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|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
| La gran Voz de Trompeta | 2005-09-25 | 2 | Brasília | Distrito Federal | BR | 00:00:00 | false |
Pastor Gedário, pastor Manuel, Pastor Ubirací y pastor Boés, muy buenas noches, y que las bendiciones de Jesucristo, el Ángel del Pacto, sean sobre ustedes.
Y a cada uno de los presentes muy buenas noches también, y a los que están a través de internet o del satélite, muy buenas noches para los lugares que es de noche; y para los lugares que es de día, muy buenos días.
Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también.
Para esta ocasión leemos en Primera de Corintios, capítulo 15, versos 49 en adelante, el Apóstol San Pablo dice:
“Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.
Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción.
He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados,
en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.
Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.
Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria.”
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
Tomamos el verso 52, donde dice:
“En un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.”
Nuestro tema es: “LA GRAN VOZ DE TROMPETA.”
La resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de nosotros los que vivimos, será lo que seguirá a la Gran Voz de Trompeta, que sonará en el tiempo correspondiente para la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de nosotros los que vivimos.
Por consiguiente todos queremos escuchar esa gran Voz de Trompeta, y por consiguiente todos queremos saber qué es la gran Voz de Trompeta.
En el Antiguo Testamento, encontramos que en el Monte Sinaí Moisés estuvo recibiendo los mandamientos divinos, las tablas de la Ley; y dice el Apóstol Pablo hablándonos de ese momento, en Hebreos, capítulo 12, versos 18 en adelante:
“Porque no os habéis acercado al monte que se podía palpar, y que ardía en fuego, a la oscuridad, a las tinieblas y a la tempestad,
al sonido de la trompeta, y a la voz que hablaba, la cual los que la oyeron rogaron que no se les hablase más,
porque no podían soportar lo que se ordenaba: Si aun una bestia tocare el monte, será apedreada, o pasada con dardo;
y tan terrible era lo que se veía, que Moisés dijo: Estoy espantado y temblando
sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles,
a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos,
a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel.”
Y ahora, no nos hemos acercado al Monte Sinaí donde estaba Dios hablando, nos hemos acercado al Monte de Sion, a la Jerusalén Celestial, nos hemos acercado a millares de Ángeles, a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los Cielos.
Los primogénitos inscritos en los Cielos son los creyentes en Cristo nacidos de nuevo, tienen sus nombres escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero.
Y ahora, es en el Monte de Sion, en la Jerusalén Celestial, la Iglesia del Señor Jesucristo, que son los primogénitos escritos en el Cielo, a donde nos hemos acercado; y ese es el lugar donde ha estado y está la Voz de Dios, ese es el lugar donde la gran Voz de Trompeta estará sonando para luego los muertos en Cristo ser resucitados en cuerpos glorificados, y nosotros los que vivimos ser transformados. Esa gran Voz de Trompeta es la Voz de Dios, la Voz de Cristo.
Y ahora, esta gran Voz de Trompeta corresponde en las fiestas hebreas, a la fiesta de las trompetas, en donde el pueblo era llamado a la gran conmemoración, y en donde el pueblo era reunido al son de las trompetas.
Las trompetas sonaban para reunir al pueblo, y era preparado el pueblo para el día de la expiación, que era el día diez; pero la Fiesta de las Trompetas se efectuaba el día primero del mes séptimo.
Esa Fiesta de las Trompetas es muy importante, esa Fiesta de las Trompetas es muy misteriosa, es la fiesta que se materializará en este tiempo final; y esa Fiesta de Trompetas corresponde a la gran Voz de Trompeta, que es la Voz de Dios hablando en medio de Su Iglesia y dando a conocer todo lo que debe suceder en este tiempo final.
Recuerden que el pueblo hebreo el día diez del mes séptimo, ya tenía que haber sido preparado anteriormente para llegar a ese día arrepentido de sus pecados, pidiendo perdón a Dios por sus pecados, para obtener el perdón de sus pecados y ser cubiertos con la sangre de la expiación del macho cabrío, y obtener así la Misericordia de Dios y ser reconciliados con Dios por un año más.
¿Y por qué era por un año? Porque los animales no tienen alma y por consiguiente no son perfectos; y cualquier sacrificio de animalito no es perfecto, porque el espíritu del animal no puede venir al creyente.
Pero aquel sacrificio de expiación, el sacrificio del macho cabrío por Jehová, tipifica el Sacrificio del Mesías, de Jesucristo en la Cruz del Calvario, para venir arrepentido a los Pies de Cristo, pidiendo perdón a Cristo por nuestros pecados, y ser limpiado de todo pecado con la Sangre de Cristo y ser reconciliados con Dios por toda la eternidad. No por un año más, sino para toda la eternidad.
Y ahora, todo esto ha estado sucediendo en la Iglesia del Señor Jesucristo; por eso Cristo ordenó predicar el Evangelio a toda criatura, eso es la Trompeta del Evangelio de la Gracia, la gran Trompeta del año del jubileo también.
Y ahora, millones de seres humanos de entre los hebreos y de entre los gentiles han escuchado la Trompeta del Evangelio de Cristo, y han venido a los Pies de Cristo y han obtenido la salvación y Vida eterna, han sido reconciliados con Dios para vivir eternamente con Jesucristo en Su Reino eterno.
Pero el pueblo hebreo no ha recibido a Cristo, el pueblo hebreo como nación, por consiguiente no ha recibido el Sacrificio de la Expiación por sus pecados, y por esa causa ha tenido tantos problemas en esta Tierra el pueblo hebreo, porque la ira de Dios ha estado sobre el pueblo hebreo.
Pero millones de hebreos también han recibido la misericordia de Dios a través del Sacrificio de la Expiación, el Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario.
Ahora, Dios con el pueblo hebreo trata como nación, y pronto para el pueblo hebreo sonará la trompeta del día primero del séptimo mes. Para el pueblo hebreo el día primero del séptimo mes, que cae en Octubre en este año. Esa Fiesta de las Trompetas será para ellos esta trompeta de Isaías, capítulo 27, verso 13, donde dice:
“Acontecerá también en aquel día, que se tocará con gran trompeta, y vendrán los que habían sido esparcidos en la tierra de Asiria, y los que habían sido desterrados a Egipto, y adorarán a Jehová en el monte santo, en Jerusalén.”
Para el pueblo hebreo esa Fiesta de las Trompetas y esa Trompeta o gran Trompeta sonando, será la Voz de Dios hablándole al pueblo hebreo y llamándolos al Sacrificio de la Expiación por los pecados, que es el Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario; y también dándoles a conocer quiénes entrarán al Reino Milenial de Cristo y quiénes no entrarán.
El pueblo hebreo está esperando esa gran Voz de Trompeta, para el pueblo hebreo será la Voz de Dios hablándole a ellos, en este libro hebreo titulado: “La religión de Israel,” nos habla de lo que ellos están esperando.
Vamos a ver lo que ellos están esperando, porque antes de ser manifiesto a ellos, será manifestado a la Iglesia del Señor Jesucristo, lo que ellos van a recibir primero lo ha recibido la Iglesia del Señor Jesucristo.
El Sacrificio de Expiación por los pecados primero lo ha recibido la Iglesia del Señor Jesucristo, y después lo recibirá el pueblo hebreo, ese es el Programa Divino.
Y ahora, veamos lo que está aquí prometido, dice en la página 92 de este libro: “La Religión de Israel,” dice:
“La Santa convocación es el sonido del Shofar, el eco del Sinaí, la Voz del Mesías, la señal de la resurrección, el despertar de la humanidad.”
Con esa trompeta viene el despertamiento de los seres humanos, el despertar del alma del ser humano, y también vendrá el despertar de los muertos en Cristo.
Ahora, vamos a ver lo que ellos están esperando, porque es muy importante para todos nosotros conocer lo que ellos están esperando, porque antes de ellos recibirlo, tiene que estar en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo todo eso, no puede ser de otra forma, porque Dios está tratando con la Iglesia del Señor Jesucristo desde el Día de Pentecostés.
Por lo tanto, ahí es donde está la Voz de Dios, y por consiguiente de ahí saldrá la Voz de Dios para el pueblo hebreo, no puede salir de otro lugar.
Y ahora, vamos a ver otro pasaje donde nos habla claramente de lo que ellos están esperando. Dice [“La religión de Israel,” página 96]:
“La fiesta del Año Nuevo, dice Maimónides, está dedicada a la conversión y al despertar del letargo a la vida, por eso se hace sonar al shofar. Es como un paso, una introducción al día del perdón.’ (Moré III, 43).”
Y ahora, lo que prepara al pueblo hebreo para obtener el perdón de sus pecados, al pueblo hebreo como nación, es el sonar del Shofar, de la Trompeta, correspondiente al día primero del séptimo mes, y eso corresponde a la Fiesta de las Trompetas.
Recuerden que las fiestas hebreas son tipo y figura de las cosas que Dios realizaría. Por lo tanto, Dios ha estado materializando esas fiestas; por ejemplo, tenemos la fiesta de la pascua. Cristo es nuestra Pascua, el cual murió en la Cruz del Calvario; también tenemos la Fiesta de la Expiación, la cual se cumplió con la muerte de Cristo en la Cruz del Calvario.
Tenemos otras fiestas que fueron cumplidas, como la fiesta de la gavilla mecida, la cual se cumplió con la resurrección de Cristo; y también tenemos la fiesta de las semanas; y al final, en el día cincuenta se cumplió el Día de Pentecostés.
Todas esas fiestas hebreas han sido tipo y figura de las cosas que Dios realizaría en Su Programa.
Y ahora, la fiesta de las trompetas para el pueblo hebreo, es la Voz de Dios hablándole en este tiempo final, y llamando y juntando a los escogidos hebreos, que son ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, y luego el pueblo hebreo tendrá su despertamiento.
Y ahora, encontramos que de eso nos habla la Escritura. El mismo Jesús dijo en San Mateo 24, verso 31:
“Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.”
Esos escogidos del pueblo hebreo son ciento cuarenta y cuatro mil hebreos que serán llamados en este tiempo final, ellos morirán durante la gran tribulación porque el anticristo los matará con los ejércitos que enviará contra ellos, pero ellos resucitarán al final de la gran tribulación y estarán en el Reino Milenial de Cristo.
Pero la Iglesia del Señor Jesucristo compuesta por los nacidos de nuevo será transformada, y los muertos en Cristo serán resucitados en cuerpos eternos, y entonces estaremos unos días aquí en la Tierra estrenando el nuevo cuerpo, que será joven, eterno, inmortal, incorruptible y glorificado, como el cuerpo glorificado de Jesucristo.
Y para ese tiempo habrá una manifestación plena del poder de Dios, porque ya estaremos adoptados. Por eso hemos sido sellados con el Sello del Dios Vivo, con el Espíritu Santo, para el Día de la Redención, o sea, para el día en que seremos transformados y obtendremos la inmortalidad física.
De eso fue que habló San Pablo en Hebreos; y también habló en otros lugares como en Efesios, capítulo 4, verso 30; y en Romanos, capítulo 8, versos 19 al 23, en donde nos habla de la manifestación gloriosa de los hijos de Dios, lo cual será la Adopción, o sea, la Redención del cuerpo, será nuestra transformación para los que vivimos.
Ahora, veamos una cosa muy importante, ya que esta resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de los que vivimos depende de que suene primero la gran Voz de Trompeta. Sin la gran Voz de Trompeta sonar, no habrá resurrección ni transformación para los que estamos vivos, no habrá resurrección para los muertos en Cristo.
La misma Voz que dijo a Lázaro: “Ven fuera,” que es la Voz de Cristo, es la misma Voz que llamará a los muertos creyentes en Él, los resucitará, y a nosotros los que vivimos Cristo nos transformará, porque estaremos escuchando esa gran Voz de Trompeta.
Ahora, bajo la gran Voz de Trompeta será que los creyentes en Cristo recibirán la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. Por lo tanto, queremos saber más acerca de esa gran Voz de Trompeta; porque sin escuchar esa gran Voz de Trompeta, no habrá resurrección de los muertos en Cristo ni transformación de nosotros los que vivimos.
Veamos aquí lo que nos dice este pasaje de: “La Religión de Israel,” página 77:
“Una de las costumbres más interesantes del Pésaj (o sea, en la pascua) es la colocación de una copa de vino ‘para el profeta Elías,’ que ascendió al cielo en un carro de fuego, y regresará para anunciar al Mesías.”
El pueblo hebreo está esperando el Mesías, pero antes del Mesías está esperando al Profeta Elías. En la página 73 también nos habla sobre esto en este mismo libro, y dice:
“Cuando llegue el tiempo del reino de la fe israelita, Dios enviará a su profeta Elías que ‘unirá el corazón de los padres al de sus hijos, y el corazón de los hijos al de los padres,’ y proclamará así paz universal imperecedera. Ése es el verdadero precursor del Mesías judío, el ángel de la unión y de la concordia en el mundo.”
Es muy importante saber lo que el pueblo hebreo está esperando, para poder comprender porqué han ido miles o millones de misioneros, de predicadores, de evangelistas al pueblo hebreo y no han podido convertir el pueblo hebreo a Cristo.
El pueblo hebreo como nación no ha sido convertido a Cristo, ¿por qué? Porque ellos están esperando a un hombre, el cual convertirá el corazón de ellos a la fe de los padres, los Apóstoles, convertirá el corazón de ellos a la fe mesiánica, a la fe cristiana.
Por eso es que todavía el pueblo hebreo dice que no cree que Jesucristo es el Mesías; pero dejen que aparezca ese Elías que ellos están esperando, y ustedes verán que cuando ellos lo vean, creerán en él, creerán en su Mensaje, porque ése será el Mensaje de la gran Voz de Trompeta sonando para el pueblo hebreo, pero eso también es el Mensaje de la gran Voz de Trompeta que suena primero para la Iglesia del Señor Jesucristo.
Por lo tanto, la gran Voz de Trompeta estará primero en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo, y por consiguiente el misterio de Elías estará en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo, ¿para qué? Para poder llevar el Evangelio de Cristo al pueblo hebreo; para poderle llevar tiene que estar en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo, Elías: y ser un redimido por la Sangre de Jesucristo nuestro Salvador, para poderle hablar de Cristo y del Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario.
Por lo tanto, los gentiles, la Iglesia del Señor Jesucristo tendrá ese ministerio en medio de ella, y así como los hebreos trajeron el Evangelio a los gentiles por medio de la manifestación del Espíritu Santo en San Pedro y en San Pablo: San Pedro en la casa de Cornelio, un gentil que recibió el Evangelio de Cristo, y luego San Pablo en Asía Menor llevando el Evangelio a los gentiles y pasando también a otras naciones.
Y ahora, para el Día Postrero así como los judíos trajeron el Evangelio a los gentiles por medio del ministerio de San Pedro y San Pablo, los gentiles, la Iglesia del Señor Jesucristo, llevará el Evangelio al pueblo hebreo, por medio de los ministerios de los dos Olivos, de Moisés y Elías, que estarán en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo.
Y estará Cristo en Espíritu Santo hablando a través de esos ministerios, y estará la Iglesia de Jesucristo y después el pueblo hebreo, escuchando la gran Voz de Trompeta; estará escuchando por consiguiente la gran Trompeta que está prometida para sonar y juntar al pueblo hebreo; y por consiguiente esa bendición tan grande la tendrá primero la Iglesia del Señor Jesucristo.
Y esa gran Voz de Trompeta, miren lo que es, aquí en Hebreos, capítulo 12, dice verso 25 en adelante:
“Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los cielos.”
¿Y quién es el que amonesta desde el Cielo? El Espíritu Santo, el cual ha estado en la Iglesia de Señor Jesucristo guiándola a toda justicia y a toda verdad.
“La voz del cual conmovió entonces la tierra, pero ahora ha prometido, diciendo: Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo.”
Esa Voz conmoverá, no solamente la Tierra, sino también los Cielos, el Cielo:
“Y esta frase: Aún una vez, indica la remoción de las cosas movibles, como cosas hechas, para que queden las inconmovibles.
Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia;
porque nuestro Dios es fuego consumidor.”
Y ahora, todo lo que va a acontecer durante la gran tribulación será hablado por esta Voz, la Voz de Dios, la Voz de Cristo, por medio de Su Espíritu Santo: esa es la Voz que conmoverá no solamente la Tierra sino también los Cielos, es la Voz de Cristo hablando en medio de Su Iglesia. Esto también fue dicho en el Antiguo Testamento, y de ahí fue que lo citó el Apóstol Pablo, lo tomó de Hageo. Vamos a ver lo que nos dice a través del Profeta Hageo: capítulo 2, verso 6, dice:
“Porque así dice Jehová de los ejércitos: De aquí a poco yo haré temblar los cielos y la tierra, el mar y la tierra seca;
y haré temblar a todas las naciones, y vendrá el Deseado de todas las naciones; y llenaré de gloria esta casa, ha dicho Jehová de los ejércitos.”
Vean todo lo que va a hacer la Voz de Dios hablando en este tiempo final, hablará en medio de Su Iglesia y después en medio del pueblo hebreo: eso es lo que está prometido, y por consiguiente eso es lo que Dios estará haciendo.
En Joel también nos dice que Dios va a rugir desde Sion, dice capítulo 3, verso 16 de Joel:
“Y Jehová rugirá desde Sion, y dará su voz desde Jerusalén, y temblarán los cielos y la tierra; pero Jehová será la esperanza de su pueblo, y la fortaleza de los hijos de Israel.”
Esa es la gran Voz de Trompeta, la Voz de Dios, la Voz de Cristo por medio de Su Espíritu Santo, rugiendo desde Sion, desde Su Iglesia, y dando Su Voz desde Jerusalén.
Por lo tanto, esa es la Voz que todos los que van a ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, estarán escuchando en este tiempo final; y esa es la misma Voz que escucharán los muertos en Cristo y resucitarán en cuerpos glorificados.
Esa es la Voz que yo quiero escuchar todos los días de mi vida, es la Voz de Cristo por medio de Su Espíritu Santo en medio de Su Iglesia, dándonos Su Mensaje final. Esa es la Voz de la Fiesta de las Trompetas, la Voz de la Fiesta de las Trompetas de año nuevo para el pueblo hebreo, y por consiguiente es la Voz de Cristo por medio de Su Espíritu Santo, para una nueva vida que hemos de tener en un cuerpo eterno, inmortal, incorruptible y glorificado.
Por consiguiente la Gran Voz de Trompeta, es la Voz más importante que estará escuchando la Iglesia del Señor Jesucristo, porque es la Voz de Cristo por medio de Su Espíritu Santo hablándole a Su pueblo en el Día Postrero.
Por eso nos habla de que enviará Sus Ángeles con gran Voz de Trompeta y juntarán a Sus escogidos, y también en la parábola del trigo y la cizaña Cristo dice que envía Sus Ángeles para llevar a cabo la labor de la gran cosecha. Eso está en San Mateo, capítulo 13, verso 30 al 43, por consiguiente esa es la Voz que yo quiero escuchar todos los días de mi vida, y es la Voz que me dará la fe para ser transformado y llevado con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
¿Y quién más quiere escuchar esa Voz en este tiempo final? Pues todos queremos escucharla, porque de esa Voz hablando, sonando, esa gran Voz de Trompeta, depende la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de nosotros los que vivimos.
Por lo tanto, queremos escuchar la Voz que amonesta desde el Cielo, la Voz de Cristo por medio de Su Espíritu Santo, queremos escuchar Voz de Dios y no de hombre, esa es la gran Voz de Trompeta para mí. ¿Y para quién más? Para cada uno de ustedes también.
Si alguno ha recibido a Cristo como Salvador, ha sido bautizado en agua en Su Nombre y ha recibido Su Espíritu Santo, ha nacido de nuevo y ha entrado al Reino de Dios, ha nacido del Agua y del Espíritu y ya tiene Vida eterna, ya obtuvo una transformación interior y está esperando la transformación física, que es la adopción del cuerpo; o sea, la Redención del cuerpo.
Si alguno todavía no ha recibido a Cristo como Salvador, todavía no ha entrado al Reino de Dios, pero ya ha escuchado la predicación del Evangelio de Cristo, y la fe viene por el oír la Palabra de Dios, el Evangelio de Cristo. “Y con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.” [Romanos 10:10]
Ahora tiene la oportunidad de confesar públicamente a Cristo como su único y suficiente Salvador, dando testimonio público de su fe en Cristo. Cristo dijo:
“Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.
El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.” Tan simple como eso.
Si hay alguna persona que todavía no ha recibido a Cristo como Salvador, puede hacerlo en esta noche, puede venir al frente para recibir a Cristo como Salvador, y yo oraré por usted para que Cristo le reciba en Su Reino, le perdone y con Su Sangre le limpie de todo pecado.
Vamos a dar unos minutos en lo que pasan al frente las personas que quieren dar testimonio público de su fe en Cristo, y no habían recibido a Cristo como Salvador, pueden venir en estos momentos para que Cristo les reciba en Su Reino.
Cristo dijo en San Mateo, capítulo 10, versos 32 al 33: “Cualquiera que me confesare delante de los hombres, Yo le confesaré delante de mi Padre. Mas a cualquiera que me negare delante de los hombres, Yo le negaré delante de mi Padre que está en los Cielos.” Si le negamos Él nos negará delante de nuestro Padre Celestial; si le recibimos como Salvador y damos testimonio público de nuestra fe en Él, Él nos confesará delante de nuestro Padre Celestial, y el Padre Celestial nos dará la entrada a Su Reino eterno.
Si falta alguna persona por venir a los Pies de Cristo, puede venir para que quede incluido en esta oración.
Dios tiene mucho pueblo aquí en Brasilia y en toda la República del Brasil, y los está llamando en este tiempo final. Si oyes hoy Su Voz, no endurezcas tu corazón, Él te está llamando para perdonar tus pecados, con Su Sangre limpiarte de todo pecado, y para que seas bautizado en agua en Su Nombre, y Él bautizarte con Espíritu Santo y Fuego y producir en ti el nuevo nacimiento y por consiguiente darte la Vida eterna.
Es Vida eterna lo que Cristo le da al que lo recibe como su único y suficiente Salvador. Cristo dijo: “Mis ovejas oyen mi Voz y me siguen, y Yo las conozco, y Yo les doy Vida eterna.” Es Vida eterna lo que Cristo le da a Sus ovejas que escuchan Su Voz y lo siguen, eso está en San Juan, capítulo 10, versos 27 en adelante.
Si oyes hoy Su Voz, no endurezcas tu corazón, tú eres una oveja del Señor, por esa causa estás aquí presente; y ustedes que están a través de internet o del satélite, por esa causa es que ustedes están reunidos escuchando la predicación del Evangelio de Cristo en esta ocasión, el nombre de ustedes está escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida, y Él los está llamando en estos momentos para darles Vida eterna.
Pueden continuar viniendo los que faltan por venir a los Pies de Cristo. Vamos a estar puestos en pie; los que están en otras naciones también pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo en estos momentos.
Los niños de diez años en adelante también pueden venir a los Pies de Cristo, pues tienen ya edad en la cual tienen conciencia del bien y del mal.
En el Cielo hay gozo en estos momentos, pues Cristo dijo que hay gozo en el Cielo cuando un pecador se arrepiente; lo que causa gozo en el Cielo es que los pecadores al escuchar la predicación del Evangelio de Cristo vengan arrepentidos a los Pies de Cristo. Hay gozo en el Cielo en estos momentos. Cuando nace un rey hay gozo en el Cielo.
Cuando Cristo nació hubo gozo en el Cielo, y Dios envió a un Arcángel con una poderosa hueste celestial, con instrumentos cantando y tocando esos instrumentos, ¿por qué? Porque había nacido el Rey, Jesucristo en este planeta Tierra. Y cuando en el Reino de Dios nace un hijo o una hija de Dios, ha nacido un rey o una reina en el Reino de Dios, y por consiguiente hay gozo en el Cielo.
Vamos ya a orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo, si falta alguna persona, puede venir.
Algunas veces hay personas que son tímidas y cuando escuchan la predicación del Evangelio de Cristo, nace la fe de Cristo en su alma, creen de todo corazón en Cristo; pero cuando les toca dar testimonio público de su fe en Cristo para obtener la salvación, porque con la boca se confiesa para salvación, se confiesa a Cristo como su único y suficiente Salvador.
Algunos son tímidos, y les da timidez de que los vean pasar al frente para recibir a Cristo; Cristo dijo que el que se avergonzare de Él delante de los hombres, Él se avergonzará de esa persona delante del Padre Celestial que está en los Cielos.
Por lo tanto, no nos podemos avergonzar de Cristo, diga de todo corazón: “Yo he escuchado la predicación del Evangelio de Cristo, nació la fe de Cristo en mi alma, creo en Cristo de todo corazón, y me levanto y paso al frente y doy testimonio público de mi fe en Cristo, y lo recibo como mi único y suficiente Salvador.”
Eso es lo que Jesucristo quiere que usted haga, porque usted tiene libre albedrío y le toca a usted hacer esa parte; y a Cristo le toca perdonarlo, limpiarlo con Su Sangre de todo pecado, bautizarlo con Espíritu Santo y Fuego y producir en usted la Vida eterna, o sea, producir el nuevo nacimiento y darle la Vida eterna.
Es para recibir la Vida eterna que venimos a los Pies de Cristo, no hay otra forma en que el ser humano pueda recibir la Vida eterna, Dios nos ha dado Vida eterna, y esta vida está en Su Hijo, en Jesucristo, y por consiguiente para recibir la Vida eterna tenemos que venir a Jesucristo, el cual la tiene para todos nosotros.
Dios le ha dado a Jesucristo la exclusividad de la Vida eterna, por lo cual tenemos que venir al que tiene la exclusividad de la Vida eterna para que nos dé la Vida eterna, y esa persona es nuestro amado Señor Jesucristo.
Si falta alguna persona por venir a los Pies de Cristo, venga en estos momentos para que Cristo le reciba en Su Reino.
Todavía en las demás naciones que están a través de internet o del satélite pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo.
Vamos ya a orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo. Vamos a levantar nuestras manos al Cielo a Cristo, vamos a cerrar nuestros ojos los que están aquí presentes y los que están en otras naciones también; y los que han venido a los Pies de Cristo en esta noche para dar testimonio público de su fe en Cristo, repitan conmigo esta oración:
Señor Jesucristo, vengo a Ti creyendo en Ti de todo corazón, creo que Tú eres el Hijo de Dios que has venido al mundo, y has muerto en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de la Expiación por mis pecados.
Señor Jesucristo, reconozco que soy pecador y reconozco que necesito un Salvador, y reconozco que Tú eres mi único y suficiente Salvador, por lo cual doy testimonio público de mi fe en Ti y Te recibo como mi único y suficiente Salvador.
Señor Jesucristo, perdona mis pecados y con Tu Sangre límpiame de todo pecado, y bautízame con Espíritu Santo y Fuego luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre, quiero entrar a Tu Reino eterno, quiero nacer en la Vida eterna para vivir eternamente contigo en Tu Reino eterno.
Señor Jesucristo, en Tus manos encomiendo mi alma, salva mi alma, Te lo ruego en Tu Nombre eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén y amén.
Y ahora, con nuestras manos levantadas al Cielo, a Cristo, todos decimos: ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado!
Cristo les ha recibido en Su Reino, ha perdonado vuestros pecados y con Su Sangre les ha limpiado de todo pecado. Sean bautizados en agua en Su Nombre lo más pronto posible.
Y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento. En el Nombre del Señor Jesucristo. Y a vuestros familiares Cristo los traiga a Sus Pies y les dé también la salvación y Vida eterna, para que estén con ustedes en el Reino eterno de Jesucristo viviendo. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.
Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, aquí en Brasilia, República del Brasil, en esta Iglesia Cristiana: “Iglesia Cristiana Evangélica Renovada,” en Brasilia; y con ustedes también que están a través de internet o del satélite.
Muchas gracias ministros de esta Iglesia, y que Dios les bendiga grandemente; y también a usted, doctor Roberto dos Santos, que Dios le bendiga grandemente y le use grandemente en Su Reino en este tiempo final; y a cada uno de ustedes también ministros.
Y que Cristo añada muchas almas a esta congregación y a todas las congregaciones que ustedes estén atendiendo en toda la República del Brasil, y en todas las congregaciones o iglesias que ustedes abran, que ustedes den comienzo, que ustedes establezcan en la República del Brasil.
Que Dios les use grandemente en Su Reino, en Su Iglesia en este tiempo final.
Agradezco la invitación que me hicieron para estar con ustedes en vuestra Iglesia para esta ocasión.
Muchas gracias, y muchas gracias a todos por vuestra amable atención.
Dejo a continuación al pastor Gedário, para continuar.
“LA GRAN VOZ DE TROMPETA.”