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Reunión de damas 2005-11-12 1 La Florida Santiago de Chile Región Metropolitana CL 00:00:00 false

Muchas gracias Miguel. Muy buenos días doctor Roberto dos Santos y Eney de Lima (son nombres brasileros, algunas veces se hace difícil para uno pronunciarlos), y también doctor Salomón Cunha, un saludo para ustedes y para cada una de ustedes damas: muy buenos días. Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todas ustedes.

Leemos aquí en Efesios, capítulo 5, verso 22 en adelante, que dice:

Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor;

porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador.

Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.

Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,

para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra,

a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.”

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

Y ahora, damas, aquí San Pablo muestra que la mujer representa la Iglesia, y el hombre representa a Cristo. Por eso la Iglesia del Señor Jesucristo está representada en una mujer virgen, desposada con Cristo.

Pablo dice en Segunda de Corintios, capítulo 11, dice verso 2:

Porque os celo con celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo.”

Y ahora, aquí encontramos que el matrimonio, la unión del hombre con la mujer, es tipo y figura de la unión de Cristo y Su Iglesia.

También el mismo Juan el Bautista hablando en San Juan, capítulo 3, verso 26 en adelante, dice:

Y vinieron a Juan y le dijeron: Rabí, mira que el que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien tú diste testimonio, bautiza, y todos vienen a él.

Respondió Juan y dijo: No puede el hombre recibir nada, si no le fuere dado del cielo.

Vosotros mismos me sois testigos de que dije: Yo no soy el Cristo, sino que soy enviado delante de él.

El que tiene la esposa, es el esposo; mas el amigo del esposo, que está a su lado y le oye, se goza grandemente de la voz del esposo; así pues, este mi gozo está cumplido.

Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe.”

Aquí Juan el Bautista identifica a Jesús como el Esposo, e identifica a los creyentes en Cristo como la Esposa.

Y ahora, veamos lo que Cristo dice en San Mateo, capítulo 9, verso 15... vamos a ver:

Entonces vinieron a él los discípulos de Juan, diciendo: ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos muchas veces, y tus discípulos no ayunan?

Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los que están de bodas tener luto entre tanto que el esposo está con ellos? Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces ayunarán.”

Y ahora, Cristo mismo se identifica como el Esposo, e identifica a Sus seguidores, a los creyentes en Él, como la Esposa.

Así que, el hombre y la mujer, el matrimonio, vean, el marido y la esposa son tipo y figura de Cristo y Su Iglesia.

También hay otro lugar en el cual Cristo mismo habla, en el capítulo 25 de San Mateo, en donde nos dice verso 1. Dice:

Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo.

Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas.

Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite;

mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas.”

El aceite, pues es tipo del Espíritu Santo, y estas que tomaron aceite son los que han recibido el Espíritu de Cristo y han obtenido el nuevo nacimiento; y las que no tomaron aceite son creyentes en Cristo, cristianos profesantes sin el Espíritu Santo, por lo tanto, no han nacido de nuevo, por consiguiente no han entrado al Reino de Dios, porque para entrar al Reino de Dios hay que nacer del Agua y del Espíritu.

Ahora, sigue diciendo:

Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron.

Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle!

Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas.

Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan.

Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas.

Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta.”

Y la Puerta es Cristo, y se cierra la Puerta cuando haya entrado hasta el último escogido de Dios, hasta la última persona escrita en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, hasta que haya entrado al Cuerpo Místico de Cristo. O sea, hasta que haya recibido a Cristo, haya sido bautizado en agua en Su Nombre, y haya recibido el Espíritu de Cristo y por consiguiente haya obtenido el nuevo nacimiento.

Cristo no puede levantarse del Trono del Padre para venir, para tomar el Título de Propiedad y hacer Su Obra de Reclamo hasta que haya entrado hasta el último escogido, hasta que haya redimido hasta el ultimo escogido de Dios escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero:

Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos!

Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco.

Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.”

Ahora, en esta parábola Cristo, el Hijo del Hombre se identifica como el Esposo, e identifica a Su Esposa como las vírgenes prudentes, que son las que entran con el Esposo a las bodas.

Y ahora, es en la Iglesia del Señor Jesucristo que nacen los hijos e hijas de Dios, porque con la unión de Cristo y Su Esposa en el campo espiritual, produce en el campo espiritual hijos e hijas de Dios, y luego va a producir físicamente hijos e hijas de Dios, o sea, personas con cuerpos glorificados y eternos, que esa es la Adopción física, la manifestación de los hijos e hijas de Dios, la Redención del cuerpo.

Ahora, mientras estamos en esta etapa espiritual que ya lleva dos mil años bajo la Dispensación de la Gracia, la Iglesia está como una Novia pura para Cristo, como estaba la virgen María, que estaba desposada con José, y tuvo un hijo: el Hijo de Dios, sin relaciones físicas con José.

Y sin relaciones físicas intelectuales, humanas, sin ejércitos y sin fuerzas, sino con el Espíritu del Señor, es que la Obra de la reproducción de Jesucristo en hijos e hijas de Dios, se ha estado llevando a cabo.

El Señor Jesucristo en Espíritu Santo ha estado en medio de Su Iglesia, y por consiguiente ha estado llevando a cabo esa obra, que no es una obra con ejércitos o con fuerza humana, o sea, no es una obra humana, no es una obra por relación humana, sino por relación divina, con el Espíritu del Señor en Su Iglesia, reproduciéndose Cristo en hijos e hijas de Dios.

Primero nos da el cuerpo angelical, como sucedió con Adán, y con el mismo Jesucristo: que primero tenía Su cuerpo angelical llamado el Ángel de Jehová o Ángel del Pacto, y luego tuvo Su cuerpo físico.

Y ahora, como hijos e hijas de Dios obtenemos bajo el nuevo nacimiento el cuerpo angelical, y luego obtendremos el cuerpo físico glorificado; esa obra, por cuanto es una Obra de reproducción, así como el hombre y la mujer, el esposo y la esposa por medio de su unión, se reproducen; ahora Cristo y Su Iglesia por medio de la manifestación de Cristo en Espíritu Santo en Su Iglesia, se ha estado reproduciendo en muchos hijos e hijas de Dios.

Y ahora, para eso en Apocalipsis, capítulo 22, verso 17, dice:

Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven.”

O sea, el Espíritu Santo, Cristo en Espíritu Santo, y la Esposa, la Iglesia del Señor Jesucristo, dicen: “Ven.” O sea, que el Espíritu Santo y la Iglesia del Señor Jesucristo dicen la misma cosa.

El Espíritu Santo ha estado en medio de la Iglesia de Jesucristo desde el Día de Pentecostés. El mismo Espíritu que estaba en medio de los discípulos en Jesús, el Día de Pentecostés descendió y ha estado en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo; produjo allí el nuevo nacimiento de ciento veinte personas, y después como de tres mil personas más.

Y el Espíritu Santo ha estado hablando, y lo mismo que ha estado hablando el Espíritu Santo por medio de Sus diferentes Mensajeros: San Pedro, San Pablo y demás Mensajeros, es lo que la Iglesia del Señor Jesucristo ha estado hablando, ha estado dando el mismo Mensaje que ha dado el Espíritu Santo por medio de Sus diferentes Mensajeros.

Por eso de edad en edad, de etapa en etapa, el Espíritu Santo se ha estado manifestando, y la Iglesia del Señor Jesucristo ha estado brazo a brazo con el Espíritu Santo en esa manifestación de cada etapa de la Iglesia, y se ha reproducido Cristo por medio de Su Espíritu Santo, en y a través de Su Iglesia en muchos hijos e hijas de Dios.

Y ahora, eso ha estado ocurriendo en todas esas etapas de avivamientos en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo, en donde en esos avivamientos Cristo por medio de Su Espíritu, ha estado trayendo Vida eterna a millones de seres humanos.

Vean, la Iglesia del Señor Jesucristo no puede hablar otra cosa que no sea lo que habla el Espíritu Santo; por eso dice: “El Espíritu y la Esposa, el Espíritu y la Esposa dicen: Ven.” Ahí tenemos la predicación del Evangelio de la Gracia, porque en la predicación del Evangelio de la Gracia es que se extiende la invitación, se predica, se da a conocer el misterio de la Primera Venida de Cristo y se hace el llamamiento para que vengan. Vamos a ver:

Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.”

¿Ven? Es un mensaje de salvación y Vida eterna, eso es el mensaje del Evangelio de la Gracia, y también el mensaje del Evangelio del Reino es un mensaje de salvación y Vida eterna, para materializarse físicamente todo lo que espiritualmente ha ocurrido, para obtener la transformación de nuestro cuerpo y obtener la Vida eterna física que estamos esperando.

Porque sino se ponen viejos nuestros cuerpos y ya van al sepulcro, y esperamos hasta la resurrección para tener un cuerpo eterno, como el cuerpo glorificado de Jesucristo.

Pero esperamos que estos cuerpos que tenemos nos duren hasta ese momento, nos duren hasta la transformación. Ahora vean, dice:

Y el que tiene sed, venga; y el que quiera...”

El que quiera, porque cada persona tiene libre albedrío, y por consiguiente tiene la persona que tomar la iniciativa, o sea, confesar públicamente a Cristo como Salvador:

Y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.”

También en Apocalipsis, capítulo 21 nos habla de esa Agua de Vida eterna, pues toda persona desea vivir eternamente; y al saber que hay Agua de Vida eterna, toda persona desea tomar del Agua de la Vida eterna. Apocalipsis, capítulo 21, verso 6 al 7, dice:

Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida.

El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.”

Y ahora, al que tenga sed de esa Agua de Vida eterna, la invitación es que venga:

Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida.”

Y si es Cristo el que le va a dar, pues tiene que venir a Cristo, porque Cristo es la Fuente del Agua de la Vida eterna. ¿Y cuál es el Agua de la Vida eterna que Él nos da? En San Juan, capítulo 7, versos 37 al 39 Cristo dijo:

En el último y gran día de la fiesta...”

O sea, en el día octavo de esa fiesta de los tabernáculos. Dice:

Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.

El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.

Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.”

Y ahora, ¿de qué agua les está hablando Cristo? ¿De qué agua que corre por el interior, por el vientre, por el interior de la persona? Agua viva. Esa Agua viva es el Espíritu que recibirían los que creerían en Él.

Y ahora, la Fuente del Agua de la Vida eterna es Cristo, y el Agua de la Vida eterna es el Espíritu Santo que reciben los creyentes en Cristo, los que lo reciben como Salvador y son bautizados en agua en Su Nombre, y por consiguiente Cristo les da el Agua de la Vida eterna, que es el Espíritu Santo.

Así como el pueblo hebreo cuando tuvo sed en el área del Monte Sinaí y luego en el área de Cades-barnea, encontramos que si no obtenía agua, morían de sed.

Sin agua el ser humano muere, y por cuanto el agua tipifica ahí el Espíritu Santo, el ser humano sin el Espíritu Santo muere, no puede vivir eternamente, muere a la Vida eterna, está sin Vida eterna.

Así como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la persona sin el Espíritu Santo está muerto a la Vida eterna. Pero con el Espíritu Santo entonces la persona tiene Vida eterna y por consiguiente no morirá; por lo tanto, Cristo está tipificado en la roca que hirió Moisés y le dio agua al pueblo, y el pueblo no murió, lo cual es tipo y figura de la Primera Venida de Cristo y Su muerte en la Cruz del Calvario.

Y la segunda roca en Cades-barnea, es tipo de la Segunda Venida de Cristo, que le dio agua al pueblo y el pueblo no murió.

Dios le dijo a Moisés que le hablara a la roca, pero Moisés la hirió y tuvo problemas delante de Dios, porque rompió el tipo y figura correspondiente a la Segunda Venida de Cristo, porque la Segunda Venida de Cristo no es para ser crucificado, sino que es para resucitar a los muertos en Cristo y transformarnos a nosotros los que vivimos.

Dice San Pablo en Filipenses, capítulo 3, verso 20 al 21, para eso es la Segunda Venida de Cristo; no para morir como sacrificio en expiación por el pecado, porque ya eso Él lo hizo en Su Primera Venida.

Por lo tanto, toda persona que se levante en contra de la Segunda Venida de Cristo y combata la Segunda Venida de Cristo y hable mal, será culpado de una segunda crucifixión.

Ahora, ¿qué tiene todo esto que ver de Cristo y Su Iglesia, el Esposo y la Esposa? ¿Qué tiene que ver con las damas? Que en las damas está representada la Iglesia del Señor Jesucristo, la cual repite, da a conocer lo que el Espíritu Santo habla de edad en edad.

Y ustedes como damas pertenecientes a la Iglesia del Señor Jesucristo, han estado trabajando en la Obra de Cristo en esa labor, llevando el Mensaje por todos los lugares, el Evangelio de Cristo, para que Cristo continúe añadiendo a Su Iglesia los que faltan por llegar, que tienen sus nombres escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero.

Ustedes quieren que Cristo se reproduzca a través de Su Iglesia, se reproduzca en muchos hijos e hijas de Dios, y han estado trabajando en esa labor; y me ha dicho Miguel que en algunos países cuando se revisa la labor de las damas, algunas veces sobrepasa a la labor de los caballeros; y eso es en trabajo, llevando la Palabra y también económicamente, ¿ha sobrepasado, Miguel? Ha sobrepasado en ayuda económica, en contribuciones en la Obra; ha sobrepasado a lo que hacen los caballeros.

Así que, siendo parte ustedes de la Iglesia, de la Esposa de Cristo, el Cordero, yo les felicito y le pido a Cristo que les continúe bendiciendo grandemente, les use grandemente en Su Obra en este tiempo final.

Vean aquí lo que dice en Apocalipsis, capítulo 19, versos 7 al 9:

Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado.

Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos.

Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios.”

Y ahora, para mí es una bendición y privilegio grande ver damas pertenecientes a la Esposa del Cordero, a la Iglesia del Señor Jesucristo, que trabajan arduamente con Cristo, con el Espíritu Santo en la labor de decirle a la humanidad lo que está en Apocalipsis, capítulo 22:

Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.”

Trabajando en esa labor está la Iglesia del Señor Jesucristo de edad en edad, con el Espíritu Santo, que ha estado en medio de Su Iglesia manifestándose, velándose y revelándose a través de Sus diferentes Mensajeros, y han estado millones de damas trabajando en esa labor, como también caballeros y niños y ancianos también, porque no hay edad para trabajar en la Obra del Señor.

Dios no jubila a los miembros de Su Iglesia; y si jubila a alguno, ya no lo veremos más, no lo vemos más aquí en la Tierra, hasta la resurrección. Esa es la jubilación que Dios le hace a Sus hijos, se los lleva, ya quedaron jubilados, ya no trabajan más, entonces van a descansar.

En Brasil, ¿cómo es que le llaman? “Aposentar,” y Cristo enseguida los aposenta, los lleva al Paraíso, ahí a descansar, para que ya terminen sus labores terrenales, y luego regresarán en cuerpos eternos donde ya no tendrán más problemas.

Pero aunque uno tenga muchos años aquí, recuerden: la labor que cuenta para galardones, es la labor que hacemos estando en estos cuerpos mortales.

En estos cuerpos mortales es donde luchamos y en donde el Espíritu Santo se manifiesta y obra a través de nosotros; y nosotros rendidos a Cristo somos instrumentos de Cristo por medio del Espíritu Santo manifestado en nosotros, para la gran labor de la Obra de Cristo en Su Iglesia y a través de Su Iglesia.

Ha sido para mí una bendición y privilegio grande estar con ustedes, hablándole a ustedes acerca de ustedes y la labor de ustedes, porque las damas representan la Iglesia del Señor Jesucristo.

Así que, como representantes, tipo y figura de la Iglesia de Jesucristo, adelante, trabajando en la Obra de nuestro amado Señor Jesucristo, y guiando siempre a vuestros niños en el camino de Cristo, y enseñándoles a trabajar en la Obra de Cristo desde muy pequeños.

Aún desde que están en el vientre ya les pueden colocar las grabaciones y los himnos, para que cuando nazcan, ya nazcan sabiendo. Y cuando todavía ni saben hablar, ponerlos a que canten también y que acompañen a las personas que están cantando.

Yo recuerdo cuando América tenía como seis meses, que no sabía ni hablar, ni cantar, yo le decía: “Canta.” Y ella empezaba a cantar (según ella), diciendo algo así: “Aaaaahhh,” ¿Ven? Ya estaba cantando en la forma que ella sabía; pero ya desde el vientre, ya ella había escuchado cánticos, himnos, y también había escuchado la predicación del Evangelio.

Y cuando le tocaba la hora de ella dormir en la noche, decía que le colocaran el Mensaje, tenía una grabadorcita en la cuna, y se le colocaba el Mensaje, y entonces dormía toda la noche tranquila escuchando la Palabra, el Mensaje, la predicación del Evangelio de Cristo.

Si queremos tener niños obedientes, buenos y que sean una honra para el hogar y para el país, tenemos que guiarlos en el camino de Dios, tenerles siempre acá en el alma, en el corazón, la Palabra de Cristo, para evitar que en las escuelas le coloquen otros estudiantes o personas que van por las escuelas, y llevan drogas en algunas escuelas, o en el patio o en la parte afuera, y se la regalan para después tener clientes; como hacen en algunos negocios, que les dan la muestra de algún producto, para que después compren ese producto.

Así también hacen personas con los niños, y después ya se convierten en drogadictos y son un problema para el hogar, para la escuela y para la sociedad.

Nosotros queremos que nuestros niños sean niños útiles a la sociedad, queremos que estudien, se hagan profesionales, estudien en la universidad, tengan su profesión y sean útiles para la sociedad; y sean de una bendición para sus padres, sean de una bendición para sus hogares cuando se casen y para los hijos que tengan.

Bueno, todo eso le corresponde también a ustedes que son las más que están con los niños en los hogares, y a los padres, a los papás también, al esposo también le corresponde trabajar en esa labor con sus hijos, y trabajar en esa labor con todos los niños de la comunidad y también con los jóvenes y los adultos.

Por lo tanto, adelante damas, trabajando en la obra de nuestro amado Señor Jesucristo, como la Iglesia, la Esposa del Cordero, la Esposa de Cristo, que ha estado por dos mil años trabajando en la Obra de Cristo, bajo la Dispensación de la Gracia.

Y a través de Su Iglesia Cristo se ha reproducido en millones de hijos e hijas de Dios.

Continuemos trabajando en esa obra, para que siga Cristo reproduciéndose en millones de hijos e hijas de Dios; los que falten por nacer, que nazcan pronto porque ya queremos ir a la Fiesta de las Bodas del Cordero, de la Cena de las Bodas del Cordero.

Hay una Escritura que dice que antes de estar de parto, dio a luz sus hijos, ¿eso está por Isaías, Miguel? Se refiere al pueblo hebreo; pero todo lo que se refiere al pueblo hebreo también es aplicado a la Iglesia del Señor Jesucristo.

Y aún antes que le vinieran dolores de parto, dio a luz sus hijos, eso debe... está por ahí en una Escritura, esa no la teníamos marcada para hoy, Miguel, pero está por ahí. Si la consiguen les leo algo aquí, ¿la tienen ustedes? 66:7 [Isaías]:

Antes que estuviese de parto, dio a luz; antes que le viniesen dolores, dio a luz hijo.

¿Quién oyó cosa semejante? ¿quién vio tal cosa? ¿Concebirá la tierra en un día? ¿Nacerá una nación de una vez? Pues en cuanto Sion estuvo de parto, dio a luz sus hijos.

Yo que hago dar a luz, ¿no haré nacer? dijo Jehová. Yo que hago engendrar, ¿impediré el nacimiento? dice tu Dios.”

Y ahora, podemos ver que aunque esto se refiere a Israel, la Iglesia del Señor Jesucristo ha estado dando a luz hijos e hijas de Dios.

Y ahora, para este tiempo está dando a luz los últimos hijos e hijas, y luego en lo físico para todos los que ya espiritualmente han nacido de nuevo; y por consiguiente si nacieron, fueron dados a luz.

Pero ahora, vendrá la parte física, en que finalizando la Dispensación de la Gracia resucitarán los muertos en Cristo en cuerpos glorificados, y nosotros que vivimos seremos transformados, y ahí tendremos a la Iglesia del Señor Jesucristo compuesta por millones de creyentes en Cristo.

Y ahora, veremos cuando regresen los que han partido, la cantidad de creyentes en Cristo, de personas que obtuvieron el nuevo nacimiento, que nacieron de la unión de Cristo y Su Iglesia, Su Esposa.

¿Cuántos serán? No se preocupen, cuando regresen y todos estemos ya transformados podremos contarlos, y entonces hemos de saber cuántos son los miembros de la Iglesia de Jesucristo nacidos de nuevo. Y la cosa es que vamos a estar en Israel.

En el Reino Milenial tendremos lugar allí, por lo tanto, vamos a dejar eso quietecito ahí, y continuamos trabajando hasta que se complete, y después veremos los resultados y recibiremos los galardones por la labor realizada en la Iglesia del Señor Jesucristo, en el Programa de Dios para esa reproducción de Cristo y Su Iglesia, esa reproducción de hijos e hijas de Dios.

Bueno, que Dios les continúe bendiciendo a todos, a todas, y que les use grandemente en Su Obra en este tiempo final.

Recuerden que si trabajan más que los caballeros, Miguel y yo no vamos a estar enojados con ustedes.

Nosotros deseamos que cada persona haga el máximo, y después de hacer el máximo le pida a Dios que lo ayude más para hacer un poco más. Por lo tanto, no tener límites en la labor que llevamos a cabo en la Obra de nuestro amado Señor Jesucristo.

Bueno, que Dios les continúe bendiciendo, y adelante trabajando en la Obra de nuestro amado Señor Jesucristo; pues ustedes damas, por cuanto la mujer representa la Iglesia de Jesucristo y el hombre representa a Cristo, adelante trabajando en la Obra de Cristo como una buena representación de la Iglesia del Señor Jesucristo.

Con nosotros nuevamente el Reverendo Miguel Bermúdez Marín para continuar.

PALABRAS DE SALUDO A LAS DAMAS.”