obsidian/es/conferencias/2008/11/spa-2008-11-07-1-examinad_l...

236 lines
28 KiB
Markdown
Raw Permalink Blame History

This file contains invisible Unicode characters

This file contains invisible Unicode characters that are indistinguishable to humans but may be processed differently by a computer. If you think that this is intentional, you can safely ignore this warning. Use the Escape button to reveal them.

This file contains Unicode characters that might be confused with other characters. If you think that this is intentional, you can safely ignore this warning. Use the Escape button to reveal them.

---
title: 'Examinad las Escrituras'
date: 2008-11-07
activity: 1
place:
city: Brasília
state: Distrito Federal
country: BR
duration: 00:00:00
public: false
youtube:
translations:
files:
---
Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes y los que están a través del satélite Amazonas o de internet allá en Puerto Rico y en todas las demás naciones; es un privilegio y bendición grande estar con ustedes en esta ocasión.
Para esta ocasión leemos en San Juan, capí­tulo 5, verso 39, que dice:
*"Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí­;*
*y no queréis venir a mí­ para que tengáis vida."*
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
Cristo nos dice: "Escudriñad las Escrituras," las Escrituras Sagradas, la Biblia, es la Palabra de Dios y por consiguiente es el pensamiento divino; toda persona quiere saber cómo piensa Dios, y en la Biblia tenemos el pensamiento divino expresado en forma de letra para que todos puedan conocer la forma en que Dios piensa, en que Dios piensa de usted, de mí­ y de sí­ mismo.
Todas las cosas que Dios ha de hacer, primero las piensa y después son habladas, y luego encontramos que han sido escritas por los profetas. Se vuelve la Palabra de Dios, el pensamiento divino, cuando es hablado en medio de los seres humanos a través de un profeta, mientras tanto es el pensamiento divino, el cual por medio del Espí­ritu de Dios pasa a un ser humano, él lo capta, lo habla y eso es la Palabra de Dios para los seres humanos. Por eso dice en Deuteronomio, capí­tulo 18, versos 15 al 19:
*"Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis;*
*conforme a todo lo que pediste a Jehová tu Dios en Horeb el dí­a de la asamblea, diciendo: No vuelva yo a oí­r la voz de Jehová mi Dios, ni vea yo más este gran fuego, para que no muera.*
*Y Jehová me dijo: Han hablado bien en lo que han dicho.*
*Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare.*
*Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta."*
Ahora, podemos comprender dónde está la Palabra de Dios: la Palabra de Dios ha estado en la boca de los profetas que Él ha enviado, por esa causa es que la Biblia aunque ha sido escrita por hombres, ha sido escrito lo que Dios le habló a los hombres de Dios, y por esa causa esa es la Palabra de Dios.
Cuando fue hablada, vino a ser la Palabra de Dios para el pueblo; antes de ser hablada, ¿qué era? El pensamiento de Dios, luego lo expresó, lo reveló a un hombre, ese hombre lo habló y vino a ser la Palabra de Dios para el pueblo. De esto es que también habló Dios dando a conocer este misterio en el capí­tulo 7 de Zacarí­as, versos 11 al 12 que dice, hablando del pueblo de Dios:
*"Pero no quisieron escuchar, antes volvieron la espalda, y taparon sus oí­dos para no oí­r;*
*y pusieron su corazón como diamante, para no oí­r la ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su Espí­ritu, por medio de los profetas primeros..."*
¿Cómo es que Dios ha enviado Su Palabra? Por medio de Su Espí­ritu, el Espí­ritu es el Ángel del Pacto, es Cristo en Su cuerpo angelical; por medio de Cristo en Su cuerpo angelical, que es el Ángel del Pacto, envió Su Palabra a Su pueblo por medio de los profetas. Fue por medio de los profetas que habló Dios, por medio de Su Ángel, el Ángel del Pacto que es Cristo en Su cuerpo angelical.
Y ahora, podemos ver el mecanismo usado por Dios para que llegara Su Palabra al pueblo, lo cual antes de ser la Palabra para el pueblo, era el pensamiento de Dios. Dios todo lo que ha hecho, lo que está haciendo y lo que va hacer, primero lo pensó; no es como algunas personas que dicen luego de hacer algo, dicen: "Yo no pensé lo que iba hacer." Dios no puede decir en esa forma porque Dios siempre piensa lo que Él va hacer, y por consiguiente lo comunica a los seres humanos por medio de los profetas que Él enví­a de edad en edad y de dispensación en dispensación.
Por eso la lectura que leí­mos o la lectura que tuvimos de Deuteronomio, capí­tulo 18, versos 15 al 19, dice que levantará profeta como Moisés y que pondrá Su Palabra en la boca del profeta que Él enviará como Moisés.
Ahora, podemos ver dónde es que Dios coloca Su Palabra, cualquier persona que quiera escuchar la Palabra de Dios, ahora sabe lo que es la Palabra de Dios: es el pensamiento de Dios expresado a través de Sus profetas, y por eso tenemos la Biblia que fue traí­da por medio de los profetas de Dios del Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento.
Encontramos en el Nuevo Testamento los Evangelios o el Evangelio que nos habla de Juan el Bautista, nos habla de Jesús, nos habla de los apóstoles, vean ustedes, todos estos instrumentos de Dios para venir la Palabra del nuevo Pacto al pueblo, luego nos habla de San Pablo también, el cual fue enviado como apóstol para los gentiles.
¿Y cómo ha venido esa Palabra del nuevo Pacto? Ha venido de parte de Dios por medio del Espí­ritu Santo, que es Cristo en Espí­ritu a través de Su manifestación en los apóstoles San Pedro, al cual le fueron dadas las llaves del Reino de los Cielos, para abrir la puerta del Reino de los Cielos; y la puerta es Cristo.
Abrió el misterio de la primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención para que entraran al Reino de Dios todas las personas que estaban escuchando, Pedro tení­a las llaves, la revelación, y por lo tanto, abrió la puerta del Reino de los Cielos. Eso está en San Mateo, capí­tulo 16, cuando Cristo le dice: "A ti daré las llaves del Reino de los Cielos," y en el libro de los Hechos, capí­tulo 2 Pedro allí­ abre la puerta del Reino de los Cielos y entran allí­ como tres mil personas que lo escucharon predicar el Evangelio de Cristo.
Y así­ han estado entrando millones de seres humanos al Reino de Dios, por la puerta del Reino de Dios, que es Cristo, Cristo dijo: "Yo soy la puerta, el que por mí­ entrare, será salvo (San Juan, capí­tulo 10, verso 9)." Y también Él dijo: "Yo soy el camino, la verdad, y la vida; y nadie viene al Padre, sino por mí­ (San Juan, capí­tulo 14, verso 6)."
También en San Mateo, capí­tulo 7, verso 13 en adelante (13 al 14), Cristo nos habla acerca de la puerta, y nos dice:
*"Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella* (los que entran ¿por qué puerta? Por la puerta ancha; la puerta angosta es Cristo);
*porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan."*
El camino y la puerta que lleva al ser humano a la Vida eterna, dice Cristo que la puerta es estrecha y el camino es angosto, y pocos son los que entran por ella; o sea, comparado con el mundo entero, el grupo que entra por esa puerta es pequeño comparado con los millones de seres humanos que hay en la Tierra.
Ahora, lo importante para usted y para mí­ no es que haya personas que no entren, lo importante es que usted y yo hemos entrado por esa puerta angosta, y estamos en ese camino angosto que nos lleva a la vida: a la Vida eterna.
A través de la Escritura encontramos los pensamientos de Dios expresados a través de los hombres de Dios, los profetas, y eso es la Palabra de Dios para mí­, ¿y para quién más? Para todos ustedes también.
Y ahora, todo ser humano quiere que Dios le hable, quiere escuchar la Voz de Dios, y esta es la forma de escuchar la Voz de Dios y saber cómo Dios piensa, cómo Dios piensa de usted, de mí­ y cómo Él piensa de Él mismo. Ahí­ tenemos todo el pensamiento de Dios acerca de todas las cosas.
Y para saber qué Dios hizo en el pasado, qué está haciendo en el presente y qué hará en el futuro, vamos a la Escritura y ahí­ encontramos cuáles son los planes de Dios, lo que Dios pensó hacer, lo cual lo ha comunicado a la raza humana por medio de los profetas, ese es el orden divino para dar a conocer lo que Él ha pensado hacer.
Ahora, Él ha pensado traer paz a Su pueblo Israel y a toda la raza humana, dice la Escritura que Él tiene pensamientos de paz; y si tiene pensamientos de paz, los ha expresado y están en la Escritura; y por lo tanto, hay un proyecto divino que Él llevará a cabo en el cual traerá la paz para Israel y para toda la raza humana. Jeremí­as, capí­tulo 29, verso 11 dice que Él tiene pensamientos de paz.
Y ahora, tiene que en la Escritura decir cómo es que Él va a traer la paz, cómo es que Él ha pensado traer la paz, porque si tiene pensamientos de paz entonces tiene un programa, un plan para traer la paz; miren lo sencillo que es, en Isaí­as, capí­tulo 9, verso 6 al 7 dice la forma en que Él va a traer la paz para Jerusalén, para todo el pueblo hebreo, para el Medio Oriente completo y para toda la humanidad.
*"Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Prí­ncipe de paz.*
*Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán lí­mite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto."*
O sea, que no será una obra humana, será una obra de Dios, aquí­ tenemos el pensamiento de Dios con relación a lo que Él ha pensado para traer la paz, el establecimiento del Reino del Mesí­as, el cual establecerá un Reino mundial, lo cual será un imperio, y ahí­ estará el Mesí­as Prí­ncipe, que es el Prí­ncipe de Paz; y si es el Prí­ncipe de Paz, va a traer la paz para Jerusalén, para todo el territorio de Israel y sus habitantes, para todo el Medio Oriente y para toda la humanidad. Ese es el pensamiento de Dios que ha sido expresado por medio del profeta Isaí­as.
También encontramos ese pensamiento expresado por medio del profeta Ezequiel, en el capí­tulo 37, versos 15 al \*28, donde con más detalles nos habla del Reino del Mesí­as, nos habla de las tribus perdidas del reino del Norte, llamado el reino de Israel o casa de Israel, compuesto por diez tribus que corresponden al reino del Norte y de las cuales Cristo dijo en el capí­tulo 10 y capí­tulo 15 de San Mateo, que fueran a las ovejas perdidas de la casa de Israel." Y también Él dijo: "Yo no he sido enviado, sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel."
Cuando se dice: "De la casa de Israel," se refiere al reino del Norte compuesto por diez tribus, las cuales le fueron dadas a Jeroboam, un descendiente de Efraí­n.
Y ahora, podemos ver los pensamientos divinos para traer la paz, ¿ven? Hay un proyecto, un programa, porque Dios no trabaja sin pensar bien las cosas, sin planificarlas bien; Él siempre tiene un proyecto para hacer cada cosa.
Y cuando conocemos lo que ha sido hablado por medio de los profetas de Dios, estamos conociendo los pensamientos de Dios, y entonces podemos comprender qué es lo que Dios va hacer en el tiempo que estamos viviendo. Si damos un vistazo a las cosas que han sucedido en el pasado, las cuales Dios llevó a cabo, encontraremos que estaban prometidas en la Escritura, era el pensamiento de Dios que fue dado a conocer. Vamos a tener un ejemplo de eso en el capí­tulo 15 del Génesis, versos 12 en adelante, dice:
*"Mas a la caí­da del sol sobrecogió el sueño a Abram, y he aquí­ que el temor de una grande oscuridad cayó sobre él.*
*Entonces Jehová dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí­, y será oprimida cuatrocientos años."*
Pero todaví­a Abraham no tení­a hijos a través de Sara, y ya Dios le está diciendo lo que le va a suceder a la descendencia de Abraham:
*"Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza.*
*Y tú vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez.*
*Y en la cuarta generación volverán acá* (o sea, en el tiempo en que estarí­an viviendo los tataranietos de Abraham, o sea, que ya estarí­an viviendo los descendientes de Jacob en Egipto, y ellos serí­an los que serí­an traí­dos a la tierra donde Abraham estaba)...
*Y en la cuarta generación volverán acá; porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí­."*
O sea, los pobladores de aquel territorio, la gente de aquel territorio no podí­an ser sacada de ese territorio por Dios, porque Dios tení­a que esperar hasta que llegara a su colmo la maldad de ellos, somo sucedió con Sodoma y Gomorra: llegó al colmo y entonces Dios destruyó a Sodoma y Gomorra.
En el tiempo de Noé llegó al máximo, al nivel en donde ya Dios trae el juicio y fue destruido el mundo antediluviano; el pensamiento de ese mundo antediluviano era de continuo el mal.
Y el pensamiento que es malo, trae malos resultados: trae el juicio divino; el pensamiento bueno trae las bendiciones de Dios.
Y ahora, hemos visto que aquí­ Dios ya le está transmitiendo a Abraham su pensamiento en cuanto a la descendencia de Abraham, y luego más adelante llegó Jacob cuando José estaba en Egipto como segundo en el reino del faraón, llegó Jacob con sus hijos y sus nietos y fueron establecidos en Egipto, en Gosén.
Y allí­ vivieron bien por un tiempo, mientras estaba vivo José que era segundo en el reino, y como dirí­amos, era el que mandaba en Egipto, porque el faraón dijo: "Aquí­ no se moverá ni un pie sin ti," o sea, que el que mandaba allí­ era José, fue colocado como el primer ministro o virrey en el imperio del faraón, le fue colocado el anillo del faraón y un collar de oro, y le fue dada como compañera Asenat, la hija del sacerdote de On. Vamos a verlo aquí­, capí­tulo 41, por ahí­ del Génesis, dice:
*"Y llamó Faraón el nombre de José, Zafnat-panea; y le dio por mujer a Asenat, hija de Potifera sacerdote de On. Y salió José por toda la tierra de Egipto."*
Y ahora, vean ustedes, le dio a Asenat, hija de Potifera, sacerdote de On:
*"Y salió José por toda la tierra de Egipto.*
*Era José de edad de treinta años cuando fue presentado delante de Faraón rey de Egipto."*
Ahora miren el verso 40, dice:
*"Tú estarás sobre mi casa* (o sea, sobre todo Egipto, sobre todo ese gobierno, de ese imperio, él estarí­a sobre ese imperio)*, y por tu palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que tú* (era el segundo en el reino, por lo tanto Jacob cuando llegó a Egipto fue colocado en un buen lugar, en el mejor lugar).
*Dijo además Faraón a José: He aquí­ yo te he puesto sobre toda la tierra de Egipto.*
*Entonces Faraón quitó su anillo de su mano, y lo puso en la mano de José, y lo hizo vestir de ropas de lino finí­simo, y puso un collar de oro en su cuello.*
*y lo hizo subir en su segundo carro, y pregonaron delante de él: ¡Doblad la rodilla!; y lo puso sobre toda la tierra de Egipto.*
*Y dijo Faraón a José: Yo soy Faraón; y sin ti ninguno alzará su mano ni su pie en toda la tierra de Egipto."*
O sea, que todas las cosas que tení­an que hacer las personas en Egipto, tení­a que ser de acuerdo a la Palabra de José: los sistemas de educación, de comercio, de polí­tica, de polí­tica interior y exterior, y todas las demás cosas, la parte de religión también, vean ustedes, todo estaba dirigido por José.
Y ahora, en la tierra que fue de bendición para Jacob y su descendencia, sus hijos y sus nietos, luego vino a ser el mismo lugar en que después fueron esclavos, bajo otro faraón que no conocí­a a José.
Y ahora, lo que Dios le dijo a Abraham que su descendencia serí­a, vivirí­a en tierra ajena y serí­a esclava allí­ por 400 años y después Dios los libertarí­a, vean, Dios ya está dando a conocer Su pensamiento de bendición para la descendencia de Abraham.
Dios sabe lo que será de usted y de mí­ desde antes de nosotros nacer en esta Tierra, Él sabe todo lo que pasarí­a en nuestra vida, y Él lo sabe desde antes de la fundación del mundo, ¿y quieren saber una cosa? Que Dios pensó en mí­ desde antes de la fundación del mundo, ¿y en quién más? En cada uno de ustedes también, estábamos en el pensamiento de Dios.
Y ahora miren, eso es como cuando los jóvenes piensan en tener hijos, ¿ven? Y luego cuando tienen los hijos ¿qué ha sucedido? Lo que habí­an pensado se hizo una realidad, pero ya estaban en el pensamiento del joven y de la joven.
Y así­ ha sido con Dios, estábamos en la mente de Dios y por lo tanto éramos un atributo en la mente de Dios, y ahora, somos una realidad aquí­ en la Tierra. ¿Qué dí­a usted le dijo a Dios que querí­a vivir en este tiempo? Nunca, fue Dios el que lo pensó y lo trajo a realidad, y por consiguiente estamos aquí­ en la Tierra por la voluntad de Dios, para un propósito divino.
Todos tenemos que comprender cuál es el propósito por el cual vivimos en la Tierra, hemos sido ordenados, elegidos, pre ordenados para vivir en este tiempo y obedecer al Evangelio de Cristo, y ser rociados con la Sangre de Cristo y ser limpiados de todo pecado, y así­ ser reconciliados con Dios para obtener la Vida eterna, para ser restaurados a la Vida eterna.
El pensamiento de Dios es que usted y yo vivamos eternamente, por eso es que el mismo Jesús dice: "El que cree en mí­, aunque esté muerto, vivirá; y todo aquel que vive y cree en mí­, no morirá eternamente." (San Juan, capí­tulo 11, verso 25 al 27). También nos dice el mismo Jesús en San Mateo, capí­tulo 18, verso 14:
*"Así­, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños."*
No es la voluntad de Dios que se pierda alguno de los hijos de Dios, la voluntad de Dios es que viva eternamente en el Reino de Dios, y para eso Dios ha hecho un programa de redención por medio de Cristo muriendo en la Cruz del Calvario, para así­ reconciliar consigo mismo al ser humano, a todas esas personas en las cuales Dios pensó desde antes de la fundación del mundo.
Dios sabe cuántos vivirán eternamente, si no lo supiera, no serí­a Dios, no podrí­amos decir que Dios sabe todas las cosas. Pero Él sabe todas las cosas, Él sabe cuántas personas vivirán eternamente (estaban en la mente de Dios).
Y ahora, ya estamos conociendo cómo es que Dios piensa, por medio de los pensamientos de Dios expresados a través de los profetas, los cuales están aquí­ en la Biblia. Miren ustedes, luego que el pueblo hebreo estuvo viviendo en Egipto y fue esclavizado, luego Dios envió a Moisés para libertar al pueblo hebreo en cumplimiento a lo que le habí­a prometido a Abraham.
El pensamiento divino habí­a sido expresado a Abraham, por lo tanto la liberación del pueblo hebreo ya era algo que Dios habí­a dicho a Abraham, ya Dios habí­a pensado en eso. Todo lo que Dios hace, ya Él lo pensó mucho antes de hacerlo.
Y ahora, ya sabemos la forma de Dios pensar, y los pensamientos de Dios acerca de mí­ y acerca de usted, son buenos, son de salvación y Vida eterna.
Escudriñad las Escrituras, ¿por qué? Porque son el pensamiento de Dios expresado "y por eso en ellas (dice Jesús) os parece que tenéis la Vida eterna." La Escritura, la Palabra de Dios, nos habla de la Vida eterna, la cual obtenemos a través de Jesucristo, y ese es un pensamiento muy bueno de parte de Dios para mí­, ¿y para quién más? Para cada uno de ustedes.
"Escudriñad las Escrituras porque en ellas os parece que tenéis la Vida eterna," ellas son las que hablan de la Vida eterna y de cómo obtener la Vida eterna, y ellas son las que dan testimonio de Jesucristo.
Estaba prometido que Él vendrí­a, y vino, y estaba prometido que Él llamarí­a y buscarí­a Sus ovejas, y han estado escuchando Su Voz, que es Su Evangelio, porque Él dijo que escucharí­an Su Voz y entonces dijo que habrí­a un pastor y un rebaño.
Ese rebaño es la Iglesia del Señor Jesucristo, el Pastor es Jesucristo, ¿y las ovejas quiénes son? Todos nosotros. ¿Ven? Ya eso estaba pensado y fue expresado, dado a conocer, y ahora estamos viviendo en el cumplimiento de esos pensamientos divinos que fueron expresados; y hay otros que corresponden a este tiempo pero que están aquí­ en la Escritura, pero su cumplimiento es para este tiempo.
Escudriñad las Escrituras, todo lo que Dios va hacer en este tiempo está en la Escritura, así­ como todo lo que Dios ha hecho en el pasado también está en la Escritura, porque son los pensamientos de Dios expresados por medio de los profetas. "Porque no hará nada el Señor sin que revele Sus secretos a Sus siervos, Sus profetas. (Amós, capí­tulo 3, verso 7)."
Y ahora, escudriñad las Escrituras, hay grandes bendiciones en ellas, en las Escrituras está todo lo que Dios va hacer en este tiempo, ustedes leen los mensajes proféticos de Jesús y usted encontrará profecí­as que se cumplirán en este tiempo, y también en los demás profetas, y también en los apóstoles.
Ahí­ tenemos cartas apostólicas, mayormente de San Pablo que hablan de este tiempo final, y de Juan el apóstol en el libro del Apocalipsis; todo eso que es contenido, todo ese contenido es el pensamiento de Dios expresado por Su Espí­ritu Santo a través de los profetas del Antiguo Testamento y de los apóstoles y mensajeros del Nuevo Testamento.
Por lo tanto, es un mandamiento de Cristo escudriñar las Escrituras, y ellas son las que dan testimonio de Cristo; a parte de la Escritura usted no podrí­a encontrar la historia de Cristo, la primera Venida de Cristo. Todo eso está aquí­, tanto en el Antiguo Testamento en las profecí­as, como también en el cumplimiento de esas profecí­as.
Y la Obra de Redención está aquí­ contenida en el Antiguo Testamento en las profecí­as, en los tipos y figuras; y luego en el Nuevo Testamento, en el cumplimiento de Su muerte como el Sacrificio de Expiación por nuestros pecados.
Escudriñando las Escrituras obtenemos el conocimiento de los pensamientos divinos que han sido expresados por los profetas, los apóstoles y diferentes mensajeros y que han quedado escritos en la Biblia.
Escudriñad las Escrituras, contienen el pensamiento divino, son el pensamiento divino expresado, y por consiguiente son la Palabra de Dios o es la Palabra de Dios. Escudriñando las Escrituras obtenemos el conocimiento de Dios, de Dios el Padre, y de Cristo; y obtenemos el conocimiento del misterio de Dios el Padre, y de Cristo, conforme a Colosenses, capí­tulo 2, verso 2 al 3, y entonces tenemos la fe para salvación y Vida eterna, y la esperanza de un nuevo mundo de paz y felicidad, el cual será el Reino del Mesí­as, el Reino del ungido, el Reino de Cristo.
Si alguna persona todaví­a no ha recibido a Cristo como Salvador, lo puede hacer en esta noche, de los que están aquí­ presentes y de los que están en otras naciones, y estaremos orando por usted.
Si hay alguno aquí­ presente, puede pasar al frente para orar por usted, y los que están en otras naciones también pueden pasar al frente para que queden incluidos en la oración que estaremos haciendo por todos ustedes. El pensamiento divino fue expresado por Cristo cuando dijo:
*"Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura."*
Y luego cuando estuvieron predicando, ya se estaba practicando lo que fue dicho para hacerse una realidad, y dijo:
*"El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado."* (San Marcos, capí­tulo 16, verso 15 al 16).
Y ahora, ustedes viniendo a los Pies de Cristo son el cumplimiento de lo que Cristo dijo: "El que creyere y fuere bautizado, será salvo." Ustedes escucharon la predicación del Evangelio de Cristo, han creí­do y le están recibiendo como Salvador, todo eso estaba en la mente de Dios y fue expresado y lo tenemos en la Escritura. Por lo tanto, lo que está sucediendo es lo que estaba en la mente de Dios y fue expresado.
También dice la Escritura que "el que invocare el Nombre del Señor, será salvo," y ahora, ustedes están recibiendo en esta noche la bendición de recibir a Cristo para salvación y Vida eterna. En las demás naciones pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo para que queden incluidos en esta oración.
Vamos a estar puestos de pie para orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo en esta ocasión, los que están presentes y los que están en otras naciones también que han venido a los Pies de Cristo.
Si falta alguno por venir, puede venir; y los niños de diez años en adelante también pueden venir a los Pies de Cristo.
Vamos a levantar nuestras manos al Cielo, a Cristo (pueden continuar viniendo), con nuestros ojos cerrados todos los presentes y los que están en otras naciones que han venido a los Pies de Cristo en estos momentos, repitan conmigo esta oración:
***Señor Jesucristo, escuché la predicación de Tu Evangelio y nació Tu fe en mi corazón, creo en Ti, creo en Tu primera Venida, creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de Expiación por mis pecados y por los de todo ser humano; creo en Tu Nombre como el único Nombre bajo el Cielo dado a los hombres en que podemos ser salvos. Doy testimonio público de mi fe en Ti reconociendo que soy pecador y necesito un Salvador.***
***Señor, me rindo a Ti, me entrego a Ti en alma, espí­ritu y cuerpo, y doy testimonio público de mi fe en Ti y Te recibo como mi único y suficiente Salvador. Te ruego perdones mis pecados y con Tu Sangre me limpies de todo pecado y me bautices con Espí­ritu Santo y Fuego y produzcas en mí­ el nuevo nacimiento, quiero nacer en Tu Reino, quiero entrar a Tu Reino, quiero vivir eternamente Contigo en Tu Reino.***
***Señor, sálvame, Te lo ruego, en Tu Nombre eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén.***
Y con nuestras manos levantadas al Cielo, a Cristo, todos decimos: **¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! Amén y amén.**
Y ahora, ustedes me dirán: "Quiero ser bautizado en agua lo más pronto posible en el Nombre del Señor, porque Él dijo: ââ¬ËœEl que creyere y fuere bautizado, será salvo." La pregunta de ustedes es: "¿Cuándo me pueden bautizar?" Por cuanto ustedes han creí­do en Cristo, bien pueden ser bautizados.
El bautismo en agua es simbólico, el agua no quita los pecados, es la Sangre de Cristo la que nos limpia de todo pecado; el bautismo en agua es un mandamiento del Señor Jesucristo en el cual nos identificamos con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección, es el bautismo en agua, tipológico, en donde lo que ha sucedido en su alma, en su interior al recibir a Cristo, es expresado, simbolizado en el bautismo en agua.
En el bautismo en agua nos identificamos con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección. Cuando la persona recibe a Cristo como Salvador, muere al mundo; cuando el ministro lo sumerge en las aguas bautismales, está siendo sepultado tipológicamente; y cuando lo levanta de las aguas bautismales, está resucitando a una nueva vida: a la Vida eterna con Cristo en Su Reino eterno.
Y ahora, conociendo el simbolismo del bautismo en agua, bien pueden ser bautizados; y que Cristo los bautice con Espí­ritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento, y nos continuaremos viendo por toda la eternidad en el glorioso Reino de nuestro amado Señor Jesucristo.
Que Dios les bendiga y les guarde, y continúen pasando una noche feliz llena de las bendiciones de Cristo.
Dejo al reverendo Salomón Cunha para que les indique hacia dónde dirigirse para colocarse las ropas bautismales y ser bautizados en agua en el Nombre del Señor. Si hay agua, si hay bautisterio y ropas bautismales él les va a decir, y ustedes entonces pueden ser bautizados y que Cristo les bautice con Espí­ritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento.
Si Cristo fue bautizado, cuánto más nosotros necesitamos ser bautizados. Dios les bendiga y les guarde y nos veremos eternamente en el Reino de Jesucristo nuestro Salvador.
Dios les bendiga.
**"EXAMINAD LAS ESCRITURAS."**