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| Palabras de saludo en Bienvenida | 2009-03-05 | 2 | Reynosa | Tamaulipas | MX | 00:00:00 | false |
Muy buenos días, amados amigos y hermanos presentes; es una bendición y privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión aquí en Reynosa, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final, lo cual es el alimento espiritual para nuestra alma; pues el alimento espiritual para cada tiempo, para cada edad, es la Palabra prometida de Dios hecha realidad, lo cual es Pan del Cielo, palabra que alimenta el alma de las personas. “Porque no solamente de pan vivirá el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios.”
O sea, que el pan físico está ligado al cuerpo físico, y por consiguiente a la vida temporera; pero el Pan espiritual está ligado a la Vida eterna y está ligado al alma de la persona. Y así como el cuerpo físico siente hambre y come, el alma también siente hambre y come, come Palabra de Dios correspondiente al tiempo que le toca vivir.
La Escritura dice en Amós, capítulo 8, verso 11, que vendrá un tiempo de hambre, hambre no de pan, ni sed de agua, sino de oír la Palabra de Dios, y dice que no la hallarán, irán de Norte a Sur (y así por el estilo) buscando la Palabra, y no la hallarán.
La Palabra en este tiempo final estará en el Cuerpo Místico de Cristo, en el Lugar Santísimo, que es la Edad de la Piedra Angular. Ahí estará el Maná escondido para todos los escogidos de Dios; y esa es la Palabra correspondiente a nuestro tiempo, lo que ha sido prometido para nuestro tiempo. Eso es la Palabra de Dios, el Alimento espiritual de Dios para el alma de las personas en el tiempo final, como lo fue la Palabra de Dios correspondiente a cada edad, el alimento espiritual para el alma de las personas que vivieron en esos tiempos o edades pasadas.
Por lo tanto, nos regocijamos en este tiempo final comiendo la Palabra de Dios correspondiente a nuestro tiempo; y le corresponde al Occidente (o sea, el Oeste), a la América Latina y El Caribe.
Miren, si ustedes, por ejemplo, van a Europa, Miguel allá pidió pescado, ¿y qué fue lo que le dieron? Vio en la carta, él vio que decía pescado, y ustedes saben, acá en el Continente Latinoamericano, cuando uno va, enseguida en los restaurantes ponen pan, ponen agua, mantequilla y uno comienza a abrir el apetito con esas cositas así sencillas, y otras cositas también, en algunos lugares algunas cositas fritas para aperitivo, para abrir el apetito.
Y así pasó con Miguel: le colocaron pan, le colocaron una mantequilla rara con sabor a pescado, y ya él se sentía mejor, y termina su pan y le pregunta al mozo: “¿El pescado cuándo va a llegar?” Le dice: “Eso era.” Y en la carta lo que había pedido era pan con mantequilla de pescado. Y él creía que era un pescado.
Pero aquí en la América Latina es diferente, algunas veces uno pide un pedacito de pescado y le traen un pescado grande; o sea, que acá hay en abundancia. Allá, ¿cuánto tuvieron que pagar por...? ¿Cómo cuánto estaba? 42 dólares por persona, le cobraron por eso, ¿y un refresco, un café?
El café como 7 dólares, que da para comprar para el paquete completo y toma toda la familia. Y le cobraron como 40 dólares a cada uno. Eso porque lo que le dijeron fue el pan con esa mantequilla de pescado, si le traen el pescado, entonces ya sería muchísimo más.
Supe también que hay países, no sé si es Japón o un sitio por ahí, u otro país, el melón de agua, ¿cómo le llaman? Sandía, melón de agua, que es roja por dentro, eso vale carísimo en esos países. Por acá nosotros lo tenemos tan barato que hasta los niños pueden comprar uno.
O sea, en la América Latina hay mucho alimento físico y espiritual también, tenemos esa bendición de parte de Dios. Pueden exportar para toda Europa, puede alimentar a toda Europa, la América Latina. Y en lo espiritual también Dios nos ha dado esa bendición.
Así que Dios les bendiga y les guarde. Buen provecho en el aperitivo, y nos veremos en el almuerzo y después también en la cena, Dios mediante.
Eso me recuerda a lo que decía el reverendo William Branham, que cuando hubo hambre, una sequía, y hubo hambre en Israel por tres años y medio, hubo una viuda donde estaba Elías, que tenía tres comidas diarias (o sea, desayuno, almuerzo y cena).
Y la América Latina tiene la bendición de que tiene alimento espiritual en abundancia, puede usted estar comiendo todo el día; solamente prenden el canal del satélite Amazonas y ahí tiene todo el día Alimento espiritual.
Y así por el estilo también si está en su casa, tienen los mensajes grabados o también los tiene escritos, o sea, que hay Alimento espiritual en abundancia para nuestra alma, para estar bien alimentados y estar en buena salud espiritual.
Así que Dios les bendiga y les guarde, y adelante comiendo el alimento espiritual correspondiente a nuestro tiempo.
Y que pronto se complete el número de los escogidos de Dios, y Cristo resucite a los muertos creyentes en Él, y a los que estemos vivos nos transforme en este tiempo final. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.
Dejo nuevamente al doctor Miguel Bermúdez Marín con ustedes.
“PALABRAS DE SALUDO EN BIENVENIDA.”