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El Árbol y Sus ramas 2007-04-13 1 Cayey PR 00:00:00 false

Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes y todos los que están a través del satélite Amazonas o de internet (o por internet) en diferentes naciones; es un privilegio y bendición grande estar con ustedes en esta ocasión. Para esta ocasión leemos en el Salmo 1, verso 1 en adelante donde nos dice:

Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos,

Ni estuvo en camino de pecadores,

Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;

Sino que en la ley de Jehová está su delicia,

Y en su ley medita de día y de noche.

Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas,

Que da su fruto en su tiempo,

Y su hoja no cae;

Y todo lo que hace, prosperará.”

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

Tomando el verso 3 que dice:

Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas,

Que da su fruto en su tiempo,

Y su hoja no cae;

Y todo lo que hace, prosperará.”

Tomando ese pasaje, nuestro tema será: “EL ÁRBOL Y SUS RAMAS.”

El justo es como “el árbol plantado junto a corrientes de aguas,” nos dice este pasaje.

Y ahora, por cuanto está representado aquí el justo en árboles, los justos representados en árboles; y ahora, tenemos que ver que lo que ocurre en los árboles, también ocurre en las personas, los árboles tipifican personas.

Y ahora, “EL ÁRBOL Y SUS RAMAS,” encontramos que el árbol plantado junto a corrientes de aguas, el árbol como seres humanos son aquellos creyentes en el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, que han escuchado la predicación del Evangelio de Cristo, han creído, han dado testimonio público de su fe en Cristo, han sido bautizados en agua en Su Nombre al recibirlo como único y suficiente Salvador, y Cristo los ha bautizado con Espíritu Santo y Fuego y ha producido en esas personas el nuevo nacimiento.

Y esas personas han nacido a una nueva vida, a la Vida eterna en el Reino eterno de Dios. Dios ha enviado sobre esas personas Su Espíritu, y cuando Él envía Su Espíritu, crea; crea en las personas la vida, es una obra de creación la que se lleva a cabo en esa o esas personas, y por consiguiente nacen en y a una nueva vida.

En el Salmo 104, verso 30, vean lo que nos dice... Salmo 104, verso 30 dice:

Envías tu Espíritu, son creados,

Y renuevas la faz de la tierra.”

Para una creación divina, para Dios realizar una creación ¿qué hace? Envía Su Espíritu, y encontramos que para crear al ser humano envió Su Espíritu y trajo a existencia al ser humano, colocó en Adán el Espíritu y vino a ser alma viviente.

Y ahora, para una nueva creación, la creación de los justos, envía Su Espíritu de edad en edad, en medio del árbol de los justos, del árbol que representa la Iglesia del Señor Jesucristo como Cuerpo Místico de creyentes y también representa a cada individuo creyente en Cristo.

Vean, envía Su Espíritu al individuo y crea una nueva criatura en el Reino de Dios, porque la nueva creación es en el Reino de Dios, Reino que se encuentra en la esfera espiritual.

Y en la Iglesia como Cuerpo Místico de creyentes de etapa en etapa, de edad en edad envía Su Espíritu, el cual es manifestado al enviar Su Mensajero correspondiente a cada edad, y en esa manifestación del Espíritu de Dios, en medio de Su Iglesia en el Mensajero correspondiente a cada edad, trae una nueva creación de seres creyentes en Cristo, los cuales son creados en el Reino de Dios. Y así también la Iglesia de etapa en etapa, recibe por creación divina, una etapa; Su Iglesia va creciendo de etapa en etapa.

Para que haya una creación o se realice una creación, Dios tiene que enviar Su Espíritu. Por eso los creyentes en Cristo nacidos de nuevo son aquellos que han escuchado la predicación del Evangelio de Cristo, ha nacido la fe de Cristo en su alma, han creído y han dado testimonio público de su fe en Cristo recibiéndolo como único y suficiente Salvador, y han sido bautizados en agua en Su Nombre y han recibido el Espíritu de Cristo y por consiguiente han nacido de nuevo, han nacido en esta nueva creación, por medio del Espíritu de Cristo que ha sido enviado de edad en edad a y en seres humanos, que lo han recibido como único y suficiente Salvador.

La Iglesia del Señor Jesucristo ha tenido sus diferentes etapas que vienen a ser sus diferentes ramas, en donde ha nacido el fruto de hijos e hijas de Dios, por eso el Reino de Dios sería quitado de entre los judíos y sería dado a un pueblo que llevaría el fruto de ese Reino, y por consiguiente, vean ustedes, son hijos e hijas de Dios naciendo en el Reino de Dios por medio del nuevo nacimiento que es producido por el Espíritu de Cristo.

Y ahora, las diferentes ramas, tenemos el tiempo de los apóstoles, luego tenemos el tiempo de San Pablo entre los gentiles como primera edad de la Iglesia entre los gentiles, luego tenemos la segunda etapa o edad entre los gentiles también allá en Francia, y así por el estilo en diferentes naciones de Europa se cumplieron cinco etapas de la Iglesia, y luego pasa el Programa Divino de la Iglesia de Jesucristo a Norteamérica donde se cumplió la séptima etapa, otra rama de ese Árbol Novia, de ese Árbol Iglesia del Señor Jesucristo, el Árbol justo y de los justos y el Árbol que está junto a corrientes de aguas, aguas de Vida eterna, las corrientes del Espíritu Santo, la Fuente de la Vida eterna.

Recuerden a Cristo diciendo en una ocasión en San Juan, capítulo 7, versos 37 al 39:

...Si alguno tiene sed, venga a mí y beba...

Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.”

Y ahora, les está hablando de un río de agua de Vida eterna, el cual es el Espíritu Santo, junto a ese río de agua, esas corrientes de agua de Vida eterna es que está la Iglesia del Señor Jesucristo, tiene esas corrientes de agua de Vida eterna fluyendo por ella. Ella está junto a corrientes de agua para llevar Su fruto: hijos e hijas de Dios, en sus ramas, las diferentes ramas de la Iglesia, que son las diferentes etapas o edades por las cuales pasaría la Iglesia.

Ya han transcurrido siete etapas entre los gentiles y una entre los judíos, y para este tiempo final es la rama final que surge del tronco y sus raíces, y Cristo dijo: “Yo soy la raíz y el linaje de David,” por lo tanto, de ahí, de la Raíz y el Linaje de David surge la última rama con el último Mensajero, y de ahí surge la etapa o edad final, que es la Edad de la Piedra Angular, la edad en la cual se efectúa un entrelace y hace el entrelace de los gentiles a los judíos.

Y ahora, así como cada rama tuvo los hijos e hijas de Dios correspondientes a cada edad, o sea, tuvo a los escogidos, los primogénitos, los elegidos, así también la rama de este tiempo final, las demás ramas ya terminaron su tiempo, ya las demás edades terminaron su etapa y murieron.

Ahora, la que estará produciendo el fruto de hijos e hijas de Dios, es la Edad de la Piedra Angular, la edad correspondiente a este tiempo final, y ahí es donde se hace el entrelace de los gentiles con los judíos, en donde la bendición pasará de los gentiles a los judíos, como pasó de los judíos a los gentiles.

Y ahora, estamos en la rama que surge del centro de las raíces, y por consiguiente todo el Programa Divino que se estará desarrollando, tendrá que ver con Cristo como la Raíz y el Linaje de David, tendrá que ver con el Reino de Cristo no solo en lo espiritual sino también en lo físico, y será la etapa en donde la Lluvia Temprana y la Lluvia Tardía estarán cayendo sobre la Iglesia del Señor Jesucristo, para así llevarse a cabo la cosecha de hijos e hijas de Dios, siendo resucitados los muertos en Cristo y los que vivimos siendo transformados.

Con la Lluvia Tardía le es dada la fe de rapto a los hijos e hijas de Dios de este tiempo final, así como con la Lluvia Temprana de la predicación del Evangelio de la Gracia, le ha sido dada a cada creyente en Cristo la fe para obtener la transformación espiritual y por consiguiente obtener así el nuevo nacimiento, nacer como hijos e hijas de Dios en el Reino de Dios, el Reino de Cristo.

Así para la transformación física los escogidos del Día Postrero, recibirán la fe de transformación y rapto, transformación y arrebatamiento para la Iglesia del Señor Jesucristo, por medio de la Lluvia Tardía que es el Evangelio del Reino siendo predicado y dando a conocer los misterios correspondientes al Séptimo Sello.

Y siendo predicado el Evangelio del Reino bajo el ministerio del Día Postrero, la Voz de Cristo estará hablándole a Su Iglesia y también le hablará a los judíos, y por eso verán que se hará una conexión con los judíos, y algunos dirán: “¿Pero cómo podrán hacer esa conexión?” Es que todo el secreto está ahí para la rama del Día Postrero que surge del centro de la Iglesia, del Árbol Novia, y que para este tiempo final traerá o vendrá con la Lluvia Temprana y también con la Lluvia Tardía. O sea, con el Evangelio de la Gracia y con el Evangelio del Reino, con la predicación del secreto, del misterio de la Primera Venida de Cristo, y con la revelación o misterio de la Segunda Venida de Cristo.

Y por consiguiente la Iglesia tendrá no solamente la fe para la transformación espiritual para los creyentes en Cristo, sino también para la transformación física luego que se efectúe la resurrección de los muertos en Cristo, en cuerpos glorificados y entonces seremos transformados. O sea, que la Iglesia tendrá la revelación, la fe de transformación y rapto para los escogidos que estarán en su última rama, en la rama correspondiente a la rama número ocho, y por consiguiente estarán esperando la resurrección de los muertos en Cristo en cuerpos glorificados, y la transformación de nosotros los que vivimos.

Todo eso es porque en la Iglesia del Señor Jesucristo que tiene diferentes ramas, siete ramas que ya han transcurrido y la que corresponde a nuestro tiempo, que es la número ocho, que surge del centro, de las raíces de ese Árbol Novia, y Cristo es la Raíz y el Linaje de David.

Cristo ha estado creando, y por consiguiente por medio del nuevo nacimiento son una creación divina, son una nueva creación, una nueva raza que en el Día Postrero obtendrá su adopción, que será la transformación del cuerpo; esa es la adopción del cuerpo o redención del cuerpo la cual yo estoy esperando, ¿y quién más? Cada uno de ustedes también.

Y ahora, estamos viviendo una etapa muy hermosa en el Programa Divino, en donde los justos que son los creyentes en Cristo, los cuales han sido justificados en y por Cristo, dice: “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de Jesucristo.” Vamos a leerlo para que lo tengamos tal y como fue hablado. Romanos, capítulo 5, verso 1, dice:

Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.

por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.”

Y ahora, para tener paz con Dios, tenemos que ser justificados por la fe. Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio del Mesías, por medio de Jesucristo; para tener Israel y la humanidad, las naciones (la humanidad conformada en naciones), e Israel como una nación, para tener la paz imperecedera, tiene que obtener la justificación por medio de la fe en el Mesías, para tener paz con Dios por medio del Mesías.

La paz para Israel es por medio del Mesías, la paz para la humanidad, la paz imperecedera es por medio del Mesías en el Reino del Mesías, pero mientras llega ese momento en que se establezca ese Reino y traiga la paz para la humanidad, buscamos la paz temporera o temporal porque queremos estar en paz y queremos que nuestra familia tenga paz.

El progreso sin paz no trae felicidad al ser humano, el progreso sin paz no hace feliz a las personas. Por lo tanto, luchamos, trabajamos por la paz del ser humano acá en su alma, por la paz de las naciones, por la paz del Medio Oriente, por la paz de toda la humanidad.

Y por cuanto la promesa es que de Israel, de Jerusalén saldrá la paz para el pueblo hebreo y para todas las naciones, entonces hay que trabajar en el lugar donde Dios ha dicho que dará paz, para que de ahí salga para todos los seres humanos.

Por eso hay que trabajar en el Medio Oriente y también en todas las naciones, para que así la cultura de paz que tendrá el Mesías Príncipe en Su Reino, se refleje en nuestro tiempo, aunque sea en una paz temporera en lo que llega la paz permanente que será dada en el Reino del Mesías.

Por lo tanto, el Árbol, el Árbol Iglesia del Señor Jesucristo, vean ustedes, ha estado dando el fruto, sus frutos para Dios: hijos e hijas de Dios, en la unión de Cristo con Su Iglesia de edad en edad.

Y ahora, nos encontramos en la rama del Día Postrero; cada rama lleva el nombre del Mensajero de su edad, de su rama, y por consiguiente las personas de cada edad llevan también el nombre del Mensajero de cada edad; o sea, han sido conocidos por el nombre del Mensajero correspondiente a su edad.

Y ahora, nos encontramos en el tiempo más glorioso de todos los tiempos, recordando que los miembros de ese Árbol Iglesia de edad en edad, pues llevan el nombre del Mensajero de su edad para su edad, pero cuando se refiere a la dispensación entonces lleva el nombre del Mensajero de la dispensación. Por eso la Iglesia del Señor Jesucristo lleva el Nombre ¿de quién? Del Mensajero de la Dispensación de la Gracia, que es Jesucristo. Tan simple como eso.

Y ahí, pues vamos a detenernos un poco. Es un privilegio y bendición grande ser un miembro de la Iglesia del Señor Jesucristo, que es el Árbol que está junto a corrientes de aguas, de Aguas de vida que es el Espíritu Santo; esas corrientes se mueven en el interior de cada creyente en Cristo y en la Iglesia del Señor Jesucristo como Cuerpo Místico de creyentes de edad en edad.

Para este tiempo, la bendición más grande está señalada para la Iglesia de Jesucristo en la etapa de la edad correspondiente a este tiempo, que viene a ser la edad o etapa octava, y el ocho habla de eternidad.

Con esta etapa se entra a eternidad, algunos sin darse cuenta, pero entrarán a eternidad; por eso esta etapa es la única que tiene la promesa de una adopción o redención del cuerpo o transformación para los creyentes en Cristo.

Las demás edades no podían esperar la transformación, sino que tenían que dormir para luego ser resucitados, todavía no han resucitado pero van a resucitar. Y nosotros todavía no estamos transformados físicamente, pero vamos a ser transformados.

La transformación primera en lo espiritual, luego la transformación física que estamos esperando para todos ser a imagen y semejanza de Jesucristo nuestro Salvador. Hemos visto el Árbol, el Árbol Iglesia y sus siete ramas: las siete edades de la Iglesia entre los gentiles y aun ocho ramas contando la nuestra: Edad de la Piedra Angular, que no pertenece a las siete ramas pasadas.

Por eso esta edad correspondiente a este tiempo es diferente a las demás etapas, pero esta edad fue reflejada en las demás etapas, también su mensaje es diferente a las demás etapas, porque las demás etapas solamente tenían el mensaje del Evangelio de la Gracia que es la Lluvia Temprana, esta etapa final tiene la Lluvia Temprana y la Lluvia Tardía, el Evangelio de la Gracia y el Evangelio del Reino, esta etapa también le corresponde un Mensajero diferente a los demás, las demás edades tenían un Mensajero de edad.

La edad o etapa correspondiente a este tiempo, tendrá un Mensajero dispensacional, y por consiguiente tendrá un mensaje dispensacional que es el Evangelio del Reino, no puede traer un mensaje dispensacional un Mensajero que no sea dispensacional.

Y ahora, viendo todas las bendiciones que hay para la Iglesia de Jesucristo en este tiempo, le damos gracias a Dios por habernos elegido desde antes de la fundación del mundo para vivir en este tiempo final, el tiempo más glorioso de todos los tiempos, el tiempo para la adopción de todos los hijos e hijas de Dios, para lo cual yo me estoy preparando o Dios me está preparando, ¿y quién más? Cada uno de ustedes también.

Si hay alguna persona que todavía no ha recibido a Cristo como Salvador, Dios lo está llamando en esta ocasión, para lo cual vamos a dar unos minutos para que tenga la oportunidad de pasar al frente y dar testimonio público de su fe en Cristo, recibiéndole como único y suficiente Salvador.

Los que están en otras naciones también pueden venir a los Pies de Cristo si no lo han hecho todavía, yo estaré orando por ustedes para que Cristo les reciba en Su Reino.

Vamos a estar puestos en pie y los presentes y los que están en otras naciones, los que todavía no han recibido a Cristo pueden pasar al frente, los que están aquí presentes y los que están en otras naciones también pueden pasar al frente, pues hay lugar en donde ustedes se encuentran en diferentes naciones para que puedan pasar al frente, para dar testimonio público de vuestra fe en Cristo.

Si hay alguna persona aquí presente, puede venir a los Pies de Cristo, en todas las demás naciones también pueden venir a los Pies de Cristo, y los niños de diez años en adelante también pueden venir a los Pies de Cristo.

Vamos a levantar nuestras manos a Cristo al Cielo, para orar por las personas que en diferentes naciones han venido a los Pies de Cristo. Si falta alguno aquí por venir, puede venir a los Pies de Cristo. Con nuestras manos levantadas al Cielo a Cristo, repitan conmigo esta oración:

Señor Jesucristo, vengo a Ti habiendo escuchado la predicación de Tu Evangelio, nació Tu fe en mi corazón, creo en Ti de todo corazón, creo en Tu Nombre como el único Nombre bajo el Cielo dado a los hombres en que podemos ser salvos. Creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el único Sacrificio de Expiación por mis pecados y por los de todo ser humano, creo Señor en Ti, creo que Tu eres mi único y suficiente Salvador, Tú eres mi Redentor, por lo cual doy testimonio público de mi fe en Ti y Te recibo como mi único y suficiente Salvador.

Señor, Te ruego tengas misericordia de mi, reconozco que soy pecador y necesito un Salvador. Señor, me rindo a Ti en alma, espíritu y cuerpo, sálvame Señor, perdona mis pecados y con Tu Sangre límpiame de todo pecado y bautízame con Espíritu Santo y Fuego luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre.

Señor, quiero nacer en Tu Reino, quiero nacer a la Vida eterna, quiero vivir Contigo por toda la eternidad, sálvame Señor. Te lo ruego en Tu Nombre eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén.

Y ahora, con nuestras manos levantadas a Cristo al Cielo, todos decimos: ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! Amén y amén.

Y ahora, Cristo les ha recibido en Su Reino a los que lo han recibido como Salvador en los diferentes países, y me preguntarán: “¿Cuándo me pueden bautizar?” Por cuanto ustedes han creído en Cristo de todo corazón, bien pueden ser bautizados en agua en estos momentos. Y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento, y nos continuaremos viendo por toda la eternidad.

En donde ustedes se encuentran hay bautisterio, hay ropas bautismales, hay vestidores de ropa también, hay ministros que les bautizarán y hay personas también que las ayudarán para llegar a los vestidores de ropa.

Por lo tanto, bien pueden ser bautizados en agua en estos momentos. Y que Dios les bendiga y los bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento.

Nos veremos el próximo domingo Dios mediante en este mismo lugar, y se estará transmitiendo por el satélite Amazonas, y luego de la actividad de la mañana habrá también actividad de AMISRAEL a la cual todos hemos sido invitados.

Así es que, Dios les continúe bendiciendo a todos, y nos veremos el próximo domingo Dios mediante en este mismo lugar.

Oren mucho por mí, para que Dios me dé todo lo que debo hablar el próximo domingo.

Que Dios les continúe bendiciendo a todos. Dejo al reverendo José Benjamín Pérez para continuar.

Dios les bendiga y les guarde a todos.

EL ÁRBOL Y SUS RAMAS.”