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El año nuevo judío 2007-09-12 1 Bogotá D.C. Cundinamarca CO 00:00:00 false

Mi cordial saludo para el reverendísimo Obispo de la Iglesia Anglicana, Francisco Duque, y su esposa, la doctora Blanca Lucía Echevarría; y también para todas las autoridades eclesiásticas presentes, para las autoridades políticas, autoridades académicas, autoridades de la rama judicial y del ministerio público; y para los abogados litigantes y demás autoridades civiles; para cada uno de ustedes amados amigos y hermanos presentes. Y que las bendiciones del Dios Altísimo Creador de los Cielos y de la Tierra, sean sobre todos ustedes.

Para esta noche hemos de leer un pasaje muy importante que tiene que ver con lo que el pueblo judío está celebrando en esta noche (o que comenzó hoy y continúa mañana), lo cual es el año nuevo. Dice en Levítico, capítulo 23, versos 23 al 25:

Y habló Jehová a Moisés, diciendo:

Habla a los hijos de Israel y diles: En el mes séptimo, al primero del mes tendréis día de reposo, una conmemoración al son de trompetas, y una santa convocación.

Ningún trabajo de siervos haréis; y ofreceréis ofrenda encendida a Jehová.”

En este pasaje está basado el año nuevo judío, el cual comenzó hoy en la tarde y continúa mañana.

EL AÑO NUEVO JUDÍO.”

Si observamos las fiestas judías o hebreas, las grandes fiestas o altas fiestas, encontraremos que tienen siete fiestas muy importantes, las cuales están contenidas en el capítulo 23 de Levítico, ahí tenemos la Fiesta de la Pascua, la de los panes, la de la gavilla mecida, la Fiesta de Pentecostés, también tenemos la Fiesta de las Trompetas y también tenemos la Fiesta de la Expiación, y luego la Fiesta de los Tabernáculos o Cabañas.

Si estudiamos bien estas fiestas, veremos que son fiestas que conmemoran eventos pasados pero que también son proféticas; y la parte profética es la más importante, ya que en el pueblo hebreo se reflejó lo que sucedería en el Programa Divino.

Por ejemplo, Israel es la Iglesia de Dios del Antiguo Testamento, los sacados fuera de Egipto, de la esclavitud allá; y la Iglesia del Nuevo Testamento es la Iglesia del Señor Jesucristo, los sacados fuera del reino de las tinieblas y colocados en el Reino de Jesucristo, el Hijo de Dios.

Así que, podemos ver un paralelo entre el cristianismo y el judaísmo, y por consiguiente las fiestas judías tienen un significado profético para el cristianismo; por ejemplo la Fiesta de la Pascua, esa fiesta conmemora el sacrificio del cordero pascual que efectuó cada familia allá en Egipto, cada familia hebrea para la preservación de la vida de cada primogénito de ellos. O sea, cada familia ofrecía ese cordero pascual de un año sin defecto en la víspera de la Pascua, y colocaban la sangre sobre el dintel y los postes de la puerta del hogar de cada familia hebrea, y eso aseguraba la vida de cada primogénito en esa familia. La muerte pasaría, pero no entraría a ese hogar porque allí estaba la sangre.

Los egipcios no tenían esa revelación divina; por eso es tan importante tener la revelación divina del Programa de Dios para el tiempo en que la persona está viviendo.

Ahora, los egipcios tenían su religión y aun podían tener muchas religiones, pero no tenían la revelación divina de cómo el primogénito de cada familia escapar de la muerte, solamente la tenía Israel, y la recibió de Dios por medio del Ángel de Dios, el Ángel del Pacto, que es el Espíritu Santo, Cristo en Su cuerpo angelical, el cual le apareció a Moisés y le dio a conocer cómo tenían que hacer para que no muriera el primogénito de cada familia hebrea. O sea, que vino esa revelación de Dios por medio del Espíritu Santo, el Ángel del Pacto, a través del Profeta Moisés. Así lo hicieron y funcionó, porque todo el Programa Divino funciona en el tiempo correspondiente para ser puesto en acción.

Y ahora, ese cordero de un año que sacrificaron ellos, el cordero pascual, viene a ser tipo y figura del Mesías Príncipe que vendría y moriría por todos los primogénitos escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero.

Esa fiesta el pueblo hebreo la tendría como un memorial, hablaba de lo que pasó, sucedió en el pasado, pero también proféticamente estaba señalando lo que sucedería con la Venida del Mesías.

Las profecías mesiánicas allá en el tiempo del Antiguo Testamento no eran comprendidas completamente, porque la Venida del Mesías todo parecía que sería una sola; no podían hacer la diferencia entre la Venida del Mesías como el Sacrificio de Expiación por el pecado del pueblo, y luego la Venida del Mesías como Rey para tomar el Reino y establecer así el Reino de Dios en la Tierra, que será la restauración del Reino de David; o sea, que la Venida del Señor tiene dos partes muy importantes. Para la Primera Venida la profecía de Isaías, capítulo 53, lo presenta como oveja que sería llevada al matadero. Esa profecía habla del Mesías como Sacrificio o el Sacrificio de Expiación.

En el capítulo 53, verso 10, dice (de Isaías):

Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.

Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.”

Aquí la Venida del Mesías como Cordero está señalado como Sacrificio de Expiación, y por esa causa cuando Jesucristo hablaba de Su muerte, Sus discípulos no podían comprender, porque ellos esperaban la Venida del Mesías como Rey para tomar el Reino, vencer al imperio romano que estaba en las piernas de hierro, pero conforme a la profecía de Daniel el imperio o reino de los gentiles sería quitado en la etapa de los pies de hierro y de barro cocido, no en la etapa de las piernas de hierro.

Y ahora, en ese tiempo de las piernas de hierro, vean, fue el imperio romano el que crucificó a Cristo a petición de los líderes religiosos del pueblo hebreo que no comprendieron lo que estaba sucediendo en el Programa de Dios, fueron cegados; y gracias a Dios por eso, porque al entregar a Cristo para ser crucificado, fue dado al ser humano, a la familia humana el Sacrificio de Expiación por sus pecados.

Por eso Cristo hablaba de que tenía que poner Su vida y luego volverla a tomar, y dice: “Ese mandamiento recibí de mi Padre.” O sea, que Él sabía la misión para la cual Él vino.

Y ahora, cuando Juan el Bautista aparece en la escena, conforme a Malaquías, capítulo 3, donde dice [verso 1]: “He aquí, envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí.” Y luego dice: “Y vendrá a su Templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el Ángel del Pacto a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho el Señor.”

Entonces aparece Juan el Bautista y no saben quién es ese hombre que viene predicando, pero era el Mensajero prometido, y viene anunciando que después de él viene uno del cual él no es digno de desatar la correa de su calzado, y él dice: “Entre vosotros está uno, está ese hombre.” Y luego cuando lo ve dice: “Éste es el hombre, he aquí el Cordero de Dios, el cual quita el pecado del mundo.”

Y ahora, lo presenta para quitar el pecado del mundo, y por consiguiente lo presenta como el Cordero pascual y a la misma vez el Sacrificio de Expiación por el ser humano; por lo tanto, lo presenta como el Cordero pascual para la protección, sobrevivencia de los Primogénitos escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero.

Por eso, cuando Cristo en la última cena está hablando con Sus discípulos, Él les dice algo que ellos no podían comprender, pero Cristo era el único que lo entendía y había venido para ese propósito. Dice capítulo 26, verso 26 en adelante [San Mateo]:

Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió , y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo.

Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos;

porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados.”

Revelación grande la que está dando aquí; y ahora, está hablando de un nuevo Pacto, y la Sangre del nuevo Pacto será la Sangre de Jesucristo que será derramada. San Pablo en el capítulo 5, verso 7 de Primera de Corintios, dice: “Porque nuestra Pascua, la cual es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.”

Y ahora, queda identificado Cristo muriendo como nuestra pascua, o sea, que la Fiesta de la Pascua que era un memorial en donde recordaban aquel cordero pascual que habían sacrificado por cada primogénito, ahora, en el campo profético se cumple en Cristo, o sea, que esa Fiesta de la Pascua tenía un doble significado: el histórico y el profético, y juntando los dos, ahí tenemos una enseñanza maravillosa.

Los primogénitos escritos en el Cielo son los hijos e hijas de Dios que vendrían a formar la Iglesia del Señor Jesucristo y que serían restaurados a la Vida eterna.

Y ahora, así como esa fiesta tenía la parte histórica y la parte profética, así también encontramos las otras fiestas.

Y ahora, tenemos la Fiesta de los panes sin levadura; y luego tenemos la Fiesta de la gavilla mecida, que representa la resurrección de Jesucristo, esa tercera fiesta. Vean cómo se van cumpliendo esas fiestas.

Luego viene la Fiesta de Pentecostés, luego de cuarenta y nueve días, luego el día cincuenta que es pentecostés (porque cincuenta es pentecostés), viene el Espíritu Santo, y allí es formada o creada la Iglesia del Señor Jesucristo con ciento veinte creyentes que estaban allí, y ahí ese mismo día siguió creciendo la Iglesia con todos los que bajo la predicación de Pedro creyeron y fueron bautizados y recibieron allí la bendición de ser añadidos a la Iglesia de Jesucristo.

Ese Día de Pentecostés trajo la bendición de la Venida del Espíritu Santo, que es Cristo viniendo en Espíritu Santo, pues Él dijo: “Yo estaré con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.” ¿Cómo estaría? En Espíritu Santo, en palabras más claras: el Ángel de Jehová o Ángel del Pacto, que es el Espíritu Santo.

Y ahora, esa fiesta también fue cumplida, y de ahí en adelante encontramos que han continuado siendo añadidos a la Iglesia de Jesucristo millones de seres humanos, esa es la Iglesia del Nuevo Testamento bajo el nuevo Pacto, y tiene la Sangre del nuevo Pacto, que es la Sangre de Jesucristo nuestro Salvador.

En todos estos siglos, unos dos mil años que han transcurrido de Cristo hacia acá, Israel como nación ha estado ciego (o ciega); la nación hebrea ha estado ciega porque Dios ha estado tratando con los gentiles. Pero San Pablo dice en Romanos, capítulo 11: “Cuando haya entrado la plenitud de los gentiles, entonces todo Israel será salvo.” O sea, Dios volverá a tratar con Israel, ya está en su tierra como una nación libre y soberana, o sea, los huesos se juntaron cada hueso con su hueso y allí están, pero les falta el Espíritu de Dios que regrese a ellos, y va a regresar.

Conforme a Ezequiel, capítulo 37, va a regresar el Espíritu de Dios, va a entrar a Israel, como estuvo en medio de Israel a través de los Profetas, e Israel volverá a ser restaurada, volverá el Reino de Dios, será restaurado el Reino de David y el Trono de David será ocupado por el Mesías Príncipe, el cual Israel está esperando: no ha comprendido lo que fue la Primera Venida del Mesías. Si lo hubiera comprendido cuando estuvo en la Tierra, hubiera comenzado el Reino allá y los gentiles no recibirían la bendición de salvación, la predicación del Evangelio de Cristo, no tendrían el Sacrificio de Expiación por el pecado.

Ahora, San Pablo dice que Dios cegó a Israel, y si lo cegó, solamente Dios le puede abrir los ojos; es también así con los gentiles, solamente Dios le puede abrir los ojos espirituales a una persona para que crea en Cristo y lo reciba como único y suficiente Salvador, eso es una obra de Dios por medio del Espíritu Santo.

Y ahora, nos encontramos cerca de la materialización del día de año nuevo judío. Todavía es celebrado por Israel, pero pronto va a ser materializado esa Fiesta de la Trompeta o de las Trompetas, será la gran fiesta prometida para la Iglesia y para Israel (esto es con Israel, pero por cuando Dios está tratando todavía con los gentiles, la Iglesia va a escuchar algo de esa fiesta).

En la Fiesta de las Trompetas, que es el año nuevo judío, se conmemora la creación del hombre que fue en el sexto día, y también nos habla de la coronación del Rey.

Todo eso está para la Fiesta de las Trompetas cuando se materialice, y esa Trompeta sonando está en la Escritura, el cristianismo tiene la promesa de una Trompeta final, una gran Voz de Trompeta e Israel también; en Isaías 27, verso 13 dice que se tocará con gran Trompeta y vendrán.

Vamos a ver cómo lo dice aquí, capítulo 27... esta es una Biblia de estudio, por eso ustedes ven que tiene cintas y tiene papelitos y está muy marcada, pero estamos también en un estudio, estudiando el año o el día de año nuevo judío. Dice capítulo 27, verso 12 al 13:

Acontecerá en aquel día, que trillará Jehová desde el río Eufrates hasta el torrente de Egipto, y vosotros, hijos de Israel, seréis reunidos uno a uno.

Acontecerá también en aquel día, que se tocará con gran trompeta, y vendrán los que habían sido esparcidos en la tierra de Asiria, y los que habían sido desterrados a Egipto, y adorarán a Jehová en el monte santo, en Jerusalén.”

Esa gran Trompeta es la que está mencionada en esta Fiesta de las Trompetas de año nuevo judío, esa es la Voz del Mesías.

En Apocalipsis, capítulo 11, nos habla de la Séptima Trompeta, y cuando nos habla de esa Séptima Trompeta, nos dice lo que estará sucediendo en ese tiempo. Capítulo 11, verso 15 en adelante de Apocalipsis o revelación, dice:

El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos.”

Bajo el sonido de esta Séptima Trompeta hay un mensaje que estará anunciando que los reinos de este mundo habrán llegado a su final; o sea, el reino de los gentiles en la etapa de los pies de hierro y de barro cocido habrá llegado al final, y la piedra no cortada de manos de Daniel, capítulo 2, versos 30 al 45 traerá la restauración del Reino de Dios a la Tierra, esa piedra crecerá y se formará un gran Reino que cubrirá toda la Tierra, porque el reino del Mesías será mundial (por eso es llamado también un Imperio en Isaías, capítulo 9, verso 6 al 7):

Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro señor y de su Cristo, y él reinará por los siglos de los siglos.”

Y sigue aquí señalando todo lo que ha de suceder. Cuando leemos este pasaje y comprendemos que está ligado a esa Fiesta de las Trompetas de Levítico, capítulo 23, verso 24, entonces comprendemos que algo grande en el Programa Divino estará sucediendo para la restauración del Reino de Dios en la Tierra:

Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios en sus tronos...”

¿Quiénes son esos veinticuatro ancianos? Los doce patriarcas y los doce apóstoles, por eso fue que Cristo a Sus apóstoles, les dijo: “Vosotros os sentaréis en doce tronos, y juzgaréis a las doce tribus de Israel:”

... se postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios,

diciendo: Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder, y has reinado.

Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra.

Y el templo de Dios fue abierto en el cielo...”

El Templo de Dios celestial, donde está Cristo como Sumo Sacerdote en la actualidad haciendo intercesión por cada persona que lo recibe como Salvador, ese Templo terminará sus labores de intercesión y Cristo se convertirá en el León de la Tribu de Judá y Juez y Rey:

...y el arca de su pacto se veía en el templo. Y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo.”

Ya ahí no está Cristo como Sumo Sacerdote porque ya habrá terminado la intercesión, ya el tiempo de intercesión no es más, ya habrá entrado hasta el último que entraría a formar parte de la Iglesia del Señor Jesucristo.

Para el tiempo final cuando Cristo termine Su Obra de Intercesión, se levantará del Trono del Padre, tomará el Título de Propiedad que es el Libro sellado con Siete Sellos en Apocalipsis capítulo 5, y el anciano dijo que era el León; ya estará como León, no como Cordero y no como Sumo Sacerdote, sino como León, como Rey.

Él reclamará todo lo que Él ha redimido con Su Sangre, resucitará a los muertos creyentes en Él, y a los vivos creyentes en Él nacidos de nuevo los transformará, y todo eso a la final Trompeta, y eso será el día de la Fiesta de las Trompetas siendo materializado, actualizado, cumplido, lo cual ya fue anunciado que sería cumplido.

Esa es la Final Trompeta, la Trompeta de Dios, será eso la Voz de Dios hablando; primero estará hablando, y ha estado hablando todo el tiempo en medio del cristianismo por medio de Sus diferentes Mensajeros, Sus diferentes ministros, pues son ministros de un nuevo Pacto, son embajadores de Cristo, embajadores del Reino celestial, y por consiguiente son la representación del Reino celestial.

Todo eso está en la Iglesia del Señor Jesucristo, por lo tanto, la Iglesia viene a ser la embajada del Reino celestial, del Reino de Cristo, y para cada tiempo tiene embajadores y personal de la embajada, diferentes ministros y personas que trabajan en esa embajada del Cielo que está colocada aquí en la Tierra.

Y ahora, estamos muy cerca del glorioso momento del sonido de la Trompeta final, la gran Voz de Trompeta de la cual Cristo también dijo en San Mateo, capítulo 24, verso 31:

Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos...”

Va a juntar esa gran Voz de Trompeta a todos esos escogidos hebreos, que serán doce mil de cada tribu conforme a Apocalipsis, capítulo 7, y luego en Apocalipsis, capítulo 14 ya están ahí juntados o recogidos, esa es la forma en que serán recogidos los miembros de las doce tribus de Israel, de esas tribus perdidas, de las diez tribus perdidas: esa es la Voz que estarán escuchando.

Por eso Israel está a la expectativa. No sé si ustedes han estado viendo por internet o por el satélite cómo se está llevando a cabo un intercambio inter-religioso entre judíos y cristianos, y eso va en aumento.

En estos días estábamos con el presidente de este intercambio y de este acercamiento entre judíos y cristianos, es un rabino y también es un parlamentario en Israel; así que algún día ustedes lo van a ver por Colombia y probablemente lo van a ver entre los cristianos también.

Hay un secreto para el establecimiento del Reino de Dios en la Tierra, lo cual será la restauración del Reino de David, y están incluidos los cristianos también, porque entre los cristianos, entre el cristianismo está la mayor parte de las tribus perdidas.

A través de la historia ustedes pueden ver cómo entraron al cristianismo algunos en forma obligatoria y otros voluntariamente, ahí están, la mayoría están entre los cristianos, y la América Latina tiene millones de ellos.

Por lo tanto, van a estar escuchando esa gran Voz de Trompeta que está ahí prometida; y estarán entonces disfrutando de la Fiesta de las Trompetas en este tiempo final, que será la gran Voz de Trompeta o Trompeta final o séptima Trompeta de Apocalipsis 11, verso 15 en adelante, o esa Trompeta de la cual Cristo dijo:

Y enviará Sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos...”

Esos Ángeles son los dos Olivos, los ministerios de Moisés y Elías, en esa Voz de Trompeta estará contenido el mensaje final de Dios para el cristianismo y para el judaísmo

Israel está buscando el Mesías. Más adelante ustedes van a estar viendo más detalles y escuchando más detalles sobre la búsqueda del Mesías por Israel. Ellos no creen en Jesucristo como el Mesías, pues Dios cegó sus ojos, y gracias a Dios por eso, porque se abrió la oportunidad de salvación y Vida eterna entre los gentiles; pero cuando Dios les abra los ojos entonces van a ver la Segunda Venida del Mesías, y luego conocerán la historia de lo que fue la Primera Venida del Mesías; será como la historia de José en Egipto.

La Fiesta de las Trompetas en donde hoy Israel está celebrando año nuevo, es muy importante para Israel y sobre todo en su parte profética; el día y la hora cuando Cristo habla de eso, se refería a ese día y hora de esa Fiesta de las Trompetas en donde la luna tenía que aparecer ya en la tardecita o la noche, y no sabían a qué momento exacto iba a aparecer, nadie sabía, y entonces vino a ser un dicho entre los hebreos.

Y ahora, nadie sabe “el día y la hora” para la Venida del Mesías, refiriéndose a ese día y hora de la Fiesta de las Trompetas, será el tiempo en que esa Fiesta de las Trompetas esté actualizándose, haciéndose una realidad, será en el tiempo en que se está escuchando esa gran Trompeta que estará juntando a los escogidos, esa gran Trompeta que estará sonando el ministerio de Moisés y Elías, el ministerio de los dos Olivos.

Por eso están esperando a Elías, y le tienen una silla preparada; estuvimos en la gran sinagoga en Jerusalén (la principal), y allí nos mostraron una silla en mármol (esa nadie se la lleva), esa es la silla de Elías, allí la tienen, y ellos esperan que él se siente allí.

Y también en la Pascua, también tienen una silla que dejan vacía con una copa de vino, porque esperan que en algún momento Elías aparezca, porque está prometido en Malaquías, capítulo 4, verso 1 al 6. Todo ese capítulo corresponde a este tiempo final.

Ellos están esperando que Elías aparezca, ¿y saben lo que ellos están esperando que él esté anunciando? Que esté anunciando la paz imperecedera. Esa es una de las señales que ellos no dejarán pasar por alto, y algunas otras cositas que no se las voy a decir por ahora, pero que en alguna ocasión se las diré; ellos están esperando a un hombre que aparezca, y aun del Mesías ellos están esperando a un hombre que aparezca, un hombre del tiempo en que aparezca el Mesías.

O sea, si lo estaban esperando hace 500 años, pues es un hombre que viviera en ese tiempo; y si lo están esperando en este tiempo, pues están esperando un hombre de este tiempo, del cual, pues dicen que Él ni sabrá que es el Mesías hasta que sea ungido con esa unción de Mesías.

Todas esas cosas ellos hablan acerca del hombre que ellos están esperando, y que ese es el único que les traerá la paz; por supuesto, pues Isaías dice que es el Príncipe de Paz y que Su Reino y que en Su Reino, estará la paz.

Ellos están esperando entonces lo mismo que está esperando el cristianismo: al Mesías, y parte del cristianismo también está esperando a Elías, porque está prometido ahí que antes que venga el día grande y terrible del Señor, Dios enviará a Elías (eso está en Malaquías, capítulo 4, verso 1 al 6), y el día grande y terrible del Señor trae la gran tribulación, el juicio divino sobre la raza humana.

Algo muy importante en cuanto al año nuevo y esa Fiesta de las Trompetas, es que también es el tiempo o día del juicio divino, tiempo en que Dios traerá el mundo a juicio, de lo cual tanto el judaísmo como el cristianismo ha estado predicando.

Algunas personas dicen o piensan, y algunos comentan: “Por miles de años han estado predicando que viene el juicio final o que viene el juicio divino,” y también han estado diciendo que está cerca la Venida del Señor, y algunos dicen: “Y no ha sido así.”

¿Cuál es la respuesta a una pregunta: Por qué se ha estado esperando por tantos siglos (dos mil años) y no ha venido? Porque Él no puede levantarse del Trono de Intercesión hasta que haya hecho intercesión hasta por el último escogido de Dios escrito en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero, que formará parte de la Iglesia del Señor Jesucristo, por eso ordenó predicar el Evangelio a toda criatura [San Marcos 16: 16]:

El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”

Esa es la forma de traer a la Iglesia los que formarán parte de la Iglesia, y como no se ha completado la Iglesia, Cristo no ha venido porque no se puede perder ninguna persona que formaría parte de la Iglesia del Señor Jesucristo, fue vista por Dios y ordenada por Dios desde antes de la fundación del mundo.

Por lo tanto, tenemos que estar predicando el Evangelio hasta que entre hasta el último que formará parte de la Iglesia del Señor Jesucristo, y hay un número, y Dios es el que lo sabe, mientras tanto nosotros llevamos el Evangelio de Cristo.

¿Cómo sabemos si hay personas que creerán y vendrán a formar parte de la Iglesia? Llevando el mensaje a esos lugares, no hay otra forma de saberlo; por lo tanto, la obra misionera de la Iglesia por dos mil años ha estado trayendo al Redil del Señor millones de seres humanos que vivirán eternamente en el Reino de Cristo.

Y ahora, Israel y el cristianismo están esperando el cumplimiento de la Trompeta final, gran Voz de Trompeta o Trompeta de Dios, la Voz de Dios, la Voz de Cristo hablando en este tiempo final al cristianismo y al judaísmo.

En ese mensaje estará la revelación divina de todo el Programa Divino que se estará llevando a cabo en este tiempo final, para la resurrección de los muertos en Cristo y para la transformación de los vivos creyentes en Cristo, para el arrebatamiento de la Iglesia de Jesucristo para ir a la Cena de las Bodas del Cordero al Cielo, y para la restauración de las tribus perdidas de Israel al pueblo hebreo, y para la restauración del Reino de David.

La única solución permanente para el establecimiento de la paz permanente para la familia humana, será la restauración del Reino de David, ese es el único Reino que tiene promesa de paz permanente, de paz imperecedera, de justicia, de prosperidad y de felicidad para la raza humana.

Con el año nuevo judío cuando sea materializado, tendremos grandes bendiciones para el cristianismo y para los judíos, y las esperanzas del cristianismo y del judaísmo, serán hechas una realidad.

EL AÑO NUEVO JUDÍO.”

Hemos visto tantas cosas que tiene ese año nuevo judío, en donde la Trompeta, esa Fiesta de las Trompetas contiene grandes promesas proféticas para el cristianismo y el judaísmo.

Habrá una unión entre el cristianismo y el judaísmo, porque ambos pueblos: la Iglesia del Antiguo Testamento que es Israel, y la Iglesia del Nuevo Testamento que es el cristianismo, tienen el mismo Dios y tienen grandes promesas, y muchas de ellas son las mismas promesas: el mismo Mesías, la misma trompeta, la misma Gran Voz de Trompeta que es la Voz del Mesías, la Voz de Cristo.

Es importante que antes que Dios comience a tratar con los judíos, los gentiles que escuchan la predicación del Evangelio de Cristo, reciban a Cristo (los que no lo han recibido) para que entren a formar parte de la Iglesia del Señor Jesucristo, antes que Cristo termine Su trabajo de Sumo Sacerdote del Templo celestial según el Orden de Melquisedec.

Cuando Él ya termine esa labor aunque las personas quieran recibir a Cristo, ya no habrá oportunidad; por eso cuando se predica el Evangelio de Cristo, luego nace la fe de Cristo en el alma de las personas, porque la fe viene por el oír la Palabra de Dios; y con la Palabra, la predicación de la Palabra, nace la fe de Cristo en el alma, y con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación, porque la persona tiene libre albedrío, y le corresponde a la persona confesar públicamente a Cristo como su único y suficiente Salvador, para obtener la salvación y Vida eterna.

Por lo cual si hay personas en esta ocasión aquí presentes o a través del satélite Amazonas o de internet, que no han recibido a Cristo todavía y nació la fe de Cristo en estos momentos en su corazón, pueden recibirlo dando testimonio público de su fe en Cristo, para lo cual pueden pasar acá al frente los que están aquí presentes, y los que están en otras naciones pueden también pasar al frente en los lugares donde se encuentran, para que queden incluidos en esta oración que estaré haciendo por ustedes.

Recibir a Cristo como Salvador significa Vida eterna. En la vida todos tenemos que hacer grandes decisiones, pero hay solamente una decisión en la vida de todo ser humano, que es la más grande, y es la única decisión que coloca al ser humano en la Vida eterna y por consiguiente en el Reino de Cristo, y esa decisión es recibir a Cristo como único y suficiente Salvador, no hay otra más grande que esa.

Cristo en una ocasión hablando acerca de creer en Él, dice en San Mateo, capítulo 10, versos 32 al 33:

A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos.

Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos.”

Si le negamos, no podemos esperar que Él nos confiese delante de Dios, del Padre como creyentes en Él, pero si le confesamos como nuestro único y suficiente Salvador, tenemos la seguridad de que Él cumplirá esa promesa: nos confesará delante del Padre celestial como creyentes en Él que lo hemos recibido como Salvador y hemos sido lavados con la Sangre de Jesucristo de todo pecado, hemos sido limpiados de todo pecado con la Sangre de Cristo y por consiguiente hemos sido reconciliados con Dios.

Todavía vienen más personas de camino, por eso estamos esperando unos minutos, también en las demás naciones que están a través del satélite Amazonas o de internet pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo.

Luego de la predicación del Evangelio de Cristo lo más importante es el llamamiento para recibir a Cristo. La meta es que entren al Reino de Dios.

Los niños de diez años en adelante también pueden venir a los Pies de Cristo, Cristo tiene lugar en Su Reino para los niños también.

Vamos ya a orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo, vamos a estar puestos en pie para orar. Vamos a levantar nuestras manos al Cielo, a Cristo, los que están presentes y los que están en otras naciones también, y repitan conmigo esta oración con nuestros ojos cerrados:

Señor Jesucristo, escuché la predicación de Tu Evangelio y nació Tu fe en mi corazón. Señor, creo en Ti de todo corazón, creo en Tu Primera Venida, creo en Tu Nombre, como el único Nombre bajo el Cielo dado a los hombres en que podemos ser salvos; creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el único Sacrificio de Expiación por el pecado.

Señor, creo en Ti, Tú eres mi Sacrificio de Expiación por mis pecados y doy testimonio público de mi fe en Ti. Señor, Te recibo como mi único y suficiente Salvador, mi único y suficiente Redentor; reconozco que soy pecador, y Te ruego perdones mis pecados y con Tu Sangre me limpies de todo pecado, y me bautices con Espíritu Santo y Fuego luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre.

Señor, me rindo a Ti, me entrego a Ti en alma, espíritu y cuerpo, sálvame. Te lo ruego en Tu Nombre eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén.

Con nuestras manos levantadas en alto a Cristo, decimos: ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! Amén.

Cristo les ha recibido en Su Reino por cuanto ustedes lo han recibido como único y suficiente Salvador. Él dijo:

El que creyere y fuere bautizado, será salvo...”

Ustedes me dirán: “Escuché la predicación del Evangelio de Cristo, nació la fe de Cristo en mi alma, creí y lo recibí como mi Salvador, quiero ser bautizado en agua lo más pronto posible. ¿Cuándo me pueden bautizar?” Es la pregunta desde lo profundo de vuestro corazón.

El Día de Pentecostés cuando Pedro predicó, le preguntaron: “¿Qué haremos?” Pedro les dijo: “Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para cuantos están cerca, y para los que están lejos.” Eso está en el capítulo 2 del libro de los Hechos, versos 36 en adelante, y ese día todos los que creyeron fueron bautizados y se añadieron aquel día como tres mil personas.

La meta es, luego de la predicación del Evangelio de Cristo, que crean, sean bautizados, y Cristo los bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en las personas el nuevo nacimiento, y así al nacer de nuevo, que es nacer del Agua: del Evangelio de Cristo, y nacer del Espíritu: del Espíritu Santo, obtengan el nuevo nacimiento, eso es el nuevo nacimiento y automáticamente han nacido en el Reino de Cristo como hijos e hijas de Dios, han nacido como un bebé en el Reino de Cristo.

La meta es que nazcan de nuevo en el Reino de Cristo, no se nace en otro reino, se nace en el Reino de Cristo, se entra al Reino de Cristo por el nuevo nacimiento. Por lo tanto, así como fueron bautizados aquel día como tres mil personas, bien pueden ser bautizados ustedes también. Y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento.

Pregunto aquí al doctor Camilo Montoya si hay agua: hay agua, hay bautisterio, hay ropas bautismales, hay ministros que les bautizarán y personas que les ayudarán a llegar a los vestidores de ropa.

Por lo tanto, bien pueden ser bautizados, y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento, a ustedes aquí presentes y también a los que están en otras naciones, los cuales también pueden ser bautizados en estos momentos.

Y ahora, dejo al doctor Camilo Montoya para que les indique cómo hacer para ser bautizados los que creyeron y recibieron a Cristo como Salvador.

Que Dios les continúe bendiciendo a todos en este día de año nuevo judío, el cual esperamos que también se materialice totalmente y traiga todas las bendiciones que hay para la Iglesia del Señor Jesucristo y para los judíos también. Pasen todos muy buenas noches.

EL AÑO NUEVO JUDÍO.”