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El Trono de Juicio 1976-09-03 Ponce PR 00:00:00 false

…por Tus bendiciones, oh, Dios, y Te rogamos en esta noche hables a nuestros corazones y nos edifiques. Señor, perfecciónanos en esta noche, abre nuestros ojos Señor al tema que en esta noche estaremos enseñando; esperamos que la enseñanza, Tú seas el que la des a nosotros, y sea tan perfecta Señor, que todos podamos decir: Lo veo claramente Señor.

Ahora, Dios Eterno, en Tus manos están nuestros corazones. Señor, Te ruego, unge los corazones de cada hermano para recibir Tu Palabra, unge los oídos para oírla; y también Señor en Tus manos estoy yo; y Señor, Tu Palabra salga y sea oída por Tu pueblo Señor. Habla Tú, Te lo ruego en el Nombre del Hijo de David, el León de la tribu de Judá. Amén. [AUDIO ELIEL].

AUDIO AURORA

Por eso es que hay muchas personas en la actualidad, de las cuales usted ha oído decir de que han dicho tal cosa y tal cosa, y han habido gentes que los han seguido; y tenemos el caso de unas personas religiosas que dijeron que Dios iba a destruir la tierra y que venía un diluvio, y todos se fueron a un monte y allá estaban esperando que viniera un diluvio, una inundación y para tal fecha habría a suceder eso, y cuando fueron, estuvieron allí esperando y nada sucedió. ¿Por qué? Porque ellos ignoraban la hora en que estamos viviendo, y ellos estaban tomando la Palabra que fue para el tiempo de Noé y queriendo practicarla para aquel tiempo; estaban tratando de hacer algo bueno: guardar la Palabra, pero ya ese tiempo había pasado, ¿ve? Entonces el tiempo de tomar el mensaje ése y subir a un monte, era en el tiempo de Noé, subir a ese monte porque venía un diluvio, y entonces meterse en el arca. Pero aquellos que oyeron ese mensaje, de todos los que lo oyeron, solamente ocho personas entraron al arca. ¡Que poquitito!

Y sabemos que nos dice también Dios que será como en los días de Noé. Y también nos dice Dios a través de Elías, ¿qué? Nos dice que será como en los días de Noé, que solamente ocho almas se salvaron.

Bueno, y cuando usted oye ese número ocho, que solamente ocho van a estar salvos… Bueno, yo les diría: “Si, ocho. ¿Es usted del ocho? ¿Es usted de ese número ocho?”. No lo tenemos por aquí el dibujo; pero si usted es del número ocho, no del… no del séptimo, no de la edad de Laodicea, sino del ocho, el ocho es eternidad.

Así que, si usted es de ahí, de la Edad ocho, que es una Edad Eterna, que es la Edad de la Palabra, que es la Edad anunciada por tantos y tantos años que habría de venir, si usted es de ahí, pues no hay problema para usted. Usted está viviendo ¿dónde? Usted está viviendo en el lugar más seguro, usted está en la cima de la montaña.

Recuerde que para salvación en aquel tiempo, Noé tuvo que coger ¿hacia dónde? Hacia la cima de la montaña. Así que ya nosotros estamos ahí. Y si estamos ahí, pues no hay ningún problema para nosotros; no importa lo que venga, estamos en un lugar muy seguro.

Bueno, ya nosotros sabemos que estamos en una Edad Eterna, que es la Edad de la Palabra, la Edad de la Piedra Angular; lo leímos en una ocasión por ahí, por la página 4 o 5 del Mensaje titulado La estatura de un hombre perfecto, y también nos hablaba de un grupo que habría de estar en esa Edad Perfecta.

Y ahora cuando ha llegado ese tiempo, y usted encuentra que usted no está metido en la edad de Laodicea, usted entonces mira para ver donde se encuentra y usted se encuentra metido ahí en la Edad de la Piedra Angular, y cuando comienza a contar se da cuenta que es la Edad ¿qué? Número ocho; y ocho es ¿qué? Eternidad. Por lo tanto, es una Edad Eterna.

Ahora sabemos que cada edad tiene ¿qué? un mensajero. Cada edad tiene un mensajero. En la primera edad, pues el apóstol Pablo fue el mensajero de esa primera edad; y así por el estilo cada edad tuvo un mensajero. Pero la Edad de la Piedra Angular, ¿qué es lo que pasa con ella? Que el Mensajero de la Edad de la Piedra Angular es el mismo Cristo, ¿ve? Viniendo en Su Segunda Venida con Elías primero y con Moisés después. Ese es el mensajero de esa Edad. ¿Usted lo quiere ver aquí?

Bueno, como que parece, como que… como que nos desviamos un poquito; no se preocupe, que ya mismo se dará cuenta que no estamos desviados.

Fíjese aquí, página 268 [265]. Creo que hay que leer un poquito antes, en la página 267 de “Las Edades”, dice ahí finalizando, dice… es una promesa, dice:

  • “Y le daré la estrella de la mañana.*
  • Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente, y de la mañana.*
  • Apocalipsis 22:16*
  • … hasta que el día esclarezca, y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones.*
  • 2 Pedro 1:19*
    1. Según estos versículos, Jesús es la Estrella de la Mañana. El Espíritu está haciendo una promesa a los escogidos de las Edades del Oscurantismo en relación a Sí mismo, y luego a las edades por venir.*
    1. Como ya hemos mencionado, Jesús se identifica con el mensajero de cada edad. Ellos reciben de Él la revelación de la Palabra para cada edad. Esta revelación de la Palabra saca del mundo a los escogidos de Dios y los coloca en unión completa con Cristo Jesús”.*

¡Oh! ¿Y para qué… para qué es la revelación, la Luz que reciben los mensajeros? Para con ella ¿qué? Sacar del mundo a los escogidos, y colocarlos ¿a dónde? Al lado de Cristo o en unión con Cristo.

  • “Estos mensajeros son llamados estrellas porque brillan con una Luz prestada o reflejada* (no es luz propia de ellos), con una Luz prestada o reflejada, la Luz del Hijo, Jesús. También son llamados estrellas porque son portadores de luz en la noche. Así que en la oscuridad del pecado, ellos traen la Luz de Dios a Su pueblo (en las Edades de la Iglesia).
    1. Esta es la Edad del Oscurantismo* (hablando de la Edad de ¿qué? La Edad de Tiatira). Es especialmente oscuro porque la Palabra del Señor está casi enteramente escondida de la gente. El conocimiento del Altísimo casi ha cesado. La muerte se ha llevado a gran número de creyentes, hasta que sus filas han sido casi destruidas. Las cosas de Dios estaban en su nivel más bajo en ese tiempo, y parecía que Satanás ciertamente conquistaría al pueblo de Dios.
    1. Si en alguna ocasión alguna gente ha tenido necesidad de una promesa de una tierra donde no hubiese noche, fue la gente de la Edad del Oscurantismo. Y por eso es que el Espíritu les está prometiendo la Estrella de la Mañana. Él les está diciendo que la Estrella Mayor, Jesús, Quien mora en una Luz a la cual ningún hombre puede llegarse, en el reino futuro los iluminará por medio de Su presencia personal. Él ya no estará utilizando las estrellas (mensajeros)* (no estará utilizando las estrellas, los mensajeros de las edades de la Iglesia, de las edades, que son siete) ... Él ya no estará utilizando las estrellas (mensajeros) para dar Luz en la oscuridad. Será Jesús mismo hablando con ellos cara a cara, mientras Él comparte Su Reino con ellos.
    1. Es la estrella de la mañana que se ve cuando la luz del sol empieza a brillar”.*

La Estrella de la Mañana no sale para brillar en la noche, sale anunciando ¿qué? La llegada o la venida del Sol, ¿ve? Entonces cuando se ve la Estrella de la Mañana, entonces eso lo que señala es ¿qué? Un nuevo amanecer, un Nuevo Día.

  • “99. Es la estrella de la mañana que se ve cuando la luz del sol empieza a brillar. Cuando venga nuestro Sol (Jesús)* (cuando viene, cuando viene ¿cuándo? Por segunda vez) … Cuando venga nuestro Sol (Jesús), no habrá más necesidad de mensajeros; Él mismo nos traerá Su Mensaje de Regocijo…”

¿Qué mensaje nos traerá? Su mensaje ¿de qué? De regocijo. ¿Cuál es el mensaje de regocijo? A través de las siete edades de la Iglesia nos trajo un mensaje en cada edad, y cada edad está representada en cada una de las fiestas que se celebraban en el Antiguo Testamento, ¿ve? Siete fiestas, siete edades, entonces un mensaje para cada fiesta, un mensajero para cada edad. Pero después de todas esas siete fiestas, viene ¿qué? Viene el Año de Regocijo, o sea, el Año del Jubileo (Jubileo es regocijo); entonces viene un mensaje de ¿qué? Jubileo, un Mensaje de regocijo, que es el Mensaje de ¿qué? Del Año del Jubileo, que es el Mensaje de la Santa Convocación, y nos convoca a todos con ese Mensaje.

Entonces el mismo Señor es en Su Segunda Venida que nos trae ¿qué? Su Mensaje ¿de qué? De regocijo, de jubileo, el Mensaje del Año del Jubileo, en Su Segunda Venida viniendo con Elías y con Moisés.

  • “... y a medida que Él gobierna Su Reino* (porque Él viene ¿dónde? A Su Reino, y Él viene en Su Reino) ... y a medida que Él gobierna Su Reino, y nosotros vivimos en Su presencia, la Luz de la Palabra llegará a ser más y más brillante en nuestro día perfecto”.

¿Cómo? Más y más brillante. Por lo tanto, ¿cómo comienza entonces? En el nuevo día, en el nuevo amanecer, y ese Nuevo Día, es el Día ocho, ¿ve? Y ese día ocho está representado con el día de la semana domingo.

Y ya ustedes saben que los días comienzan por la tarde, por lo tanto, la Luz de ese día glorioso, de ese Día Eterno, cuando comienza, comienza en la tarde. Entonces la Luz de la tarde es la venida del Señor, la Luz de la mañana es la venida del Señor. La Luz de la tarde es la venida del Señor con Elías, la Luz de la mañana es la venida del Señor con Moisés, ¿ve? Porque así es como viene conforme a ¿qué? A Su promesa. No se puede esperar de otra manera.

Entonces, a medida que la luz de Él, cuando Él viene en la mañana, a medida que esa Luz de la mañana brilla, dice: “... la luz de la Palabra llegará a ser más y más brillante en nuestro día perfecto”.

Entonces, ese Día perfecto es el Día octavo, es el día de la Edad de la Piedra Angular, es el día en el cual hemos nosotros entrado. Estamos en domingo, aunque hoy sea viernes, ¿ve? En domingo espiritual que es más que un día de la semana.

No estamos en los tipos, no estamos en la figura, estamos en la realidad. “Porque un día delante del Señor es como mil años, y mil años como un día” [Salmos 90:4; Primera de Pedro 3:8]. Por lo tanto, hemos entrado a un Día Perfecto. Y al ser el Día octavo, es un día eterno, que no tiene fin.

Ahora, fíjese, a medida que la Palabra llega, a medida que la Luz de la Palabra llega a ser más y más brillante en nuestro día; o sea, la Luz de la Palabra llega a ser más brillante y más brillante cada vez en este día perfecto en el cual estamos. Es como el sol, empieza a amanecer, pero cuando empieza todavía se ven algunas sombritas, ¿ve? Pero va esclareciendo.

Ahora, entienda usted bien esto: en la tarde, la luz de la tarde brilla poderosamente, pero después ¿qué pasa? Después comienza la oscuridad, las tinieblas a meterse; pero en la mañana es al revés. En la mañana las sombras empiezan a desaparecer y comienza la luz, hasta que el día se hace claro por completo, y entonces, podemos caminar en la luz perfecta de ese día perfecto, y entonces podemos ver a cada momento, cada vez más clara las cosas, ¿ve? Entonces lo que pasa, el problema no es con el día ni es con el Señor que está brillando, sino que es con nuestra vista. (¡Je!)

Después de uno levantarse, de una oscuridad tan grande, después que la Luz de la tarde se fue, después que Elías se fue, que era la Luz de la tarde. Después que la Luz de la tarde se fue y entramos en ese tiempo de oscuridad, de momento comenzar a ver el Lucero de la Mañana, la Estrella de la Mañana aparecer, y luego empezar a ver al Sol brillar, al Sol salir, bueno, cosas nuevas comienzan a verse, ¿ve? Cosas nuevas comienzan a verse; pero todo eso ya el Sol de la tarde lo había alumbrado, pero no lo habíamos visto, ¿ve? No lo habíamos visto, pero ya por todo eso había pasado la Luz de la tarde; y si hubiera alguna cosa que la Luz de la tarde no hubiera alumbrado, la Luz de la mañana de un día, cuando comienza, alumbra todo el resto, ¿ve?

Así que no hay ningún problema en cuanto a lo que vamos a ver. Lo que vamos a ver, la Luz de la Palabra, lo alumbrará, entonces, lo veremos. Para eso entonces está el Señor viniendo en Su segunda Venida, el Sol de justicia apareciendo, porque así es que dice la Palabra: “Y a los que temen mi nombre (¿qué les pasará? Nacerá) nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salud” [Malaquías 4:2]. Y ¿qué es eso? Eso es la Segunda Venida del Señor viniendo con Elías y viniendo con Moisés.

Entonces, encontramos que ese es el tiempo en que estamos; hemos visto también en estos días pasados, el viernes pasado, vimos el tiempo en que estamos y la forma en que Dios obraría o ministraría Su Palabra en esta hora.

Ahora, aquí en lo que leímos, vimos que el Señor no ministrará más con los siete mensajeros de las siete edades de la Iglesia; sino que Él mismo en Su Segunda Venida, Él mismo nos ministraría la Luz de este octavo día, ¿fue eso lo que leímos o no fue eso?

Dice… : “Quien mora en Luz, a la cual ningún hombre puede llegarse y en el Reino futuro los iluminará por medio de Su presencia personal (de Su presencia personal) Dios se personificaría o se haría carne en este Día final, y entonces El mismo nos alumbraría…”

Déjeme ver por aquí; estamos dando vuelta, preparando el corazón de cada uno con la Palabra para lo que el Señor nos pueda mostrar en esta noche con relación a este tema que estamos en esta noche abordando, titulado: “EL TRONO DE JUICIO”.

Ahora fíjese, página 152, párrafo 1352, dice [Citas]:

  • “1352- En Malaquías 4 El dijo que Jesucristo descendería y Se personificaría a Sí Mismo en carne humana…”*

Y aquí dice ¿cómo?... dice:

  • “Y en el Reino futuro los iluminará por medio de Su presencia personal”*.

Y aquí dice que Él se personificaría a sí mismo en carne humana, ¿ve?

Entonces, vea usted que eso está hablando ¿de qué? De la Segunda Venida del Señor en carne humana. La Venida ¿de quién? De la Palabra, “porque en el principio era la Palabra, y la Palabra era con Dios y la Palabra era Dios” [San Juan 1:1-2]. Y la Palabra, se hizo ¿qué? Se hizo carne allá en Su Primera Venida, y se hace carne acá en Su segunda Venida. Se hizo carne allá en Su Primera Venida en Jesús. Se hace carne acá en Su Segunda Venida en Elías y en Moisés, y en cada uno de nosotros.

Así que cuando Él viene en Moisés, y con Moisés viene para hacerse carne en Moisés, y en usted y en todos nosotros.

Así que no encuentre grande lo que el Señor estará haciendo con Moisés, de estarse encarnando en Moisés, porque lo mismo lo está haciendo ¿con quién? Con todos nosotros. Así que si es grande… si fue grande con Jesús lo que Él hizo, la Palabra hacerse carne; fue grande también con Elías, y también con Moisés, y también con usted, con cada uno de los escogidos. Así que usted no tiene nada que envidiarle ni a Jesús, ni a Elías, ni a Moisés.

Por lo tanto, entonces, realmente es grande lo que Dios tenía predestinado para cada uno de nosotros en este tiempo en que vivimos: “Las cuerdas nos han caído (¿cómo?) en lugares deleitosos, y grande es la heredad que nos ha tocado” [Salmos 16:6]. Imagínese si nadie más a través de todas las edades, nadie más tuvo ese privilegio que usted y yo tenemos ahora. Nadie más. Lo tuvo Jesús allá, lo tuvo Elías y ahora Moisés, y cada uno de nosotros.

Por lo tanto, realmente, realmente es grande la bendición que Dios tiene para cada uno de nosotros, como también es grande la responsabilidad que hay sobre cada uno de nosotros: hermanos y hermanas. Porque tanto en hermanos como en hermanas se está encarnando la Palabra. Tanto en ancianos, como en jóvenes, como en niños, se está encarnando la Palabra. ¿Usted piensa que los niños no? ¡Je! algunas veces usted mismo se sorprende con las cosas que ellos saben que son como son. Usted dice: “Pero, ¿cómo tú aprendiste eso? ¿Quién te enseño eso?” ¡Je! Usted creía que estaban durmiendo, ¿verdad? ¿Usted creía que no estaban aprendiendo? Pero usted no se da cuenta que el que enseña es el Espíritu Santo, y el que se encarga de llevar eso al corazón es el Espíritu Santo. Por lo tanto, usted no le lleva ninguna ventaja a los niños.

Es más, ¿quiere saber algo? Ellos tienen menos estorbo que usted. ¿Por qué? Porque ellos no tienen el problema de que los sentidos del espíritu humano, que está en ellos, no tienen el problema de que está desarrollado. Los sentidos de su espíritu no están tan desarrollados como los suyos, ¿ve? Ellos están solamente empezando a poner en funcionamiento esos sentidos y todavía no los saben usar bien; pero el de acá dentro, el de acá adentro, ese sentido sí, que ellos sí lo saben usar. ¿Por qué? Porque ellos lo creen todo. Así que, no permita que sus hijos vayan a perder el funcionamiento de ese sentido.

Bueno, entonces vemos la hora en que estamos viviendo, vemos que dice:

  • “Él ya no estará usando estrellas (mensajeros), para dar luz en la oscuridad, será Jesús mismo hablando con ellos”.*

¿Y cómo? Como les leí ahí: “en Malaquías 4 dice que Jesucristo descendería del Cielo y se personificaría en carne humana”. Y ahí en Malaquías 4 está ¿quién? Está Elías y Moisés a través de los cuales Él se personificará en carne humana; se personificará en carne en Elías y después en Moisés, y nos hablará por Elías, y nos hablará por Moisés, Él mismo. Y entonces, ya no más estrellas de las edades de la Iglesia, sino ¿qué? Sino que será el mismo Jesús hablándonos a través de carne humana, hablando con ellos cara a cara.

Y qué es eso, cara a cara? Usted y yo en carne humana, y Él en carne humana también. ¿Le veremos? Bueno, déjeme buscarlo por aquí, a mí no me gusta, usted sabe, estar hablando así porque sí, a menos que no esté ahí en la Escritura; así que si vamos a la Palabra ahí encontraremos que es ¿qué? Es una promesa. Y si es una promesa, entonces, vamos a ver. Página 380 y 381 de las Edades, dice [375]:

  • “56. (...)Al cual, no habiendo visto, le amáis; en el cual creyendo, aunque al presente no lo veáis…* (en las edades ¿ve? No se veía) ... al presente no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorificado.
    1. Nosotros también nos gozamos juntamente con ellos* (está hablando aquí en las edades, en las edades, antes del 63). No le hemos visto, pero le hemos sentido. Nosotros ahora conocemos a Dios hasta el límite de nuestros sentidos; pero algún día…”

¿Qué día será ese? ¿Será el séptimo? Será ahí en el octavo; lo sabemos, será ese día perfecto, porque acá dijo que sería en un día perfecto, el día octavo, el cual es el día perfecto en el que Él estaría hablando con nosotros cara a cara.

Ahora vamos a ver aquí, dice:

  • “… pero algún día será cara a cara. Eso es para esta edad. Él viene al fin de esta edad.”*

¿Al fin de qué edad? Viene al fin de la edad séptima, ¿por qué? Porque al fin de la edad séptima, vea usted que viene al fin de la edad séptima. ¿Y cuándo es que termina la edad séptima? En el tiempo de la tarde es que termina la edad séptima, porque la edad séptima es el séptimo día, y los días terminan en la tarde, y ahí comienza, en esa misma tarde, comienza el otro día siguiente. Entonces, al final de la edad séptima, es que el Señor aparece personificado en carne humana.

  • “…Él viene al fin de esta edad.”*

Ahora fíjese, “al fin de la Edad”, entienda usted bien esto.

Hay lugares donde usted encuentra que Dios a través de Elías, nos dice que: “El Hijo de Dios está personificado en carne humana en medio del pueblo”. En otros lugares usted encuentra que es Hijo del Hombre e Hijo de David. Pero en otros lugares encuentra que es Hijo del Hombre e Hijo de Dios. Eso hay que entenderlo de la manera correcta.

Cuando el Señor vino en Su Primera Venida, Él vino como Hijo del Hombre e Hijo de Dios, pero eso de Hijo de Dios estaba oculto, todavía no había sido autorizado para que se predicase de que Él era el Hijo de Dios, porque eso sería dado a conocer en el Mensaje correspondiente para la segunda dispensación, el cual se comenzó a predicar el Día de Pentecostés. Pero allí, en la venida del Hijo del Hombre, estaba sellado también ¿qué? Hijo de Dios.

Por eso cuando el apóstol Pedro lo recibió de lo alto y dijo: “Tú eres el Hijo del Dios viviente” [San Mateo 16:16], Él entonces, también les prohibió que dieran a conocer eso; y también encontramos que le fue dada la llave a este apóstol del Señor al recibir de lo alto esa revelación. Él tenía la revelación, él tenía la llave y podía abrir en cualquier momento; pero no podía abrirlo hasta que llegara el Día de Pentecostés. Allí abrió la revelación de quién era el Hijo del Hombre y dio a conocer que ese era ¿quién? El Hijo de Dios. Luego, cuando descendió, cuando vemos que descendió, ahí mismo, en ese Día de Pentecostés ¿cómo Él vino? Él vino en Espíritu como Hijo de Dios.

Y en las edades de la Iglesia, encontramos que lo que ellos tuvieron fue las primicias ¿de qué? Del Espíritu Santo. Entonces durante todas las edades de la Iglesia, encontramos que Dios estuvo manifiesto pero una porción de Él, o sea, una porción de la Palabra estuvo manifiesto en cada edad.

Encontramos entonces, que, en ninguna de las edades de la Iglesia, Dios estuvo manifiesto en toda Su plenitud, sino ¿cuándo? Al final o finalizando la edad de la Iglesia de Laodicea, esa séptima edad, finalizando ahí, ya a lo último (dije finalizando, no después de haber terminado, sino ya en lo último de la edad de Laodicea), entonces vino el Señor manifiesto en el séptimo mensajero. Y en el único que Él se manifestó como Hijo de Dios en toda Su plenitud, fue en el séptimo mensajero, en los demás no.

Déjeme buscar por aquí, para que vayan entendiendo esto aquí. Dice aquí en la página 22 y 23 del mensaje titulado ¿Ira La Iglesia Por La Tribulación?. Esto se encuentra en el Libro de Citas, página 22 y 23, dice [Citas, párr. 183]:

  • “183- El Hijo del Hombre está ahora siendo revelado desde el Cielo* (Está predicando ¿dónde? en el 58.). ¿Vendrá después de un tiempo, hermano Branham? Es ahora. Y yo deseo no hacer esto tan personal en esta reunión, espero que su espíritu dentro de usted que es dado por Dios, pueda leer lo que estoy hablando (pueda, usted sabe, leer o entender, hacerle entender o entender eso que está hablando ahí) ... pueda leer lo que estoy hablando. El Hijo del Hombre ya ha venido de Su gloria y se está revelando a Sí mismo por los cuantos años pasados (¿desde cuándo será? pues desde el 46, desde el 46 estaba allí en carne humana revelándose, revelándose por los cuantos años pasados) ... a Su Iglesia en Su misericordia; enseñándoles Su gran presencia, haciendo las mismas cosas que El hizo cuando El estuvo aquí en la Tierra, revelándose a Sí mismo como El lo hizo a Abraham antes de la destrucción. El ha venido ahora en misericordia revelándose a Sí mismo a la Iglesia; se han reído y lo han escarnecido”.

Entonces vemos que del 46, del 46 en adelante hasta cierto tiempo, Él estuvo manifestándose en carne humana en Elías, y estuvo ahí manifiesto y revelándose como Hijo del Hombre. ¿Quién se estaba revelando ahí? El Señor. El que estuvo en las edades de la Iglesia como Hijo de Dios en cada mensajero, estaba en el séptimo como Hijo de Dios ahí encarnado.

Entonces, encontramos que estuvo ahí como ¿qué? Como Hijo del Hombre e Hijo de Dios revelándose en misericordia. Estuvo ahí ministrando todos esos años ¿cómo qué? Como Sacerdote, no como Rey, como Sacerdote según el Orden de Melquisedec. Revelándose en misericordia; porque Su revelación en misericordia es como Sacerdote, ¿ve? Como Hijo de Dios. ¿Y qué pasó?

  • “… se han reído y lo han escarnecido. La siguiente vez que El se revele a Sí mismo, será en el juicio al mundo y las naciones que se olvidaron de Dios y pecaron su manera de gracia... Su Día de Gracia, más bien”.*

¿Ve? La próxima vez que Él se revela, que el Hijo del Hombre se revela, entonces se revela ¿cómo? Se revela entonces en el juicio, y entonces no es ¿cómo? No es en misericordia, sino en juicio. En misericordia se revela como Sacerdote, como Hijo de Dios; en juicio se revela como Rey, como León, como el Hijo de David, Rey de reyes y Señor de señores; ya no más Sacerdote, sino Rey.

Entonces, vea usted eso de esa manera tan sencillo que ocurrió todo; estuvo desde el 46 en adelante revelándose en misericordia, como Sacerdote, como Hijo de Dios en carne humana, encarnado en toda Su plenitud en Elías.

Ahora mire, aquí sigue diciendo en el párrafo 186 dice [Citas, pág. 23]:

  • “186- Ella corrió a la ciudad y dijo: Vengan a ver a un hombre que me ha dicho las cosas que yo hice: ¿No es éste el Mesías? Y él nunca hizo eso a un gentil ¿Por qué? El lo dejó hasta este día. Eso es lo que dijo aquí. En los días cuando el Hijo del Hombre, sea revelado del cielo. Se está revelando a Sí mismo ahora a la Iglesia por misericordia, la siguiente vez que se revele a Sí mismo será en la destrucción, a quienes rechazaron el mensaje”.*

¿Qué mensaje? ¿Cuál es el mensaje que rechazaron? El Mensaje de Gracia, de misericordia, que es el mensaje de la segunda dispensación. ¿Ve?

Entonces luego que lo vimos manifiesto en Elías, manifiesto como Hijo de Dios en Elías, el Espíritu Santo encarnado ahí, desde el 46 hasta algún tiempo, hasta ¿cuándo? Del 63 para atrás. Podía haber sido hasta el 58; hasta el 58 podría haber sido, o hasta el 63. Bueno vamos a dejar la fecha quietecita ahí.

Entonces, vamos a ir a un lugar que no quiero que se nos escape para que ustedes vean la hora en que estamos viviendo.

Recuerde usted, fíjese, Él se reveló en el séptimo mensajero, en Elías, ¿cómo se reveló en él? Como Cordero y después como León. Se reveló en Elías como Intercesor, se reveló como Sacerdote, y se reveló también como Rey.

Ahora… no deseo que se les escape eso. No deseo que se les escape eso, porque quiero que ustedes estén preparados para lo que vamos a ver en esta noche. Vamos a pasar a la página 80 y 81 del mensaje titulado, del mensaje de Los Sellos, el libro de Los Sellos, dice:

  • “102. (...)Aquí venía este Cordero inmolado, y ¿para qué se presentó? Para hacer Su reclamo sobre la redención. ¡Amén! Oh, hermano, ¿no tiene usted el deseo de alejarse solo a un rincón y llorar por un rato? Aquí venía un Cordero todavía sangrando. Allí estaba Juan y todos los patriarcas pero no había ninguno que podía hacer la Obra. Entonces salió el Cordero y Sus días de intercesión habían cesado, los días de mediación* (los días de mediación, habían cesado); entonces es cuando este Ángel aparecerá. Espere hasta que lleguemos a los sellos mismos y Él dirá: El tiempo no será más. Entonces entra a la media hora de silencio; y fíjense bien las cosas que sucederán durante esa media hora del Séptimo Sello, Dios mediante”.

Ah, entonces van a suceder cosas durante esa media hora, ¿verdad?

Bueno, en esta noche no vamos a hablar sobre ese tema: la media hora de silencio, hasta que el Señor nos diga en algún mensaje el secreto de esa media hora de silencio. Vamos a dejarla quietecita ahí. Dice:

  • “103. Él ahora sale del lugar de intercesión* ¿para qué? Para hacer Su reclamo. Él ha hecho la Obra del Redentor. Bajó y se hizo hombre, murió e hizo la Obra del Redentor semejante, pero todavía no había hecho Su reclamo. Ahora viene a la escena para reclamar Sus derechos. Fíjense bien lo que sucede ahora. Estos son los derechos por los cuales murió, porque vino para ser pariente humano, para morir en su lugar y así redimirlo; pero el anciano estaba correcto cuando dijo que era un León, porque Él había sido un Cordero, un Intercesor, el Cordero ensangrentado, pero ahora viene como un León. Los días de intercesión han cesado. El que esté sucio, ensúciese todavía; el que es justo, sea todavía justificado; y el que es santo, sea santificado todavía. La situación ahora ha terminado”.

¡Je! Pero la humanidad no sabe lo que ha pasado. La humanidad no sabe lo qué ha pasado del 63 para acá. Tanto que se quejaban, tanta majadería diciéndole: “¡Vengan al Señor! ¡Vengan al Señor!” Y ellos no saben ahora lo que ha pasado.

Ahora de parte del Señor es: “El que esté sucio, ensúciese todavía, el santo, sea santificado todavía”, ¿ve? La situación terminó.

  • “¡Oh hermano! ¿Y entonces qué? ¿Entonces qué? Y recuerde, ¡esto viene durante la séptima edad de la Iglesia cuando los misterios de Dios serán abiertos!*
    1. Ahora fíjense muy bien, esto es algo que ustedes tienen que captar. Él había estado haciendo Su Obra de Mediación, intercediendo por el creyente, por dos mil años como un Cordero. Ahora Él está tomando un paso, saliendo de la eternidad para tomar el Libro del acta del título, y abrir los sellos y revelar los misterios. ¿Cuándo? En el tiempo del fin. ¿Lo ven? Bien, sigamos.*
    1. Él viene para abrir los sellos y soltar todos los misterios para el séptimo ángel cuyo Mensaje es revelar todos los misterios de Dios. Los misterios de Dios están aquí en estos siete sellos, así lo dijo Él. Ahora viene el Cordero y cambia de ser un mediador entre Dios y los hombres y se convierte en un León…”*

Ese es el cambio que Él hace de Cordero, de Intercesor a León, a Juez

¿Ve usted de lo que estábamos leyendo allá? Él se estaba revelando ¿cómo qué? Como Sacerdote, como Intercesor, como Cordero, a través ¿de quién? De Elías, desde el 46 en adelante, ¿ve? Entonces revelándose en carne humana a través de él, se estaba revelando como Hijo de Dios; el Espíritu Santo en toda Su plenitud, como Hijo de Dios encarnado en Elías.

Entonces, era Hijo de Dios. Era Hijo del Hombre e Hijo de Dios, ¿ve? Haciendo las mismas cosas que hizo cuando vino la primera vez. Pero, fíjese… fíjese, ahí es que Él se cambia de Intercesor, de Cordero, de Sacerdote se cambia a Juez, a León, a Rey, que es la misma cosa. Tres Títulos de la Obra de Dios que Él viene a hacer en Su Segunda Venida. Entonces, se cambia de Sacerdote a Rey, de Intercesor a Juez, ¿ve? De Cordero a León, y la gente no se dan cuenta y se cambia delante de todos (¡).

Ahora, ya mismo vamos a ver cómo se cambió; vamos a ver el cambio y entonces veremos la hora en que estamos viviendo. Dice:

  • “Dios lo ha retenido y es un misterio* (¿qué? Y cuando Él llega a ser un León, y Él toma el Libro que contiene Sus derechos, Dios los ha retenido, y es un misterio, (pero ahora Él viene), pero ahora viene el Cordero. Nadie podía tomar el Libro porque todavía estaba en las manos de Dios. Ningún papa, ni ninguna otra persona puede tomar el Libro, los siete sellos no han sido revelados. Pero cuando Su Obra termina como Intercesor, entonces Él aparece; y el anciano dijo que era un León, y Él viene saliendo (¡Oh hermano, qué cosa tan tremenda!) para tomar el Libro y para revelar los misterios de Dios, los cuales han sido puntos de suposición y conjetura a través de todas estas edades denominacionales”.

Ahora ya… [CORTE DE AUDIO @42:34]...

AUDIO ELIEL 41:30

… ¿Qué? Cuando llega el tiempo de la apertura de los sellos, el Cordero deja ese trono de intercesión como Cordero y se convierte ¿en qué? Se convierte en un León, en Rey, y entonces la cosa ha cambiado.

Ahora fíjese, aquí en la página 86 dice:

  • “128. Ahora, los sellos fueron abiertos en la última edad de la Iglesia para revelar estas verdades. El Cordero abrió los sellos y se los reveló a Su Iglesia para así recoger Sus súbditos para Su Reino…”*

¿Para qué son abiertos los Sellos? Para recoger los súbditos del Reino, los escogidos recogerlos ¿para qué? Para Su Reino; no va a recogerlos para la edad de Lutero o para la edad de Wesley o para la edad pentecostal: para Su Reino; por lo tanto, son metidos en la Edad del Reino, que es la Edad de la Piedra Angular.

  • “...para así recoger Sus súbditos para Su Reino, Su Novia. ¿Ve usted? ¡Oh, mire! Él ahora quiere traer Sus súbditos a Sí mismo. ¿Cómo lo hará? Del polvo de la tierra, de las profundidades de la mar, de los abismos y de todas partes donde fueron colocados, de las regiones de tinieblas, del paraíso y dondequiera que se encuentren; Él llamará y ellos responderán. ¡AMÉN Y AMÉN! Él llamará y ellos responderán.*
    1. Él viene para llevarse Sus súbditos. Él reveló Sus secretos y ellos lo reconocieron. Luego para ese tiempo, el tiempo no será más, ya se acabó, ha terminado. Bien, ahora, Él deja el Trono donde ha estado como Cordero Intercesor, para ser el León, un Rey para traer el mundo a juicio, el cual ha rechazado Su Mensaje”.*

¿Qué mensaje? El Mensaje de Redención, el Mensaje de la segunda dispensación, el cual fue oído por última vez a través de los labios de Elías en el tiempo en que el Señor se estaba revelando como Hijo de Dios ahí, a través de Elías.

  • “... un Rey para traer el mundo a juicio, el cual ha rechazado Su Mensaje. Él ya no es*
  • Mediador”.*

Todavía lo predican en las denominaciones como Mediador, como Intercesor, como Sacerdote, pero ya Él no lo es.

  • “Recuerde la enseñanza del Antiguo Testamento: Cuando la sangre se apartaba del propiciatorio ¿qué sucedía? Se convertía en tribunal de juicio* (Tribunal de Juicio, Asiento de Juicio o Trono de Juicio). Y ahora cuando el Cordero inmolado salió de la eternidad, del Trono del Padre, y tomó Sus derechos, fue entonces un tribunal de juicio; y Él entonces ya no es un Cordero sino un León, el Rey, y clama por Su Reina que venga a pararse a Su lado.”
AUDIO DE AURORA 43:06

Mire lo que se cumple cuando eso sucede, y ya sucedió.

  • “¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo?*

1 Corintios 6:2”

Estamos leyendo la página 87 de Los Sellos, mire lo otro que se cumple:

  • “130. Daniel dijo en el capítulo 7 y versículo 10 que el Juez se sentó y los libros se abrieron, y millones de millones asistían delante de él (el Rey y la Reina). Luego vemos en Apocalipsis 20:12: y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida. Eso es para la iglesia. Allí se pararon el Rey y la Reina. Esto me hace pensar en una poesía que tenemos en inglés, titulada La meditación de un vaquero, la cual dice así…”*

Y usted lo puede leer allá, página 87 de Los Sellos.

Mire las cosas que sucedieron: y el Juez se sentó. El Juez se sentó y los libros se abrieron.

Bueno, eso es lo que dice cuando el Cordero se convierte en León, en Juez. Daniel, capítulo 7, el Anciano de días, el Anciano con Su pelo blanco se sentó en Su Trono de juicio para juzgar.

Entonces, usted puede ver, porque entonces cuando el hermano Branham está explicando, Dios a través del hermano Branham, está explicando la aparición de los siete mensajeros, cuando le aparecieron a él, y entonces luego se lo llevaron hacia arriba, y lo colocaron allá arriba, y él estaba con ellos; entonces, luego, usted puede ver por qué él dice ahí, dice: “Aquí está (mostrando el retrato dice:) Aquí está como lo vio Juan allá en Apocalipsis (¿cómo?) con una peluca blanca sobre su cabeza”. Así también lo vio Juan. Lo vio también Daniel. Bueno, ¿qué le parece? La peluca blanca fue formada ¿por qué? Por ángeles.

Así que, mire, se han cumplido cosas que solamente las veremos ¿sabe cuándo? Y ¿cómo? Las veremos a medida que esto se cumple. Y ¿qué es eso? Esto que dice aquí, dice: [Edades, pág. 266, párr. 99]:

  • “99. (…) y a medida que Él gobierna Su Reino, y nosotros vivimos en Su presencia, la Luz de la Palabra llegará a ser más y más brillante en nuestro día perfecto”.*

Y a medida que sea más y más brillante, seguiremos viendo las cosas de este Día perfecto que tenemos nosotros que ver.

Ahora fíjese, es tiempo ¿de qué?... Mire aquí la página 47… estamos predicando o enseñando sobre el tema ¿cuál? ¿Qué tema es? “EL TRONO DE JUICIO”. Dice aquí en la página 47 y 48 del mensaje titulado Las Siete Edades, dice aquí mismo en el tema Ya no es el Sacerdote, finalizando esa página, dice [página 48]:

  • “38. (...)Y en medio de los siete candeleros, uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies y ceñido por los pechos con una cinta de oro.*
  • Apocalipsis 1:13”.*

Sigo en la página 48, sigue diciendo:

  • “39. Allí está Él, Uno semejante al Hijo del Hombre.* (¡Oh!) Como la joya es embellecida por el engaste del anillo, así también Él es glorificado en medio de las Iglesias. Es el Día del Señor; porque Juan lo ve parado, no como un sacerdote, pero como el Juez venidero”.

¿Qué es eso? Es el Día del Señor, ¿por qué? Porque Juan lo ve, ¿cómo? Juan lo ve con la cinta sobre Su hombro, la ve como un Juez y no como un Sacerdote.

Déjeme buscarle por aquí, rapidito aquí, haber si lo puedo conseguir. Página 24 y 40 del mensaje titulado Por Qué Pequeña Belén, aquí dice, párrafo 97, dice:

  • “61. Este es otro Día, este es el Día del Señor…”*

¿Cuál es el Día del Señor? El Día Octavo, ¿ve?

Bueno, página 40 también habla, de ese mismo mensaje Por Qué Pequeña Belén, donde dice que éste es otro día:

  • “Éste no es el día de Lutero, ese fue el día número cinco. Este no es el día de Wesley, porque el día de Wesley fue el día número seis. Este no es el día Pentecostal, o de los pentecostales, o de Laodicea, porque este no es el día número siete* (el de Laodicea es el siete), este es el día ocho. El día ocho es un día eterno, el Día del Señor por eso Él resucitó (¿qué?) el día domingo, que es el día ocho; el primer día de la semana”.

Ahora, sigue diciendo:

  • “Es el Día del Señor porque Juan lo ve parado, no como un Sacerdote pero como el Juez venidero. La cinta de oro ya no estaba atada en la cintura, donde el Sacerdote tiene que tenerla mientras ministra a Dios en el lugar Santísimo. Pero ahora está alrededor de Sus hombros, porque ahora Él no es el Sacerdote, pero el Juez. Porque el Padre a na… a nadie juzga, mas todo el juicio dio al Hijo. Su servicio ha sido prestado, el sacerdocio está consumado. Los días de la profecía, han llegado a su fin, Él está ceñido como Juez…”*

Y entonces comienza ahí, en esa misma página a describir ¿qué? La Gloria Séptuple de Su persona.

Bueno, mire aquí, fíjese, allá en Los Sellos… en Los Sellos fue ¿verdad? ¿En Los Sellos o en Las Edades? En Los Sellos me parece que fue, que le había leído, que ya Él no era, no era Sacerdote sino que era Juez. Y si era Juez, entonces vimos que lo de Daniel se cumplió ahí.

Ahora vamos a verlo aquí también en Las Edades, donde aquí en la página 49, nos está hablando de Su Gloria Séptuple, y entonces aquí vemos, fíjese… aquí vemos finalizando la 48 de Las Edades, página 48 dice [página 49]:

  • “41. 1. Su cabello tan blanco como la nieve. Juan se fijó en Él, y mencionó primeramente la blancura de Su cabello. Era blanco y brillante como la nieve. Esto no fue por causa de Su edad. Oh, no. El cabello resplandecientemente blanco no significa edad, sino experiencia, madurez y sabiduría. El Ser Eterno no cumple años.* (¡Je!) ¿Qué es el tiempo para Dios? Tiempo significa muy poco para Dios, pero sabiduría significa mucho. Es como cuando Salomón le rogó a Dios por sabiduría para juzgar al pueblo de Israel. Ahora, Él viene, el Juez de toda la Tierra. Él será coronado con sabiduría. Eso es lo que significa el cabello blanco y resplandeciente. Vea esto en Daniel 7:9-14:
  • Estuve mirando hasta que fueron puestas sillas: y un Anciano de grande edad se sentó, cuyo vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como lana limpia; su silla llama de fuego, sus ruedas fuego ardiente.*
  • Un río de fuego procedía y salía de delante de él: millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él: el Juez se sentó, y los libros se abrieron.*
  • Yo entonces miraba a causa de la voz de las grandes palabras que hablaba el cuerno; miraba hasta tanto que mataron la bestia, y su cuerpo fue deshecho, y entregado para ser quemado en el fuego.*
  • Habían también quitado a las otras bestias su señorío, y les había sido dada prolongación de vida hasta cierto tiempo.*
  • Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí en las nubes del cielo como un hijo de hombre que venía, y llegó hasta el Anciano de grande edad, e hiciéronle llegar delante de él.*
  • Y fuele dado señorío, y gloria, y reino; y todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieron; su señorío, señorío eterno, que no será transitorio* (transitorio, eso es allá de los radios transistores, ¿verdad?) … que no será transitorio, y su reino (que) no se corromperá.
    1. Allí está. Daniel lo vio con aquel cabello blanco. Él era el Juez que abría los libros y juzgaba con ellos. Daniel lo vio que venía en las nubes. Eso es exactamente lo que vio Juan. Ambos lo vieron exactamente igual. Ellos vieron al Juez con Su cinta de juicio alrededor de sus hombros, puro y santo, lleno de sabiduría, completamente apto para juzgar al mundo en justicia. ¡Aleluya!.”*

Bueno, vamos a pararlo aquí, ya ustedes vieron cómo es que, cómo es que viene el Señor en Su Primera Venida como Cordero; y luego en las edades de la Iglesia se manifiesta como Cordero, entonces ministra como Sacerdote; y luego al finalizar las edades, en el séptimo mensajero, ahí está como Cordero, como Sacerdote ministrando antes de terminar las edades. Luego, cuando terminan las edades, ahí mismo, en ese mismo velo de carne, Él se cambia o se transforma de Cordero a León; y no le vieron, ¿ve? Entonces es lo que dice: “El Hijo del Hombre se está revelando en misericordia”. ¿Cómo? Como Hijo de Dios, como Sacerdote, desde el 46 en adelante. “Pero luego, cuando llega el tiempo de la apertura de los Sellos, el Hijo del Hombre está revelándose”.

¿Y cómo se está revelando, de ahí para adelante? ¿Cómo qué? Como León, como Juez. Entonces, se cambia de Sacerdote a Rey, de Sacerdote a Juez, y la gente no se da cuenta.

Entonces cuando se cambia, así de esa manera, entonces ese tabernáculo, ese tabernáculo o ese trono donde Él estaba ahí operando u obrando, o ministrando como Sacerdote; porque estuvo ministrando, estuvo ministrando como Sacerdote a través de las edades de la Iglesia, ¿sí o no? Bueno, estuvo ministrando como Sacerdote a través de las edades de la Iglesia. Pero recuerde, que Él ministró como Sacerdote en ese lapso de tiempo, y ahí entonces, mientras Él está ministrando como Sacerdote, vemos que para esas edades de la Iglesia, para esas edades de la Iglesia encontramos que el Señor como Intercesor, como Sacerdote, como Sacerdote, y vemos que es Sacerdote según el Orden de ¿quién? De Melquisedec (un nuevo orden).

Ahora, encontraremos que en el lugar santísimo solamente ministraba ¿quién? El sumo pontífice; el resto ministraba fuera del lugar santísimo, ministraban en el lugar santo, ¿ve?

Por eso es entonces que los mensajeros de las edades de la Iglesia, ellos ministraron ¿dónde? Ellos ministraron… dice aquí en el libro de Los Sellos, déjeme ver, dice que delante, delante del Trono habían ¿qué? Dice: “…y un trono establecido en el Cielo, y en el Trono Uno sentado. Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina; y había alrededor del trono un arco iris, semejante -al aspecto- en aspecto a la esmeralda. Y alrededor del Trono habían veinticuatro tronos; y vi sentados en los tronos veinticuatro ancianos, y vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas. Y del Trono salían… (del trono salían… Si del trono salían, ¿ve?, entonces desde el trono salía hacia afuera ¿qué?)… relámpagos truenos y voces. Y delante del Trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios”. ¿Ve usted?

Entonces delante del Trono, no en el Trono, delante del Trono estaban ¿qué? Las siete lámparas, delante del trono era que estaban esas siete lámparas que representaban ¿qué? Los siete espíritus de Dios; y los siete espíritus de Dios, esto no es otra cosa sino, el Espíritu de Dios ministrando a través de cada uno de los mensajeros, que son también las siete estrellas. ¿No es eso lo que Dios le dijo a Juan que significaban esos candeleros? Esos candeleros eran ¿qué?... Déjeme ver si lo puedo conseguir por aquí. Dice, Apocalipsis 1, verso 19 en adelante. Dice [RV 1909]:

  • “Escribe las cosas que has visto, y las que son, y las que han de ser después de éstas:*
  • El misterio de las siete estrellas que has visto en mi diestra, y los siete candeleros de oro. Las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias; y los siete candeleros que has visto, son las siete iglesias.”*

¿Ve usted? Así que vea entonces lo que todo esto significa.

Entonces, vemos que esto está delante del Trono, no en el Trono. También las vírgenes fatuas dice que estarán delante del Trono; pero en el Trono está Uno sentado a semejanza de ¿qué? De Hijo de ¿qué? De Hombre. Así que, vemos entonces que donde se encuentra el Hijo del Hombre es en el Trono.

Ahora, esto pues es un poquito usted sabe, profundo, pero sencillo.

Fíjese, a través de las edades de la Iglesia, estos siete mensajeros ministraron, ¿dónde? Ellos ministraron porque eran las siete estrellas, ¿ve? Los siete mensajeros que reflejaban la luz del Sol. ¿Y dónde es que está el Sol? En la Edad del Sol, que es la Edad de la Piedra Angular. Entonces, ellos lo que estaban reflejando en esas edades era la luz de la Edad de la Piedra Angular. Ellos no podían reflejar nada que no fuera o saliera de allá, de la Edad del Trono, de la Edad del Sol.

Ahora, fíjese, durante las edades de la Iglesia, fíjese, encontramos que Jesucristo, Jesús, era el Trono o el Tabernáculo, el Trono de Misericordia. Él era el Lugar Santísimo. Luego, cuando se fue, después regresó y vino ¿a dónde? Vino entonces al corazón humano.

Entonces vemos que estuvo ministrando en las edades de la Iglesia, estuvo ministrando como Sacerdote, y ese ministerio fue llevado a cabo a través de los siete mensajeros; fue llevado a cabo a través de las siete estrellas que reflejaban la Luz del Sol.

Encontramos entonces, que en las siete edades de la Iglesia hubieron entonces siete tronos de misericordia, siete asientos de misericordia a través de los cuales el Señor en espíritu ministró a través de ese trono o sobre esos tronos, ministró ¿qué? Misericordia. Ministró el Mensaje de Misericordia, el Mensaje de Redención, el Mensaje de Gracia. Y ese Mensaje era proclamado y los que lo recibían, recibían misericordia, porque el Señor en espíritu en esos siete tronos, estuvo ministrando misericordia para el pueblo que venía en busca de misericordia. Entonces se podían acercar al Trono de Misericordia, y recibían misericordia; entonces al recibir la Palabra que venía desde ese Trono, recibían misericordia.

Por eso es que vemos que la misericordia de Dios estuvo manifiesta y era recibida a través del mensaje de cada mensajero. Entonces venía el mensajero de cada edad, captaba el mensaje para esa edad, entonces al captarlo, venía y lo predicaba; y Dios llamaba a los escogidos, los escogidos reconocían esa Palabra, recibían el mensaje, eran sellados con el mensaje del mensajero; descansaban (morían, descansaban); y entonces para los que rechazaron el mensaje de misericordia, la misericordia que Dios ministró a través de cada uno de esos tronos, de esos asientos de misericordia, luego de rechazar el mensaje, entonces Dios ¿qué hacía? Sellaba el grupo escogido, los acostaba a descansar, y caía una plaga sobre los que habían rechazado.

Luego pasaba el tiempo de esa plaga, venía otro mensaje enviado de parte de Dios, el mensajero en la tierra lo captaba, lo daba, los escogidos lo oían, lo recibían, eran sellados. Los que rechazaron, los que rechazaron perdieron su oportunidad. No podían esperar el mensaje de otro mensajero, porque ellos vinieron a vivir en el tiempo de ese mensajero. ¿De qué podía valerles a los luteranos que les gustara más el mensaje de San Pablo? ¿O el Mensaje de Ireneo? ¿O el Mensaje de Wesley? El mensaje que ellos tenían que recibir era el Mensaje de Lutero, porque en ese tiempo el Sumo Sacerdote, o el Señor estaba ministrando ¿qué? Misericordia. Entonces ¿cómo lo estaba ministrando? A través de uno de los mensajeros.

Entonces, todo eso era ministrado ¿dónde? Era ministrado ahí en el Lugar Santo. En el Lugar Santo, recuerde bien eso. ¿Por qué? Porque eran estrellas, mensajeros que solamente lo que hacían era reflejar la Luz del Sol o el Mensaje del Sol de justicia.

Entonces, encontramos que ellos reflejaron ¿qué? Ellos reflejaban el Mensaje que el Sol de justicia estaría dando cuando Él estuviera brillando en la Edad de la Piedra Angular.

Por eso usted encuentra que las cosas que ellos predicaron allá, lo que fue Palabra, las encontramos que son predicadas acá, ¿ve? Entonces encontramos que ellos reflejaron entonces parte, parte de la Luz de la Edad de la Piedra Angular. Porque una estrella no refleja toda la luz del sol, porque si la reflejara toda, entonces con una sola estrella brillando en la noche, sería de día. ¿Ve usted?

Así que imagínese usted entonces cuántas estrellas, cuántos mensajeros aparecieron en las edades, y con todo y eso nunca fue ¿qué? Un día, sino que fue ¿qué? Noche. Pero reflejando la Luz del Sol cada una de las estrellas. Y luego vino la estrella de la tarde, y con la estrella de la tarde apareció la Luz de la tarde. Entonces ahí apareció el Sol.

Bueno, por eso fue que pudo brillar, y pudo, ¿qué? Y pudo alumbrar como alumbró.

Entonces, yo le dije que en las edades había siete tronos de misericordia, ¿verdad? Si yo lo digo no tiene ningún valor. Vamos a ir al mensaje titulado Revelación, capítulo 4, parte 3, página 31 [24]. Dice: ¡Oh! Él…” Párrafo 150 [149], dice:

  • “149 ¡Oh, oh!, Él—Él es un Dios real, ¿verdad? Estoy tan contento de que Él puede mirar por encima de nuestros errores, ¿Uds.? Nos hace amarlo con todo nuestro corazón.*
  • 150 Tronos, relámpagos… ¿Qué? Siete lámparas o lámparas, o siete estrellas, llamados siete Espíritus, queriendo decir la mani-… siete manifestaciones del Espíritu Santo de las Siete Edades de la Iglesia en los siete propiciatorios para la gente”.*

¿Ve que no era yo? Fue Elías, fue Dios a través de Elías, que dijo que habían siete asientos de misericordia en las edades de la Iglesia; el último fue Elías, y ahí en el último asiento de misericordia, fue el último lugar donde ministró el Señor. Y entonces al ministrar ahí, ahí entonces estaba ministrando ¿dónde? Ese Trono, ese Asiento de misericordia era el Lugar Santísimo; era el lugar donde la plenitud de la presencia de Dios estaba; porque la plenitud de la presencia de Dios ¿dónde es que está? En el Lugar Santísimo, porque ahí es que la Shekinah se veló, en el Lugar Santísimo detrás de las pieles de tejón. ¿Ve usted?

Entonces, vemos que ahí, ahí en ese lugar es que Dios estaba en toda Su Plenitud, ¿cómo? La Luz, la Shekinah, la gloria y Shekinah.

Y cuando podemos ver y reconocer la gloria y Shekinah, ministrando o velada en carne humana en Elías, era tiempo de misericordia todavía. Escuche bien eso, porque queremos llegar a algo aquí.

Ya vimos que habían siete asientos o siete tronos de misericordia: los siete mensajeros, las siete estrellas, a través de los cuales el Espíritu de Dios estuvo operando o ministrando ¿qué? Misericordia para todo el que podía alcanzarla. Todo aquel que estaba escrito en el Libro de la Vida, entonces ahí podía llegarse al Trono.

Ahora vea usted que eso fue durante las siete edades de la Iglesia. Y vemos que cuando Él terminó Su trabajo como intercesor, como Sacerdote según el orden de Melquisedec, y lo terminó ¿dónde? Lo terminó en el séptimo asiento de misericordia, que es ¿quién? Elías. Ahí lo terminó y entonces ese Asiento de misericordia, ese Trono de misericordia se convirtió en ¿qué? En un Trono de juicio. Entonces ahí fue que el Señor se cambió o se transformó de Cordero a León. Al cambiarse de Cordero a León, entonces vemos ese cambio que hubo.

Ahora, cuando ocurre ese cambio entonces todo está listo ¿para qué? Para la apertura de los Sellos. Por eso es que… es el Cordero mismo el que lo abre pero como León; se le cambia a la vista de la gente y la gente no se dio cuenta.

Bueno vamos a ver aquí, hablándonos de la gloria de la Shekinah, y hablándonos también aquí de ese Trono que Juan vio. Ustedes saben que las edades de la Iglesia son del capítulo 1 al capítulo 3 de Apocalipsis. Ustedes saben que en Apocalipsis 4 (y ya eso el hermano Candelario lo ha predicado muchas veces, y ustedes lo han leído también), en Apocalipsis 4 es ¿qué? Es que Juan es levantado, y Juan representa a la Iglesia verdadera del Señor. Apocalipsis 4 cuando oye la Voz que le dice: “Sube acá”, y él sube, eso es el rapto de los escogidos. Entonces, ¿de dónde es la Voz? De arriba. Vea usted, la Voz desde arriba.

Déjeme ver, yo deseo, deseo hacerle todo esto claro, porque estamos hablando sobre este tema, y usted sabe, quisiera que quede claro en esta noche, para entonces estar conscientes de la hora que estamos viviendo. Y luego de estar conscientes de la hora en que estamos viviendo, luego entonces… luego, entonces pues ya usted sabe… [CORTE DE AUDIO @1:13:45]... saber cómo recibir las bendiciones que Dios tiene para nosotros, y hasta saber cómo irnos de aquí.

Déjeme ver, quisiera conseguirlo rápidamente, por lo tanto, esto se encuentra… página 18 [15] del Mensaje titulado Revelación, capítulo 4, parte 1, dice:

  • “96 Esta Puerta estaba en el Cielo, esa Puerta, cuando él miró hacia arriba él vio al Señor Jesús”.*

Cuando miró para arriba vio una Puerta abierta; y cuando vio esa Puerta abierta ¿a quién vio? A Jesús. Vamos a ver ¿quién será esa puerta entonces?

  • “...cuando él miró hacia arriba él vio al Señor Jesús. Solo observen la parte que sigue. Esa Puerta, el Señor Jesús”.*

Cuando él miró para arriba vio una Puerta abierta, y esa Puerta era ¿quién? El Señor Jesús; era el Señor Jesús, ustedes saben, la Segunda Venida del Señor.

  • “…miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, era como…una voz como de trompeta…”*

¿De dónde escucharía esa Voz?

97 Ahora la escena está cambiando. Juan ha estado observando a Patmos, y ahora él mira hacia arriba. ¿Por qué? Él ve que sucede algo aquí en la tierra (estas edades de la iglesia)...”

Yo no sé leer muy bien, ni ponerle bien, ni pronunciar bien los acentos. Vamos a ver si pronunciándolos de esta forma pues, se oye mejor:

  • “...y luego después de que terminó de ver las edades de la iglesia, después de eso* (o después del término de las Edades de la Iglesia)… después de eso, después que cesaron las Edades de la Iglesia, él oyó una Voz”.

¿Ve que después de las edades de la Iglesia hay una Voz todavía? Pero no está en las edades de la Iglesia.

  • “Y él alzó sus ojos hacia el Cielo* (mire para dónde es que hay que mirar) y vio una Puerta abierta, y la primera Voz sonó como una trompeta. Muy bien, la escena cambió de Patmos al Cielo.
  • 98 La Voz era la misma Voz que andaba entre los siete candeleros de oro; la misma Voz, la Voz no cambió. Pero, la Voz, ¿dónde estaba cuando él La oyó la primera vez? ¿Cuántos recuerdan, en la primera edad de la iglesia? Detrás de él. Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, Apocalipsis 1—1:10. Así que, él… En el Espíritu. Si lo quieren anotar, Apocalipsis 1:10 y 13. Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí como una Voz de trompeta y hacía un estruendo como de muchas aguas. Y cuando me volví para mirar, vi a Uno parado en medio de los siete candeleros de oro.*
  • 99 Ahora, después de que Él le mostró todo ese misterio de los siete candeleros de oro (que tenía las siete estrellas, y una peluca blanca y demás, y pies semejantes al bronce, y ojos como fuego, los símbolos), entonces oyó la misma Voz (Observen.) que hablaba desde el Cielo. Y él alzó sus ojos y vio una Puerta abierta. ¡Oh! ¡Una Puerta abierta en el Cielo! ¿Cómo entra uno? Por Cristo Jesús, esa única Puerta, un Camino, ningún otro camino.*
  • 100 Cualquier hombre que sube de cualquier otra forma, es ladrón y salteador. Y en la parábola del que subió y estuvo en la Cena de las Bodas sin tener puesto un vestido, fue hallado culpable, y fue atado y echado en las tinieblas de afuera. Solo hay un Camino, para llegar a la Cena de las Bodas”.*

¿Cuál es ese camino? El Señor. Ese camino es Cristo. Él en la Primera Venida dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida, y nadie viene al Padre sino por mí” [San Juan 14:6]. Si Él era el Camino y Él era la Puerta, y Él era la Verdad y Él era todas esas cosas que usted ve que Él era, ¿qué será en Su Segunda Venida? ¿No seguirá siendo el Camino? ¿No seguirá siendo Él la Puerta, la única? ¿No seguirá Él siendo también el Pastor? Y entonces, si Él es la Puerta de las ovejas, las ovejas entran por ¿quién? En la Primera Venida y en la… Él era la puerta, y en la segunda dispensación para entrar en el plan de salvación había que entrar por esa Puerta, ¿cuál era? El Señor en Su Primera Venida; había que aceptar, recibir, la Primera Venida del Señor en carne humana y el Nombre de la Primera Venida.

¿Qué de esta tercera dispensación? ¿Qué de la Cena de las Bodas? (¿mm?). Hay una Puerta, y abierta, y es en el Cielo. ¿Y es que? Esa Puerta abierta es ¿quién? Es el Señor en Su Segunda Venida. Esa Puerta abierta en el Cielo es el Séptimo Sello abierto, que es la Segunda Venida del Señor; esa Puerta abierta en el Cielo es ¿qué? La Segunda Venida del Señor en carne humana, conforme al orden de Su Segunda Venida. Ya usted sabe de lo que estamos hablando, ¿verdad?

Para entrar a la Cena de las Bodas, no se puede entrar de otra manera. Dice, que el que entre de otra manera es echado ¿cómo? Fuera; porque Él es la Puerta. Y no solamente eso, Él es la Puerta de las ovejas, Él es también ¿qué? El Pastor. Y dice que el Pastor, luego que las ovejas están dentro se acuesta en la Puerta; y nadie puede entrar si no le pasa por encima a Él (¡) Y nadie puede salir, de los que están dentro, si no le pasan por encima a Él(¡). ¿Ve? y Él es la Palabra. Él es la Palabra hecha carne; por lo tanto, entonces, para entrar o para salir Él está en la Puerta.

¿Quién es el Portero? Ahí lo tiene. Él es el Pastor de las ovejas, Él es el Portero también, Él es la Puerta, Él es el todo. Así que no hay otro lugar de entrada. ¿Brincar por la verja? El que entra por otro lugar es robador, es ladrón. ¿Ve usted?

Entonces, para entrar a la Edad de la Piedra Angular hay que entrar por la Puerta abierta.

Entonces, vemos que esa puerta sería abierta en el tiempo final, y esa puerta es el Séptimo Sello; entonces el Séptimo Sello es la Segunda Venida del Señor que sería abierto, el Séptimo Sello, la Segunda Venida del Señor, sería abierto al público, ¿cuándo? En el tiempo final; y entonces entraríamos, entraríamos ¿cómo? Entraríamos como dice aquí la Palabra, ¿cómo? “Entraríamos con el verdadero gozo, con el verdadero cántico”. Mírelo aquí, página 151, del Libro de Citas, párrafo 1347, dice:

  • “1347- Nunca empiecen o traten una organización. No traten de edificar sobre alguna otra cosa. Sino que permanezcan humildes delante del Señor su Dios, porque parece como que las puertas pudieran abrirse pronto a la tierra prometida. Entonces entremos con el verdadero canto y regocijo, cuando la Novia y Novio tomen su lugar en el trono”.*

¿Ve usted? Entonces, ¿dónde es que está el Trono? Arriba. Juan para subir tuvo que oír la voz y cuando oyó la voz y subió, cuando subió vio un Trono allá. Así que las puertas son abiertas para subir, y entonces cuando se sube se encuentra con el Trono allá arriba.

Ahora, fíjese que el Señor se cambió de Cordero a León: “Ahora vea usted que el Señor en Su Primera Venida era el Trono de Misericordia; y luego cuando descendió el Día de Pentecostés y operó después a través de los siete mensajeros de las edades, estaba operando en siete tronos: los siete mensajeros (siete tronos); entonces siete asientos de misericordia… [CORTE DE AUDIO @1:23:25]

AUDIO ELIEL @1:23:27

…[Los Sellos, pág. 81, párr. 105] “...entonces Él aparece; y el anciano dijo que era un León, y Él viene saliendo (¡Oh hermano, qué cosa tan tremenda!) para tomar el Libro y para

  • revelar los misterios de Dios, los cuales han sido puntos de suposición y conjetura a través de todas estas edades denominacionales”.*

** Ahora, vea usted que cuando el Señor sale como León, el tiempo de intercesión ¿qué? Ha terminado. Sale de ¿dónde? Del Trono de Intercesión. Entonces se convierte en ¿qué? En León, en Juez.

Entonces vamos a pasar por aquí, dice aquí página 86, ya casi finalizando, dice:

“128. Ahora, los sellos fueron abiertos en la última edad de la Iglesia para revelar estas verdades. El Cordero abrió los sellos y se los reveló a Su Iglesia para así recoger Sus súbditos para Su Reino, Su Novia. ¿Ve usted? ¡Oh, mire! Él ahora quiere traer Sus súbditos a Sí mismo. ¿Cómo lo hará? Del polvo de la tierra, de las profundidades de la mar, de los abismos y de todas partes donde fueron colocados, de las regiones de tinieblas, del paraíso y dondequiera que se encuentren; Él llamará y ellos responderán. ¡AMÉN Y AMÉN! Él llamará y ellos responderán”.

** Y usted sabe, y los que se encuentran en el polvo de la tierra, pero en estado más avanzado o más perfeccionado, ¿qué es qué? En cuerpos de carne humana, pues ellos responderán también. O sea que es un tiempo en que Dios llama a Sus hijos de todas partes. Y nosotros que nos encontramos en estos cuerpos de tierra también responderemos. Dice:

“129. Él viene para llevarse Sus súbditos (para ¿qué? Para llevárselos). Él reveló Sus secretos y ellos lo reconocieron”.

** Realmente los escogidos, Sus súbditos, lo reconocen a Él viniendo en Su Segunda Venida y revelándole los misterios.

“Luego para ese tiempo, el tiempo no será más, ya se acabó, ha terminado. Bien, ahora, Él deja el Trono donde ha estado como Cordero Intercesor, para ser el León, un Rey para traer el mundo a juicio, el cual ha rechazado Su Mensaje. Él ya no es Mediador. Recuerde la enseñanza del Antiguo Testamento: Cuando la sangre se apartaba del propiciatorio ¿qué sucedía? Se convertía en tribunal de juicio. Y ahora cuando el Cordero inmolado salió de la eternidad, del Trono del Padre, y tomó Sus derechos, fue entonces un tribunal de juicio; y Él entonces ya no es un Cordero sino un León, el Rey, y clama por Su Reina que venga a pararse a Su lado.

  • ¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo?*
  • 1 Corintios 6:2*
    1. Daniel dijo en el capítulo 7 y versículo 10 que el Juez se sentó y los libros se abrieron, y millones de millones asistían delante de él (el Rey y la Reina)”.*

Mire lo que se cumple ahí también.

Bueno, ahora, vamos a pasar por aquí a la página 47 y 48 de Las Edades, dice así, finalizando ahí dice [48]:

  • “Y en medio de los siete candeleros, uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies y ceñido por los pechos con una cinta de oro.*
  • Apocalipsis 1:13*
    1. Allí está Él, Uno semejante al Hijo del Hombre. Como la joya es embellecida por el engaste del anillo, así también Él es glorificado en medio de las Iglesias. Es el Día del Señor; porque Juan lo ve parado, no como un sacerdote, pero como el Juez venidero. La cinta de oro ya no está rodeando la cintura, donde el sacerdote tiene que tenerla mientras ministra a Dios en el Lugar Santísimo, ahora está alrededor de Sus hombros, porque ahora Él no es el Sacerdote, sino el Juez. Ahora, Juan 5:22 ha llegado a cumplirse:*
  • Porque el Padre a nadie juzga, mas todo el juicio dio al Hijo.*
  • Su servicio ha sido prestado. El sacerdocio está consumado. Los días de la profecía han llegado a un fin. Él está ceñido como el Juez”.*
AUDIO AURORA 1:28:45

¿Ve? Entonces vemos lo que sucede ahí. Ahora vamos a ver aquí en la página 49, finalizando ahí dice:

  • “41. (...)Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí en las nubes del cielo como un hijo de hombre que venía, y llegó hasta el Anciano de grande edad, e hiciéronle llegar delante de él. Y fuele dado (¿a quién? A ese Hijo) señorío, y gloria, y reino; y todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieron; su señorío, señorío eterno, que no será transitorio, y su reino no se corromperá.*
    1. Allí está. Daniel lo vio con aquel cabello blanco. Él era el Juez que abría los libros y juzgaba con ellos. Daniel lo vio que venía en las nubes. Eso es exactamente lo que vio Juan. Ambos lo vieron exactamente igual. Ellos vieron al Juez con Su cinta de juicio alrededor de sus hombros, puro y santo, lleno de sabiduría, completamente apto para juzgar al mundo en justicia. ¡Aleluya!*
    1. Aun el mundo entiende este simbolismo, porque en tiempos pasados el juez llegaba y convocaba la corte, estando vestido con una peluca blanca y un manto largo que significaba completa autoridad (un manto desde el cuello hasta los pies) para impartir justicia”.*

¿Ve usted? Ahora recuerde usted que dice el hermano Branham, fíjese ahí, cuando Juan lo ve, fíjese cómo lo ve: como Juez con una peluca blanca, lo ve con la cinta sobre Su hombro también, y él dice: “Ahí está como Juez, ya no es intercesor”; y cuando el hermano Branham está explicando el retrato de los siete mensajeros, dice: “Ahí está cómo lo vio Juan con Su peluca blanca sobre la cabeza”. ¿Qué estará diciendo ahí?

Entonces, vea usted que… déjeme ver por aquí… ahí aparece como Juez; vemos que el Hijo del Hombre apareció, vemos la aparición del Hijo del Hombre. Vemos todas esas cosas que acontecieron; entonces, déjeme ver por aquí algo que él dice. Déjame ver qué páginas era por aquí; es en el mensaje Tratando De Hacer Servicio A Dios Fuera De Su Voluntad, ahí en ese mensaje, en este mensaje es donde él habla acerca de él, del Hijo del Hombre apareciendo, y ahí es donde él señala que eso se cumplió en 1963, lo que San Lucas había dicho que el Hijo del Hombre habría de… que la señal del Hijo del Hombre sería vista en el Cielo; eso se cumplió en esa fecha.

Y encontramos entonces que el Hijo del Hombre apareció; ¿y cómo apareció? ¿Con qué? Con una peluca blanca, una peluca blanca. Entonces apareció, cuando apareció ahí, apareció ¿cómo? Apareció como Juez. Y entonces al aparecer como Juez ahí, entonces, ¿fueron o no fueron abiertos los Libros? ¿Fueron abiertos los Sellos o no fueron abiertos? Entonces ahí es que Él hace el reclamo de Sus escogidos, y ahí es que Él llama también a Sus escogidos para sentarse ahí en el Trono; porque Él prometió… [CORTE DE AUDIO @1:33:13]... la última edad de la iglesia de Laodicea: “A los que vencieren, yo les daré que se siente conmigo en mi trono” [Apocalipsis 3:21].

Entonces vemos que para los escogidos que vencen, les es dado el privilegio de sentarse con el Señor ¿dónde? En Su Trono. Pero recuerde que no es el Trono de Misericordia, es Trono de Juicio.

Mire aquí en la página 151 es donde dice de la señal del Hijo del Hombre, dice… yo les voy a leer la página 151 (empieza en la página 150); es el párrafo 1343. Está hablando ahí del retrato que tomaron a los siete mensajeros allá en el aire. Dice:

  • “1343 - “Esos misterios serán revelados en los postreros días cuando los siete ángeles... el Mensaje del séptimo ángel, cuando él... No cuando el comienza a hacer esto, sino Cuando El empieza a sonar Su Mensaje.’”.*

Recuerde que una cosa es cuando estaba sonando el Mensaje para la edad de Laodicea y hablándole de los dones y estas cosas, y otra cosa ¿es cuándo? Cuando empieza a sonar la Trompeta del Año del Jubileo.

  • Cuando El empieza a sonar Su Mensaje. ¿Ven? No los años en preparación, sino Cuando él comienza a sonar el Mensaje, estos misterios entonces serán revelados. Y aquí están, no conociéndolos, y ustedes son testigos de eso. Y luego en ese gran observatorio, para que el mundo esté privado de eso, todavía se están preguntando qué sucedió. En Tucson, esos grandes observatorios tomaron la fotografía de ella allá arriba; todavía preguntándose qué sucedió. ¿Qué es? Todavía ponen en el periódico: ¿Sabe alguien algo acerca de qué, cómo pudo haber sucedido?* (O sea, preguntándole a la gente si ellos saben sobre cualquier cosa)”’ No hay neblina allá arriba, no hay aire, no hay humedad; a una altura de treinta millas en el aire ¡Oh vaya! Habrá señales arriba en los cielos. Y cuando estas cosas sucedan, terremotos en diferentes lugares. entonces aparecerá la señal en el cielo del Hijo del Hombre. Ese día (en Lucas) el Hijo del Hombre Se revelará otra vez, y será revelado a Sí Mismo. / Los que tienen el Espíritu de Dios esperan estas cosas.”.

Ahora vea usted que el Hijo del Hombre sería revelado. ¿Ve usted que la señal del Hijo del Hombre sería vista en el Cielo? Y el Hijo del Hombre sería revelado en carne humana aquí en la Tierra. ¿Ve usted?

Entonces, esto es lo mismo que dice aquí en el mensaje o en el libro de Notas, página 22 y 23, dice, párrafo 183 dice:

  • “183 - El Hijo del Hombre* (está hablando en el 58) está ahora siendo revelado desde el Cielo. ¿Vendrá después de un tiempo, hermano Branham? Es ahora. Y yo deseo no hacer esto tan personal en esta reunión, espero que su espíritu dentro de usted que es dado por Dios, pueda leer lo que estoy hablando. El Hijo del Hombre ya ha venido de Su gloria y se está revelando a Sí mismo por los cuantos años pasados a Su Iglesia en Su misericordia (en Su misericordia; se estaba revelando en misericordia el Hijo del Hombre ¿a través de quién? Del séptimo mensajero); enseñándoles Su gran presencia, haciendo las mismas cosas que El hizo cuando El estuvo aquí en la Tierra, revelándose a Sí mismo como El lo hizo a Abraham antes de la destrucción. El ha venido ahora en misericordia revelándose a Sí mismo a la Iglesia; se han reído y lo han escarnecido. La siguiente vez que El se revele a Sí mismo, será en el juicio al mundo (o sea, ¿cómo? Como León, como Juez) y las naciones que se olvidaron de Dios y pecaron su manera de gracia... Su Día de Gracia, más bien”.

Que pecaron Su Día de Gracia o su manera de gracia, y rechazaron el mensaje de la segunda dispensación, y por última vez rechazaron la misericordia de Dios en Elías. ¿Por qué? Porque el Hijo del Hombre estuvo revelando en Elías desde el Cielo en misericordia primero, y se burlaron y se rieron de Él; y después cuando se vuelve a revelar, es en el juicio, es como León; y entonces es que en el 63 aparece la señal del Hijo del Hombre en el Cielo y entonces ya no más como Cordero, sino como León. Entonces es Rey para traer el mundo a juicio. Y entonces de ahí en adelante ya terminó Su trabajo de Cordero, de Intercesor, y comienza Su trabajo de León, o sea, de Juez y Rey.

Entonces, vemos que ahí entonces ya no hay ¿qué? No hay misericordia, porque el Trono de Misericordia se convirtió en ¿qué? En Trono de Juicio; en ese velo de carne donde estaba manifestándose en misericordia antes de la apertura de los Sellos, un Trono de Misericordia era ese séptimo mensajero, ¿ve?

Entonces, luego termina, y entonces se convierte ese Trono de Misericordia en un Trono de ¿qué? De juicio.

Entonces ahí está el Señor… ya no no estaba ahí en el primero, estaba ¿cómo? Como Sacerdote, como Intercesor, ¿ve? Entonces luego cambia de Intercesor a Juez, cambia de cordero León; se le cambió, delante de la gente se le cambio de Cordero a León… [CORTE DE AUDIO @1:40:08]... necesitan ver.

Ahora en el párrafo 186 dice:

  • “186 - Ella corrió a la ciudad y dijo: Vengan a ver a un hombre que me ha dicho las cosas que yo hice: ¿No es éste el Mesías? Y él nunca hizo eso a un gentil ¿Por qué? El lo dejó hasta este día. Eso es lo que dijo aquí. En los días cuando el Hijo del Hombre, sea revelado del cielo”.*

¿Cuándo lo haría? Cuando el Hijo del Hombre fuera revelado de ¿dónde? Del Cielo.

Entonces vea, que primero cuando viene y se revela del Cielo, se revela primero ¿cómo? Como Cordero, como Sacerdote, como Sumo Sacerdote se revela en Elías, y hace esa misma señales que hizo allá. Allá Él las hizo y era el Cordero, y como Cordero las hizo, y después acá como Cordero vuelve y las hace, ¿ve? Las hace ahí delante de la gente. Entonces dice:

  • “Se está revelando a Sí mismo ahora a la Iglesia por misericordia, la siguiente vez que se revele a Sí mismo será en la destrucción, a quienes rechazaron el mensaje”.*

Entonces la próxima vez que se revela el Hijo del Hombre, ¿cómo se revela? No se revela como Sacerdote, no se revela como Intercesor, no se revela como Cordero, sino que la próxima vez que se revela, se revela ¿cómo? Como Juez, como León; para traer ¿qué? Juicio. Entonces ya no es Cordero, ya la intercesión terminó, ya el Trono de Intercesión terminó, los que rechazaron Su mensaje de Gracia, el mensaje de las edades de la Iglesia, y ese mensaje de las edades de la Iglesia de Gracia, es el mensaje donde Él aparece como Intercesor, como Cordero; entonces fue rechazado ¿dónde? En el último mensajero cuando estuvo ahí ese mensaje, y entonces el mensaje pasa de mensaje de Gracia a ¿qué? A un mensaje de Juicio; y el Cordero también pasa de Cordero a León.

Ahora vea usted, mire usted, la próxima vez que Él se revela, entonces es como ¿qué? Como León, como Juez.

Mírelo aquí la próxima ves que Él se revelaría, página 42 [Citas, párr. 345], aquí dice:

“345 - Mateo 17, muy bien: ...y después de seis días Jesús toma a Pedro, Santiago y Juan... en una alta montaña aparte, y fue transfigurado ante ellos: y Su rostro brilló como el sol y Sus vestiduras eran blancas como la luz. El fue transfigurado. ¿Qué hizo? Se pasó dentro de la transformación, hacia el día de Su Venida / Ellos habían llevado a Jesús a la montaña... o El los había llevado y El fue transfigurado ante ellos, transformado. Sus vestiduras brillaron como el sol en su fuerza y aparecieron con El Moisés y Elías. ¿En qué forma viene el Hijo del Hombre ahora? (¿En qué forma viene el Hijo del Hombre ahora?). Y primero aparecerá, será Moisés y Elías. Ahora, fíjese, antes que Jesús vuelva a la Tierra... Ahora, es poco antes de tiempo, pero el Espíritu de Elías volverá a la Tierra y tornará los corazones de los hijos a los padres. La Biblia lo dice. Jesús lo vio aquí, los apóstoles lo vieron aquí, el orden de la Venida del Hijo del Hombre glorificado. El será glorificado y volverá. La primer cosa antes que lo vieran, ¿qué era? (antes que lo vieran ¿qué era?) Elías. ¿Luego? Moisés; Israel volviendo hacia allá; los guardadores de la Ley. Y luego el Hijo del Hombre glorificado. ¡Aleluya! ¿Ve el orden de Su Venida?”

Entonces vemos el orden de la venida del Señor, el orden de la venida del Señor glorificado, ¿ve?

Entonces es la venida del Señor glorificado, y entonces viene y la primer cosa que vieron, y la primer cosa antes que lo vieron ¿qué era? Pues Elías.

Ahora después que ha pasado todo ese tiempo es que lo hemos visto; es que hemos visto que era ¿qué? La venida el Señor en Elías. ¿Ve? ¿Cómo? Como Hijo del Hombre viniendo en Elías como León, como Juez; y luego con Moisés también viniendo, porque ese es el orden de Su Segunda Venida.

Entonces vemos… vamos a ver ahora el cambio este. Vimos que es Trono de ¿qué? De Juicio; Trono de Juicio, no Trono de Misericordia. Ahora vemos que el Trono de Misericordia cambia, cuando termina el tiempo cambia, ¿y qué pasa? Cuando sale el Cordero, el Sumo Sacerdote, el Señor como Sacerdote sale de hacer ese trabajo de Intercesor, entonces el Trono se convierte en ¿qué? En Trono de Juicio.

Entonces, vamos a ver… en las edades de la Iglesia hubieron siete tronos de misericordia, y a través de esos siete tronos el Señor como Cordero, como Sumo Sacerdote Él ministró ¿qué? Él ministró el mensaje de misericordia, el mensaje de Gracia, lo ministró a través de esos siete mensajeros, y entonces al ser predicado, entonces el pueblo podía recibir misericordia, y entonces esos eran ¿qué? Tronos, siete tronos de misericordia; y aun los que recibían el mensaje, ellos se convertían también en tronos de misericordia; porque el Señor venía a morar en sus corazones, y entonces ese venía a ser ¿qué? El Trono del Señor… [CORTE DE AUDIO @1:47:10]...

…aquí, dice, página 31, y párrafo 151 [150], dice [Revelación, capítulo 4, parte 3, página 31 [24]:

  • “150 Tronos, relámpagos… ¿Qué? Siete lámparas o lámparas, o siete estrellas, llamados siete Espíritus, queriendo decir la mani-… siete manifestaciones del Espíritu Santo de las Siete Edades de la Iglesia en los siete propiciatorios para la gente”.*

Eso es lo que dice ahí. Entonces en las siete edades de la Iglesia hubieron ¿qué? Siete asientos de misericordia para la gente: siete mensajeros. Y en el séptimo mensajero, ese Trono de Misericordia se convierte en ¿qué? En Trono de Juicio.

Entonces luego, cuando ese velo de carne termina su tiempo, mire, viene a ser, fíjese: el Señor cuando vino en Su Primera Venida, encontramos que era el Trono de Misericordia; luego se fue, y entonces los mensajeros vinieron a ser ¿qué? El Trono de Misericordia; y el pueblo que recibía el mensaje era ¿qué? También Asiento o Trono de Misericordia donde Dios moraba.

Luego cuando el Señor viene en Su Segunda Venida en Elías, ese Trono de Misericordia se convierte en Trono de Juicio. Cuando luego se va ese velo de carne, luego el Señor regresa ¿cómo? Como Hijo de David, Rey de reyes y Señor de señores; y se sienta ¿dónde? En Su Trono; y entonces ahí en Apocalipsis encontramos que lo que hay es ¿qué? Trono de ¿qué? De juicio.

Entonces el mensajero y los que reciben el mensaje en la Edad de la Piedra Angular, el Mensajero entró un Trono de Juicio, y los que reciben el Mensaje también se convierten en tronos de juicio. Entonces viene el Señor a ministrar en Su Trono ¿cómo? Como Rey, como León. ¿Para qué? Para traer juicio a este mundo.

Entonces vemos que todo el juicio que viene a este mundo es ministrado ¿cómo? Desde el Trono de Juicio.

Entonces, así como en las edades el Señor moraba en el corazón de cada uno de los escogidos como Sacerdote, como Cordero, entonces el Señor viene en esta tercera dispensación donde es, no Trono de Misericordia, sino Trono de Juicio, y entonces el Señor está sentado en Su Trono como Rey, como León, como Juez. Y entonces vemos que en las edades Él desarrolló Su ministerio de Sumo Sacerdote según el orden de Melquisedec.

Pero luego vemos que Melquisedec tenía ¿qué? Dos ministerios en uno. Era sacerdote y era Rey. En las edades actuó como Sacerdote, ministrando en las edades a través de los mensajeros. Y encontramos que luego se cambió de Sacerdote a Rey, y ahora en esta tercera dispensación Él viene para ministrar o para actuar como Rey, según el orden de Melquisedec, que eso… no queremos tocar mucho de esto, porque de eso hay un mensaje; pero Él viene para actuar como Rey, como Juez.

Y entonces vemos que así como en las edades de la Iglesia, cada uno de los mensajeros de las edades era un trono de misericordia, encontramos que en la Edad de la Piedra Angular habrá un Trono de Juicio, un Mensajero de Juicio, que ustedes saben, traerá juicio para este mundo.

Sabemos que conforme a los Sellos quien trae juicio para este mundo es Elías y Moisés. ¿Ve? Y el pueblo que recibe la Palabra en esa Edad de la Palabra, que ha sido llamados para subir ahí arriba, desde ¿dónde fue llamado? Desde arriba. ¿Y quién llamó? El que estaba sentado en el Trono. La Voz que selló fue la Voz del que estaba sentado en el Trono, pero era un Trono de Juicio, así como las Voz que selló en las edades era la Voz del que estaba sentado allá en aquellos tronos de cada mensajero, y esa Voz se oyó acá a través de cada mensajero.

Entonces vemos, que acá arriba en la Edad del Trono, en la Edad de la Piedra Angular hay una voz, y es la Voz de Dios. Entonces vemos que el Mensajero de esa Edad de la Piedra Angular viene a ser un Trono, como eran un trono los mensajeros de las edades de la Iglesia; pero aquellos eran tronos de misericordia donde Dios ministraba ¿qué? Misericordia a través de ellos, ¿ve? Pero acá es Trono de Juicio, y entonces para el mundo lo que es ministrado es ¿qué? Juicio.

Y entonces son llamados los escogidos a estar sentados también ahí arriba conforme a la promesa que el Señor les dio a los escogidos que vencieron; y había que vencer ¿qué? La Edad de la Piedra Angular con todo… digo la edad de Laodicea; eso es lo que hay que vencer. Y entonces subir hacia arriba, y entonces Él dice: “Y al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en Su Trono” [Apocalipsis 3:21].

Entonces encontramos que esa es la promesa para nosotros, y entonces nosotros, todos, nos sentamos en Su Trono.

Ahora una cosa, entienda bien, una cosa es el Trono como Edad Eterna, otra cosa es el Trono como individuos, ¿ve? Son dos cosas diferentes.

Fíjese, en la Edad del Trono, como edad, el Señor está ahí; primero con Elías y después con Moisés. Él mismo, Él mismo conforme a como dice aquí, aquí en la página 152 de Citas, párrafo 1352 dice:

  • “1352 - En Malaquías 4 El dijo que Jesucristo descendería y Se personificaría a Sí Mismo en carne humana…”*

¿Dónde? En Malaquías 4. ¿Usted dice en Malaquías 4 está hablando de Elías? Habla de Elías en Malaquías 4:5, pero en Malaquías 4:4 habla de Moisés. ¿Ve usted?

Entonces, “antes que venga Moisés, antes que venga Moisés trayendo todos esos juicios para destruirlo todo yo les envío a Elías”, ¿ve? Primero les anuncia a Moisés y después le dice: “y antes que venga el día grande y terrible del Señor, he aquí yo les envío a Elías” [Malaquías 4:5], ¿ve? …[CORTE DE AUDIO @1:55:19]...

…el Sexto Sello, que son Elías y Moisés, que Dios acaba todo, que viene la destrucción. Pues antes que venga la destrucción y venga ese ministerio, pues les envía a Elías primero.

Entonces, vemos en Malaquías 4 Él se personificaría en carne humana. Entonces se personifica haría en carne humana ¿y dónde estaría? Pues estaría en medio del pueblo del Señor, estaría en medio de los escogidos.

Entonces, Él promete conforme a la Palabra, que Él estará en la Edad de la Piedra Angular manifestado en carne humana. Y usted… [CORTE DE AUDIO @1:55:58]... que aconteció con Elías y …[CORTE DE AUDIO @1:56:02…] grande que puede haber acontecido en todos los tiempos, que en uno que haya venido por el sexo que se manifiesta la plenitud de Dios, que Dios se haga carne; es el primero de todos los seres humanos que han venido por el sexo. Porque el primero donde estuvo, que fue Jesús, Él no vino por el sexo.

…[CORTE DE AUDIO @1:56:24]... en Moisés también ocurrirá la misma cosa, y usted vio lo que ocurre en Moisés… [CORTE DE AUDIO @1:56:28]... grande, porque no había ocurrido nada más que en Elías; y usted no sabe que lo mismo… [CORTE DE AUDIO @1:56:34]...

Así que, realmente es grande lo que ocurrirá para todos los escogidos… [CORTE DE AUDIO @1:56:40]...

y empieza con Elías y sigue con Moisés, y continúa con todos nosotros; porque es el tiempo en que Dios se hará carne en todos Sus escogidos, porque Él prometió que nosotros nos sentiríamos con Él en Su Trono.

Así que, eso no nos habla de otra cosa sino ¿de qué? De que la Palabra estaría encarnada plenamente en nosotros.

Entonces tenemos que ver la hora en que estamos viviendo, saber todas esas cosas, porque conforme a la hora y conforme al Mensaje de la hora de cada tiempo, es que Dios obra, ¿ve?

Fíjese, en el tiempo de San Pablo, cualquiera que quisiera actuar conforme al mensaje de Lutero, pues todavía no había llegado ese tiempo; Dios no respondía ni actuaba conforme al de Lutero, al mensaje de Lutero, porque no había llegado el tiempo. Entonces cuando llegó el tiempo de Lutero, de Wesley o de la edad pentecostal, cuando llegó el tiempo de santificación de Wesley, ya Dios no actuaba ni obraba conforme al mensaje de Lutero; había que caminar hacia adelante. ¿Ve usted?

Entonces, en el tiempo de Moisés, allá conforme a la Ley, pues Dios obraba conforme al mensaje correspondiente para esa primera dispensación; y los que quisieron caminar conforme a otro mensaje estaban equivocados, Dios no se movía en esa forma. Pero ahora cuando llegó la segunda dispensación, entonces los escogidos tuvieron que moverse hacia adelante; y de ahí en adelante, en esa segunda dispensación, nadie podía tratar de actuar conforme a la primera dispensación o al mensaje de allá, ¿ve? Pero luego, cuando termina la segunda dispensación, pues ya la segunda dispensación con su mensaje terminó. Y comienza una tercera dispensación, y entonces ¿qué pasa? Entonces es establecido el Trono de Juicio en el Cielo; donde somos subidos nosotros, somos llevados, y ahí es que se nos promete que todas las cosas nos serán dadas a conocer: “Sube acá, y yo te mostraré todas las cosas que han de suceder después de estás” [Apocalipsis 4:1]. Entonces los Truenos, los Siete Truenos ¿de dónde salen? Pues del Trono. ¿Ve usted?

Entonces encontramos que allá en las edades de la Iglesia solamente lo que tuvieron fue ¿qué? Un reflejo de lo que había en la Edad de la Piedra Angular, la Edad del Trono; y ni la mitad dijeron allá. ¿Ve usted? Ni la mitad.

Por lo tanto, entonces donde único se promete se le dirá todo es en la Edad de la Piedra Angular, ¿ve? “Sube acá, y yo te mostraré las todas las cosas que han de ser después de estas de la edades de la Iglesia”.

Entonces vemos el tiempo en que estamos, la hora en que estamos y entonces cómo leímos ahí en la Palabra, la cosa entonces regresa de nuevo; todo es regresando ¿a dónde? Al original, todo regresando al original.

Entonces, fíjese que la cosa regresa a lo que Moisés vio allá cuando estaba en el Monte Sinaí, ahí es que regresa todo, porque Moisés vio ¿qué? Moisés vio todo eso en el Cielo. Entonces luego conforme a lo que él vio arriba él hizo un tipo de lo que había arriba.

Vemos que en el tipo que había arriba, pues, Dios le dijo: “Haz estas cosas de esta manera, de esta manera, y en el Lugar Santo, ahí, que es el lugar de la Palabra, ahí pon dos querubines. (¿Ve usted?). Pon dos ahí, dos mensajeros ahí…” ¿qué son esos? Moisés y Elías, dos guardadores de la Palabra, dos guardadores de la Palabra. Entonces eso él lo hizo conforme a lo que vio ¿dónde? Arriba; y lo que él vio arriba ¿que fué? Trono ¿de qué? De Juicio.

Entonces vemos que en el Trono de juicio hay dos guardadores de la Palabra, que son Elías y Moisés; Elías primero y Moisés después. Entonces ahí está la Palabra en el Lugar Santo, Santísimo más bien, había en el Lugar Santísimo, es el lugar donde no todo el mundo puede entrar. ¿Ve usted?

Entonces, vemos la hora en que estamos, vemos que estamos en una hora más grande de lo que nosotros nos podemos imaginar; vemos que estamos en una hora en que dependemos realmente del Señor, de que nadie puede caminar por los sentidos, porque los sentidos son muy engañosos; sino que tenemos que realmente depender del señor, que Él nos abra todo el panorama para gradualmente ir viendo todo lo que corresponde a esta hora en que nosotros estamos viviendo.

Encontramos que las denominaciones están ofreciendo ¿qué? Están ofreciendo misericordia a la gente, cuando el Señor, que es el que la tiene y el que la da, salió del Trono de Misericordia.

Entonces encontramos que es una hora muy pero que muy delicada; es una hora tan delicada que realmente, pues, tenemos que pensarlo bien, ver dónde estamos, porque mire lo que dice aquí: página 43 [45] del mensaje titulado Almas Encarceladas dice, segundo párrafo, dice:

  • “303 (...)Esto, podría ser, espero que no, pero tendrá que venir, va a suceder. Sólo recuerden, tienen que ser así esos ministerios, siempre ensamblan así, igual que los otros. Eso tiene que acontecer, y Dios no cambia. ¡Piénsenlo!*
  • 304 ¡Muérdanse la conciencia con sus dientes espirituales, y descubran dónde estamos! ¿Qué si así es, y usted aún está como está? Entonces sería mejor de una vez irse…Usted allí ha terminado, o sea los que están por fuera. Después que el Libro fue tomado por el Cordero, el Sexto Sello es revelado y todos los sellos; allí termina. Podría ser, yo espero que no, pero podría ser* (está hablando del 63, dice: Podría ser, yo espero que no, pero podría ser).”.

Ahora déjeme buscar otro sitio aquí; página 52 [54] de ese mismo mensaje Almas Encarceladas dice:

  • “373 Señor, ¿aún habrá gracia?* (Está preguntándole al Señor)... Señor, ¿aún habrá gracia? Permite que yo esté equivocado en esto, Señor, que en este momento esté equivocado. Que yo…que eso no sea así, que la gente todavía pueda ser salva”.

¿Qué le parece eso? ¿Cómo él pensaba y cómo él creía?

Bueno, mire, después de haber predicado estos mensajes en el 61, él deseaba que todavía fuera Trono de Misericordia ¿ve? Pero él mismo dice en un lugar, él mismo dice: “Yo he venido con un propósito, y es para condenar (eso es lo que él dice), para juzgar y condenar”. Está hablando ahí no como sacerdote, no como Cordero, sino como León.

Entonces, fíjese, encontramos que esto es más delicado de lo que uno se puede imaginar; porque, imagínese, aún el mismo hermano Branham, él no deseaba que las cosas fueran de esa manera, sino que él veía que todas las Escrituras señalaban era el tiempo, pero él no deseaba que fuera así.

Ahora yo les digo a ustedes: Ahora que nosotros tenemos un mensaje tan claro, y ahora que nosotros entendemos el Plan de Redención completo, para nosotros sería algo sencillísimo poder predicar redención conociendo todo el Plan de Redención, pero saber… [CORTE DE AUDIO @2:06:22]...

… página 54 [57]dice:

“390 Fue muy difícil hablarles esto a Uds. Estoy muy agradecido, al ver gente aquí de todas partes. Y Uds., Yo…

  • 391 Yo no puedo decir que esta cosa sea correcta, pero tendrá que suceder así en algún momento. ¿Ven? Tiene que llegar a eso, y podría ser ahora mismo. ¿Ven? En todos sus asuntos el mundo continuará igual. La gente aún vendrá al altar y aún clamará, pero de nada servirá. ¿Ven? Ellos ya se habrán ido (¿ven?), esto se habrá concluido; no habrá misericordia. Recuerden eso. Y el santuario fue lleno de humo. El que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia, y el que es santo santifíquese. Ya no habrá misericordia, cuando el Cordero tome el Libro; es todo, hasta ahí llegó. Y pareciera en gran manera como que podría ser ahora”.*

Ahora vean ustedes y comparen eso con los Sellos, donde él dice que el Cordero salió del Trono de Intercesión, ya no es Intercesor y tomó el Libro; y él dice: “Y cuando el Cordero lo tome ya se acabó todo”.

Ahora, fíjese, si él llega a hablar abiertamente, si él llega a hablar abiertamente, estas cosas, eso hubiera trastornado a la mente de mucha gente; muchos hasta se hubieran vuelto locos al saber esas cosas. Pero ya hemos caminado bastante, y ya es tiempo de irnos, y estas cosas deben de ser conocidas. Dice [pág. 58]:

“394 (...)Ahora de que sí sentimos…

  • 395 Y yo considero esta congregación, a la cual le he predicado y he advertido por todos estos años, y ver un mensaje como este, que yo_que yo presenté de esta manera novata. Y sólo recuerden, lo digo para que Uds. lo entiendan: manera novata; hay otras cosas que podrían casi destrozarlos. ¿Ven? Pero las omití, sentí hacerlo, porque no estoy seguro; y si no estoy seguro por donde camino, caminaré con cuidado (¿ven?), pero diciéndoles”.*

Y sigue diciendo ahí más abajo. Dice:

  • “396 Escuchen: ¿No están contentos? ¿Podría haber algo más grande, que Uds. pudieran pensar, que hayan hecho en su vida?*
  • 397 ¿Qué tal si ahora todo ha concluido? ¿Qué tal si ya todo ha terminado? Oh, dice Ud., Hermano Branham, quizás… Sí, yo sé; ellos podrían continuar como si nada, lo hicieron en cada ocasión. He explicado eso y lo he probado por las Escrituras (¿ven?); el mundo continuó girando, pero ya había terminado. ¿Ven?*
  • 398 La locura de la predicación salva a los perdidos. Y es locura para el hombre, pero es la sabiduría de Dios. ¿Ven? Dios es Espíritu. Él obra en maneras espirituales (¿ven?), para obrar Sus maravillas, maneras maravillosas”.*

Y encontramos que ahí también en ese mismo mensaje, en ese mismo mensaje el hermano Branham ora por sus hijos; y fíjese como él ora. Dice [pág. 56]:

  • “384 Señor Jesús, ruego que salves a Rebeca y a Sara, a José, ellos también, Señor. No permitas que esto les suceda a mis hijos, Señor. No permitas que les suceda a mis hermanos y a mis amigos”.*

Ahora fíjese, ¿quién no se preocupa por sus hijos? Pero en este tiempo sabemos y vemos, que para nuestros familiares tenemos una forma para que ellos no se pierdan. Sabemos que el Trono de Intercesión cesó de operar; sabemos que lo que hay es Trono de Juicio. Pero sabemos que con Trono de Juicio es que Dios reclama, ¿qué le parece eso? Y si usted también como individuo es convertido en Trono de Juicio, entonces podemos reclamar aunque no haya Trono de Misericordia y el Señor Intercediendo como Sacerdote, sino como León, como Rey, pues como Rey tenemos derecho a reclamar a nuestros familiares.

También como Rey es que el Señor reclama a todo lo que le pertenece, los 144.000. Aún las vírgenes fatuas, ellas rechazaron la misericordia, ellas rechazaron todo; pero ahora ellas tienen que entrar ¿cómo? En el Reclamo. ¿Ve usted?

Entonces, estamos en el tiempo de Reclamo, estamos en un tiempo grande, un tiempo glorioso, en el cual nosotros tenemos que darnos cuenta en la hora en que estamos; y vemos entonces que aún el hermano Branham deseaba que sus hijos no se perdiesen; y él sabiendo que el Trono de Misericordia había terminado, él clama por ellos que el Señor los salve. Y sabemos la forma que hay para entrar los que han de ser salvos; o sea, por reclamación.

Ahora, miren ustedes esto aquí, en la página 54 [50] de mensaje titulado Perfecta Fuerza Por Perfecta Debilidad, está manifestación del poder de Dios que va a ocurrir, ocurre bajo el Trono de Juicio. Mírelo aquí. Dice:

  • “365 Ven, Señor Jesús* (está invitándolo a venir y ya usted sabe cómo Él ha de venir con Elías y Moisés), arrebata Tu Iglesia. Y si es Tu voluntad, Señor, antes que esa Iglesia sea raptada, que surja Poder. ¡Oh, Dios, llena estos vasos! ¡Levántalos, Señor! ¡Sacude este mundo una vez más! Sabemos que el tiempo ha de pasar (¿ve? Fuera de tiempo, fuera del tiempo de Intercesión, fuera del tiempo del Trono de Misericordia, fuera del tiempo de las edades), luego no habrá arrepentimiento (¿ve? No es para llamar a la gente al arrepentimiento, ese tiempo pasó), entonces estará fuera de alcance para ellos. ¡Pero, muestra Tu Poder, Señor, llena esos vasos y sacude a este mundo como nunca antes ha sido sacudido! (como jamás). Entonces llévate a Tu Iglesia. Deja el mundo en el caos en que se encuentra, ¡oh, Dios!, ellos batallan.
  • 366 Luego, sabemos que el Gran Espíritu Santo vendrá entonces a los judíos”.*

¿Cómo vendrá? Velado en carne humana. ¿No dice ahí en Desesperación página 5… [CORTE DE AUDIO @2:14:26]... la señal: Jesucristo, el Espíritu Santo entre nosotros, ¿cómo? Cómo en los días de Lot. ¿Cómo? Como en los días… [CORTE DE AUDIO @2:14:38]... velado en carne humana… [CORTE DE AUDIO @2:14:40]... Espíritu Santo va a visitar a ¿quién? A los judíos también. ¿Cómo? Pues velado en carne. Entonces sigue diciendo:

  • “366 Luego, sabemos que el Gran Espíritu Santo vendrá entonces a los judíos. Pues vimos los ciento cuarenta y cuatro mil parados sobre el Monte Sinaí…”*

¿Recuerdan ahorita de lo que hablábamos, que lo del Monte Sinaí allá era qué? Trono de qué? De juicio… [CORTE DE AUDIO @2:15:07]...

… En el monte Sinaí. Y lo que Moisés vio en el monte Sinaí fue ¿qué? Trono de Juicio. Él tuvo una visión completa de todo, y entonces conforme a lo que él vio en la cima de la montaña, que fue Trono de Juicio, fue que él hizo abajo, ¿ve?

Entonces, bueno Moisés allá; y ahora Moisés acá en el monte Sinaí con 144.000 también, ¿ve? Entonces dice:

  • “366 …ciento cuarenta y cuatro mil parados sobre el Monte Sinaí, parados con el Cordero…”*

Recuerden que el que abrió los Sellos fue ¿quién? El Cordero, el que llama los 144.00 es ¿quién? El Cordero; el que hace todas las cosas es el Cordero, pero que se convirtió en qué? En León. Cuando Juan lo vio, el anciano le dijo: “Es un León”. Cuando Juan miró dijo: “Vi un Cordero”, ¿ve? Es un Cordero, pero es León; es el mismo que fue Cordero, es el mismo Señor Jesucristo, pero manifestándose como León, como Rey de reyes, porque ya como Cordero se manifestó en las edades. Y ahora en la Edad de la Piedra Angular, que es una Edad eterna, porque la Edad de la Piedra Angular de por sí, de por sí es una pirámide (eso es lo que dice el hermano Branham); la Edad de la Piedra Angular, de por sí es una pirámide; por eso es que en las edades hubieron los siete colores, pero hasta la mitad nada más. En la Edad de la Piedra Angular están los siete colores, pero completos, el círculo completo. ¿Ve?

Entonces, entonces vemos que las edades de la Iglesia fue un reflejo de lo que es la Edad de la Piedra Angular. Ahora la Piedra angular lo tiene todo, no falta nada; entonces será fuera de tiempo.

Entonces vemos los 144.000 ahí, vemos entonces cómo es que Dios va a estremecer este mundo, ahí mismo; estamos leyendo ahí mismo: “Señor, llena esos vasos y sacude a este mundo”. Ahora viene y los mete ¿a dónde? A Apocalipsis 11: a Moisés y Elías, ¿ve? Entonces sigue diciendo. Mire, dice:

  • “... ciento cuarenta y cuatro mil parados sobre el Monte Sinaí, parados con el Cordero, pero la Novia ya estaba en el Cielo. Ella ya había sido levantada, y el Cordero había vuelto (José), para darse a conocer a Su pueblo”.*

¿Ve usted? La Novia o la Iglesia había subido ¿a dónde? Había subido arriba a donde Juan oyó que lo llamaron; subió ahí, la Novia estaba ahí, entonces le toca el tiempo para de llamado de los 144.000.

Ahora vea usted que los escogidos son raptados espiritualmente primero; la traslación literal eso viene después, ¿ve?

Entonces, vean ustedes que en cuanto a la traslación literal, los 144.000 vienen primero y después viene la traslación literal de los escogidos; pero antes de venir, antes de venir los 144.000, los escogidos son raptados primero en lo espiritual, a la Edad de la Piedra Angular. Por eso es que usted en algunos sitios encuentra que el hermano Branham dice, o Dios a través del hermano Branham, que es los 144.000 vienen y después el rapto; y en otros sitio parece cómo leímos aquí, aparece ¿qué? Aparece el rapto primero y los 144.000 después; en los dos sitios está bien. ¿Ve? Todo depende de qué está Dios hablando, de qué rapto está hablando: del rapto espiritual o del rapto literal, ¿ve?

Entonces ahí es que se confunde la gente y creen que hay una contradicción, así como creen en una contradicción allá cuando el Señor dijo: “Bautizarlos en Nombre de Padre, Hijo y Espíritu Santo”, y cuando Pedro bautizó en Nombre del Señor Jesucristo: una contradicción; pero no hay ninguna.

Entonces aquí aparece, aparece que los 144.000 vienen después que la Novia es raptada. Entonces ese rapto es el rapto de ¿qué? De salir de la edad de Laodicea y subir a la Edad de la Piedra Angular.

Pero ahora vamos a ver el rapto literal, y verá que los 144,000 aparecen antes del rapto literal. Página 359 dice así; ahí vamos a ver el Ángel, vamos a ver a Elías y Moisés, cómo esos 144.000 se van a agarrar de Él y no lo van a dejar ir. dice [Los Sellos]:

  • “141. Ahora, Esaú no tenía necesidad del dinero de Jacob, como tampoco lo necesita Roma, porque Roma tiene las riquezas del mundo en sus manos. Pero hallamos que en aquella ocasión cuando todavía era Jacob, se encontró con Dios, y estaba pasando por ese tiempo de tribulación, entonces Jacob echó mano a algo que era real. Hubo un Ángel que bajó del Cielo* (¿qué es el Cielo? La Edad de la Piedra Angular, esa Edad celestial; y ahí es que baja ¿qué? Moisés y Elías conforme a las setenta semanas de Daniel) y Jacob mantuvo sus brazos alrededor del Ángel, y allí se mantuvo. Este Ángel le dijo: Tengo que irme, ya está amaneciendo. Hermano: ¡El Día está por aparecer, está por llegar!
    1. Pero Jacob dijo: ¡No te voy a dejar ir si no me bendices! No puedes partir, yo me voy a quedar contigo. Yo quiero que venga un cambio a mi situación. Esos son los 144.000, los ganadores de dinero que han sido tan deshonestos con las finanzas; pero cuando ellos por fin ven la cosa verdadera y la posibilidad de agarrarse de ello, allí estarán Moisés y Elías. ¡Amén! Ellos también lucharán con Dios hasta que los 144.000 de las doce tribus de Israel sean llamados y sacados fuera.*
    1. Eso sucede justamente antes de comenzar la tribulación. ¡Cuán hermoso! Estos dos profetas predicarán como Juan el Bautista, y les dirán: El Reino de los Cielos está a la mano. ¡ISRAEL, ARREPIÉNTANSE! ¿Arrepiéntanse de qué? Arrepiéntanse de sus pecados y de su incredulidad, y regresen a Dios.’”.*

Sigue diciendo:

  • “144. (...)RECUERDEN: Esto no sucede en el tiempo de los gentiles. Esto más bien es para Israel”.*

Ahora ya vimos, ya vimos ahí que, pues ya vimos ahí que antes de la tribulación es que ocurre esto que está prometido que ha de ocurrir.

Ahora, fíjese página 351, dice:

  • “99. En este Sexto Sello es cuando Israel recibe el Mensaje del Rei- no por medio de los profetas de Apocalipsis 11. Recuerden: Israel es una nación, un pueblo; ellos son los siervos de Dios. Y cuando Israel dé el paso de entrada al Reino, eso tendrá un carácter nacional. En Israel, durante la Edad del Reino, será cuando el Hijo de David se sentará sobre el Trono”.*

Entonces sabemos que no es Trono de Misericordia, sino Trono de Juicio; y es ¿cuándo? En la Edad del Reino, que es la edad donde el Señor, el Hijo de David se sienta sobre Su Trono. ¿Ve usted?

Ahora, esto aquí, pues ya como hemos visto, esto es bastante, bastante claro para nosotros. Vemos en las edades de la Iglesia, fíjese, en Las Edades, página 30, dice ahí:

  • “109. Ahora, ¿cuándo volverá el Evangelio a los judíos? Cuando se haya terminado la dispensación de los gentiles. El Evangelio está listo para volver a los judíos. Oh, si tan sólo les pudiera decir algo que está a punto de suceder hoy, en este nuestro día. Esta gran cosa que va a suceder recorrerá hasta Apocalipsis 11; y aquellos dos testigos, aquellos dos profetas, Moisés y Elías, trayendo el Evangelio de nuevo a los judíos. Estamos listos. Todo está en orden. Igual como los judíos trajeron el Evangelio a los gentiles, así también los gentiles se lo llevarán de regreso a los judíos, y el Rapto sucederá”.*

¿Cuándo sucede el rapto? Después que el Evangelio le es llevado a los judíos. ¿Quién se los llevará? Los gentiles; los gentiles se lo llevan a los judíos. Y antes de eso nos dice que es Moisés y Elías. ¿Qué nos enseña esto? Que Moisés y Elías van a estar ¿dónde? Entre los gentiles, para poderle llevar el mensaje a los judíos. Y si Moisés y Elías estarán entre los gentiles, y estarán predicando, pues el Mensaje primero lo tendrán ¿quiénes? Los gentiles, los escogidos gentiles; y los escogidos se lo llevará a los escogidos judíos. El mismo Mensaje nuestro será llevado a los 144.000 por Moisés y Elías. ¿Ve usted?

Entonces, entonces encontramos que el Mensaje que reciben los 144.000, que es el Mensaje del Reino, quienes primero lo reciben y primeros lo oyen son ¿qué? Los escogidos de este tiempo.

Entonces vemos la hora en que estamos. Sabemos que es un tiempo más grande que el que nosotros nos imaginamos; y antes de todo terminar Dios va a sacudir este mundo. Para esto tiene Apocalipsis 11, con los escogidos que reciben esa Palabra.

Sigue diciendo [Perfecta Fuerza Por Perfecta Debilidad, pág. 50]:

  • “368 ¡Oh, Padre!, ese día está cerca, ahí terminan esas Setenta Semanas. Ese tiempo está a la mano, Señor.*
  • 369 ¡Oh, Dios!, que la voz, la voz de los verdaderos profetas de Dios clamen en contra de esta dama moderna del día* (¿cuáles profetas? De los Cielos. Sigue diciendo), esta iglesia moderna, esta teología de la iglesia moderna.
  • 370 Sacude a estos predicadores que tienen miedo de decir la Verdad. ¡Oh, Dios!, toma a estos hombres y sacúdelos como nunca antes, has que ellos se avergüencen”.*

¿Cómo lo va a hacer? Pues con Moisés y Elías, y el grupo de escogidos que está o que tiene ese mensaje de Moisés y Elías; con eso es que Dios va a darle una sacudida a este mundo, y esos predicadores cobarde van a ser avergonzados; es lo que dice ahí. Dice:

  • “¡Oh, Dios!, toma a estos hombres* (no es que los toma para arreglar ¡je!... [CORTE DE AUDIO @2:27:17]... y sacúdelos como nunca antes, has que ellos se avergüencen”.

Entonces vemos la hora en que estamos, vemos que realmente van a ser avergonzados, van a ser tomados por el Señor y van a ser avergonzados. Sabemos que es una hora grande la que vivimos; y sabemos que es un Trono de Juicio, y es juicio sin misericordia lo que hay ahí en el Trono de Juicio. ¿Ve usted?

La única forma es Reclamación; por cualquier otra forma, lo que le viene es juicio a la persona. Entonces vemos que Dios va a avergonzar a todos los predicadores; no a los que están allá arriba. Los que están allá arriba son predicadores valientes; él está hablando ahí de que Dios toma a esos predicadores ¿qué? dice:

  • “¡Oh, Dios!, toma a estos hombres y sacúdelos como nunca antes…”.*

También dice acerca de eso predicadores, dice:

“370 Sacude a estos predicadores que tienen miedo de decir la Verdad”.

La verdad para esta hora, ¿ve? La verdad y el Mensaje correspondiente a esta tercera dispensación, los que tienen miedo de hablarlo (¿ve?) van a ser sacudidos, van a ser avergonzados. Pero los que están ahí arriba, pues no hay por qué temer. Sabemos que los que están ahí arriba son predicadores valientes, son como los valientes de David. Entonces realmente son los valientes de David los que están allá arriba.

Así que, Dios nos bendiga en esta mañana, Dios nos guarde. El reloj se cayó allá abajo, ahora lo puedo ver; vemos que hemos pasado algunos minutitos ahí, pero, realmente pues, realmente si nosotros estamos conscientes de la hora en que estamos, si nosotros estamos conscientes de la hora en que estamos, mire, realmente, pues, y saber que no hay Trono de Misericordia sino de Juicio… mire usted para atrás en los tiempos de Moisés, allá en el Monte Sinaí. Ahora vea que aquello vuelve para acá.

Entonces por eso es que aparece Moisés nuevamente y sube arriba; así que en el tiempo de Moisés allá había ¿qué? Trono de ¿qué? Trono de Juicio. Cuando él estaba allá arriba; y eso fue lo que él vio: Trono de Juicio; no había Sangre allá arriba. Cuando él estaba allá arriba en el monte, y vio el Trono y todo lo que él vio allí, él no vio Sangre allí. ¿Ve usted?

Así entonces cuando el espíritu ministerial de Moisés regresa por segunda vez y sube arriba, a la parte de arriba de la montaña, cuando sube y ve el Trono: no hay Sangre tampoco porque las edades ya terminaron, y el sacrificio ya había salido. ¿Ve usted?

Bueno, vamos a pararlo ahí o hacer una pausa ahí.

Recuerden que estamos en un tiempo más grande y más glorioso para nosotros; para nosotros es más glorioso de lo que nosotros nos podemos imaginar. Para el mundo: no hay palabras para decir lo triste que es para el mundo. El mismo hermano Branham sabiendo lo que eso significaba, decía: “Señor, ¿hay misericordia?” Él veía el cuadro, veía todas las Escrituras que se amontonaban y señalaban que todo había terminado; y él viendo lo que significaba eso y sabiendo todo eso, y él pensaba y sabía qué era así de esa manera, y él todavía: “Señor, ¿hay todavía misericordia? Señor, que no sea como yo pienso”, ¿qué usted cree: sería como él pensaba, sería como él creía?

Bueno, ya sabemos que sí; era como él había visto en la Escritura, y por eso dejó como 10 páginas sin darlas a conocer al pueblo, porque dijo: “Si todo eso lo diera a conocer, muchos se podrían volver locos”. Pero yo creo que hemos madurado bastante nosotros para no volvernos locos. La única locura nuestra podría ser la locura de alegría, de saber que no estamos abajo, sino que estamos arriba, y que el arcoíris está alrededor de esa Edad de la Piedra Angular, y nosotros estamos dentro. Estar fuera es lo triste; estar dentro, pues estamos dentro del Pacto, estamos rodeados con el Pacto Eterno de Dios. Estar fuera, para los de afuera es juicio. Los de adentro, pues están en bendición.

Bueno, Dios nos bendiga, Dios nos ayude en esta hora en que estamos.

A medida que el Señor nos vaya abriendo todas estas cosas, Él nos irá mostrando cómo, o cómo son las cosas acá en la Edad de la Piedra Angular, y entonces Él podrá obrar a través de los escogidos a medida que vaya pasando el tiempo.

Hay una Escritura por ahí, déjame ver… eso lo tenía para leerlo, para leérselas, porque es algo que usted va a ver la causa o el porqué, por qué hay tanta gente confundida. Por supuesto usted no está confundido; pero hablando de los que no han visto el Plan de Dios y están fuera, es nada menos que por esto que dice aquí. Dice página 151, párrafo 1345. Recuerden que ustedes saben el orden de la Segunda Venida del Señor; recuerden eso para que esto. Dice [Citas]:

  • “1345 - Y la gloria de Dios estaba allí adentro hasta que él... ellos no podían ver cómo ministrar”.*

Eso fue allá cuando fue dedicado el templo ellos no podían ver cómo ministrar; así también en el tiempo cuando Moisés. Ahora mire con lo que sale. Esto es como cuando el Señor estaba predicando allá un mensaje y después le hacen una pregunta: “Señor ¿cuándo?” Y el Señor dice: “Donde estuviera el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas” [San Lucas 17:37]. Mire pues, eso parece que no tiene armonía con lo que está predicando y con lo que le preguntan; pero sí tenía completa armonía.

Ahora mire:

  • “1345 - Y la gloria de Dios estaba allí adentro hasta que él... ellos no podían ver cómo ministrar* (no podían ver cómo ministrar). ¡Amén! Cerrará los ojos de cada teólogo cuando Él venga por Su Novia”.

Así que no es teología lo que se necesita para ¿qué? Para ministrar. ¿Por qué? Porque cerrará los ojos de todos los teólogos cuando Él venga por Su Novia. Entonces ¿qué pasa? Allá los que ministraron no podían ver cómo ministrar, cómo ministrar; entonces cuando Él venga cerrará los ojos de todos los teólogos, y entonces no podrán ver ¿qué? Cómo ministrar en esta hora en que estamos.

  • “Cerrará los ojos de cada teólogo cuando El venga por Su Novia. Ella será subida en medio de la noche…”*

¡Adiós! ¿Y no dijo el hermano Branham que el rapto era por la mañana? Ah, entonces no está hablando del rapto literal, sino del rapto espiritual, que es como ladrón en la noche, ¿ve? Por eso eso es que usted encuentra algunos sitios que el rapto por la mañana y otros que es por la noche, y muchas personas no saben a qué atenerse. Entonces fíjese:

  • “Ella será subida en medio de la noche, así como fue a ellos. Ellos ni siquiera la verán ir”.*

Imagínese, y con la luna oscura, siendo de noche para el mundo, noche espiritual, y después sin luna; una noche oscura y sin luna y sin estrellas alumbrando, en medio de la noche ¿ve? ¿Por qué? Porque ya el tiempo de las estrellas alumbrando, las siete estrellas terminó, y entonces arriba es que está la Luz.

  • “Ella será subida en medio de la noche, así como fue a ellos. Ellos ni siquiera la verán ir* (ni siquiera la verán ir hacia arriba, ¿ve?)”.

¿Qué ellos piensan de los que han subido para allí arriba? “Oh, han escogido un camino equivocado, están confundidos. ¡Qué va! Es que han subido arriba a la Edad de la Piedra Angular porque oyeron la Voz, así como Juan oyó una Voz de Trompeta: la Trompeta del Año del Jubileo.

Entonces, fíjese, no podían ver cómo ministrar. ¿Ve usted? En medio de la noche y sin estrellas alumbrándole ahí, y metidos en la edad de Laodicea la gente, y ya la estrella no les está alumbrando, y la luna quedó en tinieblas, sin luz, no saben cómo ministrar; entonces cerrará ¿qué? Los ojos de todos los teólogos.

Así que en ese tiempo no es cosa de ¿qué? De buscar quién tiene más inteligencia o más conocimiento para que le ministre. ¿Por qué? Porque no saben cómo ministrar en esta hora en que estamos viviendo ¿ve?

Entonces, ¿quién es el que ocasiona eso? El Señor en Su Venida con Elías y con Moisés. ¿Ve?

Entonces ¿no cerró los ojos de todos los teólogos de allá de las denominaciones cuando vino Elías? Entonces cerrará los ojos de todos los sabios y entendidos y teólogos, y acá del Mensaje, que tienen conocimiento intelectual de la Palabra; entonces no saben cómo ministrar, ¿ve?

Y entonces, es ¿qué? Es que el Señor descendió Y entonces fueron confundidos todos y no sabían cómo ministrar. Eso es lo que hace el Señor en Su Venida; ellos no saben cómo ministrar. Entonces quien ministra es ¿quién? El Señor en Su Venida. Él es el que sabe cómo ministrar lo correspondiente para ese tiempo.

Entonces los que ministraban ¿qué pasó? No sabían cómo ministrar, y entonces no estaban ministrando ahí en ese lugar; y entonces era la presencia del Señor ministrando la Palabra.

Entonces ya sabemos el orden de Su Segunda Venida. Vemos cómo es que Dios confunde a ¿qué? A todos los teólogos: le cierra los ojos. Pero ¿qué pasa? Recuerden: no que solamente le cierra los teólogos; no, no no, no hace eso solamente; aún hace algo más, lo cual usted no debe de perder de vista, porque si lo pierde de vista, entonces no ve la parte que le toca a usted.

Dice que cerrará los ojos de de unos y abrirá los ojos de otro, ¿ve? Eso fue lo que hizo el Señor en Su Primera Venida: cerró los ojos de uno, de los teólogos, de los sabios, y abrió los ojos de aquella gente pobres, pescadores; cuando viene en Su Segunda Venida, eso es lo mismo que hace con Elías y con Moisés: le cierra los ojos a los sabios y entendidos, y le abre los ojos a ¿quién? A los humildes, a los sencillos. Entonces ellos sí pueden ver.

Eso él lo habla ahí en el mismo sitio de Notas, ahí es que él habla que le cerrará los ojos a unos y si los abrirá a otro.

Así que, vemos que en todo eso, pues, hay un propósito, hay un Plan de parte del Señor, en el cual, pues, si nuestros ojos han sidos abiertos y vemos la hora en que estamos, pues entonces usted puede ver qué ha sido el Señor el que nos ha abierto los ojos. Carne ni sangre han tenido nada que ver con eso, sino, el mismo Señor en Su Segunda Venida en Elías y el Moisés; Él viene para llevar a cabo ese trabajo. De otra manera nunca nuestros ojos podían ser abiertos a ¿qué? A ver la hora en que estamos, a ver la Edad de la Piedra Angular, a ver el Nombre Nuevo, a ser subidos hacia arriba, y un sinnúmero de cosas que vemos ahora, que antes no las veíamos, y estaban ahí; teníamos la letra, pero el significado de esa letra, eso sería el Señor abriéndonos los ojos para entender lo que eso significaba.

Así que, debemos estar más que contentos, más que agradecidos. Sabemos que ya el Mensaje, ya pronto está para volver o para ir a los 144.000; pero sabemos que primero estará con nosotros el Mensaje hasta que sea dado completo, después se irá a los 144.000.

Entonces, yo creo que el tiempo es corto, sabemos que el tiempo es bien corto; sabemos que hay una fecha por ahí ya habladas, y que eso es ASÍ DICE EL SEÑOR, y está esa fecha de 1977, eso es ASÍ DICE EL SEÑOR; por lo tanto, yo creo que el tiempo que nos queda a nosotros, y el tiempo que queda para el Mensaje estar entre gentiles es poco, el tiempo que queda. Y dice Dios a través del hermano Branham, que cuando empiecen a entrar judíos, serán judíos no habrán gentiles ahí. Cuando son gentiles, no hay judíos; pero cuando vienen y empiezan a entrar judíos, ya entonces Dios terminó lo que iba a hacer con los gentiles ¿ve? O sea, ya terminó de darle toda la revelación, o abrirle todo el cuadro que tenía que abrir, y ya entonces terminó de hacer lo que iba a hacer con gentiles. Ya las fatuas han salido y todo eso, y entonces pasa a ellos que son los que salen.

Bueno, por eso es que estamos a la expectativa, porque de un momento a otro, de un momento a otro así como nuestros ojos han sido abiertos en la venida del Señor y por el señor en Su venida, también el Señor le va a abrir los ojos a ¿quién? A los otros que sus nombres están escritos también ahí, y van a darse cuenta de los que rechazaron; y entonces van a saber que van a tener que pasar por la tribulación por haber rechazado lo que rechazaron, ¿ve? Y luego los ojos le serán abiertos a ¿quién? A los 144.000.

Dice el hermano Branham que ellos no recibirán a nadie, a menos que sea un profeta. Y dice que Dios le enviará a Apocalipsis 11; nadie más le puede abrir los ojos a los 144.000, sino ¿quién? Apocalipsis 11. Nadie más le podrá abrir los ojos a ¿quién? A la fatua, sino ¿quién? Apocalipsis 11 conforme a ¿qué? A la página 51 del libro de Citas; que las fatuas reciben ¿qué? Reciben el mensaje de Moisés; por eso tienen un cántico, que es el cántico de ¿quién? De Moisés; y entonces en su cántico le proclaman Rey de reyes, pues Hijo de David, ya usted sabe; entonces le proclaman como León de la tribu de Judá; le reconocen ya no como Intercesor, sino como ¿qué? Como Reclamador, como Juez, como Rey.

Así que vemos la hora en que estamos. Quizás usted piensa que algunas veces tomamos mucho tiempo en el mensaje; yo le digo: ya tenemos casi dos años y pico casi perdidos, ¿y qué más quiere: perder más tiempo? Usted dice: “¿Perdido?” Bueno, perdido en cierto sentido. ¿Por qué? Porque hace muchos años, ya casi tres años, que Dios ha estado obrando; hace todo ese tiempo que Dios ha estado obrando, y de ahí para acá todo eso es para nosotros.

Y yo creo que ya pues, ya yo creo que con la experiencia que ya tenemos y con las oportunidades que hemos perdido, yo creo que no queremos perder ninguna otra, entonces yo creo que todo lo que Dios tiene para nosotros antes de que pase el Mensaje allá a los 144.000, yo creo que en el corto tiempo que nos queda, yo creo que nos va a ser dado lo que nos falta; y yo creo que el tiempo es corto, y yo creo que hay mucho, mucho para el Señor darnos, a medida que Él lo vaya dejando ver; y tenemos que aprovechar bien el tiempo que nos queda, no vaya a ser que se nos pase también el cantito de tiempo que nos queda para nosotros, y cuando vengamos a ver, tengamos que recurrir allá a los judíos para que nos den de lo que están recibiendo ¿por qué? Porque el tiempo era tan corto y había bastante todavía para ser dado a nosotros, y no quisimos darle el tiempo al Señor para que nos diera todo lo que Él tenía. Yo creo que ya está terminando, para nosotros está terminando; por eso es que estamos a la expectativa, porque de un momento a otro los ojos le serán abiertos a ¿quién? A las vírgenes fatuas; los ojos le serán abiertos a ese grupo. Véalo usted la página 51, y en la página 163 y 164 [Citas]; ahí está la forma en que Dios obrará: página 51 y página 163 y 164, ahí está de la manera que Dios se moverá para reclamar a ese grupo que también está escrito en la sección del Libro de la Vida.

Bueno, yo creo que siempre, pues, siempre la gente se lamenta de las cosas que han dejado pasar, ¿ve? Cuando el Señor Jesucristo, pues, después que pasó el tiempo, algunos decían: “Verdaderamente éste es el Hijo de Dios”, pero ya era demasiado de tarde; y así por el estilo vemos que siempre a la gente se le pasa el tiempo, y eso es lo que no queremos que a nosotros se nos pase: el tiempo, el tiempo de Dios para nosotros.

Así que, Dios nos bendiga y Dios nos guarde en esta mañana.

No sé si el hermano Bermúdez o el hermanos Ramoncito…

…[AUDIO DE AURORA @1:23:25]... para ministrar misericordia cuando terminó el tiempo, ese Trono de misericordia se convirtió ¿en qué? Trono de juicio. Y entonces comenzó ¿a qué? Al Señor, Melquisedec, a través de carne humana a obrar, a operar, como es en uno de Sus ministerios; porque Él era Melquisedec, Sacerdote, pero ¿qué más? Rey. Sacerdote y Rey; en las edades como Sacerdote, y en el último que operó como Sacerdote fue en Elías, y luego cuando terminó, comenzó en el mismo Elías, en el mismo tabernáculo, en el mismo trono, éste se convirtió en Trono de Juicio y entonces, luego cuando se va dice: “¡Yo regresaré! (¡je!) y volveré a ministrar, volveré a recorrer este camino otra vez”. Y cuando regrese a ministrar, cuando el espíritu ministerial que estuvo en Elías regrese (estuvo ministrando por cuarta vez en Elías), cuando regrese, será por quinta vez. ¿Y qué vendrá a ministrar, y cómo vendrá a ministrar? Vendrá a ministrar ¿cómo? Como Juez, como Rey, como Hijo de David. Entonces, ya no más como Hijo de Dios, como Hijo de David. Por eso es entonces, que Él viene ¿cómo? Con el cetro en Su mano. ¿Y qué es el cetro? La Palabra. ¿Ve usted?

Entonces, cuando viene en otro Trono, vea usted que los siete tronos de misericordia usados en la Dispensación de la Gracia eran ¿qué? Los siete mensajeros. ¿Ve usted que para ministrar necesita Él sentarse o estar en un Trono, un lugar?

Entonces vemos, que cuando Él regresa, ese espíritu ministerial del cuarto Elías, cuando regresa para ministrar por quinta vez ¿cómo viene? Como Rey de Reyes, como Señor de Señores, como el Hijo de David, como el León de la tribu de Judá; por lo tanto viene como Juez. Por eso entonces, es que usted encuentra a el Rey extendiendo Su cetro a Sus escogidos, a Sus predestinados.

Porque no hay otra forma, sino... vea usted, vea usted el caso del libro de Ester, la única forma, la única forma que había, y Ester buscó que el rey obrará o el rey se moviera y ministrara esa única forma que había. La ministrara ¿para qué? Para ella conseguir un favor de parte del rey, un favor para su padre de crianza y para su pueblo: los hebreos, tipo de los 144.000. La única forma era, que él le extendiera el cetro, no había otra.

Entonces no hay otra, ¿por qué? Porque el Señor cuando abrió los Sellos ¿qué fue lo que Él hizo? Dejó el Trono de Intercesión, y el Trono de Misericordia se convirtió en un Trono de Juicio.

Entonces, encontramos, que luego cuando regresa, después de haberse ido, después de haber terminado de obrar en Elías, cuando regresa en Moisés, vea usted: bendición para los escogidos, pero para el mundo ¿qué? Juicio. Así como con Su cetro, Él extiende Su cetro y trae bendición para el pueblo de Dios, y el cetro es la Palabra, así también para el mundo con el cetro de la Palabra, trae juicio. ¿No es eso lo que trae Moisés y Elías, ese profeta de Apocalipsis 11? ¿Ve?

Ahora vamos a la página 20, y página... página 20, vamos a ir primero página 20, y luego la 25, de el Mensaje titulado Revelación, este libro Revelación, capítulo 4, parte 3, página 20 dice, y se titula ¿cómo? El Trono. Bueno, dice:

  • “Y del Trono salían relámpagos, truenos y voces, y había siete lámparas que ardían delante del Trono, los cuáles son los siete Espíritus de Dios. ¡Oh! yo amo esto ¿Usted no? Yo siento como que mi chaqueta, me acomoda, usted sabe, yo… ¡Oh! quiero decir, en un saco espiritual, por supuesto usted sabe, correcto. Del Trono. Hablemos de este tema ahora por unos pocos minutos; este no era un Trono de misericordia, el Trono de misericordia es terminado. ¡No más misericordia! ¡Esto es sin misericordia! ¿Cómo el Tribunal va a ser el Tribunal de Cristo, el tribunal, el juicio del Trono blanco? ¿Ha de haber misericordia entonces? no hay una pizca, ¡no hay ni una pizca de misericordia para dar! en el Trono de usted podrá gritar…* (Podrá gritar ¿qué?) Usted podrá gritar misericordia hasta que usted no podría gritar más, y usted podría también como gritar en el aire en alguna parte, porque no hay más misericordia. (¿Qué le parece?) Ahora es el día de misericordia…”.

Está hablando en el 1961, en el día 8 de Enero; pero del 63 para adelante ya el Trono de Misericordia no está. Es un Trono de Juicio. Pero ahora en el 61, Él dice:

  • “Ahora es el Día de Misericordia; ahora regresemos al Antiguo Testamento aquí solo un poquito y averigüemos lo que es misericordia. Regrese y vea lo que aconteció a este Trono. Este Trono, por supuesto, es el Tribunal. Y la razón que hoy hay misericordia, es porque el propiciatorio esta rociado con Expiación, sangre. Y mientras la sangre esta sobre el Tribunal, entonces no es juicio más. Mientras la sangre está sobre el Tribunal, sobre ese Trono, entonces no es juicio más, es misericordia; porque algo murió para salvar el juicio, o del juicio. Si lo ven, digan Amén. (La congregación pues dice: Amén.)*
  • Mientras que la sangre esta en el propiciatorio, mostró que algo murió para retener el juicio para aguantarlo. Pero cuando la iglesia es raptada, el propiciatorio llega a ser un, llega a ser un Tribunal. Allá, usted sabe, en el Nuevo Testamento, aquí también. Y el Santuario, eso es donde el jurado, en el Santuario, el Juez en el Tribunal, en el Santuario. Ahora, ese tribunal en el Santuario llegó a estar lleno de humo. ¿Que fue eso?* (Ahora mire el tipo allá, nos va a llevar para un sitio donde era Tribunal de Juicio) ... ¿Qué fue eso? como en el monte Sinaí: ¡Juicio! La misericordia había dejado el trono de Dios. Dios juzgará al mundo sin misericordia ¿cuántos saben eso? solamente una cosa él reconocerá ese día, ¿Qué es eso? ¿Qué es esto? ¡Sangre! eso es la única cosa que aplacó a un Dios airado.
  • Y ahora vemos que cuando el propiciatorio es dejado, y el Sacerdote sale, no hay sangre. Así es que no hay nada para aplacar la ira de Dios sobre esta humanidad”.*

Si no hay nada ¿entonces qué? entonces viene un juicio; primero espiritual y después literal sobre esta humanidad. Y recuerde que cuando… (recuerde que los juicios de Dios comenzaron hace tiempo, ¿ve?) …cuando el terremoto allá de Alaska…”

Bueno usted encuentra en algunos mensajes, en un mensaje principalmente, Dios nos dice a través del hermano Branham, que los juicios han comenzado a caer sobre la Tierra. Si comenzaron, bueno estamos ¿en qué? ¿Qué son estos terremotos que ustedes ven? La continuación de los juicios de Dios; y cada día será en una escala mayor. No crea que esto podrá ser aplacado, no crea que los científicos podrán hacer algo.

Ahora, vamos a seguir aquí, dice la página 24, página 24. Está hablando aquí del monte Sinaí, nuevamente aquí, párrafo 108 en adelante, dice:

  • “Dios dijo: juntalos, voy a permitirles saber lo que es. Les mostraré, Les mostraré lo que es. Vean, escuchen. Y la voz de la trompeta llegó a ser más y más fuerte ¡hasta que sacudió la tierra!”.*

¡Je!. ¿Qué usted cree que es lo que cumplirá, lo que está escrito ahí: ¡Una vez más, y Yo sacudiré la tierra!? ¿Qué fue lo que sacudió la Tierra? La Voz de la Trompeta, ¿ve? ¿Con quién es que Dios sacude esta Tierra, conforme a Apocalipsis 11 y trae todas las plagas que va a traer? Con Apocalipsis 11. Con Apocalipsis 11, y… con Apocalipsis 11, y Apocalipsis 11 tiene ¿qué? La Voz de la Gran Trompeta.

  • “¿Ve usted lo que es el juicio? ¡Yo no quiero eso! ¡Denme misericordia! Pero ahora estamos en el tiempo en que el Trono de Misericordia terminó su trabajo. Y entonces, se convierte en Tribunal. Trono de Juicio”.*

Ahora, sigue diciendo, más abajo dice:

  • “Ahora noten, Éxodo 19: Y Moisés sacó al pueblo del campamento para encontrar a Dios. ¡Oh, Vaya! ¡Quiero encontrarme con Él en paz! no como eso.* (¡Je!) Y se detuvieron al pie del monte. Lejos, atrás. Recuerden esa montaña tenia líneas tiradas alrededor de ella. ¡Aun si una vaca tocaba esa montaña, ella tenía que morir allí mismo! No podía entrar en la presencia de Dios. Y Dios… y Moisés sacó al pueblo. Ahora vea el verso 18, el próximo verso: Y todo el monte Sinaí estaba en humo, porque el Señor descendió sobre ellos en fuego, humeando y quemando como un horno. ¿Como sucedió? ¿Cómo descendió El? no en Su gloria Shekinah, sino en la ira de Sus juicios. (¿Ve usted?)
  • Y el humo subía como el humo de un horno y todo el monte se estremecía de gran manera. ¡Hermano, no quiero estar allí! cuando la voz de la trompeta sonaba largo rato y aumentaba más y más, Moisés hablaba y Dios le respondía con voz. Moisés hablaba, ¡No el pueblo! ¡Ellos estaban estremeciéndose en gran manera! y el Señor descendió sobre el monte Sinaí, sobre la cumbre del monte y el señor llamó a moisés a la cumbre del monte, y moisés subió. Y el Señor Le dijo a Moisés: desciende y ordena al pueblo para que no traspase para ver al Señor y muchos de ellos perezcan”.*

Ahora, quiero bajar un poquito más abajo acá, el 115 y 116 sigue diciendo:

  • “Mejor que dejemos esta escritura. Siga leyendo el resto de ello para ver lo que Dios dijo: Y el pueblo dijo: ¡Oh Moisés habla tú! ¡No dejes que Dios hable más! ¡Deseamos ahora que no hubiéramos pedido por esto! ¿Ve? ¡Deja que tú nos hables, Moisés! si Dios habla, todos nosotros moriremos. ¿Ve? Dios hizo una expiación.*
  • Ahora la Voz del Trono. Noten en este Trono: delante del Trono estaban las siete estrellas, la Voz de… la voz de las estrellas. Voces ¿Usted ve? habían mas de Revela… había mas de Revelación 4 aquí, o 5 averigua… averiguamos, y del Trono procedían relámpagos, truenos y voces. No una voz, voces, plural. ¿Qué es esto? Dios hablando a la Iglesia reflejándose a Sí mismo a través de los siete espíritus. Cuando el verdadero Ungido de Dios habla, es la Voz de Dios. Rechazarlo, es remover el candelero. ¿Ve? Voces, la Voz de las Siete Edades de la Iglesia. Aquí en la esquina, las voces hablando con trueno y relámpago”.*

Ahora vea usted que del Trono salían las voces.

Ahora vea usted que del Trono fue que salieron las voces que fueron oídas ¿dónde? En las siete edades de la Iglesia: voces. Cada mensajero tenía la Voz de Dios que salía del Trono; y ellos trajeron el mensaje que le fue dado; entonces, ellos reflejaron la Palabra, ellos reflejaron la Luz que vino de la Edad de la Piedra Angular, ellos reflejaron la Luz que vino del Trono, pero esas voces estuvieron en esas siete edades.

Pero vea usted que Juan cuando sube arriba, o sea cuando oye, cuando oye desde arriba desde el Cielo, él oye ¿qué? Lo que les leí dice [Apocalipsis 4:1- RV 1960]:

  • “Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas.”*

Vea usted entonces, cuando Juan mira para arriba, vea usted en las edades él oyó las voces, las siete voces; pero cuando mira para arriba y ve la puerta abierta él oye una Voz. Y cuando sube arriba, él ve un Trono; y sobre el Trono ve, y en el Trono Uno sentado. ¿Ve usted?

Entonces, tenemos que entender que en las edades, el Trono fueron siete tronos de misericordia que hubieron, siete mensajeros. Pero cuando… y Juan vio esos siete tronos, esos siete asientos. Pero cuando él sube arriba, por la Puerta que está abierta, ve un Trono. ¿Qué le parece eso? Abajo vio siete tronos o siete mensajeros, ¿ve? Y en ellos el Señor ministrando a través de ellos. Tronos, siete tronos de misericordia; pero arriba cuando mira y sube y ve, ve un solo Trono, y sobre él Uno sentado. Entonces ¿quién será el que estará sentado ahí? Dice, aquí en lo que leímos, dice… Dice ahí:

  • “¡Ese no es un trono de misericordia! ¡El trono de misericordia es terminado! ¡No más misericordia! ¡Eso es sin misericordia!”.*

Vimos en las edades que esos siete tronos eran ¿qué? Siete hombres; y desde esos tronos salía la Voz de Dios, la Palabra de Dios. Pero vemos que arriba, en la Edad de la Piedra Angular, hay un Trono; y desde ahí ¿qué es lo que sale? La Palabra de juicio. Eso es nada menos que ¿qué? Apocalipsis 11; porque de la boca de Moisés y Elías ¿qué es lo que sale? Un mensaje de juicio. ¿Ve usted?

Entonces ahí en la Edad de la Piedra Angular, ahí está un Trono donde está sentado ¿quién? El Juez, el Rey de Reyes y Señor de señores.

Vea usted que los mensajeros en las edades fueron los tronos.

Vemos que en la Edad de la Piedra Angular, dice ahí, que el Mensajero de la Edad de la Piedra Angular es ¿quién? El mismo Señor Jesucristo. ¿Ve usted?

Entonces, ya no más mensajeros de las edades de la Iglesia, ¿por qué? Porque el Señor estará ahí, pero Él estará sentado en un trono. ¿Ve usted?

Y desde ese trono Él habla como Rey, Él está sentado y tiene Su cetro (como Rey). Por eso entonces, encontramos que desde el Trono es que Él, como Rey, como Juez, juzga entre lo correcto y lo incorrecto. Y Él juzga justamente. ¿Quién? Él es el Señor. No es el Trono, es el que está en el Trono, el que habla es el que está en el Trono; el Trono solamente es un velo de carne donde Él estará sentado como Hijo de David, y entonces desde ahí juzgará este mundo que rechazó. ¿Ve?

Ahora vea que Él dijo que regresaría; el Trono de misericordia se convirtió en Trono de juicio, y después cuando regresa se sienta ¿dónde? En Su Trono, ¿ve? No en el Trono del Padre, sino en el Trono de Él. Sabemos que Jesús, aquel tabernáculo de carne, era el Trono del Padre, allí moraba el Padre. ¿Ve usted?

Bueno, vemos entonces que Él se sienta sobre Su Trono, Él entronado ahí, gobernará con mano de ¿qué? De hierro, con vara de hierro: juicio sin misericordia.

¿Recuerda usted lo que dijo Dios a través de Elías: Que los días de Ananías y Safira se repetirán? Ahora, eso nos lleva al tiempo en que el Señor estaba obrando allá a través de un hombre, de Pedro, y desde ahí vino juicio.

Así que estando nosotros en el tiempo que sabemos que el Trono de Misericordia se convirtió en Trono de Juicio, entonces yo creo que es motivo más que suficiente para nosotros saber en el tiempo en que estamos, y saber cómo caminar en esta hora en que estamos caminando, ¿ve? Con el mismo cetro que Él trae bendición, con ese mismo cetro, que es la Palabra, que es la Espada de dos filos, trae también juicio. ¿Ve?

Entonces, lo mismo… Fíjese, allá en el tiempo de Noé, las mismas aguas que fueron de bendición para Noé y salvaron a Noé y los que estaban ahí, los ocho que estaban ahí, fueron las mismas aguas de juicio que destruyeron al mundo. ¿Ve usted?

Con el mismo cetro en este tiempo, con el mismo cetro que es de bendición para nosotros, con ese mismo cetro extendido para bendición para nosotros, también es de juicio para el mundo.

Entonces, vemos ahora la hora en que estamos, vemos que el Séptimo Sello haría ¿qué cosa? El Séptimo Sello introduciría ¿qué? El Milenio. ¿Y qué es el Séptimo Sello? El Séptimo Sello es la venida del Señor, la Segunda Venida del Señor.

Así que, fíjese, todo lo que está ahí señalado, que ha de acontecer en ese tiempo.

Y mire usted aquí, se lo voy a leer, aquí no estamos… Esto, como les dije el viernes pasado, que les cité, les dije, está en el mensaje titulado: Advertencia, luego el Juicio, ahí yo les cite algo, en donde Dios nos habla de que hay muchas puertas. Entonces nos dice, dice, fíjese, dice aquí:

  • “Es difícil. Usted tiene que depender del Espíritu Santo, porque la Biblia está escrita en parábolas* (¡Je!) Usted no se puede sentar y leerla como un periódico, es oculta, sí señor. ¿Cómo usted justificaría a Dios cuando El le dijo a Moisés allá arriba, dijo: ahora no hagas ninguna imagen grabada o esculpida, en sus mandamientos? ¡No hagas ninguna imagen del cielo! ¡Ningún ángel! ¡Ni nada! ¡No hagas imágenes grabadas o esculpidas! Y aun el mismo día, y aun el mismo día…”

El mismo día que le dio los mandamientos, el mismo día que le dijo que no hiciera ninguna imagen de las cosas que estaban arriba. ¿Qué dice?

  • “Y aun el mismo día, le mando a moldear dos ángeles de bronce”.*

¡Je! Bronce. ¿Y qué es bronce? Juicio divino. ¿Y cómo viene en Su Segunda Venida el Señor? Como Rey, como Juez, con juicio divino, con Elías primero y con Moisés después. Ahí tiene esos dos querubines o arcángeles o ángeles que Él le mandó a moldear; “de bronce” dice ahí. Elías dice que eran de bronce. Si usted encuentra en otro lugar que diga que eran de oro, bueno, búsquele la vuelta a la cosa, porque Elías está diciendo que son de bronce.

Bueno, Si usted quiere pensar que eran de oro por fuera y de bronce por dentro, pues, piénselo. Pero aquí Elías nos dice que eran de bronce; y la Palabra no se contradice.

Así que, usted sabe también que, usted sabe, que algunas veces también a las prendas, usted dice: “Tengo una sortija de oro”, sáquele el oro, para que vea que debajo, hay otra cosa.

Bueno, sigue diciendo:

  • “Y el mismo día le mando a moldear dos Ángeles de bronce y a colocarlos justo en la Silla de Misericordia, donde está la Misericordia, ¿Ven? Usted tiene que conocer a Dios y a Su naturaleza, antes de poder entender Su Palabra* (tiene que entender a Dios, y la naturaleza de Dios, antes de entender Su Palabra), Él tiene la llave para esa Palabra, El mismo. Él es el mismo que puede manejarla y abrirla, y por tanto, Él es quien tiene que revelarla”.

Así que ya ustedes pueden ver entonces, que Él es el que tiene la llave para abrir toda puerta; Él tiene la llave para toda puerta, toda cosa que tenga que ser abierta, toda revelación que tenga que ser dada a conocer, Él es el que tiene la llave para eso, y Él es el único que nos las puede dar a conocer a nosotros. Y para eso Él viene en Su Segunda Venida con Elías y con Moisés; y nos da a conocer, nos abre todas las puertas del Reino de Dios y nos deja ver todo lo que hay dentro, y entonces podemos ver y entender.

Ahora fíjese, vea usted por un momento, vea usted por un momento finalizando ahí la página 25 dice:

  • “Hay algunos de los que están aquí, algunos aquí no gustarán la muerte hasta que hayan visto al Hijo del Hombre viniendo en Su Reino. ¡Oh, vaya, que declaración! Piense. Hace dos mil años que fue declarado, es la Palabra de Dios infalible, cada Palabra que Él dijo, se cumplirá.*
  • Ahora, si desean buscar Mateo 17, aquí está lo próximo: cuando Él hubo tomado, algunos días después de eso, Él tomó a Pedro, Jacobo y Juan a un Monte Alto aparte, para ser testigos* (¿para qué? Para ser testigos, no para estar hablando como se pusieron a hablar), Pedro, Jacobo y Juan, y ellos viendo el reino de Dios viniendo en poder. Y ellos viendo la venida del Reino de Dios, mostrado (la venida del Reino de Dios mostrado). Amén. Ellos fueron traídos (¡traídos!), a ver el Reino de Dios en ensayo mientras venía. La introducción del milenio, ellos vieron el ensayo”.

¿Qué es la introducción al Milenio? Bueno, lo que Pedro, Jacobo y Juan vieron, ¿ve? La introducción al Milenio es nada menos que ¿qué? ¿Qué es lo que introduce al Milenio? Mírelo aquí:

  • “Al final de éste séptimo sello es el fin de la edad de la iglesia, es el fin del séptimo sello, es el fin de las trompetas, es el fin de las copas y aún, es el fin de la entrada al milenio”.* [Los Sellos, pág. 464, párr. 139].

Todo eso es contenido en el Séptimo Sello. ¿Y qué es el Séptimo Sello? La Segunda Venida del Señor con Elías y Moisés. La introducción al Milenio ¿dónde está? En el Séptimo Sello. ¿Ve usted?

¿Qué vieron ellos? La introducción al Milenio, la Segunda Venida del Señor con Elías primero y con Moisés después.

Entonces, bueno, yo creo que en esta noche pues, el Señor nos ha estado dejando ver muchas cositas de las cuales están detrás de esa puerta abierta que Juan vio en el Cielo. Cuando Juan lo vio y subió (porque se le dijo: “Sube acá”) la promesa fue: “Y yo (esa Voz le dijo) ... Y yo te mostraré las cosas que han de ser después de estas” [Apocalipsis 4:1], después de las edades de la Iglesia. Y esa Voz ¿es qué? La misma Voz que él oyó en las edades de la Iglesia a través de los mensajeros de las edades, ahora la oye arriba. Y cuando la oye y sube, ve a Uno sentado en el Trono. ¿Quién será el que está hablando? El que está sentado en el Trono. ¿Ve usted?

Lo que pasa es que cuando hablamos de trono, de silla, siempre pensamos en sillas de madera o de metal, y no pensamos en sillas de carne. ¿Ve usted?

Entonces, sabemos, que si las sillas, las siete sillas de misericordia o los siete tronos o asientos de misericordia conforme a como fue leído aquí (que no fui yo el que lo dije, sino que fue Elías), dice:

“Siete manifestaciones del Espíritu Santo de las Siete Edades de la Iglesia, en los siete asientos de misericordia, para las gentes.”

Allá fueron siete asientos de misericordia para las gentes; acá: un solo asiento, y de juicio para el mundo. Y el que está ahí, ¿quién era el que estaba allá en los siete, en los siete asientos, en los siete mensajeros, que eran los siete asientos. Siete asientos de carne, siete tronos de carne, ¿quién era el que estaba? El Señor como Hijo de Dios. Pero en el último, se cambió de Hijo de Dios ¿a qué? A Hijo de David.

Y después terminó, salió, terminó Su trabajo, se fue, terminó con ese asiento, y cuando regresa, pues regresa y se sienta ¿dónde? En un asiento de carne que es ¿qué? ¿Qué es lo que ministra Apocalipsis 11? Juicio. ¿Ve usted?

Entonces, Dios a través de Apocalipsis 11, ministra como Hijo de David, Rey de Reyes, Señor de Señores, como León: ministra juicio para este mundo.

Todas las plagas, todos los juicios son como fueron allá en Egipto. Porque Egipto representa ¿qué? El mundo. Y todos los juicios que vinieron a Egipto, ese mundo gentil, ese pueblo gentil representando el mundo gentil de hoy. Primero ¿qué fue lo que pasó? Salieron de la mente de Dios y llegaron al corazón de Moisés. Ahí se velaron en carne (y vean que esto vino gradualmente), se velaron ahí en carne, al velarse en carne, entonces Dios le decía: “Ahora, ¡habla! ¡Habla!”, ¿qué iba a hablar? Pues lo que Dios le había dicho. Entonces él tenía que hablarlo luego de haberse hecho carne dentro de él. Lo hablaba y entonces acontecía. Y así encontramos que todas las plagas que vinieron a Egipto, vinieron de parte de Dios a través de carne humana. ¿Ve usted?

Entonces vemos que el pensamiento de Dios ¿es qué? El pensamiento de Dios luego viene a ser hablado y se convierte en la Palabra. Y luego de convertirse en la Palabra, luego se hace ¿qué? Carne, luego se materializa; alrededor de esa Palabra hablada se cumple lo que es hablado. Por eso Moisés tenía que hablar y venía el juicio. Y así entonces es este Trono de Juicio; si Moisés fue un lugar a través del cual Dios ministró juicio para el mundo, Moisés seguirá siendo ¿qué? Un lugar, un trono a través del cual Dios ministrará juicio para el mundo. El juicio del mundo gentil es ministrado a través de ese Trono, de ese Asiento de juicio. ¿Ve usted?

En Moisés allá, estaba ¿qué? La Palabra velada en carne humana, por eso él hablaba y se cumplía lo que él hablara.

Entonces, fíjese, cualquier persona antes de Moisés hablar, antes de Moisés hablar, y quiero que vean algo ahí: Antes de Moisés hablar, cualquiera podía hablar y nada acontecía; Moisés hablaba y entonces acontecían las cosas. Entonces, venía cualquier imitador a hacer lo mismo para tratar de decir: “Bueno nosotros podemos hacer lo mismo, podemos hacer piojos, podemos traer plagas también, podemos traer granizo, podemos producir el agua, podemos convertirla en sangre también como tú”. Entonces, en vez de beneficiar a los egipcios (aquellos personificadores) lo que hacía era ¿qué? Que las plagas se multiplicaran, ¿ve? Entonces, imagínese, para lo que sirven los personificadores.

Entonces, encontramos que siempre habrá molestosos y más en el tiempo de Moisés; pero ¿qué pasará? Personificar a los que personifican, eso le es de juicio. Mire lo que le pasó a Datán y a Coré. Mire lo que les pasó a ellos, y entonces usted verá lo que les pasará a todos los personificadores.

Ahora, en el tiempo aquel del Monte de Sinaí, allá la cosa era algo tremendo. Allá la cosa era algo, algo muy tremendo que el pueblo estaba temblando. Aún, aún Moisés estaba temblando también, no crea que él no estaba temblando; él estaba también temblando porque se estaba llevando a cabo algo en donde Dios estaba presente y él estaba allí presente, y aquello era lo que también acontecería en el tiempo final. El Señor vendría y se posaría sobre la cumbre del monte, y entonces sería establecido un Trono de Juicio.

Ahora, vemos la hora en que estamos viviendo, vemos que el tiempo en que estamos es un tiempo más grande del que nosotros nos podemos imaginar; es un momento más serio del que nosotros podemos imaginarnos. Es un tiempo en que Él está en la cima de la montaña. Es un tiempo en que las gentes tienen que mirar cómo hablan. ¿Por qué? Porque en la Primera Venida del Señor cuando Él vino, se burlaron de Él, se mofaron de Él. Luego cuando vino en Su Segunda Venida, pero todavía como… ¿cómo qué? Como Intercesor, como Sacerdote, dice que le afrentaron, dice que le menospreciaron, se burlaron de Él, pero luego cuando se convierte el Trono de Misericordia, cuando se convierte en Trono de Juicio, y Él cambia de ministerio, entonces ya la cosa… la cosa cambia, ¿ve?

Ahora vemos que todos también, los que cuando estuvo en Elías como Hijo de Dios, en Elías antes de terminar las edades, los que hablaron en contra de la manifestación del Señor en Elías, aun antes del 63, ellos cruzaron la línea. ¿Qué de los que hablan después del 63? Por lo tanto, entonces, tenemos nosotros que tener mucho cuidado por causa de la hora en que vivimos, porque es el tiempo en que el Trono, el Trono está ¿dónde? En donde Juan subió. Ahí es donde está el Trono, ahí es el lugar donde él subió, y ahí es el lugar desde donde Dios habla juicio.

Por lo tanto, siendo ese lugar, un lugar de juicio, entonces nosotros tenemos que ser muy cuidadosos en la hora en que nosotros vivimos para no fallar en este tiempo; porque si fallamos, bueno si fallamos entonces, la cosa no es como era en el tiempo de las edades de la Iglesia. Será entonces ¿qué? Muy diferente a como fue en las edades de la Iglesia; y si es muy diferente, si es muy diferente entonces nos conviene ¿qué? Nos conviene tomar las palabras que dijo ¿quién? El proverbista, me parece que fue, si no fue el proverbista, fue el salmista que dijo: “Sea todo hombre, todo hombre presto para oír y tardo para hablar” [Santiago 1:19].

Entonces, yo creo que nuestros oídos y nuestros corazones deben estar en la mejor disposición ¿para qué? Para oír todo lo que Dios tiene para nosotros. Es un tiempo más grande y más importante del que nosotros nos podemos imaginar. Es un tiempo en que usted tiene que tener mucho cuidado.

Recuerde que este es el tiempo en que los que pecan voluntariamente no hay ¿qué? No hay Sangre para ellos. ¿Por qué? Porque ya salió de allá. Por lo tanto, entonces, los que pecan voluntariamente tienen que saber entonces, la hora en que estamos, y no jugar con la Palabra del Señor; porque estamos en el tiempo más grande de todos los tiempos.

Fíjese, Dios le mostró a Pedro, Jacobo y Juan, porque Él les dijo: “Muchos de ustedes no gustarán la muerte hasta que vean al Hijo del Hombre viniendo en Su Reino” [San Mateo 16:28]. Viniendo en Su Reino, y se los mostró, y luego más adelante le hizo una promesa a uno de esos tres; una promesa igual a la que le había hecho primero a algunos de aquél grupo de los discípulos: Juan. Lo que Él le prometió, ahí se lo cumplió.

Entonces vemos que eso es más grande de lo que usted y yo podemos imaginarnos. Es tan grande que no hay palabras para expresarlo. Es tan grande que realmente yo le puedo decir a usted: “Yo estoy temblando”. Yo realmente estoy temblando con las cosas que estoy viendo ahí arriba; no crea que las cosas que se ven ahí arriba son como las vimos abajo en las edades de la Iglesia. No Señor. Arriba lo que se ve ahí es tan grande que no hay palabras para expresarlo.

En las edades de la Iglesia lo que se vio fue un reflejo de lo que había arriba. O sea que lo que se vio… y fíjese, un reflejo. ¿Qué es un reflejo? Usted coge, fíjese, usted toma el sol: el sol de día alumbra, pero de noche usted no lo ve alumbrando; entonces la luna refleja la luz del sol; y cuando usted ve la luna usted puede mirar a la luna así directamente. Y en la Luna, en las edades de la Iglesia, en cada edad, lo que se estuvo viendo fue un reflejo del Sol, ¿ve? Que usted podía mirar y no le cegaba los ojos. ¡Je! No le cegaba los ojos lo que vio ahí.

Por ejemplo, fíjese, fíjese, en una de las edades de la Iglesia (no sé si fue en la edad de Filadelfia), el Señor ahí le habla del Nombre Nuevo, le habla de que Él pondrá sobre el Vencedor el Nombre de Su Dios y el Nombre Nuevo de Él, y el Nombre de la Nueva Jerusalén. Pero cuando el mensajero de esa edad predicó, lo que habló no le cegó a nadie los ojos. ¿Por qué? Porque ellos solamente reflejaron, reflejaron ¿qué? La Luz, la Luz de la Edad del Trono, la Luz de la Edad de la Piedra Angular; porque la Luz de la Edad de la Piedra Angular es ¿qué? Es la Luz del Sol en toda Su plenitud alumbrando, y ahí no hay noche. Ahí tampoco hay ¿qué? Mensajeros de las edades de la Iglesia.

Ahí el que está será el mismo Señor en Su Trono de Juicio, para Él mismo darnos Su Mensaje de Jubileo, que fue lo que leímos. ¿Y cuál es el mensaje de jubileo, de alegría, de regocijo? El Mensaje del Año de Pentecostés. ¿Por qué? Porque el Mensaje del Año de Pentecostés es el Mensaje del Año del Jubileo. Entonces Él mismo es el que lo da desde Su Trono. La Trompeta es sonada y es oído el Mensaje.

Ahora, fíjese, vemos que en las edades, en las edades pues no fue, no fue como en la Edad del Reino, que es la Edad de la Piedra Angular. Déjeme ver si por aquí se lo consigo… (¿Qué hora será? Hoy es más temprano que el viernes).

Déjeme, ya estoy terminado, no quiero tampoco tomarle mucho tiempo, ya que estando en la Edad o en el tiempo del Trono, y no de misericordia, sino de juicio, no nos gustaría a nosotros que cualquier hermano salga protestando, salga quejándose. Por eso, yo desde el principio les he dicho: el que venga, venga preparado, porque no queremos que nadie vaya a venir y después pensar o decir: “Y el culto se extendió…”, y ponerse a hablar. Recuerde que, conforme a la enseñanza que estamos teniendo en esta noche, es un Trono de Juicio.

Por lo tanto, entonces usted, usted si viene venga preparado, sino, no venga nada. Estamos hablando claro, ¿verdad?

¿No fue eso lo mismo que dijo el Señor en una ocasión? Cuando comenzaron a irse la gente, porque dijo algo, algo un poquito… usted sabe, delicado. Bueno, dijo: “El que no coma mi sangre, ni beba mi sangre no tiene vida permaneciente en sí” [San Juan 5:53-58]. Y dice Dios a través de Elías, que eso lo dijo porque habían muchos, y Él quería que se fueran los que tenían que irse. Entonces dijo eso; y luego de decir eso, y no entendieron, empezaban usted sabe, a sentirse incómodos: “Y bueno ¿y quién es éste? ¿Quién es éste? Éste es un vampiro”, como decían allá en el templo; decían que éste era un loco, un fanático, y solamente un loco puede decir que hay que comerle la carne, y hay que beberle la sangre. Y no explicó (¡).

Después lo explicó San Pablo, allá lo explicó lo que era comer Su carne y beber Su Sangre. Pero Él no lo explicó sabiendo el efecto que iba a hacer; y después, tras eso, después le dice (¡Je!) le dice que hay que comer la carne y beber la sangre ¿de quién? Del Hijo del Hombre. “¿Hijo del Hombre? Si éste lo conocemos nosotros, sabemos que es de Nazaret, hijo de José”. Bueno… “¿y qué, si vieras al Hijo del Hombre que sube donde estaba primero?” [San Juan 6:62].

Si lo primero que dijo fue duro, lo otro fue algo que dio directamente en el lugar que ellos tenían delicado, y el cual lugar ellos tenían, que en el momento que les tocaran eso, y eso era lo que ellos estaban esperando. “¡No, no, no. En el momento en que nosotros veamos malas y no buenas!” Oh, eso era lo que estaban esperando. Pues entonces el Señor les dice una verdad, y después les dice otra grande también. Y no se las explica.

Eso es lo que les pasa a los que están buscando faltas; eso es lo que les pasa a los que quieren tropezar, eso es lo que les pasa a los que cuando el Señor viene como Él lo prometió, se ponen a buscarle falta, pues van a oír muchas cosas donde van a tropezar; y serán verdades predicadas y tropezarán por ser molestosos, ¿ve? ¿Y para qué queremos molestosos aquí que están buscando faltas?

Si aquí fíjese, mire, el Señor viene y cuando nos mira a nosotros, ¿cómo nos mira? Justificados: “A los que predestinó, a éstos también llamó; a los que llamó a éstos también justificó; a los que justificó, a éstos también santificó; a los que santificó a éstos también glorificó” [Romanos 8:30]. ¿Y usted buscándole faltas a Dios en la forma en que Él viene en Su Segunda Venida con Elías primero y con Moisés después? Usted cree que eso delante del Trono de Juicio… ¿Qué usted cree de eso? ¿Qué usted cree de eso? ¿Qué usted cree de uno que se ponga a buscarle faltas a un Rey? ¿Mm? ¿Usted cree que el Rey debe extender Su cetro para misericordia? Dice que es juicio sin misericordia lo que hay en ese Trono.

Así que nosotros estando en la Edad de la Piedra Angular, habiendo subido como Juan subió y viendo las cosas que Juan vio, porque ¿desde donde salía la Voz? Desde el Trono para nosotros oír la Voz del que llamó a Juan. ¿Desde dónde entonces la vamos a oír, si no tiene que ser desde un trono de carne? ¿Mm?

Pero así como oímos la Voz de bendición, sepa que es un trono de juicio. Sepa que el juicio también comienza ¿por dónde? Por la Casa del Señor. Y si el justo con dificultad se salva ¿dónde aparecerá el infiel? Esos no son los que están fuera: “El infiel y el pecador” Los que están fuera, ¿mm?

Así que el Señor le tiró esas dos revelaciones tremendas con relación ¿a quién? Al Hijo del Hombre que estaba allí, con relación ¿a qué? A la Primera Venida del Señor. ¿Dónde tropezaron? En la Primera Venida del Señor en carne humana en el Trono de misericordia donde estaba metido; ahí fue que tropezaron, tropezaron con el velo de carne, con el trono donde estaba el Señor como Sumo Sacerdote. Entonces, nosotros tenemos que tener mucho cuidado, porque un tropezón en el Trono o con el Trono… ¡Je!

El Señor, bueno, allá en aquellos tiempos cuando estaban tropezando en el Trono o con el Trono, Él decía: “Yo les perdono por ésta, pero cuando venga el Espíritu Santo...” [San Mateo 12:32] ¡Je!, y eso es ¿cuándo? Cuando venga en carne humana de nuevo, cuando regrese (¡je!) el que hable algo, ya sabe lo que le espera.

Así que, sabiendo nosotros esas cosas, entonces tenemos que estar conscientes de la hora en que estamos, y lo que usted y yo no entendamos: “Tardo para hablar, presto para oír”, es el mejor consejo que se le puede dar, ¿verdad? ¿Por qué? “Porque con el corazón se cree pero con la boca se hace (¿qué?) se confiesa para salvación” [Romanos 10:10]. Pero también con la misma boca muchos confiesan ¿para qué? Para perdición, para caer en la blasfemia contra el Espíritu Santo; lo cual no tiene perdón ni en esta Tierra, ni en este siglo, ni en el venidero. Así que no hay perdón para eso.

Por lo tanto, entonces, deseamos ser personas reservadas, calladas, lo que no entendemos nos callamos la boca. Si usted no puede creer lo que ve estando arriba, porque lo encuentra muy grande: cállese la boca. ¿ve? Aquellos allá en la Primera Venida del Señor no podían creer lo que estaban viendo en ese Trono de Misericordia y se pusieron a hablar, ¿ve?

Así que en esta hora… Juan lo vio todo y lo creyó todo. ¡Je!, y quiso escribir también. Pero esto no es, esto no es por lo que escribió Juan, esto es por lo que Dios hable y revele a través de Elías y Moisés. Porque Juan lo creyó, porque lo oyó, porque vino a éste tiempo. Y ninguno de ustedes puede creerlo porque Juan se lo diga, sino porque usted mismo se tiene que enfrentar a lo que Juan se enfrentó y él creyó. Y si Juan creyó, él lo condenará a usted si no cree.

El será testigo de que él vio lo mismo que usted ve, y él pudo creer y quiso escribir, pero no le fue permitido. ¿Por qué? Porque los de este tiempo tenían que enfrentarse a lo que él se enfrentó para creer, no porque le cuenten, porque lo ven con sus propios ojos.

Bueno, fíjese, en las edades de la Iglesia, pues solamente una parte fue contada. Del mensaje de cada edad, una parte nada más fue contada; el resto se quedó sin conocerse. Pero con lo que le fue contado en cada edad, y se lo contó cada mensajero, con eso fue suficiente para sellar a los escogidos de cada edad y acostarlos a descansar; pero sin nosotros ellos no pueden ser ¿qué? Perfeccionados. No pueden llegar a la perfección. ¿Por qué? Porque ellos lo que tenían era una porción, una porción de la Luz que se reflejó a través de cada estrella que era cada mensajero.

Imagínese, con la luz de cada estrella, pues no se puede caminar en la plenitud de la luz del sol; porque las estrellas salen por la noche. La única estrella que se ve, de día casi, es la estrella de la mañana. En la tarde como que aparece otra también, ¿verdad? La de la tarde empieza por ahí a verse; pero la de la mañana, entonces, lo que está anunciando es ¿qué? Que ya está esclareciendo.

Bueno, ahora fíjese, en las edades ni la mitad se dio a conocer. No lo digo yo.

Encontramos que alrededor del Trono había ¿qué? Un arcoíris alrededor; y el arcoíris tiene siete colores. Pero en las edades de la Iglesia, en las edades de la Iglesia, solamente había ¿qué? Había un arco; un arco es medio círculo, y siendo siete edades de la Iglesia, cada una de las edades de la Iglesia, tenía un arco de un color, la otra de otro, la otra de otro, y entre todos tenían los siete colores. Pero ¿qué? Solamente un arco, no el círculo completo.

Por lo tanto, todas las edades de la Iglesia juntas lo único que tenían era la mitad, o ni la mitad de la Palabra de la Edad de la Piedra Angular. En donde único está toda la Palabra, toda la revelación, es en la Edad de la Piedra Angular, porque esa es la que tiene ¿qué? La que tiene el arco circular, el arcoíris rodeando el Trono, las demás edades solamente tenían la mitad del arco y solamente un color.

Así que, fíjese, la edad primera tenía ¿qué? Una séptima parte de la mitad (¡Je!), y hasta donde llegaron con eso. Pero no pudieron llegar a la perfección, ni su mensajero tampoco, ¿ve? La segunda tenía una séptima parte de la mitad. Y así cada una tenía una séptima parte de la mitad, y encontramos entonces que ni la mitad se contó o se predicó en las edades de la Iglesia.

Fíjese, encontramos que en unas de las edades de la Iglesia que el Señor les habla del Nombre nuevo, les habla que les dará Su Nombre Nuevo, les dará una Piedrecita blanca, a una de las edades. Y el mensajero de esa edad no dio a conocer cuál era el Nombre Nuevo del Señor. ¿Por qué? Porque ni la mitad le fue contado a los que vivieron en esas edades. Todas las edades juntas tienen la mitad del arco iris, o la mitad del círculo.

Así que mire usted no tiene de que lamentarse: “Oh, me hubiera gustado vivir en el tiempo de San Pablo, ese profeta tan poderoso”. Era profeta, apóstol, evangelista, pastor (pastoreó tres años o dos años). Bueno, era un ministro que en cualquiera de los ministerios, cuando hacía falta, él se enfrentaba a ellos, porque un profeta puede ministrar en cualquiera, ¿ve? Entonces ministró en todos. Pero cuando aparecía el pastor, le decía: “Ahora quédate aquí, Timoteo, yo tengo que seguir en el mío”. ¿Ve usted?

Pero mientras no, pues no podía dejar el pueblo a la deriva para que viniera el diablo y abusara de ellos.

Ahora vemos entonces que ni la mitad fue dicho.

Bueno, mire vamos a ver rápidamente, vamos a entrar a esto rápidamente leyéndolo, ya que se lo he explicado, ya entonces lo que falta es leerlo, ¿verdad? Déjeme ver, está por aquí, página 38 y 39 del mensaje… vamos a leer la 39 nada más, del mensaje titulado Revelación, capítulo 4, parte 2, párrafo 182 en adelante. Puede empezar antes usted después. Déjeme ver, voy a empezar en el 180, hay algo aquí importante, dice:

  • “La misma cosa que Juan vio, Jesús, el pacto aceptado de Dios alrededor de los cielos. Y alrededor de Él había un Arcoíris alrededor del Trono, a la semejanza de una esmeralda, de ámbar, luz verde alrededor del Trono. ¡Alabado sea Dios! Vigile, de Noé… de Noé se compuso primeramente, el arcoíris de Noé se compuso primeramente, de siete colores. Cualquiera sabe que el arcoíris tiene siete colores. Ahora, ¿cuáles son los siete colores?* (Y ahí comienza a describirlo. Dice:)… rojo, naranja, violeta, verde, azul, índigo, violeta, esos son los colores del arcoíris. Ahora tenemos una cosa profunda aquí”.

¡Je! ¿Usted cree que Dios pone un arcoíris así, y después Él decir: Pondré Mi Arco, y ser una cosa así que no tiene nada de significación en el Plan de Dios?

Y yo voy a tener que dar con los puntos altos o sobresalientes de ellos, porque se está poniendo muy tarde (como esta noche)… Ahora recuerden, naranja, rojo, naranja, amarillo, verde, azul, índigo, violeta… Ahora si usted nota, siete, observe… siete, siete arcoíris. Siete colores. Quiero decir, el arcoíris de siete colores. Eso significaban siete arcos, siete arcos; siete Iglesias reflejando siete luces. Cada luz envuelta dentro de la otra”.

¿Ve? Terminaba una comenzaba la otra; terminaba una edad, comenzaba otra; terminaba un mensaje, comenzaba el otro.

  • “Se comenzó con rojo, después de rojo viene naranja, lo cual es un reflejo del rojo, después del naranja viene amarillo, lo cual es rojo y naranja mezclado, hace amarillo, entonces verde y azul, hacen negro entonces viene índigo, y entonces de índigo viene violeta que es una parte de azul. ¡Oooh, Aleluya! ¿No ve usted? Dios en Su Arcoíris de siete colores, Su pacto que El hizo, un pacto que probó las siete Edades de la Iglesia, los siete colores con que El libraría a la Tierra. ¿Qué haría El? Recuerden, El lo hizo con la Tierra, su color. Él lo hizo con la tierra, su color”.*

Ahora recuerde que una cosa es la tierra literal con el arcoíris literal, y otra cosa es la Tierra espiritual, que es la iglesia de las edades de la Iglesia, con el arco sobre ella: Su pacto.

  • “Pero ahora, vigile, este arcoíris, solamente horizontalmente, solamente en un arco, solamente la mitad de la tierra”.*

O sea, cubre la mitad de la Tierra. ¿Usted ha visto el arcoíris? Usted lo que ve ¿es qué? La mitad, cubre la mitad.

  • “Esos son todos los colores del arcoíris de Noé, solo cubrió la mitad de la tierra. Eso era un arco, eso es todo lo que usted puede ver, pero cuando Juan lo vio en Su color de esmeralda, el rodeó el Trono entero de Dios, ni la mitad ha sido contado. Su color en la tierra eso hizo un color de un arco, eso hizo solo la mitad de ello, esas son las Edades de la Iglesia.* (¿Ve usted?).
  • Pero cuando Juan lo vio, en este color ámbar, el color de ámbar, él rodeó y cubrió alrededor con un halo, un halo.* (El hermano Branham se detiene y toca sobre algo para ilustrar). Un halo de color ámbar rodeó Su Ser, ¿ve? ¡Un color! Un Dios sobre todo, a través de todo y en todo. Pero hay siete Edades de la Iglesia. Observen un Gran Diamante”.

Ahora vemos que el Trono de Misericordia luego se convirtió en Trono de Juicio y después vemos que ese Trono de Juicio, vemos que ese Trono de Juicio estaba rodeado ¿con qué? Con el arcoíris, ¿ve? Y Elías primero y Moisés después, ¿son qué? Trono de juicio.

Por eso usted encuentra que en el retrato que le sacaron a Elías ¿qué tenía? Ese retrato donde él está predicando, ese retrato en colores, donde los lirios están frente de él, ¿qué paso ahí? Ahí lo que sucedió fue, que fue visto ¿quién? Fue visto el arcoíris alrededor del trono; fue visto el arcoíris alrededor de ese trono de carne, fue rodeado, ahí estaban los colores del arcoíris, eso es lo que él explica en un lugar ahí. Entonces vemos que eso se cumplió y se sigue cumpliendo.

Vemos que el trono de juicio: Elías y Moisés, viniendo el Señor en Su Segunda Venida como Juez, en Elías primero y en Moisés después, el arcoíris está sobre el Trono, el arcoíris está ahí, y en esta edad como edad, la Edad de la Palabra, ahí tenemos el arcoíris alrededor del Trono. Por lo tanto ahí ¿qué? Ahí no hay la mitad del Mensaje, ahí no hay la mitad de la presencia de Dios.

En las edades de la Iglesia había una porción de la presencia de Dios en cada mensajero, por eso había una porción de la Palabra de Dios en cada mensajero, y eso era lo que podía ser visto. Pero en la Edad de la Piedra Angular ahí está la presencia de Dios, el mismo Señor sentado en Su Trono.

Pero es Trono ¿de qué? De juicio. Está ahí el arcoíris alrededor del Trono y estamos nosotros ahí dentro, estamos nosotros en esa edad metidos, y el arco está rodeándonos. Así que estamos ¿dónde? Dentro del Pacto de Dios.

¿Por qué tiene miedo? ¿Por qué tiene temor? ¿Por qué piensa usted algunas veces que si será o no será un predestinado? ¿Por qué piensa algunas veces que si se irá o no se irá? ¿Dónde se encuentra usted? ¿Dónde está usted? Usted sabe dónde está de acuerdo a lo que ve.

Bueno, si está metido en la edad de Wesley, pues lo que usted ve es ¿qué? Santifica… no, ni eso, justificación; por lo tanto, usted puede pensar: “Bueno, una fumaíta o un palito, o una cosita de esa, eso no es nada”, ¿ve? Está bastante abajo. Si tan siquiera estuviera en la de Wesley podía ver que eso está fuera de lugar.

Bueno, pero si usted lo que está viendo es ¿qué? La restauración de los dones, bueno, usted ve las cosas de acuerdo al lugar donde está. Y al ver la restauración de los dones y estar metido, es porque está metido ahí. Y ya el mensajero, esa estrella habiendo sido quitado, que era el que reflejaba la luz, pues, todo está en tinieblas; por lo tanto aun la restauración de los dones y el uso de los dones aun en la edad de Laodicea, lo están haciendo a ciegas. Por eso el diablo los tiene engañados y hace con ellos lo que él quiera hacer, porque el diablo ha colocado su trono; fíjese, el diablo ha colocado su trono, su silla, ¿dónde? En la edad de Laodicea. ¿Ve usted?

Entonces, él se ha entronado ahí, por lo tanto, está entronado ahí. ¿Quién lo va a sacar de ahí? No hay quien lo saque de ahí; pero todos los que estén ahí, pueden salir de ahí.

Entonces de ahí es que salimos nosotros y van a salir más. Van a salir más de ahí ¿por qué? Porque es una promesa del Señor. El prometió que de ahí habría de salir un pueblo, y tiene que salir.

¿Usted quiere que…? ¿Usted quiere que se lo enseñe dónde está? Mírelo aquí, dice… dice una hermana, éste es el, el, el sueño que el hermano Branham tuvo de las gentes que él vio allá en un lugar, una cárcel oscura, una cárcel con barrotes, un lugar malísimo y estaban como locos las gentes, que eso no es otra cosa, sino que la edad de Laodicea. Entonces dice que una señora le dijo, una mujer le dice, le dice:

  • “1458 (...)Y ella estaba llorando, diciendo: Liberte a la gente, hermano Branham. Dijo: Ayúdenos, estamos en problemas. Ella misma, la conozco, ella pertenece a la... creo que la Iglesia de Cristo, o la Iglesia Cristiana* (bueno, de la segunda dispensación) ... llamada Iglesia de los Hermanos. Así ella... Miré alrededor, y dije: Yo quisiera poder. Y seguí mirando por allí, y yo me vi con mi cuerpo pequeño… (en ese tiempo vio su cuerpo muy pequeño)”.

Bueno, ¿no sería que estaba viendo el cuerpo de Moisés? Este es el tiempo de liberación, es el tiempo de la proclama de libertad. Es el tiempo de la proclama del Año de Jubileo.

  • “…y yo me vi con mi cuerpo pequeño y débil, y esas barras muy grandes de hierro, y esa pobre gente allí adentro. Y no podía llegar a ellos, esas barras de hierro estaban muy juntas. Yo miré, y ellos estaban golpeando sus cabezas…”*

Bueno, usted sabe los muchos pisotones y golpes de cabeza que se dan allá adentro, usted sabe. Los que salieron de allá saben los pisotones que llevaron. Y tanto los pisotones y golpes de cabeza en lo literal como en lo espiritual; porque en lo espiritual es peor. Están dando con la cabeza en la pared, y hasta en el suelo, ¿ve? “Dando coses contra el aguijón”, o los aguijones. Bueno, todos los aguijones, pues, ya usted sabe que somos todos nosotros.

  • “…Vi unas luces parpadeando allí adentro. Y miré hacia arriba…”*

Siempre hay que mirar hacia arriba, ¿verdad? Juan miró hacia arriba. Y ahora él dice:

  • “Y miré hacia arriba, y allí estaba parado el Señor Jesús con unas luces de un arco iris alrededor de El.* (¿Lo ve?) Y me estaba mirando directamente, y dijo: Liberta esa gente. Y El se marchó. Y pensé: Pues, ¿cómo podré yo libertarlos? Yo no tengo suficiente fuerza en mis brazos para romper esas barras. Así que dije…”

¿Ve? No podía con las fuerza, y también la Biblia dice: “No es con ejércitos ni con fuerza, más con mi Espíritu ha dicho el Señor” [Zacarías 4:6]. Y eso está hablando ¿de qué? De la Segunda Venida del Señor.

Entonces, pues como no tuvo fuerzas, ni política, ni teológica, ni física, ni de ninguna manera para sacar a esa gente de allá adentro, le dijo:

  • “Así que dije: Casa del infierno, ríndete al Nombre de Jesucristo.*

¿Qué le dijo a la Edad de Laodicea? ¿Casa de quién? Del Infierno; si es el edén de Satanás. Identificó ese lugar.

“No, que si estamos en la edad de Laodicea, en la séptima edad, y están allá como locos, muy contentos (¡)”. Aparentemente. “No, que si estamos contentos (¡)”. Usted sabe que los locos son los más que hablan lenguas, ¿ve? “…y están caminando como locos sin saber la hora en que estamos viviendo”.

¿Y dónde estaba él? Estaba fuera, el Señor fuera. Entonces identificó esa edad: identificó la edad de Laodicea, la edad pentecostal ¿cómo qué? Como casa del infierno, ahí lo tiene; la identificó como el edén de Satanás

  • Casa del infierno, ríndete al Nombre de Jesucristo.* (¿Tiene el Señor un Nombre Nuevo? ¿Con qué nombre?). Y comenzó a reventar y crujir, y las
  • rocas rodaban, y las barras cayeron; y la gente corría, gritando: ¡Libertados! Estaban gritando lo más fuerte que podían* (o sea, voz en cuello), y fueron todos libertados. Y entonces yo gritaba (¡Je, cualquiera!)… Y entonces yo gritaba (¿pero qué era?): Hermano Roy Borders, ¿dónde esta usted? ¿dónde está? ¡Dios está libertando a Su gente! ¿Dónde está usted, hermano Borders?”

Bueno, si usted lo busca allá en el mensaje titulado Obras es Fe Expresada, por allá por la página 4 al 6, usted podrá leerlo allá también. Esto fue la página ¿qué? Página 163 y 164 del libro de Notas, párrafo 1458.

Así que, ¿ve usted dónde estamos? ¿Mire usted el Señor como apareció? Con el arcoíris alrededor de Él. Y para libertar, ¿qué fue lo que hizo? Le dijo: “Libértalos tú”. ¿Cómo? A través de ese cuerpito chiquito que tienes ahí para usar. Era muy pequeño; pero no era cosa de tamaño, era cosa de hablar de la Palabra del cuarto Elías, regresar y venir en el quinto Elías. Ser hablada… y entonces, siempre que Moisés aparece ¿es qué? El libertador. Y de Sión, para los hebreos, de Sión ¿saldrá quién? El Libertador, dice la Escritura [Romanos 11:26]. ¿De dónde saldrá Moisés para los judíos? De la Edad de la Piedra Angular. ¿Ve usted?

Entonces, vean ustedes la hora en que estamos, vean ustedes entonces que en ninguna de las edades fue dicho todas las cosas que serían dichas en la Edad de la Piedra Angular. Y juntando todas las edades juntas, ellos solamente tuvieron ¿qué? Tuvieron el reflejo de cada uno de los truenos. Cada uno de los mensajeros tuvo un trueno, pero con lo que habló, no dijo ni la mitad; es más, una séptima parte fue lo que habló, y algunos ni completa.

Así que, entonces, los Truenos si sonaron en las edades de la Iglesia a través de cada mensajero; si sonaron, fue el mensaje de cada mensajero; pero ni la mitad se dijo, ni la mitad fue oído. Porque ellos solamente ¿qué fue lo que hicieron? Ellos solamente lo que hicieron fue hacer una reproducción de los Truenos. Y luego cuando se recopila todo lo que esos Truenos dijeron en las edades de la Iglesia, ni la mitad fue oído ni dicho.

Por lo tanto, la otra mitad, con lo que ya fue dicho, entonces ¿dónde se encontrará? Todo completo, todo completo se encontrará en la Edad de la Piedra Angular, que es una Edad Eterna, que es una Edad perfecta. Por lo tanto hay un Mensaje perfecto el cual refleja ¿qué? Los siete colores del arcoíris completo, rodeando el Trono; no la mitad, no la mitad, sino todo.

Por lo tanto, estará ¿qué? La Palabra en toda Su plenitud, que no hay dónde parar, es un círculo, ¿ve? Y cuando termina con una cosa, cuando termina con un color, empieza el otro. Y así, todos los colores están ahí. Entonces, todos los que están ahí dentro, que han subido dentro, están dentro ¿de qué? Dentro del Pacto de Dios.

Entonces, estamos en un tiempo más grande de lo que nosotros nos podemos imaginar. Y estando nosotros en un tiempo más grande del que nosotros nos podemos imaginar, tenemos que darle gracias al Señor por haber sido privilegiados en vivir en este tiempo.

Ahora, si usted hubiera tenido la oportunidad de hablar con los hermanos de allá de la primera edad de la Iglesia donde el apóstol Pablo, ese poderoso profeta, estaba allí, ¿qué usted hubiera hecho? Si ello… ¿Hubiera usted cambiado con ellos? (¡Jum!). En aquel tiempo había bastantes leones (¿verdad?) para comerse a uno. Pero ahora los leones son espirituales; pero así como hay leones espirituales, también está el León de la tribu de Judá que no dejará que el león, que el diablo, nos coma.

Y la cosa no es solamente esa, la cosa es que… fíjense, en las edades el diablo, pues imagínese hizo mucho escantre matando allá a los cristianos. ¿Por qué? Porque ellos eran… estaban bajo el símbolo de Cordero, porque el Señor como vino en Su Primera Venida era como Cordero, lo mataron a Él y entonces mataban a los creyentes.

Pero ahora el Señor en Su Segunda Venida viene como León, como Juez, viene con la Palabra hablada. Él se cambió de Cordero a León. ¿Y quién le hace frente a un león? ¿Qué dice Apocalipsis 11, Apocalipsis 11, que es la segunda parte de la Segunda Venida del Señor? Que cualquiera que trate de hacerle daño ¿qué pasa? Debe morir. Solamente podrá ser tocado cuando terminen ese Mensaje que tienen que dar.

Y ahora la cosa no es solamente que el Cordero, el Sacerdote cambió de Cordero a León; el Sacerdote de Sacerdote a Juez, a Rey, sino que también los corderos, los escogidos, cambiaron de corderitos a leones.

Así que… así que la cosa no va a ser nada fácil para el diablo en este tiempo. “No, son unos corderitos ahí”. Son unos leones; lo que pasa es que cuando van creciendo, usted sabe, cuando van creciendo pues pueden mirar y un corderito y un león, parecerse. Los dos son un poquito… tienen un poquito de lana y los dos son juguetones, y son contentos y eso; pero cuando se llegue el tiempo, el tiempo de actuar, van a descubrir que no eran corderos, sino que eran leones. Bueno, y ahí podríamos hablar muchísimo, pero no queremos hablar mucho.

Hemos estado hablando del Trono, del Trono de Juicio. Ahora vea que el Trono de Misericordia fue el Señor, cuando se fue y regresó, fueron los siete mensajeros; los escogidos que recibieron el mensaje de esos siete mensajeros se convirtieron también en tronos, porque el trono es el corazón; entonces se convirtieron en trono ¿de quién? En Trono del Señor ¿cómo qué? Como Sacerdote. Y entonces eran ¿qué? Sacerdotes también los escogidos.

Ahora veamos que ellos ministraron ¿dónde? En el Lugar Santo. Ahí era todo el ministerio; por eso, encontramos que luego el séptimo mensajero, luego de terminar su ministerio en el Lugar Santo, luego terminó y entonces pasó al Lugar Santísimo.

Muchas personas no pueden ver cuándo pasó del Lugar Santo al Lugar Santísimo. Y luego, cuando regresa, cuando regresa en Moisés, pues viene ministrando en el Lugar Santísimo, ¿ve? No viene ministrando en la edad de Laodicea, ni en la de Wesley, viene ministrando en la Edad de la Piedra Angular, porque esa es la edad ¿qué? La Edad o el Lugar Santísimo, ese es el Trono de Dios donde está la presencia de Dios. ¿Ve usted?

Bueno, entonces, así también como la silla de juicio lo es Moisés, también los que reciben el Mensaje que Dios da a conocer a través de Moisés, se convierten también en sillas; y se sienta ahí ¿quién? El Rey de reyes y Señor de señores. Y son ¿qué? Tronos, tronos ¿de qué? Tronos de juicio.

Así que el mundo va a recibir la sorpresa más grande que puede recibir. ¿Por qué? Mire, el Señor en Su Segunda Venida, mire lo que pasa aquí [Edades, pág. 265]:

  • “94. (...)Pero viene el día cuando el Señor dirá: “Traed mis enemigos ante mí y matadlos.” Entonces, cuando Su justa indignación caiga sobre los blasfemos, será cuando los justos estarán con su Señor. Los justos, viniendo con Él en gloria, destruirán a aquellos que destruyeron la Tierra e hicieron ruina a los santos de Dios. Esta era la edad* (la segunda dispensación) … Esta era la edad de volver la mejilla, de sufrimiento terrible; pero viene un día cuando la verdad prevalecerá, y ¿quién podrá resistir su fuego y permanecer salvo? Solamente los redimidos del Señor.
  • Y le daré la estrella de la mañana.’”.* (¿Ve?)

Bueno, mire la hora en que estamos, mire lo que Dios hizo, está haciendo y lo que hará.

Entonces, el Señor viniendo (eso es en Su Segunda Venida, ya ustedes saben el orden), y los santos del Señor, los redimidos, los escogidos, viniendo con el Señor en Su Segunda Venida, conforme a Apocalipsis 19, ¿qué es lo que hacen? Destruyen a los que destruyen la Tierra, ¿con qué? Con la Espada de dos filos que sale de la boca del Señor.

Entonces, estamos en el tiempo del Trono, el Trono de Juicio. Por lo tanto, así como el Señor cambio de Trono de Misericordia a Trono de Juicio, ahora también el mensajero de esta Edad de la Piedra Angular es un Trono de Juicio y los que pertenecen a esa Edad de la Piedra Angular son también Tronos de Juicio. ¿Por qué? Porque la Palabra, el Mensaje que tienen, es un Mensaje de juicio. ¿Ve usted?

Bueno, vamos a pararnos por ahí, ya hemos hablado un poquito. Ve usted que habíamos hablado de… [CORTE DE AUDIO @2:52:30]

…denominaciones que le están ofreciendo ¿qué? Misericordia. Cuando el que da y el que tiene la misericordia que es el Señor que estaba como Sacerdote para traer misericordia y ministrar misericordia, cuando salió del Trono de Misericordia, pues se acabó la misericordia.

Entonces, las denominaciones están predicando un mensaje de… ¿de qué? De misericordia, y estamos en el tiempo de un mensaje ¿de qué? De juicio. Ofreciendo misericordia cuando el que la da, ya dijo que no la iba a dar más; ya dijo que el que la despreció, la despreció. Y ahora, viene ¿qué? Un Mensaje de juicio por un Trono de juicio. Y entonces, ahí es que estamos en este tiempo, en esta hora, frente todos, frentes al Trono de Juicio.

Entonces, encontramos que todo tiene un orden, eso es la Tercera Etapa, ¿ve? Eso es la Tercera Etapa, y todo tiene un orden. Primero la Tercera Etapa se mueve para los escogidos, luego se mueve hacia las fatuas y después al mundo, para condenar al mundo. Así que juicio, un juicio moviéndose para todos.

Entonces, es ¿qué? Es delante del Tribunal de Cristo: unos para recibir ¿qué? Para recibir bendición por lo bien que actuaron, otros para recibir juicio por incrédulos.

Bueno, de eso entraremos en otra ocasión más adelante, para ver el juicio cómo se desarrolla, cómo es el juicio, cómo salen los que salen bien, qué hicieron, qué no hicieron; qué pasa con las fatuas en ese juicio, qué pasa con el mundo y cómo se va a de… cómo es que se desarrolla ese juicio.

Recuerde que la Tercera Etapa es siempre ¿qué? Es siempre la Palabra hablada.

Primero se mueve para los escogidos, para las fatuas y para el mundo. Lo último es predicarle ¿a qué? A almas encarceladas que no pueden ser salvas.

Ahora, usted y yo entendemos por qué en ese mensaje titulado Almas Encarceladas, por qué el hermano Branham está tan preocupado, porque él también dice: “Tengo un sin númer… (él dice hasta las páginas, no sé si son diez páginas)… tengo aquí estas, como… (vamos a poner diez, no sé recuerdo si son diez o más)… éstas páginas, co… unas diez páginas que no le digo lo que hay ahí escrito para que no vaya, no vaya a esca… no vaya a asustarlo a ustedes, no vaya a ustedes a impresionarlos”. ¿Por qué? Porque eran cosas tremendas, pero con lo que dijo en ese mensaje Almas Encarceladas, en una ocasión dice: “Miren, cuando el Cordero salga de su trono de intercesión, él sale de ahí para tomar el Libro y abrir los Sellos, y cuando eso lo haga, ya se acabó la misericordia”.

Vamos a ver 49 y 48, dice aquí: “El número 3” … espere, déjeme leer un poquito del 48 para abajo, dice [51]:

  • “346 (...)Ellos continuarán, como si nada.*
  • 347 Pero recuerden, durante todo este tiempo, Noé estaba en el arca. La Novia está sellada adentro con Cristo, el último miembro ya habrá sido redimido. El Sexto Sello se habrá producido. El Séptimo Sello lo trae a Él de nuevo a la Tierra. El Cordero vino y tomó el Libro de la diestra de Él, y luego se sentó y reclamó lo que le pertenecía, lo que Él había redimido. ¿Es correcto? Siempre ha sido ese Tercer Jalón.*
  • 348 Tres es perfección*(el número 3). El ministerio llegó a su perfección cuando reprodujo a Cristo nuevamente en lo natural, entre seres humanos, como fue predicho: “Así como fue en los días de Lot”.
  • 349 ¡Oh, piensen! La gente podrá continuar predicando, pensando que están llegando a salvación; creyendo que están haciendo lo correcto, creyendo que sus organizaciones están creciendo, seguro, y sin ni un rayo de esperanza. Y si así fue la visión, y ha sido tan duro contra las mujeres, hemos llegado a esa hora. La puerta se ha cerrado, concluido, el Libro ya está en Su mano. ¡Piénsenlo!”*

¿Qué puerta está cerrada? La puerta de la segunda dispensación. La puerta para alcanzar misericordia bajo el Trono de Misericordia. ¿Ve?

Ahora, por aquí también dice, aquí habla también más abajito, ahí mismo de los sabelotodo. Bueno, también hay un sitio, fíjense dice… página 50, dice [52]:

“Ahora recuerde, yo no digo que sea, que así es, porque yo no sé. Pero fíjense bien, yo tengo otras diez páginas…” (diez páginas eran, ¿ve? Me recordé. Casi siempre se me olvidan muchas cosas).

  • “356 Y he recortado aquí como diez páginas, que temía relatarles. ¿Ven? La Sra. Woods es testigo de eso, y el Sr. Woods. Cuando fui esta mañana a su casa a verlos, les dije: Yo no puedo decir todo esto, no puedo llegar hasta allá. Les daré estas ciertas Escrituras, y lo dejaré con ellos, porque será grabado. Y saldrá.*
  • 357 Y la gente se reirá de este Mensaje”.*

Y que muchos se han reído de que el Señor cuando abrió los Sellos ya había salido del Trono de Intercesión, y que ya de ahí para adelante ya no hay Trono de Intercesión, sino que no está como Sacerdote sino como Juez, Trono de Juicio. Que muchos se han reído (¡), y cuando también hemos predicado de todo eso, que muchos se han reído (¡). Dijo que se reirían.

  • “Está bien, será demasiado tarde para retornar, un día de estos. Siga adelante, como miembro de la iglesia, córtese el cabello, píntese la cara. Adelante, acepte “Padre, Hijo y Espíritu Santo”, si así gusta; hágalo tres dioses y sea Ud. un pagano. Adelante, quédese con su organización. Hágalo, si así lo desea”.*

¿Qué es eso? Lo mismo que dice Apocalipsis. ¿Qué dice? Que cuando el séptimo ángel tocara la Trompeta el tiempo no sería más, por lo tanto el que esté sucio, ensúciese más” [Apocalipsis 22:11]. ¿Quiere seguir cortándose el pelo? ¿Quiere seguir pintándose? ¿Quiere seguir usando ropa corta?...

Y ustedes que están aquí: ¿quieren seguir? Siga haciéndolo. Un día se dará cuenta que por su rebeldía llegó a un lugar de que no hay lugar para arrepentimiento. Pero usted que ama al Señor, usted ha oído lo que Dios dijo; usted oyó a Dios hablando por Elías, usted oyó a Dios diciéndole a usted cómo actuar. Mire a ver, eso es para usted y para todos nosotros. ¿No quiere? Pues haga lo que quiera hacer, en palabras más claras: Haga lo que le dé la gana. Pero recuerde, no hay Trono de Misericordia ya, es Trono de Juicio.

  • “358 Dicen: Yo dancé en el Espíritu, yo hablé en lenguas; ya lo tengo.*
  • 359 Yo he visto a diablos hacer lo mismo* (o sea, que no venga con ese cuento)”.

Y más abajo sigue diciendo [pág. 53]:

  • “362 No, no, amigo. La Palabra es la que lo establece. La gente y la Palabra tienen que ser uno. ¿Ven? Jesús y la Palabra eran lo mismo; Él era la Palabra. Y cuando Jesús vive en el ser humano, eso le hace a él y a la Palabra lo mismo. Su vida dice lo que Ud. es.*
  • 363 Ahora mientras oramos, mírese bien en el espejo de Dios, diga: ¿Cómo me veo en esta mañana?’”.*

Y en esta mañana de este nuevo día: ¿cómo se ve?

Ahora, ¿recuerdan la historieta del niño que se miraba en el espejo y hacía así, y allá también en el espejo hacía la misma cosa, y hacía todas las mímicas que hacía acá y en el espejo hacía lo mismo? Y ahora a lo último dice: “¡Pero mamá, si soy yo!”

Bueno, mire usted a ver si todas las cosas que usted hace aquí en la Tierra: cómo vive, cómo actúa, cómo usted hace con el Mensaje. Mire a ver si todo eso que hace cuadra con lo que el espejo de la Palabra dice que hace un hijo de Dios en esta Edad de la Palabra. Y después que usted se mira bien y vea que usted y en usted se vea lo mismo que se ve en ése, en el espejo, pues puede decir: “¡Mamá, pero si soy yo! ¡Si soy un predestinado, si soy un escogido!”.

Entonces, no le tenga miedo a la hora en que vivimos, que es la más grande de todas. Es la hora en que seremos transformados, es la hora en que seremos trasladados de aquí de la Tierra.

Ahora, fíjese, cualquiera que entre en este tiempo y reciba salvación, no crea que entra por la segunda dispensación; ya esa se cerró, la puerta de allá se cerró. Predicar sobre eso, sobre la segunda dispensación, el mensaje de allá, ya eso pasó de tiempo. Mire aquí, mírelo aquí, página 54 [57], dice:

  • “390 Fue muy difícil hablarles esto a Uds. Estoy muy agradecido, al ver gente aquí de todas partes. Y Uds., Yo…*
  • 391 Yo no puedo decir que esta cosa sea correcta, pero tendrá que suceder así en algún momento. ¿Ven? Tiene que llegar a eso, y podría ser ahora mismo. ¿Ven? En todos sus asuntos el mundo continuará igual. La gente aún vendrá al altar y aún clamará, pero de nada servirá. ¿Ven? Ellos ya se habrán ido (¿ven?), esto se habrá concluido; no habrá misericordia. Recuerden eso. Y el santuario fue lleno de humo. El que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia, y el que es santo santifíquese.*

Eso mismo fue lo que estaba diciendo allá… ¿quiere seguirse cortando el pelo? (sígaselo cortando, las mujeres), ¿quiere seguir actuando de esa manera? (y a los hombres también), la forma incorrecta de actuar, ¡pues siga! ¿Qué es eso? Cuando esto se cumple, pues entonces la Palabra les dice: ¿Quieren seguir haciendo lo que están haciendo? Sigan haciéndolo. Pero para los santos: “Santifíquese más…”

Entonces Dios nos muestra por Su Palabra cómo hacer las cosas mejor de lo que las estamos haciendo. Nos muestra cómo agradar al Señor hoy más de lo que le agradamos ayer. ¿Ve? Y cada día que pase podremos servirle mejor al Señor, ¿por qué? Porque Él nos va santificando ¿cómo?:

  • “El que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia, y el que es santo santifíquese”. Ya no habrá misericordia, cuando el Cordero tome el Libro; es todo, hasta ahí llegó. Y pareciera en gran manera como que podría ser ahora.”*

Está predicando en el 63; eso fue así de esa manera en el 63 cuando el Cordero tomó el Libro y ya era un León. Ahora fíjese, él nunca lo podría decir abiertamente así.

  • “392 Quizás nos quede otro día; tal vez hoy sea ese día. Mañana quizás sea…Quizás esta noche sea la última noche. Quizás este sea el último año. Amigos, yo no lo sé. Les digo, yo no lo sé. Esto nunca me será dicho.* (¿Ve? Él no lo podía decir).
  • 393 Pero cuando Dios tome ese último nombre del Libro de la Vida y lo redime, entonces allí se acaba todo. ¿Ven? Como sea, no podrá haber más, de todas maneras no podrá haber más, es todo; quedará consumado.*
  • 394 ¿Cuántos saben que esa es la Verdad? [La congregación dice: “Amén”.] Muy bien. Es-es la Verdad. Ahora de que sí sentimos…”*

Fíjese, mire lo que sigue diciendo aquí. Dice:

  • 395 Y yo considero esta congregación, a la cual le he predicado y he advertido por todos estos años, y ver un mensaje como este, que yo_que yo presenté de esta manera novata”.*

Ahora recuerde, él lo presenta de esta manera tan insegura, como si: sí o sí: no, como si podía ya estar cumplido o ser más adelante; pero ese “aunque no esté”, así será algún día. ¿Y qué pasa? Las gentes ni se dará cuenta.

  • “Y sólo recuerden, lo digo para que Uds. lo entiendan: manera novata* (oh, si nosotros lo pudiéramos entender también); hay otras cosas que podrían casi destrozarlos”. (Los hubiera trastornado, usted sabe de la mente, imagínese).

Entonces lo trae de esa manera y sigue hasta el 65 trayendo todas esas cosas de esa manera, de modo que en él… y con todo y eso algunos se trastornaron. Tenga usted también cuidado, tenga usted cuenta, no vaya a poner su propia interpretación a las cosas de Dios, reciba lo que salga ¿de dónde? De arriba, de donde Juan vio, de donde Juan fue, vio y oyó. De ahí saldrá todo y lo entenderemos de la manera correcta. Entonces dice:

  • “…hay otras cosas que podrían casi destrozarlos. ¿Ven? Pero las omití, sentí hacerlo, porque no estoy seguro; y si no estoy seguro por donde camino, caminaré con cuidado (¿ven?), pero diciéndoles.*
  • 396 Escuchen: ¿No están contentos? ¿Podría haber algo más grande, que Uds. pudieran pensar, que hayan hecho en su vida?*
  • 397 ¿Qué tal si ahora todo ha concluido? ¿Qué tal si ya todo ha terminado? Oh, dice Ud., Hermano Branham, quizás… Sí, yo sé; ellos podrían continuar como si nada, lo hicieron en cada ocasión. He explicado eso y lo he probado por las Escrituras (¿ven?); el mundo continuó girando, pero ya había terminado. ¿Ven?*
  • 398 La locura de la predicación salva a los perdidos. Y es locura para el hombre, pero es la sabiduría de Dios. ¿Ven? Dios es Espíritu. Él obra en maneras espirituales (¿ven?), para obrar Sus maravillas, maneras maravillosas. Pero nosotros somos humanos, somos seres finitos* (¿Cuántos lo sabían?)”.

Ahora mire lo que él por aquí, por aquí él habla algo que usted, que usted no debe de perder, déjeme ver si lo puedo…

  • “Salva a mis hijos, dice: Ay de mí, y de mi Iglesia, de mi pueblo* (y dice). ¡Ay de mi familia!”.

Déjeme ver si lo puedo encontrar. Es tardecito, pero esto es muy importante si lo pudiera ver de momento [Pág. 60]:

  • “413 Ahora con nuestros corazones inclinados. La Biblia dice: “Cantaron un himno y salieron”.* (Aquí no es pero…) “Recuerden, cuando hicieron eso allá en las Escrituras, fue porque habían crucificado la Segunda Etapa del ministerio de nuestro Señor, y la Tercera Etapa estaba para entrar. Unas horas después, Él descendió al infierno y predicó a los perdidos que habían rechazado la misericordia”.

Bueno, parece que no lo pude encontrar, de momento, pero usted búsquelo, o en la próxima ocasión en que… Ajá… página 53, página 53 [55], casi al principio dice, dice ahí:

  • “381 Sólo ore de la manera en que desee. No tenga prisa.* (Siempre diciéndonos Dios que no tengamos prisa, ¿verdad?) No tenga prisa. No tenga prisa. ¿Qué tal si Ud. es el último nombre en el Libro?
  • (...)*
  • 382 Hermano Neville, pase adelante, ore por ellos un momento. Ahora el pastor va a orar con Uds. mientras están orando”.*

El hermano Neville ora, luego sigue el hermano Branham; entonces sigue el hermano Branham orando. Dice [Pág. 56]:

  • “384 Señor Jesús, ruego que salves a Rebeca y a Sara, a José, ellos también, Señor. No permitas que esto les suceda a mis hijos* (¿usted cree que él no sabe lo que eso significa?), Señor*. No permitas que les suceda a mis hermanos y a mis amigos. Concédelo, Señor.*
  • 385 No sabemos, nosotros no sabemos, pero estamos viendo algo Señor. ¿Será ésta una señal ahora ante nosotros para sacudirnos?”*

Entonces, sigue diciendo:

  • “386 (...)Ahora lo vemos aquí a nuestras puertas, la gran ira de Dios moviéndose por las calles, sacando los incircuncisos. Donde no existe la Sangre sobre la puerta, allí llega el Ángel de la muerte; y ellos siguen viviendo, aunque muertos mientras viven, sin misericordia, sin Dios, y jamás pueden ser salvos.*
  • 387 Dios, ¡cuánto te agradecemos por éstos que sí son salvos! Cuánto…Qué gran bendición es para nuestros corazones, estar ahora por dentro, bajo la Sangre, mientras ese último Ángel pasa por la tierra, sacando a los…*
  • 388 Los que no estaban bajo la Sangre, ellos murieron sin misericordia. Ese fue el último jalón de Moisés. Primero, un un joven hablándole a Israel; segundo, bajó a liberarlos; tercero, fue el último mensaje. Los milagros ya habían sido hechos, Moisés estaba en camino a la tierra prometida, con los redimidos. Oh Dios, sé misericordioso, yo ruego, en el Nombre de Jesús”.*

Entonces, hay un lugar donde él también dice: “¡Señor, que no sea esto como yo pienso que es!” (¡Je!). ¿Cómo él pensaba que era la cosa? Pensaba que era, ¿cómo? Él pensaba y sabía que ya había salido del Trono de Intercesión y ya lo que había era un Trono de Juicio, y entonces vemos donde él clama por sus hijos. “¡Señor, que esto no sea con mis hijos! ¡Salva…!”, está pidiéndole salvación para sus hijos, ¿dónde? En el 63. ¿La única forma? Entrando por donde Juan entró, aún para los hijos de él. No hay otra forma. ¿Por qué? Porque la puerta de la segunda dispensación está cerrada, desde el 63 para adelante. Así que si él pide salvación para sus hijos: tienen que entrar por la Puerta abierta en el Cielo. ¿Ve usted? Así que, no hay otra forma.

Bueno, ya vimos entonces la enseñanza sobre éste tema: “EL TRONO DE JUICIO”. Vimos también lo del Trono de Misericordia en las edades, pero ahora vimos también la enseñanza del Trono de Juicio; por lo tanto, entonces vemos que si en las edades había que andar derechos (¡Je!), Pablo por allá dijo: “A uno por allá se los entregué al diablo”, por acá a otros les pasó algo, y era Trono ¿de qué? De Misericordia. Pedro también, (¡je!), y él dice: “Y se va a repetir la cosa, como con Ananías y Safira”. Y eso será en Trono ¿de qué? De Juicio, porque ya no hay Trono de Misericordia. Será juicio sin misericordia, ¿para qué? Para los rebeldes, los desobedientes; y el juicio comienza ¿por dónde? Por la casa; era en la casa, en la casa de Dios donde comenzó ese juicio y el resto, el resto se llenó de temor reverencial. Bueno, ¿habrá necesidad de eso?

Bueno, lo que si es que le mintieron al Espíritu Santo; ¿y dónde estaba? En un hombre. ¿Ve usted?

Así que tenemos que tener nuestros ojos abiertos en esta hora en que estamos, porque el Señor está cumpliendo Su Segunda Venida como Él lo prometió. Cualquiera que miente no miente a hombre, sino al Espíritu Santo que está como Juez, como León, como Rey. Por lo tanto, Dios nos bendiga en esta noche.

¡Advertencia! ¿Y después qué?... Yo creo que el Amor, estando en la Edad de La Piedra Angular, que es la Edad del Amor, y el Amor Divino, no el amor fraternal; amor fraternal eso es pasajero y falla en algunas ocasiones; pero Amor Divino, y Dios es AMOR, y el Amor ¿es qué? Correctivo. Mire cómo corrigió allá en los días de Ananías y Safira. Y Dios es Amor, pero ¿es qué? Fuego ¿qué?... Bueno entonces… ya entonces, yo creo que con las advertencias es suficiente para ¿qué? Para entonces saber cómo caminar en esta hora, porque dicen la gente que “en guerra avisada, no muere gente”, pero siempre mueren.

Así que, estando nosotros en esta hora en que vivimos, y que lo que hay es un Trono de Juicio, yo creo que con las advertencias que hemos recibido, yo creo que el que reciba juicio (y el juicio comienza por la casa) es ¿por qué? Por rebelde, hijos rebeldes, hijos desobedientes, hijos que no aman realmente a Su Padre Celestial. Así que, ya sabemos la hora en que estamos, sabemos cómo viene juicio.

Ahora también a través de los mensajes que vengan, sabremos también cómo recibir todo lo que Dios ha prometido para nosotros. Lo vamos a saber y vamos a recibir todas las bendiciones que hayan para los obedientes. Los desobedientes también van a recibir su merecido. No se preocupe que Apocalipsis 11 dice, dice del juicio que va a salir de ahí.

Así que no se preocupe de eso; y bueno, déjeme parar aquí. Ya le iba a mencionar fechas y esas cosas que están ahí en la Biblia; pero ya usted sabe, ya usted sabe de fechas ahí. Y para ciertas fecha, pues la introducción al Milenio ¿qué pasa?... Bueno vamos a dejar eso quieto, vamos a hablar en otra ocasión de ese tema de la introducción al Milenio y de todas esas cosas con los dibujos.

Bueno, yo creo que después de este mensaje de esta noche, de esta enseñanza de esta noche, pues, podemos ver que las edades de la Iglesia, a cada una se le puede poner un color y eso es lo que lleva, un color conforme al orden del arcoíris; subiendo: un color en cada una. Pero en la Edad de la Piedra Angular está rodeado con los siete colores; donde está usted y donde estoy yo. ¿Ve usted?

Así que, el arcoíris completo, el círculo completo del arcoíris, podríamos decir ¿el arcoíris o el circo-íris?

Bueno, es un círculo de luz que refleja los siete colores y ahí está, en donde usted está.

Por eso, ni la mitad se supo en las edades, pero ahora usted sabe el resto que no se supo allá. Así que por eso es que usted sabe lo que sabe hoy, porque subió a donde fue prometido que se nos daría a conocer todas las cosas. ¿Quién lo daría a conocer? El Señor sentado en Su Trono de Juicio revelando todas las cosas; y la Voz que oímos y la Voz que nos revela todas esas cosas no es la voz de un hombre, es la Voz de Dios a través de Su Asiento de Juicio, dándonos a conocer todas esas cosas que nunca antes nos habían sido dadas a conocer.

Bueno, vamos a aguantarnos aquí porque no hay donde parar. En un arco si, tiene comienzo y tiene fin; pero en un círculo no hay, no hay ni cómo comenzar ni cómo terminar. Usted no sabe ni dónde está el comienzo ni dónde está el fin.

Bueno, pues vamos a hacer una pausa, entonces, y en otra ocasión, no sabemos cuándo, en otra ocasión volveremos.

Yo no sé si usted ha notado que, que los mensajes son un poquito largos comparados con los mensajes que se predican en las edades de la Iglesia. Son un poquito largos, pero yo le pregunto a usted: ¿cuántos días trabaja usted para llevar la comida a su casa terrenal? Usted trabaja muchas horas; aquí usted está para recibir gratuitamente la comida que lleva para el alma. Por eso dice sin… “sin precio”. Es “sin precio,” usted no ha hecho nada, sin embargo el Señor no los da gratuitamente; y vemos que es menos el tiempo que tomamos para recibir la comida espiritual que el tiempo que tomamos trabajando para conseguir la comida material.

Mire después de trabajar una semana completa, después tenemos que meternos al supermercado para conseguirlo y después hacer fila para pagarla, hay que pagarla y después esperar que nos la cocinen. Y después sentarnos con calma, comérnosla con calma, para hacer buena digestión. Por eso hay que tener calma. El que come rápido, ese no hace muy buena digestión. Con calma comiendo, porque así es que funciona bien esas glándulas que hay que segregan tiamina, ¿tiamina es? Es otra “tia”, no sé si es tiamina, yo lo único que recuerdo bien es el nombre de “tia”, entonces, segregan eso que ayudan para la digestión, y allá el estómago pues hace la digestión.

Bueno, vemos que segrega eso, ¿ve? Eso está en la boca, ¿dónde? En la boca. La boca del cuerpo de ese hijo que nació que está comiendo; la boca siempre es un profeta, y de ahí tiene que segregar toda esa sustancia por aquí, por allá, para preparar bien ese estómago espiritual de cada uno de nosotros ¿para qué? Para que haga buena la digestión.

Imagínese, si sobre ese tema de esta noche, le mandamos ese tema: El trono de Dios, de juicio, es: Moisés y Elías, y se acabó, nos vamos. “No. Eso está raro”. Primero fue Elías, porque en Elías estaba, era Trono de Misericordia pero se convirtió después en Trono de Juicio; y después cuando se va y regresa viene a Moisés y es Trono de Juicio. “Bueno, hay algo raro porque…” ¿ve? “Hay algo raro, porque no, no… no explican”. Para explicar hay que tener calma, y segregar toditas esas cosas, esas cosas que segregan unas glándulas que hay por aquí dentro de la boca ¿para qué? Para ayudar a la digestión, ¿ve? Sino, no hace buena digestión. Sino ¿qué pasa? Va eso para el estómago, para allá y le puede hacer daño.

Entonces, el que sabe comer bien, es una persona que toma su tiempo para comer con calma, para que le alimente como debe de alimentarle. Y no con una traqueotomía. Con un roto por aquí. No, la comida no la recibimos ni por aquí, ni por acá, ni por las venas, sino por la boca, ¿ve? Primero: eso entra por la boca, que ya sabemos qué será ¿qué? Moisés. Por ahí entra y pasa a todo el cuerpo, y entonces sí que nos hace bien.

Bueno, entonces… bueno ya le dije que si no… que si no cortamos, si no hacemos la pausa seguimos para adelante y nos podemos amanecer. Pero realmente usted tiene que entender eso; estamos en un tiempo que lo que hay es un Trono de Juicio y tenemos que estar muy cuidadosos, muy reverentes delante del Señor, ¿por qué? Porque Él se puede mover, extender Su cetro, Su Palabra para bendición o para juicio. Y queremos siempre que se extienda para bendición, porque si no entonces la cosa es muy triste para nosotros.

Así que, siempre tengamos calma para comer lo que el Señor… porque venimos a comer, venimos a comer, entonces tengamos calma; porque para lo material usted pasa una semana completa y después, después de trabajar tanto para comérsela: se la tienen que preparar, y después sentarse, estar unos cuantos minutos comiendo, después reposando, porque algunas veces si se pone a hacer algo acabando de comer puede recibir una congestión, morirse y después, comiendo se murió. Eso es lo que trae la prisa. Eso es lo que trae ponerse a hacer otras cosas cuando debe de estar haciendo aquello para lo cual usted comió. ¿Para qué comió? Para hacer digestión después. ¿Ve usted?

Así que, Dios nos bendiga en esta noche, Dios nos guarde y nos ayude y nos permita ver dónde nos encontramos: donde mismo se encontró Juan. Él vino a este tiempo, oyó lo que nosotros oímos. ¿Ve usted después que Juan subió fue que oyó los truenos? ¿Ve usted?

Entonces, démosle gracias al Señor por ver donde estamos, por reconocer, oír, recibir en nuestros corazones Su Voz, Su Palabra; y el consejo como siempre, nadie quiere mal para los suyos, nadie quiere fuete para los suyos. Así que nadie quiere mal para los suyos.

Así que, ni el hermano Candelario, ni el hermano Adalberto, ni el hermano Bermúdez, ni yo, queremos mal para ustedes. No queremos que le venga nada mal, sino todo lo bueno. Por lo tanto, por eso es que le recomendamos siempre; por eso usted oye al hermano Adalberto luchando ahí y aunque ustedes se resmillen ahí y le pongan mal la cara, él les pone buena cara.

Así el hermano Candelario… oímos ese mensaje glorioso que Dios nos trajo a través del hermano Candelario, el miércoles pasado, el cual fue de grande bendición y nos ayuda en grande manera para poder ver este mensaje de esta noche. Yo me gozaba en ese mensaje que predicó el hermano Candelario, o Dios a través del hermano Candelario. Y solamente tengo también que decirle una cosa a ustedes, desearía algo que hay en él: ¿sabe lo que es? Que él a las 9:00 de la no… a las 9 y media de la noche, terminó y vimos que fue un mensaje amplio, abarcador, y a las 9 y media había terminado, y yo, miro el reloj, espérate: ¿se habrá parado el reloj mío? ¡Ah! Algo está pasando, entonces, chequee y mire otros relojes después… No hombre no (¡) Si es que el ministerio que está sobre sus hombros es un ministerio que es como una bola de fuego, y una bola de fuego recorre todas las Escrituras, y viene, y nos trae todo lo que nos va a traer, y cuando termina, vemos que en poquitos minutos, en una hora y media más o menos, nos trajo aquel mensaje tan tremendo.

Realmente ustedes pueden entender lo que dijo el hermano Branham en el mensaje titulado Cristo El Misterio De Dios Revelado, dijo: “Los mensajes de enseñanza son largos”, ¿ve? Por eso, cuando venimos a oír mensajes de enseñanza, ya usted oyó lo que dijo Elías: “Son largos”. Y hay tanto para ser enseñado, que él algunas veces decía: mire, son las… por la mañana, desde por la mañana predicando y a después decía: “Son las dos de la tarde”. Pidiendo diez minutos y cinco minutos, y cuando venía a ver ya eran las dos de la tarde y después decía: “Vengan a la noche para continuar”.

Bueno, ya estamos de noche, no les podemos decir que vengan por la mañana; le hemos dado lo más, lo más que podíamos darle con todo el corazón, sabiendo la responsabilidad que hay y sabiendo que cuando se nos haya dado todo, pues nos podemos ir. Si una cosa que se puede dar en una noche en 3 horas o en 4 horas, tenemos que coger 6 meses, imagínese: ¿cuándo nos vamos a ir de aquí? Nos coge la gran tribulación, nos coge el Milenio sin haber hecho el rapto. Eso es lo que dice el hermano Branham acerca de las iglesias. Dice: “Si hubieran reconocido, ya el Milenio estuviera sobre la Tierra”. Pero no reconocieron. ¿Ve usted?

Pero nosotros sí tenemos que estar conscientes de la hora en que estamos; saber que esto no es por causa de que uno quiere hablar mucho o quiere hablar más que los demás. Mire, cada uno de nosotros los predicadores, algunas veces cuando estamos en otro país, algunas veces la lucha no es porque queremos predicar, la lucha es por buscar a otro que predique: “No, predica tú” - “Predica tú”. Y tiene que el Espíritu de Dios, cuando estamos saludando, algunas veces cuando no queremos predicar ninguno: “No, no, no, no”. Entonces a lo último quedamos: “Bueno, tú te paras allá en el púlpito, y empiezas a hablar, y si el Señor te quiere usar a ti, pues sigues predicando, déjate usar. Si no, pues después yo me paro y empiezo a hablar; y si Él quiere usarme, pues que me use”. Así es; a lo último así es que, en algunos casos, tenemos que hacer; porque esto que no es cosa de que queremos predicar, sino que hay un Mensaje en este tiempo y tiene que ser oído, tiene que ser predicado y tiene que ser recibido en el alma, en el corazón de los creyentes para que se encarne ahí.

Bueno, ¿y qué?, ¿y qué usted me diría a mí, si yo le dijera acerca de la compra que usted pueden darle o puede hacer que le dure una semana o que le dure un mes? Y pueda hacerla en un par de horas teniendo todas las facilidades para guardarla, ¿qué usted prefiere: ir a comprar todos los días? ¿Pierde cuánto? Pierde casi el mismo tiempo que necesita para hacer la compra completa del mes o del año. ¿Ve?

Entonces, no queremos perder tiempo, sino aprovechando el tiempo porque los días son malos; lo que podemos hacer en tres o cuatro horas, no esperar un mes para recibirlo. ¿Por qué? Porque para ese mes nos puede dar el Señor otras cosas más que Él tiene para nosotros; así que queremos aprovechar bien el tiempo.

Usted ve en la edad, los de Laodicea, todos los días, casi todos los días, la mayor parte, tienen culto, perdiendo el tiempo. ¿Ve?

Ahora, realmente cuando tenemos culto queremos aprovecharlo bien, darle todo lo que se le pueda dar. Si se duerme, pues, busque la cinta, tampoco yo lo voy a condenar porque se duerma. El hermano Branham también en algunas ocasiones decía que alguno le estaba dando sueño, ¿ve? Y algunos si se dormían, bueno, que escuchen la cinta; pero el Mensaje tiene que venir y: cuidado usted con hablar algo (¡). Mejor no esté aquí. Mejor espere que el Mensaje venga para las fatuas. Va a ser más cortito sabe. No va a haber que hablar tanto, porque para los escogidos es que hay que traer una enseñanza bien amplia de todos los ángulos, porque es que se está encarnado en los escogidos. En las fatuas no se le encarna todo el Mensaje. En el mundo, eso va a ser un mensaje corto, ¿ve? Pero para los escogidos es que la enseñanza es larga, con tiempo. Y yo creo que no es tanto.

Mire, después de estar… lo que tenemos son tres cultos en semana, tres cultitos en semana. Oye, ¿usted podría encontrar mucho tiempo, estar delante de la Palabra, escuchando la Palabra? Si encuentra mucho, usted nunca deseará estar en el Cielo, usted nunca deseará estar en la otra dimensión.

Así que, vamos a hacer una pausa. Dios nos bendiga a todos en esta noche, y Dios nos guarde.

“EL TRONO DE JUICIO”.