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| Prosiguiendo la meta de Cristo | 2004-12-11 | 1 | Monterrey | Nuevo León | MX | 00:00:00 | false |
Muy buenas tardes, damas valientes en el Reino de Cristo; es una bendición estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final; en el cual vemos que hay damas valientes, como las hubo en tiempos pasados.
A través de la historia bíblica encontramos que hubo mujeres valientes que trabajaron en la Obra de Cristo junto a sus esposos, junto a sus familiares, y junto al Mensajero que Dios envió para cada tiempo.
Por lo tanto, si hubo en tiempos pasados damas, mujeres valientes que trabajaron en la Obra de Cristo, en este tiempo también tienen que haber mujeres valientes trabajando en el Reino de Jesucristo nuestro Salvador.
¿Y dónde están esas damas valientes? Están aquí presentes, en esta tarde, dando testimonio de vuestro amor a Cristo, con vuestro trabajo que ustedes hacen en la Obra de Cristo. Y no solamente están trabajando aquí en Monterrey, sino que están trabajando en el África a través de vuestras oraciones y a través de vuestras ayudas, las cuales ustedes han hecho para que nuestro hermano Bermúdez esté en esos viajes misioneros en el África, trabajando en representación de todas ustedes y de todos los escogidos de Dios de este tiempo final.
Por lo tanto, ustedes tienen una parte en esa labor que se está llevando a cabo en el África; y cuando Cristo reparta los galardones, aparecerá vuestro trabajo en ese momento. “Porque vuestro trabajo en el Señor no es en vano.” [Primera de Corintios 15:58]
Cristo recompensará a cada una de ustedes conforme a vuestras obras, conforme a vuestra labor en la Obra del Señor Jesucristo.
Por eso es que Cristo ha prometido repartir galardones para todos aquellos que con amor a Cristo han trabajado en la Obra de Cristo haciendo que el Evangelio llegue a otras personas, y haciendo también que los que creen tengan un lugar dónde reunirse, y tengan también las facilidades para obtener los Mensajes en folletos, en videos, en CD, en todas las formas habidas y por haber, para que así se alimenten con la Palabra de Dios correspondiente a este tiempo final.
En esa labor correspondiente a nuestro tiempo en la etapa final, la etapa de la Edad de la Piedra Angular, es que ustedes están trabajando. ¿Y por qué no trabajan en la primera edad? Porque ya esa edad pasó. ¿Por qué no trabajan en la segunda edad con el Segundo Ángel Mensajero? Porque ya las damas que iban a trabajar junto a él en la Obra de Cristo, ya trabajaron, y ya el Mensajero se fue y esas damas también se fueron y están en el Paraíso.
¿Y por qué no trabajan en la tercera, o cuarta, quinta, sexta, o séptima edad? Porque ya esas edades pasaron, y ahora estamos en la Edad de la Piedra Angular, representada en el número ocho; porque ocho representa eternidad. El ocho está representado también en el domingo, que es (después del séptimo día) el día ocho; pero que también es el primer día de la semana; o sea, el día en que se comienza nuevamente, el día de una nueva semana.
Por lo tanto, la Edad de la Piedra Angular no pertenece a edades temporales, sino que pertenece a la eternidad, es una edad eterna, la cual continuará; y nuestros trabajos también continuarán en la Obra de Cristo.
Por lo tanto, en el mismo Reino Milenial de Cristo, ahí estaremos con Cristo en las labores correspondientes al Reino. No trabajando en una fábrica o en una oficina o en un lugar de construcción o en algún lugar así, sino que estaremos trabajando en los asuntos del Reino, o sea, en el Gabinete de Cristo como Reyes, como Sacerdotes y como Jueces de ese Reino; o sea, que la clase ejecutiva de ese Reino, ¿quiénes son? Todos nosotros.
Por lo tanto, en ese Reino nosotros tenemos la mejor parte; y aún más, también por cuanto estamos en la Edad de la Piedra Angular, la Edad de la Adopción, es la única edad en donde la mayoría de los escogidos que estarán ahí, serán transformados sin ver muerte, lo cual no podía ser posible en edades pasadas; porque aquellas edades eran edades pasajeras, temporales, pero nuestra edad es una edad eterna, y es la Edad de la Adopción, la Edad en donde Cristo va a adoptar a Sus hijos, la Edad donde Cristo va a llevar a cabo la Redención de nuestro cuerpo.
Por lo tanto, toda la labor que hacemos en la Iglesia de Jesucristo, en el Cuerpo Místico de Cristo, en la Edad de la Piedra Angular, vean, todo obrará para bien de todos los escogidos; y la meta es que lleguemos a la perfección, lleguemos a nuestra transformación, donde obtendremos la inmortalidad física; porque la meta de la predicación del Evangelio de Cristo es la meta que Cristo dio. Él dijo:
“Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo.”
¿Ven? La meta es la salvación de cada persona que escucha y cree y recibe a Cristo como su Salvador, arrepentido de sus pecados y es bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. ¿Ven? Hay una meta: La meta es que obtengamos la Vida eterna; porque el ser humano la perdió en el Huerto del Edén cuando pecó, pero ahora a través del Segundo Adán, que es Cristo, somos restaurados a la Vida eterna; o sea, Cristo nos da la Vida eterna.
Por eso es tan importante, luego de haber creído en Cristo, haber dado testimonio público de nuestra fe en Cristo y arrepentido de nuestros pecados haberle pedido perdón a Cristo y haber sido bautizados en agua en Su Nombre y haber recibido Su Espíritu Santo y obtenido el nuevo nacimiento, luego trabajar en la Obra de Cristo es el privilegio más grande que Cristo nos da. Ser no solamente coherederos de todas las bendiciones, sino ser también coherederos del trabajo que hay que hacer en la Obra de Cristo.
Por lo tanto, Cristo obra y nosotros también obramos en el Reino de Cristo trabajando en Su Obra, y por consiguiente Él nos usa a todos nosotros: a hombres y mujeres que se ponen en las manos de Jesucristo nuestro Salvador.
Vean, en los días de Jesús hubo muchas mujeres, muchas hermanas que trabajaron en la Obra de Cristo y colaboraban con sus bienes, tenían (algunas) tenían hacienda y colaboraban, contribuían en esa labor que Jesucristo estaba llevando a cabo.
Por lo tanto, en nuestra etapa, la Edad de la Piedra Angular, tanto los niños, los jóvenes, los adultos, los ancianos, las damas y los caballeros, hombres y mujeres, tienen la misma oportunidad de trabajar en la Obra de Cristo y de hacer tesoros en el Reino de Dios.
Él dijo: “Haced tesoros ¿dónde? En los Cielos.” Por lo tanto, ¿cómo se hacen tesoros? Trabajando en la Obra de Cristo.
Por lo tanto, adelante trabajando en la Obra de Cristo en todas las formas en que se puede trabajar en la Obra de Cristo, porque así vuestro galardón será grande en el Cielo.
“PROSIGUIENDO A LA META DE CRISTO.”
Adelante prosiguiendo a la meta de Cristo. La meta final que es nuestra transformación, que es la inmortalidad, no solamente espiritual sino la inmortalidad física también.
Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean sobre cada una de ustedes y sobre mí también, y nos use grandemente en Su Obra en éste tiempo final; a hombres y mujeres que se pongan en las manos de Cristo.
¿Y dónde están esas mujeres que se han puesto en las manos de Cristo para que Cristo les use grandemente? Pues aquí están. Y también aquí hay hombres que también se han colocado en las manos de Cristo, para que Cristo les use grandemente en Su Obra. Y les está usando a ustedes, y nos está usando también a los varones.
Por lo tanto, adelante siguiendo la meta de Cristo.
Y que Dios les bendiga y les use grandemente en Su Obra.
“PROSIGUIENDO A LA META DE CRISTO.”
Muchas gracias por vuestra amable atención y dejo nuevamente con ustedes al misionero Reverendo Miguel Bermúdez Marín.
Dios les bendiga y les guarde grandemente.
“PROSIGUIENDO A LA META DE CRISTO.”