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|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
| Dios interpretando Su Palabra | 1976-08-13 | PR | 00:00:00 | false |
…en esta noche el tema sobre el cual estaremos tomando las enseñanzas de esta noche será “DIOS INTERPRETANDO SU PALABRA”. “DIOS INTERPRETANDO SU PALABRA”. Ya como hemos leído en otras ocasiones, lo que Dios nos ha hablado a través de Su manifestación en Elías, hemos oído acerca del mensaje que Dios nos habló a través de Elías, donde nos dijo que Dios es Su propio intérprete.
Nos fue dicho que Dios no necesita ningún hombre ni ningún grupo de hombres que intérprete Su Palabra, porque Dios es Su propio intérprete; Dios promete algo y luego el mismo viene a escena cuando llega el cumplimiento, cuando llega el tiempo de Él cumplir lo que Él prometió, Él mismo viene a la escena y cumple lo que Él prometió, y entonces Él mismo interpreta Su propia Palabra.
Entonces encontramos que cuando Dios cumple lo que Él prometió, cuando Él cumple Su promesa, entonces esa es la interpretación que Dios le da a Su Palabra. Entonces en esa manifestación de cumplimiento de la Palabra de Dios en carne humana, a través de ese cumplimiento entonces Él toma esa Palabra que fue prometida, esa promesa la toma, luego la lee al pueblo y luego le hace saber al pueblo que esa promesa está cumplida, que esa promesa está cumplida delante de ellos en carne humana en ese velo de carne donde Él la está cumpliendo.
Encontramos entonces aquí en esta Escritura que leímos, vemos que el Señor… fíjese si usted lee un poquito antes, en el mismo capítulo 4, el verso 1, ahí dice; y leímos hasta el verso 14 en adelante, pero en el verso 1 de ese capítulo 4, dice [San Lucas]:
“Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto
por cuarenta días, y era tentado por el diablo. Y no comió nada en aquellos días, pasados los cuales, tuvo hambre”.
Y entonces encontramos la tentación ahí en el desierto; y luego que terminó los 40 días allá en el desierto, luego salió ¿cómo? Salió en el poder del Espíritu, y entonces salió a Galilea, luego siguió hacia adelante y Su fama se corrió por toda Galilea, y se oyó Su fama por allá por Nazaret. Entonces los de Nazaret escuchaban acerca de ese hombre, de ese joven, porque era un muchacho, un joven, un joven de 29 años y medio cuando fue bautizado; entonces luego de los 40 días encontramos que entonces, ya había pasado de los 29 años y medio, ya tenía 29 años y medio más un par de meses más quizás. Entonces ese joven, joven sencillo de allá, criado en Nazaret, y que como se creía Su padre era José (como se creía).
Ahora fíjese, que una cosa es una creencia natural o la creencia intelectual de la gente con relación a lo que Dios tiene o lo que Dios usa en el tiempo que Dios lo usa. Conforme a la creencia natural Jesús de Nazaret era hijo de José. Mire aquí mismo lo dice, en el capítulo 3 de San Lucas, párrafo o versículo 23, dice:
“Jesús mismo al comenzar su ministerio era como de treinta años (como de 30, usted sabe que cuando uno llega a los 29 años y medio, pues ya en sí tiene 30, era como de 30, ¿ve?, no había llegado por completo pero era como de 30, estaba por ahí), hijo*, según se creía, de José, hijo de Elí…”.*
¿Ve? Ahí mismos dice la forma de creer de la gente con relación a ese joven que se crio en Nazaret; era hijo de José según se creía, según se lo creía la gente.
Entonces, la creencia natural o la intelectual de la gente, era que Él era hijo de José; pero realmente la revelación divina era que Él era Hijo de Dios. Eso es lo que dice el Arcángel Gabriel: “Y será llamado (¿qué?, hijo ¿de quién?, ¿de José? No) hijo del Altísimo, hijo de Dios” [San Lucas 1:32]. Entonces esa fue la revelación que tuvo después el apóstol Pedro, de que aquel Jesús de Nazaret (que según se creía era hijo de José), entonces recibió de lo alto la revelación de que aquel no era hijo de José, sino que era hijo de Dios; por eso le dijo: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente” [San Mateo 16:16].
Ahora vea la diferencia que hay entre la revelación divina y el conocimiento intelectual o natural de las personas. Por el intelecto uno puede creer una cosa y ser bien pero que bien lejos de la realidad. Pero por revelación, si es realmente por revelación, uno siempre creerá lo que es correcto, así esté separado a miles y miles de millones de millas de distancia de lo que creen las gentes en lo natural, será separado esa creencia que es por revelación, aunque sean millones de millas de distancia la persona tendrá la correcta revelación y el correcto entendimiento, correcto conocimiento de lo que en verdad es lo que Dios está haciendo.
Para la gente intelectual aquel era un hijo ilegítimo; y bueno, muchos pues decían que era hijo de José o por lo menos que José, pues, lo había criado. Era un joven, José era carpintero, trabajaba en su taller de carpintería, de ebanistería; así que Jesús lo más probable en sus primeros años de joven, pues estaría trabajando ahí. Pero vemos que a los 12 años, pues Él se identificó como realmente era, y dijo… cuando le dijeron, cuando María le dijo: “Tu padre y yo te hemos estado buscando, ¿por qué nos has hecho esto?, ¿por qué te quedaste acá? El taller de carpintería o ebanistería está esperando por nosotros ya, José tiene mucho trabajo allá” [San Lucas 2:48]. Imagínese; y de seguro Jesús era el ayudante de José.
Bueno, ya tenía 12 años, y usted sabe que un buen padre enseña a sus hijos desde temprano. Entonces no creemos que Jesús que era un vago, Jesús atendía las responsabilidades que tenía como ser humano; pero cuando se le llegó el tiempo de hacer el trabajo del Padre, Él dejó uno para tomar el otro, y cuando quisieron llevárselo para hacer el trabajo material acá, el trabajo terrenal, Él dijo: “Un momento: en los negocios de mi Padre, no de José, sino de mi Padre me conviene estar” [San Lucas 2:49]. ¿Cuáles eran los negocios del Padre? Los negocios del Padre celestial siempre son cumplir la Palabra que Él prometió para el tiempo en que uno vive. Entonces los negocios del Padre para aquel tiempo era cumplir la Palabra que Él prometió para aquel tiempo; y allí estaba el velo de carne donde él cumpliría esa Palabra; por lo tanto, ya estaba cogiendo ¿qué? Cogiendo un training como nosotros decimos, cogiendo una práctica en el trabajo que le estaba encargado para desempeñar. Y vemos que a los 12 años, vemos que no había perdido tiempo.
Vemos que de seguro María le había enseñado bastante bien (como a un niño), las Escrituras se las había leído y las sabía muy bien. ¿Por qué? Porque toda persona que está en carne humana, como humano tiene que recibir las cosas por la vía humana; pero luego entonces el Espíritu de Dios se encarga de dar la revelación de eso que está recibiendo, y así pues encontramos que Jesús tuvo que haber recibido el conocimiento de las Escrituras a través de la lectura, de la lectura que María le daría y también la lectura que escuchaba, que era dada cuando iba a la sinagoga los sábados; porque la Escritura dice que Moisés es leído en la sinagoga los sábados.
Por lo tanto, entonces, Él no perdía el tiempo como los verdaderos hijos del Señor y los niños del Señor; usted cree… los mayores piensan que los niños cuando vienen a los cultos pierden el tiempo; pero si usted observa bien a los niños en sus conversaciones de la Palabra de Dios, usted notará que ellos aprovechan bien el tiempo, si son niños que han sido dirigidos por sus padres para buscar al Señor y para estar en los caminos del Señor. Por eso dice: “Instruye al niño en su carrera y aun cuando fuere viejo no se apartará de ella” [Proverbios 22:6].
Entonces vemos que en muchas ocasiones los niños nos sorprenden a nosotros cuando nosotros los oímos hablando cierta clase de conversación. Entonces nos preguntamos: “¿Y cómo estos niños habrán entendido o quién le habrá dicho esas cosas? Bueno… [CORTE DE AUDIO @11:11]... vemos entonces que es que la unción de Dios está en los cultos, y cuando se predica la Palabra Dios… [CORTE DE AUDIO@11:15]... de los ancianos, de las ancianas, de los adultos, de los jóvenes y aún de los niños. Por lo tanto… [CORTE DE AUDIO @11:24]... reciben también la Palabra de acuerdo al Plan de Dios con ellos.
Bueno, algunas veces que ellos ven las cosas realmente como son y no la razonan … [CORTE DE AUDIO @11:40]... a las cosas. Bueno, así es que no es un problemas de los niños. Nosotros por causa de que nuestro intelecto ha sido desarrollado, ha sido educado, eso mismo si nosotros no tenemos el cuidado con eso, los mismos sentidos humanos nuestros nos traicionan y algunas veces nos hacen perder ciertas bendiciones de parte de Dios que vienen, y por causa de los sentidos estar funcionando, en vez de estar funcionando acá en el sentido del alma: la fe, para captar y para creer lo que Dios dice por Su Palabra, ponemos a funcionar acá de la cabeza, y entonces le ponemos “pero” a la Palabra del Señor, y cuando ponemos “pero” a la Palabra del Señor la bendición que Él tiene para nosotros, que nos envía, esa bendición se aguanta y no puede entrar hasta que [CORTE DE AUDIO @12:37]... con un “amén” y entonces es que puede entrar para encarnarse en su corazón; mientras tanto, mientras tanto no se puede encarnar.
Entonces usted continuará siendo ¿qué? Un creyente intelectual, y un creyente intelectual es un creyente manufacturado. Entonces un creyente manufacturado intelectual, él solamente ve, entiende y cree ¿con qué? Con los sentidos, lo que Él no puede entender con su cabeza, lo que no le sea razonable, no lo puede aceptar. Por eso entonces la Palabra no puede bajarle al alma para encarnarse; por eso entonces esa Palabra solamente, al lugar que más profundo puede llegar en su vida es al espíritu de esa persona, donde están los sentidos del espíritu de él; entonces ahí razona, ¿ve?, ahí es que razona en el espíritu de él; entonces ahí cuando la Palabra llega a su espíritu la razona y no la deja pasar hacia el alma, ¿ve? Por eso es que la Palabra donde hace bien, ¿es dónde? En el corazón.
Ahora sabemos que la Palabra viene por el oír, la fe viene por el oír y por el oír de la Palabra. Pero hay que dejarla pasar, que pase por ahí para abajo hasta el alma; no ponerle obstáculos con los sentidos del espíritu humano, que como sabemos tiene cinco.
Entonces si los sentidos del cuerpo son traicioneros y nos hacen fallar en muchas ocasiones acá en lo material, los sentidos también del espíritu suyo, del espíritu humano, le traicionan en lo espiritual y le hacen fallar espiritualmente, de tal manera que si usted se apoya en ellos usted nunca verá el Plan de Dios, usted nunca verá a Dios interpretando Su Palabra.
Ahora sabemos que Dios para todos los tiempos Él tiene promesa, y Él viene y cumple lo que Él promete en el tiempo que Él lo promete. Y encontramos que cada vez que Dios viene y cumple lo que Él promete, Él viene e interpreta lo que él promete cumpliéndolo en carne humana, y vemos que la mayoría de las gentes ya antes de Dios interpretar lo que el prometió, ya la gente tiene su propia interpretación intelectual; y cuando Dios la interpreta, pues ya había recibido la interpretación que otra persona le había dado o la interpretación que usted mismo como individuo le dio a lo que Dios prometió.
Entonces, note usted lo siguiente: el que promete es Dios; luego de Dios prometer algo, luego encontramos que todos los que escuchan lo que Dios prometió y que lo pueden tener a la mano, entonces comienzan a interpretar lo que Dios prometió: “Esto quiere decir esto, esto quiere decir esto, y cuando Dios cumpla esto se cumplirá de esta manera, se cumplirá de esta, de esta…”; y entonces principalmente los ministros siendo responsables de predicar la Palabra, entonces en vez de tomar esas promesas que Dios hace y dárselas a conocer al pueblo de Dios, y decirle al pueblo de Dios que: “Dios mismo nos va a dar Su propia interpretación de eso que Él promete cumpliéndolo, y el cumplimiento de eso será la interpretación de Dios, por lo tanto, esperamos eso en el tiempo preciso de Dios, en el tiempo de su cumplimiento, y cuando Dios lo cumpla esa es la interpretación de Dios y la aceptaremos de la manera que Dios la intérprete”.
Pero ¿qué pasa? Son muy pocas las veces que hacemos eso. Casi siempre al tener tanta Escritura, tomamos entonces las promesas de Dios, y le damos nuestra propia interpretación y nos hacemos daño nosotros mismos como ministros, y le hacemos daño al pueblo; cuando Dios cumple eso, entonces es que vemos el daño que puede haber hecho la interpretación que nosotros le hayamos dado de lo que Dios prometió. Y cuando Dios lo cumple y vemos que nuestra propia interpretación que le habíamos dado no era de acuerdo a la que Dios le dio, y somos valientes y reconocemos la de Dios y reconocemos que la nuestra estaba equivocada, entonces es que podemos ayudar al pueblo y desatar al pueblo de las amarras que nosotros mismos le habíamos puesto.
Porque si nosotros mismos como ministros no los desatamos ellos seguirán creyendo la forma que nosotros le dimos, la manera en que se la interpretamos. O sea, que según nosotros como ministros, si tomamos algo que Dios prometió y lo aplicamos mal, y después vemos que Dios lo cumple y no lo cumple de esa manera, realmente tenemos una responsabilidad muy grande de decir: “Nuestra interpretación estaba equivocada, quedémonos con la que Dios le está dando”. Entonces Dios interpretando Su Palabra, Su Palabra prometida para cada tiempo, es la correcta revelación que Dios tiene para el pueblo recibir y para que le sea de bendición.
Porque siempre toda persona que ha leído la Palabra de Dios está esperando el cumplimiento de lo que Dios promete. Cada vez que Dios cumple lo que promete hay una bendición grande para aquellos que pueden ver y pueden recibir el cumplimiento de lo que Dios prometió.
Por lo tanto, entonces, hay una grande bendición para el que puede ver -que es entender- y recibir ¿qué? Recibir la interpretación que Dios le da a Su Palabra.
Encontramos que nosotros estamos viviendo el último tiempo, los últimos días, en donde Mateo 24:24 está dicho que se ha de cumplir; y Mateo 24:24 es la aparición de los falsos ungidos.
Encontramos que en Mateo 24 nos advierte que vendrán muchos en el Nombre del Señor, y entonces nos dice que nos cuidemos.
Entonces vemos que nosotros estamos viviendo en el tiempo más peligroso de todos los tiempos. Sabemos entonces que tenemos que realmente cuidarnos en esta hora en que estamos viviendo y vigilar con nuestros ojos abiertos, porque el que prometió es poderoso para cumplir lo que prometió; y también sabemos que Él vela por Su Palabra, siempre está vigilando por Su Palabra para ponerla por obra. Por lo tanto, entonces sabiendo nosotros todas esas cosas, sabemos que Dios en este tiempo tiene Palabra prometida que ha de cumplir. También nos advierte que el diablo se ha de mover en este tiempo para tratar de engañar, si es posible, aún a los escogidos.
Ahora encontramos que en el mensaje de Los Ungidos de los Últimos Días, encontramos que los falsos ungidos son ministros de este último tiempo, los cuales son personas santas, los cuales nadie puede señalarles como personas de una vida incorrecta, sino que son personas santas; son personas que conocen la Palabra, la Escritura, son personas que aún las señales, los milagros le siguen, pero que solamente tienen una cosa, una sola cosa es la que ellos tienen fuera de lugar. ¿Qué es lo que ellos tienen incorrecto, lo cual es con lo que engañan si es posible aún a los escogidos? Lo único que ellos tienen incorrecto es una cosa muy sencilla: la unción está buena, los milagros están buenos, todo lo que ellos tienen está bueno, menos una sola cosa; ¿qué es lo que ellos tienen que no está bueno? Pues lo que ellos tienen que no está bueno es su enseñanza. Todo lo tienen bien, tienen toda la letra también del Mensaje; pero cuando se llega la enseñanza de ellos, ahí es donde ellos fallan, porque ellos tienen una enseñanza para otro tiempo, una enseñanza para una edad que ya pasó.
Por eso es que ellos son los de Laodicea, y aunque digan que no son de Laodicea, son de Laodicea, porque su enseñanza los identifica como de allá.
Entonces, vemos que para los escogidos es muy sencillo, es muy fácil identificar a los falsos ungidos, por causa de que ellos tienen una enseñanza equivocada, una enseñanza que es para un tiempo que ya pasó.
Ahora fíjese, usted y yo no podemos poner nuestros ojos en las apariencias, porque dice Dios en ese mensaje Los Ungidos de los Últimos Días, dice que los falsos ungidos brillan aún más que los verdaderos. Por lo tanto, entonces por el brillo no nos podemos dejar llevar. Tampoco nos podemos dejar llevar por lo bonito que prediquen, por la mucha Escritura que citen. No señor.
Dice Dios a través del hermano Branham, que ellos tienen toda la letra del Mensaje; así que se la pueden citar completa toda la letra, pero en lo que no le pueden ellos decir correctamente ¿sabe qué es? El significado de esa letra que tienen. Entonces ahí es que ellos ¿qué? Ellos fuerzan el significado y le dan un significado diferente al que tiene esa letra. Por eso entonces, “la letra mata, más el espíritu vivifica” [Segunda de Corintios 3:6]. Entonces ¿de qué vale la letra si no se tiene el espíritu de esa letra, si no se tiene la vida, el significado de esa letra? Entonces, de nada le vale a la persona que lo tiene.
Ahora, nosotros creemos que tenemos que tener la letra, pero no solamente la letra; sino, la letra y el espíritu. ¿Por qué? Porque siempre que Dios promete algo, esa letra es la que base para lo que Dios va a hacer: “Porque no hará nada el Señor, sin que antes se revele sus secretos a sus siervos los profetas” [Amós 3:7]. Por lo tanto, antes de hacer algo tiene que estar ahí, tiene que haber sido dicho por los profetas de Dios.
Si usted está esperando algo y no está dicho por los profetas de Dios, usted está esperando algo que Dios no ha prometido que Él ha de hacer. Por lo tanto, entonces su espera será en vano, Dios nunca hará eso que usted está esperando.
Si usted está esperando aún algo que Dios prometió hacer y usted ha tomado la interpretación de alguien, o la interpretación suya misma, la que usted le da a eso que Dios prometió, y no la interpretación que Dios le da, ¿qué pasará entonces con usted? Bueno, lo que ha de pasar con usted es lo que siempre ha pasado. ¿Y qué es lo que siempre ha pasado? Mire lo que siempre ha pasado: página 17 de Los Sellos, dice… vamos a comenzar en la 16, dice:
“58. Capté bien esas dos Escrituras. ‘¿Quién ha creído a nuestro anuncio; y a quién ha sido revelado el brazo de Jehová?’ Entonces Jesús dio gracias a Dios que había escondido los misterios de los ojos de los sabios y los entendidos y los reveló a los niños, los cuales son capaces de aprender…”.
Si usted lo sabe todo Dios no le puede enseñar; si usted tiene su propia interpretación, pues Dios no le puede enseñar la de Él. Si usted ha tomado la interpretación de otra persona pues Dios no le puede dar la de Él.
“...los cuales son capaces de aprender, pues le pareció agradable a Dios hacerlo así. Ahora de estas citas tomo este texto: Dios ocultándose en la Simplicidad luego Revelándose en ella misma.
59. Es muy extraño pensar como Dios hace ésto. Dios se esconde en una cosa tan sencilla que hace que los sabios le pasen por alto por completo, luego vuelve en la misma cosa sencilla, en la sencillez de Su Palabra, obrando y revelándose de nuevo”.
Fíjese, cuando Dios va a revelarse lo primero que tiene que hacer ¿es qué? Ocultarse. Porque ¿cómo se va a revelar si no está en algo para revelarse? Porque es que Dios no se puede revelar a menos que no tenga a través de qué revelarse, ¿ve? Entonces, Dios es la Palabra, y la Palabra siempre que está revelándose tiene que estar velada; la Palabra siempre que se revela está velada en carne humana, entonces está ¿qué? Oculta en carne humana, en sencillez, en algo humilde; y después a través de esa misma cosa sencilla y humilde viene y se revela. Entonces los sabios… ¿Qué es lo que le pasa a los sabios? Cuando Dios viene y se oculta en algo sencillo, en un velo de carne sencillo, humilde, pues ¿qué pasó? Los sabios empiezan a buscar: “Pero si Dios estaba en tal sitio”, pero cuando Él promete que se va a revelar de nuevo, entonces se les pierde Dios en la forma en que Él se mueve y se oculta para después revelarse.
Vemos el caso, fíjese vemos el caso cuando Dios estaba en aquel poderoso profeta Elías. ¡Oh! todo el mundo lo reconocía: Dios en ese profeta. Pero ¿qué pasó? Dios dejó de trabajar en Elías, terminó Su trabajo allí por aquel tiempo, y cuando terminó ¿qué pasó? Se llevó el velo de carne y Dios se movió; y cuando se movió, oh, los hijos de los profetas estaban por allí: “Oh, ese poderoso profeta Elías, ese poderoso profeta que Dios nos envió ahora se nos fue, ahora ¿dónde estará Dios? Vamos a buscarlo”. Y como eran los hijos de los profetas tenían su forma de seminarios, su forma de enseñanza; entonces ¿qué pasó? De seguro pensarían que Dios se iba a mover hacia ellos. ¿Ve usted?
Entonces, allí Dios se movió delante de ellos, porque ellos estaban al otro lado del río; ese es el problema: que si uno se queda al otro lado, pues ¿qué pasa? Uno está a un lado y Dios al otro; entonces lo que les pasó a ellos ¿qué fue? Que Elías vino, tomó el manto, lo dobló, hirió el Jordán, abrió el Jordán y pasó, y Eliseo pasó con él; porque Elías le decía: “Mira quédate aquí, aquí es un buen sitio, aquí entre los hijos de los profetas de aquí de Jericó o los hijos de los profetas de aquí de este otro lugar; ellos creen que yo soy el profeta de Dios y me tratan muy bien. Es verdad que cuando yo me voy pues, la cosa no están tan bien como cuando yo estoy con ellos, seguida todo el mundo se pone derechito, pero ellos me aprecian, me aman y saben lo que hay de Dios en mí, quédate aquí con ellos”. Eliseo no estaba conforme con lo que tenían los hijos de los profetas. “No, no, después que él echó ese manto así sobre mí, y yo sin saber por qué lo he seguido, ahora después que yo estoy siguiendo al profeta ¿me voy a ir para seguir a los hijos de los profetas? No, no. No te dejaré, a donde quieras que tú vayas yo iré; porque yo cuando yo salí, salí siguiendo un profeta, no siguiendo los hijos de los profetas; quién me tiró el manto no fueron los hijos de los profetas, fue un profeta, y ese profeta eres tú”. Entonces, cogieron para un sitio:
- “Mira, quédate aquí porque el Señor me manda allá a tal sitio”.
- “¡Je! ¿qué me quede? No. Donde quieras que tú vayas, yo voy contigo”. ¿Ve usted?
Ahora sabemos que los dos eran dos profetas mayores; pero Dios no tiene dos profetas mayores ministrando a la misma vez. Por lo tanto, entonces Eliseo era ¿qué? El siervo de Elías, mientras Elías era el que estaba ministrando. Pero Eliseo sabía que había algo de parte de Dios para él.
Entonces Eliseo lo siguió todo el camino, y cuando fue a cruzar el Jordán Elías le dice: “Mira, quédate acá con ellos, con todo esto; mira, acá está el grupo grande, quédate aquí porque yo tengo que pasar al otro lado del Jordán porque Dios me llama allá”.
Sabemos que todos los hijos de los profetas sabían que Dios se iba a llevar a Elías, ¿ve? Todos sabían que Dios se iba a llevar a Elías; lo que ellos no sabían era lo que Eliseo sabía. ¿Ve usted?
Elías le dice a Eliseo: “Bueno, pide lo que tú quieras antes de que yo me vaya; ya tú sabes que yo me voy a ir, es una; otra es que tú no me quieres dejar”. Así que fíjese, él quiso seguir hasta lo último del camino con el profeta; y eso es bueno. Imagínese dejar al profeta para irse con los hijos de los profetas, dejar la revelación divina que fluye siempre a través de un profeta, para seguir la interpretación intelectual que le podían dar los hijos de los profetas. Bueno, eso no era buen negocio para Eliseo.
Entonces, Elías cuando le dice: “Pide lo que tú quieras ahora” [Segunda de Reyes 2:9], eso era lo que estaba esperando Eliseo, eso era lo que esperaba Eliseo; entonces Eliseo le dice… me supongo que él vio todos los problemas por los cuales pasó Elías; vio el ministerio glorioso que Dios tuvo en Elías, vio las luchas que tuvo, vio lo rebelde que era el pueblo de Israel y también lo rebelde que eran los gentiles; y él vio que Elías (de seguro en sus conversaciones) él vio que Elías en una ocasión deseo morir; él vio que en una ocasión hasta salió huyéndole una mujer. O sea, que Eliseo vio todo eso, y entonces cuando Elías le dice: “Mira pide todo tú lo que quieras, porque ya yo tengo que irme, Dios me llama que pase al otro lado porque me tengo que ir, me va a llevar”, entonces Eliseo no quería quedarse con los profetas; él quería ser ¿qué? Él quería hacer aquello para lo cual Dios lo había escogido y lo había llamado. Dios lo había escogido y lo había llamado para ser un profeta mayor.
¿No fue eso lo que Dios le dijo a Elías? “Mira, tú ve y unge (¿a quién fue? A Jehú) a Jehú como rey, úngete a otro más, a Azael (como ¿qué?)” ... Bueno, yo sé que él ungió a unos cuantos, y le dice: “Ve y úngete a Eliseo (¿qué?, ¿cómo?) como profeta”. Cuando le tiró el manto, bueno ahí algo pasó, era como un imán.
Entonces cuando le pasó el manto así… Recuerden que el manto tipifica la Palabra, ¿qué fue lo que pasó? Eliseo seguida le dice… estaba trabajando, estaba arando (¿verdad?), arando con los bueyes, era un obrero de la agricultura, un bueyero o uno que araba el terreno… bueno sabía virar el terreno bien, ¿verdad? Sabía coger el terreno que estaba con toda esa hierba mala, así virarlo para sembrar en él, tenía algo muy bueno.
¿Usted no sabe que cuando Dios tiene a una persona para un ministerio aún el trabajo de esta persona tiene que ver con la clase de ministerio que va a tener? Mire, Juan El Bautista estuvo por allá entre los leñadores, ¿y para qué vino después? Vino diciendo: “El hacha está puesta sobre la raíz de todo árbol, y el árbol que no lleva buen fruto será cortado y echado fuera” [San Mateo 3:10]; así que, le ayudó mucho lo que él vio por allá; y de seguro trabajó; porque él fue llevado al desierto por allá y por aquella área estaban… me parece que eran los hijos de los cananitas me parece que eran los que le tocaba esa área, eran los sitios de los bosques donde el trabajo era ser leñadores, porque ellos luego que con aquel engaño engañaron a Josué, entonces Dios le dijo: “Ahora que sean leñadores y aguadores”, ¿ve?... [CORTE DE AUDIO @36:31]...
…Para allá, por esa área estaba Juan el Bautista entre los leñadores viendo todo eso, y a lo mejor hasta trabajó en eso, para ese tiempo, salió a los 9 años y después regresó ¿a los cuántos? Como a los 30 años, así que tuvo que haber trabajado.
Entonces, vemos que lo tuvo Dios en esa universidad enseñándole. le enseñaba ¿con qué? Con la Biblia, la segunda Biblia; siempre Dios le enseña a Sus profetas, le enseña con la Biblia. Pero sabemos que la naturaleza es la segunda Biblia, así como la pirámide es la segunda Biblia también. Entonces en la naturaleza Dios le estaba enseñando, así como vemos que también al hermano Branham Dios le enseñaba con la misma naturaleza; porque Dios puede tomar esta Biblia y enseñar algo, puede tomar también la otra Biblia, que es la naturaleza (la segunda), porque está escrita es la tercera, y enseñarle también; puede tomar la primer Biblia y enseñarle también a uno. ¿No tomó la primer Biblia y le enseñó a los magos? ¿Qué ellos estaban siguiendo? Ellos estaban siguiendo la enseñanza de la Biblia, de la Palabra; porque ellos habían visto cuando Dios les enseñó la estrella de Belén; estaba en aquella Biblia y también en esta. **Entonces ellos estaban caminando de acuerdo a la Palabra.
Ahora vemos, que Eliseo no se conformó, usted sabe, no se conformó con quedarse entre los hijos de los profetas; hubiera sido ¿qué? Otro más de los hijos de los profetas, otro más del grupo, ¿ve? Con las interpretaciones allá de ellos. Y usted sabe el problema de los hijos de los profetas, que cuando vinieron a hacer una comida para que el profeta de Dios comiera ¿qué le pasó? Trajeron calabazas silvestres; tuvo que echarle harina y se la tuvo que echar el profeta de Dios para arreglar el problema. ¿Ve usted entonces que problema está con los hijos de los profetas?
Ahora, vemos que Eliseo no se quedó con los hijos de los profetas; Eliseo dijo: “No, donde quiera que tú vayas yo voy también”. Elías le dijo: “Pide tú todo lo que quieras, pide tú lo que quieras, lo que quieras que te sea concedido, pídelo”.
Sépase que cuando un profeta en Palabra de Dios le dice a alguien: “Pide lo que quieras”, no hay nada en esta Tierra ni en el Cielo que pueda impedir que eso sea cumplido. ¿Por qué? Porque no es el hombre sino Dios a través del hombre diciéndole eso. Como cuando Dios a través de carne humana le dijo a la hermana Hattie Wright: “Pide lo que quieras, no importa”. Ella pidió bien: pidió algo eterno; dinero no es eterno, salud no es eterno; cuando uno se muere se acabó todo. Pero la salvación es eterna; pidió algo bueno. Eliseo pidió también correctamente.
Eliseo sabía que él había sido ungido, que Dios había enviado a Elías a ungirlo, entonces él pidió algo que tenía que ver con el ministerio que Dios tenía en él, y entonces él quería que ese ministerio fuera de bendición para todo el pueblo de Dios. Por lo tanto, entonces, todo lo que pidió, lo pidió para bien del pueblo. Usted dice: “No, para él”, no. Imagínese si Eliseo viene con un ministerio más pequeño que el de Elías, con tanto problema que tuvo Elías, ¿de qué bien podía hacerle a Eliseo?
Ahora ustedes noten que el ministerio ese, Elías tenía problema con el rey; ¿no notaron ustedes eso? Tuvo problema con el rey, tuvo problema en lo político; pero cuando Eliseo vino, Eliseo después vino otro rey, y entonces Eliseo era el principal consejero del rey. ¿No recuerdan ustedes cuando los sirios cercaron el lugar donde estaba Eliseo?, y entonces el siervo de Eliseo le dice: “Mira, ahí están los sirios y nos han cercado”. Eliseo le dice:
- “Despreocúpate, que son más los que están con nosotros que los que están en contra”.
Eliseo siendo profeta podía ver en los dos mundos; aun estando despierto, depende hacia dónde mirara. ¿Ve usted?
Entonces encontramos que Eliseo habló la palabra para que fueran cegados esas gentes; entonces fueron cegados, pero con una ceguera, una ceguera rara. Esa gente podía verlo todo, pero lo que no podían ver, que aquel hombre era el profeta que ellos se estaban buscando; delante de ellos y no lo veían. Es lo mismo que le pasó a Laodicea; Laodicea: ciega con el mensajero profeta, con Elías frente a ellos y no lo veían… [CORTE DE AUDIO @41:33]...
…Los llevó hacia dónde estaba el rey y el ejército del rey de Israel cuando se encuentra en medio de ellos y habla con el rey: “Bueno, aquí, aquí están tus enemigos; aquí están los que hacen guerra contra ti, ahí los tienen delante de ti”. Entonces el rey con su ejército, siendo enemigo, el rey no se atrevió a hacer nada. Dice: “¿Qué hago con ellos?” El Profeta le dice:
- “Dale comida y que se vayan. Han caminado bastante buscándome, y después que me han encontrado pues no saben quién soy yo, por causa (¿qué?) de que fueron cegados; así que dale comida y que se vayan”.
Y me imagino que a lo mejor el rey le dijo: “Bueno, aquí el profeta Elíseo les trajo a ustedes aquí, pero me ha prohibido que les haga daño a ustedes, sino que les de comida y que se vayan; así que coman y váyanse, y problema resuelto”. ¡Qué vergüenza sería para el capitán o el general que vino con este ejército! Qué cuentas le iría a dar al rey de Siria; qué el profeta que buscaban los llevó a la mano del rey, y que allá eso fue una humillación para un ejército.
Mire, para ese ejército sirio hubiera sido más honroso que el ejército del rey de Israel se levantará en contra y pelearan, y fueran después de regreso unos cuantos heridos para allá, y pudiera el general del ejército sirio decir: “Bueno, aquí regresamos este profeta, este profeta no hay quien lo venza; ese profeta es tan poderoso que ha hecho tantas cosas, y después lo último que hizo fue que los puso en la mano del rey de Israel, y mira para allá que pela nos han dado”. Eso hubiera sido más honroso para un ejército.
Pero un ejército que lo tomen así de esa manera, y después que en vez de darle una pela, lo que le den sea comida, eso es tratarlo como **. Usted no sabe ni de qué se trata una batalla. Era que allí había uno que sabía mejor cómo pelear la batalla de Dios; esa fue una real humillación para un ejército. Estaban sanos, abastecidos por el enemigo.
Bueno, realmente el enemigo de ellos, de los sirios, pues entonces quiere decir que los tuvo como chiquillos, como niños, que no valía la pena ni pelear con ellos, porque eso era un abuso. Bueno, si no pudieran ver el profeta ¡qué no hubiera pasado con ellos! Ahora dice que después no volvieron más a molestar. ¿Ve usted?
¿Ve usted la forma sencilla en que Dios a través de un profeta arregla las cosas? Algunas veces tiene que hacerlo en una forma, pero otras de otra forma. Con Elías tuvo que cortarle la cabeza a todos aquellos falsos profetas; pero con Eliseo en esta ocasión, lo hizo con comida: “Ustedes lo que tienen es necesidad de comer; coman y váyanse”, ¿ve usted?
Entonces, ahora en una ocasión Eliseo, empezando el ministerio, era bravo también, y se molestaba; usted sabe que los profetas son humanos y la parte humana se molesta algunas veces. ¿No recuerda usted que el hermano Branham decía también en algunas ocasiones: ‘Ustedes dicen que están cansados de oírme decir estas cosas’? Él decía: “Recuerde que también me canso”. Así que, no era asunto de que usted se cansara, era asunto de que Dios era el que lo hablaba y ya él también se cansaba de tanto decirlo y el pueblo no hacer las cosas como eran.
Ahora es mejor tener un profeta contento y no un profeta enojado; un profeta enojado lo único que puede hablar es juicio.
Vemos a Eliseo, pero parece que en esta ocasión, Eliseo en esta ocasión con ese ejército no estaba enojado; estaba lo más contento, y entonces pues les dio más bien una bendición; pero con aquellos jóvenes molestosos, con aquellos 42 muchachos, pues les dio una palabra de juicio.
Ahora vemos a Eliseo que él cruzó con Elías. Ya tenía la palabra de que él tendría una doble porción del espíritu que había en Elías; así que él ya estaba tranquilo: “Bueno, Elías ha tenido muchos problemas, pero ahora con una doble porción se puede solucionar mucho mejor los problemas que vengan”. ¿Ve usted?
Entonces, vemos que el ministerio de Eliseo fue un ministerio doble al de Elías. Usted busca los milagros y fueron dados; usted busca todo y fue al doble. Entonces vemos que después de Elías vino otro profeta con un ministerio doble. Así como en este tiempo está prometido qué después del cuarto Elías vendrá otro profeta con un ministerio doble; o sea, es la misma cosa de allá que se cumplirá acá.
Vemos que es una doble porción ministerial que ha de tener; allá la tuvo Eliseo, y entonces, vemos que Eliseo, Eliseo vio todo el cuadro cómo pasó y vio lo que había pasado; y no solamente eso, sino que también vio cómo el manto que le cayó a Elías, y él lo recogió.
Los hijos de los profetas no lo podían recoger ¿por qué? Ellos estaban al otro lado; el único que lo podía recoger era aquel que había cruzado el Jordán con el que se fue. Así que, se fue el velo de carne, pero el manto se quedó, y el manto es tipo de ¿qué? Del espíritu ministerial, entonces él lo tomó.
Entonces, tomando el manto, la Palabra, ahí entonces, donde Elías terminó, ahí comenzó Eliseo. ¿Ve usted?
Entonces vemos, que donde termina uno, comienza el otro. Entonces encontramos que donde termine Elías, comenzará ¿qué? Comenzará el próximo que venga, ahí mismo.
Ahora, fíjese una cosa, los demás no podían ver lo que había pasado porque el espíritu ministerial, el Espíritu de Dios que estaba en Elías se había movido de sitio. Y entonces ellos buscando a Elías, pero el cuerpo de Elías ya se había ido; pero Elías, el espíritu ministerial no se había ido; estaba allí entre ellos. Cuando ellos ven que toma el manto y abre las aguas, ellos dicen: “El espíritu de Elías ha reposado sobre Eliseo”. Pero ¿qué pasa? Después se ponen a buscar a Elías, y después de ver que había reposado por la forma en que abrió las aguas, ¿ve?
Ahora, en vez ¿de qué? En vez de ver a Elías en Eliseo, se pusieron a buscar a Elías, y buscándolo por diferentes lados, no vieron a Dios cuando se movió de Elías a Eliseo.
Ahora esto es de lo que nos habla aquí el hermano Branham o Dios a través del hermano Branham: Dios en simplicidad, la forma sencilla, simple en que Dios actúa, en que Dios se mete en un velo de carne y a través de este velo de carne después él se revela. No es el hombre, sino Dios revelado a través de carne humana.
Ahora, vimos entonces allá que pasó; ahora mire: muchos lo pasan por alto por razón de la manera en que se revela; luego de velarse, y cuando luego de estar velado ya en carne, Él es la Palabra, ése es la Palabra, entonces Él cuando termina, cuando termina con uno, luego Él tiene que haber, a través de ese uno, haber dicho lo que Él va a hacer después que termine con ése que está trabajando. Porque dice que un profeta, dice que habla del otro profeta que va a venir. Así que, si va a venir alguno profeta, tiene entonces que ya el profeta anterior haber hablado de él; y cuando entonces venga un profeta y no hable de que Dios va a enviar otro, es que él es el último. ¿Ve usted? Entonces Dios cierra con broche de oro el trabajo de Él obrar a través de profeta.
Ahora sabemos que alguno tiene que ser el último. Sabemos entonces que Apocalipsis 11 es el último; después de ése no sabemos que haya sido prometido que ha de venir algún otro. Por eso es que cuando venga, cuando venga, entonces viene con un espíritu ministerial doble: con el espíritu ministerial de Moisés y entonces el espíritu ministerial de Elías dijo que volvería a ministrar; y como no va a haber otro después de ése último, pues tiene que ministrar en el mismo que ministre el espíritu ministerial de Moisés; porque no va a haber ningún otro. Entonces tiene usar el mismo cuerpo.
Y como Dios no tiene dos profetas mayores a la misma vez; y si Dios promete que va a ministrar, que va a ministrar en un ministerio doble, o sea, que va a tener dos ministerios de profetas mayores a la misma vez, pues tiene que a los dos meterlos en un solo cuerpo; porque si no rompería Su Palabra, teniendo dos mayores a la misma vez. Ahora dice [Los Sellos, pág. 17]:
“60. Muchos lo pasan por alto por razón de la manera en que se revela. El hombre tiene sus propias ideas de lo que debe ser Dios y sobre lo que Dios hará. Como he dicho muchas veces, el hombre es igual a como siempre ha sido; él siempre está alabando a Dios por lo que hizo (el pasado), mirando a lo que Dios hará en el futuro, pero ignorando lo que Dios está haciendo en el presente (eso siempre es lo que le se les pasa a la gente). Así es. Miran para atrás y ven la cosa tan grande que Dios hizo, pero no pueden ver la cosa tan sencilla que Dios usó para efectuarla. Miran adelante y ven lo grande que viene, y en nueve de diez casos, las cosas ya están sucediendo todo a su derredor, sin embargo es tan sencillo que no lo saben”.
De diez cosas que Dios ¿qué? Que Dios promete. Y en nueve de diez casos, en nueve de diez, todo está cumplido y no lo saben. ¿Por qué? Por la forma sencilla en que Dios lo hace, en que Dios lo cumple; porque cuando Dios promete algo, Él viene, se mete en carne humana y a través de carne humana cumple lo que él prometió.
Entonces cuando Dios se vela en carne humana, se vela en un vaso sencillo, humilde, que para la vista humana no representa nada en el sentido de grandeza humana; sin atractivo de grandeza humana para desearlo; sin teología, sin sabiduría terrenal de grados de universidad, ni riquezas en lo material de ser un millonario. Entonces en esa forma es que Dios obra, se vela ahí, y después que está velado, porque Él es la Palabra, entonces la Palabra viene y se vela en carne; se mete en carne humana, está ahí, y después a través de carne humana comienza a revelarse. Entonces cuándo comienza a revelarse, comienza a expresarse por voz audible, identificándose Él: Dios que está en ese velo de carne, identificándose con ¿qué? Con la Palabra que Él prometió que habría de cumplir.
Entonces, cuando comienza a identificarse con esa promesa que Dios hizo (porque no se puede identificar con otra cosa) y que se identifica más la parte humana, sino Dios que está ahí velado, entonces Él se identifica con Su propia Palabra. Entonces Él toma esa Palabra, la trae al pueblo, la da a conocer al pueblo, todo lo que Él prometió, y después le dice ¿cómo? “Hoy se ha cumplido esta Escritura, esta promesa delante de vosotros” [San Lucas 4:21]. Esa fue la Escritura que leímos ahí cuando el Señor fue ungido allá, cuando fue bautizado en el Jordán; allí Él fue ungido, luego salió del desierto llevado por el Espíritu de Dios que estaba en Él. Luego salió del desierto en el poder, no de un hombre, sino del Espíritu de Dios. Salió predicando y haciendo las señales que hizo, y se corrió la fama por todo sitio.
Luego encontramos que llegó ¿a dónde? Llegó al lugar… dice [San Lucas 4:16]:
“Vino a Nazaret, donde se había criado…”.
Entonces llegó al lugar donde se había criado; y ahí donde se había criado llegó al templo, llegó a la sinagoga en un día de sábado, estuvo allí, y dice:
“...conforme a su costumbre, y se levantó a leer.
Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló (lo abrió y halló usted sabe uno abre la Biblia y después busca el sitio que quiere leer, y halló el sitio, porque el que busca halla) el lugar donde estaba escrito:
El Espíritu del Señor está sobre mí,
Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;
Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;
A pregonar libertad a los cautivos,
Y vista a los ciegos;
A poner en libertad a los oprimidos;
A predicar el año agradable del Señor”.
Fíjese, entonces Él va al sitio donde se crio, y sabe usted que como el proverbio que todo el mundo dice… esto lo sacan por supuesto de la Biblia, aunque lo citan de otra manera en algunas ocasiones, pero es dicho el proverbio: “Nadie es profeta en su tierra”, ¿ve usted? Entonces aquí el Señor dice, el Señor dice algo con relación a eso en el verso 24, dice:
“Y añadió: De cierto os digo, que ningún profeta es acepto en su propia tierra”.
Oh, se está identificando también como profeta; está tomando el dicho que se le aplica a los profetas y se lo está aplicando Él. Él se está identificando como profeta, y le está diciendo a ellos que ellos no lo van a aceptar, que ellos no lo van a aceptar, se los está diciendo antes de ellos hacerlo. Le dice: “Ningún profeta es acepto en su propia tierra”.
Ahora fíjese, dice, el Señor dijo y como está escrito… “y comenzó a decirles…” ahora recuerde que los ojos de todos están en Él.
“Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él”.
Oh, ¿cómo se sentiría el ministro en aquel tiempo, el ministro que le había dado el libro? “Bueno ahora que leyó ahí, pues se sentó, y ahora a mí me toca predicar y la gente no mira para donde mí; toda la gente está mirando a este muchacho de unos 29 años y medio que ha leído esta Escritura”, pero es lo que pasa con el pueblo. Por supuesto, fue que la unción estaba realmente sobre Él; y cuando la leyó, Él leyó esa Escritura con la unción, y entonces esa unción tocó en el corazón de la gente.
No la oyen como la leían de costumbre los ministros; me imagino que cuando leía esa Escritura, bueno, usted sabe cómo era el Señor; usted sabe cómo es Dios en carne humana. Que Él cumple lo que Él prometió; y cuándo llega el tiempo de Él cumplir lo que Él prometió, Él mismo a través de carne humana se para y se identifica con lo que Él prometió.
Entonces me imagino que Dios manifestado en esa joven de allá de Nazaret que todos le conocían, ¿cómo leería esa Escritura? Vamos a poner, a imaginarnos cómo sería. Me imagino que Él parado allí leyendo aquella Escritura diría: “El espíritu del Señor está sobre mí; por cuánto me ha ungido para llevar buenas nuevas a los pobres”. Y les señalaría a ellos (a los pobres), y cómo la mayoría eran pobres, oh cómo estaría aquel grupo de pobres allí. ¡Qué cosa tan tremenda! Y después dice:
“Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón (¿cuántos quebrantados de corazón habrían allí?);
A pregonar libertad a los cautivos…”.
¿Cuántos estarían cautivos, enfermos, paralíticos, y allí estaba esa Palabra identificándose con lo que estaba prometido? ¿Y cómo sería el impacto en aquellos que estaban esperando ese día?
“Y vista a los ciegos (oh, si habían allí ciegos ¿cómo se sentirían en aquella ocasión?);
A poner en libertad a los oprimidos (¿cuántos estarían oprimidos de diferentes cosas: físicas o espiritualmente, con necesidad?);
A predicar el año agradable del Señor”.
Identificándose como el predicador que predicaría el mensaje del año agradable. ¿Qué le parece? Así que cuando le cita esto último:
“A predicar el año agradable del Señor.
Y enrollando el libro, lo dio al ministro…”
Imagínese de todo el pueblo. “Bueno, lo que queremos… si viene a predicar el año agradable, ¿y por qué se sentó? Qué predique el año agradable, que predique, pues si ha dicho que viene a predicar”. Los ojos puestos en Él; así que, ahí no pudo predicar el ministro en esa ocasión; no pudo predicar, porque la gente no estaban esperando que el ministro predicara, sino que predicara Aquel que dijo que estaba ungido, y que vino para predicar el año agradable del Señor.
Bueno, entonces, todos los ojos estaban puestos en Él en la sinagoga, fijos en Él, y comenzó a decirle… imagínense, tuvo que comenzar a predicarle, pues si no miraban nada más que a Él; el ministro se tuvo que quedar con el libro enrollado, con el libro sellado (cerrado). ¿Por qué? Porque ahora Isaías 61 había sido abierto y el Señor era el que lo había buscado y lo había abierto, y ahora Isaías 61 luego de haber sido leído, se identificó en carne humana, y ahora el pueblo no tenía más necesidad de ver Isaías 61 en letras; lo podía ver ahora en carne humana. Y allí estaban todos, luego de oír la lectura de Isaías 61, ahora estaban viendo a Isaías 61 allí delante de ellos.
Ahora fíjese: una cosa es ver la letra de Isaías 61; otra cosa es ver la carne de Isaías 61.
Ahora, es glorioso tener la letra; pero es el doble de glorioso tener la letra y mirar la carne donde esa letra está cumplida, ¿ve? ¿Por qué? Porque esa letra es la Palabra; y cuando penetra se cumple en carne humana es la Palabra hecha carne. Isaías 61 hecho carne delante de ellos. Y ahora le dice:
“Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros”.
¿Se identificó o no sé identificó? ¿Se identificó como el Ungido o no?
Ahora, Él sabía que Él era Ungido, y Él sabía que había sido ungido.
Ahora, encontramos que Dios cuando se mueve a la escena y se vela carne humana, Él obligatoriamente tiene que tomar la Palabra que Él prometió que ha de cumplir en el tiempo señalado, tomar esa Palabra y darla a conocer al pueblo que esa Palabra se está cumpliendo en esos momentos; eso fue lo que hizo el Señor.
Si cualquier otra persona se para y lee esa Escritura, el ministro que le dio el libro la lee y le dice al pueblo que esa Escritura está cumplida en él, eso era falso. Pero quien la tomó la leyó y dijo que estaba cumplida en Él, era realmente el verdadero Ungido, era realmente en Aquel que estaba cumplida. Por lo tanto, no estaba mintiendo, por lo tanto, tampoco se estaba haciendo grande, ya Él era grande; no era que se estaba haciendo grande, era que se estaba haciendo pequeño.
Entonces eso es lo grande: que una cosa tan grande, el Dios Todopoderoso, se hizo tan pequeño en un joven de 29 años y medio, con 5 pies, 5 pulgadas, con 130 o 135 libras de peso… me imagino que en esos días, cuando leyó eso pesaba menos. Usted dice: “¿Cómo qué…?” El hermano Branham dice que pesaba 130 o 135 ¿verdad? Yo digo, probablemente en estos días pesaba menos, porque recuerde que Él había estado 40 días en esos días (en ayuno); así que pesaría un poco menos; y un joven de 29 años y medio con 5 pies, 5 pulgadas (un poco más alto que yo, yo mido 5.3) pesando 130 o 135, pues era un joven flaco; yo peso 140 y me veo flaco, me veo delgado, no me veo tan grueso, y soy más bajito; así que era un joven delgado. Y después de haber salido de ese ayuno, pues a lo mejor estaba recuperándose, así que todavía estaba más delgado todavía; y decir, y Él citar esa Escritura y decir que se ha cumplido esa Escritura delante del pueblo allí en carne humana en Él, eso era mucho para poco, ¿verdad? Oh, qué cosa tan pequeña, tan sencilla, tan humilde estaba allí parada; pero una cosa tan grande se estaba cumpliendo en algo tan sencillo.
Entonces, eso es lo que hace a Dios grande, que Él siendo tan grande se hace tan sencillo, que la gente grande no lo pueden ver. Entonces, vemos que eso siempre es lo que Dios hace.
Y fíjese, usted piensa quizás: “Bueno siempre la gente de afuera son las que rechazan, entonces en dónde está el pueblo de uno, que ha conocido a uno, y que sabe el buen testimonio que uno tiene, pues eso no me va a rechazar”. ¿Qué dice el Señor? “De cierto os digo que ningún profeta es acepto en su propia tierra”. Así que, no es lo de afuera sino los de adentro, que conocen a la persona, son los más difíciles que se les hace reconocer que en una cosa tan sencilla que conocen, Dios esté velado para revelarse a través de ese velo de carne tan sencillo; entonces piensan ¿qué? “Oh ese muchacho de 29 años y pico, mire por allá pues salió el primo de Él bautizando, se bautizó con él, se chifló también, se fue a ayunar por allá, mire como viene ahora flaco, y ahora mire con lo que viene, diciendo que Él es el Ungido del Señor, diciendo que Él es el Mesías”. ¿ve? Entonces ¿qué decían? Mire lo que decían… [CORTE DE AUDIO @1:08:53]... eso bien lo sabía aquí lo dice:
“Y todos daban buen testimonio de él, y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca, y decían: ¿No es éste el hijo de José?”
¿Ve que la cosa siempre es: ‘Pero esas cosas tan grandes y eso tan grande que está diciendo que se está cumpliendo en Él, pero una cosa ¿no es este el hijo de José?, el Mesías cuando venga no puede venir a través de las vías matrimoniales y nacer a través del sexo, así que, ¿no es este el hijo de José? Un momentito, aquí hay algo. Todo lo que dice es grande y Dios lo ha prometido, ¿pero que está cumpliéndose en Él y está cumplido delante de nosotros en carne humana? Hay algo raro ahí, ¿no es éste el hijo de José, no lo conocemos nosotros?’? ¿Ve usted?
Entonces, ¿qué pasó? Dios velado en carne humana en sencillez, humildad, entonces es que le conocían, ellos decían: “¿No es este el hijo de José?” Y como todos creían que era el hijo de José ¿ve? Entonces la revelación intelectual que ellos tenían por lo sentidos, y aun lo que el ministro le podía decir con relación a Jesús, quién sabe cuántas cosas fueron dichas: “Bueno, y ahora Jesús de Nazaret, el hijo de José, nos va a leer aquí la Escritura”. ¿Cuántas cosas así podían decir en esa ocasión y en otras ocasiones más?
Bueno, ya era conocido allí, porque Él se había criado en esa área, y ese es el lugar, la sinagoga donde Él asistía; así que estaba ¿dónde? En Su propia tierra, en Su propio pueblo, en Su propia congregación, donde todos le conocían; todos le conocían intelectualmente. Le conocían por los sentidos; y por los sentidos, pues si hay un muchacho que nace en un hogar, pues se supone que es del esposo y de la esposa ¿ve? Esa es la revelación intelectual que tenían. Pero la revelación que bajó de lo Alto dijo: “Y se llamará, o será, Hijo (¿de quién?) del Altísimo (será llamado Hijo del Altísimo).”
Entonces, esa es la revelación siempre que baja del Cielo; la revelación de quién es esa persona.
Ahora, vemos que esa revelación no la tenían, por lo tanto, entonces fíjese en esa ocasión tuvieron que dejarle la parte, forzosamente a Jesús, luego de leer la Escritura de esa manera; y fue el predicador de esa mañana. Pero imagínese, usted dice, usted dice: “Ese predicador tan largo que predica, ese predicador tanto que habla por aquí, por allá, en vez de predicar un mensaje cortitito ahí, y terminamos y nos vamos temprano”. Eso decían del hermano Branham ¿verdad? Y aun el hermano Branham decía: “Yo predico muy largo, ¿y por eso es qué? Me voy allá a mí casa (su casa era ¿qué? Allá su congregación, allá en Jeffersonville, Indiana, donde se había criado, donde se había criado entre los suyos), y entonces me voy allá y predico largas horas”.
Usted encuentra en algunos mensajes, como ese mensa Cristo el Misterio de Dios Revelado, a las 6:00 de la tarde todavía estaba predicando; y dice: “Ahora son las 2:00 de la tarde, miren el reloj, la segunda etapa ha terminado y al Tercera está a la mano”. Un predicador que no tenía dónde pararse para terminar el mensaje; pero él también se dio cuenta que no toda persona, es persona con oídos para oír Palabra de Dios sin límite de tiempo ¿ve? O sea, que no toda persona con tanto hambre de la Palabra que desee que el predicador siga.
Él pues cuando iba a predicar esos mensajes de enseñanza, la mayor parte de ellos se iba allá a Indiana, a su casa, para predicarlos, porque eran muchas horas corridas, ¿ve? El almuerzo se pasaba, y si no se aguantaba, la comida también se pasaba; ya a lo último algunas veces tenía que decir: “Bueno, a la noche continuamos; después de terminar tan tarde, bueno, vamos a darle un receso, pero vuelvan a la noche, todavía queda la mitad. ¿Ve usted?
Ahora vemos que mucha gente se quejaban, muchas personas decían y lo miraban, y decían: “Un predicador que predica larguísimo” ¿ve? Él mismo sabía que predicaba largo; pero él decía: “Es que los mensajes de enseñanza son realmente largos”; realmente cuando hay un mensaje de enseñanza no hay donde parar; porque es que una enseñanza si no se da completa para que usted vea el cuadro completo, usted escucha una parte y se queda en el aire. Entonces si de parte de Dios usted no escucha el mensaje completo de la enseñanza, entonces la otra parte que le falta, si usted no la escucha de parte de Dios, ¿qué pasa? Ya usted sabe de parte de quien lo va a escuchar.
Entonces, recordamos que ese siempre ha sido el problema.
Ahora las personas que pueden escuchar un mensaje sin límite de tiempo, son personas bienaventuradas; “porque bienaventurado (¿qué?) el que oye”, así que hay una bienaventuranza.
Entonces, también dice: “El que tiene oídos para oír, oiga lo que el espíritu dice…” Entonces, fíjese, no crea que el Señor, no crea que el Señor tenía buena aceptación; y principalmente en Su tierra, en Su barrio o en Su pueblo. Entre los que le conocían empezó a predicar, miren el mensaje, dice, le puso el tema enseguida; leyó la Escritura y le puso el tema: Hoy Se Ha Cumplido Esta Escritura Delante De Vosotros, y continúa predicando; y dijo y continuó ahí viendo, o sea, ahí hizo como una pausa, un poquitito, y el pueblo enseguida, y todos daban buen testimonio de Él y estaban maravillados de las Palabras de gracia que salían de Su boca. Vemos entonces que entre la pausa tenemos ahí: “hoy se ha cumplido esta Escritura” entre eso y lo que el pueblo decía, predicó un mensaje ¿verdad? Mírelo ahí, ahí está; predicó un mensaje. Dice:
“Y todos daban buen testimonio de él, y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca…”
Estaba predicando; lo que pasa que todo lo que Él predicó no fue escrito; aun lo que predicó no fue escrito de ahí no fue escrito. Pero mire:
“...y decían: ¿No es éste el hijo de José?
Él les dijo: Sin duda me diréis este refrán (ya cerrando el mensaje): Médico, cúrate a ti mismo; de tantas cosas que hemos oído que se han hecho en Capernaum, haz también aquí en tu tierra.
Y añadió: De cierto os digo, que ningún profeta es acepto en su propia tierra.
Y en verdad os digo que muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en toda la tierra;
pero a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda en Sarepta de Sidón.
Y muchos leprosos había en Israel en tiempo del profeta Eliseo; pero ninguno de ellos fue limpiado, sino Naamán el sirio.
Al oír estas cosas, todos en la sinagoga (y ¿dónde, dónde? en vez de haberse llenado de amos, pues estaban en el templo) ... todos en la sinagoga (¿qué les pasó?) se llenaron de ira…”
¿Dónde? En la Casa del Señor, donde vinieron a servir al Señor, al oír la Palabra verdadera identificándose con lo que había sido prometido, y viéndolo así en carne humana con Su predicación, se llenaron de ira.
“...y levantándose, le echaron fuera de la ciudad, y le llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual estaba edificada la ciudad de ellos, para despeñarle”.
Se llenaron de ira y se levantaron; no esperaron que terminara el mensaje, se levantaron… y dice que no solamente, no se levantaron y se fueron y lo dejaron solo predicando. Dice:
“...y levantándose, le echaron fuera de la ciudad”.
¡Je! ¿Qué le parece eso? Los que estaban esperando al Mesías, los que estaban esperando ese Ungido que habría de venir, cuando vino y se identificó, no lo pudieron recibir.
Ahora vea donde vino y se identificó públicamente: vino a Su tierra donde se había criado, donde le conocían, y ahí valientemente, bajo la unción, habló lo que tenía que hablar.
Era una cosa rara para gente que le conocían como le conocían, que Él ahora viniera con eso de que Él era el Ungido, de que Él era el Mesías, de que Él era Aquel que habría de venir, ¿ve? Era algo raro porque no podía caber en los sentidos de ellos; pero si podía caber en el corazón de ellos, si ellos hubieran tenido el corazón abierto y no hubieran tenido otra interpretación diferente a la que Él le dio.
Vea usted, entonces Dios vino e interpretó Su Palabra cumpliéndola en carne humana, y luego viene y predica sobre este tema, y viene y le da la interpretación en Su predicación de lo que significaba eso.
Ahora vea, ya ellos tenían ¿qué? Ellos tenían su propia interpretación recibida de los líderes de aquel tiempo; así que, prefirieron la de aquellos ministros mayores, a recibir la de un joven que ellos conocían que no había ido a los seminarios, que no era un levita, no era ni de la tribu de los levitas, ¿ve usted? Así que, “¿cómo éste va a poder venir con ese cuento cuando realmente los que nos tienen que enseñar son estos ministros que Dios puso a través de Moisés para que nos enseñen la Palabra?”
Ahora, fíjese, dice página 6 [5] y 7 del mensaje titulado Hoy Se Ha Cumplido Esta Escritura, dice:
“30. (...) El sacerdote le dio las Escrituras para leer; y El leyó del capítulo 61 de Isaías. Cuando hubo leído las Escrituras devolvió el Libro al sacerdote, se sentó y los ojos de todos en la congregación estaban fijos en El, y palabras preciosas procedieron de Su boca y dijo: 'Hoy se ha cumplido esta Escritura'.
31. ‘Hoy se ha cumplido esta Escritura.’ Cuán precisas son las Escrituras! Note Ud. en Isaías 61:1-2, de allí es donde nuestro Señor estaba leyendo. Ahora a la mitad del segundo versículo El se detuvo donde dice: ‘El Espíritu del Señor es sobre mí. ... Para predicar el año agradable del Señor.’ Allí se paró. ¿Por qué? Porque la otra parte del versículo, para traer juicio, no se aplicaba a Su primera venida, sino a Su Segunda Venida. Entonces vemos que las Escrituras nunca fallan, siempre son perfectas. Jesús se detuvo exactamente donde se paró la Escritura, porque hasta allí era lo que habría de ser vindicado en Su día. Ahora eso fue en Su primera venida. En la Segunda Venida es cuando traerá el juicio sobre la tierra, no en aquel día, eso fue más bien cuando habría de predicar el año agradable”.
Ahora vea usted, en Su Primera Venida Él tomó Isaías 61 y se paró donde tenía que pararse. ¿Por qué? Porque eso era lo que sería vindicado en la Primera Venida del Señor, hasta allí; el resto de esa Escritura, para traer juicio, eso sería cumplido en la Segunda Venida. Eso entonces sería vindicado, esa Palabra sería vindicada, esa Palabra sería cumplida, Dios se movería a escena en Su Segunda Venida, y esa Escritura, esa Palabra prometida estaría en carne humana en Su Segunda Venida para traer juicio.
Entonces cuando en Su Segunda Venida Él en carne humana aparezca, entonces nuevamente… [CORTE DE AUDIO CINTA A]... la Escritura está cumplida nuevamente conforme a Isaías 61, verso 2: segunda parte.
Entonces vemos que eso sería ¿cuándo? La otra parte en Su Segunda Venida. Entonces en Su Segunda Venida, de seguro que Él se identificará cuando esté en carne humana, se identificará ¿cómo? Se identificará con Isaías 61, la segunda parte. Se identificará con esa Palabra prometida, y entonces nosotros miramos para atrás cuando vimos en Su Primera Venida, y decimos: ¡que montón de incrédulos! ¿verdad? La Palabra ahí en carne humana y diciéndoles que Él es, y no pueden creer. ¡Que montón de incrédulos!
Usted dice: “Si yo estuviera allí, yo hubiera creído; hubiera creído a ese joven de 29 años y pico (póngale 30 ya), como de 30 años, hubiera creído a ese joven y no hubiera creído al sacerdote que le dio el libro; y no hubiera creído a los ministros de aquel tiempo”. ¿Está seguro? Pues mire, usted no le tocó vivir en el tiempo de la Primera Venida del Señor; a usted le ha tocado vivir en el tiempo de la Segunda Venida, por lo tanto, usted hubiera hecho lo mismo que hará en el tiempo de la Segunda Venida, cuando esa Escritura esté en carne humana cumplida. Usted hubiera dicho lo mismo que dijeron aquellas gentes: “¿Y a éste no le conocemos? Si éste se creó aquí entre nosotros, éste es de aquí de Nazaret. Miren, a su papá lo conocemos, es José; Su mamá es María, tiene más hermanos”. Y quién sabe si alguno podría decir: “Mire, allí tengo un trabajito que Él me hizo; Él en lo que es bueno es en la ebanistería (¡je!), como ebanista es tremendo; pero ahora como profeta, haciéndose profeta, eso…”
Bueno, imagínese, que Natanael en una ocasión, cuando lo fueron a buscar y le dicen: “Mira, hemos hallado al Mesías”. Enseguida Natanael dijo:
- “¿De dónde es?”
- “Bueno es de allá de Nazaret”.
- “¿Cómo? ¿Y de Nazaret puede salir algo bueno?”
Parece que de Nazaret nunca había salido un profeta ¿verdad? Parece que de Nazaret, de Nazaret no había una buena historia. ¿Ve? Entonces, ¿de ahí puede salir algo bueno? Pero la cosa fue que como la Palabra no se discute, los que le fueron a buscar (me parece que fue Pedro y Andrés ¿verdad?) le dicen: “Bueno, un momentito. Hemos hallado al Mesías, y tú: ven y ve; tú eres nuestro amigo personal, tú estás esperando al Mesías, tú eres una persona consagrada, tú estás buscando y esperando al Mesías conforme a la Palabra, porque hemos hablado en otras ocasiones y hemos estado esperando lo mismo; pero ahora, nosotros lo encontramos primero que tú, así que ven y ve. Tú ven y ven, y después que vengas y veas, entonces allá tú; tú entonces nos dirás a nosotros si de Nazaret puede salir algo bueno”. Si nunca había salido, en esa ocasión salió lo mejor.
Muchas veces pasa así; muchas veces cuando de un sitio no sale nada bueno, cuando sale algo bueno, sale lo mejor de todo.
Entonces, cuando fue y Él le dijo: “He aquí un verdadero israelita en el cual no hay engaño”. Él le dice:
- “¿De dónde tú me conoces?” Enseguida el Señor le dice:
- “Cuando estabas debajo de la higuera te vi”.
Dice Dios a través del hermano Branham que Natanael estaba allá debajo de la higuera orando, porque él estaba esperando al Mesías, y él estaba orando por la venida del Mesías, porque él lo estaba esperando; y entonces él ¿qué? Él quería encontrar al Mesías cuando llegara. Entonces cuando Él le dice eso, él dice: “Tú eres el Cristo, Tú eres el Mesías, Tú eres el Hijo del Dios viviente”, ¿ve?
Mire, el problema de la gente es que se ponen a discutir; y nosotros mismos cuando invitamos a alguien, en vez de dejar que Dios sea el que le hable al corazón, nosotros tratamos de convencerlo para poderlo traer; en vez de decirle: “Ven y ve”. ¿Ve? Le damos un toquecito, y después: “No, no, no, no es para discutir, ven y ve”. Esa es la mejor forma, porque el único que lo puede ganar es Dios; y si Dios hace un milagro dentro de la persona, entonces la cosa cambia; entonces Él será el que le dirá a usted, Él que le dirá a usted lo que realmente Él ha visto.
Ahora sigue diciendo:
“32. Note Ud. el Mesías parado allí en la plataforma identificándose con la Palabra de promesa para aquella edad. Cuán tremendo, el Mesías parado ante la congregación! Y fíjese en las Palabras tan preciosas cuando dijo: ‘Para predicar el año agradable.’”.
Ahora vamos a pasar a la 7 [6], y a mitad de la página 7 dice:
“34. Ahora, como dije, la otra parte del versículo dos no requería explicación allá en aquel entonces…”.
Él lo único que le explicó fue la parte anterior (verso 1) y la segunda parte del verso 2; la otra parte no se las explicó; la otra parte no le dijo: “Está cumplida aquí entre ustedes o delante de ustedes”. ¿Por qué? Porque la otra parte se cumpliría más adelante. Entonces dice:
“...no requería explicación allá en aquel entonces, pero ahora en el tiempo que se aproxima será cuando el Mesías traerá juicio. Ahora, ¿cómo fue posible que aquella gente no reconociera quién era El? ¿Cómo se les pasó por alto? ¿Cómo pudo ser cuando se les mostró tan claramente? (no hablando indirectamente, hablando clarito ahí). ¿Cómo se les escapó eso cuando El ...? Qué palabras tan tremendas! Piense en eso: ‘Hoy se ha cumplido esta Escritura ante vuestros ojos.’ ¿Quién lo dijo? Dios mismo”.
¿Ve usted que no era cosa de aquel muchacho? ¿Ve usted que no era cosa de la humanidad, sino que era la divinidad hablando a través de carne humana? Quien, a la vez, ¿quién era?
“¿Quién lo dijo? Dios mismo. Quien a la vez es el intérprete de Su propia Palabra ‘Hoy se ha cumplido esta Escritura.’
35. El Mesías mismo parado allí en la presencia de aquella congregación leyendo una porción de la Biblia tocante a Sí Mismo…”.
Lo que estaba leyendo lo estaba leyendo, y eso que decía el profeta Isaías ¿de quién lo decía? De Jesús de Nazaret.
“...tocante a Sí Mismo y luego diciendo “Hoy se ha cumplido esta Escritura,’...”
Luego diciéndole que estaba ahí cumplida en Él, delante de Él; que Él era Isaías 61, que Él era el Ungido. Entonces sigue diciendo:
“…sin embargo, no lo pudieron captar”.
¡Qué grande tragedia sería eso! Piense usted en eso. Sería una grande tragedia para aquellos que estaban allí; ellos por tantos años estar esperando al Mesías, y cuando viene y se identifica como el Mesías, como el Ungido, no poderlo entender, no poderlo ver y rechazarlo; realmente eso es una grande tragedia.
“Qué grande tragedia sería eso! Pero así sucedió y así ha sucedido muchas veces. ¿Cómo pudo suceder?”
Ahora, ¿cuál fue la causa? ¿Cómo pudo suceder eso, de estarlo esperando, y cuando viniera y se identificara ni poderlo recibir, no poder ver que Él era? ¿Cuál fue la causa? ¿Cuál fue el motivo?
“Fue desde luego como siempre…”
Siempre es la misma causa, siempre lo rechazan por la misma causa: por causa de creer. Fíjese, por causa de creer. Pero ¿creer qué?
“... por causa de creer la interpretación humana de la Palabra (por causa de creer la interpretación intelectual de la Palabra). Esa fue la causa. Los creyentes en aquel día (Así-llamados creyentes), estaban aceptando la interpretación que los sacerdotes tenían de las Escrituras (¿ve?). Entonces Jesús, no perteneciendo a ninguna de sus sociedades u órdenes, se hallaba excomulgado de ellos y por consiguiente no lo podían identificar con su grupo, porque Él era diferente. La persona de Jesucristo era tan singular que NADIE debió haber fallado en reconocer que Él era el Hijo de Dios, porque Él era la identificación perfecta de las Escrituras que fueron escritas de Él. Y así se conoce a cualquier Cristiano, cuando su vida identifica las mismas cosas que el Cristiano debe hacer”.
Ahora, ya vimos que el motivo por lo cual ellos no pudieron captar que aquel era el Mesías… [CORTE DE AUDIO @11:40]... la interpretación, la interpretación intelectual que le habían dado los ministros de aquel tiempo. Y cuando vino la interpretación genuina ellos no la pudieron recibir; ya ellos tenían otra interpretación que habían recibido. Tenían otra revelación, y era una revelación intelectual; y cuando vino la revelación de Dios, porque Dios es Su propio intérprete, y Él interpreta Su Palabra cumpliéndola en carne humana y dándola a conocer a través de carne humana cuando está cumplida, ¿ve? Note usted bien eso: Dios es Su propio intérprete, Él interpreta Su Palabra que Él promete cumpliéndolo en carne humana, y a través de esa carne humana, Él identifica el cumplimiento de esa promesa en esa carne humana donde Él está cumpliendo. No la puede negar.
Usted piensa que no debería ser de esa manera, pero es que Dios no se puede negar a sí mismo; Él no puede negar Su Palabra. Por lo tanto, cuando Él cumple algo, Él da testimonio, Él dice que Él lo cumplió.
Al Señor le decían: “Mira Tú testimonio no es verdadero; porque Tú das testimonio de Ti mismo, Tú estás diciendo eso de Ti mismo. Tú estás diciendo que Tú eres el Hijo de Dios, que Tú eres el Cristo, que Tú eres esto, que eres lo otro; Tú testimonio no es varadero porque Tú das testimonio de Ti mismo”. El señor les dijo: “Yo no doy testimonio de mí mismo, sino, que el Padre da testimonio de mí, y el testimonio de Dios es verdadero”. Así que el Padre daba testimonio de Él y Él daba testimonio de la Palabra. Por lo tanto, el testimonio es verdadero y Él decía, Él decía: “Bueno y si yo doy testimonio de Mí, Mi testimonio es verdadero”, ¿ve? ¿Ve usted?
¿Por qué? Porque si Él lo daba de Él, el Padre también lo habla y entonces ya eran dos; entonces el testimonio de dos es verdadero. Así que no había por donde agarrar al Señor, aunque Él dijera lo que dijera, Él estaría diciendo la verdad.
Ahora lo que pasa con la gente es que cuando tienen otra interpretación y están esperando las cosas de otra manera diferente a como Dios las cumple en el tiempo que Él las cumpla, siempre buscan excusas, siempre se ponen a buscarle faltas ¿a qué? Al velo de carne donde Dios se ha metido en simplicidad. ¿Por qué? Porque el velo de carne donde Dios siempre cumple Su Palabra tiene que ser un velo de carne sencillo. Entonces al ver la sencillez, la simplicidad, entonces comienzan a buscarle faltas y comienzan a decir: “no puede ser por esto, no puede ser por esto otro, no puede ser porque Él vive entre nosotros y lo conocemos desde pequeño, y sabemos que sus padres son José y María”. Eso era lo que ellos se creían. Pero era muy diferente a como ellos veían con sus ojos, ¿ve?
Encontramos también, fíjese, encontramos también que ellos podían decir: “Tú no puedes ser”, porque no dijo Natanael lo mismo: “¿Cómo puede salir algo bueno de allá de Nazaret? ¿Ha salido algo bueno de ahí? ¿Qué tendría Natanael para pensar que de Nazaret no podía salir el Mesías? Bueno, de seguro él tenía lo que decía: “Y tú Judá no eres la pequeña entre tus hermanas (o entre tus hermanos -sí- entre tus hermanos), porque de ti saldrá un guiador que es Cristo, el Señor” [Miqueas 5:2].
Entonces si Él tenía esa Escritura y había escuchado la interpretación que le daba el sacerdote, el ministro en la enseñanza que daba, pues de seguro el sacerdote, el ministro le había enseñado: “Mire, cuando el Mesías venga, no se nos va a escapar”; y a esa enseñanza le diría: “¿Sabe por qué no se nos va a escapar? Porque aquí está el que había de venir, dice que saldrá de Belén”. Entonces todos a lo mejor preguntarían como Natanael: “¿De dónde es?”
- “¡Ja! Si no es de Belén, despreocúpate, ni deseo que me expliques nada más; porque aquí el profeta dijo que es de Belén; así que, si no es de Belén, no puede ser”.
- “¿De Nazaret? ¿y el Mesías salir de Nazaret? Es de Belén”.
Ahora fíjese, dice el Señor: “Gracias Padre, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños porque así te agradó” [San Mateo 11:25-26]. Todo el mundo creía que era de Nazaret, nadie sabía que era de Belén. Pero vemos que los niños aquí en los evangelios, esos niños que escribieron el evangelio dicen y sabían que era de Belén; los otros no sabían que era de Belén. ¿Ve usted?
Ahora vea usted que cuando Dios promete algo, Dios lo cumple como Él lo prometió.
Ahora vea usted que Él dijo que saldría de Belén, sin embargo, estaba viviendo ¿por dónde? Por Nazaret; José y María vivían por Nazaret, pero ellos habían nacido y se habían criado en Belén, eran de la tribu de Judá y de la ciudad de Belén, de la casa de Isaí, de la casa de Isaí que es el papá de David. Entonces… pero estaban viviendo por Nazaret.
Y por allá le apareció el Ángel del señor a María y le habló, y todo fue hecho conforme a la palabra del Ángel… [CORTE DE AUDIO @18:10]... el niño fue creado ahí en el vientre, y vivía en Nazaret María.
¿Cómo se habría de cumplir viviendo en Nazaret que naciera en Belén? Dios vela por Su Palabra, cuida de Su Palabra para ponerla por obra; y cuando se llega el tiempo de cumplirse lo que Él prometió, no importa dónde están los instrumentos que Dios utilizará; si Él ha dicho que lo que Él ha de cumplir en Rusia y los instrumentos están por Estados Unidos, Dios lo cumplirá en Rusia aunque estén en Estados Unidos. Él hará que suceda lo que tenga que suceder para que se cumpla.
Cuando Dios envío a Jonás a Nínive, Jonás no estaba en Nínive ni cogió para Nínive; pero Dios dijo en Nínive. Y aunque cogió contrario, fíjese, vamos a poner: Nínive estaba hacia allá, Jonás cogió hacia allá, y salió más allá, llegó allá. ¿Ve usted? ¿Por qué? Porque Dios estaba en el asunto.
Así que cuando Dios dice algo Él lo cumple en el lugar que Él ha prometido. Él dijo que era Nínive y llegó a Nínive. ¿Ve usted?
¿Hay alguna cosa imposible para Dios? Así que, si no la hay, pues no se preocupe; todo lo que Dios prometió, Él lo va a cumplir. Él dijo: “De Belén”, y por allá estaba el Mesías en la barriga de María, en el vientre de María, estaba por allá por Nazaret. Pero cuando llegó el tiempo (¡je!) no se sabe, yo no sé cómo le vino la inspiración a este emperador o gobernador de allá para proclamar ese censo para que se llevará a cabo. Cuando se proclamó ese censo, obligatoriamente todo el mundo tenía que coger para su sitio. ¿Ve usted?
Entonces, si no llega a suceder eso, voluntariamente de seguro José ni María hubieran ido. ¿Por qué? Porque imagínense, una mujer que ya está entrando a los 9 meses, salir para otro pueblo de esa manera; y después el medio de transportación allá eran los pies, y el que tenía su burrito su burrito, y el que tenía su camello su camello; trepar una mujer encinta en un camello, aunque a lo mejor no lo tenían porque ellos eran pobres, lo más un burrito. ¿Ve usted?
Un viaje tan largo, pues eso no cabe en la cabeza de nadie. Pero cuando Dios dice una cosa, lo que era imposible para los hombres, posible es para Dios; por lo tanto, Dios mueve, mueve todo de tal manera que se cumpla lo que Él dijo.
Entonces si movió aquel pez grande para llevar a Jonás, ahora movió a este gobernador o emperador, a este rey para que ordenase censo. Por lo tanto, como era orden de allá de Roma, todo el mundo para su sitio.
Entonces cuando llegó a Belén, fíjese, llegó a buen tiempo; y como era un tiempo de censo, era un tiempo como ese, pues el mesón estaba lleno, o sea, el hotel, o la casa de hospedaje estaban todas llenas. Imagínese todos los que vivían en diferentes lugares, que eran de allí pero que vivían en otro sitio, cuando llegaron pues no tenían casa; y tenían que ir por esos días para ese censo, y entonces se llenaron las casas de hospedaje. Pero siempre hay un lugar que Dios tiene proveído que nunca, nunca estará ocupado hasta que llegue el que lo tiene que ocupar.
Entonces, había un lugar señalado conforme a lo que era el que habría de nacer. El que habría de nacer era el Cordero de Dios; por lo tanto, entonces tenía que nacer conforme a Su símbolo. Entonces tuvo que llegar a allá, a un lugar donde había un hueco en un monte y ahí estaba el pesebre, y ahí estaba todo donde el ganado se reunía, entonces ahí estaban las ovejas, también los corderos, y allí entre corderos nació el Cordero de los corderos, ¿ve? Ahora cuan tremenda alegría sería para aquellos corderitos, aquellos primogénitos, cual alegría sería. Usted dice: “¿Por qué?” Porque si no hubiera nacido ese Cordero, después el resto de los hijos de esos corderos que estaban allí, y corderas, habrían de morir los primogénitos en el sacrificio de los corderos. Allí estaba el que ocuparía el lugar de los primogénitos.
Por lo tanto, nació en ese lugar; y entonces ¿a quién se le avisó? ¿A los sacerdotes, a los ministros? No sabemos que vino algún ministro a adorarle. Se le avisó a los que tenía que ver con ovejas; se le avisó a los pastores por una orden o una invitación personal enviada a través de los ángeles, ¿ve? Entonces, fueron hasta allá y vieron lo que estaba pasando; y contaban las maravillas de Dios y lo que el Ángel del Señor les había dicho a estos pastores; y ellos vieron conforme a lo que estaba prometido y adoraron al Señor.
Luego vinieron otros: los magos, ya a los 2 años, llegaron y encontraron también conforme a la Palabra, conforme a la Palabra que ellos habían leído y estaban viendo a esa Palabra, a esa Biblia (la primer Biblia, que es ¿qué? El zodíaco), ellos vieron estrella allá. Ahora la vieron y también le adoraron, y trajeron los regalos correctos: oro, incienso y mirra; oro identificándolo como Dios en carne humana: Dios hecho carne, como la divinidad.
Bueno, entonces, entramos que fíjese, los sacerdotes, el sumo pontífice y todas estas gentes, Dios no los llamo, ni les hizo saber nada. Entonces cuando los magos fueron allá a Jerusalén ¿qué pasó? Entraron a Jerusalén diciendo lo que ellos sabían y lo que estaban buscando, y entonces el rey se escandalizó; y entonces sabiendo que si otro rey había nacido, pues iba a haber problema; convocó a los doctores, convocó a los escribas, convocó a todos los conocedores y maestros de la Escritura, y entonces les dijo, les preguntó: “¿De dónde debe venir el Mesías? ¿De dónde debe salir?”. Entonces buscaron y leyeron que de Belén debía de salir.
Entonces estos magos salieron fuera y se encaminaron hacia Belén, y la estrella les siguió guiando.
Ahora vea usted que después de estos magos, de estos científicos haber dado esta noticia tan grande en Jerusalén, y el pueblo hebreo esperando el Mesías, pues oyen esa noticia tan grande ¿y qué pasa? Ni se movieron para ir a ver al Mesías. Oh, eran tan finos que ellos estaban esperando que el Mesías viniera donde ellos, ¿ve? Porque es que también había una Escritura donde decía que “el Mesías vendría a su templo”; lo que pasa fue que cuando vino ya estaba… cuando vino a el templo de Salomón ya estaba grande; cuando vino a los 8 días, vino al templo o a la sinagoga allá de Belén, ¿ve? Allá en Belén, allá al templo fue que llegó, entonces allí fue presentado; y aun siendo presentado Dios allí en carne humana, la Luz en carne, solamente le vieron ¿quiénes? Le vieron Simeón, un anciano-ministro, que estaba esperando la venida del Mesías y que Dios le había prometido que no moriría hasta que el Mesías apareciera.
¿Y sabe quién fue la otra persona que le vio allí? ¿A que no saben quién fue la otra persona que le vio? La otra persona que le vio fue una ciega, una ciega guiada y dirigida y viendo con los ojos del Espíritu Santo, llegó hasta donde estaba el Mesías en los brazos de María, lo tomó, lo bendijo y dijo esas cosas maravillosas que dijo de Él. Una ciega viendo al Mesías, y los que tenían ojos no lo veían; porque ver es entender o captar. ¿Ve usted?
Por eso también dice, hablando de otro grupo, dice: “Viendo, no ven; y oyendo, no oyen, para que se cumpla lo que dijo el profeta Isaías” [San Mateo 13:14].
Ahora vea usted, que no es la condición física la que realmente le ayuda a la persona para ver lo que Dios prometió cuando Él lo cumple, sino, que la cosa es acá en el alma, en el corazón; si usted tiene una interpretación personal o una interpretación que alguien haya dado de lo que Dios prometió, de seguro cuando venga lo que Dios prometió usted no lo va a ver, a menos que eché a un lado esa otra interpretación. ¿Por qué? Porque usted no puede recibir la interpretación que Dios le da y la interpretación que el intelecto humano le da, ya sea el intelecto humano suyo o de cualquier ministro.
Por lo tanto, entonces cuando tenemos ya una interpretación de la forma en que Dios debe hacer las cosas, hay que echarla a un lado para poder recibir la de Dios.
Vemos que la Biblia decía: “De Belén”, y salió de Belén; pero también la Biblia decía: “De Egipto llamé a mi hijo” [Oseas 11:1], y ¿qué pasó? Entonces Herodes mandó a matar a todos los niños de 2 años para abajo, y el Ángel del Señor le dice: “Vete a Egipto porque están buscando al niño para matarlo”; se fue a Egipto y entonces después que murió Herodes el Ángel le volvió a aparecer y le dijo: “Ahora regresa allá a Galilea, por allá a Nazaret, porque ya los que buscaban al niño, el que buscaba para matarlo ya murió”. ¡Adiós! ¿No lo mandó para Belén?
Es que todas las Escrituras que están habladas tienen que cumplirse. Dijo: “De Belén”, tenía que nacer de Belén, después dijo que lo llamaría de Egipto… y la Escritura tiene múltiples cumplimientos, entonces dijo que lo llamaría de Egipto a Su hijo, y como Israel era Su hijo y Jesús era Su hijo, también de Egipto llamó a Jesús. Entonces también estaba prometido que sería Nazareno, por lo tanto, entonces se dejaría el pelo largo y no tomaría sidra, por lo tanto, tenía que salir después o estar y criarse en Nazaret, entonces era un Nazareno, ¿ve? Entonces fíjese, de tantos sitios a la misma vez.
Ahora la gente con su mente intelectual solamente veían que era de Nazaret, pero no veían que nació en Belén y salió de Belén, y que después vino a Egipto cumpliendo ¿qué? Todo lo que estaba escrito de Él. Aún después cuando tuvo que ir por allá por Zabulón, entonces al otro lado del río para anunciarles la Palabra, el Evangelio, allá a los que estaban a la otra parte, tuvo que irse allá también en una ocasión para que se cumpliese lo que fue dicho por el Profeta Isaías ¿qué? “El pueblo asentado en tinieblas luz les resplandeció” [Isaías 9:2]. Y cuando apareció Jesús entre ellos era la Luz resplandeciéndole a ellos allí. ¿Ve usted?
¿Por qué? Porque Dios es Luz, y cuando Dios está en carne humana velado y luego se está revelando a través de carne humana, es la Luz alumbrando ¿a quién? A los hijos de la Luz. Entonces encontramos que si es la Luz, entonces es para alumbrar.
Ahora recuerde que cuando se rechaza a Dios en la forma que Él se manifiesta, cuando Él lo hace, se está rechazando la Luz, se está rechazando a Dios; no se está rechazando el velo de carne, porque el velo de carne nunca tiene que ver nada con lo que Dios está haciendo; el velo de carne solamente es un instrumento escogido de Dios desde antes de la fundación del mundo para ese propósito, y él entonces como hombre se rinde al propósito de Dios y Dios es el que lleva a cabo la obra que es hecha.
Entonces muchas personas miran y ven a un hombre haciendo las cosas; pero el que es de Dios, el que es predestinado mira a través del velo de carne y ve a Dios obrando a través de carne, y no tropieza en el velo de carne; pues siempre que la Palabra está revelada, estará velada en carne humana. Entiendan ustedes bien eso, para que nunca ustedes vayan a tener el mismo problema que tuvieron allá en aquellos tiempos, en los cuales esperando lo que Dios prometió, Dios lo cumplió y lo rechazaron porque no vino de la manera que ellos lo estaban esperando.
Ahora la contestación nuestra para ellos sería: ¿y para qué se pusieron a esperarlo de la manera incorrecta? ¿Para qué no esperaron que Dios interpretará eso y lo cumpliera? Entonces vemos que los pobres, los niños que no saben interpretar nada pues como no tenían ninguna interpretación, cuando lo vieron interpretado, cumplido pues le dijeron “Amén” al cumplimiento de lo que Dios prometió.
Eso es muy importante siempre… [CORTE DE AUDIO @33:51]...
…para que el tiempo Dios tiene promesa las cuales Él cumple, y la única forma de vida ¿cuál es? “El que oye mi Palabra tiene vida eterna” [San Juan 5:24]. Para cada tiempo, para cada edad, para cada dispensación hay Palabra de Dios para Dios cumplirla; oírla, recibirla es recibir vida; rechazarla es rechazar la vida; entonces si uno rechaza la vida entonces lo que obtiene es ¿qué? Muerte.
Entonces, siempre la gente miran para atrás y le da gloria a Dios por lo que hizo y se quedan disfrutando, gozándose en lo que Dios hizo para otra gente; y mire lo que Dios va a hacer: “Oh cuando Dios haga eso tan tremendo”, mire, cuando Dios cumpla eso que Él ha prometido, eso será una cosa tremenda. “¿Y el instrumento?” (¡je!). El instrumento eso será, eso será algo tremendo; eso debe ser el hombre preparado e importante de la Tierra. Y de seguro que será con la gente más importante.
Y se ponen a esperar que Dios cumpla lo que Él prometió allá entre la gente grande y con los ministros o instrumentos grandes; y Él viene y cumple lo que Él prometió, y la gente ni se dan cuenta: “No, eso es un bonche de fanáticos; eso es… ese Jesús de Nazaret, si ése es de Nazaret, de allá. Mire, y la historia nos han contado la historia de Él, y quiénes lo conocen bien son los de allá de Nazaret, y nos han dicho quién es Él; nos han dicho la historia negra que tiene”. “Nadie es profeta en su tierra”. Los más mal que hablan de un profeta son ¿quiénes? Aquellos en donde ese profeta se ha criado, ha crecido y se ha desarrollado como un hombre normal. Porque eso es lo grande de todo: que los profetas de Dios son hombres normales, hombres que son iguales que los demás hombres, pero que la única diferencia es que han sido escogidos y predestinados desde antes de la fundación del mundo para ese ministerio; y que cuándo empiezan en el ministerio, entonces ellos se identifican con lo que está prometido para ese día en que ellos viven. Ellos no pueden negar lo que Dios prometió ese tiempo. ¿Ve usted?
Entonces, se identifican con el Mensaje de la hora en que viven, y entonces el Mensaje y el Mensajero vienen a ser ¿qué? Una sola cosa.
Entonces, vemos que todos esperaban al Mesías en Su Primera Venida, y cuando vino ¿cuántos le recibieron? Mire, realmente le recibieron 120. ¿Por qué? Porque 120 fueron los que recibieron de Él lo que Él prometió. Después los otros se estaban lamentando. Cuando entonces en el Día de Pentecostés Pedro les dijo lo que habían hecho, entonces estaban lamentándose, fueron compungidos de corazón: “Y varones hermanos (asustados) ¿qué haremos ahora para ser salvos?” Estaban perdidos, habían rechazado al Mesías, lo habían matado al que estaban esperando, y ahora estaban muy preocupados: “¿Qué haremos ahora?” Después que se fue a través de la predicación de un hombre ungido, a través de la predicación del mismo que crucificaron, pero ahora en otro velo de carne, a través de la predicación de ese Dios Todopoderoso en otro velo de carne, fue que pudieron darse cuenta de lo que había pasado. ¿Ve?
Después que vieron ¿qué? Los lamentos y las excusas: “¿Qué haremos ahora?” Y gracias al Señor que hubo un grupo que supo lo que había rechazado; pero el resto, la mayoría, los grandes empezaron a perseguir a ese grupito y a matar a todos los que podían matar, porque creían que era un grupo fanático así como el fundador de ese grupo: Jesús, ¿ve?
Entonces encontraba que era un presuntuoso, que era uno que estaba haciéndose grande entre ellos, pero no; era el Grande que se había hecho pequeño entre ellos, y por eso era que no lo podían ver, porque estaba en tanta simplicidad, había bajado tanto que era más pequeño que el ministro más pequeño. El ministro más pequeño de los levitas, el que más o el que menos había estudiado bastante, aunque fuera poco. Pero Jesús: “A ninguno de nuestros seminarios ha ido”. Así que, la gente decía después: “¿Y de dónde saca Él estas cosas? ¿las sacará de la cabeza o de dónde la saca?”. ¿Ve?
Así que el ministerio que tuvo el Señor en Su Primera Venida no crean que fue un ministerio en el cual las cosas fueron color de rosa. No; fue un ministerio en el cual hubo una lucha tan tremenda: el grupo que no podía creer, inspirado por el diablo, contradiciendo todo lo que Dios había cumpliendo; y Dios a través de carne humana velado ahí, identificándose con todas las Escrituras que estaban prometidas para este tiempo, y diciéndoles que en Él estaban cumplidas. ¿Ve usted?
Entonces fíjese, en una ocasión le dicen: “Mira (los líderes religiosos) ... Mira, si Tú eres el Mesías, si Tú eres el Cristo, dínoslo ya no y nos turbe más el alma” [San Juan 10:24]. Una cosa si, la Palabra a través de carne así, y era que aunque ellos no podían creer, estaban turbados en su interior; las apariencias era que todo estaba bien, pero en su interior ellos mismos lo confiesan: “No nos turbes más el alma”. Estaban turbados en su interior; pero estaban tropezando en el velo de carne con la simplicidad de ese velo de carne; un joven allá carpintero o ebanista, sin haber ido a la escuela, los seminarios, que eso sea el cumplimiento de la Primera Venida del Señor: “Pero si nosotros le estamos esperando como Rey, lo estamos esperando como el poderoso para que nos venga a libertar aquí de estos romanos que nos tienen aquí en esta situación de cautiverio, nos tienen aquí esclavizados. Nosotros no estamos esperando un Mesías como este. Estamos esperando un Mesías que viene como dice la Escritura, ahí con una espada poderosa, que viene para destruir (porque estaba también escrito que Él venía para destruir)”, pero eso era para la Segunda Venida.
Entonces, vea usted, los intérpretes, intelectuales, cómo cogieron y tomaron la Primera Venida y la Segunda Venida y le dieron una torcida ahí, y malinterpretaron lo que Dios había prometido. Estaban esperando como un Rey, como un guerrero, y vino como un Cordero; estaban esperando como León, vino como Cordero.
Ahora ¿qué pasa? Los gentiles le están esperando ¿cómo? Como un Corderito, y aparece como un León. ¿Ve usted?
Ahora, por eso es que en este tiempo que estamos, cuando Él se dé a conocer a los hebreos, Él se dará a conocer como un León, Rey de reyes y Señor de señores, como el Hijo de David; entonces ellos dirán: “¡Gloria al Señor! Vino el Mesías, vino el que estábamos esperando. Pasaron 2800 años desde que el profeta Isaías lo dijo, pero se cumplió”. Y cuando Él aparezca Él les dirá: “Pero eso es en mi Segunda Venida; en mi Primera me rechazaron. Ahora lo que ustedes están viendo es la Segunda”. ¿Ve usted?
Porque Él les contará de la Segunda pero también les contará de la Primera. Así que ellos sabrán la historia completa.
Ahora vemos entonces, que realmente los gentiles están en la misma condición en que estaban los hebreos: cegados. No venían la Primera venida del Mesías. Ahora los gentiles están cegados… [CORTE DE AUDIO @42:45]...
…está loca, tiene su propias interpretaciones, no tiene necesidad de nada, pues ella tiene interpretación; no necesita que el Mesías en Su Segunda Venida venga y se identifique con Isaías 61, y nos diga: “Hoy se ha cumplido esta Escritura ante vuestros ojos”.
- “No quiero saber nada de eso”.
No quiere saber nada de eso, pero aunque no lo quiera saber, el Mesías en Su Segunda Venida Él se identificará con Isaías 61, verso 2: segunda parte. ¿Por qué? Porque eso es en Su Segunda Venida.
¿Lo cree usted que Él lo cumplirá en Su Segunda Venida, y cree usted que Él se identificará con eso en Su Segunda Venida y nos hará entender claramente que hoy se cumplido esa Escritura? Ahora, ¿cuántos saben de Su Segunda Venida? ¿Cuántos saben que Él vendrá como León? Oh, entonces sí lo sabemos, no podemos estar esperando que aparezca el Mesías como un corderito; tiene que venir como un León rugiendo; y cuando viene como un León rugiendo, cuando Ángel Fuerte desciende del Cielo y clama a Gran Voz, clama como cuando un León ruge; y cuando hubo clamado Siete Truenos emitieron sus voces.
Así que, viene tronando, viene como León y viene tronando.
Por lo tanto, entonces si usted tiene alguna interpretación personal con relación a la Segunda Venida o la interpretación que haya oído de cualquier ministro, póngala a un lado y espera la interpretación de Dios, si es que todavía no la tiene, y quédese con la interpretación de Dios; yo me quedo con la de Dios. Nosotros los ministros nos quedamos con lo de Dios; y cuando se cumpla, entonces diremos: “¡Amén! ¡yo lo creo, yo lo recibo! y que se encarne esa Palabra en mi corazón”.
Ahora, vean ustedes la importancia de la Segunda Venida, porque cumplirá Isaías 61: la segunda parte, en Su Segunda Venida. Por lo tanto, nos conviene entonces saber cómo está prometido que Él ha de venir.
Sabemos que ha de venir como un León: una. Ahora vamos a ver cómo ha de venir para que no se nos pase por alto; porque cuando venga, vendrá cumpliendo Isaías 61, verso 2: segunda parte. Dice:
“Y los Apóstoles vieron eso: El orden de Su Segunda Venida. Ellos lo vieron transfigurado allí en el Monte. Ellos lo vieron transfigurado allí en el monte. Su vestido era resplandecientemente blanco, y Su rostro brilló como el sol en su cenit”.
¿Ve? Brilló como el sol, así que viene en Su Segunda Venida ¿cómo? Como el Sol de justicia, entonces dice… y viene ¿dónde? En la cima del monte; ahí tenemos la cima del Monte de Sión.
“Y cuando apareció (y recuerde ese es el orden de Su Segunda Venida) ... Y cuando Él apareció, allí estaba Moisés y Elías. Uno a cada lado, así es exactamente como es que vendrá”.
¿Cómo es que viene otra vez? Con Elías y Moisés, uno a cada lado.
“... en verdad…”
¿Y quién vendrá primero de los dos, porque no tiene dos profetas mayores a la misma vez?
“En verdad, Elías vendrá primero y convertirá los corazones de los hijos de vuelta a la doctrina apostólica de la Palabra de los padres”.
Ahora, ya usted puede ver el orden de la Segunda Venida del Señor. Él cuando aparezca, cuando aparezca el Señor en Su Segunda Venida y lo veamos, cuando le veamos a quien veremos será a Elías; y cuando se vaya Elías, entonces veremos a Moisés. ¿Y dónde está el Señor? Pues está en Elías, y después que termina en Elías, estará en Moisés, porque así es como Él viene en Elías y en Moisés.
Ya vino en Jesús en aquel, allá en Su Primera Venida, pero ahora no viene en Jesús, no en aquel mismo velo de carne, sino que ahora viene en otros dos velos de carne: en Elías primero y en Moisés después; porque ese es el orden de Su Segunda Venida.
¿Quién puede impedir que Él cumpla Su Venida en Moisés y Elías viniendo con Moisés y viniendo con Elías? No hay ser humano aquí en la Tierra que pueda impedirlo; Él cumple lo que Él prometió.
Él prometió que descendería del Cielo, ha prometido que el mismo Señor descendería del Cielo con ¿qué? Aclamación, Voz de Arcángel y Trompeta de Dios, el mismo Señor; Él dijo que Él descendería del Cielo. Lo que pasa es que están esperando que venga con el mismo cuerpo que vino la Primera vez; pero Él ahora viene en este tiempo con Elías y Moisés; no viene con Jesús de Nazaret, viene con Elías y Moisés. En palabras más claras: viene con Elías y Moisés.
Bueno, usted sabrá, cuando aparezca usted sabrá los nombres de ellos, ¿ve? Porque Elías no tendrá por nombre Elías, sino que ese es el espíritu ministerial; y Moisés no tendrá el nombre Moisés, ¿ve? Porque aun Dios, hasta en eso, esconde, esconde todo en tal simplicidad… fíjese, cuando apareció, fíjese estaba anunciado que Jehová vendría, estaba anunciado que Dios enviaría el precursor de la Primera Venida, el cual le prepararía el camino ¿a quién? A Jehová. Y cuando apareció no se llamaba Jehová, se llamaba Jesús. ¿Ve usted?
Así que cuando Jesús aparece por Segunda vez en Su Segunda Venida, no vendrá usando el Nombre de Su Primera Venida, vendrá usando el Nombre Nuevo que recibió y vendrá usando el Nombre ése en Su Segunda Venida. Entonces, en Su Segunda Venida lo trae puesto en Elías y después Moisés viene proclamando el Nombre de Dios.
Entonces, fíjese ¿dónde está dicho que Jesucristo descendería del Cielo? San Pablo lo dijo; pero en el Antiguo Testamento también está dicho. ¿Dónde? Vamos a verlo: página 152, párrafo 1352 del libro de Citas, dice:
“1352 - “En Malaquías 4 El dijo que Jesucristo descendería y Se personificaría a Sí Mismo en carne humana…”.
¿Ve usted dónde está dicho que Jesucristo descendería? En el Antiguo Testamento, Malaquías 4 lo dice.
Ahora, ahí habla de ¿qué? De la Segunda Venida del Señor. Y como hemos venido estudiando en los mensajes anteriores, en Malaquías 4 está la Segunda Venida completa: está Moisés y Elías; lo hemos visto. Por lo tanto, entonces vemos la forma en que el Señor vendrá en su Segunda Venida.
Entonces, vamos a ver si cuando vino en Elías se identificó con Isaías 61. Página 31 [28] del mensaje titulado Hoy Se ha Cumplido Esta Escritura dice:
“166. (...) Hoy se ha cumplido esta Escritura: La señal de Sodoma, la señal de la Súper-Simiente, la señal de la iglesia natural. EN VUESTRO MEDIO! ¿Lo creen? ¿Lo aceptan a El en este momento como su Salvador y Sanador? Pónganse de pie todos y digan: ‘Yo acepto mi sanidad; yo lo acepto como mi Salvador y mi Rey.’ (como Hijo de David). Todos de pie.
167. Hoy se ha cumplido ... Escuchen amigos: El leyó la Escritura, devolvió la Biblia al sacerdote, y luego, dice la Biblia, ‘todos los ojos del pueblo estaban fijados en El.’ Entonces El les miró y dijo: ‘Hoy se ha cumplido esta Escritura.’
168. Yo les he leído las Escrituras mostrándoles más de una docena de evidencias de que estamos viviendo en los últimos días, la generación que verá a Jesucristo volver a la tierra”.
…[CORTE DE AUDIOS @52:33]... allí lo podemos ver con Moisés y Elías. ¿Y allí estaba ¿quién? Elías.
“...la generación que verá a Jesucristo volver a la tierra.
Y esta noche les digo de nuevo: HOY SE HA CUMPLIDO ESTA ESCRITURA ANTE VUESTROS OJOS. Uds. allá en Tucson, en California, en Nueva York y demás lugares a través de esta línea telefónica, ANTE VUESTROS OJOS. Gocémonos y alegrémonos porque las Bodas del Cordero están por venir y Su Novia se ha aparejado!”.
¿Dónde el Señor lo hizo? En donde se crio. ¿Dónde lo hizo el Señor nuevamente a través de Elías? En donde se crio: Jeffersonville, Indiana; déjeme ver… predicado el 19 de febrero 1965 en Jeffersonville, Indiana: Hoy Se Ha Cumplido Esta Escritura.
Ahora vea usted que esto no fue un mensaje que él se inventó, esto fue que cuando el predicó el mensaje Dolores De Parto allá en otro lugar, entonces el Señor después le habló con relación al caso del Señor cuando él fue y leyó esa Escritura de Isaías 61, y después dijo: “Hoy se ha cumplido esta escritura”, y después como él venía para Jeffersonville, Indiana, vino a su casa, a su templo, a su tabernáculo, a donde se crio, donde todos los conocían, donde todos lo conocían cuando era joven como un muchacho que se pasaba por el río nadando pescando, como uno que se pasaba también cazando, le conocieron desde pequeño; allí donde se crio y donde Dios lo …[CORTE DE AUDIO @54:28]... allí mismo vino y todos le conocían; y le dice: “Hoy se ha cumplido esta escritura ante vuestros ojos”. ¿Cuál Escritura? La Escritura de la Segunda Venida del Señor en carne humana en Elías.
Entonces lo único que faltaría sería ¿qué? La otra parte de la Segunda Venida, porque la Segunda Venida tiene dos partes, dos partes tiene la Segunda Venida; y lo hizo en la Primera Venida y en la primera parte de la Segunda Venida, oh cuando venga el Moisés, realmente veremos y nos daremos cuenta que hoy se ha cumplido esta Escritura ante vuestros ojos. ¿Por qué? Porque estará nuevamente frente a nosotros en carne humana y se identificará con Isaías 61. ¿Por qué? Porque él dijo que regresaría. Vino en Elías y estando en Elías dijo: “Yo vuelvo a recorrer este camino otra vez”, dijo: “Yo lo recorreré nuevamente” [Citas pág. 166, pr.1485].
Entonces, el Señor en Su Segunda Venida lo recorrió en Elías y lo recorrería en Moisés.
Entonces, encontramos que no deberíamos tropezar cuando se cumpla la otra parte de la Segunda Venida en Moisés por causa de que es una promesa de parte de Dios. Él la cumplirá conforme a como Él lo prometió; y cuando lo cumpla, Él dijo: “Te veré”, ¿dónde? Entonces, realmente nos volveremos a ver, a verlo a Él; no miraremos o veremos el velo de carne, sino el que está detrás; y entonces veremos al que dijo que regresaría, lo veremos regresado y lo veremos identificándose Él con ¿qué? Con lo que Él prometió.
Él dijo: “Yo volveré a recorrer esta senda una vez más”. Si Él lo dijo, Él es poderoso para cumplirlo.
Él también nos prometió que Él volvería a ministrar; y Él lo prometió, pues Él tiene que cumplir lo que Él prometió. Si no lo cumple, entonces pues no era Dios hablando, sino qué era el hermano Branham hablando. Pero Él dice: “¡Cuidado! no le quiten ni le añadan a mis palabras; no le quiten ni le añadan, porque no soy yo el que habla, sino que es Él. Ustedes oyen mi voz, pero ése no soy yo”. Por lo tanto, si fue él el que habló, entonces tenemos que saber que Él va a cumplir esa Palabra nuevamente.
Si Él la va a cumplir, tenemos que estar vigilando para cuando llegue ese tiempo, porque entonces Él que es la Palabra, la Palabra vendrá y se velará en carne humana; porque donde esté la Palabra estará velada en carne humana. Pero será tan sencillo, tan humilde todo, que encontraremos así como la primera parte de la Segunda Venida lo encontramos en tanta humildad y en sencillez, un velo de carne sencillo y humilde, y todavía en donde vino y los que le conocieron, todavía no saben lo que ha pasado.
Pero ahora es que nosotros sabemos realmente lo que ha pasado. Sabemos que el Hijo del Hombre es el Hijo de David; pero allá no le conocen como Hijo de David. ¿Ve usted?
Entonces ve usted que hay que tener mucho cuidado siempre por causa de que cuando Él cumple Su Palabra en el país, nación o pueblo en que Él la cumple, como es tan sencilla la forma en que él la cumple, y el velo de carne en que él lo cumple, entonces cuando oímos nuevamente a Dios identificándose con la Palabra que Él prometió, pues algunas veces hasta nos podemos rascar la cabeza y decir: “Pero es imposible, ¿cómo puede ser una cosa tan grande así en forma tan sencilla? Yo esperaba que fuera en una forma grande”. Si fuera en una forma grande, pues entonces lo que se manifestaría no sería Dios; porque Dios obra y se manifiesta en simplicidad.
Entonces, encontramos que el velo de carne en donde Dios cumple lo que Él prometió es en donde podemos tropezar si no miramos a través del velo o velo adentro para ver lo que está ahí dentro cumpliéndose; porque lo que realmente es genuino tiene que estar identificado con la Palabra o por la Palabra escrita.
Entonces, fíjese, hemos tenido un sin número de años, dos o tres años hablando de las cosas que Dios ha prometido que ha de hacer para este tiempo; hemos estado viendo que Dios nos prometió aquí, y son promesas que Él cumple… Él dijo aquí en la página 482 y 483, él dijo:
“195. Entonces encontramos que nos ha sido abierto el Sexto Sello, y lo vemos. Sabemos que el Séptimo Sello no puede ser abierto al público hasta que llegue esa hora”.
Hay una hora en la cual el Séptimo Sello será abierto al público. ¿Qué es el Séptimo Sello? La Segunda Venida del Señor, la Segunda Venida del Señor. Cuando llegue esa hora, será abierto al público; cuando sea abierto al público es porque ha llegado esa hora. Cuando sea abierto al público ¿qué? La Segunda Venida del Señor: cuándo viene y cómo viene, ¿ve? ¿Cómo viene? Pues con Elías y Moisés. Ya se había hecho antes, se sabía que era así y estaba ahí; era una promesa pero no estaba abierta al público. dice:
“Ahora, hubo alguna razón por la cual Dios permitió la declaración de estos Siete Truenos, porque tiene que venir. Hallamos que Cristo, el Cordero, tomó el Libro en Su mano y abrió el Séptimo Sello, pero es un misterio escondido (lo abrió, pero es un misterio escondido ¿ve? que nadie lo entendía), nadie lo conoce (ahí está); y eso cuadra exactamente con lo que Él dijo, que nadie conocería cuándo sería Su Venida. Tampoco conocerían nada acerca de este misterio de los Siete Truenos. Entonces esas dos cosas están unidas, de eso ya tenemos conocimiento, porque lo demás nos ha sido abierto, pero esto no. Pero sentado allá en el cuarto, vi esto abrirse y mostrar estos Siete Truenos. Ahora no más hasta allí podemos llegar”.
Ahora quiero leerles un poquito más abajo, para no leer tanto. Dice:
“199. Está hablando de Israel en su propia patria. Pero, ¿notaron que Él no habla nada de la revelación de este Séptimo Sello; y también acá en Apocalipsis, en la apertura de los Sellos, también lo omitió? Vemos, pues, que es un misterio por completo, y la hora todavía no ha llegado para que se diera a conocer este misterio. Hemos llegado hasta aquí, y lo demás nos será dado allí: en el tiempo cuando aparezca Jesús nuevamente sobre la Tierra para llamar a Su Novia…”.
Oh pero, ¿y no estaba en Elías? Sí estaba en Elías, pero regresaría después en Moisés; porque ese es el orden de Su Segunda Venida.
Entonces cuando estaba en Elías no fue permitido darse a conocer el misterio de la Segunda Venida en público, ¿ve? Y por más que hablara y citara las Escrituras, y lo mostrará por las Escrituras, nadie lo podía entender.
¿No se lo habló claro ahí donde dice que en Malaquías 4 está donde el señor descendería y se personificaría en carne humana? ¿Pero lo entendieron? No entendieron el orden de Su Segunda Venida.
Pero Él cuando regrese para llevar a Su Novia, ¿para qué viene? Para llevar a Su Novia. ¿Cuándo? Cuando regrese de nuevo, cuando regrese en Moisés; cuando vino en Elías, vino para restaurar; cuando regrese en Moisés viene para llevarse a los escogidos. ¿Y cómo se los va a llevar? Dice que no podemos hacer el rapto sin la Palabra. ¿Ve?
Entonces, Él es la Palabra, por lo tanto, Él tiene que venir, velarse en carne humana y entonces a través de carne humana expresarse, convertirse en ¿qué? En el Mensaje de la hora, y entonces cuando nosotros lo recibimos, estamos recibiendo a Cristo, y entonces se puede encarnar en nosotros y entonces nos convertimos en ¿qué? En la Palabra hecha carne.
Entonces al convertirnos en la Palabra hecha carne, entonces luego podemos ser trasladados literalmente también, porque Él lo que viene a buscar es ¿a quién? Él dijo que vendría a buscar ¿a quién? Vendrá en ¿qué? Y os tomará ¿a quién?... [CORTE DE AUDIO @1:05:46]... tiene que ser convertido en la Palabra, en Cristo. Y la única forma es que la Palabra se encarne usted; por lo tanto, tiene que venir, encarnarse en alguien, y será en Moisés, y a través de Moisés se expresa a través de la predicación. Y ese es ¿quién? Cristo en forma de Mensaje; y entonces al recibirlo, entonces se encarna en nosotros.
Entonces Él viene para buscarnos con Moisés; con Elías para restaurarnos. Después que nos restaura viene a buscarnos con Moisés.
Entonces cuando venga nuevamente, porque estaba en Elías, pero viene nuevamente con Moisés. Cuando venga nuevamente entonces ¿qué es lo que va a pasar? Hemos llegado hasta aquí y los demás: nos, nos, nos, nos. No es ‘no’, “nos será dado”; ah, nos va a dar algo. Los demás, oh, los demás, los que ellos quisieron saber allá, que trataron de buscar y no lo consiguieron; por ellos mismos no lo podían conseguir, porque lo demás nos sería dado en el regreso del Señor cuando regresará en Moisés. Entonces cuando regresara, pues ahí nos sería dado lo demás. Nos sería dado conocer públicamente el misterio del Séptimo Sello; y entonces sabríamos que el Séptimo Sello es la Segunda Venida del Señor en Elías y en Moisés como el León de la tribu de Judá para traer juicio.
Por eso es que usted ahí en Apocalipsis encuentra que Moisés y Elías, Apocalipsis 11 lo que trae es ¿qué? Para el mundo: juicio, ¿ve?
Entonces, entonces vemos que eso es una promesa que nos dio Dios a través de Elías y la cumplirá a través de Moisés. Cuando lo veamos cumplido, entonces sepamos que la Escritura nuevamente se ha cumplido; y podemos oír en nuestro corazón nuevamente por tercera vez: “Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros”.
Ahora vemos, fíjese, todo el mundo queriendo saber lo que los Truenos hablaron. ¿Qué hablaron los Truenos? Y los Truenos son la Voz de Dios; y al ser 7 es la Voz de Dios en Su plenitud. Y la Voz de Dios siempre está en la boca de los profetas, “porque no hará nada el Señor, sin que antes revele sus secretos a los siervos los profetas” [Amós 3:7].
¿No se dan cuenta que si Dios va a dar a conocer los Truenos, si los Truenos han de hablar y dar a conocer el misterio de la Segunda Venida del Señor, el misterio del Séptimo Sello, pues tiene que darlo a conocer a través de carne humana a través de un profeta? Y solamente hay una promesa de un profeta que ha de venir. Elías dijo que Moisés habría de venir. Eso es todo.
Entonces si Dios de hablar nuevamente, habló por Elías, y si a hablar nuevamente el que le queda será Moisés; porque ese es el orden de Su Segunda Venida.
Entonces los Truenos serán la Voz de Dios viniendo a través de Moisés. La Voz de Dios viniendo a través de Moisés nos dará a conocer públicamente la Segunda Venida del Señor; nos dará a conocer públicamente el misterio de la Segunda Venida del Señor, que es el misterio del Séptimo Sello, que es el misterio por lo cual el Cielo estuvo en silencio por casi media hora.
Cuando esos Truenos hablaron, cuando la Voz de Dios dio a conocer el misterio del Séptimo Sello, ¿qué pasó? Silencio en el Cielo por casi media hora.
Entonces, encontramos que también nos dice Dios que el Nombre Nuevo lo revelarán ¿quién? Los Truenos. Así que cuando los Truenos estén siendo oídos a través de carne humana, a través de Moisés, sabremos cuál es el Nombre, sabremos qué es el Séptimo Sello; o sea, conoceremos la venida del Señor; conoceremos la venida del Señor en Elías. No tropezaremos en el velo de carne que usó Dios, pero reconoceremos la Segunda Venida, la primer parte cumplida en Elías.
Por eso, fíjese, él sabiendo esas cosas, ya usted ve cómo él hablaba y ve usted lo sencillo, lo humilde que era él, ¿ve? Pero también vemos lo fuerte que fue y lo claro que fue identificándose con la Palabra que tenía que identificarse.
Nos dice como hizo Jesús allá cuándo llegó a Su tierra, a donde se crio, allí fue… fíjese donde nadie es profeta, donde no reciben profeta es ¿dónde? En la tierra, en el pueblo o en el lugar donde se cría, porque le conocen: “¿Tú profeta? ¿Tú el Mesías? ¿Tú el Ungido? Si te conocemos, ¿cuántas veces irías al río, cuántas veces estarías en el río bañándote como los demás muchachos, jugando y todas esas cosas?” ¿Ve?
Entonces, allá se identificó públicamente en Su tierra donde se crio, de donde todos creían que Él era, ¿ve?
Entonces, ¿ve usted que no tuvo temor, no tuvo miedo? Él estaba hablando la verdad; se escandalizaron, y los más que se escandalizan siempre son los que conocen, los que conocen a la persona que se identifica con la Palabra para esa hora.
Así también hizo el Señor en Su Segunda Venida en Elías; allí en su propia tierra, en su propio lugar: Jeffersonville, donde se crio, donde pescó, donde nadó, donde se pasaba los bosques y por todo sitio como muchacho, y allí se crio, creció; dice que se pasaba lapachando en aquella área donde es el tabernáculo; dice que aquello era un sitio donde se inundaba mucho, dice que todo el agua de allí se iba para allí. Entonces por allí se pasaba lapachando, los que conocen de campo… bueno, en el campo los muchachos cuando llueve, es tiempo de fiesta, se van a correr (ya casi no los dejan) pero se iban a correr alrededor de la casa, y usted sabe que del zinc caen esas gotas por cada canal y por ahí corriendo, y eso es una fiesta, y la lapachando por todo el agua no piensan que se pueden enfermar, ¿ve? Porque eso es una fiesta para los muchachos; y ven un bache…
Bueno, ustedes han visto cuando aquí se inunda un poco, usted si suelta a los muchachos se van a lapachar allí, ver el agua brincar y mojarse, y para ellos eso es una fiesta. Bueno, así dice el Hermano Branham que él se pasaba lapachando por allí también, corriendo como los demás muchachos. Pero allí mismo fue donde Dios moró en ese velo de carne; y allí mismo en esa área tuvo que pararse, y Dios a través de él identificarse ¿cómo? Identificarse en Su Segunda Venida en ese velo de carne.
Oh cómo será cuando aparezca Moisés. Será todo tan sencillo, será todo tan simple, que podríamos tropezar con la sencillez del Plan de Dios.
Si tropezaron en la Primera Venida, si tropezaron aún en la Segunda Venida en Elías, ¿no tropezaron las religiones? ¿No tropezaron los pentecostales? ¿Aún no tropezaron muchos que le conocían? Es más, el hermano Branham dice: “Esto apartará de mí 10.000 de un lado, echará de mis amigos; miles de un lado se apartarán de mí”, ¿ve? ¿Por qué? Porque al venir la identificación de la Segunda Venida en él. ¿Y qué podía hacer él? Cada día era más sencillo, más humilde, pero no podía cerrar la boca para impedir que Dios hablara por él y que identificara lo que estaba pasando.
Porque la gente dicen… mire, si no se habla, la gente dice: “Bueno, es que no habla, ¿y cómo vamos a saber si no dicen lo que está pasando?” ¿Ve? Pero hay otro que si habla dicen: “Bueno, y que si se quedará callado, pues uno se daría cuenta; pero si se pone a hablar…” pues es que como se va a dar cuenta una persona de lo que está pasando si Dios no los da a conocer; y para darlo a conocer lo tiene que dar a conocer a través de carne humana y hablarlo; porque es el tiempo de la Palabra hablaba. De otra manera usted se estaría imaginando las cosas; y usted no puede basar su fe, su forma de creer en una imaginación suya. Su forma de creer tiene que estar basada en lo que dice la Palabra, y lo que dice la palabra tiene que ser traído a través de carne humana.
Entonces Dios lo trajo en Su Primera Venida, lo identificó; lo trajo en Su Segunda Venida en Elías y se identificó Dios allí en ese velo de carne; y se identificará claramente en este tiempo en que estamos viviendo cuando aparezca en Moisés.
Nosotros, si somos entendidos le conoceremos por las obras que está supuesto a hacer. ¿Eso no fue lo que le dijo el Señor a la gente? “¿Quién de ustedes me condena o me acusa de pecado? ¿Ah? ¿De incredulidad? ¿Cuál de las cosas que están dichas que yo haría o que el Mesías haría cuando viniera, cuál de ellas no he hecho yo? ¿Ah? Si no creen en mí, crean en las obras?” Dese cuenta que esas son las obras de la Primera Venida del Señor. Entonces: “No estén tropezando en el velo; si no creen en mí, mire, no soy yo el que hace las obras, es Él que está en mí, Él es el que hace las obras”. El hijo nada hace sino lo que ve hacer del Padre, ¿ve? Entonces Él no hacía nada por sí mismo.
Ahora entonces tenemos que saber qué cosas Dios ha prometido que Él va a hacer cuando Él venga en Su Segunda Venida en Moisés. Las cosas que no hizo a través de Elías las hará a través de Moisés.
Entonces, Él ha de hacerlo, y cuando lo veamos, eso será el cumplimiento de la segunda parte de la Segunda Venida del Señor.
Entonces, todo será tan sencillo, que para no tropezar lo que tenemos que ver es ¿qué? La promesa y el cumplimiento de esa promesa; y no tropezar en el velo de carne en donde Dios cumpla todo eso que Él ha prometido.
¿Ha prometido que el Séptimo Sello sería dado a conocer públicamente? ¿Ha prometido que el Nombre Nuevo los Truenos lo darían a conocer? ¿Ha prometido que nos daría la fe para el rapto? ¿Ha prometido que produciría una resurrección espiritual? ¿Ha prometido todas las cosas que vemos que habló Dios a través de Su Santo Profeta en el cual cumplió Su primera parte de Su Segunda Venida en Elías? ¿Ha visto todo lo que Él prometió? Pues sí lo ha visto, cuando usted vea eso cumplido, no es un hombre, sino un poder resurrectivo dejándonos ver todas las cosas que Él prometió que habría de dejarnos ver o darnos a conocer.
Mire lo que dice aquí en la página 46 [43] del mensaje titulado Ya Ha Salido El Sol, dice:
“310 El Poder vivificador nos permite ver Su Venida. El Poder vivificador nos arrebató de la muerte a la Vida. El Poder vivificador da discernimiento para saber lo que anda mal en uno y lo que uno tiene que hacer; y para saber lo que uno hizo, y lo que no debió haber hecho; y lo que debió haber hecho…”.
Ahora fíjese, cuando podemos ver la venida del Señor, que es con Elías y Moisés, cuando la podemos ver, no esté diciendo usted que usted la puede ver porque usted conoce mucho del mensaje o porque usted estudia mucho o porque usted es muy espiritual. Aquí dice:
“El Poder vivificador nos permite ver Su Venida”.
Es el Poder vivificador que nos permite ver Su Venida cuando se manifiesta a través de carne humana y nos da a conocer Su Segunda Venida con Elías primero y con Moisés después. Y nos da a conocer el Nombre Nuevo de Él y nos da a conocer el misterio de los Truenos; porque los Truenos es la Voz de Dios que nos da a conocer todo eso.
Entonces vemos nosotros que el Señor en Su Primera Venida, Él dijo: “Porque me ungió el Señor” [Isaías 61:1; San Lucas 4:18]. Él sabía que estaba ungido, Él sabía que había sido ungido; y cuando fue bautizado allí fue ungido para ese ministerio, y fue desarrollado… [CORTE DE AUDIO @1:19:59]... no tenía miedo, Él sabía de lo que estaba hablando y Él sabía que tenía la verdadera unción y que Él era el verdadero Ungido, y el Ungido es ¿qué? El Mesías. ¿Ve usted?
Entonces, sabemos también que Elías fue ungido. ¿Cree usted que él fue ungido? Entonces fue ungido y fue enviado como ¿qué? Como el Prometido. Entonces si fue ungido y fue enviado como el Prometido… ¿y qué es el Prometido? El Prometido es el Mesías, es el Señor viniendo en Su Segunda Venida.
Entonces, mire lo que dice aquí en la página 6 del mensaje titulado Poniéndonos Al Lado de Jesús (página 6); y también encontramos… déjeme ver por aquí, déjeme buscarlo por aquí en este otro mensaje, se lo voy a leer. Dice:
“Ahora, lo que yo pienso de eso allá, si aquel Ángel que me dijo aquellas palabras, dijo: “Así como Juan el Bautista fue enviado para precursar la Primera Venida de Cristo (¿ven?), tu Mensaje” Yo iba a llevar este Mensaje el cual precursaría la Segunda Venida de Cristo”.
Ahora recuerde que él vino primero como precursor, después que vino como precursor, entonces aparecería ¿qué? El Mesías, el Señor en Su Segunda Venida. ¿Y cómo aparecía? En Él mismo.
“Yo iba a llevar este Mensaje el cual precursaría la Segunda Venida de Cristo. Bien, si esto ha sido eso, entonces estamos muy, muy cerca, hermanos, porque la hora y la Luz del Mensaje casi se ha apagado.
¿Notaron ustedes cuando Pentecostés cayó y aquellos hermanos fueron llenos con el Espíritu Santo en Pentecostés?, no pasó mucho tiempo hasta que el Mensaje había comenzado a opacarse y ellos comenzaron a establecer iglesias para defender el fuerte para Cristo, esperando que Él viniera. Bien, esa es la misma cosa que está aconteciendo hoy. Si la Escritura es verdad: ‘Yo restauraré dice el Señor, todo lo que el saltón y la oruga se han comido’, ahora, si ha sido eso, si ese es el Mensaje (y Dios me perdone, yo no lo sé), si eso es, entonces el tiempo está cerca a la mano, realmente, porque el Mensaje ha terminado”.
¿Qué mensaje? El mensaje de precursar. Y si el mensaje de precursar ha terminado, entonces ¿qué pasa? Pues el Mesías está presente allí ¿cómo? Pues en Elías, que es la parte, la parte donde tenía que venir primero.
“Y la otra noche yo estaba soñando…”
Espérese. Dice más abajo. Dice:
“Podría ser el final de mi camino; podría ser la Venida del Señor; podría ser el cambio del día; podría ser la venida de aquel ser poderoso, si es que debe haber otro además de lo que ya ha venido; podría ser eso. Todas esas cosas de donde tenemos que escoger, podría ser. Y estando parado aquí esta noche ante Dios y ustedes hermanos, yo no sé. Yo no podría decirles. [CORTE DE AUDIO CINTA B]... Si lo supiera, les diría, o no lo mencionaría_ mencionar algo como esto si no supiese de qué manera Si yo supiera por dónde iba la cosa, yo_yo lo diría, pero no lo sé. No lo puedo decir. Estoy saliendo ahora a reuniones sin una pizca de guianza. Voy porque no me quiero quedar sentado. Me_me gusta salir a los bosques, como a cualquiera. Si estoy equivocado en esto, Dios me perdone Hay tres cosas que me podrían suceder. O es el final de mi camino y dejar que este otro venga; he abierto el camino para que él tome el mando, porque recuerden, el que viene a predicar estará en la Palabra: ‘Restaurando la fe de los hijos hacia los padres’ (ahora hay otra). Podría ser el final de mi camino (esta es la 1). Podría ser que Él está cambiando mi ministerio hacia el evangelismo para ultramar (esa es la 2). O, podría ser que Él no me va a llamar más como evangelista, y Él me va a llevar a algún lugar en el desierto para ungirme para enviarme como pienso yo que debe venir el ‘prometido’.”.
Yo creo. Ahora ¿qué usted cree de eso? ¿Fue ungido y enviado como el Prometido o no? ¿Como el Prometido que vendría en Su Segunda Venida? Fue ungido y enviado, y lo tenemos luego identificándose públicamente: “Hoy se ha cumplido esta escritura”; y entonces lo único que nos falta es ¿qué? La segunda parte de la Segunda Venida del Señor en carne humana en Moisés. Y Él viene y empieza a encarnarse, lo unge y empieza encarnarse, y además se va encarnando en el pueblo que le va escuchando.
¿Cuándo será que será ungido Moisés con esa unción para ese ministerio y para ser el ungido en donde se cumple la segunda parte de la Segunda Venida del Señor? Mire aquí:
“Será como fue allá con Moisés”. Página 11 dice:
“Y aquí Moisés basado en su llamamiento en la Palabra, y fue grande, hasta que un día halló la Luz y la mismísima Palabra le habló, entonces tomó su unción (ahí fue que Moisés fue ungido allá), esa unción que él tenía, esa en su interior; el intelecto que la creía, la fe que estaba basado en su creencia, en Dios que los separó de su madre, ahora cuado él choca con la presencia de esa Luz, fue ungido (¿ven?).”
Entonces, fíjese acá en la página 10, dice:
“Cuando esa Luz a lumbre desde el Cielo y la Trompeta suene, y el cuerpo de Cristo será juntado rápidamente, y en un momento será cambiado y llevado al Cielo. Sí, sucederá algo así”.
La Luz alumbrará del Cielo; y entonces ahí es ¿qué? Ahí es que Moisés, el segundo Moisés, será ungido, cuando la Luz alumbre desde el Cielo, y entonces de ahí para adelante estará ungido con esa unción para tener ese ministerio conforme a cómo está en la Escritura: Apocalipsis 11, un ministerio de 3 años y medio, en donde Cristo, la Palabra, se expresará a través de él, para luego de él, pasa los oyentes y se encarna en los oyentes. Porque para eso es que el Señor viene en Moisés. Para ¿qué? Para poderse encarnar en cada uno de nosotros.
Por lo tanto, cuando eso se cumpla, entonces fíjese, encontramos que cuando después del Señor haber estado ungido, después de algún tiempito, vino y se identificó y dijo que tenía esa unción. ¿Qué le parece? Cualquier persona podía pensar lo que quisiera pensar; pero nosotros sabemos que la tenía.
Luego cuando el Señor en Su Segunda Venida vino en Elías, se identificó también con esa unción y lo hizo público. Fíjese, la tuvo por mucho tiempo, y en el año que iba a partir, en el 65 vino, y públicamente lo dijo. ¿Estaría presumiendo? ¿Estaría él tratando de hacerse grande o estaría diciéndole la verdad al pueblo para beneficio del pueblo? Porque muchas veces Dios viene y se manifiesta y nos hace conocer las cosas como son, y si usted no vigila, usted piensa que es que la persona se está tratando de hacer grande o está tratando de echársela o está tratando de presumir, y usted no se da cuenta que es Dios tratando de ayudarle a usted para que usted vea la hora en que estamos y pueda recibir el beneficio en que estamos o el beneficio que Dios tiene para nosotros.
Y cuando hemos visto a través de todos estos años a Dios moviéndose en la forma en que se ha estado moviendo, y mostrándonos todas las cosas que Él prometió que nos habría de mostrar, en esta noche realmente sabemos, hemos visto y podemos sin lugar a dudas, decir nuevamente: “Hoy se ha cumplido esta Escritura ante vuestros ojos”.
Para muchos podrá ser presunción, como pareció para aquellos que oyeron al Señor hablando en aquella ocasión. Para otros eso será bendición. Para muchos cuando oyeron a Dios en Elías identificándose con la Palabra prometida para ese tiempo, muchos pueden decir: “Él no quiso decir eso” o “eso es presunción” pueden decir otros. Pero era la verdad; y sobre él estaba la unción.
Y ahora, encontramos, que cuando venga Apocalipsis 11, vamos a ver si realmente es, tiene la unción y es el Ungido para ese tiempo; si es el Profeta Ungido o no lo es.
Zacarías 4, verso 11 en adelante, dice:
“Hablé más, y le dije: ¿Qué significan estos dos olivos a la derecha del candelabro y a su izquierda?
Hablé aún de nuevo, y le dije: ¿Qué significan las dos ramas de olivo que por medio de dos tubos de oro vierten de sí aceite como oro?
Y me respondió diciendo: ¿No sabes qué es esto? Y dije: Señor mío, no.
Y él dijo: Estos son los dos ungidos que están delante del Señor de toda la tierra”.
¿Serán realmente los Dos Ungidos: Moisés y Elías en un solo hombre? ¿Y entonces será realmente, realmente el verdadero Ungido para ese tiempo o será otro falso ungido? Porque este es el tiempo en que hay muchos falsos ungidos; pero cuando hay muchos falsos ungidos, eso lo que nos dice es que en algún sitio tiene que haber un verdadero Ungido; y tiene que haber un verdadero Ungido en algún tiempo, en este tiempo final, porque está prometido que ha de aparecer un verdadero Ungido, que será Apocalipsis 11 y que será Zacarías 4, verso 11 en adelante (esta Escritura que les leímos); y Él dice ahí que es ¿qué? Que es lo Dos Ungidos que están delante del Señor. Así que los Dos Ungidos en un solo velo; dos ministerios en un solo velo de carne.
Ahora fíjese, lo que fue Jesús para los gentiles, porque los judíos le rechazaron, ¿qué fue? Fue el Mesías, el Ungido. Eso mismo fue Elías, fue Elías cuando apareció. ¿Lo fue o no lo fue?
Él dijo, él dice: “Oh será el Señor enviándome al desierto para ungirme ¿cómo qué? Como el Prometido, ¿ve? Como el Prometido. ¿Quién es el Prometido? El Señor viniendo en Su Segunda Venida.
Entonces los gentiles le rechazaron; solamente hay un grupito que le ha reconocido como el Ungido, como el Mesías, como el Señor viniendo en Su Segunda Venida en carne humana, en Su primera parte de Su Segunda Venida.
Ahora, fíjese, lo que es el Señor en Su Primera Venida para los gentiles, lo será el Señor en Su Segunda Venida para los judíos. Los gentiles como pueblo, como grupo, lo rechazarán viniendo en Elías y viniendo en Moisés; porque ellos lo están esperando con el cuerpo que vino la primera vez, y lo están esperando como Cordero, pero en Su Segunda Venida viene como León rugiendo con Elías y rugiendo con Moisés, tronando a través de ambos.
Entonces, sabe usted que los judíos, los 144.000, van a reconocer al Señor en Su Segunda Venida, van a reconocer al Señor en Su Segunda Venida en Elías y Moisés; porque Moisés le hablará de la Segunda Venida en Elías y en Moisés. Él identificará la Segunda Venida viniendo en Elías y se lo dará a conocer al pueblo, y también se identificará delante de ellos como la segunda parte de la Segunda Venida. Y ellos lo que van a recibir, ¿qué es lo que están esperando? Ellos están esperando al Mesías; y ellos dicen: “Cuando el Mesías venga será un profeta”. Ellos están esperando un profeta con un doble ministerio; ellos están esperando ¿qué? Las Dos Olivas; entonces ellos saben que cuando vengan las Dos Olivas será la Venida del Señor en carne humana en un profeta. Eso es lo que ellos están esperando.
Así que, lo que Dios hace y cumple entre los gentiles, y los gentiles como grupo lo rechazan, y las denominaciones lo rechazan como grupo, ¿qué pasa? Los judíos lo reciben. Ellos van a creer, porque ellos saben lo que será el Mesías cuando Él aparezca.
Ahora usted dice: “¿Cómo va a ser hecho esto?” Bueno, la Palabra se está encarnando; se está encarnando y se tiene que encarnar en Moisés …[CORTE DE AUDIO @11:10]... y se tienen que encarnar plenamente en usted.
¿Y sabe usted cuándo fue que los hebreos recibieron los diez mandamientos? Cuando Moisés bajó con las tablas y se las dio a conocer. ¿y sabe usted que Moisés tendrá las tablas donde estarán escritos los mandamientos del Señor, que son los Sellos? ¿sabe usted que nosotros somos esas tablas? tablas no de piedra, sino de carne, de corazón; y ahí en el corazón va a ser visto ¿qué? Los mandamientos, los Sellos, la Palabra escrita ahí; y entonces ¿qué pasará? Todo eso ocurre antes del rapto, así que, todo eso estará cumplido antes del rapto.
Así que, esa misma Palabra que dijo Jesús y que dijo Elías: “Hoy se ha cumplido esta Escritura” estará delante de nosotros antes del rapto también; como les he estado buscando y probándolo a través de todo el mensaje, a través de la Biblia, a través del Antiguo Testamento, del Nuevo Testamento, a través de los Sellos, a través de todos los mensajes que fueron hablados, les he estado probando ¿qué? Les he estado probando que Dios prometió que Él habría de hacer en este tiempo todas estas cosas que hemos estado viendo que han estado siendo hechas, y estaban prometidas de esa manera.
Por lo tanto, entonces página 28 del libro de Citas dice, párrafo 236:
“236 - Si Dios manda un representante y Él unge a este representante y lo envía al mundo, la gente debe obedecer a ese representante. Siempre ha sido de ese modo por toda la Biblia”.
¿Ve usted? Entonces es más glorioso de lo que nosotros podemos imaginarnos.
Página 11 del mismo libro de Citas, párrafo 90 dice:
“90 - Y ahora pensaríamos, si tal unción estaba en El, que había sido profetizado 800 años antes que viniera, y aquí Él estaba con ese tipo de unción, la plena bendición y unción del Señor sobre Él, nosotros desearíamos de correr por todo el edificio, y vociferar y gritar. Pero la Biblia dice: ‘Y enrollando el libro, se sentó, y preciosas palabras procedieron de su boca.’ Eso es lo que Él hizo bajo la unción. La unción no es emociones. La unción es Poder Supremo en control, sabiendo exactamente qué y cómo (¿ven?), y eso es lo que está aquí”.
Estaba allá en Jesús delante del pueblo en el 56 en el mensaje titulado El Velo Adentro, él dice: “Y eso es lo que está aquí ahora, la misma cosa de allá”.
Bueno, ¿y qué diría usted en esta noche?
Bueno, entonces, sabemos que el ungimiento no es brinco, saltos. Sabemos que después del ungimiento que Jesús tuvo después de tres años de ministerio, bajo el ungimiento, después de eso, subió al monte y fue adoptado. Adopción es otra cosa, ¿ve usted? Aquí vemos a Elías diciendo que el ungimiento estaba allí; está hablando en ¿qué fecha? En el 56 o 54; y dice: “Y eso es lo que está aquí ahora”, está diciendo: “Hoy se ha cumplido esta Escritura”, por allá por esa fecha; en el 65 tiene que volvérselo a decir. ¿Ve? Como 10 años casi después, tiene que volvérselo a repetir. ¿Ve usted?
Entonces, el ungimiento es una cosa: es cuando Dios unge para esa clase de ministerio. Y para esa clase de ministerio, para cumplir Primera Venida y Segunda Venida del Señor, tiene ¿qué? Tiene para la Primera a uno: Jesús; para la Segunda, con esa misma clase de ungimiento tiene a dos: a Elías primero y a Moisés después.
Entonces, tenemos que ver la hora en que vivimos; es más tarde de lo que su reloj físico le dice. Usted dice: “Es tarde”, ahora, espiritualmente es más tarde todavía. ¿Por qué? Porque todas las promesas que Dios dijo que habría de cumplir en este tiempo, la mayoría de ellas están en pleno cumplimiento en nuestro medio; si falta alguna, son muy pocas; pero están en proceso para Él cumplirlas.
Por lo tanto, entonces, el ungimiento realmente en esta hora en que vivimos está presente para hacer todo lo que está prometido que habría de hacer para beneficio de todos nosotros. No es para engrandecer a algún hombre, sino, para beneficios de todos nosotros, para hacernos a nosotros la Palabra, para que la Palabra venga y se pueda encarnar en nosotros y podamos irnos de aquí.
Cuando estaba en Elías él decía: “Aquí hay un hombre que puede raptar la Iglesia”, y pedía o decía que le consiguieran ** y se iban a un monte a ver si ocurría o no ocurría el rapto; pidiendo pero no los había ¿por qué? Porque no había la fe para el rapto. Pero por eso es necesario que el ungimiento regrese y unja a otro hombre ¿para qué? Para traer la fe para el rapto con los Truenos, para traer el Nombre Nuevo, para traer públicamente el misterio de la Segunda Venida del Señor, darlo a conocer públicamente y colocarnos en la posición correcta en esta hora en que vivimos, para que pueda la Palabra hacerse carne en nosotros y podamos irnos de esta Tierra.
Por lo tanto, es ¿qué? Dios interpretando Su Palabra. Y cuando Dios interpreta Su Palabra, entonces eso es lo mismo que fue allá: “Hoy se ha cumplido esta Escritura ante nuestros ojos”.
Dios nos bendiga en esta noche, Dios nos guarde y nos ayude para poder ver la hora en que estamos y recibir todo el beneficio que hay para nosotros.
Bueno ya, ya estamos en lo último; ya sabemos que es demasiado de tarde espiritualmente, ya los 144.000 están por ahí con hambre espiritual. Pero hasta que se encarne en nosotros no pueden entrar ellos, ¿ve? Así que podríamos entonces decir: “Que venga todo lo que hay de parte de Dios para encarnarse, lo más pronto posible, porque queremos irnos de aquí”.
Ahora, sépase que cuando venga Moisés, ese ungido, ese tercer ungido… Dios se perfecciona en tres, ¿verdad? Por eso es que tiene tres ungidos; el primero para la Primera Venida y dos para la Segunda; y con tres Él hace todo ese trabajo que Él ha prometido hacer.
Ahora va a tener el mismo problema cuando Moisés venga, el mismo problema que cuando vino Elías; que él decía que sus mensajes eran demasiado de largos y terminaba demasiado de tarde, él decía alguna veces: “A las 12 de la noche todavía estoy ministrando”; y por el día empezaba por la mañana y terminaba por la tarde. ¿Ve usted?
Pero sabe usted ¿por qué? Por la carga de alimento espiritual, de Palabra que traen para nosotros; tanto alimento, y hay que soltarlo para que nos lo comamos. Oh que usted va a poderse comer el alimento si no le es dado, usted no lo puede buscar por su cuenta.
Mire, cuando Elías estaba, dijo que se vio en una visión o en un sueño, y dice que estaba almacenando zanahoria y de todos esos alimentos. Ahora es el tiempo de comérnoslo, para que se encarne en nosotros.
Y si no tenía tiempo casi libre, sino que (podía empezar por la mañana y terminar por la noche) tenía que cortar por causa del pueblo…; y más entre los americanos, que no les gustan mucho los mensajes largos.
Bueno… Bueno, ojalá que cuando aparezca Moisés se encuentre con un pueblo que sea como el que San Pablo tenía en aquella ocasión: que empezó a predicar y todavía por la madrugada estaba predicando. Se le murió uno (se cayó y se murió porque le dio sueño), y hubo que resucitarlo y seguir para adelante.
¿Ve? San Pablo tuvo un buen grupo. Ojalá y Moisés tenga un buen grupo cuando venga, que pueda sentarse para oír todo lo que Dios tenga a través de él. ¿Para qué? Para que se encarne en cada uno de nosotros.
Y entonces nosotros podemos ver nuevamente entonces, cuando aparezca, esas mismas palabras delante de nosotros: “Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros”.
Bueno, en esta noche si no paramos, si no hacemos una pausa nos amanecemos aquí.
¿Ustedes recuerdan allá la primera vez que salió el Nombre Nuevo, a qué hora terminamos? A las 2:30, ¿verdad? Después la segunda vez que fuimos, terminamos de 12:00 a 12:30; bueno, es que hay tanta Palabra que, que lo que necesita… ¿sabe que es lo que necesita tanta Palabra que hay? Corazones grandes que puedan recibir todo lo que Dios tenga para nosotros.
Recuerde que va a haber un tiempo que la gente van a desear lo que ahora nosotros estamos oyendo, pero ya no va a haber tiempo. Así que somos bienaventurados, porque oímos lo que oímos, y porque recibimos lo que recibimos, somos gente bienaventurada.
Ahora ¿a cuántos les hubiera gustado haber estado viviendo en los días que el Señor apareció? Recuerdan allá cuando Él se lo llevó, después que salió del culto se fue caminando y la gente se le fueron detrás, y se sentó en el monte y continuó predicándole, y se le acabó la comida a la gente y ya llevaban muchísimo tiempo allí, y a la gente le dio hambre y el Señor le dijo: “Tengo pena, tengo dolor por la gente, porque si se van así pueden desmayarse”, así que tuvo que darle comida física, también después de haberle dado comida espiritual; esa gente tenían hambre de Palabra, ellos no estaban pensando en el día de mañana, sino en el presente, porque en el presente estaba ¿qué? El Ungido de Dios allí. ¿Ve usted?
Entonces, ¿cuántos hubieran deseado estar en un culto de esos que no se sabía cuándo habría de terminar? Ahora ¿a cuántos les hubiera gustado haber estado en uno de los cultos cuando el Señor vino en Elías?
Bueno, los que fueron allá en los Estados Unidos para estar en los cultos del Señor a través de Elías, pues los que estuvieron allá, si el culto comenzaba de 6:00 a 7:00, ¿a qué hora ya estaba la gente frente a los portones esperando que abrieran? A las 3:00 de la tarde ya estaban allí. Así que allí no había asiento seguro para nadie. ¿Qué le parece? Y si era domingo por la mañana el culto, por la madrugada ya estaban allí frente, y cuando abrían entraban y el que llegará a la hora de culto, el que llegará… ya está lleno todo, se tiene que quedar fuera. ¿Ve usted?
Ahora, vemos que todo eso es de esa manera ¿por qué? Porque hay Palabra de Dios; y cuando hay un pueblo está interesado en la Palabra y que sabe que la necesita para que esa Palabra se encarne para podernos irnos de aquí de esta Tierra, sabemos entonces que eso es más que nuestra vida, eso es más que dos o tres horas que podemos dormir en nuestra cama. ¿Por qué? Porque sin dos o tres horas puede encarnarse cierta cantidad de Palabra que se necesita un mes o dos, pues preferimos dos horas que son dedicadas a la Palabra y no tener que esperar dos o tres meses. ¿Ve?
Entonces, sabemos que la Palabra tiene que venir para nosotros, poderla recibir y encarnarse en nosotros; por lo tanto, estamos en esa hora que Él ha prometido, viendo todo lo que Él ha dicho cómo se va a desarrollando, viendo cómo se va cumpliendo, pero todo en simplicidad.
Nunca debemos tropezar en la simplicidad. Dios si envía a un hombre, si lo envía, Él lo respalda.
Por lo tanto, si Él lo respalda, Él no tendrá que tener ningún temor de que alguien pueda hablar algo, y usted no tiene que tener ningún temor de creer lo que la Palabra de Dios dice aunque los demás hablen.
Sabemos una cosa que, es que un día nos vamos a ir de aquí y los burladores se van a quedar aquí; y los que creyeron, en ellos se habrá encarnado la Palabra y ya estaremos allá; después no vamos a escuchar a nadie más burlándose de nosotros. Así que no hay ningún problema en la hora en que vivimos.
Dios nos bendiga, Dios nos guarde… no encuentro dónde cortar. Este mensaje que comenzó hace como dos años y pico, todavía no he encontrado dónde terminarlo; pero yo creo que algún día lo vamos a terminar: cuándo se haya encarnado por completo en nosotros habrá concluido y nos iremos de aquí.
Bueno, entonces sabemos que esto es una pausa, esperamos que para la próxima pues, el Señor pues, nos siga dando Su Palabra; no sabemos a lo mejor, pues ya para la próxima… ya nos ha dado en esta noche bastante, y a lo mejor en una o dos horas pues nos dará lo que necesitemos, no sabemos.
Ahora, escuché bien esto: en Ponce, cuando los cultos los tenemos los viernes allá en Ponce, entonces ninguna persona o ninguna persona que tuviera prisa iba a los cultos de los viernes en Ponce, porque desde el principio se les dijo: “Los cultos de los viernes son sin límites de tiempo, no sabemos a qué hora terminamos”, no somos nosotros, sino cuando Dios termina, pues si termina a la hora, pues terminamos, pero si Él quiere seguir hasta por la madrugada, Él tiene la libertad para hacerlo; por lo tanto, el que venga, venga sabiendo eso, no venga si viene con prisa.
Entonces, bueno allá nos predicó el hermano Adalberto unas cuantas veces en esos cultos, y algunas veces al terminar ¿a qué hora? Hasta las 12:00 llegó a terminar, ¿verdad? Lo más tranquilito ** y todavía es temprano; es temprano ¿por qué? Porque no hay límite de tiempo y podemos estar hasta por la mañana.
Bueno, los viernes pues tenemos la ventaja que al otro día muy pocas personas trabajan, y que el mundo, después que usted salga de aquí en esta noche, usted verá por ahí algunos bares, algunos negocios con gente por ahí todavía, y que gozándose en las cosas de ellos… [CORTE DE AUDIO @27:26]y ya cuando al otro día amanecen enfermos del estómago de tanto beber [CORTE DE AUDIO @27:30]... esa agua con alcohol… [CORTE DE AUDIO @27:33]... pero el que bebé del Agua que Dios nos da espiritualmente ¿cómo amanece? Contentos cada día.
Entonces, entonces vemos que Dios tiene un propósito con los cultos de los viernes y es para que nadie se queje, y sepa que usted viene a los cultos aquí los viernes no tienen límite de tiempo, así que… Y cuando la carpa sea movida a otro lugar ya tampoco… [CORTE DE AUDIO @28:05]... tiempo; es mejor un día bien aprovechado y no un año, y no un año recibiendo gotita; es mejor beberse un vaso de agua completito cuando usted realmente tiene sed, y no recibir gotitas poquito a poco hasta que le den un vaso de agua; cuando termina de tomarse la última gota pues está seco de la sed otra vez. ¿Ve usted?
Así que, creo que estos cultos pues son de grande bendición para un propósito de parte del Señor para nosotros, ya que nos queda poco tiempo, ya que el tiempo está terminando.
Vemos que cuando Dios nos habló a través de Elías de esas cosas abiertamente, ya lo que le faltaba eran meses; habló en febrero y en diciembre se fue. ¿Cuánto nos faltará a nosotros? Ya el Mensaje que tenemos nosotros está por ir a los 144.000; este mismo Mensaje, no cualquier mensaje, sino este mismo Mensaje. Entonces si este mismo Mensaje está por regresar a ellos, entonces realmente tenemos que… ¿qué tenemos que hacer? Pues aprovechar los poquitos (que yo pienso que son meses) los poquitos de meses que nos quedan, aprovecharlos bien para que se termine de encarnar esa Palabra en cada uno de nosotros. ¿por qué? Porque recuerde que cuando Moisés esté con nosotros él va a estar un tiempito corto, cuando vengamos a descubrir quién es Moisés eso es lo que le queda poquitos meses entre nosotros, ¿ve? Entonces después se va… sí, se va, ¿para dónde? Se va para donde tiene que irse. “¿Pero y Moisés no saldría de Judá? ¿Y cómo va a estar acá entre nosotros?” ¿No saldría Jesús de Belén y estaba en Nazaret? Cuando salga de Judea, pues Dios lo tendrá en Judea, ¿ve? Pero cuando tiene Dios que trabajar con Él para con los escogidos gentiles, para darle la fe de rapto, pues lo tiene entre los escogidos; cuando tenga que trabajar con las vírgenes fatuas, pues los mete entre las vírgenes fatuas y quedan libres; porque Moisés siempre ha sido ¿qué? El libertador; el libertador, pues siempre aparecerá como un libertador. ¿No nos libertará de la edad de Laodicea y nos subirá arriba? Libertará también a las fatuas y a los 144.000.
Ahora, mire aquí lo que dice… Ellos… hablando de los hebreos, dice:
“Ahora Israel siempre va a creer de esa manera; ¿y por qué? Escuchen bien esta noche, ¿por qué será así? Porque ese es el mandato de Dios para ellos, no importa cuantos folletos estén repartiendo los gentiles allá en Israel ni cuantos misioneros haya allá con sus Biblias debajo del brazo, o cuantas cosas más, ellos no recibirán nada, a menos que profeta. Correcto. Porque un profeta es el único que puede tomar la Palabra divina y colocarla en su lugar y ser un profeta vindicado; y a eso ellos creerán. Correcto”.
No importa quién vaya, no importa quién vaya, no importa que en cualquier país digan: “Yo soy el Moisés” y se vayan para allá, ese pueblo está enseñado de no creer a cualquier cosa. Pero cuando vaya el verdadero Moisés, mire, ellos son los que no van a aguantar: “Oh ** sabemos que tú eres”. ¿Y cómo lo saben? Que, ¿cómo lo saben? Fíjese, dice ahí: “el único que puede tomar la Palabra y colocarla bien es un profeta y a eso ellos van a creer”, no van a creer a cualquier otra cosa.
Así que vemos, entonces cómo va a llegar el Mensaje para ellos.
Así que vemos, que Moisés y Elías estarán allá.
Vemos entonces que ese ministerio de Moisés y Elías tiene que ver con los escogidos acá por un tiempo, pero ya a lo último se irá para allá.
Pero: “¿Y no será un judío?” Bueno, la pregunta para usted es: ¿Era Jesús nazareno, era de Egipto o era de Belén? No dice que Dios regaría a los hebreos por toda la redondez de la Tierra; y la simiente eso está dentro, no es por fuera; la nacionalidad acá, donde una persona nace, esa es la nacionalidad dónde nació; pero la simiente, eso es Dios el que conoce de dónde es el origen de usted; es más, yo le diría: entre ustedes pueden haber unos cuantos que son hebreos y ni lo saben. ¿No dice Dios a través del hermano Branham que los hebreos han regresado a su tierra y ellos no saben ni a qué tribu pertenecen? Pero él dice: “Dios sí lo sabe”. ¿Ve usted?
No es de dudar que Moisés, que Moisés venga a saber que él es un hebreo cuando Dios le diga que él es Moisés y que él es el que va a estar ahí; y que nunca antes lo hubiera sabido.
Bueno, ¿no fue eso así con Moisés cuando vino la primera vez? ¿Dónde estaba? ¿Estaba con los hebreos o estaba con los gentiles? Estaba con los gentiles allá en el palacio del faraón, era el próximo faraón; pero el próximo faraón era un hebreo y no un gentil. Entonces Dios lo sacó de entre los gentiles y se lo llevó para allá.
¿Dios no podrá sacar a Moisés dentro de los gentiles y llevarlo para los hebreos? ¿Y acaso, de dónde es que sale Apocalipsis 11? Mire, de la Piedra Angular. ¿Dónde estamos? En la Piedra Angular, de ahí es que sale.
Así que, si sale de ahí, lo vamos a conocer, así como lo conocimos a Elías, vamos a conocer a Moisés; lo vamos a conocer. Pero queremos que Dios se agrade de nosotros y no vaya a contristarse con nuestras malas costumbres o por nuestras ignorancias, ¿por qué? Porque sabemos, fíjese que Elías una vez trató de huir, una vez trató de huir; aun Moisés en una ocasión (siendo el hombre más manso) por causa del pueblo se enojó. ¿Ve usted?
Así que la parte humana es humana; como siempre es humana hasta que no seamos transformados, ¿ve? Por lo tanto, entonces, fíjese hay otra cosa más: Moisés cuando apareció, fíjese tenía sus faltas como usted y yo la tenemos; es más, mire, el mismo pueblo de Israel le vio hasta falta (según ellos), le buscó hasta faltas a Moisés.
Fíjese, Moisés no fue el que dio los mandamientos y en los mandamientos no decían: “No matarás”, ¿y no fue el un fugitivo que salió de Egipto huyendo que había matado a un egipcio? Cualquiera le podía decir: “Bueno, pero es que eso es difícil para cumplir, porque tú mismo no lo puedes cumplir, tú mismo fallaste en esto”. ¿Ve usted?
Es más, y Dios obró en carne humana que después se fue para allá para otro sitio huyendo y por allá se casó con una muchacha, bien enamorado, la amaba, y Dios obrando en todo; porque Dios fue el que le proveyó esa muchacha, porque esa era la muchacha que él necesitaba para Dios poder obrar con Moisés y pulirlo, y prepararlo, porque esa era la clase de mujer que él necesitaba.
Entonces, María, la hermana de él, se puso a buscarle faltas, y fíjese, Dios a través de Moisés dijo que las tribus no se ligaran, y allá vemos a Moisés mismo casado con una que no era de los hebreos; era de familia, o sea, descendiente de Abraham allá por el mar, pero no era descendiente de Abraham por linaje. Pero en todo eso Dios estaba, y era el Plan de Dios. ¿Ve usted?
Entonces, no sabemos cómo ha de venir el segundo Moisés; pero cuando venga de seguro que, si buscamos faltas para criticarlo, le vamos a encontrar; vamos a encontrar la falta y vamos a encontrar la respuesta también de parte de Dios; porque Moisés se quedó lo más tranquilo, a él no le importaba nada de lo que dijeron, pero a Dios si le importaba. Y María ¿para dónde tuvo que coger? Para los leprosos; su propia hermana.
Así que, creemos que no debemos buscar faltas como le buscaron allá a Jesús cuando vino Dios en Su Primera Venida, como le buscaron al Señor en Su Segunda Venida en Su primera parte en Elías, no le busquemos nunca cuando venga en Su Segunda parte en Moisés, porque le hallaremos; pero eso es aparentemente, porque están cubiertas por la Sangre de Cristo, como las suyas, como las mías, todas están cubiertas. Él no les encontrará falta a ustedes, yo creo que ustedes tampoco le van a encontrar a Él. ¿Por qué? Porque todos estamos bajo el sacrificio del Señor, que ya nos limpió de todo pecado.
Así que, Dios nos bendiga y Dios nos guarde.
Les dije que no hay dónde hacer pausa, así que hay que cortar, así hay que cortar, hacer la pausa obligatoriamente hasta la próxima.
Así que, Dios nos bendiga en esta noche.
“DIOS INTERPRETANDO SU PALABRA”.