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La Fe como fundamento 2005-12-10 2 Villahermosa Tabasco MX 00:43:20 false true

Muy buenas tardes, ministros, compañeros en el Cuerpo Místico de Jesucristo nuestro Salvador; es una bendición y privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final.

Para lo cual leemos en Hebreos, capítulo 11, verso 1 en adelante (al 6), donde dice:

Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.

Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos.

Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.

Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella.

Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios.

Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.

Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe.”

Que Dios bendiga nuestras almas con su Palabra y nos permita entenderla.

Nuestro tema es: “LA FE COMO FUNDAMENTO.”

Cristo en una ocasión en San Mateo, capítulo 16 de San Mateo, dice... esto fue cuando preguntó a sus discípulos en el capítulo 16, versos 13 en adelante:

Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre?

Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas.

El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?

Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.

Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.

Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.

Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los cielos.

Entonces mandó a sus discípulos que a nadie dijesen que él era Jesús el Cristo.”

Y ahora, Cristo dice que establecerá Su Iglesia, fundará Su Iglesia, edificará Su Iglesia sobre la Roca.

Y ahora, Cristo cuando Pedro le dice: “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios Viviente,” dice Jesús:

Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.

Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia.”

Y ahora, fe es revelación.

Y ahora, la Iglesia del Señor Jesucristo está edificada sobre revelación: la revelación de quién es Jesucristo, en cada tiempo, en cada etapa de la Iglesia del Señor Jesucristo. Y por consiguiente en cada etapa de la Iglesia del Señor Jesucristo estará la revelación de Jesucristo correspondiente a cada etapa de la Iglesia, y la Iglesia estará fundada sobre esa revelación de Cristo, lo cual es Cristo revelado en cada etapa, en cada edad en medio de Su Iglesia.

Y por consiguiente la Iglesia estará entonces fundada en la fe, la fe como fundamento, la fe, la revelación de quién es Cristo en cada etapa por la cual la Iglesia pasa de edad en edad.

Y Cristo en medio de Su Iglesia en Espíritu Santo, velado y revelado y hablando en medio de Su Iglesia a Su Iglesia, y llamando y juntando a Sus escogidos en cada tiempo; y las puertas del hades, del infierno, no prevalecerán contra la Iglesia del Señor Jesucristo.

Y ahora, tenemos aquí una promesa divina, y por consiguiente al tener una promesa divina de que la Iglesia obtendrá la victoria en contra del infierno y de la muerte, encontramos que aquí Cristo da las llaves del Reino de los Cielos a Pedro. Esto es la revelación divina, no es una llave literal, sino la revelación divina; y Pedro la usa esa llave: la revelación divina de quién es Cristo, la revelación divina de Cristo, la revelación de Cristo y abre esa puerta del Reino de los Cielos revelando el misterio de Cristo, el misterio de la Primera Venida de Cristo y Su muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de la Expiación por los pecados del ser humano.

Y al abrir la Puerta, que es Cristo, con la revelación de Jesucristo, entraron allí como tres mil personas al Reino de Dios, y así continuaron entrando a medida que Pedro les hablaba en diferentes ocasiones, les hablaba ¿de qué? De Cristo.

Y ahora, la Iglesia del Señor Jesucristo es cristocéntrica, porque es Cristo su único y suficiente Salvador, y es su Gobernante, su Cabeza. Por lo tanto, la fe de la Iglesia del Señor Jesucristo está basada en Cristo.

Y por consiguiente la Iglesia del Señor Jesucristo tiene un fundamento: es la fe, la fe en Cristo y de Cristo, la revelación de Jesucristo, la revelación divina de Cristo y Su Sacrificio en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de la Expiación por nuestros pecados, efectuado ese Sacrificio dos mil años atrás en medio del pueblo hebreo allá en Jerusalén.

Y Jerusalén fue la Ciudad que Dios escogió, para que se ofreciera el Sacrificio de la Expiación por el pecado, y Dios no aceptaba un sacrificio fuera de Jerusalén.

Y ahora, el Mesías Príncipe, el Sacrifico Perfecto, fue efectuado allá en Jerusalén.

Y ahora, la Iglesia no tiene la sabiduría terrenal como fundamento, sino la fe, la revelación, la revelación que gira alrededor de Jesucristo nuestro único y suficiente Salvador. Y cada creyente en Cristo como individuo tiene la fe como fundamento, y esa fe está depositada en Cristo; tiene la fe, la revelación de Jesucristo, la revelación de la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario, y camina en la fe del Hijo de Dios: Jesucristo nuestro Salvador.

Por lo tanto, cada creyente en Cristo es también cristocéntrico, y toda la Biblia es cristocéntrica, porque en el Antiguo Testamento los sacrificios tipifican a Cristo, por lo tanto, cada individuo creyente en Cristo, la Iglesia del Señor Jesucristo y la Biblia son cristocéntricos, y por consiguiente su fundamento es la fe, la fe que está basada en Jesucristo, la fe, la revelación de Jesucristo, la revelación, que es la fe, el fundamento para cada creyente en Cristo, para la Iglesia de Jesucristo y la Iglesia de Jesucristo.

Porque la Biblia completa está basada en Cristo: en el Antiguo Testamento en los tipos y figuras, y en el Nuevo Testamento abiertamente: en la persona de nuestro amado Señor Jesucristo, que es nada menos que el Ángel de Jehová, Ángel del Pacto en el Antiguo Testamento.

Cuando podemos ver que Jesucristo es el mismo Ángel de Jehová, el mismo Ángel del Pacto del Antiguo Testamento, podemos comprender entonces lo grande que es nuestro amado Señor Jesucristo, y podemos comprender mejor el misterio de Dios el Padre y de Cristo, conforme a Colosenses, capítulo 2, versos 2 al 3.

Y ahora, el Verbo que es Cristo, el Ángel del Pacto, se hizo carne y habitó en medio de la raza humana, y eso fue nada menos que Cristo, el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo haciéndose carne, haciéndose hombre en medio del pueblo hebreo.

Y en Apocalipsis, al igual que en San Juan, capítulo 1: en San Juan, capítulo 1 nos dice.

En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.

Este era en el principio con Dios.

Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.

En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.”

Y ahora, nos dice también:

Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo.

En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció.

A lo suyo vino (o sea, el pueblo hebreo), y los suyos no le recibieron.

Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.

Los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.”

Y ahora, esto nos habla del nuevo nacimiento que no es por medio de la unión de un hombre y de una mujer, sino de Dios, por medio del Espíritu de Dios es producido el nuevo nacimiento y nacen como hijos e hijas de Dios en el Reino de Dios. Dice.

Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.”

Y ahora, el Verbo que era con Dios y era Dios, y creó todas las cosas, se hizo carne y habitó en medio de la raza humana y fue conocido por el nombre de Jesús. Por eso Jesús, Jesucristo, es nada menos que el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto vestido de un cuerpo de carne visitando al pueblo hebreo, es nada menos que Melquisedec, es nada menos que el Jehová del Antiguo Testamento manifestado en el Ángel de Jehová, en el Ángel del Pacto, materializado, hecho carne, hecho hombre en medio de la raza humana, es nada menos que el Verbo hecho carne.

Y ahora, en Apocalipsis, capítulo 17, versos 14 al 15; y Apocalipsis, capítulo 19, versos 9 en adelante; también verso 11 en adelante del Apocalipsis, capítulo 9, nos muestra a un Jinete en un Caballo Blanco viniendo, y Su Nombre es el VERBO DE DIOS, y nadie entiende ese Nombre, sino Él mismo; o sea, nadie comprende ese misterio de la Venida del Verbo, pero el Verbo es el Logos, es el Ángel de Jehová, es el Espíritu Santo.

Un Espíritu es un cuerpo de otra dimensión, y si es del Espíritu de Dios es un cuerpo angelical de la dimensión celestial, y ese Ángel de Jehová que aparece en el Antiguo Testamento aparece en un cuerpo angelical, y en ese cuerpo está Dios manifestado, está el Jehová del Antiguo Testamento hablando a través de ese cuerpo angelical. por eso aparece en el Antiguo Testamento en las diferentes ocasiones en que aparece; los que lo vieron dijeron que vieron a Dios cara a cara, y les habló Dios; porque Dios no hizo nada en el pasado, ni ha estado haciendo nada en el presente, ni hará nada en el futuro, a menos que sea a través de Su Ángel, el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto, que es el Cristo, que es nada menos que Cristo en Su cuerpo angelical.

Y se manifestó en el Antiguo Testamento por medio de diferentes Profetas, y luego se hizo carne y habitó en un cuerpo físico llamado Jesús. Era la plenitud de la Divinidad habitando corporalmente en el cuerpo llamado Jesús.

Ese mismo Verbo, el Ángel del Pacto, aparece luego en Apocalipsis viniendo en un Caballo Blanco; y eso será la visitación de Dios a Su Iglesia y al pueblo hebreo, será la manifestación del Ángel de Jehová, el cual ha estado en medio de Su Iglesia todo el tiempo, como estuvo en medio del pueblo hebreo apareciendo en el tiempo final en medio de Su Iglesia, para luego aparecer en medio del pueblo hebreo.

De ese Ángel de Jehová, así como se agarró Jacob, se agarrará la Iglesia del Señor Jesucristo que va a ser transformada, y luego se agarrará el pueblo hebreo también, porque Él estará manifestado en el Día Postrero a través de un instrumento que Él tendrá; así como ha tenido diferentes instrumentos en el Antiguo Testamento: los Profetas del Antiguo Testamento, luego estuvo en carne humana en la persona de Jesús, luego estuvo en los Apóstoles, luego estuvo en cada Ángel Mensajero, y en el Día Postrero estará en Su Ángel Mensajero del Día Postrero, en la Iglesia de Jesucristo y después pasará al pueblo hebreo en esa manifestación, con ese mismo velo de carne a través del cual Él se manifestará.

Pero el velo de carne no es Cristo, el velo de carne solamente es un instrumento, un Mensajero dispensacional, que Él tendrá en medio de Su Iglesia, a través del cual les hablará todas las cosas que deben suceder pronto, les predicará por medio de ese Mensajero, tanto el Evangelio de la Gracia como el Evangelio del Reino; y ahí estará la identificación de cuál será la manifestación del Ángel de Jehová, del Ángel del Pacto en medio de la Iglesia de Jesucristo y después en medio del pueblo hebreo.

Es que vendrá con una doble porción ministerial, el ministerio de Moisés y el ministerio de Elías que el Espíritu Santo estará operando a través de él, y vendrá con el Evangelio de la Gracia y con el Evangelio del Reino, dándolos a conocer; y con ese Mensaje de Gran Voz de Trompeta será que serán llamado y juntados todos los escogidos de la Iglesia de Jesucristo y luego los escogidos del pueblo hebreo.

Así que estamos viviendo en un tiempo en que siendo que la fe es el fundamento de la Iglesia y de todo creyente, la fe de Cristo y en Cristo, la revelación de Cristo y en Cristo.

Ahora, para este tiempo final así como estuvo Jacob entre dos campamentos, también estará el Mensajero del Día Postrero, y estará por consiguiente todos los hijos e hijas de Dios; porque tenemos el campamento celestial de los Ángeles, y tenemos el campamento terrenal de seres humanos creyentes en Cristo; y luego también vamos a tener el campamento de los hebreos, que serán bendecidos grandemente, y estaremos junto a ellos en el Programa Divino: los hebreos que recibirán la Palabra del Señor.

En estos días estaremos viendo algunas cosas con más detalles: porqué la simiente de Abraham ha sido extendida por el mundo entero, y la Escritura nos dice en Hebreos, capítulo 2, versos 10. Dice:

Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos.”

Y ahora, la promesa es que Cristo va a llevar muchos hijos a la gloria, el Mesías va a llevar muchos hijos a la gloria. Luego sigue diciendo:

Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos,

diciendo:

Anunciaré a mis hermanos tu nombre,

En medio de la congregación te alabaré.

Y otra vez:

Yo confiaré en él.

Y de nuevo:

He aquí, yo y los hijos que Dios me dio.

Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo,

y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.

Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de Abraham.

Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo.”

Y ahora, dice que no socorrió a los Ángeles sino que socorrió ¿a quién? A la descendencia de Abraham, y Él socorrió a la descendencia de Abraham y Él llevaría muchos hijos a la gloria; por lo tanto, Él llevará a la glorificación a todos los hijos e hijas de Dios, no solamente recibirán la inmortalidad del alma, la inmortalidad espiritual sino la física también; cuando tengamos el nuevo cuerpo eterno y glorificado ya tendremos la inmortalidad física.

Y ahora, nos dice San Pablo en Gálatas, capítulo 3, verso 6 al 9, dice:

Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia.

Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham (ahí tenemos la descendencia de Abraham).

Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones.

De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham.”

Por eso Cristo pasó la bendición de Abraham a los gentiles.

Que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.”

A fin de que por la fe recibiésemos el Espíritu Santo y por consiguiente recibiésemos la bendición, recibiésemos por consiguiente el nuevo nacimiento; y así es como se entra al Reino de Dios, ha sido cambiado del reino de las tinieblas al Reino de Dios la persona, fue cambiada la persona, el individuo y ahora ha sido asegurado en el Reino de Dios que es un Reino eterno con Vida eterna para todos los que entran y viven en ese Reino.

Y ahora, veamos lo que nos dice también en Gálatas, capítulo 3, versos 26 al 29, donde dice:

...pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús;

porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos.

Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús.

Y si vosotros sois de Cristo, ciertamente linaje de Abraham sois, y herederos según la promesa.”

Y ahora, miren cómo el linaje de Abraham aparece aquí. Linaje de Abraham son todos los creyentes en Cristo. Aquí también le está hablando a los hebreos, a personas hebreas y ahora son identificados como linaje de Abraham todos los creyentes en Cristo representados en aquellos creyentes hebreos de los cuales San Pablo está hablando.

Y ahora, la descendencia hebrea fue esparcida por el mundo entero, pero Dios que los conoce, para el Día Postrero los llamará; y de edad los ha estado llamando y los ha estado acomodando en el Cuerpo Místico de creyentes, por lo cual la descendencia de Abraham física que fue esparcida por el mundo entero, las diez tribus, luego encontramos que la mayor parte de ellas ha sido convertida al cristianismo, y ahí tenemos en medio del cristianismo la descendencia de Abraham, la cual fue socorrida conforme a como fue prometido.

Vean aquí en San Juan, capítulo 11, verso 49 en adelante cuando Caifás estaba con el concilio del sanedrín reunido para decidir qué iban a hacer con Jesús, vean aquí dice, verso 47 en adelante, dice:

Entonces los principales sacerdotes y los fariseos reunieron el concilio, y dijeron: ¿Qué haremos? Porque este hombre hace muchas señales (hablando de Jesús).

Si le dejamos así, todos creerán en él...”

Vean, ellos sabían que iban a creer en Cristo y estaban creyendo en Cristo, pero ahora quieren combatirlo para que la gente no crea en Cristo, y quieren matarlo para que ya la gente no siga a Jesús:

Si le dejamos así, todos creerán en él; y vendrán los romanos, y destruirán nuestro lugar santo y nuestra nación.

Entonces Caifás, uno de ellos, sumo sacerdote aquel año, les dijo: Vosotros no sabéis nada;

ni pensáis que nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca.

Esto no lo dijo por sí mismo, sino que como era el sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación;

y no solamente por la nación, sino también para congregar en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos.”

Hijos de Dios dispersos por el mundo entero; y aquí tenemos que la descendencia de Abraham fue esparcida por el mundo entero, principalmente las diez tribus del reino del Norte; aunque también de las otras dos tribus: la de Judá y Benjamín también así han sido esparcidos.

Pero ahora encontramos que de las tribus del Norte, la Escritura nos habla que fueron desterradas, están los esparcidos que corresponden a la tribu de Judá, que consta de la tribu de Judá y de Benjamín, y están los desterrados que corresponden a las diez tribus del Norte, las cuales a causa de que el rey Jeroboam estableció dos becerros de oro, uno en Samaria allá y el otro lo estableció en otro lugar.

Y ahora, eso fue un pecado grande delante de Dios y la ira de Dios vino contra el pueblo hebreo, contra esa nación; y la sentencia para toda persona o tribu que hiciera ídolos, era que serían raídos, por lo tanto fueron sacados, desterrados de la Tierra, y fueron por consiguiente esparcidos por el mundo entero.

Y por eso es que hay sangre hebrea corriendo por las venas de millones de personas que viven en diferentes naciones, y la mayor parte de ellos ni sabe que son descendientes de Abraham.

Ahora, Dios que los conoce por medio de la predicación del Evangelio los ha estado llamando, reuniendo porque aquí la promesa es, vamos a leerla bien:

Entonces Caifás, uno de ellos, sumo sacerdote aquel año, les dijo: Vosotros no sabéis nada;

ni pensáis que nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca.

Esto no lo dijo por sí mismo, sino que como era el sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación;

y no solamente por la nación, sino también para congregar en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos.”

Y ahora, podemos ver que algo grande ha estado pasando en el Programa Divino, algo grande ha estado pasando en la Iglesia del Señor Jesucristo, en donde millones, billones de seres humanos, han recibido a Cristo como Salvador y han entrado millones de seres humanos al Reino de Dios.

Y en la Iglesia del Señor Jesucristo, en el cristianismo hay descendencia de Abraham y hay descendencia que no es de Abraham en medio del cristianismo. Pero en el Cuerpo Místico de Cristo, en la Iglesia del Señor Jesucristo, encontramos que el porciento es tan grande que puede ser el cincuenta por ciento (50%), el setenta y cinco por ciento (75%), el ochenta por ciento (80%), el noventa por ciento (90%), el noventa y cinco por ciento (95%) o el noventa y nueve por ciento (99%), y hasta el ciento por ciento (100%). Todo eso lo vamos a comprender más adelante.

Ahora, estoy hablando de los elegidos de Dios, de los Primogénitos de Dios; y ahora, ese misterio va a ser abierto pronto, y vamos a ver la descendencia hebrea en medio del Señor Jesucristo y vamos a ver que hay millones de creyentes en Cristo en el continente latinoamericano o americano, entre los latinoamericanos y caribeños por los cuales corre la sangre hebrea.

La identificación señalada en Isaías, capítulo 27, verso 13, de los que pertenecen a esas tribus de Israel, y que estarán congregados, vean cuál es: capítulo 27, verso 13, dice:

Acontecerá también en aquel día, que se tocará con gran trompeta, y vendrán los que habían sido esparcidos en la tierra de Asiria, y los que habían sido desterrados a Egipto, y adorarán a Jehová en el monte santo, en Jerusalén.”

Y ahora vean, el llamado es con gran Voz de Trompeta, esa es la gran Voz de Trompeta de la cual habla el Nuevo Testamento en Primera de Corintios, capítulo 15, versos 49 al 58 y también en Primera de Tesalonicenses, capítulo 4, verso 12 al 17. Es la gran Voz de Trompeta o Trompeta final; y esa es la misma Trompeta o Fiesta de las Trompetas de Levítico, capítulo 23, verso 24. Esa Fiesta de las Trompetas, en donde al son de Trompetas se lleva a cabo esa Fiesta en ese día.

Y ahora, esa Fiesta de Trompetas o al son de Trompetas es tipo y figura del Mensaje de gran Voz de Trompeta sonando en medio de la Iglesia de Jesucristo y después en medio del pueblo hebreo, llamando al pueblo al arrepentimiento para que reciban la Expiación: a Cristo como único y suficiente Salvador, creyendo en el Sacrificio de Cristo como el Sacrificio de la Expiación por nuestros pecados; primero le toca la Iglesia de Jesucristo, a todos los que vendrán a formar parte de la Iglesia de Jesucristo y después le toca al pueblo hebreo como nación.

Por lo tanto, la fe como fundamento es para la Iglesia de Jesucristo y también para el pueblo hebreo, la fe, la revelación de Jesucristo para tener las bendiciones de Dios por medio de Jesucristo nuestro Salvador.

LA FE COMO FUNDAMENTO.”

Por medio de la fe en Cristo, nos dice la Escritura qué somos, vamos a leerlo aquí:

Así Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia.

Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham.”

Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes; todas las bendiciones de Abraham, sean manifestadas, materializadas en ustedes y en mí. En el Nombre del Señor Jesucristo. Y pronto Cristo complete Su Iglesia, resucite a los muertos creyentes en Él en cuerpos glorificados, y nos transforme a nosotros los que vivimos, y nos lleve con Él a la Cena de las Bodas del Cordero al Cielo. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén y amén.

Y ahora, dejo al reverendo Miguel Bermúdez Marín, para continuar con todos nosotros, y ya luego nos dará un receso o continuará hasta terminar la actividad. Vamos a ver, él sabe lo que va a hacer. Yo tendré que ya esta tarde ir a cumplir otros compromisos, ya que esos otros compromisos corresponden a esta nueva etapa que les dije que ha comenzado. Y no se va a detener, hasta que Cristo cumpla aquello que tiene para cumplir en esa nueva etapa.

Ustedes están viendo que están pasando cosas que no eran posibles en otros tiempos, y que son inconcebibles a la mente humana; pero no estamos interesados en comprenderlas, sino en creerlas; y después las comprenderemos más adelante si no las podemos comprender por el momento. Cuando lleguemos a la meta, entonces miraremos y comprenderemos porqué tuvimos esta etapa.

Por lo tanto, ahora no les puedo abrir completamente todo, pero yo continúo con la fe como fundamento, creyendo todo lo que ha sido dicho y esperando el cumplimiento de todo lo que ha sido prometido.

Por lo tanto, yo sé que cada día vendrán cosas más y más grandes. Pero lo más grande es la meta a la cual vamos a llegar, eso es lo grande. Por lo tanto, estas son cosas que surgen, suceden, que son mecanismos para lo grande que va a venir; aunque todo esto que está pasando es grande, pero lo más grande está al final: la meta. Por lo cual pasamos por esta etapa.

Así que, oren mucho por mí, ya que estoy pasando por esta etapa, y algunas veces Miguel tiene que continuar con ustedes, y me da un permisito, como él dice, para darme, digamos, una escapadita y atender otros compromisos, pero que esos compromisos serán para bendición de todo el pueblo de Dios.

Así que, Dios les continúe bendiciendo a todos y les use grandemente en Su Obra en este tiempo final. Y que Dios les ayude a comprender también que cuando hay algún compromiso con alguna congregación, y yo tengo que decirle a Miguel: Ve tú, que se cumpla el compromiso y permíteme entonces yo ir a atender esta otra oportunidad que surgió, que hay que aprovecharla.

Así que, espero que sean comprensivos en esta parte. Y oren mucho por mí, y vean en esto que hay unas bendiciones que Él quiere darme para cierto propósito.

Bueno, que Dios les continúe bendiciendo a todos y les use grandemente en Su Obra.

Dejo nuevamente al misionero, reverendo Miguel Bermúdez Marín, para continuar.

Dios les bendiga y les guarde a todos, y nos veremos mañana Dios mediante en la actividad de mañana domingo en la mañana.

Dios les bendiga y les guarde.

LA FE COMO FUNDAMENTO.”