obsidian/es/conferencias/1976/08/spa-1976-08-10--el_investim...

104 KiB
Raw Blame History

title date activity place city state country duration public youtube translations files
El investimiento 1976-08-10 Valencia Carabobo VE 00:00:00 false

Muy buenas noches, amados hermanos, el Señor nos continúe bendiciendo a todos en esta hermosa noche en que podemos congregarnos para adorar y glorificar al Señor y oír Su gloriosa Palabra.

En esta noche estamos muy contentos nosotros en estar entre ustedes; y siendo ya la última ocasión o última noche que estaremos entre ustedes en este recorrido que estamos dando por Colombia y Venezuela para regresar a Puerto Rico en esta misma semana, para nosotros es de grande bendición poder estar entre ustedes; y ya casi de regreso a Puerto Rico, porque esperamos regresar mañana, Dios mediante.

Esperamos que en esta noche el Señor nos bendiga en grande manera y nos ayude de tal manera, que crezcamos grandemente espiritualmente.

Quisiera leer una Escritura que se encuentra en el evangelio según San Lucas, capítulo 24, verso 46 al 49, donde dice:

  • “Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día;*
  • y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.*
  • Y vosotros sois testigos de estas cosas.*
  • He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto”.*

Oremos al Señor: Padre, aquí en esta noche ante Tu presencia estamos y Te rogamos hables a nuestros corazones. Te lo pido en el Nombre del Hijo de David. Amén.

Trataremos de hablar algunas palabritas y luego el hermano Adalberto continuará.

Lo que hemos de hablar lo basaremos en lo que le dijo el Señor a Sus discípulos:

“...pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de

poder desde lo alto”.

** “EL INVESTIMIENTO”.**

El investimiento fue lo cual el Señor le prometió a Sus discípulos y Él les dijo que permaneciesen en Jerusalén hasta que fuesen investidos de poder de lo alto. Ellos se fueron allá para recibir el investimiento conforme a como el Señor les había prometido.

Vemos que ese investimiento de poder de lo alto vino el Día de Pentecostés; y el Día de Pentecostés entonces se abrieron las puertas del Reino de los Cielos con aquel mensaje que el apóstol San Pedro predicó en aquella mañana, en donde allí utilizó la llave que había recibido de parte del Señor; pues sabemos que el Señor le dijo a él, luego de él tener la revelación de quién era el Hijo del Hombre, él teniendo esa revelación de lo alto, entonces el Señor le dijo: “Yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella”, y le dijo también: “Y a ti daré las llaves del Reino de los cielos” [San Mateo 16:18-19].

Por lo tanto, entonces, vemos que el Día de Pentecostés, en esa gloriosa mañana, cuando recibieron el investimiento de lo alto, fue abierta la Puerta del Reino de los Cielos por aquel apóstol que se paró y tomó la llave, la revelación, de quién era el Hijo del Hombre, y abrió la Puerta del Reino de los Cielos, abrió la Puerta de la segunda dispensación para todos aquellos que escucharían aquel mensaje. Luego que vieron lo que estaba pasando en aquella ocasión, todos dijeron: “Varones hermanos ¿y qué haremos para ser salvos?” [Hechos 2:37], y allí entonces vino la orden de parte de Dios a través del apóstol Pedro, pues él tenía las llaves y lo que él dijese así sería.

Por eso el Señor le dijo: “Y lo que atares en la Tierra, será atado en los Cielos; y lo que desatares en la Tierra, será desatado en los Cielos [San Mateo 18:18]. Por lo tanto, él tenía que tener mucho cuidado en lo que habría de decir, él no podía hablar de sí mismo, sino que tenía que Dios hablar a través de sus labios para decir las cosas correctas que aquellas personas tenían que hacer para recibir lo que ellos deseaban… [CORTE DE AUDIO @4:10]... en cada ocasión. La Puerta estaba abierta y le fue dicho entonces lo que debía de hacer, y lo que debía de hacer fue: bautizarse en el Nombre del Señor Jesucristo para perdón de los pecados y recibirían el don del Espíritu Santo; de esa manera, entonces entraban a la Puerta que estaba abierta y entonces venían a formar parte del Cuerpo Místico del Señor, el Cuerpo de Creyentes del Señor.

Vemos que en esa ocasión, luego que recibieron el investimiento aquellos discípulos, la Puerta se abrió y entraron los que habrían de entrar. Y cada día el Señor añadía a Su Iglesia los que habrían de ser salvos; pues la Puerta de la segunda dispensación quedó abierta en aquella mañana gloriosa de Pentecostés, y allí comenzaron a entrar todos los que habrían de recibir salvación; entraban por esa Puerta que estaba abierta. Pero, esa Puerta, ¿quién era esa Puerta? Esa Puerta era nada menos que Cristo. Él dijo: “Yo soy la Puerta” [San Juan 10:9]. Y la Primera Venida del Señor en carne humana, Él en carne humana era esa Puerta, y la revelación de quién era ése que vino en carne humana la tenía uno de Sus discípulos; y cuando abrió esa revelación, cuando abrió esa puerta entonces abrió la Puerta, abrió a Cristo en Su Primera Venida, lo abrió al público y entraron por la Primera Venida del Señor en carne humana todos los que habrían de ser salvos.

Esa fue la Puerta abierta para la segunda dispensación; pero esa Puerta sabemos que fue abierta ¿cuándo? Cuando fue el tiempo en que recibieron el investimiento de lo alto, porque el Señor les dijo: “Vayan a Jerusalén y queden allí hasta que sean investidos”. ¿Ve usted que el investimiento tiene relación con la apertura de la Puerta para la dispensación aquella y para la entrada de los que habían de ser salvos?

Ahora sabemos que la Puerta siempre es Cristo. Sabemos que para que la Puerta ser abierta se necesita el investimiento. ¿Qué fue el investimiento? La Venida del Espíritu Santo a ellos. ¿Por qué? Porque Él les dijo: “Yo me voy, pero vendré a vosotros y estaré con vosotros”. Así que, el investimiento era el regreso del Señor, el regreso del Señor a ellos. Entonces cuando Él regresó a ellos, pues regresó entre ellos y dentro de ellos, entonces eso fue el investimiento para ellos. Entonces ahí en ese tiempo comenzó a ser proclamado el mensaje correspondiente a esa segunda dispensación.

Ahora, nosotros sabemos lo que nos dice la Palabra del Señor aquí en la página 6 del libro de Notas; **todos los que creen en el mensaje que Dios trajo a través de Elías, todos están esperando un investimiento. Por lo inos conviene saber qué es ese investimiento, cómo ha de venir; y cuando venga, qué cosas ha de hacer. Porque será algo lo cual será al igual como fue allá. Aquello entonces vendrá a ser el tipo de lo que acontecerá acá.

Ahora, vamos a leer aquí en el párrafo 49, de la página 6 del libro de Citas, donde dice, hablando en el 54, dice:

  • “49 - ¡Oh!, hermano, denme una iglesia llena del Espíritu Santo. Dios hará en un año lo que todos los teologistas fracasaron de hacer en dos mil años. Usted espere hasta que el ungimiento de la iglesia verdaderamente dé en casa. Ellos tienen fe, el remanente pequeño. Después que las puertas de los gentiles es cerrada, Oh, Dios…”*

¿Cuándo está prometido que Dios ungirá a la Iglesia? Después que la Puerta de los gentiles sea cerrada. Después que la Puerta que fue abierta en el Día de Pentecostés, después que esa Puerta que fue abierta sea cerrada, entonces Dios ungirá una Iglesia; o sea, después que las edades de la Iglesia hayan terminado, entonces Dios ungirá una Iglesia. Ahora:

  • “…Dios ungirá una iglesia entonces. “El que es sucio, ensúciese más. El que es justo, justifíquese más y el que es Santo, santifíquese más.” Y Dios ungirá la iglesia con el poder de Dios, y cosas tomarán lugar, no solamente eso entonces, pero Él lo está haciendo hoy”.*

Ahora entienda bien, después que las edades de la Iglesia terminen, es la promesa de que Dios ungirá una Iglesia, es la promesa que vendrá el revestimiento o el investimiento. ¿Qué es entonces el investimiento? Vamos a ver entonces qué es el investimiento. ¿Por qué? Porque no puede ser lo que un hombre diga sino lo que Dios diga. ¿Qué es el investimiento que Dios promete que ha de venir a Su pueblo? Es la promesa después que la Puerta de los gentiles sea cerrada.

Ahora recuerde que cuando se cierra la puerta, después de cierto tiempo Dios abre la otra puerta de la otra dispensación, y siempre hay una puerta para ser cerrada y una puerta para ser abierta. Vemos que la puerta de la primera dispensación se cerró y se abrió la de la segunda el Día de Pentecostés; y vemos que en la puerta de la segunda dispensación se cerraría y luego se abriría la puerta de la tercera dispensación.

Ahora, veamos por un momento; ¿cuál será o qué será ese investimiento que ha de venir al pueblo de Dios? Página 12-A del Libro de Citas; **eso fue predicado en el Mensaje titulado: El cuida, ¿y tú?, Él cuida, Dios cuida, ¿y tú?, fue predicado en el mes de junio, el día 21, o el 7-21 del año 63; aquí nos va a decir cuál será ese investimiento que recibirá el pueblo de Dios, ¿cuál será? Párrafo 122, dice:

  • “122 - Sólo queda una restauración* (¿y cuál será ese?), y es la Venida del Señor Jesús!”

¿Qué le parece? Entonces la venida del Señor Jesús es el investimiento que recibiría el pueblo del Señor.

Ahora vea que el investimiento que recibieron el Día de Pentecostés fue la venida del Señor Jesús en medio de ellos y dentro de ellos; dentro del cuerpo de ellos como individuos y dentro del cuerpo de creyentes como grupo.

Ahora entonces, ese fue el investimiento allá y el investimiento acá es la venida del Señor. ¿Ve usted?

Entonces, fíjese que el investimiento es el regreso del Señor Jesucristo dentro del Cuerpo de Creyentes, dentro de Su Iglesia.

Ahora, con detenimiento vamos a ver la venida del Señor; ya que sabemos que el investimiento para la Iglesia es ¿qué? La venida del Señor. ¿Cómo será investida la Iglesia? Será investida de poder de lo alto con la aparición del Señor en medio de ella.

Por lo tanto, nos conviene saber cómo es que el Señor ha de venir y cómo el Señor ha prometido que ha de regresar en medio de Su pueblo. ¿Cómo es que regresará en Su Segunda Venida? Él regresará de acuerdo a la página 59 del libro de Las Edades, donde dice:

  • “71. Y los tres apóstoles vieron eso: el orden de Su Segunda Venida. Ellos lo vieron transfigurado allí en el monte. Su vestido era resplandecientemente blanco, y Su rostro brillaba como el sol en su cenit. Y cuando Él apareció, allí estaban Moisés y Elías, uno a cada lado. Así es exactamente como Él vendrá. En verdad, Elías vendrá primero y convertirá los corazones de los hijos (Novia) a la Doctrina Apostólica de la Palabra de los padres”.*

Ahora vean entonces, si el revestimiento es la venida del Señor y la venida del Señor conforme a Su orden Él viene, cuando Él viene aquí estarán Moisés y Elías (¿ve usted?), entonces cuando aparezca Elías, entonces ahí ha aparecido el Señor. Cuando aparezca de nuevo Moisés, ahí está de regreso nuevamente el Señor; y eso es para el grupo de creyentes, eso es el investimiento para el cuerpo de creyentes.

Ahora para el cuerpo de creyentes como grupo, ese es el investimiento dice él, dice: “y solo queda…” ¿qué? “y sólo queda un investimiento”. Se lo quiero repetir porque no es cosa mía, sino que es cosa de Dios. Dice:

  • “122 - ¡Sólo queda una restauración, y es la Venida del Señor Jesús!”*

¿Ve usted?

Ahora vamos a ver si para la Iglesia o la Novia como grupo, vamos a ver si realmente le llegó el investimiento. Página… la página, déjeme ver por aquí, página 152 del libro de Citas, 152 del libro de Citas, vamos a ver ahí:

  • “1352 - En Malaquías 4 Él dijo que Jesucristo descendería…”*

¿Dónde les dijo? ¿Dónde está la promesa del retorno del Señor, de la Segunda Venida del Señor? En Malaquías 4.

  • “…Él dijo que Jesucristo descendería y Se personificaría a Sí Mismo en carne humana, como hizo en Sodoma”.*

¿Ve usted? Entonces vemos que en Malaquías 4 es que dice de la Segunda Venida del Señor, habla de la venida del investimiento para el pueblo del Señor.

Entonces sabemos que Malaquías 4 también (sí leemos con detenimiento Malaquías 4) habla de Moisés y habla de Elías también. Malaquías 4:4 habla de Moisés. Malaquías 4:5 habla de Elías. Por supuesto dice (Elías): “He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible del Señor”. Así que Elías viene primero y después sabemos que viene Moisés; sabemos que ese es el orden del investimiento para el pueblo como grupo.

Entienda bien eso: una cosa es recibir el Espíritu de Dios nosotros como individuos y otra cosa es recibirlo nosotros como cuerpo, como grupo o como cuerpo de creyentes. Para la Novia como Cuerpo de Creyentes, recibir el Espíritu Santo fue ¿qué? Fue recibir el Espíritu Santo o la venida del Señor en carne humana en Elías.

Vamos a ver si esto es correcto; página 5 del Mensaje titulado Desesperación, el antepenúltimo párrafo, dice:

    1. “ (...)Y ahora el Espíritu Santo entero visita a la Iglesia, manifestando a Dios en carne humana…”*

¿Estaba visitando a la Iglesia o no la estaba visitando? En carne humana en Elías, ¿ve? En carne humana en nuestro amado hermano Branham, ¿por qué? Porque el orden de la Segunda Venida del Señor es Elías primero y Moisés después.

Entonces viene en el cuerpo del Elías de este tiempo y del Moisés de este tiempo que ha de venir; entonces, así es el orden de Su Segunda Venida, por lo tanto, así es que el Señor desciende del Cielo; ¿y a dónde viene? Viene al Cuerpo de Creyentes; es que el Señor vendría ¿dónde? A Su templo. ¿Y cuál es Su templo? “No sabéis que vosotros sois templo del Espíritu Santo” [Primera de Corintios 3:16]. Entonces viene al Cuerpo de Creyentes. ¿Cómo viene el Señor? ¿Cómo desciende el Señor? Desciende en carne humana; ¿en qué carne humana? En la carne humana del Elías de este tiempo y del Moisés de este tiempo.

Entonces, dice:

    1. “ (...)Y ahora el Espíritu Santo entero…”*

Completo. En las edades no fue completo; pero cuando terminaron las edades, quedaba un revestimiento para el pueblo de Dios; y era ¿qué? La venida del Señor, la venida del Espíritu Santo en carne humana ¿a dónde? Al Cuerpo de Creyentes.

  • “21. (...)Y ahora el Espíritu Santo entero visita a la Iglesia, manifestando a Dios en carne humana; igual como hizo antes de Sodoma, la quema allí, lo cual fue un tipo”.*

Si allá el tipo fue así, la realidad acá ¿cómo será? ¿Ve usted?

Entonces sí allá el tipo era Dios, la realidad acá es Dios en carne.

  • “21. (...)Entonces con Abraham, Él se le apareció.*
    1. Y todas las cosas que Él no ha hecho a través de las edades, en las edades de la Iglesia, Él las está haciendo ahora. Regresando a la Palabra, porque mensaje tras mensaje tras mensaje, tiene que terminar en la Palabra completa. Y en los postreros días, los Siete Sellos siendo abiertos, eran para atar todo cabo que había quedado suelto allí, y así juntar todo esto en un solo Cuerpo grande de la Novia; por lo cual, aquellos que vivieron allá atrás no fueron perfeccionados hasta que esta Iglesia no sea perfeccionada (este grupo Novia de los últimos días), para así traerlos a ellos y juntamente sean todos levantados. ¿Ven?*
  • 23 La Señal, Jesucristo, el Espíritu Santo, está en medio nuestro. Debemos reverenciar eso. No-no-no-no podríamos humillarnos lo suficiente. Quitarse los zapatos o arrodillarse, no lo haría; no sería-no sería suficiente para satisfacer eso, no sería suficiente de parte nuestra, ¡solamente lo haría una vida que produce el fruto del Espíritu!*
  • 24 Ahora, ¿cuál es el fruto del Espíritu? ¿Ven? Amor, gozo, paz.*
  • 25 ¿Recuerdan lo de esta mañana? La preparación: envió al mensajero con el Mensaje. Lo siguiente que Él hizo después de enviar al mensajero con el Mensaje, Él envió la Columna de Fuego como vindicación. Lo siguiente fue, después de eso, fue una constela-… o una consolación. ¿Ven? Uno sabía que era correcto, porque le trajo paz. Tenemos paz para con Dios, por medio del Señor Jesucristo. ¿Ven?”.*

Ahora vimos que las señales, Jesucristo, el Espíritu Santo estaba en carne humana en medio de Su Novia, de Su Iglesia, y la gentes no lo podía entender, no lo podían ver, no podían ver el regreso del Señor en carne humana como Él prometió, porque Él prometió que vendría con Elías y Moisés; por lo tanto, Él viene ¿cómo? Con Elías y Moisés.

Entonces cuando la gente miran la Segunda Venida del Señor, lo primero que ven es a Elías, porque esa es la primer parte de la Segunda Venida; cuando luego dejan de ver a Elías y luego vuelven a ver al Señor en Su Segunda Venida, lo que verán ¿será qué? A Moisés, porque esa es la orden de Su Segunda Venida.

Muchas personas estarían buscando al Señor cuando vino, porque Él descendió; Él descendió en Apocalipsis 10 y la gente lo buscaban: “¿Dónde está? yo no lo veo”. Pero cuando alguien quería ver al Señor en Su Segunda Venida, tenía que verlo en Elías. ¿Ve usted?

Porque así es el orden de Su Segunda Venida y así es el orden del investimiento; porque el investimiento es la venida del Señor; y el investimiento para la Novia como grupo es ¿qué? La venida del Señor en carne humana en Elías.

¿Y cuál será el investimiento del Hijo de la Novia como grupo? Porque si la Novia es un grupo de creyentes, es un cuerpo; cuando una mujer tiene un hijo, ¿qué es lo que tiene? Pues otro cuerpo. ¿Ese otro cuerpo dónde estaba? Estaba dentro de ella, porque su esposo lo había engendrado dentro de ella. Así también la Novia, la Novia dentro de ella tenía otro cuerpo que había sido engendrado por Su Esposo, el cual vino en carne humana en Elías; entonces le había engendrado un Hijo, dice Dios en el mensaje titulado Divorcio y Casamiento, ahí dice de la siguiente manera, página 42 [38], ahí nos dice en el párrafo 206 [258], dice:

  • “258. Y así también con la iglesia, que rechaza ser impregnada en edad en que nosotros estamos viviendo, para así producir hijos de esta edad. Nosotros no somos Luteranos, ni somos Wesleyanos, ni tampoco somos Pentecostales. Tenemos que ser los hijos de esta edad, por medio de la impregnación de la Palabra de Dios, para así producir el Hijo (para parir qué? Un hijo) para producir hijos de esta edad, el Hijo de la Simiente”.*

Vea usted la Novia como grupo preñada con la simiente de Dios que es la Palabra de Dios la cual pues, ya sabemos que esa simiente estaba ¿dónde? Estaba en Elías. Él tenía la simiente, la Palabra ¿para qué? Para engendrarle un Hijo a la Novia.

Entonces, con la simiente, con la Palabra, con la Palabra hablada, fue por la Palabra hablada que le engendró ese Hijo a la Novia, y esa Novia tiene que parir un Hijo.

Entonces vea usted que si en un matrimonio el esposo engendra, le engendra un hijo a la esposa, entonces cuando pare, ¿qué es lo que pare? Pues para un hijo, y ese hijo es ¿qué? Otro cuerpo, ¿ve? Ella es un cuerpo, y lo que pare es otro cuerpo. Pero ese cuerpo estaba dentro de esa esposa; nadie lo veía, nadie lo veía, pero cuando le llegan los dolores de parto a esa esposa, ella pues siente los dolores de partos, sabe que algo está por acontecer; entonces en unas cuantas señales, hay unas cuantas señales que ocurren para saberse lo que va a suceder: aparecen unos dolores, luego encontramos que aparece la señal ¿de qué? Del agua, rompe fuente; y cuando se ve en medio de Su Novia saliendo ¿qué? Agua: Palabra, entonces algo está por acontecer; hay que correr, hay que actuar de emergencia y llevar a esa novia que va a dar a luz, llevarla ¿a dónde? Llevarla a donde el doctor. ¿Ve usted? Porque sabe cómo va a trabajar para que ese niño salga bien. ¿Por qué? Porque ese es un Hijo de la Promesa, ese es un hijo simiente.

Encontramos que en las edades pasadas no nació ningún Hijo simiente, como Cuerpo de Creyentes, que lo que nacieron fueron ¿qué? Lo que nacieron fueron Iglesias, mujeres; pero no nació ningún varón, como grupo de creyentes. Pero la Novia de este tiempo final, a ella le fue engendrado ¿qué? Un Hijo simiente; entonces ¿quién se lo engendró? El Señor cuando vino en Su Segunda Venida en Elías; entonces se casó con la Novia, porque las Bodas ya ocurrieron, y no hay necesidad que el Novio viniera, se casará estuviera con la Novia y luego le hubiera engendrado un Hijo antes de irse. Pero sabemos que por la Palabra hablada, fue por el mensaje, por ese mensaje hablado, por esa Palabra hablada, por esa Palabra creadora le engendró un Hijo a la Novia en Su vientre. Bueno, eso está dicho ahí:

  • “259 El continuó revelándole Su Palabra al Cuerpo, y vindicándose, igual, por Sí Mismo. Sus hijos comenzaron a parecerse más a Él, porque el Cuerpo está llegando a madurez, o se vuelven los hijos de la Palabra, no hijos de la iglesia. ¡Hijos de la Palabra! Y la Novia será una Dama muy hermosa de la Palabra, no adulterada, no habiendo sido tocada por organización humana, ni teorías humanas. Ella será puramente la Novia de la Palabra, sin adulteración. Amén y amén. Ojalá que allá por todas las conexiones telefónicas puedan captar eso. Ella será la hija impregnada de Dios”.*

¿Ve usted? Bueno, y si está, cuando Él está allí presente, cuando el Señor está presente en Elías y le engendra ese Hijo a esa Novia, a ese Cuerpo de Creyentes, ese Cuerpo de Creyentes Él lo recogió ¿de dónde? De entre todas las denominaciones; sacó unos de aquí, otros de allá, formó esa Novia, y después ¿qué pasó? Se casó. Entonces le fue presentada esa Novia en Su venida; cuando vino en Elías ahí recibió esa Novia, se casó con ella, le engendró un Hijo por la Palabra, y cuando se va ya ese Hijo está ahí en el vientre, es un Hijo simiente.

Entonces, luego que Él se va, ese Hijo va siendo formado Palabra sobre Palabra, célula sobre célula, va creciendo ahí dentro del vientre y nadie se da cuenta lo que está pasando dentro de esa Novia, en el vientre de esa Novia, ¿ve? Entonces, cualquier mujer puede mirar esa Novia: “Bueno, es una mujer como nosotras” pueden decir las otras mujeres; las otras iglesias pueden decir: “Bueno, ella es una mujer, una iglesia como toda mujer”. ¿Ve usted? O sea hablando de la Novia, del Cuerpo de Creyentes de la Novia, con la cual se casó el Señor en Su Venida, cuando vino en Elías.

Pero, ellas pueden decir que es una mujer, pero sabemos que era una mujer virgen en la cual el Señor vino y con la Palabra hablada, antes que el diablo viniera y le engendrara un Hijo, como hizo con la primer Eva y como hizo con la segunda, vino el Señor en Elías y le engendró por la Palabra Hablada.

Y ahora, lo grande es lo que está dentro de esa Novia, porque eso que está dentro, ese Hijo que está dentro es el Hijo de la promesa, el Hijo simiente, ese es el Hijo que debió de haberle nacido a la Novia que nació el Día de Pentecostés; pero antes que el Señor viniera por segunda vez ella cayó, y entonces el diablo fue el que le engendró un hijo, un Caín: la denominación. Entonces persiguió a… entonces persiguió, entonces a los Abel, ¿ve? Por eso entonces las persecuciones allá en los tiempos pasados, persiguiendo a muerte a los hijos de Dios ¿quién? Caín. ¿Ve usted?

Entonces la denominación, entonces vino y persiguió a muerte, encabezada, usted sabe, la primera denominación, la primera iglesia organizada fue la iglesia católica romana; entonces esa fue la primer denominación que nació, ese fue el primer hijo que le nació a la Novia que nació en el Día de Pentecostés; y el primer hijo que le nació no fue el Hijo simiente de Dios, porque ella no era la Novia. Pero el Señor prometió que habría de regresar ¿para qué? Para engendrarle un Hijo por la Palabra hablada, lo que Él habría de hacer en Su Segunda Venida.

Entonces Ella no espero, no se mantuvo virgen hasta que llegara el Señor por segunda vez para que entonces por la Palabra hablada le engendrara un hijo y naciera ese hijo, ese Cuerpo de Creyentes, que viniera no más símbolo de Novia, ni de Esposa, sino de Hijo de esa Esposa, hijo de esa Virgen.

Así como sucedió cuando el Señor allá encontró una virgen pura: María, y entonces vino y le habló, el Ángel del Señor le habló a ella, Gabriel le habló a ella, y entonces ella dijo: “Hágase en mí, en tu sierva, conforme a Tu Palabra” [San Lucas 1:38], y le fue creado un Hijo simiente en el vientre de ella. ¿Ve usted?

Entonces, fíjese, el Señor llegó a María antes que el hombre llegara a ella; por eso entonces pudo producir el Hijo simiente.

Ahora vemos que ese Hijo simiente fue el Hijo prometido; y así como vino el Hijo simiente, la Palabra, el Hijo prometido allá, está prometido que vendrá también un Cuerpo de Creyentes, un hijo varón, no una iglesia, porque la iglesia está con el símbolo de mujer, sino un hijo varón, un Cuerpo de Creyentes (masculino), el cual será un Cuerpo de Creyentes que será la Palabra simiente.

Entonces ese Cuerpo de Creyentes será ¿qué? Será el Cuerpo de Creyentes que no tendrá ligas, que no tendrá denominaciones, que no tendrá dogmas, sino que será la Palabra pura manifiesta.

Entonces vemos que esa Novia, esa segunda Novia o esta Novia acá, la cual el Señor formó sacando a unos de aquí, otros de allá y otros de allá, de ahí formó la Novia, y entonces el Señor en Su Segunda Venida cuando vino en Elías la recibió, le engendró un Hijo y ese Hijo estaba ahí engendrado en el vientre de ella; ahí en el vientre de ella estaba la simiente. Entonces, cuando se fue, cuando se fue sabemos que él dejó Su simiente en ella.

Entonces, si la Novia tuvo Su revestimiento o su investimiento, y fue la venida del Señor y la venida del Señor fue en carne humana en Elías, por eso es que no había límites en cuanto a lo que el Señor podía hacer en medio de Su Novia, de Su iglesia; porque estaba en ella en carne humana en Elías. **

¿Sabe usted lo que dice Dios aquí en la página 58 del libro de Notas? **Mire lo que dice… párrafo 511:

“511 - Ahora, ¿qué hubiera tomado lugar cuando Dios comenzó a vaciar fuera el Espíritu Santo sobre la iglesia en los últimos días? ¿Qué hubiera pasado 25 años pasados cuando Él comenzó a mandar abajo sus señales, maravillas y milagros? ¿Qué hubiera tomado lugar si la gente hubieran todos acudido a ello? ¿Qué hicieron ellos? Ellos dijeron: Eso es hechicería, eso es hipnotismo, él usa telepatía mental. Es esto, eso o lo otro. Si las grandes iglesias todas juntas hubieran visto, ¿qué hubiera pasado? Hermano, allí no hubiera habido tan siquiera necesidad de un hospital en la Tierra hoy día. Eso es verdad. Hubiera habido dones tan grandes y poderosos obrando entre la gente, hubiera tal respeto, hasta... la iglesia ya se hubiera ido para su hogar y el Milenio estaría puesto” .

Eso era 25 años atrás, está diciendo en el 1961.

Sí la Iglesia hubiera reconocido, si las grandes iglesias hubieran reconocido y hubieran acudido a ello, entonces ni un hospital hubiera hecho falta, no hubiera ni un hospital, y el rapto hubiera acontecido, y también el Milenio estuviera ya. Pero no le reconocieron Y por esa causa ¿qué pasó? Por esa causa perdieron la bendición que Dios les tenía.

Ahora vemos que entonces Dios tomó de cada denominación uno aquí y otro allá, y ahí formó un cuerpo de creyentes al cual llamó Su Novia, una virgen, porque las denominaciones no son vírgenes; por eso es que dice que los 144.000 son ¿qué? Son vírgenes, porque no se han contaminado con mujeres.

Ahora cualquier persona puede leer eso y pensar que es que nunca se han casado; pero es que no se dan cuenta que ese grupo de 144.000 es un grupo de creyentes de las 12 tribus de Israel. ¿Ve usted? Y eso no quiere decir que todos son jóvenes que no se han casado; más bien, eso lo que nos enseña es que no se han contaminado con mujeres, y mujeres son ¿qué? Iglesias, denominaciones; no pertenecen a las denominaciones, no son denominacionales, son personas libres, son vírgenes para el Señor. Y como la Novia del Señor, es una Novia virgen en la cual el Señor le engendró ¿qué? Le engendró un Hijo; y ese Hijo será (cuando nazca) ¿qué? Un cuerpo.

Ahora vemos, ese Hijo tendrá una diferencia a su madre; su madre está conocida bajo el símbolo del sexo femenino, pero ese Hijo será conocido bajo el símbolo del sexo masculino; esa es la diferencia entre la Novia y el Hijo de la Novia.

Entonces, vea usted que la Novia cuando se casa toma el Nombre de Su Esposo; pero el Hijo cuando nace, el Hijo cuando nace nace con el Nombre de Su Padre. Él como Hijo, siendo simiente, Él entonces tiene ya el Nombre de Su Padre, porque todo hijo viene el nombre de su padre.

Entonces ¿quién es el Padre del Hijo que le fue engendrado a la Novia? Entonces vemos que el Padre de ese niño, de ese Hijo que le fue engendrado a la Novia, el Padre ¿es quién? Dios. ¿Por qué? Porque esa es la Novia de Dios, la Novia del Cordero con la cual Él se casa; el Cordero se casa con ella. Pero ese Cordero se convirtió en León para casarse con ella; entonces ese Cordera se convirtió en Leona; entonces ¿qué es lo que tendrán? Ese Hijo que tienen será un León.

Por eso, entonces cuando ese Hijo habla, pues habla ¿cómo? Habla como habla Su Padre.

Dice que cuando el Ángel Fuerte descendió, dice que clamó como cuando un león ruge [Apocalipsis 10:3]. ¿Ve usted? Entonces cuando el Hijo habla, el Hijo… Usted sabe que en los tiempos pasados, en cuanto a la adopción, ¿quién era el que era adoptado en la familia? ¿Las hijas? No, el hijo varón.

El hijo que mostraba que era obediente a su padre y que se ocupaba de los negocios de su padre, el cual había sido colocado en mano de tutores, el cual había sido colocado en manos del tutor ¿para qué? Para que le enseñase. Entonces el tutor venía a ser el maestro de ese niño. Entonces, luego encontramos, que después de algún tiempo de estar recibiendo la enseñanza de su maestro, del maestro, del tutor, entonces era que venía a la adopción, ¿ve?

Ahora vemos que ese Hijo de la Novia, es el Hijo que será adoptado; ese Hijo de la Novia será entonces el que tendrá ¿qué? El que tendrá la autoridad y la orden de parte de Dios, donde Dios dice: “Habla”, ¿ve? Entonces vemos que ese Hijo es ¿qué? Ese Hijo es un Cuerpo de Creyentes.

Ahora vemos que la Novia como grupo estaba hablando, en su tiempo, ¿ve? Ahora vemos que la Novia habló; pero sabemos que la boca de la Novia fue ¿quién? Fue Elías; porque siempre la boca de Dios son Sus profetas.

Ahora, vemos que la Novia hizo grandes cosas, grandes milagros; no le preguntan al hermano Branham: “¿Hermano Branham, la Novia tendrá un ministerio antes de irse?” Y él dice: “Lo tiene, Efesios 4:5, ahí está”. ¿Ve usted?

Entonces, encontramos que la Novia tenía ese glorioso ministerio a través de Elías, entonces esa Novia, en esa Novia estaba siendo ministrada la Palabra, Dios la estaba ministrando en carne humana a través de Elías.

Ahora, encontramos y vemos que el investimiento de la Novia o de la Iglesia como grupo, de la verdadera Iglesia como grupo, fue ¿qué? La venida del Señor; y la venida del Señor es con Moisés y Elías. Elías primero y Moisés después.

Ahora vemos que cuando vino el Elías ese fue el investimiento de la Novia como grupo. La Novia como grupo estaba investida, investida del Espíritu Santo en carne humana en Elías; y a través de Elías Dios estaba hablando en medio de Su Novia.

Pero ahora, ya entonces tenemos que ver, que luego que Dios obra con la Novia y viene el investimiento de la Novia, y es efectuado y es la venida del Señor, y la venida del Señor viene en Elías primero y después en Moisés; ahora vemos que ya vino en Elías, y vemos todas las cosas que hizo en Elías o con Elías. Vemos la venida del Señor en el cuarto Elías. Porque eso estaba en Malaquías ¿qué? Malaquías 4, dijo que Jesucristo descendería en carne humana o Jesucristo descendería y se personificaría en carne humana. O sea, que el Señor vendría y estaría metido en carne humana; y cuando estaba metido en carne humana, eso era ¿qué? Pues la Segunda Venida del Señor: en Elías primero. Y sabemos que el Señor es ¿qué? La Palabra, sería ¿qué? La venida de la Palabra en carne humana, la Palabra estaría en carne humana, encarnada.

Siempre que la Palabra está en la Tierra y está revelándose, siempre está velada en carne humana.

Cuando estaba allá en la Tierra, allá en los tiempos de Jesús, la Palabra estaba en carne humana, en un cuerpo, en aquel cuerpo que conocieron con el nombre de Jesús de Nazaret. Pero ahora ¿qué? “En el principio era la Palabra y la Palabra era con Dios, y la Palabra era Dios y la palabra se hizo carne” [San Juan 1:1; San Juan 1:14].

¿Ve usted lo que fue la Primera Venida del Señor? La Palabra hecha carne, la Palabra en un velo de carne, Dios en un velo de carne.

Ahora vemos que la Segunda Venida del Señor es la misma cosa; es la venida de la Palabra en carne humana en Elías primero, como el investimiento de la Novia, y en Moisés después.

Entonces, fíjese, el investimiento de ese Cuerpo de Creyentes llamado la Novia, fue ¿qué? La venida del Señor en carne humana.

Ahora también sabemos que el Hijo de la Novia será el que será adoptado. Sabemos que el Hijo de la Novia tiene que ser investido también. Sabemos que el Hijo de la Novia es el que hereda todo lo de Su Padre: todo el poder, toda la autoridad, todos los negocios de Su Padre los hereda Él. Entonces ¿cuándo los hereda? Cuando le son colocados en Sus manos, Él entonces es el que los administra. ¿Ve usted?

Ahora vemos, que ya vino Elías y vemos que le dejó el Señor en Elías, porque el Elías de esta edad ¿es quién? El mismo Señor Jesucristo; y le engendró un Hijo. Entonces vemos que la Novia estuvo embarazada con ese Hijo por el tiempo señalado por Dios; pero luego tienen que venir los dolores de parto; tiene que venir en el tiempo asignado del Señor para el nacimiento de ese Hijo Palabra, así como María, aquella virgen, cuando le llegó el tiempo tuvo que nacer el que estaba dentro de ella.

Ahora vemos que ella tenía la Palabra dentro, y la Palabra estaba allí, llegó el tiempo de nacer y no tuvo lugar en el mesón para nacer. ¿Ve usted? No hubo lugar en ningún lugar de esos para nacer, tuvo que nacer entonces allá entre los animales, allá como Él era el Hijo, el Hijo Cordero, tuvo que nacer allá entre los animales, entre las ovejas, allá entre todo aquel rebaño. ¿Ve usted? ¿Por qué? Porque Él era un Cordero.

Ahora observe bien: ahora lo que va a nacer es un León; está supuesto entonces a nacer ¿dónde?... Bueno entonces tiene que ver con León, Su nacimiento estará identificado con el sitio de los leones. ¿Ve usted?

Entonces, Él viene como León. Entonces ese Hijo también nace como León; por eso es que el Señor viene como León para juicio, para juzgar al mundo; y entonces cuando ese Hijo nace será un León también; y entonces ese Hijo es el que es adoptado y ese Hijo entonces rugirá como un León.

Entonces tenemos que ver el nacimiento de ese Hijo, tenemos que ver que el nacimiento de ese Hijo tiene que ver con el símbolo del León, así como el nacimiento del Cordero tenía que ver con el símbolo del Cordero; por eso nació en abril, el Cordero, y por eso nació allá entre las ovejas, y por eso fue que fueron invitados a ese nacimiento los pastores de oveja, porque allí estaba naciendo un Cordero.

Ahora vimos que fue una invitación especial de parte del Señor.

Ahora vemos entonces que en ese nacimiento de ese Hijo Palabra, de ese Hijo León, ¿qué es lo que le nace a un o a una leona, qué es lo que usted cree que le nace? ¿Un cordero? ¿Cree usted que lo que le nace es un cordero? ¿Cómo le pueden hacer un cordero a un león y a una leona? Eso es algo imposible. Por lo tanto, entonces, entonces mire con detenimiento: página 86 y 87 de Los Sellos, donde dice:

  • “129. Él viene para llevarse Sus súbditos. Él reveló Sus secretos y ellos lo reconocieron. Luego para ese tiempo, el tiempo no será más, ya se acabó, ha terminado. Bien, ahora, Él deja el Trono donde ha estado como Cordero Intercesor, para ser el León, un Rey para traer el mundo a juicio, el cual ha rechazado Su Mensaje. Él ya no es Mediador. Recuerde la enseñanza del Antiguo Testamento: Cuando la sangre se apartaba del propiciatorio ¿qué sucedía? Se convertía en tribunal de juicio. Y ahora cuando el Cordero inmolado salió de la eternidad, del Trono del Padre, y tomó Sus derechos, fue entonces un tribunal de juicio; y Él entonces ya no es un Cordero sino un León, el Rey, y clama por Su Reina que venga a pararse a Su lado”.*

Por lo tanto, entonces Su Reina, entonces, así como Él cambió de Cordero a León, ahora Su Reina, que en las edades era como una Cordera (porque el Señor estaba como Cordero), ahora Su Reina cambia de Cordera a Leona, y se pone a Su lado. ¿Ve usted?

Entonces vemos que al pararse a Su lado, entonces ya está ahí el León y la Leona; y vemos entonces que León y la Leona han de tener un Hijo; y han de tener un Hijo, no una hija, no van a tener una Iglesia; lo que van a tener un Hijo. No van a tener ¿qué? Un Cuerpo de Creyentes denominada con el nombre de Iglesia y no denominada por el sexo masculino.

¿Ve? Entonces será un león, entonces tendrá un Mensaje de León, tendrá un Mensaje de Juicio, y así entonces ese Hijo, ese León que le nace a la Leona, y como León de la tribu de Judá… Imagínense, imagínese: todo hijo viene a imagen y semejanza de su padre. ¿Ve usted? Y también todo hijo viene con el nombre de Su Padre. Ese leoncito que le nace a la Leona viene con el Nombre de Su Padre; viene con el Nombre del León de la tribu de Judá, con el Nombre del Rey de reyes y Señor de señores; y el León de la tribu de Judá es el Hijo de David, Rey de reyes y Señor de señores. Por lo tanto, entonces este leoncito se llama del mismo nombre; no se llama bautista, no se llama metodista, no se llama pentecostal. Él trae el Nombre de Su Padre. ¿Ve usted? Y entonces al tener el Nombre de Su padre, entonces ya no tiene el Nombre como Cordero. Vea usted esto ahora.

Encontramos, que el Nombre del Cordero durante las edades de la Iglesia era el Nombre de Redención: Jesucristo, y por eso entonces, entonces esa Cordera se llamaba del Nombre del Cordero; ella era ¿qué? Ella era la señora o la señorita Jesucristo, ella era… entonces, si los creyentes se llamaban por el Nombre del Cordero, se llamaban por el Nombre del Señor como Redentor; por lo tanto, entonces durante las edades de la Iglesia eran conocidos los creyentes ¿cómo? Como cristianos.

Pero Él dice que hemos tenido un cambio de nombre; entonces al tener un cambio de nombre, ese cambio de nombre tiene también que ver con el cambio de posición del Señor, que Él cambió de Cordero a León. Como Cordero, Su Nombre era el Nombre de Cordero: Jesús: Redentor; pero como León, Él tiene el Nombre Nuevo, el cual es el Nombre Eterno; y ese Nombre Eterno es entonces el que toman ¿quiénes? El que toma la Novia al casarse, aunque una mujer no quiera honrar y reconocer que ese es el nombre de ella desde el momento que se casa, así también la Novia la esposa del Señor, ese es el Nombre de ella.

Por eso él dice: “hay muchas Iglesias…” Vamos a leerlo por aquí, dice que hay muchas Iglesias, muchas denominaciones, eso he dicho ahí, déjeme ver cómo… eso se encuentran en la página 12 del mensaje titulado El Lugar Escogido de Dios para Adorar, página 12, dice ahí de la siguiente manera. Dice:

  • “Esta noche hay muchas mujeres buenas en este edificio, mujeres buenas y leales; pero hay una señora: William Branham, ella es la que va conmigo a casa, ella es la única que es mi esposa”.*

Ahora recuerde que mujeres tipifican ¿qué? Iglesias. Ahora, él dijo: “hay muchas mujeres buenas en este edificio, pero hay una sola señora: William Branham”, eso tipificando: iglesia, hay muchas Iglesias y luego hay una sola Iglesia. Vamos a ver. Sigue diciendo:

  • “En todo el mundo hay gente buena, iglesias buenas, pero hay una sola Señorita Jesucristo, y por esa es que Él viene; ahí es donde se haya Su Nombre, ahí es donde está su adoración, en ella, y únicamente en ella”.*

Ahora recuerde, dice: “hay muchas iglesias buenas, pero una sola Señorita Jesucristo”. Señorita… pero recuerde que cuando se casa pierde el nombre de señorita y entonces toma el Nombre de señora, y el Nombre que toma ¿es cuál? El Nombre del Esposo; como señorita ella es la Señorita Jesucristo, pero como la Señora esa es la Señora William Marrion Branham; porque ese es el Nombre del Esposo en Su Segunda Venida cuando ha venido en Elías; con ese nombre fue que él vino, porque ese es el Nombre del Esposo. ¿Ve usted?

Entonces vemos que ese mismo nombre que ella toma, porque ella lo toma por causa de que se casa con Él; pero ahora el Hijo que le nace, el Hijo que le nace no toma ese Nombre así porque así, sino que Él viene con ese Nombre. ¿Ve usted? Porque Él es la Palabra; y todo hijo viene en el nombre de su padre. Lo único que se hace cuando nace ese Hijo, es que se pronuncia ese Nombre y se reconoce ese Nombre como el nombre de ese Hijo. Lo que hemos hecho no es como hijo llamarnos de ese Nombre o ponernos ese Nombre; lo que hemos hecho como hijos ¿es qué? Reconocer que ese es el Nombre nuestro, porque es el Nombre del que nos engendró. Porque todo hijo viene en el nombre de su padre; por eso el Señor dijo: “yo vine en el nombre de mi Padre, y no me recibiste” [San Juan 5:43]. ¿Ve usted?

El Señor vino en aquella ocasión con el Nombre de Su Padre para salvación. Ahora este Hijo ¿con qué nombre viene? Viene con el Nombre de Su Padre; el mundo, las denominaciones no le recibirán; solo recibirán a otro que viene en su propio nombre: el anticristo, ¿ve?

Entonces, pero ese Hijo no lo recibirán el mundo denominacional; las denominaciones no le recibirán, el Concilio mundial de Iglesias no le recibirá, Roma no le recibirá; pero sin embargo ese es el Hijo prometido, ese es el verdadero Hijo simiente como grupo que estaba prometido que habría de aparecer, que le habría de nacer a alguien… y todas las denominaciones esperaban que de entre ellos saliera un grupo de creyentes verdaderos con el poder de Dios, ¿ve? Pero este Hijo prometido solamente le nacería a una virgen; tenía que ser a una virgen, porque ese Hijo tenía que ser un hijo santo, un hijo sin intervención humana, un hijo que viniera sin ser tocada esa virgen antes por manos humanas, por manos denominacionales, por doctrinas denominacionales, por dogmas, credos y tradiciones.

Por lo tanto, el Señor cuando vino y se encontró con esa virgen que había salido de entre las denominaciones, unos de aquí y otro de allá, y ese grupito vino a ser una virgen muy joven (María era muy joven, unos 15 años tenía), ¿ve usted? Entonces encontramos que ella dijo: “Hágase conmigo con tu sierva conforme a tu Palabra”. ¿Quién fue el que le apareció a ella? El Ángel del Señor. ¿Quién le aparece a esta? El Ángel del Señor. ¿Ve usted?

Entonces vemos que ese Hijo que le nace, pues es el Hijo Palabra; por lo tanto, ese Hijo viene en el Nombre de Su Padre; digan lo que digan ese es el Nombre de Su Padre.

Aquella gente de allá no entendieron cuando vino aquel Hijo, que Él vino y ese nombre que traía era el Nombre de Su Padre para salvación. ¿Ve usted?

Pero ahora este no viene con el Nombre y en el Nombre de Su Padre, con el Nombre de Reclamación, con el Nombre Eterno de Dios, ese Hijo de ese Cuerpo de Creyentes. Y entonces vemos que ese Hijo, ¿cuándo fue ungido aquel Hijo? ¿Cuándo fue ungido aquel Hijo? Fue ungido allá cuando fue bautizado en el Jordán; allí fue ungido, los cielos se abrieron y allí fue ungido siendo bautizado en las aguas, en el bautismo de las aguas, allí fue ungido.

Ahora entiendan una cosa ustedes: una cosa es el ungimiento sobre una persona como individuo y otra cosa es el ungimiento de un Cuerpo de Creyentes como grupo.

Vemos que allí descendió Dios y allí estuvo en ese cuerpo humano, y luego se fue allá al desierto y luego regresó en poder del Espíritu Santo, y luego leyó de lo que hablamos el domingo pasado aquí, y leyó aquella Escritura que tenía que ver con Él: Isaías 61, y dijo: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido el Señor”, y empezó a decir para qué: para anunciar buenas nuevas, para proclamar el año de la buena voluntad y todas esas cosas, para abrir la cárcel a los presos, y todas estas cosas que tenían que ver con Él. Ahora vemos que Él se identificó con Isaías 61, ese Ungido, ese cuerpo ungido, ese individuo se identificó con Isaías 61.

Ahora vemos que habrá un cuerpo ungido con el Espíritu del Señor; un cuerpo ungido, un Cuerpo de Creyentes ungido con la presencia del Señor; y ese Cuerpo de Creyentes también cumplirá Isaías 61, la segunda parte del verso 2.

Ahora hemos estado… el domingo pasado hablábamos de Isaías 61, verso 2, cumpliéndose en un hombre: Moisés. Pero en esta noche hablamos de eso mismo cumpliéndose en un cuerpo, pero de creyentes, un grupo de creyentes en el cual se cumplirá también Isaías 61, la parte 2 del verso 2; y entonces ese Cuerpo de Creyentes será ungido con el Espíritu del Señor, ese Cuerpo de Creyentes recibirá el investimiento.

Ahora ¿que fue el investimiento allá para el Señor? Fue la venida del Señor en el Jordán allí, a Él, ¿qué fue para la Novia como grupo? Fue la venida del Señor en carne humana; porque así es dicho que hay un investimiento y ese investimiento es la venida del Señor. ¿Qué será entonces el investimiento para el Hijo que le nace a la Novia? Pues no hay otro investimiento, sino, la venida del Señor.

Entonces ¿dónde es que recibe el investimiento? ¿Y dónde es que es ungido con el Espíritu del Señor? Allá fue cuando fue bautizado en las aguas, ¿ve?

Entonces encontramos que ese Hijo que le nace a la Novia recibe ¿qué? Recibe ese investimiento, recibe esa unción, también cuando es metido a las aguas. ¿Ve usted?

Cuando es metido a las aguas para ser bautizado en las aguas de la Palabra de Dios para esta tercera dispensación; ya no aguas literales, sino aguas espirituales. Entonces, ahí entonces surge ¿qué? Surge un ministerio nuevo, surge un ministerio de ese Hijo; ese Hijo es ungido con esa unción para Dios usarlo en un ministerio que Él tiene que llevar a cabo.

Entonces, fíjese, Él recibe ese investimiento y ese investimiento es ¿qué? La venida del Señor en carne humana en Moisés. Cuando ese Hijo es sumergido en las aguas de la Palabra, en las aguas espirituales del bautismo, ya no siendo bautizado en agua literales; allá era en aguas literales en el Nombre del Señor para Redención. Ahora son bautizados acá en las aguas espirituales de la Palabra en el Nombre Eterno del Señor, que es el Nombre Nuevo del Señor; y entonces cuando es sumergido y se levanta, entonces está ungido con el Espíritu del Señor; el Espíritu del Señor en Su Segunda Venida cumpliendo la segunda parte de Su Segunda Venida, viniendo en Moisés. Y entonces ese Cuerpo de Creyentes, ese Hijo que se levanta, ese Hijo que le ha nacido a la Novia, siendo bautizado, entonces es ungido con ese Espíritu del Señor, con el espíritu ministerial de Moisés y Elías. Y entonces ese Cuerpo de Creyentes tiene esa unción.

Por lo tanto, ese Espíritu de Dios se moverá en y a través de ese Hijo, y hará las obras que están prometidas que Dios ha de hacer a través de ese Hijo que le nace a la Novia.

Encontramos que ese Hijo, fíjese, encontramos que ese Hijo hablará; encontramos que Dios hablará a través de ese Hijo. Dios se manifestará a través de ese Hijo.

Encontramos entonces que todo cuerpo, todo hombre para hablar habla por la boca; por las manos o con los pies lo único que puede hacer es señales; y si usted entiende las señales, pues las puede entender. Pero solamente puede hablar, puede venir la Palabra hablada por la boca; y ese Hijo ha de hablar la Palabra, ese Hijo tendrá el ASÍ DICE EL SEÑOR. Y si ese Hijo tiene boca, entonces, tenemos que con detenimiento ver, con cuidado ver, que Dios hablará a través de ese Hijo; entonces fíjese, entonces ese hijo estará hablando, pero será Dios a través de ese Hijo.

Ahora entonces, usted observe con detenimiento y vea qué es la boca de Dios. Ese Hijo será la boca de Dios, ¿ve? Dios hablará por ese Hijo. Pero recuerde, que todo el cuerpo no es boca, ¿ve? Todo el cuerpo no es boca. ¿Qué es la boca de Dios? ¿Qué ha sido la boca de Dios a través de todas las edades? La boca de Dios a través de todas las edades, para Dios hablar, han sido Sus profetas. Por lo tanto, entonces ese Hijo que le nace a la Novia es ¿qué? Un Hijo en donde habrá un ministerio de profeta.

Por lo tanto, entonces, ese Hijo hablará por la boca. Entonces la Palabra de Dios saldrá, será predicada por ese Hijo, y entonces todo lo que Dios ha de hacer por Su Palabra hablada que sale de la boca de Dios, entonces será cumplido conforme a como se ha hablado. Dios efectuará todo lo que Él prometió para este tiempo con ese Cuerpo de Creyentes.

Ahora entienda bien que estamos hablando del Hijo que le nace a la Novia y estamos hablando de ese cuerpo, de ese Hijo como un Cuerpo de Creyentes. Como Cuerpo de Creyentes ese Hijo hablará. y hablará ¿cómo? Por la boca, y entonces Dios estará en la boca de ese Hijo.

Por lo tanto, entonces, vemos que… fíjese, fíjese, por la boca se habla y por la boca se come también; entienda bien eso. Para poder usted hablar fuertemente, tiene que alimentarse bien.

Ahora entienda una cosa, lo siguiente: ese hijo cuando nace para alimentarse y para crecer tiene que alimentarse y comer por la boca también. ¿Ve usted?

Imagínese que un hijo que le nazca en un hogar tenga que comer por los dedos. ¿A dónde llega ese alimento? ¿Usted ha visto los que comen con los dedos o se llenan las manos de comida? Se les queda ahí. ¿Ve usted? No le es de alimento.

Pero cuando la persona come por la boca, encontramos que en la boca es donde primero comienza a hacerse la digestión. ¿Sabía usted eso? No es en el estómago, es en la boca, porque en la boca están unas glándulas aquí interiores qué segregan ciertas sustancias, y entonces esas sustancias tienen que ver con la digestión, y cuándo comienza a segregar esa sustancia, entonces el estómago se pone en actitud correcta para ¿qué? Para hacer digestión, que cuando baja hacia allá esa comida, ya el estómago está preparado; y entonces está preparado ya con todo, y comienza a hacer esa digestión.

Pero imagínese, imagínese usted que vengan y le hagan una traqueotomía; por aquí roto, por aquí como le hacen a muchos; eso es una cosa anormal. Eso es cuando la boca o cuando en la boca y la garganta hay algo malo, ¿ve? Entonces le hacen una traqueotomía, le hacen un roto y no le pueden echar cosas sólidas ahí, sino cosas líquidas, ¿ve? Pero imagínese que le echen un pedazo de carne por ahí ¿qué le pasa? Se muere, se ahoga.

Ahora vemos, que mientras le echen líquido por ahí, pues no se muere; pero no estamos en tiempo de estar bebiendo leche, estamos en tiempo de comer carne sólida, vianda sólida; y eso no puede entrar por una traqueotomía, eso no puede entrar a través de un tubo artificial; eso tiene que entrar a través de la boca; y en la boca, en la boca es ¿qué? En la boca es que el alimento que el estómago va a digerir, ahí es que es partido en pedacitos, ahí es que se parte bien en pedacitos; y ahí es que la misma boca con las glándulas que tiene ahí, le echa las sustancias que debe echarle, y entonces ahí comienza la digestión y cuando llega allá abajo, ya el estómago está listo, con todo listo, ya funcionando el estómago para digerir todo eso que ya bajó bien partidito.

Imagínese si la boca le manda un canto de bistec, se lo manda entero para abajo ¿qué pasa? ¿Qué le pasa al estómago? ¿Qué es lo que pasa? Una… en vez de hacer una digestión hace una congestión; y de una congestión se muere cualquiera, de una digestión se alimenta el cuerpo; de ahí es que se alimenta el cuerpo, de la digestión, y de ahí es que crece, porque si no hace una buena digestión, entonces ¿qué pasa? Entonces no puede crecer, sino que se muere.

Ahora vemos que la boca es la que se encarga de eso. La boca de ese niño que le nace a la Novia es la que se tiene que encargar de tomar todo ese alimento que Él va a recibir, que ese cuerpo va a recibir, ese cuerpo de creyentes, tomar todo este alimento, de aquí toma un pedazo de carne, de aquí… carne fresca, carne fresca no carne de otro edad, carne fresca de las que las águilas comen; “porque donde estuviera el cuerpo muerto, el cuerpo fresco, el cuerpo del Hijo del Hombre, ahí es que se juntarán las águilas”. Entonces toma de aquí esto, de aquí lo otro…¿no dice Dios a través de Elías, que él estuvo almacenando alimento? Así que hay una buena despensa y un buen almacenamiento de todo el alimento que necesita ese niño para crecer.

Pero dice que él estuvo tomando las zanahorias, y todo esto, y por acá, y almacenando.

Imagínese que usted se come una zanahoria entera, ¿qué le va a pasar? Pero si usted en la boca la mastica, entonces la parte de los pedazos que debe partirla, y entonces la misma boca segrega esos líquidos, ese líquido que tiene que segregar, esa sustancia, y cuando baja abajo, ya están bien partidita, y entonces ya no hay problema no puede hacer congestión, porque ya fue hecho todo de acuerdo a como tenía que ser hecho. Y si es hecho de acuerdo a como tenía de ser hecho, no hay problema alguno para ese estómago digerir ese alimento.

Ahora sabiendo nosotros que ese Hijo está creciendo a pasos agigantados desde que nació; vemos que fue destetado, porque dice la Escritura: “¿A quién se le enseñará ciencia…” [Isaías 28:9] ¿Qué ciencia? La ciencia de Dios. ¿A quién se enseñará ciencia? A los ¿qué? Destetados. ¿Y cuál es la ciencia de Dios? La Palabra de Dios para la hora, entonces esa ciencia de Dios viene ser alimento espiritual, carne fresca, vianda sólida, porque es ¿para quién? Para los destetados; ya no están de leche, sino de comida sólida. Por lo tanto, la ciencia de Dios tiene que ser enseñada a ellos para que crezcan en el conocimiento de la ciencia de Dios.

Quisiera buscar algo por aquí; déjeme ver si lo puedo conseguir rápidamente. Si lo pudiera conseguir se los leería a ustedes… ya casi estamos concluyendo. Déjeme ver, no recuerdo bien el sitio… sabemos entonces que el alimento espiritual que ese Hijo de la Novia, ese alimento espiritual que tiene que comer para crecer, tiene que pasar ¿por dónde? Si se lo come sin pasar primero por la boca, fíjese, es carne fresca; un pedazo de carne si no pasa por la boca y llega al estómago, puede morir de una congestión la persona.

Ahora ese niño no puede morir, porque es Hijo de la promesa, es el Hijo Palabra; por lo tanto, Él comerá el alimento espiritual, lo comerá como lo debe comer y lo recibirá en Su vientre, en Su estómago, y lo digiere de la manera que debe digerir.

Por lo tanto, entonces ese niño será un niño bien fuerte, será un niño bien alimentado, será un niño que comerá; no será un niño (como hay muchos niños) que no le gusta la comida.

Ahora sabemos que ese no es un niño cualquiera; por lo tanto, Él la única comida que no le gusta es la comida vieja, la comida de una edad pasada, de una dispensación pasada, sino que a Él lo que le gusta es la comida fresca, la carne fresca. Por lo tanto, Él comerá, Él llevará a Su boca ese alimento, y de la boca pasará al resto del cuerpo.

Cuando pasa al estómago donde se hace la digestión, entonces ahí se reparte para todos los miembros de ese cuerpo. Entonces es que ese alimento que entra por la boca, cuando de la boca pasa al lugar de la digestión, al lugar que lo tiene que recibir, entonces ahí es que se convierte en alimento, se convierte en vitamina, y entonces ahí es que ese alimento se convierte en carne. ¿No ha visto usted que una persona delgada porque está enferma y que no puede comer, y luego que es sanada entonces comienza a comer bien, y aquella persona que usted veía que no tenía mucha carne, comienza a comer más carne? ¿Y qué es eso? Esa carne que usted ve que está obteniendo es nada menos que el alimento que está comiendo, que se está convirtiendo ¿en qué? En carne; entonces se está convirtiendo para Él en vida.

Entonces vemos que ese alimento espiritual que entra por la boca y pasa al estómago donde es hecha la digestión, ahí se convierte entonces en vida para todo el cuerpo de ese Hijo. Entonces vemos que todo el cuerpo comienza a engordar espiritualmente.

Ahora, antes podía estar flaco, pero después se pone gordito con esa comida, y entonces vemos que sigue creciendo hasta que llega a cierto tiempo.

Ahora quisiera conseguir algo por aquí, pero no lo he podido conseguir, déjeme ver… es un lugar donde Dios dice, hablando acerca, acerca del Cuerpo de Creyentes, hablando de un grupito pequeño, dice que cuando ese grupito, que sabe colocar bien la Palabra, dice que la colocará bien y podrá partir, y podrá hacer lo que quiera hacer. Si alguno lo consigue quisiera, pues… 254 aquí está.

Ahora veamos, fíjese, ahí veremos a ese grupito pequeño, ahí veremos a ese Hijo que le nace a la Novia y ahí veremos a ese grupito pequeño partiendo bien la Palabra. ¿Dónde la parte? ¿Dónde usted parte viene el alimento que va a ser vida para usted, ese alimento que usted va a llevar al estómago? ¿Dónde es que usted lo parte bien? En la boca, porque la boca tiene dientes para hacer ese trabajo, tiene muelas; y entonces ahí lo parte bien, y después lo pasa al cuerpo. Y sabemos que la boca de Dios, sabemos que la boca de ese Hijo es ¿qué? Es siempre la boca de Dios: un profeta; sabemos entonces que la boca de ese Hijo será Moisés y Elías. Sabemos que la boca de ese hijo será ¿quién? Apocalipsis 11.

Por eso entonces… y de eso es lo que habla aquí; aquí está hablando de Apocalipsis 11, aquí está hablando de Moisés y Elías.

Ahora vean, si usted quiere ver si está hablando de él o no, de Moisés y Elías, usted lo busca en la página anterior y ahí usted encontrará que habla de Moisés y Elías. Entonces sigue buscando, antes de eso por ahí y también lo sigue encontrando. Ahora dice: [Sellos - pág.254]

  • “106. Ahora, anoche vimos que venía con su grande espada para matar, y también vimos que él será muerto con la Espada —la Espada de la Palabra* (y eso es ¿qué? Eso es Apocalipsis 19). La Palabra de Dios es una espada de dos filos que lo matará. Espere usted hasta que esos Siete Truenos pronuncien sus voces…”
  • “Espere usted hasta que esos Siete Truenos pronuncien sus voces…”.* ¿Ve usted?

¿Y qué es cuando los Truenos pronuncian Sus voces? Eso es la última parte de la Tercera Etapa, la cual está en otro idioma diferente al inglés. Y eso es Apocalipsis 11; Apocalipsis 11 hablará en un idioma diferente al inglés. O sea, Apocalipsis 11 es Moisés y Elías. Moisés y Elías no vendrán hablando inglés, no vendrán trayendo el Mensaje en inglés; sino en otro idioma. Porque, eso será ¿qué? La última parte de la Tercera Etapa que dice Dios a través del hermano Branham que estaba en un idioma desconocido: pero la primeras dos partes anteriores de la Tercera Etapa no estaba en un idioma desconocido, estaba en el idioma inglés porque la Tercera Etapa estaba manifiesta primero en Elías y después la última parte en Moisés, porque la Tercera Etapa es ¿qué? Es la Palabra. La Tercera Etapa es en la venida del Señor, Él lleva a cabo la Tercera Etapa.

Entonces, dice:

  • “106. Espere usted hasta que esos Siete Truenos pronuncien sus voces; y aquel grupo que en verdad puede tomar la Palabra de Dios y colocarla bien…”*

“Colocarla bien”. ¿Cuándo es el tiempo en que la Palabra será bien colocada? Cuando los Truenos, cuando los Truenos ¿qué? Cuando los Truenos pronuncien Sus voces; y entonces habrá un grupo.

  • “...y aquel grupo que en verdad puede tomar la Palabra de Dios y colocarla bien, entonces cortará y partirá; podrán cerrar el cielo, podrán hacer esto o aquello o lo que les plazca”.*

Ahora ¿quién dice Dios a través del hermano Branham que podrá cerrar los Cielos y la Tierra, ordenar que acontezcan terremotos, ordenar que no llueva, ordenar todas esas plagas? ¿Quién? Moisés y Elías. Y ahora vea usted que Él relaciona el ministerio de Moisés y Elías, lo relaciona ¿con quién? Con un grupo, con un grupo de creyentes; ¿por qué? Porque Moisés y Elías, ése profeta estará ¿dónde? Estará con un grupo de creyentes, y Él será la boca de ese grupo de creyentes. Por lo tanto, ese grupo de creyentes podrá hablar, podrá cortar, partir, cerrar los Cielos, mandar a que vengan plagas, podrá hacer lo que le plazca, ¿a quién? A ese grupito de creyentes; y ese grupito de creyentes es el Hijo de la Novia. ¿Y por qué podrá hacer eso? Porque tienen a Apocalipsis 11, que es Moisés y Elías; el cuál será la boca de ese grupo de creyentes.

Sabemos que Elías fue la boca de la Novia; pero sabemos que Moisés y Elías, Apocalipsis 11, ese profeta con ese doble ministerio, será la boca de ese grupo de creyentes.

Por eso es que en un lugar nos dice que Moisés y Elías pueden ordenar que vengan las plagas que ellos quieren que vengan; pueden ordenar que descienda fuego del cielo (ya ustedes saben que Elías lo hizo), pueden ordenar que vengan terremotos. Ustedes saben que eso está prometido que ha de acontecer.

Bueno, ¿y qué cuando veamos los terremotos que están aconteciendo? Vimos cómo se han estado moviendo los terremotos; vimos cómo se movieron los terremotos cuando el Señor estaba en Elías; vimos cómo el Señor a través de Elías le dijo: “Tira esa piedrecita”, la tiró, y Alaska por poco se hunde. ¿Ve usted?

Ahora, cuando venga en Moisés y Elías cumpliendo la segunda parte, porque será ¿qué? Apocalipsis 19 para pelear, para luchar; y a ese Jinete que viene en un caballo blanco conforme a como dice Elías en el mensaje titulado El Único Lugar de Dios para Adorar… déjame ver si lo puedo ver de momento aquí, porque aquí hay algo importante que no debemos perder. Déjeme ver, en algún lugar por aquí está ese mensaje, se los quiero leer. Ustedes perdonen no viene preparado para predicar, solamente algunas notitas que tengo que pude hacer allí; pero en sí los mensajes no los tengo a la mano, nada más que dos o tres; pero vamos a ver por aquí rápidamente. Página 2 del mensaje titulado: El Único Lugar de Dios Provisto para Adorar dice… y esto lo está diciendo cinco meses antes de él partir; no, cinco meses no, perdonen; lo está diciendo como veintipico de días antes de partir; lo está diciendo el 28 de noviembre de 1965, y él partió el otro mes, el 24 de diciembre. Entonces fíjese, veintipico de días antes de partir, él dice que va a venir algo muy importante, y que es una promesa de Dios. Dice, página 2 [1], dice:

  • “Ahora, yo estoy envejeciendo, y he pensado: ¿Habrá otro avivamiento? ¿Veré yo otra época semejante?’”.*

Para que venga un avivamiento ¿qué tiene que venir? ¿Qué dice Dios que produce un avivamiento? Los Truenos. Él dice:

  • “¿Habrá otro avivamiento? ¿Veré yo otra época semejante? Recuerden: del oeste saldrá un jinete sobre un caballo blanco”.*

Y ya él está para partir; está anunciando que va a venir un Jinete en un caballo blanco. ¿Qué es eso? Apocalipsis 19, ese Jinete en ese caballo blanco. ¿Y qué es Apocalipsis 19? Viniendo Apocalipsis 19 después que Elías, el cuarto Elías se va, ¿qué es eso? Es nada menos que Elías y Moisés. Entonces, dice:

  • “Recuerden: del oeste saldrá un jinete sobre un caballo blanco. Pasaremos por este camino una vez más. Correcto. Recuerden, está vindicado. Es una promesa. ¿Ve Ud.?”.*

Fíjese, en la Segunda Venida del Señor, eso es Apocalipsis 19, vino en Elías, y tiene que venir en Moisés; entonces vino en Elías recorriendo ese camino en un caballo blanco; y dice que vendrá un Jinete del occidente, corriendo o recorriendo, o cabalgando en un caballo blanco. Entonces, ¿qué es? Apocalipsis 19 cumpliéndose por segunda vez; porque Apocalipsis 19 es la Segunda Venida del Señor, y viene con Elías y después viene con Moisés. Entonces cuándo viene con Elías viene en un caballo blanco, y es ¿qué? La Palabra en carne humana, la Palabra encarnada; y después dice que ha de venir nuevamente. Entonces será Moisés; será ¿qué? La Segunda Venida nuevamente en Moisés; será la venida la Palabra en Moisés, y la Palabra es Dios. Entonces viene ¿cómo? Cabalgando, viene cabalgando ese camino, ese sendero nuevamente.

Entonces cuándo viene en Moisés, Elías dice: “Recorreremos los dos”, no lo va a hacer solo; “vino en mí”, Elías dice: “Vino en mí”, porque él dice: “Nuevamente, recorreremos ese sendero nuevamente”. “Lo está recorriendo en mí (dice Elías); pero después él lo volverá a recorrer, entonces vendrá un jinete: Moisés, vendrá recorriendo en un caballo blanco ese sendero pero yo lo recorreré con él”. Entonces Moisés cuando viene recorriendo ese sendero, a Moisés lo llama Elías y le dice: “Vamos a recorrer lo los dos”. Entonces será ¿qué? Elías y Moisés. Entonces vemos que él, fíjese aquí en la página 124 de Las Setenta Semanas, voy a leer un pedacito nada más, dice [pág. 34]:

  • “171 Bien, ¿qué harán estos dos profetas? Son Moisés y Elías los que se levantarán en la escena, ellos les dirán a esos Judíos de su error, de todo ese montón de Judíos que están allí hoy, Dios llamará a esos 144,000 con estos dos profetas... ¿Qué es? El Espíritu de Elías* (el espíritu del cuarto Elías) que ha terminado con esta Iglesia Gentil, pasará a esa iglesia Judía y seguirá adelante y Moisés estará Con él”.

¿Ve que lo llama con él? Y entonces cuando lo llama con él, entonces el espíritu ministerial del cuarto Elías ministra otra vez más, y será ¿qué? El espíritu ministerial de Elías ministrando por quinta vez, recorriendo ese camino con el espíritu ministerial de Moisés; y lo recorren sobre un caballo blanco, y ese caballo blanco es un poder; y siendo blanco es el poder de la Palabra.

Entonces el espíritu ministerial del cuarto Elías y el espíritu ministerial del primer Moisés, ministra nuevamente; el espíritu ministerial de Moisés ministra por segunda vez y el espíritu ministerial del cuarto Elías, ministra una vez más, ministra por quinta vez, y entonces será ¿qué? Moisés y Elías cabalgando sobre ese caballo blanco de la Palabra pura, la Palabra de Dios; y entonces será ¿qué? La Palabra en carne humana recorriendo ese camino nuevamente ¿para qué? Dice: “Y cuando estos Truenos pronuncian Sus voces”, ¿ve? Entonces los Truenos pronuncian Sus voces ¿cómo? Los Truenos son la Voz de Dios y la Voz de Dios ¿dónde estará? En la boca del Hijo que le nace a la Novia.

Entonces los Truenos hablan a través de la boca del Hijo, hablan a través de Moisés y Elías, hablan a través de carne humana. ¿Y quiénes ministran esa Palabra? No es el espíritu humano de alguna persona, tampoco es la mente humana, tampoco es lo que una iglesia o un seminario crea que es la verdad; quienes ministran esa Palabra será el espíritu ministerial de Elías y el espíritu ministerial de Moisés. Ese espíritu ministerial viene para ministrar la Palabra ordenada de Dios para la tercera dispensación; y le ministran esa Palabra a los escogidos, le ministran esa Palabra también para beneficio de las vírgenes fatuas, ministran en esa Palabra para el mundo, para traer juicio al mundo, y ministran esa Palabra a los 144.000.

Vemos ahí, entonces los que reciben bendición y vemos los que reciben juicio. ¿Por qué? Porque el Señor viene ¿cómo? Viene con la vida y la muerte; vida para los que reciben la Palabra, muerte para los que la rechazan. Porque es realmente muerte para el que rechaza la Palabra, porque la Palabra es vida; “el que oye mi palabra, tiene vida eterna” dice el Señor [San Juan 5:24]. Por lo tanto el que oiga la Palabra que ese espíritu ministerial de Moisés y Elías, trayendo esa Palabra a través de carne humana, lo que recibe es ¿qué? Vida, y vida eterna. Quienes la rechazan, pues automáticamente han rechazado la vida; por lo tanto, entonces lo que les queda y lo que reciben es ¿qué? Muerte; porque Él viene ¿cómo? Con una espada aguda para herir todas las naciones; viene hiriendo, viene matando a todos Sus enemigos. Pero viene dándole vida y viene llamando a todos los escogidos, porque viene para reunir, para congregar a todos los escogidos.

¿De dónde es que los congrega? Los congrega de los cuatro ángulos de la Tierra, de un extremo de la Tierra hasta el extremo del Cielo, ¿ve? Lo saca de la Tierra y los mete al Cielo; los saca de una edad terrenal, y los mete a una edad celestial, y después en lo literal hará lo mismo.

Ahora recuerden que no es un hombre sino, que es el Espíritu de Dios llevando a cabo el ministerio de Moisés y el ministerio de Elías nuevamente. Entonces nosotros, como los entendidos entenderán, entonces nosotros entenderemos que el hombre nada tiene que ver con eso; el hombre a través del cual Dios haga esas cosas y en el cual estén esos dos espíritus ministeriales operando, ese hombre y esa carne, y esa mente humana, nada tiene que ver con lo que Dios estará haciendo. No será la parte humana ministrando, sino que será la parte de Dios que estará en él; ese ministerio doble que estará en él para traernos todas esas bendiciones.

Por lo tanto, el hombre no será Dios; pero el que está con él y el que está ministrando será Dios. Entonces nosotros miraremos a través del velo y veremos a Dios ministrando y obrando a través de carne humana, pero la carne humana nada tiene que ver con lo que Dios estará haciendo y estará trayendo. Solamente veremos y nos daremos cuenta, que la carne humana y el velo de carne, el instrumento que Dios usará, no será cosa del instrumento, sino que eso será más bien, a lo cual ese velo de carne se rindió. Él se rendirá a ese espíritu ministerial de Elías y Moisés, y entonces ese espíritu ministerial obrará a través de él; por lo tanto, no será él, sino será el espíritu ministerial de Elías y Moisés.

Por lo tanto, entonces, será Dios hablando nuevamente. Será ¿qué? Ese jinete cabalgando, ese jinete saliendo del occidente, cabalgando esa senda, y se le une el espíritu ministerial del cuarto Elías para cabalgar con él esa senda.

Ahora vamos a verlo aquí; vamos a ver ese espíritu ministerial cabalgando esa senda. Mírelo aquí: página 269, aquí nos dice, ahí casi al principio nos dice [Los Sellos]:

  • “193. Ahora, viendo Apocalipsis capítulo 19, él no solamente se está preparando, sino que Cristo también se está preparando para encontrarlo. Será una batalla muy recia. En Apocalipsis 19, vemos que Cristo no está juntando los Suyos de los cuatro ángulos de la Tierra* (¿por qué?), porque habrá un remanente pequeño; entonces ¿qué está haciendo? Los está juntando de los cuatro ángulos del Cielo.
    1. Mañana veremos las almas bajo el altar, y podrán ver si es así o no. Él los está juntando de los cuatro ángulos del Cielo, y viene sobre un caballo blanco como la nieve. Él también tiene un Nombre, pero no es Muerte, sino LA PALABRA DE DIOS, (Vida). ¡Amén! Lo tiene escrito en Su muslo: El Verbo de Dios. Esa es la única forma de Vida, porque Dios es la única fuente de Vida Eterna, como queda entendido en la palabra griega zoe.*
    1. Entonces Él tiene escrito VIDA, y viene sobre un caballo blanco. Y acá está un hombre con tres poderes mezclados, llamado Muerte, juntando sus súbditos terrestres; pero Cristo está juntando Sus súbditos que son nacidos del Cielo”.*

¿Ve? ¿De dónde es usted: de la Tierra o del Cielo? ¿De dónde nació usted? El nuevo nacimiento ¿de dónde es? Entonces cuando Él viene en Apocalipsis 19 sobre un caballo blanco, y viene para juntar Sus súbditos, que son nacidos del Cielo, ve que son Sus escogidos, entonces dice:

  • “...pero Cristo está juntando Sus súbditos que son nacidos del Cielo. Este tiene escrito Muerte pero Cristo tiene escrito Vida. Los que vienen con Cristo, vienen también sobre caballos blancos, y son llamados: Escogidos desde antes de la fundación del mundo. ¡AMÉN! Y además, son fieles a la Palabra. ¡AMÉN! Me gusta eso. Son llamados escogidos desde antes de la fundación del mundo, y luego son fieles a la Palabra por su escogencia; bien estimulados con vino nuevo y aceite, vienen cabalgando, bajando para encontrarlo. Ellos saben que los Truenos mostrarán esto muy pronto.*
    1. Entonces, si Él es la Palabra y Su Nombre es la Palabra, la Palabra es Vida”.*

¿Ahora ve quién mostraría esto muy pronto? Los Truenos. ¿Qué mostraría muy pronto? Mostraría muy pronto la venida de este Jinete cabalgando sobre un caballo blanco. Mostraría muy pronto la venida del Señor en carne humana en Moisés y Elías. ¿Vio usted que Él viene cabalgando sobre un caballo blanco? ¿Ve usted que viene para luchar, para recoger a los escogidos y también para destruir a Sus enemigos? ¿Y qué es Apocalipsis 19? La Segunda Venida del Señor. Y cuando viene, dice página 256 dice:

  • “121. Pero cuando nuestro Señor aparezca sobre la Tierra* (es Apocalipsis 19), Él vendrá sobre un caballo blanco como la nieve, y será completamente Emmanuel —la Palabra de Dios encarnada en un hombre”.

¿Ve usted? Entonces la Palabra viene encarnada en Elías primero cabalgando ese caballo blanco; y después viene la Palabra en Moisés, cabalgando ese caballo blanco nuevamente. Para ¿qué? Para recoger a Sus escogidos.

Vea usted, y entonces es también lo mismo que dijo el Señor: “Y enviará el Señor sus ángeles con gran voz de trompeta, para juntar a sus escogidos” [San Mateo 24:31]. Para ¿qué? Para juntar a Sus escogidos. ¿Y qué es eso? Dice Dios a través del hermano Branham, que esos ángeles que Él envía para juntar a Sus escogidos son Moisés y Elías; por lo tanto, eso es Apocalipsis 19.

Ahora entonces, viendo nosotros la hora en que estamos, viendo nosotros lo que fue el ungimiento, lo que fue el revestimiento de la Novia, ¿qué fue? El revestimiento de la novia como grupo, fue la venida del Señor en carne humana en Elías; así también el revestimiento o el investimiento del Hijo de la Novia será ¿qué? La Venida del Señor en carne humana en Moisés. Entonces viene para ¿qué? Viene para encarnarse, para buscar a Su Novia, para buscar a Sus escogidos.

Entonces, ¿qué es lo que Él hace? Viene a buscarnos; y entonces al venir a buscarnos Él es la Palabra que viene a buscarnos, y entonces viene para encarnarse en cada uno de nosotros; comienza a encarnarse en Moisés, y de Moisés ¿qué pasa? Es lo mismo que estábamos hablando del alimento que comemos, viene el alimento para ¿qué? Para hacerse carne nuestra; pero primero viene ¿dónde? A la boca, en la boca, es bien partido y pasa bien partido al estómago y se hace vida en nosotros, se hace carne en nosotros. Así es en cuanto a la venida de la Palabra; viene para encarnarse y entonces viene a la boca, y al venir a la boca ahí la Palabra es colocada bien colocada, es partida bien partida, cada cosa en su sitio de la manera que es, cada tema es enseñado de la manera que es; y entonces eso baja al estómago, y ahí entonces es digerido por el Cuerpo de Creyentes y entonces se hace carne en el Cuerpo de Creyentes; se hace carne también en cada uno de nosotros como individuos. Al hacerse carne en nosotros ¿qué es eso? Dios haciéndose carne.

Por lo tanto, entonces se cumple Apocalipsis 19, que dice que viene Él, la Palabra, cabalgando sobre un caballo blanco. Pero con Él vienen los escogidos; viene un ejército con Él, cabalgando también sobre caballos blancos; y son llamados esos que vienen cabalgando, ¿cómo son llamados? Elegidos, son llamados escogidos desde antes de la fundación del mundo.

¿Quiénes son esos entonces? Todos nosotros, que entonces nos montamos sobre el caballo blanco de la Palabra pura para esta edad, para esta dispensación; y entonces venimos cabalgando sobre la Palabra pura de este tiempo.

Entonces ¿qué es eso? La palabra encarnándose en cada uno de nosotros; y cuando esté encarnada por completo, entonces sí que ese recorrido quedará, ese Jinete en ese caballo blanco, lo dará ¿cómo? No; el cuarto Elías, ese espíritu ministerial dijo: “Yo me voy a montar también con él”, él dice: “Cabalgaremos. Tú no lo vas a cabalgar solo, ya yo lo cabalgué acá”; “y cuán duro es estar solo”, dijo él en una ocasión. Y él dice: “Yo llamo un guerrero valiente que se pare a mi lado”.

Entonces ¿qué es lo que él está haciendo? Está llamando a Moisés; ¿no está llamando a Moisés que se pare a su lado para cabalgar ese camino? Y además están siendo llamados también, el resto de los valientes escogidos que también vendrán con él; y son llamados todos los escogidos y predestinados de este tiempo, para recorrer con él ese camino.

Entonces fíjese, lo recorreremos con él; él no lo va a recorrer solo. El cuarto Elías dijo: “Yo lo vuelvo a recorrer, y lo voy a recorrer con Moisés. En esta ocasión he tenido que recorrer este camino solo, y cuan duro es estar solo recorriendo este camino. Pero cuando venga ese Jinete sobre ese caballo blanco, cuando venga Moisés recorriendo o corriendo sobre ese caballo blanco de la Palabra pura para este tiempo, yo voy a recorrerlo también con él; yo me voy a unir con él”.

¿Y qué pasa? Vemos que un ejército poderoso viene también sobre caballos blancos, ¿y son quiénes? Los escogidos, los elegidos desde antes de la fundación del mundo; somos todos nosotros recorriendo también ese camino.

Así que en esa ocasión, ese Jinete no lo va a recorrer solo. Lo seguiremos para donde quiera que él camine; no solamente nosotros, sino el cuarto Elías, ese espíritu ministerial del cuarto Elías, dijo: “Y yo también voy a caminar para donde quiera en ese recorrido”. Así que imagínense lo glorioso que es ese recorrido.

Para donde quiera que camine ese Jinete y ese caballo blanco, con él va el cuarto Elías, ese ministerio del cuarto Elías va con él, siendo ahora entonces el quinto Elías; y va con ¿quién? Con Moisés. Y con ese Jinete va siguiéndole ¿quién? El grupo de escogidos de este tiempo final.

Para donde quiera que coja, cojera es ejército que viene en caballos blancos también. ¿Por qué? Porque ellos sabrán que no será un hombre, sino que será la Palabra, será la Palabra a través de carne humana o en carne humana recorriendo ese sendero. Por lo tanto, vemos que por todo el camino que caminó el espíritu ministerial del cuarto Elías, por ahí caminará el espíritu ministerial del quinto Elías. Cabalgará nuevamente, y lo cabalgará con el espíritu ministerial del segundo Moisés.

Entonces vemos ¿qué? Vemos que será recorriendo ¿qué? Nuevamente el mismo camino; por eso no habrá nada nuevo, todo será el mismo camino.

¿Por dónde se metió el Jinete del caballo blanco cuando lo recorrió por primera vez en el espíritu ministerial del cuarto Elías? Se metió por los Sellos, se metió por los Truenos, se metió por el Nombre Nuevo, se metió por en todos estos temas; por todos esos temas se meterá nuevamente ese Jinete cuando venga, porque vendrá con el espíritu ministerial del cuarto Elías ministrando por quinta vez; entonces será el espíritu ministerial ministrando por quinta vez el Elías y el de Moisés ministrando por segunda vez.

Por eso no habrá nada nuevo, todo será lo mismo por donde cabalgó ese Jinete en ese caballo la primera vez, que lo cabalgó en Elías; porque es la Segunda Venida del Señor, pero tiene dos partes; por lo tanto, lo recorre dos veces: en Elías y después en Moisés.

Entonces vemos que las cosas son más sencillas de lo que nosotros nos podemos imaginar.

Cuando lo estaba cargando en el cuarto Elías, habló del Nombre Nuevo, habló de la nueva dispensación, habló de un orden nuevo de adoración, habló del nombre que estaba sobre la Puerta, habló de los Truenos, habló de un sinnúmero de cosas que nosotros ya tenemos conocimiento. Y cuando vuelve a recorrerlo, vuelve hablándonos de las mismas cosas, pero ahora viene acompañado y ahora no hay quien le haga frente.

Ahora viene acompañado, y ahora lo que él dijo allá… fíjese, cuando estaba cabalgando en el cuarto Elías o el cuarto Elías, dice: “La gente malinterpreta mi mensaje, la gente no entienden el mensaje”; pero dice: “Cuando yo me vaya, entonces entenderán”. ¿Por qué? Porque cuando se fuera el espíritu ministerial del cuarto Elías y no estuviera ya en carne humana en ese tiempo, entonces luego regresaría ministrando por quinta vez, porque él dijo que regresaría y vendría con Moisés, y entonces entenderíamos. ¿Ve usted?

Y ahora, entonces, todo lo que habló del Nombre Nuevo, de la nueva dispensación, del cambio de dispensación y de todas estas cosas, ¿qué pasa? Entonces luego cuando recorre por segunda vez ese camino, es cuando entonces se puede entender todo lo que él había recorrido primero pero, que no lo habíamos entendido. Entonces viene recorriendo el mismo camino; viene predicando los mismos cosas, viene hablando de los mismos temas y explicándonos lo que él había traído o había explicado cuando lo hizo por primera vez. ¿Ve usted? Entonces es cuando entenderemos.

Estamos hablando en esta noche de ¿qué? Del investimiento.

Ahora estamos viendo lo que es el investimiento para el pueblo como grupo. En esta noche no estamos hablando mucho del investimiento, del investimiento sobre el creyente como individuo; porque el investimiento del creyente como individuo es ¿qué? Es la plenitud de la Palabra encarnada en usted cuando haya recibido toda la Palabra que tenemos que recibir. Actualmente vamos por un porciento muy alto, pero cuando ya hayamos escuchado y recibido en el corazón todo la Palabra que tenemos que recibir, y se haya encarnado, entonces ¿qué? Entonces estamos como individuos, estamos revestidos con el Espíritu en nosotros, con la Palabra en nosotros.

Ahora, recuerde también, que una cosa es el investimiento, una cosa es ser ungido con el Espíritu y otra cosa es la adopción. El Señor fue ungido con el Espíritu de Jehová allá cuando Él fue bautizado; pero él fue adoptado en el Monte de la Transfiguración 3 años después; y entonces tuvo el ministerio luego de estar adoptado, fue un ministerio muy corto, ¿ve? Un ministerio muy corto fue el ministerio luego que fue adoptado; la parte más larga del ministerio, fue desde que fue ungido hasta que fue adoptado.

Ahora, entonces vemos lo que es ese Cuerpo de Creyentes, ese Hijo, lo que es estar ungido con el Espíritu del Señor para ¿qué? Para traer el Mensaje, para llevar a cabo lo que debe de llevar a cabo para hacer la obra de Su Padre, para trabajar en la Obra de Su Padre, ese es el tiempo para hacerlo. Luego viene la adopción y entonces ya es un tiempo más avanzado, es un tiempo en que ya usted en el tiempo de trabajo ya había agradado a Dios.

O sea, ese Cuerpo de Creyentes es ungido para trabajar en los negocios de Su Padre, para trabajar en los negocios de Su Padre, que es ¿qué? Cumplir la Palabra para la hora en que estamos; y la Palabra para la hora en que estamos en Malaquías 4; y Malaquías 4 es la Segunda Venida del Señor, que es Elías primero y Moisés después.

Entonces, ese Cuerpo de Creyentes está para trabajar en los negocios de Su Padre, para trabajar en todo lo que tiene que ver con la Palabra que Dios prometió para este tiempo. Tiene ese tiempo para trabajar con esa unción y hacer todo lo que tiene que hacer para dar a conocer esa Palabra correspondiente para esta hora, para dar a conocer esa Palabra prometida para esta hora, para hacer todo el trabajo que hay que hacer en esta hora.

Por lo tanto, ese grupo de creyentes puede decir como dijo el Señor: “En los negocios de mi Padre me conviene estar”. ¿Cuáles son los negocios del Padre? Cumplir la Palabra prometida para la hora en que vivimos.

Entonces los negocios del Padre allá era la Primera Venida, cumplir la Palabra para la Primera Venida; y hoy es la Palabra de la Segunda Venida. Entonces estamos llamados a trabajar en los negocios de nuestro Padre, estamos llamados a trabajar en todo lo que tenga que ver con la Palabra prometida para esta hora, estamos llamados a trabajar en toda la Obra de Dios para este momento en que vivimos. Estamos llamados a trabajar para manifestar ¿qué? Para manifestar el poder de Dios en la forma en que Él lo está manifestando o en que Él se está manifestando en esta hora.

Dice en el libro Ya ha Salido el Sol, dice [pág. 43]:

  • “310 El Poder vivificador nos permite ver Su Venida”.*

Hemos visto Su Venida, hemos visto Su Venida en Elías y Moisés como está prometido, ¿y qué es lo que nos ha dejado ver Su Venida? El poder resurrectivo que está manifiesto ¿dónde? Está manifiesto en el Hijo prometido.

Por lo tanto, ese Hijo ha sido ungido con ese poder, ha sido ungido con el Espíritu de Dios; y está ungido, tiene su ungimiento para ministrar la Palabra de Dios, la Palabra de esta hora.

Entonces, tenemos que trabajar todo el tiempo que tengamos para trabajar. ¿Por qué? Porque cuando venga ya la apretura, entonces es tiempo de la adopción, y entonces ya entonces será una nueva fase, una fase final en la cual, entonces Dios mismo estará obrando y estará haciendo en escala mayor las cosas que vimos que hizo en Elías. ¿Ve usted?

Por lo tanto, entonces, mientras hay tiempo ahora para trabajar en la Obra, trabajamos en los libros, trabajamos en las grabaciones, trabajamos llevando y dando a conocer todo el mensaje que corresponde para esta tercera dispensación; y cuando todo haya sido dado a conocer, entonces ya veremos en una etapa más avanzada y en una forma más plena, ¿qué? Lo mismo que vimos en Elías, ese mismo poder, que lo vimos haciendo milagros literales, físicos, lo veremos sin límites, haciéndolo acá, en grande escala, ¿ve?

Allá lo vimos en una escala, en una escala pequeña, en escala pequeña, porque era una muestra; podía hacerlo en escala mayor, pero no era el tiempo, ¿ve? Solamente nos estaba dando ¿qué? La muestra de lo que Dios haría en una escala mayor; así como también con el terremoto de Alaska nos dio la muestra de lo que Dios con ese terremoto, en una escala menor, lo que Dios haría en una escala mayor, y entonces vemos, que Él prometió que lo haría en una escala mayor, así también todas esas cosas.

Ahora, en medio de los escogidos sí Él puede obrar: cuando hay necesidad en los escogidos y ellos pueden ver y reconocer la Palabra, entonces ellos cuando tienen alguna necesidad y tienen la facilidad de poder estar para oír la Palabra hablada, entonces ellos pueden, si no dudan en su corazón, pueden con confianza acercarse como en los tiempos de Elías, y entonces para los judíos es ¿qué? La imposición de manos; para los gentiles es la Palabra.

Por lo tanto, nosotros como gentiles no tendremos necesidad de que se ponga la mano sobre nosotros para que se ore. Si usted sabe quién es usted, si usted sabe lo que le toca a usted, entonces usted lo único que necesita es: que la Palabra sea hablada.

Pero usted cuando tiene alguna necesidad, tiene que estar consciente de la realidad en que estamos y no dudar en ningún momento; porque dice Dios a través de Elías, que dice: “Yo puedo hablarles la Palabra para sanidad, pero luego de hablarla si la persona duda, después le viene (¿qué?) algo peor”, ¿ve? Conforme como dice la Escritura: “Vete y no peques más para que no te venga una cosa peor”. Y en la película dice, que así como la fe suya sacó es espíritu de enfermedad, su incredulidad lo trae; y cuando viene, no viene solo tampoco, viene con siete más. ¿Ve usted? Por lo tanto, viene con siete y peores que él.

Por eso es que cuando deseamos recibir un beneficio de parte del Señor, cuando un hermano está enfermo, hay oportunidad para él recibir sanidad. Si está enfermo, sí hay esa oportunidad; pero tiene la persona que estar consciente, de que si después que se habla la Palabra de salud sobre él, si él luego se va, cuando se habla la Palabra de salud sobre él se echa fuera espíritu de enfermedad, ese espíritu sale; lo único que pasa en la persona es ¿qué? Pasan 72 horas en lo que él corazón purifica todo ese organismo y desaparece esa infección y todas esas cosas que estaba en él, pero el espíritu ya salió.

Entonces, ustedes escucharon la película que Elías dijo, que hay mucha personas que pierden su sanidad, porque después que ha sido echado el espíritu de enfermedad fuera de ellos, ellos, ellos se sienten más enfermos y no saben lo que está pasando, y creen que están enfermos, creen que no fueron sanados, y entonces regresa el espíritu de enfermedad con siete peores que él, y perdieron la sanidad que el Señor había efectuado.

Pero él dice: “Eso no es que usted perdió su sanidad, no es que usted está más enfermo, sino que es ahora el corazón ha comenzado a enviar la sangre más rápido y está purificando esa afección o esa infección que había ahí en ese lugar afectado, y por eso es que usted se encuentra como más enfermo y comienza a sentirse de esa manera (pero él dice), pero eso es (¿qué?), eso es la señal más grande de que usted ha sido sanado.

Por lo tanto, entonces tenemos que saber de eso antes de buscar sanidad, porque si no nos viene algo peor si luego de recibirla, porque nos sentimos quizás un poquito más malo creemos que es que no fuimos sanados, sino que nos pusimos peor; y algunos piensan quizás: “Mejor no hubiera ido, porque ahora el dolor es más fuerte, ahora la situación es peor”; pero es que fue sanado.

Entonces, usted realmente tiene que saber eso, porque si no lo sabe, usted perderá la bendición que hay para usted.

Ahora fíjese, él decía, que él podía hablar la Palabra de salud, de sanidad para la gente, pero si ellos luego de él hablarla, después dudaban, le venía maldición, juicio, en vez de recibir bendición le venía maldición. Y así también nosotros en esta hora en que vivimos. para la Palabra no hay límites; Elías dijo: “Una cosa que no puedan ser del Señor hoy es ¿qué? Sanarlo a usted. ¡Uy, los que están enfermos, qué de ellos entonces! Él dice: “Él no le puede sanar hoy a usted, porque Él lo sanó a usted allá en la Cruz del Calvario”. Ahora usted lo que hace es recibir la sanidad que Él llevó a cabo por usted.

¿Ve usted que la cosa es está de parte de usted? ¿Ve usted que la cosa es un asunto de usted?

Por lo tanto, entonces, de parte de la Palabra, todo está listo; de parte de la Palabra, no hay problemas; solamente depende de usted: depende que usted vea el cuadro de la manera correcta, depende que usted vea que usted fue sanado hace aproximadamente dos mil años, y de que ahora lo que usted hace es que reconoce Su sanidad, y entonces lo que hacemos es ¿qué? Echar fuera ese espíritu de enfermedad porque él no tiene derecho de estar ahí; y si no tiene derecho, entonces lo echamos fuera y usted se encontrará libre; pero si después de echarlo fuera usted duda, él regresa.

Pero recuerde que él dice: “Yo no vuelvo para allá solito, ya me echaron fuera cuando estaba allá solito, ahora voy a buscar siete peores y voy a volver para allá”, y las cosas después son peores que la primera vez.

Ahora, si usted tuvo problemas con uno solo, tuvo muchos problemas y se sintió mal, ¿cómo será después con siete, y uno más: ocho? O sea, con uno y siete más, que son ocho.

Así que, entonces, nosotros no podemos tratar de ir a ver si recibimos; no es a ver, es sabiendo que ya Él lo hizo y de que ahora lo único que deseamos es que la Palabra sea hablada y sea echado el espíritu de enfermedad fuera porque él no tiene derecho a estar ahí, y entonces quedamos libres.

Pero si usted no está consciente y seguro con su fe firme, sabiendo que después puede pasar por ese momento de prueba, en que aparentemente como que estará peor, pero no es eso, sino que eso es una señal de que está sano, eso es una señal de que el espíritu de enfermedad salió, ¿ve? Entonces usted tiene que estar consciente de eso, y aunque usted venga enfermo, y luego se eche espíritu de enfermedad de usted, y después cuando usted va a salir haya que sacarlo del brazo, con todo y eso, usted sabe ¿qué? Que ya el espíritu de enfermedad no está ahí, que eso lo que le está pasando es que usted como humano su cuerpo es débil, y cuando el corazón está bombeando esa sangre, y está purificando eso, pues ahora usted se siente como más débil, como más enfermo, pero eso no es nada; eso es que está en esa etapa, en esa fase de recuperación, ¿ve? Pero ya el espíritu no está ahí. Pero si usted cree que está enfermo, si usted cree que está ahí, eso es como un imán que lo llama, eso es que él entonces ve la casa barrida, y entonces regresa, ¿por qué? Porque ve incredulidad ahí.

Entonces como su fe lo sacó, la incredulidad lo trae; y cuando lo trae, entonces sí que viene para llevar a cabo una fiesta grande, porque no viene solo, viene acompañadito; entonces hubiera sido mejor no haber pedido que lo echaran fuera, porque entonces al echarlo fuera y después usted dudar, iba a buscar siete más. ¿Ve usted?

Entonces sería mejor dejarlo quietecito ahí hasta que usted esté sólido en la fe para saber que va a ser sacado y no podrá venir porque no habrá lugar, no tendrá una puerta abierta, no habrá incredulidad en usted para que él regrese. Mire aunque usted casi se sienta muriéndose después que salga, ese espíritu, nunca piense, nunca piense con incredulidad de que no fue sanado; esté consciente de que fue sanado y de que eso entonces viene a ser para usted como una señal. Ahora dice: “Notamos…” ¿En qué parte aquí?...

“Y entonces cuando la vida salió fuera del crecimiento…”

Hay que leer un poquito antes.

  • “Vean ustedes yo no estoy tratando con el crecimiento, yo estoy tratando con la vida que está en el crecimiento (o sea en el tumor, lo que sea, ¿ve?, con el espíritu, esa enfermedad), ¿ve?, en mi nombre echarán fuera demonios y la palabra demonio significa: atormentador, como el cuerpo y eso era un demonio* (como el cuerpo y eso era un demonio). Y entonces cuando la vida salió fuera del crecimiento, por supuesto eso hizo que el crecimiento comenzará a inflamarse, tal como ocurre a un perro que muere en la carretera, algo parecido; déjelo estirado al sol unos días y se vuelve tres veces su tamaño”.

¿No ha visto usted cómo se pone grandote? (¡Je!), sí era un perro flaco se pone un perro gordo; sí era un perro muerto de hambre parece que no está muerto de hambre, parece que está bien abastecido. Entonces sigue diciendo:

  • “...se pone dos veces su tamaño. Bueno eso era lo que estaba causando que la mujer empeorará; muchas veces lo he explicado: si usted empeora esa es la señal de que está sano. ¿Ve usted?*
  • Y así estaba empeorando a todo tiempo y ahogándola porque se estaba inflamando. Pero se había desprendido, la vida había salido. Y ella tosiendo así, vean ustedes* (el hermano Branham pues parece que tose), como eso arrancando, separándolo del resto de la carne (despegando todas esas cosas, que ese espíritu había formado ahí). Y las sustancias muertas del cuerpo, sin vida, el cáncer ya ido saltaron fuera ,¿ve?, huyendo. Así es, el cuerpo salió entonces”.

¿Ve? El cuerpo del espíritu de enfermedad era ¿qué? Ese tumor, ese pedazo de carne; entonces cuando salió el espíritu ¿qué pasó? Se hinchó, ese tumor se hinchó, y después empezó a desprenderse, y a salir a despegarse del cuerpo de la persona y a salir.

Entonces sabemos que hubieron ocasiones donde hubieron personas que vomitaron el tumor allí mismo. ¿Qué era ese tumor? Era el cuerpo del espíritu de enfermedad. Por eso es cuando el espíritu sale del cuerpo, pues ¿qué es? Es un cuerpo, pero muerto, y tiene que corromperse, y tiene que desaparecer. Así también es el cuerpo humano: cuando el espíritu del hombre sale del cuerpo, el cuerpo se muere; y entonces pues se hincha, y entonces después se corrompe y entonces después desaparece, después cuando lo entierran, es ya un cuerpo sin vida. Entonces dice aquí:

  • “Notamos aquí otra vez que si la Palabra está en nosotros y viene a nosotros como vino a Elías en aquel día, esta hará las mismas cosas que él hizo; se alimentarán en las cosas secretas de Dios que están escondidas del mundo. Esto es otra vez al Mensaje y al Mensajero como uno. El alimento espiritual está listo y está en tazón ahora.*
  • Cada uno de ustedes puede tener este alimento si lo desea, si usted está dispuesto a separarse de toda incredulidad de esta hora, si usted está listo para entrar en Cristo, entrar en Sus promesas. Y recuerde: Sus promesas son, o Sus promesas en Malaquías 4, Lucas 17:30, también Juan 14:12 y ¿cuántas escrituras más? Joel 2:38, todo lo que Él haría… o más bien 2:28… todo lo que Él haría en estos últimos días, y como dijo el profeta: que habría luz en estos últimos días [Zacarías 14:7], cómo obraría y lo que haría”.*

Entonces ¿a dónde es que se tiene que esconder para comer el alimento escondido? En Malaquías 4 y Lucas 17: 30; ¿y qué es eso? La Segunda Venida del Señor.

  • “Todas las Escrituras señalan a estos últimos días y eso es Cristo. Y usted puede esconderse ahora en eso, en ese lugar secreto, pude comer y ver la bondad y misericordia de Dios. Si usted está enfermo allí hay sanidad”.*

¿Ve usted? Así que, ya vemos la hora en que vivimos, vemos que para los que se esconden en Malaquías 4, Lucas 17: 30 y en todo eso que es la promesa de la Segunda Venida del Señor, ahí hay Alimento espiritual para los escogidos. Podemos comer en esta hora Alimento espiritual, y si usted está enfermo allí hay sanidad. Por lo tanto, usted tiene que estar consciente de esto: la sanidad suya no tiene necesidad de esperar que venga la apretura, ahí hay sanidad: en Malaquías 4 hay sanidad, en Lucas 17:30 hay sanidad, en todas esas Escrituras hay sanidad para usted, si usted está enfermo.

Lo único que no estará públicamente o abiertamente en una forma plena o en una forma pública; será milagros al público en grande escala porque eso es para el tiempo de la apretura; y con esto también vemos que los judíos serán atraídos, ¿ve? Porque los grandes milagros serán en el tiempo de los judíos. Pero, para nosotros cuando tenemos necesidad ahí hay sanidad, ¿ve?

Ahora lo que tenemos que saber es que si usted la necesita, cuando se habla la Palabra, sépase que ese Espíritu sana; luego usted se puede sentir peor, pero ¿qué pasa? Nunca piense que se puso peor, nunca piense que no fue sanado, nunca diga: “Mejor no hubiera ido”, sino que ya vimos lo que leímos ahí de Malaquías, lo que dice Elías, él dijo: “Eso es una señal para usted de que usted fue sanado”, eso es una señal para usted de que es espíritu salió y de que ahora se está hinchando ese crecimiento, pero ya no tiene vida ese cuerpo. ¿Ve usted?

No importa su condición, no importa su salud, hay salud para usted; no importa qué clase de necesidad que usted tenga: ya sea algo sencillo, algo difícil, la pregunta es para usted, cuando usted tiene algo muy difícil, yo le pregunto lo mismo que fue preguntado en la Palabra: ¿Hay alguna cosa imposible para Dios? ¿La hay? Pues su caso no es un caso imposible, depende de usted. No hay ¿qué? Todo es posible para Dios. Ahora la cosa es que tiene que ser posible para usted; para Dios es posible, ahora depende de usted.

Entonces dice la Escritura también: “Todas las cosas son posibles…” ¿para quién? ¿Es usted esa persona? Si es usted esa persona, que cree firmemente y no importa cómo se sienta después, pues su caso está resuelto por Dios hace dos mil años, por usted desde el momento que usted creyó. Así que lo único que faltaba de solucionar era la parte suya. ¿Está solucionado por usted? Pues su caso ya es un caso resuelto, entonces usted puede recibir lo que usted necesita.

Así que, el investimiento ¿qué es? Para el pueblo como grupo, para la Novia como grupo y para el Hijo de la Novia como grupo, para la Novia como grupo es: Elías con ella; para el Hijo como grupo es: Moisés con él.

Yo creo que eso es sencillo para entender, ¿por qué? Porque es la Venida del Señor, el investimiento: la Venida del Señor en Elías para la novia, la venida del Señor en Moisés para el Hijo prometido. Para nosotros como individuos, ya la cosa entonces es, la Palabra entrando en nosotros y encarnándose en nosotros, ¿ve? Y cuando esté encarnada por completo, entonces ya somos la Palabra hecha carne.

No queremos ahondar en esta noche sobre eso, sino sobre el tema de la Novia como grupo y el Hijo de la Novia como grupo. Viendo lo que es el investimiento para la Novia y el investimiento para el Hijo de la Novia. Luego vendrá la adopción. Entonces el mundo, el mundo tendrá que escuchar al Hijo de la Novia; el Hijo de la Novia hablará, la boca del Hijo de la Novia será vista y oída en el mundo entero. O sea, que el Mensaje que saldrá por la boca de ese Hijo llegará hasta los 144.000 también. ¿Ve usted?

Así que, Dios nos bendiga en esta noche, Dios nos guarde.

Ahora todavía falta el hermano Adalberto; no sabíamos quién habría de predicar, no sé si… no sé si pensamos que ya, no sé si pensamos que hemos predicado, yo no vine preparado; pero algo el Señor nos ha dado en esta noche, y yo creo que sí hemos estado con nuestros oídos atentos, hemos aprendido algo de parte del Señor, así que, en esta noche Dios nos bendiga.

No me despido de ustedes, aunque ya mañana conforme a los planes regresamos a Puerto Rico. Pero no les digo adiós, sino que le digo hasta luego, ¿ve? ¿Por qué? Porque todos juntos seguiremos caminando, cabalgando sobre caballos blancos. Usted va sobre un caballo blanco, ¿sobre qué usted va caminando? Sobre la Palabra; ese es el caballo blanco sobre el cual usted va caminando. ¿Ve usted?

Entonces seguiremos hacia adelante cabalgando ese camino, recorriendo ese camino todos juntos, siguiendo ¿qué? La Palabra, la Palabra a través de carne humana. Y entonces no podemos realmente despedirnos, no podemos decirnos sino hasta luego mis amados hermanos; los hermanos de Puerto Rico le enviaron saludos, no recordé el domingo parece dárselos, recíbanlo ustedes en esta noche; y ellos le aman a ustedes, y ellos desean verlos a ustedes. Pero probablemente nos veremos allá arriba cuando hayamos pasado; pero si ustedes tienen algún saludo para ellos deseo llevárselos en esta noche; así que se los llevaré a ellos de parte de ustedes.

Por lo tanto, Dios nos bendiga y nos guarde en esta noche, y ahora… digo ahorita, ahora eso es para allá, eso quiere decir ahora mismo, allá en Puerto Rico ahora quiere decir ahora mismo, o sea, lo que ustedes dicen ahorita.

Entonces nuestro hermano Adalberto está por ahí, no lo veo, pero está en la parte de allá. Entonces, vamos a dejar entonces al hermano Adalberto, que él pase por aquí. No sabemos ahora lo que Dios nos tenga, él y yo quedamos en que el Señor usará el que quisiera usar; yo me paraba aquí si el Señor quería usarme que me usará y después él venía, y entonces daba lo que Dios tuviera en su corazón, o usaba y entonces, ya entonces oiremos lo que Dios tenga en labios de nuestro hermano Adalberto; teníamos la lucha de quién habría de predicar, yo le decía a él: “No predica tú”, él me decía: “no predica tú”.

Bueno la cosa no es, no es que nosotros somos los que tenemos que predicar; es el Señor el que quiere predicar, y entonces lo último fue lo mejor. Bueno: Que Dios use al que quiera usar; tú te paras allí y si Dios quiere usarte que te use, y si no te usa, yo me paro allí y si me quiere usar pues que me use entonces a mí; y si no quiere usar a ninguno de los dos por ahí estaba también el hermano Bermúdez. Así que, aquí el Señor entonces tenía ¿qué? Instrumentos puestos en las manos del Señor para que Él usará al que Él quisiera usar en esta ocasión.

Bueno, el Señor nos bendiga en esta noche.

“EL INVESTIMIENTO”.