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Los tres éxodos 2007-01-05 1 Goiânia Goiás BR 00:00:00 false

Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes y los que están a través de internet o del satélite Amazonas en diferentes naciones. Que las bendiciones del Ángel del Pacto, sean sobre cada uno de ustedes. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.

Para esta ocasión leemos en el Génesis, capítulo 15, versos 12 en adelante, donde dice:

Mas a la caída del sol sobrecogió el sueño a Abram, y he aquí que el temor de una grande oscuridad cayó sobre él.

Entonces Jehová dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años.

Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza.

Y tú vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez.

Y en la cuarta generación volverán acá; porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí.”

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

Nuestro tema es: “LOS TRES ÉXODOS.”

A través de la Escritura, lo cual le fue hablado a Abraham, encontramos la profecía de lo que sería y sucedería con la descendencia de Abraham; y aún Abraham no tenía un hijo a través de su esposa Sara, pero ya Dios le está hablando de lo que le va a suceder a la descendencia de Abraham que vendrá a través del hijo prometido.

Y ahora, encontramos que la descendencia de Abraham estaría cautiva sirviendo a otro pueblo, a otra nación, pero luego Dios los libertaría, estarían esclavizados 400 años. En los días de José no estaban esclavizados, estaban muy bien, pero luego que murió José vino la esclavitud para el pueblo hebreo; por eso nos dice la Escritura que 400 años después de la esclavitud de la descendencia de Abraham, Dios los libertaría, castigaría también a la nación que los tendría cautivos, y los llevaría a la tierra prometida (la tierra que Dios le prometió a Abraham).

Por cuanto todo el planeta Tierra es de Dios juntamente con todo el sistema solar y todas las galaxias también, pues Dios le puede dar a una persona o a una nación, un terreno, un pedazo de Tierra o un continente completo, o el planeta Tierra completo.

El dueño del planeta Tierra es Dios, y Dios creó el planeta Tierra y también el Universo completo por medio del Verbo que era con Dios y era Dios y era la Luz de los hombres, el cual se hizo carne y habitó en medio de los seres humanos; en palabras más claras, Dios creó todas las cosas por medio del Ángel del Pacto, que es Cristo, el Verbo en Su cuerpo angelical, y lo creó todo por medio de Él, ¿y para quién? Para Él.

Y ahora, podemos ver que el que trabaja con Dios, está trabajando para sí mismo. También cuando trabajamos con Dios en Su Obra, luego Dios nos colocará en una posición importante en Su Reino, porque hemos trabajado con Él, recordando siempre la parábola de las minas y de los talentos.

Al que le quitó talento fue al que no hizo nada, pero el que trabajó con esos talentos o con esas minas (recuerden que las dos son monedas), vean ustedes, todo lo que ganó le fue dejado a la persona, y no solamente eso, sino que el que trabajó mucho, le fue añadido un talento más.

El talento que le es quitado a una persona, le es dado a una persona que esté trabajando mucho, no a uno que esté trabajando poco.

Recuerden que la parábola dice que los siervos dijeron cuando Él dijo: “Dad ese talento al que tiene diez talentos,” le dijeron: “¡Pero tiene diez talentos!” Él dijo: “Al que tiene le será dado más.” O sea, que el que tiene, tiene la promesa de recibir más; el que no tiene (o sea, aquel que no trabajó con lo que Dios le dio para el Reino de Dios), le será quitado todo lo que tiene, y le será dado al que tiene más.

También lo veremos en esta Tierra en todos los seres humanos que creen que tienen algo, pero todo le pertenece a Dios. Dios le ha dado al ser humano talentos, minas, algo con lo cual trabajar en el Reino de Dios; pero algunas veces hay personas que creen que todo es de ellos y no se dan cuenta que todo es de Dios, y la misma persona es de Dios, y por eso Dios puede hacer con la persona lo que Él quiera hacer.

Y ahora, encontramos que todas las personas que no se ocupan de las cosas de Dios, perderán todo y le será dado a aquellos que sirven a Dios. “No temáis manada pequeña, porque al Padre le ha placido daros el Reino,” eso dijo Cristo.

Y ahora, todas las personas que no se han ocupado o preocupado por buscar el Reino de Dios, para entrar al Reino de Dios y obtener la Vida eterna y venir a ser herederos de Dios y coherederos con Cristo, sucederá con ellos que dejarán de existir; pero los que han servido a Dios vivirán eternamente con Cristo en Su Reino.

Algunas personas dirán: “Todos mueren,” pero no todos van a resucitar en cuerpos glorificados, esos que van a resucitar en cuerpos glorificados van a reinar con Cristo como Reyes, como Sacerdotes y como Jueces, o sea, que pertenecerán a la esfera más alta del Reino del Mesías, serán con Cristo co-iguales. Serán Reyes porque Cristo es el Rey máximo, el Rey de reyes y Señor de señores; serán también Sacerdotes porque Cristo es el Sumo Sacerdote del Templo celestial, y esos escogidos pertenecen a ese Orden celestial sacerdotal de Melquisedec; y también son Jueces porque Cristo es el Juez, porque Dios lo ha colocado como Juez de los vivos y de los muertos, y Cristo ha colocado a Su Iglesia, a todos los creyentes en Él como Jueces. “Los santos juzgarán al mundo y aun a los Ángeles,” dice San Pablo en Primera de Corintios, y por consiguiente pertenecen a ese Orden Judicial del Cielo.

Pero esto no lo han comprendido los seres humanos, y por cuanto no han comprendido esto piensan que los creyentes en Cristo es un grupo de fanáticos, pero es el grupo de personas más inteligentes que pasan por este planeta Tierra. Por lo tanto, es el grupo al cual le es dado el poder en ese Reino del Mesías, es el grupo que tendrá el poder con Cristo, coherederos de ese poder judicial, del poder sacerdotal también y del poder político también.

Por lo tanto, ése es el grupo que pasaría también por diferentes etapas, como pasó el pueblo hebreo, la descendencia terrenal de Abraham. (Lo que les cité de que los santos juzgarán al mundo, es en Primera de Corintios, capítulo 6, versos 2 en adelante).

Y ahora, podemos ver que hay un Orden en el Cielo, en la Ciudad de nuestro Dios: la nueva Jerusalén, que está en otra dimensión, y hay un Templo, y el Mesías Príncipe está en ese Templo celestial y está en ese Reino celestial, se sentó en el Trono de Dios. Él dice en Apocalipsis, capítulo 3, versos 20 al 21:

Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.”

Así como Cristo venció y se sentó con el Padre celestial en el Trono celestial, y luego dijo en el capítulo 28, versos 16 al 20 de San Mateo:

Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.” El que tiene el poder siempre es el que está sentado en el Trono.

Y ahora, en esa misma forma Jesucristo va a ser en la Tierra en Su Reino: con Él va a sentar al vencedor, va a hacer en la misma forma. Por eso es que en Apocalipsis, capítulo 2, versos 26 al 28, dice:

Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones,

y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre.”

En la misma forma que Jesucristo recibió del Padre autoridad sobre todas las naciones y sobre el Universo entero, Cristo dará autoridad al vencedor, al cual sentará con Él en Su Trono. Para tener esa autoridad sobre todas las naciones, tiene que sentarse con Cristo en Su Trono, porque el poder está en el Trono.

Y ahora, ¿cuál es el Trono de Cristo? El Trono de David, ese es el Trono terrenal del Mesías; el Trono celestial es el Trono del Padre, el Trono terrenal es el Trono de Cristo, el cual es llamado el Trono de David, y el Reino terrenal es llamado el Reino de David, el cual será restaurado por el Mesías Príncipe.

Y ahora, así como hubo un Éxodo para el pueblo ser llevado de Egipto por el desierto a la tierra prometida, vean ustedes, fue sacado del reino o imperio del faraón, que representa el reino de las tinieblas encabezado por el maligno, el cual es llamado diablo o Satanás.

Y ahora, podemos ver reflejándose allí, lo que serán las dos etapas que vendrán en los otros dos Éxodos que han de venir. Vean ustedes, el pueblo fue sacado del reino o imperio del faraón en Egipto, y fue llevado a la tierra prometida donde estaría establecido el Reino de Dios.

Por esa causa es que Dios llamó el Reino de David y el Trono de David: el Reino de Dios y Trono de Dios en la Tierra. Por lo tanto, David es tipo y figura del Mesías, y también el rey Salomón, por eso es llamado “Hijo de David.”

Y ahora, hemos visto que Dios reinó por medio del rey David y por medio del rey Salomón, usando esos velos de carne; por lo tanto, esos reyes estaban reinando para Dios.

Luego encontramos... eso fue para el primer Éxodo, los libertó en el primer Éxodo y los llevó para el establecimiento del Reino de Dios en la Tierra, que estaba ocupada por gentiles, pero Dios se la había prometido a Abraham y se la había dado a Abraham. Aunque no la poseyó él, pero la iba a poseer las descendencia de Abraham, cuando la iniquidad de los gentiles, de los amorreos estuviera cumplida.

Y ahora, luego el segundo Éxodo vendría, para lo cual vendría una liberación. En el primer Éxodo hubo un hombre siendo el instrumento de Dios, un Mensajero dispensacional. La Dispensación de la Ley fue la Dispensación del Padre.

Y ahora, cada Éxodo trae al pueblo a una nueva dispensación, con un Mensajero nuevo dispensacional y por consiguiente con un mensaje nuevo dispensacional.

La Dispensación de la Ley vino con el primer Éxodo y el Mensajero: Moisés, Mensajero dispensacional. Dios solamente tiene siete Profetas dispensacionales, aunque tiene muchos Profetas para edades.

Ahora, la segunda dispensación, o digamos el segundo Éxodo que corresponde a esa segunda etapa de esos Éxodos o tres últimos Éxodos y tres últimas dispensaciones. La Dispensación de la Ley, recuerden, es la quinta dispensación, y vino con ese primer Éxodo de esos tres Éxodos finales para esas tres dispensaciones finales. Un Mensajero dispensacional es mayor que un Mensajero de una edad.

Y ahora, para el segundo Éxodo Dios va a libertar a Su pueblo, toda alma de Dios la va a libertar del reino de las tinieblas y por consiguiente del faraón del reino de las tinieblas que es el diablo o Satanás, para lo cual Dios envió a Jesucristo al mundo, y a través de Jesucristo llevó a cabo el segundo Éxodo, sacándolos del reino de las tinieblas y colocándolos en el Reino de Dios y por consiguiente colocándolos con el bautismo del Espíritu Santo.

Y todavía ha estado libertando personas y colocándolas en Su Reino, donde Jesucristo gobierna la vida de todas esas personas que creen en Él, han sido bautizados en agua en Su Nombre, y han recibido Su Espíritu Santo y han obtenido el nuevo nacimiento, y por consiguiente han entrado a Su Reino que está en la esfera espiritual. Luego el tercer Éxodo para este tiempo final.

Ahora vean, para cada Éxodo hay un mensaje dispensacional, ese mensaje cubrirá toda la dispensación correspondiente a ese tiempo.

Y ahora, encontramos que el mensaje del segundo Éxodo, de esos tres Éxodos finales, es el mensaje del Evangelio de la Gracia; luego viene el tercer Éxodo con un mensaje: el mensaje del Evangelio del Reino, con un Mensajero dispensacional a través del cual el Espíritu Santo estará manifestándose y hablándonos de un Éxodo para este tiempo final, un tercer Éxodo en donde Dios por medio del Espíritu Santo en Su manifestación final, libertará a todos Sus hijos, los sacará del reino de las tinieblas en la etapa de los pies de hierro y de barro cocido de la estatua que vio el rey Nabucodonosor, y los colocará en Su Reino físico: el Reino de Dios que va a ser establecido en este planeta Tierra. Habrá un mensaje y un grupo de creyentes que estarán en ese tercer Éxodo.

¿Y cómo nos va a sacar de este reino terrenal que está en la etapa de los pies de hiero y de barro cocido? Transformándonos, dándonos un cuerpo nuevo, y entonces con ese cuerpo y en ese cuerpo ya estaremos en el Reino de Cristo físicamente. ¿Por qué? Porque así como este cuerpo físico pertenece a este reino terrenal, el cuerpo glorificado pertenece al Reino de Cristo.

Y ahora, para este tiempo final entrarán millones de personas al Reino de Dios, al Reino de Cristo físicamente. ¿Y por qué millones de personas? Porque los muertos en Cristo van a resucitar en cuerpos glorificados y entonces estarán físicamente en el Reino de Cristo, y los vivos en Cristo nacidos de nuevo, al ser transformados estarán en el Reino de Cristo físicamente, Reino que será establecido en este planeta Tierra.

Pero ya los nacidos de nuevo están en el Reino de Cristo que está en la esfera espiritual, por lo tanto ese Reino que está en la esfera espiritual va a materializarse en este planeta Tierra, y entonces así como en lo espiritual le ha sido dado el Reino a los creyentes en Cristo, también a los creyentes en Cristo les será dado el Reino físicamente, ellos serán los Reyes y Sacerdotes con Cristo y Jueces con Cristo.

Bajo ese Reino será que Israel y todas las naciones recibirán la paz, la felicidad, la armonía, la prosperidad, y entonces lo que tanto Israel ha buscado y todos los seres humanos, lo tendremos en ese Reino del Mesías.

Por eso para este tiempo final el tercer Éxodo es tan importante; ya los otros han transcurrido en el pasado, y del segundo Éxodo queda poco, o sea, resta que los que faltan por entrar al Cuerpo Místico de Cristo que están escritos en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero, sean llamados y juntados en el Cuerpo Místico de Cristo; y entonces terminará el segundo Éxodo y entrará de lleno el tercer Éxodo, entrará la liberación física, la redención física, la redención física, que será la transformación de nuestro cuerpo, para tener un cuerpo eterno, inmortal y glorificado, y los muertos en Cristo ser resucitados en cuerpos glorificados e inmortales y jóvenes. Seremos jóvenes representando de 18 a 21 años, o sea, que estaremos en la flor de la juventud, y nunca nos pondremos viejos. Jesucristo está tan joven como cuando subió al Cielo, y así será con nosotros también. Esa es la promesa para todos los creyentes en Cristo.

Hemos visto los tres Éxodos, hemos visto esas tres dispensaciones que le acompañan, hemos visto los tres Mensajeros de esos tres Éxodos: el primero fue Moisés para el primer Éxodo y Dispensación de la Ley; el segundo fue Jesús para el segundo Éxodo y la Dispensación de la Gracia; y el mensaje de Moisés fue la Ley, y el mensaje para la Dispensación de la Gracia con Jesús, es el mensaje de la Gracia, el Evangelio de la Gracia. Y para el tercer Éxodo el Mensajero de Dios será el Ángel del Señor Jesucristo, a través del cual Dios por medio de Su Espíritu Santo estará obrando en favor de los escogidos de Dios, y el mensaje será el Evangelio del Reino.

Y ahora, hemos visto este misterio de los tres Éxodos, los tres Mensajeros de esos tres Éxodos, los tres mensajes correspondientes a esos tres Éxodos, hemos visto esas tres dispensaciones que corresponden a esos tres Éxodos, y hemos visto el pueblo que estará en esos tres Éxodos.

Ya uno pasó: el primer Éxodo; el segundo Éxodo ya está por terminar, comenzó en los días de Jesús y los Apóstoles en el Día de Pentecostés, allí obtuvieron su liberación ciento veinte personas y después como tres mil personas, y continúo así llevándose a cabo ese segundo Éxodo, millones de personas saliendo del reino de las tinieblas y entrando al Reino de Dios, entrando por consiguiente a la Dispensación de la Gracia y obteniendo la salvación para su alma.

Y para este tiempo final como en tiempos pasados hubo un entrelace de dispensación, también habrá un entrelace de dispensación en este tiempo final. Vean ustedes, también habrá un entrelace de Mensajero.

Cuando todavía estaba la Dispensación de la Ley, apareció Jesús predicando y hablando muy bien de Moisés, para este tiempo final aparecerá el Mensajero correspondiente al tercer Éxodo hablando muy bien de Moisés y hablando muy bien de Jesús también, porque no pueden hablar mal uno del otro, son Mensajeros dispensacionales.

Ahora, es importante señalar que solamente uno ha sido el que ha realizado esos tres Éxodos, o realizaría esos tres Éxodos: Dios por medio de Su Espíritu Santo en cada una de esas personas, en cada uno de esos Mensajeros dispensacionales.

Y ahora, por cuanto todavía falta algún poco de tiempo para cerrarse la Dispensación de la Gracia y entrar hasta el último de los escogidos que entrarían al segundo Éxodo, se predica el Evangelio de Cristo y se da la oportunidad a las personas que reciban a Cristo como único y suficiente Salvador; porque cuando se predica el Evangelio de Cristo, nace la fe de Cristo en el alma de la persona y la persona cree con el corazón, cree en Cristo, o sea, recibe la fe de Cristo (no es la fe de la persona, es la fe de Cristo), y la persona entonces tiene la oportunidad y derecho y responsabilidad de dar testimonio público de su fe en Cristo, recibiéndole como su único y suficiente Salvador.

Por esa causa se da la oportunidad a las personas que vengan a los Pies de Cristo y den testimonio público de su fe en Cristo recibiéndole como único y suficiente Salvador, para que así sean sacados del reino de las tinieblas y colocados en el Reino de Cristo, para que así tengan u obtengan la Vida eterna, la vida del Reino de Cristo que es eterna.

Así como obtuvimos la vida del reino terrenal que es temporal, para eso tuvimos que nacer; y para obtener la Vida eterna del Reino de Cristo hay que nacer de nuevo, hay que nacer en el Reino de Cristo del Agua y del Espíritu. Nacer del Agua es nacer de la predicación del Evangelio de Cristo, o sea, del Evangelio de Cristo; y nacer del Espíritu, es nacer del Espíritu Santo y así se produce en la persona el nuevo nacimiento.

Por lo tanto, tienen la oportunidad ahora las personas que todavía no han recibido a Cristo y están aquí presentes o a través de internet en otros países, o a través del satélite Amazonas en otros países o naciones, pueden ahora venir a los Pies de Cristo y yo estaré orando por ustedes para que Cristo los coloque en Su Reino en este segundo Éxodo, y se complete Su Iglesia y luego todos recibamos las bendiciones del tercer Éxodo.

Vamos ya a orar dentro de algunos minutos por todos los que están viniendo a los Pies de Cristo, los que están en otras naciones también pueden venir a los Pies de Cristo para que queden incluidos en esta oración que estaré haciendo. Pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo. Los que estén en diferentes naciones del Caribe, de América Latina, de Norteamérica, del Canadá, del África, del Japón y de las demás naciones, pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo.

Usted está escuchando la predicación del Evangelio de Cristo porque el nombre suyo está escrito en el Cielo en el Libro de la Vida, ahí en el Reino de Dios, ahí en la nueva Jerusalén, por esa causa Dios por medio de Su Espíritu le ha guiado para estar escuchando en esta ocasión la predicación del Evangelio de Cristo.

Si oyes hoy Su Voz, no endurezcas tu corazón, Dios te habló a tu corazón, ¿por qué? Porque tu nombre está escrito en el Cielo en el Libro de la Vida, y por consiguiente tú eres de Dios aunque no lo sabías.

Por lo tanto, puedes venir a los Pies de Cristo, porque para eso es que Cristo te guió para que estuvieras escuchando en esta ocasión la predicación del Evangelio de Cristo para darte la fe, la fe de Cristo a tu alma, a tu corazón, porque con el corazón se cree para justicia, y la fe viene por el oír la Palabra y entonces es que la persona puede creer, no en cualquier cosa, sino en Cristo, para poder ser rociado con la Sangre de Cristo y limpiado de todo pecado, para lo cual viene a los Pies de Cristo, porque con la boca se confiesa para salvación.

Es un privilegio, oportunidad; privilegio y oportunidad y responsabilidad que tiene toda persona cuando escucha la predicación del Evangelio de Cristo: venir a los Pies de Cristo, ahí está la bendición grande para todo ser humano, venir a los Pies de Cristo para recibirlo como Salvador y obtener la Vida eterna.

Todavía pueden continuar viniendo las personas en esta noche que están presentes y los que están en otras naciones a través de internet o del satélite Amazonas, para que Cristo les reciba en Su Reino. Lo más importante para el ser humano es la Vida eterna, no hay otra cosa más importante. Si esta vida terrenal es importante, cuánto más la Vida eterna.

Vamos ya a orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo, vamos a estar todos puestos en pie, los que están en otras naciones también, para que queden incluidos en esta oración todos los que han venido a los Pies de Cristo y están aquí presentes y los que están en otras naciones. Si falta alguna persona por venir, puede venir, puede venir a los Pies de Cristo para recibirlo como único y suficiente Salvador.

Vamos a levantar nuestras manos al Cielo, a Cristo, y repitan conmigo esta oración los que han venido a los Pies de Cristo. Vamos a cerrar nuestros ojos:

Señor Jesucristo, escuché la predicación de Tu Evangelio y nació Tu fe en mi corazón, creo en Ti con todo mi corazón, con toda mi alma, creo en Tu primera Venida, creo en Tu Nombre como el único Nombre bajo el Cielo dado a los hombres en que podemos ser salvos.

Señor Jesucristo, creo en Tu muerte como el Sacrificio de Expiación por mis pecados, doy testimonio público de mi fe en Ti reconociendo que soy pecador y necesito un Salvador.

Señor Jesucristo, Te recibo como mi único y suficiente Salvador, me rindo a Ti, me entrego a Ti en alma, espíritu y cuerpo, Te ruego perdones mis pecados y con Tu Sangre me limpies de todo pecado, y me bautices con Espíritu Santo y Fuego luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre.

Señor Jesucristo sálvame, Señor Jesucristo me rindo a Ti, sálvame, quiero vivir contigo en Tu Reino por toda la eternidad, sálvame Señor. Te lo ruego en Tu Nombre Eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén y amén.

Y ahora, con nuestras manos levantadas a Cristo, todos decimos: ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! Amén y amén.

Y ahora, ustedes me dirán: “Quiero ser bautizado en agua lo más pronto posible.” Pues Cristo dijo: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo.” (San Marcos, capítulo 16, versos 15 al 16).

Ustedes me dirán: “Quiero cumplir el mandato de Cristo completo y lo más pronto posible. ¿Cuándo me pueden bautizar?” Es la pregunta de ustedes. Por cuanto ustedes han creído en Cristo de todo corazón, bien pueden ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo en estos momentos, ustedes que recibieron a Cristo en esta noche aquí presentes y los que están en otras naciones a través de internet o del satélite Amazonas.

Pregunto al reverendo Salomón Cunha si hay agua: hay agua, hay bautisterio. ¿Hay ministros que les bautizarán? Hay ministros que les bautizarán también. ¿Hay ropas bautismales? Hay ropas bautismales también. ¿Hay vestidores de ropa? Hay vestidores de ropa también. ¿Hay también personas que les ayudarán a llegar a los vestidores de ropa? También hay personas que les ayudarán a llegar a los vestidores de ropa. Por lo tanto, bien pueden ser bautizados en agua en e Nombre del Señor Jesucristo. Y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento, y nos continuaremos viendo por toda la eternidad. En el Nombre del Señor Jesucristo.

Que Cristo les bautice con Espíritu Santo a todos ustedes presentes que serán bautizados en agua, y a los que están en otras naciones que serán bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo; como dice San Pedro lleno del Espíritu Santo en el libro de los Hechos, en el capítulo 2, versos 36 al 48. Eso fue en el Día de Pentecostés, fue el Espíritu Santo hablando por San Pedro.

Así que, ahora ustedes como aquellas personas que escucharon la predicación del Evangelio de Cristo y creyeron y lo recibieron como Salvador y fueron bautizados, también ustedes tienen la oportunidad de ser bautizados en estos momentos.

Dejo al reverendo Salomón Cunha a continuación, para que les indique hacia dónde caminar para colocarse las ropas bautismales y ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo.

Que Dios les continúe bendiciendo a todos los presentes y a los que están a través del satélite Amazonas o de internet, y que todos continúen pasando un tiempo lleno de las bendiciones de Jesucristo nuestro Salvador.

Muchas gracias.

LOS TRES ÉXODOS.”