47 KiB
| title | date | activity | place | city | state | country | duration | public | youtube | rm | translations | files |
|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
| El tiempo del fin | 2007-09-15 | 2 | Villahermosa | Tabasco | MX | 00:00:00 | false | true |
Muy buenas noches, ministros compañeros en el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo; es una bendición y privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final.
Ya han estado escuchando cómo está el ambiente en medio, no solamente del cristianismo sino también del judaísmo, pues están esperando lo mismo, uno desde una perspectiva del judaísmo y otra desde la óptica del cristianismo, pero ambos están esperando lo mismo, y están esperando la Gran Voz de Trompeta o Trompeta Final, que es la Voz del Mesías por medio de los ministerios de los Dos Olivos.
Por eso lo que es la Séptima Trompeta, que son dos ministerios proféticos: los Dos Olivos, lo que es la última trompeta para Israel (o sea, la séptima) es el Séptimo Sello para la Iglesia.
La Séptima Trompeta son los Dos Olivos: Moisés y Elías, y el Séptimo Sello es la Venida del Señor; y por cuanto el Hijo del Hombre viene con Sus Ángeles. ¿Ve? El Séptimo Sello viene con la Séptima Trompeta. Tan simple como eso. Por eso en algunos lugares encontrarán que son los
Ángeles que tocan la Trompeta, y en otros lugares encontrarán que es el Mesías o que es Dios; por ejemplo en Tesalonicenses, capítulo 4 vamos a ver quién es el que tocará la Trompeta aquí. Tesalonicenses, capítulo 4, verso 15 en adelante, dice:
“Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron.
Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios…”.
Y ahora, es la Trompeta de Dios, la Voz de Dios, pero es el mismo Señor con Voz de mando, con Voz de Arcángel. En cada edad de la Iglesia tuvimos un Ángel Mensajero, no un arcángel mensajero, un Ángel Mensajero, o sea, un ministerio de Ángel Mensajero, un ministerio para su edad. Pero aquí cuando Dios envía uno con Voz de Arcángel, eso es un mensajero dispensacional, un mensajero mayor.
Y ahora, vamos a leer aquí en Daniel, que es la Escritura que corresponde para esta tarde o esta noche, en el capítulo 9, versos 24 en adelante… aquí hay que comenzar un poco antes, capítulo 9, verso 20 en adelante dice, para que tengamos el cuadro claro de lo que estaba viendo y experimentando el profeta Daniel. Dice:
“Aún estaba hablando y orando, y confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y derramaba mi ruego delante de Jehová mi Dios por el monte santo de mi Dios;
aún estaba hablando en oración, cuando el varón Gabriel, a quien había visto en la visión al principio, volando con presteza, vino a mí como a la hora del sacrificio de la tarde.
Y me hizo entender, y habló conmigo, diciendo: Daniel, ahora he salido para darte sabiduría y entendimiento.
Al principio de tus ruegos fue dada la orden, y yo he venido para enseñártela, porque tú eres muy amado. Entiende, pues, la orden, y entiende la visión.
Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos.
Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos.
Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones.
Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador”.
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
“EL TIEMPO DEL FIN”.
Para el tiempo del fin hay grandes profecías que tienen que ser cumplidas, y una de ellas será el final del reino de los gentiles, porque para el tiempo del fin que corresponde a los tres años y medio de la gran tribulación, todo lo que ha sido establecido humanamente será quitado y será establecido todo el Programa Divino del Reino de Dios que será establecido en este planeta Tierra.
Para el tiempo del fin hay promesa de la restauración de las tribus de Israel a su tierra, por lo tanto, antes de llegar ese momento que corresponde a los tres años y medio que faltan de la semana número setenta de Daniel, antes de eso, la introducción a todas esas cosas que vendrán durante la gran tribulación y las cosas que vendrán durante el Reino Milenial, la introducción será antes y la Iglesia verá esa introducción. Y ahora, el Reino va a ser dado al pueblo de los santos, conforme a Daniel, capítulo 7, verso 18, donde dice… y esto es luego de estas cuatro bestias, estas cuatro bestias representan las cuatro etapas del reino de los gentiles: cabeza de oro con el imperio babilónico, pechos y brazos de plata con el imperio Medopersa, vientre y muslos de bronce con el imperio de Grecia, y el cuarto imperio las piernas de hierro y los pies de hierro y de barro cocido. O sea, al cuarto imperio corresponden dos etapas: piernas de hierro que fue el imperio romano de los césares, en el cual en una de esas etapas de ese cuarto imperio apareció el Mesías, y el imperio romano a petición de los líderes religiosos de la religión judía juntamente con los que se unieron a esa petición, pidieron la muerte de Cristo, la crucifixión de Jesucristo.
Jesús dijo a Pilato: “Mi Reino no es de este mundo, si mi Reino fuese de este mundo…”. Él dice… vamos a ver aquí cómo lo dice, capítulo 19 de San Juan, o 18 vamos a ver; capítulo 18, verso 36 en adelante de San Juan, dice:
“Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí”.
En otro lugar dice que Él tenía potestad o que Él podía pedir al Padre legiones de Ángeles en favor de Él.
Ahora, encontramos que Cristo no podía morir fuera del tiempo de las piernas de hierro que corresponde al imperio romano en el tiempo de los césares; o sea, tenía que morir, más bien tenía que morir en esa etapa del reino de los gentiles, no podía morir fuera de ese tiempo.
Y ahora, muchos pensaron: “No era el Mesías porque murió”, pero lo que murió fue su cuerpo físico, y luego fue resucitado glorificado.
Ahora, para el tiempo de Jesús el Reino de los gentiles no podía terminar, no podía ser destruido, aunque más adelante aparentemente fue destruido, pero cambió: de las piernas de hierro a los pies de hierro y de barro cocido.
Y ahora, ha estado el reino de los gentiles en los pies de hierro y de barro cocido por más de mil años.
Ahora, la promesa es que la piedra no cortada de manos de Daniel, capítulo 2, versos 30 al 45, viene conforme a esa promesa en la etapa de los pies de hierro y de barro cocido, porque cuando viene hiere la imagen en los pies. ¿Ven? No en las piernas, sino en los pies de hierro y de barro cocido. Para el tiempo de Jesús la estatua, la imagen todavía no tenía los pies, solamente tenía las piernas de hierro que era el imperio romano.
Pero ahora, para este tiempo final el imperio de los gentiles ya lleva más de mil años en la etapa de los pies de hierro y de barro cocido, esa es la etapa para la Venida del Señor, es la etapa para la Gran Voz de Trompeta o Trompeta Final, es la etapa para la resurrección de los muertos en Cristo y para la transformación de los creyentes en Cristo nacidos de nuevo que estarán viviendo en este tiempo final.
Este es el tiempo en que de un momento a otro entrará esa parte llamada “el tiempo del fin”.
Cuando Cristo termine Su Obra de Intercesión en el Cielo y se levante de ese Trono del Padre (Trono de Intercesión), estará como Rey, el León de la tribu de Judá; y por lo tanto, al tomar el Título de Propiedad, que es el Libro de los Siete Sellos, Él hace Su Obra de Reclamo: reclamando todo lo que Él ha redimido con Su Sangre preciosa; y por consiguiente, como León y Juez y Rey estará actuando en el tiempo final.
En el tiempo del fin, ya cuando se entre de lleno a ese tiempo de la gran tribulación, ahí no habrá misericordia para todos los que escucharon el Evangelio y no creyeron; pasarán por ese tiempo de apretura, de persecuciones, que también llamamos “la apretura de Jacob”. Y por consiguiente será apretura para todos también.
Cuando Israel no tiene paz, la humanidad no tiene paz; cuando Israel es bendecido, la humanidad es bendecida.
Por lo tanto, cuando venga la apretura para Jacob, también se van a ver en apretura todas las naciones bajo los juicios divinos que estarán cayendo sobre la humanidad.
Como fue en el tiempo de Moisés cuando los juicios divinos vinieron sobre Egipto: estuvo allí presente un hombre ungido por el Espíritu de Dios, llamado Moisés; y la promesa es que habrá uno como Moisés.
En la Venida de Jesús, allí estaba uno como Moisés, y aún más grande que Moisés, y más grande que Salomón, y más grande que el templo; pues allí estaba el Ángel del Pacto hecho carne en toda Su plenitud: en el velo de carne llamado Jesús.
Siempre que aparece un mensajero dispensacional viene una bendición grande para los creyentes, y también luego viene un juicio grande para los que no creyeron.
Y ahora, para este tiempo final dice la Escritura que será como también en los días de Noé y como en los días de Lot, dijo Jesús [San Lucas 17:26-29]; en donde en los días de Noé, no entendieron, no comprendieron, y vino el diluvio y se los llevó a todos; y en los días de Lot vino el juicio divino, y quien no se apercibió: la esposa de Lot, se quedó, no pudo salir, no pudo escapar del juicio, y fue convertida en una estatua de sal [Génesis 19:24-26].
Y ahora, en los días de Lot hubo un profeta dispensacional llamado Abraham; en los días de Noé, pues hubo un profeta dispensacional llamado Noé. Esa es la clase de profeta más grande que Dios tiene y envía a la Tierra: profetas dispensacionales, mensajeros dispensacionales.
Y ahora, para el tiempo del fin tenemos la promesa de los ministerios de los Dos Olivos, y tenemos las grandes promesas del llamado para 144.000 judíos. Pero habrá una antesala a todo eso, habrá un tiempo sobrante, en donde la Iglesia va a estar viendo la introducción a toda esa promesa divina que está en la Escritura.
Y ahora, estamos nosotros viviendo en el tiempo de entrelace de una dispensación con otra, en el tiempo de entrelace de un pueblo con otro: en el tiempo de entrelace de los gentiles con los judíos, en el tiempo de entrelace del Evangelio de la Gracia con el Evangelio del Reino.
Por lo tanto, este es un tiempo muy importante en el Programa Divino. Por lo tanto, para los creyentes en Cristo este es el tiempo más grande, más glorioso; es el tiempo en donde el cristianismo espera la resurrección de los muertos creyentes en Cristo y la transformación de los vivos creyentes en Cristo, para lo cual tenemos la promesa que sonará una Trompeta.
Pablo dice: “A la Final Trompeta; porque se tocará la Trompeta, y los muertos resucitarán primero, y nosotros los que vivimos seremos transformados”. Eso está en Primera de Corintios, capítulo 15, versos 49 al 58.
Y ahora, podemos ver que hay grandes bendiciones prometidas para los creyentes en Cristo, tenemos que estar llevando el Evangelio de Cristo en todas las naciones, en todos los lugares, para que los elegidos o escogidos que estén allí, escuchen y reciban a Cristo como Su único y suficiente Salvador, sean bautizados en agua en Su Nombre y Cristo los bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ellos el nuevo nacimiento, y así nazcan en el Reino de Cristo todos los que están escritos en el Libro de la Vida del Cordero desde antes de la fundación del mundo.
Y cuando entre al Cuerpo Místico de Cristo hasta el último, cuando nazca en el Cuerpo Místico de Cristo, en el Reino de Cristo hasta el último escogido, se habrá completado la Iglesia del Señor Jesucristo, se habrá llenado la Casa de Dios, y por consiguiente después que se llena la fiesta con los que son invitados a la fiesta, luego tiene que comenzar la fiesta.
Por lo tanto, a esa gran fiesta celestial a la cual estamos invitados, estaremos yendo conforme a lo que Él nos prometió, Él nos va a llevar, Él estará dándonos la fe, la revelación para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
Así como la fe, la revelación para obtener el nuevo nacimiento fue escuchando la predicación del Evangelio de Cristo, creyendo, naciendo la fe de Cristo en nuestra alma creyendo en Él y recibiéndolo como nuestro Salvador y siendo bautizados en agua en Su Nombre y luego recibiendo Su Espíritu Santo y así obteniendo el nuevo nacimiento, en lo cual podemos ver que todo giró alrededor de la Primera Venida de Cristo.
Para la fe de rapto o transformación todo girará alrededor de la Segunda Venida de Cristo, todo girará alrededor de la Venida de Cristo para este tiempo final. No hay nada más importante para la Iglesia que la Venida del Señor, sin ella no habrá resurrección ni transformación para los creyentes en Cristo, y hasta que no entre hasta el último escogido al Cuerpo Místico de Cristo, tampoco habrá resurrección y transformación: resurrección para los muertos en Cristo y transformación física para los creyentes en Cristo que estarán vivos en el tiempo final.
Por lo tanto, estemos llevando el Evangelio de Cristo a todos los lugares y a todas las personas, todas las comunidades, porque el que es de Dios, oye la Voz de Dios, va a escuchar la Voz de Dios y va a venir a los Pies de Cristo y va a entrar a la etapa vigente del Programa Divino. Dios le va a abrir el entendimiento, van a creer y van a entrar al Reino de Dios.
Por lo tanto, ministros en este tiempo en que vivimos, que es el tiempo en donde el fin va a llegar, el fin del reino de los gentiles va a venir, y por consiguiente todas las cosas que tienen fin llegarán a su final, todas las cosas que no son eternas llegarán a su fin o a su final.
Por lo tanto, nosotros recibiendo un Reino inconmovible, que es el Reino de Cristo, tengamos gratitud para con Dios y sirvamos a Dios con temor y temblor.
“EL TIEMPO DEL FIN”.
Estamos en un entrelace en donde, aplicando el tiempo del fin a los tres años y medio de la gran tribulación, podemos decir que ese momento está muy cerca.
Cuando escuchamos lo que fue dicho por este parlamentario del cual habló el reverendo Salomón Cunha, y que preguntó por un parlamentario brasileiro, preguntando cuántos años le quedaba de término, le dijeron: “Tres años”. Y él dijo: “Con tres es suficiente”. Y estuvo comentando acerca de lo que están esperando, que es la Venida del Mesías. O sea que sorprendentemente ellos están más a la expectativa que el cristianismo; y ellos están esperando ese personaje, quizás más cerca de lo que algunos del cristianismo lo están esperando.
Así que estén a la expectativa. Recuerden, yo les dije en algunas ocasiones: “Aprendan a usar las computadoras”, van a necesitarla - van a necesitarlas los que saben usarlas; y los que no saben van a necesitar aprender si quieren estar al día, ahí al tanto de lo que estará sucediendo en este tiempo final.
Así que adelante trabajando en la Obra de Cristo para que llegue hasta el último escogido de Dios; y tratando bien a los que ya llegaron; y evitando ser piedra de escándalo o de tropiezo para los que ya llegaron; cuidando bien esas ovejas, esas personas, porque no son suyas, son del Señor, quien lo colocó a usted para pastorear esas ovejas, para alimentarlas con la Palabra de Dios para el tiempo correspondiente.
Por lo tanto, no trate usted de inventarse mensajes, porque ya Dios ha estado dando Su Mensaje, Su alimento espiritual para esas ovejas; si usted trata de hacerlo por su cuenta con palabra suya, esa palabra no va a producir la fe, o la fe para ser transformada- ser transformados las personas. Ni siquiera la persona que estará dando su propia palabra, su propia opinión, ni siquiera esa persona logrará la transformación, porque lo que tiene es un concepto mental o intelectual de lo que es el Mensaje, la Palabra de Dios para nuestro tiempo.
La Palabra de Dios dada por Dios para cada edad siempre ha tenido que venir al mensajero, hacerse carne en el mensajero y venir a través de ese mensajero al pueblo y hacerse carne en el pueblo. Esa es la Palabra de Dios, la Palabra que hace aquello para lo cual ha sido enviada en cada etapa o en cada edad.
Siempre, para que surja algo que Dios ha prometido, tiene que venir esa Palabra que contiene esas cosas que van a ser realizadas por Dios.
Cuando vino el diluvio: primero vino la Palabra de Dios a Noé, y Noé la habló; era la Palabra que hablaba acerca del diluvio, y esa Palabra se hizo una realidad.
¿Qué nos enseña eso? Que la Palabra para la transformación y rapto la estaremos escuchando.
¿Y qué estaremos escuchando cuando estemos escuchando esa Palabra? Estaremos escuchando acerca de la resurrección de los muertos en Cristo y de la transformación de los vivos.
Y los que serán transformados estarán escuchando y creyendo esa Palabra, y se estará haciendo carne en esas personas; y por consiguiente esas serán las personas que se habrán convertido en Palabra de Dios. En ellos estará cumplida la promesa de que la Palabra se haría carne en Su Iglesia, tanto en el mensajero correspondiente al tiempo final como a los creyentes en Cristo del tiempo final, o de este tiempo en el cual nosotros estamos viviendo.
La transformación para cada creyente en Cristo será manifestada alrededor de esa Palabra que habrán recibido; como para Abraham y Sara, la transformación de ellos fue alrededor de esa Palabra que le fue hablada por Dios.
Por lo tanto, tiene que recibirse una Palabra, una revelación divina; y alrededor de esta revelación es que vendrán a ser cumplidas las promesas correspondientes al tiempo en que esa Palabra, que contiene esas promesas, es hablada.
Para que vinieran las plagas sobre Egipto, Dios puso Palabra en el corazón y la boca de Moisés, y allí estaba la Palabra que haría aquellas cosas, que traería las plagas; y cuando Moisés la habló, no fue una Palabra humana, fue la Palabra de Dios colocada en el corazón de Moisés, y entonces Moisés hablando esa Palabra.
Por lo tanto, era Palabra de Dios en la boca de un hombre, era Dios hablando a través de un hombre, y por consiguiente así como cuando Dios dijo: “Sea la luz”, y fue la luz, así cuando habló por Moisés y cuando habló las plagas cada una en su tiempo, vinieron esas plagas, era lo mismo: Dios hablando, Dios hablando por medio de un hombre descendiente de la tribu de Leví.
Y ahora, recuerden que la Trompeta Final o Gran Voz de Trompeta, es la que trae esa revelación y la que en este tiempo final nos estaría dando la fe, la revelación para ser transformados e irnos con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, estaría dándonos la revelación de la Venida de Cristo a Su Iglesia en el tiempo final en el cual ya estamos viviendo, tiempo final para la Iglesia; pero para el mundo el tiempo final, pues son los tres años y medio de la gran tribulación.
Y ahora, adelante trabajando en la obra misionera y trabajando también en pro de todo aquello que Dios ha prometido, trabajando en todo aquello que va a contribuir para que se cumpla lo que Dios prometió.
Si Dios habló de tal cosa que va a aparecer, pues en todo aquello que tiene que ver con eso que va acontecer, entonces trabajemos. Si Dios ha dicho que va a venir una Tercera Etapa y que será en una carpa o auditorio o carpa-catedral o una catedral, entonces trabajemos en eso también.
Si Dios ha dicho por medio del reverendo William Branham que cuando los judíos vean a Cristo viniendo, ellos dirán: “Este es el que nosotros estamos esperando”. Pero Él dirá: “Oh, pero Él no vendrá por ellos (por los judíos), sino que vendrá por Su Iglesia Novia”. Pero ellos lo van a ver, ¿dónde? En medio de Su Iglesia viniendo por Su Iglesia, eso está en la página 57 y 59 del libro de: Los Sellos, y también en la página 2A, verso 11 y 2A, verso 15 del libro de Citas.
La Voz de Cristo será la Voz de los Siete Truenos de Apocalipsis 10, que le hablan a Su Iglesia y le dan la fe, la revelación para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
Por eso la Iglesia en el llamado que recibe el fin, en este tiempo final, sube más arriba, no se queda ni en la quinta, ni en la sexta, ni en la séptima edad, sino que sube a la Edad de la Piedra Angular, sube a la edad que está bajo el número ocho, y el ocho representa eternidad, sube para recibir la fe para ser transformada y entrar a eternidad físicamente al recibir el cuerpo eterno y glorificado.
Y la Iglesia sube a la edad eterna para el Cuerpo Místico de Cristo entonces ser adoptado, Su Iglesia, ser adoptada Su Iglesia y por consiguiente obtener la vida eterna física, porque luego ha estado recibiendo la vida eterna espiritual: vida eterna para el alma y el espíritu, pero para el cuerpo será para este tiempo final.
Por lo tanto, adelante sirviendo a Cristo con todo vuestro corazón; y nos veremos mañana Dios mediante en la actividad de la mañana, pues mañana es ¿qué día? El primer día de la semana: domingo, que cae en el día número ocho, porque el séptimo es el sábado, y el día número ocho es el domingo que también es el día primero de la semana, donde se regresa al número uno, se regresa a donde se comenzó, y todo comenzó allá al principio, y regresa al principio y por consiguiente a vida eterna física.
Estén al tanto a través de internet o del satélite y a través de las comunicaciones que se transmiten, porque estamos ya en las últimas horas, estamos ya en una etapa en donde de un momento a otro los judíos dirán: “Esto es lo que por años estábamos buscando”.
Con lo que habló el doctor Salomón Cunha acerca del parlamentario que estuvo en el Brasil y también en Uruguay, con eso que él dijo, que con tres años era suficiente, yo creo que eso nos da una idea de la expectativa en que ellos están, y de lo que ellos saben y que no se lo han dicho al cristianismo. Ellos tienen unas fechas en las cuales ellos esperan el cumplimiento de lo que Dios les prometió.
Así que, adelante sirviendo a Cristo, y con nuestros ojos abiertos y con nuestras cabezas levantadas al Cielo, a las cosas de Dios.
Que Dios les bendiga y les guarde, y hasta mañana Dios mediante; y dejo con ustedes al doctor Salomón Cunha que fue el que me entregó, para que él concluya nuestra parte pasándola al reverendo Andrés Cruz Gallego.
Bueno, que Dios les bendiga y les guarde a todos.
“EL TIEMPO DEL FIN”.