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| Pastores con visión profética | 2013-04-13 | 2 | Santiago de Chile | Región Metropolitana | CL | 00:00:00 | false | true |
Muy buenas tardes, ministros, compañeros en el Cuerpo Místico de Cristo nuestro Salvador; es una bendición y privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final.
Para lo cual leemos en Zacarías, capítulo 7, versos 11 al 12, y dice de la siguiente manera:
“Pero no quisieron escuchar, antes volvieron la espalda, y taparon sus oídos para no oir;
y pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu, por medio de los profetas primeros; vino, por tanto, gran enojo de parte de Jehová de los ejércitos.”
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
“PASTORES CON VISIÓN PROFÉTICA.”
Todo pastor está llamado a tener visión profética; y los que viven en este tiempo, tener visión profética no solamente de lo que ya ocurrió sino de lo que está prometido para nuestro tiempo.
No se puede tener visión profética en este tiempo final sin conocer lo que Dios ha prometido para este tiempo, y por lo tanto, así tener la visión profética que corresponde a las cosas que sucederán en este tiempo final, sin ignorar las que ya sucedieron, para así tener la historia del Programa Divino y de lo que Dios habló por medio de Sus profetas desde el Génesis hasta el Apocalipsis.
Es imposible tener visión profética sin saber lo que Dios habló por los profetas, porque lo que Dios habló por los profetas es la Palabra profética para cada tiempo; y por consiguiente, eso es el pensamiento divino de lo que Dios haría a través de los diferentes tiempos, edades y dispensaciones.
Tener visión profética es tener el conocimiento de lo que Dios habló, y el conocimiento del sentido de esas palabras proféticas. Sin el conocimiento del significado de esas palabras proféticas, es imposible que la persona tenga visión profética.
A través de la historia, vean ustedes, en el tiempo de Moisés, los que se rebelaron en contra de Moisés y aquellos que no siguieron las instrucciones de Moisés… como un grupo de personas, de líderes políticos y militares y religiosos que en una ocasión, en su trayectoria rumbo a la tierra prometida durante su tiempo en el desierto, de ahí hubo personas que se levantaron en contra de Moisés; no tenían visión profética.
Por ejemplo tenemos el tiempo donde construyeron o fabricaron un becerro de oro, mientras Moisés estaba en el monte recibiendo la Palabra de Dios, las tablas con la Ley y los mandamientos divinos; o sea, los diez mandamientos, y en adición a eso, él recibió gradualmente también las ordenanzas y leyes para todo Israel, luego de recibir los diez mandamientos. Pero mientras él estaba allá por unos 40 días y 40 noches, el pueblo se desesperó porque no bajaba Moisés; cosa que no debe suceder: no se debe desesperar el pueblo, sino mantenerse tranquilo, creyendo lo que Dios ha prometido y sabiendo que Dios lo va a hacer.
Por ejemplo, algunas personas se pueden desesperar en la edad que viven y decir: “El Señor tarda la promesa de Su Venida”; pues la Venida del Señor, por el cristianismo ha estado siendo esperada desde que Él subió al Cielo; y así tienen que estar todos los creyentes en Cristo; y los ministros guiando al pueblo por medio del Espíritu Santo, para no desesperar.
La Escritura dice que algunos dirán: “El Señor tarda Su Venida,” y se apartarán a sus propias interpretaciones, y otros se regresarán al mundo, al reino de las tinieblas. “Pero Él no tarda Su Venida, como algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente, no queriendo que ninguno de pierda”; es lo que dice por medio de San Pedro el Espíritu Santo.
Es importante saber que hay un Libro, el Libro de la Vida, en el cual tiene esa sección llamada el Libro de la Vida del Cordero, donde están escritos los nombres de todos los que vendrían a formar parte de la Iglesia del Señor Jesucristo.
Y Él no puede venir, y por consiguiente, Él no puede salir del Trono de Intercesión para tomar el Título de Propiedad, el Libro de la Vida del Cordero sellado con siete sellos, para hacer el reclamo de todo lo que Él redimido con Su Sangre. Por lo tanto, la estadía de Cristo en el Cielo como Sumo Sacerdote, es por causa de los que están escritos ahí: en la sección del Libro de la Vida del Cordero, los cuales no se pueden perder, por los cuales Él murió en la Cruz del Calvario para tener una Iglesia compuesta por los creyentes en Él, sin mancha y sin arruga; porque ha sido lavada con la Sangre de Cristo en la Cruz del Calvario; y los mantiene limpios por medio de Su Sangre, en donde son echados los pecados de todos los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo cuando son confesados a Cristo.
Él tiene que permanecer allí hasta que entre hasta el último escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, que no sabemos quién es y que tiene que entrar como último. Y no lo vamos a regañar; porque podríamos decir: “Tantos años esperando por ti, ¡y ahora es que vienes a llegar!” Gracias a Dios que llegará. Y cuando llegue, pues vamos a estar bien contentos. No sabemos quién es, no sabemos dónde está; y si está, entonces, juntamente con los demás será preparado para ser transformado.
Así que, cuando estemos todos preparados, y el último que tiene que entrar al Cuerpo Místico de Cristo haya entrado, entonces Cristo saldrá del Trono de Intercesión para tomar el Título de Propiedad, el Libro de los Siete Sellos, o sea, el Libro sellado con siete sellos, lo abrirá en el Cielo, Cristo lo abrirá en el Cielo como León, como Rey, para reclamar Sus redimidos y todo lo que Él ha redimido con Su Sangre preciosa, llevando a cabo así la obra correspondiente, la Obra de Reclamo que Él tiene que realizar.
Mientras tanto, Él permanecerá en el Trono de Intercesión como Sumo Sacerdote.
Recuerden que en el día de expiación, el día diez del mes séptimo de cada año, el sumo sacerdote entraba con la sangre de la expiación, la sangre derramada, del macho cabrío de la expiación, la tomaba en una vasija y la llevaba al lugar santísimo, y esparcía con su dedo siete veces sobre el propiciatorio; y así hacía la obra de expiación.
Luego salía. Y cuando terminaba toda la labor de ese día (pues entraba unas cuántas veces al lugar santísimo), y cuando terminaba su obra, salía al pueblo. Y recuerden: había hecho también la labor de entrar con el incensario al lugar santísimo, recuerden que con el humo que salía del incensario, las oraciones del pueblo subían a Dios.
Todo esto es lo que Él hace allá en el Cielo, cada cosa en su tiempo señalado.
Y como estamos interesados en que se complete el Cuerpo Místico de Cristo, y se complete la Obra de Cristo en el Lugar Santísimo como Sumo Sacerdote haciendo Intercesión, trabajamos en la Obra de Cristo para que entre hasta el último y, juntamente con los que ya están dentro, sean perfeccionados, lleguemos a la perfección, lleguemos a donde tenemos que llegar antes de la transformación. Y lleguemos a nuestra transformación, que será la adopción, la redención del cuerpo, la glorificación, juntamente con los muertos en Cristo que resucitarán en cuerpos glorificados igual al cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador.
Para eso es que esperamos Su Venida, conforme a Filipenses, capítulo 3, versos 20 al 21; porque nuestra ciudadanía está ¿dónde? En los Cielos; la ciudadanía nuestra como creyentes en Cristo, como miembros del Cuerpo Místico de Cristo, porque hemos nacido en el Reino de Cristo, y Su Reino es celestial; el nuevo nacimiento es del Cielo, es celestial.
“Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;
el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya…”
O sea que tendremos la semejanza física de Dios, que es Jesucristo, para que tengamos un cuerpo semejante al cuerpo de Jesucristo: glorificado.
Y cuando eso se haya cumplido, entonces habremos llegado a la total perfección, a imagen y semejanza de Dios; con la imagen, el cuerpo espiritual teofánico y el cuerpo físico, todo perfecto; y así seremos iguales a Jesucristo. Lo cual significa que seremos iguales a Dios: con cuerpos espirituales, angelicales, teofánicos, como el de Jesucristo (llamado el Ángel del Pacto).
Por eso Cristo decía que los cuerpos o el ángel, “los ángeles de éstos más pequeños ven el rostro de nuestro Padre celestial cada día,” o sea, el cuerpo teofánico, cuerpo angelical.
Y cuando tengamos el cuerpo físico glorificado, entonces estaremos viendo a Jesucristo como nos estamos viendo nosotros, porque estaremos en la misma clase de cuerpo físico pero glorificado; y eso es un cuerpo celestial, pero en el cual se puede comer, se puede beber y se puede tener compañerismo con otras personas, como lo tuvo Jesucristo con Sus discípulos durante cuarenta días.
Y como he dicho siempre: no todos los días, sino que la primera vez que les apareció fue el primer día de la semana, durante la mañana, y luego ya más tarde; y la segunda vez fue un domingo también; y por consiguiente, podría ser que todos los domingos, de seguro, les apareciera a Sus discípulos en el culto que ellos celebraban los domingos, el primer día de la semana.
Aunque los sábados, pues, iban al templo para dar testimonio; y los que estaban en otras ciudades iban a la sinagoga para dar testimonio de la resurrección de Cristo y de la Obra de Cristo en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de Expiación por nuestros pecados.
Ellos eran conocedores de la visión profética para aquel tiempo. Tenían las profecías y el conocimiento del significado de esas profecías que fueron cumplidas para aquel tiempo; y de las profecías, también, que serían cumplidas más adelante; y de las profecías que tenían que ver con la formación de la Iglesia del Señor Jesucristo; por eso en el libro de los Hechos, capítulo 2 y también otros capítulos, dice que el Señor añadía a Su Iglesia los que habían de ser salvos. Los que han de ser salvos son añadidos a la Iglesia del Señor Jesucristo, los que formarán la Iglesia del Señor Jesucristo, ese Cuerpo Místico de creyentes.
A través del profeta Zacarías vimos que la forma de Dios hablarle a Su pueblo es por medio de seres humanos llamados profetas. En Amós, capítulo 3, verso 7, dice: “Porque no hará nada el Señor, Jehová…” Esa es la traducción del Nombre, como lo traducen en las Biblias que usa el cristianismo: “Jehová.” Aunque la traducción correcta no es colocada aquí en la Biblia, es una traducción teológica; pero si se pusiera, si se colocara, entonces… Moisés la conoció, la traducción correcta de las cuatro letras o cuatro consonantes, que han colocado como también: Y H W H (pero eso lo vamos a dejar quietecito ahí).
El reverendo William Branham habló en el libro de “Los Sellos,” página 130, 131 también, y otros lugares, en los mensajes que él predicó. Y no solamente eso, sino que habló también del Nombre Nuevo del cual habla la Escritura en Apocalipsis, capítulo 2, verso 17, y Apocalipsis, capítulo 3, verso 12, donde nos habla que Jesús tiene un Nombre Nuevo.
También Apocalipsis, capítulo 3, verso 20 al 21, nos habla de Su Trono, de Su Trono terrenal, del cual dice que así como Él se ha sentado en el Trono del Padre (eso es en el Cielo, el Trono celestial), le dará que se siente con Él al vencedor; y también dice que escribirá sobre el vencedor el Nombre de nuestro Dios, Nombre de la ciudad de nuestro Dios, la Nueva Jerusalén, la cual desciende del Cielo, de Dios, y Su Nombre Nuevo. Apocalipsis, capítulo 3, verso 12.
O sea, que hay muchas cosas, muchas profecías, para ser cumplidas, de las cuales nosotros tenemos que tener conocimiento de que están ahí, creerlas de todo corazón, y esperar con paciencia que Dios nos abra esos misterios; y no tropezar en ellos cuando sean abiertos.
“PASTORES CON VISIÓN PROFÉTICA.” Visión profética de las cosas que ya sucedieron, que estaban prometidas; y con la visión profética de las cosas que tienen que suceder en nuestro tiempo, sin tropezar en ellas al ser cumplidas en el tiempo final en el cual nos ha tocado vivir.
Recuerden que las profecías, esa Palabra profética, tiene que ser cumplida. El mismo Cristo dijo: “Los Cielos y la Tierra pasarán, pero mi Palabra no pasará,” o sea que tiene que cumplirse en el tiempo que le corresponde ser cumplida esa Palabra.
Vean, a Jeremías Dios le habló y le dijo, capítulo 1, verso 11 en adelante, 11 al 12:
“La palabra de Jehová vino a mí, diciendo: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dije: Veo una vara de almendro.
Y me dijo Jehová: Bien has visto; porque yo apresuro mi palabra para ponerla por obra.”
O sea, vean la visión de Jeremías en los símbolos que le fueron mostrados, y ahora Dios le interpreta el símbolo, y le dice que Él apresura Su Palabra para ponerla por obra. O sea que lo que Dios ha prometido, esa Palabra profética, Él la pondrá por obra: la cumplirá, la traerá a vida, la vivificará, la vindicará, cumpliéndola.
Y ahí es donde podemos ver a Dios manifestado, revelado a Su pueblo: en el cumplimiento de lo que Él prometió; porque esa es una obra que ningún hombre puede llevar a cabo.
Aunque surgirán siempre imitadores de lo que Dios va a hacer, los cuales son falsos profetas, falsos ungidos, falsos Cristos; de los que cuales Cristo advirtió a los creyentes en Él, que se cuidaran de ellos.
La Palabra profética se cumplirá en el tiempo que corresponde ser cumplida, y quien la cumplirá será Dios; la vivificará, la hará una realidad.
Y esa es la Palabra profética de la cual los ministros tendrán visión, tendrán una visión clara del cumplimiento de esa Palabra profética, la cual han estado creyendo los ministros, y de la cual los ministros, los pastores, le han estado dando a su pueblo, la Iglesia que Dios les ha dado para pastorear; mostrándoles que hay Palabra profética que tiene que ser cumplida; y por lo tanto, hay que estar esperando el cumplimiento de Ella, hay que estar esperando que Dios vivifique, traiga a vida, traiga a cumplimiento, lo que Él prometió.
Y ahí estará la vida de Dios, la vida de Dios por medio de Su Espíritu, trayéndola a cumplimiento, trayéndola a vida, y dándole vida por medio de esa Palabra al pueblo; siendo esa Palabra el alimento espiritual para el pueblo.
No le va a alimentar con la Palabra que fue para el tiempo de Noé, ni van a estar trabajando en esa Palabra que fue para el tiempo de Noé; ya eso es historia, y se muestra como parte de la historia y como parte de la verificación de la Palabra profética, la cual Dios cumple en su tiempo asignado.
Y por lo tanto, no van a estar trabajando en esa Palabra que ya pasó, sino en la que corresponde al tiempo en que la persona está viviendo, y en que los ministros están viviendo, para esperar el cumplimiento de Ella; y lo que ya pasó le es de estímulo y de vindicación de que Dios cumplirá la que corresponde a nuestro tiempo.
¿Recuerdan el caso de la virgen María, cuando el Ángel Gabriel le apareció? Y le dijo que ella iba a tener un niño, y que sería hijo del Altísimo, Hijo de Dios, sería llamado Hijo de Dios, y que le pusiera por nombre Jesús, y que a Él Dios le daría el Trono de David (o sea que Él es el heredero al Trono de David), y que se sentaría sobre el Trono de David y reinaría sobre Israel, y reinaría, y Su Reino sería para siempre.
La virgen María, como era una joven que no había tenido varón, no había conocido varón, y era la prometida de José, ella le pregunta al Ángel: “¿Cómo será esto, pues no conozco varón?” Ella quería saber cómo es que Dios iba a cumplir esa Palabra que le había enviado por medio del Ángel Gabriel.
Recuerden que así como Gabriel está delante de la Presencia de Dios y trae la respuesta de parte de Dios, como la trajo a Daniel… y como la trajo para el rey Nabucodonosor, el cual recibió de parte de Dios un sueño, y luego quiso saber lo que significaba; y le fue enviada la respuesta de parte de Dios a través del Arcángel Gabriel (del cual he dicho siempre que es el Arcángel profeta de otra dimensión), y en la Tierra la interpretación tiene que venir por medio del Espíritu Santo a través de un profeta: es dada al profeta y luego el profeta la pasa al pueblo.
Por lo tanto, Dios le dio esa comisión al Arcángel Gabriel: que le trajera la respuesta, la interpretación, al profeta Daniel; y Daniel la diera al rey Nabucodonosor. “Porque no hará nada el Señor sin que antes revele Sus secretos a Sus siervos Sus profetas.” Amós, capítulo 3, verso 7. O sea que la interpretación del sueño de Nabucodonosor, él no podía recibirla de sí mismo sino a través de un profeta.
Como sucedió con los sueños que tuvo el faraón, que eran de parte de Dios, pero la interpretación tenía que recibirla por medio de un profeta, el cual estaba ya en Egipto y el cual estaba en la cárcel; y aunque estuviera en la cárcel, aunque era un preso, ése era el instrumento de Dios. Por lo tanto, si quería recibir la revelación el rey Nabucodonosor, tenía que recibirla a través de ese hombre aunque estaba en la cárcel, para lo cual tenían que sacarlo de la cárcel o el rey ir a la cárcel para escuchar la interpretación.
Fue sacado de la cárcel, fue llevado ante el faraón; y allí el que le dio el sueño al faraón, le dio la interpretación al faraón por medio de un hombre: José, al cual le reveló primero, y él le reveló al faraón el significado del sueño. Y un sueño interpretado es una visión, por lo tanto, el sueño se convirtió en una visión cuando le fue interpretado al faraón.
Pero José tuvo la visión, el faraón tuvo el sueño; y en la visión tuvo la interpretación el profeta Daniel y la dio al rey.
El orden para la Palabra revelada ser dada al pueblo es, siempre, por un profeta: “Porque no hará nada el Señor sin que antes revele Sus secretos a Sus siervos Sus profetas.”
Si estamos conscientes de cuál es el orden divino, no vamos a tener problemas. Vamos a tener la visión profética del tiempo final y el conocimiento de la visión profética, el significado de la visión profética, aunque sea gradualmente.
Porque algunas veces no podemos recibir todo a la vez, algunas veces se confunden las personas, y algunas veces entonces surgen también imitadores diciendo: “Esto es fácil,” y después critican a los demás diciéndoles: “Ustedes están atrasados.”
Lo importante es identificar la forma establecida por Dios.
En el tiempo de Noé, pues era identificar que Noé era el mensajero de Dios, y que tenía la comisión divina de construir un arca.
Solamente un profeta, un hombre, es el instrumento para venir la revelación divina, venir la Palabra de Dios para el pueblo; y los demás son los distribuidores de lo que Dios ha traído por medio de ese instrumento. Tan simple como eso.
La forma para la multiplicación de los peces y los panes, o panes y peces, o peces y panes, era por medio de Jesús; y la distribución para que el pueblo comieran era a través de los ministros que tenía Jesús, los apóstoles. Tan sencillo como eso. Ningún otro tenía que decir que iba a solucionar el problema de otra forma. Hubo una forma correcta.
Tienen siempre que cuidarse las personas, sobre todo los ministros, de no caer en el error de creer que son el instrumento de Dios para traer directamente de parte de Dios la revelación de la Palabra, traer la Palabra profética. Pero sí estar conscientes de que son instrumentos para distribuir la Palabra profética que Dios trae para el pueblo por medio del instrumento que Él tenga para el tiempo en que se está viviendo. Tan sencillo como eso.
Y entonces serán: “MINISTROS CON VISIÓN PROFÉTICA.” Los de este tiempo para el tiempo final en que vivimos; y los de otro tiempo, pues eso ya es historia; y hubo ministros y pastores con visión profética en tiempos pasados también.
Y tenemos que colocarnos ¿cómo? Como predicadores del Evangelio de Cristo, en el ejemplo de los que fueron fieles y de los que actuaron en la forma correcta en su tiempo.
“PASTORES, MINISTROS, CON VISIÓN PROFÉTICA,” visión profética de este tiempo final; que ven los tipos y figuras también allá, en lo que pasó en el pasado; porque como Dios hizo allá, tiene que hacer en nuestro tiempo; y también como hubo imitadores allá en otros tiempos, aun en el tiempo de Moisés, también los habrá en nuestro tiempo.
Los imitadores tratan de apartar del grupo correcto, del grupo que está correcto y de los ministros fieles, tratarán de apartar las personas que puedan apartar; o sea, llevárselas para formar otros grupos y atacar también a los que están bien. Pero los ministros con visión profética tienen que proteger la Iglesia, el grupo que les ha sido dado para atender, siendo fieles a Dios y Su Palabra.
No tenemos que tratar de adelantarnos al Programa de Dios. El que trata de adelantarse, se extravía, y se sale por consiguiente fuera de la voluntad de Dios.
Recuerden los que quisieron conquistar un pueblito chiquito en el tiempo de Moisés, y Dios le dijo a Moisés: “Diles que no, que no vayan, que van a ser derrotados,” porque Dios no estaría con ellos, Dios no iba a estar con ellos. Ellos pensaron que porque era un pueblito pequeño ellos lo podían conquistar en unos minutos; pero estaban fuera de la voluntad de Dios, y salieron huyendo después; huyendo los que trataron de hacer algo fuera de la dirección de Dios por medio del profeta Moisés; y así ha sido siempre.
Busquen los que han tratado de adelantarse a través de la historia, aun de nuestro tiempo, y verán que han tenido problemas.
Por lo tanto, tenemos que mantenernos conforme al Programa Divino, y llegaremos entonces a la tierra prometida del cuerpo nuevo y glorificado que Él ha prometido para mí ¿y para quien más? Para cada uno de ustedes también.
Y queremos que todos los creyentes lleguen. Eso será una victoria grande. Y para cada ministro que llegue la congregación completa que está pastoreando, eso será de gozo, de alegría, y un privilegio para cada ministro.
Por lo tanto, unidos en el amor divino y firmes en la Palabra profética, llegaremos. Llegaremos porque, conforme a las Escrituras, habrá un grupo que estando vivos van a ser transformados, y los que murieron, pues, van a ser resucitados.
Y si alguno de la congregación de ustedes partió, no se preocupe, regresará para unirse al grupo en el cual estaba, para unirse con los que van a ser transformados; y cuando los veamos, seremos transformados. Y luego todos juntos: los que estemos vivos y seamos transformados con los que murieron y serán resucitados, todos juntos nos reuniremos; estaremos en algún lugar todos juntos pero cuando seamos transformados.
Antes, cada cual permanezca en su país y su ciudad, su lugar donde Dios lo ha colocado. Y si el ministro ve que hay peligro en el área donde vive, puede moverse también con su congregación o unirse a otra congregación; ya eso es asunto ahí del ministro con su congregación; él va a dar cuenta a Dios, sea donde esté con la congregación en la cual Él lo haya colocado.
Por lo tanto, no lo vamos a criticar si se mueve con su congregación o si se queda en el sitio donde esté la congregación. Si se queda con su congregación en un lugar, eso es asunto de él, él es el responsable delante de Dios; por lo tanto, oramos por él para que Dios lo proteja, lo cuide en el sitio donde se quede.
Si se va a otro lugar, y las personas quieren irse con él, y están siendo bien alimentados, tampoco hay problema. Pero si su congregación después dice: “No, yo no me voy a mover, me uno mejor a otra congregación, no voy a ir, a moverme de aquí,” pues también hace bien esa persona. Tampoco lo va a criticar ni lo va a obligar; cada persona tiene libre albedrío.
Y si alguna persona quiere moverse de una congregación a otra, no lo critique, ayúdelo; recomiéndelo bien con el otro pastor, y recomiende bien al otro pastor también. Y si no hay problema en la otra congregación, entonces no va a tener problema tampoco. Si hay problemas, que no convenga - que no convienen, pues, entonces ahí ya la cosa es diferente.
Así que, es importante tener visión profética del Día Postrero y de las cosas que estarán sucediendo en este tiempo final, las cuales son profecías. Y amándonos siempre unos a otros con amor divino y orando los unos por los otros.
Y que las bendiciones de Cristo el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes, sobre mí también, y nos use a todos grandemente en Su Reino en este tiempo final; y pronto estemos todos listos, preparados, y completo el Cuerpo Místico de Cristo; y pronto Cristo complete Su Obra, salga del Trono de Intercesión en el Cielo, tome el Título de Propiedad, lo abra en el Cielo, y haga Su Obra de Reclamo; y lo traiga a la Tierra y lo entregue a Su Iglesia, conforme al orden que Él tiene para entregarlo a Su Iglesia, en Palabra hablada, revelada, conforme a la forma establecida por Dios para venir Su Palabra a Su Iglesia. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.
Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión; y disculpen que les tomé mucho tiempo. Ustedes dirán: “Fue cortito.” ¿Cuánto tiempo? Ni una hora; pero les tomé un poco de tiempo antes de llegar, porque estaba estudiando un poco más del tema que ya había leído ayer o antier en la noche, el viernes yo creo, que lo había leído durante la noche hasta quizás las 2:00 o las 3:00 de la mañana, pero le estaba dando repaso de las Escrituras que estaban aquí para sacar el máximo de provecho a esta actividad de hoy.
Las cosas están marchando muy bien. Vieron el video… ustedes vieron el video de la construcción de la Gran Carpa-Catedral en Puerto Rico, y vieron que es un Proyecto Divino. Aun todo local para iglesia que construyen ustedes, es una Obra Divina, porque es para reunión de los creyentes en Cristo, para alabar y glorificar a Dios y oír Su Palabra; por lo tanto, ese es un Proyecto Divino, y es una inversión correcta. Es para tener bajo techo a los hermanos con los mejores equipos, el mejor sonido, los mejores equipos para video… Ya van por digital, ¿verdad? ¿Cuántos ya van por digital? Es importante que tengan el mejor audio y la mejor imagen posible; y cuando se llegue a la Tercera Etapa en su plenitud, van a notar que valió la pena la inversión máxima, porque se trabaja para el pueblo, se trabaja para Dios y Su pueblo.
Por lo tanto, lo mejor es para el pueblo, y eso se está por consiguiente haciendo para Dios. Las mejores pantallas, lo más adelantado para el pueblo, el mejor sonido, la mejor imagen. Siempre tener más de uno para la… el grupo que está en ésta fila tener su pantalla, los que están en la otra fila tener pantalla, y los que están en ambos tener una pantalla acá, o sea para que el cuello no se canse porque si están virando para un solo lado, sí. Y si están todo el tiempo así, se pueden cansar, entonces pueden mirar para arriba y entonces ven una pantalla más arriba, entonces el cuello pues no se cansa; queremos que estén lo más cómodos posible, porque mientras más cómodo, mejor para el pueblo.
Y evitar que se duerman, ver… o que eso lo resuelva cada persona, que se acueste temprano el sábado, lo más temprano posible, para que descanse bien, a menos que esté en una reunión que sea de beneficio para él y para el pueblo, para la Obra, entonces pues, ya eso es diferente.
Algunos resuelven con café, y así por el estilo. La cosa es que cada persona resuelva para que se no duerma; y el ambiente en el sitio debe que estar favorable para que no dé sueño; la decoración o la pintura de la pared y las cortinas debe ser estudiado, que no sea que dé sueño; porque nadie quiere dormirse y algunos se duermen porque el alumbrado o las cortinas o las demás cosas no están favorables para estar despiertos.
No le vayan a poner un bombillo y mucho menos grande, al frente acá porque les va a dar sueño. Si hay luz, que sea que no se note casi, que no esté a un alcance que la vista vaya a ser afectada. Eso, pues, hay que verlo bien también. Mientras más alta las luces mucho mejor, para que no afecte.
Y acá en ésta área, pues evitar que se vean las luces. Si ve que da sueño, le da sueño a alguno, ver si son las luces para que corrijan, le ponga la… le coloque algo que evite que vaya a verse el foco; se le puede poner algún panel o alguna cortina, que no pase la luz, y así se resuelve el problema.
Siempre queremos tener lo mejor para los demás. Un pastor no se sentiría muy bien viendo a una, dos o tres personas con sueño. Algunas veces el problema no está en las personas, está en el pastor. Entonces el pastor debe decir: “¿Qué error estoy cometiendo yo? porque se están durmiendo algunas personas cuando van al culto.” Entonces ver, chequear todito, a ver dónde está el problema, y luego pues decir: “Bueno, ya he hecho todo lo que tenía que hacer”; entonces puede ser que se esté acostando tarde la persona, o que el azúcar le esté subiendo y no use los medicamentos que tiene que usar antes de venir a la actividad, y le sube el azúcar y le da sueño. Eso le pasa a cualquiera, pero uno debe evitar que le suceda en el culto; o cuando está manejando carro, tampoco se puede dormir, hay peligro ahí también.
Así que, sí…Y en lo espiritual tampoco se puede uno dormir, tiene que estar despierto espiritualmente. Efesios, capítulo 5, verso 4: “Despiértate tú que duermes, y te alumbrará Cristo.” Eso está de acuerdo a Isaías 60 también. Pero eso lo vamos a dejar, porque si no, comenzamos otro tema, y ya saldríamos bastante tarde, y mañana tenemos actividad también, hay actividad aquí, y voy a tratar de seguir el consejo yo mismo, de acostarme temprano.
Bueno, que Dios les bendiga y les guarde, “PASTORES CON VISIÓN PROFÉTICA.” Y buen provecho espiritual y buen provecho físicamente cuando vayan también a tener el almuerzo-cena.
Que Dios les bendiga y les guarde; y hasta mañana, Dios mediante.
Con ustedes el reverendo Patricio Lara. Dios te bendiga, Patricio.
“PASTORES CON VISIÓN PROFÉTICA.”