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| El dia de la redencion | 2008-02-02 | 2 | São José dos Campos | São Paulo | BR | 00:00:00 | false | true |
Muy buenas tardes, ministros, compañeros en el Reino del Señor Jesucristo; es una bendición y privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, ustedes que están aquí presentes y los que se encuentran en otras naciones conectados con esta transmisión a través del satélite Amazonas o de internet. Para esta ocasión leemos en Efesios, capítulo 4, verso 30, donde dice:
“Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.”
“EL DÍA DE LA REDENCIÓN.”
Aquí nos habla el apóstol que habrá un día para la redención, la redención del cuerpo, que será la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de los que estarán vivos creyentes en Cristo nacidos de nuevo. Recuerden que la Escritura, dice:
“Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.”
Los que en el día de la redención obtendrán la redención del cuerpo y por consiguiente obtendrán un cuerpo nuevo y eterno, serán aquellos que habrán sido sellados con el Espíritu Santo, y por consiguiente serán aquellos que han recibido el Espíritu de Cristo y han obtenido el nuevo nacimiento, han nacido en el Reino de Cristo; y ellos son Reyes, Sacerdotes y Jueces, pertenecen al Reino de Cristo y por consiguiente pertenecen a la dinastía de David por medio de Jesucristo, descendiente de David según la carne y heredero al Reino de David y Trono de David.
Por lo tanto, son miembros de esa descendencia de David por medio de Cristo; por eso es que son Reyes: porque pertenecen a esa dinastía del Reino de David a través de Cristo, el heredero al Reino y Trono de David.
Y ahora, estas personas tienen una promesa de parte de Dios: para el día de la redención obtendrán la redención del cuerpo y por consiguiente obtendrán un cuerpo nuevo y eterno; de esa promesa habló Cristo también en San Juan, capítulo 6, versos 39 en adelante, diciendo:
“Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero.”
La resurrección para los muertos en Cristo será en cuerpos eternos, cuerpos incorruptibles, cuerpos jóvenes e inmortales y glorificados; y eso es para el Día Postrero, que es el día de la redención, de la redención para el cuerpo de todo elegido de Dios, de toda persona que ha nacido de nuevo y por consiguiente ha nacido en el Reino de Cristo.
Ya espiritualmente recibió la redención al recibir el Espíritu de Cristo y obtener un cuerpo angelical, un cuerpo espiritual, un cuerpo de otra dimensión, llamado: “el Ángel del Señor” o “Ángel,” de cada persona, de la cual dieron testimonio los creyentes en Cristo del tiempo del apóstol Pedro, cuando Pedro estuvo preso y fue libertado por el Ángel de Dios, y luego Pedro fue a la casa donde estaban orando por él (o sea, a la casa de Juan Marco), tocó la puerta y una joven llamada Rode salió a abrir la puerta, pero cuando oyó que era Pedro, de gozo no abrió la puerta sino que regresó a los que estaban en la casa diciéndoles: “¡Es Pedro!” Ellos le dicen: “Rode, ¡estás loca!” Ellos sabían que Pedro estaba preso, pero Rode les decía: “¡Es Pedro!” Ellos le dicen: “Es su ángel,” o sea: “Es su cuerpo angelical, su espíritu.”
Y ahora, podemos comprender que cada creyente en Cristo tiene un ángel, que es su cuerpo espiritual, en el cual va a vivir al paraíso cuando parte de esta Tierra, es un cuerpo joven, un cuerpo inmortal, un cuerpo angelical, en donde la persona creyente en Cristo nacida de nuevo, cuando parte de esta Tierra continúa viviendo; y si cuando estaba aquí en la Tierra no tenía cabello, cuando está en ese cuerpo angelical se toca la cabeza y tiene cabello, porque no tiene los problemas que tiene nuestro cuerpo físico en esta Tierra.
Ahora, ya la persona al recibir el Espíritu de Cristo ha recibido el cuerpo angelical y ha recibido esa primera parte de la redención, y luego recibirá la segunda parte, o sea, la plenitud; primero recibe las primicias que es el Espíritu Santo donde obtiene el cuerpo angelical, y después recibe el cuerpo físico que es la segunda porción, y entonces tendrá la plenitud: será a imagen y semejanza de Cristo. Todo eso está prometido para el día de la redención, del cual Cristo habló diciendo: “Y yo le resucitaré en el Día Postrero.”
Por lo tanto, para el Día Postrero será la redención del cuerpo, para los creyentes en Cristo que ya murieron y para los que están vivos. Sigue diciendo Cristo en el verso 40:
“Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.”
Aquí confirma la resurrección para el Día Postrero y por consiguiente confirma que la redención del cuerpo será para el Día Postrero.
Y ahora, continuamos en el verso 44, donde dice:
“Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero.”
Ya tenemos ahí la tercera ocasión en que Él habla del Día Postrero para la resurrección de los muertos en Cristo. Sigue diciendo en el verso 54:
“El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.”
Aquí nuevamente por cuarta ocasión encontramos a Cristo señalando el Día Postrero como el tiempo para la resurrección, o sea, para la redención del cuerpo. Y en el capítulo 11, versos 21 en adelante hablando Marta con Jesús el día que fue Jesús a resucitar a Lázaro:
“Y Marta dijo a Jesús: Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto.
Mas también sé ahora que todo lo que pidas a Dios, Dios te lo dará.
Jesús le dijo: Tu hermano resucitará.”
Ahora, Cristo está hablando de la resurrección para un creyente en Él que había muerto; y Marta había aprendido bien la enseñanza de Cristo, donde Él dijo que la resurrección sería para el Día Postrero:
“Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?
Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.”
Y ahora, Cristo había hablado que la resurrección es para el Día Postrero, y el Día Postrero es el séptimo milenio de Adán hacia acá. “Porque un día delante del Señor es como mil años, y mil años como un día,” dice Segunda de Pedro, capítulo 3, verso 8; y el Salmo 90, verso 4.
Y ahora, podemos ver el porqué en otros siglos la resurrección de los muertos creyentes en Cristo no ha sucedido.
Y ahora, Cristo dice a Marta que Él es la resurrección y la vida, y el que cree en Él aunque esté muerto vivirá.
Y ahora, Cristo más adelante pregunta dónde le han puesto y pide que quiten la roca, la piedra que habían puesto en la cueva, y Marta dice: “Ya es de cuatro días, hiede ya.” Si usted coloca un cuerpo que ha muerto en un lugar, y a los cuatro días va, no resiste el olor; pero ahora Cristo ordena que quiten la piedra, y le dice a Marta: “¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?” Cristo fue para resucitar a Lázaro, el cual es tipo y figura de todos los muertos creyentes en Cristo.
Y ahora, vean ustedes, cuando habían dicho que Lázaro estaba enfermo, no quiso ir para sanarlo, y luego más adelante le dice a Sus discípulos: “Lázaro nuestro amigo, duerme.” Los discípulos no comprendían y decían: “Si duerme, está bien (o sea, va a despertar cuando llegue el momento).” Pero Cristo les dice: “Lázaro nuestro amigo, ha muerto.” O sea, les habló de la muerte física que está representada en el sueño o en dormir, y por eso cuando una persona parte y es creyente en Cristo se dice que duerme, pero va a ser despertado por Cristo en la resurrección.
Y ahora, vean ustedes, la resurrección Cristo dijo que es para el Día Postrero, o sea, el milenio o séptimo milenio; y lo otro, llega al cuarto día para resucitar a Lázaro.
¿Y cómo vamos a encontrar el séptimo día o sábado, que representa el milenio, en esta resurrección? En el cuarto día, vamos a ver el cuarto día y también el séptimo milenio o el Día Postrero ahí.
La Biblia no dice qué día era cuando Jesús resucitó a Lázaro; y aun si hubiera sido en sábado, se formaba un escándalo porque estaba haciendo una obra en día de descanso, pero la Biblia no dice si fue un sábado o algún otro día de la semana, solamente dice que ya llevaba cuatro días de haber muerto Lázaro.
Ahora, ¿dónde vamos a encontrar el Día Postrero que durante la semana es el séptimo día o el sábado? Jesucristo dijo que el Hijo del Hombre es Señor del sábado, y el sábado es el día de reposo o descanso, y Él dijo: “Venid a mí todos los trabajados y cargados, y yo os haré descansar.” Y también dice: “Y hallaréis descanso para vuestras almas,” porque Cristo es el descanso, el reposo, y por consiguiente Él es el sábado.
Ahí tenemos el Día Postrero personificado en un hombre: en Jesús; y luego vamos a encontrar el cuarto día, porque ya hacía cuatro días que estaba muerto (cuatro días). Los días de la semana representan las edades o etapas de la Iglesia.
Y ahora, la edad luterana, la edad wesleyana, la edad pentecostal, y la cuarta de estas etapas de restauración, es la Edad de la Piedra Angular, y será en la Edad de la Piedra Angular donde Jesucristo resucitará a todos los muertos creyentes en Él. En las otras edades no lo hizo, como tampoco en los días anteriores al cuarto día del tiempo de la muerte de Lázaro: Jesucristo no fue; pero apareció en el cuarto día para resucitarlo.
Por lo tanto, para el Día Postrero será la cuarta etapa en la restauración de la Iglesia (cuarta etapa), y por consiguiente cuarto día de restauración en donde la Iglesia y cada creyente en Cristo recibirá la restauración completa, restaurado a la Vida eterna física, como también ha sido restaurado a la Vida eterna espiritual.
¿Vieron lo sencillo que es todo? Por lo tanto, la Venida del Señor en el Día Postrero, en la cuarta etapa de restauración, traerá la bendición de la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de nosotros los que vivimos, y eso será en el séptimo milenio de Adán hacia acá, y será la cuarta etapa de restauración de la Iglesia, que es la Edad de la Piedra Angular. Tan simple como eso.
Por lo tanto, tenemos que estar preparados porque el Día Postrero es el séptimo milenio de Adán hacia acá, donde Cristo resucitará los muertos creyentes en Él y a los vivos creyentes en Él nacidos de nuevo nos transformará, y luego nos llevará con Él a la Cena de las Bodas del Cordero, ese también es el Día Postrero llamado el día o tiempo para la restauración del Reino de David.
Hay grandes bendiciones establecidas por Dios para ese séptimo día milenial, el cual para los gentiles ya comenzó y ya lleva ocho años; y si le añadimos los años de atraso que tiene el calendario gregoriano, entonces ya estaríamos por el año 2030 y algo, como 2036 (por ahí) ó 37. Si es conforme al calendario hebreo o de los judíos, ya faltaría muy poco para entrar al séptimo milenio, eso es añadiéndole los años de atraso que tiene el calendario judío, el cual tiene 200 años de atraso, años que están perdidos pero que ellos están conscientes que faltan en su calendario.
Y ahora, el Día Postrero, el séptimo milenio de Adán hacia acá y la cuarta etapa de la Iglesia, la cuarta etapa de restauración es el día de la redención, para el cual hemos sido sellados con el Espíritu Santo, y por lo tanto estamos esperando la redención de nuestro cuerpo, que será nuestra transformación si permanecemos vivos hasta la resurrección de los muertos en Cristo.
Pero si alguno tiene que irse y si tiene mucha prisa y quiere irse adelante porque no puede esperar y es un escogido, regresará en el cuerpo eterno; pero se perderá todo esto que falta en el Programa Divino, y perderá la oportunidad de trabajar en la Obra de Cristo, la cual tendrá gran recompensa de parte del Señor, pues toda obra que hagamos como muestra del amor que tenemos por Cristo, muestra de nuestro amor a Cristo, será recompensada por Cristo.
Y ahora, hemos visto lo que es el día de redención, hemos entrado al día de redención conforme al calendario gregoriano y ya llevamos 8 años dentro de ese día, de ese día milenial, y el pueblo hebreo está a la expectativa, está esperando a Elías, está esperando un Profeta como Moisés, está esperando al Mesías. Pero primero está esperando que aparezca Elías, el cual será el que introducirá al Mesías al pueblo hebreo, y el cual tendrá el liderazgo en medio de los sabios hebreos, de los grandes rabinos, de sus grandes líderes, ellos lo reconocerán, ellos saben de qué estará hablando cuando él aparezca, llevan miles de años esperándolo. Pero ellos saben que lo van a recibir:
“He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día grande y terrible del Señor, no sea que yo venga y con destrucción hiera la Tierra.”[Malaquías 4:5-6] O sea, con maldición, que traiga maldición y hiera la Tierra con la destrucción que está señalada para la gran tribulación. Antes que venga ese día grande y terrible del Señor, ese tiempo que estará dentro del séptimo milenio, ellos esperan ver a Elías.
Y ahora, si lo esperan ver antes del séptimo milenio, conforme al calendario que poseen en la actualidad, y le añaden los 200 años de atraso que tiene el calendario, lo están esperando entonces para estos días, antes que llegue ese séptimo milenio para ellos conforme a su calendario.
Así que, tanto el judaísmo como el cristianismo, está a la expectativa, porque saben que el día de la redención traerá la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de los creyentes en Cristo nacidos de nuevo.
Por esa causa es que en otros tiempos no podía ocurrir la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de los creyentes en Cristo que estaban vivos, todo eso es para la cuarta etapa de restauración que es la Edad de la Piedra Angular, y para el Día Postrero que es el séptimo milenio de Adán hacia acá. Tan simple como eso.
Ahora, podemos ver lo sencillo que es todo y podemos ver las promesas divinas que hay para este tiempo final. Estemos preparados porque de un momento a otro entrará hasta el último escogido, se cerrará la puerta de la Gracia, se cerrará la puerta de la Dispensación de la Gracia y entonces Cristo vendrá a ser el León de la Tribu de Judá, Rey de reyes y Señor de señores y Juez de toda la Tierra, reclamará a los creyentes en Él nacidos de nuevo que partieron y a los que están vivos, y entonces realizará la redención física para todos los creyentes en Él y entonces todos seremos jóvenes, inmortales con cuerpos glorificados como el de Jesucristo, en palabras más claras, seremos a Su imagen y a Su semejanza. Eso es lo que está prometido en Primera de Corintios, capítulo 15, versos 49 al 58; y Primera de Tesalonicenses, capítulo 4, versos 13 al 17; y Filipenses, capítulo 3, verso 20 al 21.
Y todo eso es para el tiempo de la Trompeta final o gran Voz de Trompeta, o sea, para el mensaje grande, mensaje dispensacional que estará siendo predicado en medio de la Iglesia y después en medio del pueblo hebreo.
El ministerio de Moisés y Elías tendrán la gran Voz de Trompeta, tendrán el mensaje del Evangelio del Reino para proclamarlo, y dar a conocer el Programa Divino correspondiente a este tiempo para los gentiles y para los judíos también.
Él no tendrá problemas ni con los gentiles ni con los judíos, porque él conocerá el Programa Divino, él conocerá el mensaje que Dios le da para proclamarlo al cristianismo y el mensaje que le da para proclamar a los judíos. Él no estará luchando ni con judíos ni con gentiles, no estará luchando con el cristianismo ni con ningún grupo religioso, él estará hablando la Palabra y por consiguiente él estará trayendo la verdad, y el que es de la verdad, escuchará la verdad.
Y ahora, hemos visto lo que es el día de la redención. Hemos sido sellados con el Espíritu Santo de Dios para el día de la redención, el día en que nuestro cuerpo será redimido, o sea, será transformado; y el de los muertos en Cristo recibirá (cada muerto creyente en Cristo) un cuerpo eterno en la resurrección.
“EL DÍA DE LA REDENCIÓN.”
Y ahora, estamos en el día de la redención, el séptimo milenio de Adán hacia acá y también cuarto día de edad de Lutero hacia acá; Lutero, Wesley, edad o etapa pentecostal o etapa del reverendo William Branham, y luego la etapa cuarta que corresponde a la Edad de la Piedra Angular.
Estamos en el tiempo más glorioso de todos los tiempos, esperando la redención de nuestros cuerpos, es una promesa de Cristo, ya sea que vivamos o durmamos, recibiremos el cuerpo nuevo, porque estamos en el día de la redención para el cual hemos sido sellados con el Espíritu Santo de Dios, el cual ha producido en nosotros el nuevo nacimiento, y nos ha colocado ¿dónde? En el Reino de Cristo. Hemos nacido en el Reino de Cristo.
Cuando nacimos a través de nuestros padres terrenales, nacimos a esta vida terrenal y por consiguiente nacimos en el reino de las tinieblas, que es el que gobierna la humanidad; pero ahora con el nuevo nacimiento hemos nacido en un nuevo Reino: en el Reino de Dios, al cual pertenecemos y del cual habíamos salido, y ahora hemos regresado, por medio del programa de redención, al Reino de Dios.
“EL DÍA DE LA REDENCIÓN.”
Que Dios les bendiga a todos y les dé a todos ustedes presentes, y los que están a través del satélite Amazonas o de internet o que estarán escuchando más adelante estas palabras, les dé a ustedes y a mí también, todas las bendiciones prometidas para el día de la redención.
Que Dios les bendiga y les guarde, y dejo con ustedes al doctor Gian del Corto para continuar, y ya nos estaremos viendo el día 16 de este mismo mes en la reunión que tendrán con el misionero, doctor Miguel Bermúdez Marín; y también nos estaremos viendo el día domingo 17 en la actividad pública que tendremos, y también nos estaremos viendo, muchos de los que están aquí presentes, el día 13, a una actividad que hemos sido invitados y que ya algunos tienen la invitación.
¿Cuántos la tienen? Pues nos estaremos viendo el día 13, que es el miércoles. ¿Miércoles? ¿Martes o miércoles? Bueno, quarta-feira, pero antes de eso nos volveremos a ver, ¿cuándo? ¿Y dónde? Mañana en este mismo lugar para recibir las bendiciones que Cristo tenga para nosotros, para edificarnos y para aumentar nuestra fe: para aumentar nuestra fe por medio de Su Palabra.
La fe viene ¿por qué? Por el oír la Palabra de Dios, mientras más revelación Él nos da, más se aumenta nuestra fe, esa es la forma de Él aumentar nuestra fe: dándonos más Palabra revelada para nuestra alma, y también ese el alimento para nuestra alma; mientras más comemos esa Palabra revelada, mejor estamos alimentados con buenas vitaminas de la Palabra de Dios y por consiguiente bien saludables.
Que Dios les bendiga y les guarde, y con todos nosotros continúa el Doctor Gian del Corto en estos momentos.
Dios les bendiga.
“EL DÍA DE LA REDENCIÓN.”