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| Comiendo el alimento solido | 2005-05-21 | 1 | Trujillo | La Libertad | PE | 01:03:00 | false | true |
Muy buenas tardes, ministros compañeros en el Cuerpo Místico de Cristo, la Iglesia del Señor Jesucristo; es una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final.
Para lo cual leemos en el Libro de los *Hebreos, capítulo 5, versos 11 al 14, donde nos dice:
“Acerca de esto tenemos mucho que decir, y difícil de explicar, por cuanto os habéis hecho tardos para oír.
Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido.
Y todo aquel que participa de la leche es inexperto en la palabra de justicia, porque es niño;
pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.”
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
“COMIENDO EL ALIMENTO SOLIDO.”
Y ahora, veamos aquí, ¿de qué les estaba hablando San Pablo aquí antes de decirle eso? Miren de lo que estaba hablando, lo cual es alimento sólido. Dice aquí capítulo 5, verso 1 en adelante:
“Porque todo sumo sacerdote tomado de entre los hombres es constituido a favor de los hombres en lo que a Dios se refiere, para que presente ofrendas y sacrificios por los pecados;
para que se muestre paciente con los ignorantes y extraviados, puesto que él también está rodeado de debilidad;
y por causa de ella debe ofrecer por los pecados, tanto por sí mismo como también por el pueblo.
Y nadie toma para sí esta honra, sino el que es llamado por Dios, como lo fue Aarón. Así tampoco Cristo se glorificó a sí mismo haciéndose sumo sacerdote, sino el que le dijo: Tú eres mi Hijo, Yo te he engendrado hoy.
Como también dice en otro lugar: Tú eres sacerdote para siempre, Según el orden de Melquisedec.
Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente.”
Ahora vean, dice que Cristo en los días de su carne, ofrecía ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas; o sea, que lloraba clamando a Dios, pidiendo a Dios.
“...al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente.
Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia;
y habiendo sido perfeccionado (habiendo sido ¿qué? Perfeccionado), vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen;
y fue declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec.”
Ya pronto ese misterio va a estar abierto completamente.
Ahora, vean ustedes:
“...y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación (¿para quiénes?) para todos los que le obedecen y fue declarado por Dios sumo sacerdote según el orden de Melquisedec.”
Ya en términos matemáticos... recuerden que el Programa de Dios corre en las matemáticas de Dios también. Y en el campo de las matemáticas, hay aritmética; y en la aritmética hay suma, resta y multiplicación. Pero luego hay álgebra, geometría, y así por el estilo. Y ya eso en álgebra y geometría, y cosas así, ustedes encuentran que en química se usan, se usa el álgebra y usted ve números con letras al lado, y tiene que sumar o multiplicar todo eso y tiene que dar un resultado.
Y en la Palabra de Dios encontramos que hay aritmética, pero hay también álgebra. Por lo tanto, ya cuando se trata de álgebra, ya eso nos lleva a los mismos truenos, lo que los truenos hablaron; y todo eso tiene que dar un resultado.
Por lo tanto, las promesas de Dios para el Día Postrero, por cuanto Él dijo que ni los Ángeles sabían, todo eso entonces está dentro de los términos de álgebra espiritual.
Por lo tanto, en estos términos de álgebra espiritual, vean, hay que sumar, sumar o multiplicar o dividir, o lo que sea, pero ya es en términos paralelos al álgebra. Por lo tanto, hay ya un niño de primer grado, un niño como lo muestra aquí Pablo.
Vean, le está hablando de Melquisedec, pero le dice: “Pero ustedes en vez de ya ser maestros, ustedes están de leche todavía, de estar tomando leche; no de estar comiendo comida sólida, dura; porque la comida sólida es para los que han alcanzado madurez; por lo tanto han madurado en el conocimiento de Dios.”
Ahora, vamos a ver “Sellos,” página 448 (la 410 también habla de eso). Aquí está, dice página 448:
“Noten cuán misterioso es y cuan perfectamente es colocado aquí, matemáticamente en las Escrituras.”
Y está hablando del séptimo capítulo del Apocalipsis, que corresponde, ¿a quién? Aquí dice: “El séptimo capítulo del Apocalipsis,” dice:
“Vemos pues este paréntesis entre el sexto y octavo capítulo del Apocalipsis (pues entre el sexto y octavo, pues lo que está es el siete).
En este séptimo capítulo de Apocalipsis hallamos la revelación de algo que sucede. No es que está aquí de balde, ni así fue colocado entre estos dos capítulos; tiene su propósito, y es una revelación que nos muestra algo.
Noten cuán misterioso es y cuan perfectamente es colocado aquí, matemáticamente en las Escrituras. ¿Cree usted en las matemáticas de Dios? Si no entonces de cierto se perderá en la Palabra (o sea, estará todo desorientado, si no cree en las matemáticas de la Palabra).
Si trata de poner un cuatro o un seis u otra cosa en algún otro orden aparte de como vienen en la Palabra, pues tendrá una escena con una vaca comiendo el pasto allá arriba del árbol. Nunca le saldrá bien así, porque la Palabra de Dios siempre corre matemáticamente correcta. Si señor, perfectamente. No hay otra literatura escrita tan perfecta en cuanto a la matemática.”
Lo más perfecto es la Palabra de Dios.
Ahora, vean aquí, ya que leímos eso, la página 410 del “Libro de los Sellos,” también dice:
“Alguien me dijo: ‘Hermano Branham, la gente lo considera a usted como profeta.’ Yo no digo que soy profeta, nadie me ha oído decir eso.”
Ahora vean, él dice: “Yo no digo que soy profeta, nadie me ha oído decir eso.” Sin embargo usted lee en algunos mensajes y le dice a la gente, dice a la gente: “Si usted cree que yo soy el profeta de Dios.” Pero no era él, era el Espíritu Santo hablando esas cosas.
Y el Espíritu Santo en sí es el Profeta, pero manifestado a través de un velo de carne; y por consiguiente el velo de carne es llamado Profeta, pero en sí el Profeta es el Espíritu Santo, que es que le profetiza a través de las diferentes personas.
Por eso el hermano Branham en otras ocasiones dice: “Yo me puse a escuchar la cinta y escuche que sí lo había dicho.”
¿Ven? Pero recuerden, era el Espíritu de Dios en él. Por eso hay que entender cuando él habla algo y encontramos: “Oye pero el está diciendo que nunca ha dicho eso, y yo puedo leer acá que lo dijo. ¿Cómo es eso?” ¿Ven? Ahí también tiene que conocer las matemáticas, que hay dos personas: él como persona, como hombre; y otra persona, que es el Espíritu Santo. ¿Ven? Y entonces cuando habla el Espíritu Santo, entonces no es él por sí mismo, el que está hablando. Dice:
“Pero digo esto: Si ustedes así lo creen... Y ésta persona me dijo: ‘¿Por qué no les enseña usted cómo recibir el Espíritu Santo, y cómo recibir estas cosas, y los grandes dones espirituales para así ayudar en la iglesia?’ ¿Cómo les puedo enseñar álgebra, cuando ni me escuchan mientras trato de enseñarles el abecedario? Correcto. Hagan primero estas cosas pequeñas. Regrese al principio, y comience limpiamente. Amén.”
Sigue diciendo, más abajo dice, vean:
“¿De qué estábamos hablando? No fue mi intención salirme del tema. Perdónenme. Sí, la pregunta era referente a Elías. Sí. Ahora, el Elías que vendrá a los gentiles será un gentil ungido con ese espíritu, porque Dios usa ese mismo espíritu cada vez que va a sacar a Su pueblo del caos. La primera vez vio que este espíritu resultó bien, y por eso lo trae varias veces más. Si Él usara un espíritu educado y muy fino, entonces, solamente esa clase de personas lo captarían.”
De lo que estábamos hablando Miguel, de que Dios envía la clase de espíritu con la clase de preparación que tiene que ver con la situación del pueblo. Si Dios va a tratar con un pueblo bien educado, pues Él les manda un hombre bien educado. Si va a tratar con un pueblo sencillo, les manda un hombre sencillo. ¿Ven? Pero recuerden que eso está en el espíritu de la persona. Vean,
“Si Él usara un espíritu educado y muy fino, entonces, solamente esa clase de personas lo captarían, Él más bien trae a una persona que apenas conoce el abecedario, y que no puede pronunciar bien las palabras; un tipo del desierto, y lo presenta a la gente sencilla para que ellos lo capten. Si hubiera venido una persona educada, como dijo Pablo...”
Ahora vean, dice:
“No vine a vosotros con palabras persuasivas de humana sabiduría, mas con demostración de poder de la resurrección.” Dios lo mantuvo allá en Arabia tres años y medio para sacarle toda esa sabiduría humana que había acumulado. Y con Moisés tomó cuarenta años para sacarle todo lo que había aprendido bajo Faraón.”
Ahora, vean cómo es que nos habla Dios por medio del Reverendo William Branham y como nos muestra que hay la revelación divina, la Palabra y el Programa de Dios, tiene partes sencillas que son comparables con las matemáticas acá de nosotros, y tiene partes mas difíciles que son comparadas con álgebra; y una persona que no haya estudiado álgebra, ve muchos números en la pizarra pero no entiende. Diríamos, nosotros decimos: “No entiende ni papa.”
Así esa es las matemáticas, ya corresponden a lo que los siete truenos hablaron. En las matemáticas de Dios eso corresponde a álgebra. Donde vemos, por ejemplo miren vemos, dos Olivos prometidos en la Biblia y luego vemos un Ángel, llamando ciento cuarenta y cuatro mil.
¿Pero no eran Moisés y Elías, no eran dos Profetas, los dos Olivos? ¿Ven? Lo que pasa es que en álgebra usted puede tener 1, 1E+1E, y le tiene que dar un resultado. Y así por el estilo usted encontrará muchas cosas que están ahí señaladas.
Algunas veces una persona que no sabe y ve las sumas de álgebra dice: “Pero cómo se entiende eso, si eso no parece como cuando yo sumo 1+1 me da 2; ó 2+2 me da 3; o divido.” Es que en las matemáticas es una parte de las matemáticas llamada álgebra que se trabaja en esa forma; sí, son números con letras. Y números con letras, pues ya es más difícil; pero las personas que han aprendido, pues, ya pueden entender.
Y aquí en la Escritura las cosas correspondientes al Séptimo Sello, y a los truenos, todo eso cae en ese nivel para las personas que han sido enseñadas por el Espíritu de Dios en el Día Postrero.
Ahora, siendo que la Palabra de Dios es el Alimento para el alma, el mismo Cristo dijo: “No solamente de pan vivirá el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.” (San Mateo capítulo 4, verso 4; y San Lucas, capítulo 4, verso 4 también)
Y ahí veamos cómo es que viene la Palabra, el alimento para el alma nuestra. En Amós, capítulo 3, también dice... y el capítulo 3, verso 7; y el capítulo 8, verso 11. En el capítulo 8, verso 11, dice que habrá hambre, y no hambre de pan ni sed de agua, sino de oír la Palabra de Dios. Es de oír la Palabra de Dios para el tiempo en que la persona está viviendo. Y esa Palabra de Dios para el tiempo en que la persona está viviendo es el Alimento Espiritual para el alma de todas las personas.
Usted no puede decir: “Yo comí ayer no tengo que comer más.” Tiene que comer cada día. Por eso Cristo dijo orando que pidiésemos a Dios el pan nuestro ¿de qué? De cada día. Y así es en lo espiritual, en la Iglesia en la diferentes etapas de la Iglesia.
Las diferentes etapas de la Iglesia están mostradas con días, y por consiguiente cada edad está representada en un día de la semana. Y cuando terminan los siete días de la semana, después del sábado ¿que viene? El domingo, el primer día; o sea, se regresa al principio. Por eso es que en el día domingo está todo el Programa de la Restauración de la Iglesia, a lo que era en el tiempo de los Apóstoles.
Porque el primer día, ¿qué es? El primer día de la semana es el mismo día que comenzó, ahora vuelve al mismo sitio. Y eso es la Edad de la Piedra Angular, la Edad en que vivió Jesucristo y los Apóstoles; y por eso la Piedra Angular estaba allí, Cristo.
Por lo tanto, ellos estaban en una edad de Piedra Angular, y fue en una edad de Piedra Angular que vino el Espíritu Santo; y vino para la transformación de aquellos ciento veinte creyentes, y luego de los demás que recibieron a Cristo. Y la transformación física, vendrá también, en una Edad de Piedra Angular; y eso lo podemos decir abiertamente ¿por qué? Porque no vino en edades pasadas; o sea, que ninguno de las edades pasadas puede decir: “No, eso era para nuestra edad.”
Bueno, pues cualquiera que reclame que era para una edad de las siete edades, pues miren, no se cumplió en ninguna de las siete edades, porque no era para ninguna de las siete edades; era para la Edad de la Piedra Angular, que es la edad en donde se regresa, de nuevo al primer día de la semana, se regresa de nuevo allá al tiempo de los Apóstoles, de Jesús y los Apóstoles. ¿Se regresa a qué? Al tiempo de la Venida de la Piedra Angular, que es Cristo nuestro Salvador.
Por lo tanto, la Iglesia de Jesucristo del Día Postrero, estaría en la Edad de la Piedra Angular la Edad de y para la Venida del Señor; las otras edades no tenían esa promesa aunque no estaba abierto ese misterio, pero ahora está abierto que era para nuestro tiempo esa promesa.
Por lo tanto, es en nuestra edad donde Cristo luego que complete Su Iglesia y se levante del Trono del Padre, y toma el Titulo de Propiedad; y como el León de Tribu de Judá como Rey de reyes y Señor se señores Juez de toda la Tierra haga Su Obra de Reclamo, ¿Él a qué etapa de la Iglesia vendrá? Pues a la nuestra, porque ya las otras ya pasaron.
Por lo tanto la única etapa de la Iglesia, la única edad que estaría esperando la Venida del Señor y Cristo vendría sería ¿cual? La Edad de la Piedra Angular. Las otras edades esperaron la Venida del Señor pero no podía cumplirse en esas edades pasadas, porque es para el Día Postrero.
Por lo tanto, ellos tuvieron que dormir, su cuerpo físico morir; pero la promesa es que habrá un grupo de personas que verán la Venida del Señor, y dice que los que estaremos vivos seremos transformados y los muertos serán resucitados, incorruptibles. Esas son promesas para nuestro tiempo.
Ahora, vean ustedes, para el tiempo de la Primera Venida de Cristo Él vino como el Cordero de Dios para quitar el pecado del mundo, y Él era la Palabra prometida para ese tiempo hecha carne, el Verbo hecho carne; y Él mismo se identificó con esa Palabra prometida, Él mismo se identificó como el Mesías prometido. Y luego cuando murió, resucitó y ascendió al Cielo, del Día de Pentecostés en adelante encontramos que Cristo vino el Día de Pentecostés en Espíritu Santo y se ha mantenido en medio de Su Iglesia, y comenzó a reproducirse en hijos e hijas de Dios. Allí nació la Iglesia a través de la cual se reproducirían en hijos e hijas de Dios.
Y Cristo ha estado en Espíritu Santo en medio de Su Iglesia, guiando y enseñando a Su Iglesia, a toda justicia y a toda verdad; y ha estado el Espíritu Santo a través de seres humanos, ungidos con el Espíritu Santo, hablando, predicando el Evangelio de Cristo, las buenas noticias de la Primera Venida de Cristo y la muerte de Cristo como el Sacrificio de la Expiación por nuestros pecados.
Y toda persona que ha recibido a Cristo como Salvador, ha sido bautizado en agua en Su Nombre arrepentido de sus pecados, Cristo lo ha bautizado con Espíritu Santo y Fuego, y ha producido esa transformación interior; porque la persona recibió la fe para ser transformado interiormente, la fe, la revelación de la Primera Venida de Cristo; porque fe es revelación.
Y ahora, nos falta la transformación física, que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo; y la fe de Rapto y transformación, la fe de transformación y Rapto es la revelación de transformación y Rapto la revelación del Séptimo Sello, la revelación de la Segunda Venida de Cristo.
Por lo tanto, todos los que van a ser transformados tendrán la revelación del Séptimo Sello, la revelación de la Segunda Venida de Cristo. Esa es la revelación que tendrán todos lo que van a ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
Vean, en Filipenses, capítulo 3, verso 20 al 21, dice:
“Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;
el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra.” ¿Para qué tiempo es que está prometida la transformación de nuestros cuerpos? Para el tiempo de la Venida del Señor en el Día Postrero. Para eso es que esperamos a Cristo en Su Segunda Venida.
“...el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra,
para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.”
Y ahora, para poder obtener esa transformación de nuestros cuerpos, nosotros los que vivimos tendremos ¿qué? La fe de transformación y Rapto, que es la fe, la revelación del Séptimo Sello, la revelación de la Segunda Venida de Cristo.
Por eso el Reverendo William Branham hablando acerca de la fe de Rapto, de transformación y Rapto, dice en la pagina 131, del “Libro de los Sellos:”
“Y ahora Jesús: Su Nombre sobre la tierra fue Jesús el Redentor, porque fue el Redentor cuando estuvo sobre la tierra; pero cuando conquistó el infierno y la muerte; los venció y ascendió, entonces recibió un nuevo Nombre. Por esa razón es que gritan y hacen tanto ruido y no reciben nada. Será revelado en los Truenos. (¿Ven?)
Fíjense en el misterio. Él viene cabalgando. Tiene que haber algo para cambiar esta iglesia. Ustedes saben eso. ¡Tiene que venir algo!
Ahora noten: Nadie entendía ese nombre, sino Él mismo.
Y estaba vestido de una ropa teñida en sangre: y su nombre es llamado EL VERBO DE DIOS.
Y los ejércitos que están en el cielo le seguían en caballos, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio.
Y de su boca sale una espada aguda, para herir con ella las gentes; y él los regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor, y de la ira del Dios Todopoderoso.
Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES. (Apocalipsis 19:13-16).
Allí viene el Mesías, allí es donde está.”
Y ahora, vean cómo aquí nos habla de lo que va a cambiar a la Iglesia, lo que traerá un cambio para la Iglesia, y lo que traerá por consiguiente un cambio físico para nosotros, la transformación de nuestros cuerpos.
También la pagina 128, por el centro de esa página, dice:
“Ahora, los Siete Truenos de Apocalipsis permitirán que Él muestre a la Novia cómo prepararse para obtener esa gran fe de traslación.”
Por lo tanto, los truenos muestran, revelan, porque los truenos son los que tienen la revelación del Séptimo Sello. Los truenos son los que tienen la revelación, los que hablan la revelación, muestran la revelación de la Segunda Venida de Cristo.
Y ahora, todo esto tiene que ser conforme a como está prometido, no puede ser de otra forma. Y siendo el Reverendo William Branham el precursor de la Segunda Venida de Cristo y por consiguiente su Mensaje, es el Mensaje que precursa la Segunda Venida de Cristo; por consiguiente como es precursado, así tiene que cumplirse lo que está prometido.
El más información de todos los Profetas de las edades pasadas y de las dispensaciones pasadas, que más información nos ha dado acerca de la Segunda Venida de Cristo es el Reverendo William Branham. Pero no fue del mismo sino que fue el Espíritu Santo a través de él dándonos toda esa revelación divina, toda esa información con relación a la Venida del Señor para el Día Postrero.
Por lo tanto, para el Día Postrero los escogidos obtendrán esta revelación divina a través de la Voz de los siete truenos; y la Voz de los siete truenos es la Voz de Cristo, el Ángel del Pacto.
En Apocalipsis capítulo 10, verso 1 al 7, es Cristo el Ángel Fuerte que desciende del Cielo, con el Arco Iris alrededor de Su cabeza y con Sus ojos como llamas de fuego, con Su cabeza como blanca lana también, y con una espada que sale de Su boca, que es la Palabra; y tiene los Pies como de bronce bruñido, refulgentes como columnas de fuego; y cuando hubo clamado, clamó como cuando ruge un león; y cuando hubo clamado siete truenos emitieron sus voces. ¿Ven? Es la Voz de Cristo, el Ángel del Pacto.
Y ahora, vamos a ver lo que nos dice aquí en la página 120, hablándonos del capítulo 10 del Apocalipsis. Dice, página 120 (cita capítulo 10 del Apocalipsis), dice:
“Y vi otro ángel fuerte descender del cielo, cercado de una nube, y el arco celeste sobre su cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego.’
Ahora, nosotros vimos la misma cosa, la cual es Cristo; y sabemos que Cristo siempre es el Mensajero a la Iglesia. Él es llamado ‘Columna de Fuego,’ ‘El Ángel del Pacto,’ y así por el estilo.”
Es Cristo el Ángel del Pacto, la Columna de Fuego, el que viene en Apocalipsis, capítulo 10; y tenía un librito en Su mano. Ahora, dice que es el Mensajero de la Iglesia.
Y ahora, veamos aquí en la página 57 del “Libro de los Sellos,” dice citando Apocalipsis, capítulo 5, dice... vamos a leer aquí al final, dice:
“Y él vino, y tomó el libro de la mano derecha de aquel que estaba sentado en el trono.’ Apocalipsis 5:17.
Este libro sellado con siete sellos es revelado en el tiempo de los siete truenos de Apocalipsis 10.”
Este Libro sellado con Siete Sellos es revelado, ¿cuándo? En el tiempo de los siete truenos, de Apocalipsis 10.
“Demos lectura allí también para tener un mejor entendimiento antes de entrar más profundamente. Ahora, esto ya es el tiempo del fin porque dice así:
‘Y vi otro ángel fuerte descender del cielo, cercado de una nube, y el arco celeste sobre su cabeza...’
Ahora, si usted se fija bien, notará que esta persona es Cristo, porque aun en el Antiguo Testamento Él fue llamado el Ángel del Pacto; y Él ahora viene directamente a los Judíos porque la iglesia ha llegado a su fin. Bien, ahora continuando...”
Ahora, dice que viene directamente ¿a quién? A los hebreos, a los judíos.
“...y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego.’
¿Recuerden el ángel de Apocalipsis capítulo uno? Este es el mismo. Un ángel es un mensajero, y él es un mensajero a Israel.”
Y en la página 120, dice:
“Cristo; y sabemos que Cristo siempre es el Mensajero a la Iglesia.”
Y aquí dice:
“...y él es un mensajero a Israel. ¿Ve usted? La iglesia está a punto de ser raptada, Él viene por Su iglesia.”
Y ahora, hemos visto aquí que algo grande está prometido para este tiempo final. El Título de Propiedad está en la Diestra de Dios; por consiguiente el Titulo de Propiedad todavía no está abierto. Pero Cristo conoce los nombres de todas las personas que están escritas allí y Él ha estado obrando de acuerdo a lo que está escrito en ese Libro de los Siete Sellos, que es el Libro de la Vida del Cordero; y ha estado llamando a todos los que están escritos ahí en ese Libro, y les ha estado dando el Alimento Espiritual para el alma, que es la Palabra de Dios: la Palabra de Dios, el Evangelio de Cristo de edad en edad; y para el Día Postrero nos estará dando una doble porción de Alimento.
Recuerden ustedes que para el primogénito siempre hay una doble porción.
Y ahora, encontramos que también para Benjamín, que representa a los ciento cuarenta y cuatro mil, José ordenó que le dieran una doble porción.
Por lo tanto, también el pueblo hebreo va a recibir una doble porción de Alimento Espiritual. ¿Y que será eso? El Evangelio de la Gracia y el Evangelio del Reino. Alimento Espiritual para el alma. Y los escogidos de este tiempo final, pues también (de la Iglesia de Jesucristo), también tendrán una doble porción en todo; porque la Bendición de la Primogenitura corresponde a José; y Jacob la pasó de José a Efraín. Y Efraín tipifica la Iglesia del Señor Jesucristo y Manasés representa al pueblo hebreo. ¿Ven?
Ahora, podemos ver que hay una bendición grande para el pueblo hebreo, pero primero para la Iglesia del Señor Jesucristo. Por lo tanto, comemos nosotros primero y después comerán ellos.
“COMIENDO EL ALIMENTO SÓLIDO (la Palabra de Dios revelada, el Evangelio de Cristo revelado, el Evangelio de la Gracia y el Evangelio del Reino).”
De edad en edad ha habido hambre de oír la Palabra de Dios, no hambre de pan ni sed de agua sino de oír la Palabra de Dios, la Palabra de Dios para el tiempo que las personas les corresponde vivir.
Y ahora, por cuanto ya no estamos en el séptimo día de la Iglesia, o sea, no estamos en la séptima edad, como edad, sino en la Edad de la Piedra Angular representada en el domingo.
Recuerden ustedes que durante la semana se come normal, pero el domingo hay comida especial, se come diferente; se puede comer lo normal que se come, pero añaden algo más.
Es que también durante la semana encontramos que las personas trabajan, y en muchos países el viernes cobran y ya el sábado (o el mismo viernes en la noche o el sábado) hacen la compra. Y ya cuando comen el domingo ya hay postre también por ahí, y algunas cositas más, que no hubo durante la semana.
Y también es un día muy especial, es el día también que se dedica para ir a la Iglesia, se dedica para las cosas de Dios. La Iglesia primitiva se reunía el domingo; los sábados pues iban a las sinagogas para llevar el Mensaje: trabajo misionero. Pero el domingo se reunían para estar todos juntos y oír la Palabra de Cristo.
Ahora, de edad en edad los escogidos han estado comiendo el Alimento Espiritual correspondiente a su tiempo.
En cada edad hubo un siervo fiel y prudente que les dio el Alimento Espiritual a tiempo para el alma de las personas en la Casa de Dios, la Iglesia del Señor Jesucristo; y ése fue el Mensajero de cada edad, a través del cual Cristo en Espíritu Santo habló y dio el Alimento Espiritual para todos.
El Alimento Espiritual está tipificado también en el maná. Por lo tanto, le dio Maná Espiritual.
Y ahora, en Apocalipsis, capítulo 2, verso 17, dice:
“Al que venciere, daré a comer del maná escondido.”
Encontramos que Dios ordenó a Moisés que le dijera a Aarón que tomara el día sexto maná doble, y de ese maná colocara en una vasija y lo colocara en el lugar santísimo. El viernes ellos tomaban doble maná, para comer el viernes y luego para comer el sábado también.
Y ahora, encontramos que la raza humana llegó al sexto milenio; y ahora ya hemos entrado al séptimo milenio, y estamos comiendo del Maná que estaba reservado para el séptimo milenio; y estamos comiendo del Maná escondido.
¿Dónde estaba escondido el maná en el tabernáculo? En el lugar santísimo dentro del arca del pacto. Y el arca del pacto tipifica a Cristo, el Verbo, la Palabra.
Por lo tanto, encontraremos el Maná escondido en Cristo, el Verbo, la Palabra; y Él viene como el Jinete del Caballo Blanco de Apocalipsis 19.
Y dice el Reverendo William Branham en la pagina 256, párrafo del centro (como el tercer o cuatro párrafo), dice:
“Pero cuando nuestro Señor aparezca sobre la tierra, El vendrá sobre un caballo blanco como la nieve, y será completamente Emanuel - la Palabra de Dios encarnada en un hombre.”
Y por consiguiente ahí estará el Maná que estaba escondido; el Alimento Espiritual para nuestra alma estará ahí, de ahí lo recibiremos. Por lo tanto, Él nos dará ese Alimento Espiritual para nuestra alma. También dice la pagina 146, del “Libro de los Sellos,” dice:
“Pero cuando Cristo venga, una espada saldrá de su boca como un relámpago. Saldrá y aniquilará sus enemigos y echará fuera al diablo. Cortará todo lo demás y Su vestidura será teñida en sangre y sobre Su muslo estará escrito: ‘El Verbo de Dios.’ Amén. Él viene con Su ejército del Cielo.”
Y ahora, más abajo, dice:
“Y al mismo tiempo que el diablo cae del Cielo y se encarna en un hombre, el Espíritu Santo sube y viene encarnado en un hombre.”
Por lo tanto, el Espíritu Santo a través de ese hombre nos estará dando ¿qué? El Alimento Espiritual para nuestra alma, nos estará dando Alimento sólido, la revelación divina del Séptimo Sello.
La revelación divina al estar siendo dada, eso será la Voz de Cristo, el León de la Tribu de Judá clamando como cuando ruge un león y siete truenos emitiendo Sus voces. Eso es los siete truenos hablando.
¿Dónde hablaron los truenos? En la Tierra, dice el Reverendo William Branham. Y Juan los escuchó y Juan representa a la Iglesia, y por consiguiente representa también, a cada Mensajero que la Iglesia ha tenido.
Por lo tanto, el Alimento para el alma nuestra es la Palabra de Dios. “Porque no solo de pan vivirá el hombre, sino de toda Palabra que sale de la Boca de Dios.”
El Mensaje del Evangelio de la Gracia es Alimento Espiritual para nuestra alma; el Mensaje del Evangelio del Reino es Alimento Espiritual para nuestra alma; y para nuestro tiempo Él estará dándonos el Alimento Espiritual en una doble porción, el Evangelio de la Gracia y el Evangelio del Reino, en donde estarán revelados los misterios de la Primera Venida de Cristo y el misterio de la Segunda Venida de Cristo.
Cada Evangelio revela el misterio correspondiente a cada dispensación. El misterio de la Dispensación de la Gracia es el misterio de la Primera Venida de Cristo, el cual está revelado en el Evangelio de la Gracia, el Evangelio de Cristo. Y el misterio de la Dispensación del Reino, la séptima dispensación, es el misterio de la Segunda Venida de Cristo, es el misterio del Séptimo Sello, y estará revelado ¿dónde? En el Evangelio del Reino.
Por lo tanto, en este tiempo final los escogidos de Dios en la Iglesia de Jesucristo ¿estarán dónde? En el Lugar Santísimo, comiendo el Maná escondido que está ahí dentro del Lugar Santísimo, dentro del Arca, y el Arca es Cristo.
Por lo tanto, dentro de Cristo en su manifestación final estará ¿qué? El Maná escondido siendo dado a los escogidos de Dios; los que salen del lugar santo y pasan al Lugar Santísimo, y así obtienen la victoria de pasar de una edad que ya pasó la séptima edad y entrar a la Edad de la Piedra Angular; obtienen la victoria y comen del Maná escondido.
Recuerden que ninguna persona podía entrar al Lugar Santísimo, pero el que entraba era el sumo sacerdote, y era el único que veía ahí todas las cosas que allí estaban; y los que podían bregar con el arca y con las cosas del lugar santísimo, eran los hijos de Aarón.
Ahora, podemos ver que hay una bendición grande para nuestro tiempo.
En el Reino de Cristo, en la Iglesia de Jesucristo, en Su Templo Espiritual, encontramos que hay diferentes etapas ahí; y hay por consiguiente en el Orden Sacerdotal levítico hay diferentes niveles, diríamos rangos también, Miguel; diferentes niveles.
Y ahora, en la Iglesia del Señor Jesucristo también hay diferentes niveles, porque la Iglesia de Jesucristo es la que tiene el Orden Sacerdotal de Melquisedec, el Orden Sacerdotal Celestial.
Por lo tanto, las personas del nivel más alto en la Iglesia de Jesucristo corresponden a los del Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular; porque son los únicos que estando vivos serán transformados sin ver muerte y son los que estarán en la Tierra y continuarán trabajando en la Iglesia; y con ellos es que Cristo llevará a cabo la Tercera Etapa, esa etapa que durará corto tiempo aquí en la Tierra, de 30 a 40 días, dice el Reverendo William Branham; pero Dios estremecerá este mundo.
Por lo tanto, vean la bendición tan grande que hay para los escogidos de este tiempo final que estarán comiendo el Alimento sólido correspondiente a este tiempo final.
Vean, de cuando el Apóstol Pablo habla del Alimento solido está hablando ¿de qué? De Melquisedec, de ese Orden de Melquisedec, de todo lo que tiene que ver con ese Orden de Melquisedec, del cual Cristo es el Sumo Sacerdote, y también es el Rey de reyes y Señor de señores, y el Juez Supremo. Todo de ese Orden de Melquisedec. Y eso, hablar de eso, es comida sólida de verdad; pero que tiene todas las vitaminas que nosotros necesitamos en este tiempo final.
Siendo que estamos en un tiempo en que en la Iglesia de Jesucristo y la Iglesia de Jesucristo pasa a la etapa de la Edad de la Piedra Angular, por consiguiente pasa a la Edad de del Lugar Santísimo; y por consiguiente ahí habrá un ministerio dispensacional y por consiguiente será un ministerio, el ministerio mayor que Cristo haya puesto en Su Iglesia; pues el único ministerio que podía entrar al lugar santísimo era el del sumo sacerdote.
Por lo tanto, es el ministerio más grande que Cristo tiene para Su Iglesia en Su Templo Espiritual.
Ahí hay algo grande de lo cual no vamos a tocar en estos momentos, pero estén vigilando, porque por causa de la etapa que estamos viviendo es que están sucediendo todas estas cosas en la Iglesia del Señor Jesucristo.
Es desde otra dimensión, de la dimensión donde está Cristo como Sumo Sacerdote según el Orden de Melquisedec, que están siendo movidas todas estas cosas.
Por lo tanto, estemos bien apercibidos y estemos atentos, y estemos comiendo comida sólida, la Palabra revelada para nuestro tiempo; y así alimentando nuestras almas para ser transformados pronto e ir con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
Para este tiempo grandes cosas están sucediendo y grandes cosas van a suceder.
Por lo tanto, con nuestros ojos espirituales bien abiertos en este tiempo final.
Recuerden que el Séptimo Sello (dice el hermano Branham) es como un cohete. Eso está en la pagina 464 y 465, del “Libro de los Sellos,” es como un cohete que es lanzado y explota, hace una explosión; y luego más arriba hace otra explosión y cinco estrellas surgen; y luego de esas cinco estrellas, una de ellas explota, hace una explosión, y salen cinco estrellas más; y luego de esas cinco estrellas que salieron, una de ellas explota y salen cinco estrellas más; y así por el estilo. O sea, que bajo el Séptimo Sello van a estar sucediendo grandes cosas, y suceden bajo cada una de esas explosiones.
Por ejemplo, cualquiera podrá decir: “Bueno, es que yo no he visto tal cosa.” A lo mejor está en otra explosión, en otra explosión que está más adelante.
Así que estemos atentos porque Cristo está en Espíritu Santo en medio de Su Iglesia. Él ha estado en medio de Su Iglesia todo el tiempo, y es Él que obra en medio de Su Iglesia; obró en cada edad. La Obra de Cristo en cada tiempo, fue en cada etapa, en cada edad.
Y ahora, la Obra de Cristo es en la Edad de la Piedra Angular, porque ya las edades pasadas, las otras edades ya terminaron.
Por lo tanto, no hay ni habrá otra edad tampoco, la única que hay es la Edad de la Piedra Angular que corona la Iglesia; como edad es la corona de las otras edades, de todas las edades juntas. Y por consiguiente también la gente de la Edad de Piedra Angular es la gente de corona, que corona a las demás gente de las otras edades, porque llegará a su perfección, llegarán a obtener el cuerpo glorificado.
Y el Mensajero será el Mensajero que corona a los demás Mensajeros de corona; porque Cristo estará en él, manifestándose en esa Edad de corona, esa Edad de Piedra Angular. Y el Mensaje será un Mensaje de Piedra Angular, un Mensaje que coronará todos los Mensajes de las edades pasadas.
Y por cuanto es la Edad del Amor Divino, la victoria será la gran victoria en el Amor Divino; será una Edad donde el Amor de Dios estará derramado en el corazón de todos los creyentes, una edad de Amor, de Amor Divino.
La séptima edad fue una edad de Amor ¿qué? Fraternal. Pero la Edad de la Piedra Angular es una edad de Amor Divino; y por consiguiente la victoria será la gran victoria en el Amor Divino. Y el Amor es lo que conquista todo. Por lo tanto, obtendremos la gran victoria en el Amor Divino. Es también la edad de la Mente, de la Mente de Cristo.
Por lo tanto, todo será de acuerdo al Programa de Cristo para nuestro tiempo. La Edad de la Piedra Angular es la Edad donde los escogidos estarían comiendo Alimento sólido en este tiempo final.
Por lo tanto, continuemos comiendo el Alimento sólido en este tiempo final en el cual nosotros estamos viviendo.
“COMIENDO EL ALIMENTO SÓLIDO (la revelación de la Palabra para nuestro tiempo).”
Comiéndonos el Alimento sólido del Evangelio de la Gracia y el Alimento sólido del Evangelio del Reino, la Palabra revelada para nosotros.
“COMIENDO EL ALIMENTO SÓLIDO.”
Ha sido una bendición grande para mí estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio de nuestro tema: “COMIENDO EL ALIMENTO SÓLIDO.”
Muchas gracias por vuestra amable atención, y dejo al Reverendo Miguel Bermúdez Marín para continuar y finalizar.
Que Dios les bendiga y les guarde a todos.
Dios les bendiga grandemente.
“COMIENDO EL ALIMENTO SÓLIDO.”