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Nuestra redencion esta cerca 2008-10-21 1 Talcahuano Región del Biobío CL 00:00:00 false true

Muy buenas noches, ministros, compañeros en el Reino de Cristo; es para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, para saludarles y pedirle a Cristo Sus bendiciones sobre cada uno de ustedes.

Que Cristo, el Ángel del Pacto, les bendiga y les use grandemente en Su Obra en este tiempo final. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.

Aprecio y agradezco mucho el respaldo que le han estado dando y le están dando a Puerto Rico, en este importante proyecto de la construcción de la Carpa-Catedral que están construyendo allá, y también para la compra o adquisición de los terrenos necesarios.

Que Dios les bendiga por lo que están haciendo, ustedes ministros junto a sus congregaciones, y les quede acreditado, acumulado en el Reino de Cristo; que de todo lo que están haciendo quede depositado en el banco del Reino de los Cielos, quede allí almacenado como tesoros hechos en los Cielos, en el Reino de Cristo, para ustedes, para vuestras congregaciones y para cada persona como individuo que han trabajado en este respaldo para este gran proyecto de la Carpa-Catedral, en Puerto Rico.

Nos dice Cristo en San Lucas, capítulo 21, verso 25 al 33, hablando del tiempo final, dice:

Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas;

desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas.

Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria.

Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca.

También les dijo una parábola: Mirad la higuera y todos los árboles.

Cuando ya brotan, viéndolo, sabéis por vosotros mismos que el verano está ya cerca.

Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el reino de Dios.

De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca.

El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.”

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

NUESTRA REDENCIÓN ESTÁ CERCA.”

Conociendo el tiempo que vivimos por medio de las señales que Cristo dijo que estarían aconteciendo en el Cielo, en la Tierra y entre los seres humanos, podemos comprender que nuestra redención está cerca, y que también por consiguiente el verano está cerca, o sea, el Reino de Dios está cerca.

Aquí hay dos cosas muy importantes: las señales muestran el tiempo en que estamos; y lo que ha de acontecer en este tiempo es la redención del cuerpo, que es la adopción de los hijos e hijas de Dios, la resurrección de los muertos en Cristo prometida para el Día Postrero por Cristo; y el Día Postrero es el séptimo milenio de Adán hacia acá, el milenio donde Cristo va a establecer Su Reino; o sea, el Reino de Dios que va a ser establecido en la Tierra, lo cual será la restauración del Reino de David; y por cuanto la resurrección es para el Día Postrero, séptimo milenio de Adán hacia acá y tercer milenio de Cristo hacia acá; como tercer milenio es el Día Postrero o el tercer milenio, o sea, de las diferentes etapas correspondientes, como nos dice Oseas [capítulo 6, verso 2]: “Después de dos días, al tercer día nos resucitará.” O sea, que la resurrección es para el día tercero, tercer día; Cristo resucitó también al tercer día, y ahí podemos ver que hay un tiempo en especifico para la resurrección.

Tenemos diferentes etapas: tercer día delante del Señor (un día es como mil años y mil años como un día). Dos días, después de dos días, dice Oseas: “en el tercer día nos resucitará,” o sea, dos milenios. Después de dos milenios, quinto milenio y *sexto milenio, donde se ha llevado a cabo la dispensación de la Gracia, después de eso es que viene la resurrección para el pueblo hebreo, para Israel una resurrección como nación, y por consiguiente para los creyentes en Cristo es el tiempo también para la resurrección; porque ese tercer día es el tercer milenio de Cristo hacia acá, que también es el séptimo milenio de Adán hacia acá, y que es el Día Postrero delante de Dios, milenio postrero, del cual Cristo dijo: “Y yo le resucitaré en el Día Postrero.” O sea, todos los que el Padre le dio para que los busque y les dé Vida eterna.

Lo cual Cristo ha estado haciendo en Su programa de redención, para lo cual tuvo que morir como el Sacrificio de Expiación por nuestros pecados, para poder efectuar la redención de todas las ovejas que el Padre le dio. La redención en la esfera espiritual, viene a ser el nuevo nacimiento en donde la persona obtiene el cuerpo angelical; al obtener el cuerpo angelical, el Espíritu de Cristo, ha obtenido la redención en la esfera espiritual y ya tiene Vida eterna, tiene un cuerpo angelical eterno. Y luego le falta la redención física, de la cual Cristo habló aquí diciendo:

Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca.”

O sea, la redención del cuerpo, que para los muertos en Cristo es la resurrección en cuerpos eternos, y para los que estarán vivos en esos días en que ocurra la resurrección, será la transformación de sus cuerpos (para los que están vivos). Esa es la adopción: la redención del cuerpo.

Y por consiguiente, tiene que haber un día delante de Dios determinado para realizarse ese gran evento, Cristo dijo que sería en el Día Postrero. Día Postrero delante de Dios, séptimo milenio para la raza humana y para Dios también; y tercer día, tercer milenio de Cristo hacia acá. Ya han transcurrido dos mil años, dos milenios, dos días delante de Dios, y ahora hemos entrado al tercer día delante de Dios, en donde habrá una resurrección física de los muertos en Cristo en cuerpos glorificados y una transformación para los vivos.

Y para Israel, para el pueblo hebreo habrá una resurrección como nación, lo cual va a ser la resurrección del Reino del Mesías, la resurrección del Reino de David en donde Israel como pueblo de Dios será restaurado al Reino de David, lo cual será el Reino del Mesías.

Y ahora, nuestra redención física, que será la transformación de nuestros cuerpos y para los muertos en Cristo la resurrección en cuerpos eternos, podemos decir que está cerca. Ya hemos entrado al tercer día de Cristo hacia acá, tercer milenio de Cristo hacia acá, donde ocurrirá la resurrección de Israel como pueblo, como nación, resucitará, y resucitará en el Reino de Dios, en el Reino del Mesías; y la resurrección física para los muertos en Cristo está muy cerca. porque es para el Día Postrero, séptimo milenio de Adán hacia acá o tercer milenio de Cristo hacia acá, porque la resurrección también de Cristo fue en el tercer día. ¿Ve?

Y ahora, mire cómo cuadra el tercer día en que Cristo resucitó con el tercer día milenial de Cristo hacia acá, ya han transcurrido dos días y ahora hemos entrado al tercer día, tercer milenio de Cristo hacia acá. Y todo eso se lleva a cabo en una edad: la Edad de la Piedra Angular, que es la edad de la adopción. Tan simple como eso.

Y ahora, estamos esperando la adopción física de cada uno de nosotros. Nuestra redención, nuestra transformación está cerca. Dice Cristo: “No pasará esta generación hasta que todas estas cosas acontezcan; el Cielo y la Tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.” [San Mateo 24:35; San Marcos 13:31; San Lucas 21:33].

NUESTRA REDENCIÓN ESTÁ CERCA.”

Estemos preparados, y estemos trabajando en todo el Programa Divino que está ligado a toda la obra que Dios está haciendo en este tiempo final, porque toda esa obra está ligada al programa de la redención del cuerpo que va a ser llevada a cabo en este tiempo final; para lo cual viene el Evangelio del Reino siendo predicado juntamente con el Evangelio de la Gracia; con el Evangelio de la Gracia para tener la fe para la transformación interior, para la adopción espiritual, y la predicación del Evangelio del Reino para tener la fe, recibir la fe, la revelación para la adopción física.

Vean, ambos: el Evangelio de la Gracia y el Evangelio del Reino, giran alrededor de la Venida del Señor. El Evangelio de la Gracia: alrededor de la primera Venida de Cristo, que muestra el programa que Él llevó a cabo muriendo en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de Expiación por nuestros pecados; y cuando se da a conocer ese misterio de la primera Venida de Cristo, nace la fe de Cristo en el alma de las personas y entonces creen, y dan testimonio público de su fe en Cristo, recibiéndole como su único y suficiente Salvador, para recibir la adopción espiritual.

Y el Evangelio del Reino gira alrededor de la segunda Venida de Cristo en Su Obra de Reclamo, para darnos la fe, la revelación para creer en todo ese misterio de la segunda Venida de Cristo y todo ese proyecto que Él estará llevando a cabo, para así todos recibir nuestra adopción física, la redención física que será nuestra transformación.

En ninguna otra edad o dispensación hubo la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, porque la fe, la revelación para ser transformados gira alrededor de la segunda Venida de Cristo; y es dada a conocer Su Venida, es dado a conocer ese misterio de Su Venida bajo la predicación del Evangelio del Reino. Tan simple como eso.

Por lo tanto, podemos decir con certeza, con seguridad, que nuestra redención está cerca. Mi redención está cerca, la redención de mi cuerpo, mi transformación, ¿y la de quién más? La de cada uno de ustedes también; porque no seré solamente yo el que seré transformado, sino cada uno de ustedes también.

Reitero mi agradecimiento por todo este respaldo que le están dando a Puerto Rico, yo también estoy brazo a brazo con el reverendo Miguel Bermúdez Marín respaldando a Puerto Rico, en ese gran proyecto de la construcción de la Carpa-Catedral y la compra de los terrenos necesarios para ese proyecto.

Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, platicando de estas cosas del Reino de Dios con ustedes. Y mañana continuaremos platicando en la actividad de mañana en la noche; oren mucho por esa actividad para que Dios nos bendiga grandemente, nos abra las Escrituras y nos enseñe Su Palabra, nos revele Su Palabra; y a los que falten por venir a los Pies de Cristo, los cuales estén escritos en el Cielo, los llame para que vaya así completándose Su Iglesia en este tiempo final. Pues queremos que se complete pronto, porque no podemos ser adoptados, no podemos obtener la redención del cuerpo: nuestra transformación, sin que haya entrado hasta el último escogido en el Cuerpo Místico de Cristo, o sea, en la Iglesia del Señor Jesucristo.

Por lo tanto, trabajamos en la obra evangelística, la obra misionera, en todas estas labores que junto al reverendo Miguel Bermúdez Marín se están llevando a cabo en todos los países. Cada congregación con su ministro trabajando en esa labor de evangelización, esa labor misionera para que siga Dios añadiendo a Su Iglesia los que faltan, hasta que se complete la Iglesia del Señor.

Bueno, ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, en esta noche.

Que Dios me los bendiga a todos y les guarde, y les use grandemente en Su Obra en este tiempo final, y les prospere espiritualmente y materialmente.

Yo deseo la prosperidad, todas las bendiciones de Dios para ustedes, así como las deseo para mí también. Todo lo bueno que yo deseo para mí, lo deseo para ustedes también. Yo quiero que ustedes sean multimillonarios; y aun más: multibillonarios; y aun más: multitrillonarios; y aun más: que no haya limitaciones en cuanto a las riquezas que ustedes reciban, y así va a ser en el Reino milenial.

Recuerden que la Escritura dice: “El que te bendiga, será bendito.” [Números 22:6].

Así que, yo deseo para ustedes grandes bendiciones de parte de Dios, y cuando yo deseo para ustedes y las hablo para ustedes, Dios también me bendice a mí; y así cuando ustedes hacen eso conmigo, así también que me bendicen, Dios los bendice a ustedes también. Eso es así porque así está escrito: “El que te bendiga, será bendito.”

Bueno, vamos a dejar por aquí al reverendo Miguel Bermúdez Marín para que continúe, él fue el que me pasó aquí la parte, y ahora yo se la regreso de nuevo a él para que continúe en esta reunión de ministros en la cual podemos ver que hay gozo, hay alegría, hay entusiasmo, hay felicidad y hay fe, fe en la Palabra prometida por Dios para este tiempo final, esperando lo que Dios ha prometido para este tiempo final, y creyendo lo que ya Dios está cumpliendo en este tiempo final.

Miguel, yo siempre lo llamo y él se aguanta, porque como decimos nosotros las personas que son dulceras nunca les gusta levantarse de la mesa rápido hasta que llegue el postre, y comen el postre, que es algo dulce; y así es Miguel: él es, como decimos nosotros, dulcero en lo físico y en lo espiritual también.

Bueno, Miguel, ya hemos tenido el postre también, así que dejo por aquí a Miguel Bermúdez Marín con ustedes, nuestro amado hermano, misionero, reverendo Miguel Bermúdez Marín, quien ha estado brazo a brazo con todos ustedes en toda la Obra del Señor por muchos años. Yo también he estado brazo a brazo con Miguel en toda esa labor, para que así Cristo llame y junte Sus escogidos de este tiempo final.

Que Dios les bendiga y les guarde, y continúen pasando una noche llena de las bendiciones de Jesucristo nuestro Salvador.

NUESTRA REDENCIÓN ESTÁ CERCA.”