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title: 'La esposa obediente'
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date: 2010-08-01
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city: Santiago de Chile
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Muy buenas noches o buenas tardes, ministros, compañeros en el Cuerpo Místico de Cristo nuestro Salvador; es una bendición grande para mí estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. Leemos en Efesios, capítulo 5, versos \*22 en adelante, donde nos dice el apóstol Pablo:
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“*Someteos unos a otros en el temor de Dios.*
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*Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador.*
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*Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.*
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*Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.”*
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**Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.**
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Leo el verso 32, donde dice:
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“*Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia.”*
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“**LA ESPOSA OBEDIENTE.”**
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En este pasaje que leímos, San Pablo está tipificando la Iglesia del Señor con la esposa y a Cristo con el marido, porque Cristo es el segundo Adán y Su Iglesia es la segunda Eva. Y así como se hace un pacto matrimonial en el cual son unidos un hombre y una mujer que se aman, que son novios, así es un pacto matrimonial divino entre Cristo y Su Iglesia; es el nuevo Pacto del cual habla Jeremías en el capítulo 31, versos 31 al 36.
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Así como Dios se casó con Israel en el Monte Sinaí, en el pacto que fue allí dado por Dios, fue la unión del pueblo hebreo con Dios; así como la unión de una mujer con un hombre se le llama matrimonio, son casados, se casan bajo un pacto matrimonial, así está como tipo y figura el matrimonio, tipo y figura de la unión del pueblo hebreo con Dios por el pacto que fue establecido allá en el Sinaí.
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Pero Dios dijo que haría un nuevo Pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá, y de este nuevo Pacto es que habla Cristo en la última cena que tuvo con Sus discípulos en San Mateo, capítulo 26, versos 26 al 29 y San Lucas, capítulo 22, en donde tomando el pan y dando gracias al Padre, lo partió y dio a Sus discípulos diciendo: “Comed de él todos, porque esto es mi cuerpo.” San Pablo dice que es el cuerpo de Cristo que fue partido. Y luego tomando la copa y habiendo dado gracias, dio a Sus discípulos y dijo: “Tomad de ella todos, porque esta es mi Sangre del nuevo Pacto que por muchos es derramada para remisión de los pecados.”
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Bajo este nuevo Pacto es que han estado entrando todas las personas que han estado escuchando la predicación del Evangelio de Cristo, y han estado recibiendo a Cristo como único y suficiente Salvador, han sido bautizados en agua en Su Nombre, Cristo les ha bautizado con Espíritu Santo y Fuego y ha producido en esas personas el nuevo nacimiento, y vienen a ser uno con Cristo: carne de Su carne y espíritu de Su Espíritu, porque reciben el Espíritu de Cristo que está en medio de Su Iglesia desde el Día de Pentecostés; y ha estado bautizando millones de seres humanos que han recibido a Cristo como único y suficiente Salvador, ha estado produciendo el nuevo nacimiento en millones de seres humanos.
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Así como cuando el niño nace, cuando el niño, el bebé recibe el espíritu, obtiene la vida, o sea, entra a esta vida terrenal como un miembro de la familia humana, ve, comienza a ver el mundo terrenal en el cual vivimos; así también el que nace del Espíritu Santo, ve el Reino de Dios porque nace en el Reino de Dios y viene a ser un miembro de la familia de Dios; es un miembro del Cuerpo Místico de Cristo nuestro Salvador. Esa es la familia de Dios de la cual nos habla San Pablo en Efesios, capítulo 2, versos 14 en adelante, dice:
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“*Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación.”*
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Y ahora, la paz nuestra es Cristo, porque Él nos reconcilia con Dios y entonces así hace la paz con Dios, la paz nuestra con Dios; Él es el intercesor, que intercede por nosotros y nos reconcilia con Dios, y entonces tenemos paz para con Dios por medio de Jesucristo el Hijo de Dios. Recuerden que Él dijo: “Mi paz os dejo, mi paz os doy; yo no la doy como el mundo la da.” Y ahora vean cómo es que Él la da: reconciliándonos con Dios y haciendo la paz entre Dios y el ser humano. Sigue diciendo que hemos sido hechos cercanos por la Sangre de Cristo, dice el verso 13:
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“*Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.”*
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Y verso 15 sigue diciendo:
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“*...aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz...”*
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Y ahora, Él está creando un nuevo hombre, una nueva raza está siendo creada por Dios a través de Cristo, el segundo Adán, así como fue creada una raza por Dios, creando a Adán, y a través de Adán vinieron a existencia los demás seres humanos.
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Y ahora está creando una nueva raza con Vida eterna, de la cual Cristo es la cabeza de esa nueva raza, y por lo tanto Él es el Esposo de esa raza, esa raza viene a ser la Esposa del segundo Adán, de Cristo, y ella es la Iglesia del Señor Jesucristo; y a través de ella Cristo está reproduciéndose en hijos e hijas de Dios con Vida eterna.
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Cuando estemos transformados, vamos a entender mucho mejor este misterio de esta nueva raza que está siendo creada por Dios a través de Cristo nuestro Salvador; porque todas las cosas Dios las hace por medio de Cristo, el Ángel del Pacto, el Verbo que era con Dios y era Dios.
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Y ahora, ser miembro de esa nueva raza es el privilegio más grande que una persona puede tener como ser humano que vive en esta Tierra. Ser miembro de esa raza es ser miembro de la Realeza celestial, por lo cual dice la Escritura que somos hechos por Cristo reyes y sacerdotes, también somos miembros del poder judicial, jueces, porque los santos juzgarán al mundo y juzgarán aun a los ángeles.
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Ser miembro de esa nueva raza, de esa raza con Vida eterna, es la meta divina: tener seres con Vida eterna, con los cuales Él tendrá compañerismo. Y ya tiene compañerismo con los miembros de esa nueva raza, de esa nueva raza con Vida eterna, los cuales están en la etapa espiritual, en donde han obtenido el nacimiento en el mundo espiritual, el nacimiento en el mundo de los espíritus, al recibir el Espíritu de Cristo y recibir por consiguiente el nuevo nacimiento.
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Así como Adán antes de venir a la Tierra tenía su cuerpo angelical, que es la imagen que Dios le dio a imagen de Dios, así como Dios tiene una imagen, el cuerpo angelical que es el Ángel del Pacto, que es Cristo en Su cuerpo angelical, así también Adán tenía su imagen, su cuerpo angelical. Y cada persona creyente en Cristo nacido de nuevo tiene su imagen como la de Cristo, o sea, su cuerpo angelical de la dimensión de Dios, de la dimensión de los Ángeles de Dios, de la dimensión del cuerpo angelical de Cristo; y solamente nos falta la semejanza física de Dios, que es un cuerpo glorificado como el cuerpo glorificado que tiene Jesucristo.
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Ese es el cuerpo o semejanza física de Dios, en el cual Dios moró en toda Su plenitud, un cuerpo creado por Dios; así también Dios creará un cuerpo eterno y glorificado para los creyentes en Cristo que han muerto, resucitándolos en cuerpos glorificados, y para los que vivimos nos transformará, porque estos cuerpos es también del polvo de la tierra y está en la forma de carne; y entonces seremos plenamente a imagen y semejanza de Dios, tendremos la plenitud de Dios, la plenitud divina, y entonces de ahí en adelante las cosas van a cambiar mucho para mí, ¿y para quién más? Pues para cada uno de ustedes también.
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Mientras tanto cuidamos el cuerpo que tenemos, porque si lo perdemos, tenemos que esperar en el Paraíso hasta que nos den el cuerpo nuevo y eterno. Por eso en estos tiempos en que hay tantos peligros, tenemos que cuidarnos: cuidar la salud, cuidar también en el tráfico, en el tránsito manejar correctamente para no causar algún problema y evitar que nos causen un problema a nosotros también, mirando siempre, manejando con cuidado. Y miren ustedes, Cristo cuidaba a Sus discípulos, cuando estaban en la barca, iba a ser destruida por aquella tempestad, ellos clamaron a Cristo, y Cristo detuvo la tempestad.
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Ahora no en todo tiempo Él tiene que detener la tempestad, hay tiempos que les dice: “Salgan ustedes del sitio.” Como les dijo allá para el tiempo en que Jerusalén iba a ser destruida, ellos querían saber cuándo iban a ser, les dijo: “Cuando ustedes vean a Jerusalén rodeada de ejércitos, llegó el tiempo de su destrucción.” O sea, donde no será dejada piedra sobre piedra.
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Recuerden los edificios que le mostraron los discípulos a Cristo, San Mateo, capítulo 24, versos 1 al 3. Y Él les dijo: “De cierto os digo, que no quedará piedra sobre piedra que no sea derribada (no va a quedar piedra sobre piedra).” Y entonces ellos quisieron saber cuándo iba a suceder eso. Él les dio las señales para que estuvieran alerta, las señales de la destrucción de Jerusalén, les dijo: “Cuando ustedes vean a Jerusalén rodeada de ejércitos, llegó el tiempo de su destrucción; por lo tanto, el que esté en Jerusalén, salga de allí cuando vea esa señal; no cuando ya esté siendo destruida, porque ya va a ser difícil, sino cuando vean la señal.”
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Y cuando vieron eso los discípulos por el año 70 ó 68 de la era Cristiana, ya en el año 68 se estaba viendo a Tito Vespasiano con su ejército rodeando a Jerusalén, cercándola, esa era la señal. Les dio oportunidad ese general romano de que los que quisieran irse de Jerusalén, se fueran; y ahí, pues, los creyentes en Cristo se fueron. Cuando fue destruida Jerusalén los discípulos del Señor ya habían salido. Fueron inteligentes espiritualmente y físicamente también; porque un sitio que va a ser destruido, pues el que quiera escapar de la muerte que viene, pues tiene que salir de ese lugar.
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Y cuando viene una tormenta, que el negociado del tiempo anuncia que viene una tormenta, pues, las personas tienen que asegurar sus hogares. Los que viven frente a la costa, frente al mar, pues se les dice que se alejen de esa área, de ese lugar porque la marea va a crecer, va a subir probablemente, y si llega a donde están viviendo, pues van a morir; y nadie quiere que su familia muera. No darle atención a esos anuncios del negociado del tiempo, es negligencia de la persona y falta de amor a su familia.
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No crea que es mucho amor con la familia irle a llevar la comida allí y dejarlos allí en peligro; antes de llevarle la comida es sacarlos del sitio donde hay peligro. Y eso fue lo que hizo Cristo: les dijo que no estuvieran allí, se fueran de allí cuando vieran a Jerusalén rodeada de ejércitos. Quizás cualquier persona podía decir: “Ahí está el templo, ahí está la Presencia de Dios, nos vamos a orar ahí al templo y Dios nos va a cuidar.” Pues miren, no cuidó a nadie; los que se quedaron, murieron. Y fueron muchos los que fueron crucificados, las cruces colocadas sobre las murallas de Jerusalén.
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O sea, que no era un asunto de decir: “Yo soy espiritual, oro a Dios y Dios me va a cuidar.” Más bien, es como decir una persona que haga así y murió e ir al Cielo y decir: “Yo oré para que me libraras y no me libraste.” “Pero te dije que cuando vieras a Jerusalén rodeada de ejércitos salieras de allí, ¿lo viste? Fuiste negligente tú y fuiste negligente con tu familia, no amaste a tu familia.”
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Por lo tanto, no hay reclamo, el reclamo lo va a hacer Cristo contra esas personas ignorantes y rebeldes, caen en la rebelión de Datán, Coré, Abirán y todos esos que se revelaron en contra de Moisés, porque no hicieron como se les fue aconsejado.
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Por ejemplo, tenemos el caso también de California. Ya los científicos han estudiado a California por encima y por debajo, y han dicho que es inevitable la destrucción de Los Ángeles, California. Todo eso se va bajo agua. Dios también se lo ha dicho, por la televisión, por la prensa, por los canales de televisión que pasan esas informaciones como *Discovery* y otros canales informativos lo están diciendo también.
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Y aún más: Dios envió al precursor de la Segunda Venida de Cristo y allí mismo se los dijo, que va a ser destruida, y les dijo: “Salgan de ahí (a los creyentes en Cristo), no se queden ahí.” Pero nadie es obligado a hacer lo que Dios dice; cada uno tiene libre albedrío, se le da la información, se le da la recomendación también, pero cada cual tiene que actuar conforme a como él desee hacer, a causa del libre albedrío que tiene, porque la responsabilidad está sobre la persona.
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Cualquier persona puede decir: “Han pasado muchos años y no ha venido el terremoto de California.” Puede decir: “Yo me quedé porque sabía que no iba a venir rápido.” Sí, pero aparece que no obedeció el consejo de Dios. Y si combatió ese consejo y dijo: “Tengo mi negocio aquí, mi familia estudia aquí,” y un sinnúmero de excusas, eso no le vale delante de Dios, porque Dios por medio del profeta precursor de la segunda Venida de Cristo dijo que salieran, no dijo cuándo iba a ocurrir, pero recomendó que salieran.
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Si hubieran salido, hubieran montado sus negocios en otros lugares, se hubieran quedado en otros lugares tranquilos, y no con el temor cada día de que puede suceder el terremoto de Los Ángeles, California; porque cada vez que hay una sacudida, se piensa que es el terremoto que hasta la ciencia ha estado anunciando y que es inevitable.
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Ahora, cualquier persona podrá decir: “No es necesario salirse de allá.” Bueno, no es necesario pero es conveniente, por dos cosas: porque si sucede, pues uno no está allí; y lo otro: Dios lo recomendó, y el consejo de Dios vale más que cualquier otra cosa de esta Tierra. La Escritura dice que Dios va a dar el pago a las costas.
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Con el terremoto de Los Ángeles, California que va a impactar el planeta Tierra completo y va a causar un tsunami tan gigante, que va a destruir, digamos, una décima parte de Norteamérica, que las olas van a llegar a otros estados de Norteamérica, y las costas van a ser afectadas no solamente de Norteamérica, sino toda esa costa que baja desde California, ¿pasa por dónde? Por México, Panamá, Guatemala, toda esa costa, ¿hasta dónde llega? Panamá, Chile también. Si recibieron la bendición de 1906, cuando vino el Espíritu de Dios y trajo, abrió la edad séptima, la edad pentecostal, pues, también viene lo que va a suceder en Norteamérica, va a bajar por ahí también; toda esa costa va a ser afectada grandemente.
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Ahora, cada persona, pues, sepa las cosas que van a suceder, ya los mismos que han hablado lo de California, también han dicho esa falla de San Andrés, baja y afectará ese problema toda esa costa que baja por ahí: México, Panamá, y también Colombia, Perú, todos los que están en ese lado, en esa costa van a ser afectados; también está Chile por ahí. Y para Chile, los estudiosos a nivel científico dicen que viene algo grande, y lo han estado anunciando aquí también y se están preparando para un terremoto grande que va a venir.
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Y si llega a ser el efecto del gran terremoto de Los Ángeles, California, pues para esos días, pues de seguro ocurre la resurrección o el de la resurrección. Pero si ocurre antes un terremoto que afecte parte de la América Latina, pues se van antes al Paraíso, y en la resurrección regresan en cuerpos glorificados; pero el que se quiera quedar hasta ser transformado, entonces tomará las precauciones necesarias para permanecer vivo.
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Desde hace años en Puerto Rico yo también he dicho que las costas de Puerto Rico corren mucho peligro. Bueno, usted podrá entender porqué estamos en Cayey. Solamente hay costas de arena en los ríos; la parte alta es la más favorable, aunque no está libre de terremotos y tormentas, pero está más seguro que la costa.
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Y ahora, siempre las recomendaciones no las tomen como que están obligados a hacerlo, sino una advertencia, para el que quiera escapar de problemas que vienen, pues sepan cómo escapar, cómo hacer. Hasta los animales buscan el sitio más seguro. Y el ser humano no buscar los sitios más seguros, es tener menos inteligencia que los animales.
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Siempre hay que buscar lo más seguro no solamente para uno, para la familia, para después no estar llorando: “Que si esto... ahora...” ¿después quién lo va a ayudar? Mientras hay tiempo, uno resuelve para asegurar bien las cosas y bien a la familia, en los sitios más seguros, si puede y si quiere; si puede y no quiere, pues, es responsabilidad de él. Recuerden que cada persona va a dar cuenta por su familia.
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La Escritura dice que Cristo cuida a Su Iglesia, el hombre tiene que cuidar a su esposa y a sus hijos. Las recomendaciones siempre son buenas. Y en el mensaje de cada edad y de cada dispensación siempre están las recomendaciones de parte de Dios. Por ejemplo, en el tiempo de Noé estaba la recomendación, el mensaje de Dios, la advertencia que vendría un diluvio sobre la Tierra y de que la única forma de escapar era en el arca.
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Pero vean, dice la Escritura que no entendieron, Jesús dice: “Y no entendieron, y vino el diluvio y se los llevó a todos.” Los no entendidos tienen problemas: viene el juicio divino y se los lleva; los entendidos entenderán, y los entendidos pues escapan, dice uno de los Proverbios que “el entendido ve el mal y huye, escapa.” Pero el que no es entendido, no ve nada, y entonces tiene problema.
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Es como cuando hay tormenta en un país y se anuncia, el entendido sabe que vienen unos vientos que son una señal de que la tormenta ya está cerca, son vientos de huracanes, de huracán, que están advirtiendo que ya viene el huracán con los vientos fuertes. Pero él dice “No, eso es un vientito ahí sencillo.” Y lo toma fuera del lugar seguro a la persona, y lo destruye. Y si no aseguró su casa, las puertas y las ventanas bien, destruye su hogar y a sus niños también.
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¿Y quién es el responsable: la tormenta? No, la persona que fue negligente y no entendió, no fue una persona entendida, y no puede decir que amaba a su familia, eso de que después vote algunas lágrimas es puro cuento; eso cualquiera llora por cualquier otra cosa también. Fue falta de amor a su familia lo que ocasionó que no asegurara su familia.
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Y también de edad en edad cuando vienen o van a venir problemas, o de dispensación en dispensación, sería falta de amor del mensajero si no da a conocer lo que viene. Noé estuvo muchos años, unos 100 años hablando de que vendría ese diluvio, aunque la gente dijera: “Ya lleva más de 50 años diciendo lo mismo y no viene.” Pero es que no podía venir hasta que estuviera el arca terminada, que era el medio de salvación y que era tipo de Cristo.
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Y hasta que entre hasta el último escogido al Cuerpo Místico de Cristo, no puede venir la gran tribulación. Y ojalá el terremoto de Los Ángeles, ojalá caiga en el tiempo de la gran tribulación. No sabemos, pero no se preocupen, cuando ocurra, si no estamos transformados, luego seremos transformados si es el terremoto de la resurrección.
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Estamos preparándonos, tenemos que prepararnos con el Señor, la Iglesia tiene que prepararse, ser una Iglesia, una Esposa obediente como dice aquí la Escritura, pues San Pablo dice: “Esto yo lo digo respecto a Cristo y a Su Iglesia.” Pero está tipificado en el matrimonio.
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Y ahora, cada persona tiene que ver lo mejor para su familia y para sí mismo, y en tiempos de peligros, pues, la persona no puede estar desorientada, no puede estar confundida, tiene que estar consciente de la realidad. No decir o no pensar: “No va a ocurrir tal cosa.” Si ya hasta la ciencia lo ha probado, va a ocurrir. El mismo Cristo dijo en San Lucas: son señales del tiempo de la Venida del Hijo del Hombre. Vean, en el capítulo 21 de San Lucas, veamos lo que el mismo Cristo dice, verso 25 en adelante, dice:
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“*Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas...”*
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¿Ven? A causa de los maremotos y tsunamis que vienen y que ya se ha vuelto este nuevo siglo, un siglo de tsunamis, de maremotos, de terremotos, de todas estas cosas. Y viendo en la Biblia, en el Apocalipsis y en Isaías y en otros lugares, que dice que toda isla va a huir, va a desaparecer, entonces más preocupación tiene la humanidad. Vamos a ver un lugar aquí, capítulo 14, verso 6 al 7, dice:
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“*Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno* (o sea, viene predicando el Evangelio eterno, el Evangelio del Reino) *para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo, diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.”*
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Este mensajero, vean, viene anunciando que el día o la hora del juicio divino ha llegado, o sea, que viene anunciando los juicios divinos que van a venir sobre la Tierra, como Moisés anunció las diez plagas que vendrían sobre Egipto; y recuerden que en Apocalipsis, capítulo 11 se repiten esas plagas. Por eso es que los ministerios de los dos Olivos, son los ministerios de Moisés y Elías repitiéndose en la Tierra. Hay otro lugar en la Escritura que nos habla en el capítulo 16 del Apocalipsis, verso 17 en adelante, dice:
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“*El séptimo ángel derramó su copa por el aire; y salió una gran voz del templo del cielo, del trono, diciendo: Hecho está. Entonces hubo relámpagos y voces y truenos, y un gran temblor de tierra, un terremoto tan grande, cual no lo hubo jamás desde que los hombres han estado sobre la tierra.”*
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Vean, en la misma Biblia nos anuncia de un gran terremoto que ha de venir cuando el séptimo Ángel derrame su copa por el aire.
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“*Y la gran ciudad fue dividida en tres partes, y las ciudades de las naciones cayeron; y la gran Babilonia vino en memoria delante de Dios, para darle el cáliz del vino del ardor de su ira.*
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*Y toda isla huyó, y los montes no fueron hallados.”*
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Así que, ese es el terremoto más grande que experimentará la raza humana, dice que “terremoto tan grande cual no habido sobre la Tierra.” Dice:
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“*...un terremoto tan grande, cual no lo hubo jamás desde que los hombres han estado sobre la tierra.”*
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Y ese de seguro es el terremoto de la resurrección. Y si todavía, si antes de ese terremoto Los Ángeles, California, todavía no han desaparecido, con ese terremoto sí van a desaparecer, y las islas también, dice que toda isla huyó, ¿por qué? Porque un gran terremoto como ése, viene un tsunami o más de uno y cubre las islas, cubre las costas también.
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Va a ser un tiempo muy difícil, con ese terremoto quizás se abra la gran tribulación. Se cierra la Dispensación de la Gracia, o sea, resucitan los muertos en Cristo en cuerpos glorificados, los vivos son transformados, y después, pues estaremos en el cuerpo nuevo, no importa los problemas que haya en la Tierra, con el cuerpo nuevo no vamos a tener problemas.
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“*Y toda isla huyó, y los montes no fueron hallados.*
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*Y cayó del cielo sobre los hombres un enorme granizo como del peso de un talento; y los hombres blasfemaron contra Dios por la plaga del granizo; porque su plaga fue sobremanera grande.”*
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Con un terremoto y después una plaga de granizo, lo más probable el frío va a estar más fuerte que el que tenemos aquí. Cuando Moisés, cayó granizo también. Así que, serán las plagas repitiéndose, y estará el ministerio de Moisés y de Elías también aquí en la Tierra. Pero ya ahí no habrá tiempo para buscar a Dios la gente, ya la dispensación, la puerta de la Dispensación de la Gracia ya estará cerrada, entonces ya Cristo estará como León de la Tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo.
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Por lo tanto, el tiempo de buscar a Dios es ahora. Lo que puede ayudar a la humanidad en todos los países es buscar a Dios; no hay otra cosa que se pueda hacer, pues va a venir el tiempo en que Dios va a juzgar por medio de Cristo a todas las naciones.
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Así que, esas son cosas que van a suceder, los creyentes en Cristo, pues, tratan de buscar la forma mejor para estar y tener su familia, para que los problemas que vienen a causa del calentamiento global, a causa de que el ser humano ha dañado la naturaleza, y ahora la naturaleza no está funcionando como debe funcionar, en vez de funcionar a favor del ser humano, está obrando en contra del ser humano.
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Todos los que quieran tomar consejo, pues, sigan el consejo de la Palabra; el que desee quedarse en cualquier lugar peligroso con su familia, tiene libre albedrío también. En una ocasión dicen que hubo... es una historieta de un hombre que era muy espiritual, oraba mucho a Dios, creía las promesas de Dios, pero algunas veces hay personas que se ponen un poco fanáticos y se van a los extremos. Uno tiene que mantenerse en el centro, no irse ni a la derecha ni a la izquierda.
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Y anunciaron una tormenta, pero él dijo: “Dios me va a librar, yo me voy a quedar aquí con mi familia porque Dios me va a librar, el Señor me va a librar, Él es mi Salvador.” El gobierno sacó a toda la gente del área de peligro, y él no quiso salir. Él dijo: “No, el Señor Jesucristo me va a librar, Él es mi Salvador.” Comenzó el tiempo malo, fueron buscando personas por las casas que hubieran quedado, en las lanchas porque ya había crecido el agua, el nivel, se llevaron a los que encontraron, y le dicen a él que se monte con su familia en la lancha, y él dice: “No, el Señor Jesucristo me va a librar, Él es mi Salvador.”
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Luego, más adelante sigue creciendo el nivel del agua, él se sube a la parte alta de la casa, pasa un helicóptero recogiendo más gente, si hay, y le piden que él suba, y él dice: “No, el Señor me va a librar.” Y no quiso. Y siguió subiendo el agua y se ahogó él y su familia. Y cuando llega al Cielo, allá comienza a reclamar (es un cuento), allá comienza a reclamar al Señor: “Señor, yo creí en Ti, creo en Ti, y no me salvaste, yo y mi familia nos ahogamos y Te pedimos a Ti que nos salvaras.” Le dice: “¡Te mandé una lancha, te mandé un helicóptero también, y no quisiste!”
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Es que algunas veces pensamos o no sabemos que Dios usa muchas cosas para bendecirnos, para ayudarnos y para librarnos de algunos peligros. Y cuando uno ve la oportunidad, hay que agarrarla rápido porque después ya pasó y no hay forma de que haya esa misma oportunidad.
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Si hay una oportunidad, es otra oportunidad. Y si uno desprecia la que Dios le manda y uno desprecia el conocimiento que le da de las cosas que van a pasar, como Cristo aquí nos dice en el pasaje que leímos de San Lucas, capítulo 21, versos 25 en adelante y Apocalipsis, capítulo 16, si no prestamos atención y despertamos a la realidad de que estamos en ese tiempo que Él dice que van a suceder estas cosas, pues, si van a suceder, entonces tenemos que cuidarnos.
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Por ejemplo: si anuncian que tal día va a hacer un frío muy fuerte y que se pueden congelar las personas, que no salgan de sus hogares, y las personas no hacen caso y se congelan, pues les pasa como a la mujer de Lot, ella se convirtió en estatua de sal porque los Ángeles les dijeron que no miraran hacia atrás y ella miró. ¿Ven? No obedeció. Pero la Iglesia Novia del Señor es una Iglesia Novia, una Esposa obediente, que sigue el consejo de Cristo que es Su cabeza, que es Su Esposo, su segundo Adán.
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Los ministros son responsables no solamente de sus hogares, no solamente de su esposa y sus hijos, sino de todos los hogares de todas las personas de la congregación, porque es el pastor, tiene una responsabilidad, es responsable de todas las ovejas que Cristo ha colocado en sus manos, y Cristo va a pedirle cuentas por esas ovejas.
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Por lo tanto, tenemos que tener las ovejas del Señor bien cuidadas, bien protegidas, con el alimento correcto, la Palabra de Dios para nuestro tiempo, y con los consejos correspondientes para que vivan lo mejor posible; y cuando hay tiempos de peligro, ayudarles para que escapen del peligro, para que eviten el peligro. Es más fácil prevenir, que luego tener que estar asistiendo a la gente porque cayeron en los problemas.
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Así que, como ministros, sabiendo que tenemos una responsabilidad delante de Cristo el Pastor de los pastores, y que daremos cuenta a Cristo, dice San Pedro y San Pablo: “Daremos cuenta a Cristo, el Pastor, el Príncipe de los pastores, el Pastor de los pastores.” Todos queremos dar buenas cuentas a Cristo.
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Por lo tanto, en todas las cosas estemos ayudando a las ovejas que Cristo ha puesto en nuestras manos. Siempre enseñándoles la Palabra, a perseverar sirviendo a Cristo, a ser obedientes a Cristo y Su Palabra, y ayudándoles en todas las demás cosas que necesitan ayuda y que necesitan consejo.
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Y ningún ministro juzgue a otro ministro porque tome precauciones, si él no toma precauciones. El que toma precauciones, pues lleva sus ventajas. Así que, en tiempos peligrosos como en los que estamos, son tiempos proféticos en donde se están cumpliendo profecías tanto de bendición como de juicios, por lo tanto nos preparamos para bendiciones, pero también cuando van a venir juicios, nos preparamos para evitar los juicios.
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Así que, ministros, miembros del Cuerpo Místico de Cristo junto a vuestras congregaciones, junto a los que componen la Iglesia del Señor, la Esposa del Cordero, adelante sirviendo a Cristo y manteniéndonos junto a nuestras congregaciones obedientes a Cristo, el Esposo de Su Iglesia, el cual nos llevará de aquí, vean, a un lugar más seguro; porque no quiere que estemos aquí en la gran tribulación que es el tiempo del juicio divino, y como Él con Su Sangre nos limpió de todo pecado, no hay causa por la cual tengamos que estar aquí para pasar por la gran tribulación.
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Porque el tiempo de la gran tribulación será un tiempo de purificación para la Tierra, para las vírgenes insensatas, para los ciento cuarenta y cuatro mil y todo el pueblo hebreo también, y para todas las naciones. Pero ya Cristo nos purificó, con Su Sangre nos limpió, por lo tanto Él nos llevará de aquí de la Tierra a la Cena de las Bodas del Cordero.
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**Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes, y les use grandemente en Su Obra en este tiempo final.**
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Dejo al reverendo Patricio Lara con ustedes para continuar, y ya nos vemos el martes Dios mediante, en los horarios correspondientes, en el horario correspondiente, es a las 7:00 de la noche en el lugar que ya ha sido anunciado y que les reiterará el reverendo Patricio Lara en estos momentos.
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Bueno, que Dios les bendiga y les guarde, y adelante sirviendo al Señor, y siendo junto a nuestras congregaciones, siendo todos obedientes a Cristo, el Esposo de Su Iglesia Novia.
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Que Dios les bendiga y les guarde a todos.
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“**LA ESPOSA OBEDIENTE.”**
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