios, la que desciende del Cielo de Dios, porque la literal sube de la tierra, el monte sube de la tierra, pero la espiritual desciende de arriba, porque ellos son nacidos de arriba, son el cielo, por eso vienen de arriba, y nos dice ahí Apocalipsis, nos dice cuando el Angel llevó a Juan a un monte alto, le dijo: “Ven, yo te mostraré la Nueva Jerusalén, la esposa del Cordero,” entonces vemos que esa Nueva Jerusalén en que El le iba a mostrar que descendía de arriba era la Esposa del Cordero, era la Novia, eran el Pueblo Escogido de todas las Edades de la Iglesia y encontramos que esa Nueva Jerusalén que viene descendiendo tiene doce puertas, doce perlas, ¿qué son esas doce perlas? pues los doce apóstoles, ¿ve usted? Y así por el estilo tiene doce muros también, esos son, me parece, los patriarcas, así por el estilo cada una de esas cosas que tendrá la Nueva Jerusalén literal, la que sube de la tierra, ese monte, eso representa en lo espiritual todas esas cosas que hay en ve]o de carne en los escogidos, también dice hablando acerca de algunos de los escogidos de cierta Edad, dice: “Yo les haré columna en el templo de mi Dios,” ¿Ve? Entonces no es que los va a convertir en una columna de cemento, ¿ve? Ud. sabe los que son columnas en lo espiritual, hay columnas en medio del pueblo de Dios. San Pablo mismo hablando allá de la iglesia en Jerusalén, él decía: “Y fui y hablé con Pedro, Jacobo y Juan porque entendí que ellos eran las columnas de la iglesia allá.” ¿Ve? Así que todo eso literal representa las cosas espirituales que hay en esa nueva Jerusalén que somos todos nosotros. Nosotros somos parte de esa Nueva Jerusalén, y nosotros somos la parte de arriba, que es lo más importante de todo. ¿Ve? Nosotros somos la parte de arriba de esa Nueva Jerusalén, y nosotros somos también el grupo al cual el Señor les dijo allá en lo que les dice a los escogidos de la edad de Laodicea, les dice: “Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono.” Así es que; vean ustedes donde se sientan los escogidos de este tiempo, el privilegio más grande de todos los escogidos lo tenemos nosotros, entonces a través de ese grupito de escogidos de acá, que El gobierna a todos los de esa pirámide. ¿Ve? Entonces, lo que le es dado a uno, el privilegio o la recompensa que le es dada a una persona o a los de una edad, le es dada esa recompensa y además recibe la recompensa del grupo de los grupos anteriores. ¿Ve? Y nosotros, siendo los últimos, recibimos la recompensa nuestra y la recompensa que todos los demás tienen también la tendremos nosotros, pero la nuestra no la tiene nadie más. ¿Ve? Entonces, realmente son este grupo de escogidos a través de los cuales El reinará en esta tierra. Es este grupo de escogidos en los cuales Dios estará en toda Su plenitud manifiesto. Es con este grupo de escogidos que el reino de Dios es establecido aquí en la tierra, es con este grupo de escogidos que el Milenio es introducido, ¿ve? entonces, hay algo muy grande en esta hora en la cual nosotros vivimos lo cual usted debe de apreciar, y reconocer la posición que usted ocupa en esa pirámide, usted ocupa la parte de arriba, por eso aquí lo que tenemos es una sola pirámide, y esa sola pirámide es la Piedra Angular, porque la Piedra Angular de por sí es una pirámide. Es una pirámide en miniatura, ¿ve? Por eso es que los de esta edad de la piedra angular reciben la recompensa de todos los demás y la de ellos también.

Entonces, viendo nosotros la hora en que vivimos, tenemos que mirar hacia el futuro, mirar el Milenio, mirar la Eternidad, mirar las cosas que han de estar allí; entonces saber que antes de llegar al Milenio y la Eternidad literal, las cosas que estarán allá serán establecidas acá antes de llegar allá, porque imagínese, póngase usted a pensar en un Presidente, en un rey o en un Gobierno que entre la política y no entre con un programa ya definido, con una plataforma, ¿ve? Entonces tiene que tener todo lo que él va a hacer en su gobierno, presentarlo públicamente antes de comenzar antes de que sea elegido. Y si al pueblo le gusta lo que piensa él hacer en su gobierno, pues, lo elige a él, sino no. Ahora, que se presente un candidato ya que estamos en este tiempo de elecciones y hemos visto lo que ha pasado en estos días. Bueno, ¿saben ustedes? El mundo está en sus elecciones eligiendo; pero sabemos que el reino de Dios está siendo establecido y estamos viendo las cosas que estarán funcionando en el Milenio y en la Eternidad, porque él nos las presenta en la Palabra todas esas cosas, de cómo han de ser allá. Y la cosa es que nosotros al oir su llamado y al ser parte de Su Reino hemos aceptado nuestra posición en Su Reino.

En los Sellos dice: “Y El clama por Su Reina, que venga a pararse a Su lado.” Bueno, la gente se paran al lado de un candidato para Presidente de los Estados Unidos; se paran a su lado, los que se pararon al lado de uno, y ganó; pues están contentos, los que se pararon al lado del otro que perdió pues se sienten un poco tristes. Y así también es en Puerto Rico que las elecciones fueron al mismo tiempo; pero nosotros pues nos paramos al lado del Rey de reyes y Señor de señores vemos Su programa para el Milenio, vemos Su programa para la Eternidad. El nos lo ha mostrado, ¿ve? ¿No dijo el hermano Branham: “Yo estoy poniendo una plataforma?” Eso es lo que los candidatos a presidentes ponen; una plataforma y muestran todas las cosas y entonces sube el candidato de este partido para entonces ser la voz de ese partido y luego si ese gana, pues, desarrollar todo eso que él mostró en su plataforma.

Bueno, vamos a dejar eso por ahí un poco quieto, vamos a mirar entonces, porque hay muchas preguntas que nosotros pues, podríamos tener, pero todas las preguntas que podamos tener tendrán una contestación de parte del Señor; pero no cuando usted quiera, sino a medida que El nos vaya mostrando Su programa, Su plan, que El llevará a cabo. Sabemos que lo que es perfecto ha venido y eso es la Palabra. Sabemos que la cosas viejas pasaron, sabemos que las Edades pasaron, sabemos que lo que era en parte pasó; por lo tanto, no vamos a tener las cosas en parte aquí, sino que las cosas en parte están puesta a un lado y tendremos lo que es perfecto; que es la Palabra, lo que será por toda la Eternidad.

Ahora fíjese, nos dice la Escritura que habrá una Tierra Nueva, un Cielo Nuevo, eso ocurrirá realmente en lo literal y en lo Espiritual también ocurre eso antes de nosotros irnos de aquí. Ahora, entonces nosotros tenemos que ver que una cosa es entrar a la Tierra Nueva literal y otra cosa es entrar a la tierra nueva espiritual. La tierra nueva espiritual es la Palabra, los Sellos, esa es la tierra nueva, es una tierra nueva, un terreno nuevo, no la vieja o el viejo mensaje de la segunda dispensación. Vemos también que hay promesa de que el pueblo de Dios entraría a esa tierra, al entrar a esa tierra, entonces tiene que darse cuenta que hay un nuevo orden de cosas las cuales, no son las mismas que habían allá en Egipto. Entonces tenemos que ser cuidadosos en esta hora en que estamos viviendo, ya que aquí en la página 151, párrafo 1347 nos dice:

No comiencen ni traten nunca una organización, no traten de edificar sobre cualquier otra cosa; pero quédense humildes ante el Señor su Dios, porque parece que las puertas pueden abrir a la tierra prometida pronto. Entonces entraremos con el verdadero canto y regocijo cuando la Novia y el Novio tomen su lugar en el Trono.”

¿Ve usted? Cuando tomen su lugar en la Edad de la Piedra Angular se tienen que abrir, y él dice, y está hablando en el 65, mes siete, eso es ¿qué? Julio -mes siete; y cinco meses después se fue. Y él dice cinco meses antes de irse: “Todavía no están abiertas, pueden abrirse de un momento a otro, estén apercibidos.”

Bueno, entonces vemos que Moisés sacó al pueblo de Israel de Egipto con dirección de Dios y orden de Dios para llevarlos a la tierra prometida, ese fue su plan, no era para dejarlos a mitad. ¿Ve? Pero en la guardarraya, allí Dios lo llamó, y dice, Dios a través de Elías en los Sellos -Dios reservó ese Espíritu ministerial de Elías y de Moisés para una obra al final- ¿ve? Y eso es Apocalipsis 11, esa obra final, Elías y Moisés, pues en Moisés como no metió al pueblo de Israel a la tierra prometida, ahora para entrar ese pueblo a la tierra prometida; a la tierra prometida espiritual, tiene entonces que venir el Espíritu ministerial de Moisés a abrir las puertas de la Tierra Prometida para el pueblo entrar a la Tierra Prometida y entonces entrar en el verdadero canto de regocijo cuando la Novia y el Novio tomen su lugar en el Trono. Entonces vemos que ese es el ministerio que abre las puertas a la tierra prometida, es el ministerio que nos mete a la Tierra Prometida, es el ministerio también que nos cambia, que nos da un cántico nuevo, también a las fatuas les va a dar un cántico nuevo, porque ellas cantaban un nuevo cántico. Los 144,000 también, nosotros también. ¿Qué cántico? Dice la Biblia -el cántico de Moisés; el siervo del Señor.

Entonces para Israel también cambiar de la Dispensación de la Ley, no hay quien los saque de ahí, para poder salir de ahí tiene que venir el mismo Espíritu ministerial que los metió a la Ley para poderlos sacar, si no, no salen.

Entonces nosotros vemos la hora en que estamos viviendo, sabemos que las puertas han sido abiertas, y la evidencia de la tierra nueva; ¿cuál es? Usted quiere saber cuál es la evidencia de la tierra nueva? Mírela aquí, no he querido yo decirlo de mi cuenta, página 31 del Mensaje titulado “Probando Su Palabra”, dice:

En los últimos días allí tiene que haber un lugar preparado para que la Palabra sea hecha manifiesta y ahora estamos viviendo por la evidencia de la Tierra Nueva, (Viviendo por la evidencia de la Tierra Nueva, y cuál es la evidencia de la Tierra Nueva por la cual estamos viviendo?) Amén, el Hijo del Hombre.” (¿Cuál es la evidencia de la Tierra Nueva? el Hijo del Hombre. Y dice:) Estamos viviendo por la evidencia de la Tierra Nueva.” (Estamos viviendo por ¿quién? Por el Hijo del Hombre. El dijo: “El que no coma mi carne y beba mi sangre no tiene vida,” ¿Ve? Entonces para vivir hay que comer la carne, la Sangre del Hijo del Hombre. Entonces usted puede ver que vivimos por la evidencia de la tierra nueva. El es el que nos mete a la Tierra nueva. ¿Quién? El Hijo del Hombre.

Ahora, estando en la Tierra Nueva, entonces miramos para atrás a la Segunda Dispensación y nos preguntamos: “Bueno, y de la Segunda Dispensación, ¿qué entra y qué no entra a la Tierra Nueva?” Y lo que entra, ¿cómo entra el bautismo en el Nombre del Señor en las aguas de la Palabra, en el Nombre Eterno del Señor, y en esas aguas hemos sido lavados nosotros; y en esas aguas serán lavadas las vírgenes fatuas. también los 144,000. Eso no lo digo yo, eso ya ustedes saben que lo he leído en otras ocasiones en los mensajes titulados “Revelación Capítulo Cuatro”, también entonces vemos que allí habrá adoración, ¿Cómo entra la adoración? Bueno, en la Segunda Dispensación usábamos el nombre temporero del Señor, el Nombre de redención, pero en la Tierra Nueva es el Nombre Eterno porque así será por toda la Eternidad. Por eso entonces hubo un cambio del Nombre temporero al Nombre Eterno, porque ese Nombre Eterno dice la Biblia; que el Señor recibió un Nombre Nuevo cuando El ascendió a los Cielos. Por lo tanto; cuando El regresa, cuando el Hijo del Hombre regresa, con Elías y Moisés, ahí viene el Nombre. En alguno de los Dos tiene que estar el Nombre, pues lo trae Elías. Moisés lo proclama, ¿ve?

Entonces encontramos que hay unas cuantas cosas, hay el orden de adoración. Ya vemos cómo es el orden de adoración, el Nombre que se usa y un sinnúmero de cosas que corresponden al orden de adoración del Nuevo Reino. Porque no estamos en el Reino de la Ley, ni en el de la Segunda Dispensación; estamos en la tercera, estamos dentro del Reino de Dios, entonces vemos que hay adoración. Vemos también qué puerta es la que se tenía que abrir para entrar a la tierra prometida? La puerta del Este, que es la puerta que está protegida o vigilado por el León de la tribu de Judá. ¿Por dónde viene el Señor? Por la puerta del Este. Bueno, vamos a dejarlo quietecito. ¿Y por dónde entonces entran los escogidos a la Nueva Tierra? Por la puerta del Este. Por la puerta del Este; por lo tanto, el Mensaje está por la puerta del Este, el Mensaje para entrar a la tierra prometida, a la Tierra Nueva en lo Espiritual y para pasar a la otra dimensión e irnos de aquí, el Mensaje está por la puerta del Este...

...El Mensaje es el mensaje de la puerta del Este, el Mensaje es el Mensaje del León de la tribu de Judá, el Mensaje es el Mensaje de Israel. Bueno, ese es el Este. Entonces, bueno, yo creo que el domingo vamos a tener que continuar. Empezamos a tocar sobre la Señal del Hijo del Hombre en el Cielo, solamente hemos tocado así. Hemos visto lo que ha pasado después de esa fecha para acá, pero yo pienso que el domingo, si el Señor nos ayuda, podríamos examinar un poquito lo que pasó allá arriba y lo que representó lo que fue visto allá arriba.

Bueno, pero vamos a seguir aquí, vean ustedes que después de la batalla que Abraham tuvo con aquellas naciones, y libertó a Lot, después de eso, cuando él venía de regreso de la batalla, fue que apareció Melchisedec, le apareció Melchisedec, que como sabemos ese era Dios en Su Cuerpo teofánico, y le apareció a Abraham cuando él regresaba de la batalla. También relacionado con eso nos dice en el Mensaje “La Más Grande Batalla”, y en otros Mensajes más nos dice que cuando nosotros regresemos de la batalla, nos encontraremos con ¿quién? Con Melchisedec, cuando regresemos de la batalla de las Edades de la Iglesia, cuando la batalla de las Edades de la Iglesia haya terminado, entonces nos encontraremos con Melchisedec, y entonces ya sabemos cómo Melchisedec habría de manifestarse en el tiempo final. Con Elías y con Moisés. Por eso el Mensaje “¿Quién Es Este Melchisedec?” ¿Ve? Eso es lo que está mostrando ahí, mostró quién era este Melchisedec allá, era Dios en un cuerpo teofánico, pero después mostró cuando Jesús en el tiempo de Jesús, mostró quién era este Melchisedec en el tiempo de Jesús, era ¿quién? Era Dios teofanía velado en carne humana, era Dios hecho carne, era la Palabra, y la Palabra es la teofanía, ¿ve? En el principio era la teofanía y la teofanía era con Dios y la teofanía era Dios, ¿ve? Aquél que le apareció a Abraham, porque aquel era un cuerpo de la Palabra, entonces era Melchisedec en carne humana, luego cuando apareció Elías, pues era Melchisedec pero en carne. Ahora, no con el cuerpo teofánico, era velado en carne humana, y así sigue hacia adelante y con Moisés será la misma cosa. Ahora, vean ustedes que Melchisedec le aparece a los escogidos cuando la batalla de las Edades de la Iglesia ha terminado y entonces le apareció allá en el área que tenía que aparecer, y apareció como rey de Salem, como Rey de Jerusalén, ¿ve? Le apareció como rey y como sacerdote; era rey y era sacerdote -las dos cosas- Ahora, recuerde que el Señor tiene dos ministerios que El lleva a cabo: Sacerdote primero y Rey después. Como Sacerdote apareció en carne humana y fue conocido por el Nombre de Jesús, como Rey de Salem aparece con Elías y Moisés. Entonces le apareció allá para recibirlo y entonces Abraham le dio los diezmos a Melchisedec y encontramos que dice que Leví diezmó a Melchisedec cuando Abraham diezmó, porque Leví estaba en los lomos de Abraham. Y ¿qué era lo que daba Leví? El diezmo de los diezmos. ¿Ve usted? Bueno, eso nos muestra que conforme a la Palabra que Melchisedec le aparecerá con Elías y Moisés a los escogidos en el último tiempo, y así como fue allá, será acá, entonces encontramos que... vea usted, las ofrendas y los diezmos siguen hacia adelante en la Tierra Nueva, también siguen adelante. Ahora encontramos que el orden del Nuevo Reino ahí lo vemos, el orden del Nuevo Reino, vimos a Melchisedec saliendo al encuentro de Abraham, y es Rey de Salem, saliendo como Rey de Salem y entonces lo vemos tomando los diezmos de Abraham y a la misma vez Leví diezma ahí, o sea; un por ciento de lo que dio Abraham, un por ciento, el diez por ciento era Leví, o era la parte de Leví, porque esa es la parte que Leví entonces da.

Ahora, déjeme ver por aquí, en la Tierra Nueva sí va a haber diezmos, página 59, no quiero leer mucho ya que en esta noche estamos comenzando, pero estas cositas deben ser puestas claras en su sitio, página 59 del Mensaje titulado: “El Futuro Hogar De La Novia” párrafo 30 dice:

Las hojas serán para la sanidad de las naciones, quiere decir los reyes que viven ahí traen adentro su honra. Cuando ellos traen su honra adentro y la ponen delante del Trono de Dios.” Delante del Trono de Dios, igual como el exterior de las doce tribus trajeron adentro cada una de ellas un décimo para Leví, bien, cuando ellos traen su honra adentro de la tierra bendita y que ellos tomarán el árbol de la vida, tomarán una hoja de acebo, una hoja del árbol de la vida y saldrán juntos, no habrá más guerras, todo es paz, las hojas son un recuerdo para la sanidad de la nación.

Bueno, ya ustedes ven ahí que allá existirá el diezmo, para poder existir allá, tiene que ser establecido acá. Ahora vemos entonces que, fíjese, ahora vamos a ver una cosita, déjeme ver dónde se la consigo, y ahora va usted a entender el por qué de esto, página 62 y 63. ¿Usted nunca ha visto a un profeta contristado? Vamos a verlo aquí. Contristado y un poco enojado, y saber que no le podía explicar, página 62 y 63 de “Preguntas y Respuestas No. 3" dice así:

Yo cuando me dijeron que tenía que aceptar cien dólares semanales de esta iglesia por sueldo, claro, parecía matarme, ahora sé que la señora Wilson y probablemente su hijo y aquéllos aquí sentados se acuerdan hace 17 años prediqué aquí y nunca en mi vida tomé un centavo, cada dinerito, todo lo que podía hacer, lo invertía en ella misma, (la misma iglesia, o congregación o tabernáculo.) ¿Ven? Y cuando me dijeron que tenía que aceptarlo para así poder estar en estos servicios, cómo me estropeó, ¿ven? (Claro que creo que está bien, ahora óiganlo.) Yo no quiero nada, ningún dinero, la única cosa que quiero es tu amistad y el favor de Dios con nosotros. “

Bueno, miren, no se había sentido triste ni en esa forma hasta que le dijeron que tenía que recibir de sueldo cien semanales. Bueno, cualquier persona en aquel tiempo, imagínese, por allá del 63 o del 64 o del 65 para atrás, cien para un ministro era una cosa bastante buena, ¿verdad?, y él en vez de sentirse contento, se contristó porque ellos no se daban cuenta que Elohim estaba apareciendo en carne humana a los hijos que venían de la batalla de las Edades de la Iglesia, y las Edades estaban concluyendo, habían concluido, y ahora Melchisedec aparece en carne humana en Elías, y en vez de hacer lo que Abraham hizo, le van a poner un sueldo, ¿ve usted? Le van a poner un sueldo en vez de poner las cosas como Abraham hizo y las puso en sus manos, y entonces ahí Leví estaba diezmando también allí. ¿Saben ustedes, que todos los ministros cuando estaba Elías, sabiendo que la manifestación de Dios que había en él, era la primera parte de la Segunda Venida del Señor. Melchisedec, sabiendo eso, todos los ministros estaban llamados a diezmarle a él? De todos los diezmos que entrasen en la congregación, enviarle el 10 por ciento a él? O usted cree que él se puso así de esa manera, así porque sí, cuando le están dando cien dólares, pero no le pudo hablar muy claramente, no estaban preparados para eso porque solamente cuando entrásemos a la Edad del Reino, cuando entrásemos a la Nueva Tierra y las puertas se abriesen, y entrásemos, entonces eso sería establecido en la Edad de la Piedra Angular, lo veríamos claro y no habría ningún problema. ¿A cuántos ministros nos hubiera gustado haber vivido en esos días con los ojos abiertos como los tenemos hoy para entonces hacer llegar hasta sus manos lo que sabemos que debía llegar a sus manos? Bueno, entonces de lo que entrase a él, entonces le debía ser colocado en sus manos el diez por ciento, o sea, en palabras más claras; de las entradas él debía tomar el diez por ciento, pero y ¿cómo lo iba a hacer? Cuando la congregación debió de haberse dado cuenta de eso, y de lo que entrase, bueno, aquí está el diez por ciento, ¿de quién es? De Elías. Pero le pusieron cien semanales. Podía ser que el diez no llegara a cincuenta, pero eso era lo que debía ser y de esa manera era que debía ser. ¿Ve? Y si debía de ser de esa manera, entonces él estaría conforme aunque fueran 25 semanales. No podía ser otra cosa.

Bueno, usted piensa que él nunca trató de hacerlo, sí, él trató, pero nunca se dieron cuenta, ¿quiere que se lo busque? Déjeme ver por aquí, -(está sonando por ahí una grabadora o algo)- Vamos a buscar por aquí en el Mensaje “Preguntas y Respuestas”, libro 2, página 36 y 37. Vamos a leer la 37, una partecita ahí nada más. ¿Lo quieren ver ustedes a él cogiendo el diez por ciento como le correspondía?

Cuando en el capitulo 7 de Hebreos cuando Abraham regresaba de la matanza de los reyes, encontró a Melchisedec y le pagó un diezmo, aquel era Melchisedec, rey de Salem lo cual es rey de paz, y rey de justicia que no era otro sino el mismo Dios, ¿ven? Pero cuando tú pagas diezmos, realmente adonde debes los diezmos es donde obtienes tu alimento: “Traed todos los diezmos a mi alfolí, dice el Señor, ¿es eso correcto? ¿Es eso cierto? Y probadme ahora en esto dice Dios, si no os abriré las ventanas de los cielos y derramaré sobre vosotros bendiciones hasta que sobreabunde.” Hay una bendición ahí, Malaquías 3-10. Reto a cualquier hombre o mujer que no sea un diezmador a aceptar esto, puedo permanecer aquí hasta la madrugada sólo contándole qué sucedió cuando vi eso, y en qué condición me encontraba, pero tan leal como jamás pude, pagué los diezmos y cuando cogía mi propio dinero de la iglesia aquí o de mis campañas, cogería mas daba un décimo, entonces lo daría, a ministros y daría el resto de ellos a los ministros, pues cuando no podía hacer eso, entonces la cosa que hacía, retenía el diez por ciento y a Dios daba 90. (¿Qué está haciendo ahí? Tomando el diez por ciento, tomando un diezmo o el diezmo y entonces dice que el 90 - déjeme seguir aquí, entonces después tuvo otro problema, usted sabe, después de eso fue que vino el problema de que le pusieron un sueldo por causa también de las leyes, según las leyes, pues no podía seguir haciendo eso, no podía seguir haciendo lo que realmente por la Palabra se debe o se debía hacer, y el pueblo, pues no entendía eso. Ahí sigue diciendo:

Y luego cuando la ley me dijo que no podía hacerlo, y si lo hacía todo sería cargado a ello, luego tuve que tomarlo y pasarlo a misiones extranjeras y así sucesivamente y entonces sólo tomar un salario de eso de cien semanales y pagar, y de eso pago mis diezmos, sí señor, yo creo en pagar diezmos, y es una de las bendiciones de Dios que han sido probadas ser una bendición. Usted dice: “Eso es del Antiguo Testamento”, lo es también del Nuevo Testamento, sí señor.” (Lo es de la primera Dispensación, de la Segunda, y como les leí ahí, en la Tercera también está, ¿ven?

Ahora, vemos entonces, si el pueblo se hubiera dado cuenta lo que había en Elías, realmente se hubiera dado cuenta por qué él tomaba el diez por ciento, ¿ve? Entonces él tomaba el diez y lo hacía de esa manera, y entonces ya usted puede ver cómo él se movió. Ahora vemos en el tiempo de Elohim apareciéndole allá a Abraham, Elohim recibió los diezmos de Abraham y también Leví diezmó, eso muestra que en el tiempo de la aparición de Melchisedec con Elías y Moisés, habrá un tiempo cuando se entra a la Edad del Reino en que sabremos cómo deben ser y cómo deben funcionar las ofrendas y los diezmos. Y sabremos entonces que estaba incorrecto ponerle un sueldo a Elías, como también lo estará cuando aparezca Moisés. Más bien él debía depender y dependía de las ofrendas y de ese por ciento también era la otra parte que él estaba para depender y así debe ser cuando vuelva la Palabra a cumplirse, o sea, la segunda parte de la Venida de] Señor. Debe depender del diezmo de los diezmos y de las ofrendas voluntarias que alguien pueda o desee traer, o entregar.

Bueno, ya entonces vemos, entonces cómo es el Orden del Nuevo Reino y que es establecido primero aquí como vimos en la Palabra del Señor y todo eso tiene que moverse de esa manera. Quizás usted hubiera pensado: “Pero es que el hermano Branham salía mejor recibiendo un sueldo.” Aunque saliera mejor, la forma mejor era la que está ahí en la Biblia. Entonces aunque fuera poco o no diera casi, la forma de Dios era la mejor. Así él deseó vivir de esa manera, hasta el gobierno trató de estorbarle eso, pero bueno, sabemos entonces que cuando venga Moisés, él tratará de hacer lo mismo que hizo Elías y de seguro él va a brincar por encima de cualquier barrera y aunque no tenga lo suficiente, no reciba lo suficiente, él recibirá solamente lo que debe recibir. ¿Ve? Entonces vemos cómo será el orden establecido en el Nuevo Reino, vemos que estas cositas así como fue establecido el Nombre Nuevo, luego el uso del Nombre, han venido viniendo de parte del Señor las cosas que tienen que ser establecidas en el orden del Nuevo Reino y aunque de momento uno vea las cosas como que uno no las puede entender de momento, a medida que pasa el tiempo, después uno lo va entendiendo mejor, ¿ve? Entonces, esto pues, es conforme a la Palabra y dice que el noventa por ciento lo pasaba a las manos de ministros, ¿ve?, y de misiones de afuera, o sea para el trabajo que se llevaba a cabo, pero él se quedaba con el diez por ciento y yo creo que la misma cosa debe ser hecha en este tiempo conforme a la Palabra del Señor. El diezmo corresponde a los ministros del Señor y ellos deben recibir la cantidad para su uso personal, la cantidad que necesiten de ahí, y luego el resto entonces colocarlo en la obra como ofrenda, no como diezmo, porque los diezmos nunca se pueden usar para otra cosa sino para ministros, es la parte de los levitas. La parte de los levitas es los diezmos, y el diez por ciento de ellos es la parte que le tocaría a Elías si estuviera Elías y es la parte que le tocará a Moisés. Eso es conforme a la Palabra aunque parezca poco, una cantidad muy poca, muy pequeña, pero con todo y eso, es conforme a la Palabra, y el resto de los ministros entonces reciben conforme a su necesidad y el resto se usa, sale como diezmo y después lo que no -bueno se cubren las necesidades de los ministros y luego se coloca como ofrenda y se usa en la obra del Señor y en las cosas que haya: necesidad. De otra manera el diezmo no puede ser usado en ninguna otra cosa, para poderse usar ese dinero tiene que salir de las manos de los ministros y después regresar como ofrenda para poderse usar dentro del pueblo del Señor en cualquier otra cosa que no sea para el sostén de los ministros, de los levitas.

Bueno, yo creo que esta es una cosa sencilla en esta noche, muy sencillo pero muy importante porque así será en el Milenio, así será en la Eternidad, así será allá, pero acá es establecido como será allá.

Bueno, imagínese si Leví allá, si Abraham diezmó a Melchisedec, el pueblo del Señor acá lo haría también. Si Leví diezmó a Melchisedec, el pueblo acá lo haría también, cuando apareciera con Elías y Moisés. Bueno, es la única forma para poder ser hecho.

Tenemos muchísimas cosas aquí en esta noche para hablar acerca de la aparición de los siete ángeles allá arriba, bajaron y después se llevaron a Elías, ellos se lo llevaron en teofanía, en su cuerpo teofánico, porque todos estaban en cuerpos teofánicos, todos estaban en cuerpos teofánicos. Entonces dice el hermano Branham que cuando esos siete ángeles, él dice que bajaron siete ángeles adonde él estaba, siete ángeles y él son ocho. El dice: “Son los siete ángeles que bajaron y me arrebataron, entonces cuando fue tomada la fotografía cuando ya estaba allá,” ¿cuántos habían? Pues habían ocho, pero ocho, y él dice: “Ellos representan, ellos son los ángeles de las edades, ellos representan a los escogidos,” y dice que nosotros fuimos representados allí, y usted dice: “¿Y por qué aparecieron ocho? ¿Por qué hay ocho allí cuando son siete nada más en las Edades de la Iglesia?” ¿Por qué? Bueno, ¿sabe por qué aparecieron ocho? Porque son siete ángeles en las Edades de la iglesia, pero después de las Siete Edades de la Iglesia, de la Séptima Edad viene la Edad Eterna -que es la Edad Octava- y la Edad octava tiene un Mensajero Eterno, ¿ve?

Entonces, aquí ya estoy terminando, esto, pues, que sirva de introducción para el domingo en donde si el Señor nos guía, pues, tendremos algunas cositas más. El dice que los ángeles le arrebataron y se lo llevaron con él. Ahí tiene algo muy importante que usted debe entender.

Ahora vamos a ver: fueron los siete ángeles los que cada uno lo agarró y se lo llevó, o fue el primer ángel, o fue el segundo, o ¿quién de los ángeles fue el que lo llevó? Vamos a investigar eso. Si él nos dice; porque él fue el que tuvo la experiencia, si él nos dice pues vamos a saber cómo fue la cosa. Dice, página 468 y 469 (Sellos) dicen:

En eso me sentí casi fuera de mí. Ustedes dos se acuerdan, y estaba en el Oeste, y los ángeles estaban viniendo hacia el Oriente. (¿Para dónde iban los ángeles? Para el Oriente, y el Oriente es el Este, y el Este es Israel, Palestina.) “Y cuando llegaron donde yo estaba fui levantado para estar con ellos, ¿se acuerdan que estaban viniendo hacia el Oriente? Y el hermano Sothmann aquí sentado hoy es testigo y también el hermano Norman. Yo por poco le persuadía a que se quedara para hallar aquel animal; -estaban cazando- ¿Es correcto, hermano Sothmann? Allí lo ven ustedes; pero El ya me habla dicho que no lo haría. No lo dije más, seguidamente entonces estábamos sentados al lado de la carpa, aquel día cuando usted hermano Sothmann, ¿se acuerda?, que unas cosas estaban siendo reveladas, y en eso les hice jurar a ustedes dos, ¿dónde está el hermano Sothmann? Allí está; les hice jurar que no mencionara lo que estaba sucediendo, ¿es correcto? Entonces di la vuelta y me fui de la carpa, ¿es eso correcto? Fue porque esto era lo que estaba sucediendo, fue exactamente lo que era, y sabiendo que no podía decir nada, hasta que ya hubieran sucedido, y ver si la gente lo estaba entendiendo o no, ¿y notaron que dije que uno de los ángeles era muy raro ? Uno de los ángeles era muy raro. Me pareció muy distinto a los demás... estaba en una constelación con tres a cada lado y uno arriba, y el que estaba a mi lado contado de la izquierda hacia la derecha ese seria el séptimo ángel, él era más brillante y significaba más para mí que los demás, le dije que tenía el pecho así robusto y estaba volando hacia el Oriente, le dije también que me levantó, me alzó. (¿Quién? Ahora vemos cuál fue el ángel que lo levantó, el ángel ese robusto fue el que lo levantó el ángel, ese, el séptimo de los siete que le aparecieron, el séptimo fue el que levantó a Elías. Ahora entienda bien, ellos estaban en cuerpos teofánicos, también entiendan que el hermano Branham fue levantado, él dijo: “Salí de mí.” Fue raptado, fue levantado, esto en palabras sencillas, él fue trasladado allá en su cuerpo teofánico. Usted sabe que para un profeta no es ningún problema pasarse de un cuerpo a otro, él estando así lo más tranquilo, pasaba al otro cuerpo y veía cosas, y hablaba cosas, así es que no había problema para él, bueno, entonces dice que uno de ellos fue el que lo levantó. él dice:) “Y el que estaba a mi lado, contando de izquierda hacia la derecha, ese sería el séptimo ángel, él era más brillante y significaba más para mí que los demás. Le dije que tenía el pecho así robusto y estaba volando hacia el Oriente.

Fíjese, los mensajeros estaban allí, entonces llevaban un vuelo hacia el Oriente y entonces vemos que el Tenla que iba hacia el Oriente era ese Angel, y con él iban los otros ángeles hacia el Oriente, para qué va para el Oriente? Es el Angel que va para el Oriente, es el Angel Mensajero que va para Israel, ¿ve? Entonces viene del Occidente para el Oriente, ¿ve? Entonces va con el Mensaje que lleva desde el Occidente para el Oriente, es el Angel Mensajero que levanta a Elías, lo levanta y lo coloca allá arriba en la constelación, él dice: “Estaba a mi lado,” él dice que estaba, déjeme ver, dice: “Ahora, aquí está, era el que tenía el Séptimo Sello, lo cual he mantenido como una pregunta en mi vida, toda mi vida.” (Bueno, déjeme ver por aquí por otro lugarcito más, aquí en la página 473 dice:

Yo estaba parado allí y dejó de sonar la explosión y yo estaba mirando hacia el Occidente y ellos llegaron y me arrebataron al aire y entonces yo estaba fuera de mí.” (¿Ve que estaba fuera de él? Así como cuando pasó a la sexta dimensión, y vio a los escogidos allá, estaba fuera de él y el cuerpo acá estaba acá.) “Entonces yo estaba fuera de mí, el ángel que me parecía ser tan extraordinario, estaba a mi izquierda donde yo entré a la constelación, pero contando de izquierda a derecha, él hubiera sido el séptimo ángel. Ahora, recuerden los siete mensajeros.'

Ahora fíjese, encontramos a Elías al lado de otro ángel allá. Elías dice: “Ese otro ángel estaba a mi izquierda.” ¿Ve? Entonces sabemos cómo es que el Señor habría de venir en gloria. ¿Cómo habría de venir? Con Moisés y Elías, o con Elías o con Elías y Moisés, uno a cada lado, uno a la derecha y uno a la izquierda, entonces Elías estaría a un lado y al lado de Elías, al otro lado estaría ¿qué? El otro Mensajero, porque allí, bueno, déjeme ver dónde fue que yo les leí, ajá, dice:

Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el Cielo, y entonces se lamentarán todas las tribus de la tierra y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre la tierra, viniendo sobre las nubes del Cielo con poder y gran gloria y enviará a sus ángeles con gran voz de trompeta y juntará a sus escogidos de los cuatro vientos desde un extremo del cielo hasta el otro.”

Mire, allí estaban los mensajeros de las Edades de la Iglesia, pero estaba también el Mensajero de la Edad de la Piedra Angular, y dice que él, cuando la señal del Hijo del Hombre aparece en el Cielo, ¿qué hace el Hijo del Hombre? Envía a sus mensajeros, envía a Elías y Moisés. Allí está, ¿cómo aparecería el Hijo del Hombre? ¿Glorificado? Aquí lo dice, dice: “¿En qué forma viene el Hijo del Hombre ahora? Y primero aparecerá, será Moisés y Elías. Ahora fíjese, antes que Jesús vuelva a la tierra, ahora poco antes de tiempo, pero el Espíritu de Elías volverá a la tierra, y tomará los corazones de los hijos a los padres, la Biblia lo dice, Jesús lo vio aquí, los apóstoles lo vieron aquí, el orden de la venida del Hijo del Hombre glorificado. El será glorificado y volverá. La primera cosa antes que lo vieron, ¿qué era? Elías, luego Moisés, Israel volviendo hacia allá. Los guardadores de la Ley. Y luego el Hijo del Hombre glorificado, aleluya, ¿ve el orden de Su Segunda Venida?

Entonces vemos que el Hijo del Hombre vino, ¿ve? Entonces vemos que la Señal del Hijo del Hombre apareció en el Cielo y vemos que allí aparecieron los mensajeros de las Edades de la Iglesia y allí estaba también el de la Edad Eterna, que fue ese que él dice que era el más brillante de todos, el cual lo levantó allá arriba a la constelación. Ese es el Mensajero que levanta a Elías siempre, ese es el que lo coloca allá arriba, ese es el que levanta a Elías y lo identifica como la persona en la cual la primera parte de la segunda venida se cumplió, ese es el Mensajero que lo levanta en alto y lo coloca en esta constelación de ángeles. No es ninguno de los otros **ángeles de las edades pasadas, es el ángel Mensajero de la Edad de la Piedra Angular el cual levanta a Elías, ¿ve? Ahora, él dice que nosotros fuimos representados allí, ellos nos representaron a nosotros allí, representaron a todos los escogidos allí, nosotros fuimos representados allí en aquellos mensajeros. Ahora, vea usted que uno de ellos es que levanta a Elías y Elías fue levantado por uno de aquellos ángeles arriba, por **lo tanto; eso muestra que los escogidos de este tiempo final que viven, que son representados por Elías serían levantados a la Edad de la Piedra Angular por el mismo que levantó a Elías, quien subió a Elías, subiría a los escogidos de este tiempo a la Edad de la Piedra Angular. A esa Edad de Piedra Angular, a esa constelación. En donde allí todo era algo glorioso. ¿Ve? Allí él dice que allí le revelaron los Sellos, ¿dónde? Allí en ese lugar, también dice que allí estaban todos ellos y ellos eran los que tenían cada uno de los Sellos. Así es que vemos la hora en que estamos viviendo, vemos el tiempo grande en que nosotros estamos, y yo podría decir algunas cositas aquí, pero así como a los de Ponce no pude, cuando estábamos predicando allá en Ponce el domingo pasado no pude, pero algún día ustedes sabrán -en el 1963, para esa fecha que aparecieron los siete ángeles, para la fecha en que los Sellos estaban siendo revelados, ustedes sabrán algo muy importante; pero ya estaremos un poco maduros cuando lo sepamos y entonces sabremos. Yo no sabía estas cosas, pero el Señor me estuvo mostrando sobre estas cosas, cómo pudo ser posible que el Mensajero de la Edad de la Piedra Angular fuera el Mensajero que levantara a Elías allá arriba en esa constelación y todos estaban en cuerpos teofánicos. Bueno, la explicación más sencilla es que no tenía que estar el cuerpo de carne del Mensajero de la Edad de la Piedra Angular, sino que el cuerpo teofánico era que estaba allí. Y en el cuerpo teofánico no hay límite, ¿ve? El cuerpo de carne puede, el hermano Branham dice que cuando él pasó a la Sexta Dimensión el cuerpo de carne estaba ...-(Interrupción en la cinta - Editor)- ...pues claro que sí, por lo tanto, no hay ninguna cosa imposible para que el Mensajero de la Edad de la Piedra Angular estuviera allá en cuerpo teofánico para levantar a Elías con él. Y por lo que hemos visto ahí el que estaba al lado de Elías era ese Mensajero. ¿Ve usted? El que le puso allá arriba. Bueno, y ese era el que tenía el Séptimo Sello, ese era el que tenía la Revelación del Séptimo Sello, porque dice el hermano Branham, dice que ellos le revelaron cada uno de los Sellos Dice que después allá cuando estaba en el cuartito dice, él dice: “Y Dios permitirá que esos mensajeros vengan y nos den a conocer, revelen cada uno de los Sellos, porque a cada uno le toca un Sello. ¿Ve?

Entonces ya vemos; entonces el Mensaje del Séptimo Sello ya vemos quién lo tenía y quién lo predicaría, o sea, cuál es el Mensaje del Séptimo Sello ya vemos quién lo tenía y quién lo predicaría, o sea, ¿cuál es el Mensaje del Séptimo Sello? ¿Qué es el Séptimo Sello? La Segunda Venida del Señor. ¿Qué es el Mensaje del Séptimo Sello? El Mensaje que proclama y señala la Segunda Venida del Señor con Elías y Moisés. ¿Y ese Mensaje lo tenía qué? ¿Lo tenía quién? El Mensajero que levantó a Elías allá arriba, que es el mismo Mensajero que nos tiene que levantar a nosotros a la Edad de la Piedra Angular. Y entonces él le mostró el Mensaje del Séptimo Sello, porque ese era el Mensaje más importante, y Elías supo cuál era ese Mensaje y él trajo la revelación, Elías trajo la revelación, pero no abiertamente, no abierta al público. ¿Ve?

Pero cuando El apareciera, él la traería abierta al público. ¿Ve? Así como se le abrió a Elías se le abriría esa revelación a los escogidos que serían levantados como fue levantado Elías allá arriba a esa pirámide, entonces los escogidos al ser levantados arriba a la Edad de la Piedra Angular, ahí entonces sería ¿qué? le sería dado a conocer públicamente a los escogidos el misterio del Séptimo Sello, por eso dice: “Sube acá y yo te mostraré las cosas que han de ser después de estas.” Entonces, ¿ve usted la hora en que estamos viviendo? Todo es tan sencillo que si uno no vigila por causa de la sencillez, nunca verá la segunda venida del Señor con Elías y Moisés. Y como vemos fue vista la Señal del Hijo del Hombre, allí estaban todos, allí estaban conforme a como nos dice Elías, él dice: “Yo estaba allí, pero conmigo habían siete,” ¿Ve usted? Así es que siete y Elías ocho, ¿cuántos mensajeros hay? En las Edades siete, y el de la Edad de la Piedra Angular ocho. ¿Ve usted? Entonces vemos que no es un cuento de camino, no es un cuento místico, sino que es una realidad lo que ahí está hablado, Ahora, usted no se podrá quizás explicar como dice el hermano Branham que habían siete Mensajeros y él estaba allí también, entonces el problema era; bueno, ¿quién sería el número ocho entonces? O si no pues dejamos siete nada más. No podían ser siete, sino que él dice que habían siete y él ocho, y el número siete era el más brillante y era el que tenía el Séptimo Sello, y era el que estaba mirando hacia el Oriente, vea, tenía el Séptimo Sello y mirando hacia el Oriente, imagínese usted el mensajero que le lleva el Mensaje al Oriente, a Israel, a los 144,000. ¿Ve usted lo sencillo que es todo esto?

Ahora, sabemos que han aparecido muchas personificaciones, han aparecido muchos Elías, han aparecido muchos Moisés, por ahí han aparecido muchos octavos ángeles, pero sabemos que cuando hay algo genuino, tiene que haber algo falso que trate de opacar la verdad que hay para el pueblo de Dios.

Bueno, la primera vez que después de tanto tiempo eso ahí, ahora recordé esto, la primera vez que lo usaremos.

Bueno, las falsificaciones se pueden hacer más grandes y verse más grandes que lo real, bueno, entonces, déjeme ver por aquí, el de cien no lo podré enseñar, -pero el de cien no, pero déjeme ver si el de diez lo puedo conseguir, por aquí vemos un billete que es grande, ¿verdad? Es muy grande ese billete. Oh, y se ve muy maravilloso, vamos a ver por aquí, se ve muy grande y muy maravilloso y usted si puede ver ese billete tan grande bueno, con todo y eso es un billete falso. Pero si usted puede ver este billete falso, usted tiene que saber que hay un billete genuino de diez dólares, que es hecho y que existe conforme al orden del gobierno que lo produce, entonces mire qué pequeño es al lado de este. Oh, el que no sabe dice, dame ese grande, pero el que sabe, dice: “No, dame el pequeño, con el grande -con el grande no hago nada, con ese pequeño es que yo puedo hacer algo.” ¿Ve? Entonces, bueno, aquí también tenemos uno de cien dólares, se ve grandecito también, pero sin embargo el de cien es de este tamaño, pero tiene un cero más y tiene otra cara ahí. Ahora mire. aquí tiene la cara de Hamilton, el de diez, aquí la tiene también, la tiene, es una copia, es una falsificación al de diez, a la falsificación de diez no le pusieron a Washington, porque entonces ni se parece, ¿ve usted?

Cuando Dios promete algo, cualquier falsificación viene usando la misma cara. Si Dios promete que va a enviar a Elías, aparecen muchos Elías, ¿ve? La misma cara, diciendo que son Elías, si Dios promete que va a enviar a Moisés, aparecen muchos diciendo que son Moisés, la misma cara, ¿ve? mostrando la misma cara, no dicen que son Noé, porque quién va a ser engañado por eso. ¿Ve?

Entonces, cuando Dios promete algo, Dios lo va a cumplir, pero las personificaciones se ven bien grandes, oh, pero usted enseguida se da cuenta si usted conoce lo genuino, usted entonces sabe lo que es una falsificación. Si usted no conoce lo que es genuino, usted nunca sabrá lo que es una cosa falsa, porque el -lo que es falso en algo, hay algo que no cuadra, hay algo que no cuadra. Fíjese, cuando usted dice: “Un billete de mil, qué cosa grande es esa.” Sin embargo el tamaño es igual que este, ¿ve?

Entonces quizás una persona que no sabe de eso está buscando un billete grandísimo, más grande que aquel, pero no, no, eso es una falsificación. Entonces cuando Dios dice que va a enviar algo grande, algo importante, ¿ve? Cuando El dice: “Voy a enviar algo importante, sin embargo es igual a todos los demás, como Elías, como Moisés, como Noé, como Jeremías el profeta, como todos los demás, cualquier profeta que Dios promete que va a enviar. Pero en lo grande, en lo que tiene que ver es el número que trae, ¿ve? es el número que trae, ¿ve? Entonces el primer Elías pues trajo el número uno, después el segundo Elías era un doble ministerio, ¿ve? Un numerito mayor, pero el quinto, pues ya tiene un número más grande, pero el tamaño es lo mismo, es el mismo ministerio; pero en la quinta ocasión -y viene acompañado con Moisés.

Bueno, entonces fíjese, esas cositas uno las debe vigilar porque las falsificaciones, en algo uno descubre, uno descubre en algo dónde está la cosa falsa, quizás en el tamaño, o quizás en alguna cosita, quizás en el papel, la clase de papel. Bueno, la clase de papel tiene que ver mucho también en eso. También en lo que está escrito ahí, por lo que está escrito usted sabe, y por último, para ir más a la segura, métalo debajo de la luz violeta, una luz como violeta que hay, métalo debajo de la Luz de la Palabra prometida para este tiempo, métalo ahí debajo y chequéelo con lo que dijo Elías y usted sabrá cómo es que habría de venir lo que El prometió; y entonces no fallará, es tiempo de estar examinándolo todo y reteniendo lo genuino.

Bueno, en esta noche pues, hemos hablado bastante el culto número cuarenta y uno (41). Bueno ese cuarenta y uno como que está por muchos sitios, el cuarenta y el cuarenta y uno son dos números muy importantes, el hermano Branham, cuando subió al Monte Limón, al Monte Limón, él subió allá arriba y tuvo que caminar de Tucson hasta allá arriba. Eran cuarenta millas, millas me parece dijo aquí -cuarenta millas. Bueno, después de caminar las cuarenta millas, después fue que encontró algo más que él deseaba encontrar, usted sabe, después del cuarenta es que está lo bueno, después del cuarenta es que está lo bueno, y yo creo que nosotros estamos en esta noche entrando a algo muy bueno de parte del Señor. Creo que estamos entrando ya a lo último en donde lo último que falta de encarnarse en cada uno de nosotros pues va a encarnarse.

Estamos saliendo del cuarenta y estamos en el cuarenta y uno, del cuarenta pasamos al cuarenta y uno y, bueno, los números de Dios; pues son muy importantes en esta hora en que nosotros vivimos. Lo que pasa es que tenemos que dejar que el Señor sea el que nos enseñe numerología de álgebra que es la álgebra de El para que pueda cuadrar y cumplirse como El ha dicho en Su Palabra, si no, pues fallamos nosotros. La Palabra no falla, los números están bien, todos ahí están bien, quienes fallamos somos nosotros en entender lo que está ahí escrito.

Bueno, esta es una hora muy importante, muy grande para nosotros, pero muy simple, muy sencilla, en la cual tenemos que estar vigilando, quizás usted y yo no sabíamos nunca las cosas que Dios estaría haciendo en este tiempo. Yo no lo sabía, usted tampoco, aun cuando para el comienzo que Dios me empezó a llamar, quise hacer las cosas de la manera correcta. No quise nunca ir a ningún seminario, a ningún instituto tampoco, más bien, cuando El me llamó al ministerio; una de las cosas que yo le decía era: “Si Tú me quieres usar, y quieres que yo predique, Tú me tienes que dar lo que yo voy a predicar, yo -no me gusta, no aprecio, y aborrezco los institutos y los seminarios, yo no quiero saber de eso. Si Tú quieres que yo predique, Tú me tienes que dar lo que sea; si no, yo no sé nada, así es que yo, aunque parezca pues locura, aunque parezca raro, con todo y eso, si El me lo da para predicar, lo predicaré y que El se encargue de vindicarlo. Porque El dice en Su Palabra, ahí El dice que tenemos -que hay que decir la verdad para El poderla vindicar. Por lo tanto, entonces en aquellos tiempos yo siendo un muchacho de 22 a 23 años, estuve muy inquieto por causa del llamado y sin saber predicar, nunca había predicado, pues estaba muy inquieto, usted sabe, y la persona de más confianza en esto para ayudarme en el ministerio era el hermano Candelario. Y yo le decía: “Hermano Candelario, el Señor me está llamando para que predique pero yo no sé predicar, y qué voy a predicar. ¿Cómo voy a empezar?” Entonces él me decía: “Bueno, Moisés hasta que no extendió la vara; el mar no se abrió. Así es que tienes que caminar para adelante, para que entonces...” si no entonces pues, esas palabras me consolaban mucho y me ayudaron mucho.

Entonces yo le dije: “Bueno, yo no sé predicar, no sé cómo hacer las cosas...”

...yo voy a irme con el Señor un tiempito, la primera vez me fui, quise estar un tiempo largo, pero no pude porque lo hice en mi casa, estar en un retiro con el Señor, pero con todo y eso; ya cuando salí de ahí le pedí al pastor de la Iglesia “Discípulos de Cristo” donde asistía, bueno, el Señor me ha estado llamando, y quiero empezar.

Me dijo: “Bueno, predícate un miércoles, ya que el miércoles pues, no viene mucha gente y así; pues, como tú nunca has predicado; pues más bien, si no sales muy bien, pues, no hay problema.”

Yo le dije: “No, no, no, El me está llamando a predicar y yo quiero predicar un domingo por la noche.”

El me dijo: “Pero es que tú no sabes predicar todavía; así es mejor que empieces un miércoles que no hay tanta gente y así...” No, no, yo quiero empezar un domingo y ya el Señor me ha estado dando sobre qué voy a predicar.”

El primer mensaje que prediqué a lo último pues... “Bueno, está bien.” El primer mensaje que prediqué fue Isaías, Capítulo 3, Isaías 3. Bueno, ahí es un mensaje un poquito duro, pero eso fue lo que El me dio. Y con eso pues empecé a predicar y yo no sabía cuánto tiempo iba a estar predicando. Y cuando terminé había predicado de una hora a hora y pico, y para mí fue una sorpresa, porque yo no sabía ni hablar delante del público, y vi que el Señor me ayudó. Luego después de eso pues seguí predicando así. Iba a cualquier iglesia, hablaba con el ministro para predicar y me daban para predicar y después, bueno, todavía no estaba satisfecho con la forma en que usted sabe, porque uno deseaba que Dios se manifestara más ampliamente. Me fui a un retiro por allá en el 63; ya no aguantaba más, y en el 63, por ahí en enero, a principios de enero, por ahí en el día de reyes, el día siete me parece que fue, pues me preparé toditas las cosas y el día siete me fui a un retiro. Le había dicho en esos días al hermano Candelario: “Bueno, hermano Candelario, yo me voy, me voy para un monte, no sé cuándo vuelva, me voy para allá y no comeré, estaré en un retiro con el Señor. Y él estaba muy preocupado ya que imagínese como ya ustedes saben, pues, el hermano Candelario cuando estuvo en Sabana Seca predicando en una de las campañas allá, el Señor me llamó a mí en una de esas campañas. Así es que ha habido una amistad muy estrecha entre nosotros dos.

Y yo era un muchachito para ese tiempo comenzando en el ministerio e irme así sin rumbo, para un monte, no sabía ni para cuál iba a coger, ni cuándo iba a regresar. Entonces pues, me imagino que él se preocupó en qué sería de mí, sin saber a dónde iba, y después cómo iba a regresar. Entonces él me dijo: “Bueno, yo tengo unos amigos por allá por Lares, así es que yo le escribo una cartita y tú se la entregas a ellos y ellos te dejaran ahí en la finca donde hay un monte.” Y allí entonces fui a la casa de ellos y me parece que fue el día siete de enero. Le entregué la carta a ellos, ya ellos iban a salir pero el Señor los aguantó un poquito y le entregué la carta y entonces dijeron que estaba bien. Y allí entonces me quedé ese mismo día y entonces me fui para el monte y en ese lapso de tiempo de enero, principios de enero; estuve por allá por Lares unos tres meses en lo que después, en el retiro y en lo que me recuperaba, estuve por lo menos de enero a marzo, todo ese tiempo por allá con el Señor y fueron grandes experiencias después de terminar el retiro, fueron grandes experiencias y maravillosas las que tuve de parte del Señor. Pero de ellas, pues, ahora es que estoy entendiendo algunas, y yo creo que en ese tiempo el Señor me ayudó en grande manera y ahora yo creo que es que estoy recibiendo.

Estamos recibiendo el beneficio de las cosas que el Señor quería hacer y que ahora es que las esta haciendo. Por supuesto, yo no fui con el propósito de ayunar o con el propósito de querer ayunar, sino más bien, fue el llamado que estaba sobre mis hombros y no podía resistir más y mejor para mí era morirme que seguir con esa carga si el Señor no hacía algo.

Bueno, y tenía que irme a encontrarme con El que me estaba llamando. Bueno, y realmente para mí fue de grande bendición esos días allá, quizás ustedes nunca, o nunca les había dicho estas cosas, pero ya yo creo que ustedes están maduros y que ahora ya también yo he madurado un poquito y puedo ver algo de las cosas que pudieron haber ocurrido en esos días quizás sin yo darme cuenta, ya que sabemos que el cuerpo teofánico de cada uno de los hijos de Dios está con uno y en algunos momentos uno puede ir en el cuerpo teofánico, salir del cuerpo teofánico, en cualquier momento que Dios desee llevar a uno.

A usted, a mí o a cualquiera, y yo no sabía de estas cosas, pero el Señor me estuvo mostrando en estos días, que algo pasó en esos días que yo estuve allá. Y el Señor me hizo saber, me ha dado a conocer en estos días que en esos días que yo estuve allá, tuvo que ver algo con lo que pasó en Arizona. Eso es lo que el Señor me hizo saber, yo le dije que yo no soy predicador, no he ido a ningún seminario, a ningún instituto a estudiar, sino que El me llamó, y yo le dije que lo que El me diera para predicar eso era lo que iba a predicar. Por lo tanto, tampoco puedo adornar mucho las cosas, sino ser sincero con ustedes, y por lo que El me ha estado dejando saber: en ese tiempo de la aparición de los siete ángeles allá y de la apertura de los Sellos, yo pude ver que fue el tiempo que estuve por allá por Lares. Consciente de qué pasó, supe que tuve en unas ocasiones unas cuantas experiencias, pero explicar eso para mí es difícil y fueron experiencias que yo supe que algo pasó, pero no podía explicar. Ahora es que el Señor me está permitiendo ver o entender algunas cosas y el llamado que el Señor me hizo para predicar. Cuando me llamó para predicar, fue por ahí por Ezequiel, capítulo 3 y capítulo 4. ¿Sabe lo que dice ahí? Ahí dice; déjeme ver si lo puedo conseguir, me parece que es el capítulo 4, un muchacho, pues usted sabe, no entiende algunas cosas, pero la cosa no es si entiende en ese tiempo. es si acepta o no acepta. Capítulo 3 y el capítulo 4 también, mire lo que dice el capítulo 3: “Me dijo: “Hijo de hombre, come lo que halles” come este rollo y ve y habla a la casa de Israel, y abrí mi boca y me hizo comer aquel rollo y me dijo: Hijo de hombre, alimenta tu vientre y llena tus entrañas de este rollo que te doy, y lo comí; y fue a mi boca dulce como la miel, luego me dijo: hijo de hombre ve y entra a la casa de Israel y habla a ellos con mis palabras, porque no eres enviado a pueblo de habla profunda ni de lengua difícil; sino a la casa de Israel, no a muchos pueblos de habla profunda ni de lengua difícil, cuya palabra no entiendas, y si a ellos te enviare, ellos te oirán, (¿cómo ellos te oirán?) Mas la casa de Israel no te querrá oir porque no me quiere oir a Mí, porque toda la casa de Israel es dura de frente y obstinada de corazón; he aquí yo echo tu rostro fuerte contra los rostros de ellos y tu frente fuerte contra sus frentes, como diamante más fuerte que pedernal, he hecho tu frente, no los temas, ni tengas miedo delante de ellos, porque son casa rebelde.” Entonces ahí pues sigue hablando y luego sigue en el capítulo 4, me parece, creo estar seguro que ahí fue donde el Señor me estuvo hablando en aquella ocasión; fue por allá por el 62 cuando empezaba a llamarme, bueno, más bien yo le dije amén.

Y ahora, pues voy entendiendo poco a poco la clase de llamado que El me hizo en aquel tiempo y con las cosas que tiene que ver y con el rollo que hay que comer. Eso también, ahí está por -yo creo que Apocalipsis 10, del 8 en adelante hay un rollo para uno comérselo ahí y ese fue el llamado para ese tiempo. Ese fue el llamado que yo acepté y por esa causa tuve que irme a buscar al que me llamaba.

Quizás después de eso; usted sabe, vinieron muchos personificadores yéndose a ayunar, yéndose de esa manera, ¿por qué? Bueno, imitando, pero busque todo los que hicieron eso; imitando después de ese tiempo después de eso, trataron de imitar, ¿pero adónde han llegado? No han llegado a ningún sitio.

Bueno, realmente fue un tiempo muy importante para mí, ese tiempo, y yo les hablo con confianza a ustedes sabiendo de lo que les estoy hablando, no porque yo sepa de mí mismo lo que les estoy hablando, sino porque El me ha hecho saber esas cosas y como es que El me ha hecho saber y le dije que hablaría lo que El me dijera que hablara a ustedes tengo que decirles. Y yo les digo a ustedes lo que usted no entienda, quédese calladito, váyase delante del Señor a orar porque quizás al principio usted no entendía lo del Nombre Nuevo, ¿verdad?, cuando se lo prediqué, pero ya lo entiende. No entendía lo de usar el Nombre, pero ya lo entiende, ¿ve? Así es que no vale la pena entonces hablar nada sino quedarse callado y lo que no entienda ahora lo entenderá después ya que el tiempo ya está terminando, ya se está encarnando en cada uno de nosotros las últimas cosas que se tienen que encarnar y luego usted va a ver a Israel recibiendo este mismo Mensaje que nosotros hemos recibido. Por lo tanto entonces todo es sencillo, ya vieron ustedes lo que pasó allá en la señal del Hijo del Hombre cuando apareció en el cielo, ya vieron ustedes ahí los ocho ángeles, ya sabemos como sucedió todo eso y ya los conocemos a todos ellos, los conocemos, sabemos quienes son esos ocho ángeles que estaban ahí y dice que fuimos nosotros representados allí. Bueno, si estábamos representados, allí, imagínese. Bueno, ¿cómo usted iba a estar en la edad de la Piedra Angular, si no estaba representado allí con el de la Edad de la Piedra Angular? Entonces nosotros fuimos representados allí. Entonces, por eso estamos aquí.

Bueno, vamos ya a terminar, yo creo que el Señor nos ha dado bastante en esta noche, bastante, y esto también es Palabra para encarnarse, si de momento no la puede ver, no la puede entender, tampoco la vaya a rechazar, porque entonces después más tarde no se puede encarnar, déjela quietecita y póngase a orar: “Señor, yo quiero que todo lo que es Tu Palabra se encarne en mí, Señor, ayúdame a ver este cuadro, ayúdame a ver todo esto para que se encarne en mí.” No se quede atrás, vaya delante del Señor en lo que usted no entiende.

Bueno, a medida que sigamos adelante entenderemos las cosas que no entendemos ahora, y El nos mostrará las otras cosas que debemos ver. En cuatro meses y pico que el Señor nos tiene bajo la carpa, hemos visto bastante. ¿Verdad? No habíamos visto todavía esto de esta noche, hoy el Señor nos ha permitido verlo. Fue en estos días que el Señor me lo mostró y enseguida se los tuve que traer, porque si lo dejo amontonar pues... ¿Cómo se va a encarnar en usted? Y si no se encarna en usted, entonces el Señor no me va a dar más cosas, que tiene que darme para traérselas a usted. Entonces me quedo yo con ella encarnada y me quedo solo con ella encarnada, y entonces no viene lo otro que tiene que encarnarse en mi, porque ya eso lo sé por experiencia; hasta que no digo lo que ya El me ha dicho para decir, no viene otra cosa ¿ve? Hasta que no le dije lo del Nombre Nuevo, no vino como usar el Nombre, o sea, no vino el usar el Nombre. Y hasta que no le dije todas esas cosas, hasta que les dije lo de la Venida del Reino, entonces ¿qué pasó? No vimos el cuadro de la hora en que estamos viviendo. Así es que, El sigue hacia adelante, y nosotros seguimos hacia adelante. Sabemos que hay cultos que se ponen un poco largos, pero hacerle competencia a ellos de estar más del tiempo que ellos estuvieron, pero sin quererlo, no fue que lo quise hacer, más bien fue que el día que salí, como salí de casa, entonces salí manejando el automóvil, ya iba en esa condición y entonces no quise contar ese día sino que quise contar desde el día que ya estaba allá, o sea, desde el día que iba a comenzar sin contar ese que ya había... sin embargo, ya estaba en retiro, entonces sin quererlo, sin yo contarlo, pero parece que Dios lo contó, porque después del cuarenta es la bendición, y es el tiempo de liberación, y es el tiempo de entrar a la tierra prometida.

Bueno, de esto, por supuesto no es para comentarlo, es la primera vez que yo lo hago saber así en público entre ustedes, que había estado en retiros así, pero ya que tenía que ver con el mensaje de esta noche fue que lo tuve que hacer dar a conocer, pero espero que ustedes lo guarden en su corazón, ya que esto no es para estar dándolo a conocer para estar anunciándolo al público, sino que es más bien para esta noche saberlo nosotros que estuvimos aquí, porque con eso más bien no vamos a buscar a nadie, es con la Palabra. Hubo un propósito en esos días, si hubo un propósito entonces fue que El me llevó allá en esos días para ese propósito que tenía que cumplirse en el 63, y eso fue todo. Después de eso solamente estuve otra vez un tiempito más corto allá mismo, como veintiún días, y después de eso yo creo que no he vuelto más, probablemente no vuelva, yo creo que ya lo que quería saber, y lo que El quería, pues, darme esos días así, pues, ya lo ha hecho, ahora pues, tenemos la Palabra para el pueblo del Señor llegar a la perfección. Usted tampoco trate de hacer esas cosas, muchos han muerto, pero como había un propósito, pues, todo salió bien, y aquí estamos en esta noche para que todo sea para bendición, para beneficio del pueblo del Señor. Quiero que ustedes, esto que les dije de “Lares” pues, no lo tomen como algo que uno quiere, usted sabe; decir que uno hizo esto o lo otro, sino que lo miren desde otro punto de vista, de que más bien fue que el Señor me llevó hasta allá con un propósito en Su plan, ya estamos viendo el propósito, y ahora que vemos el propósito, es que ustedes lo saben así públicamente. Quizás algunos, yo no sé cuántos sabían de esto, muy pocos sabían de esto, pero así fue, bueno, entonces estamos en eso ahora, vemos lo que ha pasado y vemos la bendición que Dios nos tiene, y vemos que el mensaje ya pronto va conforme al llamado de Ezequiel capítulo 3, pronto el mensaje va para ¿dónde? para los Judíos, conforme a lo que vio Elías allá arriba, uno de los ángeles mirando para Israel. ¿Ve? Uno de los ángeles mirando para Israel.

Bueno, vamos entonces a terminar aquí, yo algunas veces no sé ni como empezar, ni como terminar, pero vamos a ponerle una pausa entonces, una pausa porque ya -Yo espero terminar pronto, pero eso será cuando se haya encarnado todo lo que se va a encarnar en nosotros, porque el mensaje no debe salir de entre nosotros para los Judíos hasta que no se haya encarnado todo en nosotros, por lo tanto esa responsabilidad yo sé que está y no me puedo ir para ningún sitio, no puedo escapar de ustedes, así es que no puedo escapar de ustedes aunque trate, y si quiero escapar pues tengo que dar todo lo que tenga para ustedes de parte del Señor, y eso es lo que quiero, avanzar lo más pronto posible ya que el 77 está pegado ahí, y el 77 para los judíos ya comenzó, para nosotros no ha comenzado, pero para ellos sí. Así es que ellos están esperando que se acabe de encarnar en nosotros, para que así como ha venido para nosotros la Palabra, le sea llevada a ellos. Bueno, pero mientras tanto estaremos todos juntitos aquí, vamos a ver también cuando ellos vengan como nosotros hemos venido, lo vamos a ver, vamos a estar aquí en la tierra cuando eso ocurra. Bueno, y si nos hemos gozado cuando hemos venido nosotros, nos vamos a gozar en verlos a ellos venir. ¿Cómo se moverán las cosas? Vamos a dejar eso quieto y vamos a ver cómo se está moviendo entre nosotros; que es lo que tiene importancia para nosotros. Bueno, Dios nos bendiga en esta noche, Dios nos guarde y el tema fue (se me olvidó), el tema fue “LA RESTAURACION DEL REINO.” o “El Establecimiento del Reino de Dios.”

Amén