obsidian/es/conferencias/1974/07/spa-1974-07-17-1-mirando_el...

79 KiB
Raw Blame History

title date activity place city state country duration public youtube rm translations files
Mirando el cuadro completo 1974-07-17 1 Valencia Carabobo VE 00:00:00 false true

Muy buenos días, amados hermanos, Dios nos bendiga a todos en esta mañana. En esta mañana, pues vamos a seguir, a continuar el saludo de anoche; quizás, pues ya hablamos bastante anoche, pero en esta mañana vamos a ver un poquito más de cerca el cuadro, con relación a lo que el Señor tiene para la Novia en esta hora, ver lo que tiene para estos momentos y ver lo que el Señor ha de tener un poquito más adelante, para que veamos entonces un poquito el orden del Plan de Dios.

El Profeta en ese mensaje: “El Rapto,” dice que estamos en una nueva dispensación, que estamos donde hay que doblar una esquina, y también nos dice que si una esquina es hecha y no es conforme al plano, tiene que ser derrumbada; y no queremos hacer nada fuera del plano de Dios, porque tiene que ser derrumbado cualquier cosa que se haga y no esté conforme el plano de la Palabra para la hora.

O sea, que uno en las construcciones, los que han trabajo en construcciones, pues saben que un albañil, además de ser albañil, si es una construcción importante tiene un maestro de obra y hay un ingeniero y hay un constructor, y ellos son los que saben lo que están haciendo porque ellos son los que tienen el plano.

Y cualquier albañil que se ponga a trabajar y se ponga a poner bloques a su manera, si los pone mal, entonces, y no está conforme al plano, le pueden decir: “Eso que hiciste, échalo para el suelo y comienza de nuevo conforme a como se te ha dicho que hagas las cosas.”

Nosotros como ministros estamos edificando, porque los que edifican a la congregación, el instrumento de Dios es el pastor, por eso dice también hablando de los edificadores del tiempo del Señor allá, dice que la piedra que los edificadores desecharon fue hecha cabeza del ángulo. Los edificadores eran los ministros.

Entonces nosotros estamos en esa posición de edificadores, y Pablo decía: “El que edifica, mire cómo edifica; y el que sobreedifica, también mire cómo sobreedifica.” Porque va a ser probada la obra de cada cual y el fuego hará la prueba; y si fuera hallada esa obra, una obra mala, mal hecha, va a ser quemada, para que el individuo sea salvo.

O sea, que la salvación no es aceptada, pero si el trabajo que uno hace, lo ha hecho en vano; y nosotros no queremos trabajar en vano; y si hacemos algo en la obra del Señor, lo queremos hacer que sea de bendición para toda la Novia, y no que vaya afectar a la Novia en alguna cosa o en algún lugar.

O sea, que cuando ponemos un bloque o un ladrillo, lo que sea, estar seguros de que va en ese lugar y ponerle todo lo que lleva, no ponerlo suelto tampoco, que se vaya a caer y vaya a estropear a alguna persona, porque algunos ladrillos sueltos en una construcción grande; y si los que quedan sueltos es el fundamento, y cualquiera los toca y se van esos que están sueltos, se puede caer toda la pared, todo lo que uno ha trabajado se le puede ir al piso.

Es igual que cuando uno hace una construcción, una sobre columnas y viene y tira cemento sobre esa columna y hace todo eso, si las columnas están mal hechas y se rompen, perdió todo el trabajo que había hecho encima de ellas.

Por eso tenemos que tener mucho cuidado en las cosas que hacemos en la Obra del Señor, y estar seguros de lo que estamos haciendo, que sea conforme al plano, porque hay un plano para nosotros dejarnos guiar por él.

Por lo tanto, sabiendo que eso es así, pues una de las cosas más importantes es checar nuestro trabajo cada uno individualmente, y cuando estamos muchos trabajando en la misma obra, entonces podemos ayudarnos unos a otros y nuestro trabajo tiene que ser checado.

Por lo tanto, siendo así, si uno pone un ladrillo mal y descubrimos que está mal puesto, y lo descubrimos por la Palabra, entonces no debemos seguir poniendo más ladrillos sino aguantarnos y poner ese como va, y después seguir el trabajo porque no queremos que el trabajo nuestro sea echado a perder.

Problemas siempre los han habido y los van haber, y el diablo si pudiera, él tratará de engañarnos, y si pudiese engañarnos nos engañaría, y quizás en las cosas sencillas donde quizás nosotros pensamos: “Bueno, eso no tiene importancia.” Cuando debimos saber eso que no tiene importancia aparentemente, eso mismo es lo que nos echa a perder toda la labor que nosotros hayamos hecho en favor de nuestros hermanos y en favor de toda la Novia.

Tenemos que saber que cualquier cosa que nosotros hagamos puede afectar a toda la Novia en la América Latina completa y aun en el mundo entero, y que cualquier cosa buena que hagamos puede ser de bendición para toda la Novia en el mundo entero. Pero cualquier metida de patas que demos nosotros (como decimos nosotros allá), o sea, cualquier escándalo o algo que formemos, eso corre por todo sitio y afecta a la Novia del Señor, a la Obra del Señor completa; y todo eso cae en labios de personas que quizás nos miran para buscarnos las faltas, y no las partes buenas.

Por eso tenemos que tener mucho cuidado en esta hora en que estamos viviendo, y ver entonces nuestra posición correcta como ministros; y por ejemplo, si yo viviera en los días de San Pedro y San Pablo, yo trataría de hacer una cosa, y es estar en buen contacto, en buen compañerismo con ellos, y cada vez que yo iba hacer algo, bueno, estaría con ellos platicando sobre esas cosas, porque ellos tenían una revelación clara y completa acerca de la Palabra de Dios y de lo que tenía que ser establecido y de lo que no tenía que ser establecido en ese tiempo.

Aunque ellos no estaban tomando autoridad sobre ningún pastor, Pablo mismo no estaba con cosas: “Que ustedes tienen que obedecerme a mí.” No. Pablo traía la revelación, habían ministros con Pablo que sabían lo que había de Dios en él, pero no en otros, pues había cierta clase de espíritus que lo miraban a Pablo como un loco.

Por eso es que Pablo en algunos lugares dice: “Escuchad un poco mis locuras, escuchen un poquito, aunque ustedes piensan que estoy loco, pero de todos modos, escuchenme por un ratito.”

Sabemos que el Profeta dice que estamos deseando, hace tiempo en algunos mensajes él dijo que deseábamos que los tiempos apostólicos volvieran; y si él dijo que iban a volver esos tiempos apostólicos, pues entonces hay una grande bendición para todos nosotros, y es que entonces Dios va a levantar también personas como en aquellos tiempos, y les va a dar una revelación completa de todo el plan.

Y yo estaré pendiente a cuando el Señor levante cierta clase de personas a los cuales les va a revelar todo el plan, para entonces yo que soy un pastor allá local, pues en cuanto a lo que se refiere a la congregación mía, pues dirigirla en la forma que el Señor esté dando todas las cosas; y si Él no me las da todas a mí, pues yo estoy pendiente con aquellos que se las esté dando, para que lo que yo enseñe y la revelación que yo reciba personalmente, cuadre con toda la Palabra.

No vaya a ser que yo que soy un pastorcito allí en Ponce, vaya a estar predicando una cosa y que la revelación que Dios le esté dando a estos hermanos que Dios está y estará usando en este tiempo apostólico, vaya a estar lo que yo esté dando, en contra de lo que ya Dios les ha estado dando a ellos. Entonces dos no pueden; uno enseñando una cosa en contra de otra, los dos no pueden estar correctos.

Entonces, uno tiene que saber hasta dónde el Señor le da a uno, y el resto que le falta, entonces uno debe saber y reconocer dónde el Señor lo está dando, a quién el Señor lo está dando, porque el Señor me dé hasta cierto lugar, pues ya yo no voy a creer que ya recibí el resto que me falta o que yo voy a conseguir. Uno no es el que consigue las cosas, es por la gracia de Dios, y lo que Dios le da a usted, eso es lo que dio; y si usted quiere más y el Señor no se lo da a usted, usted entonces tiene que ver a quién se lo está dando y checarlo por la Palabra y recibirlo.

Entonces aquí nadie es superior a nadie, y aquí nadie va a llegar a ningún lugar, es el Señor el que tiene un plan, y Él va a llevar a cada cual conforme al plan de Él, y Él no va a permitir que ninguno se engrandezca sobre otro. Aquí nadie camina por su cuenta, sino que camina conforme al plan de Dios, y es el Señor el que va llevando a cada cual para que así todos estemos en armonía.

Si el Señor ve que alguien puede por un poco de revelación que Dios le dé, puede levantarse para tratar de gobernar y buscar liderato en medio de los demás ministros, y el Señor ve que si le da mucho a ese, pues va a tratar de hacer eso, el Señor viene y le da menos para mantenerlo aguantadito, porque es un peligro en medio de la Obra, y en vez de hacer bien, lo que va hacer es mal.

Entonces, cuando nosotros nos colocamos en una posición liberal de que nuestro propósito es ayudarnos los unos a los otros y no hacer nada ni por vanagloria ni por querer aparecer como que somos algo, entonces estamos en una posición que Dios nos puede dar, y en sencillez uno recibirlo y ser de bendición para los demás.

Entonces, uno nunca tampoco debe de tratar de imponer, lo que Dios le da a uno, uno nunca debe tratar de imponerlo a los demás, sino: “Bueno, esto es lo que el Señor me ha dado, ustedes chequeenlo, y si ustedes lo checan y ven que es de Dios, pues está libre para recibirlo; si no creen que es de Dios, pues eso es asunto de ustedes, lo pueden rechazar, cada cual es libre.”

Entonces también tenemos que saber que nuestra responsabilidad es una responsabilidad local con nuestra congregación, que si yo predico algo o usted predica algo a su congregación, recuerde que lo que Dios le da para su congregación es para su congregación, y usted no puede tratar de llevarlo o de imponerlo en ningún otro lugar, y que usted no puede interferir tampoco con los hermanos de otra congregación en ningún momento porque ya Dios le dio una congregación, ahí la tiene, traígale la Palabra a esa congregación; otro hermano que sea de otra congregación, bueno, ya a ese Dios le ha puesto un pastor y ese es el que es responsable por ese hermano y por esa congregación.

O sea, también saber que somos pastores para pastorear las ovejas que Dios ha puesto en nuestras manos para pastorear, o sea, que no tenemos nada que ver con las ovejas que Dios ha puesto en las manos de otro pastor para pastorear.

Si le podemos ayudar en la forma correcta, pero tratar de traerle cierta enseñanza, la cual el pastor de esa congregación todavía no la tiene, si usted quiere y cree que lo que usted tiene es de Dios, a quien debería de pasarle eso es al pastor de esa congregación y platicar con él: “Mira lo que el Señor me ha dado por aquí, mira esto, chequéate esto ahí con lo que tú has oído del Profeta, a ver si esto no es Palabra de Dios.” O sea, que el trato nuestro principalmente tiene que ser entre pastores, y pastores con pastores, porque pastores con pastores nos podemos entender.

Por ejemplo, nosotros allá mismo en Puerto Rico mantenemos esa consideración y ese compañerismo, y en cuanto a los hermanos de las congregaciones, no, nunca intervenimos con ellos, y cuando algo algún hermano nos viene con algo: “Bueno, pregúntele a su pastor, hable con su pastor sobre eso, porque él es el que está llamado para en esa parte ayudarlo a usted y él es su pastor.” O sea, que siempre los hermanos tengan la confianza que tienen que tener en su pastor.

Cuando vemos que los hermanos, pues tratan de averiguar las cosas o de resolver ciertos problemas o de buscar el consejo a través de otro que no es el pastor de ellos, pues ya eso no es muy bueno, a la persona que tienen que recurrir es a la que el Señor le ha puesto a ellos, y si él no puede, él es el que se tiene que encargar de averiguar con otros ministros con relación a lo que sea.

O sea, que unos a otros nos podemos ayudar en esa parte también, para que cuando vemos que cosas así algún hermano tiene, entonces señalarlo, ¿cuál es el instrumento que Dios tiene para ayudarle a ese hermano? Es su pastor: “Así que, hable con su pastor claramente sobre eso, y él tendrá la solución conforme a la Palabra de Dios, él la tendrá, porque él tiene la Palabra del Señor y para eso ha sido ordenado.”

Entonces vemos que el Profeta nos alerta también en cuanto a que nos cuidemos de todo espíritu de error. Eso fue lo que dijo el Profeta cuando habla de los ministros, que nos reunamos y esas cosas, para hablar las cosas profundas.

O sea, que tenemos nosotros mismos que cuidar lo que Dios ha puesto en nosotros, porque usted puede estropear el plan predestinado que Dios tiene para usted, porque algunas veces nos recostamos en que todo está predestinado y todo está predestinado; y sí, el plan de Dios para usted está predestinado, pero ¿de qué lado estará usted: del plan predestinado de Dios para usted, o usted estará dándole lugar al diablo para que destruya el plan que Dios tiene con usted? Porque recordemos que el plan que Dios tiene con nosotros, usted dependiendo de la posición suya, usted lo puede aceptar.

Entonces en vez de caminar en el plan perfecto de Dios, puede ponerse a caminar en la permisiva voluntad del Señor. O sea, que hay dos voluntades: la perfecta y la permisiva, y estamos llamados a caminar en la perfecta voluntad del Señor. En la permisiva, podemos hacer muchas cosas que en la perfecta tendríamos que aguantarnos.

Entonces, sabiendo que hay un plan predestinado de Dios para cada uno individualmente, tenemos entonces que cuidarnos porque el diablo le gustaría que nosotros andemos en la permisiva voluntad del Señor y no en la perfecta. En la permisiva siempre vamos a tener problemas, y los problemas que vamos a tener, los vamos a tener y no va a ser de ningún beneficio para nosotros.

Encontramos a través de la historia bíblica, que fíjense, David tuvo muchos problemas, hizo muchas cosas malas, pero él pagó por esas cosas malas que hizo; en una ocasión hasta perdió el gozo de la salvación, pero la salvación no la perdió.

Nosotros sabemos que si caminamos en la permisiva, o fuera de la voluntad del Señor, la salvación no la vamos a perder, pero vamos a llegar hasta el momento de que podemos perder el gozo de la salvación y podemos llevar mucho juicio, porque uno va a pagar por todo lo que uno haga mal, uno a pagar por ello.

Por eso es que tenemos que cuidarnos en esa parte, y saber que si somos instrumentos de Dios, hay una congregación que depende de la posición en que nosotros nos coloquemos en las manos del Señor, y tenemos que saber que somos siervos; y al ser siervos, entonces debemos de pensar en lo mejor y en el mejor beneficio que Dios pueda dar a la congregación a través de nosotros. O sea, lo mejor que Dios pueda hacer a través de nosotros para el bien de toda la Novia.

Siempre tenemos que mirar las cosas desde ese punto de vista de ser de la mayor bendición para el pueblo del Señor, y de nada hacerlo ni por vanagloria, ni por orgullo, ni por tratar de defender alguna posición que uno crea que Dios lo ha colocado a uno, o que uno piense que los demás, pues se atrasan o algo, y uno quiera adelantarse o más que los demás, pues si uno actúa con cuidado, entonces en vez de uno mostrar que uno está adelantado, uno mejor lo que puede hacer es ver cómo puede ayudar a los demás para que los demás se adelanten también.

En una forma llena de amor y que no haya ni contienda ni nada, tratando uno de imponer el punto de vista de uno o tratando de imponer la revelación que uno tenga, porque ya cuando trata de imponer lo que uno ha recibido, ya uno está tratando de manufacturar cosas y uno está tratando de actuar en una forma intelectual.

Pero si confiamos en el Señor y creemos que lo que el Señor nos da es del Señor, Él va vindicar eso, entonces la forma mejor que podemos usar para que sea de beneficio para todos, es una forma amorosa: “Bueno, aquí el Señor me ha dado esto, y esto y lo otro, así que chequeemos sobre esto,” o sea, la mejor posición es usted ponerse como que usted no es nada y traer la Palabra siempre, y si es la Palabra, Dios va a testificar y a comprobar que esa es Su Palabra.

Fíjense, el mismo hermano Branham, el ejemplo lo tenemos ahí, el hermano Branham venía y predicaba y establecía esto y establecía lo otro, y después que terminaba, él sabiendo que tiene así dice el Señor y él sabiendo que lo que Dios le daba a él para traerlo, eso era para toda la Novia, él lo sabía, y él sabía que él era el Mensajero para toda la Novia.

Sin embargo, él venía y entonces se colocaba en una posición bien bajitita y decía: “Bueno, esto es para mí, para mis hermanos, esto es así aquí en esta congregación, pero usted es pastor de su congregación y usted allá hace como el Señor le guíe, y si usted no quiere recibir esto y poner esto en su congregación, esto es asunto suyo allá, pero esto es aquí en mi congregación donde yo soy pastor.”

Pero nosotros sabemos que él es el pastor, cada Mensajero es el pastor de toda la Novia de esa edad; y fíjense, él siendo el Mensajero nuestro, nos habla a nosotros los pastores, nos dice: “Bueno, esto es lo que el Señor me ha dado a mí para aquí para mis hermanos, usted examinelo allá, y si usted cree debe poner esto allá, pues amén, si usted cree que esto no debe de tenerlo allá en su congregación, allá usted lo que el Señor le guíe a usted, esto es lo que Él me guía aquí a mi para hacer.” ¿Ven?

Pero nosotros sabemos que él lo que tiene es un así dice el Señor, y que lo que tenemos que hacer es que al ver que es Palabra de Dios, entonces reconocerlo y nosotros entonces actuar como debemos actuar sabiamente, viendo que él no se quiere colocar en una posición como un director, aunque Dios a través de él, Dios a través de él es el que está dirigiendo a toda la Novia.

Pero él como nuestro hermano, él se coloca en una posición que cualquiera lo oye y dice: “No, pero eso no es, eso no, no, no, él dice que si uno quiere o no quiere,” pero si uno sabe que es Palabra de Dios, uno sabe que es para toda la Novia.

Entonces tenemos que nosotros como pastores actuar de la misma manera, sinceramente, no tratando de sobresalir los unos sobre los otros, porque si hacemos eso; ya si sobresalimos nosotros, el Señor no puede sobresalir, si sobresalimos nosotros, el Señor se va a ocultar, pero si lo dejamos a Él que sobresalga y Él es la Palabra, entonces todos somos iguales y nos vemos iguales y nadie sabe quién es quién en el sentido de decir: “Ese es don fulano de tal.” Aquí no hay nadie así, todos somos iguales y lo que está siendo levantado no es un hombre, sino la Palabra, que es lo que realmente tiene importancia para nosotros, no importa a través de quién venga esa Palabra.

Nosotros allá en Puerto Rico hemos tenido nuestras luchas con nosotros mismos, porque si ustedes encuentran ahí donde el Profeta habla en: “Perfecta fuerza en perfecta debilidad,” él dice que lo que necesitamos primero ¿qué es? Una matanza.

Entonces lo que primero tenemos que hacer es morir a nosotros mismos, no somos nada; entonces si morimos nosotros entonces es Cristo el que estará manifiesto y estará obrando, y al ser Él, pues es Él, y si es Él es la Palabra entonces y nadie puede ponerle peros a la Palabra, porque entonces nosotros dejamos las cosas en las manos del Señor. Ahí está la Palabra, esa es la Palabra, chequeela, si es la Palabra tiene que salir brillando a través de todas las pruebas que le hagan, pruebas por la Palabra.

Y nosotros sabemos que en todas las dispensaciones cuando comienzan es que son establecidas todas las cosas que van a estar en función en toda esa dispensación, como nosotros comenzamos en este tiempo, en el comienzo de esta dispensación, imaginense, después en el milenio y en la eternidad, todas estas cosas que nosotros creemos y practicamos, en la eternidad todo esto son las cosas que se van a creer: Nombre nuevo, si nosotros hemos visto en la Palabra que el Señor nos ha mostrado cuál es el Nombre nuevo, esto es lo que se creerá, el Nombre que se reconocerá en el milenio y en la eternidad.

Y el que se bendijere en la Tierra, en el Dios del Amén se bendecirá. Y el Dios del amén es Dios manifestado en este tiempo como lo que Él es, usted encuentra eso en las edades de la Iglesia, donde él dice que el Dios del amén se manifestaría en este tiempo y probaría que es el Dios del amén, el Testigo Fiel y Verdadero, y fue probado.

Así que, vemos todas esas cositas a través de la Palabra, y nosotros entonces tenemos que ocupar nuestra posición en sencillez y en humildad para que entonces Dios pueda ser glorificado, y que si alguien habla algo mal de nosotros, esté hablándolo porque no quiere creer la Palabra, y no porque nosotros damos lugar a que alguien pueda hablar algo en contra.

Van a venir escándalos, pero si los escándalos vienen por causa de la Palabra, el Señor dijo: “Bienaventurado el que no fuese escandalizado en mí,” y Él es la Palabra; pero cualquier cosa que nosotros hagamos fuera de lugar, entonces si escandalizamos, entonces dice: “¡Ay!” ¿Ven? Usted tiene que coger los dos lados: “Ay de aquel hombre por el cual venga el escándalo.” Pero también dice: “Bienaventurado el que no fuere escandalizado en mí.”

O sea, que van haber dos clases de escándalos: uno por causa de la Palabra como es, y si usted está al lado de toda la Palabra, pues el que se escandalice que se escandalice; pero hay otro clase de escándalo que va a venir, que el que sea el instrumento para esa clase de escándalo, entonces hay un ¡ay! para él.

Por eso es que nosotros tenemos que tener mucho cuidado, sabiendo que cualquier cosa que nosotros hagamos, eso, va a ser o de bien o de mal, y tenemos que siempre vigilar para que todo lo que nosotros hagamos sea de bien, de bendición para toda la Novia.

O sea, que nosotros no estamos trabajando para nosotros mismos, sino para un pueblo: para el pueblo del Señor, para la Novia del Señor, y sabiendo que no son nuestros planes los que tenemos que desarrollar, sino los planes del Señor, los cuales están siendo desarrollados, y Él es el que está dirigiendo todas las cosas en todo.

O sea, que si usted en su forma de actuar y de ministrar acepta el plan y programa de Dios, bueno, usted se encontrará trabajando en contra del plan de Dios, ya eso es asunto entre usted y Dios personal, por el cual usted va a darle cuenta al Señor.

Ahora fíjese, nosotros sabiendo que estamos en un tiempo, en una dispensación, además de ser una edad nueva, es una dispensación nueva, usted sabe que las dispensaciones tienen edades: la Dispensación de la Gracia tiene siete edades, la Dispensación de la Ley tuvo unas cuantas edades, cada vez que llegaba una edad entonces Dios le enviaba un Profeta, en la Dispensación de la Gracia cada vez que llegaba una edad, Dios le enviaba un Mensajero.

Y así también estamos, estamos en la edad de la Palabra, dice el Profeta, en la edad de la Novia, pero estamos en otra dispensación, en una nueva dispensación donde ha sido hecho el reclamo.

En la Edad de la Gracia lo que fue hecho fue la redención, pero ahora ha sido hecho el reclamo en esta nueva dispensación, y estamos en el tiempo donde todo lo que corresponde a esta nueva dispensación está siendo establecido por la Palabra de Dios, la cual ya vino, y ahora lo que hacemos es reconociendo lo que corresponde para este tiempo de esta nueva dispensación.

Una de las cosas que muchas personas y muchos ministros no se han dado cuenta, es de lo siguiente: el Profeta fue Mensajero a la séptima edad, lo cual corresponde a la Dispensación de la Gracia; y además de eso, él fue Mensajero a la edad de la Novia, la edad de la Palabra, la cual no corresponde a las edades de la Iglesia, lo cual corresponde a la nueva dispensación.

Entonces cuando usted se da cuenta de ese detalle, entonces usted se dará cuenta que hay cosas que el Profeta habló que corresponden a la dispensación pasada, a la Edad de Laodicea, pero que usted no las puede traer para acá, para la edad de la Palabra.

Y si usted no lo sabe esa clave, ese secreto, usted lo que va hacer es coger todo el mensaje y hacer una liga, y se encontrará después que estará haciendo cosas que corresponden a la Edad de Laodicea, pero que no corresponden a la edad de la Palabra, y por un lado usted encontrará que el Profeta dijo que si, y por otro lado usted encontrará que el Profeta por acá dice que no.

Entonces usted dirá: “Pero yo no entiendo esto,” es que si no entiende el plano, no va a entender lo que corresponde a cada lugar, entonces esa es una de las cosas misteriosas en este tiempo.

En el tiempo en que el Señor vino la primera, pues no había ningún cuerpo listo sin pecado para llevar a cabo el plan, entonces tuvo que usar a Juan el Bautista como precursor, y luego tener ese cuerpo que Él creó, y en ese cuerpo Dios venir en toda Su plenitud, hubo dos cuerpos.

Entonces Juan vino a ser el puente, la brecha entre el Antigo y Nuevo Testamento, o sea, entre la Dispensación de la Ley y la Dispensación de la Gracia, vino a ser el puente.

Pero acá encontramos que en un solo cuerpo hizo las dos cosas, y al hacer las dos cosas en un solo cuerpo, entonces usted tiene que ver qué corresponde a un lado y qué corresponde al otro.

Entonces al ser eso de esa manera, entonces usted tiene que darse cuenta que para eso entonces Dios levantó, en los tiempos del Señor, Dios levantó las personas que Él quería usar para poner cada cosa en su sitio: levantó a Pedro, levantó a Pablo y entonces: “Esto es esto y esto va así y esto va así.” Y el Profeta dice: “Por esa causa Pablo podía hacer la diferencia, la separación entre la ley y la gracia.” O sea, entre lo que correspondía a la primer dispensación y lo que correspondía a la segunda dispensación.

Y una de las cosas que nosotros los ministros debemos de siempre orar, es para que el Señor levante uno, dos o tres o los que Él quiera levantar en medio nuestro, ministros en medio nuestro, que el Señor se les revele en estas partes delicadas, que ellos puedan hacer la diferencia entre una cosa y otra, entre lo que corresponde a un lado de una dispensación y lo que corresponde a otra, para que Dios los use.

Así que, si oramos al Señor, para que el Señor levante en medio de nuestro esta clase de ministros para que el Señor se les revele de esa manera, para que no haya ninguna clase de confusión en medio de nosotros los ministros, para que entonces podamos poner cada cosa en su lugar. Eso será de grande bendición para todos nosotros, y así nunca vamos a estar confundidos de que si: “Pero espérate, por aquí el Profeta dice esto.” “Pero por acá dice algo contrario a eso.” ¿Con cuál de los dos me quedo yo? ¿Con cuál de los dos? Porque las dos las ha dicho el Profeta, entonces para eso el Señor tendrá que levantar en medio nuestro personas que Él capacite como capacitó a Pedro, como capacitó a Pablo para pararse y decirles: “Esto corresponde a este lado y esto corresponde a este lado.”

Pablo fue esa clase de persona que tuvo un encuentro personalmente con el Señor, con la Columna de Fuego, y entonces podía hacer la separación, por eso encontramos que Pedro tuvo un poquito de problema con Pablo, y fue en esa parte.

O sea, que Pedro anque él era liberal en ese sentido, o sea, que con los judíos él actuaba como judío y con los gentiles actuaba como gentil, él era liberal en eso, decía: “Bueno, esta gente, todavía están pensando en que estas cositas que son de la ley, que todavía las debemos de guardar.” Como la circuncisión que eso correspondía allá a la ley, a la dispensación pasada, y las comidas desde comer carne de esto y de lo otro, comidas inmundas como se llamaba en la ley, en la dispensación pasada comer cerdo y comer estas cosas, no estaba permitido.

Entonces Pedro se dejaba llevar por las costumbres ya que tenían, adaptados ya a esa costumbre, no quería romper esa barrera y poner cada cosa en esas partecitas en el lugar que le correspondía, pero con lo que lo hacían, que comían de cuanta cosa había, los gentiles, pues él les decía: “Eso está bien, eso no hay problema en eso.” Pero con los que no creían así, pues: “Bueno, si ustedes no lo hacen así, yo tampoco lo hago, y está bien como ustedes lo están haciendo.”

Y por lo que se ve allá en Jerusalén parece que muchos se circuncidaban; cuando Pablo fue con Timoteo allá, parece que trataron de circuncidar a Timoteo, y él no dejó que a Timoteo lo circuncidaran y a los que fueron con él, o sea, que se mantuvieron firmes en su convicción, porque Pablo sabía hacer la diferencia entre una dispensación y la otra, y no dejó que nada de la dispensación pasada fuera adaptado a la dispensación que le correspondía.

Ahora, las cosas que correspondía de aquella dispensación a esta otra, las que correspondían, sí. Por ejemplo, el apóstol Pablo vio en la primera dispensación que se llevaba a cabo la santa cena, o sea, la pascua, y luego encontró que en el Nuevo Testamento también había que hacerlo, pero encontró que la circuncisión no correspondía pasarla para acá, y no dejó que la pasaran a los gentiles, y dice que habían muchos judaizantes, ministros judaizantes que trataron de meterse entre los gentiles para tratar de judaizar, y él atacó eso y no quiso que eso se metiera entre los gentiles.

Entonces sabemos que hay cosas que pasaron acá de aquella dispensación, pero hay cosas que no podían pasar; y eso es lo que también nosotros tenemos que saber en este tiempo, y para eso Dios tiene que levantar personas de esa clase, eso nosotros tenemos que con sencillez orar al Señor: “Señor, levanta gente como levantaste a Pedro, a Pablo y personas así que Tú te les reveles a ellos,” porque para eso hay ministerios especiales y es elección de parte del Señor.

Ahora, también siempre que Dios levante esa clase de personas, tenemos que saber que esa clase de personas obrarán como Pedro, obrarán como Pablo, que nunca tratarán de tomar dominio y autoridad sobre los demás ministros, sino que esas cosas solamente nos daremos cuenta cuando Dios levante esa clase de personas, nos daremos cuenta solamente por lo que ellos prediquen.

Entonces los llevaremos a la Palabra: “Ah, fíjate. ¿Ven cómo el cuadro aquí es presentado de tal manera que cuadra? Porque por aquí el Profeta dice así, y por aquí aparentemente está contrario a eso.” Pero entonces cuando Dios levante esa clase de personas usted encontrará que tomará aquello que dice acá y tomará esto, y lo hará que cuadre, y mostrará el cuadro completo, el plano completo, porque Dios le revelará cuál es el plan para esta hora en que estamos viviendo.

Fijense, tenemos muchas cositas que corresponden a este tiempo, y tenemos muchas que no corresponden a esta nueva dispensación, y hay muchas que hay que establecer en este tiempo.

Hemos visto cómo el Señor ha estado guiando a sus ministros y cómo ha estado preparando las congregaciones.

Por ejemplo, lo del Nombre nuevo está ahí, está vindicado a través de toda la Biblia, a través de todo el mensaje de la hora, se lo trajimos; y cuando ustedes, no sé si notan al final de la grabación que yo les pregunté: “¿Y cuántos de ustedes estaban esperando algo así?” Y ustedes llegan a ver las manos de esa multitud, eran de 500 a 700 personas más o menos que habían en ese culto, y cuando ellos levantan sus manos, yo digo que todo el mundo estaba esperando algo así.

Entonces fíjense, nosotros allá en Puerto Rico por lo menos, no tratamos de imponer ninguna revelación ni ninguna idea; si el Señor nos muestra que eso es así, entonces le diremos: “Esto es así.” No les vamos a decir: “Yo creo o yo me imagino o yo pienso que esto es así, porque entonces estaríamos dirigiendo a las congregaciones en una manera de “tal vez o a mí me parece,” y eso no cuadra con la Palabra de Dios; y sabiendo que todas estas cosas la voz se correrá y que muchos hablarán en contra, otros dirán: “Parece que están correctos.” Otros dirán: “Están correctos.” Pues no queremos que nadie pueda decir que estamos incorrectos cuando estamos haciendo algo mal, entonces para eso, no hacemos nada que esté fuera de lugar.

Y si alguien dice que estamos haciendo algo mal porque hemos establecido tal o tal cosa, bueno, ahí tiene la Palabra, chequeelo usted por la Palabra a ver, a ver si no es lo que dice el mensaje de la hora y lo que dice la Palabra, porque siempre tienen haber dos o tres testigos: tenemos el Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento y el mensaje de la hora, tres testigos tenemos ahí. Entonces todo tiene que concordar para que así no haya ni confusión ni equivocación.

Entonces vimos todo el cuadro, ustedes saben que ya el Cordero dejó su lugar y comenzó Su labor de león en el 63, y el Profeta dice que el lugar de adoración es la luz de la tarde, y sabemos qué es la luz de la tarde.

Entonces vimos todo el cuadro en la luz de la mañana, pues era la adoración, ahí estaba el Nombre de Dios para esa dispensación de la gracia y estaba el Nombre de Dios, la luz de la mañana, y todo era hecho conforme a como correspondía a ese tiempo, pero el Profeta dice que al tiempo de la tarde habrá luz, y dice: “El único lugar de adoración.”

Eso lo dice en el mensaje titulado: “El Lugar Escogido Por Dios Para Adoración.” Ya ustedes lo van a escuchar, aunque lo escucharon en aquella otra reunión, pero lo van a escuchar también en ese mensaje titulado: “Unánimes Juntos,” y eso es una cosa bien importante: “Unánimes Juntos,” porque así eran que estaban los apóstoles y los 120 allá en el Día de Pentecostés, estaban unánimes y juntos también.

Por aquí es que el Profeta lo dice, miren la página 21 del libro: “El lugar escogido de Dios para adorar,” dice:

Y al caer la tarde habrá luz (usted sabe cuál es la luz de la tarde), el único lugar escogido por Dios para la adoración. ¡Oh! a qué ha llegado este mensaje, ¿qué ha de hacer Él? Y en Su día al caer la tarde habrá luz, para darle a sus hijos la bienvenida de regreso al hogar hacia la tierra prometida.”

Y comienza a decir con las mismas señales todas estas cosas que fueron ya vindicadas, y en el mensaje titulado: “Ya Salido el Sol,” página 11, dice el Profeta:

¡Oh! qué mensaje, y porque yo vivo vosotros también viviréis, y yo vivo en ustedes y las obras que yo hago, Juan 14:12, las obras que yo hago, me identificarán a mi en vosotros, ¡Oh! qué mensaje, con razón hemos tenido un mundo oscuro de teología, mas en el tiempo de la tarde habrá luz nuevamente, en el tiempo de la tarde habrá una resurrección, al caer la tarde habrá luz.”

Hemos visto cómo ahí el Profeta abiertamente dice que el lugar para adorar hoy es la luz de la tarde, y hemos visto que en la luz de la mañana ya cuando salió el sol, porque es el mismo sol, el mismo Dios, el mismo Cristo manifestado allá en la mañana, manifestado acá en la tarde.

Entonces allá en Su manifestación en carne, allí estaba el Nombre de Dios para adorar, el Nombre de redención, y en la luz de la tarde, entonces cuando viene el tiempo de la tarde que es el único lugar de adoración, para ser el único lugar de adoración la luz de la tarde, es porque tiene que estar ahí el Nombre de Dios para adorar; porque si no está en la luz de la tarde el Nombre (y es el Nombre nuevo), si no está ahí, no puede ser el lugar para adorar, porque el lugar para adorar es donde Dios ponía Su Nombre.

Usted no está interesado en que la Novia que usted está pastoreando se le vaya, no, porque Dios lo ha puesto a pastorearla, no a espantarlos.

Ahora, si en medio del grupo que usted pastorea hubiera alguno que no es Novia, cuando usted traiga la Palabra, lo más seguro, se va a ir, y aún si no fuese de la Novia, aún quizás hasta se puede quedar porque Dios lo tenga para alguna cosa, quizás para darle un vaso de agua fría a uno de estos pequeñitos, quizás para ayudarle en algo en la Obra.

Así que, uno tiene que saber la posición y el plan del Señor para que uno no vaya a actuar de una manera incorrecta, y vaya en vez de hacer bien a la Obra, vaya a hacerle daño a las ovejas del Señor, y son las ovejas del Señor, no las suyas, son las del Señor; y Él lo que hace a través de usted, es Él pastorear a las ovejas que Él tiene ahí, porque si nosotros, si vamos a ver, nosotros somos pastores, saben ¿por qué? Porque el atributo de Dios de pastor, porque Él es el Pastor, el Buen Pastor, ese ministerio, ese atributo de Él se manifiesta a través de usted, por eso es que usted es pastor.

Es igual que los Profetas, los Profetas son Profetas ¿por qué? Porque Dios que es el Profeta, se manifiesta en ese ministerio de Profeta y profetiza, da a conocer todas las cosas que han de venir y las cosas que han pasado, pero si Dios no obrara de esa manera, el tal no sería un Profeta.

O sea, que la persona viene a ser, lo que es en cuanto al ministerio, porque ese atributo de Dios, ese atributo ministerial de Dios se manifiesta a través de esa persona, eso es lo que lo hace ser lo que es, usted es un pastor porque ese atributo de Dios de pastor, ese ministerio se manifiesta en usted, si no se manifestase, usted podría ser de todo menos pastor.

Entonces fíjense, para nosotros establecer estas cosas conforme a la Palabra, que ya están establecidas aquí pero que no las habíamos visto, para dárselas al pueblo nos ha tomado tiempo, y hemos buscado por todos los lados y aun le hemos traído las cosas que aparentemente podría alguien citárselas como para contradecir estas cosas, y se las hemos traído, y les hemos dicho: “Fíjense, por aquí el Profeta dice así, ahora mire por aquí,” y les hemos explicado el cuadro completo, para que si alguien después les viene con: “Mire, pero por aquí dice el Profeta...” “Sí, ya eso también nos lo enseñaron, y eso es así porque eso quiere decir esto.”

Entonces con los mensajes del Profeta mismo les pueden probar que eso que están tratando de usar en contra, eso no está en contra nada. Entonces cualquier revelación que uno tenga, tiene que ser checada por la Palabra, y recuerde que no es la revelación de uno, sino la revelación de Dios que ha venido a través del Profeta la que tenemos que tener establecida en cada congregación.

Al ser esto de esta manera, entonces tenemos que ver y tenemos que cuidarnos de no tratar de establecer nada por nuestra cuenta, y que si cuando establecemos algo, que sea totalmente la Palabra y que sea de bendición para el pueblo del Señor, preparar también con los mensajes que el Señor nos dé de preparación al pueblo, para que así ellos vean el cuadro completo.

Porque miren, aun para usted recibir algo, Dios lo ha tenido que preparar a usted, Dios ha tenido que ir tratando y tratando y tratando con usted, y dándole, dejándole ver por aquí una cosita, por aquí otra y por aquí otra, y después cuando de momento: “Esto es esto.” “Ah, ya eso yo lo había visto por aquí,” ¿qué fue eso? Dios que lo estuvo preparando a usted.

Entonces si Dios ha hecho con usted, eso mismo Dios quiere hacer con la congregación suya usándolo a usted, y ya usted pasó por esa experiencia y ya entonces usted sabe qué es lo que necesita antes de darle un visteé a un niño, a un niño que está recién nacido usted sabe que primero le tiene que dar leche por una buena cantidad de tiempo hasta que tenga dientes que pueda comerse ese bistec.

Estamos en un tiempo en que hay mucha carne fresca, pero recuerde que también un niño no se va a comer un bistec de ese tamaño, se va a comer de acuerdo a la capacidad de él, entonces usted tiene que preparar a las ovejas del Señor para cada vez que va a darle algo, que puede serle de bendición o puede serle de prejuicio, usted tiene que saber lo que va hacer.

Y aun nosotros sabemos que lo que nosotros predicamos en nuestras congregaciones va a salir también para otros lugares y otros lo van a escuchar.

Por ejemplo, miren, cuando nosotros comenzamos a explicar o a traerle a las congregaciones lo del Nombre nuevo del Señor y estas cositas así, una de las cosas que yo hice en la congregación que yo pastoreo, les dije: “De estas cosas que estamos hablando y estamos recibiendo de parte del Señor, de esto usted no hable nada con nadie. Esto el Señor nos lo está dando aquí, y si de aquí ha de salir algo y alguien va a saber algo de esto que el Señor nos está dando, que lo sepa por el pastor o que le pregunte al pastor, pero usted cállese la boca.”

Entonces el Señor estuvo, estaba dándonos y dándonos, y hace poco fue que se vinieron a dar cuenta en otros lugares de lo que el Señor estaba haciendo, y así también hemos tratado y hemos visto que debemos de ser reservados en lo que el Señor nos da en cada congregación, porque muchas veces una congregación está bien adelantada, pero puede haber otra congregación que esté atrasadísima, eso depende del trato de Dios con el pastor y el pastor con Dios.

O sea, que tiene haber un interés personal del pastor para buscar a Dios y estar al tanto de todo lo que el Señor está dando.

Entonces nosotros no queremos que lo que Dios nos da a nosotros en nuestra congregación que es una bendición para nosotros, no queremos que vaya a ser una maldición para otra congregación, sino que nos mantenemos así en esa forma bastante reservados, y cuando para otra congregación va a salir algo de esas cosas, ya eso lo hemos hablado entre ministros; y algunas veces nos invitamos unos a los otros.

Y así vamos y nos predicamos unos a los otros y nos hablamos de esas cosas, pero ya aun el pastor que está ahí, ya está preparado, para que cuando uno hable algo, no vaya el pastor a levantarse: “Eso no es así.” No, ya él sabe de las cosas que se va hablar, y si se toca de esos puntitos ya él está preparado y ya él lo ha recibido.

O sea, que el pastor tiene una responsabilidad muy grande en su congregación, o sea, que un pastor no está llamado tampoco a que predicó fulano de tal o fulano de tal y le va a decir: “Amén,” y el pastor se tiene que obligatoriamente levantar y decir que lo que predicó fulano de tal está correcto.

Si el pastor no ha visto el cuadro completo, él cuando vea el cuadro completo y si ve que algo estuvo fuera de lugar, él es el que está llamado a corregir lo que haya sido predicado y esté fuera de lugar, y decir: “Esto es así y esto es así.”

Entonces por supuesto que cuando un hermano nos predica, pues no vamos tampoco a criticarlo, no, no, no, pero tenemos que interponer cada cosa en su sitio en amor los unos con los otros; y cuando nos predique un hermano, un pastor de una congregación nos predique en otra, y yo veo que predicó algo fuera de lugar, yo estoy llamado a decirle: “Mira hermano, aquí en esto mira, tú dijiste esto, pero esto, esto está fuera de lugar.”

Nosotros allá en Puerto Rico tenemos esa confianza los unos con los otros, y no nos miramos la cara a ver si al que hay que llamarle en amor la atención: “Mira, esto está fuera de lugar,” no nos miramos la cara a ver si es chiquito para hacerlo o si es grande, porque la Palabra no se compromete ni con grandes ni con chiquitos, todos somos iguales, y cuando tenemos que corregirnos en amor los unos a los otros, lo hacemos por amor y por el bien de la Obra del Señor.

O sea, que tampoco podemos pensar que el hermanito fulano de tal no puede decirnos: “Mira, aquí hay algo que no concuerda con lo que tú dijiste.” No, tenemos la libertad nosotros de hacerlo, siempre y cuando sea con ese propósito de ayudarnos el uno al otro y nos podemos decir: “Mira, chequeate eso.”

Nosotros allí en Puerto Rico muchas veces nos decimos: “Mira, tú predicaste esto y esto y esto y esto, si tú haces eso con esto que dice por aquí el Profeta, leete en tal sitio sobre eso que tú predicaste.” ¿Ven? Lo hacemos porque nosotros no estamos luchando por ser el mejor predicador, porque cuando hay esa lucha, esa competencia, es entonces cuando se quiere ser grande y nadie quiere reconocer que uno ha enseñado algo fuera de lugar.

Ahora fíjense, si nosotros en eso hemos buscado al Señor; también hemos buscado al Señor con relación a los bautismos, y yo creo que fue una de las cosas... antes de venir esto de saber que el lugar para adoración era la luz de la tarde y que había que usar el Nombre nuevo, aún antes de eso una de las cosas que nos llamó la atención, porque nosotros estamos dispuestos a todo y a establecer todo lo que haya que establecer en esta nueva dispensación, no importa que la gente crean que es una herejía, no importa que parezca una herejía, si es la verdad, pues estamos dispuestos a establecerlo, y las congregaciones están dispuestas a recibir lo que sea.

Y una de las cosas que nos llamó mucho la atención fue lo de los bautismos en agua, sabiendo que ya el Señor terminó su lugar, su trabajo de Intercesor y que ya no es Cordero sino que es León, lo hemos leído ahí en los mensajes, que Él ya no es Cordero sino León y está como Reclamador y no como Intercesor.

Entonces me llamó la atención en cuanto a si los bautismos en agua deberíamos hacerlos en el Nombre nuevo o seguirlos haciendo en el Nombre de redención, y nos llamó la atención también si los que ya estaban bautizados en el Nombre del Señor como Redentor, si había que bautizarlos ahora en el Nombre nuevo del Señor como Reclamador para reclamarlos.

Y hemos buscado el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento y los mensajes del Profeta, porque si hay que hacerlo, bueno, eso es lo que estamos esperando: saber si hay o no hay que hacerlo, entonces con lo que nos hemos encontrado es con...

¿Usted quiere saber lo que viene? Mire lo que pasó, porque hay que ver el cuadro, entonces fíjense, encontramos en el Nuevo Testamento que los apóstoles fueron bautizados por Juan, y cuando *Juan le dijo a dos de Sus discípulos: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.” Juan y Jacobo se fueron detrás del Señor y lo siguieron.

Entonces encontramos que a través de toda la Biblia, encontramos que los discípulos no dice que fueron bautizados en el Nombre del Señor Jesucristo, yo no lo he encontrado, lo hemos buscado y no lo hemos encontrado; antes del Día de Pentecostés que bautizaron en el Nombre del Señor Jesucristo, antes el Señor en ningún momento les había dado la orden para bautizar, porque todavía el Sacrificio no había sido llevado a cabo en la Cruz del Calvario.

O sea, porque el bautismo en el Nombre del Señor Jesucristo conforme a como nos enseña la Biblia, está en el plan de redención, y entonces el Sacrificio para redención no estaba hecho todavía, así que todavía los discípulos no estaban bautizando en el Nombre del Señor Jesucristo, no aparece en ningún lugar.

Lo hemos buscado nosotros, porque si nosotros llegamos a encontrar que hay que bautizar en el Nombre nuevo del Señor Jesucristo, eso se lo traemos abiertamente a los hermanos, porque nosotros no tenemos ningún temor de predicarles la Palabra de Dios, eso es lo que estamos haciendo: predicándosela.

Entonces lo hemos buscado a ver, hemos encontrado que los discípulos, no dice la Biblia que fueron bautizados en el Nombre del Señor Jesucristo, encontramos que la Biblia nos dice por ahí por Juan 5 o Juan 4, dice que de la otra parte del Jordán el Señor en Betábara bautizaba, pero dice: “Aunque el Señor no era el que bautizaba, sino Sus discípulos.” No dice ahí en qué nombre bautizaba tampoco, ellos eran los que bautizaban, pero no dice en qué nombre.

Encontramos también que los discípulos recibieron orden del Señor de ir a predicar el Evangelio, anunciar el Reino de Dios, a sanar los enfermos a echar fuera demonios, y el Señor les dijo que hicieran eso; y cuando ellos regresaron, dijeron: “Señor, hasta los demonios se nos sujetan en Tu Nombre, nos obedecen lo que les decimos.”

Pero no dice en ningún lugar que ellos iban y predicaban y bautizaban en el Nombre del Señor Jesucristo, sino que echaban fuera demonios y oraban y sanaban los enfermos en el Nombre del Señor, pero no dice de los bautismos si lo hacían o no lo hacían, y tampoco el Señor les mandó a bautizar en ese tiempo.

Encontramos que ellos estuvieron bautizando, pero fue cuando estuvieron con el Señor por allá por Betábara en aquellos días.

Ahora fíjense, fue usado el Nombre del Señor para echar fuera demonios, para sanar los enfermos y para predicar el Evangelio, el Nombre del Señor, el Nombre para aquella nueva dispensación que estaba comenzando, pero para los bautismos no lo encontramos en ningún lugar, hasta el Día de Pentecostés.

Bueno, de los discípulos en ningún lugar dice que ellos fueron bautizados en el Nombre del Señor Jesucristo, tampoco lo dice, lo hemos buscado y no lo encontramos; ellos el Día de Pentecostés estuvieron allí por 10 días, el día número 9 fue el día en que todos estuvieron de acuerdo, porque al principio eran como 500 personas y se fueron yendo, pero ya a lo último quedaron nada más que 120, y dice que ellos estaban unánimes juntos, y vamos a ver:

Y entrados, subieron al aposento alto, donde moraban Pedro y Jacobo, Juan, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé (ahí están los doce), Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas hermano de Jacobo.

Todos éstos perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con sus hermanos.

En aquellos días Pedro se levantó en medio de los hermanos (y los reunidos eran como ciento veinte en número).”

¿Ven? Estaban ahí, dice: “Unánimes en oración y ruego.” Estaban orando y rogando, el Señor les dijo: “Vayan al Aposento Alto y esperen allí,” también les había enseñado el Señor que pidieran la promesa del Padre, les había enseñado el Señor también, porque Él dijo. “Cuánto más nuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo (¿a quién?) a quiénes lo pidieran.” Ellos estaban allí orando y buscando al Señor en ruego y esperando lo que el Señor les había prometido.

Entonces el Señor les había dicho antes de irse: “Ustedes hasta el momento no habéis orando,” o sea: “Nada habéis pedido,” porque no tenían que estar orando si allí estaba con ellos Dios manifestado en carne, necesitaban algo: “Señor, mira, queremos esto.” O sea, estaba hablando allí de tú a tú, y ellos no estaban con necesidades así.

Entonces el Señor les dijo: “Ustedes hasta ahora no habéis pedido nada en mi Nombre, pero ahora, de ahora para adelante ya yo me voy a ir, así que todo lo que pidieres al Padre en mi Nombre, yo lo haré.”

Entonces una de las cosas que ellos estaban esperando y tenían que estar esperando, y dice que estaban orando, cuando uno ora es cuando pide, está pidiendo algo, llevando una petición delante de Dios.

Entonces ya el Señor les había dicho: “Cuando ustedes pidan, cuando vayan a orar, recuerden, todo lo que pidan en mi Nombre les va a ser concedido, va a ser dado.”

Así que ya es una de las cosas que ellos estaban haciendo ahí en el Aposento Alto, y parece que hubo problemas con el grupo este otro que habían visto al Señor, eran como 500 los que ascendieron, pero después ya lo último los que quedaron fueron como unos 120 a lo último, una de las cosas era que oraban y estaban unánimes juntos en oración y ruego; si el Señor les había dicho: “Ustedes no han pedido nada, pero pedid y se os dará, y todo lo que pidieres al Padre en mi Nombre, yo lo haré.”

Entonces ya están pidiendo, ¿qué están pidiendo? Están pidiendo lo que el Señor les prometió, el bautismo del Espíritu Santo y están esperando que llegue, están clamando.

Entonces, ¿en qué nombre cree usted que iban a estar pidiendo? Si el Señor les acabó de decir: “Todo lo que pidan en mi Nombre,” entonces eso era una de las cosas que ya ellos estaban haciendo en el aposento alto.

Ahora, en ningún momento encontramos que nos diga la Biblia que ellos se fueron a predicar o a bautizar, a predicar fuera; no, ellos estaban unánimes juntos, los que habían creído estaban juntos compartiendo esas cosas y poniendo todo en orden, hasta encontraron que aunque faltaba uno de los apóstoles y trataron de poner a otro. Uno algunas veces comete sus errores. El Profeta dice que el apóstol número doce es Pablo, no Matías: Pablo.

Bueno, entonces ellos estaban poniéndose de acuerdo en todas las cosas, poniéndose de acuerdo, y ya ellos estaban haciendo las cosas en el Nombre del Señor, pero en esos diez días ellos no estaban bautizando a nadie en el Nombre del Señor, no encontramos eso en la Biblia, ellos estaban en aposentamiento (eso es una de las cosas), no estaban tampoco predicando fuera, sino en medio de ellos unánimes juntos.

Luego en el Día de Pentecostés ya el día número diez ya estaba todo de acuerdo, el 9, el día 9 ya todas las diferencias habían sido arregladas, todo había quedado bien puesto en orden, y aun el Señor les había dicho que bautizaran, sí, pero el tiempo todavía no había llegado hasta que fueran llenos del Espíritu, y entonces estaban esperando ser llenos para entonces predicar y bautizar en el Nombre para redención, pero no lo hicieron hasta ese Día de Pentecostés.

Luego encontramos que ellos si tuvieron sus diferencias se les fueron más de la mitad, de 500 solamente quedaron 120, pero quedaron unánimes juntos, y entre los que quedaron, quedaron los familiares del Señor: la mamá, los hermanos.

Así que, de la familia todos estaban creyendo en lo que tenían que creer, lo que Pedro les estaba diciendo porque Pedro, principalmente Pedro ahí era el líder, porque fue el que tuvo la revelación de quién era el Hijo del Hombre, él supo que aquel era el Hijo de Dios.

Y el Profeta dice que Dios se manifiesta con tres Nombre de Hijo: Hijo del Hombre, Hijo de Dios e Hijo de David; pero usted notará que siempre que se manifiesta como Hijo del Hombre, detrás de esa manifestación de Hijo del Hombre está escondido otro titulo de Hijo, y ese fue el que Pedro por revelación conoció, conoció que detrás de esa manifestación de Hijo de Hombre lo que estaba escondido era Hijo de Dios.

Entonces cuando tuvo esa revelación de quién era el Hijo del Hombre, entonces ahí fue cuando el Señor le dice: “Pues bienaventurado eres Simón Pedro, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en el Cielo, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, sobre esta revelación.” Revelación ¿de qué? Revelación de quién es el Hijo del Hombre, de quién es el Señor, entonces le dice que: “A ti daré las llaves del Reino.” Él era el que tenía las llaves para abrir cuando llegara el momento de abrir.

“Bueno, esto es esto,” para comenzar lo que había que comenzar, el que tenía las llaves, el liderato era Pedro, por eso fue que el menos inteligente fue el que comenzó el Día de Pentecostés, porque Dios a él era el que le había dado las llaves, a él era el que Dios le había dado las llaves para comenzar.

Entonces ahí el Día de Pentecostés él vino y tomó las llaves y abrió la puerta y entraron miles de personas y fueron bautizadas, y vemos que Pedro tenía esa posición que Dios le había dado, y nadie podía tomarle esa posición, nadie podía comenzar, a menos que fuera él, él era el que estaba llamado, porque él fue el que tuvo de parte de Dios la revelación de quién era el Hijo del Hombre, y a él fue que le dio entonces el Señor la autoridad para empezar a poner la predicación del Evangelio de la Gracia.

Ahora, fíjense ustedes que estuvieron diez días en el aposento alto, no bautizaron a nadie hasta que llegó el Día de Pentecostés; entonces encontramos que si son tres Éxodos, encontramos que tenemos que ver los tipos, sí, y tenemos que ver entonces qué representan esos diez en el aposento alto, tenemos que ver entonces todas estas cosas para entonces nosotros poder tener el cuadro completo.

Lo primero es que los diez días en el aposento alto y en el día número 9 ponerse de acuerdo, bueno, ¿cuántos días hace día por año que el Profeta partió? Estamos en el día número 9, en el año número 9. Y en este año número 9 estamos viendo cómo cada cosa está siendo colocada en su lugar y cómo estamos esperando lo que el Señor nos ha prometido, y cómo también el grupo se ha estado reduciendo, eran como 500 y quedaron como 120.

¿Como cuántos éramos los que habíamos comenzado desde que supimos el mensaje, pero como cuántos quedan actualmente ahí al lado de toda la Palabra, reconociendo quién es el Hijo del Hombre hoy? Al lado de Pedro que tenía la revelación de quién era el Hijo del Hombre, y Pedro sabía quién era el Hijo del Hombre y eso fue una de las cosas que trataron en esos 9 días.

En esos 9 días trataron todas esas cosas, y aquellos que no estaban de acuerdo, pues por algo se fueron, en algo tropezaron, entonces encontramos que los que quedaron estaban unánimes juntos, todos estaban de acuerdo y estaban juntos esperando lo que el Señor les había prometido, y estaban orando y estaban clamando al Señor.

Ahora, ya llevamos 9 años, y ya yo creo que en este año número 9, yo creo que estamos poniéndonos bastante de acuerdo y es probable que ya las cosas que falten para estar por completo de acuerdo sean pocas, ya por lo menos estamos de acuerdo en estas cosas que ya el Señor nos ha mostrado a través del mensaje.

Ahora, entonces estamos pendientes que de un momento a otro puede ocurrir algo. Recuerde que después en el día, ya el día número 9 quedó todo arreglado, y el día número 10 por la mañana como ya todo estaba arreglado, ya ellos habían reconocido su posición.

Y la Novia tiene que reconocer su posición en todo, ponerse en su posición correcta unánimes juntos, y luego entonces, pues viene lo que el Señor nos ha prometido.

¿Qué es lo que el Señor nos ha prometido? El revestimiento, lo cual encontramos que allá les fue prometido el bautismo del Espíritu Santo, acá nos está prometido el bautismo del Espíritu Santo pero en plenitud.

¿Qué es lo que dice el Profeta? “El verdadero bautismo del Espíritu Santo,” no que aquel no fuera el verdadero, sino que aquel fueron los primeros frutos, las primicias, pero acá es la plenitud.

Entonces si los discípulos se adelantan a hacer algo antes de recibir aquello que el Señor les había prometido, hubieran echado a perder el plan completo, porque hay un plan, y es el plan de Dios, el plan está ahí.

Entonces si yo me adelanto a hacer algo fuera de tiempo, bueno, voy a estorbar el plan de Dios; y si lo estorbo, entonces todo lo que yo haga, pues mejor que lo haga si estoy interrumpiendo el plan de Dios, pues estoy trabajando en vano; y si trabajo en vano, para qué entonces trabajar.

Entonces si hubiese que bautizar a alguien, nosotros hemos buscado eso bien y hemos visto que si hubiese que bautizar a alguien en el Nombre nuevo, si hubiera que hacerlo, pues sería después que seamos llenos de la plenitud de Dios, si hubiera que hacerlo; y como no lo sabemos hasta ahora, si vamos a tener que bautizar a las vírgenes fatuas o no, pues entonces esperamos a que llegue ese momento, y cuando llegue ese momento ya uno va a estar lleno de la plenitud y sabe lo que tiene que hacer.

Recuerde que... fíjese otra cosa: los discípulos se entraron y fueron llenos del Espíritu sin haber sido bautizados en el Nombre del Señor Jesucristo, no lo encontramos en ningún lugar, sino con el bautismo que ya habían recibido.

Nosotros con el bautismo que ya hemos recibido en el Nombre del Señor Jesucristo, vamos a hacer, aunque estamos esperando la plenitud, es el cuadro que hay, no hemos visto otro.

Entonces ellos aunque no encontramos en ningún lugar que diga que ellos se bautizaron en el Nombre del Señor Jesucristo, encontramos que después ellos bautizaron a la gente en el Nombre del Señor Jesucristo.

Así que, nosotros estando bautizados en el Nombre del Señor Jesucristo, si hubiera que bautizar a alguien en el Nombre nuevo del Señor después que seamos llenos de la plenitud de Dios, no es raro de que bauticemos a todos entonces aquellos que rechazaron. La acusación de Pedro ¿cuál fue? “Ustedes crucificaron al Cristo.” Entonces cuando dijeron: “¿Y qué haremos?” Entonces fue que Pedro les dijo: “Arrepiéntanse de eso que hicieron y bautícense.” A los que rechazaron fue que los apóstoles vinieron y les bautizaron, porque tenían que arrepentirse.

Entonces si cuando llegue ese momento del revestimiento, porque el Profeta dice que cuando ellos (las fatuas) vean, cuando ellos vean cumplirse en la Novia las cosas que fueron dichas que se cumplirían, ellos vendrán a buscar aceite, eso es lo que dice el Profeta en el Mensaje: “La Unión visible de Cristo y la Iglesia,” eso está en inglés, yo ando con él ahí, entonces él dice que cuando ellos vean cumpliéndose esas cosas, y ya eso va a ser en la plenitud, porque el Profeta dice que la Tercera Etapa es para la Novia, las fatuas y el mundo.

Ahora, estamos en una etapa que es solamente para la Novia, poniendo en orden todas las cosas, colocando las cosas en su lugar. Pero después cuando Dios en toda Su plenitud se manifieste en la Novia, y eso va a ser poquitos días, y ellos comiencen a ver: “Pero si eso fue lo que el Profeta prometió que habría de haber.”

Entonces ellos van a ver, y entonces ¿qué dice el Profeta? “Ellos van a venir a buscar aceite.” Entonces, “¿qué haremos?” Pueden preguntar: “¿Qué vamos hacer? Es verdad, ustedes estaban correctos, tienen la vindicación. ¿Qué vamos hacer?” Bueno, no es raro que tengamos que hacer como dijo Pedro: “Bueno, lo que hay que hacer ahora es eso que ustedes rechazaron y que ustedes son culpables de la crucifixión del Señor, ustedes lo han crucificado, la segunda crucifixión del Señor, ustedes están metidos ahí, están metidos en el bonche de personas y son hechos culpables.”

“Bueno, ¿y qué hacemos ahora? Queremos arreglar nuestras cuentas.”

“Bueno, pues lo que hay que hacer es esto.” No se sabe si así acontezca. Si es o no es así, pues como vamos a esperar que venga la plenitud y llegue esa etapa que es para las fatuas, ellas van a ver lo que van a ver la Novia, y cuando llegue vamos a saber lo que tenemos que hacer ahí.

Mientras tanto Pedro se quedó calladito esperando con los 120 esperando hasta que llegara el bautismo del Espíritu Santo.

Actualmente nosotros estamos esperando no el bautismo del Espíritu Santo, ya ese lo tenemos, estamos esperando la plenitud que es la doble porción del Espíritu. Entonces cuando llegue ese momento, pues no sabemos cómo van a ser las cosas.

Ahora lo que, actualmente lo que el Señor está dando es para estar unánimes juntos en el aposento alto, y estar en el aposento alto hoy no es estar metido en un lugar, estar en el aposento alto hoy... Aposento alto, ahí lo tienen: la Piedra Angular.

Es que Laodicea no es el Aposento Alto, entonces tenemos que estar ahí unánimes juntos porque como individuo, como individuo vamos a tener toda la plenitud de Dios, tenemos que estar ahí en ese aposento alto, ponernos de acuerdo toditos, estar en compañerismo unánimes juntos.

Ahí estaba Pedro, estaba Marcos, estaban un grupo de ministros; pero ustedes han oído que el Profeta dice: “Quizás uno de los apóstoles le dijo: vamos a empezar ya en esto. Pedro le dijo: “No, todavía falta esto, el Señor dijo que no empezáramos hasta que no viniera la plenitud de Dios, así que no vamos a hacer eso todavía.”

Ahora, en cuanto a orar y clamar y estar unánimes, sí, eso si lo estaban haciendo, estaban orando ya, y si estaban orando y estaban pidiendo tenían que usar un Nombre. Y el Señor les dijo: “Todo lo que ustedes pidan en mi Nombre, no hay problema.” Y en cuanto a orar por los enfermos, ya ellos antes del Señor irse, ya ellos estaban orando, lo hacían, echaban fuera demonios en el Nombre del Señor. Pero en cuanto a bautizar, no encontramos que empezaron a bautizar en el Nombre del Señor hasta el Día de Pentecostés.

Y si vamos a ver el plano, entonces ahora en este tiempo, entonces por lo menos nosotros allá en Puerto Rico nos estamos dejando llevar por el plano del Señor, no queremos hacer nada antes de tiempo, porque sabemos que si tratamos de hacer antes de tiempo algo, entonces vamos a interrumpir el plan del Señor.

Fíjense, Pablo vino después del Día de Pentecostés y tuvo que ser bautizado en el Nombre del Señor Jesucristo, todos los que vinieron de ahí para adelante, del Día de Pentecostés para adelante, todos eran bautizados en el Nombre del Señor Jesucristo.

Pero antes del Día de Pentecostés usted no lo encuentra en la Biblia en ningún lugar, y si no lo encuentra, lo que nosotros digamos tiene que estar de acuerdo a la Palabra, y yo no les puedo decir: “A mí me parece, o yo me imagino que esto fuera de esta manera.” No, tiene que buscarlo en la Palabra, y si no hay que buscarlo en los mensajes del Profeta.

Si usted encuentra en los mensajes del Profeta, entonces que el Profeta entonces, ese misterio que está ahí oculto y él dice: “No, esto era así.” Pues ya la cosa cambia, pero tiene todo que cuadrar con toda la Palabra aquí escrita, y con toda la Palabra que les digo para esta hora a través del Profeta de la hora.

Fíjense, en esta mañana, pues el cuadro, pues está un poquito más claro para nosotros, nosotros allá, pues esperamos hasta que llegue ese momento, no condenamos a ninguno que no esté hasta ese momento, pues es problema individual de cada cual. Pero si nos preguntan, pues esto sería lo que siempre le diríamos, porque no estamos tratando de adelantarnos para hacer los primeros en hacer una cosa tampoco, hacemos aquello que el Señor nos muestra, y lo que nos muestra es lo que hacemos, y de ahí en adelante no hacemos nada más.

O sea, que no estamos tratando de llegar primero a la meta a menos que el Señor nos diga: “Esto hay que hacerlo, pues hay que hacer.” Por ejemplo, si fuera un tiempo de competencia: “Bueno, vamos a ver cuál es el primero que tiene esto establecido y lo otro y lo otro.” Nosotros no queremos de entrar en esa clase de competencia, la carrera nuestra es en el Señor y Él es el que está dirigiéndonos y guiándonos a todos los ministros, y en todo sitio debemos dejar que Él sea el que dirija y que Él en cada uno de nosotros sea el que haga lo que Él desea hacer.

Y en compañerismo entre nosotros mismos los ministros, debe de permanecer inalterado, o sea, que puedan haber diferencias entre uno y otro, eso no tiene nada que ver para el compañerismo.

Algún día, pues no se va a equivocar más, y cuando eso llegue, pues ya las cosas van a cambiar, pero mientras permanecemos en la Palabra estamos correctos. Así que yo creo que el cuadro lo hemos visto en esta mañana bastante claro.

Hay algo que casi les quiero decir pero todavía no, pero no es una cosa complicada, es que si usted ha notado a través de la historia las dispensaciones, quizás usted está pensando que las dispensaciones comienzan en la mañana; comienzan en la tarde, en la tarde de la dispensación pasada.

Eso lo encontramos, fíjese, usted busca la Biblia por ejemplo, miren aquí dice en Génesis, una de las cosas que últimamente el Señor nos ha abierto para que veamos esto. Génesis 1, verso 3 al 5, dice:

Y dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.

Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas.

Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue (¿la qué?) la tarde y la mañana un día.”

Y si usted sigue buscando por ahí para abajo encontrará que dice, que siempre dice: “Y fue la tarde y la mañana un día.” Entonces si usted recuerda, en medio de los hebreos los días comenzaban por la mañana, los días comenzaban en la tarde, a las 6:00 de la tarde por ahí cuando gira el sol, ahí terminaba un día y comenzaba el otro día, y la noche de ese día que comenzaba, la noche comenzaba primero y después venía el día.

Entonces después la gente dice: “Bueno, tenemos culto el miércoles por la noche.” Si tuviéramos culto el miércoles por la noche, ya hubiéramos dado el culto, porque la noche es primero que el día.

Entonces, pero eso es conforme a la Palabra y conforme al calendario hebreo. Nosotros somos gentiles y estamos acostumbrados a esta forma y no nos afectan en nuestra vida diaria en nada, pero si lo llevamos a buscar las cosas espirituales y la revelación, entonces tenemos que llevarlo conforme a la Palabra y ver que los días comienzan en la tarde, y la noche del día, de ese día que viene, la noche es primero y después viene el día.

Entonces al caer la tarde de la edad de la Dispensación de la Gracia, al terminar, porque en esa tarde termina un día, termina esa dispensación, y ahí mismo al terminar esa dispensación, comienza la otra dispensación.

Entonces el Profeta dice que los sellos serían abiertos ¿cuándo? Después que las edades terminaran, después que la Dispensación de la Gracia terminase, y la Dispensación de la Gracia, la dispensación terminaría en el tiempo de la tarde.

Entonces al terminar, entonces comenzaría la otra, entonces si usted nota el Ángel Fuerte descendió del Cielo en el tiempo de la tarde, en el tiempo de la tarde de la Dispensación de la Gracia.

La Edad de Laodicea fue la edad del tiempo de la tarde, por eso era cuando empieza atardecer, empieza la oscuridad y era un día que no era ni claro ni oscuro, una edad que no era ni clara ni oscura; y al ser una edad que no era ni clara ni oscura en cuanto a la dispensación, era el tiempo de la tarde porque era la última edad; porque recuerden, una cosa es una dispensación y otra cosa son las edades.

Entonces, la Edad de Laodicea es el tiempo de la tarde de la Dispensación de la Gracia, y al tiempo de la tarde habría luz; esa luz que habría en el tiempo de la tarde, esa sería la luz para el día, para la dispensación que habría de venir; así como fíjense, en el tiempo de la tarde de la ley, apareció Juan el Bautista precursando al Mesías, y cuando el Mesías vino, dijo: “Yo soy la luz.” ¿No fue Él la luz de la Dispensación de la Gracia? Y también Él fue la luz en la ley y ha sido siempre la luz, porque Dios es luz.

Entonces Dios manifestado en carne allí, Él fue la luz para la Dispensación de la Gracia, apareció en el tiempo de la tarde de la Dispensación de la Ley, pero ya el Día de Pentecostés amaneció para ellos, comenzó el día de la gracia.

Y allí en ese amanecer hasta por la mañana fue que vino el momento en que el Espíritu Santo descendió sobre ellos, en la mañana, y allí comenzó la mañana de la gracia. Pero luego vino la tarde, por eso dice el Profeta que en este tiempo sería hecho el llamado de los obreros de la hora undécima, la hora final.

Entonces vemos que las dispensaciones al comenzar la tarde, luego después lo que viene es la mañana o el día, donde todo lo que fue comenzado ahí establecido, luego se desarrollará en el día venidero.

Entonces vemos ahí cómo el Señor apareció y luego vino a ser la luz de ese día de las edades de la Iglesia, luego al final de las edades de la Iglesia, al final de la Dispensación de la Gracia en el tiempo de la tarde, nuevamente Dios aparece en carne humana para ser la luz de la nueva dispensación, porque si la luz de la Dispensación de la Gracia fue Dios manifestado en carne humana, Dios, entonces la luz del tiempo de la tarde, es la luz que alumbra la nueva dispensación, que fue Dios manifestado en carne, y el secreto estaba en conocer quién era el Hijo del Hombre allá, que era el Hijo de Dios, esa era la revelación.

Y acá conocer quién es el Hijo del Hombre hoy, tener la revelación de que es la Hijo de David, eso es ser uno bienaventurado porque eso que ha acontecido en el tiempo de la tarde al pasar ya a la Dispensación de la Gracia, es lo que se va a desarrollar en toda la dispensación que ha comenzado, y el milenio y la eternidad, todo va a estar basado sobre lo que ha comenzado en este tiempo de la tarde.

Ahora, si nota bien usted, se dará cuenta que Dios hace las cosas de la forma en que Él ha establecido en Su Palabra, mire a ver ¿en qué tiempo fue que apareció el Ángel Fuerte descendiendo del Cielo? ¿Fue por la mañana que apareció? No, fue por la tarde. ¿A qué hora fue que apareció? Después de las 6:00 de la tarde, a las 6:10 por ahí fue; no podía ser antes, porque si es antes, entonces correspondía a la Dispensación de la Gracia, o sea, está tipificado acá en los días también, porque los días naturales representan los días espirituales de las edades.

Entonces apareció en el tiempo de la tarde después de las 6:00, porque ya eso mostraba que ya había terminado la Edad de Laodicea, el día de Laodicea había terminado y estaba para comenzar un nuevo día, el cual es el día de la Palabra, la edad de la Palabra que fue lo que comenzó en ese tiempo; y en ese día es que estamos, que es una edad eterna, la Palabra, la edad de la Palabra es la edad eterna.

Por lo tanto, hemos entrado a una edad eterna, a una edad que no tendrá fin; y nosotros al ser participantes de esta nueva dispensación. Fíjense como los que entraron a la Dispensación de la Gracia y con los que el Señor comenzó, fueron personas que pertenecían a la primera dispensación, y así también con personas que pertenecen a la segunda dispensación, a la gracia, es con los cuales el Señor comienza la tercer dispensación.

Y esto es algo que es inconcebible para los sentidos, así como fue inconcebible para los sentidos en el tiempo de los apóstoles; pero no importa lo inconcebible que sea, después que sea el plan del Señor, los beneficiarios de ese plan son los únicos que se gozan y se dan cuenta de lo que ha sucedido con los hijos de Dios.

Por esa causa es que actualmente hay la promesa para los que han entrado en esta nueva dispensación y pertenecen a la edad de la Palabra, para ellos es que está la promesa de no ver muerte, porque en la edad de la gracia, en esas siete dispensaciones había muerte porque en esa edad no se llegaba a la perfección, pero ya en esta tercera dispensación en la edad de la Palabra, es que tienen promesa de no ver muerte porque pertenecen a otra edad: a la edad eterna.

Eso es una de las cosas que nosotros sabemos que el Señor está mostrando, porque sobre eso, pues el Señor estaba, vamos a decir, comenzando a dejarnos ver el cuadro completo de lo que hay detrás de todo esto y de lo que ha recibido la Novia con la aclamación.

Y eso el Señor está empezando a dárnoslo para que veamos el cuadro completo de lo que la Novia tiene hoy con la reclamación, lo que ella ha recibido, porque con la redención lo que la novia recibe es salvación y Vida eterna, pero con la aclamación, ahí es que es reclamado todos los derechos de la Novia (todos).

Todo lo que Adán y Eva perdió es reclamado ahí, y dice que ha sido puesto en las manos de la Novia, dice que los sellos son abiertos no para el Señor, sino para la Novia.

Así que, hay algo bien importante que el Señor quiere darle a la Novia; y eso empieza por los ministros siempre, porque después que los ministros lo entienden es que pueden pasárselo a la Novia; y el Señor, pues va a estar a través del mensaje del Profeta, revelándole a los ministros de la Novia todo lo que corresponde a esta edad, todo lo que la Novia tiene.

Y usted piensa que esto de una persona que le falte un brazo, porque el Profeta habla en los sellos acerca, de que él dice que vendrá un tiempo en que a personas que les falte un miembro del cuerpo, van a ser restaurados, y si el Profeta lo dice, se tiene que cumplir.

Entonces usted piensa que eso es difícil cuando el Señor nos abra la Palabra en esa partecita, eso va a ser más sencillo de lo que usted se imagina; y todo eso está en la reclamación, no en redención sino en reclamación, en este plan, porque esta es la etapa de reclamar; y si a una persona le falta un brazo, pues lo único que puede hacer es reclamarlo.

Ahora, tiene que saber cómo va hacerlo, entonces todos esos detalles el Señor quiere dárselos a la Novia; si usted no tiene la revelación, pues lo mejor es no hacer nada, yo no me he puesto hacer nada hasta que tenga todo lo que el Señor vaya a dar, porque no voy a estar haciendo pruebas, el Profeta prohíbe que se estén haciendo pruebas a ver si funciona tal o cual cosa, yo no voy a ir donde uno que le falte un brazo a decirle que le aparezca, a ver si funciona o a ver si es tiempo.

No, cuando ese tiempo llegue, y lo más probable es que ese tiempo sea en el tiempo del revestimiento, de la plenitud, pues cuando llegue ese tiempo, yo no voy a tener que estar buscando a nadie, el Señor nos va a decir: “Mira, ése.” No sabemos cómo se va a desarrollar esa etapa.

Ahora, la etapa en que estamos actualmente es de ponernos unánimes juntos y de que todo esté colocado en el orden que corresponde, porque esa es la parte nuestra, la otra es del Señor y Él la va hacer, lo que Él quiera hacer, Él está esperando que nosotros estemos en la posición que nos corresponde en todos los sentidos; y cuando la Novia reconozca su posición, entonces va a venir todo lo que estamos esperando y va a venir el rapto.

Así que lo de ahora es eso: ponernos unánimes juntos de acuerdo en todo lo que tenemos que estar de acuerdo y estar haciendo; y lo otro el Señor lo va hacer, porque Él quiere manifestarse en Su Novia, pero tiene ella que estar en las condiciones que Él desea que estemos, y para eso nos ha dado Su Palabra, el plano: para que hagamos las cosas como corresponde a esta hora en que estamos.

Bueno, vamos a dejarlo así, yo no quería decirles eso de las edades que comienzan al tiempo de tarde y estas cosas, las edades y también las dispensaciones; pero ya por lo menos eso lo tienen adelantado.

Así que Dios nos bendiga en esta tarde, Dios nos guarde, y actúen con mucho cuidado en esta hora, para que no vayan a estropear el plan del Señor, porque el Profeta dice que si usted invalida la Palabra, no le va a funcionar.

Así que, es los consejitos que les puedo dar en esta mañana, y hacia adelante; si cometemos errores, somos humanos y lo único que hay que hacer es arreglarlo en una forma sabia también

Pero en cuanto a nosotros, nosotros nos entendemos y nos perdonamos el uno al otro, y más bien lo que nos decimos el uno al otro es: “Para adelante, no te detengas por nada ni te desanimes.” Y más bien lo que nos hacemos los unos a otros es ayudarnos el uno al otro y no echarnos las faltas en cara para rechazarles y reprobarnos el uno al otro, sino: “Bueno, estamos empezando en una nueva dispensación.” Imagínense, si Pablo le tuvo que halar las orejas bien haladas a Pedro, Pedro era donde tenían la vista puesta, era un hombre, y el pastor allá era Pedro, porque el Señor le dijo: “Apacienta mis ovejas.”

Pedro era el pastor principal allá en Jerusalén, y Pablo tuvo que ir para allá. Más nadie se atrevía hacer eso, pero Pablo tuvo que hacerlo y parece que Pedro se arregló en esa parte y entonces le explicó bien, y el Señor entonces lo que tenía que hacer en ese respecto.

Así que, vamos a seguir adelante sin temor, hacia adelante porque esto tampoco nos puede desanimar a nosotros. Nosotros sabemos que estamos caminando hacia adelante en el plan del Señor, y cualquier interrupción pequeña o grande que haya vamos a seguir adelante, que el Señor se encargará de todo eso.

MIRANDO EL CUADRO COMPLETO.”